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He leído lo que dice la santa Biblia en el libro de Proverbios Capítulo 3, versículos desde el 5 hasta el 10.
Audio instrumental (Sin voz)
…Buenas tardes, estimados hermanos y amigos, soy Fausto Lodin, y les doy un cordial bienvenida al
programa de la Iglesia Evangélica Peruana “La Esperanza”, un abrazo fraternal… para cada uno de
ustedes, gracias por estar en nuestra sintonía en el día de hoy, muchas gracias por recomendar y compartir
este programa a sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo, familiares… muchas gracias.
Y también muchas gracias por orar por nosotros cada día.
¡Bien!!!
Iniciamos nuestro programa en esta tarde, dando gracias a Dios.
Nuestro primer comentario es Gracias. Nuestras primeras palabras deben ser Gracias, la alabanza le gusta
a Dios, ablanda el corazón de Dios, y no la quejabanza, la alabanza y la alabanza con gratitud ¡ah! eso es
grandioso, es un plato esquicito que servimos a la mesa del Señor.
Así es que vamos a dar gracias y en esta oportunidad porque ¡Dios es nuestro consejero! por eso le vamos
a dar gracias.
Padre Dios gracias por estar dispuesto a ser nuestro consejero, Señor las empresas pagan mucho dinero
para consejería, si, tienen consultores, tienen asesores, tienen un grupo de consejeros o de sabios a su
alrededor para tomar decisiones muy importantes, y es muy lindo saber que te tenemos de consejero, que
podemos en cualquier momento recurrir a ti. Para preguntarte, Señor, que piensas de este negocio, que
piensas de esta decisión, que piensas de este viaje, tú crees que debo estudiar esto o aquello, tú crees que
esta relación me conviene o no me conviene y pedirte tu opinión en muchos aspectos de la vida, en la
parte sentimental, en la parte de relaciones de familia, en lo profesional en lo académico, en tantos
asuntos.
Gracias Dios por estar dispuesto a darnos tus consejos siempre que nosotros recurramos a ti.
Gracias Señor te damos.
En el nombre de Jesús.
¡Amen y Amen!
¿De qué manera Ud. describiría la paz? quizás una pregunta más importante sea: ¿tiene paz en su corazón?
En Colosenses 3.15 el apóstol Pablo les dice a los creyentes: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. La paz es
más que una palabra, idea o sentimiento. Es un maravilloso regalo que Dios da a los que, por medio
de la fe en Jesucristo, le pertenecen y andan en obediencia en sus caminos.
Primera verdad
1. Depositar nuestra confianza en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
No podemos disfrutar la paz de Dios, ni tener la seguridad de la vida eterna hasta que alcancemos la
paz con Dios, por medio de la fe en el sacrificio que Cristo hizo en la cruz por nuestros pecados. Todos
moriremos y tendremos que enfrentar el juicio de Dios, pero solo los cristianos pueden tener la absoluta
certeza de que vivirán para siempre con el Señor en el cielo. Esta seguridad de la vida eterna está
disponible para todos los que se arrepientan de sus pecados, confíen en el sacrificio que Cristo hizo por
ellos y rindan su vida al reconocerlo como Señor y Salvador.
2. Creer que Dios tiene el control soberano sobre todo lo que existe, incluyendo nuestra vida.
Depender de esta verdad nos libera de cualquier temor y ansiedad. El Salmo 103.19 dice: “Jehová
estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”. Si no lo creemos pasaremos por esta
vida intentando en vano controlar cada situación, o creyendo que somos controlados por otras personas.
Reconocer que nuestra vida se encuentra bajo la autoridad del Señor debe traernos una gran paz y
seguridad, pues Él ha prometido que todas las cosas obran para el bien de aquellos que lo aman y que han
sido llamados de acuerdo con su propósito (Ro 8.28).
Creer en esa verdad elimina nuestras preocupaciones diarias en cuanto a no tener lo suficiente. Pablo
nos habla de esa seguridad al decir: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4.19). En otros pasajes de las Sagradas Escrituras el Señor nos hace
promesas similares relacionadas con la provisión a sus hijos que lo obedecen. Por eso afirmamos que su
paz está disponible para todos los que estén dispuestos a creer en su verdad. Sin embargo, si dudamos de
su fidelidad, el temor y la ansiedad se apoderarán de nosotros. Viviremos llenos de incertidumbres, nos
olvidaremos de sus promesas y trataremos de llevar las cargas por nuestra cuenta. En lugar de eso,
debemos llevar nuestras preocupaciones ante el Señor en oración, para que su paz, que sobrepasa todo
entendimiento, guarde nuestro corazón y pensamientos en Jesucristo (Fil 4.7).
6. Sentir el propósito de Dios en nuestras vidas nos protege de la plaga del vacío.
Muchas personas en nuestros días se sienten vacíos; pero Pablo enseña lo que Dios dice acerca de los
cristianos: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef 2.10). Su propósito para nosotros incluye
vivir en santidad al seguirlo y obedecerlo, y al caminar en sus caminos... Aunque muchos tratan de
llenar ese vacío con lo que el mundo ofrece, lo único que puede llenar y satisfacer un corazón vacío es
una relación con Dios, por medio de su Hijo Jesucristo. Mientras más nos acercamos a Dios por medio
de la oración, de la Biblia, de la obediencia y del servicio con nuestros dones espirituales, más
disfrutaremos de su paz.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt 11.28). Cuando
venimos a Cristo tenemos paz al saber que nada puede separarnos de Él. Sin embargo, eso no significa
que estemos exentos de ser rechazados por otros. Eso es parte de la vida en este mundo; pero Jesucristo
murió para que fuésemos suyos y ha prometido no rechazarnos jamás.
Disfrutamos de la paz de Dios cuando nos humillamos ante Él, reconociendo nuestros pecados y
arrepintiéndonos de ellos, creyendo en Cristo para perdón y salvación, aceptándolo como nuestro
Señor.
REFLEXIÓN
Luego de haber escuchado esta porción de la palabra de Dios, respecto de “Como experimentar paz
interior”, le invito a meditar, en lo aprendido hoy, respondiendo las siguientes preguntas:
- ¿Ha intentado encontrar paz alejado de Cristo? ¿De qué manera?
- ¿Ud.Tiene una paz fluctuante o constante? ¿Qué situaciones tienden a quitarle la paz de Dios?
¿Cuáles de las verdades mencionadas le ayudarán a volver a tener una perspectiva adecuada?
Seguimos con más buena música
Decir la hora……..
Solo la sangre de cristo rompe con toda atadura, incluso las que nosotros mismos hicimos en
nuestra contra.
Toda cadena o atadura en nuestra vida se rompe ante la verdad de cristo.
5
La palabra de Dios nos dice en el libro de Salmos 146:7 “El SEÑOR hace justicia a los oprimidos, da
de comer a los hambrientos y pone en libertad a los cautivos”.
En esta oportunidad les quiero compartir una reflexión muy interesante para todos nosotros, que le he
titulado Jehová liberta a los cautivos
Tema: Jehová liberta a los cautivos
Así lo ha hecho. Acuérdate de José, de Israel en Egipto, de Manasés, Jeremías, Pedro y de otros muchos.
Y así lo puede hacer todavía. Con una sola palabra puede romper los cerrojos de bronce y con una mirada
las cadenas de hierro. De ellos somos testigos. En todas partes los perseguidos recuperan la luz y la
libertad. Jesús sigue proclamando todavía la libertad de los aprisionados. Ahora mismo se están abriendo
puertas y cayendo a tierra los grilletes de hierro.
Querido amigo, el Señor se gozará en tu libertad si gimes a causa de la tristeza, la duda y el temor. Para Él
será un gozo darte la libertad. Experimentará en ello tanta alegría como placer sentirás tú en verte libre.
Espero no eres tú quien debes romper la cadena de hierro; esto será obra suya. Confía en Él y será tu
libertador. Cree en Él a pesar de las murallas de piedra o las esposas de hierro. Satán no es capaz de
detenerte, ni el pecado de encadenarte; tampoco la desesperación podrá jamás atarte si quieres creer en el
Señor Jesús, en la liberalidad de su gracia y en la plenitud de su gracia para salvarte.
Desafía al enemigo, y que la promesa de hoy sea para ti cántico de liberación: «Jehová suelta a los
aprisionados».
En esta oportunidad saludar también de manera muy especial a todas las mujeres por el “dia internacional
de la mujer” a todas las
En esta oportunidad les compartiré una gran promesa de Dios que tiene para todos nosotros.
“Grande es Dios, que le dio paz a su pueblo Israel, cumpliendo así todo lo que prometió. No ha dejado
de cumplir ni una sola de las promesas que nos dio por medio de Moisés”.
He leído lo que dice la biblia en (1ra de Reyes capítulo 8, versículo 56)
Grande es Dios, que le dio paz a su pueblo Israel, grande es Dios que le quiere dar paz a tu familia, a tu
relación de pareja, a tu relación de padres e hijos, grande es Dios que quiere que haya paz en la empresa
donde trabajas, grande es Dios que no quiere que estés pensando en vengarte en decir me las vas a pagar,
grande es Dios que te quiere dar esa paz, para que ya no te sabotees a ti mismo, ya no te critiques a ti
mismo dañándote, porque hay critica buena positiva que levanta ¡sí!, pero hay critica que daña que
destruye, Dios quiere darte esa paz.
El mundo puede estar en guerra ¡sí! Pero Dios te da una paz unipersonal para ti, a cada persona, la paz de
Dios no es global no es del planeta tierra, la paz que habla la biblia, es la que Jesucristo da en el corazón a
cada persona, busca el príncipe de paz que es el, Jesús.
Déjame orar por ti
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Padre mío yo quiero orar por esta persona que no tiene paz en su corazón, dale paz, dale tranquilidad, que
no se enferme, que la comida no se le vuelva agria, que no estén haciéndole la vida imposible a los
demás, que no esté guardando pensamiento de venganza, que no estén masticando amarguras, sino, trae
paz al corazón de esta persona, que aprenda a perdonarse a sí misma y que perdone a los demás, que
aprenda a pedir perdón a otros, que haya paz en su corazón, que tenga una conciencia limpia tranquila, no
porque es una persona perfecta, sino porque reconoce en que ha fallado, es de valiente de confesar, de
arrepentirse y pedir perdón y recibirás ese perdón de Dios.
Gracias señor
Yo te pido en el nombre del Señor
¡Amen!
Saludos Finales:
Y de esta manera estamos llegando a la parte final de nuestro programa en este día, muchas gracias
por haberme acompañado en esta emisión.
Antes de terminar, quiero recordarle dos cosas:
PRIMERO: “Cuando se levante de su cama, no ponga los pies en el suelo, noo, ponga las rodillas, para
comenzar el día con oración”.
Y SEGUNDO: “En ésta semana, anímese a contagiar….., sí. A contagiar Vida. ¿Y cómo contagio vida?
Lo que tienes que hacer es acercarte a una persona, para hablarle, animarle, y dedicarle un texto bíblico
y decirle que lo estimas y lo amas mucho en el Señor. Anímate: #Contagia Vida Esta Semana”.
Es el deseo de Dios y el mío, de su amigo Fausto Lodin, que Uds. sean prosperados en todas las cosas y
que tengan salud, así como prosperan sus almas.
Que Dios los bendiga, nos estaremos encontrando en el próximo programa.