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__________________ GESTAE taller de historia

LA FORMACION DE
LA OLIGARQUIA URBANA
DE CARTAGENA
A PRINCIPIOS
DEL SIGLO XVI.
VICENTE MONTOJO MONTOJO

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FAMILIA Y SOCIEDAD 53 - 66 Año 1989

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Uno de los planteamientos más constantes de la historia de la familia ha sido y sigue siendo el estudio del proceso
por el que uno o varios grupos familiares se constituyen en "élite de poder". Supeditada a la interdisciplinariedad, la historia
de la familia se une unas veces a la antropología y otras a la sociología como medio de desentrañar ese proceso de
selección que esconde toda formación de una élite de poder. Esta expresión -"élite de poder"- es sin duda un gran logro
del análisis de las sociedades del Antiguo Régimen, pero puede quedar inutilizado si no precisamos su significado. Pienso
que tiene ante todo dos perfiles: por una parte expresa que sólo una parte de los "poderosos''-esta denominación es
constante aun cuando no sea nítida su situación jurídica- se destaca por·encima de sus iguales y de los demás grupos
sociales en el control del poder político de una comunidad; ypor otra que el poder político, en un principio accesible a
muchos, incluso a varios estamentos, llega un momento en que es fuertemente mediatizado o plenamente monopolizado
no por un estamento sino mas bien por una parte muy reducida de dicho estamento que es siempre, por supuesto, en
circunstancias normales,el privilegiado en el Antiguo Régimen.

Son en realidad dos aspectos muy relacionados: proceso selectivo y tendencia al monopolio del poder. El proceso
selectivo es siempre largo, paulatino y gradual, pero no siempre lento. Hay tiempos en que se acelera y no siempre,
aparentemente, por circunstancias endógenas, como la formación de una estructura del parentesco singular que mediante
una estrategia familiar endógama tiende a la selección del linaje, acentuada ya por factores demográficos -selección
natural- o por mecanismos jurídico-legales: mayorazgo, mejoras hereditarias que privilegian a un miembro de la familia,
etc.

Por otra parte, el favor o patronazgo real pesó fuertemente en la consolidación de las oligarquías urbanas, al igual
que de la aristocracia(1), aunque fuera a costa de cercenar la autonomía concejil, según entiende Mauro Hernández(2).
Para éste, el cierre lo experimentaron realmente pronto, a mediados del siglo XV, aquellas ciudades que vieron convertir
sus concejos en regimientos cerrados de cargos vitalicios y nombramiento real o aquellas otras que, como Pamplona, sin
intervención regia lograron articular un instrumento para perpetuarse, tal como la cooptación. Las Comunidades fueron la
gran ocasión para la intervención de una monarquía absoluta que parece acabar con esa relativa autonomía concejil, que
en el siglo pasado había permitido a las oligarquías urbanas rechazar a los delegados reales: corregidores, pesquisidores
o asistentes. No obstante hay mucho que matizar. .

En el Reino de Murcia podemos distinguir entre aquellos grandes concejos del Reino, aunque de escasa población
en comparación con los demás reinos de la Corona de Castilla, como Murcia y Lorca, en las que efectivamente desde
mediados del siglo XIV el intervencionismo regio había ido restringiendo el ejercicio del poder municipal a unas pocas
familias que habían demostrado gran lealtad a la Corona(3), y aquellos otros más simples, ya fuera por la escasa población
que gobernaban o por su paso por el dominio señorial. Singularmente, en Lorca no había afectado a todos los cargos
concejiles ni tampoco a su número hasta finales de siglo. Las Ordenanzas del corregidor Cabrero, analizadas por Angel
Luis Molina(4), en fecha tan tardía como 1490 anularían la aún acostumbrada elección de alcaldes ordinarios por las
colaciones. Al mismotiempo,en otras poblaciones,quizás fuertemente marcadas por su anterior dominio señorial,
perduraba la elección de oficios(Cartagena y otras poblaciones pertenecientes al marquesado de Villena que habían sido
reincorporadas al realengo, comoAlbacete). Aunque en Cartagena el Fuero de Córdoba restringía la elección a los hidalgos
y caballeros cuantiosos, sin embargo, desdibujada esta situación jurídica, al igual que en otras partes, podemos afirmar
que este medio social era amplio, más que a partir de 1500- 1524, pues así se comprueba por el número de personas y
linajes que accedieron a cargos concejiles en la segunda mitad del siglo XV y dos primeras décadas del XVI(5).

A partir de esta situación, de amplia representación social en el concejo, a la que tenemos que añadir una cierta
mediatización por parte de la instancia señorial, ejercida ya directamente o mediante delegados (un contador, el alcaide
de la fortaleza), y que afecta asímismo a ciudades como Murcia y Lorca, en que el concejo es en principio más autónomo;
desde estos supuestos, insisto, hemos de preguntarnos si hubo una evolución en un sentido -hacia el cierre- o en otro -
hacia la descomposición o la apertura, como sostiene Mauro Hernández-, especialmente en esa época en que las
Comunidades alteraron el orden imperante-sobre todo el municipal en el Reino de Murcia- y qué mecanismos intervinieron
en dicho proceso.

Es indudable que en el Reino de Murcia la que podemos llamar "cuestión municipal" fue importante en el movimiento

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comunero. No solo vemos expulsados a los concejos por el estamento popular o pechero, por el "Común"(Murcia, Lorca,
Cartagena, Albacete), sin que a veces lo sean los delegados del rey(así los alcaldes mayores de Murcia y Cartagena), otras
sí(el gobernador del marquesado de Villena, el pesquisidor Leguízamo), si no que pocos años antes hay enfrentamientos
precisamente motivados por las elecciones de oficios.

En la encomienda santiaguista del Valle de Ricote, por ejemplo, en 1517-18, se alteran todos los pueblos de su
jurisdicción en petición de concejos propios, separados del elegido por Ricote(6). También en Abanilla su población, de
moriscos convertidos, exigía desde 1503 la facultad para elegir su concejo y en 1520-21 sitiaron al comendador en su
fortaleza(7)

y en Cartagena, que conocemos mejor por un largo pleito sostenido ante la Real Cancillería de Granada, en 1518,
un grupo de regidores elaboró el 26 de junio una ordenanza en la que argumentan que:

"porque es verdad que en esta cibdad a avido e ay hordenanca buena y justa que dize e manda que los que ovieren
de ser nonbrados y elegidos en cada un año para regidores e jurados que tales que les convienen a la cibdad e governac;:ion
buena de la cosa publica dela y que sean que no aya n tenido ni usado de los dichos oficios de regidores y juraderias a
lo menos tres años antos conplidos que fueren elegidos en los dichos oficios e porque esta dicha hordenanca es muy
provechosa al servicio de Su Alteza e al bien publico desta cibdad ...dixeron que la confirmavan e aprovaron e confirmaron
la dicha hordenanca y si necesario es la fazian e fizieron de nuevo y porque los dichos oficios, pues son por elecion e anales,
es bien que roden y anden por todos los buenos vezinos desta cibdad y abonados dela, y mandaron que los que eligieren
a personas que aya n tenido los dichos oficios en el dicho tienpo, que la elecion sea ninguna y pierdan por aquel año los
que la fizieren el poder e facultad que tenian para fazer la dicha elecion y quede a los que guardaren esta dicha hordenanca
confirmada por nosotros, y que los que asy sean elegidos sean obligados al tienpo que recibieren estos dichos oficlos de
regidores e jurados de jurar esta dicha hordenanca",

Se operaba de esta manera una reacción contra la costumbre de cooptación ejercida, parece que desde hacía poco
tiempo, por la que los regidores de cada año elegían a los del siguiente, pudiendo reelegir a varios de sus miembros. El
poder es ejercido por un grupo restringido que ve ahora discutido su monopolio por otro grupo de "buenos vezinos y
abonados" que con la ayuda de un juez de residencia pretenden recuperar la costumbre antigua por la cual debían correr
los oficios entre todos los buenos vecinos, de manera que nadie pudiera ser reelegido durante tres años, que era el modo
de que rodasen entre todos los "hombres buenos". Porloque luego veremos, ésto era lo contrario a lo que parecían ser
los intereses de la monarquía. Al ejecutar la reincorporación de Cartagena al realengo, una vez despojado de su señorío
don Pedro Fajardo, sucesor del recién fallecido don Juan Chacón, el comendador Nicolás de Guevara pedía a los Reyes
Católicos que sustituyesen el concejo de 6 regidores y 2 jurados de elección anual por 8 regidores vitalicios, designados
entre los mejores servidores del rey. No es desde luego lo que se realizó, pero se haría en 1543 mediante la venta de los
cargos con carácter vitalicio precisamente a aquellos que con mayor fuerza habían defendido la cooptación.

Es también posible que la ordenanza de 1518 estuviera motivada por la exclusión de una parte de los "poderosos",
de los que se inclinaban al cierre del sistema, pues entre los que la confirmaron destaca notoriamente la familia Rosique,
con tres de los cinco oficiales del concejo (8).

Las fuertes oscilaciones del poder central desde el fallecimiento de Isabel la Católica hasta el fracaso de las
Comunidades(1504-21) facilitaron durante' casi dos décadas las alteraciones en el gobierno de los municipios. Si bien
fueron los concejos de Málaga y Toledo los que plantearon mayores problemas, especialmente en la segunda regencia
de Cisneros( 1516-17), los frecuentes cambios en la administración central-así lo observaba John Owens en Murcia- crearon
graves desórdenes en el funcionamiento de las autoridades locales, tales como corregidores y alcaldes mayores que
fueron rechazados por los concejos o que abandonaron sus funciones, siendo sustituidos en uno y otro caso por los
concejos locales(9). En Cartagena, por ejemplo, a la muerte de Felipe el Hermoso (1507), Rodrigo de Guadalupe, alcalde
mayor, abandonó la ciudad dejando en su lugar a un natural -Juan de Heredia-, pero no quedó en esto la alteración pues
la oligarquía local impuso su autoridad nombrando cuatro alcaldes ordinarios y dos alguaciles. Estos, además, se negaron
a pagar el encabezamiento de las alcabalas alegando que las cédulas de los contadores mayores no llevaban la firma de
la reina. Bien es verdad que la reacción no se hizo esperar: en abril de 1508 se abrió una pesquisa contra los alcaldes y
alguaciles nombrados, realizada ante el nuevo alcalde mayor, el bachiller Fernando Ordóñez. ¿Pero cuál fue su resultado?
De los ocho interrogados cuatro eran regidores y de los demás solo uno no parece pertenecer a los linajes oligárquicos.
El nombramiento de alcaldes es justificado como cosa acostumbrada: "no aviendo correjidor segun las costunbre desta
cibdad son alcaldes hordinarios los naturales de la cibdad", dice el jurado Ginés Osed, pero nadie explica por qué se
designan cuatro alcaldes y dos alguaciles en vez de dos y uno, respectivamente, que sí había sido normal bajo el señorío
de los Fajardo y en ausencia del corregidor y del alcalde mayor(10).

Las Comunidades representarían poco después una gran alteración del sistema concejil. En Murcia, Lorca,
Cartagena y Albacete fueron los concejos quienes atrayeron las .iras populares, siendo expulsados sus miembros y
sustituidos por síndicos, organizados en juntas. Dentro de este marcado carácter popular no faltaron -en Murcia y
Cartagena está documentado- elementos de las oligarquías que, desplazados anteriormente del monopolio del poder,
optaron también por la rebelión. Es el caso de los Salas en Cartagena, enfrentados a varias familias principales por una

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escribanía(11); O de los Fajardo en Murcia(12), pero también se dio este fenómeno en ciudades de Andalucía, como
Baeza(13). En este sentido el movimiento comunero desveló y acentuó los conflictos existentes desde hacía tiempo en el
interior de los grupos sociales dominantes.

Se explica así que, aún vencidas las Comunidades de la Castilla meseteña en Villalar y Toledo, los sublevados en
el Reino de Murcia in-tentaran mantenerse en el poder volviendo aparentemente a la institu-ción concejil tradicional, a las
elecciones de oficios en Cartagena, pero impidiendo el acceso a las oligarquías expulsadas. Estas vieron entonces que,
habiéndose puesto de parte del monarca, sin duda forzadas-por lo menos en el caso de Murcia-, les era ahora impedido
su regreso a la situación anterior. El problema era complejo, pues la sublevación y asociación en hermandad de gran parte
del estamento popular les había expulsado de sus ciudades y privado de sus oficios concejiles. Los regentes, entendiendo
que la sublevación podía deberse al mal gobierno de los concejos, habían enviado a un juez pesquisidor y pacificador que
castigase a unos y a otros si hacía falta, siendo éste -el licenciado Leguízamo- rechazado por todos, también por el concejo
de Murcia y por el marqués de los Vélez. Por otra parte, la ambiguedad del marqués de los Vélez, adelantado mayor del
Reino, durante la "revolución", tampoco beneficiaba a las oligarquías locales(14).

Está claro que en este espacio -el Reino de Murcia-, donde las Comunidades no habían sido derrotadas, que salvo
en algunos lugares -el marquesado de Villena- o circunstancias -la expulsión del Licenciado Leguízamo de Murcia-
tampoco se habían enfrentado a las justicias reales sino a los concejos y que, en último término, habían demostrado su
lealtad a la monarquía contribuyendo grandemente a la derrota de los agermanados valencianos, las posibilidades de
actuación eran amplias, todo un campo abierto.

Pocas veces son analizadas las Comunidades castellanas desde su proyección en el equilibrio de fuerzas
monarquía-concejos o monarquía-oligarquías urbanas. Conocemos mejor la revolución comunera en su proceso que en
lo que representó realmente para la sociedad castellana de la época. Benjamín González Alonso les atribuye el avance
acelerado de la autoridad monárquica, como prolongación de la tendencia absolutista del gobierno de los Reyes Católicos,
muy debilitada por las alteraciones de las regencias en los años 1504-1517(15). Mauro Hernández Benítez ve en ellas el
canto de cisne de las oligarquías urbanas. Para él, éstas, consolidadas a mediados del siglo XV, empezarán ahora a perder
la "autonomía municipal" que habían detentado. Para John Owens, sin embargo, la oligarquía murciana, ya consolidada,
gana en independencia, sobre todo al emanciparse de la tutela, largamente ejercida por los Fajardo, adelantados mayores
del Reino de Murcia, con el destierro de don Pedro Fajardo. Mª Teresa Pérez Picazo y Guy Lemeunier consideran una cierta
variedad de enfrentamientos, según las diversas situaciones locales, pero que en líneas generales, tras la doble alianza
monarquía-oligarquías urbanas de los grandes municipios y aristocracia-clases populares, acabaron con el triunfo de los
poderosos: las oligarquías concejiles y los señores de pequeños lugares(16).

En Cartagena presenciamos algo parecido. Una oligarquía urbana que acaba de imponer la cooptación consigue
la confirmación real de su predominio. En ella, por lo tanto, la rebelión comunera no supuso pérdida sino beneficio.

¿Qué sucedió en Cartagena? Tras la recuperación del control de la elección de oficios por aquellas familias
principales que la habían gobernado en los años 1503-1520, consiguiendo restringir el acceso al concejo mediante la
renovación de los oficios a algunos regidores y jurados del año anterior, es posible que una parte de los considerados
hidalgos o caballeros cuantiosos, de "hombres buenos" se dice en los documentos, intentasen mantener la ordenanza de
1518, confirmada por el rey, que impedía la reelección en el término de tres años y que por lo tanto mantenía que lbs cargos
rodasen entre todos los "buenos vecinos". Afloraba así nuevamente el enfrentamiento entre miembros de la oligarquía,
porque quienes piden tras la Comunidad la pervivencia de la ordenanza de 1518 son Carlos y Francisco de Salas,
desterrados poco después por su intervención a favor de la Comunidad, que con Diego de Espín se autonombraban
"procuradores de los hombres buenos e hombres pecheros". Sin embargo esta vez triunfaron los partidarios de un concejo
restringido. Una real provisión de 1524 revocaba la ordenanza de 1518 y permitía la reelección en los cargos de regidores,
jurados, mayordomo, alcaldes de la hermandad y caballeros de la sierra "porque-alegaban éstos- es en gran provecho
de la dicha cibdad que los dichos oficios los tengan personas experimentadas en ello, conforme a la costunbre antigua".
Al cabo de seis años un grupo de linajes había conseguido convertir la innovación, que iba en provecho propio, en
costumbre antigua( 17).

Es quizá paradigmático que en Cartagene la oligarquía "seminobiliaria" -así la hemos llamado por su difuso estatuto
jurídico- se consolide afianzando su posición dominante por encima de los demás "hombres buenos" y del "común" al
amparo de un absolutismo monárquico, en un principio contrario a ella. Pero si la "élite de poder" se consolida ahora, ¿fue
a cambio de una merma de su autonomía, a corto o a largo plazo, tal como sostiene Mauro Hérnández, es decir a costa
de un recorte de facultades en provecho de la monarquía?

La cuestión es más compleja de lo que parece, sobre todo si tenemos en cuenta que en 1521 solo habían pasado
dieciocho años desde que la ciudad fuera reincorporada a la Corona real. El problema está en poder calibrar qué
competencias tenía el concejo bajo el señorío de los Fajardo y cuáles después, siendo fundamental el conocimiento del
peso del gobierno señorial. Desgraciadamente la documentación es escasa, por lo que es difícil responder a las cuestiones
planteadas. No obstante, sería posible e interesante al mismo tiempo plantearnos qué es lo que ganó la oligarquía urbana
con la reincorporación a la Corona y con el control de las elecciones concejiles.

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Qué duda cabe que el poder señorial había representado una instancia de poder que, por más próxima -los Fajardo
residían generalmente en el Reino-, era también más directa y más coaccionadora, como también la compleja articulación
organizativa del poder señorial. Sus delegados (contador, alcaide o merino) gobernaron la ciudad y su territorio entre 1465
y 1503 con unos poderes que -pienso- no pudieron tener los tenientes de corregidor o alcaldes mayores que luego
representarían al rey. En este sentido, la oligarquía cartagenera ganaría con la reincorporación a la Corona una mayor
autonomía. Prueba de ello es la actitud que adoptó a partir de 1503, de rechazo tanto al antiguo dominio señorial(18), como
a algunas arbitriariedades que ahora denuncia. En una época de recuperación del tráfico marítimo, en concreto, los Fajardo
habían sabido aprovechar la coyuntura positiva por medio de un aumento de impuestos: la introducción del anclaje, del
que siempre había estado exento el puerto de Cartagena, que se sumaba a los que ya había(alcabalas, mollaje, etc). Por
otra parte, con la reincorporación la oligarquía saldría beneficiada por un mayor control de las rentas de la ciudad y de los
arrendamientos de los abastos, que anteriormente impedirían el señor y sus delegados. Al poco de la reincorporación el
Concejo de Cartagena pide a los Reyes Católicos seguridad de permanencia en el señorío real, lo cual, sin embargo, era
lo normal en estas situaciones. En los años siguientes, no obstante, tendría algunos problemas con don Pedro Fajardo,
como el rechazo en 1503 a su merino, que intentó ejercer su cargo en la ciudad, y la captura de varios moriscos, vasallos
del adelantado, por Jaime Lucas y Ginés García, vecinos de Cartagena(19).

Pero quizá fuera más importante que esto el control del espacio local y sus recursos: los pastos y las tierras baldías.
La oligarquía de Cartagena, eminentemente ganadera, apostó ante todo por el control de los pastos. A lo largo del siglo
XVI rechazaría las concesiones de cotos realizadas durante el gobierno de sus señores a diversos vecinos de Murcia, como
el Villar de Pozo Ancho a Hernán Gómez Bello, arcediano de Murcia, o de diversas heredades en el Albujón a Juan de
Arróniz, regidor murciano, y a Francisco de Selva, arcediano de Murcia(20). Ante todo saldría beneficiada de los
arrendamientos de dehesas, concedidos a bajo precio a sus miembros, en perjuicio de los ganaderos trashumantes, y de
los repartos de ejidos, de los que igualmente éstos también son desplazados. De esto es precisamente acusada la
oligarquía, que intentaba controlar las elecciones en 1524-1526: de monopolizar los cargos concejiles mediante su
atribución a parientes y amigos para controlar la hacienda municipal -los propios y rentas-, de tal manera que toda
fiscalización de cuentas -alegaban sus oponentes- era imposible, y de arrendar las dehesas concejiles a bajo precio a sus
miembros.

Asímismo desaparece la justicia señorial, con toda su carga de arbitrariedad, no superada quizá por la de la justicia
real, con unos intereses más elevados y lejanos que los del señor, y más mediatizada por la lentitud del proceso. Es posible
que lajusticia señorial se inclinase especialmente a favor de aquellos que habían desempeñado cargos de un concejo que
no representaría oposición al poder señorial, sino todo lo contrario. El Concejo de Cartagena ganó competencias judiciales
después de la reincorporación a la Corona. De hecho durante la primera mitad del siglo XVI lo vemos juzgar mediante el
nombramiento de dos jueces acompañados en las apelaciones contra las sentencias del alcalde mayor.

Esta oligarquía ganaría, además, con el servicio al rey: honores, cargos, rentas, como prueba su fuerte y temprana
inserción en los cargos militares de proveedores, tenedores y pagadores de las armadas reales(21).

Las alteraciones y banderías habían sido el medio y la ocasión propicios para la intervención real, tanto a finales del
siglo XIV y principios del XV, en Murcia, como a principios del XVI con las Comunidades. Es indudable que las oligarquías
se cierran al amparo del favor real. En Murcia la intervención del adelantado mayor Ruy López Dávalos en 1399, con la
consiguiente regulación de las elecciones de oficios entre 108 familias y luego, en 1412, el empadronamiento de hidalgos
y la conversión de las regidurías en vitalicias, en 1424, conformaron el proceso de cerramiento(22). En Lorca culminaría
este proceso más tarde, con la reducción del número de oficios por las Ordenanzas de Cabrero, en 1490. Por el contrario,
en Cartaqena el proceso sería aún más lento, pues conseguida la cooptación ya a principios del XVI, prosiguió el
enfrentamiento entre los miembros del Concejo desde las alteraciones de 1520-21. En 152710s regidores salientes elegidos
en 1526(Juan de Heredia, Tomás Garre, Tomás Osete, Francisco de Balvás, Guillermo Ros, Julián Martínez y Diego
Bienvengud) pusieron pleito contra el Concejo constituido en junio de 1527, especialmente contra el bachiller Pedro de
Palacios, alcalde mayor, que se había negado a aceptar la reelección de dos de los regidores de 1526 por los salientes
y en su lugar había nombrado él mismo a Pedro Osete, acusado de comunero y de incapacidad, por ser fiador de la
residencia del alcalde mayor-, a Jaime Rosique y a Andrés Rosique(23).

La Real Cancillería sentenció muy pronto -el 18 de junio de 1527, siete días después de la elección- a favor de los
oficiales de 1526, anulando los nombramientos realizados por el alcalde mayor, pero éste apeló la sentencia y los regidores
perjudicados le pidieron que confirmase sus nombramientos, lo que hizo, alegando que la Ordenanza de 1518
precisamente elaborada por dos de ellos- prohibía la reelección de un regidor en el plazo de tres años(24). En la apelación,
los afectados argumentaban que:

"de aguardarse de contino se andarian los oficios en unas mesmas personas y no saldrian del los y de sus parientes,
que seria cabsa que siendo como son anales se hiziesen perpetuos, lo qual hera contra toda razon y derecho; lo otro porque
aviendo las partes contrarias pedido que no se hiziesen los dichos oficios perpetuos y aviendose proveydo y mandado asi
hera cosa grave que yndiretamente las partes contrarias tuviesen formas y maneras para hazer los dichos oficios perpetuos
andandose de unos en otros; lo otro porque en caso negado que oviese alguna costunbre de elegirse unos oficiales a otros

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avia sido dende muy poco tienpo hasta entonces, lo quallas partes contrarias avian yntrodu zido porque continuamente
los dichos oficios anduviesen entre ellos y entre sus parientes y de su parcialidad, y que asi avia sido que dende algunos
años hasta entonces no avian salido los dichos oficios del los; lo otro porque hera muy grand daño a la republica que las
partes contrarias y sus parientes se toviesen de contino los dichos oficios porque gastavan los propios de la dicha cibdad
como querian y asi los avian gastado y gastavan en su propio provecho y avian hechado muchos repartimientos yndividos,
y que como se andavan entre ellos los dichos oficios no avia quien les pidiese quenta, a causa de lo qual se destruia la
dicha cibdad y las partes contrarias se harian señores della haziendo todo lo que querian porque no avia quien les fuese
a la mano".

¿Cuál fue la réplica de aquellos que intentaban, efectivamente, un control absoluto de la elección de los oficios? Por
toda respuesta, la acusación de comuneros a quienes les pleiteaban y que la costumbre que habían impuesto "hera justa
y fundada sobre utilidad y provecho del pueblo porque se elegian personas esperimentadas, hijosdalgo y abiles de los mas
principales, lo qual no heran las personas que la Justicia de la dicha cibdad avia elegido, antes comuneros, porque avian
sido en levantar y sostener la Comunidad en la dicha cibdad en nuestro deservicio, por lo qual no podian tener oficios
publicos".

Una nueva sentencia -de 11 de octubre de 1527- ratificó la anterior, en favor de los regidores de 1526, obligando al
alcalde mayor a aceptar a los por ellos elegidos para 1527-28(FranciscoGarcía, Alonso Ardid, Juan Martínez Fortún,
Bartolomé Bienvengud, Pedro de Vergara y Diego Ros) y a la destitución de los por él nombrados. Asímismo confirmaba
la posibilidad de que los regidores salientes eligiesen a sus sucesores, a dos de ellos entre ellos mismos y a los demás
-cuatro regidores y dos jurados- según la Ordenanza de 1518. Es posible que la acusación de comuneros pesase
fuertemente en la sentencia, puesto que el tiempo transcurrido desde la sublevación era relativamente escaso, como
también el apoyo a aquellos que se habían mantenido leales al rey, ahora recompensados, como en 1524, por un control
más efectivo del concejo, con límites, por supuesto, porque se confirmaba la Ordenanza de 1518.

No obstante, no acabó aquí el pleito, porque la parte de la oligarquía, es decir de los regidores de 1526, pidió la
revocación de la Ordenanza de 1518, y la de los regidores de 1527 solicitó asímismo que se anulara la posibilidad de
reelección de dos regidores. Denunciaban éstos que el interés de la parte contraria estaba en el uso de los propios para
sus ganados, especialmente en el arrendamiento de las dehesas concejiles a sus iguales a bajo precio, y que la reelección
de dos o tres oficiales suponía un grave impedimento de mediatización para los demás.

Nos situamos, por lo tanto, ante un enfrentamiento de una oligarquía de ganaderos fuertemente inclinada al
monopolio de los pastos locales mediante el control de las elecciones del concejo. En este sentido podemos decir que el'
Concejo de Cartagena se configuraba por estos años como un "señorío pastoril colectivo", según expresión de Mª Teresa
Pérez Picazo y Guy Lemeunier(25), al que intentaba impedir el cerramiento otra parte de la población, puesto que las
elecciones provocaban enfrentamientos y violencias(26). ¿Cómo instrumenta la oligarquía el control de los cargos
foncejiles? Ante todo, mediante el desarrollo del parentesco entre las familias principales; es decir, mediante una
estrategia matrimonial fuertemente endogámica en la que las relaciones familiares respondían a una cohesión centrada
en unos intereses específicos. Prueba de ello es no solo la insistente acusación de los oponentes a la oligarquía del
constante intento de control del concejo mediante "parientes" y "parciales", sino la constatación de unas fuertes relaciones
familiares entre los miembros del concejo de 1508. En la pesquisa realizada en este año sobre las alteraciones de 1507,
un regidor -Juan Fernández de la Cuadra- declara que el alcalde ordinario Julián Martínez Cobacho era su yerno; otro
regidor -Pedro Martínez Cobacho-, que era pariente de Julián Martínez Cobacho y del alguacil Valdovín Martínez; y el jurado
Ginés Osed, que lo era del regidor Rodrigo Osed.

Por otra parte, es evidente que tanto en 1501-18 como en 1526-42 se imponen diez u once familias: Ardid(con 4
representantes y 27 cargos), Bienvengud(con 6 representantes y 16 cargos), Espín(con 3 y 12), García de Cáceres(con
4 y 34), Garre(con 5 y 14), Heredia(con 2 y 20), Martínez Cobacho(con 4 y 18), Martínez Fortún(con 5 y 38), Osed(con 7
y 25), Ros( con 6 y 28) Y Rosique(con 6 y 33), a los que hay que añadir en la primera etapa a los Fernández de la Cuadra(con
2 y 11). Es difícil precisar con más detenimiento el entrelazamiento entre estas familias, puesto que la documentación es
escasa, pero sabemos que, por ejemplo, en estos años -principios de siglo XVI- Pedro Bienvengud casa con María Martínez
Fortún, hija de Jaime Rosique y Magdalena Martínez Fortún; su hijo Diego casaría con Juana de Heredia, hija de Juan de
Heredia, y de éstos procedió Bernardino Bienvengud, que contrajo matrimonio con Magdalena Ardid, y Pedro Bienvengud,
que casó con Juana Rosique(segundo matrimonio con una Rosique), padre de Nicolás Rosique Bienvengud. También
enlazaron las familias Osete y Espín: Tomás Osete casa con Beatriz de Espín, hija de Juan de Espín Cobacho y Mari
Cobacha; los Garre y los Martínez Fortún, los Ros y los Rosique, los Garre y los García de Cáceres, etc(27).

El pleito sobre las elecciones de oficios acaba finalmente en 1535 con una rectificación a la sentencia de 1527.
Dispone que dos oficiales reelegidos en un año no puedan ser reelegidos en el término de otros tres años, accediendo de
esta manera a una petición de los que se oponían a las reelecciones, que sin embargo no suponía un cambio trascendental
porque la reelección se podía hacer en otros. En la práctica, tanto la sentencia de 1527 como la de 1535 no fueron cumplidas
estrictamente. La de 1527 porque a veces fueron reelegidos hasta tres miembros del concejo anterior -en tres ocasiones
entre 1527 y 1535, es decir durante nueve años- y la de 1535 porque no se respetan los tres años de plazo para poder
proceder a la reelección. Las reelecciones seguidas de una misma persona se dan en 28 ocasiones durante los años 1501-

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18, afectando a 72 cargos, el 42,1 %, pero aumentan en 1527-42 a 45 y engloban a 107 cargos, el 49,3%. Asímismo entre
1501 y 1518 hay 55 reelecciones interrumpidas por intervalos de menos de tres años, pero éstas aún continúan en 1526-
42, a pesar de las sentencias de 1527 y 1535, siendo su número elevado: 37. Es evidente que las sentencias de 1524 y
1527 beneficiaron a la oligarquía, pues permitieron la continuidad del control de los cargos concejiles en los años 1526-
42 respecto a los de 1501-18. Observando el cuadro n. 1 se puede distinguir una concentración paulatina de los oficios
municipales en un grupo reducido de familias. Si en la segunda mitad del siglo XV el 83% de los cargos están en manos
de las familias que tienen menos de 5 cargos(25, el 96, 1%) Y solo una familia obtiene más de 5 cargos -8 en concreto, el
17%-, de modo que la concentración es mínima, en 1501-18 y 1526-42 la situación cambia totalmente. En 1501-17 solo el
22,8% -39- de los cargos queda en familias que ocupen de uno a cinco cargos, concentrándose en 11 familias(eI32,3%)
el77,1 % de los cargos. Entre 1527y 15421a reducción es menor: 12familias -ahora el 28,5%-ocupan el 76,4% de los cargos
-166-, mientras que las otras 30(71 ,4%) acceden solo al 23,5% de los cargos. Ante todo hay que destacar que la oligarquía
consigue evitar los límites que se le habían impuesto por la sentencia de 1535, pues frecuentemente no se respeta el plazo
de 3 años de no reelección. En uno y otro periodo unas pocas familias -once: Ardid, Bienvengud, Espín, Gracía de Cáceres,
Garre, Heredia, Martínez Cobacho, Martínez Fortún, Osete, Ros y Rosique- controlan e170-71 % de los cargos. Alonso Ardid,
por ejemplo, llegó a ser elegido 5 veces en 1501-18 y 10 en 1526-41; Juan de Heredia, 11 y 7; Francisco de Balvás, 8 y
5; Tomás Osete, 7 y 5; YAndrés Rosique 4 y 8. De nuevo vuelvo a insistir en la importancia del patronazgo real, que favorece
a sus servidores. Francisco de Balvás recibe en 1512-13 un acostamiento sobre las alcabalas de la ciudad -4000 maravedís
anuales- por mantener una lanza gineta. De otra forma, era también decisivo el interés de la monarquía en la permanencia
de sus hombres más fieles a través de la acción del corregidor. En 1541, el voto de éste decide la elección de Juan de
Heredia como procurador síndico del Concejo(28).

Distintivo o característico de esta oligarquía urbana que gobierna a través de la cooptación y los vínculos familiares
fue, además, que no se limitó a ocupar los oficios o cargos que pcdrlamos llamar de "poder"(alcaldes y alguaciles
ordinarios, extraordinariamente, y regidores y jurados), sino que también acapararon los otros, de gestión o ejecución(alcaldes
de hermandad, mayordomo, alcalde de mesta y caballeros de la sierra), que en otras ciudades se confiaban a personas
ajenas a la oligarquía. Es verdad que la Ordenanza de 1518 y el pleito entablado entre 1524 y 1535 sobre las elecciones
concejiles incluían los dos oficios de alcaldes de hermandad, pero no los de mayordomo, alcalde de mesta y caballeros
de la sierra. El de alcalde de mesta era sin duda muy lucrativo, lo que explica el creciente predominio oligárquico en su
acceso de un periodo a otro. En 1501-17 cuatro alcaldes de mesta salieron de las once familias principales y tres no, pero
en 1527-42 la diferencia fue de 12 a 1. Estos alcaldes presidían las reuniones de ganaderos y pastores, llevándose parte
de los animales descarriados o "mesteños"(29). Más singular es su participación en los cargos de caballeros de la sierra,
sobretodo en 1501-17(9 de 10 cargos), con una función de policía rural que no se acoplaba demasiado a sus ocupaciones,
lo que explica que en los años 1527-42 estos cargos sean concedidos a otras personas, de un nivel social más bajo(17
de 24 cargos). Pero en líneas generales el control de estos oficios aumentó de 1501-17 el 48,8%- a 1527-42: el 57,3%. El
cargo de mayordomo es ejercido a veces por regidores y jurados miembros de la oligarquía en 1501-17, en que la duración
suele ser anual; a partir de 1527 es confiado a mercaderes y rentistas con tendencia a su ejercicio por periodos largos(30).
La cooptación permitió un acaparamiento paulatino tanto de los cargos de decisión como de los de gestión, que no fueron
rechazados por un grupo social que necesitaba el monopolio del poder concejil para controlar los pastos municipales y
comunales, pero también lo utilizaba para enriquecerse(31).

En Cartagena, como en otras ciudades, la cooptación fue un instrumento idóneo para el "cierre" de la oligarquía en
torno al control del concejo. En este sentido, tiene razón Mauro Hernández cuando afirma que la venta de cargos, sobre
todo los acrecentamientos, supuso una cierta pérdida de cohesión puesto que el favor real y el dinero permitieron la
introducción de nuevos elementos no deseados por las familias que controlaban anteriormente los cargos del concejo. En
Cartagena veremos entonces, a partir de 1555, oponerse la oligarquía serninobiliaria frente a los mercaderes, especialmen-
te contra los genoveses. En 1579-80 se niega a aceptar a Diego Fernández de Santo Domingo, mercader cartagenero, que
pretendía ser hidalgo y acceder a regidor del Concejo y al que logra vencer, pero no a sus sucesores(32). Con los
mercaderes genoveses la conflictividad se elevará, aunque en algunos casos sean aceptados por su parentesco con algún
miembro de la oligarquía. En otros casos fueron los mismos genoveses quienes evitaron mezclarse con los hidalgos
naturales. De forma que se constituyóuna nueva oligarquía, a finales del XVI, ahora verdadero patriciado, compuesta por
dos grupos -grandes terratenientes ganaderos y mercaderes- y dividida en varios bandos.

CONCLUSIONES

A principios del siglo XVI presenciamos en Cartagena la formación de una "élite de poder", objeto de nuestra
atención, en torno al monopolio de los cargos y por medio de un sistema de cooptación/reelección, que hemos podido
observar con detalle entre 1503, en que la ciudad es reincorporada a la Corona real, y 1543, en que los cargos son
convertidos en vitalicios y puestos a la venta. No faltaron resistencias a esta transformación del Concejo cartagenero en
un coto de once familias principales, y esto se ve claramente en la Ordenanza ralizada en 1518 por unos oficiales que
reaccionan contra el abuso de la reelección
impuesta desde hacía poco y en la petición en el mismo sentido hecha por ellos en 1524. Entretanto el movimiento
comunero ha sido todo un revulsivo de una "cuestión municipal" que está latente no solo en Cartagena sino en todo el Reino

60
--------------------- GESTAE. taller de historia

de Murcia(Murcia, Lorca, Albacete, Valle de Ricote y Abanilla), y en esto quiero insistir. ¿Qué implicó o supuso la revolución
de las Comunidades? ¿A dónde llevó? ¿A un reforzamiento de la autoridad monárquica frente a las oligarquías locales?
No parece que esto fuera lo que sucedió en Cartagena. La élite de poder, que había sido expulsada de la ciudad por los
sublevados, vio reforzado su control de las elecciones, del Concejo, que es lo mismo, en 1527, no obstante que ocho años
después vería limitadas las amplias concesiones conseguidas. En 1543 concentró todas las regidurías y juraderías que
vendió la Corona, pero anteriormente el sistema de cooptación le había permitido el monopolio del poder durante 40 años
y con mayor amplitud.

(1) Ver los recientes estudios de Ignacio Atienza Hernández, "Patronazgo real, rentas, patrimonio y nobleza en los siglos XVI y XVII:
algunas notas para un análisis político y socioeconómico", y Bartolomé Yun Casalilla, "La aristocracia castellana en el seiscientos,
¿Crisis, refeudalización u ofensiva política?", publicados en la Revista Internacional de Sociología, volumen 45, fascículo 1,
Madrid(1987), en continuidad con el debate suscitado entre Julio Valdeón Baruque -"El Feudalismo Ibérico, Interpretaciones y
métodos" Estudios de Historia de España, Homenaje al Profesor Manuel Tuñón de Lara. Madrid, 1981- y Benjamín González
Alonso: "Notas sobre las relaciones del Estado con la administración señorial en la Castilla moderna". Anuario de Historia del
Derecho Español, vol. L/II. Madrid. 1983. Pp. 365-394.

(2) HERNANDEZ BENITEZ, Mauro. "El cierre de las oligarquías urbanas en la Castilla moderna. el Estatuto del Concejo de
Madrid(1603)". Revista Internacional de Sociología, vol. 45/1, po. 179-198. Madrid, 1987

(3) MENJOT, Denis. "L 'elite du pouvoir á Murcie au Bas Moyen-Age". Congreso La Ciudad Hispánica. Universidad Complutense.
Madrid, 1985. Pp. 883-907

(4) MOL/NA MOL/NA, Angel Luis. "Las Ordenanzas de Cabrero al Concejo de Lorca(1490)". Cuadernos de Historia de España
(Anexos de Hispania). vol. X Madrid, 1983. Pp. 124-136.

(5) Sobre Albacete ver: CALLEJAS TORRALBA, José Luis. "La revolución de las Comunidades de Castilla en Albacete". Congreso
de Historia de Albacete, vol. 111.Instituto de Estudios Albacetenses. Albacete, 1984. Pp. 13-26. En cuanto a Cartagena, mi libro:
Cartagena en la época de Carlos V. Crecimiento demográfico, transformaciones económicas y conflictividad
social. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia, 1987 Pp. 245-279.

(6) L/SON HERNANDEZ, Luis. "Un precedente del movimiento comunero. La rebelión antiseñorial de 1517 en el Valle de Ricote".
Abarán, 1987. Ayuntamientoqe Abarán. Abarán, 1987 s.p.

(7) TORRES FONTES, Juan. El señorío de Abanilla. 2ª ea. Academia Alfonso X el Sabío. Murcia, 1982. Pp. 171- 175.

(8) Los Rosiques hablan dominado la escena concejil de la segunda mitad del siglo XV y parece que en estos años eran desplazados.
El pleito sobre las elecciones se encuentra en el Archivo de la Real Cancillería de Granada, cabina 301, legajo 10, n. 22.

(9) OWENS, John B. Rebelión, monarquía y oligarquía murciana en el reinado de Carlos V. Universidad de Murcia.
Murcia, 1980. Pp. 18-45 Y especialmente 71-84. También hay un estudio sobre las alteraciones en Leon durante los mismos años:
MERINO RUBIO, Waldo. "Leon ante la primera venida a España del futuro Carlos V, 1516-1518, resistencia y espíritu precomuneros
según la
documentación conservada en el Archivo Histórico Municipal de Leon". Archivos Leoneses, rin, 81-82. Leon, 1987. Pp. 345-437.

(10) (A)rchivo (M)unicipal de (C)artagena, caja 107, expediente 5.

(11) Ver mi libro citado: op. 264-265.

(12) Respecto a Murcia ver: OWENS, J,B. oo.cn., oo. 60-62

(13) En Baeza se enfrentaron nuevamente los dos bandos de familias hidalgas dirigidos por los Carvajal y los Benavides, como lo
habían hecho -siempre por controlar el concejo- en 1439-45, 1465-69 Y 1475-78, aprovechando los tiempos de dificultades de los
monarcas: LADERO QUESADA, Miguel Angel. Andalucía en el siglo xv. Estudios de Historia Política C.SJC. Madrid, 1973. Pp.
58-61.

(14) OWENS, JB. Oo.clt., pp. 57-59.

(15) GONZALEZ ALONSO, Benjamín. Sobre el Estado y la Administración de la Corona en el Antiguo Régimen. Madrid,
1981. Pp. 7-56.

(16) PEREZ PICAZO, Mª Teresa/LEMEUNIER, Guy El proceso de modernización de la Región Murciana(siglos XVI·
XIX}.Editora Regional de Murcia. Murcia, 1984. Pp. 75-77 En Abanilla y Puebla de Soto, según Torres Fontes, vencieron los señores
en los pleitos que inmediatamente se entablaron, pero no sucedió lo mismo en Mula. TORRES FONTES, J El señorío de Abanilla,
ob.cit., pp. 173-
Granada. Granada, 1962. Pp. 75-105. Sobre Mula: FRANCO SILVA, Alfonso. "El Patrimonio Señorial de los Adelantados de Murcia en
la Baja Edad Media". Gades, n. 7 Colegio Universitario de Filosofía y Letras de Cádiz Cádiz, 1981. Po. 47-78, particularmente la 62.

(17) Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Colección Vargas Ponce, tomo 11,folio 487v. Agradezco la referencia a este
documento de o. José Mª Rubio Paredes.

(18) AMC., Privilegios, Mercedes y Reales Ordenes, n. 2.

(19) AMC, Privilegios ... , n. 1 y caja 107, expediente 5.

(20) En 1515 el Concejo de Cartagena se enfrenta a Francisco de Selva, arcediano de Cartagena, porque éste le acusaba de hacer
daños en su heredamiento: AMC, Memoriales, n. 3.

(21) Ver mi artículo: "Matrimonio y patrimonio en la oligarqula urbana de Cartagena(siglos XVI-XVII)". Poder, familia y
consanguinidad en la España del Antiguo Régimen. Universidad de Murcia. Murcia, 1989. Pp. 36-102.
(22) TORRES FONTES, Juan. "Evolución del Concejo de Murcia en la Edad Media".Murgetana, n. 71, Academia Alfonso X el Sabio.

61
FAMILIA Y SOCIEDAD _

Murcia, 1987 Pp. 5-47 MARTINEZ CARRILLO, Mª Llanos. Revolución urbana y autoridad monárquica en Murcia durante
la Baja Edad Media(1394-1420}. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia, 1980. .

(23) Efectivamente, Pedro Osete fue fiador de la residencia del alcalde mayor, en cambio no podemos comprobar que fuera
comunero: AMe., Actas Capitulares de. 1526-27,. sesión de 17-111-1527, f. 9r.

(24) AMe., Actas Capitulares de 1527-28, sesión de 20-X-1527, f. tv.

(25)PEREZ PICAZO, Mª T/LEMEUNIER, G. Ob.cit., p. 82.

(26) En estos años las elecciones concejiles eran casi siempre violentas, por lo que en 30-VIII-1534 el corregidor Juan de Acuña
escribía al rey. ''Ansi mismo sepa V.M questa cicoeo de Cartajena parte de su mala governac;ion y aun nec;esidad es por ser los
rregymientos cadañeros y no perpetuos, que como anda la cosa de uno en otro el va a pedirlo en nonbre de la ciuoea. V.M lo mande
proveer que yo estoy mu bien ynformado que conbyene al serbvcio de V.M, y aun sobre las eteciones ay cada año alborotos y
juramentos y otras cosas no buenas" (Archivo General de Simancas, Estado, legajo 29, f. 130).

(27) Ver cuadros de mi artículo citado: Matrimonio ..

(28) AMe., Actas Capitulares 1537-42, sesión de 30-VI-1541, f. 145v.

(29) AMe., caja 107, expediente 30.

(30) Juan García lo fue durante 3 años(1532-35), Francisco Martínez durante 4(1528-31) y Francisco Borrás durante 12(1536-48).

(31) En 1538, por ejemplo, se arrienda el Almudí con sus derechos a Francisco de Balvás.· AMC., Actas Capitulares de 1537-42,
sesión de II-VII-1538, f. 42v.

(32) En 1579: Archivo de la ReelCencilleríe de Granada, cabina 304, legajo 598, n. 116.

VICENTE MONTOJO MONTOJO


Licenciado en Historia.

62
FAMILIA Y SOCIEDAD _

COIIPOSICION
DELCONCPJO
DECARTAGEIA
ENTRE
1445 y 1542 HOJA
Nº: 3

========'==========>=r,~~FT~~~=r~~=T9==r=-'=-~-T-'~-FT~r~~=T=T~FT=r~~=r~~==~ ABREVIATURAS:
45 49 52 76 71 85 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 14 15 17 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 MAL
1==== ----==='?=I'~'=f="=F4~,=I== -==-=
i=l=t'=j=1=F=t~=F=t=i=f=f==j==HH=F=F=H='Ai=F=j=*=i====l AGAlguacilordinario
AH I AHAlcaldede la Hermandad
- - --t- l-r- r- - r- --r- e- r- --t--t-t-i--t---t---t--t--t-t---t----1 ALAlcaldeordinario
CS AMAlcaldede la mesta
------------+-+-+-t-t_-H--1--+ -I-+-+-+++-+-+-HH- r---r--- -t-t_t--t_t--+-t- t--H--t-_t_-t-- --- ATAlmotacén
1 es Caballerode la sierra
-- - -r-- ------- ------- ---- - -- --------- E Escribanodel Concejo
FEFiel ejecutor
---------+-H-+-+-++- - -- -- - -- t- - e- --e- --t-t---f-t--i-t-t-+- - -,-1-- -t-r-t-r+r-t-r+r--r J Jurado
R R R R R M 10 M Mayordomo del Concejo
OMObreromayor
CS R AM RAM R J AH 12 R Regidor
---------~H_t_t_t__t_+-+-t_-H-t-+-t-+__t_i-tr_H_t_t_t_-t_-+-+-t_~-t_+__t_+_-t--r- ----
GARCIA DECACERES, Rodrigo AH 1
- -t-- - - - - ,- -- - - - t-r+r- - - t-t- - t-t-- -- - - -- r---- -t-r+t-
GARCIA DECASTRO, Alonso
I-----------------H_t-t-_t_+-t-,f- r-- -+-+-t_t--t-t---t-t_-H-t--+--t --iH-t-_t_+-+-t_+ t-H--t-+-+-----l
GARRE, Nicolás 1
1-------------- - --t-tr_-t-t--t--t- - --I-r--t- -t-t--+-+_-t--t--t--+H-t-_t-t--t--t-'H-+-t-t-t--t_t--+
GARRE, Juan
------------t-t--t---+-+--f--1_t-t--+--+- I-r---I- -t-+--+-+_-t-t- -r----t-- -t-t-++-+

--t_t_-+-+-t-- r--r-- --t--+-t-t-+-+-t_t--t--¡- -- --r--r---


AH AH J
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CS
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AH
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J ALAL R R J J R J J R 17

R 2
---= '= =--'=--="==~

COMPOSICION
DELCONCPJO
DECARTAGENA
ENTRE
1445 Y 1542 HOJA
Nº: 4

p=== ABREVIATURAS:
APELLIDOS
Y HOMBRE 45 49 52 76 77 85 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 14 15 17 27 28 29 30 31 3233 34 35 36 J7 38 39 40 41 42 TOTAL
P===-=---------=~=I=H+=I==iP=!==f,"+-'=I==+=---4=1==i==-H=I=-=i==I==t+=i==i==F++==j==t=='i=__,¡=--H=1==1==1===
== AGAlguacilordinario
JARA,Alonsode la R J R J R R 7 AHAlcaldede la Hermandad
t--- ---+-+--t-+--t-+_-I--t-t-+_t__t_+-i-t_H-t_t-t--t--t-+- - -- ,--r-- --t-t-_t_+-H---t-t-----t ALAlcaldeordinario
JARANDILLA, Alonso JMAG R M 6 AHAlcaldede la mesta
t---- ---------_t-t--t--t_- -_t-t--+--+-+--t-t---_t-+-t-+-t--t-t--t_t_+_-t-i-t--H-t-+-t--+-+_+-+_- ;-r------ ATAlmotacén
JAVALOYAS, Pedro
J~;~~~-, -Si-m6~------------t--t--t--
f-------------------
-+-Jt--t-t--t--
-t---- - -- -f-t-t-+-+-t-
-- -r--'-- ----+-+-t--t--t_t_-+-H-

- -t-i-t---t--i- --- -
-t-i-e-t-+--t-t--t-t-_t_-
1
--
1
CSCaballerode la sierra
E Escribanodel Concejo
FEFiel ejecutor
J Jurado

;;;~~~;;~-------
-~~----r--l~..-
CS 1 M Mayordomo del Concejo
OMObreromayor
1 R Regidor
-1- - -----+ -t-+-+-+-f- --e--- -- - --t_t_-t---t--t-t-CSt_H-t--t
LEON,
Garcíade R 1
r----------------- --1- - -- --1-1- -- -- - - - r- -- -- --f-I--I-+-+-++-+-H-+-++-+-----I
LEON, Pedro AH 3
---- ---t-- -1-- - t- t-- -- - - t-- -- e- -- -t-- --1- -- -- -- t-- - e- -- t-- - -t--++-+-I--I--j
LORCA, Pedrode R 1
1--------------- --t---- -+-+--+-+-+- - -t_-+-+--+-+--I-- --H---t-+-+-I- - -t-++-I-+-t-++-H-+-+----l
MARTINEZ, Alonso R
f-------- --t-t--I-+-- r- f- - r- e- - - -+- -t--I-+--I--I-+ t- - ----t-- -
MARTINEZ, Francisco MMMM 4
-------------------------- - --- - --- -r- - - - - - 1-- - - e- -- -++-+--1-+-+ ¡- - -- -- r- - - --t-- =-
MARTINEZ COBACHO, Juan 1 R R 2
------------- -+-I-H-t-+-H-+-+-H-+-+-t--++-+-I-+-+-t-+--t-H-+--t-t-+--I-- --t-t-t---+-----l
MARTINEZ COBACHO, Juan II AL 1
-------- - - -+--+-+-t-~-_t_t__+_+ -- - -- --+-t-+ +-+-t-+-++-I--- r---- -t-- ++r+ t- - - r------

:~¡~:~¡~:~=:
MARTINEZ COBACHO, Gil 1 AL 1
t-- -- -1- - - - - -t-- -r- -t--t--+-+--t---t- - - --t-- - t--;- - --- --

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3

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12

64
____________________________________________ GESTAE. taller de ntstorte

CQllPOSICIOX DEL COXCEJO DE CARTAGEXAmaE 1445 y 1542 HOJA Iº:

ABRK'/IATURAS:
APELLIDOS Y JlalBRE 4549 52 16 1185 01 02 03 04 05 06 01 08 09 10 1114 15 11 2128 29 30 31 32 33 34 35 36 31 38 39 40 u 42 TOYAL
-- AG Alguacil ordinario
ALBALADEJO, Fernando de R R R 3 AH Alcalde de la Hermandad
AL Alcalde ordinario
ALONSO, Martín AH 1 AM Alcalde de la aesta
AT Almotacén
ANGELER, Antón 28 1 CS Caballero de la sierra
E Escribano del Concejo
ANGELER, Ginés AH 1 FE Fiel ejecutor
- - J Jurado
ANIORTE, Diego J 1 M Mayordomo del Concejo
OM Obrero mayor
ARAGONES, Bartolomé J M AT 3 R Regidor

ARDID, Alonso I R AL R 3
1-1- -f- f-f_ -f- - f- - -1- f-I-
ARDID, Rodrigo AL J AL AL R R R AM 8
- -
ARDID, Alonso II R J R J R R J R JAH R J R J R 15
-f_ -f-
ARDID, Ginés R 1
- -
BALLESTER, Alonso AH 1
-
BALLESTER, Diego CS 1

BALVAS, Francisco de R CS AL AL R R R R R R R R 12

BIENVENGUD, Pedro I R 1

BIENVENGUD, Bartolomé I R 1
f--- - - -
BIENVENGUD, Diego R J R R R R 6
- 1---
BIENVENGUD, Bartolomé II AH AL R 3
---- --- f_- -- --f- -f_-- --
BIENVENGUD, Pedro II R J J R J J AM R R AM ID
- - -

C~POSICIO. DEL CO.CEJO DE CARTAGEXAmaE 1445 y 1542 HOJA Iº: 2

ABRK'/IATURAS:
APELLIDOS Y JlalBRE 45 49 52 16 11 85 01 02 03 04 05 06 01 08 09 10 11 14 15 11 21 28 29 30 31 32 33 34 35 36 31 38 39 40 4l 42 TOTAL
AG Alguacil ordinario
BORRAS, Francisco M M M AH Alcalde de la Hermandad
AL Alcalde ordinario
BRAVO, Juan AM Alcalde de la mesta
---------- -+-+-+-+-+--+-+-I--I-+-I---f-+-1-+-+--+--+-+ AT Almotacén
CALATAYUD, Antón de CS Caballero de la sierra
E Escribano del Concejo
CARRION, Gui! Imo FE Fiel ejecutor
+-HH-+-+++-HH-+-+-j---I-I--+-+-++-I--+--I--I-- --I-+-1H-+--+-+-+--I J Jurado
CASTRO, Juan de AM M Mayordomo del Concejo
r------~_c-----f_ --- -+-+-+--I-+-f----+-1-+-+-+-1-+--1--1---f- - -- - 1-1- -I-f-I- -1- -+--I--I----j OM Obrero mayor
ESPIN, üieqo de I J R Regidor
f_--------------- f_t- -+-+-+--+--+-+-1 -I--H-+-+-+-l-+-j- f-I-- -+--I-+-+-I-l--+-+--I--I--I--H-l---l
ESPIN, Juan de R R OM R OM
-t- - -- -- --1- ---HH--+--H-++--I--f-++-+-f-+-+-- -----f- -
ESPIN, Diego de II R R R AM
----------- - - -- - f--f_ -j-+-+--+++-+-HH-+-+--+-I- f-I- ---+-I--HH-+--+-I--I-I-I--H--I
ESTEBAN, Ginés
-----------~--- -- -- -- --t- -- -- -- -1-- -- -+--I--t---I-I-lI--+--+-~-+-+-I-lH-+--I--I-+-
+~-+-+-l-fH--f
FERNANDEZ, Diego CS I
t-t- -- -- - - -t- ¡- -+-f- -- --1- -+-1- -- --l-I-lH--t--+--+-I--I- -- -+-+-+-+1-1-1--
t
f_-----------------~-
FERNANDEZ, Gonzalo R 1

+
-- t-- f_ ---1-- --1--1- -1-- 1-- --

:~~;-;~~==_:=:_
T --- >- -: "I-f~ +- - ~ - - -- 1

FERRANDEZ DE LA CUADRA, Alonso R AH


f_-~----------------- - -- -- ------1-- - -1-- f- - - --1- f-f- -- - - - --1-1--1--+-1--1--1---
FERNANDEZDE LA CUADRA, Juan AL R FE J R AM
_____________________
-- --- -- - --~--- -- - - --- -f- - 1--1--1--
- - - - - t--I----I-----'_H-+-+-+-j----
FERNANDEZDE SALAMANCA,Luis E I
----------------f--+--I-I-- - -+++-H-+-+-++-HH-++++-HH-j--I--+-I--I--f-+-+-+-+-t-- f-
FRUTOSO, Ginés CS 1
-+-+-+--+-t--t--+-H-t--t-+-+-+-+--+--+--I--I--l-+---t--I-+
t--I--- f- --f-'-+-- -
GARCIA, Juan
~,

63
_________________________________________ GESTAE taller de historia

COIIPOSICIOJ DEL CONCEJO DE CARTAGENAENTRE 1445 y 1542 HOJA N2; 5

ABREVIATURAS;
APELLIDOS Y NOIIRRE 45 49 52 16 11 85 01 02 03 04 05 06 01 08 09 10 1114 15 11 21 28 29 30 31 32 33 34 35 36 31 38 39 40 41 42 TOTAL
AG Alguacil ordinario --==
R R AH AH Alcalde de la Hermandad
-1_ -- - -- ~ ----f-- -- --~ - - 1_~ --t---<~t---I- -I-f---I--I----I AL Alcalde ordinario
R R CS CS R R R AM R R OM AH R 15 AMAlcalde de la mesta
___ ~ +_I_I_ .¡..._I_--+--+-~--+--+-_+_I___I_.¡...--
1--- - - -- ~I--~ - ~ - -t---I-_I___I_-I--jf--l.--l AT Almotacén
J R CS Caballero de la sierra
~-- -'-1_ - -,-- ~f--I_- - ---~- f_-----f-----f----- -f----e--- E Escribano del Concejo
AH 1 FE Fiel ejecutor
-------_++-++--~-~_t_~+_+_;~_+-~-~_I_t__~-_I_+++_+_~_+_t_~+--I_~--- -~--- J Jurado
J 1 M Mayordomo del Concejo
~ --- - - ~I_-- - - -- - - -f_-- - ~- - --r--- - ---- - --- OM Obrero mayor
MERCADER,Alonso 1 KK 2 R Regidor
- --
MERCADER,Pedro CS AH 2
-t__I_+-+-+- -i- ---~---f_f_---I_f_-f_-I_-I_I_--I_
MERCADER,Alonso II CS
------------- f-- - 1_ -+-~_+++_H_+++_H_+_t_+.¡___l-- r-f_ - -- - 1_1_ -H~_+_~_I_t____I
MIHGUEZ, Pedro
------------------ f--f-e- ---1_ -- - - f-t-- - - --t--l---1H-_+-t-_t--t--f---¡-
-- - 1- ---1-+---1--1--
HIRALLES, Rodrigo de R

1- -- --1--1-+---+ - -- - --+-+-+-+--+-+--+-,f-¡-- -I_f- -t--f----


R
------H-+_t_++_II-+_+-+---~ -~ -- f-f--I- -+-+--t-H-t-_+--I--+--jH-I---l
AG R J FE AM R
-- -1_1- - f- -I--f-+_~H_t_++---I-t-+-+---I-t
AL R
+-f--I---I-+-+ +-+--+--+---1-- 1- - ++- - 1- -+-I-H-+++_H-I-++_H---j
R CS R RCSJ R RAH 11
-_+_+-I--+-jf--
1- -- - f-- - ---
AH AM R CS R R 6
--I---I--1--1--t--
- - --,- - -1-"- -++t__+-++f--i--- f--
AH R AM 3

OSETE, Francisco R AM

COIIPOSICION DEL CONCEJO DE CARTAGEN!ENTRE 1445 y 1542 HOJA N2; 6

T
ABREVIATURAS;
APELLIDOS Y NOIIBRE ~J~5 49 52 16 11 85 O~ 02 03 04 05 06 01 08 ~;-10 11 ~~-~: 11 21 28 29 30 31 ~~ 33 34 35 36 31 38 39 40 41 42 T~AL
T

AG Alguacil ordinario
OSUHA, Alonso de AH Alcalde de la Hermandad
----------------------H-t-_+_I_- 1- 1_ -- 1_ -- I_I-t-- --+-1---1-_+-++--+--
-- - --f_ -¡-t-- - - ,-1-1- -~++_-l AL Alcalde ordinario
PEREZ, Andrés R 1 AM Alcalde de la mesta
---------------~-__f_t_t-+-I_ -1_1- --I-~- - -t--+-+-+--I--I--,- --1-- --f_ -- -- -+-_t_++-H,-+-I-++-- AT Almotacén

t__,
__
R AH 2 CS Caballero de la sierra
E Escribano del Concejo

:::":::;d'.' --__ l~'~~~~ .• .]. -r~~ --I-----t--t---1r-


----t--I_
FE Fiel ejecutor
J Jurado
M Mayordomo del Concejo
-------------------- 1_-- -- - -- - - -.. -- -- -- ..- -- -- - f- -- -- -- -- -- -- -- - ,--1_ -- t-- --I-+--I--I-f--I.__f---j OM Obrero mayor
ROCA, Martín AL R Regidor
--------------~ 1- -- - - - - - - - f-- -- -1_1- -+_++--+-+--1-+_+_I__-I-'¡"'-I--+-'¡"'-+
-IH-+-+-+-t-e----1
ROCA, Andrés J
------------------- ---- -- -- - 1_ - e- - -1-- -- - 1_ -- - -- f_I_ c- -+-+--I-+~f--1-_+-+_+_I_-
-- t--
RODRIGUEZ, Fernando AH
-------------- ~ -1- - -- '--1_- 1_- - ~f_ -_I_++~_+-_I-+_f__+-_I_++~++_+_f-__l
RODRIGUEZ, Diego CS
------------------------ - - - -- -- -- -- -- -- - -- - ~ -- - --- -- - -- - -- f-- - -- -- - - - - - - -- ----
ROM!, Francisco R 1

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ROS, Ginés II AH
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3
==

65
FAMILIA y SOCIEDAD _

CO!!POSICIOH DEL COHCEJO DE CARTAGEIIAEHTRE 1445 j 1542 HOJA Hº: 7

------====-~-- ;---r~=-==r::=-=-==-==-o::;=--:=-=:~-==-==--::=-==-=--==-=--=- =v=t=s=v= ~. ~=-==---=-=--==-=-=--= ABREVIATURAS:


APELLIDOS j HotIBRE 45 49 52 76 77 85~1 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 14 15 17 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 TOTAL
,=,======+++~H=t+i= =-= -= = == == == == ~,== -= - = -- - -- AG Alguacil ordinar io
R 1 AH Alcalde de la Hermandad
AL Alcalde ordinario
AM Alcaide de la mesta
AT Almotacén
CS Caballero de la sierra
E Escribano del Concejo
FE Fiel ejecutor
- -- ~
- -- - -- - -- -- -- - -- -- -- -- -- -- -- -- -- - --- J Jurado
J AG R R R es R M Mayordomo del Concejo
--- - -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- - -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- OM Obrero mayor
R J AH R R R R R Regidor
- - ,-- -- -- -- - -,-, -- - -- - -- - -- -- -- - - - -- -- -- -
AG
--t--+-I--+- -- -- - -- -- -- -- -- -- -- -- -- - -- -- -- -- --
AH AH

R AM R AM
+- - r-- ~ - - -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- - -- -- ,--, -- -- -- -- ---,-- - --
R
---------------- -- - ¡-- -r-t-v- -- -- -- -- -- - -- - -- --1- -- - - - -- -- -- -- -- --- -- -- -
ROSIQUE, Alonso 11
-------~----------I-- r--- r-- -~ - - - - -1--'
- -- - -- - -- - - -- -- --t-- -- -- -- -- -- -
SANCHEZ, Iíoninqo J
-------------- -- -- -- - ~ - -- -- -- - - - -- - - - -- -- -- -- -- --+--+---t--1I-+-t-
CS
--i-f- - ¡-- -- -- -- -- - - - -

- --t-- -

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_ -~_::_=::_::=
__:_:~_L_~_~~=~=
CO!!POSICIOH DEL COHCEJO DE CARTAGEHAEHTRE 1445 j 1542 HOJA Nº: 8

ABREVIATURAS:

AG Alguacil ordinarioandad
AH Alcalde de la Hermandad
AL Alcalde ordinario
AM Alcalde de la mesta
AT Almotacén
CS Caballero de la sierra
E Escribano del Concejo
FE Piel ejecutor
J Jurado
M Mayordomo del Concejo
OM Obrero mayor
R Regidor

66

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