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7 El comercio regional y el burgués precapitalista

De esto se puede entender que, al principio, los mercaderes que habitaban la ciudad y que
eran desde luego libres, así fuera por la presunción de libertad frente a eso. Por otra
parte, gran número de habitantes de siervos, singularmente los artesanos provenientes de
las zonas pretendían hacerse pasar por libres, fueron reconocidos inmediatamente
reclamados por el señor feudal laico o eclesiástico. Los mercaderes ciertamente, no tenían
este problema porque solían venir de territorios muy lejanos, con lo que no eran
reconocidos, aunque fuesen siervos, convirtiéndose así en libres. Las reivindicaciones
solicitadas por los comerciantes y artesanos pueden así: en primer lugar, la libertad
personal para ellos y sus familias, seguida inmediatamente de la concesión de tribunales
especiales que permitían al burgués sustraerse a la multiplicidad de jurisdicciones que lo
someten; tribunales que van a aplicar un derecho menos formalista, más adaptado a las
necesidades del comercio (puesto que comerciantes y artesanos conforman la mayoría de
los ciudadanos) y con procedimientos ágiles y sencillos pero que también resolverán las
cuestiones civiles penales que puedan plantearse dentro de la ciudad. Sigue una petición
para eliminar las prestaciones incompatibles con el ejercicio del comercio y, por último, la
concesión de autonomía a la ciudad que deberá regirse políticamente mediante un
gobierno propio, compuesto por sus más señalados ciudadanos, gobierno que con el
tiempo monopolizarán los grandes comerciantes y los grandes artesanos, Es curioso
observar la postura diferente que ante este resurgimiento de las ciudades y con ellas, del
comercio y la artesanía, toman los señores civiles y los señores eclesiásticos, Mientras que
el señor civil, por Ío general ha abandonado la ciudad y vive permanentemente en un
castillo solitario, ve con benevolencia el crecimiento de la burguesía, que por otra parte le
supone más ingresos por concepto de impuestos alcabalas (sobre ventas y permutas) y
peajes; el señor eclesiástico, el obispo, que vive dentro de la ciudad, por su obligación se
opondrá con todas sus fuerzas, muchas veces violentamente, al resurgimiento de esta
nueva clase, que le exige privilegios, que se sustrae a su autoridad y que, además, gana
dinero muy fácilmente y lo derrocha en forma igual, con gran escándalo para las
enseñanzas de la doctrina y con muchas veces efectiva, de los preceptos de la Santa
Madre Iglesia Tal vez los ciudadanos hubieran perdido esta lucha si no fuera porque se
aprovecharon muy inteligentemente de la situación política ante reyes y emperadores,
por eso entonces en constante pugna con la Iglesia, que les había cuestionado su poder
absoluto, con el resultado de la llamada "lucha de las investiduras” Si durante siglos,
desde Constantino y la Iglesia había estado sometida al poder de los emperadores, ahora,
por la inevitable ley del péndulo y aprovechando la división del Sacro Imperio en distintos
reinos, uno de ellos el propio Patrimonium Petri, el Papa intenta colocarse por encima de
la persona del rey o del propio emperador, que sigue existiendo así sea' nominalmente,
pero no domina más territorio que el de Alemania. Claro que Gregorio VII no se había
limitado a condenar enérgicamente las investiduras laicas, sino que también había hecho
redactar para su uso exclusivo el Dictatus Papae, en donde se observan las aspiraciones
teocráticas de la Iglesia, pretendiendo que todos los príncipes se humillen ante el Papa
arrogándose la facultad de dictar leyes y reunir nuevos pueblos más la jurisdicción de
todos los asuntos civiles en última instancia.
8 Las corporaciones y los gremios
Los comerciantes y artesanos de las ciudades se agrupan, siguiendo una tendencia que
viene desde los tiempos de Roma y que se había reflejado ya en las asociaciones
juramentadas y hermandades de defensa mutua, con sus rituales como ia "libatio" y sus
graves problemas frente a los poderes públicos. Aunque la distinción que se hace no
siempre es exacta, por motivos de exposición y con finalidades didácticas, designaremos
con el término corporaciones a las agrupaciones de comerciantes y reservaremos el de
gremios para las asociaciones de artesanos. Estos organismos llegaron a ser ricos y
poderosos como lo atestiguan sus lujosos locales, y conquistaron el derecho de regir por sí
sus propios Intereses y los de sus socios. así como un consejo, constituido por los
comerciantes más ancianos, elegido en la asamblea general de los socios. Estos
juramentos, juntamente con las resoluciones de los consejos y de las asambleas fueron
trascritos en volúmenes llamados estatutos, sin otro criterio que el orden cronológico;
después, para poner algún orden en aquellos capítulos, a menudo contradictorios,
inexactos, inconscientemente repetidos, se institucionalizo una magistratura especial,
permanente unas veces y otras temporal, nombrada entre los mejores comerciantes que
se llamaron statutari o emendatori; así los contratos de cambio, de quiebra, las normas
procesales, encontraron en aquellos estatutos una disciplina cada vez más sistemática y
dichas normas fueron frecuentemente incorporadas a los estatutos de la ciudad "Con la
guía de estos estatutos de los usos, la justicia fue administrada en primera instancia por
los cónsules, en la casa de la mercancía, por lo común con la intervención de un
jurisconsulto y de dos comerciantes. Como regla general se excluía la apelación; en las
causas más graves, en que era permitido, juzgaban otros comerciantes matriculados,
extraídos a la suerte, a los que se daba el título de sopraccnsoli. Cuando disentían las dos
sentencias se recurría a un tercer juicio, que a veces era dado por el consejo general de
comerciantes, el cual debía elegirlos entre los dos juicios precedentes. Por estos caminos
surgía entonces el derecho: comerciantes eran los cónsules y sobre cónsules que debían
deducirle de la experiencia cotidiana de los negocios; comerciantes eran los estatutarios
en los que estaba delegada la compilación y la revisión de los estatutos; de comerciantes
estaba compuesta la asamblea general que debía aprobarlos. tratos a las costumbres, de
éstas a la ley a las sentencias, por obra de aquellos mismos que le habían experimentado
en la práctica de los negocios. Peligrosa confusión de funciones legislativas y judiciales en
la que a menudo habrán triunfado, con daño de la justicia, los intereses de un individuo o
de un arte; pero en ningún tiempo, ni siquiera en los tiempos clásicos de Roma, la vida y la
legislación se comunicaron tan rápidamente su recíproca influencia y jamás fue abreviada
tanto la distancia que de ordinario separa el derecho positivo de las exigencias reales". De
los extranjeros que recurrían a su tribunal` de modo que también de aquí surgió una
nueva fuente de derecho, modelado en gran parte sobre el derecho patrio, pero con
caracteres propios, debidos a la novedades los casos y a las influencias más inmediatas del
derecho extranjero Fueron las grandes corporaciones y los grandes gremios los más
importantes para la vida comercial y para el derecho mercantil, correspondiendo su
desarrollo a las ciudades de comercio internacional, Así, en Florencia, cinco grandes artes
dominaron el comercio y la industria en la ciudad de "Calimala"
9 Las grandes ciudades de comercio internacional
el gran comercio, el comercio liberal y progresivo, que influirá decisivamente en el
desarrollo del derecho mercantil, se origina en unas cuantas ciudades privilegiadas que
extenderán su influencia por toda Europa. Estas ciudades, que en sus comienzos fueron
también ciudades de comercio regional, tuvieron una visión más amplia de sus
posibilidades y ciertamente las aprovecharon hasta el límite, extendiendo sus operaciones
y formando grandes mercados alrededor de un eje que tiene sus extremos en el Norte de
Italia por un lado y en Flandes por el otro. Grandes buques de velas cuadradas, tres o
cuatro mástiles y con cabinas individuales para albergar hasta 60 mercaderes, realizaban
el viaje de ida y vuelta, Después de los árabes, los mongoles siguieron una política de paz y
también facilitaron el paso de las caravanas por sus territorios. La primera y más
importante fueron los cereales, singularmente el trigo, que se producía en abundancia en
Ucrania, Francia e Inglaterra. También el vino de Borgoña y el Rhin constituyó un objeto
de comercio que se debe señalar, Pero, sobre todo, Flandes se destacó por su producción
de telas, elaboradas a partir de la lana obtenida en Inglaterra que adquirieron gran
prestigio por su calidad y buena hechura. Una ciudad italiana: Florencia, adquiría las telas
en Flandes y la lana en Inglaterra y España, ` consiguiendo perfeccionar una técnica para
mejorar la calidad de las mismas, utilizando productos orientales (tintes) que
perfeccionaban su colorido y acabado; fue así como se desarrolló el "arte de calimala",
con sus marcas y signos distintivos que individualizaban la mercancía. El auge de las
ciudades del norte de Italia tuvo una inmediata repercusion en la economía dineraria. El
florín de oro,' llamado así por las flores de las representadas en su sello, se acuñó en
Florencia y Génova en el año 1252 y fue seguido por el escudo de oro en Francia hacia
1263 el decidió de oro en Venecia. Un famoso comerciante veneciano, Marco Polo, que
llegó a la China y relató sus viajes en un conocido escrito, tuvo ocasión de ver, por primera
vez, el papel moneda, utilizado corrientemente por el Gran Khan, inaugurándose así la era
de los billetes de banco Venecia se destaca como la primera ciudad italiana dedicada al
gran comercio y puede hacerlo precisamente por sus especiales vínculos con el Imperio
Bizantino. En todos los centros mercantiles que establecieron en países extraños lograron
conseguir una jurisdicción especial que se aplicaba por cónsules propios nombrados y
enviados desde la metrópoli. Sus costumbres comerciales influyeron en las ciudades que
frecuentaban, contribuyendo así de forma decisiva a la internacionalización del derecho
mercantil. Cabe destacar las relaciones comerciales entre Venecia y los comerciantes
alemanes establecidos en la ciudad, en el ya mencionado fondacco dei tedeschi, dedicado
fundamentalmente a la adquisición de especias y otros productos de lujo que serían
llevados luego a Alemania y revendidos allí. Génova, gran rival de Venecia, a veces tuvo
serios enfrentamientos con ésta, como en las guerras de Chioggia (1376-1381), pero su
campo de acción no quedó reducido por eso. Comerció con especias, cereales, esclavos,
vino y madera, importando desde Oriente seda, algodón y alumbre que vendía a Flandes e
Inglaterra. Fueron los genoveses los primeros en establecer una ruta marítima
permanente con Inglaterra y Flandes, atravesando el estrecho de Gibraltar y subiendo por
el Atlán Y es también en Génova donde encontramos uno de los primeros contratos de
sociedad de los llamados commenda. En realidad, commenda es el nombre del contrato
en Florencia, pero en Venecia se denominó colleganza y en Génova societas maris. La
esencia del contrato consiste en la entrega de dinero o mercancía hecha por un socio
capitalista a un socio industrial,' comerciante viajero, que se desplazará y hará fructificar
el dinero o negociará con la mercancía, repartiéndose después las ganancias en
proporción variable, según los casos, entre los socios.
10 Las ferias
Junto con la jurisdicción consular y el derecho estatutario, otra fuente formidable del
derecho mercantil el moderno se encuentra en las ferias de los comerciantes que sirvieron
de centros de intercambio de mercancías y de dinero. Por lo tanto, si los estatutos son
buenos según lo exijan las circunstancias y el de la conservación pública de aquel lugar
determinado, no es necesario que otros los dirijan, ya que se encuentran confirmados por
su propia justicia natural. en la Edad Media, sobre todo, el derecho de las ferias será un
derecho procedimental, a diferencia del derecho estatutario, con un marcado carácter
sustantivo. El continuo viajar de los comerciantes los llevaba a confluir en puntos
estratégicos del camino, en ciudades clave, por las que todos debían pasar más tarde o
más temprano. Estas ciudades aprovecharon su situación geográfica privilegiada para
organizar mercados de considerable duración, facilitando de una parte las transacciones
los comerciantes que allí llegaban y beneficiándose de paso con los derechos de mercado,
portazgos, etc., que devengaban. Para garantizar un viaje tranquilo de ida y regreso, y una
estancia agradable sin dificultades de ningún tipo, se valieron de las antiguas instituciones
de la "paz de Dios" y la "tregua de Dios", propiciadas por la Iglesia. En efecto, la Iglesia de
una parte y la propia comunidad de ciudadanos de otra, habían observado con
preocupación, desde el inicio de la Edad Media, el incremento constante de las actividades
bélicas, latrocinios y luchas fratricidas practicadas por los miembros de la nobleza, y
decidieron ponerle fin. Ya los concilios de Charroux y de Narbona habían protestado
enérgicamente contra estos hechos, pero fue el sínodo de Le Puy el que, también en el
año 990, tomó las primeras medidas declarando la prohibición de irrumpir en las iglesias,
llevarse ganado o caballos, atacar a los campesinos o a los comerciantes viajeros, etc., y
juramentando a los caballeros y miembros de la nobleza para que observaran estas
disposiciones. La "paz de Dios, la "paz juramentada", que protegía de manera general a los
seres indefensos, limitando así la guerra y dejando su práctica sólo para las gentes
armadas, se proclamó por primera vez en Orleans hacia el año 1011. La violación del
juramento significaba nada menos que la pena de excomunión, un castigo temible en una
época de impunidad, pero de profundo sentido religioso» La fórmula del juramento, que
se prestaba sobre las Sagradas Escrituras o sobre reliquias de los santos, era a veces de
considerable extensión de manera alguna irrumpiré en las iglesias ni tampoco en sus
almacenes, a no ser con el fin de aprehender allí a un perturbador criminal de la paz o a
un asesino. La "paz de Dios" queda pronto complementada por la "tregua de Dios". Pero
el paso fundamental lo da el concilio de Arlés al dejar disponibles para la guerra sólo tres
días a la semana, pues quedan prohibidos los conflictos armados desde el miércoles por la
tarde hasta la mañana. Prescindiendo de la mayor o menor eficacia de estas restricciones,
pues lo cierto es que la pena de excomunión no impresionaba mucho a más de un noble,
lo cierto es que la aplicaci6n de la "paz de Dios" y de la "tregua de Dios" encontró una
nueva vía con el desarrollo de las ferias. los reyes que patrocinaban estos eventos,
garantizaron la paz, no sólo en el recinto de la feria durante todo el tiempo de su
duración, sino también en los caminos de acceso y durante los viajes de ida y vuelta,
otorgando a tal efecto salvoconductos (conduit) a los comerciantes la garantía laica se da
a causa de las contiendas locales de su señor, y no les haré azotar para privarlos de sus
medios de existencia.
11 El islam y las cruzadas
Lo primero que sorprende al considerar el pensamiento y la política de la civilización
islámica es su extrema suavidad, su íntegra concepción del religioso y su tratamiento
compasivo de los pueblos vencique todos los caminos llevan a Dios, el Corán propone
quizás uno de los más elegantes y correctos para emprenderlo. Cuando muere el
fundador, las primeras Abu-Beker, que Io sucede, son: "Sepan los que adoran a Mahoma
ha muerto; pero los que adoran a Dios saben que Dios vive y no Las rápidas conquistas del
islam no impiden que desde el principio se fijen reglas que los soldados deben seguir y
que constituyen un ejemplo de humanidad dentro de los horrores de cualquier conflicto
bélico. A las ciudades que se rinden, como Jerusalén, se les impone un tratado de paz de
respeto hacia las otras religiones al de plazo las deudas de obligaciones contraídas
contraídas en la misma en ferias, sino también a cantidad de pagos anteriores, Desde el
siglo XII, por medio de dicha práctica, empezó a funcionar una organización de crédito a la
que probablemente se remonta el origen de las letras de cambio, de las que tomaron tal
vez la iniciativa los italianos, mucho más adelantados que las gentes del continente en
materia de usos comerciales; se trata únicamente de simples promesas escritas de pagar
una cantidad en lugar de aquel en que se contrae la deuda"No matéis ganado ni camellos,
a menos que sea para sustentaros, Sacrificad a los monjes de cabeza rapada, Dejad en paz
a los ermi ' el nombre del compasivo Dios: este es el tratado para las gentes de Jerusalén.
de sus vidas Sus iglesias y propiedades, no serán sus destruidas, iglesias, susni cruces, y
todo Io que las rodea para transformadas, ni confiscadas, ni las cruces, ni las propiedades
de los ciudadanos. será obligado a abandonar su religión, ni molestado por ella; los judíos
habitarán Jerusalén y, Io mismo que los cristianos, sólo tendrán que pagar las
contribuciones que pagan en las otras ciudades, pero nadie tendrá que satisfacer estos
hasta que haya recogido una cosecha. Si algunos quieren marchar, llevando bienes
muebles y abandonando sus iglesias y cruces, recibirán un salvoconducto para que puedan
llegar a lugar seguro. Hombres de todas las procedencias y de todos los colores son
recibidos con los brazos abiertos y admitidos en condiciones absolutas de igualdad en el
seno de la sociedad islámica. En bastantes ocasiones, ciudadanos de raza negra gobiernan
sobre los de raza blanca y nadie se molesta por la diferencia en el color de la piel. Las
uniones matrimoniales tampoco se preocupan de las cuestiones raciales, ni de las
diferencias en la escala social; la poligamia existe, es cierto, pero nunca pasó de ser un
privilegio de los ricos para el común de las gentes el matrimonio es monógamo. Con la
salvedad de los paganos, de los que por lo demás quedan muy pocos, el islam concede un
tratamiento bastante benévolo a los cristianos, judíos y seguidores de la religión de
Zoroastro. Dos razones coadyuvan a la condescendencia musulmana: las regiones
conquistadas seguirán pobladas por una mayoría de gentes ajenas al islam, pero, sobre
todo, una justificación de derecho obligará a respetar a las demás religiones, consideradas
en cierto modo , que participan en la Revelación: constituirán los llamados "pueblos de la
Escritura". Por ello, las condiciones que estos pueblos árabes exigen para vivir en paz, no
parecen demasiado onerosas, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias de la
época y la radicalizada postura de los contemporáneos, o sea, del Imperio Bizantino y de
los cristianos de Europa, que, al contrario de los árabes, oprimen a todo el que no piense
como ellos desean la diferencia de lo que ocurre dentro del cristianismo, en el Islam no
suelen producirse graves discusiones teológicas porque ya dice el Corán: "No os peleéis
por cosas divinas. la Escritura, o sea los judíos los cristianos, fueron tratados con por los
primeros Califas. He aquí las llamadas doce condiciones tradición, impuso Omar a los
pueblos sometidos: Seis de las condison necesarias; las otras seis son deseables, Las seis
necesarias son: escarnio del Corán ni de Mahoma.
12 La postrimerías de la edad media
Desde los comienzos del siglo XIV se precipita una crisis en Europa. Y desde 1315 a 1318 el
hambre se extiende por Europa a causa del destrozo de las cosechas por una sucesión de
lluvias torrenciales. por otro lado, el abuso de los príncipes y señores feudales en sus
peticiones de préstamos para financiar gastos públicos provoca una correlativa "hambre
monetaria" y la cantidad de dinero en circulación deja de ser suficiente, provocando un
fenómeno económico de recesión que inmediatamente repercute en la industria, sobre
todo en la textil, Y, en fin, el feudalismo, que ha sustituido la renta en especie por la renta
en dinero (al menos en gran parte), que ha transformado a sus antiguos colonos en
arrendatarios, que ha caído en la trampa tendida por los comerciantes y ha vendido su
primogenitura por objetos ornamentales que sólo sirven para halagar vanidades, pierde su
poder e inicia un declive que resultará relegándolo a un segundo plano, en favor de la
monarquía y de los principios nacionalistas. La enfermedad se da en una población ya
debilitada por el hambre, que además vive en unas condiciones higiénicas deplorables; la
mortalidad es horrorosa y desaparece la tercera parte de la población de Europa. Así, la
industria de telas de lujo se ve sustituida por la industria de telas de calidad mediana y,
además, sale de los esos tractos límites de la ciudad proteccionista y se extiende por los
campos. El proteccionismo de las ciudades de comercio regional quedará desbordado por
las exigencias del comercio internacional que, aliado con los príncipes en contra de los
intereses monopolísticos de las ciudades, fomentará el concepto del, nacionalismo el que,
en esencia, se limita a trasladar el espíritu imperante dentro del recinto urbano a todo el
territorio nacional, El mercantilismo moderno reproducirá así el monopolio urbano y sus
ansias proteccionistas, pero ahora ampliado a toda la zona comprendida dentro de los
límites de unas fronteras. El Derecho Mercantil perderá así su carácter internacionalista y
se convertirá en una rama más del derecho nacional. La contracción de los mercados
llevará a los comerciantes a ser más cuidadosos con sus cuentas y a estudiar más
profundamente también las posibilidades de efectuar sus negocios. Por el contrario, va
desde 1202 había aparecido el liber abbaci (libro del ábaco) escrito por Leonardo
Fibonacci y que puede considerarse un pequeño tratado de cálculo, y de comienzos del
siglo XIV data la primera obra maestra del comercio: la Protica dello Mercatura del
florentino Francesco di Balduccio Pegolotti, aunque sólo hasta mucho más tarde, en 1553,
aparecerá el Tractatus de Mercatura de Benvenuto Stracca. Comienzan también las
técnicas de la contabilidad por partida doble desde el siglo XIV que, luego, serán
plasmadas por Lucas Paccioli en su obra Sumrna de Arithmetica, Geometria, Proportioni e
Proporcionalitd

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