] AV1ER T ACÓN C LAVAÍN

LA RESTAURACIÓN
EN LIBROS Y DOCUMENTOS
TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

OLLERO y RAMos
 ÍNDICE

L AS REGLAS 13
1. CONSERVAR VERSUS RESTAURAR 14
2. PRlNCIPIOS ÉTICOS 15
2.1. Respeto a la integridad física y estética 16
2.2. Uso de materiales estables 18
2.3 . Reversibilidad 18
2.4. Diferenciación entre los materiales nuevos y los originales 19
2.5. Documentar el proceso 19
3. D OCUMENTACION DE CONTROL 20
4. E STUDIOS PREVIOS 21
4.l. Identificación cultural y valoración económica 21
4.2. Identificación material y descripción del estado de conservación 22
4.3. Pruebas analíticas y ensayos previos 24
4.3.l. Solubilidad de tintas 24
4.3.2. Solubilidad de elementos ajenos que han de ser eliminados 25
4.3.3. Medición del pH 26
4.3.4. Otros análisis y pruebas preliminares 31
5. ESTABLECER EL TRATAMIENTO 38

Los TRATAMIENTOS 41
1. LA CAPACITACION PROFESIONAL 41
2. LIMPIEZA INICIAL Y DESMONTAJE 43
2.1. Despegado de soportes 47
2.2. Desmontaje de un libro 55
3. LIMPIEZA 62
3.1 . Limpieza superficial 68
3.1.l. Limpieza superficial con gomas de borrar 68
3. 1.2. Limpieza "a punta de bisturí" y con abrasivos fuertes 75
3.1.3 . Limpieza con torundas humedecidas 76
3. 1.4. Limpieza con láser 77
3. l.5. Limpieza superficial: casos particulares 79
3.2. Eliminación física de manchas específicas y reparaciones anteriores 83
3.3. El lavado acuoso 91

9
 3.3.1. Efectos del lavado acuoso 92 6. DETERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO 207
3.3.2. Tipo de agua 94 7. I NTERVENCIONES SOBRE ENCUADERNACIONES DETERIORADAS 209
3.3.3. Aditivos al agua de! lavado 95 7. 1. Limpieza 209
3.3.4. Temperatura de lavado 98 7. 1.1. Limpieza de la suciedad libre y poco adherida 209
3.3.5. Protección de las tintas y soportes débiles durante e! lavado 98
3.3.6. T écnicas de lavado y secado 100
7. 1.2. Limpieza de la suciedad adherida 209
7.1.3. Limpieza de productos grasos superficiales acumulados 21l
3.3.7. El lavado: casos particulares 109
3.4. Limpieza química: e! blanqueo 112
7.2. Estabilización 212
3.4.1. Tratamientos oxidantes 115
7.3. Lubrificación de cubiertas de pie! y pergamino 214
3.4.2. Tratamientos reductores 122 7.4. Consolidación de pie!es con deterioro químico avanzado 217
4. ESTABILIZACIÓN 124 7.5. Consolidación de encuadernaciones 218
4.1. La desacidincación 126 7.5.1. Introducción 218
4.1. 1. Tratamientos acuosos 128 7. 5.2. Adhesivos adecuados 219
4.1.2. Tratamientos no acuosos 131 7.5.3. Métodos "rápidos" de consolidación de encuadernaciones 220
4.2. Estabilización de tintas corrosivas 135 7.5.4. Consolidación integral de encuadernaciones 228
4.2.1. Tratamientos antiguos de! problema 137 7. 6. Montajes especiales para libros 248
4.2 .2. Tratamientos de estabilización desarrollados 137
5. CONSOLIDACIÓN 141 TRATAMIENTOS MASIVOS 251
5.1. Consolidación de tintas 142 l. TRATAMIENTOS EN SERIE 251
5.1.1. Nebulización por aire a presión 145 2. TRATAMIENTOS EN MASA 255
5.1.2. Nebulización por ultrasonidos 146 3. LA DESACIDIFICACIÓN EN MASA 256
5.2. La consolidación de! pape! 147 3.1. Procesos basados en compuestos de magnesio en disolución 260
5.2.1. Reaprestado 147 3.1.1. Papersave® 260
5.2.2. Reforzamiento de zonas debilitadas 151 3.1.2. CSC Booksaver® 260
5.2.3. Reparación de roturas y zonas con e! soporte perdido 153 3.1.3. Wei T'o® 261
5.2.4. Laminación 173 3.1.4. Sablé 261
5.2.5 . Paper splitting ("división" de! pape!) 181 3.2. Procesos basados en aplicación directa de partículas 262
5.3. Consolidación y otros tratamientos sobre pergamino 182 3.2.1. Bookeeper® 262
5.3. 1. Consideraciones generales 182 3.2.2. Libertec® 263
5.3.2. Flexibilización de pergaminos endurecidos 183 3.2.3. SoBu® 263
5.3.3. Alisado de! pergamino 185
5.3.4. Consolidación de! pergamino 191 APÉNDICES 265
5.4. Consolidación de objetos fotográficos 198
5.4.1. Positivos 198 l. P RUEBAS ANALÍTICAS 265
5.4.2. Negativos 199 2. DISOLVENTES 267
3. F ÓRMULAS PARA LIMPIEZA 271
I NTERVENCIONES SOBRE ENCUADERNACIONES 201 4. PROTECCIÓN DE TINTAS (FIJADO) 274
201 5. ESTABILIZACIÓN 275
l. INTRODUCCIÓN
2. REQUERIMIENTOS PARA NUEVAS ENCUADERNACIONES 202 6. P RODUCTOS PARA LA CONSOLIDACIÓN 278
3. D ETERIOROS COMUNES EN ENCUADERNACIONES 204 7. L UBRICANTES Y RECUBRIMIENTOS PARA PIEL Y PERGAMINO 289
4. CRITERIOS DE INTERVENCIÓN 206 8. EQUIPAMIENTO 291
5. PRUEBAS y ENSAYOS PREVIOS 206
A GRADECIMIENTOS 295

10
II
 LAS REGLAS

Cuando un objeto funcional cualquiera sufre un deterioro que le impide rea-

lizar con normalidad la función para la que se creó, caben dos posibilidades: su
sustitución o su reparación. En bibliotecas, a menudo sucede que la sustitución
es inviable, ya que, además de los libros raros, otros muchos des catalogados son
ejemplares de difícil sustitución. En el m undo de archivos, los documentos sue-
len ser únicos por naturaleza, por lo que n estos casos, sólo cabe su reparación.
El grado de deterioro de un bien bibliográfico o documental puede consis-
tir en un pequeño roce en la encuadernación o unos pequeños desgarros en el
papel o llegar hasta la destrucción de sus atributos funcionales. Por otro lado,
en el universo bibliográfico y documental, podemos encontrarnos desde objetos
de escaso valor intrínseco hasta otros verdaderamente irreemplazables, con un

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Diferentes niveles de deterioro en libros:
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deterioro físico leve, deterioro físico severo 01 ~ At'SI ~~ D I C L OE

y estado semidestr uido, con grave biodegra- LO"GO sonSTA

dación microbiológica.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos P. Puerto y J. Tacón)

13
altísimo valor cultural. Estas dos circunstancias -diversidad del estado de dete-
rioro y del valor intrínseco- determinan también una gran variedad en los tipos
de tratamientos reparadores y en los niveles de intervención; desde la simple
reparación de un desgarro con cinta autoadhesiva -adecuada a la conservación-,
hasta tratamientos complejos y minuciosos en obras valiosas con un estado de
conservación lamentable.
1. CONSERVAR VERSUS RESTAURAR
Este amplísimo abanico de situaciones posibles es uno de los motivos, junto
con las distintas acepciones en cada idioma, de la ligera confusión en los términos
que surgen a la hora de intentar sistematizar las intervenciones directas sobre las
obras. Cabe aquí recordar la clasificación de las actividades relacionadas con la
conservación adoptada por la Confederación Europea de Organizaciones de Con-
servadores-Restauradores, ECCO:
A. Conservación
1. Conservación preventiva: acciones indirectas con el fin de retardar el dete-
rioro y prevenir los riesgos de alteraciones, creando las condiciones óptimas
de preservación compatibles con su uso social.
2. Conservación curativa, terapéutica o reparadora (remedial conservation):
consiste principalmente en la intervención directa sobre el bien con el pro-
pósito de retardar la alteración.
B. Restauración
Consiste en la intervención sobre los bienes culturales dañados o deteriora-
dos, con el propósito de facilitar su comprensión, respetando, hasta donde
sea posible, su integridad histórica, estética y física.
¿Puede considerarse un tratamiento de restauración la reparación de un des-
garro en la hoja de un libro? ¿Y si fueran 68 desgarros? ¿Es restauración sólo
cuando se interviene sobre obras de gran valor cultural? Cualquier intervención
directa en los materiales originales, aun concebida únicamente para evitar un
deterioro mayor, pretende restablecer un atributo perdido que se supone tuvo el
objeto en un momento anterior. Por ejemplo: si reparamos la tapa de madera de
una encuadernación, que se ha fragmentado, sólo para evitar que se produzca la
rotura de la piel que cubre dicha tapa -sin profundizar más en otros tratamien-
tos-, aplicaríamos la conservación curativa, pero restableciendo la integridad
física de esta parte del objeto, por lo que -literalmente- sería una restauración
14
de este atributo. Para simplificar, tomaremos en un único bloque todas las téc-
nicas que supongan la intervención directa sobre la materia del objeto. No obs-
tante, el término restauración se ha aplicado convencionalmente a los trabajos
de recuperación y supuesto embellecimiento de la información puramente esté-
tica de una obra de arte, mientras que en objetos funcionales, el término repa-
ración parece más adecuado. 1
2. PRlNCIPIOS ÉTICOS
Toda intervención directa sobre la materia supone su modificación en mayor
o menor medida, por adición de productos nuevos, sustracción de otros produci-
dos en el envejecimiento (o añadidos fortuita o intencionadamente a lo largo de la
historia) o por alteración física -e incluso química- de los materiales originales.
Además de la información gráfica o textual como entidad intangible, cada
objeto documental tiene -o tendrá en un futuro- un interés como objeto mate-
rial, formado por una multiplicidad de características materiales identificables y, a
su vez, identificadoras del objeto. Como ejemplo ilustrativo lo podemos citar la
fina capa de albúmina -clara de huevo- que caracteriza el pergamino bizantino. 2
Si en una limpieza poco cuidadosa, esta capa se elimina, se habrá suprimido -de
forma imperceptible- una de las características del soporte. Como este ejemplo,
caben citarse muchos otros: el pautado en el caso de manuscritos, las huellas de
impresión de tipografías y grabados, el tipo de apresto en el papel, etc., a los que
habría que añadir, si cabe, características hoy desconocidas que fueran identifi-
cables en el futuro. En este sentido, unas huellas dactilares manchadas con tinta
y unas marcas en forma de cruz en un códice de la catedral de Segovia, el Códex
Canonum -manchas y marcas que en un pasado no muy lejano pudieran haber
sido consideradas como suciedad superficial-, han contribuido a identificar par-
te de ese códice como el modelo seguido por J. Párix, primer impresor estable-
cido en España, para la composición de uno de sus incunables: el Sinodal de
Aguilafuente, ahora considerado el primer libro impreso en España. 3 Otras
I Para ahondar en e! aspecto teórico y deontológico de! campo de la conservación-restauración
es imprescindible la lectura de: Muñoz Viñas, S. Teoría contemporánea de la Restauración.
Madrid, Síntesis, 2003.
2 Kireyeva, V. "Examination of parchment in byzantine manuscripts". Restaurator, vol. 20 (1),
1999, págs. 39-47.
3 Garza, S. Un modelo manuscrito para la edición del Sinodal de Aguilafuente. En e! catálogo de
la exposición: Juan Parix: Primer impresor en España. Fundación Instituto Castellano y Leo-
nés de la Lengua, 2004, págs. 165-1 70.
15
 Las huellas dactilares

o
entintadas y las marcas
en forma de cruz sirvie- -:.::
.........
ron para identificar este ...........
..........
códice como el modelo -~.

que tomó el impresor

Juan Párix para la com-

1
posición del Sinodal de
Aguilafuente.
Catedral de Segovia
(Fotos Fernando Peñalosa)
En el interior de los libros, podemos encontrarnos con diversos objetos que indican la historia
de su uso. En estos casos, pan eucarístico, tarjetas personales de siglos pasados o la cuenta de la
leche de burra de una familia acomodada. Biblioteca Histórica UCM y Museo Cerralbo (Fotos J.Tacón)
muchas características se relacionan con los métodos de confección del libro en
sí: la encuadernación, en la que los diversos materiales y técnicas usadas en su
construcción son, cada vez más, objeto de estudio para el investigador del libro
como objeto material.
Además de las características que proceden de los materiales y técnicas de
fabricación: impresas, manuscritas, encuadernación, etc. , están todas aquellas
que han sido añadidas a lo largo de la historia y que entran a formar parte inte-
gral del objeto como testigos de las circunstancias históricas - censuras, sellos y
otras marcas de propiedad, objetos insertados, dibujos, reparaciones antiguas,
anotaciones bibliotecarias, etc.
nación y, si finalmente se determina su eliminación, debe documentarse su exis-
2.1. Respeto a la integridad ftsica y estética tencia previa, valorando la posibilidad de dejar algún tipo de testigo.
La primera cuestión ética que debemos plantearnos al intervenir es justa- La sustitución de encuadernaciones ha sido una práctica muy común a lo
mente el respeto a la integridad del objeto como un ente unitario, fruto de la largo de la historia del libro. La reparación de la encuadernación es habitual-
aplicación de unas técnicas de fabricación y de los procesos y modificaciones mente más costosa que la confección de una nueva -generalmente de peor cali-
sufridas a lo largo de su existencia. Así, los cambios en las características físicas dad. El interés creciente por la historia de la encuadernación nos hace ver ahora
y estéticas, provocados por los tratamientos aplicados deben ser los menores el gran error de estas sustituciones, a veces justificadas por motivos tan banales
posibles, lo que se consigue a través del principio de la mínima intervención y como que los libros de los estantes tuvieran una apariencia homogénea. La
con la utilización de las técnicas apropiadas; seleccionando entre aquellas que encuadernación es la primera protección del contenido, pero también constitu-
tengan un impacto menor en la modificación de las características materiales y ye la "fachada" de la obra -que influye en el sentido de la lectura- y la estructu-
estructurales del objeto, para lo cual, antes de aplicar un tratamiento concreto, ra que construye y sostiene al objeto. Por lo tanto, en relación con el respeto a
han de efectuarse pruebas preliminares de los efectos del tratamiento en zonas la integridad de la obra durante las distintas intervenciones, debe considerarse el
adecuadas, ya que el mismo tratamiento puede provocar respuestas distintas en objeto como un todo, incluyendo la encuadernación, que sólo debería ser susti-
objetos y soportes aparentemente iguales. tuida cuando los motivos para ello sean de peso y siempre por otra de igualo
Las reparaciones antiguas, siempre que no supongan un peligro para la con- mayor calidad, que mejore la conservación de la obra, quedando siempre la muy
servación de la obra, deberían ser respetadas; en el caso de que estas reparacio- razonable opción de conservar el objeto en una caja individual antes que propi-
nes sean inestables, puede optarse por su estabilización antes que por su elimi- ciar la pérdida irreparable de una parte de su integridad.

16 17

Algunas reparaciones antiguas
se realizaron imitando
fielmente a los originales.
Reintegración del texto
mediante manuscrito en la
-"i.. IiJ
reparación de una hoja de
esta edición incunable de la
Gramática de Nebrija.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos J. Tacón)
Si por necesidad del tratamiento resulta completamente necesaria la sustitu-
ción de elementos originales del libro, éstos deben ser conservados en estrecha
relación con el volumen, pudiendo ser alojados en el mismo contenedor indivi-
dual o en el expediente del tratamiento.
2.2. Uso de materiales estables
Los materiales usados en los tratamientos, teniendo en cuenta que van a per-
manecer indefinidamente en contacto con la materia del objeto, deben ser pro-
badamente inocuos y estables a corto y a largo plazo, es decir, no deben provocar
alteración química alguna que perjudique la conservación del soporte original, ni
en el momento de su aplicación, ni en el transcurso del tiempo por causa de las
reacciones de envejecimiento propias del nuevo material. En este sentido, la pro-
pia historia de los materiales tradicionales ha desvelado aquellos que son espe-
cialmente estables -celulosa de trapos, pergamino, almidón, papel japonés, etc.
Asimismo, la experiencia -aunque más corta que en el caso de los materiales his-
tóricos- y las investigaciones de laboratorio contribuyen a discernir, de entre los
materiales nuevos, los que ofrecen mayor estabilidad -p. e., algunos poliacrilatos-
de aquellos que no son aptos por su inestabilidad -p. e., PVC plastificado.
2.3. Reversibilidad
La reversibilidad ha sido un requerimiento muy frecuente a la hora de esta-
blecer los criterios de intervención en bienes culturales, pero este concepto debe
ser valorado en sus justos términos, ya que ciertos procesos son irreversibles por
naturaleza, como por ejemplo todos aquellos que supongan la limpieza o elimi-
nación de elementos deteriorantes. Además, aun cuando el criterio de reversibi-
lidad es aplicable -aprestos, reintegraciones de soporte, laminaciones, etc., o
cuando interviene un adhesivo en general-, la posibilidad de la reversión del
18
proceso, aunque factible materialmente, puede no ser viable por los recursos
necesarios para ello si el tratamiento en cuestión se ha usado sistemáticamente
durante bastante tiempo. Por ejemplo: si se utiliza durante 10 años un adhesivo
reversible, como apresto del papel, que posteriormente resulta inadecuado por
inestable; ¿realmente resulta factible la eliminación de ese adhesivo para su susti-
tución por otro adecuado? Físicamente sÍ, pero repetir 10 años de tratamientos
parece descabellado; sólo sería viable para obras muy concretas por su valor. 4 Por
ello, es necesario primar la inocuidad comprobada de los materiales a largo pla-
zo, sobre su reversibilidad que, no obstante, también es necesaria, sobre todo
para el desarrollo seguro de los tratamientos, pudiéndose rectificar errores de eje-
cución -p. e., adhesiones incorrectas.
2 .4. Diferenciación entre los materiales nuevos y los originales
Otro de los tópicos frecuentes en los principios éticos de los tratamientos de
restauración en general, incluyendo los realizados en bienes bibliográficos y
documentales, es la necesidad de una clara diferenciación entre los materiales
añadidos -con el fin de restablecer la integridad física de los soportes- y los pro-
pios soportes originales. Como norma general, estos añadidos deben dirigirse, en
primer término, al propósito de permitir la consolidación y reestructuración del
soporte degradado -p. e., permitir la costura de cuadernos- y no responder
exclusivamente a una intencionalidad estética. No obstante, en casos en los que
prime el carácter estético de la información -grabados, dibujos, etc.-, el mate-
rial añadido para su consolidación no debe entorpecer la contemplación del con-
tenido icónico, por lo que, respetando el criterio de diferenciación del original,
ha de ser lo más neutro posible.
2.5. Documentar el proceso
La última cuestión ética que trataremos es la relativa a la documentación del
proceso. Por muy simple que sea la reparación efectuada, los datos esenciales de
la misma -identificación del objeto, intervención, materiales utilizados y fecha-
deben quedar documentados y accesibles. En caso de intervenciones complejas,
cada obra intervenida debe contar con un expediente de restauración en el que se
incluya toda la documentación derivada del tratamiento -actas de entrega o
depósito, pólizas de seguro de la obra, bibliografía sobre tratamientos particula-
4 Esto sucedió con el acetato de celulosa utilizado masivamente en el pasado para consolidar
papeles débiles. Posteriormente se ha comprobado que genera acidez, la cual se suma al dete-
rioro del soporte. Posiblemente aún exista gran cantidad de documentos así tratados aunque
este material es fácilmente reversible en acetona.
19
res, etc.- y en el que se irán anotando todos los datos relativos a la identificación,
examen, pruebas preliminares, establecimiento del tratamiento y aplicación del
mismo, incluyendo la documentación fotográfica de cada etapa. Habitualmente,
estos datos se reflejan en formularios prediseñados en formatos impresos y/o
informáticos; evidentemente, los campos de estos formularios deben adecuarse al
tipo de material a tratar: en colecciones de materiales específicos, los formularios
contendrán campos específicos, mientras que, en colecciones mixtas, los campos
a cumplimentar serán más generales. Los campos sugeridos en las páginas
siguientes intentan abarcar los materiales más habituales. Toda la información
recogida debe servir para la elaboración del informe de restauración, documento
en el que se sistematizan las fases del tratamiento, se detallan las operaciones efec-
tuadas y se especifican los materiales utilizados, incluyendo las concentraciones y
proporciones en el caso de adhesivos, disolventes, disoluciones o mezclas de pro-
ductos aplicados. En el informe deben reflejarse asimismo las referencias perti-
nentes de la literatura especializada que apoyen aspectos del diagnóstico o del tra-
tamiento establecido. La documentación fotográfica -o una selección de ella- del
proceso estará también incluida en el informe final, así como un apartado con las
recomendaciones en cuanto a la correcta conservación futura y exposición.
3. DOCUMENTACIÓN DE CONT ROL
Previamente al inicio de cualquier tratamiento, es necesaria la cumplimen-
tación de los trámites relativos al ingreso de las obras en las dependencias don-
de se va a llevar a cabo el mismo, ya sean departamentos del centro propietario
o servicios externos de carácter público o privado. En primer lugar, si procede,
han de formalizarse las pólizas de seguro que cubran los riesgos durante el trans-
porte y estancia en servicios externos a su lugar de depósito habitual. La siguien-
te formalidad es la redacción del acta de recepción por parte del departamento,
servicio o empresa responsables del tratamiento. Este documento constará de los
datos de identificación de la obra -incluida la signatura, número de registro u
otro identificador provisto por el propietario-, la fecha de entrega y la firma de
las personas responsables de, por una parte, su entrega, y, por la otra parte,
recepción y custodia. Eventualmente, este documento incluirá una descripción
del objeto y de sus deterioros, así como fotografías de su estado al ingreso. 5
5 Esre acra de enrrega y recepción, con documenración sobre el esrado, es habitual en el présta-
mo de obras para exposiciones .
20
El proceso de control continuará con la inscripción del ingreso en el registro
de entrada de las dependencias de restauración, asignándole un número de regis-
tro que será el identificador principal del objeto en el interior del servicio. Gene-
ralmente, los campos a cumplimentar en el libro - y/o base de datos- de registro
de obras serían: n.O de registro -el que se asigna-, fecha de entrada, signatura o
identificador del propietario, tipo de objeto -libro, grabado, etc.-, título, autor,
lugar y fecha de impresión, fecha de salida (en la que el objeto es devuelto) , un
campo de observaciones y, eventualmente, una fotografía del objeto.
4. ESTUDIOS PREVIOS
Completada la documentación de control y registrada la obra, la primera fase
del trabajo comprende la recopilación de la información necesaria para el conoci-
miento de la obra, en su materialidad y de las circunstancias que determinan su
valor cultural, así como para la determinación del alcance de los deterioros que
sufre, recopilando, al mismo tiempo, información sobre los tratamientos posibles
y así determinar sobre la base de todos estos estudios, el tratamiento a aplicar.
En el formulario para el expediente de cada obra debe consignarse toda esta
información, estructurada según su naturaleza en:
• Identificación cultural.
• Identificación material y del estado de conservación.
• Pruebas analíticas y ensayos previos.
4.1. Identificación culturaL y vaLoración económica
Este apartado comprende la información que determina el valor histórico-
cultural del objeto documental y su tasación económica. Estos aspectos deben
ser valorados en estrecha colaboración con el personal documentalista o biblio-
tecario responsable de la entidad propietaria -o, en su caso, con el coleccionista
privado- siendo uno de los factores que intervienen en la determinación del tra-
tamiento. No tendría sentido invertir horas y horas de trabajo en objetos comu-
nes, fácilmente reemplazables.
En el formulario del tratamiento, en relación con esta información, cabrían
los siguientes campos:
• Título de la obra o descripción.
• Autor.
• Lugar y año de edición o creación.
• Impresor -o grabador.
21

• Número de ejemplares en centros públicos.
• Valores añadidos -p. e., dedicatoria por el autor, autógrafos, dibujos, etc.
• Mermas de valor -p. e., mutilaciones.
• Tasación económica.
4.2. Identificación material y descripción del estado de conservación
Es la descripción del objeto en su materialidad -sin que intervenga relación
alguna con su contenido intelectual- y de las alteraciones que se derivan de su
estado de conservación. Esta identificación se basa en el examen visual de la obra
con o sin apoyo de herramientas de magnificación óptica y, aunque es una nece-
sidad previa a la ejecución del tratamiento, el examen e identificación de ele-
mentos continúa durante la intervención, principalmente durante el desmonta-
je, cuando salen a la luz elementos estructurales antes ocultos bajo las capas
externas. La finalidad del examen es el conocimiento de las características estruc-
turales del objeto documental y de los materiales que intervienen en su forma-
ción, así como la descripción del deterioro que sufre, para llegar a un diagnósti-
co de su estado. Las fotografías realizadas durante esta fase de examen material
documentan el estado de conservación previo al tratamiento, y servirán para ser
comparadas con el resultado final.
En el formulario diseñado para el expediente de los tratamientos, los cam-
pos relativos a la identificación material pueden ser:
• Tipo de objeto -libro, grabado, cartel, álbum, etc.
• Dimensiones -en caso de grabados calcográficos, también dimensiones de
la plancha.
• Técnica y soporte primario -impreso sobre papel, grabado calcográfico
sobre papel, manuscrito sobre vitela, dibujo a carboncillo sobre papel, etc.
En caso de objetos fotográficos, identificación de la técnica.
• Tintas; descripción de las tintas que intervienen -de impresión, manuscri-
tas ferrogálicas, al temple, de máquina de escribir, etc.
• Soportes que intervienen e identificación básica -papel verjurado, vitela,
pergamino, papel vitela, papel vegetal, vidrio, etc.-; marcas de agua y otras
marcas de fabricación.
• En caso de documentos sueltos: descripción del soporte secundario o mon-
taje -cartón, enmarcado, passepartout, etc.
• En el caso de libros, los datos identificables de su encuadernación son
tan abundantes que podrían formar un subformulario con los campos
siguientes:
22
• Tipo de encuadernación (denominación corta) -holandesa, todo piel,"per-
gamino flexible o a la romana, tapas sueltas, etc.
• Época / estilo (renacentista, plateresca, mudéjar, etc.).
• Material de cubierta -papel, piel, pergamino, tela, etc.-, especificando los
distintos materiales, si procede, en lomo, planos y puntas.
• D ecoración en cubierta. Descripción icónica -motivos vegetales, geométri-
cos, etc.- y de las técnicas -dorado, gofrado, mosaico, etc.- en planos y lomo.
• Elementos del lomo -tejuelos, falsos nervios, tipo de rotulado, etc.
• Tapas. Material-madera, papel, cartón- especificando el tipo -cartón gris,
blanco, maculatura, etc.- y forma de labrado -cantos biselados, gracia, etc.
• Cortes. Descripción según el tratamiento que se les haya aplicado -dora-
dos, cincelados, bruñidos, pintados, jaspeados, etc.
• Cabezadas. Tipos y colores -sencillas, bordadas, cosidas, pegadas, etc.-,
material del núcleo y si enlazan con las tapas o no.
• Guardas. Pintadas o lisas. Tipo de pintado y forma de montaje -de una o
dos piezas, cosidas o no, etc.-
• Costura de los pliegos.
• Nervios -sin nervios- (costura bizantina, rústica); nervios naturales -sim-
ples, dobles- y material-piel, cordel-; nervios hendidos -a la greca.
• Tipo de costura -a la francesa, a la española- y de envolvimiento de los
nervios -de espiga, compensada, etc.
• Hilo de costura -grosor, material.
• Elementos de cierre -cintas de tela, de piel, botones de piel, broches metá-
licos, etc.
• Otros elementos metálicos -cantoneras, bullones, etc ..
En cuanto a la descripción del estado de conservación, son tres los aspectos
en los que habrá que diagnosticar el estado de cada elemento o parte: nivel quí-
mico, biológico y físico. Al diseñar un formulario para el expediente del trata-
miento, la información relativa a los deterioros podría ubicarse de forma parale-
la a la descripción material de cada parte del objeto, por ejemplo:
Material de cubierta: piel de curtido vegetal.
Deterioros:
• Químico: piel quebradiza por acidez.
• Físico: rozaduras, pérdidas de piel en puntas, roturas en la charnela de la
tapa anterior.
• Biológico: señales leves de actividad de insectos.
23
 Aunque se haga una descripción del estado de cada elemento, también debe
hacerse un diagnóstico que describa de forma global el estado del objeto. Este
diagnóstico debe incluir también las causas que provocaron las distintas altera-
ciones 6 y se basará tanto en el examen visual como en los resultados de algunas
de las pruebas que en adelante se explicarán.
4.3. Pruebas analíticas y ensayos previos
Diversas pruebas analíticas básicas ayudarán a profundizar en el conoci-
miento de los materiales y de su estado de conservación. Las pruebas a realizar
no serán sistemáticas sino que estarán basadas en hipótesis fundamentadas y
dirigidas a resolver dudas concretas relacionadas con el estado de conservación y
la determinación del tratamiento (no tenemos por qué realizar una prueba de
solubilidad de tintas si no se prevé ningún tratamiento donde intervenga el agua
u otros disolventes). Se evitarán, siempre que sea posible, las pruebas que requie-
ran la extracción de una muestra de algún elemento y, si fuera absolutamente
necesaria, se procurará que sea del menor tamaño posible y preferiblemente de
un lugar oculto. Los resultados de estas pruebas se incluirán en el expediente del
tratamiento. El formulario prediseñado podrá tener campos relacionados con las
pruebas más habituales, como son la medición del pH y las pruebas de solubili-
dad de las tintas en agua y otros disolventes. Las pruebas más comunes y su
método operatorio básico son:
4.3.1. Solubilidad de tintas
Para conocer si un tratamiento con agua, o cualquier otro disolvente, puede
ser aplicado sin riesgo, ha de comprobarse que las tintas -así como todos
aquellos elementos que deban conservarse- no son afectadas por este pro-
ducto. El método más sencillo para comprobar esto es aplicando una peque-
ña gota sobre la tinta a evaluar, superponiendo inmediatamente después un
papel absorbente -secante o papel filtro- limpio sobre la gota; si este papel
queda manchado, la tinta es sensible al disolvente empleado. Otro método
para la realización de la prueba consiste en hacer rodar -sin frotar- una
torunda o bastoncillo de algodón humedecido en el producto a evaluar sobre
la tinta; si queda manchado la prueba es positiva. En todo caso, la aplicación
de una "microgota" sobre la grafía, observando sus efectos en lupa binocu-
6 Aunque las alteraciones en sí son efectos de carácter físico (pérdida de resistencia, roturas y
pérdida de material, manchas, discoloración, etc.) su origen puede residir en causas químicas
(acidez, oxidación) , biológicas (desarrollo de hongos o plagas de insectos) o mecánicas (dete-
rioro por el uso o mal almacenamiento).
24
Modo de evaluar la resistencia en húmedo de
una tinta: depositando una pequeña gota de agua
y aplicando un papel secante sobre la zona, el
papel quedará manchado si la tinta es soluble.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH DER 26748
(Foto J. Tacón)
lar, puede revelar la solubilidad de la tinta si se aprecia la difusión de mate-
ria tintórea.
Estas pruebas han de ser realizadas en zonas discretas del documento. Evi-
dentemente, el resultado negativo -resistencia de la tinta- en un punto no
debe hacer presuponer que todas las tintas presentes sean resistentes; han de
tenerse en cuenta varias circunstancias que obligan a ser precavidos antes de
determinar un tratamiento que pudiera tener consecuencias fatales:
• Un mismo tipo de tinta que resulta ser resistente en una zona puede, por
procesos de degradación localizados -hongos, oxidación, etc.-, perder esta
resistencia en otras zonas.
• Aunque, aparentemente, la tinta sea de la misma calidad en toda la obra,
puede tratarse de distintos tipos de tinta con la misma apariencia.
• En tintas manuscritas puede darse la circunstancia de que parte de sus
componentes sean solubles y otra parte resistente; la permanencia inaltera-
ble de la parte insoluble no significa que la prueba sea negativa. Aunque tras
el tratamiento (p. e., lavado) el texto permanezca visible, se alteraría la inte-
gridad material de la tinta.
4.3.2. Solubilidad de elementos ajenos que han de ser eliminados
Las manchas de grasa, adhesivos inadecuados, reparaciones con cinta autoad-
hesiva común y otros elementos pueden provocar una inestabilidad que acon-
seje su eliminación. Para ello, es necesaria la elección del medio disolvente ade-
cuado que, por un lado, elimine la sustancia por disolución y, por otro, no
afecte negativamente a tintas y soporte. Esta elección dependerá de la natura-
leza del elemento a eliminar, para lo que deberemos basarnos en el diagrama
de solubilidad de las diversas sustancias (véase en el apéndice), estableciendo

Fotografía de pequeñas muestras de papel toma-
da en la lupa binocular. Se compara una muestra
tratada con disolventes junto a otra sin tratar,
manchada de aceite, para evaluar la eficacia del
tratamiento. El disolvente evaluado fue una mez-
cla de isopropanol, butoxietanol yagua, el cual se
utilizó finalmente para el tratamiento.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MEO 1176
(Foto J. Tacón)
el disolvente o mezcla adecuados en cada caso. La prueba suele ser realizada
de forma local, aplicando una gota del disolvente sobre el elemento a elimi-
nar -celofán, adhesivo, etc.-, observando seguidamente sus efectos de mane-
ra mecánica -p. e., tirando de la cinta adhesiva o rozando con espátula o bis-
turí para comprobar si el adhesivo se reblandece- o por observación bajo
aumentos del comportamiento del material ante el disolvente. En determi-
nados casos, se hace necesaria la extracción de una muestra para realizar las
pruebas sobre pequeños fragmentos con cada disolvente en el interior de
tubos de ensayo; preservando un fragmento sin tratar que será comparado
con las muestras tratadas. Para la realización de pruebas más complejas -p. e.,
pruebas de tratamientos con enzimas o disolventes poco comunes-, lo mejor
es acudir a un laboratorio con los recursos materiales y humanos adecuados.
4.3.3. Medición del pH
El potencial de Hidrógeno o pH es el indicador del grado de acidez o alcali-
nidad -basicidad- de una disolución acuosa. El índice expresa con un núme-
ro del O al 14 esta condición, siendo 7 el punto neutro, de O a 7 los valores
ácidos y de 7 a 14 los alcalinos; así, por ejemplo, el valor pH=2 sería fuerte-
mente ácido; 6, ligeramente ácido; 8, ligeramente básico y 13, fuertemente
alcalino. Como es bien sabido, el deterioro químico de los soportes conlleva
la producción de compuestos -o subproductos- de degradación de naturale-
za ácida. Tanto estos, como los introducidos durante la fabricación -p. e.,
aprestos ácidos- o los absorbidos del medio -p. e., polución-, intervienen en
la degradación de las cadenas poliméricas -como celulosa o colágeno- pro-
vocando la ruptura de los enlaces por hidrólisis ácida. Por lo tanto, mediante
la medición del índice pH, tendremos información sobre el grado de dete-
rioro químico de un soporte. En este sentido cabe decir, que muchos de los
F
soportes son de naturaleza ligeramente ácida: un H de 5,~ ó 6 es bastante
normal en el papel y 4 es un pH normal para la piel de curudo vegetal; otroS
soportes, por razón de su fabricación , pueden ser ligeramente alcalinos, c.omo
el pergamino o algunos tipos de papel de trapos, ambos por la presenCia de
carbonato de cal como producto de su elaboración.
En todo caso, la información ofrecida por la medición del pH es relativa; no
solo porque, como veremos más adelante, en los sistemas de medición .disponi-
bIes sin extracción de muestras, los factores que influyen no permiten una
determinación absolutamente fiel ni reproducible, sino también porque una o
varias mediciones puntuales no pueden llevar a un diagnóstico general del obje-
to; aún más: el concepto de pH no hace distinción entre distintos tipos de áci-
dos -inorgánicos u orgánicos, fuertes o débiles. El pH del papel-o piel, per~,a­
mino, cartón, etc.- no existe, ya que, por definición, el pH es la concentraclOn
de iones H+ (o H30+) en una disolución acuosa, no en la materia sólida. Aun
así, el pH es el único indicador accesible para el diagnóstico del estado q~í~i­
co de los soportes y sigue usándose como referencia en procesos de desaCidifi-
cación y en investigaciones sobre la permanencia del papel.
Sistemas de medición
Se diferencian dos sistemas para la medición del pH: el colorimétrico y el
potenciométrico. .
Los sistemas colorimétricos se basan en indicadores químicos que cambian
de color a determinados valores de pH. A efectos prácticos, los productos
basados en este principio son:
a. Tiras indicadoras compuestas de varios indicadores coloreados. Existen
tiras para mediciones en el intervalo completo -pH O a 14- y otras, con
mayor precisión, diseñadas para intervalos concretos -p. e., pH 3 a 7. La
Tiras indicadoras para la medición del pH por contacto. Los
tintes indicadores han de ser insolubles para evitar manchas
indeseadas sobre las obras. (Foto J. Tacón)
27

Rotulador con indicador de pH para la evaluación aproximada
de la acidez de papeles. El colo r que tome el trazado indica el
grado de acidez del papel. En este caso, cuanto más vio láceo
más alcali no. El amari llento indica acidez. (Foto J. Tacón)
combinación de colores, tras impregnar la tira con la muestra, se compara
con el patrón de colores incluido en el envase, determinándose el pH. Deben
descartarse las tiras con indicadores que puedan provocar manchas por difu-
sión de los colorantes hacia el papel.
b. Rotuladores indicadores. Estos rotuladores, distribuidos comercialmente,
contienen - en vez de tinta- un indicador químico que toma un color deter-
minado en cada intervalo de pH. De esta forma, y tomando como ejemplo
el verde de bromocresol como indicador, al trazar un punto o una línea sobre
el papel, si el pH es inferior a 3,6, el trazo aparece coloreado de amarillo; ver-
de entre 3,6 y 5,2 de pH y azul si es mayor de 5,2.
El sistema potencio métrico se basa en la medición de la conductividad eléctri-
ca de una solución, lo cual depende del pH de ésta; así, el instrumento fun-
damentado en este sistema -pehachímetro- consta de un electrodo que deter-
mina esta variable -en milivoltios- y la transforma en el índice pH. Los
pehachímetros deben ser calibrados con soluciones estandarizadas de pH
conocido, de forma periódica, siguiendo las instrucciones del fabricante. Los
Pehachímetro electrónico Hanna con elec-
trodo de superficie.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
electrodos usados para mediciones de pH sobre los soportes son los de con-
tacto -o superficie.
Metodología de la medición
La medición del pH por cualquiera de los métodos disponibles, exige nece-
sariamente la intervención del agua -ya que este índice se aplica a disolucio-
nes acuosas. Los métodos estándar parten de la recogida de una muestra
importante de papel -dos muestras de 1 gr cada una para la determinación
del pH de acuerdo con los métodos TAPPI- , 7 lo cual, evidentemente no pue-
de ser admitido en la medición sobre un objeto de importancia cultural.
Otros métodos sugeridos se basan en la extracción de micro muestras y el uso
de microelectrodos para realizar la determinación del pH de la extracción
acuosa; en suma, reducir proporcionalmente las magnitudes - peso de mues-
tra y volumen de agua- de los métodos estandarizados para obtener el mis-
mo resultado. 8 En este sentido, la proporción habitual establecida entre
muestra yagua para la extracción se sitúa en 1:20 (p. e., 50 mg de muestra
en 1 mI -1.000 mg- de agua). Estos métodos de extracción con muestras,
tanto para papel como para pieles, tienen la ventaja de poder utilizarse para
determinar el pH diferencial con el fin de conocer la naturaleza de los ácidos
- fuertes o débiles. Diluyendo el extracto 10 veces con agua destilada y
midiendo su pH, éste será más alto. Si la diferencia es de 0,7 o menos, los áci-
dos son débiles, mientras que si es mayor que este valor, son fuertes. 9
No obstante, los sistemas de medición más comunes sobre obras de valor cul-
tural son los que no necesitan de extracción de muestras y para los que se
usan los métodos de tiras indicadoras - que no destiñan- o pehachímetro con
electrodo de contacto antes citados, depositando agua sobre la superficie del
soporte y midiendo su pH superficial. La, ya apuntada, falta de fiabilidad
7 TAPPI Test Method T509 om-88, 'Hydrogen ion concemration (pH) of paper extracts
(extracción en frío); TAPPI Test Method T435 om-88, 'Hydrogen ion concemration (pH) of
paper extracts (extracción en calieme); TAPPI Test Method T428 om-91, 'Hot water extrac-
table acidiry or alkaliniry of paper'. TAPPI Press, Adama, 1992.
8 Pedersoli, J. L. The development of micro-analytical methodologies for the characterisation of the
condition of papero Preprims from the 9,h Imernational Congress of lADA. Copenhagen,
August 15-21, 1999. págs. 107-114, disponible en: http://palimpsest.stanford.edu/iada/ta
99_107.pdf [19/912008]
9 Monen Ryhl-Svendsen. A review ofmethods to test construction materials, housing materials, etc.,
before use near museum objects or archival materials. Indoor Air Qualiry in Museums and Archi-
ves: Papers and technical notes, 2000. Publicado en: http://www.iaq.dk/papersltests.htm
[2/9/2008]
29
 plena de estas lecturas se basa en la concurrencia de variables como: grosor
del soporte, tipo de apresto, capacidad de absorción del agua por el soporte,
cantidad de agua depositada en la superficie para realizar la medición, pre-
sión ejercida, tiempo que transcurre, etc. Existe también una norma (TAP-
PI T 529 om-04) para la medición del pH superficial del papel. No obs-
tante, y en aras de obtener mediciones mínimamente reproducibles, que
puedan ser comparadas entre sí y den una información relativa en cuanto a
la acidez de un soporte, deben tomarse ciertas precauciones al realizar las
mediciones:
• Bajo el soporte a medir debe colocarse una lámina impermeable e inerte
-p. e., teflón, poliéster- para impedir la absorción del agua depositada hacia
las capas inferiores -el vidrio de laboratorio también es apto como base para
la medición. Si además se coloca bajo la lámina impermeable una superficie
flexible -p. e., espuma de polietileno-, el contacto con el electrodo o la
superficie de la tira indicadora, resultará más homogéneo.
• La cantidad de agua depositada sobre la superficie al realizar la medición,
debe ser pequeña y siempre la misma -una o dos gotas- y debe ser agua des-
tilada para uso analítico, de pH entre 6,5 y 7. 10
• En el caso de las tiras indicadoras, no se presionarán directamente con los
dedos -por la interferencia con el pH de la piel-, sino que se hará con guan-
tes de látex o con instrumental limpio -espátula metálica o varilla de vidrio.
• Los pehachímetros deben ser calibrados antes de cada lectura o, al menos,
con la periodicidad indicada por el fabricante.
• Debe darse el tiempo suficiente para la estabilización de la medida -en los
pehachímetros- o la producción de la reacción completa en el caso de los
indicadores colorimétricos.
De ser posible la extracción de una pequeña muestra del soporte -10 mg
aprox., que equivaldría, en el caso del papel y grosso modo, a un cuadrado de
1 cm de lado-, puede ser desleída en una pequeña cantidad de agua -siem-
pre la misma, p. e., 1 gota-, realizando la medición en esta suspensión. Este
método es adecuado para las mediciones en pieles. Utilizando este pequeño
extracto podría realizarse una aproximación al pH diferencial.
10 El agua se acidifica de forma natural por absorción del dióxido de carbono atmosférico. Para
neutralizar esta acidificación, pueden añadirse unas gotas de disolución muy diluida de hidró-
xido de sodio al agua hasta que alcance el pH 6,5-7.
3°
La medición del pH, además de servir para apoyar un diagnóstico con el fin
de establecer el tratamiento, se realiza también para comprobar el efecto
positivo de los tratamientos estabilizadores -como el lavado o la desacidifi-
cación- y para la evaluación de materiales nuevos destinados al tratamiento
o a la confección de contenedores -cajas, carpetas, enmarcados, etc.
4.3.4. Otros análisis y pruebas preliminares
El conocimiento detallado de los materiales y el establecimiento de un diag-
nóstico más completo de su estado requieren, a veces, la realización de prue-
bas analíticas algo más complejas que ofrezcan información añadida para la
determinación del tratamiento. Algunas de estas pruebas son usadas asimis-
mo para la evaluación de materiales propuestos para intervenciones, monta-
jes, contenedores, etc.; y en investigaciones sobre los efectos de los trata-
mientos. A continuación se explicarán de forma concisa algunas de las
pruebas específicas; las que requieren métodos e instrumental simple pueden
ser realizadas por el propio conservador-restaurador, pero otras requieren la
intervención de personal e instrumentos de laboratorio.
Pruebas sobre pieles
Además de la determinación del pH y pH diferencial, otros parámetros rele-
vantes para evaluar el estado de pieles curtidas son los siguientes:
• Temperatura de contracción. Durante el aumento de la temperatura, en
húmedo, sobre las pieles curtidas, hay un punto en el cual la piel se contrae irre-
versiblemente. La temperatura a la que sucede es la temperatura de contrac-
ción. Esta temperatura varía según el grado de deterioro químico de la piel; a
menor temperatura de contracción, mayor es su deterioro químico. Mientras
que una piel nueva con curtido al cromo generalmente presenta una tempera-
tura de contracción cercana a 100 oC y una buena piel de curtido vegetal, entre
75 y 85 oc, 11 una piel envejecida de curtido vegetal puede presentar una tem-
peratura de contracción muy poco por encima de la temperatura ambiental
-35 oC aprox. La medición puede realizarse de forma sencilla sumergiendo una
tira de piel y un termómetro en agua, calentando lentamente y anotando la
temperatura en el momento que la piel se contrae. Para utilizar muestras
pequeñas se hace necesario el uso de instrumental más sensible y complejo.
11 "Progress in leather conservation", University ofTexas, Austin. March 12-14, 1?97. en: Fre-
dericks, M . Conforence Review. WAAC Newsletter, vol. 19 (2) , May 1997. DIspOnible en:
http://palimpsest.stanford.edu/waaclwn/wn 19/wn1 9-2/wn 19-209.html [1 /9/2008]
31
 • Contenido en grasa. Se realiza mediante una extracción con disolventes y
se determina por diferencia de peso. La metodología es complicada, por lo
que conviene sea efectuada por técnicos de laboratorio.
• Presencia de taninos -curtido vegetal-, mediante deposición de una gota
de disolución de sulfato de hierro (II) al 1%. La aparición de un color negro
azulado -tan ato de hierro- determina la presencia de taninos vegetales. 12 En
pieles muy degradadas, el ennegrecimiento provocado por el agua puede ori-
ginar confusiones, por lo que conviene hacer un test previo sólo con agua
para comparar con el resultado del reactivo de S04Fe.
Resultado del test de sulfato de hierro (11) para la determinación de
taninos en pieles de curtido vegetal. La muestra de arriba dio positivo
(piel de curtido vegetal), mientras que en la muestra inferior el resulta-
do fue negativo al tratarse de piel de curtido mineral, al alumbre.
Los colores de las
cenizas al calcinar
una muestra de piel
indican el tipo de
curtido: verde en caso de curtidos al cromo,
blanco en curtidos al alumbre y negro, con
evaporación de gran cantidad de mate ria en
calcinación completa, en caso de curt idos
vegetales, al aceite y otros.
(Fotos J. Tacón)
• Presencia de taninos condensados. Estos tipos de taninos se identifican por
medio del test de vainillina; se aplica una gota de vainillina disuelta en alco-
hol y, a continuación otra de ácido clorhídrico - HCI- concentrado. Un
color rojo indica un resultado positivo. 13
• Test de cenizas para determinar el tipo de curtido. Incinerando una mues-
tra de piel, lo que puede efectuarse en mufla o en crisol a la llama, el tono
de las cenizas que quedan indican si el curtido es al cromo - tono verdoso-
o al alumbre - blanco. Si las cenizas son negras, puede tratarse de curtido
vegetal, al aceite o ser piel sin curtición. 14 En todo caso, si se efectúa la cal-
12 Progress in leather conservation. Op. cito
13 Progress in leather conservation. Op. cito
l' Progress in leather conservation. Op. cito
32
cinación completa, en el caso de curtidos vegetales las cenizas llegan a desapa-
recer casi por completo.
• Concentración de iones de sulfato y amonio. Se usan tests colorimétricos
comerciales para el análisis semicuantitativo del agua, como el Aquaquant
14423, para sulfatos o el Microquant 14789 para amonio (Merck), según las
instrucciones de uso. Se necesitan 50 mg de muestra que se dejan macerar
durante 1 hora en 1 mI de agua destilada; no obstante, el eventual tono oscu-
ro del líquido extraído puede interferir en una correcta lectura de los resul-
tados. El mismo fluido sirve para la determinación del pH. 15 Otro sistema
colorimétrico para el análisis de agua, disponible para la evaluación de sul-
fatos y amonio, entre otros iones, es el Quantofix® de Sigma-Aldrich.
Pruebas sobre papel (fibras)
• Presencia de lignina. El test del fluoroglucinol indica la presencia de un
contenido mayor del 5% de lignina en las fibras. Aplicando una gota del
reactivo sobre el papel, éste toma un color rojo-púrpura con la presencia de
lignina. En papeles con mezclas de fibras, se tiñen las que están lignificadas.
La intensidad del tono es proporcional al contenido de lignina. 16 El reactivo
está compuesto por: 1 gr de fluoroglucina, 50 mI de etanol absoluto, 50 mI
de ácido clorhídrico conc. y 50 mI de agua destilada. 17
Test de f1uoroglucinol para la evaluación del contenido en ligni-
na. Si el react ivo toma un color rojo vinoso en el papel (muestra
de la derecha), indica la presencia de lignina en las fibras. A la
izquierda, resultado negativo. (Foto J. Tacón)
15 Smit, W J. T.; Porck, H. J. (eds.). Guidelines flr the Conservation 01 Leather and Parchment .
Bookbindings. [Edición traducida y revisada de: Richtlijnen voor de conservering van leren en
perkamenten boekbandenj. Den Haag: KoninkIijke Bibliotheek; Amsterdam: ~entraal ~abora­
torium voor Onderzoek van Voorwerpen van Kunst en Wetenschap, 1997, pago 64. DISpOlll-
ble en: http://www.kb.nI/cons/leather/index-en.html[23/9/2008]
16 Henry, W Testsfor "lignin-free"materials. Conservation Dist List. 16/7/1991. Disponible en:
http://palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-lists/cdI/ 1991/0 198:html [1/9/2008] .
17 Monen Ryhl-Svendsen. A review 01methods to test construction materzals, housmg materzals, etc.,
before use near museum objects or archival materials. Op. cito
33
 • Análisis microscópicos de fibras. La identificación de los distintos tipos de soporte. La técnica comúnmente utilizada para la determinación del D P consis-
fibras papeleras se realiza mediante reactivos que tiñen de distinto color las fibras te en la medición de la viscosidad de disoluciones del papel en disolventes espe-
según su naturaleza -algodón, lino, esparto, madera, etc. Al mismo tiempo, pue- cíficos. La cantidad de muestra necesaria -entre 250 mg y 1.875 mg de acuerdo
den identificarse por su morfología vista al microscopio. Los distintos colorantes con los métodos TAPPI- es disuelta, y su viscosidad determinada con viscosí-
desarrollados para el análisis microscópico de fibras, se detallan en las normas: metro capilar. Cada valor de viscosidad se relaciona con un valor de DP. Una téc-
UNE 57 028, TAPPI T 401, AFNOR Q 03-001 Y ASTM D-1030. Los dos nica más reciente, que puede ser aplicada a la determinación del DP de la celu-
reactivos más habituales para la identificación de fibras son: el Herzberg, como losa, es la cromatografía de exclusión molecular - SEC (Size-Exclusion
reactivo general y el Lofton-Merrit, específico para la distinción entre fibras lig- Cromatography)- , que reduce la cantidad de muestra a entre 10 Y 50 mg, can-
nificadas. Sus formas de preparación se detallan en el apéndice. tidad que puede ser reducida aún más en el futuro mediante el uso de micro-
columnas cromatográficas. 19 Otra propuesta para la determinación del Dp, con
COLORACIÓN DE FIBRAS CON EL REACTIVO H ERZBERG
un método que no requiere la extracción de muestras, se basa en la relación entre
FIBRAS COI ORAC/l)N el color del papel-medido con colorímetro (espectrómetro de reflexión)- y su
Muy lignificadas (Pasta mecánica)
DP. Durante el envejecimiento acelerado de muestras, se comprobó una buena
Amarillo
Pasta semiquímica
correlación entre el cambio de color y la disminución del DP. 20
Verde a gris amarillento
Pasta química cruda poco deslignificada Marrón amarillento Pruebas analíticas complejas
Bajo contenido en lignina (pasta química procedente
Gris azulado a azul violeta
Para la determinación de otras variables importantes en el nivel de degradación
de madera, pajas de cereales, cáñamo, yute, etc.)
y estabilidad inherente del soporte de papel, pueden utilizarse métodos analíti-
Pasta de trapos (algodón y fibras liberianas cos avanzados con instrumental analítico sofisticado. Ejemplos de estas pruebas
de lino o ramio) Rojo-vinoso
analíticas y de las técnicas actuales apropiadas para cada determinación son: 2 1
COLORACIÓN DE FIBRAS CON EL REACTIVO LOFTON-MERRIT • Contenido de metales de transición - Fe, Cu, Mn- con espectroscopía de
absorción atómica, AAS.
FIIlRAS COIORAUl)N
• Estabilidad oxidativa con: absorción de oxígeno, calorimetría diferencial de
Pastas mecánicas y termomecánicas Azul intenso barrido -DSC- o quimioluminiscencia -CL.
Pastas semiquímicas Violeta oscuro • Identificación de los productos de degradación con: cromatografía líquida
Pastas químicas crudas al sulfato Azul-verde de alto rendimiento -HPLC- o cromatografía gaseosa -GC-, combinadas
Pastas químicas crudas al sulfito Violeta obispo (purpúreo) con espectroscopia de masas -Me.
Pastas químicas blanqueadas y de trapos Incoloras
Pruebas relativas a adhesivos y aprestos
FUENTE: García, J. A.; López, D . Origen, estructura e identificación tk las fibras papeleras. Segundas jornadas de avances en la res-
tauracIón del papel. PonencIas. Burgos, del 30 de mayo al 2 de junio de 2000. • Identificación de aprestos y adhesivos de almidón y derivados. El reactivo
utilizado es a base de yodo metálico y yoduro potásico, que tiñe de color
• Grado de polimerización -DP (Degree 01Polimerisation). Se refiere a la longi-
tud de las cadenas moleculares de celulosa que forman las fibras del papel, o más
exactamente, al número de "eslabones" de las cadenas de celulosa. 18 Esta propie- 19 Pedersoli, J. L. The development 01 micro-analytical methodologies for the characterisation 01 the
dad es de importancia para la evaluación de la degradación de la celulosa ya que condition olpaper. Op. cit.
la reducción de esta magnitud se corresponde con la pérdida de la resistencia del 20 Giben, J. M. Y col. Método de análisis no destructivo de papeles a partir de medidas de rejlectan-
cia y viscosidad (grado de polimerización). Terceras jornadas de avances en la restauración del
papel. La Vid, Burgos, 22-25 de mayo de 2001.
18 Número de moléculas simples de glucosa que forman, mediante su unión consecutiva, las 21 Pedersoli, J. L. The development 01 micro-analytical methodologies for the characterisation 01 the
macromoléculas de celulosa. condition olpaper. Op. cit.

34 35

Resultado positivo en test
de almidón en una mancha
de adhesivo.
Colección particular
(fotos J. Tacón)
pardo azulado oscuro en presencia de almidón. Para la preparación del reac-
tivo se disuelven 2,6 gr de yoduro potásico en 100 mI de agua añadiendo
posteriormente 0,13 gr de yodo en escamas.
• Identificación de cola animal o gelatina. Previamente es necesario sumer-
gir la muestra en agua destilada y calentar para favorecer la extracción de la
cola o gelatina. El reactivo utilizado es una disolución de ácido tánico al 20/0,
la formación de un precipitado blanco sucio al añadir al extracto una gota
del reactivo indica la presencia de cola animal o gelatina.
• Presencia de colofonia. La prueba de Raspail sirve para la identificación de
la colofonia en aprestos. Aplicando una gota de disolución saturada de azú-
car, absorbiendo el exceso, y aplicando a los 3 minutos una gota de ácido sul-
fúrico concentrado, en presencia de colofonia se tiñe de color rosa-morado.
• Presencia de alumbre. El test de aluminón (Aurintricarboxilato de amonio)
indica la presencia de alumbre en aprestos del papel. El reactivo, formado
por 0,1 gr de aluminón por litro de agua destilada, tiñe de un color rosa
oscuro en presencia de alumbre y púrpura oscuro si existe hierro. 22
Pruebas sobre tintas
• Actividad de las tintas corrosivas . Como es bien sabido, las tintas ferro-
gálicas, dependiendo de su composición -particularmente de la presencia
de hierro(II) en forma libre-, pueden dar lugar a procesos corrosivos por
oxidación y/ acidez. Además de la presencia de un halo marrón alrededor
de la grafí~ y hacia el reverso de la hoja -lo cual es un estado ya avanza-
do-, existf n tres métodos relativamente sencillos para comprobar el poten-
cial degradatorio de una tinta en etapas tempranas y así determinar even-
23
22 Paper c~nservation catalog: sevemh edition, n.O 10 Spot tests. Book and Paper Group, Ameri-
can Instltute for Conservatlon (AlC), 1990, pág. 23. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg
/bpg/pcc/ [13/1/2008]
La aparición de halos oscuros alrededor de la tinta y el
oscurecimiento del papel en el reverso, son indicadores
de la actividad corrosiva de una tinta ferrogálica.
la. 1.
MOS
Las tiras indicadoras de hierro (11) en forma
libre, sirven para identificar tintas corrosivas aún
en las primeras fases de descomposición. En la
imagen, tiras a base de batofenantrolina.
CANCIONE
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096. .'
(fotos J. Tacón)
tualmente, como parte del tratamiento, algún método de estabilización. El
primer método para comprobar esta actividad corrosiva latente se basa en
indicadores químicos de iones ferrosos -Fe II-, en forma de tiras que indi-
can, mediante cambios de color, la presencia de estos iones responsables de
la catalización oxidativa. El indicador más apropiado para la detección de
los iones ferrosos es la batofenantrolina, por la insolubilidad en agua tan-
to del compuesto como del colorante rojo formado en presencia de iones
ferrosos. J. Neevel, en el Netherlands Institute flr Cultural Heritage, ha
desarrollado tiras indicadoras con este compuesto, especialmente diseña-
das para su uso sobre documentos, sin peligro de difusión de colorantes
hacia el papel. 23 Otro método consiste en intercalar -en la oscuridad- pla-
cas fotográficas en contacto con la tinta. La presencia de imágenes de la
tinta tras el procesado de la placa, indican la presencia de actividad oxida-
tiva. Un último método consiste en la iluminación de las hojas con luz
Ultravioleta de baja frecuencia -comúnmente llamada "luz negra". La
fluorescencia del reverso de la grafía, e incluso la impresión de esta fluo-
rescencia sobre las páginas adyacentes, es signo de la actividad corrosiva
latente en estas zonas.
Las tiras son comercializadas por Preservation Equipment Ltd. (PEL). Información del pro-
ducto (Iron Gall Ink Test Paper) disponible en: http://www.preservationequipmem.com
http://www.preservationequipment.com/Store/Products/ Conservation-Materials/ Other-
Materials/Iron-GaIl-Ink-Test-Paper [15/912005]
37
 Otro método para la detec-
ción de actividad oxidativa
en tintas consiste en la ilu-
minación con luz de UV
cercano. En las zonas con
actividad se observa fluo-
rescencia.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos J. Tacón)
• Resistencia mecánica de las tintas. El nivel de adhesión de los pigmentos al
soporte, en tintas caligráficas y pictóricas, puede ser evaluado por medio del
examen visual con magnificación óptica, combinado con pruebas mecánicas
localizadas con pequeñas torundas de algodón.
5. ESTABLECER EL TRATAMIENTO
Todos los factores tratados en los apartados anteriores servirán de base para
la determinación del tratamiento a efectuar. La naturaleza costosa de los trata-
mientos determina que toda intervención sea valorada convenientemente en
relación con el estado de conservación del objeto, de su valor intrínseco y de las
circunstancias particulares. Salvo en los casos en los que los libros u otros obje-
tos poseen un valor añadido, de carácter documental y material -p. e., dedica-
toria del autor, autógrafos, censuras, anotaciones, encuadernaciones valiosas,
etc.- o de carácter intangible, "sentimental" o ritual-p. e., pertenencia o uso por
una persona señalada-, parece de sentido común que los recursos invertidos en
la aplicación de un tratamiento no deberían situarse muy por encima de los
necesarios para la adquisición de otro ejemplar en condiciones de conservación
aceptables. Otro de los factores a tener en cuenta al establecer el tratamiento, son
las consideraciones éticas en cuanto a la preservación integral de las característi-
cas del objeto; el tratamiento no debe suponer la pérdida de partes originales del
objeto ni la modificación de las características materiales de sus elementos. El
principio de la mínima intervención se dirige a la determinación del tratamien-
to que preserve inalterable, en mayor medida, las características materiales ori-
ginales de las obras. Paradójicamente, la intervención mínima no suele traducir-
se -más bien lo contrario- en la inversión de un tiempo menor para la ejecución
del tratamiento; un ejemplo paradigmático de lo anterior es la sustitución de
encuadernaciones. Además, un conservador-restaurador necesita la adquisición
de conocimientos y experiencia considerables para practicar la "mínima inter-
vención" 24 -el desmontaje de una guarda o la consolidación de una costura
requiere mayor destreza que la sustitución de estos elementos por otros nuevos.
En todo caso, cualquier intervención, como veremos en cada caso, tiene un efec-
to mayor o menor sobre los objetos, en muchas ocasiones, de carácter irreversi-
ble; principalmente las relacionadas con el desmontaje y la limpieza.
El tratamiento debe tener, como primer propósito, restablecer la pérdida de
las propiedades funcionales del objeto; posibilitar su uso en los casos en los que
su estado de deterioro no lo permita -como libros con el soporte extremada-
mente débil por causas químicas o biológicas. En segundo término, estabilizar,
en la medida de lo posible, los materiales con una inestabilidad química endó-
gena importante -p. e., desacidificación y estabilización de tintas corrosivas- y,
finalmente, la limpieza de suciedad acumulada y otros materiales añadidos -p.
e., adhesivos- que interfieran con la correcta contemplación -estética o docu-
mental- o desestabilice químicamente el sustrato original.
La dotación de propiedades mecánicas u ópticas que supuestamente tuvo el
objeto en el momento de su fabricación -incluso otras que claramente modifi-
can su naturaleza original, como la lubrificación del pergamino- o su embelle-
cimiento -o presunto embellecimiento- para incrementar artificiosamente el
valor del objeto, son criterios que no deberían estar presentes para tratamientos
en libros y documentos de propiedad pública. Algunos de estos tratamientos,
como veremos, pueden provocar una pérdida de propiedades de permanencia en
pos de una supuesta ganancia para las obras en términos de estética. La mejora
de las propiedades funcionales de un libro ha de ser asimismo relativizada a la
hora de determinar el tratamiento. Un libro es un objeto delicado; no debemos
pretender que la restauración del libro suponga un "blindaje" para dotarle de
resistencia ante un uso rudo e intensivo, especialmente cuando, como sucede en
libros o documentos que merecen la inversión que supone el tratamiento, son de
valor cultural: una mezcla entre objeto documental y objeto de museo. La faci-
lidad que supone el acceso a la información del contenido mediante la repro-
ducción digital, ha liberado en parte al objeto material de la tensión del uso con-
tinuado. Esta circunstancia, junto a la manipulación adecuada al objeto original,
permite la determinación de una intervención mínima. Aún más; algunos libros
24 Clarkson, C. M inimum intervention in treatment 01 books. Preprints fram the 9"' International
Congress of lADA. Copenhagen, August 15-21, 1999, págs. 89-96. Disponible en: http: //
palimpsest.stanford.edu/iada/ta99_089.pdf [7/9/2008]
39
 Las encuadernaciones deterioradas dejan a
la vista su estructura interna, constituyen-
do una fuente de información para la his-
toria de las técnicas empleadas en encua-
dernación.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
con la encuadernación físicamente deteriorada, dejan a la luz elementos de su
estructura que en condiciones normales estarían ocultos bajo la cubierta, una
circunstancia que los convierte en valiosa fuente de información para los estu-
diosos de las encuadernaciones históricas.
El tipo de tratamiento a establecer, por tanto, dependerá de las particulari-
dades inherentes al objeto, como son su valor documental y las características de
su estado de deterioro, pero también de otras circunstancias externas al propio
objeto, como el uso al que estará destinado. Desgraciadamente, en el ámbito pri-
vado existen otros criterios comerciales de compraventa y decorativos. En este
sentido, la propiedad de la obra pudiera sugerir o solicitar unos criterios de inter-
vención para la consecución de objetivos concretos - eliminar manchas, cambiar
encuadernaciones, intensificar tintas, etc.- , para lo cual deban aplicarse trata-
mientos agresivos para los soportes y para la estructura de la encuadernación. En
estos casos, el propietario -o responsable de la gestión de las colecciones- debe
ser informado de los posibles efectos secundarios de estos tratamientos, teniendo
el profesional restaurador, en último término, el derecho -y el deber, en caso de
determinados ejemplares de alto valor cultural- de la objeción ética acerca de la
aplicación de tratamientos agresivos con fines exclusivamente estéticos y presun-
tamente rejuvenecedores. Por lo tanto, el tipo de tratamiento a aplicar ha de ser
determinado en base a las características materiales y culturales del libro o docu-
mento en el contexto de la colección a que pertenece, a su estado de conserva-
ción, su uso futuro y al resultado de los análisis previos y pruebas preliminares.
4°
Los TRATAMIENTOS
l. LA CAPACITACIÓN PROFESIONAL
Los trabajos implicados en los tratamientos restauradores son eminente-
mente manuales, aunque, como veremos, existen algunos procesos mecanizados
para ciertas fases concretas de los tratamientos, así como herramientas específi-
cas y equipos que facilitan los trabajos. Esta naturaleza artesanal dificulta la sis-
tematización de las técnicas, que dependen de la destreza manual y de la expe-
riencia adquirida.
La ejecución de intervenciones sobre material de valor ha de ser efectuada por
personal capacitado para ello. Dentro de las distintas especialidades del vasto mun-
do de la conservación y restauración de obras de interés cultural, existe la especiali-
dad que agrupa aquellos bienes constitutivos del patrimonio bibliográfico y docu-
mental. La enorme diversidad de técnicas y soportes que incluyen las colecciones
-desde el papiro al policarbonato- exige de alguna forma la especialización como
base para la capacitación. En este sentido, a modo de ejemplos, las técnicas foto-
gráficas constituyen claramente un ámbito de estudio diferenciado; los materiales
proteicos -piel, pergamino- tienen poco que ver con el papel y el cartón; y los tra-
tamientos sobre obras de gran formato son muy distintos a los realizados sobre
libros. Sin embargo, aparte del hecho "documental", otras circunstancias relacionan
entre sí estas parcelas - por ejemplo, las fotografías pueden formar parte de un libro
o álbum. Por ello, una formación óptima incluiría estudios comunes a todos los
soportes documentales, además de los temas generales y aquellos relacionados con
los criterios éticos sobre la conservación de bienes culturales en general, seguido de
una progresiva especialización posterior en campos más concretos.
Las materias necesarias para la formación de conservadores-restauradores de
bienes bibliográficos y documentales han de ser de carácter multidisciplinar,
incluyendo:
• Historias de los soportes y de las técnicas de ejecución en libros -incluyendo
encuadernación- y documentos gráficos y fotográficos. Estos conocimientos
41
 deben permitir la identificación de los distintos objetos documentales. La
Las páginas siguientes estarán dedicadas a la explicación teórica de los trata-
materia es susceptible de contener temas prácticos para una mayor familia- mientos más comunes en la restauración de objetos del patrimonio bibliográfi-
rización con la naturaleza de los objetos.
co y documental. Cada objeto requiere un tratamiento propio que dependerá de
• Físico-química de los materiales. Naturaleza y comportamiento de los dis- todas las variables ya tratadas; por lo que las distintas fases en adelante expues-
tintos materiales encontrados en soportes, tintas y sustancias formadoras de tas no se refieren a un tratamiento particular, sino a técnicas que pueden -o no-
imágenes, así como de los utilizados en las intervenciones -refuerzos, adhe- ser utilizadas dependiendo del tratamiento que se determine -p. e., las hojas de
sivos, etc.- tanto por sus características intrínsecas como por la respuesta un libro pueden ser reparadas sin necesidad de desmontaje. Asimismo, el orden
ante los factores exteriores. También dirigida a la comprensión del deterioro de las operaciones es orientativo; aunque este orden correspondería a un trata-
químico, de los mecanismos de actuación de los diversos tratamientos y al miento "tipo", algunas operaciones podrían cambiar de lugar según las caracte-
conocimiento de los diferentes productos empleados, preparación de disolu- rísticas particulares de cada objeto. No pretendemos dar un recetario "paso a
ciones, realización de ensayos sencillos, etc. paso" de cada operación en las distintas intervenciones; la experiencia en los
• Biología aplicada a los mecanismos de biodeterioro de los materiales. T éc- supuestos prácticos y en el trabajo sobre las obras, revelan los detalles necesarios
nicas de control y erradicación de plagas. para la correcta ejecución de los tratamientos. Lo que formularemos es una rela-
• Física ambiental, humedad del aire y temperatura, luz, contaminación, etc. ción de técnicas básicas, que necesitan de una práctica para su comprensión y de
y cómo contribuyen al deterioro cierta experiencia para su dominio.
• Conservación preventiva. Evaluación de los factores de degradación y solu-
ciones para ralentizar el deterioro. Planificación de la conservación de colec- 2. LIMPIEZA INICIAL Y DESMONTAJE
ciones, incluyendo la previsión de siniestros y catástrofes.
El inicio de la intervención, una vez satisfechas las operaciones de control,
• Técnicas de encuadernación históricas y actuales. Los conocimientos acer-
efectuados los estudios previos y determinado el tratamiento, consiste general-
ca de las distintas técnicas y materiales usados a lo largo de la historia de la
mente en la realización de una limpieza inicial de la suciedad libre depositada en
encuadernación son imprescindibles para el desarrollo de tratamientos sobre
el objeto y de la que penetró hacia el interior de sus hojas -en el caso de libros.
libros. Esta importancia determina que deban abordarse (además de los con-
Para ello pueden utilizarse brochas, combinadas o no con una mesa con aspira-
tenidos históricos) los aspectos teóricoltécnicos -partes de la estructura del
ción -o sacudiendo el polvo hacia la boquilla de un aspirador doméstico-, aun-
libro y función de cada una de ellas- y prácticos -encuadernación práctica
de diversos estilos y épocas. Sin un conocimiento sólido en esta materia, los
tratamientos que incluyan el desmontaje y posterior montaje de libros, no
pueden ser abordados con seguridad.
• Historia de la restauración. Evolución de los criterios de intervención.
Códigos éticos.
• Técnicas de intervención, considerando distintas técnicas para cada objeti-
vo: documentación de control, desmontaje, limpieza, estabilización, conso-
lidación y montaje.

Aunque la mayor parte de materias son susceptibles de contener aspectos

prácticos, tanto en las técnicas de encuadernación como en las de intervención,
Los aspiradores utilizados para la limpieza de la suciedad libre deben estar provistos de boqui-
el componente práctico debe ser potenciado hasta adquirir la seguridad necesa- llas de pelo suave. Biblioteca Histórica UCM
ria para la intervención sobre objetos de valor cultural. Proces? de restauración de libros con signaturas: BH DER 26748 Y BH MSS 1096. (Fotos J. Tacón)

42
43
 que el método más común es mediante aspiradores de potencia regulable con
boquillas de cerdas y pelo de distinta dureza, concebidos para limpieza de obje-
tos de museo. Los microaspiradores, cuyas boquillas son sumamente pequeñas
- como agujas- , son muy útiles para la limpieza minuciosa de depósitos locali-
zados -p. e., hongos. La posibilidad de soplado en el aspirador es útil para rin-
cones inaccesibles o en superficies delicadas. El aspirador debe estar provisto de
filtro de alta eficiencia para la retención del polvo más fino. 25 Durante esta lim-
pieza, se respetarán los eventuales objetos insertados entre las paginas de los
libros o bien se documentará su ubicación en caso de ser extraídos.
,. _.. ' . Teorcnu..
...;~~::::.:.._ - ----
evidencias conteni~as en la. suciedad libre no ofrecen ~ actualmente, .una infor-
mación novedosa 111 necesana, pero de acuerdo con Mr.¡ Clarkson, el lIbro es una
"cápsula del tiempo". Podemos encontrar entre sus páginas, materiales y partí-
culas de tiempos lejanos susceptibles de ser estudiadas en un futuro ignoto.
La intensidad de la limpieza de la suciedad libre, evidentemente, se adecua-
rá al nivel de resistencia mecánica del soporte; utilizando brochas de pelo muy
suave en el caso de soportes muy debilitados o incluso omitiendo este tipo de
limpieza en soportes con debilidad extrema. En este sen'tido, puede proveerse a
la boquilla del aspirador - en su entronque con la manguera-, de una malla -van
\
bien las utilizadas en el envasado de productos alimenticios"':: que pueda retener
los fragmentos eventualmente aspirados por accidente. Una vez concluida esta
primera limpieza, se procedería, en su caso, a las operaciones de desmontaje
necesarias para el tratamiento determinado.

--
....1oI"'-"--- _ -. ..... En zonas muy debilitadas, la limpieza de la suciedad libre debe
-:: ..
-~ .
-- limitarse al uso de pinceles de pelo muy suave, colocando cerca
la boquilla del aspirador en marcha.
,.........
~-_ -_
~ l !. Tcomn"·
" ...
.........
......... ..... --...--
................-.......
-.- .. ,.....t.u. ... .......-..-.oI ......
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096

Este ejemplar conservaba entre sus hojas una colección de plantas, algunas de ellas etiqueta-
Se puede
das. Los ejemplares fueron extraidos documentando su situación y se conservarán junto al libro
en un contenedor individual especial. Biblioteca Histórica UCM colocar una
malla, más o
Proceso de restauración del libro con signatura BH DER 26748. (Fotos J. Tacón)
menos fin a según el caso particular, en el
entronque de la boquilla del aspirador, como
filtro de seguridad ante la introducción
La simple eliminación de la suciedad libre es una operación que implica de fragmentos del soporte.
para el objeto la pérdida irreversible de elementos adquiridos a lo largo de su
existencia, 26 por lo que, es conveniente su examen previo, ya que podría conte- (Fotos J. Tacón)
ner evidencias arqueológicas de utilidad para el estudio de objetos señalados.
Como ejemplo de esto, podemos citar el polvo secante utilizado en la escritura
manuscrita, que queda entre las hojas y adherido a la grafía, y es una fuente El desmontaje de un libro es una operación muy invasiva, con gran impac-
potencial de información relevante. 27 En la mayor parte de los casos, las posibles to en su integridad material, ya que los elementos originales de la costura no
podrán ser reutilizados en el posterior montaje. Por este motivo, el desmontaje
25 Convencionalmente denominados filtros HEPA. sólo se debería realizar en los casos estrictamente necesarios. La operación de
26 Gullick, M. Books as archaeological objects. Gazzette du livre medieval, n.o 13, automne, 1988, desmontaje también se refiere, en su caso, a la extracción de una obra de su
págs. 9-10.
enmarcado y, eventualmente, a su despegado de un segundo soporte -p. e., car-
27 Reissland, Birgit, Ineke Joosten, Eva Eis, Anja Schubert. Blotting Sand on Writing Inks - An Unde-
restim~~ed Source 01. Information, Surnmary, Final European Thematic Framework Meeting for tón- ; incluso puede ser considerado desmontaje, el despegado de un cartel fija-
Translt10nal Metals m Paper (MIP), Northumbria University, Newcastle upon Tyne, Jan, 2006. do en la pared.

44 45
 Las operaciones previas al desmontaje suponen la documentación exhaustiva
para el establecimiento del orden y posición de todos aquellos elementos que
vayan a ser desmontados. En el caso de elementos metálicos de las encuaderna-
ciones, etiquetas, estampas o fotografías adheridas, etc., es útil la confección de
una plantilla de plástico transparente - p. e., poliéster- , sobre la que se calquen,
con rotulador permanente, la posición de todos estos elementos a registro - en
relación a uno o varios puntos fijos- , con lo que se documentará su posición exac-
ta para el montaje posterior. Los herrajes de las encuadernaciones pueden ser con-
servados sobre esta plantilla, poniendo bajo ella una plancha de material adecua-
do ~~artón pluma, poliestireno expandido, etc.- donde se pueden clavar
provISIOnalmente estos elementos en su disposición original.
Los herrajes de la encuadernación de este cantoral fueron clavados
sobre una plantilla de cartón para documentar su posición durant e el
desmontaje.
Colección particular
(Foto J. Tacón)
En otros casos, como exlibris, etiquetas adheridas, etc., es suficiente el mar-
cado con grafito de los cuatro vértices del elemento, lo que indica su posición
exacta. Esta fase previa al desmontaje, también incluiría, en el caso de libros, la
numeración de las hojas. En este sentido, puede realizarse una foliación consecu-
tiva de las hojas, con el fin de establecer su orden exacto y evitar sorpresas en el
montaje final. Esta operación es obligada para todos los libros al ser desmontados
y con más razón en los que no tengan paginación o foliación manuscrita o impre-
sa, - la mayor parte de los casos- y siguiendo el principio de la mínima interven-
ción, sería suficiente la revisión detallada de esta paginación y otros elementos
impresos, como signaturas o reclamos; limitándose a marcar las hojas sin nume-
ración, con erratas o con la impresión confusa. Las guardas y hojas de cortesía,
han de ser asimismo marcadas en orden a establecer su posición.
El desmontaje, esencialmente, consiste en la reversión, en orden inverso, de
las operaciones realizadas durante la fabricación del objeto, es decir, si en el caso
La documentación del desmontaje de
un libro incluye el registro de la dispo-
sición de los cuadernos po r medio de
gráficos de compaginación, el cual ser-
virá para evitar sorpresas en el monta-
je posterior.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MED 1402
(Foto Inmaculada latorre)
de libros, lo último que hizo el encuadernador fue pegar guardas a las tapas, la
primera operación del desmontaje sería su despegado. Durante el desmontaje de
libros es muy importante la realización de todos los esquemas y fotografías nece-
sarios para la comprensión de la estructura original: un esquema de la costura
-para su reproducción, si procede, al hacer la costura nueva- , el tipo de monta-
je de guardas y refuerzos y los gráficos de correspondencia de las hojas que for-
man cada cuadernillo. En este sentido, el formulario diseñado para el expedien-
te del tratamiento podrá incluir una hoja con los números preimpresos para
establecer las correspondencias.
En términos prácticos, en el desmontaje se encuentran implicados procesos
mecánicos; algunos en seco y otros en húmedo con agua, disolventes orgánicos
o mezclas de ellos, con el fin de despegar elementos adheridos y separar otras
uniones físicas, como clavos, o la propia costura de los pliegos.
2.1. Despegado de soportes
El despegado de dos superficies que fueron adheridas durante la construc-
ción de encuadernaciones y otros montajes es una operación básica entre las rela-
cionadas con el desmontaje. Dependiendo de la naturaleza y estado del adhesi-
vo, y de las características de los soportes, deberán utilizarse medios mecánicos
en seco, en húmedo o con disolventes.
Cuando el adhesivo ha perdido gran parte de su poder de adhesión - debido
a su degradación- podrán utilizarse espátulas finas - con bordes romos- para
despegar mecánicamente ambas superficies - las utilizadas para pintuta al óleo
son adecuadas siempre que se pulan los cantos de metal. En todo caso, el des-
pegado en seco es la primera opción a probar, pudiéndose dar el caso de que par-
47

El despegado en seco de un papel, durante el
desmontaje, sólo es posible cuando el adhesi-
vo ha perdido sus propiedades como, por
ejemplo, en el caso de que hubiera existido un
ataque fúngico.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
(Foto J. Tacón)
te de la superficie pueda ser despegada mecánicamente y en áreas concretas haya
que hacer uso de métodos en húmedo o con disolventes. En ocasiones, cuando
la debilidad del soporte pone en peligro su integridad durante el desmontaje, es
necesario realizar una laminación de protección 28 provisional previa a la inter-
vención. Si el grado de adherencia no permite el despegado en seco, se utiliza-
rán procesos húmedos o con disolventes dependiendo de la naturaleza del adhe-
sivo. En este sentido, tratándose de libros o documentos de fondo antiguo, en la
mayor parte de los casos -salvo reparaciones modernas- nos encontramos con
adhesivos de origen natural -engrudo, colas animales-, bastante reversibles en
húmedo, pero que pueden ser menos reversibles debido a la adición de produc-
tos para su endurecimiento -p. e., gelatina/alumbre- o al propio proceso de
envejecimiento químico que provoca el mismo efecto. 29 En el caso de adhesivos
no endurecidos, el proceso comprendería la humectación, y consiguiente ablan-
damiento, del adhesivo y el despegado mecánico de las superficies con la ayuda
de espátulas y tirando con cuidado, ya que la humedad disminuye la resistencia
de soportes como papel. En este sentido, el poder de reblandecimiento de los
métodos en húmedo aumenta con la temperatura de aplicación. Los métodos
para humedecer son muy variados y su elección dependerá de circunstancias
concretas como solubilidad de tintas, presencia de soportes que no conviene
humedecer -p. e., pieles degradadas químicamente, que se ennegrecen yendu-
recen en contacto con el agua-, etc. Uno de los problemas asociados a la humec-
28 La laminación es una técnica de consolidación que se tratará más adelante. En este caso, el
soporte de refuerzo se elimina tras el desmontaje o tras otras intervenciones, pero no perma-
nece como parte del tratamiento.
29 La causa química del endurecimiento de polímeros se denomina reticulación. Básicamente es
la creación de enlaces intermoleculares más rígidos.
tación local, sobre todo si se efectúa directamente con agua, es el desplazamien-
to de los productos de degradación solubles, que se acumulan en los límites de
la zona humedecida (manchas por mojado). Este efecto, además de provocar
estos cercos, puede inducir a una mayor degradación, a largo plazo, de esta zona.
Estos productos serían disueltos durante el lavado, en el caso de habers~ deter-
minado este como parte del tratamiento, mientras que, en el caso contrano, para
disminuir el riesgo de aparición de cercos ha de evitarse una sobre-humectación
-con el uso de geles muy densos o mediante la técnica con GoreTex® (ver más
adelante)- en todo caso, en el apartado dedicado a la limpieza de manchas loca-
lizadas, se describirán algunas técnicas para evitar esta circunstancia.
Uno de los métodos más efectivos para despegar en húmedo una adhesión
en la que intervienen pegamentos naturales, se efectúa con el uso de geles acuo-
sos, que son depositados sobre la superficie y transmiten paulatinamente la
humedad hacia las capas inferiores. La aplicación de estos geles -que se detallan
en el cuadro siguiente- puede realizarse de forma directa - y localizada- sobre el
soporte a despegar, lo cual podría requerir la eliminación de los restos de p.ro-
ducto en un lavado posterior; o interponiendo un papel japonés fino, que eVIta-
rá el contacto directo del gel sobre el soporte. En ambos casos, el proceso de des-
pegado tendría los siguientes pasos:
• Con espátula, y con la superficie a despegar previamente limpiada (ver lim-
pieza superficial), se extiende una capa del gel, de 1 a 3 mm aprox. de espesor.
• El gel se deja actuar -puede cubrirse con una lámina plástica o papel de
aluminio para evitar su secado-, comprobando periódicamente con la espá-
tula el reblandecimiento del adhesivo intentando levantar una esquina de la
superficie adherida. El reblandecimiento puede acelerarse calentando el gel
-p. e., por iluminación con una lámpara incandescente. .
• Cuando el adhesivo se encuentra suficientemente blando, se retIra el gel
- con espátula en caso de aplicación directa o retirando el papel japo~és
intermedio con el gel sobre él- y se procede al despegado de las superfiCIes
y a la retirada del pegamento reblandecido, por medios mecánicos. Los res-
tos del gel y del adhesivo podrán eliminarse en un lavado posterior.
• La humectación del papel supone su debilitamiento físico, por lo que las
acciones mecánicas de despegado deben ser realizadas con sumo cuidado.
El método es esencialmente el mismo en el caso de geles con adición de
disolventes. En estos casos puede ser más necesario cubrir la zona para evitar el
secado del gel durante su actuación.
49

CARACTERÍSTICAS DE ALGUNOS PRODUCiOS DISPONIBLES
PARA LA FORMACI6N DE GELES ACUOSOS Y CON DISOLVENTES
Laponite® RD Otras categorías del producto (B, DF) son fluorados
PROD UCTO
y otros de baja viscosidad (S, XLS) .
COM POSICIÓN Óxidos de silicio (59.5%), magnesio (27.5%), sodio (2.8%) y litio (0.87%).
Habitualmente al 8-15% en frío.
PREPARACIÓN EN AGUA
Dispersi6n translúcida a los 30 min., gel transparente a las 24/48 h.
Primero ha de añadirse agua y mientras se forma la dispersi6n añadir
USO CON DISOLVENT ES el disolvente. Admite disolventes polares como alcoholes o acetona
hasta un máximo aproximado del 40% .
Ph al 2%: 9,8.
Arcilla sintética, los residuos son estables químicamente aunque provoca
arnarilleamiento en pruebas de envejecimiento acelerado.'
No biodegradable, puede conservarse varias semanas si no se contamina
OBSERVAOONES
con restos orgánicos.
Podría prepararse en agua previamente tamponada para disminuir
la alcalinidad del gel.
Se cuartea en el secado sin provocar tensiones.
NOTAS : Datos téCniCOS en: http://www.laponlte.com/prod uct_bulIenns.asp [29/9/2008]
* Torten, A. M. Laponite residues on paper and parchment. The paper comervator: j ournal of the Imtitute of Paper Conservatíon,
(2003) , págs. 23-34 .
PH al 1% : 2,5 a 3 (antes de la neutralización).
O BSERVAOON ES No biodegtadable.
Véase en: fichas técn icas / gelificantes-espesantes, en la página Web del Grupo españo l del I1C: http://ge-iic.com [29/9/2008] .
Celulosas modificadas. (Éteres de celulosa).
P RODUCTO
Las más utilizadas son:
hidroxipro pilmetilcelulosa (HPMC) Methocel®.
etilhidroxierilcelulosa (EH EC) Ethulose®.
C OMPOSlCIÓN
hidroxipropilcelulosa (HPC) Klucel®G F Y EF.
metilhidroxietilcelulosa (MHEC ) Tylose® MH.
A partir del 1,5% . Todos los éteres de celulosa forman geles con agua.
P REPARACIÓN EN AGUA La HPMC es la más apropiada si se quieren utilizar disoluciones
de enzimas -se verán más adelante- en forma de gel.
Algunos de estos productos form an geles con disolventes polares, en
algunos casos es necesaria la adición de agua para mejorar la textura del gel.
U SO CON DISOLVENTES Para geles exclusivamente alcohólicos son válidos: HPC y EHEC
otros como la MHEC deben ser mezclas de agua y alcohol.
pH neutro o ligeramente ácido.
La estabilidad de los residuos es alta pero depende del producto.
OBSERVACION ES Poco biodegradable.
27. Se adhiere al soporte durante el secado, creando tensiones.

PRODUCTO Engrudo de harina O a1mid6n. O tro de los métodos de humectación consiste en superponer un papel secan-
COMPOSIOÓN Carbohidrato de origen natural. te humedecido sobre la zona a despegar; la humedad del papel pasa hacia la
Variable. Aprox. 150 gr por litro. Preparaci6n en caliente a partir superficie en contacto. El contacto directo con el secante puede provocar el paso
PREPARACIÓN EN AGUA
de la dispersi6n acuosa (al baño maría con agitaci6n). Gelifica a 85 oC aprox.
U SO CON DISOLVENTES No admite
de agua líquida, que provocaría a su vez la aparición de cercos de humedad y
difusión de tintas solubles; sin embargo, interponiendo una lámina de Gore-
pH neutro o ligeramente ácido.
Los restos pueden provocar oxidaci6n a largo plazo dependiendo de la Tex® o similar -Miporex® 013-100, 30 Sympatex®- 31 se evita este efecto. Estos
pureza del producto, más seguro el a1mid6n.
OBSERVAOONES
Muy biodegradable.
Se adhiere fuertemente al soporte durante el secado,
creando tensiones en el soporte.
Método de humectación con secantes húmedos y mem-
Carbopol®. Existen distintos grados, los aplicables a este campo son: branas de GoreTeX® o similar. La obra, protegida por
PRODUCTO
el 934 para geles s610 acuosos; 940 y 980 para USO con agua y disolventes. láminas de Reemay u otro material equivalente, se sitúa
COM POSICIÓN Polímeros basados en ácido acrílico. entre secantes humedecidos pero se interpone la lámi-
na semipermeable que sólo permite el paso de vapor.
A partir del 1,5%. Ha de ser neutralizado para conseguir el estado de gel.
Se consiguen geles viscosos a pH entre 5 y 9. El incremento del pH puede
Biblioteca Histórica UCM
PREPARAOÚN EN AGUA Proceso de restauración de los planos con signatura BH GRA 88
conseguirse, en dispersiones acuosas con bases simples (sin la presencia
de calcio, que precipita) como disoluciones de h idr6xido sádico o potásico. (Foto Minako Wada y Virginia Uriarte)
Permite el uso de disolventes polares y apolares, en el caso de alcoholes,
admite más de un 90% de alcohol en el gel.
En este sentido, la neutralización puede realizarse con:
Bases inorgánicas simples, igual que en las dispersiones acuosas, hasta 30 Lerber, K. von. A lternative to GoreTex. 8/312001. TexCons (lista de correo) . Disponible en:
USO CON DISOLVENTES contenido en alcohol del 20-30%.
http: // palimpsest.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ texcons/200 1/03/ msgOOO 16.html
Trietanolamina; en geles con contenido en alcohol hasta del 60% .
Ethomeen®C-25 (Akzo C hem .) en mezclas con más del 90% de alcohol [15 /91200 8]
y C-12 en geles con disolventes apolares (20 mI de Ethomeen por cada 31 Charles, V. Sympatex. 30/4 /1998 . C ons DistList (lista de correo), Disponible en:
2 gr de Carbopol en ambos casos). http:// palimpsest.stanford,edu/byform/ mailing-lists/ cdl/ 1998/0494 .html [30 /912 00 8]

51
 materiales, que serán tratados en otros procesos en los que la humidificación es
necesaria, son impermeables al agua en forma líquida, pero permiten el paso del
agua en forma de vapor, que actúa humidificando paulatinamente el sustrato. El
mismo efecto se logra en las cámaras de humidificación, en las que se genera un
ambiente húmedo controlado; además de las cámaras disponibles en el comer-
cio especializado, puede recurrirse a cámaras "caseras": un recipiente hermético
con agua y una rejilla separada de la superficie líquida, donde se coloca el obje-
to a humidificar. En el fondo de esta cámara, en vez de agua, puede añadirse
mezcla de etanol y agua -el etanol favorece la evaporación del agua. En todo
caso, el despegado de soportes con adhesivos reversibles en húmedo puede ser
realizado durante el lavado acuoso, retirando los restos de adhesivo, en su caso,
frotando ligeramente con una brocha suave o espátulas apropiadas.
El despegado por baño de agua (o
disolventes, en su caso) es la forma
más rápida de ejecutar la separa-
ción de dos superficies. En este
caso las hojas impresas que forman
un cartón.
Colección particular
(Foto J. Tacón)
Si el adhesivo, aún siendo de origen natural, se encuentra endurecido por los
procesos químicos antes mencionados y su reversibilidad en húmedo se dificul-
ta, puede potenciarse su reblandecimiento con el uso de enzimas -proteínas del
metabolismo de los seres vivos- , en particular las utilizadas para descomponer
polímeros en moléculas más cortas -hidrolasas. En este sentido, las enzimas úti-
les para reblandecer adhesivos naturales endurecidos son las alfa-amilasas, para
adhesivos a base de almidón y las proteasas para los de origen animal. Otro tipo
de enzimas -lipasas- son útiles para la disolución de aceites secantes oxidados.
La eficacia de las enzimas depende de varios factores:
• Concentración de la disolución de enzima. Las concentraciones usadas en
los tratamientos son muy bajas -del 0,1 al 0,5% aprox.- pero a mayor con-
52
centración, desarrollan mayor actividad hidrolítica. 32 No obstante, la con-
centración exacta se expresa en unidades de enzima por mI de disolución,
recomendándose desde 1 a 250 unidades de alfa-amilasa por mI dependien-
do de la naturaleza del adhesivo. 33
• Temperatura. Cada enzima tiene una temperatura óptima para su activi-
dad; en general, estas temperaturas se sitúan entre 35 y 40 oc.
• El pH de la disolución afecta asimismo a la efectividad del tratamiento.
Como parte del proceso, se añade un compuesto -buffer a base de fosfato o
acetato de sodio- para mantener el pH en los valores óptimos, ya que los
productos formados y el propio adhesivo tienden a acidificar el medio.
No obstante, no es absolutamente necesario mantener meticulosamente pH
y temperatura óptimos; la enzima puede ser efectiva en un intervalo amplio de
estos valores y usada a temperatura ambiente, aunque los valores óptimos mul-
tiplican su eficiencia. 34 Las distintas formas de aplicación de las soluciones de
enzimas son:
• Por baño. La temperatura óptima puede conservarse introduciendo la
cubeta en el interior de otra mayor llena de agua caliente o con una cubeta
termostática.
• Localmente en forma de gel. En este sentido, el producto más adecuado
para la formación del gel, debido a su pH neutro, es la Hidroxipropilmetil-
celulosa al 1,5%. 35 Para lograr el calentamiento, puede recurrirse al tapado
de la zona con plástico o papel de aluminio e iluminación con una bombi-
lla a la distancia adecuada.
32 Cooper, D .; C. King y J. Segal, The Use of Enzymes in Partially non-Aqueous Media. En:
Petherbridge, G. (Ed.) Abstracts and Preprints of the International Confer~nce on t~e Con-
servation of Library and Archive Materials and the Graphic Arts. Cambndge: Instltute of
Paper Conservation and The Society of Archivists, 1980, págs. 14-1 9. . . .
33 Erickson, H. M. Usage Recommendations jor Amylases: Maximizing Enzyme ActZVlty whzle
Minimizing Enzyme-Artifact Binding Residues. The Book and Paper Group Annual, vol.
11, 1992. Disponible en: http ://aic. stanford. edu/sg/ bpg/annual/v ll/bp 11-04.html
[25/9/2008]
34 DeSantis, P. Some Observations On The Use OfEnzymes In Paper Conservation. JAlC 1983, vol.
23, n.O 1, págs. 7-27. Disponible en: http: //aic.stanford.edu/jaiclarticles/jaic23-01 -002 .html
[25/9/2004]
35 Stavroudis, C. y Blank, S. Solvents & Sensibility. WAAC Newsletter, vol. 11 (2), 1989, págs.
2-10 . Dispon ible en: http: //palimpsest.stanford.edu/waaclwn/wn ll /wn 11-2/wn 11-202.html
[27/9/2008]
53
 • En compresas de material absorbente empapadas con la solución. Existe en
el mercado una compresa preimpregnada de alfa-amilasa que se reactlva
humedeciéndola en agua: la Albertina Kompresse. 36
Las precauciones a tener en cuenta con e! uso de enzimas están relacionadas
con la degradación que pueden ocasionar sobre los materiales de la obra -apres-
tos de almidón o gelatina, soportes proteicos (pergamino, cuero), aglutinantes
de las tintas, etc.- y con la actividad de los residuos que pudieran permanecer
tras e! tratamiento. En este sentido, es importante la utilización de la menor can-
tidad de enzima posible, de un aclarado abundante de! soporte tratado, seguido
de un tratamiento de inactivación con disolventes orgánicos _p. e., etanol- o
desnaturalización con agua caliente -a más de 55 °C-, aunque estos tratamien-
tos de inactivación no son universalmente aplicables a todas las enzimas e inclu-
so de dudosa efectividad y utilidad 37, ya que con dos aclarados es suficiente para
eliminar hasta e! 99% de la alfa-amilasa introducida durante un tratamiento. 38
La enzima utilizada debe ser de una pureza contrastada, pues la presencia de
impurezas de ce!ulasas -enzimas que intervienen en la degradación de la ce!ulo-
sa- tendría como consecuencia e! posible debilitamiento de! papel.
En e! caso de adhesivos más modernos, de naturaleza sintética, deberán uti-
lizarse medios basados en disolventes orgánicos -o mezclas de estos con agua-
para conseguir su ablandamiento con e! fin de separar dos superficies adheridas.
En todo caso, primero ha de intentarse e! despegado mecánico. En este sentido,
con determinados adhesivos sintéticos -termoplásticos-, la aplicación de calor
podría ablandar e! adhesivo lo suficiente como para su despegado mecánico;
para ello puede utilizarse aire caliente -con una pistola de aire de temperatura
controlada- o espátula termostática, siempre que e! soporte original admita este
calentamiento -no es e! caso de pieles ni pergamino. La determinación de! disol-
vente o mezcla apropiados debe ser precedida por las pruebas correspondientes
para evaluar su efectividad y descartar que las tintas sean sensibles a ese medio.
Esencialmente, las formas de aplicación de los disolventes son los mismos que
36 A1bertina-Kompresse es un producto de Klüg Conservation. D atos del producto en:
http://www.klug-conservatio n.com [15/9/2008]
37 Erickson, H. M. Usage Recommendations flr _-Amylases: Maximizing Enzyme A ctivity while
Minimizing Enzyme-Artifoct Binding Residues. Op. cit.
3. Meyer, T. y col. An Investigation Into the Removal 01Enzymes from Paper Following Conserva-
tion Treatment. The Book and Paper Group Annual, vol. 9, 1990. Disponible en: http://aic.
stanford. edu/ sg/bpg/ annual/v09/bp09-0 l .html [25/9/2008]
54
en los procesos con humedad: en forma de gel, con e! uso de GoreTex o similar,
en cámara estanca con vapores de disolvente o por baño.
Algunos de los productos utilizados para la formación. ~e geles acuosos, ~e!a-
Clona d o s en la tabla anterior, son válidos para la e!aboraclOn de geles. con.,dlsol-
.
ventes, aunq ue , en la mayor parte de los casos, para la correcta gehficaclOn,
. e!
agua debe intervenir en mayor o menor medida. Para geles ex~lus~vamente de
disolventes, e! producto más utilizado es e! Carbopol®. El ge! dlsmllluye la eva-
poración de! disolvente y permite, por lo tanto, un mayor tlem?o de contacto
para e! ablandamiento de! adhesivo. La formación de! ~e! .con dlsolventes pola-
res -p. e., alcoholes, acetona, tetrahidrofurano, etc.-, mlscl~les en agua, no pre-
senta dificultad; pero con disolventes poco polares -p. e., xlleno yagua-, ha de
intervenir un agente emulsionante para conseguir la mezcla de los product~s.
El uso de membranas tipo GoreTex® es posible con disolventes, pero e! n~:go
de penetración de! líquido a través de la membrana es mayor que con e! agua. El
disolvente volatilizado ablandaría e! adhesivo lo suficiente para e! despegado. De la
misma forma, puede formarse una atmósfera saturada d~ "vapores': de ~isolvente, en
el interior de un recipiente estanco con disolvente líqUldo en su lntenor. El despe-
gado de superficies, con estos tipos de adhesivos, también p~e~e ser efectuado por
baño de disolventes o mezclas, siempre que las pruebas prehmlllares confirmen la
resistencia de las tintas y otros elementos. Los adhesivos sintéticos serán encontra-
dos, generalmente, en reparaciones modernas -p. e., pega~o de u~a cubierta al lomo
con cola de contacto o reparaciones con cinta autoadheslva- mas que como mate-
rial utilizado en la confección original del objeto, salvo en los fondos modernos.
2.2. Desmontaje de un libro .
En las páginas siguientes se describirá e! hipotético des~ontaJe ~omplet~ de
un libro -aunque debe reiterarse que e! grado de desmontaje vendra dete~mllla­
do por e! tratamiento concreto y debe limitarse al mínimo posible. El ~lpO de
libro elegido como ejemplo presenta cosido sobre nervios naturales! cublerta de
pie! o pergamino, lo cual es un caso muy común en las e~cu.adernaclOnes de fon-
do antiguo. Las fases para dicho desmontaje serían las slgulentes:
l. Despegado de guardas y de las solapas de refuerzo adheridas a las tap~,
según alguno de los métodos descritos anteriormente para e! despegado e
39 Paper Conservation Catalog, eighth edition: 15, H inge, Tape andAdhesive Remo~al. B ~ok and
Paper Group, American Institute for Conservation (AlC) , 1992, pág. 71. Dlspomble en:
http://aic.stanford.edu/ sg/bpg/pccl [13/112008]
55
 s~perficies. Si .-co,mo es lo más habitual- han de emplearse métodos en
humedo, se evItara humedecer el material de la cubierta en la zona de los
contracantos;. para ello puede emplearse una protección temporal ante la
humedad -tl d 1" .
. ras e p astlco, enmascaramIentos, disolventes hidrófugos
clclododecan~, 40 ~tc.- o bien aplicar un gel humectante (p. e., Laponite@)
de forma preCIsa SIn ~anchar el material de la cubierta. Asimismo, debe pro-
t~gerse el cuerpo dellrbro cubriéndolo con una lámina impermeable -polie-
tlleno, papel parafinado, etc.-
Despegado de una guarda de pa I b d
.
15%o. Una vez extendido pe so re tapa e madera con gel acuoso de Laponite® RD al
el gel se d . .
la guarda de form a mecánica. Biblio::aa~i~:~~c:e~~~ra. despegando inmediatamente después
Proceso de restauración del libro: Divi Au relii Agustín de e . . .
Depositado en: UC M-BH. Procedente de la f d . . ~vltate Del. Comentanos de Luis Vives. Basileae 151 2.
un aClon Imarro (S-fA-M). N.Oregistro restauración: 460
(FOtOI j. Tacón)
2. Desmon~a!e. de elementos metálicos. Los herrajes de las encuadernaciones
son d~ dIErcIl desmontaje y rara vez es necesario; sólo se justifica cuando el
matenal de la tapa - m d ' 4. Soltado de la sujeción del cuerpo del libro a las tapas. El enlace de los nervios
. a era o carton- se encuentra fuertemente degradado
-p. e., por Insectos u hongos- y deba ser sustituido. Los clavos o tachuelas
se desclavarán haciendo palanca con una herramienta afilada _p. e., rejón de
en.cuadernador-. extrayendo posteriormente con extrae-clavos de tapicero
-~Iempre protegIendo la zona de contacto con la cubierta. Si se encuentran
fijados con remaches metálicos, los extremos remachados o doblados, por el
reverso de la tapa, han de ser desdoblados o cortados con el fin de extraer el
re~ache por el ~nverso. Si se trata de elementos fijados con patillas, de la
mIsma forma se Intentarán desdoblar las patillas para extraer los elementos
40 Este material se verá más adelante en el apartado sobre protección de tintas.
Durante el desmontaje de herrajes. debe protegerse la
superficie (en este caso con espátula metálica) al
extraer clavos y tachuelas mediante apalancamiento
con rejón o si milar.
Colección partic ular
(Foto (armen Fernández)
por el anverso. 41 La posición de los elementos desmontados será bien docu-
mentada con la realización de las plantillas necesarias.
3. Despegado de la cubierta. En libros muy degradados por microorganismos,
el adhesivo pierde, generalmente, su capacidad de adhesión y el material de
cubierta se despega fácilmente de forma mecánica; esta pérdida de adhesión
puede también producirse por causas químicas. No obstante, el despegado
completo de la cubierta, de libros en piel, se realiza en muy raras ocasiones
y debe efectuarse de manera mecánica, ya que la humectación en este mate-
rial puede ocasionar alteraciones irreversibles de endurecimiento y encogi-
miento. El caso más frecuente es despegar sólo el lomo de la cubierta del
cuerpo del libro, desmontando las tapas y cubierta unidas tras liberar el enla-
ce de los nervios con las tapas - ver punto siguiente. Otra situación común
es el despegado mecánico de la piel en los límites de una zona perdida, con
el fin de alojar un injerto de piel nueva bajo la piel original. En libros de per-
gamino flexible, tras el despegado de guardas y refuerzos, se suelta la cubier-
ta (punto siguiente) para su desmontaje
de la costura y, eventualmente, de las cabezadas, con las tapas, debe ser libe-
rado para la separación entre las tapas y el cuerpo del libro. En esta operación
se procurará conservar la mayor cantidad posible de material de enlace.
5. Despegado del lomo. Como dijimos anteriormente, lo usual es el desmon-
taje de las tapas y cubierta unidas. Para ello, una vez soltados los nervios de
sujeción del cuerpo de cuadernos a las tapas, ha de despegarse el lomo de la
encuadernación del cuerpo del libro. En las encuadernaciones de pergamino
flexible no suele haber adhesión en el lomo entre el libro y las tapas. En las
encuadernaciones en piel con lomo hueco, tampoco existe adhesión o esta es
41 En esta operación es muy hab itual provocar la rotura de estas patillas al desdoblarlas.
57
 6. Limpieza del lomo del cuerpo del libro. Una vez libre y a la vista la costura
de los cuadernos, es importante la documentación fotográfica de esta parte,
antes oculta por la cubierta. Es conveniente medir el grosor del lomo -pue-
de superponerse una banda de papel marcando con lápiz los límites del
lomo- con el fin de conseguir la misma medida en un eventual nuevo cosi-
do para que las tapas encajen perfectamente en el montaje. Posteriormente,

Una vez depegadas las guardas y los refuerzos, y soltados los nervios de enlace con las tapas,
debe d~spegarse el lomo de piel, en este caso en seco. De esta foma se separan tapas y cuer-
po del libro. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 106
(Fotos (armen Fernández)

Despegado en seco de la cubierta en la par-

te del lomo, quedando a la vista los elemen- Antes del desmontaje, conviene medir el grosor inicial con el fin de que el nuevo cosido no exce-
tos de la costura. da esta dimensión y vuelva a encajar en las tapas originales. Biblioteca Histórica UCM (Fotos J. Tacón)
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 18
(Foto Inmaculada latorre) El adhesivo y otros elementos adheridos en
el lomo pueden retirarse med iante un gel
acuoso (p. e., Laponite® RO), aplicando una
capa generosa y retirando con espátula una
vez reblandecido e l adhes ivo.
parcial, pero cuando la piel se encuentra adherida directamente al lomo, lo
Biblioteca Histórica UCM
que es normal en libros con nervios naturales, su despegado puede presentar Proceso de restauración del libro con signatura
grandes dificultades, aunque, al tratarse de la zona que soporta mayor ten- BH DER 26748
(Foto J. Tacón)
sión mecánica durante la manipulación, el lomo de piel puede presentarse
despegado en algunos casos. Para el despegado de la piel, en este tipo de
encuadernaciones, tampoco deben utilizarse medios húmedos, sobre todo en con el fin de facilitar el desmontaje de los cuadernos, se despegarán los
pieles químicamente degradadas. El despegado mecánico de la piel requiere refuerzos del lomo, retirando, asimismo, el adhesivo del enlomado. Para
de unas herramientas apropiadas - espátulas finas y flexibles, con bordes lige- ambas operaciones, puede utilizarse un gel humectan te acuoso de los ya
ramente afilados- y de gran destreza "quirúrgica". Cuando la fragilidad de la mencionados, retirando posteriormente el adhesivo reblandecido con espá-
piel es alta e impide un despegado seguro podría contemplarse su lamina- tula de bordes romos. En caso de adhesivos sintéticos, puede ser necesario el
ción de protección con papel y adhesivos no acuosos - p. e., Paraloid® B-72 reblandecimiento con aire caliente para retirar la capa de adhesivo reblande-
e~ tolueno. La imposibilidad de despegado - pieles muy finas, muy quebra- cido con la espátula.
dIZas y fuertemente adheridas- debe ser motivo de replanteamiento del tra- 7. Desmontaje de cuadernos. Cuando el tratamiento incluye el desmontaje
tamiento a efectuar. completo de los pliegos del volumen, los elementos estructurales de la cos-

59
tura -nervios, hilo, cadenetas- serán posteriormente sustituidos en el mon-
PRO CESO DE DESMONTAJE DE UN LIBRO:
taje, mientras que las cabezadas, generalmente, podrán ser colocadas en el
nuevo montaje pero sólo de forma testimonial, perdiendo su estructura ori- Se cortan los hilos de la costura en cada
segmento entre nervios y entre
ginal. Dichos elementos deben ser consolidados mediante la aplicación de los nervios extremos y las cadenetas.
un adhesivo, para evitar que se deshagan, con el fin de conservar, en el expe-
diente de la restauración, aquellos que no van a ser reutilizados. La aplica-
ción del adhesivo a las cabezadas se hará por su parte trasera -que queda
oculta por el material de cubierta- ; al consolidar cadenetas y nervios ha de
ponerse cuidado en aplicar el adhesivo con precisión. Los primeros elemen- Se ext raen los pliegos centrales no afectados
tos a desmontar son las cabezadas, en la forma que permita su conservación po r el adhesivo del lomo.
y posterior montaje en las mejores condiciones. El método más común se
realiza seccionando los hilos de enlace con los pliegos, aunque, en determi-
nadas ocasiones, el desmontaje de la cabezada puede hacerse simultánea-
mente al de los cuadernos si esto permite su desmontaje más íntegro. El
método para el desmontaje de los pliegos -previa documentación del orden, Una vez extraidos todos los pliegos centra-
les, pueden extraerse los nervios y las cade-
como ya se apuntó- varía dependiendo de la cantidad y estado del adhesivo netas. Estos elemento, no se desharán si pre-
presente en el enlomado. Si presenta adhesivos débiles y/opaco abundantes, viamente han sido fi jados los hilos med iante
sin penetración entre cuadernos, los pliegos se despegarán fácilmente, tiran- la aplicación de adhesivo.

do del pliego cerrado - una vez seccionada la costura y extraídos los nervios
y cadenetas (ver mas adelante). Sin embargo, con colas fuertes y que pene-
traron entre los cuadernos, el tipo de desmontaje anterior, sobre todo si el
papel es fino o se encuentra debilitado, conducirá a la rotura del pliego exte-
Los pliegos exte ri ores, un idos por el adhesivo
rior de los cuadernos y al riesgo de otras roturas durante el desmontaje. En
del lomo, pueden ser despegados por baño
este caso, puede evitarse esta circunstancia mediante el desmontaje en (siempre que se haya determ inado el lavado
húmedo, por inmersión de los pliegos, unidos por el adhesivo, en baño de como parte del tratamiento). De esta fo rma
pueden evitarse las típicas roturas del despe-
agua caliente -siempre que se haya determinado el lavado de todas las hojas,
gado en seco.
lo cual suele ser la razón del propio desmontaje. Los pasos para ello serían:
Biblioteca Histórica UCM. Restauración de l libro con signatura BH MEO 1176. (Fotos J. Tacón)
• Seccionado de todos los segmentos del hilo de costura que unen cadenetas
con nervios y estos entre sí, por el interior cada pliego.
• Extracción de los bifolios centrales de cada cuaderno, no afectados por el • Inmersión de los bifolios pegados en agua a 45 -50 oC y extracción de los
adhesivo del enlomado - conservándolos convenientemente protegidos. pliegos uno a uno, una vez disuelto el adhesivo -véase más adelante el lava-
• Extracción, con ayuda de pinzas, de los nervios y cadenetas, así como los do. Este proceso requiere de una destreza importante, ya que conlleva un
restos del hilo de costura, elementos que se conservarán debidamente prote- alto riesgo de roturas indeseadas debido a la debilidad del papel mojado. En
gidos -p. e., en bolsitas tipo zip-lock o sobres de poliéster- y etiquetados en este sentido, es importante que no exista ningún resto de hilo uniendo los
pliegos y comprobar que el adhesivo está suficientemente reblandecido; de
el expediente del tratamiento o junto a la obra, en un compartimento de la
lo contrario se producirían roturas accidentales. Mediante la introducción de
caja de protección.

60 61
 un Reemay® o similar plegado en el interior de cada bifolio podrán extraer-
se del baño los pliegos con seguridad y colocarlos en la superficie de secado
al aire. El uso de enzimas en este baño podría contemplarse en el caso de Suciedad superficial libre procedente de la
polución del aire. Este tipo de suciedad pue-
adhesivos muy endurecidos. de eliminarse por aspiración o métodos sua-
• Una vez secados los pliegos, se incorporan al resto de hojas de la obra para ves como la goma de humo.
la continuación del tratamiento. Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)

3. LIMPIEZA
Entenderemos por limpieza, la eliminación de toda aquella materia ajena a
la obra, que se encuentra presente por causas ambientales, accidentales o inten-
cionales y de otros productos inherentes al envejecimiento químico del material.
Las razones para la eliminación de estos productos y materiales se basan en los
efectos perniciosos que provocan sobre la permanencia del soporte, debido a su
inestabilidad química, y/o porque dificultan el cumplimiento adecuado de la
función específica de cada objeto, según el tipo de documento y el uso al que se
destina. En este sentido, si la información más valorada, por un uso específico
de la obra, es la estética - grabados, dibujos, carteles, etc. y, en determinadas
colecciones, impresos de fondo antiguo-, la presencia de suciedad y manchas
localizadas puede interferir con su plena contemplación. Por el contrario, cuan-
do el interés principal es el aspecto documental, una mancha raramente inter-
fiere con la información que ofrece el objeto. 42
Al efectuar la limpieza, podríamos también eliminar indicios de circunstan-
cias de la historia del objeto y, lo que es peor, elementos originales del soporte,
como aprestos del papel, acabados del pergamino, pautado en los manuscritos,
etc. De esta forma, como por otra parte sucede en cualquier otra intervención,
han de meditarse los beneficios que suponen la limpieza frente a los posibles
efectos negativos, y determinar así el nivel de intervención adecuado a la natu-
raleza y estado del soporte y a la función que cumple.
A continuación haremos una clasificación de la suciedad general, manchas y
otros elementos susceptibles de ser eliminados durante la limpieza, según su dis-
tinta naturaleza:
1. Suciedad superficial libre: polvo y otros elementos depositados sobre la
superficie del objeto - y entre sus hojas, en el caso de libros-, que pueden ser
42 Además, la suciedad ofrece también información acerca de la vida del objeto; por ejemplo, las
manchas provocadas por los dedos al pasar las páginas nos informan de la utilidad que ha teni-
do el libro, o las manchas de cera, que podrían indicar su lectura en la noche, etc.
eliminados por medios mecánicos suaves -brochas, aspiración o soplado-
debido a que no están adheridos al soporte. En este tipo de suciedad, se
incluyen, por ejemplo, los restos del micelio aéreo de hongos, en objetos que
han sufrido este tipo de deterioro.
Hojas de un libro en tres fases distintas del
tratamiento. De derecha a izquierda: hoja sin
tratar con suciedad adherida y amarilllea-
miento, hoja con la limpieza superficial reali-
zada y hoja tras el lavado, en la que se ha eli-
mi nado el amarilleamiento soluble.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH INC 1-296
(Foto (armen Fernández)
2. Suciedad superficial incrustada: partículas de suciedad presentes en la
superficie, que se encuentran adherida a esta, debido a una ligera penetra-
ció n entre las fibras y/o a la presencia de sustancias que actúan de agluti-
nante de las partículas -grasa de la piel, contaminantes del aire, humedad,
etc.-; se incluyen también los detritus de insectos -pequeños puntos oscu-
ros adheridos-, salpicadura de pinturas, barro adherido, etc. La limpieza
de este tipo de suciedad requiere del uso de medios mecánicos más activos
para su eliminación.
3. Productos de degradación solubles. El amarilleamiento u oscurecimiento del
papel puede ser debido a diversas circunstancias; una de ellas es la formación
de productos químicos resultantes del envejecimiento de los compuestos
orgánicos del papel -celulosas, aprestos. Algunos de estos productos, que se
encuentran en el interior de las fibras -no son superficiales- , son solubles y
sólo se eliminan mediante el lavado.
- - -............ 'JI

Típica mancha de humedad producida por el Las manchas provocadas

.NDANT arrastre de los productos de degradación
solubles durante la expansión del agua por el
por el metabolismo de
microorganismos (rosadas

s papel por capilaridad.

Biblioteca Histórica UCM
Estado inicial del libro con signatura
y pardas en las imágenes)
no son generalmente solu-
bles en agua.
BH MED 2251 Biblioteca Histórica UCM
(Foto Pilar Puerto) (Fotos J. Tacón)

4. Manchas por mojado. La presencia de los productos antes descritos provoca
la aparición de este tipo de manchas. Al caer agua sobre el papel, ésta se
difunde por capilaridad, a lo largo de su superficie, arrastrando consigo los
productos de degradación solubles, que se acumulan en el borde húmedo /
seco de esta zona. Este tipo de mancha es soluble en agua, aunque la acu-
mulación de los productos de degradación puede ocasionar un oscureci-
miento irreversible del papel en esta zona.
7. Pequeñas manchas generalizadas -foxing. En este apartado se engl~ba~
pequeñas manchas, con apariencia de ~xido de hierro, ~ue aparec~n distn-
buidas por la superficie del papel. Su ongen puede ser diverso, pudiendo ser
por causas tanto químicas como biológicas o ambas combin~das -aunq~e las
causas biológicas son, en su esencia, también procesos quÍmicos-, relacIOna-
das con la presencia de determinadas partículas en el papel. Son general-
mente irreversibles por medios físicos.

Manchas de oxidación provocadas por elementos del papel, especial-

mente contaminación de hierro presente en el alumbre utilizado para Este tipo de manchas, definidas en forma de puntos dis-
el endurecimiento de la gelatina del apresto, el cual cataliza la oxida- persos, se designa generalmente con la palabra "foxing"
ción de la celulosa. incluso en la literatura en castellano.
Biblioteca Histórica UCM Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón) (Foto J. Tacón)

5. Manchas por oxidación. Otro de los motivos del oscurecimiento del papel o
de la aparición de manchas aisladas es la oxidación. Este fenómeno, de natu-
raleza irreversible con tratamientos físicos -sólo caben medios químicos para
su tratamiento-, se acentúa con la presencia de lignina en las fibras -pape-
les con contenido en pasta mecánica de madera-, aunque también sucede en
papeles de trapos, sobre todo debido a la presencia de impurezas metálicas
en algunos aditivos -p. e., impurezas de hierro en el alumbre añadido al
apresto de gelatina.
6. Manchas producidas por microorganismos. Los hongos y bacterias produ-
cen manchas de distintos tonos en el transcurso de su desarrollo. Este tipo
de manchas, al igual que las anteriores, no son habitualmente solubles en
agua, y sólo pueden ser eliminadas mediante limpieza química.
8. Otros elementos susceptibles de eliminación durante la limpieza:
a. Manchas accidentales. En este grupo se incluirían:
• Manchas de aceite y productos grasos: de alimentos, lámparas de ilumina-
ción, etc.
• Manchas de cera. Por iluminación con velas.
• Manchas de barro, por caídas accidentales.
• Manchas de sangre y otras.
b. Reparaciones anteriores y adhesivos. En las reparaciones realizadas a lo lar-
go de la existencia de libros y documentos, a veces sólo permanece el adhe-
sivo utilizado , pero en muchas ocasiones se conserva el parche de papel adhe-
 fds-cfpót,cc
Algunas manchas son el resultado de acciden- Los parches de papel de este tipo son muy ~~osaf1'í(!
tes. En este caso el aceite (presuntamente de comunes en las reparaciones antiguas. Si bien el tO/iverfos.
una lámpara de iluminación) vertido sobre el papel suele ser estable, algunoa adhesivos
libro en algú n mo mento de la historia. empleados causan manchas por oxidación.
Biblioteca Histórica UC M
Estado inicial del libro con signatura
BH MED 1176
(Foto J. Tacón)

Ejemplo de costura "de fab rica" en un pergamino.

El copista tuvo que sortearla al plasmar la grafía.
Otros t ipos' de manchas proceden de bebi-
das y alimentos consumidos durante el uso
de los libros. En este caso, una uva y el dete- Biblioteca Histórica UCM
rioro producido en el papel. (Fotos J. Tacón)
Biblioteca Histórica UCM
(Foto Inmaculada Latorre)
sobre papel y pergamino formarían parte integral del objeto y, no sólo no son
susceptibles de eliminación, sino que requieren su consolidación y estabiliza-
ción en pos de la conservación integral del objeto. En cuanto a las reparaciones
rido al soporte de la obra. La eliminación de estas reparaciones ha de ser dete- más modernas, se encuentran aquellas realizadas con materiales totalmente
nidamente meditada. Por un lado, su eliminación, sin más, puede suprimir al
inadecuados como las cintas auroadhesivas, adhesivos inestables, etc., que nor-
mismo tiempo información contenida en estos remiendos; información no sólo
malmente deben ser eliminados salvo raras excepciones - cuando formen parte
gráfica, sino también relativa a la propia historia del objeto - como censuras y
de la obra, como en el collage. Las reparaciones con cinta auto adhesiva de celo-
correcciones- y a las técnicas de restauración de cada época. Por otro lado, pue-
fán y otras cintas, efectuadas -sin duda- con ánimo protector - y de hecho han
de también suceder que el parche oculte parte de la información gráfica de la contribuido a conservar elementos que de otra forma se habrían perdido- , son
obra o interfiera en la observación de los atriburos estéticos. Los criterios para
inadecuadas cuando los materiales que forman la cinta - soporte y adhesivo-
la eliminación o no de estos parches tendrán que ver con la estabilidad quími-
son inestables y perjudican la permanencia de la zona reparada y su apariencia.
ca de sus componentes - soporte de refuerzo y adhesivo- en relación con la
importancia de la obra y su función. En ocasiones, el parche de papel debe ser
conservado, pero, cuando se observa que el adhesivo utilizado es muy inestable, Las cintas autoadhesivas a
se podría desmontar el parche, eliminar el adhesivo inestable y volver a pegarlo base de caucho y colofonia
producen este tipo de man-
en la misma posición, con un adhesivo adecuado. Sobre el pergamino, la repa-
chas, que penetran en el
ración tradicional ha consistido en el cosido de las roturas, tanto durante la soporte y acaban siendo
fabricación del soporte - antes de plasmar la grafía- como en remiendos efec- visibles por la cara contraria,
tuados en las roturas producidas por el uso a lo largo de la historia. Estas repa- como puede apreciarse en
estos grabados.
raciones no comprometen en ningún momento la estabilidad del objeto, por lo Museo Municipal de Madrid
que los motivos para su eliminación serían puramente estéticos y, por lo tanto, (Fotos Carmen Fernández)
arbitrarios. En consecuencia, muchas de las reparaciones históricas realizadas

66 67
 Esto sucede con la mayor parte de ellas, especialmente las más antiguas, debi-
do a la oxidación del adhesivo; proceso que suele acabar con la pérdida de adhe-
rencia de la cinta, quedando los restos de adhesivos sobre el soporte reparado
-donde se fija fácilmente la suciedad.
c. Marcas intencionadas o susceptibles de haberlo sido, como marcas de pro-
piedad -p. e., sellos tampón-, subrayados, anotaciones manuscritas, dibujos
y otras marcas. Estos elementos también forman parte de la historia del obje-
to y su eliminación debe estar sólidamente justificada, lo cual es difícil des-
de el estricto punto de vista de la conservación material -ya que raramente
contribuirían a un envejecimiento mayor de la materia del objeto-, pero más
posible cuando se trata de marcas que dilapidan la apariencia estética de una
composición gráfica. En algún caso, como los sellos tampón o inscripciones
con tintas modernas, puede extraerse parte de la tinta -la fracción más solu-
ble- quedando la marca en un tono más ligero. Esta operación debe reali-
zarse especialmente cuando se determina un tratamiento de lavado acuoso,
para evitar la difusión de los colorantes por la superficie del papel y hacia las
hojas adyacentes, durante el tratamiento de lavado. Otra opción, más con-
servadora en este sentido, es el fijado de estas tintas para evitar su difusión
(véase protección de tintas, más adelante).
3.1. Limpieza superficial
La eliminación de la suciedad libre, parte de la cual ya fue tratada como la
acción inmediatamente anterior al desmontaje, es la primera operación de lim-
pieza superficial. Esta limpieza -por aspiración o con brochas- puede ser nece-
saria durante y después del desmontaje, ya que tras este se accede a zonas que,
con el objeto montado, son inaccesibles -p. e., limpieza de restos de hongos bajo
una guarda tras su desmontaje de la tapa de un libro infectado.
La suciedad incrustada o adherida requiere de métodos más activos de lim-
pieza superficial, debido a su adherencia sobre el soporte. En función de la sen-
sibilidad del soporte y tintas, de la abrasión, y del grado de resistencia de la sucie-
dad, se utilizarán medios más o menos abrasivos. Aunque lo que menor impacto
produce es considerar la suciedad general como parte de la esencia del objeto.
43
3.1.1. Limpieza superficial con gomas de borrar
Como todos los tratamientos, la limpieza superficial de los soportes con gomas
44
de borrar puede producir alteraciones en los mismos, en este caso relacionadas
con roturas accidentales al frotar la superficie del soporte y, por lo tanto, la
68
modificación de la estructura superficial de los soportes por abrasión, con la
eventual eliminación de las capas originales y levantamiento de fibras; esta
modificación superficial, aunque imperceptible alojo desnudo, hace a esta
superficie más susceptible de "atrapar" el polvo en el futuro. Otro efecto
negativo de este tipo de limpieza es la permanencia entre las fibras de partí-
culas de goma de borrar, que pueden alterar químicamente a los materiales
rratados. La eliminación de estos restos es un asunto de gran importancia
para la conservación futura del soporte. En este sentido, particularmente
peligroso es el uso de gomas con contenido en azufre -presente, como vere-
mos, en muchas de las gomas- sobre objetos fotográficos cuya imagen final
es de plata metálica, debido a la reactividad del azufre con este metal.
Un producto presente en algunos tipos de gomas de borrar es el plastificante
añadido a las gomas de PVC -poli(cloruro de vinilo)-, generalmente de tipo
ftalato, que puede ser causa de reblandecimiento de algunos recubrimientos,
barnices o aglutinantes de tintas modernas -p. e., colodión, algunas tintas de
impresión, tóner de fotocopiadora e impresoras láser. Además de estos com-
ponentes, otros elementos que pueden estar presentes en las gomas de borrar
y perjudicar químicamente a los soportes -especialmente los fotográficos- son:
colorantes, cloro, peróxidos, metales reactivos y productos del petróleo. 43
Por todo lo anterior, el grado de limpieza que pretenda alcanzarse debe ser cui-
dadosamente evaluado en relación con los efectos negativos, teniendo en cuen-
ta que en muchos estudios se ha comprobado que en la práctica totalidad de los
tratamientos, quedan restos detectables de goma en el soporte. 44 Considerando
en cuenta su composición básica, existen varios tipos de gomas de borrar:
• De caucho vulcanizado. En esta clase de gomas se incluyen las fabricadas a
base de caucho natural y las formuladas a base de caucho artificial -lo más
habitual. Ambos tipos de gomas son fruto del proceso de vulcanizado con
azufre de polímeros naturales en el primer caso -látex- o sintéticos en el
segundo -p. e., copolímero de estireno-butadieno. Este tratamiento provo-
ca la reticulación de los polímeros para formar la goma, quedando libre par-
te del azufre como impureza de la misma.
Papel Conservation Catalog, eighth edition: 14, Surfoce Cleaning. Book and Paper Group,
American Institure for Conservarion (AlC) , 1992, pág. 38. Disponible en: hrtp://aic.sran-
ford.edu/ sg/bpg/ pccl [13/1/2008]
Pearlsrein, E. y col. Efficts 01 eraser treatment on papero Journal of rhe American Instirute for
Conservarion, vol. 22 (1). 1982 págs. 1-12. Disponible en: http://aic.stanford.edu/jaiclarti-
cles/jaic22-0 1-00 1_indx.hrml [12/10/2008]
 • A base de aceite vegetal vulcanizado -material denominado factis (del
inglés foctice). Los aceites se vulcanizan con azufre, al igual que en el caucho,
por lo que queda también un porcentaje de azufre libre.
• De PVC -poli(cloruro de vinilo)- al que debe añadirse un plastificante para
lograr la textura de goma. Estas gomas de borrar pueden aparecer denomina-
das como "vinílicas" o "de vinilo". El azufre no interviene en su fabricación y,
por ello, suelen aconsejarse para el borrado de suciedad en materiales sensi-
bles a este elemento. De otro lado, el PVC origina ácido clorhídrico en su des-
composición -deshidrocloración-, aunque la presencia de carbonato de cal-
cio en la goma interviene en este caso para neutralizar el ácido. 45
Diversos formatos de gomas de borrar.
De izda. a dcha.: esponja Akapad, goma de
humo, goma en bloque con protección
en estuche, goma en bloque con protec-
ción de banda de cartón y goma con fun-
da en forma de lápiz.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
• Masillas a base de almidón. Son productos concebidos para la limpieza
superficial de papel mural, cuyo uso se adaptó a la limpieza de obras sobre
papel. Absorene® es uno de estos productos. Sus residuos, una vez secos,
pueden quedar adheridos entre las fibras. 46
para limpieza localizada o en forma de lápiz -más abrasiva- para manchas pun-
tuales; otras, más suaves y de mayor superficie, sirven para limpieza general de
zonas amplias; de este tipo de gomas, se han de diferenciar, de un lado, las que no
se desmenuzan en el borrado, produciéndose la limpieza de la suciedad poco adhe-
rida - como hollín- gracias al tacto adherente de su superficie -goma de humo- y,
de otro lado, las gomas que borran de forma convencional, pero diseñadas -por su
tamaño y suavidad de aplicación- para limpieza de grandes áreas. La goma de
borrar en polvo también está indicada para limpiezas generales; este tipo de goma
- comercializada a granel o en saquitos de tela- puede dej ar mayor cantidad de res-
tos entre las fibras, además, las pequeñas partículas son más susceptibles a su endu-
recimiento por oxidación en periodos relativamente cortos, por lo que a veces es
más adecuado rallar en el momento -con lija, rallador de cocina, molinillo
manual-, un bloque de borrador para fabricar el granulado más fresco. Otro tipo
de presentación es la goma blanda -amasable- que atrapa la suciedad menos adhe-
rida debido a su superficie pegajosa. Este tipo de gomas, si el tacto es muy pega-
joso, puede arrancar parte de las fibras en papeles con poco apresto.
En los cuadros siguientes se reflejan las principales características de las
gomas de borrar. Cada cuadro corresponde a un tipo de goma, según su forma
de presentación. Los datos proceden de las fuentes citadas al pie de la última
tabla. Los fabricantes pueden haber modificado la producción, composición o el
nombre de los productos.
GOMAS EN FORMA DE ESPONJA PARA SUPERFICIES AMPLIAS
I NOMBRE
COMERCIAL

Goma de humo
FABRICANTE
COMPUESTO
PRINCIPAL

Caucho
CARGAS
INORGANlCAS
Ornos
ADlTNOS
afROS
ADIl NOS

Carbonato
D ry Cleaning Sponge natural Colorantes Tipo esponja, no deja residuos
Además de los componentes básicos, muchas de las gomas presentan una de calcio
Smoke sponge vulcanizado
serie de aditivos añadidos para mejorar el deslizamiento sobre la superficie, El producro cambió de nombre;
como el carbonato de calcio o sulfato de bario, o para dotarle de mayor poder ahora se denomina Akapad.
Caucho Disponible en rres grados de dureza
de abrasión para un uso específico -p. e., borradores de tinta-, apareciendo por Esponja Wishab de estireno- Silicaro Colorantes
Akachemie (suave, fuerre y extra-fuene). Dise-
(goma anaranjada) butadieno de Magnesio ñada para limpieza
ejemplo: silicato de magnesio, caolín o cuarzo como compuestos abrasivos. de paramenros pimados
Las formas de presentación de las gomas de borrar son diversas y adaptadas en o papel mural.

cada caso a un uso concreto, encontrándonos con las típicas gomas en bloques El producto cambió de nombre;
ahora se denomina Akap¡u/ White.
pequeños o en barras -que se embuten en fundas manuales o tornos mecánicos-, Esponja Wishab Diseñada para superficies más
Akachemie Factis
(goma blanca) sensibles. En un esrudio llevado a
cabo en 2001 en el ICN (Holanda)
45 Papel Conservation Catalog: 14, Surface Cleaning. Op. cit., pág. 6. mostró buena estabilidad.•
46 Papel Conservation Catalog: 14, Surface Cleaning. Op. cit., pág. 24. • Dato procedente de la página Web del fa bricante: http: //www.akachemie.de/english.htm [LO/ LO/2008].

70 71
 -
GOMAS EN POLVO Sanfo rd.
Magic Rub Carbonato
Faber Castell. Plastifican te
NOMIIRI' FAlIRICAN II COMl'lIl' , l tl C I Rl ;¡\S 01 ROS 0 1ROs (repuesto en barras PVC de calcio.
Eberhard de ftalato
COMFR( IAI I'RINC ll'iIl INORC,INIl J" AD I IIVOS AD I IIVOS para torno de borrar) Silicato
Faber.
Caucho C aolín.
Archival AIDS Draft Archival Mars Plastic Carbonato Plastificante
de estireno- Carbonato Staedder PVC
Clean Powder AIDS 52650 y 52652 de calcio. de ftal ato
butadieno de calcio

Caucho de Mars Plastic eraser

Scum-X Powder Carbonato Presencia de azufre. Carbonato Plastifican te
poli-hidro- (barras de repuesto Staedder PVC
140C de calcio D isponible en saquito o a granel de calcio. de ftalato
carburos para borradores)
Carbonato Presentado en saquito.
Mars Pad Sraedder Faetis Koh-I-Noor 286 Soft. Koh-I-Noor. Carbonato Plastificante
de calcio Presencia de azufre PVC Muy suave
Vinyl Eraser Rapidograph de calcio. de ftalato
Silicato.
Plastificante Deja restos muy pequeños,
Magic Pad M l965 Faber Castell PVC Carbonato Sanford.
de ftalato difíciles de eliminar. Según el fabricante (en 1991)
de calcio Faber Castell.
ArtGum Faetis es un compuesto de polivinilo
Eberhard
cargado con factis
Durasol Silicato. Plastificante Faber.
Opaline Pad Factis Carbonato de fralato Presencia de cloro y azufre
Chem. Co.
de calcio
Dixon.
Carbonato
Star G um Eberhard Factis
de calcio.
G OMAS EN FORMA DE MASILLA Faber.

NOMIlRl' FAI\RllANl1 COM I'I IL\lO CARl.AS O I ROS 01 ROS Carbonato

lOM IIW IAI I'RINl ll'AI INORl;AN ICAS AD I I IVOS ADII IVOS Sanford.
de calcio.
Pink Pearl Faber CasteIl.
Factis Silicatos Colorante Muy abrasivo
Picreator 100 y 101 Eberhard
Tacto muy pegajoso. Calcira
Enterprises, Caucho Dióxido Anti- Faber.
GroomStick No se observan residuos cuarzo
Ltd.l natural de titanio oxidantes * tras la aplicación *
Rennaisance
Barras de re puesto para borradores.
Carbonato Pentel d ic eraser Carbonato Plastifican te Disponible también en bloque
de calcio. Aceite Pentel PVC
ZE-2 1 de calcio. de ftalato (Pente! ZF 11)
Kneaded Rubber Eberhard Poli Piedra mineral. con fu nda protectora.
1224 Faber (isobuteno) pómez. Anti-
Dióxido oxidantes Carbonato
de titanio Factis S 20 Faetis
de calcio.
Caucho
Kneaded Putty Winsor & Carbonato Posible Plastificante
de estireno- Plast 140 Uiufer PVC
Rubber Newton de calcio. plastificante de ftalato
butadieno

* Datos procedentes de: Caldararo, N . Surfoce cleaning paper. Conservation DistList. 3/ 13/ 1998. Disponible en: Puraplast Silicato de Plastificante
Sraedder PVC
hrtp: / /palimpsest.stanford. edu/byform/mailing-lisrs/cdl/ 1998/0293.h rml [12/ 10/2008] . Hi-Polymer magnesio de ftalato

Edding R 10 superior Plastificante

G OMAS EN BLOQUE Edding PVC Funda protectora
qualiry plastic de ftalato
NOMIIRI FAIIRllAN II COM l'lIL\lO CARCAS 01 ROS Omos Rapid eraser Plastificante
CllMI Rl'IAI I'RINl II'AI INORl.ANllAS AI1I IWOS ADIIIVOS Rotring PVC
B20/B30 de fralato
Sanford.
Tacto muy pegajoso. FUENTES:
Magic Rub Faber CasteIl. Carbonato Plastificante
PVC No se observan residuos Roe/ofs, W.; de GroOt, S. y Hofenk de Graaff, J. Die Auswirkung von Radierpulvern, Knetgummi und Radiergummi auf Papier. Pre-
N .O 1954 Eberhard de calcio de ftalato
tras la aplicación * prints from the 9"' Internarional Congress of lADA. Copenhagen, August 15-2 1, 1999. págs. 107-1 14.
Faber. Disponible en: hrtp: //palimpsesr.stanford. edu/iada/ra99_ 13 1.pdf [14/9/2008]

Sanford. Paper Conservarion Caralog n.O 14, Suiface Cleaning. Book and Paper Group, American Institure for Conservarion (A1C), 1994.
Carbonato En forma de lápiz. Disponible en: hrrp://aic.stanfo rd.edu/sg/ bpg/pcc/ [13/1 12009]
Magic Rub Faber Castell. Plastificante
PVC de calcio. Más duro que el mismo Edición traducida al español: Catálogo de Conservación de Papel del American Insritme for Conservarion: limpieza de la superficie.
N .O 1960 Eberhard de ftalato
Silicato borrador en bloque Conservaplan n.O 14. Biblioreca Nacional de Venezuela, 1998.
Faber. Disponible en: hrrp: //www.bnv.gob. ve/pdf/ConserI 4-3.pdf [14/9/2008]

72 73
 En cuanto al aspecto práctico de la limpieza superficial con gomas de borrar,
han de tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:
Técnica del borrado
En el caso de limpieza de una zona de la superficie, el resto de zonas deben
estar protegidas por una lámina de papel secante o de filtro , que proteja del
tacto directo con las manos.
En limpieza de la superficie en general, el uso de guantes evitará el tacto
directo de las manos sobre la obra, evitando también el hecho de impregnar
con sudor el borrador, en este sentido son preferibles los borradores con fun-
da protectora.
.. Durante la limpieza superficial con gomas de
borrar, los movimientos de la goma deben ser
circulares y hay que adoptar medidas de protec-
ción como el uso de guantes, par a no impregnar
de sudor el soporte, y colocar una hoja de pro-
tección donde sujetamos el documento.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de limpieza de los planos con signatura BH GRA 88
(Foto J. Tacón)
La hoja debe ser sujetada firmemente para evitar arrugas y roturas acciden-
tales. El frotado de la superficie debe realizarse en forma de pequeños círcu-
los - más común en limpieza localizada- o del centro a los bordes de la hoja,
cuando se usan productos de mayor superficie de contacto.
Las gom as p ueden ser cortadas para adecuar su forma a necesidades concre-
tas. El uso del torno mecánico de borrar dificulta el control sobre el proce-
so, lo que p uede provocar una gran abrasividad y deterioros superficiales a
Limpieza con goma de látex
(goma de humo) de la sucie-
dad superficial poco adheri-
da. La goma puede lavarse y
ser reutilizada un número
limitado de veces.
Biblioteca Histórica UCM
Limpieza del fondo de D erecho
(Fotos J. Tacón)
47
48
74
los soportes; además, las barras de goma para estos tornos suelen llevar más
cargas minerales para dar rigidez a la barra, resultando más abrasivas. Si se
usa goma en polvo -rallando un borrador o de la comercializada- , debe
esparcirse por la superficie una cantidad adecuada y frotar con una bola de
algodón, tela adecuada o con los dedos enfundados en guante de algodón.
Las gomas de tipo atrapa-suciedad -como la goma de humo-, pueden rege-
nerarse un número limitado de veces, lavándolas con jabón neutro.
Han de eliminarse por completo los restos de goma en la zona borrada antes
de seguir con otras zonas o el reverso. Los restos dejados, si sufren presión
-como al borrar por la otra cara, o al sujetar la hoja- se apelmazarán contra
la superficie del soporte. La eliminación puede realizarse con brocha, sopla-
do o aspiración - o combinación de ellos.
La operación debe ser especialmente meticulosa si se usó goma en polvo,
sobre todo si el soporte es muy poroso o texturado, o especialmente sensible
a los restos. En este sentido, tras la aspiración, las partículas más finas pue-
den ser extraídas en contacto con una lámina de poliéster (PET) 47 - Meli-
nex® o similar- cargada con electricidad estática 48 - lo que se consigue fro-
tando el plástico con un paño de fib ra sintética-; las partículas serán atraídas
y quedarán pegadas en el plástico.
3.1.2. Limpieza 'á punta de bisturí" y con abrasivos foertes
La eliminación de depósitos de materia abundante adheridos a la superficie
de los soportes - como gotas de cera, detritus de insectos, barro adherido,
etc.- , podría requerir métodos más directos, como el raspado de estos depó-
sitos con la ayuda de instrumental apropiado - bisturí, microespátulas- o su
desgaste con productos abrasivos más fuertes - gomas para tinta, gomas
duras en forma de lápiz, etc. Evidentemente, el peligro de afectar al soporte,
con pérdida de fibras superficiales, es muy alto al efectuar este tipo de lim-
pieza. De hecho, salvo en una intervención con lupa binocular y con ayuda
de instrumental de gran precisión, es muy probable que se ocasione la pér-
dida de parte de capa superficial y una erosión localizada en la limpieza pun-
tual. La admisibilidad de esta circunstancia ha de ser valorada, en relación
con su utilidad final, al establecer el tratamiento. Aunque debe tenerse en
cuenta que una abrasión generalizada sobre un soporte, por muy resistente
que éste parezca - p. e., pergamino- , provoca una modificación de su super-
Poli (tereftalato de etileno) , material que será mencionado en otras partes del texto.
Papel Conservation Catalog: 14, Surface Cleaning. Op. cit., pág. 36.
75
 ficie que puede conducir a la pérdida de productos de acabado superficial y
modificar su comportamiento ante la polución -volviéndose más proclive al
incrustado del polvo.
Los depósitos de suciedad pu ntuales y mecáni-
cament e resist entes, como los detritus de mos-
ca, pueden ser eliminados a punta de bisturí.
Colección particular
(Fotos Carmen Fernández)
3.1.3. Limpieza con torundas humedecidas
Algunos soportes, cuya resistencia superficial lo permita, pueden ser lim-
piados con torundas de algodón u otro material suave, ligeramente hume-
decidos en agua, alcohol u otros disolventes o mezclas de ellos. El tipo de
suciedad y de soporte determinará el medio a utilizar. En mezclas de agua
con alcohol u otros disolventes, cuanta mayor proporción de agua, mayor
será la limpieza - en caso de suciedad ambiental adherida-, pero también
el peligro de efectos negativos. El hisopo sólo se debe humedecer ligera-
mente, secando el exceso, haciéndolo rodar sobre un papel secante; de otra
forma, el líquido puede penetrar arrastrando parte de la suciedad al inte-
rior. Otra forma de disminuir la penetración, que arrastraría la suciedad
hacia las capas internas, se efectúa añadiendo un espesante para formar un
gel. Para ello se utilizan básicamente los éteres de celulosa tratados en pági-
nas atrás, para la formación de geles acuosos o alcohólicos. 49 También se
49 Metilcelulosa, metilhidroxietilcelulosa, carboximetilce!ulosa e hidroxipropilce!ulosa, este últi-
mo para ge!es alcohólicos.
acentúa el poder de limpieza si se añade al medio usado (gelificado o no)
una mínima parte de jabón neutro no iónico. En estos dos últimos supues-
tos, deben valorarse convenientemente los riesgos que provocan la perma-
nencia, a largo plazo, de residuos de los productos utilizados. Los materia-
les más susceptibles de este tipo de limpieza son: pergamino, pieles, vidrio,
algunos plásticos y superficies barnizadas -o plastificadas. Los papeles con
poco apresto y, en general, cualquier soporte poroso y absorbente no admi-
ten este tipo de limpieza.
3. 1.4. Limpieza con láser
La aplicación del láser para el tratamiento de limpieza superficial de monu-
mentos, escultura y elementos arquitectónicos, comenzó hace ya más de 30
años. Sin embargo, el desarrollo de un método láser para la limpieza de
materiales documentales es más reciente y todavía incierto. En el marco del
proyecto, auspiciado por la Comisión Europea, Paper Restoration using Laser
Technology - PARELA- , así como en otras investigaciones, se concluye que el
láser apropiado para ello es de tipo Nd:YAG -Neodymium-doped Yttrium
Aluminium Garnet-, ya usado para material silíceo, que gracias a la modifi-
cación de las longitudes de onda y la reducción de la duración del pulso, ha
podido ser introducido en el campo de los materiales orgánicos. La longitud
de onda adecuada se sitúa en el láser verde -532 nm.
El tipo de acción del láser sobre la suciedad superficial es foto térmico; la
energía se transforma en calor, eliminándose la suciedad por vaporización
-fotoablación- de la misma. Como el tiempo de duración del pulso es muy
corto -menos de 10 nanosegundos- , la rapidez del efecto hace que el calor
se transmita mínimamente al sustrato. 50 La posibilidad de obtención de pul-
sos más cortos aún -en la región de los femtosegundos- reduce aún más la
afección del calor sobre el sustrato. 51 Las ventajas del láser aplicado a la lim-
pieza superficial de los soportes radican en que se evita el contacto con un
producto abrasivo y la intervención de disolventes, todo ello unido a la
micro-precisión que permite y a la posibilidad de combinar el tratamiento
so Barrera, M . y col. El Ldser: primeros estudios en relación con sus aplicaciones en la limpieza de
soportes celulósicos. Terceras jornadas de avances en la restauración de! papel. Ponencias. Bur-
gos, de! 22 al 25 de mayo de 200l.
51 Malgo rzata Walczak y col. Femtosecond vs nanosecond laser cleaning 01 historical parchment.
Lacona VII : International Conference on Lasers in the Conservation of Artworks. Madrid,
17-21 de septiembre de 2007.
77
 con un diagnóstico en tiempo real de los efectos físico-químicos del láser
sobre el soporte a limpiar. 52 Un campo específico de aplicación del láser es
en la limpieza de daguerrotipos empañados por la oxidación de la plata que
forma la imagen; el láser puede ser una herramienta adecuada para resolver
este problema concreto. 53
Los efectos de la limpieza con láser, inmediatos y a largo plazo, sobre los
materiales han sido objeto de investigación. El láser ultravioleta cercano
-308 nm- provoca una fuerte degradación de la celulosa, detectable inme-
diatamente después a su aplicación, aunque este efecto difiere, no sólo
dependiendo de la fluencia -potencia- del láser, sino también según el tipo
y características del soporte. 54 La limpieza con láser infrarrojo -1064 nm-,
resulta en un incremento del grado de polimerización debido a la formación
de enlaces éter inter e intramoleculares en las cadenas celulósicas -reticula-
ción-, mientras que la aplicación del láser verde a 532 nm, no provoca cam-
bios químicos detectables tras su aplicación a fluencias menores a 2,5 J/cm 2 ,
aunque la resistencia a largo plazo puede ser perjudicada. 55 En todo caso,
cuanto mayor es la fluencia del láser, mayor es la desestabilización a largo
plazo del papel irradiado. 56
Como resultado del proyecto PARE LA, antes mencionado, se construyó
-por la empresa Art-Innovation- un prototipo para la limpieza con láser en
papel y pergamino. El sistema diseñado trabaja con Nd:YAG verde de 532
nm, y permite la localización, mediante digitalización de la superficie, de las
zonas donde queremos que el láser actúe. De esta forma, pueden eliminarse
o atenuarse manchas y elementos concretos, como inscripciones, sellos tam-
pón, etc. -siempre teniendo en cuenta el respeto a la historia del objeto-, sin
que el láser actúe en las demás zonas, 57 sin embargo, la limpieza de la sucie-
52 Kautek, W y col. Probing the limits ofpaper and parchment laser cleaning by multi-spectral ima-
ging. Proceedings ofSPIE, vol. 4402, 2001, págs. 130-138.
53 Golovlev, V V Y col. Laser characterization and cleaning ofnineteenth century daguerreotypes. J.
Culto Heritage, vol. 1,2000, págs. 139-144. ISSN 1296-2074.
Golovlev, V V Y col. Laser characterization and cleaning ofnineteenth century daguerreotypes JI.
J. Cult. Heritage, vol. 4, 2003, págs. 134-139.
54 Kautek, W y col. Probing the limits ofpaper and parchment laser cleaning. Op. cir.
55 Kolar, J. y col. Near-uv, visible and IR pulsed lasa light interaction with cellulose. Applied
Physics A: Materials Science & Proccesing, 71 (1) 2000, págs. 87-90.
56 Kolar, J.; Stirlc, M. Laser Cleaning ofpaper: Jnmediate and long-term eJfects. Laser Cleaning of
Paper and Parchment (LACLEPA) Workshop 2000, EUROCARE Project EU 1681. January
10-11, Vienna.
57 Más información en: http://www.art-innovation.nl [12/9/2008]
dad generalizada en amplias zonas es de dudosa aplicación debido a los efec-
tos de desestabilización que provoca. 58
3.1.5. Limpieza superficial: casos particulares
Papel
El tipo de apresto y grado de alisado o satinado del papel determina su resis-
tencia a un tratamiento de limpieza superficial con gomas de borrar. Papeles
con apresto escaso y/o poco alisados son más susceptibles a sufrir daños en
su superficie -levantamiento de fibras. El estado de deterioro del papel tam-
bién es un factor a tener en cuenta para la elección del método de limpieza
superficial -o para no efectuarla. En papeles porosos deben retirarse los res-
tos de goma por aspiración, sobre todo si se utilizó goma en polvo. En pape-
les muy satinados y papeles estucados -couché-, el borrado puede alterar el
brillo original.
La suciedad superficial más adherida puede ser
limpiada con borradores suaves o algo más abra-
sivos según la circunstancia particular. En la ima-
gen borrado con Akapad®.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de limpieza de los planos con signatura
BH GRA 88
(foto J. Tacón)
Pergamino
La resistencia y textura lisa de la superficie del pergamino no puede ser pre-
texto para el uso de borradores excesivamente abrasivos que aparentemente
no afectan a la superficie, pero que provocan una modificación superficial.
Las encuadernaciones de pergamino ensuciadas por el uso y la contamina-
ción, unido a la sobrevaloración del aspecto "limpieza espectacular", pueden
propiciar el uso de abrasivos fuertes. Sin embargo, los borradores a utilizar en
la limpieza superficial de pergamino no deben contener abrasivos fuertes. En
58 Selih, V S. y col. Laser cleaning ofpaper- a step towards optimisation. En: Kolar, J.; Strilc, M.;
Havermans, J. (Eds.). Proceedings of the International Conference Durability of Paper and
Writing, November, 16-19, 2004, Ljubljana, Slovenia. Ljubljana: National and University
Library, 2004 ISBN. 961-6162-98-5, págs. 59-61.
79

~ sión, produciéndose asimismo cambios en los brillos originales de la super-
-- Uso de goma de borrar suave para la li mpieza de la suciedad
superficial adherida sobre pergamino.
Bibliot eca H istórica UCM
(Foto J. Tacón)
su lugar, puede efectuarse la limpieza con el sistema de torundas humedeci-
das ya explicado. En este sentido, etanol o isopropanol son disolventes apro-
piados. El isopropanol puro va bien con la suciedad de tipo graso, proceden-
te de la polución. La adición de agua y/o amoniaco a estos disolventes,
aumenta progresivamente -en relación con la cantidad añadida- , la capaci-
dad de eliminación de la suciedad adherida, pero también los inconvenientes
del uso del agua en el pergamino, con el peligro de provocar deformaciones,
eliminación de acabados o inducir, en cierta medida, un deterioro químico.
Puede considerarse como límite el uso de mezclas 1: 1 de agua y alcohol.
La suciedad ambiental adherida sobr e pergami-
no puede ser eliminada mediante torundas de
algodón, ligeramente humedecidas en alcohol
(etanol, isopropanol), con una adición de agua
en porcentaje variable según el caso concr eto.
Biblioteca Hist ór ica UCM
Proceso de restauraci ón del libro con signatura
BH MED 1402
(Foto Inmaculada Lalorre)
Objetos fotográficos
Los restos de goma de borrar, especialmente las que contienen azufre
- principalmente las de caucho y factis- y otros productos que pudieran
contener también restos de goma -plastificante, cloro, colorantes, antioxi-
dantes-, pueden provocar alteraciones químicas en las imágenes a base de
plata metálica. En este m ismo sentido, un caso particular son los cianoti-
pos, ya que el pH básico de la mayor parte de las gomas de borrar - por su
contenido en carbonato de calcio- puede provocar el desvanecimiento de
la imagen, dada su inestabilidad en medio alcalino. Otro problema asocia-
do a la limpieza en seco con gomas de borrar, de la capa de la imagen, es
80
su vulnerabilidad a la abrasión, por la finísima película que forma la emul-
ficie. Una posible falta de adherencia entre la emulsión y su soporte mate-
rial, podría provocar la pérdida de emulsión al ser frotada con borrador.
Por lo tanto, en la limpieza superficial de objetos fotográficos ha de tener-
se en cuenta lo siguiente:
• La limpieza de la capa de la imagen, tanto positiva como negativa, cual-
quiera que sea el proceso, se hará sólo con soplado suave -con perilla o
soplador-, que pueden ser complementadas con brochas de pelo suave, aun-
que estas pueden dejar leves arañazos sobre la emulsión. 59 En materiales
negativos modernos, cuando se sepa con certeza que se trata de emulsiones
de gelatina endurecida, existen limpiadores a base de disolventes no-acuosos,
para la eliminación de manchas de carácter graso -p. e., h uellas dactilares- ,
restos de cinta auto adhesiva e inscripciones en bolígrafo u otras tintas. Estos
productos - como el PEC-12®- 60 no deben ser nunca aplicados sobre mate-
rial antiguo, como colodión, albúminas, negativos sobre placa de vidrio, etc.
- como el propio fabricante advierte. Otro recurso para la limpieza de la
suciedad adherida en copias positivas, siempre que las pruebas preliminares
lo permitan, es mediante algodón ligeramente impregnado en isopropanol,
al que se puede añadir hidroxipropilcelulosa (Klucel®G) para formar un gel
que limite su penetración. Los riesgos, ya apuntados, que provoca la perma-
nencia de residuos del gel, son mayores en este caso por la naturaleza sensi-
ble de las capas de imagen, por lo que la retirada del los residuos, a base de
alcohol, una vez retirada la capa de suciedad, debe ser minuciosa. De ser
totalmente imprescindible el uso de otros medios para la eliminación de
suciedad adherida sobre la imagen, en copias positivas, se evitarán taxativa-
mente las gomas de borrar con contenido en azufre, utilizando, en todo caso,
gomas vinílicas, siempre que la resistencia de la emulsión lo permita, y reti-
rando escrupulosamente todos los restos del borrado.
• El reverso de las copias positivas sobre papel, así como los soportes de car-
tón -márgenes y reverso- pueden ser limpiados con gomas vinílicas, asegu-
59 Pavai\ L. Conservación de colecciones de fotografía. Junta de Andalucía, Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico, 2001, pág. 240 [traducción al castellano de: Pavao, L. Conserva¡;:ao
de Colec¡;:óes de Fotografia. Dinalivros, 1997.]
60 PEC-12 es un producto de Photographic Solutions, Inc. Más información en:
http://www. photosol.com/pec12.htm [14/912008]
8r
 randa la m áxima eliminación de los restos del borrado y protegiendo la ima-
gen, con una lámina de papel, durante la limpieza.
• El reverso de las placas de vidrio -negativos y transparencias- pueden ser
limpiados con algodón impregnado en agua destilada, disolventes o mezclas
de disolventes yagua -p. e., etanol/agua 1:1- , aunque previamente han de
ser "sopladas" para retirar el polvo. En placas rotas debe evitarse la penetra-
ción de los disolventes hacia la capa de la emulsión por las grietas del vidrio.
Particularmente peligroso es el etanol para las emulsiones al colodión, ya que
son solubles en este producto - yen otros disolventes.
• Ferrotipos, ambrotipos y daguerrotipos, por su reverso, pueden también
limpiarse siguiendo el método anterior. H a de tenerse en cuenta que las
emulsiones de ferrotipos y ambrotipos son al colodión.
• El reverso de los soportes plásticos en rollo o placas son muy susceptibles
al rayado, por lo que la única limpieza sistemática que puede realizarse, es
por soplado. La suciedad más resistente puede tratarse con algodón impreg-
nado en disolventes, como el PEC-12® antes mencionado, hexano o triclo-
roetano 61 - aunque este producto sufre restricciones debido a su impacto
sobre la capa de ozono. La aplicación de agua se desaconseja; algunos sopor-
tes - nitrato y acetatos de celulosa- absorben la h umedad, provocándose
deformaciones.
La suciedad supeficial adherida sobre este negativo plástico se eliminó mediante limpieza local
con torunda de algodón y alcohol.
Museo Arqueológico Nacional (Fotos (armen Fernández)
61 Pavao, L. Conservación de colecciones de fotografía. Op. cit., pág. 242.
Cilindros y discos sonoros
Los cilindros y los primeros ejemplares de discos sonoros deben ser mani-
pulados cuidadosamente debido a su fragilidad. La limpieza se limitará a la
eliminación del polvo con brochas suaves y soplado. Los discos más moder-
nos, de "vinilo", sí pueden limpiarse con agua destilada con un agente
humectante -p. e., jabón neutro-, seguido de aclarado, para eliminar la
materia grasa, principalmente huellas dactilares. En todos los casos, ha de
trabajarse en el sentido de los surcos, no transversalmente a ellos. Cualquier
método de limpieza ha de ser probado, previamente a su aplicación, para
comprobar su inocuidad hacia el disco, así como para las etiquetas e ins-
cripciones que contenga. 62
Discos ópticos
Han de evitarse los disolventes por el peligro de afectar al barniz protector de
la capa reflectora. El polvo, huellas y otras manchas, pueden ser eliminados
con un paño de microfibra - p. e., los utilizados para la limpieza de lentes orgá-
nicas- o con un papel tisú no abrasivo. 63 También puede realizarse una lim-
pieza en húmedo, utilizando con prudencia un agente surfactante 64 - jabón
neutro- cuando la suciedad grasa sea abundante. En todo caso, los movi-
mientos del paño deben ser radiales - del centro a los bordes- , al contrario que
en los discos sonoros.
3.2. Eliminación flsica de manchas específicas y reparaciones anteriores
Continuando con las operaciones de limpieza, trataremos ahora sobre la eli-
minación, por medios físicos - disolución- de: manchas localizadas, reparacio-
nes anteriores y todas aquellas sustancias que no son susceptibles de limpieza
62 Protección y puesta en valor del patrimonio de las bibliotecas. Santiago de Chile, Centro Nacio-
nal de Conservación y Restauración, 2000, pág. 94. Disponible en: http ://www.
dibam.cl/dinamicas/pdL5.PDF [15/9/2008] [Traducción al castellano de: Arnoult, J. M. Y
col. Protection et mise en valeur du patrimoine des bibliotheques de France: Recommandations
techniques. Paris. Direction du livre et de la lecture. 1998] . Disponible en: http://www.cul-
ture.gouv.frlculture/conservation/fr/preventi/documents/conservarion_dll.pdf [15/912008]
63 Adcock. E. P. (ed.). IFLA Principios para el cuidado y manejo de material de bibliotecas. Santia-
go de Chile, Centro Nacional de Conservación y Restauración, 2000, pág. 80. Disponible en:
http://www.dibam.cl/dinamicas/pdL6.PDF [15/9/2008]
[Traducción de: Adcock. E. P. (Ed) . IFLA PrincipIes flr the Care and Handling 01Library Mate-
rial. International Federation of Library Associations. Council on Library and Information
Resources. 1998]. Disponible en: http://www.ifla.org/VI/4/news/pchlm.pdf [15/9/2008]
64 Prorección y puesta en valor del patrimonio de las bibliotecas. Op. Cit., pág. 100.
mecánica y que se determinó su eliminación como parte del tratamiento. En este
grupo se encuentran: manchas de cera, de grasa, parches con adhesivos oscure-
cidos, cinta autoadhesiva, bolígrafo, rotulador, tinta de tampón, etc. En este sen-
tido, no debe co ntemplarse la eliminación sistemática de las marcas de propie-
dad y otras que se deriven de su proceso bibliotecario -sellos tampón,
inscripciones, etc.-, aunque en determinadas ocasiones podría considerarse su
atenuado - extrayendo la parte más soluble de las tintas- con dos propósitos: por
un lado, para evitar su difusión por la superficie del papel durante el lavado
acuoso, en caso de efectuarse posteriormente como parte del tratamiento, y por
otro lado, para reducir el impacto de estas marcas sobre la información estética
de la obra, en las ocasiones que el uso específico así lo requiera y tras valorar los
efectos secundarios de estas intervenciones.
Eliminación de reparaciones anteriores
En cuanto a la eliminación de parches, cintas autoadhesivas, .etc. , pueden
aplicarse las consideraciones ya tratadas para el desmontaje de elementos
adheridos, ya que el proceso consta de: despegado del soporte de refuerzo
-cinta o parche- y limpieza de los restos de adhesivo -dicha limpieza se tra-
tará en el apartado sobre limpieza de manchas y restos de adhesivo, más ade-
lante. El despegado del soporte de refuerzo - cinta, parche- se haría mecáni-
camente o con alguno de los medios ya explicados, en función del tipo de
adhesivo utilizado: uso de humidificación en forma de gel acuoso u otro de
los métodos explicados - incluyendo el tratamiento con enzimas- , en el caso
de adhesivos solubles en agua o medios con disolventes o mezclas -o bien
despegado mecánico con ayuda de calor- en caso de adhesivos sintéticos, no
solubles en agua.
Cinta autoadhesiva
Mención especial, debido a su uso intensivo, ha de hacerse en el caso de las
cintas autoadhesivas - cinta "de celo", cinta de embalaje, etc .. Básicamente
existen dos tipos de cintas; las primeras en el mercado - introducidas a
mediados/finales del XIX- fueron a base de adhesivo de caucho y predomi-
naron hasta los años 70 - al principio de caucho natural y, luego sintético- ,
al caucho se le añadían disolventes y una resina para generar el poder mor-
diente - colofonia al principio y resinas del petróleo después- otros aditivos
del adhesivo que pueden estar presentes son: plastificantes - lanolina o acei-
tes minerales-, antioxidantes y cargas. El otro tipo de adhesivo, utilizado
para cintas auto adhesivas a partir de los años 60 del siglo pasado, es el de
naturaleza acrílica - poliacrilatos. Estos adhesivos no necesitan la adición de
otro agente para dotar de poder autoadherente, pero m uchas cintas con base
de adhesivo acrílico contienen éster de colofonia u otros aditivos. 65 En cuan-
to a la cinta propiamente dicha, han pasado por ella la mayor parte de plás-
ticos transparentes y papeles translúcidos -también materiales opacos en cin-
tas de embalaje- desarrollados en los más de 100 años de historia de este tipo
de cintas: celofán, acetatos de celulosa, papel glassine, etc., hasta las actuales
de PVC, polipropileno - PP- o poli(tereftalato de etileno) -PET.
Las cintas con adhesivo a base de caucho y resina, presentan un comporta-
miento inestable, sufriendo una reacción de oxidación que lleva, en primer
lugar, al reblandecimiento del adhesivo - que penetra entre las fibras del
papel- y, en último término, al endurecimiento del adhesivo y el despegado
de la cinta, permaneciendo el adhesivo, oscurecido por la oxidación de la resi-
na sobre el soporte. Los adhesivos a base de poliacrilatos son más estables.
El despegado de la cinta podrá realizarse mecánicamente y sin dificultad, en
el caso de cintas antiguas con adhesivo de caucho en estado de degradación.
Para las operaciones mecánicas de despegado, las espátulas recubiertas de
teflón son ideales debido a su antiadherencia. Otro sistema para el despegado
La reparación antigua de esta placa fotográfica
con cinta de celo fue tratada eliminando mecáni-
camente el soporte de la cinta, limpiando los res-
tos de adhesivo con disolventes y sellando la pla-
ca entre dos vidrios con cinta Filmoplast®.
Museo Arqueológico Nacional
(Fotos (armen Fernández)
65 Paper Conservatíon Catalog: 15, Hinge, Tape and Adhesive Removal. Op. cít. , pág. 20.
 de la cinta es mediante la aplicación de calor - aprox. 70-90 °C- , preferible- "Cola blanca"
Otros adhesivos comúnmente utilizados para reparaciones de material
mente con chorro de aire caliente; hay que advertir que este sistema no debe
bibliográfico y docum ental, así como para la adhesión de tejuelos de signa-
ser utilizado sobre pieles o pergamino, que pod rían encoger irreversible-
tura en libros, son las emulsiones acuosas a base de poli (acetato de vinilo)
mente. Si en vez de aire caliente se utiliza una espátula termostática, no debe
- PVA o PVAc-, normalmente conocidas como "cola blanca". Estos adhesi-
presionarse la cinta, ya que el adhesivo penetraría aún más sobre el soporte,
vos son, por lo general, difícilmente reversibles, tanto en agua, como en
la espátula sólo ha de apoyarse levemente -incluso sin contacto con la cinta
algunos disolventes orgánicos polares. Las emulsiones de PVA, usadas en el
puede llegar a calentar lo suficiente. Con el calentamiento, el adhesivo se
pasado, solían contener un plastificante, que puede perder sus propiedades
reblandece, permitiendo el despegado m ecánico de la cinta y la eliminación
en pocas décadas y además pueden producir ácido acético como producto de
con espátula o una goma amasable de parte del adhesivo. En los casos que
degradación. 68 En condiciones normales, este adhesivo no llega a la disolu-
no pueda aplicarse calor por la sensibilidad del soporte, o porque la propia
ción completa, sino a su ablandamiento; debiendo completarse la eliminación
cinta sea de un material plástico que se funde con el calor, ha de recurrirse
de forma mecánica. Esta característica estaría relacionada con su endureci-
al uso de disolventes.
miento en el transcurso de su envejecimiento 69 y al gran número de distintos
Una de las fo rmas de despegar la cinta con disolventes consiste en impreg-
ingredientes usados en las formulaciones de adhesivos comerciales 70 y lo cual-
nar una esquina de la cinta hasta poder despegarla con la ayuda de una
microespátula y, a continuación, tirar de ella con pinzas mientras se impreg-
na con disolvente la zona de contacto, con la ayuda de un pincel. De esta
forma se va despegando progresivamente la cinta reblandeciendo localmen- Los efectos del agua en la mayoría de las
te el adhesivo. Evidentemente, antes ha de determinarse el disolvente ade- "colas blancas", suponen su reblan deci-
miento, retomando su aspecto lechoso,
cuado, en cuanto a eficacia con el adhesivo y seguridad para las tintas. En
pero no su disolución.
este sentido, las cintas a base de caucho presentan distinta solubilidad según Colección particular
su grado de envejecimiento químico. Mientras que en las poco envejecidas, (Foto J. Tacón)
su adhesivo se reblandece con disolventes poco polares - white spirit, hexa-
no, tolueno, xileno, etc.- , para las muy envejecidas han de usarse disolven-
tes polares - acetona, tetrahidrofurano, etc. 66 Pueden usarse mezclas de estos
determina que el disolvente empleado deba dejarse actuar durante un tiem-
disolventes para lograr un grado de polaridad adecuado. 67 En caso de resis-
po prolongado para conseguir un reblandecimiento suficiente. Por ello, el
tencia probada de las tintas, puede optarse por un tratamiento por baño del
baño es el método más efectivo, aunque el uso de geles permite también bas-
soporte con el disolvente adecuado; la cinta puede retirarse con pinzas tras
tante tiempo de contacto con el disolvente. De forma local, pueden usarse
la disolución del adhesivo. En todo caso, es más adecuado separar previa-
geles con mezclas de agua y disolventes polares - acetona, tetrahidrofurano,
mente - con ayuda de calor o aplicación local del disolvente- la cinta y la
etanol, etc.- ; en baño, las emulsiones de PVA pueden ser ablandadas en agua
mayor parte posible de adhesivo, antes de su introducción en el baño de
caliente y mezclas de agua y los disolventes anteriores. Una combinación que
disolvente. De esta forma se reduce el riesgo de difusión de los restos de
adhesivo entre las fibras del papel. 68 Ho rie, C. V. Materialsfor Conservation. London, Butterwoths, 1987, pág. 94.
69 Pascoe M.W. "Impact of environmental pollution on the preservation of archives and records:
a RAMP study". General Information Programme and UNISIST. - Paris: Unesco, 1988.
66 Smith, M . A. Y col. Pressure-Sensitive Tape and Techniques flr its Removal From Papero The
Apdo . 5.4.11. Disponible en:
Book and Paper Group Annual, vol. 2, 1983. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/
http://www.unesco.org/webworld/ramp/html/r8818e/r8818eOO.htm [8/1012008]
annual/v02/bp02-13.html [22 /9/2008]
70 Appelbaum, B. Criteria flr treatment: Reversibility. JAle, vol. 26, n.o2, págs. 65-73 . 1987.
67 En las mezclas de disolventes se consiguen distintos balances de las tres fuerzas de cohesión
Disponible en: http: //aic.stanford.edu/jaiclarticles/jaic26-02-00 l_indx.html [10 /9/2008]
molecular, incluida la fuerza polar (ver apéndice) .

86
 presenta buenos resultados con adhesivos de PVA es la que contiene agua,
acetona y tetrahidrofurano en proporción variable 71 - véase en el apéndice
un ejemplo de fórmula para la formación de un gel, con estos disolventes.
En caso de necesitarse menor intervención de agua por las características del
soporte, otra mezcla que ha ofrecido buenos resultados para determinado
tipo de cola blanca, es la compuesta de etanol, agua y acetona en proporción
40:7:3 72 aplicadas por baño. Para la formación de geles sólo con disolventes
o con poca intervención de agua, se utiliza el ya mencionado Carbopol®.
El debilitamiento por hongos de esta valiosa edición del Quijote fue consolidado con parches
de papel manila adheridos con cola blanca de encuadernación. El despegado de estos parches
se realizó por baño en una mezcla de etanol, agua y acetona (40:7:3).
Colección particular (Foto J. Tacón)
Eliminación de manchas y restos de adhesivo
Las características y naturaleza de las sustancias que forman las manchas
determinará el método de su eliminación, existiendo medios mecánicos - con
o sin reblandecimiento previo de la sustancia- si la materia a eliminar es
superficial, o bien medios físicos , que incluyen la disolución de la sustancia
extraña y su extracción del papel. En muchas ocasiones deben combinarse los
dos tipos de intervención, por ejemplo, la eliminación de una mancha de
cera, contendría primero una intervención mecánica, raspando la cera que
aparece superficialmente; continuando con la disolución y extracción de la
cera que se encuentra embebida entre las fibras del papel. Otro ejemplo de
eliminación mecánica, esta vez con ablandamiento previo de la materia a eli-
minar, serían precisamente los restos de adhesivo que permanecen por repa-
71 Paper Conservation Catalog: 15, Hinge, Tape and Adhesive Removal. Op. cit., pág. 68.
72 Tacón, J. La restauración de un ejemplar del Quijote impreso en Madrid por Roque Rico de
Miranda en 1674. Documentos de Trabajo de la Biblioteca Histórica de la UCM (en prensa).
88
raciones con cinta adhesiva, PVA u otros adhesivos inadecuados. Otros méto-
dos de naturaleza química para la eliminación de manchas serán tratados más
adelante en el apartado "limpieza química".
En el caso de manchas que han penetrado en el papel, la eliminación con-
siste en la disolución y extracción, bien de forma local o bien por baño.
El tratamiento local presenta el peligro de la formación de cercos por la
acumulación de los productos en el borde húmedo/seco. Este hecho se oca-
siona por la difusión del disolvente a través del papel, por capilaridad, en el
plano horizontal, arrastrando consigo productos de degradación solubles
que se acumulan en el borde de la zona tratada. 73 Existen básicamente tres
técnicas para evitar esta circunstancia:
• Absorber el disolvente en el límite de la mancha. Para ello se distribuye, en
el perímetro de la mancha, un producto en polvo altamente absorbente -p. e.,
polvo de talco, tierra de diatomeas, laponite® seco, etc.
• Evitar la difusión por capilaridad del disolvente a través del papel, median-
te la impregnación de los límites de la mancha con un disolvente no polar
de evaporación lenta 74 - p. e., bencina de petróleo, nafta, queroseno, etc.-
que funcio na como barrera. Estos productos mantienen el efecto barrera por
un tiempo limitado, hasta su evaporación. La adición de ciclododecano (ver
más adelante en "protección de tintas") al disolvente barrera prolonga la
duración de sus efectos y aumenta su capacidad para obstaculizar el paso del
disolvente en el plano horizontal.
• Potenciar el flujo transversal del disolvente a través de las fibras del papel,
mediante succión de aire, con mesa de succión u otros dispositivos diseñados
para tal fin con uso de aspirador doméstico -han de ser aspiradores aptos para
líquidos, o bien proveer un depósito intermedio en el que queden eventuales
restos de disolventes- ; no obstante, ha de evaluarse el peligro de accidente
provocado por la posible inflamabilidad de los vapores de disolvente, con dis-
positivos no concebidos específicamente para este uso. La corriente de aire
que pasa entre las fibras favorece el flujo localizado del disolvente e impide su
difusión por la superficie. Para potenciar la succión debe enmascararse con
plástico toda la superficie de trabajo salvo una ventana del tamaño adecuado
a la mancha a eliminar. Este método presenta el peligro de que las partículas
73 La polaridad del disolvente influye en gran medida en la formación de estos cercos; cuanto
menor polaridad, menos peligro de difusión de los productos de degradación solubles.
74 Paper Conservation Catalog: 15, Hinge, Tape and Adhesive Removal. Op. cit., pág. 76.
La mesa de succión resulta muy útil en la eliminación o disminución de intensidad de sellos tampón,
anotaciones con bolígrafo u otras manchas solubles puntuales. El disolvente aplicado por el reverso
no se expande por la hoja sino que act úa transversalmente al papel por el efecto de la succión. Las manchas provocadas por el adhesivo de la cinta autoadhesiva antigua, a base. d~ caucho, s~~
Biblioteca Histór ica UCM de dificil eliminación. Si el adhesivo está muy envejecido ha de hacerse uso de dlso ventes po a
Proceso de restauración del libro: Divi Aurelii Agustín de C ivitat e Dei. Comentarios de Luis Vives. Basileae 15 12. res, oniendo en peligro las t intas originales. " .'
J.
Depositado en: UCM-BH. Procedente de la Fundación Simarro (S-FA-64). N° registro resta urac ión: 460. (Fotos Tacón) p Biblioteca Histórica UCM. Arch ivo Ruben D arlO (Fotos Alejandra RICO)

- que han de desecharse por los medios acordes a la legislación ambie~t~- y

en suspensión del aire - si este no se encuentra purificado por el sistema de
ventilación- se incrusten entre las fibras, provocando manchas de muy difí-
con la posible permanencia de residuos de la materia .que se i~tenta ehmmar
por toda la superficie del soporte. Para evitar ~o a~tenor, la. hOja trata~a deb~
cil eliminación. Para prevenir esto, puede cubrirse el soporte con un papel
de filtro fino, a través del cual puede aplicarse el disolvente. La eliminación ser aclarada al menos dos veces en disolvente hmp10. Se ammora este nesgo S1
previamente al baño se elimina la mayo~ parte de la mancha por alguno de los
de manchas mediante succión, está especialmente indicada para la extrac-
ción de sustancias muy solubles en el disolvente empleado - tinta de sello
medios mecánicos o locales antes menciOnados.
tampón, bolígrafo, rotuladores, etc.- y para la eliminación de restos de sus-
tancias que han penetrado entre las fibras del papel y, que previamente, han 3.3. El lavado acuoso . ' se
sido reblandecidas con disolventes - con gel, GoreTex®, etc. La limpieza acuosa de los soportes celulósicos -sobre p1el y pergammo no
contempla este tipo de tratamiento- , consiste en el ~~o de agua para logr~r la
disolución y extracción de los productos de degradaciOn sol~bl~s q~~ contnbu-
Cualquiera que sea el método empleado, el disolvente apropiado para la
extracción de la mancha se aplicará por el reverso de la zona manchada, colo-
yen a la acidificación y el amarilleamiento del papel, y a la ehmm~Clon de man-
cando un material altamente absorbente -cartón secante, tierra de diatome-
chas ocasionadas por el mojado. El oscurecimiento del papel deb1do a ~rocesos
as- en contacto con la mancha, al que pasarán los productos disueltos. El
de oxidación de las fibras, así como la mayor parte de las manchas prodUCldas por
material absorbente ha de ser cambiado periódicamente - con más frecuen-
cia al principio- hasta que finalice la intervención. El disolvente puede ser
aplicado mediante pincel, torundas de algodón o nebulización controlada El envejecimiento químico del papel conlleva la forma-
-p. e., con aerógrafo. ción de subproductos coloreados, responsables del
El tratamiento por baño de disolventes puede usarse tanto para el despegado oscurecimiento del papel. Estos productos, solubles en
agua, pueden ser eliminados mediante lavado.
de reparaciones modernas e inadecuadas -con cinta autoadhesiva, cola blanca,
Biblioteca Histórica UCM
cola de contacto y otros pegamentos inadecuados- , como para la disolución Proceso de restauración del libro con signatura
BH FLL 29186
de los restos de adhesivos y otras manchas específicas, siempre que se pruebe
(foto J. Tacón)
antes la resistencia de los medios gráficos presentes. Sus inconvenientes están
relacionados con la generación de mayores cantidades de residuos peligrosos

91
m icroorganismos, no son afectados por el tratamiento acuoso, pero sí son disuel-
tos otros elementos como manchas de materias solubles o la mayoría de adhesi-
vos naturales presentes en las reparaciones antiguas. En el caso de libros, el lava-
do del papel supone la necesidad de desmontaje de sus pliegos, con la
consecuente pérdida de la costura original.
Algunos tipos de papel no admiten el lavado, como el papel e~tucado -cou-
ché- que podría sufrir el desprendimiento de la capa de estuco; otros tipos de
papel pueden sufrir deformaciones y alteraciones superficiales tras el secado,
como el papel sulfurizado -papel "vegetal" antiguo. Evidentemente, el tipo de
tintas también condicionará la aptitud del tratamiento acuoso. Aunque siempre
es necesaria la realización de las pruebas preliminares para determinar la resis-
tencia de las tintas al agua, generalmente, las tintas de impresión antiguas resul-
tan resistentes mientras que en las tintas manuscritas, podremos encontrarnos
con tintas resistentes, tintas sensibles o tintas con una fracción soluble en agua
y otra insoluble -lo cual puede ser habitual en tintas ferrogálicas.
3.3.1. Efectos del lavado acuoso
El tratamiento acuoso tiene efectos positivos sobre la estabilidad del papel, sus
propiedades mecánicas y su apariencia óptica. En primer lugar, se produce la
extracción de los productos de degradación ácidos formados como conse-
cuencia del envejecimiento químico natural del papel, así como los eventua-
les ácidos fuertes -sulfúrico, nítrico- presentes por la absorción de gases con-
taminantes. La extracción de estos ácidos mejora las propiedades de
permanencia, ya que catalizan la hidrólisis ácida de las cadenas celulósicas.
Otro efecto positivo del agua se produce al posibilitar la reordenación de los
enlaces entre cadenas de celulosa, regenerándose parte de los puentes de
hidrógeno alterados durante el envejecimiento del papel. Esto se traduce en
:o====.
....... '-..:::r:.
Efectos del lavado en el papel. Aun- -
-
,.. -
---- -
que lo más llamativo sea el incremen-
to de blancura, lo más beneficioso es
------
==_:::0
JDlP
una mayor flexibilidad del papel tras el tratamiento acuoso. En este sentido,
el endurecimiento del apresto también juega su papel en la rigidez del papel
antes del tratamiento de lavado. Además, el tratamiento de lavado produce
una mejora apreciable de las propiedades ópticas del papel, incrementando en
mayor o menor medida su grado de blancura.
El tratamiento acuoso es, por otra parte, de carácter irreversible y, además
del impacto producido por el desmontaje de la encuadernación, puede tener
otros efectos, no deseados, que provoquen la pérdida de elementos identifi-
cativos del soporte o grafía o perjudiquen las propiedades de permanencia
del papel. Entre estos efectos negativos, podemos mencionar:
• La posible eliminación de aprestos originales que, además de ser elemen-
tos integrales del soporte, protegen de la absorción de contaminantes a las
fibras papeleras. No obstante, gran parte de los aprestos, especialmente los
de gelatina, fueron endurecidos en la fabricación del papel y resultan resis-
tentes a su disolución aún en baños a temperaturas relativamente altas.
• Alteración dimensional de la superficie del papel, bien por encogimiento
tras el secado, como por aumento de sus dimensiones, todo ello en función
del tipo de soporte y el método de secado. El comportamiento dimensional
irregular del papel durante su secado puede provocar asimismo la apertura y
deformación de grietas y desgarros, dificultando su posterior reparación.
• Modificación del relieve del papel, afectando al brillo y características
superficiales. Papeles rugosos pueden alisarse si se secan bajo presión y, pape-
les satinados pueden perder brillo tras el tratamiento acuoso. Pueden alte-
rarse también las huellas de impresión tipográfica, la marca de la plancha en
grabados calcográficos, sellos en seco, etc.
• Riesgo de roturas durante la manipulación de las hojas en el lavado, debi-
do a la debilidad mecánica del papel mojado
• En cuanto a los efectos negativos en las tintas, existe el peligro de su difu-
sión o disolución, si su resistencia no ha sido previa y convenientemente eva-

....
:=====
.-

la eliminación de ácidos solubles del
interior de las fibras.
¡i
luada. En este sentido, algunas tintas presentes, como sellos tampón o tintas
manuscritas modernas, pueden difundirse por la superficie de la hoja y las
- ~

hojas adyacentes, provocando manchas. Otro efecto negativo, relacionado con

Biblioteca Histórica UCM las tintas ferrogálicas, es la posible difusión de los iones ferrosos, que se encuen-
(Fotos J. Tacón)
tran en los trazos de tinta, extendiendo el peligro de oxidación inducida por
este elemento, en toda la superficie del papel, junto a posibles daños causados
por el diferente comportamiento dimensional de las zonas deterioradas por la

93
 tinta y el resto del papel 75 -el papel oxidado por la tinta se hincha menos,
mientras que el circundante dilata, con el peligro de craquelamiento.
• La presencia de elementos oxidantes en el agua corriente, añadidos para su
potabilización, principalmente cloro u ozono, podrían ocasionar reacciones
de oxidación en la celulosa; otros elementos perniciosos, que pueden estar
presentes en el agua corriente, son los iones de hierro, cobre y otros metales
de transición, los cuales, una vez introducidos en el papel, catalizarían la oxi-
dación de la celulosa.
3.3.2. Tipo de agua
Ya mencionamos que el agua corriente contiene, generalmente, elementos
potabilizado res de carácter oxidante, como el cloro o el ozono. Estos produc-
tos pueden ser eliminados mediante ebullición o simplemente dejando repo-
sar el agua, previamente vertida a la máxima temperatura que permita el calen-
tador de agua. Los otros posibles elementos metálicos perniciosos sólo pueden
ser eliminados mediante equipos de destilación o desionización -en columnas
de intercambio iónico. Pero diversas investigaciones concluyeron que el lava-
do con agua desionizada puede perjudicar la permanencia del papel, 76 debido
a que es capaz de sustraer elementos beneficiosos presentes entre las fibras que
aumentan su estabilidad química, esencialmente calcio y magnesio. Por ello, el
tipo de agua considerada más apta para el tratamiento acuoso, sería el agua
desionizada o destilada -libre por tanto de elementos perniciosos- a la que se
añade pequeñas cantidades de calcio y/o magnesio para evitar el efecto ante-
rior. Un método propuesto para ello es hacer pasar el agua desionizada por un
cartucho con fragmentos de carbonato de calcio, 77 de la misma forma podría
75 Neevel, J. y Reizland, B. Ink corrosion project at the NICH- a review. Abbey Newsletter, vol.
21, 1997, págs. 88-92.
76 Véase: Tang, L. y Jones, N.M. The Efficts ofWash Wtlter Quality on the Ageing Characteristics
ofPape~. J. American Institute ofConservation, vol. 18, 1979. págs. 61-81. Disponible en:
http://alc.stanford.edu/jaiclarticles/jaic18-02-001_inclx.html [21/1/2009]
Butgess, H. D. Gel Permeation Chromatography: Use in Estimating the Effict ofWtlter Wtlshing
on the Long-Term Stabz/¡ty ofCelluloslc Fzbres, en: Advances in Chemistry Series No. 212, "His-
toric Textile and Paper Materials: Conservation and Characterisation", H.L. Needles & S.H.
Zeronian, eds., American Chemical Society, 1986, págs. 363-376
Nelson, J., A. King, N. Indictor, and O. Cabelli, "Effects ofWash Water Quality on the Physi-
cal Pr~perti.es ofThree Pap~rs", J American Imtitute ofConservation, vol. 21, 1982, págs. 59-
76. Dlspolllble en: http://alC.stanford.edu/jaiclarticles/jaic21-02-004_inclx.html [21/112009]
n Tang: L. y N.M. Jones. The Efficts ofWtlsh Wtlter Quality on the Ageing Characteristics ofPaper,
op. Clt.
94
hacerse con carbonato de magnesio. Para evitar los iones metálicos, las con-
ducciones de agua desde el desionizador deben ser de material plástico -p.
e., polietileno.
3.3.3. Aditivos al agua del lavado
Aunque el objetivo principal del lavado puede conseguirse mediante el uso
exclusivo de agua, diversos productos, si son añadidos al baño, optimizan la
extracción de los productos de degradación:
Alcoholes
El efecto que produce la adición de alcoholes en el agua del baño se basa en
la mejora de la penetrabilidad del líquido entre las fibras del papel -debido
a que el alcohol provoca el descenso de la tensión superficial de la mezcla-,
interviniendo además en la disolución, junto con el agua, de algunos pro-
ductos de degradación solubles en alcohol- esencialmente quinonas produ-
cidas en la oxidación de la lignina. Otra razón para la adición de alcohol es
la de disminuir la acción del agua sobre soportes y tintas sensibles en medio
acuoso -evidentemente, ha de comprobarse la resistencia de las tintas ante el
alcohol que se pretenda utilizar. El alcohol etílico -etanol- es el más indica-
do para ello, aunque otros tipos de alcoholes pueden tener efectos específi-
cos, como el alcohol isopropílico -también llamado: isopropanol, propan-2-
01, ó 2-propanol- con mayor poder desengrasante, o el alcohol metílico
-metanol, monohidroximetano- mayor poder de penetración debido al
menor tamaño de su molécula. Los baños con contenido alcohólico han de
ser efectuados en condiciones de seguridad e higiene adecuadas -protección
personal, extracción de gases-, los vapores son tóxicos, incluido el etanol, o
muy tóxicos en el caso de algunos alcoholes distintos al etanol -especial-
mente el metanol, considerado muy peligroso. El tratamiento por baño
hidroalcohólico no precisa de aclarado especial al no dejar residuos tras su
evaporación. La proporción de agua/alcohol es variable dependiendo de las
circunstancias concretas.
Detergentes
El uso de detergentes en el lavado del papel es de utilidad siempre que se tra-
te de eliminar suciedad incrustada -barro, hollín, grasa de las manos, etc.- y
se utilicen los productos adecuados, concentraciones mínimas y varios acla-
rados que eliminen completamente los restos del producto. El efecto que pro-
duce la intervención de un detergente -o agente tensioactivo-, se relaciona
95
 tanto con la separaClOn de las partículas de suciedad, como con evitar su Genera poca espuma. Apto para aguas
Defindol D EN H enkel 0,02-0,05 gr 1 I
redeposición en el sustrato. Estas propiedades se basan en la mayor humec- duras o con adición de hidróxido cálcico.

tación, debido a la disminución de la tensión superficial y a la dispersión de Demelanrex FT-15 Pulcra 0,03-0,05 gr 1 I Específico para fibras celulósicas
las partículas sólidas, así como a la formación de emulsiones del componen- Difasol64 Ciba-Geigy 0,05 gr 1 I Gran eficacia
te graso de la suciedad en el agua del baño. Existen cuatro tipos de deter-
Buen comportamienro en medio ácido,
gentes, según la carga eléctrica de sus moléculas: Kyolox BAT Azko 0,01-0,03 gr 1I
neutro o básico

Levapon lOO Bayer 0,01-0,02 gr 1 I Funciona bien en aguas duras

• Detergentes aniónicos. Con carga eléctrica negativa.
• Detergentes catiónicos. Con carga positiva. Neutrosol P-lOO Cades 0,01-0,02 gr 1 I Actúa muy bien en medio alcalino

• Detergentes anfóteros. Con carga eléctrica que puede comportarse en cual- Sandozina NIT
Sandoz 0,02-0,05 gr / I
Poca espuma.
quiera de los dos polos. Líquida Estable a ácidos y álcalis

• Detergentes no-iónicos. No cargados eléctricamente. Gran poder emulsionante

UltravonAN Ciba-Geigy 0,01-0,02 gr 1 I
de aceites y grasas
Para el lavado de papel, sólo deben usarse tensioactivos no-iónicos, puesto
FUENTE: Afea!, R. Lavado y sistemas de lavado. Detergencia. Segundas jornadas de avances en la restauración del papel. Ponencias.
que la carga eléctrica supone la formación de enlaces más fuertes con la celu- Burgos, del 30 de mayo al 2 de junio de 2000.
OtroS detergentes no-iónicos, además de los relacionados en la tabla anterior son: Tergitol NP series " (Dow Chem.), Igepal ~ y ca
losa y demás componentes del papel, dificultando su eliminación en el aclara- series (Modia), Triton X (Dow Chem .) y Kodak Fotoflo - producto unllZado como agente humectante en procesado fotográfico.
do. Los detergentes de carácter iónico -catiónico o aniónico- pueden deposi-
tar aniones cloruro o fosfatos, así como cationes sódicos o potásicos. 78 Un Hidróxido de amonio (amoniaco) - NH40H-
ejemplo de detergente aniónico -por lo tanto inadecuado-, sugerido en el Este producto ha sido también sugerido como aditivo al agua del lavado,
pasado para aditivo al agua del lavado es el Teepol® (Shell Chemicals) -deter- sobre todo para papeles con acidez elevada. El hidróxido de amonio
gente aniónico de tipo sulfato. -comúnmente llamado amoníaco- es una disolución de este gas en agua,
En todo caso, la adición de detergentes no-iónicos, debe realizarse en con- siendo de carácter alcalino y olor característico debido a que desprende con-
centraciones muy bajas -del orden de 0.01 a 0.05 gr/l-, efectuando poste- tinuamente amoniaco gaseoso. Su naturaleza básica permite la neutraliza-
riormente varios aclarados para la eliminación de los residuos. En la siguien- ción simultánea, durante el baño, de la acidez de los productos extraídos;
te tabla aparecen los nombres comerciales de diversos detergentes no-iónicos mejorando además el poder de extracción -sobre todo en papeles con aprestos
de posible aplicación en el lavado de papel. poco permeables, a base de resinas- y limpieza de la suciedad incrustada de
origen orgánico, gracias a sus propiedades desengrasan tes. Los vapores de amo-
DETERGENTES NO-IONICOS DE POSIBLE APLICACION EN EL LAVADO DE PAPEL niaco pueden provocar intoxicación y alteraciones de las mucosas, por lo que
NOMBRf CONCI N I RACION
el tratamiento debería ser efectuado bajo ventilación forzada. Las proporcio-
C(}MI RCIAI FAIlRll AN 11 1 N 11 BANO OIlSI'RVACIONI S
nes sugeridas de NH 4 0H en el agua de lavado varían en función del pH ini-
A1butil DNV A1bus 0,025 gr 1I Se comporta bien en aguas duras, cial de los papeles. Partiendo de hidróxido amónico con una concentración de
álcalis y oxidanres débiles
23 °Be -que equivale a un 25% aprox. de amoniaco gas-, estas cantidades
CHT Emulgator
CVB Tubingen 0,05-0,1 gr 1 I Buen emulsionanre y detergenre. serían: para papeles con pH entre 4 y 5, un mI de amoniaco por litro de agua;
Especial para acei te, y manchas diffciles
si el pH se encuentra entre 3 y 4, dos mI por litro de agua. 80 Si se utilizara amo-
Defindol CONC Henkel 0,02-0,05 gr 1 I En pasta. No espumanre.
Se disuelve en agua a 40 oC niaco de distinta concentración, se adecuarían las proporciones.

79 Datos técnicos del producto en: http: / /www.dow.com/s urfactants/products/ nonylph.htm

78 Areal, R. Lavado y sistemas de lavado. D etergencia. Segundas jornadas de avances en la restau- [211112009]
ración del papel. Ponencias. Burgos, del 30 de mayo al 2 de junio de 2000. 80 Areal, R. Lavado y sistemas de lavado. Detergencia. Op. cit.

97
 Coloides
Determinados agentes coloidales, agregados al agua del baño, tienen la
capacidad de retener las partículas de suciedad. Evitan la floculación, es
decir, la agregación de las partículas extraídas en el agua del baño, forman-
do partículas mayores, que podrían sedimentarse de nuevo sobre la super-
ficie del papel. Las moléculas del coloide rodean las partículas que, evitan-
do la mencionada agregación, permanecen en suspensión. Los productos
más adecuados para este uso son las celulosas modificadas: metilcelulosa,
hidroxietilmetilcelulosa y carboximetilcelulosa de sodio, 8 1 en concentracio-
nes en torno al 0,2%.
3.3.4. Temperatura de lavado
La temperatura del baño influye en alto grado en la eficiencia y velocidad de
extracción de los productos de degradación -como ocurre en cualquier diso-
lución-, pero a la vez aumenta el peligro de disolución de tintas y aprestos,
así como de provocar daños mecánicos al papel debido a su debilitamiento
durante el mojado. En todo caso, la celulosa en insoluble en agua a cualquier
temperatura, de hecho, algunos tratamientos específicos incluyen baños en
agua a una temperatura próxima a la de ebullición, en concreto, un método
para estabilizar tintas corrosivas como se verá más adelante.
La temperatura del agua se adecuará al tipo de papel, estado de degradación
y sensibilidad de los medios gráficos al agua. En general, la temperatura
podrá oscilar entre 40 y 60 oC pero se utilizan temperaturas menores en el
caso de papeles delicados o tintas sensibles.
3.3.5. Protección de las tintas y soportes débiles durante el lavado
En las ocasiones que existan en la obra tintas sensibles al tratamiento acuo-
so, y aún así se determine su lavado por la presencia de gran cantidad de pro-
ductos de degradación o por las razones que fueren, es necesaria la protec-
ción de dichas tintas al mojado. En todo caso ya vimos que la adición de
alcoholes al agua, disminuye la acción del lavado sobre algunas tintas, aun-
que otras son solubles en alcohol, como algunos colorantes orgánicos en tin-
tas modernas -p. e., sellos tampón- por lo que las pruebas son esenciales.
81 La carboximetilcelulosa posee una propiedad adicional ya que provoca un mayor hincha-
miento de las fibras debido a la presencia de sodio, lo que facilita la penetración del agua y,
por lo tanto, la extracción de los productos solubles; sin embargo, no está claro que la pre-
sencia de sodio sea inocua por lo que, para no correr riesgos adicionales el producto debe ser
abundantemente aclarado tras su uso.
Una de las maneras de conseguir esta protección es mediante la impregnación
y recubrimiento de la tinta con sustancias que forman una película resistente al
agua -de carácter hidrófugo-; en este sentido, ha de tenerse en cuenta que el
papel afectado por este producto quedará también impermeabilizado ante el
agua, pudiendo permanecer una mancha en contraste con el papel lavado; la
aplicación del producto, únicamente en los trazos de tinta, mejora los resulta-
dos, pero requiere la dedicación de abundante tiempo y destreza para ello.
Naturalmente se trata de una protección temporal que debería ser eliminada
tras el lavado. Para aminorar al máximo el peligro de afectar, en esta operación,
a las tintas que se pretenden proteger, el disolvente utilizado en la aplicación y
posterior eliminación del producto protector, no debe provocar alteraciones en
la tinta, por ello, los métodos que incluyen el uso de disolventes no-polares son
los más apropiados. Los adhesivos hidrófugos funcionan adecuadamente en las
disoluciones de resinas acrílicas, como el Paraloid B72 en tolueno -ya que es un
disolvente menos polar que la acetona. Otro producto adecuado para la forma-
ción de una película impermeable es la parafina disuelta en hexano, white spi-
rit, queroseno u otros disolventes no polares. El inconveniente de estos méto-
dos es la posibilidad de dejar residuos en el papel por la dificultad de su
extracción completa. Además, las intervenciones para la eliminación de estos
fijativos llevan mucho tiempo y someten al material a nuevos riesgos. Sin
embargo, existe una especie de cera llamada ciclododecano, que tiene la parti-
cularidad de volatilizarse lentamente por sublimación, sin dejar resto alguno. El
ciclododecano es un producto no-polar -por lo tanto hidrófugo-, funde a 60 oC
y puede ser aplicado fundido en caliente o en disolución de la cera con disol-
ventes no polares. El método de aplicación del producto fundido, en una capa
abundante, parece ofrecer mejores resultados. 82 El tiempo de protección es sufi-
ciente para la realización del tratamiento; una lámina de 0,03 mm de ciclodo-
decano tarda en sublimarse 24 horas 83 y no deja residuos en el papel. Aún así,
el ciclododecano permite el paso de una mínima cantidad de agua entre fisuras,
lo que ha dado lugar al desarrollo de un método de doble capa, 84 que consiste
82 Keynan, D .; Eyb-Green, S. Cyclododecane and Modern Paper: a note on ongoing research.
WAAC Newsletter, vol. 22 (3), 2000. Disponible en: http://palimpsest.stanford.edu/waaclwn
/wn22/wn22-3/wn22-306.html [4/112009]
83 Blüher, A.; Haberditzl, A.; Wimmer, T. Aqueous Conservation Treatment of20th Century Papers
Containing Water-Sensitive Inks and Dyes. Restaurator, vol. 20, 1999, págs. 181-197.
84 Muñoz-Viñas, S. A duallayer technique flr the application ofan fixative on water sensivity media
an papero Restaurator, vol. 28, n.O 2, 2007, págs. 78-94.
99
 en sellar la superficie del ciclododecano con una segunda capa de Paraloid baño. La elección entre los materiales y técnicas disponibles se efectuarán
B72. Esta segunda capa puede eliminarse fácilmente tirando de ella tras la sobre la base de las pruebas preliminares - en cuanto a sensibilidad al moja-
sublimación del ciclododecano. do- y dependiendo del tipo de objeto; en este sentido, es muy distinto el
Otra forma completamente diferente de lograr la fij ación de colorantes solu- lavado de una obra individual -p. e., grabado- que el de un libro completo.
bles, presentes en tintas modernas -pluma, bolígrafo, sellos, etc.- , es su
Soportes p ara el lavado
transformación en complejos insolubles por medio de fijativos iónicos.
Para el lavado del papel es necesaria la intervención de unas láminas, de
Mediante este método , aunque el agua no afecta a los colorantes, el papel
superficie mayor que las hojas a tratar, de un material que permita la circu-
permanece accesible al agua del lavado. La dificultad de este proceso estriba
lación del agua a través de su superficie y que preste soporte a las hojas
en que, dependiendo de la naturaleza química de los colorantes, se deben
durante su manipulación en las distintas fases del lavado. De esta forma, el
utilizar fijativos catiónicos o aniónicos -en colorantes aniónicos ha de utili-
papel mojado se fija a este soporte, que es el que se maneja durante la extrac-
zarse un fijativo catiónico y viceversa-, por lo que es necesaria la realización de
ción del baño y demás manipulaciones. En cualquier método práctico de
pruebas preliminares minuciosas para determinar el fijativo adecuado para
lavado se utiliza este tipo de soporte. En la práctica actual, el material que
cada colorante. Como fijativo catiónico -para colorantes aniónicos- puede
cumple con todos los requisitos para este uso, son las láminas de fibras de
utilizarse Rewin EL® (CHT) al 3%, mientras que el fijativo aniónico ade-
poliéster -u otras fibras sintéticas- no tejidas, sino "afieltradas" mediante
cuado es Mesitol NBS® (Bayer) al 3,5%.85
calor, aunque también podrían usarse tejidos finos de estas fibras . El uso de
La protección física del papel durante la operación de lavado se basa en la
este material sintético, en vez de fibras naturales, se basa en que su superfi-
utilización de los soportes para el lavado, que se describirán más adelante, así
cie no es adherente con los adhesivos comunes, permite una buena circula-
como en el uso de las técnicas adecuadas al grado de debilidad del papel. No
ción del agua, es muy resistente, el agua no le afecta físicamente ni dimen-
obstante, en zonas extremadamente débiles puede practicarse una laminación
sionalmente, y es resistente al calor y a los disolventes. Los productos
provisional de protección, con un adhesivo resistente al agua y perfectamente
comerciales disponibles son: Reemay® (poliéster), disponible en tres groso-
reversible. El problema asociado a esta técnica es el riesgo de daños por la dife-
res -1 7, 34 y 71 grlmL; Hollytex® (poliéster), de superficie más lisa que el
rencia de dilatación del papel entre la zona protegida y el resto de la hoja.
anterior, Cerex® (Nylon) disponible en múltiples grosores y Kiara® (poliés-
3 .3.6 Técnicas de lavado y secado ter y polipropileno). Otro no-tejido sintético es Tyvek® (polietileno), aun-
El principio básico del lavado es la disolución y extracción de los productos que es impermeable al agua debido al grosor de las láminas.
de degradación solubles. Para lograr este objetivo, sea cual sea la técnica Además de estos soportes, dependiendo de los métodos prácticos, son nece-
empleada, es necesario que el agua circule entre las fibras del papel, y sea sus- sarios otros como: rejillas de plástico, placas de plástico rígido, láminas de
tituida por agua limpia, hasta que estos productos solubles se hayan extraí- vidrio, fieltros de poliéster, plástico flexible, GoreTex®, etc. En cuanto a las
do completamente. La extracción completa se consigue en el momento en cubetas para el lavado, deben ser de fondo plano y provistas de desagüe, pero
que el agua no se tiña con el color amarillento característico de los produc-
tos de degradación, pero no lo garantiza, ya que algunos de los ácidos pre-
Los soportes para el lavado permiten la extracción
sentes son incoloros. 86 En este sentido, el factor que más contribuye a un
del baño y la manipulación de las hojas sin tener que
lavado eficiente es el cambio de agua más que el tiempo de duración de cada tocar el papel, el cual queda adherido al soporte por
efecto del agua.
Biblioteca Histórica UCM
85 Blüher, A.; Haberditzl, A.; Wimmer, T. Aqueous Conservation Trea tment of 20th Century Papers Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
Containing Wáter-Sensitive Inks and Dyes. Op. cit.
86 Yuki Uchida, Masamitsu rnaba y Takayashu Kijima. Evaluation ofaqueous washing m ethods ofpaper (Foto J. Tacón)
by the m easurement oforganic acid extraction. Restaurator, vol. 28, n.O 3, 2007, págs. 169-184.

100 101
 en cualquier tipo de cubeta puede ser realizado el tratamiento, si se observan
las debidas precauciones; incluso con unos listones y un plástico puede
improvisarse una cubeta para el lavado.
M étodos prácticos
El principio básico que rige cualquier método de lavado, es la propiedad de
las disoluciones acuosas de intercambiar soluto hasta lograr una concentra-
ción en equilibrio. Al mojar un papel, se produce la disolución de los pro-
ductos de degradación solubles presentes en su interior; esta disolución se
equilibra con el agua limpia circundante, y mediante su renovación se con-
sigue la extracción de los productos de degradación. Los métodos para la eje-
cución del lavado, son muy variados y siempre se adecuarán a la resistencia
de soporte y tintas en húmedo: en el caso de papeles muy finos o muy debi-
litados por microorganismos, o tintas que son reblandecidas por el agua,
deben utilizarse métodos que no supongan un movimiento excesivo del
agua, que pudiera provocar deterioros y pérdidas de elementos, mientras que
si se trata de papeles resistentes y en buen estado y tintas no afectadas por el
agua, los métodos utilizados podrán ser relativamente más enérgicos.
El mojado súbito del papel puede provocar daños, sobre todo en obras frági-
les y debilitadas, por lo que es muy conveniente la humidificación previa a su
introducción en el sistema de lavado. Esta humidificación puede realizarse
mediante nebulización de agua o mezcla de agua y etanol, o en contacto con
secantes humedecidos, con o sin la intervención de láminas de GoreTex® o
similar -como ya se vio al tratar las técnicas de despegado de soportes. En
cuanto a la colocación de las hojas en el soporte del lavado -Reemay® o simi-
lar-, éstas deben ser provistas del margen suficiente para evitar que se salgan
en eventuales desplazamientos bajo el agua; pueden distribuirse varias hojas en
cada lámina de soporte, con el fin de aprovechar la superficie de las cubetas,
pero distanciadas lo suficiente unas de otras. En el caso de lavado de múltiples
hojas a la vez, apiladas, las hojas de la obra contarán con soportes de lavado
superior e inferior, de forma que se trataría de varios "sándwiches" de soporte
/ hojas de la obra / soporte, apilados dentro de la cubeta.
En adelante se relacionan algunos de los métodos de lavado, ordenados de
mayor a menor nivel de agresividad.
Lavado por inmersión
Es la técnica más común en el caso de lavado de libros completos, siempre que
87
soporte y tintas presenten una buena resistencia, y es la que ofrece mayor efi-
102
Colocación de los bifolios sobre los soportes de lava-
do durante el tratamiento de lavado por inmersión.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MEO 1402
(Foto Inmaculada Latorre)
ciencia de extracción de productos solubles. 87 El nivel de agua en la cubeta será
proporcional al número de hojas a lavar en cada baño, que en ningún caso
debe ser excesivo; de lo contrario, la profundidad del baño puede ocasionar
desplazamiento de las hojas durante su inmersión. La forma de introducción
de las hojas en el baño puede efectuarse principalmente de dos maneras:
• Colocando sobre la superficie del agua el conjunto de hojas entre sus
correspondientes soportes, sumergiendo el conjunto lentamente y empuján-
dolo suavemente con las manos.
• Colocando una a una, consecutivamente, las hojas con sus correspondien-
tes soportes, que se irán sumergiendo por su propio peso en el agua.
Es muy importante que no queden burbujas de aire entre las láminas, ya
que el agua no actuaría en estas zonas. El aire puede sacarse empujando el
conjunto con los dedos, con varillas de vidrio, brochas, etc. La extracción del
baño puede realizarse tirando muy lentamente de los soportes de lavado
-Reemayo similar-; las hojas quedarán fijadas a los soportes. En este senti-
do , si la profundidad del agua es excesiva, existe más peligro de desplaza-
miento de las hojas bajo el agua, pudiéndose salir de los soportes.
Un método muy apropiado para el lavado por inmersión, que permite
el lavado simultáneo de un mayor número de hojas, se realiza con la ayuda
de una rejilla flotante -como se describirá en el apartado siguiente-; una
vez colocadas las hojas en la rejilla, esta se sumerge, colocando unos pesos
en sus márgenes. Como consecuencia, el conjunto de las hojas se sumergen
lentamente. Para la extracción del baño, se quitan los pesos a la rejilla, que
vuelve a flotar, sujetando las hojas y extrayendo del baño todo el conjunto
-rejilla y hojas- en horizontal.
Yuki Uchida, Masamitsu Inaba y Takayashu Kijima. Evaluation 01aqueous washing methods 01
p ap er by the measurement olorganic acid extraction. Op. cito
10 3
 La agitación del baño ayuda al proceso de extracción de los productos de
degradación. Esta se puede llevar a cabo, empuj ando levemente las hojas
hacia el fondo de la cubeta de vez en cuando. En el caso de usarse la rejilla
flotante, la acción de hacerla flotar -quitando los pesos- y sumergirla, a
intervalos regulares de tiempo, provoca un movimiento de entrada y salida
de agua entre las hojas, que optimiza la extracción de los productos a elimi-
nar. Como ya se indicó, el cambio del agua manchada por agua limpia,
influye más en la adecuada extracción de los productos que la duración de
cada baño. Los tiempos de tratamiento y número de lavados dependen del
estado inicial y volumen de papel a tratar, volumen de agua en cada lavado,
temperatura del baño, uso de aditivos, etc.
Lavado por flotación
Esta técnica está indicada para papeles en estado de debilidad -como papeles
degradados por hongos, tintas corrosivas, etc.-, en los que los movimientos del
lavado por inmersión, podrían ocasionar daños graves. La técnica consiste en
mantener las hojas sobre la superficie del agua o, en todo caso, evitar su inmer-
sión libre hacia el fondo de la cubeta. Al ser un método más pasivo, en el que
no puede realizarse agitación alguna, la extracción de los productos es más len-
ta, pudiéndose lavar menor cantidad de hojas a la vez. Los productos de degra-
dación van pasando lentamente del documento al agua.
En cuanto a los métodos prácticos para la ejecución de este tipo de lavado,
ha de colocarse un soporte firme que mantenga la hoja en la superficie del
líquido. En este sentido, pueden utilizarse rejillas plásticas -como las utili-
zadas en las luminarias fluorescentes en falsos techos- o bastidores de alu-
minio sobre las que se tensan tejidos finos de nylon, Reemay® o similares.
La rejilla o bastidor se introducen en la cubeta, perfectamente nivelada, lle-
nándola justo al nivel de la superficie de apoyo para la obra. De esta forma,
la obra, junto a sus correspondientes soportes para el lavado, se deposita
sobre la superficie, mojándose por capilaridad y comenzando la disolución
de los productos solubles en el agua. Para cambiar el agua, puede extraerse
la rejilla con el documento o, simplemente, accionar el desagüe.
Una variante de este sistema permite el lavado seguro de varias hojas a la vez.
Para ello, es necesaria la intervención de una rejilla flotante. Esta rejilla pue-
de ser preparada fácilmente a partir de las rejillas de iluminación antes men-
cionadas, sellando las celdillas de los márgenes con cinta adhesiva resistente
al agua - van muy bien las cintas de aluminio usadas en conducciones de
104
Las rejillas para el lavado por flotación pueden fabricarse a
partir de este tipo de rejillas modulares para luminarias, en
las que se sellan las celdillas marginales con cinta (especial-
mente apropiada es la cinta de aluminio utilizada en climati-
zación). El sellado de las celdillas las convierte en flotadores.
Lavado por flotación con
inmersiones de un grupo
de hojas. Las hojas, por su propio peso, empujan hacia abajo a
la rejilla flotante, pero el empuje de esta es suficiente para
mantener las hojas en la superficie. Si la rejilla se sumerge
colocando pesos en sus márgenes, los papeles se sumergen
lentamente y, viceversa, al quitar los pesos, lo que ayuda a la
circulación del agua. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH DER 26748
(Fotos J. Tacón)
Lavado por flotación de un dibujo con rejilla flotante. La
rejilla mantiene la hoja en la superficie líquida.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración de los planos con signatura BH GRA 88
(Foto Minako Wada y Virginia Uriarte)
ventilación- el aire encerrado en las celdillas hace flotar a la rejilla. Otras for-
mas de flotación pueden ser válidas, pero el empuje del sistema de flotación
debe ser débil para conseguir buenos resultados. Las hojas, conveniente-
mente protegidas por sus soportes, van depositándose sobre la rejilla. El pro-
pio peso de las hojas mojadas empuja la rejilla hacia el fondo, pero las hojas
quedan sujetas por la fuerza de flotación.
Lavado con brocha o rodillo de caucho
Este sistema - y todos los siguientes- están concebidos para el tratamiento de
hojas individuales, por lo tanto, principalmente grabados, dibuj os, carteles,
etc. -también podrían ser tratadas las hojas de un libro de forma individual,
pero parece poco viable por el tiempo que llevaría. Para la ejecución de este
tipo de lavado, sólo es necesario -aparte de los obligados soportes de lava-
do- una superficie firme resistente al mojado, como un tablero plástico,
vidrio, etc., la brocha o rodillo y el agua -o preparación, en caso de incluir
aditivos. La obra, entre sus soportes del lavado, ha de ser previamente
humectada -p. e., por nebulización-, colocándola posteriormente en la
superficie de trabajo, cara abajo, en el caso de presentar la grafía sólo por una
 cara. A través de la superficie del soporte -Reemay® u otro- se aplica agua
con la brocha -también se puede "encharcar" la superficie con otros
medios-, el agua aplicada se deja actuar unos minutos y luego es desalojada
con la brocha o con un rodillo de caucho hacia los márgenes en movimien-
tos del centro a los bordes. Repitiendo la misma operación se logran extraer
los productos solubles. Esta técnica no debe utilizarse en caso de gran debi-
lidad del soporte o tintas sensibles.
Lavado sobre fieltro
Este tipo de lavado presenta cierta analogía con el lavado por flotación. La
hoja absorbe el agua por capilaridad, pero en vez de tomarla de la superficie
líquida, la toma de un fieltro que a su vez está empapado por capilaridad.
Esto asegura la ausencia de inmersiones accidentales que pudieran ocasionar
daños. Los productos de degradación pasan al fieltro que periódicamente
debe ser escurrido, enjuagado y empapado de nuevo con agua clara hasta la
extracción de los productos de degradación. Otra forma de renovar el agua,
puede realizarse inclinando la superficie de trabajo y creando una leve
corriente de agua por debajo del fieltro. Para evitar que el agua pase por enci-
ma de la obra, puede fabricarse una pestaña protectora con una lámina de
poliéster 88 -Melinex® o similar. Entre el fieltro -preferiblemente de poliés-
ter, de grosor aproximado entre 3 y 6 mm- y la obra debe interponerse siem-
pre el soporte de lavado.
Lavado por contacto con papel secante o geles acuosos
Otra forma de desalojar los productos de degradación solubles se efectúa por
contacto con papel secante humedecido o preparaciones de geles acuosos
como agar-agar o Laponite®. Por el mismo principio, los productos solubles
tienden a migrar hacia los secantes húmedos o geles, los cuales se cambian
hasta la extracción de la mayor parte de aquellos. El desarrollo práctico de
este método supone la humectación, mediante nebulización con agua -o
mezcla de agua y etanol- de los secantes -uno o varios por cada cara-, efec-
tuando también la humectación de la obra. El papel a lavar, colocado entre
los correspondientes soportes para el lavado, se coloca, a su vez, entre los
secantes. El conjunto puede ser envuelto en lámina plástica, para evitar su
88 Paper Conservation Catalog, seventh edition: 16, ~shing. Book and Paper Group, American
Insriture for Conservarion (AlC) , 1990. Disponible en: hrrp:llalC.sranford.edu/sg/bpgl pccl
[13/112009 ]
106
resecamiento, y, si su condición lo permite, se coloca encima del conjunto
un tablero y, eventualmente, pesos para promover el contacto uniforme
entre secantes y obra. En el caso de utilizar geles, se prepara una lámina de
la extensión del papel, el cual se coloca previamente humedecido, sobre el
producto. La extracción es muy lenta, y tanto los secantes húmedos como
los geles, han de ser sustituidos periódicamente. Una variante del método
consiste en colocar los secantes de una cara, secos. Con ello se provoca un
paso del agua desde los secantes húmedos a los secos a través del papel, arras-
trando consigo los productos de degradación.
Lavado por humectación y absorción de los productos
Algo más activo, este método se basa también en la humectación paulatina del
soporte, con el fin de disolver los productos a extraer, aplicando posteriormen-
te una absorción forzada de dichos productos, desalojándolos del papel. La téc-
nica más sencilla consiste en aplicar sobre la superficie húmeda, papeles absor-
bentes secos tras sucesivas humidificaciones. La mesa de succión, ya tratada para
la eliminación de manchas específicas, puede también usarse para forzar la
extracción de los productos disueltos, hacia un papel absorbente colocado deba-
jo. En este sentido, si el aire del local no está purificado, las partículas de sucie-
dad se incrustarían entre las fibras, por lo que debe cubrirse la obra con un papel
de ftltro fino -el cual debe ser también humidificado. Otra forma de lavado en
la mesa se succión consiste en aplicar agua nebulizada, generada en humidifi-
cador por ultrasonidos, que atraviesa el papel durante la succión.
El secado
Como es natural, la siguiente operación, tras el lavado, es el secado de las
hojas. Lejos de ser un proceso irrelevante, el tipo de secado condiciona el
resultado en cuanto a lograr la mínima modificación de la apariencia origi-
nal del soporte, tanto de sus dimensiones como de sus calidades superficia-
les y marcas -huellas de impresión. Durante el mojado, el papel se expande
en su superficie, encogiéndose de nuevo en el secado. Si antes del secado
completo se dificulta su contracción (p. e., por presión excesiva entre pape-
les secantes y tableros), la hoja puede quedar con una superficie mayor. Por
otro lado, un secado al aire demasiado brusco e intenso puede producir un
sobre-encogimiento del material y la aparición de deformaciones.
El secado del papel en contacto íntimo -por presión- con un soporte,
inducirá a imprimir la textura de este soporte -p. e., Reemay®- al papel,
modificándose el brillo de la superficie, sobre todo en papeles muy alisados.
10 7
 Otro problema asociado al secado con presión es la modificación del relieve La mesa de succión es de utilidad para el secado de las hojas -principalmen-
original del papel y de las improntas que quedan sobre la hoja en las distin- te grabados, dibujos, etc.-, que se mantienen lisas durante el secado, sin reci-
tas técnicas de ejecución: huellas tipográficas, pautados con punzón, sellos bir una excesiva presión. Ha de colocarse un papel de filtro encima de la obra,
en seco o, en el caso de grabados calcográficos, la huella de la plancha y el para que no se incrusten entre las fibras las partículas en suspensión del aire;
sutil relieve de las líneas entintadas. además, este papel de filtro mantiene la hoja alisada durante el proceso.
Las deformaciones causadas por un secado irregular quedan patentes en los En los casos que requieran un control más estrecho sobre el secado, como
eventuales desgarros y grietas presentes en la hoja, los cuales pueden abrirse, obras muy agrietadas o con abundantes desgarros, puede hacerse uso de
dificultando su reparación, que, por otro lado, puede ser realizada antes del láminas de GoreTex® o similar. Al igual que en el caso de la humidificación,
secado completo. este material deja pasar lentamente el vapor de agua a través de él en el seca-
En términos prácticos, y teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, do; de esta forma, colocando la hoja a secar entre láminas de este producto,
el método habitual para el secado del papel se efectúa al aire, sinla inter- y este conjunto entre secantes, se consigue un secado lento y progresivo, de
vención de presión, depositando las hojas extraídas del lavado sobre una más fácil control, para realizar las reparaciones con el grado adecuado de
superficie horizontal; habitualmente se usa para ello un mueble especial para humedad en el papel.
el secado al aire, con bandejas de rejilla. 89 Ha de evitarse un ambiente exce-
sivamente seco - preferiblemente del 50 al 55% de HR-, con el fin de lograr 3.3.7. El lavado: casos particulares
un secado suave y progresivo. El papel, secado de esta forma, conserva las
Papel de trapos
marcas antes citadas.
Los productos de degradación formados durante el envejecimiento de pape-
les antiguos, con aprestos de almidón, no representan una gran amenaza
contra la permanencia de este tipo de material. No obstante, si se ha con-
El carro de secado (carro bandejero, rack de seca-
do) perm ite el secado po r oreo de las hojas tras el servado en un ambiente muy polucionado, no debe descartarse la presencia
lavado. Las hojas deben ser depositadas en las ban- de ácidos más fuertes y problemáticos. Además, la eliminación de manchas
dejas abatibles sobre los correspondientes soportes
que no son admitidas por los propietarios de las obras, puede requerir un
para el lavado.
Biblioteca Histórica UCM tratamiento de lavado. Tampoco puede argumentarse que el lavado, correc-
(Foto Inmaculada latorre) tamente realizado, perjudique la permanencia a largo plazo del soporte, pero
sí que pueda modificar aspectos materiales relacionados con textura, carteo,
etc. (también la eliminación de su olor) . Los ácidos producidos en la degra-
dación oxidativa de papeles de trapos posteriores, con fibras de peor calidad,
El secado en mesa de succión mantiene al isa-
do el soporte hasta su secado. Es especial-
mente conveniente para papeles muy inesta-
bles dimensional mente, que pueden sufrir
deformaciones en el secado al aire.
Biblioteca Histórica UCM Los productos de degradación pasan al agua del
Proceso de restauración de los planos con signat ura
lavado, la cual toma una coloración amarillenta.
BH GRA 88
Colección particular
(Foto Minako Wada y Virginia Uriarte)
(Foto J. Tacón)

89 Comercialmente denominado "rack" de secado -o carro bandejero-, son utilizados, habitual-

mente, en la industria gráfica para el secado de estampas.

108
 impurezas metálicas y aprestos de gelatina endurecida con alumbre, más
inestables, tienen un relativo mayor impacto en la degradación del soporte.
Estos ácidos débiles acumulados contribuyen significativamente a la hidró-
lisis de las cadenas celulósicas, 90 por otro lado, la presencia de alumbre como
endurecedor de la gelatina del apresto, podría provocar la presencia de ácido
sulfúrico en el papel.
Por lo tanto, la aplicación del tratamiento de lavado debe ser determinada
cuando se considera más importante actuar de cara a la estabilidad del
soporte y/o sus propiedades ópticas, que a la preservación de otros atribu-
tos del papel-brillo, textura, etc.- o del objeto, como la costura de los cua-
dernos y otros elementos estructurales de las encuadernaciones. En todo
caso, los métodos de lavado y secado se adecuarán a las características de
soporte y tinta.
Papel moderno
Considerando dentro de este grupo a los papeles de fabricación mecanizada,
con fibras procedentes de la madera y aprestos de alumbre-colofonia, el lava-
do en este tipo de soportes debe ser considerado definitivamente beneficio-
so de cara a la mejora de sus propiedades de permanencia. El carácter auto-
degradatorio de este papel hace que los inconvenientes relativos a la
modificación de aspectos como brillo, alisado, textura, etc., queden ensom-
brecidos por la estabilización que proporciona la extracción de los fuertes
ácidos producidos por la descomposición química del material. El alto com-
ponente hidrófugo de los aprestos a base de resina y alumbre dificulta la libre
penetración del agua entre las fibras del papel, por lo que se hace necesaria
la intervención de aditivos al agua que aumenten la penetrabilidad, como
alcohol o tensioactivos, o que procuren un lavado más enérgico, como el
amoniaco, 91 sin perjuicio de actuar sobre otras variables del lavado, como
una mayor temperatura o mayor número de baños. Por otro lado, los pape-
les industriales sufren mayores tensiones dimensionales y deformaciones más
acusadas tras el secado.
90 Shahani, C. J. y col. AcceleratedAging o/Papero Citado en: Pork, H . J. YTeygeler, R. Preserva-
tion Science Survey. Council on Library and lnformation Resources and The European Com-
mission on Preservation and Access, 2001, pág. 8. Disponible en: http://www.knaw.nl/
ecpa/PUBLlpdf/2211.pdf [2/1/2009]
91 La adición de amoniaco, en este caso, debe hacerse de forma moderada, controlando el pH de
la solución, ya que un pH demasiado básico (mayor de 10) puede conducir a un leve oscure-
cimiento de papeles con alto contenido en lignina.
lIO
Positivos fltogrdficos
Aunque el tratamiento por inmersión en agua de copias fotográficas sería el
método más rápido para la eliminación de suciedad incrustada y para el des-
montaje de las copias adheridas sobre cartones de mala calidad -además de
extraer los productos de degradación del soporte de papel-, los altos riesgos
que conlleva este tratamiento deben ser minuciosamente valorados en rela-
ción con el beneficio obtenido antes de determinar esta intervención, de tal
forma que, sólo en casos extremos -p. e., objetos que han sufrido una inun-
dación- podría decidirse su lavado. Previamente debe ser identificado el
proceso concreto del objeto fotográfico y su estado de conservación -algu-
nas emulsiones, como el colodión, son solubles en alcohol.
Si bien el lavado en agua es una operación íntimamente ligada a la producción
de las copias -los baños del procesado son acuosos, seguidos de un lavado final
intenso-, la aplicación de agua en fotografías antiguas, tanto localmente como
por baño, puede provocar alteraciones en las características de la imagen, con
el riesgo de provocar daños graves con pérdidas irreversibles. Los colores de
fotografías coloreadas a mano pueden desaparecer. En el caso de las copias a la
albúmina, los efectos del lavado están bien estudiados: encogimiento del
soporte de papel, pérdida de brillo en la superficie de la imagen, aumento del
craquelado natural de la capa de albúmina -tanto en la profundización de las
grietas existentes como en la aparición de nuevas grietas- y cambios en el
balance cromático de la imagen. 92 En las copias con emulsiones a base de gela-
tina existe el peligro de despegado de la emulsión e incluso de disolución de
este aglutinante, ya que, aunque la gelatina es insoluble en agua fría -se pro-
duciría su hinchamiento, no su disolución-, diversas circunstancias, como la
acción de microorganismos o la hidrólisis ácida, pueden provocar la pérdida
de adhesión entre emulsión y soporte, así como de la resistencia de la gelatina
al agua fría, lo que sería motivo de serias consecuencias durante el lavado. En
el caso de emulsiones de gelatina endurecida, el distinto comportamiento
dimensional ante el mojado entre el soporte de papel y la emulsión, puede
conducir a la formación de grietas en la capa de la imagen.
Existen dos casos particulares en los que el tratamiento de lavado puede pro-
vocar reacciones dramáticas en la imagen; se trata de cianotipos y diazocopias
92 Messier, P. y Vitale, T. Effects o/ aqueous treatment on albumen photographs. JAle. vol. 33, n.O
3, 1994, págs. 257-278. Disponible en: http: //aic.stanford.edu/jaiclarticles/jaic33-03-
003_1.html [3 /112009]
III
 -extensamente utilizados como métodos de reproducción de planos técnicos.
En estos casos, el uso de agua dura, ligeramente básica, puede conducir al des-
vanecimiento de cianotipos y al oscurecimiento de diazocopias.
En general, para evitar el alabeamiento de las copias fotográficas tras su
humectación, parece más efectivo procurar un secado suave que realizarlo
con presión entre papel secante y tableros, lo que además produce una modi-
ficación mayor de la superficie de la emulsión.
Acuarelas y otros medios sensibles
La única recomendación general que puede hacerse sobre el tratamiento
acuoso de medios sensibles al agua, como acuarelas, tintas manuscritas y
otros, es evitarlo en lo posible por el alto riesgo que supone. Dicho esto, si
el tratamiento debe ser necesariamente llevado a cabo, se hará con todas las
precauciones encaminadas a aminorar la incidencia del baño sobre las tin-
tas como son:
• El uso de mezclas de agua y alcohol, en vez de agua solamente (siempre
evaluando una posible sensibilidari al alcohol de los medios).
• La realización de pruebas minuciosas de solubilidad de cada color en la
mezcla elegida para el lavado.
• El fijado efectivo de las tintas que lo requieran.
• La humectación previa al tratamiento de las hojas, de forma lenta, preferi-
blemente entre secantes humedecidos y con barreras semipermeables -Gore-
Tex® o similar.
• Efectuar el tratamiento a temperaturas adecuadas, sin calentar el baño.
• Utilizar algunos de los métodos de lavado sin movimiento del agua sobre
la superficie, indicados para material sensible, como el lavado sobre fieltro,
en contacto con secantes o a través de GoreTex® o similar.
3.4. Limpieza química: el blanqueo
Los procesos para la eliminación de manchas y productos de degradación,
hasta ahora tratados, se basan en fenómenos físicos -esencialmente la disolución
de los productos- para conseguir su objetivo. Los métodos de limpieza química,
sin embargo, actúan mediante la modificación química de los productos que
constituyen las manchas, produciendo su solubilización o, simplemente, su
transformación en compuestos incoloros.
Estos tratamientos presentan el inconveniente de que, a la vez que la sus-
tancia que produce la mancha, el resto de materiales -fibras, aprestos, tintas,
II2
etc.- quedan también expuestos al producto utilizado, pudiendo sufrir tra"nsfor-
maciones en su estructura química, lo que cambia su comportamiento ante el
envejecimiento. En muchos casos, la mancha que pretende eliminarse no está
formada por productos ajenos, sino que son los propios materiales del objeto
documental que han sufrido una transformación que supone su oscurecimiento
-p. e., oxidación local del papel.
Las reservas acerca de la aplicación de tratamientos de limpieza, en cuanto a
los efectos que se producen sobre los materiales, se multiplican en el caso de los
tratamientos de limpieza química, ya que la agresividad de la mayoría de los pro-
ductos, puede desembocar en la alteración química de los materiales. Por lo tan-
to, antes de determinar su aplicación, ha de evaluarse la necesidad real de la eli-
minación de ciertas manchas en contraposición con la merma que algunos
tratamientos provocan sobre las propiedades de permanencia a largo plazo.
Como ejemplo de esta situación, podemos citar la eliminación de manchas de
óxido de hierro con ácido oxálico -producto a veces sugerido para tal fin en
disolución al 3%. 93 El ácido se combina con el óxido de hierro, produciendo
oxalato de hierro, incoloro y soluble; por otro lado, la alta acidez de la solución
utilizada -pH aprox. de 1,3 en disolución al 1%- provocará, como cualquier
ácido, la hidrólisis ácida de las cadenas celulósicas. Suponiendo que todo el pro-
ceso se ha realizado correctamente, neutralizando el ácido tras el tratamiento de
la mancha y eliminando todos los productos cuidadosamente del papel median-
te aclarados, las fibras en la zona de la mancha habrán sufrido, en mayor o
menor medida, un proceso de hidrólisis, disminuyendo la longitud de las cade-
nas celulósicas que, por ello, son más vulnerables a la degradación oxidativa. Sin
embargo, los efectos, en el caso de no eliminar completamente el producto for-
mado, ocasionarían, además, el retorno de la mancha, ya que el oxalato de hie-
rro es inestable, oxidándose de nuevo a ácido oxálico, liberando el hierro. Por lo
tanto, en el mejor de los casos, tendríamos una zona del papel algo más debili-
tada por la acción del ácido, que envejecerá más rápidamente que el resto no tra-
tado, pero si el tratamiento no es realizado correctamente, la mancha reaparece-
rá y los residuos del tratamiento serían fatales para la permanencia del soporte.
El hecho de considerar la limpieza en general y, en particular, la eliminación de
todo tipo de manchas, como uno de los objetivos principales de la restauración, ha
93 Viñas, V ; Viñas, R. Las técnicas tradicionales de Restauración: un estudio RAMP. París.
UNESCO. 1988. Versión en ingles disponible en: http://www.unesco.org/webworldlramp
/html/r881 7eIr881 7eOO.htm [6/1/2009]
II3
favorecido el desarrollo de tratamientos químicos agresivos que, a la vez que lim-
pian, ocasionan alteraciones químicas en los soportes y que -como en el caso del
ejemplo- realizados incorrectamente, pueden tener efectos dramáticos sobre la esta-
bilidad del material, esencialmente debido a la permanencia de residuos. Además
del blanqueo, que será tratado de forma apartada, algunos de estos procesos son:
• Limpieza de daguerrotipos con cianuro potásico o solución de tia urea y
ácido fosfórico. Estos métodos de limpieza alteran indiscriminadamente los
productos de la superficie de la imagen, eliminando tanto el sulfuro de pla-
ta -que provoca el deslustrado- como parte del resto de elementos -plata,
mercurio, oro, cobre- que forman el objeto. 94
• Uso de ácido acético para la eliminación de sellos tampón. Este ácido pre-
senta un pH entre 2,5 y 3 a concentraciones menores al 10%, contribuyen-
do a la hidrólisis ácida de la celulosa durante el tratamiento.
• Limpieza de manchas de óxido de hierro con ácido ascórbico o cítrico, de
forma similar al ya citado uso de oxálico, y con parecidos efectos degradato-
rios -se indica incluso el lavado posterior de la zona con ácido clorhídrico.
• Eliminación de manchas de aceite mediante saponificación con hidróxido
de sodio -sosa cáustica. Mediante este tratamiento, los productos grasos de
la mancha se transforman en jabón, fácilmente soluble en agua. En este caso,
el peligro proviene de la gran alcalinidad de la solución -pH 12 en disolu-
ción al 0,05%-; los efectos de la sosa cáustica sobre el papel incluyen la solu-
bilización de lignina, hemicelulosas y la hidrólisis alcalina de algunas celulo-
sas previamente oxidadas -habitualmente, las manchas grasas provocan
oxidación en las fibras.
El blanqueo
El tratamiento de limpieza química más utilizado sobre obras en papel es el
blanqueo, proceso mediante el cual se decoloran los productos que forman
las manchas o el oscurecimiento general del papel. Este tipo de intervención
ha sido realizada también, a una escala mucho menor y, sólo de forma loca-
lizada, en obras sobre pergamino.
El fundamento esencial del blanqueo es la modificación química de los com-
puestos coloreados para transformarlos en estructuras incoloras. En este sen-
94 Barger, M .; Krishnaswarny, S. y Messier, R. The cleaníng 01daguerreotypes: comparíson 01 clea-
níng methods. JAle, vol. 22 (1) , 1982, págs. 13-24. Disponible en: http: //aic.stanford.edu/
jaiclarticles/jaic22-0 1-002.htrnl [161112009]
II4
tido, el oscurecimiento localizado o general del papel se debe, en parte, a las
reacciones de oxidación de la celulosa durante su envejecimiento natural,
formándose ciertos grupos, llamados cromó foros en su estructura. Por lo
tanto, el producto ha de actuar sobre la propia molécula de celulosa, modi-
ficándola químicamente, para lograr su blanqueo.
Los productos y métodos más utilizados para el blanqueo, por su mayor
efectividad, son los de carácter oxidante. Por otro lado, los tratamientos
reductores ofrecen unos resultados mucho menos espectaculares pero, a
cambio, no producen la oxidación de los materiales. Los tratamientos blan-
queadores utilizados y sus características principales son:
3.4.1 . Tratamientos oxidantes
Los productos usados para esta clase de tratamiento producen reacciones
de oxidación; por lo tanto la aceleración momentánea del envejecimiento
químico del material, cuya apariencia final más limpio -más "nuevo"-,
esconde una realidad muy distinta: sus fibras están, en mayor o menor
medida, más debilitadas que antes del tratamiento, a la vez que más vul-
nerables a la oxidación, afectando todo ello negativamente a la estabilidad
física y química del papel, o sea, a su permanencia a largo plazo. En este
sentido, raramente puede justificarse este tratamiento desde el punto de
vista de la conservación, si no es respondiendo a situaciones excepcionales
_p. e., las manchas ocultan el texto completamente- o cuando la informa-
ción estética se hace prioritaria, primando ésta sobre la conservación; no
obstante, podemos pensar que un grabado con grandes manchas podría ser
abandonado al expurgo, mientras que el blanqueado será más valorado
socialmente. En todo caso, dependiendo del producto utilizado, las con-
centraciones de trabajo y la forma de aplicación, el daño causado por el
producto oxidante -que siempre existe- será leve, moderado o grave. En
este sentido, es más seguro el uso de disoluciones débiles, que permiten un
mayor control del proceso, así como de temperaturas bajas y control sobre
el pH de la solución; en todo caso, se hacen imprescindibles las pruebas
oportunas para evaluar la resistencia de las tintas y soportes al producto
utilizado. Otra cuestión imprescindible para evitar causar un daño mayor,
es la extracción de cualquier ptoducto residual que quede en el papel tras
el tratamiento.
Algunos tratamientos oxidantes para el blanqueo, usados en el pasado, se
encuentran totalmente descartados, como la Cloramina T, por la gran
II5
 dificultad de eliminar sus residuos 95 y el permanganato de potasio, por su
gran poder degradatorio, y la eventualidad de la permanencia de residuos de
manganeso en el papel, 96 además de por sus características estrambóticas y de
difícil control -el papel, tras el baño de permanganato, queda totalmente
marrón, produciéndose el blanqueo en un segundo tratamiento con metabi-
sulfito de potasio. Los procesos aún usados para el blanqueo con productos
oxidantes son los derivados del cloro, agua oxigenada y el blanqueo solar.
Tratamientos con derivados del cloro
El cloro fue rápidamente incorporado como agente blanqueante en la fabri-
cación del papel tras su descubrimiento en 1774. Este uso permitió la deco-
loración de trapos teñidos para su utilización en la fabricación del papel,
pero a costa de la disminución de la estabilidad del producto final. A los
efectos oxidativos del tratamiento, se ~ne el peligro de no eliminar comple-
tamente los residuos de compuestos de cloro en el papel, la mayoría de los
cuales, con el tiempo, forman ácido clorhídrico, altamente destructivo. 97 En
este sentido, una de las reacciones que se llevan a cabo en los tratamientos
con compuestos de cloro activo es la cloración de las moléculas orgánicas.
Por medio de esta reacción, los átomos de cloro pasan a formar parte de las
cadenas poliméricas, por ejemplo, con las proteínas se forman cloraminas.
La mayor parte de estos compuestos clorados se descomponen dutante el
blanqueo, produciendo la oxidación de las cadenas, pero otros permanecen
intactos e intervienen en posteriores reacciones de degradación. 98 Los deriva-
dos del cloro usados para el blanqueo -aparte de la cloramina T, ya mencio-
nada- son: los hipocloritos y el dióxido de cloro en disolución acuosa.
95 Kruth, L. A Survey 01Recent Scientific Research which has Caused a Re-evaluation 01 Commonly
Used Practices in Book and Paper Conservation. The Book and Paper Group Annual, vol. 7,
1988. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/ annual/v07 /bp07 -06.html [12/112009]
96 Hofmann, c.; van der Reyden, D . y Baker, M. Comparison and Evaluation 01 Bleaching Pro-
cedures: The Effect 01 Five Bleaching Methods on the Optical and Mechanical Properties 01 New
and Aged Cotton Linter Paper Before and Afier Accelerated Aging. The Book and Paper Group
Annual, vol. 10, 1991. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/annual/vlO/bp 10-
10.html [121112009]
97 Roberts, M. T.; Etherington, D. Bookbinding and the Conservation 01 books: A Dictionary 01
Descriptive Terminology. Entrada: "Chlorine". Acceso a la publicación electrónica en:
http://palimpsest.stanford.edu/don/tocltocl.html [23/112009]
98 Burgess, H . Relationships Between Colour Production in Cellulose and the Chemical Changes
Brought About by Bleaching. The Book and Paper Group Annual, vol. 1, 1982. Disponible en:
http://aic.stanford.edu/sg/bpg/annual/vO l/bpO 1-05.html [21/1/2009]
II6
Hip oclo ritos
Las disoluciones de hipocloritos, generalmente hipoclorito sódico, se conocen
comúnmente como lejías. La reglamentación técnico-sanitaria vigente deter-
mina como lejía aquellas disoluciones de hipoclorito con un contenido de clo-
ro activo del 2 al 11 %, diferenciando entre lejías diluidas cuando el conteni-
do en cloro activo es inferior al 5,7% y concentradas cuando es superiora esta
cantidad. 99 El uso de hipocloritos -de sodio o de calcio- para la limpieza quí-
mica en obras sobre papel, se basó en la gran eficiencia blanqueadora y en la
facilidad de su uso; mientras que el hipoclorito de sodio se presenta en estado
líquido, con contenido en cloro de hasta el 15%, el de calcio se presenta en
estado sólido con hasta un 80% de cloro disponible. No obstante, esta efi-
ciencia blanqueadora está acompañada por el peligro de causar un deterioro
importante a la fibra -durante el blanqueo y posteriormente al tratamiento
por la permanencia de productos clorados en el papel. Los residuos de hipo-
clorito son de difícil eliminación -todos sabemos de la persistencia del olor a
lejía. La agresividad de este producto hace aconsejable el no aplicarlo, pero, de
ser determinada su aplicación, ha de hacerse adoptando las precauciones nece-
sarias para atenuar sus efectos degradatorios, como son:
• Utilizar productos químicos puros -los productos comerciales pueden
incluir otras sales- y a concentraciones débiles para un mejor control del
proceso. En este sentido, el indicador correcto es el contenido de cloro
activo de la disolución. Al ser un producto inestable, las disoluciones de
hipoclorito pierden paulatinamente su contenido en cloro activo, por lo
que el cloro disponible puede ser menor que el que figure en el etiqueta-
do. Por lo tanto, es conveniente la valoración previa del cloro antes de la
ejecución del tratamiento. Para ello, existen indicadores químicos sencillos
como el test de cloro libre de Hanna (Total Chlorine High Range Test Kit
HI 38022) 100 o el Chlorine test kit Quantofix® (Sigma-Aldrich), aunque
estos tests están concebidos para la medición de pequeñas concentraciones,
por lo cual, es necesaria la dilución de la muestra (p. e., 100 veces), mul-
tiplicando de nuevo por este factor para conocer el contenido de cloro del
hipoclorito. Partiendo de un hipoclorito con contenido en cloro conocido,
99 Real Decreto 3360/1983, de 30 de noviembre, por el que se aprueba la reglamentación téc-
nico-sanitaria de lejías. BOE 24/1984, de 28, enero, 1984.
100 Datos técnicos del producto (Total Chlorine High Range Test Kit) en: http://www.han-
nainst.com/ manuals/ manHC38022. pdf [21/1/2009]
II7

pueden prepararse disoluciones a su vez conocidas, por ejemplo, una diso-
lución al 1% partiendo de hipoclorito con contenido de 10% de Cloro acti-
vo (lejía concentrada) dará un contenido final en cloro del 0,1%. Las con-
centraciones indicadas para el tratamiento, a menudo no especifican el
contenido en cloro, sino la proporción del hipoclorito utilizado; encontrán-
donos con concentraciones del 2 al 10% en el caso del hipoclorito de sodio 101
o del 0,05% en el de calcio. 102
• La temperatura del baño debe ser baja para disminuir la velocidad de la
reacción. El tiempo del tratamiento se acortará lo máximo posible.
• El pH juega un papel fundamental en las características de la reacción de
oxidación y en el peligro de cloración de los materiales, siendo más peligro-
so, en este sentido, cuanto más bajo -ácido- el pH. El propio producto
posee un pH de 9-10 en las disoluciones de trabajo, pero la presencia de áci-
dos en el papel y los formados durante la reacción causarían problemas, por
lo que el papel debe ser previamente lavado y desacidificado para que con-
tenga una reserva alcalina (la desacidificación se trata más adelante).
• Tras el tratamiento de blanqueo, es imprescindible la eliminación de todo el
cloro del papel. En primer lugar, debe neutralizarse todo el cloro libre -de lo
contrario sigue actuando- con un producto anticloro. Tradicionalmente se
han utilizado para ello disoluciones de hiposulfito de sodio -en la reacción,
cada gramo de cloro libre es neutralizado por 2, 27 gr de hiposulfito. Mayor
degradación ocurre cuando se utiliza ácido acético para la neutralización del
cloro. 103 Mejor resultado, en este campo, ofrece el borohidruro de sodio. 104 No
obstante, parece más importante el lavado sucesivo con baños de agua lim-
pia, para la eliminación del cloro y otros compuestos formados en la neu-
tralización. El contenido de cloro del agua de los enjuagados puede evaluar-
se con los indicadores mencionados anteriormente, con tiras indicadoras de
yoduro potásico-almidón -tiñen de color azul en presencia de cloro- o aña-
101 Viñas, V; Viñas, R. Las técnicas tradicionales de Restauración: un estudio RAMP. Op. eit.
102 Hofmann, c.; van der Reyden, D. y Baker, M. Comparison and Evaluation of Bleaching Pro-
cedures: The Effict of Five BLeaching Methods on the OpticaLand MechanicaL Properties ofNew
and Aged Cotton Linter Paper Before and After Accelerated Aging. Op. eit.
103 Ragauskiene, D. Methods flr paper bleaching: theory and practice. Conservation Problems
1995, organised by Restoration Department at Tartu University Library on Oet. 11-12,
1995 . Disponible en: http ://www.udib. ee/ee/publikatsioonid/1997/rar/rar7_res.html
[11/1/2009]
lO' Sobueki, W Borhydride-wertvol/e M ittel zur Restaurierung von Papier. Restauro, vol. 99
(4) ,1993, págs. 260-263.
lI8
diendo una gota -en un tubo de ensayo- de solución de .nitr.ato d~ pl~ta al
agua del enjuagado; en este caso, la aparición de enturbiamiento llldica la
presencia de cloro. Los aclarados, deben ser continuados hasta que la prue-
ba sea negativa.
Dióxido de cloro (CLO)
Este producto es un gas soluble en agua, el cual, mezclado a más de.ll.0% en
el aire, es explosivo. Sus efectos sobre los materiales son muy distintos y
menos perjudiciales -en todo caso siguen siendo degradatorios- que en el
caso de los hipocloritos, ya que los residuos del producto en el papel son
considerablemente menores 105 y actúa más por oxidación que por cloración.
Aunque el tratamiento en forma de gas es posible, mediante la exposición al
gas del papel previamente humedecido -en este caso pueden humedecerse
sólo las zonas con las manchas a eliminar-, 106 el peligro que supone la reac-
tividad del gas hace que el tratamiento más indicado sea por. baño en d~so­
lución acuosa. De una u otra forma, el CI0 2 se genera a partir de una diSO-
lución de clorito de sodio a la que se añade formaldehído o bien un ácido
-el dióxido de cloro comienza a generarse en la disolución a partir de un pH
de 5 aprox. La concentración de la disolución de clorito y la cantidad de agen-
te "activador" añadida determinará la mayor o menor formación del gas, que
quedará en disolución si se procura una producción débil del ~roducto. ~ara
el blanqueo por baño se indica partir de una disolución de clonto de sodiO al
1 o 2%, añadiendo 25 mI de formaldehído por litro de disolución. 107 En el
caso de optar por la formación del gas en medio ácido, puede utilizarse un ác~­
do débil-cítrico, fosfórico, acético- para situar el pH en torno a 4,5-5. La adi-
ción de un anticloro -hiposulfito de sodio- a la disolución, pararía la forma-
ción del gas, aunque la extracción del baño seguida de lavados sucesivos puede
ser suficiente para la eliminación del producto.
Blanqueo con agua oxigenada (H2 0 2 -peróxido de hidrógeno-) . .
El blanqueo con agua oxigenada comenzó a aplicarse en la lll~ustna papele-
ra por los problemas medioambientales que suponen los reSiduos clorados
en el blanqueo de las pastas con derivados del cloro. Aunque se trata tam-
10; Burgess, H. Relationships Between Colour Production in Cel/ulose and the Chemical Changes
Brought About by Bleaching. Op. cit.. . . ... . . _
106 Shores, F. Chlorine Dioxide. Conservatlon Dlst LIst 4110/1998. Dlspolllble en. http.//pahmp
sest.stanford.edu/byforml mailing-listsl edil 19981 1192.html [3/1/2009] .
107 Viñas, V; Viñas, R. Las técnicas tradicionales de Restauración: un estudw RAMP. Op. elt.
II9

Las manchas de oxidación de este grabado fueron eli minadas por t ratamiento con agua oxige-
nada, usando como alcalinizante solución de hid róxido de calcio hasta alcanzar pH 10.
Museo Municipal de Madrid (Fotos Carmen Fernández)
bién de un producto oxidante, la "ventaja" que tiene respecto a los trata-
mientos anteriores es la ausencia de residuos peligrosos para la permanencia
del soporte, ya que el agua oxigenada se descompone en oxígeno yagua. La
eficiencia blanqueadora, en cuanto a rapidez del proceso, es menor que en el
caso de los productos con cloro.
El peróxido de hidrógeno, al ser un compuesto inestable, suele ser estabiliza-
do en su envasado comercial mediante la adición de ácidos de distinta natu-
raleza. Por ello, aunque su pH en estado puro sólo es ligeramente ácido, para
su mejor conservación se modifica este pH a valores en torno a 3,5-4. En este
estado, su poder oxidante -y por tanto de blanqueo- se encuentra limitado.
Debido a esta circunstancia, el pH del baño de agua oxigenada ha de ser ele-
vado hasta valores de 9-10 mediante la adición de amoniaco o disolución
saturada de hidróxido de calcio (se tratará este compuesto en el apartado
sobre desacidificación). Otras sales utilizadas para la estabilización del peró-
xido son el silicato de sodio y el sulfato de magnesio, que producen una
gran eficiencia blanqueadora y menor reversión del color. 108 Otra circuns-
tancia que interviene en la efectividad del tratamiento es el hecho de que
las impurezas de hierro o cobre presentes en papel o tintas, desactiva el
peróxido. Para solventar esta circunstancia se indica la adición de un agente
108 Lehtaru, J.; I1omets, T. Bleaching ollignin containing papers by stabilized hydrogen peroxide.
Conservation Problems, 1995, organised by Restoration Department at Tartu University
Library on Oct. 11-12, 1995. Disponible en: http: //www.utlib.ee/ee/publikatsioo-
nid/1997/rarlrar6_res.html [6/1/2009]
120
quelante - que "secuestra" los iones metálicos para que no intervengan en la
reacción- como EDTA - ácido etildiamintetraacético (sal disódica)- en una
proporción de 37,2 gr por litro de disolución, aunque proporciones hasta
100 veces menores -0,37 gr/l- pueden ser suficientes debido a que se trata
· , de trazas meta'l·lcas. 109
de 1a que laClOn .
En cuanto a la concentración del agua oxigenada para el tratamIento de
blanqueo, se indican proporciones del 0,5 al 3%. No obstante -c~~o. s~~e­
día con el tratamiento con hipocloritos- depende de la concentraclOn llllclal
del peróxido utilizado; en este caso, el indicador del potencial oxid~nte del
H 2 0 2 se expresa en volúmenes - litros de oxígeno que produce un lItro del
agua oxigenada-, utilizándose unas disoluciones de trabajo finales de entre
5 y 15 volúmenes. La adición de alcohol etílico a la disolución blanqueado-
ra de peróxido no afecta negativamente a la eficacia blanqueadora; de hecho,
ha resultado más eficiente que usando únicamente agua. 110
Blanqueo solar
Antes del desarrollo del blanqueo de las pastas con cloro, en la industria
papelera anterior al siglo XIX se conseguía un mayor grado de blancura
mediante la exposición de las hojas húmedas a la luz del Sol. Al cabo del
tiempo, esta práctica se recuperó como tratamiento de blanqueo de obras
sobre papel. La técnica implica la exposición a una fuente de luz - general-
mente artificial, para el mejor control de la radiación- del papel a blanquear
impregnado con una solución de pH básico, como disolución de hidróxido
de calcio a pH 9 o bicarbonato de magnesio. Algunas variantes contempla~
la adición de pequeñas cantidades de "refuerzos oxidantes" como agua OXI-
genada -0,1%-, pero la simple acción de la radiación luminosa prov~ca
efectos oxidantes de blanqueo en húmedo. Este efecto se debe, esencIal-
mente, a la producción de agua oxigenada, a partir del agua del baño, por
la acción energética de la luz, 11 1 lo que se acentúa en medio básico. Au~~~e
ha poseído la fama de ser prácticamente inocuo para el papel, la expoSlclOn
a la luz conlleva un efecto oxidante - si bien, más suave que con el uso de
productos químicos- que produce, en húmedo, un efecto de blanqueo,
109 Knight, B. Hydrogen peróxide and EDTA. Conservation Dist List 18/4/2000. Disponible en:
http://palimpsest.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ cdI/2000~0513.html [16/1/2009]
110 Ragauskiene, D. Methods for paper bleaching: theory and prac:lce. O.p. CI.t. .
111 Caldararo, N Hydrogen peróxide as cleaning agent. Conservatlon DISt LIst 19/7/2002. DISpo-
nible en: http://palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-lists/cdI/2002/0893.html [15/1/
2009]
121
 mientras que la radiación sobre el papel seco produce los efectos contrarios
debido a causas termales . 11 2 Una posibilidad que ofrece este método es limi-
tar las zonas de irradiación, enmascarando zonas sensibles, como la presen-
cia de colorantes fugaces. Para ello, el documento se coloca sobre un secan-
te, ambos embebidos en la solución alcalina usada, y sobre ellos se coloca
una lámina plástica transparente -poliéster, metacrilato- sobre la cual se rea-
liza el enmascaramiento -se puede efectuar con una pintura opacadora o
correctores "tippex" o similar.
3.4.2. Tratamientos reductores
En este grupo se sitúan un tratamiento para la eliminación de manchas de
óxido de hierro y los tratamientos de blanqueo del papel por reducción de
los grupos oxidados a alcoholes.
Eliminación del óxido de hierro
La eliminación se basa en la reducción del hierro (III) a hierro (11) seguido de
su inactivación y solubilización. Los tratamientos con ácidos: oxálico, ascórbi-
co o cítrico siguen esta reacción, pero el pH de estas soluciones en demasiado
ácido. La alternativa es el uso de hidrosulfito de sodio en disolución entre el 1
yel 5%, que tiene un pH neutro -aunque se va acidificando, por lo que en
tratamientos largos la disolución ha de ser reemplazada por otra nueva. 113 El
tratamiento puede completarse con un baño de EDTA 11 4 -del 3 al 5%- para
estabilizar el hierro (II) y evitar la reversión de la mancha. Posteriormente
-tanto si se ha utilizado el EDTA como si no-, han de realizarse varios acla-
rados para eliminar los productos.
Blanqueo del papel con agentes reductores
Durante el envejecimiento químico de la celulosa se produce la oxidación de
los grupos OH de las cadenas, que son sustituidos por otros grupos, lo que
interviene en la aparición de manchas y en el oscurecimiento general del
papel. Las reacciones que producen los compuestos reductores, que tratare-
mos en adelante sobre el papel, suponen la conversión de los grupos oxida-
dos -aldehídos o cetonas- en nuevos grupos OH, es decir, los hidrógenos
112 Kruth, L. A Survey 01Reeent Seientifie Researeh whieh has Caused a Re-evaluation 01 Commonly
Used Praetlees In Book and Paper Conservation. Op. cir.
11 3 Season Tse. Chelating agents for rust stain removal. Texcons (lista de correo) 10/3/2004. Dis-
ponible en: http://palimpsesr.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ texcons/2004/03/msg00006.
htrnl [18/1 /2009]
11 4 Ácido etilendiaminotetraacetico.
I22
perdidos por la celulosa en el transcurso de su oxidación vuelven a ser incor-
porados a la estructura de la macromolécula. Por ello, los tratamientos que
favorecen esta reacción pueden ser considerados, al menos teóricamente,
como "rejuvenecedores" -al contrario que con los tratamientos oxidantes-, ya
que la regeneración de los grupos OH influye tanto en la reversión relativa
del oscurecimiento del papel, como en la mejora de las propiedades mecáni-
cas -flexibilidad-, al restablecerse parte de los puentes de hidrógeno perdidos
por la oxidación de la celulosa en su envejecimiento. No todos los tipos de
manchas responden a este tratamiento y, en general, es bastante menos efec-
tivo que los tratamientos oxidantes -pero claramente preferibles desde el pun-
to de vista de la conservación-, pudiéndose dar el caso de producirse un des-
censo del amarilleamiento general del soporte y no de ciertas manchas, con
lo que la apariencia final es de que la mancha se ha intensificado. 115
El borohidruro de sodio y los borohidruros de tetrametilamonio y de
tetraetilamonio son compuestos capaces de llevar a cabo esta reacción. En
el caso del B. de sodio se indican disoluciones del 0,5-2%, tanto en agua
como en etanol, 116 con duraciones del tratamiento desde 30 mino a varias
horas y posteriores aclarados, aunque los eventuales residuos dejados son de
tetraborato de sodio, que formarían una leve reserva alcalina 11 7 (ver más
Efectos del blanqueo de una lámina
que estuvo en contacto con madera,la
cual le transmitió un deterioro quími-
co por oxidación. El tratamiento se lle-
vó a cabo con borohidruro de sodio al
1% durante 4 horas.
Colección particular
(Fotos j. Tacón)
115 Barnett, J. Bleaching printed cotton. Texcons (lista de correo) 19/2/2002. Disponible en:
http: //palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-listsltexcons/2002/02/msgOOO 13.h tml
[18/1/2009]
116 Season Tse. Re: Bleaehingprinted eotton. Texcons (lista de correo) 18/2/2002. Disponible en:
http://palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-lists/texcons/2002/02/msgOOO 12.h tml
[22/1/2009]
117 Robens, M. T. Y Etheringron, D . Bookbinding and the Conservation 01 books: A Dietionary 01
Deseriptive Terminology. Op. cir. Enrrada: "foxing".
I23
 adelante en desacidificación). El inconveniente de este tratamiento es la pro-
ducción de hidrógeno gas en forma de pequeñas burbujas que pueden produ-
cir pequeñas ampollas que modifiquen la superficie de papeles muy alisados;
este problema se acentúa en medio ácido, por lo que el tratamiento debe pro-
ducirse en medio alcalino. El propio borohidruro de sodio tiene un pH 10,5
aprox., pero va acidificándose a lo largo de la reacción, por lo que debe ser
periódicamente reemplazado con disoluciones nuevas. En todo caso, el papel
debe ser previamente lavado y des acidificado antes del tratamiento. La aplica-
ción en mesa de succión evita en gran medida el riesgo de ampollado.
Para evitar los inconvenientes del borohidruro -pH demasiado alcalino, que
puede perjudicar a algunos papeles, lIS presencia del ión sodio, que puede
inducir la hidrólisis de la celulosa 11 9 y formación de hidrógeno- se desarro-
lló el uso de otros compuestos, como el complejo borano-terbutilamino o
borano-amonio que, aunque peligrosos y tóxicos, pueden ser aplicados a sal-
vo con las debidas precauciones. 120 Ambos compuestos pueden ser utilizados
tanto en disolución acuosa como en disolventes orgánicos. 121 Datos experi-
mentales mostraron que el complejo borano-terbutilamino posee una efec-
tividad del 50 al 80% en la reducción de grupos oxidados. 122 Se indica el uso
de disolución 0,2M -1,7% aprox.- de este producto -100 mI de disolución
por gr de papel- e inmersiones largas -5 horas. 123
4. ESTABILIZACIÓN
Aplicando la conservación preventiva, es posible la ralentización de las
reacciones químicas de deterioro, por medio del control sobre el medio
ambiente, proporcionando temperatutas bajas y un grado de humedad esta-
IlB Plossi, M . Conservation 01 01
acid paper: studies carried out in the chemistry laboratory the Isti-
tuto Centrale per la Patologia del Libro. Restaurator, vol. 18, 1997, págs. 12-24.
119 Bicchieri, M.; Pepa, S. The degradation 01 cellulose with cupric and ferric ions in a low-acid
medium. Restaurato r, vol. 17, 1996, págs. 165-183
120 Se puede seguir una discusión sobre los riesgos del uso de borohidruro en: Sanders, D. Sodium
borohydride, too!. Bkarts (lista de correo), 11 / 112005. Disponible en: http://palimpsest.stan-
ford.edu/ byfo rmlmailing-lists/bookartsI2005/0 11msg0008 1.html [8/ 112009 ]
121 Bicchieri, M . ; Semetilli, F y Sodo, A. Application ofseven boranes complexes in paper conserva-
tion. Restaurato r, vol. 21 (4),2000, págs. 213-228.
122 01
Bicchieri, M.; Bella, M. y Semetilli, F. A quantitative measure borane tert-butylamine complex
01
effectiveness in carbonyl reduction aged papers. Restaurator, vol. 20 (1 ), 1999, págs. 22-29.
123 Bicchieri, M .; Pepa, S. The degradation 01 cellulose with cupric and ferric ions in a low-acid
medium. Op. cit.
124
ble y limitado. El almacenamiento en frío es una forma de estabilización de
estas reaccIO nes.
En el campo de las intervenciones sobre las obras, existen tratamientos cuyo
objetivo es conseguir estabilizar químicamente los materiales, retrasando su des-
composición química. Si la inestabilidad procede de productos añadidos al
soporte -adhesivos inapropiados, manchas de materiales inestables, etc.-, la eli-
minación de dichos productos y sus residuos durante las operaciones de limpie-
za elimina este foco de inestabilidad. Pero los mayores problemas a los que hay
que enfrentarse en este sentido proceden de las reacciones presentes en el enve-
jecimiento de los propios materiales, especialmente en aquellos con un fuerte
componente autodegradatorio que, esencialmente, son:
• La acidez del papel moderno -sobre todo los de finales del siglo XIX y prin-
cipios del siglo XX-, de pasta de madera, con aprestos de alumbre-colofonia.
• La corrosión provocada por la acidez y oxidación de las tintas metaloácidas.
• El desvanecimiento de colorantes modernos, utilizados en tintas de impre-
sión -p. e., carteles- y en los procesos fotográficos en color.
• La desintegración química de pieles con curtidos inestables -fabricadas a
partir de mediados del siglo XIX.
• La descomposición de los primeros plásticos usados como soporte para
negativos fotográficos y películas cinematográficas, e incluso, en los prime-
ros soportes magnéticos -nitrato de celulosa, acetatos de celulosa.
Todos estos materiales inestables pueden ser bien conservados a largo plazo
mediante el almacenamiento en frío, de hecho, sólo se han conseguido desarrollar
tratamientos estabilizadores de la acidez del papel, de las tintas corrosivas y, en
menor medida, de las pieles inestables; el resto de materiales "autodestructivos"
han de ser conservados en frío si se quiere prolongar al máximo su existencia.
Los tratamientos estabilizadores son de carácter protector; previenen el desarro-
llo de reacciones con efectos degradatorios, pero no actúan sobre los efectos ya
producidos. Por lo tanto, su utilización es más beneficiosa sobre los objetos
potencialmente inestables, o en las primeras etapas de su descomposición, que
sobre aquellos ya muy dañados químicamente.
En el caso del papel, el lavado acuoso, tratado en el apartado sobre limpie-
za, tiene también una acción estabilizadora al separar del papel los compuestos
solubles, de naturaleza ácida, producto de las reacciones de envejecimiento, y los
ácidos formados en la absorción de contaminantes, elementos que contribuyen
al deterioro químico del material.
12 5
 La naturaleza especialmente resistente y estable del pergamino hace a este
material muy poco vulnerable en condiciones normales -aunque no invulnera-
ble-, tanto a la acidez como a la oxidación procedente de las tintas corrosivas.
En adelante se tratarán las intervenciones destinadas a la estabilización de
papeles ácidos -desacidificación- y de tintas potencialmente dañinas; los trata-
mientos de estabilización de pieles curtidas se verán en el apartado destinado a
las intervenciones sobre encuadernaciones.
4.1. La desacidificación
El tratamiento de des acidificación tiene como objetivo la neutralización de
los productos ácidos presentes en el papel y la introducción de un compuesto
alcalino entre las fibras: la reserva alcalina que cumple, a su vez, la misión de
neutralizar los ácidos que puedan generarse en el futuro durante el envejeci-
miento químico del material, o por la absorción de contaminantes exteriores.
Las partículas de reserva alcalina -carbonatos de calcio o magnesio- deben que-
dar en el interior del papel - entre la fibras-, distribuidas de forma homogénea
en todo su espesor. Para una protección adecuada se aconseja un contenido de
reserva alcalina de entre el 1 y el 3% del peso de papel en seco. En este sentido,
la presencia de carbonato de calcio en los papeles antiguos, debido a la macera-
ción de las fibras en agua de cal, se ha revelado como un factor claro de la exce-
lente permanencia de este tipo de papel; de la misma forma sucede con el per-
gamino, material de naturaleza básica.
La desacidificación ha sido extensamente estudiada con unos resultados
inapelables: la permanencia de papel, su "expectativa de vida", resulta aumenta-
da en gran medida, sobre todo en el caso de papeles inestables, aunque, como
con cualquier otro tratamiento, se pueden producir efectos indeseados, depen-
diendo de la naturaleza del soporte y de las técnicas de desacidificación emplea-
das. En este sentido, con el fin de procurar la mínima intervención, ha de esta-
blecerse claramente el potencial de inestabilidad del soporte; al igual que en el
caso de otros tratamientos -consolidación, encuadernación-, la intervención no
debe ser concebida para ofrecer una sobre-protección que iría en detrimento de
la integridad material físico-química de los soportes. La determinación del pH
es el indicador más accesible que tenemos para determinar esta necesidad, pero
ofrece sólo una idea aproximada (como se vio en páginas atrás). El pH no debe
ser el único factor a considerar a la hora de determinar la necesidad del trata-
miento desacidificador. Un pH ácido -p. e., 5- en un papel intrínsecamente
estable -papel de pasta de trapos- no debe conducir a la determinación siste-
126
mática de este tratamiento, ya que los presuntos beneficios que ocasiona conlle-
van el riesgo de provocar efectos químicos no deseados -incluso algunos de ellos
desconocidos con los conocimientos actuales-, además del fuerte impacto que
supone, en su caso, el desmontaje de la obra. Por otro lado, un pH altamente
ácido -de 3 a 4- sí puede determinar la necesidad de la desacidificación en pape-
les de cualquier naturaleza. Algunos de los peligros particulares de los trata-
mientos de desacidificación son:
• Riesgos, ya mencionados, derivados del tratamiento acuoso, en el caso de
la des acidificación acuosa.
• Peligro de solubilidad de tintas en el medio -acuoso o no acuoso- emplea-
do para el tratamiento.
• Modificación de la textura del papel debido a la formación de las partícu-
las de reserva alcalina entre sus fibras
• Riesgos de alteraciones químicas derivadas de la alcalinidad de la disolu-
ción utilizada, como:
• Cambios de tono de algunas tintas, llegando hasta el desvanecimiento
total en el caso de cianotipos, o al ennegrecimiento en otros medios de
foto-reproducción -p. e., diazocopias.
• Oscurecimiento de papeles con alto contenido en lignina.
• Deterioro químico, por hidrólisis alcalina, de papeles oxidados.
En fechas tan tempranas como 1890 ya se realizaban tratamientos de estabi-
lización de la acidez con hidróxido de bario en el British Museum. Pero los pro-
gresos significativos en el control de la acidez en el papel comenzaron con moti-
vo de los trabajos de W Barrow en los años 40 . 124
Los tratamientos de desacidificación pueden ser clasificados en acuosos y
no acuosos. En los primeros se produce la extracción de los ácidos solubles
- ya que el tratamiento va precedido del lavado- y la introducción de la reser-
va alcalina. En los tratamientos no acuosos no se produce extracción de los
productos solubles, los cuales son neutralizados directamente por el com-
puesto alcalino, permaneciendo en el papel las sales resultantes de dicha neu-
tralización -p. e., sulfato de calcio. Generalmente se trata de disoluciones del
agente alcalino en disolventes orgánicos, aunque algunos de estos tratamien-
tos, no acuosos, incluyen el uso de compuestos gaseosos o de micropartículas
124 Cunha, G . M. Mass deacidification for libraries. Library Technology Repores, vol. 23 (3) , 1987,
págs. 36 1-472.
127
sólidas en suspensión que son introducidas directamente entre las fibras
como reserva alcalina.
En cuanto a la forma de aplicación de los reactivos, la forma usual es por
inmersión del papel en una disolución del producto utilizado, con las mismas
técnicas ya expuestas en el apartado sobre lavado, aunque otras formas de apli-
cación incluyen la nebulización con las soluciones o su aplicación con brocha.
Puede combinarse también, como veremos más adelante, con el reapresto, mez-
clando el agente de desacidificación con el adhesivo consolidante. A continua-
ción se recopilan los distintos productos utilizados y sus características principa-
les, algunos de ellos ya no son aplicados por las causas que se expondrán.
4.1.1. Tratamientos acuosos
Hidróxido de calcio -Ca(OH)r (cal apagada, cal muerta)
El uso de este compuesto supone la introducción de la disolución acuosa
entre las fibras, que posteriormente se transforma en carbonato de calcio
-que constituye la reserva alcalina- por medio de la reacción del hidróxido
con el CO 2 atmosférico durante el secado al aire, quedando partículas de
carbonato, insoluble, entre las fibras del papel.
Se prepara una suspensión de 2-3 grll dejándola decantar completamente
-un día. A partir de la solución clara -solución saturada-, se preparan diso-
luciones menos concentradas, rebajándolas con agua, para efectuar el trata-
miento. La concentración final a usar en el tratamiento dependerá de las cir-
cunstancias concretas. Pueden prepararse también disoluciones
hidro alcohólicas del producto. La forma de aplicación usual es por baño; en
aplicaciones por nebulización, puede formarse el carbonato antes de la pene-
tración de la disolución entre las fibras, lo que provocaría la aparición de un
velo blanquecino en la superficie del papel. La aplicación con brocha es una
opción válida e incluso la disolución de hidróxido puede ser mezclada con
metilcelulosa, realizando reapresto y desacidificación en la misma operación.
El pH de las disoluciones de Ca(OH)2 es muy alto: La disolución saturada
tiene un pH en torno a 13, las preparadas mezclando esta solución con el
mismo volumen de agua -1: 1- tienen un pH de 11-12 y rebajándola al: 2
su pH es en torno a 10. Estos valores tan fuertemente alcalinos pueden pro-
vocar el oscurecimiento de papeles con lignina, el virado de tintas ferrogáli-
cas y otros medios sensibles a los álcalis, así como el deterioro químico por
hidrólisis alcalina de papeles oxidados. Para conseguir valores de pH de 8 ó
128
9, que evitan los peligros anteriormente citados, ha de reducirse en gran
medida la concentración del producto, pero la reserva alcalina depositada en
el papel es escasa; varias inmersiones y secados consecutivos en estas disolu-
ciones contribuirán a la formación de mayor cantidad de reserva alcalina.
Pese a este inconveniente, posee la ventaja de la fácil preparación de la diso-
lución, que, además, puede ser almacenada a largo plazo.
Bicarbonato de calcio -(C03H)2Ca-
Si a través de una suspensión de hidróxido de calcio o carbonato de calcio
en agua (ambos compuestos son poco solubles), hacemos borbotear dióxido
de carbono -C0 2-, se produce la disolución de la suspensión, generándose
bicarbonato de calcio. A partir de una suspensión de hidróxido de calcio de
7,3 grll se forma una solución de bicarbonato 0,1 M, 125 aunque puede que-
dar parte del hidróxido en suspensión, por lo que, para una mayor reprodu-
cibilidad de las concentraciones, se sugiere el uso de menores cantidades de
hidróxido para su disolución completa. Para la preparación del bicarbonato
a partir de carbonato de calcio, se añade un exceso de carbonato en polvo en
agua (p. e. , 2 gr por litro), que posteriormente es filtrado. En ambos casos,
el burbujeo de CO 2 puede detenerse al alcanzarse un pH de 6,2 que indica
que el bicarbonato ya se ha formado 126 y debe utilizarse la disolución clara
para el tratamiento, ya que, de lo contrario, pueden aparecer depósitos blan-
cos sobre el papel tratado.
La reserva alcalina depositada tras el secado es de carbonato de calcio. El pH
de la disolución de bicarbonato de calcio se sitúa, como ya se señaló, en tor-
no a 6, pudiendo subir a 8 aprox. durante el secado y formación del carbo-
nato. Este pH adecuado permite el uso de disoluciones más concentradas
que en el caso del hidróxido de calcio y, por lo tanto, la deposición de una
reserva alcalina mayor. Las desventajas de este tratamiento son: la dificultad
de la preparación de la disolución y su inestabilidad, que no permite el alma-
cenamiento de la disolución preparada por mucho tiempo. Para realizar el
borboteo de CO 2, procedente de bombonas del gas, puede recurrirse a los
difusores utilizados para la aireación en acuarios -cuanto más finas sean las
125 Paper Conservation Catalog, second edition: 20, Alcalization and neutralization. Book and
Paper Group, American lnstitute for Conservarion (AlC). 1985. Disponible en:
hrrp:/ /aic.sranford.edu/sg/bpg/pccl [13/1/2009]
126 Bogaard, J. y Whirmore, P. E.lfects 01dilute calcium washing treatments on papero JAle, vol. 40,
n.O 2, 2001, págs. 105-123. Disponible en: hrrp://aic.sranford.edu/jaiclarcicles/jaic40-02-
003_indx.htrnl [11-1-2009]
12 9
 burbujas, mayor eficiencia de disolución del gas en el agua. También del
mundo de los acuarios pueden utilizarse reactores de calcio, destinados a la
disolución del carbonato de calcio en agua, optimizando el consumo de CO 2
gas. Otra opción consiste en urilizar agua carbonatada (agua mineral con
gas) para obtener la solución del bicarbonato a partir del hidróxido o carbo-
nato de calcio. Véase en el apéndice la forma de preparación.
Bicarbonato de magnesio -(C03H)Ng-
En este caso, la disolución de bicarbonato de magnesio se logra haciendo pasar
el dióxido de carbono por una suspensión de carbonato de magnesio o de
hidróxido de magnesio -o realizando la disolución en agua carbonatada. Con
el uso del hidróxido se logra la disolución más rápidamente que en el caso del
carbonato. Para conseguir una disolución 0,1 M del bicarbonato (1,5%
aprox.) se parte de una suspensión de 5,8 grll de hidróxido de magnesio o de
8,4 grll de carbonato de magnesio. 127 Para disminuir el tiempo de preparación
y conseguir una disolución totalmente clara, se sugieren cantidades menores
del carbonato -hasta 0,65 grll. 128 El pH de la disolución reciente es de 7,5
aprox., alcanzando en torno a 10 durante la formación de la reserva alcalina.
Para evitar este valor relativamente alto, se sugiere la desacidificación con mez-
cla de bicarbonatos de calcio (4 partes) y de magnesio (1 parte), lo que resul-
ta apropiado sobre todo ante la presencia de celulosa oxidada. 129
Hidróxido de bario -Ba(OH)r
Este producto ha caído en desuso debido a la alta toxicidad de los compues-
tos de bario. Concretamente, un gramo de carbonato de bario -producto
que constituye la reserva alcalina tras la aplicación del tratamiento- resulta
letal si es ingerida, aunque dosis menores son tóxicas. 130 Particularmente
peligrosa es la aplicación del producto por nebulización.
Acetatos de calcio y magnesio -Ca(CH3COO)r y -Mg(CH3COO)r
Estos productos se han utilizado de forma conjunta o por separado, a una con-
centración de 60 grll. La desventaja del tratamiento con estos compuestos, es la
127 Paper Conservation Catalog, second edition: 20, Alcalization and neutralization. Op. cie.
128 Plossi, M. Conservation 01 acid paper: studies carried out in the chemistry laboratory 01 the Isti-
tuto Centrale per la Patologia del Libro. Op. cie.
129 Sistach, M. C. Ventajas de las mezclas de agentes desacidificadores (calcio y magnesio). Segundas
jornadas de avances en la restauración del papel. Ponencias. Burgos, del 30 de mayo al 2 de
junio de 2000 .
130 Paper Conservation Catalog, second edition: 20, Alcalization and neutralization. Op. cie.
13°
producción de ácido acético durante la neutralización de los ácidos del papel y
durante la formación de la reserva alcalina. El ácido formado puede ser fatal
para algunas tintas y otros medios. Esta circunstancia, dado que existen otros
tratamientos inocuos, desaconseja su utilización.
Propionato de calcio -(CH3CH2C02)2Ca-
Al mismo tiempo que produce la des acidificación, este producto tiene pro-
piedades fungistáticas. Actúa bien como estabilizador de papeles previamen-
te oxidados. Puede utilizarse en disolución al 5%. 13 1
Bórax (tetraborato de sodio) -Na2B40r
Este producto se ha utilizado como agente desacidificante en disolución al
4%. No obstante, se han comprobado sus efectos perniciosos sobre las tin-
tas ferrogálicas y sus limitaciones en cuanto a la estabilización del papel. 132
Amoníaco (hidróxido de amonio) -NH4 0H-
El tratamiento con amoniaco líquido -ya mencionado en el proceso de lava-
do- no puede ser considerado como un tratamiento de des acidificación, ya
que se limita a la neutralización de los ácidos pero no a la formación de una
reserva alcalina en el papel. Se utiliza añadiendo amoniaco concentrado en
el agua del tratamiento hasta conseguir el pH deseado -generalmente entre
8 y 10.
4.1.2. Tratamientos no acuosos
La desacidificación con productos, en los que no interviene el agua como
medio de disolución, se conciben para la intervención estabilizadora sobre
materiales sensibles al agua o bien para su aplicación directa sobre las hojas
por nebulización, sin necesidad de desmontaje del libro; aunque estos pro-
ductos pueden ser también aplicados por inmersión o por impregnación con
brocha. Los productos aplicados y sus propiedades particulares son:
Hidróxido de bario
Este compuesto es soluble en metanol. Se ha utilizado en disolución al 1% en
este disolvente con buenos resultados. No obstante, a la ya referida toxicidad
del producto, se une la del metanol, por lo que su aplicación es un serio ries-
go para la salud y no debe ser usado al existir alternativas más adecuadas.
131 Plossi, M . Conservation 01 acid paper: studies carried out in the chemistry laboratory 01 the Isti-
tuto Centrale per la Pato logia del Libro. Op. cit.
132 Paper Conservation Catalog, seeond edition: 20, Alcalization and neutralization. Op. eie.
131
Acetato de calcio
Este producto no es directamente soluble sin la intervención del agua. Pri-
mero ha de ser disuelto en una pequeña cantidad de agua, añadiendo segui-
damente etanol hasta formar una disolución hidro alcohólica al 0,2%. Las
proporciones son: 2 gr de acetato disueltos en 20 mI de agua, llevados a 1 I
con mezcla de etanol (95%) yagua (5%). La formación de ácido acético
durante el secado desaconseja su uso.
Acetato de magnesio
Soluble en metanol, se sugiere una concentración del 4%. Desaconsejado
por formación de ácido acético y toxicidad del metanol.
Propionato de calcio
El propio nato es parcialmente soluble en etanol. Su aplicación se realiza en
disolución saturada, añadiendo un exceso del producto y dejando decantar.
El pH final de los papeles ácidos tratados queda en torno a 6,5. 133 Sus ven-
tajas radican en la protección que brinda a papeles previamente oxidados y
a sus propiedades fungistáticas.
Nanopartículas de hidróxidos de calcio o magnesio en alcohol isopropílico
Una de las más recientes propuestas para la des acidificación no acuosa se
basa en tratamientos por inmersión en suspensiones de nano partículas de
hidróxido de calcio o de hidróxido de magnesio en alcohol isopropílico (2-
propanol, isopropanol). 134
Las nanopartículas de ambos compuestos se obtuvieron por precipitación al
hacer reaccionar disoluciones de cloruro de calcio y cloruro o sulfato de
magnesio respectivamente, en concentración 0,2 M , en cada caso, con el
mismo volumen de disolución de hidróxido de sodio (0,4 M) bajo agitación
continua. El precipitado debe ser centrifugado y lavado varias veces en agua
destilada, secado y dispersado en el alcohol (4gr/l). 135 La dispersión debe ser
inducida por ultrasonidos para obtener partículas menores.
133 Plossi, M. Conservation 01 acid paper: studies carried out in the chemistry laboratory 01 the Isti-
tuto Centrale per la Patologia del Libro. Op. cit.
134 Giorgi, R. y col. Nanotechnologies flr conservation 01 cultural Heritage: paper and can vas deaci-
dification. Langmuir, n.O 18,2002, pág. 8198. También: Giorgi, R. y col. Nanoparticles 01
Mg(OH)2' síntesis and application to paper conservation. Langmuir, n.O 21 , 2005, pág. 8495
135 Stefanis, E. y Panayiotou, C. Protection of lignocellulosic and cellulosic paper by deacidifica-
tion with dispersions of micro and nanoparticles of Ca(OH}z and Mg(OH}z in alcohols. Res-
taurator, 28(3) 2007, págs. 185-200.
13 2
Pruebas realizadas para la efectividad de este método concluyeron en que, en
general, el tratamiento no es aconsejable como preventivo para papeles nue-
vos, debido a la alta alcalinidad que produce, pero sí posee efectos benefi-
ciosos si se aplica en papel envejecido. 136 Pruebas posteriores confirmaron los
beneficio s de estos tratamientos, puntualizando que en el caso del uso de
Hidróxido cálcico se registra una inhibición del amarilleamiento inducido
por la luz UV en papeles lignocelulósicos. 137
Productos comerciales para desacidificación no acuosa
Se encuentran disponibles en el mercado diversos productos no acuosos for-
mulados para la desacidificación por nebulización de papel, sin necesidad de
desmontaje -en el caso de libros- , aunque la aplicación puede llevarse a cabo
también, en algún caso, por impregnación con brocha o por baño de la diso-
lución. Como también veremos en el apartado sobre des acidificación en
masa -en los que se utilizan prácticamente los mismos productos, a gran
escala-, existen básicamente dos tipos de aplicaciones: en disolución y en
suspensión de micro partículas:
Productos a base de compuestos de magnesio en disolución
Se trata de compuestos organometálicos con contenido en magnesio. Estos
productos son solubles en diversos alcoholes, pudiéndose mezclar posterior-
mente sus disoluciones con un propelente no polar -originalmente fue freón,
actualmente sustituido por HFC y otros- para su aplicación por nebulización.
La reserva alcalina final es de carbonato de magnesio, que se forma por reac-
ción con la humedad del papel-se forma el hidróxido con la humedad y pos-
teriormente el carbonato por reacción con el dióxido de carbono del aire. Los
primeros productos eran muy sensibles a la humedad, lo que provocaba la pre-
cipitación prematura del producto antes de su penetración -debido a la hume-
dad del aire-, provocando una veladura blanquecina sobre el papel y la obtu-
ración de la boquilla del nebulizador. En productos posteriores, este defecto ha
sido mejorado. La utilización de CO2 como gas a presión para nebulizar la
disolución, también evita la formación del carbonato en las boquillas. 138 El
136 Stefanis, E. y Panayiotou, C. Protection ollignocellulosic and cellulosic paper ... Op. cit.
137 Stefanis, E. y Panayiotou, C. "Study of the photochemical stabiliry of paper deacidified with
dispersions of Ca(OH}z and Mg(OH}z nanoparticles in alcohols". Restaurator, 29 (2), 2008 ,
págs. 125-138
138 Kellar, S. K. Spraying Wei T'o solution. Conservation Dist List 21/6/2002. Disponible en:
hnp:/ / palimpsest.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ cdI/2002/0790.html [15/1/2009]
133
 principal inconveniente de estas preparaciones es la solubilidad de algunas tin-
tas modernas -bolígrafo, tampón, ete.- en el alcohol que contienen y en los
producidos durante la formación de la reserva alcalina. Los productos dispo-
nibles a base de disoluciones de este tipo son:
• Wei T' o® disoluciones y aerosoles, que están siendo sustituidos por los pro-
ductos Good News® (ambos de Wei T' o associates, lne.) estos nuevos pro-
ductos también disponibles en disoluciones y aerosoles. La sustitución se debe
a causas medioambientales y para la mejora de la penetración del producto. 139
• BookSaver® (de Conservación de Sustratos Celulósicos -CSC-), 140
comercializado en aerosol. El pH final de los papeles tratados es alto. Se ha
mostrado eficiente en la protección de la celulosa ante el deterioro produci-
do por el N0 2 de la polución, 141 y en el retraso del deterioro catalizado por
el cobre. 142
• Renaissance HA liquid (Renaissance Chemicals, Ltd.). Ha sido probado
con buenos resultados, 143 aunque no hay información disponible acerca de
este producto y no está ampliamente distribuido.
• PTDA solutions (Archival Aids, Ltd. y Particles Technologies, Ltd.). 144
Desacidificante Booksaver de la empresa CSe. Aplicándolo se neutraliza la acidez
del papel y deposita una reserva alcalina para la neutralización de los ácidos for-
mados en el futuro.
(Foto Conservación de Sustratos Celulósicos, S. L http://www.cscbooksaver.com)
139 Datos técnicos y de seguridad e higiene de los productos Wei T'o® y Good News® en:
http://www.weito.com/msds.htm [23/1/2009J
140 Información del fabricante en: http://www.cscbooksaver.com/[27/11/2008J
141 DuPont, A. L. Y col. Testing CSC BookSaver®' a Commercial Deacidification Spray. Restaura-
tor, vol. 23 (1), 2002.
142 Henniges, u.; Schroter, K. The treatment ofpaper degraded by Koper ions: non.aqueous spraying
systems based on magnesia alcoholates. lADA X Congress. Gottingen, 22-26 September 2003.
Resumen disponible en: http://palimpsest.stanford.edu/iadalta03_21.pdf [24/1/2009J
143 Green, P. R. New spray deacidification producto Conservation Dist List 17/311999. Disponible
en: http://palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-lists/cdIl1999/0400.html[23/112009J
144 Datos técnicos del producto en: http://www.archivalaids.co.uk/smx/products/deacidpaper/
[24/1/2009J
134
Micropartículas en suspensión
Una solución distinta para la desacidificación no acuosa es la proporcionada
por el producto Bookkeeper® (Preservation Technologies, lne.) 145 mediante
la introducción directa en el papel de micro partículas de óxido de magnesio,
que posteriormente se transforman en carbonato por reacción con la hume-
dad y el CO 2 atmosférico. La ausencia de alcoholes -ya que las partículas
están dispersadas en un propelente no polar- evita la disolución de tintas y
otras sustancias sensibles. Por otro lado posee la desventaja de su escasa pene-
tración en papeles muy satinados o con recubrimientos, quedando el polvo
en la superficie del papel. Por esta razón, en algunos importantes centros se
combinan los dos tipos de desacidificación con aerosoles en seco: disolucio-
nes cuando el tipo de papel dificulta la penetración y micro partículas cuan-
do existe el peligro de disolución de tintas. 146
4.2. Estabilización de tintas corrosivas
Uno de los grandes problemas en la conservación de libros y documentos
manuscritos reside en la tendencia de algunas tintas metaloácidas a provocar un
fuerte deterioro del soporte en el que se plasman. El mecanismo de este deterio-
ro, por oxidación y acidez, es bien conocido y afecta sobre todo a la tinta ferro-
gálica de los manuscritos, al verdigris -tinta a base de acetato de cobre, emplea-
da para la coloración verde en mapas y grabados coloreados a mano- así como
a otros pigmentos con contenido en cobre. La oxidación de la celulosa es catali-
zada por los iones metálicos, mientras que la acidez se debe al ácido sulfúrico
procedente del exceso de vitriolo o caparrosa de algunas recetas de tinta. En
Efectos de la corrosión provocada por tintas ferrogálicas. La parte
censurada con la tinta ha desarrollado gran fragilidad por acidez y
oxidación.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J Tacón)
145 Información del fabricante en: http://www.ptlp.com/spray.html[23/1/2009J
146 Wender, D. Compressed-Air Spray System for Bookkeeper. Abbey Newsletter, vol. 21 (5) , 1997.
Disponible en: http://palimpsest.stanford.edu/byorg/abbey/an/an211an21-5/an21-514.html
[231112009J
135
cuanto a la acidez, acabamos de ver los tratamientos desarrollados para comba-
tirla; pero la oxidación catalizada por el hierro (II) y el cobre es una reacción dis-
tinta que necesita un tratamiento específico.
Sin perjuicio de lo anterior, la presencia de reserva alcalina ofrece cierta pro-
tección ante la oxidación; el deterioro producido por la acidez -hidrólisis ácida-,
comporta la ruptura de las cadenas de celulosa, que quedan más vulnerables a la
oxidación, con lo cual, un papel protegido -mediante la reserva alcalina- ante
esta reacción de hidrólisis es algo menos vulnerable a la oxidación. De hecho, en
varias investigaciones referentes a tratamientos de estabilización de la corrosión,
se han comprobado los efectos retardantes de la desacidificación, 147 siendo el uso
de productos con magnesio los que más protección ofrecen en este sentido,
incluso en la degradación provocada por cobre, 148 elemento que posee un poten-
cial degradatorio mayor que el hierro. En este sentido, para evitar la posible
degradación ocasionada por el pH excesivamente alto del magnesio, se sugiere la
des acidificación con mezcla de bicarbonato de calcio y de magnesio; no obstan-
te, el tratamiento húmedo del papel con tintas ferrogálicas, conlleva una serie de
riesgos que veremos más adelante, por lo que la desacidificación no acuosa pare-
ce más indicada. 149 Se ha comprobado que son más efectivos los sistemas basa-
dos en disoluciones que los de partículas: la desacidificación no acuosa con etó-
xido de magnesio reduce aproximadamente un 50% el potencial de deterioro
producido por tintas corrosivas. 150 Pero aunque el tratamiento antiácido coope-
ra en el retraso de las reacciones, la solución al problema de la corrosión por tin-
tas no sería completa si no se actuara sobre su otro componente: la oxidación
catalizada por los iones metálicos. En adelante se tratarán los métodos específi-
cos para la estabilización de tintas con Fe(lI), existiendo actualmente investiga-
ciones prometedoras pero no resultados concluyentes ni métodos prácticos acer-
ca de la estabilización del cobre.
147 Reissland, B.; de Grooc, S. /nk corrosion: comparison of currently used aqueous treatments jor
paper objects. Preprinrs from che 9"' Inrernacional Congress of lADA. Copenhagen, Augusc 15-
21, 1999, págs. 121-129. Disponible en: hnp://palimpsese.scanford.edu/iadalra99_121.pdf
[23/1/2009]
148 Henniges, u.; Schrocer, K. The treatment ofpaper degraded by Koper ions: non.aqueous spraying
systems based on magnesia alcoholates. Op. cie.
149 Ink Corrosion: Aqueous and Non-Aqueous Treacmenr of Paper Objeccs - Scace of che Arc,"
by Birgic Reissland. Restaurator 20: n.O 3-4, págs. 167-180, 1999.
150 Kolar,]. / nkCor project- stabilisation ofiron gall ink containingpaper. En: Kolar, J.; Srrilc, M .;
H avermans, J. (Eds.). Proceedings of che Inrernacional Conference Durabiliry of Paper and
Wriring, November 16-19, 2004, Ljubljana, Slovenia. Ljubljana: Nacional and Universiry
Library, 2004 ISBN. 961-6162-98-5 , págs. 9-10 .
D ebido a que no todas las tintas poseen el mismo potencial degradatorio, es
necesario, en primer lugar, evaluar la actividad corrosiva latente y, lo que es pri-
mordial, hacerlo en etapas tempranas con el fin de estabilizar antes de que el
daño ocurra. En el apartado sobre los distintos análisis previos, destinados a esta-
blecer el tratamiento, se describen los métodos disponibles para ello.
4.2.1. Tratamientos antiguos del problema 151
Desde finales del siglo XIX hasta bien avanzado el xx, el tratamiento de los
manuscritos afectados por la corrosión de tintas ferrogálicas ha sido exclusiva-
mente de consolidación del soporte debilitado por la corrosión. Se desarrolla-
ron métodos que, a la larga, supusieron la adición de problemas mayores por la
inestabilidad de los productos consolidantes aplicados, como impregnaciones
con nitrato y acetato de celulosa o laminaciones con papel vegetal, seda o lámi-
nas de PVc. Estos métodos, además, no permiten la dispersión de los gases
formados en la reacción de oxidación, lo cual acelera la autodegradación.
La laminación con crepelina de seda ha
sido una de las técnicas utilizadas para la
consolidación de manuscritos con tintas
ferrogálicas inestables. En la imagen, hoja
parcialmente deslaminada donde se aprecia
la diferencia de aspecto provocada por la
laminación.
Archivo de Villa
(Foto J Tacón)
4.2.2. Tratamientos de estabilización desarrollados
Extracción acuosa del Fe(Il) del p ap el
El Fe(1I) es soluble en agua, por ello, es posible su eliminación del papel por
medio de una extracción acuosa en el lavado. No obstante, el tratamiento
tiene una serie de inconvenientes que limitan su uso.
En primer lugar, un lavado defectuoso puede ocasionar la difusión de los
iones de hierro fuera de los trazos de tinta, agravando el problema de la oxi-
dación al extenderlo a toda la superficie de la hoja. 152 Por este motivo, para
151 Reissland, B. H istorically used conservation methods. The ink corros ion website. Publicado en:
hnp://www.knaw.nl/ecpa/inklconservation_old.htrnl [22/112009]
152 Neevel, J. y Reiszland, B. The / nk Corrosion Project at N / CH : A Review. Abbey Newslener, vol.
21 (5), 1997, págs. 88-92.
137
 asegurar una extracción eficiente de los iones, se indican temperaturas ele-
vadas del agua, hasta de 90 oc, desarrollándose incluso un método consis-
tente en la introducción de las hojas, protegidas en sobres de Hollytex®, en
agua a temperatura muy próxima a la de ebullición. 153
Por otro lado, el tratamiento acuoso, sobre todo a temperaturas elevadas,
puede eliminar la fracción soluble de las tintas. Otro riesgo del tratamiento
acuoso es el peligro de roturas en los trazos de tinta, debido al diferente com-
portamiento ante el mojado, entre el papel oxidado de la tinta -más hidró-
fugo- y el papel circundante -más hidrófilo-, lo que origina una diferencia
de tensiones que favorece estas roturas.
Por último, los tratamientos en húmedo requieren el desmontaje de libros,
con el impacto que supone en la integridad material del objeto y la lentitud
de ejecución.
Desactivación del Fe(ll) por quelación
La quelación es una reacción química que supone la formación de un com-
puesto estable entre un ión metálico y el agente quelante utilizado. Esta reac-
ción implica la inactivación del metal, que ya no se encuentra en forma de
ión libre -forma en la que favorece la oxidación-, sino formando parte de
otro compuesto. La estabilidad de este compuesto complejo es clave para
asegurar que los iones Fe(Il) no vuelven al estado libre. Los mejores resulta-
dos, en este sentido, han sido obtenidos con los fitatos. Estos productos, que
se encuentran presentes como antioxidantes naturales en semillas de cerea-
les, comenzaron a ser estudiados a principios de los 90 en el Netherlands lns-
titute for Cultural Heritage -NICH- para su aplicación en tratamientos con-
tra la corrosión por tintas. Los resultados mostraron que un tratamiento
combinado de fitato de calcio y amonio, seguido de desacidificación con
bicarbonato de calcio, retrasa significativamente la corrosión debida a tintas
ferrogálicas inestables. El fitato consigue -teóricamente- doblar la perma-
nencia del papel con tintas corrosivas. 154 Otros productos, como el EDTA no
1SS
ofrece una quelación estable, mientras que un producto con propiedades en
153 Van Gulik, R. Currently used conservation rnethods. The ink corrosion website. Publicado en:
156
http://www.knaw.nl/ecpa/inklconservation_current.htrnl [23/1/2009], citando a Heller, F. y
col. Tintenfrass in Papier. Restauro (2) 1993; ya Biggs, J. L., Controversial Treatment Options
157
applied to the Conservation ofa Sketchbook in Iron Call Ink by Ceorge Rornney, The Institute of
Paperconservation; Fourth International Conference, London, 1997.
154 Strlic, M.; Kolar, J. y Pihlar, B. Sorne preventive cellulose antioxidants studied by an arornatic
158
hydroxylation assay. Polyrn. Degrad. Stab., vol. 72, 2001, págs. 535-539.
este sentido, que a la vez refuerza el papel por tratarse de un adhesivo, es el
caseinaro de amonio, aunque se sabe de sus efectos beneficiosos, no existen
resultados concretos para su uso. 155 La gelatina, como apresto del papel, tam-
bién posee ciertas propiedades protectoras ante la corrosión por tintas, al for-
mar complejos con los iones metálicos; por ello se sugiere el reapresto con este
adhesivo en papeles con tintas ferrogálicas. 156 Volviendo al tratamiento con
fitato, al tratarse de un proceso acuoso, adolece de los inconvenientes citados
para este tipo de tratamientos. Aunque la forma de aplicación usual es por
baño, la aplicación del producto en mesa de succión y la adición de etanol a
la disolución, aminora los efectos secundarios de un tratamiento acuoso. La
disolución para el tratamiento puede ser preparada disolviendo 0,44 gr de
carbonato de calcio en 2,88 gr de ácido fítico al 40% (ácido inositol hexafos-
fórico, disponible comercialmente en concentración 40-50%), tras 1<J. disolu-
ción - en la que se produce ligera efervescencia- se añade agua destilada has-
ta completar un litro; por último, se añade amoniaco líquido (hidróxido de
amonio) hasta lograr un pH en la disolución de 5,8. 157
Se ha demostrado que el uso de fitato de magnesio en vez del de calcio es, al
menos, igual de efectivo para inhibir la corrosión por tintas ferrogálicas,
añadiendo la ventaja de que, con el uso de este compuesto no es necesaria la
adición de amoniaco 158 (evitando los riesgos para la salud). Para la prepara-
ción de la solución de fitato de magnesio, se indica la mezcla de 2,88 gr de
acido fítico (40%) en un litro de agua, en la que se disuelven 0,2 gr de car-
bonato de magnesio, dejando reposar la solución durante 12 horas y filtrán-
dola posteriormente. El ajuste del pH de la solución (a pH 5,8 - 6) se efec-
túa añadiendo más carbonato u óxido de magnesio.
Desafortunadamente, el fitato sólo posee propiedades quelantes con el hierro,
mientras que el cobre, metal con presencia en muchas tintas metaloácidas y
Van Gulik, R. Proposed rnethods ofconservation. The ink corrosion website. Op. cit. citando a:
Porck, H . J.; Castelijns, W A Study ofthe ejfects ofIron and Copper on the Degradation ofpaper
and Evaluation ofDiffirent Conservation Treatments, lADA; 7th International Congress ofRes-
torers of Graphic Art, Uppsala, 1991.
Kolbe, G. Celatine in historical paper production and as inhibiting agent for iron-gall ink corro-
sion on papero Restautator, vol. 25 (1), 2004, págs. 26-39. . . .
Receta extraida de: Strlic, M.; Kolar, J. y Pihlar, B. Sorne preventlVe cellulose antlOx¡dants stu-
died by an arornatic hydroxylation assay. Op. cít. y Reissland, B.; de Groot, S. Ink corrosion:
cornparison ofcurrently used aqueous treatments for paper objects. Op. cit.
Kolar, J. y col. Stabilisation of iron gall ink: treatment with rnagnesiurn phytate. E-Preserva-
tionScience, n.O 4,2007, págs. 19-24.
139
 con un poder aún mayor de formación de radicales libres, no es afectado
por el tratamiento. 159 Para solventar esta circunstancia, desarrollando
además un tratamiento no acuoso que permita su aplicación sobre volú-
menes encuadernados -bien mediante el desarrollo de sprays similares a
los ya disponibles para la desacidificación o en tratamientos masivos-, se
fundó el proyecto de investigación InkCor - Stabilization of Iron Cal!
Ink Containing Paper (EVK4-CT-2001-00049) auspiciado por la Comi-
sión Europea.
Uso de antioxidantes
Un antioxidante es un producto que resulta más sensible a la oxidación
que el propio papel. Al producirse la reacción, los radicales libres modifi-
can químicamente al antioxidante, preservando de sus efectos al papel. La
lignina, por ejemplo, actúa como antioxidante; estudios comparativos en
papeles con y sin lignina mostraron que el proceso de corrosión es más len-
to en presencia de lignina, 160 pero su uso es inviable ya que los productos
de su oxidación son coloreados. No obstante, los antioxidantes son trans-
formados en el proceso, con lo cual pueden llegar a ser agotados, siendo
activos por un periodo determinado. Recientes investigaciones han revela-
do al bromuro de tetrabutilamonio - TBAB- como un antioxidante apro-
piado cuyos efectos son significativamente mejores que los logrados con el
fitato de calcio, ya que es efectivo también contra la degradación causada
por los iones de cobre. Los papeles, previamente desacidificados con bicar-
bonato de calcio, fueron sumergidos en solución al 1% de TBAB. 161 Los
resultados del nuevo agente estabilizador desarrollado en el proyecto Ink-
Cor, antes citado, ahora en fase de evaluación, han mostrado que la reduc-
ción del deterioro provocado por las tintas puede alcanzar alrededor de un
80%. 162 Para lograr una estabilización no acuosa, se evalúan disoluciones
de estos antioxidantes en disolventes orgánicos, junto a desacidificadores
no acuosos con magnesio, antes mencionados.
159 InkCor Project Description. Publicado en: http://www.infosrvr.nuk.uni-lj.si/janalInkcor/index.
Htm [3/1/2009]
160 Neevel, J. y Reiszland, B. The Ink Corrosion Project at NICH· A Review. Op. cir.
161 Kolar, J. y col. Stabilization 01 corrosive iron gal! inks. Acta Chim. Slov, vol. 50, 2003 , págs.
763-770. Disponible en: http://acta.chem-soc.si/50/ 50-4-763.pdf [2/1/2009]
162 Kolar, J. InkCor project - stabilisation 01 iron gall ink containing paper. Op. cit.
14°
5. CONSOLIDACIÓN
En este apartado trataremos sobre las intervenciones dirigidas a devolver la
resistencia mecánica a soportes debilitados, así como a las operaciones de repa-
ración de roturas y de reintegración del soporte perdido, intervenciones enca-
minadas también a devolver la integridad al soporte que permita su manipula-
ción, sin riesgos de provocar un deterioro mayor. También trataremos sobre la
consolidación de tintas que han perdido parte de su adhesión al soporte, con
peligro de desprenderse de él durante la manipulación.
En esencia, las operaciones de consolidación suponen la intervención de un
adhesivo que una físicamente las partículas de los materiales disgregados -pig-
mentos o fibras- entre sí, con la intervención además de un material de refuerzo,
si el soporte se encuentra debilitado en extremo o debe soportar un uso mecánico,
y de material de injerto si se ha producido pérdida de parte del soporte original.
Soporte afectado por microorganismos con clara necesidad
de consolidación, ya que la manipulación de las hojas en este
estado somete al material a riesgo muy alto de pérdidas.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
(Foto J Tacón)
En cuanto a la necesidad de realizar una intervención de consolidación y
reintegración del soporte perdido, hemos de remitirnos de nuevo al principio de
intervención mínima dependiendo del uso específico del objeto. Un libro u otro
tipo de obra, como carteles, mapas, planos, etc., que vayan a soportar un uso
continuado y sin control, necesitan una consolidación acorde a ello; una obra
cuya manipulación será ocasional y controlada, de la que existe reproducción, no
necesita una consolidación desmesurada. Los pequeños cortes y desgarros pre-
sentes en los márgenes de las hojas, sólo suponen, de cara a la conservación del
objeto, el riesgo de hacerse mayores durante la manipulación. No obstante, con
una manipulación adecuada, esto es difícil que ocurra. Lo mismo cabe decirse de
las zonas con el soporte perdido; en determinados casos, la realización de injer-
tos es necesaria para sustentar la hoja y permitir una manipulación segura o la
encuadernación -p. e., pérdidas de material en los pliegues o márgenes interio-
res-, pero en otros casos -p. e., esquinas perdidas, pequeñas pérdidas de soporte
141
en los márgenes exteriores- la realización del injerto, en condiciones normales,
no interviene en la mejor conservación futura del objeto. Otro asunto es que la
reintegración del soporte sea realizada por otras razones, en obras como graba-
dos, dibujos o volúmenes valiosos, restituyendo la superficie de la hoja cuando
la zona perdida perturba la contemplación de la información estética. En este
sentido, en el caso de obras sueltas, el montaje con un fondo apropiado podría
suplir el efecto causado por la intervención restauradora. De otro lado, también
tratándose de hojas sueltas, la consolidación mediante la intervención sobre el
soporte, puede ser sustituida por la confección de montajes protectores que den
sustento a la hoja debilitada, permitiendo contemplar la información de forma
segura para el objeto. En el caso de que se determine la introducción en fundas
de poliéster -Melinex® o similar-, ha de tenerse en cuenta que los materiales
orgánicos en general, y especialmente los de carácter inestable, acelerarán sus
reacciones de autodegradación por la falta de ventilación en el interior del sobre.
A continuación trataremos sobre las intervenciones dirigidas a la consolida-
ción de los materiales, diferenciando entre los tratamientos aplicados a las tintas
y los destinados a dotar de resistencia mecánica a papel y pergamino.
5.1. Consolidación de tintas
Durante el examen previo de las obras, podemos encontrarnos con tintas
cuyo aglutinante ha perdido su poder de adhesión, encontrándose los pigmen-
tos disgrega.dos y sin sujeción al soporte. Esto requiere una consolidación que
una estas partículas entre sí y las fije de nuevo al soporte, dotando a la capa de
la resistencia mecánica necesaria. Básicamente, como será una tónica constante
en la consolidación de toda materia, esta intervención consiste en la aplicación
de un adhesivo 163 que una físicamente las partículas disgregadas entre sí y estas
al soporte, aunque en determinados casos -lo cual debe evaluarse previamente-
la simple humidificación puede producir la reactivación del aglutinante de la
tinta, que es consolidada sin intervención de adhesivo adicional.
El tipo de tintas que puede sufrir un deterioro de este tipo, que requiera de
un tratamiento de consolidación, se reduce casi exclusivamente a aquellas de
aplicación manual, compuestas por distintas clases de pigmentos y un agluti-
nante de base acuosa. Más raramente, algunas tintas de impresión de mala cali-
dad pueden presentarse también con el pigmento suelto. Evidentemente, en
obras que presenten tintas no aglutinadas, como tiza, pastel carbón, etc., la apli-
J63 Las características particulares de algunos de los adhesivos, u otros productos mencionados en
adelante, pueden ser consultadas en el apéndice de esta obra.
Estado inicial del libro con signatura BH MSS 89
Tintas poco resistentes. Izquierda. tinta pulveru-
lenta por degradacion del aglutinante; derecha
arriba, tinta aglutinada pero con poca adherencia
al soporte de pergamino (pequeñas escamas);
derecha abajo, capa abundante de tinta, craquela-
da y desprendida del soporte.
Biblioteca Histórica UCM
Estado inicial del libro con signatura BH MSS 18
(Fotos Minako Wada y J. Tacón)
cación de un agente consolidante llevará a la modificación de su integridad y,
m uy posiblemente, de las tonalidades cromáticas.
De otro lado, puede suceder que, aunque los pigmentos permanecen sólida-
mente unidos, la capa que forma la tinta se despegue del soporte -lo cual es fre-
cuente cuando el soporte es pergamino- cuarteándose y formando "escamas"
que pueden perderse por causa del uso.
Al contrario que en el caso del fijado de protección, tratado en el apartado
sobre el lavado, el producto consolidante permanecerá en la obra, por lo que las
consideraciones en cuanto a estabilidad del adhesivo deben ser especialmente
tenidas en cuenta. El adhesivo consolidante a utilizar puede ser acuoso, no acuo-
so o de mezclas de agua y alcoholes -u otros disolventes. La aplicación de un
consolidante en medio acuoso tiene el peligro de la creación de cercos por el
mojado y de la disolución de los medios presentes, pero ofrece una consolida-
ción más efectiva -sobre todo en capas sólidas pero craqueladas. El medio no
acuoso -con base alcohólica u otros disolventes orgánicos- evita la formación de
cercos y aminora el riesgo de disolución de los colores, pero su efectividad es
relativamente menor. Los adhesivos hidro alcohólicos ofrecen las características
de uno u otro dependiendo de su contenido en agua.
143
 Los adhesivos de base no acuosa más adecuados para la consolidación de tin-
tas disgregadas son los de celulosas m odificadas solubles en disolventes orgáni-
cos -p. e., Hidroxipropilcelulosa en alcoholes, metilcelulosa en diclorometano y
metanol. Algunas resinas sintéticas presentan buenos resultados en cuanto fija-
ción, pero más inciertos en lo que concierne a estabilidad del adhesivo, en par-
ticular a su amarilleamiento. Estos productos sintéticos son esencialmente resi-
nas acrílicas -p. e., Paraloid o Acriloid B-72- o vinílicas -copolímero de acetato
de vinilo y etileno. Las resinas B-72 deben ser preparadas en disolventes no
demasiado volátiles para permitir una buena penetración, como tolueno, dime-
tilbenceno, 164 o bien mediante la adición de etanol a disoluciones de la resina en
acetona. 165 Como consolidan tes en medio acuoso o hidro alcohólico pueden uti-
lizarse éteres de celulosa -p. e., metilhidroxietilcelulosa, carboximetilcelulosa,
etc. Los adhesivos proteicos -gelatina de laboratorio, 166 cola de pergamino, cola
de esturión-, utilizados convenientemente, dan muy buen resultado debido a su
baja viscosidad en caliente -favoreciendo la penetración-, pero tienden a formar
brillos y diferencias de tono en las zonas aplicadas. Otro adhesivo de origen
natural, especialmente adecuado para la consolidación de tintas es el Funori,
debido a su propiedad de crear láminas muy delgadas y de apariencia mate, aún
con aplicaciones generosas del producto. 167 Para aumentar la penetración del
Funori, debe ser aplicado en caliente (40-45 oC) y también puede ser mezclado
con cola de esturión, aumentando también el poder de adhesión y disminuyen-
do los inconvenientes mencionados derivados del uso de la cola.
Tanto en la aplicación acuosa, como en la no acuosa, la concentración del
adhesivo debe ser baja con el fin de que pueda penetrar hacia el fondo de la capa
a consolidar, pudiéndose, en todo caso, aplicar varias veces el producto. El uso
de concentraciones altas puede dar lugar a la formación de una capa superficial
de adhesivo, creando una tensión en la superficie que puede desembocar en el
desprendimiento de la capa de tinta. Además, concentraciones altas pueden pro-
164 Welsh, E. A Consolidation Treatment for Powdery Matte Paint. AlC Preprints of Papers Pre-
sented at the Eighth Annual Meeting, San Francisco, California, 22-25 , May, 1980, págs.
141-150. American Institute for Conservation of Historic and Anistic Works. 1980. Dispo-
nible en: http://palimpsesr.stanford.edu/ byauth/welsh/welsh 1.html [7/112009]
165 Koob, S. Paraloid B-72 as consolidant. Conservation DistList, 20/9/95. Disponible en:
http: //palimpsest.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ cdll 1995/085 5 .html [7/ 1/2009]
166 La gelatina adecuada para esta y otras intervenciones de consolidación es la de tipo B (la gela-
tina tipo A se fabrica en medio ácido y la de tipo B en medio alcalino).
167 Evans, D . Funori: a Short Description, Recipe and Source. The Book and Paper Group Annual, vol.
3, 1984. Disponible en: http: //aic.sranford.edu/sg/bpg/annual/v03/bp03-05 .html [lOl1 / 2009]
144
vocar cambios de cromatismo más acentuados y aparición de brillos. Este cam-
bio cromático parece estar más relacionado con la cantidad que con el tipo de
adhesivo. Las concentraciones utilizadas suelen situarse entre el 0,5 y el 3%.
Previamente a la aplicación del adhesivo, deberá ser eliminada -si procede-
la suciedad libre e incrustada de los soportes, pues, de lo contrario, sería fij ada
durante la consolidación. En cuanto a la forma de aplicación del consolidante,
la impregnación con pincel permite aplicar el producto exclusivamente sobre la
tinta debilitada, lo que es un trabajo lento y delicado y puede provocar el des-
plazamiento de los pigmentos sueltos, en estos casos es más adecuada la aplica-
ción por nebulización, enmascarando en lo posible las zonas que no precisen el
tratamiento. El uso de aerógrafo proporciona una nebulización fina y uniforme,
pero los mejores resultados se consiguen mediante la nebulización por ultraso-
nidos que describiremos más adelante.
5.1.1. Nebulización por aire a presión
Los frascos nebulizado res convencionales -con gatillo, utilizados en produc-
tos domésticos- producen una nebulización irregular del producto, pudién-
dose depositar gotas relativamente grandes que provoquen cambios de color,
cercos, etc. Son más adecuados los nebulizado res de aire a presión -que pue-
den cargarse bombeando aire previamente a su utilización- o el aerógrafo,
cuya capacidad para regular el flujo y la superficie de aplicación, lo hace muy
adecuado para esta operación. El inconveniente de este tipo de aplicación es,
por un lado, el peligro de desprendimientos de la capa de tinta debido a la
fuerza de la corriente de aire y, por otro lado, la evaporación de parte del
disolvente antes de que llegue a la superficie de la obra, llegando con una
concentración mayor, lo que perjudica la penetración del consolidante. 168
Fijado de tintas poco aglutinadas mediante nebuli-
zación con aerógrafo del fijador, en este caso,
hidroxipropilcelulosa (Klucel®G) en isopropanol.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J Tacón)
168 Michalski, S. y Dignard, C. Ultrasonic misting, part 1, experiments on appearance change and impro-
vement in bonding. Journal of the American Institute for Conservation, vol. 36 (2) , 1997, págs.
109-126. Disponible en: http://aic.stanford.edu/jaiclarricles/jaic36-02-002_indx.html [911 /2009]
145
 5.1.2. Nebulización por ultrasonidos
Mediante esta técnica, se logra una nebulización ultra-fina del disolvente con
la mezcla del agente consolidante mediante ultrasonidos, lo cual puede ser
conseguido de forma relativamente sencilla con un humidificador por ultra-
sonidos convencional, situando sobre el oscilador -parte que genera los ultra-
sonidos- un frasco de polietileno que contiene la mezcla de disolvente y
adhesivo. Los ultrasonidos producen una niebla saturada de moléculas de
disolvente y adhesivo, en el interior del envase, que puede ser canalizada por
un tubo hacia la obra, con la ayuda de un pequeño impulsor de aire -p. e.,
bomba de acuario. La misma técnica sirve también, en otras intervenciones,
para la aplicación de disoluciones e incluso capas muy ligeras de pigmentos.
No todos los disolventes son susceptibles de aplicarse con este método; solu-
ciones en agua, etanol y disolventes de evaporación lenta pueden nebulizar,
pero algunas mezclas con disolventes de evaporación rápida, como acetona,
no lo hacen. 169 En cuanto a adhesivos, la concentración debe ser baja, de lo
contrario no se incorporan a la niebla. La gelatina es el único adhesivo que
puede aplicarse hasta el 1%, el resto a concentraciones menores: hidroxipro-
pilcelulosa, metilcelulosa y resinas acrílicas -tanto en emulsión como en
disolución- sólo funcionan con una concentración máxima del 0,5%, el
]unfunori® -funori estandarizado- hasta el 0,15%. 170
La gelatina es el adhesivo que ofrece mejores resultados con esta técnica. El
grado de gelificación de la gelatina influye en su capacidad para mezclarse en
el nebulizado. Una disolución de gelatina 100 Bloom al1 % funciona correc-
tamente, pero si la gelatina es 275 Bloom, para su nebulizado deberemos
recurrir a concentraciones más bajas -0.25%. 171 Particularmente adecuada es
la aplicación de gelatina mediante esta técnica, para la consolidación de tin-
tas craqueladas, sobre una mesa de succión. Las escamas de la capa pictórica
son relajadas por la humedad, mientras que la succión inferior facilita el ali-
sado y la adhesión al soporte con la gelatina aplicada.
En resumen, las ventajas de esta técnica, en contraposición con la nebuliza-
ción convencional son:
169 Michalski, S. y Dignard, C. Ultrasonic misting, part 1... Op. cit.
170 EMPA. Application offunFunori®. Publicado en: http://www.empa.ch/plugin/template/empa
/*/24498/--/1 [10/1/2009]
171 Maheux, A. y McWilliams, W The use ofultrasonic mister for the consolidation ofa flaking goua-
che pazntzng on papero The Book and Paper Group Annual, vol. 14, 1995. Disponible en:
http://aic.stanford.edu/sg/bpg/annual/v14/bp14_03.html [9/112009]
• Mayor penetración del agente consolidante debido al menor tamaño de las
partículas de adhesivo y a que el disolvente no se evapora en el aire, como
sucede en el método con nebulizador tipo spray.
• Evita el desplazamiento de las partículas de tinta sueltas, ya que la corrien-
te de aire es muy suave y controlable .
• Localización de la zona a tratar, evitando afectar a partes que no necesitan
ser consolidadas.
Las desventajas están relacionadas, sobre todo, con la lentitud de la opera-
ción. Para la consolidación de capas, relativamente gruesas con escamas
mayores, resulta más adecuada la aplicación con pincel entre las grietas. 172
Fijado de tintas débiles con pincel a base de disolución
de hidroxipropilcelulosa (Klucel® G) en isopropanol.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 89
(Foto Hinako Wada)
5.2. La consolidación del papel
En este apartado trataremos sobre las técnicas de intervención que tienen
como finalidad dotar a este soporte de la resistencia mecánica apropiada que posi-
bilite la manipulación segura de las obras. Estos tratamientos incluyen, por un
lado, el reforzamiento de la cohesión entre las fibras del papel y, por otro, la repa-
ración de los deterioros ya causados, en forma de roturas y pérdidas del soporte.
5.2.1. Reaprestado
En la fabricación del papel, mediante el aprestado se aplica una capa de
adhesivo a la hoja para darle consistencia y permitir la escritura con tinta, sin
que esta penetre por capilaridad entre las fibras. Desde el punto de vista de
la conservación, el apresto aplicado al papel en su fabricación es un arma de
doble filo: de un lado, en algunos casos ha introducido elementos que per-
judican la estabilidad del papel -p. e., alumbre contaminado con hierro- y
I72 Dignard, C. y col. Ultrasonic misto Part 2, treatment applications. }our~al of the Americ.an Ins-
titure for Conservation, vol. 36 (2), 1997, págs. 127-141. Dlspolllble en: http://alc.stan-
ford.edu/jaiclarticles/jaic36-02-003.html [9/112009]
147
 lo hacen más susceptible al ataque biológico -p. e., almidón- pero, por otro
lado, protege al material celulósico de factores externos, aumentando su
resis tencia mecánica y aislándolo ante la contaminación.
El apresto puede sufrir un envejecimiento particular, que le hace perder sus
propiedades, o bien puede ser eliminado durante los procesos acuosos -lava-
do, desacidificación- que componen el tratamiento establecido. Mediante el
reaprestado, volvemos a aplicar un adhesivo por toda la superficie de las
hojas, mejorando las propiedades mecánicas del papel.
Determinados papeles tienen un apresto débil o simplemente no lo tienen, al
estar concebidos como soportes baratos para la impresión y no para la escri-
tura manuscrita. Realizar un aprestado en este tipo de papeles constituye la
adición de un característica que modifica su condición original, lo cual debe
ser tenido en cuenta a la hora de determinar este tratamiento. Asimismo, ha
de evaluarse el impacto del reapresto sobre la apariencia de las tintas, que
puede modificarse. Al abordar las cuestiones prácticas del reaprestado, nos
detendremos en los adhesivos empleados y en su forma de aplicación.
Adhesivos empleados
En general, el adhesivo de reapresto debe aplicarse a concentraciones bajas, que
permitan una buena penetración entre las fibras. La aplicación de soluciones
muy concentradas y viscosas, que no penetren adecuadamente, puede provo-
car deformaciones en el secado, rigidez excesiva del papel y adhesiones fuertes
en el soporte utilizado para aplicar el tratamiento -Reemay®, Hollytex® o
similar. Los adhesivos comúnmente aplicados para este tratamiento son:
Almidón. Su estabilidad es indiscutible. Los papeles antiguos aprestados con
este material, tanto los occidentales como los orientales, se han conservado
en unas condiciones excelentes. Los almidones modificados por hidrólisis
(Dextrinas) son de más reciente aplicación y, por tanto, menos comproba-
dos en este sentido.
Gelatina (tipo B). Presenta buenos resultados por su gran penetrabilidad y
gran mejora de las propiedades mecánicas de las hojas. En el caso de manus-
critos con tintas ferrogálicas ofrece mayor protección ante la oxidación pro-
vocada por trazas metálicas. La gelatina procedente de la cocción de trozos
de pergamino -cola de pergamino- resulta muy adecuada por ser de pH
neurro o ligeramente básico.
Celulosas modificadas. Las ventajas que suponen el uso de esta familia de
adhesivos radican en su buena estabilidad y en la posibilidad de ser aplica-
dos, tanto en medio acuoso como en mezclas de agua y alcoholo, algunos de
ellos, en medio alcohólico o en otros disolventes no acuosos, con las ventajas
que conlleva en el caso de materiales sensibles al agua. En aprestos no acuosos
pueden utilizarse hidroxipropilcelulosa. Para aplicaciones acuosas o hidroalco-
hólicas, el tipo más adecuado es la metilhidroxietilcelulosa, pudiéndose apli-
car, en caso de sensibilidad al agua, en mezcla de agua y alcohol con un con-
tenido en agua de menos del 15%.
Formas de aplicación
El soporte utilizado en cualquier técnica de reaprestado es del mismo tipo
utilizado en el tratamiento de lavado -Reemay® o similar. Antes de recibir
el adhesivo, salvo que se opte por un tratamiento no acuoso, el papel ha de
ser previamente humidificado. Esto favorece la buena distribución del adhe-
sivo por la superficie, evitando además el peligro de daños por la dilatación
súbita del papel. En este sentido, el reapresto suele ser aplicado cuando el
papel aún se encuentra húmedo tras el tratamiento acuoso. Básicamente
existen tres formas de aplicación del apresto: con brocha, por baño y por
nebulización. El reaprestado por una cara -cuando se aplica con brocha o
nebulizado- puede resultar en alabeamiento del papel tras el secado, lo que
puede evitarse mediante la impregnación por ambas caras.
La aplicación con brocha ha de hacerse desde el centro de la hoja a los bor-
des. Para aplicar el apresto por la otra cara, se coloca otro soporte -p. e., Ree-
may®- sobre la cara aprestada, se da la vuelta al conjunto y, una vez retira-
do el soporte, se aplica de la misma forma el adhesivo por la otra cara.
La aplicación por baño es más rápida -en el caso de tener que reaprestar
todas las hojas de un libro. Las hojas, entre soportes de lavado adecuados, se
introducen en un baño de una disolución clara del adhesivo, durante 20-30
min extrayéndolas y dejándolas secar por el procedimiento explicado en el
caso del lavado.
La aplicación por nebulización permite el reapresto en los casos que la acción
de la brocha pueda ser peligrosa por la condición del soporte. Pueden ser uti-
lizados nebulizado res convencionales -de gatillo- o de aire a presión.
A continuación se detallan las características específicas de aplicación de
cada adhesivo.
Almidón. La forma habitual de empleo de este adhesivo es con brocha.
La aplicación por nebulización también da buenos resultados, aunque el
nebulizador puede atascarse si el almidón no está convenientemente
149
 preparado -sin grumos. Sin embargo, en la aplicación por baño, puede
suceder que el almidón se decante en el fondo de la cubeta, resultando en
un apresto mayor en las hojas del fondo. La adición de un adhesivo celu-
lósico -p. e., metilhidroxietilcelulosa (Tylose MH 300)- evita en cierta
medida esta deposición al aumentar ligeramente la viscosidad de la mezcla
del baño. La concentración del almidón debe ser muy ligera. Puede co n-
templarse también el uso de almidón hidrolizado (Dextrinas) de más fácil
disolución y nebulización .
Gelatina. Es muy conveniente utilizar una gelatina de extracción alcalina
(tipo B) de alto grado de pureza -de laboratorio o fotográfica- para no
influir en el color del papel ni introducir impurezas metálicas. La aplicación
más adecuada es por baño, debiéndose mantener caliente -55 oC aprox.-
para la buena penetración del adhesivo. El grado de penetración también se
incrementa con la adición de etanol a la preparación. 173 La aplicación con
brocha también es posible, pero debe tenerse en cuenta la posibilidad de
enfriado -y gelatinización- durante la aplicación, lo que puede conducir a
distribución del producto poco homogénea. Por este motivo, la aplicación
por nebulización no es conveniente, ya que la gelatina puede enfriarse en el
aire, llegando al papel en forma de gel, lo que impide su penetración - este
aspecto mejora con la adición de etanol. Para la preparación de la gelatina
del reapresto, se indican concentraciones de hasta el 1% . En el caso de uti-
lizar cola de pergamino, es difícil indicar una concentración concreta debi-
do a las variables en la preparación. 174
Celulosas modificadas. El reaprestado con este tipo de adhesivos puede ser rea-
lizado con brocha o por baño y, en disoluciones muy ligeras, por nebulización.
En preparaciones acuosas, la metilcelulosa -dependiendo del tipo- se usan
en concentraciones entre el 0,25 Y 0,75%. La Metilhidroxietilcelulosa
- Tylose MH 300- se usa en solución de 0,25 - 0,5%. 175 En cualquiera de
los dos casos, puede añadirse almidón si se desea aumentar la consistencia
del apresto. También puede añadirse solución de hidróxido cálcico para
introducir la reserva alcalina en el papel simultáneamente al reaprestado.
173 En proporción variable de hasta e! 50%.
174 Véase e! apéndice.
175 Catálogo de conservación de pape! de! American Institute for Conservation. Fascículo 6:
Apresto/Reapresto. Op. cit., pág. 26.
Para la aplicación en medio hidroalcohólico, la MHEC se usan concentracio-
nes del mismo orden -aprox. 0,5%-, en mezclas variables de agua y etanol,
que, convenientemente preparadas, pueden contener hasta el 85% de alcohol
y el 15% de agua. 176 Estas preparacio nes en mezclas poco acuosas, no suelen
provocar cercos de mojado ni una dilatación significativa del papel.
El apresto con medio no acuoso puede realizarse con solución de HPC en
etanol u otros disolventes y mezclas de ellos en concentración hasta del 1%,
no obstante la preparación de MHEC anteriormente citada parece más ade-
cuada - en términos de estabilidad del adhesivo- para su aplicación en los
casos que requieren un tratamiento no acuoso. Otros adhesivos celulósicos
solubles en disolventes, como la EHEC, no ofrecen una estabilidad sufi-
ciente para su uso a largo plazo. 177
5.2.2. Reforzamiento de zonas debilitadas
En el caso del reaprestado, aplicamos un adhesivo a toda la superficie del
papel, para aumentar ligeramente su resistencia y aislar el soporte de facto-
res externos, pero cuando la resistencia mecánica del soporte ha sido seria-
mente afectada por causas físico-químicas o, sobre todo, por ataque micro-
biológico, la consolidación localizada en las zonas debilitadas ha de ser más
intensa. En los casos más leves, la aplicación de un adhesivo será suficien-
te para consolidar el papel a un grado de resistencia aceptable -según su
uso-; pero en la mayoría de los casos, se hace necesaria la adhesión de un
Técnica para la consolidación local
de zonas con gran debilidad. El
adhesivo (en este caso metilhidro-
xietilcelulosa en alcohol yagua) se
aplica a través del tisú de refuerzo,
quedando este adherido.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro
con signatura BH MSS 1096
(Fotos J. Tacón)
176 Véase información al respecto en e! apéndice.
177 FeIler, R. L. Evaluation of ceIlulose ethers for conservation. The Getty Conservation Institu-
te, 1990, pág. 93. Disponible en: http ://www.getty.edu/conservation/publications/pdLpubli-
cations/ethers.pdf [17/1/2009]
soporte de refuerzo que sustente la materia disgregada o extremadamente
debilitada, sobre todo, si ha de soportar un desgaste mecánico en su uso.
El refuerzo más usual es el papel tisú con un gramaje de menos de 10 grlm2
-el que mejor resultado ofrece es el de fibras japonesas-, que permite apre-
ciar la grafía a través de él. No obstante, antes de la adhesión del refuerzo,
es necesaria la consolidación del material debilitado con un adhesivo pre-
parado a concentración baja, que penetre entre las fibras y las cohesione.
De lo contrario, el refuerzo podría ser adherido superficialmente sobre un
sustrato débil, produciéndose exfoliaciones. Esta consolidación previa pue-
de haberse realizado mediante el reapresto o, en el caso de no contemplar-
se este como parte del tratamiento, aplicando localmente el adhesivo sobre
la zona a tratar. Posteriormente, el refuerzo se adhiere sobre la zona con el
adhesivo ligeramente más concentrado.
De haberse determinado el tratamiento acuoso como parte del proceso de res-
tauración, la aplicación del refuerzo puede ser realizada con el documento aún
húmedo tras extraerlo del último tratamiento por baño. Esta operación se
haría al mismo tiempo, en su caso, que el reaprestado o bien aplicando el adhe-
sivo localmente en la zona a consolidar. Posteriormente se superpone el refuer-
zo de papel tisú, volviendo a aplicar, a continuación, más adhesivo sobre la
zona reforzada.
Para el pegado del refuerzo de tisú, el adhesivo ha de tener una consis-
tencia algo mayor que el empleado en el reapresto o en la consolidación
local del soporte. De nuevo, podremos hacer uso de adhesivos de base
acuosa, no acuosa o hidro alcohólica con proporciones variables de agua y
alcohol. Los adhesivos acuosos están indicados en los casos que se ha lava-
do previamente el documento; tanto en el caso de reforzar con el papel
aún húmedo, como si se realiza posteriormente al secado, la aplicación del
adhesivo acuoso no provocará la aparición de cercos de mojado. En este
caso son habituales el almidón, en solución clara, y los adhesivos celuló-
sicos -metilcelulosa, CMC o MHEC- del 2 al 4% que pueden ser mez-
clados con almidón. La utilización de adhesivos en mezclas de agua y
alcohol, evita, en cierto grado los inconvenientes del medio puramente
acuoso -cercos, dilatación excesiva de los soportes y efectos sobre tintas
sensibles a la humedad-, tanto más cuanto mayor sea la proporción de
alcohol en la mezcla. Un producto muy adecuado para estas preparacio-
nes hidroalcohólicas es la MHEC en agua/alcohol. Si el contenido en
agua es menor del 20%, la aparición de cercos por mojado no suele pre-
sentarse, por lo que es ideal para la consolidación de papeles que no reci-
ben tratamiento de limpieza acuosa, incluso sin necesidad de desmontaje
previo, evitando así el impacto del desmontaje sobre la integridad del
volumen. En este caso, el uso de la cuña de succión resulta muy apropia-
do para la intervención hoja a hoja.
En los casos que la presencia de agua deba ser totalmente evitada, puede uti-
lizarse un adhesivo celulósico soluble en alcohol, otros disolventes o sus
mezclas, aunque la mezcla hidro alcohólica anteriormente referida, con una
mínima presencia de agua, suele ser suficiente para evitar daños por la hume-
dad. En todo caso, como en toda intervención, han de realizarse pruebas
preliminares antes de la aplicación definitiva del tratamiento -muchas tintas
modernas son solubles tanto en agua como en alcoholes y otros disolventes.
En cuanto a los métodos prácticos de esta operación de reforzamiento, pode-
mos hacer las consideraciones siguientes:
• Tanto en la intervención sobre hojas individuales -documentos sueltos o
libro desmontado-, como sobre libros sin desmontar, el tratamiento debe
realizarse sobre soportes antiadherentes adecuados -Reemay®, o similar.
• En el tratamiento sobre libros sin desmontaje, deben protegerse las hojas
anteriores y siguientes interponiendo una lámina de un material aislante
-poliéster, papel siliconado, laminados de aluminio, etc.- sobre la que se
coloca un papel secante y, sobre él, el soporte antiadherente referido en el
apartado anterior.
• El secado y alisado de la zona tratada puede realizarse:
• Al aire, en el caso de realizar el reforzado tras el tratamiento acuoso, o
utilizar un adhesivo de base no acuosa, el cual apenas origina deforma-
ción en el secado.
• Entre secantes y Reemay®, colocando un peso discreto.
• Con el uso de espátula termostática, si se trata de zonas pequeñas y
siempre interponiendo el soporte de protección entre la espátula calien-
te y el soporte de la obra.
5.2.3. Reparación de roturas y zonas con el soporte perdido
Un deterioro habitual en libros y documentos que han tenido un uso intensi-
vo, es la presencia de roturas y de pérdidas de fragmentos del soporte, en los
bordes de las hojas. De la misma forma, en obras sueltas -grabados, dibujos,
carteles, planos, fotografías, etc.- el uso continuado y el almacenamiento
153

Una práctica muy común en el pasado fue el guilloti-
nado de los cortes del libro en las reencuadernacio-
nes. Esta acción, que no aporta beneficio alguno para
la conservación, ha sido motivo de pérdidas de infor-
.V/O" mación. En el caso de la imagen, la esquina doblada sal-
vó parte de la grafía.
,/ 04y35 .. Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
. /.),/M-r-
Reparaciones rápidas con soportes autoadhesivos
inadecuado provocan este tipo de daños. Este deterioro mecánico es más gra-
ve cuando el soporte no ofrece la resistencia adecuada debido a su debilidad
por causas químicas o biológicas; pero aún en soportes fuertes , un uso inten-
sivo -p. e., plegado y desplegado de mapas o grabados- determinará un daño
mecánico. No menos importantes son los causados .•por causas extraordina-
rias, entre ellas, el daño intencionado.
Evidentemente, existen diversas técnicas para realizar la reparación de roturas
y zonas perdidas, acordes con el tipo de soporte, las características materiales
de la obra y el grado de perfección o rapidez que cada caso requiera. Pero todas
ellas deben tener en común su inocuidad a largo plazo, para que no se con-
viertan en el futuro en un problema añadido -p. e., reparaciones con cinta de
"celo" o laminaciones con adhesivos inadecuados como acetato de celulosa.
En el pasado, una forma sistemática de "resolver el problema" de los
pequeños desgarros en los bordes de las hojas, fue el guillotinado de los
cortes. Evidentemente, esto es una forma más de mutilación, que no tie-
ne nada que ver con aspectos de la conservación, sino con la satisfacción
de contemplar los cortes del libro "limpios", aun a costa de ser mutilados,
a veces, con pérdidas importantes de información -anotaciones manus-
critas, foliado, etc. Otras técnicas empleadas para las reparaciones, sobre
todo al reencuadernar los libros, consistían en la adhesión de parches de
papel con engrudo o cola fuerte de encuadernación y, de forma más cui-
dadosa, con tiras de papel cebolla -o papel de seda- y engrudo. Final-
mente, otro método bastante recurrido ha sido el uso de cinta autoadhe-
Slva transparente.
A continuación, trataremos algunas de las técnicas empleadas para la repara-
ción de cortes, desgarros y zonas perdidas. De nuevo nos encontramos con
la intervención de adhesivos y soportes de refuerzo y de injerto para el des-
arrollo de los trabajos de reparación.
154
Reparación de cortes y desgarros
La diferencia entre un corte y un desgarro determina su forma de reparación.
Mientras que en un corte limpio siempre es necesaria la aplicación de un
refuerzo, muchos de los desgarros -no todos- presentan unas fibras en sus
bordes que, en mayor o menor medida, se solapan, ofreciendo una superfi-
cie de sujeción para su reparación sólo con adhesivo. En desgarros antiguos,
el desgaste mecánico puede haber eliminado estas pestañas, por lo que el uso
de refuerzo se hace, también en este caso, necesario .
Se trata de la solución menos costosa, en términos de tiempo, para la repa-
ración de roturas y, por lo tanto, indicada para obras de valor relativamente
bajo o para reparaciones temporales. El uso de cintas autoadhesivas ha per-
mitido la conservación de fragmentos que de otra forma podrían haberse
perdido, pero, desgraciadamente, con materiales poco estables -adhesivos a
base de caucho y resinas.
En este tipo de reparaciones, se usan soportes de refuerzo que ya llevan
incorporado un adhesivo sintético, 178 existiendo básicamente dos tipos de
productos y técnicas de aplicación: pegado por presión, en frío , con sopor-
tes auto adhesivos y pegado por presión y calor. En este último caso, el adhe-
sivo termoplástico ha de ser fundido y pegado con la ayuda de la espátula
caliente a una temperatura de entre 100 y 130 oC dependiendo del produc-
to. Mientras que la primera técnica es más rápida, el uso de calor - si se apli-
ca correctamente- puede garantizar mayor adhesión a largo plazo en condi-
ciones normales. El inconveniente -común para las dos modalidades- es la
formación de ondulaciones en la hoja en el caso de fluctuaciones de HR: el
adhesivo no dilata con el incremento de la humedad, mientras que el papel
de alrededor sí, apareciendo estas deformaciones. En cuanto a los detalles
prácticos podemos citar:
• En los dos tipos de soportes, las tiras de refuerzo pueden ser cortadas a un
ancho adecuado a cada caso, con un mínimo aproximado de 3 mm.
• Tanto el soporte de papel, como el adhesivo han de ser de probada calidad
de archivo. Algunos productos comerciales para la reparación de papel y sus
características se detallan en los cuadros siguientes.
178 La estabilidad a largo plazo de estos adhesivos es más dudosa que en el caso de los utilizados habi-
tualmente en las reparaciones más elaboradas (p. e., almidón o adhesivos de celulosas modificadas).
155
 CiNTAS AUTOADHESIVAS (PEGADO PO R PRESIÓN EN FRíO)

PRODUCTO FABRICANTE OBSERVACIONES

Buena transparencia. Casi invisible si se aplica bien.

Filmoplast® P 179 Neschen Reversible en agua pero tras envejecimiento
sólo en disolventes orgánicos 180

Document Repair Tape Lineco, LTD. Reversible en disolventes

PRODUCTOS PARA PEGADO CON ESPÁTULA CALIENTE

Reparación de roturas con cinta autoadhesiva
PRODUCTO FABRICANTE OBSERVACIONES
de conservación (Filmoplast®P). Permite una
Filmoplasr® P 179 Neschen Reversible en acetona y otros disolventes orgánicos intervención rápida en materiales poco valio-
Achibond® tissue Partide technology, LTD Reversible en disolventes sos. Es importante finalizar presionando y fro-
tando con espátula o plegadera, en este caso
de teflón que no deja brillos y se desliza mejor.
• En el caso del pegado con calor, la superficie de la espátula caliente debe Biblioteca Histórica UCM
ser pequeña -no usar planchas. Siempre ha de interponerse un soporte de Proceso de reparación de los planos con signatura

protección entre la espátula y el documento (Reemay® o similar) . Las espá-

tulas recubiertas de teflón permiten trabajar directamente sobre la cinta.
• La presión ejercida ha de ser la adecuada para adherir convenientemente Reparación de desgarros
el refuerzo. Al efectuar las reparaciones en libros encuadernados, bajo la
hoja que se repara ha de situarse un material rígido adecuado -p. e., car-
tón neutro.
• Además de los productos comerciales anteriormente citados, pueden pre-
pararse refuerzos para su pegado con calor, aplicando un adhesivo termo-
plástico en disolución o emulsión -Paraloid B 72, Texicryl, Beva 371, Las-
caux HV, etc.- sobre un papel adecuado y dejándolo secar. También pueden
utilizarse papeles preparados con láminas de adhesivos termoplásticos en la
laminadora de vacío y calor. 181
• Si se utilizan cintas auto adhesivas, los mejores resultados en cuanto a adhe-
sión e invisibilidad de la cinta se consiguen frotando tras su adhesión con
una plegadera de hueso o de teflón u otros instrumentos como espátulas
metálicas; para este frotado se interpondrá un soporte protector -p. e., papel
siliconado- en el caso de soportes delicados.
BH GRA 88. (Fotos J. Tacón)
Nos referiremos ahora a la reparación de desgarros que presentan una pesta-
ña de solapamiento entre las dos "orillas" de la rotura. A los desgarros -o
grietas- que no presenten esta superficie de solapamiento, se les aplicará el
procedimiento seguido para los cortes explicado más adelante. Bási~ame~:e,
la reparación consiste en pegar ambos lados del papel, en la onentaclOn
correcta, 182 aplicando el adhesivo en la zona de solapamiento. En un mismo
desgarro, sobre todo en los largos, pueden existir tramos con diferentes
orientaciones de la pestaña. En ese caso, el pegado puede realizarse por tra-
mos con la misma dirección.
Cuando se produce un desgarro, la pestaña de solapa-
miento puede pertenecer a una u otra cara de la hoja,
por lo que el pegado debe hacerse en la orientación
correcta.
(Foto J. Tacón)

179 D aros técnicos e instrucciones en: http://www.neschen.com [22/1/2009]

180 Smith, M . A. Y col. Pressure-Sensitive Tape and Techniques for its RemovaL From Papero The
Book and Paper Gro up Annual, vol. 2, 1983. Disponible en: http://aic.stanford. edu/sg/bpg/
annual/v02/bp02-13.html [22/ 112009] 182 Entendemos por orientación, la situación de la pestaña de solapamiento; qué lado del pape!
IBI Véase más adelante en e! apartado sobre laminación mecánica. desgarrado queda en la parte inferior, o superior, al superponer la pestaña.

157
 Si nos centramos en la reparación del desgarro como intervención indepen-
diente, la primera operación que puede ser necesaria es la limpieza mecáni-
ca con borrador de la pestaña de solapamiento, pero esta operación puede
causar la pérdida de la pestaña si no se realiza con una goma adecuada
-goma blanda y afilada- y con toda prudencia, además del riesgo de dejar
entre las fibras pequeños fragmentos de borrador. Todos los movimientos del
borrado han de efectuarse transversalmente a la dirección del desgarro, y sólo
en movimientos de dentro hacia fuera. Con este movimiento pueden "pei-
narse" las fibras del borde de la rotura, favoreciendo su solapamiento y pega-
do posterior. Esta operación de alineamiento de las fibras puede también
realizarse con la espátula metálica y, muy delicadamente, con bisturí -con la
cuchilla con el filo desgastado (no nueva).
Para la aplicación del adhesivo con pincel se mantienen estos movimientos
de dentro hacia fuera. Con un pincel fino se extiende el adhesivo exclusiva-
mente en la zona de solapamiento -en ambos lados--':"y en las fibrillas de los
bordes. El adhesivo, acuoso o no, debe tener una concentración superior a
los utilizados en procesos anteriores -apresto y reforzamiento. Los de carác-
ter no acuoso o hidroalcohólico evitan la formación de cercos en los papeles
que no han sido lavados, aunque con el uso adecuado de adhesivos acuosos
muy consistentes -almidón o metilcelulosa concentrados- puede evitarse
también la aparición de estos cercos.
Pegado de un desgarro con pestaña de solapa.
miento. Se aplica el adhesivo de dentro hacia
fuera en las dos caras de contacto (en este caso
MHEC en agua e isopropanol), se coloca en la
posición correcta y se presiona. Puede colocar-
se un peso encima (protegiendo con reemay y
secantes) o acelerar el secado con espátula ter-
mostática. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de reparación de los planos con signatura BH GRA 88. (Fotos J. Tacón)
Tras la aplicación del adhesivo, se unen las partes y, protegiendo con sopor-
tes de poliéster no tejido -Reemay®- en ambas caras, se presiona puntual-
mente con una espátula metálica. El secado puede realizarse entre secantes y
peso localizado o acelerando con espátula termostática a 90-110 oc. El pega-
do de un refuerzo adicional será necesario en los desgarros con pestaña mÍni-
ma, que no ofrecen garantías de sujeción duradera, o en el caso que el uso
del objeto requiera una consolidación mayor. Este refuerzo, generalmente de
papel tisú japonés, puede consistir en unas fibrillas sueltas, colocadas de for-
ma perpendicular a la rotura -si se requiere mayor perfección-, o una tira
completa de este papel-con los bordes desfibrados- si se quiere primar más
la rapidez en la ejecución y la resistencia mecánica. En el caso de utilizarse
un tisú con dirección de fibra, ofrece mayor reforzamiento si la dirección de
fibra es colocada perpendicularmente al desgarro.
Reparación de cortes
En el caso de cortes limpios, realizados con tijeras o cuchillas, que puedan
presentarse como consecuencia de un daño intencionado -generalmente
acompañado de otras mutilaciones-, se hace imprescindible el soporte de
refuerzo para su reparación. Al no existir pestaña de sujeción, por mínima
que esta fuera, el refuerzo debe ser más fuerte que en el caso del aplicado en
los desgarros. Una técnica para conseguir mayor perfección, consiste en apli-
car el adhesivo sobre ambas partes del corte -un filo muy estrecho-, adherir
una tira ancha del papel de refuerzo y, una vez seco -con peso o espátula
caliente-, cortar y desfibrar el papel que no se encuentra adherido con la
ayuda de un bisturÍ. Posteriormente habrá que adherir las fibras que queda-
ron levantadas. Si es necesaria una consolidación especialmente fuerte, por
el uso futuro, deberán aplicarse refuerzos por ambas caras.
Reparación de zonas perdidas
La reintegración o injertado del soporte perdido consiste en la aplicación de
superficies de papel nuevo en los lugares donde el original se ha perdido. En
cuanto a los criterios que han de regir esta intervención, son los general-
mente aplicados para el resto de tratamientos: respeto a la integridad
mediante la mínima intervención y la diferenciación respecto al original, así
como inocuidad de los materiales y reversibilidad de los adhesivos.
La mínima intervención, en esta operación concreta, se basaría en la deter-
minación de qué zonas perdidas comprometen la integridad del soporte, en
la manipulación específica del objeto, y cuáles no. Las primeras necesitan
159
 reparaclOn, mientras que la reintegración de las segundas no ofrece un
impacto positivo en la conservación futura, sino más bien en su apariencia
visual. En particular, las zonas sin soporte que proceden de la fabricación,
como defectos de pulpa, no deben reintegrarse, así como tampoco las muti-
laciones intencionadas, a no ser que su no-reintegración deje a la hoja con
una inestabilidad mecánica acusada que dificulte un uso seguro.
Para la reintegración del soporte existen básicamente dos métodos, el pri-
mero con la realización de injertos a partir de un papel apropiado, y el
segundo a partir de pulpa de papel "fabricando" in situ el papel nuevo sobre
la zona perdida. Mientras que en el primer caso, sólo existen métodos
manuales para la operación, el segundo - salvo pequeñas reintegraciones
puntuales- se realiza de forma mecánica con la intervención de una máqui-
na específica para ello: la reintegradora de pulpa de papel.
Reintegración manual a base de papel
La realización de un injerto, a partir de un papel nuevo, consiste esencial-
mente en la adhesión de un fragmento de la misma forma de la pérdida,
invadiendo en la men or m edida posible la superficie de la hoja en los bordes
de la superficie injertada - la pestaña de solapamiento debe ser la menor posi-
ble- , tanto para no ocuItar la grafía, como por evitar el abultamiento exce-
sivo de los injertos en hojas sucesivas del libro.
Las técnicas de reintegración manual del soporte con papeles nuevos son
variadas, siendo el japonés el tipo de papel más empleado para ello, tanto por
su estabilidad demostrada como por sus características de resistencia mecá-
nica y longitud de sus fibras, lo cual permite una adhesión fuerte, aunque la
pestaña de solapamiento sea escasa. A continuación se explican diversas téc-
nicas de ejecución de injertos a partir de papel. Algunos permiten un m ayor
control sobre el resultado final, pero su ejecución es más lenta. Las conside-
raciones comunes a todas ellas serían:
• El papel para injertos será de espesor similar o algo menor que el del sopor-
te original - la medición se efectúa con micrómetro- ; un papel excesivamen-
te grueso provocará deformaciones en el original. Su rigidez debe ser similar
para obtener buenos resultados. Sin perjuicio de lo anterior, pueden reali-
zarse injertos dobles con dos papeles finos.
• El calcado de la pieza de injerto, siguiendo la silueta de la zona perdida, se
realiza con ayuda de luz transmitida. Sobre un cristal iluminado por detrás,
un cajón de luz para ver negativos, mesas diseñadas expresamente con super-
160
Distintos papeles japoneses para inje rto y micrómetro, utilizado para
la medició n del grosor con el fin de adecuar el papel util izado a cada
caso concreto.
(Foto J. Tacón)
Uso de luz transm itida para el calcado de zonas per-
di das de cara a su reint egración manual.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096
(Foto María Burgaleta y Luz Diaz)
Para el pegado de este inje rto en la posición correcta
se usó el método de pegado en dos tiempos, inmovi-
lizando la mitad y pegando la otra mitad. Posterior-
mente se adhiere la mitad superior.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096
(Foto J. Tacón)
ficie iluminada u hojas de luz, estas últimas muy útiles para reparaciones en
libros sin desmontar.
• El pegado del injerto se realiza con los mismos adhesivos y consideraciones
que en el caso del pegado de desgarros. También en este caso, la forma de apli-
cación debe ser procurando "peinar" las fibras de dentro hacia fuera. El seca-
do puede realizarse con peso entre secantes o acelerado con espátula termostá-
tica - en ambos casos con la protección pertinente de Reemay® o similar.
• Dado que, al aplicarse el adhesivo, puede ser difícil encontrar la posición
correcta del injerto, en algunas técnicas, antes de la adhesión es necesario tra-
zar marcas de referencia - con grafito- en injerto y zona perdida -varias líneas
en el borde. Tanto estas como otras marcas de grafito, necesarias para la rea-
lización del injerto, deben quedar borradas tras el pegado final. Otra forma
de conseguir la posición correcta es colocándolo en seco, inmovilizar hoja y
la mitad del injerto con pesas, pegar la otra mitad y, una vez seco, pegar la
mitad restante.
161
 Técnicas de ejecución Recortado con borde fibroso y pegado
Esta técnica sólo puede ser realizada con papeles de fibra larga como los
Injertos a bisel
papeles japoneses. El principio consiste en recortar el injerto de tal forma
La técnica del bisel, utilizada para soportes relativamente gruesos -tipo car-
que en su borde queden las fibras sueltas para su pegado al documento. Exis-
tulina o cartones- , consiste en el calcado, sobre el soporte de injerto, de la
ten diversas formas para este recortado:
superficie de la zona perdida, trazando una pestaña adicional por todo el
borde del injerto. Esta pestaña se rebaja con bisturí, dándole la forma ade- a. Calcando el injerto con una solapa adicional de 1-3 mm y realizando un
cuada para su adaptación al borde de la zona perdida. La ejecución es muy horadado consecutivo con un alfiler, aguja o punzón fino, creando una línea
lenta; esta circunstancia, junto con su indicación sólo para soportes gruesos, de orificios por detrás de la línea marcada -hacia el interior del injerto. Pos-
limita la utilización de esta técnica a obras como grabados, dibujos u otras teriormente, se recorta a mano siguiendo la línea marcada con el alfiler que-
obras sueltas. Debe evitarse en todo momento intervenir con el bisturí en el dando el borde fibroso. Antes de su adhesión, las fibras deben "peinarse"
borde del soporte de la obra para lograr mayor adaptación del injerto, sobre hacia el exterior del injerto. Esta forma de recortado permite m ucha preci-
todo si existe grafía en este borde. Para este tipo de injerto no suele utilizar- sión pero lleva más tiempo.
se el papel japonés.
MÉTODO " DE ALFILER" DE REINTEGRACiÓN MANUAL
Pegado y rebajado de la pestaña con bisturí
La siguiente técnica se utiliza para papeles de grosor normal, no ofreciendo Calcado de la zona perdida sobre el papel japonés,
buenos resultados en soportes gruesos. Tras su calcado, el injerto se recorta dejando una pestaña de unos 2 mm ent re
la línea y el borde de la pérdida.
con una pestaña adicional de unos 5 m m. Se aplica adhesivo en el borde de
la zona perdida - cuanto m ás fina la línea de adhesivo tanto mejor será el
resultado- , pegándose a continuación el injerto en la posición correcta. Una
vez seco (con peso o espátula term ostática), se recorta con el bisturí la parte Se realiza el horadado
sobrante de pestaña -que no se encuentra adherida- , rebajando además par- con alfiler hacia el interior
del dibujo.
te del papel de injerto que se solapa con el borde del documento.
Esta técnica puede utilizarse con todos los tipos de papel, incluido el japo-
nés. Como últim a operación, conviene aplicar adhesivo en el borde del injer- La línea consecutiva de orificios
permite el recortado a mano,
to para pegar las fibras levantadas al rebajar con bisturí - especialmente si se
dejando el borde fibroso.
ha utilizado papel japonés.

Se adhiere el injerto en el borde

de la zona perdida en la posición
correcta. Puede acelerarse el secado
En esta tecnlca de reintegración del con espátula termostática.
soporte, el injerto es recortado 4-5 mm
más grande. Posteriormente se pega con
un estrecho filo de adhesivo y el papel Resultado final de la reintegración.
sobrante es recortado con bisturí.
Biblioteca Hist órica UCM
(Foto J. Tacón) Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096
(Fotos J. Tacón)
 Injerto tipo laminación
M ÉTODO DE REINTEGRACiÓ N MANUAL A BASE DE RECORTADO CON LíNEA D E AGUA
Se calca la zona perdida
en e l papel de injerto, dejando
una pestaña de unos 4 mm
entre la línea y el borde
de la zona pe rdida.
Se dibuja una línea con agua
o una disolución clara
de meticelulosa hacia
el interior de la línea dibujada.
Se recorta el injerto manualmente
por la línea húmeda, quedando
el borde desfibrado.
Se pega el injerto en la posición
correcta de la forma habitual.
Biblioteca Histórica UCM (Fotos J. Tacón)
b. Calcando de la misma forma y raspando con una punta afilada por detrás
de la línea, cortando posteriormente con los dedos siguiendo esta línea mar-
cada. Esta técnica tiene el inconveniente de que el borde será menos fibroso
que en el caso de la línea de orificios, ya que al rayar el papel se cortan las
fibras superficiales. Permite menor precisión pero la ejecución es más rápida.
c. Dejando una solapa mayor en el calcado -4 a 6 mm- , y aplicando, con
un pincel fino , una línea de agua por detrás de la marca dibujada. Inmedia-
tamente puede recortarse el injerto, tirando con los dedos, rompiéndose el
papel por la línea húmeda, con sus fibras intactas. En el caso de papeles de
fibra larga con poco apresto, el agua se difundirá por capilaridad, abriéndose
en exceso la línea mojada. En ese caso, puede utilizarse, en vez de agua, una
disolución clara de metilcelulosa - u otro adhesivo similar acuoso- cuya vis-
cosidad aminora la difusión por capilaridad. Esta forma de ejecución es bas-
tante rápida pero permite menor precisión por la irregularidad de las pince-
ladas de agua. Mayor precisión se consigue aplicando la línea húmeda con
rotuladores, comercialmente disponibles para esta operación concreta, o con
un rotulador de dibujo técnico -tipo Rotring- incluyendo el agua o coloide
en el depósito para la tinta.
Cuando además de la reintegración del soporte se prevé la laminación del
mismo (ver más adelante) , o el reforzamiento con tisú en los alrededores de
la zona perdida, por estar el papel debilitado, puede realizarse este tipo de
inj erto, el cual consiste básicamente en que el injerto queda adherido sobre
el soporte de refuerzo - tisú- en la zona perdida, ya sea por una o por ambas
caras. Una de las técnicas para ello sería:
a. Calcar y recortar el papel de injerto tal y como se describió para la técni-
ca del punto 2 (pegado y rebajado de la pestaña con bisturí) .
b. Pegado del soporte de refuerzo de la laminación por una cara, colocando,
en su posición, el injerto por la otra. D e este modo el injerto queda adheri-
do al soporte de refuerzo sólo en la zona perdida.
c. Rebajado del borde sobrante del injerto como en el punto 2, con la salvedad
de que en esta técnica no es necesaria la presencia de una pestaña de solapa-
miento, ya que los soportes de la laminación sujetarán el injerto en su posición.
d. Laminación por la otra cara, quedando el injerto entre las dos laminaciones.
El injerto puede ser realizado independientemente de la técnica de laminación
empleada. Si sólo se realiza el reforzamiento por una cara, el injerto se realiza-
ría por la contraria, adhiriéndolo al soporte de refuerzo y dejando, en este caso
sí, una pestaña de solapamiento para mayor sujeción.
MÉTODO DE REINTEGRACiÓN MANUAL COMBINADA POR LAMINACIÓN POR LA OTRA CARA
Se calca y recorta con tijera la pieza,
con un margen adicional
de unos 4 mm.
Sujetando el injerto en su posición,
se adhiere por la cara contraria el tisú
de refuerzo de la laminación.
Una vez seca la laminación,
se recorta la pestaña sobrante
del injerto con el bisturí.
Para terminar, se aplica adhesivo
en el borde del injerto para sentar
las fibras sueltas y aumentar la adhesión.
Biblioteca Histórica UCM (Fotos J. Tacón)
Reintegración a base de pulpa de papel. La reintegradora
A partir de una suspensión de fibras en agua, tal y como se utiliza para la
fabricación del papel, puede realizarse la reintegración del soporte perdido.
Unas pocas fibras , que pueden obtenerse raspando un papel japonés con el
bisturí, desleídas en almidón o metilcelulosa, pueden utilizarse para rellenar
pequeños orificios en el papel. También de forma manual, pero con la inter-
vención de una superficie de succión, podemos realizar la reintegración de
pequeñas pérdidas a base de una suspensión de fibras. La hoja a reintegrar,
mojada y sobre un Reemay®, se coloca en la mesa de succión; con la suc-
ción en marcha, se deposita gota a gota la suspensión de fibras sobre la zona
perdida, formándose el nuevo papel al filtrarse las fibras sobre el Reemay®.
Una vez formada toda la zona, se aplica un adhesivo que aumente la adhe-
sión del nuevo papel en el hueco injertado.
Pero para la reintegración de zonas más amplias, acortarydo en gran medida
el tiempo empleado, se utiliza la reintegradora de pulpr de papel.
La reintegradora fue un invento de finales de los años 60 del pasado siglo.
Su creadora, Esther Alkalay, construyó las primeras máquinas en Sofía -Bul-
garia- y posteriormente en Jerusalén, donde se estableció en 1969. Precisa-
mente, en 2002, fue retirada del servicio la primera reintegradora fabricada
por Esther en Israel -en la Jewish National and University Library-, tras 31
años de funcionamiento. 183 La reintegradora de pulpa de papel se funda-
menta básicamente en los mismos principios de la fabricación de papel: al
hacer pasar un flujo de suspensión de fibras celulósicas, a través de una super-
ficie filtrante -en este caso Reemay® o similar-, las fibras se depositan en esta
superficie formando el papel. Dado que el propio papel de la obra impide el
flujo de la suspensión a través suyo, dicho flujo se produce sólo en las zonas
donde no existe soporte; lugar donde se forma el nuevo papel. Además de
esto, las zonas del papel original que han sido debilitadas por hongos, pue-
den, debido a la disgregación de sus fibras, dejar pasar parte de la corriente de
agua -con fibras-, depositándose parte de las fibras en estas zonas que, debi-
do a ello, resultan consolidadas. Al mismo tiempo, en las roturas se depositan
también algunas fibras, que actúan como refuerzo y unión.
Desde su invención, el sistema ha sido mejorado, existiendo sistemas asisti-
dos por ordenador que incluyen el cálculo hoja a hoja de la cantidad de pul-
183 Szeintuch, T. Leafcasting. Conservation DistList, 14/11/2002. Disponible en: http://palimp-
sest.stanford.edu/byform/ mailing-lists/ cd1/2002/ 1403.html [29/1/2009]
166
pa necesaria para realizar la reintegración, así como de la mezcla de fibras
para obtener una tonalidad determinada. En los años 80, se desarrollaron
máquinas capaces de realizar la operación sobre una cinta continua, a una
velocidad de 0,5 a 3 metros por minuto. 184 En contraposición, existen mode-
los pequeños y sumamente sencillos para la reintegración automática a
pequeña escala. 185
Preparación de la pulpa
Las distintas fibras que pueden ser utilizadas para la preparación de la pulpa
-algodón, lino, esparto, celulosa al sulfato, etc.- son servidas en forma de
cartones, a partir de los cuales debe prepararse la suspensión de las fibras en
agua. El tipo de fibras, o mezcla de ellas, vendrá determinada por el tipo de
soporte y por el tipo de deterioro. Cada fibra, por su morfología, grado de
refino y su contenido en celulosa y hemicelulosas, posee un comportamien-
to distinto que transmite ciertas propiedades a la hoja de papel -p. e., algo-
dón: flexibilidad y resistencia; lino: carteo; esparto: opacidad; etc. Una carac-
terística importante de las fibras, a la hora de obtener una buena cohesión
entre las fibras del papel nuevo y entre estas y el papel de la obra, es su gra-
do de refino, que se refiere a la apertura de las capas internas de las fibras
-más ricas en celulosa-, lo cual se consigue exclusivamente en la pila holan-
desa. Si fuera necesario conferir a la mezcla de fibras una tonalidad oscure-
cida para adecuar el tono de los injertos a la coloración del documento, exis-
ten dos métodos. El primero de ellos consiste en la tinción de fibras con
184 SuppLies: Big equipment for leafcasting. Abbey Newsletter, vol. 12 (3), 1988. Disponible en:
http://palimpsesLstanford.edu/byorg/abbey/an/an 12/an 12-3/an12-311.html [23/1/2009]
185 Las partes esenciales de una reintegradora de pulpa de pape! son las siguientes:
a. El seno: cubeta donde se dispersan las fibras en agua.
b. Superficie de trabajo: rejilla donde se deposita e! documento a reintegrar. Esta rejilla divide
al seno en dos partes: seno superior -de la superficie de trabajo hacia arriba- y seno inferior
-bajo esta rejilla.
e. Rejilla de protección: sujeta al documento contra la superficie de trabajo durante e! llena-
do de! seno.
d. Depósito: donde se aloja e! agua, que siempre es la misma en cada ciclo.
e. Bomba: eleva e! agua desde e! depósito al seno y viceversa, realiza la succión de! agua desde
el seno al depósito.
f. Sistema de canalización: tuberías que conectan depósito y ambos senos con las válvulas
correspondientes que dirigen e! caudal según el proceso -llenado de seno inferior, superior,
succión, ete.
Las versiones automáticas incluyen también un compresor para e! accionamiento de las vál-
vulas por aire a presión, a partir de un cuadro de comandos eléctrico.
 tintes adecuados - al menos de los colores primarios- y su mezclado con las
fibras para conseguir el tono deseado. Este método es laborioso, tanto para
la tinción como por necesitarse abundantes pruebas para dar con la mezcla
adecuada; además los tintes pueden introducir en el papel iones metálicos
-hierro, cobre- susceptibles de catalizar la degradación oxidativa de la celu-
losa. 186 El segundo método de entonado de la pulpa se basa en la utilización
de fibras sin blanquear en la composición de la mezcla. En este sentido, pue-
de utilizarse celulosa al sulfato (kraft) u otras fibras adecuadas en crudo,
como lino sin blanquear.
Fibras naturales y teñidas para su uso en la
reintegración automática. Las fibras pardas
de la izquierda no son'ieñidas, sino de celu-
losa al sulfato crudas, sin blanquear.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
Para lograr buenos resultados, es indispensable conseguir desleír al máximo
las fibras en el agua, lo cual se consigue de forma mecánica con el uso de dis-
gregadoras de pulpa: una especie de batidora pero con sus aspas sin afilar,
que deslíen las fibras sin cortadas. Previamente a este disgregado mecánico
de las fibras, puede realizarse un hervido de los trozos de cartón. Este trata-
miento con agua a ebullición favorece en gran medida el disgregado poste-
rior y contribuye a una mayor durabilidad de la pulpa al higienizada. Refe-
rente a los tiempos de preparación, cuanto más se dilaten los procesos de
hervido y disgregado, tanto mejores resultados se obtendrán. 187 Una vez dis-
gregadas las fibras, se llevan al volumen final de la suspensión añadiendo
agua. La concentración final de la suspensión de fibras debe ser siempre
conocida, con el fin de obtener resultados reproducibles, siendo habituales
concentraciones de entre 1 y 3 gr de pulpa seca por litro de agua. En resu-
men, el proceso de preparación de la pulpa sería:
186 Meta, C. y Vodopivec, J. Optimizing the leafcasting technique. Restaurator, vol. 25 (1), págs. 1-14.
187 Orientativamente pueden establecerse tiempos mínimos de 2 horas en cada operación.
168
1. Determinación de la mezcla de fibras a utilizar
2. Troceado de los cartones y pesaje de las cantidades determinadas en base
a la concentración y volumen final-p. e., 20 gr de pulpa para la preparación
de 10 litros de suspensión a una concentración de 2 gr/l.
3. Hervido de las fibras en un volumen apropiado de agua.
4. Disgregado en disgregadora de pulpa.
5. Dispersión de las fibras en agua hasta volumen final-p. e., 10 litros.
La adición de pequeñas cantidades de metilcelulosa o carboximetilcelulosa al
agua de todo el proceso de reintegración mejora la dispersión de las fibras y
la posterior adhesión del papel formado. Se sugiere la adición, durante el dis-
gregado, de 30 mI de disolución de metilcelulosa al 0,5 % por cada gramo
de pulpa empleada. 188 Al agua del depósito de la reintegradora puede aña-
dirse entre 0,5 y 1 gr de Me por litro.
Preparación de la superficie de trabajo
La rejilla de trabajo ha de ser enmascarada con una lámina de plástico, don-
de se practica una ventana del tamaño de las hojas a reintegrar, añadiendo
un margen de compromiso de 5-7 mm por cada lado debido a la habitual
variación de tamaños en los bifolios. La superficie de trabajo puede ser apro-
vechada al máximo, practicando varias ventanas y reintegrando varias hojas
a la vez. Antes de colocar el plástico con las ventanas, es conveniente prote-
ger la superficie de trabajo con un Reemay® para evitar el fijado de pulpa
en la rejilla -el Reemay protector puede sustituirse periódicamente.
Pruebas previas y cd!culos necesarios
Es necesaria la realización de pruebas previas para comprobar la idoneidad
del papel formado, tanto en sus características mecánicas como en su tona-
lidad -pudiéndose modificar la proporción de fibras sin blanquear o el
balance de fibras teñidas- y para determinar el volumen de pulpa necesario
en cada reintegración. Han de formarse hojas de papel, del tamaño de la
ventana, hasta conseguir una hoja con el grosor similar a las hojas de la obra.
Sabiendo el volumen de suspensión de fibras necesario para formar la hoja
completa -x cmL , por simple relación proporcional se puede calcular la
pulpa necesaria para reintegrar la superficie -y cmL de las pérdidas. En este
sentido, la experiencia puede llegar a hacer superfluos estos cálculos. En los
188 Area!, R. Características de las hojas y su relación con la aplicación de los aprestos. Terceras jor-
nadas de avances en la restauración del papel. La Vid, Burgos, 22-25 de mayo de 2001.
 sistemas avanzados, a partir de una imagen digital y de la medición del grosor
del papel, se determina el volumen de suspensión necesario para cada hoja.
Para la realización de estas pruebas, se seguirá el mismo proceso que luego se
llevará a cabo en la reintegración de las hojas -tipo de prensado, apresto, etc.
Reintegración
Las hojas han de ser previamente mojadas en una cubeta (antes humectadas
por nebulización u otro método) y centradas sobre sus soportes de Reemay®
o similar utilizados para la reintegración. El tamaño de este soporte ha de ser
mayor que la ventana practicada, pero si es excesivamente mayor, el margen
sobrante puede volverse hacia la hoja durante el proceso de succión. La for-
ma más adecuada para introducirlas en el baño es mediante la técnica de reji-
lla flotante, explicada en el lavado. Una vez mojadas, las hojas con sus res-
pectivos soportes se colocan centradas en las ventanas de la superficie de
trabajo, comenzando el proceso de reintegración propiamente dicho, que
cuenta con las siguientes fases:
• Sujeción de la hoja con la rejilla de protección.
• Preparación, en un recipiente, del volumen de pulpa a añadir.
• Llenado del seno.
• Dispersión de las fibras en el agua del seno superior.
• Accionamiento de la succión, levantando al momento la rejilla de protección.
• Una vez evacuada toda el agua y formado el papel en las zonas perdidas, se
extraen las hojas con sus soportes, extendiéndolas sobre papel secante para
escurrir el exceso de agua.
Funcionamiento de la reintegradora automática de pulpa de papel. La suspensión de fibras se
añade al agua en el seno superior. Posteriormente el agua pasa al seno inferior por succión, cir-
culando por las pérdidas de papel, donde se forma el nuevo papel al actuar el soporte (Reemay
o similar) como filtro. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH FLL 16570. (Fotos Pilar Puerto)
Operaciones de acabado
Si bien el proceso de reintegración tratado anteriormente no admite, en su
esencia, una variación sustancial, en las operaciones que siguen a la extracción
de las hojas existen diversas técnicas que dependen de variables como el tipo de
obra, calidad del soporte, tipo de deterioro y, fundamentalmente, de la admi-
sibilidad en cuanto a la modificación de algunas características del papel como:
textura, huellas de impresión, dimensiones originales, etc. Básicamente, estas
operaciones son: aplicación de aprestos y prensado de la hoja reintegrada.
Apresto. La aplicación de un apresto se relaciona con el estado del papel, pero
no como una necesidad para la adhesión entre el nuevo papel con el de la
obra. Si la pulpa utilizada presenta un grado de refino aceptable y ha sido
convenientemente preparada, la adhesión natural entre las moléculas de
celulosa - adhesión química- es suficiente para la sujeción del injerto. En el
caso de que la condición del papel requiera de un reaprestado, el sistema con
brocha puede ocasionar el desplazamiento de los injertos, siendo necesario el
uso de brochas de pelo muy suave -p. e., brochas japonesas- y un adhesivo
de baja viscosidad, como almidón poco concentrado o gelatina. En este sen-
tido, es mucho más adecuada la aplicación por nebulización en húmedo tras
ser absorbido el exceso de agua de la hoja recién reintegrada.
Prensado. El prensado se efectúa situando otro soporte no tejido - p. e., Ree-
may- sobre la hoja reintegrada, escurrida y aprestada - en su caso- este con-
junto entre secantes y todo ello entre tableros. Tanto el tipo y duración del
prensado, como la presión ejercida se adecuará a las situaciones concretas y
a los ensayos previos realizados. La operación puede realizarse con prensas,
tanto manuales como automáticas, o simplemente - lo que no es estricta-
mente un prensado- colocando pesos sobre los tableros -a veces es suficien-
te el propio peso del tablero. Esta acción, de cualquier forma, es necesaria
para lograr el "afieltrado" de las fibras del papel formado y el reforzamiento
de su adhesión sobre los bordes de la zona perdida. No obstante, un prensa-
do demasiado fuerte y continuado hasta secado completo podría ocasionar
una modificación de las dimensiones de las hojas y de la textura superficial,
quedando estampado en la superficie el entramado del soporte utilizado
-Reemay u otro- y haciendo desaparecer las huellas en relieve. El sistema de
tableros con peso ocasiona menor impacto en este sentido, sobre todo, si
antes del secado completo se extraen las hojas del soporte y se completa su
secado al aire, sin presión, periodo durante el cual el papel recupera en gran
171
 medida las huellas en relieve y su textura superficial. Si se recurre a un pren-
sado enérgico, la duración corta de la introducción en la prensa -un "apre-
tón"- y la extracción del papel aún húmedo, con posterior secado al aire,
también mitiga los efectos antes citados. Ambas formas de prensado pueden
ser combinadas: introducción en la prensa, colocación entre tableros con o
sin peso y secado final al aire.
Problemas y variantes del proceso
Acerca de los problemas que pueden impedir unos buenos resultados en la
reintegración mecánica, el más usual es el encogimiento desigual del papel
original y del papel nuevo, resultando en la separación entre los injertos y el
soporte. Este efecto puede ser acentuado por secados muy rápidos, diferen-
cias marcadas de grosor entre los dos papeles, o cuando se aplica localmente
un adhesivo sólo en el papel nuevo. Otro problema sucede al utilizar sopor-
tes -Reemay- muy usados o sucios; el nuevo papel se"ádhiere con mayor
fuerza a este soporte, pudiéndose despegar al retirar el Reemay.
En cuanto a las variaciones prácticas del ptoceso, podemos mencionar:
l. Laminación simultánea a la reintegración (ver más adelante, cuando se
trate la laminación).
2. Reforzamiento del papel debilitado durante la reintegración: esta técni-
ca se basa en la deposición de fibras superficiales en las zonas que se
encuentran debilitadas -p. e., por hongos-, actuando estas fibras como
refuerzo. La técnica consiste en formar una fina capa de fibras sobre el
Reemay -lo cual equivale a fabricar un papel muy fino-, a continuación
se deposita la hoja a reintegrar sobre este soporte, realizando posterior-
mente la reintegración normal, incluyendo el prensado, y aplicando, tras
este, una capa de adhesivo de almidón muy claro. 189 Si la zona a reforzar
está muy localizada -p. e., en el margen delantero-, puede enmascarar-
se, con una plantilla de plástico, las zonas en buen estado, depositando
la pulpa de refuerzo sólo en las zonas que requieran esta consolidación.
3. Cosido de fragmentos sobre el Reemay: cuando se tratan en reintegra-
dora mecánica papeles muy debilitados por hongos u otras causas, en los
cuales existen fragmentos separados, existe el peligro de que, durante el
proceso, y debido al movimiento del agua, los fragmentos se muevan de
189 Bansa, H. y Ishii, R. The Effect ofDifferent Strengthening Methods on Different Kinds ofPapero
Restaurator, vol. 18, 1997, págs. 51-72.
17 2
En soportes muy fragmentados y debilitados, una téc-
nica para que no se descoloquen los fragmentos en la
reintegración automática consiste en coser estos
fragmentos al soporte (p. e., Reemay), con hilo de seda
fino, retirando los hilos tras la reintegración.
Biblioteca Histórica UCM {~. ~
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Proceso de restauración del libro con signatura BH FLL 16570 ' .. (J '-,¡¡
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(Foto Pilar Puerto)
su ubicación correcta. Una técnica utilizada para evitar esto, consiste en
coser, con hilo de seda y utilizando una aguja muy fina, los fragmentos
sobre el soporte de Reemay. 190 Tras el proceso completo, los puntos de
costura se eliminan.
5.2.4. Laminación
La laminación es un proceso de consolidación que supone la adhesión, en
toda la superficie de la hoja, de un refuerzo fino que permite contemplar la
grafía a través de él, aunque en documentos con grafía por una cara es posi-
ble hacer uso de refuerzos más gruesos y opacos por el reverso. El soporte de
refuerzo generalmente utilizado es el papel tisú; en el pasado se utilizaron
también telas finas -seda- y láminas plásticas. Al igual que sucede con el
proceso de reintegración del soporte, también existen medios mecanizados
para la ejecución del tratamiento de laminación, desarrollados especialmen-
te para realizar esta intervención a gran escala, sobre papeles debilitados por
la acidez u otros factores.
La laminación es un tratamiento radical y fuertemente invasivo, que sólo
debería ser aplicado en obras cuya resistencia mecánica sea tan débil, que su
manipulación, incluso cuidadosa, ponga en peligro su integridad y siempre
que no exista alternativa, como la utilización de otros medios de consolida-
ción o un montaje de protección, en el caso de obras sueltas. En este sentido,
los soportes susceptibles de recibir una laminación son los papeles muy frági-
les por acidez, los que presentan grave deterioro por tintas corrosivas y los
debilitados en gran parte de su superficie por la actividad de hongos y bacte-
rias. En todo caso, la necesidad de establecer un tratamiento de laminación,
ha de evaluarse en relación con el uso que el documento deba soportar.
190 Jorge Medín. Comunicación personal, 1998.
 Los posibles efectos de la laminación sobre las características originales de las
obras son los siguientes:
• Modificación de la textura y la apariencia del papel.
• Aumento del grosor de las hojas -y por tanto, en su caso, del grosor del libro.
• Modificación del comportamiento mecánico del papel.
• Modificación del comportamiento químico por la presencia de gran can-
tidad de adhesivo y otro soporte distinto al original.
• Pérdida de huellas en relieve.
• Modificación del comportamiento ante la humedad -adhesivos imperme-
abilizantes.
• Alabeamiento y deformaciones.
• Modificación dimensional.
Las técnicas de laminación suponen la intervención de un papel -general-
mente papel japonés- como refuerzo de la hoja. Pa~~ laminaciones que
deban dejar ver la grafía bajo el refuerzo, el gramaje de éste debe ser inferior
a 9 gr/m 2 -el tisú más fino es de alrededor de 4 gr/m 2 • 191 Como norma
común, en cualquier técnica de laminación se evitará el uso de papeles de
refuerzo con dirección predominante de fibra -los cuales pueden ocasionar
problemas de alabeamiento. En el caso de laminaciones por ambas caras, de
usarse tisú con dirección de fibra, los refuerzos de anverso y reverso se dis-
pondrán con la dirección de fibra cruzada, con el fin de evitar la circunstan-
cia anterior. En cuanto a los adhesivos utilizados, además de los ya citados
en otros procesos de consolidación -acuosos, no acuosos o hidroalcohóli-
cos-, en la laminación nos encontramos también con adhesivos sintéticos
termoplásticos, utilizados en las técnicas mecanizadas.
Laminación manual
Consiste en la aplicación del adhesivo elegido sobre la superficie de la hoja
y, eventualmente, sobre la superficie del papel de refuerzo, efectuando su
pegado sin que queden butbujas de aire en el interior ni arrugas en el sopor-
te de refuerzo. Existen básicamente dos tipos de laminación manual en rela-
ción con su forma de ejecución. Por un lado, la laminación normal, en la
cual se aplica adhesivo en obra y soporte, que posteriormente son unidos, y
por otro la laminación directa -sólo posible con el uso de tisú fino-, que
19 1 Por eje~pl?; el papel .N AO de referencia: RK-OO (iene un gramaje de 3,6 gr/m 2 • Es(e papel es
de fabncaclOn mecamzada pero compuesro exclusivamenre por fibras de kozo.
174
consiste en la aplicación directa del adhesivo a través del soporte de refuer-
zo, que es pegado simultáneamente a esta aplicación.
Los adhesivos más adecuados para la laminación manual son: el almidón, y
las celulosas modificadas, estas últimas en preparación acuosa, en mezclas de
agua y alcoholo sin adición de agua -sólo alcohol. Las características de cada
medio son las mismas ya referidas en otros tipos de tratamientos, como
apresto y reforzamiento del papel. También pueden utilizarse mezclas de
adhesivos celulósicos y almidón. La consistencia del adhesivo para lamina-
ciones ha de ser la suficiente para que no penetre excesivamente hacia el inte-
rior del papel y quede en la superficie, facilitando el pegado. En el caso de
adhesivos de celulosas modificadas, en medio acuoso, esta consistencia se
sitúa a concentraciones del 2 al 4% aproximadamente.
El tipo de adhesivo empleado, en cuanto a su contenido en agua, interviene
en cierta medida en la metodología de la intervención. En el caso de adhe-
sivos acuosos o mezclas con predominio de agua, es necesaria la humecta-
ción previa tanto del soporte de la obra como del papel de refuerzo, lo cual
facilita el desplazamiento de la brocha y la aplicación homogénea del adhe-
sivo, evitando la formación de bolsas y arrugas en la laminación. De otro
lado, con el uso de adhesivos no acuosos -p. e., HPC en etanol- o hidroal-
cohólicos con poco contenido en agua, no es necesaria la humectación pre-
via, aunque sí es recomendable nebulizar con el disolvente o mezcla presen-
te en el adhesivo -esto evita un secado prematuro, antes del contacto. En
adelante se explicará un método básico para la ejecución de una laminación
manual en cada uno de sus dos tipos generales: normal y directa.
Laminación normal
La hoja a laminar se sitúa sobre un soporte de Reemay o similar -el cual debe
estar poco usado, para evitar adhesiones- y, si procede -dependiendo del
adhesivo empleado-, es humectada por nebulización con agua o agua/alco-
hola entre secantes humedecidos y láminas de GoreTex® o similar. Por otro
lado, el soporte de refuerzo -tisú- se trata de la misma manera. Una vez
humectados y estirados sobre sus soportes, se aplica el adhesivo en cada
superficie -documento y papel de refuerzo- en movimientos del centro a los
bordes. Una vez extendido el adhesivo uniformemente, el soporte de refuer-
zo se deposita sobre el documento. La forma de manipular el papel impreg-
nado depende de su grosor y del tipo de adhesivo. Papeles suficientemente
gruesos pueden ser manipulados directamente, pero en el caso de tisú o
175
 papeles finos, se manipula el Reemay llevando el papel adherido. Los adhe-
sivos no acuosos, o con poco contenido en agua, no debilitan apenas el
papel, que puede ser manipulado con mayor seguridad. Para completar el
pegado, puede pasarse un rodillo de caucho -con la obra entre las láminas
de Reemay- para extraer las burbujas de aire que queden entre refuerzo y
obra, así como el exceso de adhesivo. Posteriormente se procede al secado
con las consideraciones que se expondrán más adelante.
Laminación directa
Esta técnica, de mayor rapidez de ejecución, supone aplicar el adhesivo a tra-
vés del papel tisú, una vez superpuesto sobre la hoja a laminar; el adhesivo
traspasa el tisú y lo adhiere sobre la obra. No sólo resulta más rápida esta téc-
nica, sino que además el propio tisú actúa como protección al aplicar el
adhesivo, siendo ideal para la laminación de soportes extremadamente debi-
litados que no aguantarían una aplicación directa del adhesivo. Al tratarse de
soportes de refuerzo muy finos , estos pueden romperse al aplicar el adhesi-
vo sobre ellos. 192 Para evitar estas posibles roturas, la brocha ha de ser de pelo
suave, pero lo suficientemente rígida para poder extender el adhesivo -el
cual no debe ser excesivamente consistente. La aplicación de la brocha dema-
siado escurrida favorece el riesgo de rotura del tisú, lo que aumenta también
con el uso de adhesivos acuosos, siendo más adecuados, en este sentido,
cuando contienen alcohol en su composición. Cuando se utiliza un adhesi-
Secado y alisado de laminaciones
vo predominantemente acuoso, han de humectarse previamente -mejor
entre secantes humedecidos- la obra con el tisú superpuesto, con el fin de
evitar arrugas y tensiones al aplicar el adhesivo.
En el método de laminación directa, el tisú se
sobrepone al soporte a reforzar y se aplica el
adhesivo por encima de aquel. El adhesivo atra-
viesa el tisú adheriendo este al soporte.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
(Foto J. Tacón)
192 Si se utilizan refuerzos con dirección predominante de fi bras, ha de aplicarse el adhesivo prin-
cipalmente en el sentido de estas.
17 6
Laminación simultánea a la reintegración en reintegradora
Si las necesidades de intervención del soporte, según el tratamiento determi-
nado, incluyen la reintegración en reintegradora y el reforzamiento del papel,
puede optarse por la técnica de deposición de fibras de refuerzo al reintegrar
(tratada anteriormente) o bien realizar una laminación manual simultánea-
mente a la reintegración. El proceso de esta técnica es el siguiente:
1. La hoj a a reintegrar se introduce, sobre su Reemay -o similar-, en reji-
lla flo tante, tal y co mo se realiza en la reintegración normal.
2. Sobre la hoja, en el baño, se deposita el tisú de refuerzo, el cual se estira
con una brocha de pelo suave. El tisú debe ser algo mayor que la venta-
na practicada en la superficie de reintegración.
3. A continuación se reintegra de la forma habitual. La pulpa se deposita
sobre el tisú en las zonas perdidas -el tisú permanece sobre la obra en las
zonas sin pérdidas. Recién terminada la reintegración (p. e. , la hoja en la
superficie de trabajo y con la succión aún en marcha) , se aplica el adhe-
sivo sobre el tisú -almidón, Me, MHEC o CMe, muy diluidos, con
brocha suave o nebulización.
4. Las siguientes operaciones son las mismas que en la reintegración mecá-
nica, atendiendo también a las consideraciones siguientes en cuanto a
secado de laminaciones.
La forma de secado es de gran importancia para los resultados finales de una
laminación. El prensado continuo entre secantes, cambiándolos hasta seca-
do completo, ha de ser evitado en todo momento, ya que conduciría a cam-
bios dimensionales y de textura y, por paradójico que parezca, no garantiza
el alisado perfecto de la obra, que puede curvarse al quitar la presión. Por
otro lado, el secado al aire puede originar deformaciones por diferencias de
tensión de difícil solución. Más apropiada resulta la técnica de secado al aire,
procurando que sea lento y uniforme, hasta un grado de humedad suficien-
te para conseguir su alisado colocando la obra entre secantes y tableros con
peso, el cual puede ser incrementado según se produce el secado. Una forma
de procurar un secado suave es mediante la utilización de láminas de Gore-
Tex® cubriendo la obra, lo cual procura un secado lento y uniforme (como
se expuso en el apartado sobre el secado tras el lavado). En todo caso, el
tamaño del papel de refuerzo no debe ser excesivamente superior al de la
hoja a laminar y, para evitar tensiones, en los márgenes sobrantes de este
177
 papel deben realizarse cortes transversales durante su secado. Otra forma
de disminuir la intervención de encogimientos del papel de refuerzo en la
creación de tensiones es someter este papel a ciclos de mojado-secado para
disminuir su inestabilidad dimensional. 193
El secado por tensión es otra opción para resolver el secado y alisado de hojas
laminadas. Tiene la gran ventaja de evitar todo contacto de la obra con nin-
gún material tipo Reemay o similar. Una vez realizada la laminación, el mar-
gen sobrante del papel de refuerzo se adhiere (generalmente con papel engo-
mado) sobre una superficie lisa y rígida -tablero o mesa. El encogimiento
durante el secado produce una tensión suficiente para alisar el soporte lami-
nado. El secado en mesa de succión es otra forma de realizar el secado por
tensión: la succión mantiene el soporte fijado a la mesa durante el secado.
Puede ser preciso colocar un papel de filtro sobre la obra, para protegerla de
la contaminación ambiental.
Pero los mejores resultados se consiguen aplicando las técnicas japonesas tra-
dicionales para el montaje de grabados, sobre un bastidor llamado kari bario 194
Se trata de un bastidor en el que se tensan varias capas distintas de papel japo-
nés, cuya construcción es metódica y complicada. La obra permanece semiad-
herida sobre la superficie del kari bari durante todo el proceso de laminación
-el adhesivo utilizado para ello es el almidón de trigo- hasta su secado com-
pleto, 195 permaneciendo perfectamente lisa tras su despegado de la pantalla. 196
Como sustituto del bastidor japonés, podría utilizarse un bastidor de seri-
grafía con su correspondiente tela para serigrafía tensada. 197
Soportes y adhesivos
193 Sánchez, A. Re: Soportes secundarios de planos. 8/2/2005. Conservación en archivos y bibliote-
cas (lista de distribución de RedIris). Disponible previa suscripción en: http://listserv.redi-
ris.es/ archives/ conservacion.html [23/1/2009]
194 Para mayor información sobre el kari bari, véase:
• M . Huxtable, and P. Webber, "'Karibari" - the Japanese Drying Board', Institute 01 Paper
ConservationJournal, 9,1986, págs. 54-60.
• Webber, Pauline. Kari bario In: IAPMA (International Association ofHand Papermakers and
Paper Artists) Bulletin AIR, vol. 31, Spring 2002. Información en: http://www.iapma.info/
[23/1/2009]
195 Se indican periodos muy dilatados de permanencia de la obra sobre el bastidor (de semanas e
incluso meses) para lograr los mejores resultados.
196 La adherencia de la obra sobre la superficie de papel del kari bari es débil, gracias a un recu-
brimiento final algo antiadherente a base de jugo de caqui fermentado, por lo que su despe-
gado es sencillo.
197 Sánchez, A. Re: Soportes secundarios de planos. 8/2/2005. Op. cir.
17 8
Laminación mecánica
La gran cantidad de obras con problemas de debilidad grave, especialmente
el papel ácido de pasta de madera y apresto de alumbre-colofonia, y los
manuscritos muy afectados por la corrosión de tintas ferrogálicas, originó el
desarrollo de sistemas mecanizados de laminación, como método sistemáti-
co de consolidación de dichos soportes para permitir su uso seguro. Estas
técnicas se basan en la utilización de adhesivos sintéticos termoplásticos
como medio de unión entre soporte de la obra y lámina de refuerzo de tisú.
El proceso, en su esencia, se fundamenta en el uso de calor, para fundir el
adhesivo, y de presión, para la adhesión física entre los dos soportes.
Estas técnicas presentan serios inconvenientes, que se añaden a los ya men-
cionados para la laminación en general. En primer lugar, la temperatura que
debe soportar el documento, del orden de 90-130 oC, supone un impacto
sobre su envejecimiento químico; algunos colorantes y pigmentos pueden
cambiar de color de forma irreversible. Por otro lado, la impermeabilización
que produce el adhesivo plástico hace retener los gases oxidantes y ácidos
procedentes de forma natural del soporte, en virtud de su descomposición
química, acelerando la reacción autodegradatoria. Por este motivo, los
documentos que vayan a ser sometidos a un tratamiento de laminación
mecanizada han de ser previamente tratados con los procesos de estabiliza-
ción pertinentes. Además, dependiendo del tipo de laminadora, la superficie
del documento puede perder todo vestigio de marca en relieve y la condi-
ción original -visual y táctil- del soporte se ve seriamente modificada.
Los soportes de refuerzo son los mismos que los utilizados en cualquier tipo
de laminación manual, es decir, papeles tisú preferentemente japoneses y sin
dirección de fibra, con un gramaje de entre 5 y 10 gr/m 2 para poder apreciar
la grafía a su través, o de mayor gramaje en superficies sin grafía. Los adhe-
sivos termoplásticos recomendables son resinas acrílicas -poliacrilatos- en
forma de lámina, que se sitúan entre tisú y obra para lograr la adhesión por
calor y presión. La temperatura de activación de estos adhesivos se sitúa en
torno a 100 oc. Algunos productos comerciales suministran el papel tisú
con la capa de adhesivo incorporada o el adhesivo solo, para su uso con otro
tipo de papeles de refuerzo. Productos de tisú con adhesivo incorporado son:
Filmoplast® R (Neschen) o Archibond® tissue (Particle tech.). Adhesivos
en lámina, sin soporte de refuerzo, son: Unsupported Archibond® y
179
 Texicryl®. Otro adhesivo susceptible de uso, Beva® 371 film, es de origen
vinílico (EVA), 198 ofrece buena estabilidad y necesita menos temperatura
para ser activado (65-70 oC). El polietileno (PE) -uno de los plásticos más
comunes- , que ha sido utilizado en laminadora de rodillos, tiene la gran des-
ventaja de su difícil reversibilidad, de modificar radicalmente el tacto de la hoja
-que queda con una apariencia cérea- y de las altas temperaturas necesarias
para su uso, del orden de 125 a 135 oc.
Además, la resistencia a largo plazo
del polietileno es discutible. Prueba de ello es el deterioro de los papeles foto-
gráficos laminados con PE - papeles RC-, que se comenzaron a fabricar en los
años 60 del siglo xx, los cuales resultaron muy sensibles al deterioro por la luz,
debido a la absorción del UV por el dióxido de titanio de la capa blanquean-
te, provocando el amarilleamiento y fragilización del plástico. 199 La adición de
estabilizantes al polietileno mejora su comportamiento pero el aditivo podría
no ser estable a largo plazo o agotarse sus propiedades al cabo del tiempo.
Métodos y maquinaria
El uso de una plancha doméstica para la aplicación de calor y presión, con el
fin de efectuar una laminación con los productos antes indicados, ha de ser
totalmente descartada ya que puede tener consecuencias muy graves para el
soporte - al alcanzarse picos de temperatura muy elevada. 200 La laminación
mecanizada se realiza en máquinas diseñadas para aplicar calor -a temperatu-
ra y tiempo controlados- y presión sobre el conjunto laminar, formado por la
obra, el adhesivo termo plástico y el papel de refuerzo, por una o las dos caras
de la hoja. En cualquier método, el primer paso por la laminadora se efectúa
para recubrir la superficie del papel de refuerzo, con la lámina de adhesivo,
para realizar posteriormente la laminación a partir del tisú "plastificado". 201
Existen dos tipos de laminadoras que, en cierta medida, representan, respec-
tivamente, el pasado y el presente de este tratamiento: la laminadora de rodi-
llos y la de vacío y calor. La laminadora de rodillos se concibió para la lami-
198 Copolímero de acetatos de vinilo y etileno
199 Wilhelm, H. The Permanence and Care ofColor Photographs: Traditional and Digital Color
Prints, Color Negatives, Slides, and MotÍon Pictures. Grinell, Iowa, Preservation Publishing
Company, 1993, pág. 580. Disponible en: http: //www.wilhelm-research.com/book_toc.html
[14/1/2009)
200 El único método manual posible sería con espátula termostática, obteniendo difícilmente y
con gran paciencia, resultados desiguales.
201 El tisú laminado con el adhesivo se utiliza también para realizar reparaciones de roturas con
la espátula termostática (ver atrás en: "reparaciones rápidas con soportes autoadhesivos") .
180
nación con polietileno como adhesivo, pero puede ser perfectamente utili-
zada con otroS adhesivos termoplásticos. En este tipo de máquina, la obra,
protegida por láminas de teflón, y todo ello entre cartones termo-resistentes,
pasa por una prensa de calentamiento -que funde el adhesivo- y posterior-
mente por dos rodillos metálicos, los cuales ejercen la presión para la unión
del conjunto. El mayor inconveniente de este proceso es el difícil control de
la presión, en el sentido de que todos los papeles saldrán perfectamente "cha-
fados", sin vestigio de relieve o huella alguna de impresión. El otro tipo de
laminadora, de vacío y calor, es una "maleta', totalmente hermética, cuya
Laminado ra por vacío y calor.
Biblioteca Histó rica UCM
(Foto J. Tacón)
tapa superior se calienta, mientras que la inferior es un diafragma de mate-
rial elástico. El conjunto de adhesivo y papeles se deposita -protegido entre
láminas de teflón y todo ello entre láminas de una espuma especial- sobre el
diafragma. Al realizarse el vacío en el interior del habitáculo, el diafragma
sube y presiona sobre la superficie caliente el objeto a laminar. Además del
control de temperatura y tiempo, algunos de estos dispositivos permiten el
control de la presión -por medio de un manómetro- y su regulación con
una válvula de entrada de aire. El hecho de que el material que ejerce la pre-
sión es elástico, añadido al efecto amortiguador de la espuma, resulta en un
menor impacto en el relieve de la obra, conservándose, en mayor medida, las
huellas de impresión y el relieve del papel. De otro lado, las laminaciones en
esta máquina son más opacas al penetrar menos el adhesivo entre las fibras
del papel.
5.2.5. Paper splitting ("división" del papel)
Esta técnica de consolidación de papeles debilitados consiste en dividir la
hoja de papel en dos mitades - haciendo dos hojas de una- , situando un
181
 '4'
papel de refuerzo entre las dos mitades y volviendo a pegar el conjunto. De
esta forma, el refuerzo se sitúa en el interior de la hoja, a modo de "sánd-
wich". Pese a lo tremendamente invasivo del tratamiento, la apariencia final
de la hoja se asemeja más al original que en el caso de la laminación, al no
presentarse la veladura que provoca el tisú.
El tratamiento, en lo esencial, cuenta con las operaciones siguientes:
• Adhesión, por ambas caras de la hoja, de un soporte de papel fuerte con
gelatina.
• Antes del secado completo, cuando aún queda humedad en el papel, tiran-
do de ambos soportes, se consigue dividir la hoja, quedando ambas caras
pegadas en el soporte correspondiente.
• Adhesión del papel de refuerzo entre las dos mitades, uniendo al mismo
tiempo de nuevo las dos mitades del documento. El adhesivo apropiado es
la metilcelulosa, a la que se añade un agente desacidificante -p. e., hidróxi-
do de calcio-, para dotar al mismo tiempo de reserva alcalina.
• Despegado de los soportes utilizados para la división de la hoja, adheridos
con gelatina, en baño de agua muy caliente (60 oC o mayor). El comporta-
miento insoluble de la metilcelulosa en caliente permite que este baño no
afecte a su poder de adhesión.
Aunque esta técnica de consolidación comenzó a aplicarse de un modo
exclusivamente manual-comenzó a utilizarse en el siglo XIX-, en Alemania
se han desarrollado procesos totalmente mecanizados y con un alto grado de
automatización, de paper splitting combinado con reintegración automática
a base de pulpa, como un tratamiento a gran escala para la consolidación de
gran cantidad de hojas. Este sistema se tratará más adelante en el apartado
sobre tratamientos masivos.
5.3. Consolidación y otros tratamientos sobre pergamino
5.3.1. Consideraciones generales
El pergamino es un material que poco tiene que ver con el papel, en cuanto
a su naturaleza y comportamiento. Su inestabilidad dimensional, ante los
cambios de humedad, hace que su superficie raramente se encuentre lisa y
sin ondulaciones. Los efectos del mojado -por goteras, etc.- son muy acen-
tuados, en forma de encogimiento, y el viciado producido por un mal alma-
cenamIento y otras causas es muy persistente.
Las características de este soporte determinan que las intervenciones posibles se
limiten mucho en comparación con las que pueden ser aplicadas al papel. En
este sentido, muchos de los procesos tratados en los apartados anteriores son de
exclusiva aplicación a documentos sobre papel -lavado, reaprestado, etc.
Ya se trató anteriormente sobre la limpieza superficial del pergamino -en el apar-
tado sobre este tipo de limpieza. También pueden aplicarse algunas de las inter-
venciones explicadas para la eliminación de reparaciones inadecuadas -cinta de
celo, etc.-, y otras manchas y restos, siempre que se trate de métodos no acuosos
o poco acuosos. La limpieza química de manchas localizadas no parece muy reco-
mendable, pero se ha indicado, a veces, el uso local de agua oxigenada para el ate-
nuado de manchas. En cuanto a otras intervenciones de limpieza, el lavado con
agua o mezclas de agua y alcohol está totalmente desacons~jado debido al fuerte
impacto del agua líquida sobre la estructura íntima del pergamino, en relación
con los pocos beneficios que este tipo de tratamiento ofrece a este soporte. Tra-
tamientos por baño con disolventes no acuosos -p. e., acetona, alcoholes, etc.-
sólo pueden ser considerados si el beneficio que se obtiene mejora la "expectati-
va de vida" del soporte, como pudiera ser la eliminación de laminaciones o repa-
raciones con adhesivos inestables, lubricantes inadecuados, barnices, etc.
El pergamino, en general, es un soporte químicamente estable. La reserva
alcalina introducida en la fabricación lo preserva del deterioro por la acidez
procedente de la contaminación ambiental o de la descomposición de tintas
corrosivas; en todo caso, cualquier tratamiento necesario de estabilización
-lo cual pudiera ocurrir en situaciones extremas, sobre todo en pergaminos
modernos- deberá ser elegido entre los productos de aplicación no acuosa.
En todo caso, los efectos de la actividad de las tintas ferrogálicas sobre el per-
gamino distan mucho de los producidos sobre el papel, gracias a su resisten-
cia antes mencionada y su mayor grosor.
5.3.2. Flexibilización de pergaminos endurecidos
Algunos tratamientos, a veces indicados para pergamino, incluyen la aplica-
ción de sustancias lubricantes como esperma de ballena -"espermaceti"-, gli-
cerina, etc. Estos tratamientos, destinados a dotar al pergamino de una flexi-
bilidad que supuestamente tuvo, se basan en la introducción de productos
nuevos -por lo tanto supone una modificación de su integridad- cuyo enve-
jecimiento a largo plazo puede ser problemático. A veces, la supuesta rigidez
del pergamino puede deberse exclusivamente a un ambiente muy seco, lo cual
es reversible simplemente adecuando la humedad ambiental.
 •
En este mIsmo sentido se ha indicado el uso de Polietilenglicol -PEG-,
como tratamiento denominado de "estabilización higroscópica". 202 Parte de
los efectos del producto suponían la flexibilización del pergamino y su esta-
bilización dimensional basada en cierto bloqueo de su comportamiento
higroscópico. De esta forma, el pergamino tratado con PEG permanecerá
liso por más tiempo al disminuir su capacidad para intercambiar humedad
con el aire de su entorno. Pero este tratamiento es claramente discutible por
suponer una modificación de las características materiales del soporte -el
cual, incluso aumenta de peso-, por introducir en el pergamino un com-
puesto ajeno, cuyo envejecimiento interviene, de alguna forma, en la con-
servación futura del soporte, y por presentar el peligro de aumentar la trans-
parencia del pergamino, cambiando su apariencia visual. De hecho,
pergaminos tratados en los años 70-80 presentan en la actualidad un aspec-
to grasiento y oscurecido. 203 El mecanismo del deterioro del pergamino tra-
tado con este compuesto se basa en la producción de hidroperóxidos y alde-
hídos en el transcurso del envejecimiento. 204
Posible efecto secundario de los tratamientos de "estabili-
zación higroscópica" con polietilenglicol en pergaminos:
aumento de transparencia del soporte, lo que hace que sea
visible la tinta de la cara contraria.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
202 Vi~as, V; Viñas, R. Las técnicas tradicionales de Restauración: un estudio RAMP. Op. cir. y
Villas, V The us~ ofpolyethylene glycol in the restoration ofparchment. En: Peterbridge, G.
(Ed.). ConservatJon of hbrary an archive materials and the graphic artS. London, Butter-
worths, 1987, págs. 195- 198.
203 Crespo, L. Re: Polietilenglicol. 7/612005. (Message-ID: LISTSERV%20050607I6091261@
LISTSERVREDIRIS.ES)
Cons.erva,ción en archi~os y bibl!~tecas (lista de distribución de RedIris). Disponible previa
suscnpclOn en: http://J¡stserv.redms.es/archives/conservacion.h tml [10/1/2009]
204 Chahine, c.; Rottier, C. Influence du viellissement artificiel sur te cuir et le parchemin traités au
polyethylene glycol. En: Les documents graphiques et photographiques: analyse et conservation.
Travaux du CRCDG 1994-1998. Paris, La Documentation Franyaise, Archives Nationales,
1999, págs. 75-108.
La aplicación de disoluciones de urea en alcohol ha sido otro de los remedios
aportados para la rehidratación y flexibilización del pergamino endurecido. La
urea -producto a veces usado en la fabricación del soporte- presenta una acción
queratolítica, es decir, degrada (por ruptura de sus enlaces) a la queratina; pro-
teína presente en el pelo y en la epidermis. La queratina es eliminada durante
el proceso de fabricación del pergamino, pero en algunos productos de peor
calidad, poco trabajados, parte de este compuesto puede permanecer en la capa
exterior, confiriendo rigidez al pergamino. Por otro lado, la presencia de crista-
les de urea en el interior del pergamino, contribuye a un mayor contenido en
humedad debido al alto grado de higroscopicidad de este compuesto.
La primera forma de actuación de la urea, mediante su acción sobre la que-
ratina, podría ser considerada como degradatoria del soporte, ya que la pre-
sencia de queratina no se debe a un proceso de envejecimiento, sino a las
características originales del pergamino. El segundo efecto, la mayor hidra-
tación, puede ser considerado como transitorio, ya que la urea se descom-
pone de forma natural en amoniaco y CO 2, desapareciendo sus efectos al
cabo del tiempo, además, aunque el mayor contenido en agua dota de mayor
flexibilidad, al mismo tiempo aumentan los riesgos de efectos negativos en
cuanto a deterioro químico y desarrollo biológico. No obstante, en el caso
de estiramiento de pergaminos muy endurecidos -p. e., por fuego o agua-,
aplicando previamente una disolución de urea al 5% en etanol, durante la
posterior humectación para el estirado (ver adelante), las zonas endurecidas
admiten más agua y se flexibilizan en mayor medida, debido a la higrosco-
picidad antes aludida de este compuesto. En todo caso, el tratamiento con
urea también puede intervenir en reacciones posteriores de endurecimiento
por reticulación. 205 Por tanto, la simple humidificación y secado bajo tensión
- como veremos más adelante- constituye el tratamiento más aceptado. 206
5.3.3. Alisado del pergamino
Antes de comenzar con las técnicas de consolidación y reparación de sopor-
tes de pergamino o vitela, abordaremos el alisado de este material, trata-
miento necesario en muchos casos, debido a las características mencionadas
205 Fuchs, R. New trends in the care ofleather and parchment. En: Care and conservation of manus-
cripts 8. Eigth International Seminar, Universiry of Copenhaguen. 16-17, october, 2003.
Copenhaguen, Museum Tusculanum Press, 2005 , pág. 262.
206 Sánchez, A. Ceras, polietilenglicoles y otros inventos. Conservación en archivos y bibliotecas (lista
de correo de Rediris). 28/412005. Disponible previa suscripción en: http://listserv. rediris.es/
archives/ conservacion.html [24/112009]

Pergamino encogido por efecto de la humedad.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
de inestabilidad dimensional y persistencia de las deformaciones y viciados en
este soporte -documentos enrollados y aplastados, códices mal almacenados,
etc. Las deformaciones superficiales del pergamino, además, confieren a las
hojas una sensación de rigidez que no corresponde a una rigidez real por cau-
sas químicas, sino que la falta de lisura ocasiona un movimiento deficiente de
la hoja. En todo caso, el alisado del pergamino ha de ser realizado tras una
evaluación de la necesidad real y siempre respetando la integridad total de las
marcas que se encuentran sobre su superficie -especialmente el pautado-, de
la opacidad del material y, por supuesto, de las tintas. El afán por conseguir
una perfecta lisura de las hojas, poniendo en peligro estas marcas y las tintas,
a base de sobre-humectación y prensado, puede proporcionar hojas comple-
tamente lisas. Pero, a no ser que el comportamiento higroscópico del perga-
mino sea modificado -p. e., con PEG-, las ondulaciones típicas de este
soporte reaparecerán debido a las fluctuaciones ambientales. En este sentido,
el tratamiento de alisado en pergaminos no tiene por qué tener el objetivo de
una planitud total de las hojas, sino la corrección de deformaciones.
Para conseguir un alisado eficiente del pergamino es necesaria la interven-
ción de humedad. Si bien el agua líquida conduce a un caos estructural de
las fibras del material, el agua en forma de vapor es absorbida paulatina-
mente por el soporte, produciéndose su flexibilización y la "relajación" de sus
fibras. Si tras su humectación, el pergamino se seca al aire, se produciría su
encogimiento y una acusada deformación de la hoja. Pero si el secado se pro-
duce manteniendo la superficie lisa, permanecerá así tras el secado. La humi-
dificación del pergamino, a base de agua en forma de vapor, puede ser reali-
zada con los medios y técnicas ya explicados al tratar la humectación de
adhesivos, es decir, con cámaras de humidificación, entre secantes húmedos
207
y láminas semipermeables de GoreTex® o similar o en cámaras "caseras" a
base de cubetas con agua y etanol -situando el pergamino por encima de la
186
superficie líquida con una rejilla. En todo caso, los efectos de una humidifica-
ción excesiva pueden ser similares a los del agua líquida, al producirse su con-
densación sobre la superficie del pergamino cuando éste ya no admite más
vapor de agua. En este sentido, la exposición del pergamino a un ambiente satu-
rado puede tener consecuencias sobre la conservación futura del material. 207
Para evitar estos posibles efectos perniciosos, el grado de humidificación
deberá ser el m ínimo necesario para conseguir un alisado aceptable.
En cuanto a este alisado, ha de tenerse en cuenta que:
• La naturaleza del pergamino hace que algunas zonas se relajen más inten-
samente que otras y en distintas direcciones. Un prensado en estas circuns-
tancias puede provocar pliegues sobre la superficie. Particularmente, los
libros que han sufrido condiciones ambientales duras -p. e., incendios o
contaminación alta- presentan sus márgenes más endurecidos, mientras que
la parte central de cada página dilata más con la humectación.
• La superficie del pergamino humectado recogerá fácilmente la textura de
cualquier material en contacto con él durante el eventual secado con peso, lo
que modificaría el aspecto original en cuanto a brillo y textura del material.
• Las tintas generalmente utilizadas en documentos sobre pergamino son de
naturaleza acuosa. Cualquier contacto con estas tintas, en situación de alta
humidificación del aglutinante, puede conducir a su alteración física.
Por estas circunstancias, el sistema más apropiado -siempre que se realice
correctamente- para el alisado del pergamino es el tensado, el cual presenta
las siguientes ventajas:
• El tensado ya constituye la operación básica en la fabricación del soporte,
durante el cual la mayor parte de fibras de colágeno se disponen paralelas al
plano de la superficie.
• Al secarse bajo tensión, las fibras se realinean, "volviendo a su ser" .
• No se produce transmisión de textura ni brillo alguno sobre la superficie
del soporte, al no producirse contacto alguno de otro material estando el
pergamino húmedo -salvo en los márgenes.
• Respeta las marcas en relieve del soportc.
• No se efectúa contacto alguno con las tintas.
Hansen, E. E; Lee, S. y Sobel, H. "The effects of relative hurnidity on sorne physical properties
of rnodern vellurn". ¡oumal 01the American Institute fo r Conservation, vol. 31 (3) , págs. 325-342.
Disponible en: http://aic.stanford.edu/jaiclarticles/jaic31-03-005.htrnl [23/1/2009]
 Por otro lado, este tipo de intervención puede provocar efectos no deseados
- como deformaciones, roturas, etc.- si se efectúa de forma inapropiada, bien
por exceso de h umidifi cación, exceso de tensión o utilización de técnicas y
materiales inadecuados.
En cuanto a los métodos prácticos para llevar a cabo esta intervención, exis-
ten varias técnicas basadas en el uso de pinzas que sujetan la hoja por sus
bordes, produciéndose el estiramiento al contraerse el pergamino durante su
secado. Las pinzas utilizadas para el estirado del pergamino pueden ser las
típicas "bulldog" de oficina, modificadas para que el material de contacto
con el soporte de la obra sea el adecuado -cartón neutro, espuma de polie-
tileno de alta densidad, etc.-, y la presión ejercida sea uniforme en una super-
ficie lo mayor posible. La forma de sujeción de las pinzas debe permitir un
cierto grado de elasticidad, ya que un fijado rígido puede provocar deforma-
ciones y grietas. De esta manera, aunque el pergamino permanezca estirado
durante su contracción, la tensión es elástica, evitando los problemas citados.
Esto puede conseguirse mediante el uso de gomas para tirar de las pinzas - las
gomas se fijan sobre un bastidor- o sujetando las pinzas con punzones o agu-
jas grandes - tipo brocheta- ensartándolas y clavando las agujas sobre una
superficie de corcho o similar. En este caso, la inclinación de la aguja al tirar el
pergamino cambia, procurando una tensión elástica. El sistema de estirado
con pinzas y gomas puede ser realizado, en el caso de códices, sin necesidad de
desmontaje de las hojas: la humectación puede ser efectuada localmente con
secantes húmedos y GoreTex®, en la zona deformada 208 y las gomas para el
estiramiento pueden ser fijadas a pesas colocadas convenientemente.
Modo de estiramiento de pergaminos por
medio de pinzas sujetas a un soporte de cor-
cho o similar mediante agujas o punzones.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauraci ón del libro con signatura
BH FLL 20598
(Foto J. Tacón)
208 Al tratar cada hoja, el resto deben ser perfectamente protegidas ante la humedad.
188
Una variante de esta técnica, sólo utilizable en documentos sueltos o libros
desmontados, consiste en la colocación de pesos adecuados (forrados de car-
tón neutro) en los márgenes de todo el perímetro del pergamino. 209 La hoja
a alisar se coloca, una vez humectada, sobre una lám ina de H ollytex® - que
a su vez está sobre un secante-, colocando estos pesos de forma continua
sobre todo el perímetro de la hoj a. Para un perfecto ajuste de los pesos y la
obtención de mejores resultados, estos serán en forma de prisma rectangular.
La sujeción que producen los pesos sobre el margen de la hoja permite el ten-
sado del pergamino durante su encogimiento. Otra forma de realizar el estira-
do puede llevarse a cabo con la utilización de dos hojas de cartón neutro, del
tamaño de la hoja a estirar, a los que se practica una ventana central, salvando
la grafía. El pergamino humectado se coloca entre las dos láminas y sus bordes
son sujetados con pinzas. 210
Sistema de alisado de pergaminos con
pesas perimetrales.
(Foto Jürgen Vervoorst)
J.Vervoorst y co l. "Móglichkeiten zum Weich en
brand·und wassergeschadigter Pergamente.
Unt ersuchungen zu m EinfiuB von Harn st off" .
Karlsruhe, 200 l .
En bastantes ocasiones, el sistema de estirado del pergamino, por medio de
sujeción con pinzas en sus márgenes resulta inviable por el estado de debili-
dad del soporte - p. e., bordes quemados, ataque de hongos, etc. En estos
casos, el alisado puede ser efectuado en mesa de succión siempre que la resis-
tencia de las tintas humectadas permita su contacto con papel secante, sin
deterioro de estas. Una vez preparada la superficie de trabajo, practicando una
ventana del tamaño de la hoja y colocando un papel de filtro y un hollytex®,
se coloca la hoja humectada y se estira hasta que quede lisa, pegada a la mesa,
209 Vervoorst, J. y col. Mdglichkeiten zum Weichen brand- und wassergeschiidigter Pergamente.
Un tersuchungen zum Einjlují von Harnstoff. Wissenschafrliche Berichte FZKA 6521. Karlsru-
he: 2001. ISSN 0947-8620.
210 Arsenio Sánchez. Comunicación p ersonal, 2004.
 4

peso discreto, cambiando los secantes periódicamente hasta secado completo.

TÉCNICA PARA EL ALISADO DE PERGAMINOS
EN MESA DE SUCCiÓN
Previame nte ha de evaluarse la resistencia
en húmedo de las tintas. Una vez humectado
el pergam ino se coloca en la mesa con la succió n
en marcha, estirando hasta alisado completo.
En caso necesario deberán protegerse las marcas y relieve de las tintas, con
material amortiguador apropiado -p. e., espuma de polietileno, fieltros, etc.-
o utilizar la técnica de rodear con pesas el perímetro marginal de las hojas. En
tratamientos de estirado de hojas de libros sin desmontaje previo, el tiempo
de secado al aire deberá ser mayor para conseguir un secado completo.

5.3.4. Consolidación del pergamino

Después se cubre el pergamino con papel
de filtro (entre este papel y la obra puede
interponerse una lám ina de Hollytex® si existe
riesgo de migración de las tintas al papel).
Para aumentar la presión se cubre el conjunto
con lámina de polietileno. Se mantiene la succión
hasta secado casi total del pergamino.
Una vez liso, puede completarse el secado
colocando el pergamino entre papel secante
y tableros con peso suave.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos J. Tacón)
por efecto de la succión. A continuación se cubre la obra con otro hollytex y
papel de filtro -en este orden, para aumentar la presión y proteger de las par-
tículas ambientales. En caso necesario, puede cubrirse el conjunto con otro
plástico para aumentar la presión, pero sólo en los primeros momentos. La
succión se mantiene conectada hasta el secado suficiente del pergamino.
En cualquiera de las técnicas empleadas para el alisado del pergamino, ha de
tenerse en cuenta que, aunque en apariencia el soporte se encuentre seco, el
equilibrado definitivo con la humedad ambiental tarda bastante en producir-
se. Si el pergamino, una vez extraído del sistema de estirado, tiende a curvar-
se, ello es señal de que el secado completo aún no se ha producido. Por ello,
una vez estiradas las hojas, deben ser introducidas entre secantes, tableros y
Las intervenciones dirigidas a devolver la consistencia a las hojas de perga-
mino son de aplicación manual exclusivamente. Los métodos utilizados no
son muy distintos a los empleados para soportes de papel, excepto en la
menor intervención de humedad, la utilización de materiales específicos de
refuerzo y la imposibilidad de la utilización de calor - con espátula caliente-
para acelerar el secado de las consolidaciones, lo que provocaría el encogi-
miento del pergamino.
Reforzamiento de pergamino debilitado
Los efectos de microorganismos sobre pergamino o vitela son similares a los
que provocan sobre soportes de papel, consistiendo en una disgregación y
debilitamiento extremo por pérdida de cohesión entre las fibras. La consoli-
dación -al igual que el papel- mediante la aplicación de un adhesivo que
penetre entre las fibras, produce la unión física de la materia disgregada,
pudiéndose adherir también una lámina de refuerzo en caso necesario.
Respecto a los adhesivos adecuados para este y los demás procesos de conso-
lidación, que en adelante se tratarán, se ha de considerar que el uso de un
adhesivo acuoso equivale, en cierta medida, a un mojado del pergamino, que
produciría localmente los efectos ya citados de desnaturalización y gran
impacto en la estructura del colágeno, mientras que los adhesivos en medio
no acuoso o con poca presencia de agua, son más apropiados en este sentido.
Sin embargo, la gelatina, siendo de naturaleza acuosa, retiene el agua en su
estructura de tal manera, que sólo sale en forma de vapor, al contrario que el
almidón, del cual el sustrato puede absorber agua líquida por capilaridad. 211
Un adhesivo particularmente adecuado para las intervenciones de consolida-
ción y reparaciones en este soporte es la cola de pergamino, debido a su pro-
cedencia - de recortes de pergamino hervidos-, que hace presuponer buena
211 Woods, C. Repairingparchment with co/lagen. Conservation DistList, 16/4/1997. Disponible
en: http://palimpsest.stanford.edu/byform/mailing-lists/cdI/ 1997 /051 3.html [24/1/2009]
 -
afinidad. Este efecto, de retención del agua líquida, también se produce, en
cierta medida, en las emulsiones acrílicas y vinílicas (EVA), transmitiendo
poca humedad al pergamino. En cuanto a las preparaciones alcohólicas o
hidroalcohólicas de éteres celulósicos, resultan muy apropiadas en las oca-
siones que no se requiera un gran poder de adhesión.
En el caso del reforzamiento de zonas debilitadas en pergamino pueden uti-
lizarse preparaciones de metilcelulosa o MHEC 212 en medio predominante-
mente alcohólico, o no acuoso, a concentraciones bajas para su mayor pene-
trabilidad. La gelatina -cola de esturión o de pergamino- ofrece también
buenos resultados por su baja viscosidad y gran penetrabilidad en caliente,
pero puede distorsionar dimensionalmente la zona tratada si no se realiza
adecuadamente. Para suavizar el efecto humectante de la gelatina, puede
añadirse etanol al adhesivo. También se han usado mezclas de colas gelati-
nosas y Funori.
Si se hace necesaria la adhesión de un soporte de refuerzo puede utilizarse
papel tisú, adherido de la misma forma que en el caso del reforzamiento del
papel con los adhesivos ya mencionados, o bien membranas de origen ani-
mal como el goldbeaters 'skin - membrana intestinal tratada de forma pareci-
da al pergamino. Para limitar al máximo la intervención de humedad sobre
Membrana "goldbeater's skin" usada como
soporte de refuerzo en reparaciones y consoli-
dación de pergamino.
(Foto J. Tacón)
el pergamino, los papeles de refuerzo pueden ser previamente impregnados
con el adhesivo y dejados secar; el adhesivo - generalmente metilcelulosa o
cola de esturión- es reactivado con humedad y aplicado sobre el pergamino
con presión. Para evitar totalmente la intervención de agua, puede utilizarse
HPC - Klucel G®- en etanol para impregnar el tisú, reactivando posterior-
212 Metilhidroxietilcelulosa.
mente con etanol 213 o disoluciones acrílicas o vinílicas, reactivadas con disol-
ventes orgánicos.
El tratamiento de consolidación de pergamino debilitado con adhesivos no
acuosos -o poco acuosos- puede ser realizado aplicando directamente con
pincel sobre la zona a tratar, incluso con el libro montado- ya que no pro-
voca dilataciones en el soporte. Sin embargo, la aplicación de un consoli-
dante acuoso, en zonas relativamente grandes, provoca una dilatación del
pergamino en la zona tratada, por lo que, para evitar deformaciones, lo
apropiado es humectar toda la hoja, aplicando el consolidante inmediata-
mente antes del alisado; en este caso resulta muy útil la mesa de succión - si
las zonas son muy puntuales, la colocación de peso sobre la zona tras la apli-
cación puede ser suficiente.
Reparaciones en hojas de pergamino
sobre la mesa de succión. El soporte
de r efuerzo utilizado fue tisú de papel
japonés adherido con MHEC en diso-
lución hidroalcohólica. La succión per-
mite mantener las hojas en la posición
correcta para la realización de injer tos
y refuerzos.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
Reparación de roturas
La reparación de roturas en soportes de pergamino se efectuó en tiempos
pasados a base de cosidos, los cuales ofrecían una reparación sólida y esta-
ble. 214 Estos cosidos pueden proceder también del proceso de fabricación,
formando parte del soporte incluso antes que la propia grafía. Debido a la
resistencia mecánica del pergamino, la presencia de roturas no es tan abun-
dante como en el caso de soportes de papel. La morfología de una rotura
en pergamino tampoco se parece a las roturas del papel: en el pergamino,
213 Quandt, A. Recent Developments in the Conservation 01Parchment Manuscripts. The Book and
Paper Group Annual, vol. 15, 1996. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/
annual/v 15/bp 15-14.html [2/1/2009]
214 Actualmente existe un resurgimiento de la técnica de cosido para la reparación de pergamino,
a base de suturas precisas y discretas.
193
 normalmente no quedan fibras en los bordes que sirvan de sujeción para el
pegado, por lo que siempre ha de recurrirse al uso de un soporte de refuer-
zo que debe soportar, en este caso, una mayor tensión mecánica, por lo que
conviene situarlo en ambas caras. Como refuerzos pueden utilizarse papel
japonés, membrana goldbeaters 'skin o capa hialina 2 15 de pergamino. El uso de
papel japonés -de un grosor algo superior al tisú (p. e., 12-15 grl m 2)-, puede
ser contemplado en zonas exentas de grafía, debido a su falta de transparencia,
pudiéndose utilizar un papel de una tonalidad cercana a la del soporte para dis-
minuir el impacto estético; la forma de adhesión debe evitar la humedad exce-
siva, con el uso de adhesivos no acuosos o por ligera humidificación del papel
previamente impregnado con el adhesivo. Los otros refuerzos proteicos pres-
tan una mayor transparencia; excelente en el caso del goldbeaters 'skin y varia-
ble, dependiendo de la calidad, en el pergamino rebajado.
Tras efectuar las reparaciones debe colocarse peso en la zona tratada para evi-
tar deformaciones.
El uso de cinta autoadhesiva, activada con calor, no puede ser contemplado
debido a los efectos de encogimiento por el calor, ya mencionados, pero las
cintas auto adhesivas por presión, siempre que sean adecuadas, en documen-
tos de valor relativo bajo, de forma provisional y a falta de otros medios, pue-
den ser utilizadas sobre pergamino.
Reintegración de soporte perdido
Cuando sea necesario realizar un lllJerto sobre un soporte de pergamino
-necesidad basada en los criterios ya señalados- se puede recurrir a diversas
técnicas -todas ellas manuales- para su realización, bien a partir de soportes
celulósicos o con pergamino nuevo. Aunque no existen métodos mecaniza-
dos para la reintegración del pergamino, se han desarrollado técnicas para la
reintegración de pequeñas pérdidas, a base de pulpas de distinta composi-
ción, en la mesa de succión.
Injertos de pergamino nuevo
La realización de injertos con pergamino nuevo presenta la ventaja de la ade-
cuación a las características mecánicas y estéticas de la obra. Por el contrario,
las variaciones dimensionales del pergamino con las fluctuaciones de hume-
m Se suele llamar así a la capa del pergamino en el lado exterior de la piel (capa capilar), una vez
eliminados el pelo y la epidermis en la fabricación. La contraria es la capa carnosa (capa reti-
cular). El refuerzo para las reparaciones se prepara eliminando mecánicamente la capa carnosa.
194
Uno de los inconvenientes de la reintegración de
obras en pergamino con pergamino nuevo, es el
diferente comportamiento dimensional de
ambos pergaminos, lo que produce deformacio-
nes y tensiones.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
dad, característica más acentuada generalmente en el pergamino nuevo -el
envejecimiento conlleva la pérdida paulatina de higroscopicidad-, provoca
muy a menudo la deformación del injerto y el documento al cabo del tiempo.
La elección del pergamino es el primer asunto a resolver. El nuevo soporte
debe ser de buena calidad y de grosor y tacto similar al original. El método
práctico para la ejecución del injerto cuenta con las siguientes fases:
• Calcado, con ayuda de luz transmitida, de la zona perdida sobre el sopor-
te nuevo, por la parte carnosa. Debe ponerse atención a que cada capa del
injerto -carnosa e hialina- correspondan a la misma del original. En ningún
momento se actuará con el bisturí sobre el soporte original para modificar la
forma de la zona perdida.
• Recortado de la superficie del injerto, dejando una pestaña de sujeción de
ancho variable según las características de la pérdida (si los bordes de la zona
perdida están muy degradados, la pestaña será mayor que si están en buen
estado).
• Rebajado de la pestaña, por la zona carnosa, con bisturí u otro medio, has-
ta dejar en esta pestaña sólo la capa hialina (que quedará transparente), la
cual será la superficie de adhesión del injerto sobre la obra.
• Pegado del injerto, aplicando el adhesivo sobre la pestaña, y colocando
peso inmediatamente después del pegado. Las colas proteicas -gelatina, cola
de pergamino- ofrecen muy buenos resultados, aunque también pueden uti-
lizarse emulsiones acrílicas o vinílicas -EVA- o mezclas de estas con adhesi-
vos celulósicos acuosos o almidón -tomando en cuenta las consideraciones
ya tratadas sobre estos adhesivos.
• Para perfeccionar los resultados -en cuanto a resistencia mecánica-, pue-
den adherirse refuerzos -de goldbeaters 'skin, capa hialina, etc.- por el rever-
so del injerto, en la línea de unión entre éste y el soporte.
195
 Injertos de papel
La reintegración de zonas perdidas en obras de pergamino con injertos de
papel ofrece buenos resultados, tanto en su comportamiento mecánico como
en su apariencia estética, si se realiza de forma apropiada. Las razones para el
uso del papel pueden fundamentarse, entre otras, en las siguientes razones:
Reintegraciones con pulpa
• Las dificultades para encontrar pergaminos adecuados o la falta de recur-
sos para ello.
• El estado de deterioro del pergamino original, que no soportaría la fluc-
tuación dimensional de un pergamino nuevo.
• Mayor rapidez en la ejecución de los injertos.
El aspecto fibroso y mate de los papeles japoneses, generalmente utilizados,
así como su flexibilidad, los hace poco adecuados a la apariencia y compor-
tamiento mecánico del pergamino. Una solución para adecuar estos papeles
a las características del soporte de la obra consiste en su aprestado generoso
con almidón, produciendo el secado por presión entre secantes, interpo-
El uso de papel japonés para la reintegración de hojas en pergamino ofrece resultados satis-
factorios, tanto en resistencia como en estabilidad. Biblioteca Histórica UCM (Foto J. Tacón)
niendo previamente un soporte liso -p. e., hollytex®- entre los secantes y el
papel aprestado. Este tratamiento confiere al papel una rigidez similar al per-
gamino y permite su satinado -en caso necesario. A menudo es necesario tam-
bién el pegado de varios papeles para conseguir el grosor del pergamino; en ese
217
caso, pueden usarse papeles de distintos tonos para simular las dos caras dife-
renciadas del soporte original. 216
218
216 Comunicación personal de Arsenio Sánchez, 1996.
Una vez conseguido el papel adecuado, las técnicas manuales de ejecución
de inj ertos son similares a las ya explicadas para soportes de papel, utilizan-
do adhesivos adecuados para el pergamino y sin utilizar, claro está, calor para
la aceleración del secado.
La reintegradora automática de pulpa de papel ha sido utilizada como medio
de fabricación de injertos de papel para obras en pergamino. 217 Para ello, se
calcan y recortan las zonas perdidas sobre hojas de poliéster que luego son
utilizadas como moldes para fabricar los injertos en la reintegradora, con las
fibras adecuadas. Una vez aprestados y secos, los injertos "a medida" se
adhieren sobre las zonas perdidas correspondientes.
La reintegración con pulpa in situ, se efectúa en la mesa de succión, de la
misma forma que la ya explicada para soportes de papel. En este caso, la hoja
de pergamino ha de ser humectada previamente a su colocación sobre la
superficie de trabajo, aplicando posteriormente la pulpa gota a gota sobre las
partes a reintegrar, que quedan cubiertas por el nuevo material fibroso. Esta
técnica se indica especialmente para zonas perdidas de pequeño tamaño,
ofreciendo resultados más irregulares en la reintegración de zonas más
amplias, y puede ir acompañada del reforzamiento simultáneo con goldbea-
ters' skin o tisú en las zonas debilitadas o como medio de refuerzo de la
adhesión del injerto sobre la obra. Como norma general, en la composición
de las pulpas, indicadas para este proceso, interviene polvo de piel, solo o en
mezclas con fibras celulósicas, junto a un adhesivo aglutinante y colorantes
para entonar cromáticamente el nuevo material. La desventaja que presenta
este método es el mojado que sufre el pergamino en la zona perdida, ya que
todas las preparaciones de pulpa han de aplicarse en medio acuoso.
El primer método consistió en la distribución de polvo de piel seco, sobre la
zona a reintegrar, que queda adherido a la mesa por efecto de la succión,
aplicando posteriormente con pincel un adhesivo a base de caseína para
aglutinar el polvo de piel, formando láminas resistentes. 218
Wiegel, B.; Wittstatt, B. Restaurierung einer durch Feuchtigkeit stark geschadigten Pergamen-
thandschrift. Preprints from the 9,h International Congress oflADA. Copenhagen, August 15-
21 , 1999, págs. 57-60. Disponible en: http://palimpsest.stanford.edu/iada/ta99_057 .pdf [24
/1 /2009]
Laursen, P. M. Trockene' Pergament - und Papieranfoserung. Maltechnik Restauro 91 , n.O 4.
1985, págs. 63-66.
197
 Los siguientes métodos publicados contemplaron la mezcla de piel -no curti-
hecho de que los positivos sean artefactos individuales -incluidos o no en un
da- en polvo, fibras celulósicas, cola de pergamino e hidroxietilmetilcelulosa,
álbum-, permite la protección individual con el fin de poder contemplar la
además de aditivos como etanol, isopropanol y fungicida. 219
imagen sin necesidad de tocarla directamente. Pero en los casos que se hagan
Pero una de las preparaciones más evaluadas consiste en la utilización de
necesarias las intervenciones de consolidación, las técnicas de reforzamiento
piel en polvo, que es parcialmente precurtida con formaldehído y mezclada
y reparación de roturas y zonas perdidas no difieren, en su esencia, de las
con carbonato de calcio para dar opacidad a la lámina formada. 220 La can-
válidas para otras obras sobre papel, siempre teniendo en cuenta la pureza de
tidad de formaldehído y de carbonato de calcio determinará la transparen-
los productos, antes aludida, evitar en todo momento la utilización de adhe-
cia u opacidad del nuevo "pergamino reconstituido". 221 Para la tinción de
sivos de base predominantemente acuosa, así como procurar no modificar
esta pulpa se utilizan tintes que no necesitan medio caliente ni modifica-
las características de brillo de la emulsión al entrar en contacto con otras
ción del pH para su fijado. 222
superficies - p. e., Reemay®.
5.4. Consolidación de objetos fotográficos
5. 4.2. Negativos
A continuación se dedicarán unas líneas para tratar, de forma muy básica, el
En el caso de negativos, tanto de soporte plástico como de placas de vidrio,
caso particular de los tratamientos sobre documentos fotográficos, los cuales cons-
los tratamientos se limitan exclusivamente a la limpieza -ya tratada- y a la
tituyen claramente un caso aparte, muy diferenciado, de libros y documentos tra-
confección de montajes que consoliden los objetos sin intervención direc-
dicionales por sus características. Ya se trató sobre las intervenciones de limpieza
ta sobre ellos. Ejemplo de este criterio es el tratamiento sobre placas rotas
superficial en fotografías y ahora se harán algunas consideraciones mínimas acerca
- negativos o placas de linterna- , el cual consiste básicamente en la intro-
de las intervenciones de consolidación y reparaciones en este tipo de objetos, todas
ducción de los fragmentos, una vez limpios, en su ubicación correcta,
ellas marcadas por la gran sensibilidad química que los caracteriza.
entre dos placas de vidrio, sellando el borde del montaje con una cinta
5.4.1. Positivos
Un positivo fotográfico, de emulsión química -a base de plata metálica u
otros elementos- , no puede ser considerado de la misma forma que una obra
impresa sobre papel a la hora de determinar tratamientos de consolidación
del soporte. La condición sensible de las emulsiones limita en gran medida
el uso de humedad y calor al efectuar las intervenciones de consolidación.
Asimismo, los productos y materiales empleados han de ser químicamente
puros, especialmente libres de trazas metálicas, y neutros. En todo caso, el

Tratamiento de consolidación en una placa de lint er na. Las esquinas, rotas y perdidas de vi drio
de la emulsión, fueron sustituidas por capas de papel adecuado, sit uando el conj unto entre dos
219 Bebthy-Kozocsa, 1.; Sipos-Richter, T y Czlabey, G. Report on Parchment Codex Restoration
vid r ios y sellan do los márgenes con cinta Filmoplast®.
Using Parchment and Cellulose Fibre Pulpo ICOM Preprints II, 9th Triennial Meeting, Sydney,
Museo A rqueológico N acional (Foto (armen Fernández)
1987, págs. 641-648 .
220 Wouters, J.; Peckstadt, A.; Watteeuw, L. Leaftasting with dermal tissue preparations: a new
method for repairing fragile parchment, and its application to the Codex Eyckensis. The Paper
Conservator, vol. 19, 1995, págs. 5-22. adhesiva apropiada. Los fragmentos de cristal perdidos son sustituidos por
221 Wouters, J. Nuevas tendencias para evaluar la condición y para la conservación de pergamino y
cuero curtido con taninos vegetales. Terceras jornadas de avances en la restauración del papel. La
piezas de cartón neutro apropiado, de la misma forma que la pérdida de
Vid, Burgos, 22-25 de mayo de 2001. espesor de la placa. El cartón utilizado debe ser apto para la conservación
222 Pataki, A. Toning Reconstituted Parchment. En: Conference Papers, IPC, Toning Materials for de fotografías - de algodón sin reserva alcalina- ; para conseguir el mismo
Conservation, London (2000).
grosor que la placa, pueden utilizarse varios papeles superpuestos - sin

199
 •
pegarlos, sólo sujetos entre las placas de vidrio- hasta conseguir el grosor
apropiado. 223
Una excepción, raramente llevada a cabo debido a su complejidad, es la sus-
titución del soporte, en el caso de negativos inestables, de acetatos o nitrato
de celulosa. El tratamiento consiste en la disolución del soporte plástico
inestable en disolventes orgánicos, quedando la fina emulsión de gelatina
que contiene la sustancia formadora de la imagen, la cual, una vez seca yali-
sada puede ser montada entre láminas de poliéster o de vidrio. 224
223 Fernández, Carmen. La conservación y restauración del fondo fotográfico Camps. BMAN Bole-
.tÍn del Museo Arqueológico Nacional, tomo XX, 2002, págs. 293-303. Información en:
http://man.mcu.es/publicaciones/boletin_deLmuseo.html [24/112009]
22' Munson, D . The Pellicular Burlesque. Topics in Photographic Conservation, vol. 7, 1997,
págs. 55-65.
200
INTERVENCIONES SOBRE ENCUADERNACIONES
1. INTRODUCCIÓN
El respeto a la integridad material de la obra obliga a considerar a la encua-
dernación como parte integrante del objeto en sí, no como una entidad ajena al
libro o circunstancial a él. Desde los manuscritos de la antigüedad hasta, por
ejemplo, las primeras ediciones en rústica de los escritores del 27, muchos libros
se han visto despojados de su encuadernación original, a veces con la intención
de enriquecer la obra -vistiéndola con lujo-, a veces para aumentar su resisten-
cia -encuadernación de biblioteca- o simplemente para uniformar el aspecto de
una colección. Muchas descripciones catalográficas de obras históricas incluyen
datos de la encuadernación que no se corresponden con la realidad actual mer-
ced a sus reencuadernaciones en el tiempo. Lo cierto es que, sencillamente, es
más económico y fácil la sustitución de una encuadernación deteriorada que su
restauración, con la circunstancia añadida de que la resistencia de una encua-
dernación restaurada es inferior a la de una de nueva confección. Una solución,
a veces utilizada para conciliar las dos necesidades -conservar la encuadernación
anterior y dotar de una encuadernación nueva, más fuerte- es la confección de
un estuche, en el que se incluye el libro reencuadernado y, en otro departamen-
to independiente, los elementos de la encuadernación antigua -tapas y cubierta,
guardas, cabezadas, nervios, hilo de costura, etc.-, conservándose en el expe-
diente del tratamiento, los gráficos relativos al tipo de costura y otros datos de
la estructura original.
Las intervenciones sobre la encuadernación pueden ser de diversa índole;
hay libros que sólo requieren una intervención sobre la encuadernación -conso-
lidación de la costura, reparaciones en tapas, cubierta, etc.- mientras que otros,
que han sido totalmente desmontados para proceder al tratamiento de sus hojas,
deben ser reencuadernados conservando la mayor parte posible de los materia-
les originales de su encuadernación.
201
 t
2. REQUERlMIENTOS PARA NUEVAS ENCUADERNACIO NES
En cuanto a las encuadernaciones de nueva confección, el uso futuro del
libro determinará el tipo de encuadernación adecuada. Las encuadernaciones de
conservación, sin presencia de adhesivos, son muy adecuadas pero pueden ofre-
cer escasa resistencia, sobre todo en ejemplares muy voluminosos, si no son con-
feccionadas con criterios adecuados. En este libro no se tratará sobre la confec-
ción de nuevas encuadernaciones, pero sí se considerarán algunos aspectos
fundamentales para asegurar el respeto a la obra y para la buena conservación de
la futura nueva encuadernación.
En primer lugar, hemos de huir de todo lo que suponga cortar las hojas de
la obra, por muy poco que sea. En este sentido, nos encontramos con la "lim-
pieza' de los cortes a base del típico guillotinado. Esta técnica, de supuesto
embellecimiento del libro, ha ocasionado pérdidas importantes de información
-en notas marginales, dimensiones de las hojas, decoraciones en cortes, etc.- al
haber sido utilizada reencuadernado tras reencuadernado. Otra forma de muti-
lación se produce al pasar los pliegues de los cuadernos por la guillotina, con el
fin de elaborar, sobre el volumen de hojas sueltas al que queda reducida la obra,
un "cosido" a la americana. 225 Esto ha sido alimentado por dos circunstancias
complementarias: la enorme reducción del tiempo empleado por el encuader-
nador, que le hace ganar competitividad, y la incapacidad de algunas bibliotecas
y coleccionistas para asumir el coste de encuadernaciones de calidad, reducien-
do gastos a costa de mutilaciones irreversibles.
En cuanto a los factores que rigen la buena conservación de las obras con
encuadernaciones nuevas, la ausencia de adhesivos favorece en gran medida la
conservación futura por diversos facrores:
• Se evitan posibles reacciones de envejecimiento de los adhesivos.
• Se disminuye el riesgo de infección fúngica en caso de humedades altas.
• Evita tensiones, por diferencias de dilatación de los materiales adheridos
entre sí.
• El desmontaje de la obra es inmediato, en caso de inundación o en cual-
quier otra circunstancia que requiera este desmontaje.
Estas encuadernaciones de conservación, sin adhesivos, son claramente ven-
tajosas en cuanto a la conservación futura del volumen -siempre que se uti-
22S Este nombre recibe la técnica para unir las hojas sueltas por el lomo mediante adhesivo, sin
coscuras. Un método rápido pero mucho menos resistente que una coscura de cuadernillos.
202
licen materiales estables como pergamino y pieles al alumbre- pero tienen la
desventaja, un tanto subjetiva, de cierto alejamiento de los cánones clásicos
o habituales en el libro de fondo antiguo.
Pero cuando la presencia de adhesivos se haga necesaria, por optarse por
modelos de encuadernación más convencionales, se elegirán entre aquellos de
probada estabilidad -celulosas modificadas, almidón, gelatina, emulsión EVA, 226
etc. En el caso del enlomado es conveniente aislar los pliegues de los cuadernos
de adhesivos dudosos o irreversibles -como emulsiones sintéticas- por medio de
un papel japonés adherido con almidón o interponiendo, durante el cosido,
escartivanas de papel o tela, individuales para cada cuaderno o plegadas en for-
ma de acordeón.
El resto de materiales utilizados deben ser lo suficientemente estables para
asegurar una resistencia adecuada a largo plazo:
• Papeles de fibras con alto contenido en celulosa, libres de lignina, aprestos
estables y reserva alcalina -p. e., papeles japoneses, de trapos con apresto de
almidón, de algodón o celulosa química purificada.
• Cartones de celulosa purificada o algodón, aprestos y consolidantes neu-
tros y estables, libres de resinas de formaldehído.
• Cordeles, hilos y telas de fibras naturales poco lignificadas -lino, algodón,
cáñamo textil, etc.
A
Materiales adecuados para encuadernaciones de
conservación: A. Pieles curtidas al alumbre. B. Per-
gamino. C. Cartones neutros de conservación.
A B e
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
En cuanto a los materiales de cubiertas, el pergamino ofrece una estabilidad
contrastada -hemos de asegurarnos que se trata de pergamino auténtico y no un
curtido con formaldehído. Las pieles, con curtido mineral al cromo, tienen una
226 Tipo de cola blanca a base de copolímero de acetatos de etileno y vinilo. La cola blanca con-
vencional es poli (acetato de vinilo) , generalmente más inestable.
2°3
estabilidad excelente, pero su comportamiento en las operaciones de encuader-
nación no es adecuado -dorado, gofrado , ceñido, etc. Las pieles curtidas al
alumbre, son de gran estabilidad siempre que las condiciones de humedad estén
controladas; este tipo de piel está especialmente indicada, por su resistencia, para
su uso como núcleo de nervios y cabezadas - soporte de la costura y medio de
sujeción del cuerpo del libro a las tapas. Respecto a las pieles de curtido vegetal,
podemos encontrarnos con calidades de muy diverso comportamiento. El tani-
no del curtido debe ser completamente hidrolizable y el proceso de curtición
debe ser eminentemente artesanal, respetando los tiempos necesarios en cada
baño y sin la intervención de productos químicos agresivos en el depilado ni áci-
dos minerales fuertes en el desencalado. Si adicionalmente a una curtición vege-
tal apropiada, se realiza posteriormente un re curtido mineral -al alumbre o cro-
mo- , la estabilidad de la piel mejora significativamente. Para una correcta
evaluación de la calidad de las pieles de curtido vegetal nuevas, desde el punto
de vista de su conservación, son necesarios varios análisis que deben cumplir los
siguientes resultados: 227
• Temperatura de contracción por encima de 80 oc.
• Sulfato y nitrato extraíble inferior al 0,1% del peso de la piel.
• Tanino extraíble del tipo hidrolizable puro.
• Productos de degradación de taninos (p. e., ácido protocatecuico) por deba-
jo del 0,1% del total de taninos extraíbles.
• Ca-curtientes no metálicos diferentes del aluminio.
• Ausencia de agentes de emulsión sulfatados o derivados de curtientes gra-
sos con alto grado de insaturación.
3. DETERIOROS COMUNES EN ENCUADERNACIONES
Al constituir la primera protección del contenido, la encuadernación es, a su
vez, la que recibe el mayor deterioro físico. El movimiento que implica el uso del
libro provoca el inevitable desgaste que acaba en roturas. El deterioro más común
de las encuadernaciones de piel es la rotura de la cubierta en la zona de unión de
las tapas con el cuerpo de hojas -charnela, cajo- debido al movimiento repetido
al abrir y cerrar la tapa. En algunas ocasiones, la tapa permanece unida por medio
227 Wourers, J. N uevas tendencias para evaluar la condición y para la conservación de pergamino y
cuero curtido con taninos vegetales. Terceras jornadas de Avances en la restauración del papel.
La Vid, Burgos, 22-25 de mayo de 2001.
2°4
de los nervios -de cordel o piel-, mientras que en otras, los nervios también se
han fragmentado , quedando la tapa suelta. El segundo deterioro recurrente, de
las cubiertas de encuadernaciones en piel, se localiza en el lomo y es el resultado
de la acción de extraer el libro tirando de la cubierta. Este tipo de desperfectos
puede comprender desde pequeñas roturas en la zona de la cofia, hasta la pérdi-
da total del lomo, afectando de la misma forma a las cabezadas, que en muchas
ocasiones se han perdido o se encuentran precariamente sujetas por alguno de sus
enlaces. Por último, es habitual encontrarse también con pérdidas de piel en las
puntas -habitualmente acompañadas de la exfoliación del cartón de las tapas en
esa zona- y abrasiones, levantamientos y zonas perdidas de la piel en los planos.
Como es obvio, estos deterioros fís icos se acentúan en gran medida si la piel se
encuentra debilitada por deterioro químico o biológico.
En las encuadernaciones de pergamino es común la pérdida de broches o
cintas, la rotura de guardas en la zona del cajo interior y del material de unión
del cuerpo del libro y la cubierta - generalmente la piel usada como núcleo de
costura y cabezadas. La cubierta de pergamino suele permanecer bien conserva-
da debido a su resistencia, aunque con sus arrugas y deformaciones característi-
cas y un mayor o menor encogimiento.
Los deterioros habituales de la estructura de la costura - en cualquier tipo de
encuadernación- comprenden la rotura de los nervios -núcleo y soporte de la
costura- , especialmente de aquellos formados por tiras de piel de curtido vege-
talo cordeles de fibras lignificadas y la rotura del hilo de la costura, también por
el uso de fibras poco resistentes, quedando el volumen dividido en bloques o
cuadernos sueltos.
En cuanto a otros elementos estructurales, han de mencionarse las roturas de
las tapas de madera - que suele ser la antesala de la rotura de la cubierta en la
misma línea.
La rotura de las tapas de madera de una
encuadernación pone en grave riesgo de
rotura a la cubierta de piel durante el uso
del libro.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
2°5
 :0
4. CRITERIOS DE INTERVENCIÓN
La elección entre conservar la encuadernación o confeccionar otra nueva
-conservando la original junto a la obra, en el mismo contenedor- dependerá
de varios factores. En algunos casos, el tratamiento dado a las hojas no permite
la reutilización de la encuadernación debido al aumento de grosor del bloque de
cuadernos -p. e., larninación-, en este caso lo máximo que se puede conseguir
es que la cubierta se corte y se pegue sobre una nueva estructura -en este caso
parece más adecuada la conservación por separado de la encuadernación des-
montada. En otros casos, un deterioro químico, biológico o físico importante,
puede aconsejar la sustitución -p. e., pieles extremadamente frágiles. En todo
caso, el uso futuro del libro es un factor determinante a la hora de decidir sobre
la conservación integral de una encuadernación débil o la confección de otra
nueva, más fuerte. Sin embargo, éticamente es muy discutible la sustitución de
la encuadernación por motivos exclusivamente estéticos o arbitrarios -sobre
todo cuando se trata de colecciones de titularidad pública.
El valor intrínseco de la encuadernación también determina, en cierto sen-
tido, el criterio a seguir. Como veremos más adelante, existen métodos de inter-
vención que no afectan -o lo hacen mínimamente- a la apariencia estética de la
encuadernación, pero que son laboriosos y, por tanto, reservados para encuader-
naciones valiosas, mientras que a las encuadernaciones más comunes pueden
aplicarse reparaciones rápidas pero que, en mayor o menor grado, provocan alte-
ración de la apariencia originif. .
Si' tras evaluar un caso concreto se opta por la restauración de la encuader-
nación, los tratamientos que se apliquen deberán adecuarse a los criterios gene-
rales de intervención, siguiendo los principios de respeto a la integridad, inter-
vención .mínima, inocuidad de los materiales y procesos, reversibilidad de
adhesivos y documentación adecuada del tratamiento.
5. PRUEBAS y ENSAYOS PREVIOS
Las pruebas analíticas que más nos van a ayudar a conocer el estado quími-
co de los materiales de cubierta -piel o pergamino- son: pH, pH diferencial,
temperatura de contracción y contenido en sulfatos y nitratos extraíbles -todos
ellos tratados con el resto de pruebas generales en páginas atrás. Para la medición
del pH se propone la recogida de una pequeña muestra de 10 mg en forma de
fibrillas sueltas, sobre las cuales se añade una gota de agua, pudiéndose realizar
la medición -con tiras indicadoras o electrodo de contacto- pasado un minuto
206
-todo el proceso se realiza sobre un cristal de laboratorio limpio. Para la realiza-
ción de un estudio completo es necesaria la extracción de una muestra mayor
- 50 mg- que se deja macerar durante una hora en 1 mI de agua. En el caso de
pieles de curtido vegetal, la simple medición del pH no es capaz de describir la
condición de la piel. Este soporte es de naturaleza ácida y casi siempre dará valo-
res menores que 4. La medición del pH diferencial -diferencia entre el pH
medido y el obtenido de una muestra diluida 10 veces- ayuda a revelar la pre-
sencia de ácidos peligrosos cuando este valor es superior a 0,7; pero teniendo en
cuenta el cálculo del error presente en las mediciones, el pH diferencial tampo-
co ofrece una información definitiva. Para una medición más fiable, se ha pro-
puesto un método que tiene en cuenta la medición del pH en el extracto acuo-
so así como la concentración de aniones sulfato y nitrato en el mismo extracto;
calculando el pH que correspondería si todo el sulfato y el nitrato fueran sus
correspondientes ácidos -sulfúrico y nítrico- y restándolo al pH medido en el
extracto, podremos saber la cantidad de estos ácidos minerales que se encuen-
tran de forma libre. 228
6. DETERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO
Los factores que intervienen en la determinación del tratamiento a realizar
sobre encuadernaciones concretas deberán basarse en los resultados de los análi-
sis previos y en las características de las encuadernaciones -principalmente su
valor intrínseco. También el tipo de colección y su estado general determina el
tipo de intervención en libros individuales. En este sentido, en colecciones gran-
des y con deterioros físicos importantes en muchos volúmenes, la forma de
actuación sobre un libro particular podrá ser distinta a la determinada sobre el
mismo libro si forma parte de una colección más pequeña o en buen estado
general, así como también será distinto el tratamiento determinado para el mis-
mo ejemplar si tiene algún valor especial para su propietario.
Descartando ya la decisión sobre la conservación de la encuadernación o su
sustitución, al abordar la determinación del tratamiento sobre encuadernacio-
nes, el dilema se plantea en las intervenciones dirigidas a la consolidación y repa-
ración de la estructura del volumen y de su cubierta, donde habrá de determi-
narse si se realizan sustituciones de elementos, como la costura, cabezadas u
otros elementos estructurales, o bien se efectúa su consolidación, así como el
228 Wouters, J. Nuevas tendencias para evaluar la condición y para la conservación de pergamino y
cuero curtido con taninos vegetales. Op. cit.
2°7
 +
tipo de reparaciones a efectuar en tapas y cubierta, optando por métodos rápi-
dos, que modifican en alguna medida la apariencia integral de la encuadernación
-p. e., reparaciones de la cubierta con papel japonés- o métodos más elaborados
pero que respetan al máximo la estética de los elementos originales -p. e., injer-
tos de piel bajo la cubierta-, técnicas que se detallarán más adelante. Lo mismo
cabe decir del resto de intervenciones que componen el tratamiento a determi-
nar: su aplicación o no, y la extensión y características de las mismas depende-
rán del valor intrínseco de la encuadernación entre otros factores.
En cuanto a las intervenciones de limpieza, debe distinguirse entre la elimi-
nación de la suciedad libre, de la incrustada (mugre) y de los productos aplica-
dos a lo largo de la historia del ejemplar -ceras, etc.- sobre la superficie de la
cubierta, destinados a proteger y flexibilizar la piel, pero que pueden haber sido
perjudiciales a largo plazo. Especial atención hay que tener hacia el uso de pro-
ductos acuosos en los tratamientos sobre piel curtida. Si el agua líquida no es,
como ya vimos, recomendable para intervenciones sobre pergamino, aunque sí
en forma de vapor -con moderación-, el agua, incluso en forma de vapor, pue-
de tener efectos devastadores sobre muchas de las pieles curtidas que presentan
signos de deterioro químico, produciendo su oscurecimiento, encogimiento y
fragilización de forma irreversible. Esto sucede debido a que su estado de dete-
rioro determina que su temperatura de contracción en húmedo sea muy próxi-
ma a la temperatura ambiental y, dado que durante la absorción de agua se pro-
duce una ligera subida de la temperatura, esta es suficiente para que se produzca
el colapso fibrilar con los efectos ya mencionados. Por otra parte, las pieles cur-
tidas al alumbre, aunque con una temperatura de contracción generalmente más
elevada debido a su estabilidad química, sin embargo, son sensibles a la hume-
dad por naturaleza, ya que el alumbre es soluble en agua y los tratamientos en
húmedo pueden desplazar el agente curtiente produciéndose el endurecimiento
de la piel. Si los distintos análisis previos revelan un buen estado de la piel, y
tenemos la seguridad de que no se trata de una piel curtida al alumbre, podría
considerarse la intervención de cierto grado de humedad en las diversas opera-
ciones de limpieza y reparaciones de la cubierta, siempre realizando pruebas pre-
liminares en zonas poco representativas.
Centrándonos en la determinación de un tratamiento estabilizador, en base
al pH de una piel curtida, ha de tenerse en cuenta que este tipo de soporte es de
naturaleza ácida, yel pH a partir del cual debe considerarse que hay un peligro
es de 3 o menos, máxime si el pH diferencial es superior a 0,7. En el caso del
pergamino, un pH 5 ya indica un deterioro químico llamativo.
208
También ha de prestarse atención a las capas de acabado en los materiales de
cubierta. Ciertos colorantes son sensibles a los vapores de amoniaco que, como
veremos, interviene en uno de los tratamientos de neutralización de la acidez,
produciendo virados y desvanecimientos. Otros recubrimientos de acabado
-tanto en pieles, telas y papeles de imitación- están formados por barnices de
piroxilina -nitrato de celulosa-, solubles en alcohol, por lo que la aplicación de
alcohol afectaría a estos recubrimientos. Todas estas circunstancias han de ser
evaluadas antes de determinar el tratamiento.
7. INTERVENCIONES SOBRE ENCUADERNACIONES DETERIORADAS
En las páginas siguientes trataremos sobre las intervenciones de limpieza,
estabilización, consolidación y acondicionamiento de encuadernaciones tradi-
cionales tanto de pergamino como de piel curtida. Muchos de los procedimien-
tos explicados están extraídos del excelente trabajo: Guidelines for the Conserva-
tion o[ Leather and Parchment Bookbindings, una publicación en la red de la
Koninklijke Bibliotheek. Las fórmulas de los productos utilizados se encuentran
detalladas en el apéndice.
71. Limpieza
71.1. Limpieza de la suciedad libre y poco adherida
La eliminación de este tipo de suciedad se efectúa con aspiradores adecua-
dos, según las consideraciones ya tratadas, utilizando pinceles de distinta
dureza para la remoción de partículas levemente adheridas y para acceder a
rincones difíciles o para la limpieza de superficies delicadas -en este caso con
pinceles de pelo suave. El uso de otros métodos más enérgicos, como paños
de microfibra, bayetas atrapapolvo, etc., presentan el riesgo de provocar
deterioros en cubiertas degradadas, por lo que sólo se considerarán cuando
el estado de la superficie lo permita. La limpieza con gomas de borrar pue-
de ser útil en cubiertas de papel, guardas, cortes del libro y, en general, en
soportes lisos; pero su utilización sobre pergamino o pieles no se considera-
rá salvo casos justificados.
71.2. Limpieza de la suciedad adherida
Para la limpieza de la suciedad que se encuentra fijada a la superficie de los
materiales, se hace necesaria la utilización de productos líquidos aplicados con
torundas de algodón -intervención ya tratada anteriormente. Este método no
2°9
 es aplicable a pieles débiles por deterioro químico, debido al peligro de rotu-
ras, ni, en general, para superficies muy absorbentes. En todo caso, el algodón
deberá estar sólo ligeramente impregnado para que el líquido actúe superfi-
cialmente y no penetre hacia las capas internas arrastrando con él la suciedad.
En materiales no sensibles al agua -telas papeles o pieles con recubrimientos
impermeabilizantes- , puede utilizarse agua o mezclas de agua y alcohol-eta-
nol o isopropanol- , comprobando siempre antes la resistencia ante los pro-
ductos. No obstante, la mayor parte de materiales más antiguos suelen ser
sensibles a la humedad.
El uso de estos alcoholes puros es efectivo con determinadas clases de sucie-
dad adherida - p. e., ennegrecimiento por polución- , pero no suele afectar a
la m ugre acum ulada por el tiempo. La adición de amoniaco al isopropanol
aumenta su poder limpiador de la suciedad incrustada, pero ya se añade par-
te de componente acuoso. En este sentido, se propone una mezcla de amo-
niaco - del 15% de pureza- al 5% en alcohol. 229 Esta mezcla está indicada
para pieles al alumbre, sensibles al agua, pero podría ser urilizada para otros
tipos de pieles o pergamino, si las pruebas preliminares lo permiten.
Cata de limpieza de una cubierta de piel con torunda de algodón
impregnada en alcohol isopropílico (85%) yagua (15%).
Biblioteca Histórica UCM
Restauraci ón del libro con signatura
BH MEO 1176
(foto J. Tacón)
Para pieles de curtido vegetal que se encuentren en buen estado y, por lo tan-
to, admitan cierto grado de humedad en los tratamientos, pueden utilizarse
mezclas más acuosas - y por ende más efectivas contra la suciedad adherida- ,
siempre que su forma de aplicación garantice una actuación superficial del
229 Smit, W J. T.; Porck, H . J. (eds.). Guidelines for the Conservation ofLeather and Parchment
Bookbindings. [Edición traducida y revisada de: Richt!ijnen voor de conservering van ¡eren en
perkamenten boekbandenj. Den Haag: Koninklijke Bibliotheek; Arnsterdam: Centraal Labora-
torium voor Onderzoek van Voorwerpen van Kunst en Wetenschap, 1997, 64 pág. Disponi-
ble en: http: //www.kb.nl/cons/leather/index-en.html [23/1/2009]
210
producto. Una fórmula indicada para este tipo de pieles es a base de agua,
carboximetilcelulosa y jabón neutro no iónico. La mezcla se agita hasta con-
seguir una espuma consistente que se aplica sobre la piel y se retira poste-
riormente con algodón, arrastrando consigo la suciedad. 230 El uso en forma
de espuma disminuye considerablemente la cantidad de producto aplicado,
de no ser así, aparte del riesgo de mojado de la piel, la introducción de CMC
en la piel provoca su rigidez y aumento de fragilidad.
7 1.3. Limpieza de p roductos grasos superficiales acumulados
Los restos acumulados de ceras y otros productos grasos sobre la superficie de
las cubiertas de piel pueden ser causa de su oscurecimiento y, a largo plazo,
fragilización por oxidación de esos productos. Para la eliminación superficial
de estas sustancias, pueden utilizarse diversos disolventes, siendo más ade-
cuados los de naturaleza no polar. La aplicación del disolvente será superfi-
Una práctica común en algunas colecciones,
ha consistido en la aplicación de cremas de
ceras coloreadas, que modifican la apariencia
de las decoraciones. En la imagen, limpieza de
la cera superficial con la emulsión indicada en
el apéndice.
Biblioteca Histórica UCM
(fotos J. Tacón)
cial, con cuidado de no provocar la penetración del disolvente arrastrando
estas sustancias hacia el interior del material; el tratamiento por baño de la
cubierta en el disolvente puede provocar una extracción de la grasa natural de
la piel. Cuando la capa de cera es m uy abundante, puede hacerse necesario su
ablandamiento previo con el disolvente, y la eliminación mecánica, con
230 Smit, W J. T.; Porck, H . J. (Eds.). Guidelines for the Conservation ofLeather and Parchment
Bookbindings. Op. cir.
2II
 espátula, de la mayor parte posible de la sustancia reblandecida. Este ablan-
dado puede ser realizado con la técnica del GoreTex® -poniendo en con-
tacto un secante impregnado en el disolvente, con la superficie de la cubier-
ta, interponiendo entre ellos una membrana de aquel material- o aplicando
una nebulización ultrasónica del disolvente, similar a la utilizada en la con-
solidación de tintas, pero en este caso sólo el disolvente, sin adhesivo.
Una fórmula propuesta para la limpieza de esta acumulación grasa superfi-
cial, se compone de una emulsión de petróleo refinado de baja temperatura
de ebullición -nafta ligera o éter de petróleo- yagua destilada, utilizando
jabón neutro no-iónico como agente emulsionante. La emulsión, de textura
gelatinosa, se aplica con una tela suave en movimientos circulares y sólo
actúa superficialmente debido a la volatilidad del disolvente, eliminando la
capa grasa y la suciedad adherida a ella. 231
72. Estabilización
El comportamiento autodegradatorio de muchas pieles de curtido vegetal,
cuyo pH puede caer hasta valores cercanos a 2 -debido en parte a la absor-
ción de contaminantes del aire-, es un problema importante. La estabiliza-
ción de este fenómeno ha sido motivo de estudio, desarrollándose algunos
métodos para ello. No obstante, la piel de curtido vegetal -predominante en
las encuadernaciones de piel- es un soporte de naturaleza ácida, y la aplica-
ción de productos alcalinos ocasiona un deterioro aún mayor, por lo que los
productos desacidificadores concebidos para papel deben ser totalmente des-
cartados para ser aplicados sobre pieles. Además, los productos deben ser apli-
cados en disoluciones no acuosas por los efectos ya citados del agua sobre las
pieles degradadas químicamente. El pH natural del pergamino, por el con-
trario, es neutro o ligeramente básico, pero puede acidificarse por factores
externos e internos; en este caso, la introducción de carbonatos alcalinos -de
calcio o magnesio- puede ser beneficiosa para su permanencia, siempre que
sea llevada a cabo de forma controlada en medio no acuoso.
Por lo anteriormente expuesto, la necesidad de realizar un tratamiento estabi-
lizador se basa en valores de pH distintos en los casos de cuero de curtido vege-
tal y pergamino. Mientras que en pieles se considera necesario estabilizar a pH
232
3-4 o inferior, en pergaminos estos valores se elevan a 5-6 o inferiores.
233
234
231 Smit, W J. T.; Porck, H . J. (Eds.). Guidelines for the Conservation ofLeather and Parchment
Bookbindings. Op. cit.
212
La aplicación de disoluciones de lactato o citrato de potasio han sido los tra-
tamientos más utilizados para la protección de la piel ante el ataque ácido; pero
hace ya tiempo que se estableció la poca efectividad de estos productos, 232 que
habrían de ser aplicados repetidamente para lograr una protección durable y,
además, han de ser preparados en disolución acuosa.
En el caso de una acidez alta, sobre todo si se confirma la presencia de ácidos
minerales fuertes en los resultados de los análisis previos, se indica la neutra-
lización del ácido libre mediante la exposición del material a vapores de amo-
niaco. El pH a partir del cual puede determinarse esta intervención es de 3 o
menos en el caso de la piel y 5 o menos cuando se trata de pergaminos.
Mediante este tratamiento el ácido sulfúrico libre se transforma en sulfato de
amonio. Para realizar el tratamiento, los libros -o sólo la cubierta en el caso
de desmontaje- son colocados en recipientes estancos en cuyo fondo se ha de
colocar una bandeja con amoniaco líquido. Los libros se sostienen en una
rejilla a distancia de la superficie líquida. El tiempo indicado para el trata-
miento es de 15 minutos en la cámara, dejándolos ventilar durante dos sema-
nas -preferiblemente en una vitrina extractora- para la eliminación total del
amoniaco residual. 233 El tratamiento con amoníaco, en todo caso, no presta
una protección ante el ácido formado en el futuro; el sulfato de amonio for-
mado en la neutralización es una "reserva" de aniones sulfato, capaces de for-
mar de nuevo el ácido. Otro posible riesgo del tratamiento es la sobre-expo-
sición a los vapores, que puede ocasionar que tos materiales soporten valores
de pH demasiado altos, sobre todo si el grado de humedad de la piel es ele-
vado. Además, algunos colorantes -presentes en los materiales de cubierta o
en las páginas impresas- son sensibles al amoniaco. Esta circunstancia ha de
ser convenientemente evaluada antes de determinar la neutralización.
Un tratamiento complementario al anterior, ya que sí actúa como regulador
del pH ante la formación de ácido en el futuro, es la aplicación de una solu-
ción de Imidazol, un compuesto que puede prepararse en medio no acuoso
y que posee el doble de efectividad que el citrato potásico. 234 Las ventajas que
ofrece este producto son:
Experts Agree Potassium Lactate InefJective. Abbey Newsletter, vol. 8, n.O 5. 1984. Disponible
en: http://palimpsest.stanford.edu/byorg/abbey/an/ an081 an08- 51 an08-506.html [2/1/2009]
Guidelines for the Conservation of Leather and Parchment Bookbindings. Op. cit.
Van Soest, H . y Hallebeek, P. Chemicalsolutions 01problems encountered in the conservation 01
old leather. ICOM-CC, 7th Triennial Meeting Copenhagen, 10-14 Sept. 1984, vol. 2, págs.
84,18,16-84,18 .18 .
21 3
 • Se comporta como ácido débil, evitando los peligros de la alta alcalinidad.
• Además de actuar como tampón ante el ácido, forma sales insolubles con
iones de hierro y cobre, eventualmente presentes, bloqueando su actividad
catalizadora de la oxidación -por la cual se forman más ácidos.
• Al ser una sal higroscópica actúa como humectante, aumentando ligera-
mente la flexibilidad del soporte -de forma similar al efecto ya apuntado de
la urea-, por su mayor contenido en agua.
El Imidazol es soluble en isopropanoI, pero para conseguir una mayor pene-
tración se propone dispersar las disoluciones en un hidrocarburo alifático. La
fórmula propuesta en la guía de la KB contiene un 2% de Imidazol, 12% de
isopropanol y 86% de keroseno. La aplicación puede ser realizada con bro-
cha, siendo necesaria una segunda aplicación tras el secado de la primera,
para lograr resultados aceptables -la aplicación de concentraciones mayores
puede provocar daños por el pH alto de la disolución más concentrada. El
tratamiento con Imidazol sólo puede ser considerado para pieles con un pH
inferior a 4, de lo contrario el pH puede subir hacia valores inadecuados.
73. Lubrificación de cubiertas de piel y pergamino
La aplicación de productos de distinta naturaleza sobre las cubiertas de piel
y, en menor medida, de pergamino, con la finalidad de "nutrir" el soporte, pro-
tegerlo, flexibilizarlo y mejorar su apariencia -aumentando su brillo-, es una de
las intervenciones más profusamente aplicadas y, al mismo tiempo, una de las
más discutidas. Este tratamiento se emplea en las etapas finales de una restaura-
ción pero también es concebido como una operación de mantenimiento en
algunas colecciones.
La aplicación de una capa superficial de uno de estos productos se concibe
como protección ante los productos contaminantes del aire y no interviene en
la mejora -de hecho algunos la empeora- de la flexibilidad a largo plazo del
soporte. Para conseguir una lubrificación efectiva es necesario que el producto
lubricante penetre hacia el interior del soporte, situándose entre sus fibras y dis-
minuyendo el rozamiento de estas durante el movimiento al utilizar el objeto.
Por tanto, se trata de dos intervenciones bastante distintas: por un lado la de
recubrir la superficie con una película aislante y protectora, y por otro, impreg-
nar el soporte con un fluido hidratante o lubricante.
La primera discusión que se plantea es la necesidad del tratamiento; sólo deter-
minadas zonas de las cubiertas de las encuadernaciones -la charnela (o cajo) y oca-
sionalmente el lomo- experimentan un movimiento durante el uso del libro. Por
21 4
otro lado, en pieles con alto grado de fragilidad debido a su deterioro químico, los
resultados del tratamiento son muy limitados, recuperándose poca flexibilidad.
Otro de los factores sometidos a consideración es el efecto a largo plazo de los pro-
ductos que permanecen en el interior o en la superficie de los materiales de cubier-
ta. La cera de abejas, utilizada en muchas de las formulaciones de mantenimiento
de pieles, es un material inestable que se oscurece y fragiliza a largo plazo, produ-
ciendo además la oxidación de los materiales en contacto con ella -esto puede ser
advertido en las viejas gotas de cera presentes sobre las hojas de algunos libros. Los
recubrimientos a base de materiales céreos más estables, como la cera microcrista-
lina o la cera acrílica, ofrecen una capa superficial, supuestamente protectora, sin
que intervenga en la flexibilización del material. En todo caso, la capa de cera aís-
la la superficie de la piel, dificultando la absorción de contaminantes, pero este mis-
mo aislamiento puede acelerar las reacciones de carácter autodegradatorio al impe-
dir la salida de los gases producidos en la descomposición química. La cera acrílica
es susceptible de ser mezclada con Klucel®G, utilizándose la mezcla como conso-
lidante (ver punto siguiente) y recubrimiento. m Otros materiales inadecuados para
su aplicación en pieles son los aceites de origen vegetal, los cuales, en mayor o
menor medida se oxidan y acidifican. En resumen, los posibles efectos perniciosos
de cada uno de los componentes de estos productos inadecuados son: 236
• Los aceites y grasas pueden provocar: aumento de la acidez, oxidación y
rigidez, manchas y virados de color, introducirse en materiales adyacentes,
formar superficies pegajosas y aumento del riesgo de deterioro biológico.
• Los aditivos céreos: bloquean la porosidad, aumentan la adhesión del polvo,
modifican la apariencia de la superficie y dificultan tratamientos posteriores.
• Los disolventes de las preparaciones pueden: ablandar la piel, disolver y
desplazar las grasas originales y afectar a los acabados superficiales.
Por todo lo anterior, la determinación de un tratamiento de lubrificación
sólo debe ser considerada cuando se ha producido un descenso del contenido de
la grasa natural de la piel-lo cual, puede ser valorado con pruebas analíticas que,
m St. John, K. Survey 01 Current Methods and Materials Used for the Conservation 01Leather Book-
bindings. The Book and Paper Group Annual. The American Institute for Conservation of
Historie and Artistic Works, vol. 19, 2000. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/
annual/v 19/bp 19-32.html [25/112009]
236 McCrady, E; Raphael, T. Leather dressing: to dress or not to dress. Conserve O Gram, n.O 911.
1993. Disponible en: http://www.cr.nps.gov/museum/publications/conserveogram/09-0 1.pdf
[6/1/2009]
21 5
 no obstante, requieren una cantidad de muestra significativa-, y sólo para resti-
tuir los niveles adecuados de grasa para cada caso, huyendo claramente del
sobre-engrasado. Los productos grasos más aceptados para su aplicación sobre
las pieles curtidas son el aceite de pata de buey y la lanolina -de hecho en
muchas de las formulaciones se incluyen ambos productos- debido a su resis-
tencia a la oxidación. Respecto al aceite de pata de buey, ha de ser puro -algu-
nos pueden venir mezclados con otroS aceites-; un método para contrastar su
idoneidad es introduciéndolo en el congelador, solidificándose cuando es de baja
calidad. En cuanto a indicadores analíticos que valoren su pureza, el índice de
iodo debe situarse entre 67-81. 237 En todo caso, los beneficios de la aplicación
de estos productos lubricantes en las pieles siguen siendo poco claros.
Para la aplicación de estos productos, existen fórmulas en forma de emul-
sión, con intervención de agua, o en forma de disolución en disolventes no
acuosos. Tanto para las fórmulas de emulsiones como de disoluciones, los disol-
ventes orgánicos utilizados para la introducción del lubricante hacia el interior
de las fibras, deben ser de naturaleza no polar y de evaporación lenta, utilizán-
dose White Spirit, hexano o keroseno. La penetración del producto lubricante
mejora sustancialmente si el soporte a lubricar se acondiciona previamente en
cámara de humidificación a una humedad relativa del 70% -hasta el equilibrio
total, lo que puede llevar de 1 a 4 días, según el caso.
La aplicación de emulsiones se contempla en pieles en buen estado, que
admitan una leve presencia de humedad. Al contener parte de agua, las emul-
siones son absorbidas con mayor facilidad, produciéndose una hidratación
mayor que en el caso de las disoluciones. Las emulsiones se componen básica-
mente de los productos grasos, un agente emulsionante, el disolvente no acuoso
yagua. La fórmula indicada en la guía de la KB para emulsiones contiene acei-
te de pata de buey, lanolina, detergente neurro no iónico, keroseno yagua, en
proporciones variables dependiendo del contenido graso deseado.
Las disoluciones sólo están compuestas por las grasas lubricantes y el disol-
vente, cuyas proporciones también dependen del porcentaje graso a emplear
(véanse las fórmulas en el apéndice).
Algunas formulaciones comerciales pueden incluir en su composición otros
productos como funguicidas -timol-, plastificantes -sorbitol- u otros produc-
tos químicos que actúan como fijador de las grasas sobre las fibras.
237 Van Soest, H . y Hallebeek, P. Chemical solutions ofproblems encountered in the conservation of
old leather. Op. eie.
216
En el caso particular de las pieles con curtido al alumbre, el tratamiento de
lubricación se hace innecesario debido al mayor contenido graso de las pieles
con este tipo de curtido. En cuanto al pergamino, además de las consideracio-
nes ya tratadas en los tratamientos específicos sobre ese soporte, en la guía del
KB se indica la aplicación de una disolución del 2% de lanolina en keroseno,
previo acondicionamiento del pergamino al 70% de HR.
La forma de aplicación de cualquiera de las fórmulas arriba mencionadas,
deberá ser -siempre que sea posible- por el reverso de la cubierta -aunque gene-
ralmente deben aplicarse por anverso al no ser despegada la piel del cartón o
madera de las tapas-, extendiéndolo con brocha -particularmente útiles para
ello son las brochas de goma espuma- con una o dos aplicaciones según el caso
particular, y dejando posteriormente ventilarse el disolvente hasta la desapari-
ción completa del olor.
7.4. Consolidación de pieles con deterioro químico avanzado
El problema de las pieles extremadamente debilitadas por deterioro quími-
co -red rot- requiere la aplicación de un agente consolidante que retrase la des-
integración paulatina de la cubierta. La aplicación de productos acuosos -p. e.,
engrudo-, debe ser totalmente descartada, ya que los efectos de la humedad en
las pieles con este estado, son muy acusados e irreversibles, en forma de enne-
grecimiento y encogimiento. Por ello, estas intervenciones se basan en el uso de
consolidantes en disolución no acuosa. No obstante, la consolidación de pieles
pulverulentas a menudo conlleva un cambio, mayor o menor, de la apariencia
tonal del material; alteración admisible si se considera que, de no efectuarse la
consolidación, la piel se encontraría abocada a la pérdida total.
La Hidroxipropilcelulosa -Klucel® G- en alcohol es uno de los productos
indicados para este tratamiento. 238 Para la correcta consolidación de las capas inter-
nas, el producto debe poder penetrar, por lo que la concentración no debe ser muy
elevada -0,5 al 1%. Si se requiere consolidar más las capas superficiales, puede
aplicarse posteriormente una segunda capa con una concentración mayor -1 al
2%. El uso de HPC en alcohol isopropílico se considera más adecuado que su apli-
cación en alcohol etílico, por la mayor polaridad de este, lo cual puede producir
mayor oscurecimiento y eflorescencias de taninos solubles. 239
Otros productos que han sido empleados para esta intervención fueron disolu-
ciones de resinas acrílicas flexibles, como el Pliantex®, producto desaparecido del
mercado. Actualmente se indica el uso de poliuretano como último recurso -debi-
do a su irreversibilidad- para la consolidación de pieles severamente debilitadas. El
21 7
 poliuretano, o más concretamente los grupos isocianato, reaccionan con los radi-
cales OH de las moléculas de la piel, endureciéndose y formando enlaces latera-
les que aumentan la cohesión entre las fibras . La estructura de este producto plás-
tico -utilizado, entre otras aplicaciones, para la fabricación de pieles sintéticas-
ofrece buena elasticidad a la piel consolidada. Las consideraciones a tener en
cuenta en los tratamientos con este producto son: 240
• Se utiliza un poliuretano parcialmente curado (lo que aumenta su viscosi-
dad para permitir su aplicación con brocha) sin diluir o diluido en keroseno
cuando la alta disgregación de la piel así lo aconseje.
• Debido a que la reacción hace descender el contenido graso de la piel, las
encuadernaciones han de ser previamente lubricadas. Se indica para ello un pre-
parado a base de keroseno (88%), lanolina (8%) y aceite de pata de buey (4%).
• Si la piel tiene un bajo contenido de humedad, el endurecimiento del
poliuretano se lleva a cabo a partir de la humedad del aire, produciéndose
una menor consolidación. Para evitar esto, el producto debe ser aplicado a
la piel previamente acondicionada a una HR del 70 ó 7 5% (preacondicio-
namiento también necesario para la correcta lubrificación previa).
• Se aplican dos manos del producto con brocha, el eventual exceso de poliu-
retano (zonas con brillos) puede ser retirado con un paño seco al día siguien-
te de la aplicación.
75. Consolidación de encuadernaciones
7 5.1. Introducción
Las intervenciones de consolidación en encuadernaciones, se dirigen a la repa-
ración de los daños mecánicos ocasionados yal reforzamiento de su estructura, con
el fin de permitir un uso seguro. Como ya se dijo, en el pasado fue más habitual
la sustitución de la encuadernación que las reparaciones sobre encuadernaciones
deterioradas. También se han utilizado, a lo largo de la historia, distintas técnicas
de reparación más o menos toscas; desde la aplicación de parches de piel o perga-
238 Existen algunas reservas en cuanto a la estabilidad de la HPC, que han de ser valoradas al
determinar este tratamiento.
239 ~alnan, C. Correo electrónico. 4/6/ 1997. en: Primanis, O. Binding repairs fl r special collec-
ttons at the Harry Ransom H umanities Research Center. The Book and Paper Group Annual.
The Amencan Ins:ltute for Conservation of Historic and Artisric Works, vol. 19, 2000, págs.
115-121. Dlspomble en: hrtp:llaic.sranford.edu/sg/ bpg/annual/v 19/bp19_30.hrml [11 / 11
2009]
240 Guidelines for rhe Conservarion of Leather and Parchment Bookbindings. Op. cir.
218
Reparación antigua de una encuadernación. Se adhirió un nuevo
lomo de piel similar a la original, sobre la cubierta original e inte-
grándolo estéticamente mediante decoración gofrada.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto J. Tacón)
mino sobre las roturas de la cubierta, hasta el uso de telas adheridas o cintas auto-
adhesivas -de tela, cinta de embalar, cinta de celofán, etc. Algunas de las repara-
ciones con pieles consistían en la superposición de un nuevo lomo -completo o
sólo en la zona de las cofias-, que al mismo tiempo consolidaban la unión de las
tapas al pegar las bandas del nuevo lomo sobre las tapas de la encuadernación dete-
riorada, cubriendo la zona del cajo con el nuevo material.
Las intervenciones de reparación de encuadernaciones pueden ser muy
diversas, dependiendo del tipo de encuadernación, su estado, carácter de la
colección y exigencias en cuanto a las características estéticas de los resultados
que se desean obtener. Podemos diferenciar entre los libros que sólo requieren
una intervención sobre la encuadernación, y aquellos que fueron desmontados
para recibir algún tipo de tratamiento sobre su cuerpo de hojas y que posterior-
mente deben ser reencuadernados conservando, en su caso, la mayor parte de
materiales originales de la antigua encuadernación.
Para las encuadernaciones cuyo deterioro se circunscribe a la estructura
"externa" - rotura de cajos, de lomo o separación de las tapas-, existen métodos
más o menos rápidos de intervención. Pero si el daño se extiende a materiales
estructurales -deterioro de la costura, rotura de nervios, etc. , o se requieren
resultados de mayor calidad, debido a un alto valor intrínseco de la encuader-
nación, los métodos son más minuciosos y se precisa de un amplio conocimien-
to práctico sobre la estructura de las encuadernaciones y la función de cada ele-
mento. Las soluciones técnicas, que en adelante se detallan, podrán también ser
combinadas y las operaciones efectuadas o no según los casos concretos.
7 5 .2 . Adhesivos adecuados
Las consideraciones efectuadas en cuanto a la sensibilidad de algunas pieles de
las cubiertas a la humedad, condicionan en gran medida el uso de adhesivos
21 9
 exclusivamente acuosos en las intervenciones sobre encuadernaciones de
piel. Cuando una de las dos superficies a unir sea la piel de la cubierta, se
evitarán los adhesivos de base acuosa, optándose por Klucel® en alcohol iso-
propílico o preparaciones de otras celulosas modificadas (Me, MHEC) con
bajo contenido en agua. En caso de utilizarse el Klucel®, para procutar
mayor poder de adhesión y mejorar su homogeneidad, deberá ser preparado
en concentraciones relativamente altas (3-4%), añadiendo una pequeña par-
te (5% o menor) de agua o cola de almidón, salvo que un alto grado de dete-
rioro químico desaconseje la intervención de esta mínima cantidad de hume-
dad. Para evitar totalmente la intervención de agua, también se puede aplicar
una capa de resina acrílica en disolución sobre la superficie donde va pegada
la piel dejando secar y reactivando posteriormente con disolvente - p. e., ace-
tona- para pegar por contacto. 24 1 En cuanto a otras preparaciones hidroal-
cohólicas, la MHEC (Tylose MH 300) al 2% en mezcla de agua (15%) e
isopropanol (85%), puede ser utilizada en pieles con una resistencia a la
humedad algo mayor. El uso de isopropanol en vez de etanol en estos adhe-
sivos se basa la menor polaridad ya aludida.
Si la piel está en buenas condiciones en cuanto a envejecimiento químico,
podrá optarse por adhesivos acuosos pero siempre procurando el menor gra-
do posible de humedad y su escasa penetración hacia las capas interiores de
la piel. En este sentido, las emulsiones EVA o acrílicas -p. e., Lascaux
360HY, que puede mezclarse con el 498HV si se desea menos mordiente- ,
producen un humedecimiento limitado a la superficie -si son aplicadas con
la consistencia y extensión adecuada-, 242 mientras que el almidón introduce
más agua hacia las capas internas, pudiendo producirse eflorescencia de pro-
ductos solubles, provocando un velo blanquecino. Estos adhesivos sintéticos
tienen un mayor poder de adhesión pero escasa reversibilidad. Su mayor
inconveniente radica en lo incierto de su estabilidad a largo plazo, ya que se
trata de adhesivos de aparición relativamente reciente.
75.3. Métodos "rápidos" de consolidación de encuadernaciones
En este apartado se englobarán algunas de las técnicas utilizadas para la repa-
ración de encuadernaciones sin necesidad de desmontajes laboriosos. Todos
241 Progress in leather conservation, Universiry of Texas, Austin. March 12-14, 1997. En: Frede-
ricks, M . Conference Review. WAAC Newsletter, vol. 19 (2), May, 1997. Disponible en:
http: //palimpsest.stanford.edu/waac/wn/wn 19/wn 19-2/wn 19-209 .html [19/ 112009J
242 En este sentido, la primera capa de adhesivo que se aplica actúa, una vez seca, como barrera
ante la humedad de las sucesivas capas de adhesivo.
220
estos métodos, en mayor o menor medida, provocan un impacto estético sobre
la encuadernación, por lo que su aplicación suele limitarse a encuadernaciones
comunes, sin un valor intrínseco alto. Básicamente, estos procedimientos se
dirigen a la unión de tapas desprendidas y a la reparación de deterioros físicos
en las cubiertas y guardas, así como, en su caso, a fortalecer la costura en algu-
nos cuadernos. En el caso que el lomo de la encuadernación se encuentre des-
pegado, las reparaciones podrán realizarse por debajo de este, adhiriéndolo
posteriormente sobre las reparaciones. Los métodos que se describirán conso-
lidan las encuadernaciones lo suficiente para un uso seguro, permiten la inter-
vención sobre un número mayor de ejemplares, debido a su mayor rapidez de
ejecución, y conservan en mayor medida la estructura original que otras inter-
venciones mas profundas. 24 3
Reparaciones con papel japonés
Esta técnica consiste en la adhesión sobre la piel de tiras de papel japonés
con el fin de unir las tapas sueltas al cuerpo del libro, y reintegrar las zonas
con pérdidas del material de cubierta. Aunque en el método original descri-
to por Don Etherington se indica el uso de mezcla de PVA - reversible- y
almidón de arroz, el adhesivo utilizado debería adecuarse al estado de la piel,
considerando las precauciones ya tratadas. El papel se va pegando capa por
capa hasta conseguir el grosor adecuado en las distintas zonas. Para amino-
rar el impacto estético que produce este método de reparación, las zonas
cubiertas con el papel japonés pueden reintegrarse cromáticamente para
Las reparaciones de encuadernacio-
nes en piel mediante el uso de papel
japonés dan unos resultados total-
mente satisfactorios. La entonación
final del papel puede realizarse con
pintura acrílica, en este caso, se apli-
ca el color sobre la última capa de
papel antes de ser adherido.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos Inmaculada Latorre)
243 Primanis, O. Binding repairs flr special collections at the Harry Ransom Humanit~es Resea~ch
Center. The Book and Paper Group Annual. The American Institute for Conservatlon of HIS-
torie and Artistic Works, vol. 19, 2000, págs. 115-121 . Disponible en: http://aic.stanford.edu
Isg/bpg/annual/v 19/bp19-30.html [11/1 /2009J
221
 entonarlas con la piel original co n el uso de pintura de base acrílica. 244 El Cabo de cordel do blado so bre sí mismo y cosido al nervio
cajo interior de la tapa -el pliegue de la guarda- también puede ser repara- original. Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 106
do con una tira de papel, en este caso algo más fino para no entorpecer el (Foto Carmen Fernández)
cierre de la tapa. Para lograr una mayor resistencia de la unión entre tapa y (Foto Agustín Ramos)
cuerpo del libro, la tira de papel pegada por el cajo exterior deberá prolon-
garse, volviendo por los contracantos de las tapas, hasta el corte de la guar-
da. En la primera descripción de este método, 245 se hicieron, entre otras, las
siguientes indicaciones:
• Es importante colocar la tira del cajo interior o compensar su grosor con
un cartoncillo antes de completar la reparación del cajo exterior, de lo con-
trario, entorpecerá el cierre de la tapa.
• Si la piel exhibe un alto grado de disgregación por deterioro químico - Red Adición de nuevos nervios para la sujeción
de la cubierta. cosiéndolos a través del cuerpo
Rot- se indica su consolidación previa con Klucel®G para que la piel no
del libro en algunos cuadernos.
"rechace" al papel. Proceso de restauración del libro con signatura BH INC FOA 2694
• Las tiras de papel deberán cortarse con los bordes desfibrados, marcando (Foto Pilar Puerto)
una línea de agua para facilitar la labor. El ancho será variable según el caso
particular. La tira interior será de la altura del libro y la exterior mayor que
esta, con el fin de volverla hasta el comienzo de la guarda.
• Una vez pegada la tira sobre el cajo exterior, ha de dejarse secar antes de
pegar las vueltas.
• Como operación de acabado, se indica un recubrimiento con una ligera
capa de cera acrílica -SC6000.

Enlazado de las tapas con cordeles o cintas

En este caso, deben fijarse cabos de cordel o cintas sobre el lomo del libro, para
enlazar las tapas, fijándolas de nuevo a la estructura de la encuadernación.
Cuando es necesaria la consolidación de la costura (ver más adelante) se pue-
den añadir cintas al nuevo cosido que luego servirán para el fijado de las tapas.
En el caso de libros con el lomo de la cubierta despegado - o fácilmente des-
montable- existen diferentes técnicas para sujetar el nuevo material de enla-
ce al lomo del cuerpo de hojas. Una de ellas consiste en agujerear con un
244 Durand, S.; Gacquiere, M. Le traitement de conservation des reliures anciennes en cuir ejJectué
avec du paper japonais. Bibliotheque Nationale de France. 2003. Publicado en:
http://www.bnffr/pages/infopro/ conservation/pdf/ papier_japon. pdf [11/1/2009)
245 Etherington, D. Japanese paper hinge repair flr loose boards on leather books. Abbey Newsletter,
vol. 19, n.O 3, 1995, págs. 48-49. Disponible en: http:// palimpsest.stanford.edu/byorg/abbey
/an/an19/an 19-3/an19-305.html [16/1/2009)
Reconstrucción del sistema de fijado de tapas con la misma técnica utilizada en la antigua
reencuadernación de este libro: inserción de tiras de piel curtida al alumbre a través
de orificios en los nervios de la costura primitiva. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauració n del libro con signatu ra BH INC FFL 67
(Fotos Carmen Fernández)
punzón fino, en la base del cajo hacia el lomo - con el orificio de salida a la
altura del segundo o tercer cuaderno- , introduciendo una lazada de hilo
fuerte que, una vez cerrada introduciendo los cabos por el ojal formado,
abrazan el cajo, dejando cabos sueltos para su enlace con las tapas. 246 Otra
246 Espinosa, R.; Barrios P. Joint Tacketing: A Method 01 Board Reatta~hment. T~e Book and Paper
Group Annual. The American Institute for Conservation ofHistonc and Arnstlc Works, vol. 10,
1991. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/annual/v10/bp10-08.html[19/1/ 2009)

222 223
 Inco rporación de nuevas tapas de cartón enlazando
los nervios o rigi nales y las tapas mediante cosido.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del li bro co n signatura BH FLL 12 128
(Foto Inmaculada latorre)

e,

?~
(~---- - _':"~ .
opción consiste en enlazar hilos alrededor de los nervios de la costura, en los
dos o tres cuadernos primeros y últimos del cuerpo del libro, dejando cabos - ~"'""- . ""-- lo""
sueltos para el encartonado. Existen diversas técnicas para prolongar un ner- :~~~~
.. ----- -- --- ~~
-
~~~ -
-;. ~ ....::..-_--~- ~ .
vio roto con el fin de restablecer el enlazado con la tapa; en todo caso, con- ~ - -- ~ ~

viene evitar el simple pegado de cordeles - ya que con el uso pueden volver
~
//J,
. ~ _____ I ~-~

a desprenderse- y basarse en enlazados o cosidos anclados en elementos de
la estructura de la encuadernación, que ofrezcan resistencia.
Si la cubierta del lomo no p uede despegarse - p. e., pieles muy finas y con
gran fragilidad- se dificulta la operación de fijar nuevos cordeles. En estos
casos resultará más adecuada la reparación con papel japonés. Una solución
más segura, pero de mayor impacto en la apariencia de la encuadernación,
es realizar los enlazados del párrafo anterior por encima de la cubierta del
lomo, quedando el cordel a la vista.
Una vez fijados los cabos de sujeción al cuerpo del libro, las tapas pueden
enlazarse practicando previamente los correspondientes orificios o, en su
caso, a través de los orificios del encartonado original; si se realiza un solo
orificio, los cabos irán pegados sobre la contratapa; si se realizan dos - uno
para cada cabo- puede realizarse además un nudo que incrementa la resis-
tencia del enlazado. Para evitar ver los cordeles pegados o anudados sobre la
guarda, sin necesidad de un desmontaje laborioso, se puede levantar ésta sólo
en la zona del enlazado, junto con algunas capas del cartón, realizando una
incisión con el bisturí -en forma de lengüeta- y volviéndola a pegar tras
efectuarse el enlazado.
Consolidación de la costura y cabezadas
Uno de los deterioros habituales en encuadernaciones que han soportado un
uso habitual, se presenta en la costura de los cuadernos, bien por rotura de
247
los nervios de la costura o por rotura del propio hilo, apareciendo el bloque
de hojas fragmentado en varias secciones o con algunos cuadernos sueltos.
Técnica de unión de tapas alojando el cordel
de enlace bajo lengüetas practicadas en las
guardas: Una vez consolidada la costura que-
dan los cabos de enlace. Estos cabos se intro-
ducen por el canto del cartón por orificios
que dan a las zonas donde se practican las len-
güetas, que son adheridas de nuevo tras el fija-
do de los cabos. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH FFL 10833. (Fotos Inmaculada latorre)
En este caso, y previamente a efectuar las reparaciones en la cubierta, puede
optarse por la consolidación de la costura; reparación que ahorra la realiza-
ción de una costura completamente nueva, conservándose al mismo tiempo
la costura original, como una evidencia más de la integridad del objeto.
La consolidación consiste básicamente en la realización de una costura
nueva, paralela a la original, en los cuadernillos con su costura deteriora-
da, extendiendo esta costura a 2 ó 3 cuadernos más para una mayor soli-
dez del resultado. Dependiendo del caso concreto, el cosido de refuerzo
puede realizarse sobre los nervios originales, sobre nuevos nervios o cintas,
o bien sin nervios, mediante costura copta. 247 Otra propuesta consiste en
Tambien llamada bizantina. Es una costura sin nervios, a base de cadenetas, equiparable a la
denominada "rústica fuerte" en: Monje Ayala, M . El arte de la encuadernación. Madrid: Labor.
1956. Reimpresión por Clan en 2000.

224 225
 #

realizar un enlomado con tela, realizando la costura de refuerzo a través de este El proceso consta básicamente de las siguientes operaciones:
nuevo enlomado. 248
• Desmontaje del lomo de la cubierta.
El inconveniente de estas técnicas es el abultamiento de la nueva costura, lo
• Reenlomado del cuerpo del libro con tela dejando las correspondientes
cual, en el caso de pliegos muy finos y abundantes, puede hacer inviable esta
solapas de refuerzo, realizando otro enlomado pero esta vez adhiriendo entre
solución. Debido a esta circunstancia, deben utilizarse hilos de lino sufi-
sí únicamente las solapas de refuerzo, quedando un fuelle en el lomo.
cientemente finos para aminorar en lo posible el abultamiento.
• Realización de la ranura en el canto del cartón por medio de la máquina
En cuanto a la consolidación de cabezadas que se encuentren semi-desprendi-
para ello. La ranura no afecta a los cantos de cabeza y pie, solo al canto
das del cuerpo del libro, una solución consiste en realizar su cosido en algunos
correspondiente al cajo.
puntos con hilo muy fino - p. e., seda- y/o adherir una tira de papel japonés
• El refuerzo del enlomado es cortado, dejando una solapa en relación con
en la parte posterior de la cabezada, uniendo ésta con el cuerpo del libro.
la profundidad de la ranura.
• Se inyecta adhesivo en el interior de la ranura, introduciendo la solapa y
dejando secar con peso. Como final del tratam iento, se puede entonar la par-
Efectos del uso frecuen- te vista de la tela con tintes apropiados o pintura acrílica para adecuar la apa-
te sobre costuras relati-
vamente débiles.
riencia estética de la reparación.
Biblioteca Histórica
En una evaluación de los materiales más adecuados para la realización de esta
UCM
(Fotos J. Tacón) intervención 250 se concluyó que la tela de algodón, aún en gramajes menores,

CONSOLIDACiÓN DE UNA COSTURA CON ADICiÓN DE NUEVO MATERIAL DE ENLACE CON LAS TAPAS

Reenlomado y pegado del refoerzo en el interior del cartón

Estado inicial, con fragmentación
Para la ejecución de esta técnica es necesario el desmontaje del lomo de la
de los nervios.
cubierta - o quizá ya se encuentre desprendido o perdido- , para proceder al
reenlomado del libro con tela, dejando unas solapas de refuerzo para su unión
con las tapas. En este caso, las solapas de refuerzo se pegarán en el interior del
Reforzamiento de la costura de los
cartón, para lo cual habremos de exfoliarlo en dos para introducir y adherir cuadernos adyacentes a la rotura
la solapa de unión . Existen máquinas diseñadas específicamente para este tra- de los nervios, añadiendo tiras de piel al
tamiento, que realizan una ranura longitudinal en el canto de la tapa por la alumbre como medio de fijación a las tapas.

que se introducirá y adherirá la correspondiente solapa de refuerzo. Este

método parcialmente mecanizado, cuya denominación original es board slot-
ting, fue ideado por Christopher Clarkson, 249 y es utilizado en ocasiones para Detalle.
Biblioteca Histórica UCM
tratamientos sistemáticos de consolidación en un gran número de ejemplares. Proceso de restauración del libro con signatura BH DER 3074
(Fotos Pilar Puerto)

248 Primanis, O . Binding repairs flr speciaL coLLections at the Harry Ransom Humanities Research
Center. Op. cit. 250 Zimmern, F. Board SLotting: A Machine-Supported Book Conserv~tion Met~od. .The Book an.d
249 Clarkson, C. Board sLotting: a new technique flr re-attaching bookboards. En: Fairbrass, S. (Ed.) Paper Group Annual. The American Insriture for Conservanon of HIstorIC and Arnsnc
Conference papers, Manchesrer, 1992. Leigh, Insrirure of Paper Conservarion, 1992, págs. Works, vol. 19, 2000. Disponible en: hrrp://aic.sranford.edu/sg/bpg/annual/v19/bp19-
158-164. 25 .hrml [21/1/2009]

226 227
 ofrece más resistencia al plegado que el lino; el almidón ofrece menos resis-
tencia que otros adhesivos como emulsiones de PVA o gelatina, pero mejores
resultados prácticos al no secarse prematuramente durante las operaciones.
7. 5.4. Consolidación integral de encuadernaciones
Introducción
Hemos denominado así al método de restauración de encuadernaciones que,
con intervenciones más laboriosas que en los métodos antes descritos, con-
siste en el desmontaje de los elementos necesarios con el fin de consolidar o
sustituir aquellos que se han deteriorado y no contribuyen con su función
en la estructura de la encuadernación, volviéndose a realizar posteriormente
el montaje. Este tipo de tratamiento se caracteriza por su menor impacto
visual, ya que el material de refuerzo se sitúa bajo los materiales originales
-cubierta y guardas- , lo que redunda en una modificación mínima de los
atributos estéticos. Otra característica de este tipo de intervención es su labo-
riosidad, lo cual reduce su aplicación a un número limitado de ejemplares.
Aunque el fratamiento integral de encuadernaciones modifica en menor
medida las características externas de las encuadernaciones, a nivel interno
algunos de los elementos estructurales sufren una modificación; por ejem-
plo: las cabezadas cosidas se conservarán, pero no formando parte de la
estructura en el caso de determinarse la sustitución de la costura; los refuer-
zos del lomo generalmente serán sustituidos e incluso podrían incluirse
refuerzos de la unión de tapas y cuerpo del libro no presentes en la estruc-
tura original, pero estos nuevos añadidos siempre permanecerán ocultos en
la estructura interna del volumen; no obstante, siempre habrá que valorar-
Reintegr ación de las zonas perdidas de piel de una encuadernación mediante
injer tos de piel bajo la cubier ta. Biblioteca Históri ca UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH FLL 30454. (Fotos (armen Fernández)
228
se, al establecer el tratamiento, la admisibilidad o no de estas modificacio-
nes estructurales.
En esta ocasión, el estado de la encuadernación determinará el alcance del
desmontaje y el tipo de intervención. Por ejemplo, una encuadernación con
desperfectos en la cubierta, pero con los demás elementos de su estructura
en buen estado -costura, cabezadas, etc.- , sólo requeriría el desmontaje de
la cubierta en los alrededores de la zona afectada con el fin de adherir bajo
esta, un refuerzo o un injerto de nuevo material; mientras que, si los nervios
de la costura se han fragmentado , y ha de rehacerse la costura en su totali-
dad, el desmontaje ha de ser completo.
Las operaciones que se describirán a continuación corresponden a un trata-
miento completo, pero las intervenciones pueden ser aplicadas o no depen-
diendo de las características y estado de la encuadernación y de los resulta-
dos requeridos. El mismo procedimiento de trabajo se urilizará cuando el libro
ha sido desmontado para la realización de tratamientos sobre sus hojas -p. e.,
lavado- , y se determinó la reutilización de la encuadernación original.
Desmontaje
Aunque el desmontaje de encuadernaciones ya fue abordado al tratar sobre
el desmontaje de libros para la aplicación de tratamientos sobre sus hojas, se
repetirán algunas consideraciones básicas de las operaciones implicadas.
Despegado de guardas y refuerzos de la contratapa
Las guardas y refuerzos podrán despegarse mediante humectación a base de
geles acuosos, como Laponite® RD o similar. La presencia de otros adhesi-
vos - p. e., reparaciones inadecuadas- podrá exigir el uso de disolventes para
el despegado (véase: despegado de soportes, más atrás).
Desmontaje de herrajes
Una vez quitadas las guardas de ambas contratapas para desmontar los herra-
jes -siempre que sea necesaria esta operación, por ejemplo si se determina la
sustitución de las tapas de madera o cartón- , se desdoblarán o cortarán los
remaches de sujeción o, en su caso, se desdoblan las patillas para extraer los
elementos metálicos. Siempre que deba apalancarse se protegerá la zona de
contacto con espátula.
Desmontaje de la cubierta
El desmontaje de la cubierta - separación entre el material de cubierta (p. e.,
piel) y las tapas- sólo se contemplará en el caso de determinarse la sustitución
229

Una vez desenlazados los soportes de la costura y
despegado el lomo, pueden separarse cuerpo del
libro y tapas unidas por la cubierta.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 89
(Foto Minako Wada)
de las tapas por encontrarse con un deterioro avanzado -p. e., por hongos-
dándose generalmente la circunstancia en estos casos, de que el adhesivo ha
perdido su poder de cohesión. En todo caso, el despegado ha de hacerse por
medios exclusivamente mecánicos -con espátulas, bisturí, etc.- sin interven-
ción de humedad, siendo más adecuado en las zonas conflictivas arrancar par-
te del cartón adherido a la cubierta, rebajando posteriormente con bisturí u
otros medios abrasivos este cartón. De la misma forma, si la cubierta debe ser
despegada alrededor de una zona concreta -p. e., para realizar un injerto bajo
ella- también se utilizarán medios mecánicos para ello. Lo más habitual es
desmontar cubierta y tapas unidas, para lo cual han de soltarse los enlaces de
nervios y, en su caso, cabezadas, de las tapas conservando la mayor cantidad
posible de material de enlace y despegar, en caso necesario, la cubierta y el
bloque de hojas en la parte del lomo, de forma mecánica (en seco).
Despegado de refuerzos adheridos al lomo
En caso necesario, los refuerzos adheridos al lomo, así como la cola del enlo-
mado, pueden ser retirados con espátula, reblandeciendo previamente con
geles acuosos -Laponite, engrudo, etc. Para eliminar capas de adhesivos
como "cola blanca" u otros sintéticos, pueden reblandecerse con disolventes
y/o con el uso de aire caliente a temperatura controlada, retirando con espá-
tula -mejor con recubrimiento de teflón- el adhesivo reblandecido.
Desmontaje de cabezadas
Las cabezadas sólo deberán ser desmontadas si se determinó la sustitución
íntegra de la costura. En el caso de optarse por una consolidación del cosido
-en los términos previamente explicados- el desmontaje de la cabezada no
será necesario. Antes de proceder a su desmontaj e, las cabezadas han de ser
consolidadas con el fin de que no se deshagan al ser manipuladas. Para ello se
aplica un adhesivo adecuado por el interior -en la zona posteriormente ocul-
23°
tada por el lomo. El desmontaje se realiza mediante el seccionado de los hilos
de enlace en las proximidades de la cadeneta de la costura. Si se trata de cabe-
zadas pegadas, simplemente se despegarán de la forma adecuada -mecánica-
mente o con el uso de un gel humectante. Una vez desmontadas, se conser-
van convenientemente etiquetadas hasta su montaje posterior.
Desmontaje de cuadernos
Los cuadernos deberán ser desmontados si se determina la realización de una
costura nueva. Previamente al desmontaje debe medirse el lomo para conse-
guir la misma medida tras la nueva costura, con el fin de que la cubierta
vuelva a encajar en el cuerpo del libro. El proceso de desmontaje seguirá las
indicaciones ya realizadas, salvo el desmontaje en húmedo de los bifolios
exteriores. En este sentido, si no se realiza el lavado de todas las hojas, las que
se sumergen para el desmontaje presentarían un tono más claro que el resto;
en este caso, el desmontaje se concibe únicamente para la realización de una
nueva costura. Por ello, los libros que presenten en el lomo un adhesivo que
penetró entre los cuadernos pueden sufrir la rotura de los bifolios exteriores
en el desmontaje. Esta circunstancia puede ser solventada, según el caso con-
creto, de las maneras siguientes:
• Mediante la reparación posterior de los pliegues rotos.
• Realizando el nuevo cosido, una vez retirados los restos del cosido anterior,
con el bloque compacto de cuadernos unidos por el adhesivo del enlomado
(ver más adelante).
• Optando por no desmontar los cuadernos, realizando una consolidación
de la costura.
Consolidación de la costura o confección de una nueva
Dependiendo del estado de la costura original y demás características del
libro y su uso futuro, puede optarse por la consolidación de la costura en los
términos explicados, o bien por la ejecución de una costura totalmente nue-
va con las mismas técnicas que la costura que se reemplaza. Esto depende en
gran medida del estado de los soportes de la costura -nervios-; si son de piel
y se encuentran fragmentados y/o demasiado quebradizos puede ser necesa-
ria su sustitución. Si están en buen estado, se podría consolidar la costura
sobre los nervios originales. La confección de una nueva costura es, obvia-
mente obligada en el caso de libros que fueron desmontados por completo
para realizar tratamientos sobre sus hojas; para ello, el primer paso consiste en
23 1
formar de nuevo los cuadernos con los bifolios correspondientes ya con las
intervenciones de limpieza, estabilización y consolidación finalizadas. El ple-
gado de los cuadernos debe resultar en un perfecto ajuste de los bifolios, lo
cual se consigue plegando uno a uno desde el central al exterior; el plegado
inicial debe ser suave, no se presionará el pliegue -con plegadera o con los
dedos- hasta que todos los bifolios del cuaderno hayan sido ajustados,
haciendo coincidir los orificios de la costura.
Una vez plegados y ordenados todos los cuadernos, el volumen de la obra en
el caso de haber sido lavada -debido a las irregularidades de la superficie, por
el secado al aire- es muy abultado y debe prensarse. El prensado debe ser
también progresivo; en primer lugar bastará con un peso, que irá aumen-
tándose paulatinamente, hasta finalizar, en caso necesario, con presión sua-
ve en prensa de satinar. Cuando la estructura original de la encuadernación
presente guardas y hojas de respeto cosidas, éstas serán incorporadas en su
forma original al bloque de cuadernos una vez consolidadas o, en su caso, se
añadirán nuevas si se encontraban perdidas.
Al realizarse el nuevo cosido -se hayan tratado las hojas o no-, el uso de los
mismos orificios de la costura original, así como un material adecuado para
los nervios, dobles o simples -que abulten lo mismo que los antiguos-,
resultará en una modificación mínima de las características de la encuader-
nación. En el caso de costuras alla greca se utilizarán también, si es posible,
las mismas serraduras para alojar los cordeles. El diagrama de la costura rea-
lizado durante el desmontaje servirá para la reproducción de la técnica en la
nueva costura -a la española (punto seguido), o cosiendo dos o más pliegos
en cada pasada del hilo (punto alterno). Ha de vigilarse estrechamente el
abultamiento de la costura, que debe ser regulado sentando ésta durante el
cosido y utilizando el grosor de hilo apropiado. Tras el cosido, la medida
tomada al lomo antes del desmontaje debe coincidir o ser, en todo caso, algo
mayor que el grueso del lomo tras el nuevo cosido. Si el abultamiento es exce-
sivo, en costuras con cordeles hendidos, puede sentarse la costura golpeándo-
la suavemente con el martillo y estirando los cordeles; pero en costuras con
nervios naturales, el sentado es muy dificultoso y en algunas ocasiones no
quedará más opción que rehacer la costura con hilo más fino.
Los materiales utilizados para el nuevo cosido deben ser resistentes a largo
plazo; pieles curtidas al alumbre o al cromo, en el caso de nervios de piel, y
cordelería e hilatura de buena calidad -de lino o algodón- tanto para el hilo
de costura como para los nervios de este material.
23 2
Curvatura del lomo y marcado de cajos
Una vez conseguido el cosido adecuado o consolidada la costura original, las
operaciones siguientes se dirigen a dar al lomo una curvatura similar a la que
conservaba antes de remodelar la costura, pasando posteriormente a formar
los cajos, siempre que el tipo de encuadernación requiera este elemento
-algunas encuadernaciones, como las de pergamino flexible, entre otras, no
presentan cajo. Antes de golpear el lomo con el martillo, se intentará darle
la forma cóncava exclusivamente con las manos, empujando hacia la delan-
tera los cuadernos de los extremos mientras se sujetan por el corte delantero
los cuadernos centrales. En caso necesario se darán golpes muy suaves de
martillo para forzar la curvatura. Para las operaciones siguientes, se introdu-
cirá el libro en la prensa de cajos 251 situando las pletinas sobre la línea de for-
mación del cajo. Para formar el cajo, y antes de aplicar adhesivo alguno, se
Marcado del cajo en prensa.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
(Foto Agustín Ramos)
intentarán desplazar los cuadernos de los extremos con los dedos o con la
ayuda de una plegadera, para comenzar a formar el escalón. A continuación
se aplica una capa de almidón y se adhiere al mismo tiempo un tisú fino -esta
primera capa aislará de los adhesivos más fuertes que se aplicarán posterior-
mente-; una vez seca esta primera capa, se podrá insistir -ya con golpes sua-
ves de martillo- en la formación del cajo. A continuación puede aplicarse una
capa de un adhesivo más consistente y flexible -como emulsión EVA o cola
fuerte- 252 y una vez seco -casi seco, aún flexible si se opta por la cola fuerte-,
251 Conviene utilizar chillas para evitar el marcado de las pletinas de la prensa sobre el libro.
252 Por este nombre se conoce a la cola tradicional, de origen proteinico -gelatina- , usada en
encuadernación y ebanistería hasta la aparición de las colas sintéticas. Se produce a partir de
cartílagos y también recibe el nombre de "cola de carpintero" o "cola de cartílagos" . Véase el
apéndice de esta obra.
233
 insistir de nuevo en la formación de los cajos con el martillo, pero siempre
con golpes suaves. La aplicación de estos adhesivos se haría sólo en libros que
requieren un cajo pronunciado. En los que no requieran la formación del
cajo, la capa de almidón y el papel quedarían como todo enlomado.
Fijado de las cabezadas
Si se desmontaron las cabezadas para la sustitución de la costura, éstas han
de ser fijadas de nuevo en su posición para conservar las características de la
encuadernación. Si las cabezadas eran pegadas, simplemente se realizará la
nueva adhesión. Si, como es lo más habitual en encuadernaciones de fondo
antiguo, se trata de cabezadas cosidas, la solución habitual consiste en el
pegado de los antiguos hilos de enlace sobre el lomo, consolidando poste-
riormente esta unión con papel japonés. En algunas ocasiones puede inten-
tarse la restauración de los enlaces, empalmando nuevos cabos en cada hilo
de enlace y anudándolos en la parte posterior del lomo, aunque esta opera-
ción es complicada.
Enlomado y refuerzos de la unión de tapas y cuerpo del libro
Existen dos tipos de refuerzos de la unión de las tapas con el bloque de hojas;
por un lado las solapas que proceden de las hojas de respeto - las cuales pue-
den ser reforzadas con tela si se requiere mayor resistencia- y por otro lado,
el material de refuerzo adherido al lomo dejando solapas de refuerzo que, al
igual que las escartivanas anteriores, son posteriormente pegadas en la con-
tratapa. En el último caso, el refuerzo del lomo debe ser pegado en esta fase
Intervenciones sobre las tapas
Pegado de un refuerzo en el lomo dejando solapas de refuerzo. Las solapas se adherirán sobre
las tapas o contratapas reforzando la unión entre estas y el cuerpo del libro.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura BH MSS 1096. (Fotos Agustín Ramos)
234
Las solapas de refue rzo pueden proceder
del enlomado (papel blanco) o de elemen-
tos del último pliego cosido, en este caso,
una hoja de respeto (papel ahuesado).
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 1096
(Foto Agustín Ramos)
- tras la formación de cajos y montaje de las cabezadas. El material más ade-
cuado para este elemento es la tela fina de lino o algodón, aunque el papel
japonés también ofrece buena resistencia. Otra opción radica en material de
poliéster no-tejido (Reemay® o similar) que ofrece mayor resistencia, si bien
los materiales anteriores pueden ser adheridos con almidón - puro o con adi-
ción de adhesivos más fuertes- , el soporte sintético debe ser adherido con
colas fuertes - emulsiones acrílicas o vinílicas. El refuerzo debe cubrir la par-
te trasera de las cabezadas y deben practicarse h uecos para salvar los nervios
-en el caso de cosidos con nervios naturales- , u orificios para la salida de los
cordeles - en cosido con cordeles hendidos. Las solapas de refuerzo que pos-
teriormente van pegadas a las contratapas, cuyas esquinas suelen ser cortadas
en ángulo, podrán ser de un ancho aproximado de 1/5 del ancho de la tapa.
Este tipo de refuerzo sustituye al enlomado original -generalmente tiras de
pergamino, papel o tela- que una vez desmontados se conservan en el expe-
diente del tratamiento o incluido en un departamento del estuche confec-
cionado para la obra, aunque también pueden ser reincorporados a la estruc-
tura tras su consolidación. En todo caso, los demás sistemas de refuerzo de
la estructura original -solapas de las hojas de respeto, etc.- se respetarán,
adhiriéndolos posteriormente, en su caso, sobre el refuerzo de tela, antes des-
crito, en las contratapas.
Las operaciones sobre las tapas incluyen su consolidación - especialmente en
tapas de cartón que se encuentran exfoliadas- , reparación de roturas y reinte-
gración del material perdido. Para la realización de estas operaciones, el mate-
rial de cubierta ha de ser despegado para dejar a la vista la zona de la tapa a
intervenir; no obstante, como veremos, ciertas operaciones de consolidación
235
 pueden realizarse inyectando adhesivo a través de la cubierta. En los casos de
deterioro avanzado -químico o biológico- la sustitución de las tapas -de
madera o cartón- debe ser evaluada.
Consolidación de las tapas de cartón
La pérdida de resistencia de las tapas de cartón, salvo deterioro biológico, se
debe principalmente a la exfoliación del cartón por causas mecánicas; dete-
rioro habitual en las puntas y los cantos. La forma de consolidación consis-
te en la aplicación de un adhesivo entre las capas exfoliadas para conseguir
su cohesión. Para evitar la humidificación del material de cubierta, en el caso
de no haber sido desmontada, es preferible la utilización de adhesivos en
base alcohólica o bien de aquellos que transmitan poca humedad, como
emulsiones acrílicas o vinílicas (EVA). La consolidación del cartón en pun-
tas y cantos -sin desmontaje de la cubierta- también puede ser realizada
mediante inyectado de Klucel® en isopropanol del 1 al 3%; la jeringa a uti-
lizar debe estar provista de una cánula relativamente gruesa y flexible, que
debe ser introducida lo más dentro posible, inyectando el adhesivo al mismo
tiempo que se extrae, para una mejor distribución. Posteriormente se pre-
siona para extraer el adhesivo sobrante, que debe ser limpiado, colocando
posteriormente peso hasta el secado completo.
Reparación de roturas en tapas de cartón
Otro de los desperfectos que pueden encontrarse en las tapas de cartón, es su
quebrado por causas accidentales o uso inadecuado. La introducción de un
adhesivo en la grieta y el reforzamiento final con una tira de papel japonés
Reparaciones en tapas de madera
grueso sobre la zona de la rotura -reparación que quedará bajo la guarda-,
podrá devolver a la tapa la consistencia adecuada. Nuevamente, el uso de adhe-
sivos acuosos presenta el riesgo de provocar oscurecimiento en las cubiertas de
piel, por lo que, de no haber sido desmontada la cubierta, se utilizarán prefe-
rentemente adhesivos no acuosos o que transmitan poca humedad.
Reintegración de pérdidas en tapas de cartón
En puntas muy desgastadas, a veces es necesario determinar la reintegración
del material perdido. Para ello existen diversas alternativas; pueden realizar-
se injertos a bisel con un cartón neutro de grosor adecuado, o bien -siempre
que la zona a reintegrar sea pequeña-, preparar pasta de papel a base de
fibras celulósicas -p. e., lijando un cartón neutro- y un adhesivo. El uso de
adhesivo con base alcohólica o hidro alcohólica de poco contenido en agua
Reparación antígua sobre la rotura de la
tapa de madera de una encuadernación. Se
realizó adhiriendo una banda de pergamino
como refuerzo de la rotura.
Biblioteca Histórica UCM
(Folo J. Tacón)
evitará los riesgos de humedecer la cubierta en caso de no haber sido des-
montada y acelerará el secado. El método práctico para la reintegración del
cartón con pasta de papel, sería:
• Despegar la cubierta del cartón en la zona circundante al área a reintegrar
(p. e., las puntas).
• Colocar la tapa a reintegrar en plano, con la cubierta de piel, en su caso,
hacia abajo.
• Aislar cubierta y cartón con una lámina de papel siliconado entre ambas.
• Extender la pasta de papel con espátula sobre la zona a reintegrar, consi-
guiendo un grosor algo mayor que el cartón.
• Colocar encima un soporte antiadherente -Reemay® o similar- y secan-
tes, manteniendo entre tableros y peso hasta el secado completo.
• Retocar la forma de la zona añadida con bisturí y espátulas abrasivas.
La rotura de las tapas de madera, de forma longitudinal a la fibra, es un dete-
rioro común en las encuadernaciones con este material en las tapas. La solu-
ción, comúnmente indicada para su reparación, consiste en incrustar piezas
de refuerzo, en forma de mariposa -o doble cola de milano- transversalmen-
te a la rotura, adheridas con un producto fuerte como emulsiones de EVA.
Otra solución más simple, pero sólo aplicable a roturas que ajusten bien, en
tapas relativamente ligeras, es el pegado de la rotura con adhesivos del tipo
anterior, reforzando posteriormente la unión con una tira de tela fina o papel
japonés fuerte -por las dos caras en caso de desmontaje de la cubierta. Esta
reparación puede ser suficiente en caso de uso controlado del libro.
Cuando la tapa de madera presenta pérdidas, se puede realizar una reinte-
gración a base de injertos tallados con la forma de la pérdida, y unidos con
237

Las piezas de doble cola de milano, de madera o cartón compacto, ayudan a asegurar las rein-
tegraciones de superficie perdida en tapas de madera. En este caso se completó la tapa con car-
tón neutro compacto.
Biblioteca Histó rica UCM (Fotos Agustín Ramos)
piezas de refuerzo, retocando la grieta de la junta con pasta de papel. Las pie-
zas de injerto pueden ser bien de madera estable o bien de cartón neutro
compacto, superponiendo en caso necesario varias capas de cartón. En el
caso de pérdidas más pequeñas en las puntas, puede reintegrarse con pasta
de papel, como en el caso de las tapas de cartón pero utilizando adhesivos
más fuertes. Otra posibilidad es el uso de masilla Epoxi para la reintegración
de puntas, modelando y posteriormente tallando - con medios abrasivos- la
forma correcta.
Reintegración de puntas deterio-
radas en tapas de madera con
masilla para modelado a base de
pasta de papel con cargas minera-
les. Se modelan con exceso de
volumen ajustando su forma, una
vez seca, con abrasivos.
Biblioteca Histórica UCM
(Fotos J. Tacón)
Sustitución de las tapas
La sustitución de las tapas por otras nuevas podría considerarse en los casos
que las tapas originales presenten un alto grado de deterioto -químico o bio-
lógico- y el desmontaje de la cubierta no presente riesgos para esta. El mate-
rial adecuado para las nuevas tapas es el cartón neutro de celulosa purifica-
Si se determ ina la sustitución de las tapas de cartón, debe hacerse uso de cartón de co nserva-
ción de igual grosor e idéntica forma a la tapa original. Biblioteca Histórica UC M (Fotos J. Tacón)
da o algodón, libre de lignina, con adhesivos estables y, eventualmente, con
reserva alcalina. Las dimensiones y forma de las nuevas tapas se ajustarán
idénticamente a las de las originales, realizando también todos los elementos
labrados de las antiguas tapas en la misma disposición - las gracias, orificios
de enlace de los nervios, etc.- , procurando un ajuste perfecto de la cubierta.
En el caso de que las tapas originales sean de madera y se determine su sus-
titución -p. e., ataque severo de xilófagos- , las alternativas que se presentan,
sus ventajas e inconvenientes son:
Sustitución por nuevas tapas de madera
La madera se ajustará más a las características originales de la encuaderna-
ción, pero presenta los inconvenientes de producción de gases ácidos y oxi-
dantes y de su alabeamiento, ambas circunstancias potenciadas cuanto más
joven sea la madera. Por ello, en el caso de determinarse la sustitución por
tapas de madera, ha de escogerse ésta cuidadosamente entre los tipos más
estables y totalmente curadas. Los productos de madera aglomerada o con-
tracaladas no son adecuados debido a las resinas de formaldehído utilizadas
para su fabricación, que pueden ocasionar a largo plazo reacciones de degra-
dación de los materiales. Existen en el mercado aglomerados de madera
libres de formaldehído que, en todo caso, de ser usados para nuevas tapas,
han de ser aislados del material de cubierta y guardas por medio de hojas de
cartón neutro adherido, previendo el grosor total de la tapa.
Sustitución por laminados de cartón neutro
La otra posibilidad consiste en construir la nueva tapa con cartones neutros
compactos de alta densidad, pegando varios de ellos hasta conseguir el grosor
239
 adecuado. La ventaja de esta opción es la gran estabilidad e inocuidad del
material, con el inconveniente de presentar una rigidez algo menor que la
madera. El adhesivo utilizado para la adhesión entre las láminas de cartón debe
ser adecuado -p. e., emulsión EVA. Puede conseguirse una mayor rigidez del
laminado si la dirección de fibra de las láminas se coloca de forma cruzada.
Montaj e de las tap as
La siguiente intervención, una vez reparado el cuerpo del libro, sería el monta-
je de las tapas. Nos encontramos con dos casos diferenciados: el montaje de las
tapas individuales - bien de las originales o bien nuevas tapas si se determinó su
sustitución- , por medio del enlazado de los nervios de la costura; o el montaje
de tapas y cubierta unidas - , en este caso, adhiriendo el lomo de la cubierta
sobre el cuerpo del libro, y enlazando después las tapas con los nervios.
Los elementos de sujeción del cuerpo del libro a las tapas - además de la pro-
pia cubierta y las guardas- son: los nervios o cordeles de la costura y los
refuerzos de papel o tela. Dependiendo de los tratamientos, podremos
encontrarnos con varias situaciones, entre ellas:
• Se realizó una costura nueva y existen, por lo tanto, nervios para el enlace
de las tapas, además de los refuerzos.
• Se consolidó la costura original, añadiendo cintas o nuevos cabos para el enla-
zado de las tapas, fijando las tapas con estos materiales además de los refuerzos
• Sólo se dispone de los refuerzos de tela como medio de sujeción del cuer-
po del libro a las tapas, ya que no es viable la prolongación de los cordeles
y/o se considera suficiente la sujeción que presta el refuerzo de tela.
El método práctico para el fijado de las tapas, según los casos, podría ser:
Montaje de tapas sin la cubierta
Los nervios de la costura o los nuevos cordeles o cintas fijados en el lomo, enla-
zarán las tapas por los orificios originales del encartonado o, en su caso, por
nuevos orificios o ranuras practicados en las tapas, pegando los extremos en
tapa o contratapa según el tipo de enlazado. En el caso de tapas de madera, los
nuevos nervios podrán ser fijados a las tapas con pequeñas cuñas de madera.
Montaje de tapas con cubierta incorporada
En este supuesto, la operación consiste en el pegado del lomo de la cubierta
sobre el lomo del cuerpo del libro, enlazando a continuación -tras el secado
del adhesivo- las tapas con los cordeles o cintas disponibles. Para el pegado
del lomo, con el adhesivo adecuado al tipo y estado de la piel, todos los ele-
Las vendas elásticas son muy útiles para
mantener ceñida la piel del lomo durante
el secado del adhesivo.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro con signatura
BH MSS 106
(Foto (armen Fernández)
mentos del enlomado deben estar previamente terminados, incluyendo, en el
caso de encuadernaciones con el lomo hueco, el pegado del fuelle y de la lome-
ra de cartulina con los falsos nervios, si es el caso. Para un ceñido adecuado de
la cubierta en el lomo puede introducirse el libro en una prensa de dorar ven-
dando a continuación el lomo con una venda elástica, que lo mantendrá en su
posición hasta secado completo. El enlazado de las tapas con los nervios de la
costura, en estos casos, es muy dificultoso, debiéndose ahuecar la piel en la
zona de enlace, para intentar el enlazado de las tapas que, en todo caso, se
rematará con el pegado de los nervios o cabos sobre la contratapa. Una solu-
ción posible es practicar el orificio de enlace desde el canto del cartón, en obli-
cuo para salir por la contratapa, o exfoliar el cartón introduciendo entre las dos
capas el material de enlace que, en este caso debe ser poco abundante para evi-
tar su abultamiento. Posteriormente, el abultamiento producido en los puntos
de enlace se rebajará presionando con la plegadera y, si es necesario, golpean-
do levemente, por la contratapa, con el martillo.
Intervenciones sobre la cubierta
Una vez cumplidas las intervenciones pertinentes en los materiales interio-
res de la encuadernación - costura, cabezadas, tapas, etc.- , trataremos ahora
sobre las intervenciones de reparación en el recubrimiento externo de la
encuadernación: la cubierta. En apartados anteriores ya se trataron los
En algunos casos, la for ma más viable de reparación de una
encuadernación, supone el ceñido de un nuevo lomo de
piel, sobr e el que se adhiere posteriormente la piel o riginal.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto Agustín Ramos)
 aspectos relativos a limpieza, estabilización, lubrificación y consolidación de
pieles, como el material más habitual, junto al pergamino, utilizado para
cubiertas en la encuadernación antigua; operaciones previas a las técnicas de
consolidación estructural que trataremos en las líneas siguientes.
Evidentemente, el tipo de intervenciones deberá adecuarse al soporte concreto
de la cubierta y a su estado de conservación. Para las cubiertas de pergamino se
aplicarán las técnicas ya tratadas en el apartado específico sobre este mate-
rial, siempre que el desmontaje de la cubierta sea factible -lo cual es habi-
tual en el caso de encuadernaciones de pergamino flexible. Lo mismo cabe
decir en cuanto a cubiertas de papel, en las que se podrán realizar las inter-
venciones ya descritas para soporte papel. Pero en cubiertas de piel curtida,
la naturaleza de este soporte limita bastante las operaciones posibles. En pri-
mer lugar, el desmontaje de la cubierta -su despegado de las tapas- , pocas
veces es viable debido a la debilidad de la piel químicamente envejecida, a su
sensibilidad a la humedad y al riesgo de modificar, en su caso, la decoración
estampada - dorada o gofrada- sobre la piel, relieve que también recoge el
cartón. Por ello, en la mayor parte de los casos, las intervenciones de repara-
ción se realizan con la cubierta montada sobre las tapas.
Las reparaciones habituales en cubiertas de piel comprenden la reintegración
de las zonas de la cubierta que se han perdido y la reparación - y reforza-
miento interior- de roturas en la zona del cajo - el resto de roturas, al no
soportar un movimiento funcional, se estabilizan simplemente al ser fijadas
mediante adhesión. Las pérdidas de material se sitúan generalmente en las
puntas de las tapas y en el lomo -sobre todo en la cofia de cabeza- , aunque
en los casos más graves puede suceder la pérdida completa del lomo y/o
tapas. Dependiendo de las condiciones del tratamiento, en particular de si la
cubierta ha sido despegada de las tapas o no, las reparaciones se efectúan de
distinta forma.
Reparaciones con la cubierta montada
Como ya se mencionó, es el caso habitual, aplicable también a encuaderna-
ciones cuyos daños se limitan a la cubierta y no requieren desmontaje alguno
de su estructura. El proceso consta del despegado mecánico -con espátulas,
bisturí, etc.- de los alrededores de la zona afectada para adherir un injerto de
nuevo material, cuyos bordes quedarán bajo la cubierta original una vez pega-
da de nuevo en su posición. Un método a seguir podría ser el siguiente:
• Despegado de los bordes - 5 mm al menos- de la cubierta en la zona perdida.
• Calcar la zona perdida sobre un plástico fino -p. e., envoltorios de CD-,
con rotulador permanente. El plástico se adapta a las formas del libro, cal-
cando la zona perdida.
• Recortar un injerto de piel nueva apropiada con la forma calcada, dejando
a su alrededor un borde adicional de 2 a 4 mm, pestaña que quedará bajo la
cubierta en los límites de la zona perdida. Los bordes del injerto se biselan
con bisturí para su menor abultamiento posterior.
• El pegado de la piel nueva, de tal forma que la pestaña adicional quede bajo
la cubierta, es una operación difícil y requiere destreza y experiencia. El uso
de adhesivo de almidón se hace casi obligado ya que permanece activo
durante el tiempo necesario y permite deslizar la piel nueva bajo la cubierta,
así como ceñirlo correctamente a las formas del libro -p. e., nervios. El
inconveniente de este uso es el riesgo de humedecer la cubierta original pro-
vocando su oscurecimiento en los bordes del injerto. Por ello, cuando se tra-
te de cubiertas muy sensibles a la humedad, se evaluará la utilización de
Método para la ejecución de un injerto de piel bajo la piel original.
Previamente los límites de la zona perdida han de ser despegados
para introducir la pestaña del injerto bajo ella. Se superpone un plás-
t ico fino sobre el que se calca con rotulador la zona perdida más un
margen de unos 4-5 mm.
Se traspasa el
dibujo a la piel
y se rebaja a
bisel, con
bisturí el margen que se introducirá
bajo la piel o riginal. En este caso el
injerto se hará de piel vuelta.
Una vez aplicado el adhesivo,
se coloca el injerto en su posición
correcta, introduciendo el margen
bajo la piel de cubierta.
Finalmente se adhiere la piel or iginal
del borde de la zona perdida
sobre la nueva piel de injer to.
Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauración del libro: Divi Aurelii Agustin
de Civitate Dei. Comentarios de Luis Vives. Basileae 1512. Depositado en: UCM-BH .
J.
Procedente de la fundación Simarro (S-fA-64). N.o registro restauración: 460. (fotos Tacón)
243
 adhesivos no acuosos o de poco contenido en agua, o se protegerá la cubier-
ta original de la humedad, separando con pequeñas cuñas de cartón ambas
pieles e interponiendo láminas aislantes -p. e., papel siliconado. En este sen-
tido, la impregnación de la cubierta en los alrededores del injerto, con una
disolución a base de un disolvente no polar -p. e., white spirit o keroseno-
y ciclododecano -ya mencionado anteriormente para protección de tintas-
podrá proteger de la acción de la humedad por el tiempo que dura el mon-
taje del injerto y su secado.
• Una vez seco el injerto, se pegan los bordes de la cubierta. En este caso, el
adhesivo empleado se adecuará al estado de la piel según la posibilidad de
intervención de humedad en algún grado.
• Acerca de la reparación de la rotura del cajo, una vez despegados los bor-
des de la rotura, el refuerzo interior puede consistir en una tira de piel reba-
jada en grosor u otro soporte como tela fina o papel japonés, ocultado des-
pués de nuevo con la cubierta.
Reparaciones con la cubierta desmontada
Cuando el tratamiento incluye el despegado de la cubierta -p. e., en caso de
sustitución de tapas-, las operaciones de reparación de la cubierta varían sus-
tancialmente por la posibilidad de adherir a la estructura de la encuadernación
los injertos y refuerzos del cajo, antes de cubrir el libro. El proceso sería:
• Con el libro preparado para cubrir -incluyendo, en su caso, el pegado de
fuelle y lomera (con o sin nervios falsos)-, se sobrepone la cubierta y se mar-
can las zonas perdidas.
• Se recortan -previendo la pestaña de solapamiento bajo la cubierta origi-
nal, y las vueltas suficientes-, biselan y adhieren los injertos con almidón, en
las zonas perdidas. Cuando la cubierta original se encuentra en estado de
gran debilidad o muy deteriorada físicamente, puede cubrirse todo el libro
-o el lomo completo y las puntas- con una piel fina o papel japonés, adhi-
riendo posteriormente sobre la nueva cubierta, la cubierta original.
• Para la adhesión de la cubierta sobre el cuerpo del libro, se tomarán en
cuenta, de nuevo, las consideraciones en cuanto al adhesivo apropiado.
Según el estado de la piel, se evitará la intervención de humedad, usando en
ese caso Klucel® en isopropanol, o se añadirá una pequeña parte de agua en
la mezcla utilizada. En este sentido, la adición de almidón a una preparación
de Klucel® da lugar a un adhesivo hidro alcohólico de buen resultado. En
todo caso, cuando la cubierta ha sido sometida a tratamientos que modifi-
244
can su naturaleza -como podría ser su impregnación con poliuretano o con
un producto lubrificante- puede hacerse necesaria la intervención de adhe-
sivos más fuertes para el montaje de la cubierta, como emulsiones EVA o
acrílicas, con la precaución que se deriva de la imposibilidad de rectificar la
posición una vez realizado el pegado.
Reposicionamiento de herrajes
Terminadas las intervenciones sobre la cubierta, es el momento de volver a
montar en su posición, todos los elementos metálicos, como cantoneras,
broches o bullones, que, en su caso, tuvieron que ser desmontados para la
realización del tratamiento. La documentación del desmontaje, añadido a la
propia huella del herraje, determina su posición exacta.
En la restauración de este cantoral se superpusieron los restos de la
cubierta original y se recolocaron los herrajes sobre una nueva encua-
dernación.
Colección particular
(Foto J. Tacón)
Para la fijación de los herrajes, se utilizarán clavos de bronce o latón -debi-
do a la mayor estabilidad, en relación con el hierro- que serán cortados al
ras de la contratapa con tenazas y posteriormente remachados por esta cara
con el martillo. En el caso de tratarse de herrajes con patillas de sujeción, y
estas se han roto en el desmontaje, podrán sujetarse adhiriendo los restos de
patillas a la madera de las tapas con un adhesivo Epoxi. En todas estas inter-
venciones ha de protegerse el cuerpo del libro con una plancha metálica u
hoja de cartón.
Pegado del "papel de tiro"
El siguiente paso sólo deberá llevarse a cabo, en el caso de que el material de
cubierta, una vez que está completamente seco, provoque el alabeamiento de
la tapa en forma cóncava. Esto se debe al encogimiento de la cubierta y se
ocasiona habitualmente cuando se adhiere una nueva cubierta de piel con un
adhesivo acuoso. En caso de adhesión de la cubierta original con adhesivos
no acuosos, la aparición de esta tensión es menos probable.
El papel de tiro es una hoja de papel -en este caso un papel estable- de un
tamaño menor a la guarda, que es adherido con engrudo de almidón por la
245
 ..
contra tapa para contrarrestar el tiro de la cubierta. Antes de su pegado, el
papel debe haber dilatado completamente a base de aplicar varias veces el
engrudo. Posteriormente el libro se deja con peso hasta el secado total del
papel. En algunos casos, puede ser necesaria la adhesión de un segundo papel
hasta conseguir la planitud de la tapa, lo que se haría colocando la dirección
de fibra cruzada con el anterior. El cuerpo del libro ha de ser perfectamente
protegido de la h umedad en este proceso, colocando un secante en contacto
con la contratapa y aislando el cuerpo del libro con una hoja de papel silico-
nado, laminado de aluminio u otro aislante eficiente a la humedad.
Pegado de refoerzos
Pegado de refoerzos y guardas
El pegado de estos elementos son las últimas operaciones que se efectúan en
las intervenciones completas sobre la encuadernación. El pegado de refuer-
zos y guardas se realiza con la tapa abierta en 180°, con el fin de evitar ten-
siones en la apertura del libro, una vez pegados estos elementos. Para lograr
un buen resultado, es importante, por un lado, que exista espacio disponi-
ble para el grosor de estos elementos en el caja - habitualmente se coloca un
suplemento de cartulina en el caja tras el montaje de la cubierta- y, por otro
Pegado de guardas cosidas
lado, el perfecto ceñido a las formas del caja, sin dejar burbujas de aire entre
Pegado de guardas sueltas
Para el pegado de solapas de refuerzo y guar-
das, es muy importante que exista espacio en
el cajo que admita su grosor (lo que se preve
con la colocación de suplementos de cartuli-
na durante la construcción de la encuaderna-
ción) y prestar atención al ceñido perfecto a
las formas del cajo. Biblioteca Histórica UCM
Proceso de restauraci ón del libro con signatu ra
BH MSS 1096. (Fotos J. Tacón)
las superficies. El engrudo de almidón es el adhesivo indicado para ello, ya
que su actividad es más prolongada, permitiendo el tiempo suficiente de tra-
bajo; la adición de emulsión vinílica - EVA- aumenta el mordiente del adhe-
sivo, facilitando el ceñido. No obstante, en los casos que las dilataciones por
humedad puedan ser problemáticas en el pegado de guardas, podrían ser uti-
lizadas preparaciones de HPC o MHEC en agua y alcohol, o mezclas de
Klucel® y almidón. Durante el secado de estas adhesiones, se protegerá el
cuerpo del libro de la misma forma que al pegar el papel de tiro.
Las solapas de refuerzo, de tela o papel, se empastan con el adhesivo, pegán-
dolas seguidamente en la contratapa tras haber sido ceñidas a la forma del
escalón de la tapa, marcando con la punta de la plegadera la línea de la char-
nela - por donde se doblará al abrir y cerrar la tapa. Las tapas permanecerán
abiertas hasta que el adhesivo esté casi seco -aprox. 30 min- cerrando pos-
teriormente el libro - convenientemente protegidas las hojas de la humedad-
y colocando peso hasta secado completo.
Cuando la estructura de la encuadernación presenta guardas cosidas, el
pegado se realiza de forma similar al explicado para el pegado del refuerzo,
es decir: aplicación del adhesivo, ceñido en la zona del caja y pegado de la
guarda en la contratapa. Asimismo, las tapas permanecerán abiertas durante
el secado, cerrándolas para el secado completo con peso.
Si las guardas son independientes de la costura, el método para su pegado
es distinto. En este caso, el adhesivo se aplica en la guarda de tapa, exten-
diéndolo hasta una franja estrecha -aprox. 5-6 mm- de la guarda volante.
Adherir la guarda en la contratapa, procurando dejar los contracantos ade-
cuados y ceñirla en el caja desde arriba hacia abajo hasta pegar la franja de
Método de pegado de guardas "a la catalana". Una vez
pegada la guarda de la contratapa, se ciñe la pieza al
cajo. Una vez seca se recorta la guarda volante.
Biblioteca Histórica UCM
(Foto Agustín Ramos)
247
 la guarda volante. Si las guardas son dos hojas independientes -de tapa y
volante-, se adhiere la guarda de tapa, que llegará hasta meterse en una fran-
ja de la hoja de respeto, pegando después la guarda volante en su posición
correcta, con un filo de adhesivo en el margen correspondiente al lomo.
Pegado de la guarda volante sobre la hoja de respeto
Generalmente, las guardas volantes coloreadas van pegadas sobre la primera
hoja de respeto sólo en sus márgenes, mientras que en las blancas no suele
pegarse la guarda volante sobre la hoja de respeto. No obstante se reprodu-
cirá lo que la propia estructura original presente. Si se aplica una franja muy
estrecha de adhesivo en los márgenes de la hoja de respeto -alrededor de 5
mm- , poniendo peso hasta el secado, el riesgo de aparición de arrugas es
menor. Si se opta por pegar una franja mayor - o toda la hoja- se aplicará
almidón muy extendido, prensando seguidamente al pegado, para evitar la
formación de estas arrugas, o haciendo uso de un adhesivo no acuoso.
76 Montajes especiales para libros
En muy determinadas ocasiones, como libros procedentes de incendios o
inundaciones, cuyas encuadernaciones han desaparecido y sus hojas han sufrido
debilitamiento y pérdidas importantes, una de las soluciones consiste en la ela-
boración de montajes de poliéster - Melinex® o similar- para cada bifolio, que
son plegados para configurar la disposición de los cuadernos de la obra. 253 El
montaje permite la consulta y la reproducción de la obra, sin peligro de dete-
rioro físico de las hojas debilitadas, conservándose el bloque de cuadernos, for-
mados por sus bifolios enfundados, en cajas a medida rígidas apropiadas, que
han de ser almacenadas en posición horizontal. Opcionalmente, los cuadernos
formados por las fundas pueden ser cosidos - con costura sin nervios, a la bizan-
tina- , para fijar su orden y facilitar su manipulación. El grosor más adecuado del
plástico es de 75 micras, el montaje se realizaría de la forma siguiente:
• Se cortan las láminas de poliéster - 2 por cada bifolio- con un tamaño algo
mayor - 2-3 cm- que la medida del bifolio abierto. En los casos que ningún
bifolio conserve el pliegue, como libros gravemente quemados o con gran
biodeterioro en el margen del pliegue, se estimará su medida.
• Se realiza el sellado - con selladora térmica, por ultrasonidos, etc.- en el
corte inferior de las láminas.
253 Tacón, J.; Puerto, P. Códice del siglo XV semidestruido en la Guerra Civil: montaje a partir de
láminas de poliéster. Restauración & rehabilitación, n.O 58, 2001, cubierta y págs. 70-75 .
• Se pliega al centro, realizándose los siguientes cortes para facilitar el movi-
miento de las fundas durante la manipulación:
• Un corte oblicuo en la esquina inferior del pliegue, quedando corta-
do el borde sellado, que, de otra forma, ofrecería resistencia al plegado
de la funda .
• Cortado del pliegue de la lámina interior, en el caso de que elbifolio
conserve su pliegue. En este corte se debe quitar una tira de unos 2 mm.
Cuando las hojas del bifolio se encuentran separadas al haberse perdido
el soporte en la zona del lomo, este corte es innecesario.
• Una vez realizados los cortes, se presiona el pliegue con plegadera
- mejor de teflón. Se embuten los bifolios en el orden correcto para for-
mar los cuadernos.
Montaje de protección de los cuadernos de un códice en fundas de poliéster. Cada pliego está
provisto de su funda individual plegándose el conjunto de pliegos para formar los cuader nos.
Biblioteca Histórica UCM (Fotos J. Tacón)
En los libros que han sufrido este tipo de deterioro es frecuente encontrarse
con hojas de las que sólo quedan fragmentos sueltos - sobre todo en las pri-
meras y últimas hojas. Estos fragmentos - aunque también las hojas sueltas,
suelen desplazarse con facilidad en el interior del montaje. Para su fijado en
un lugar concreto de la funda, existen dos alternativas:
• Realizando un cosido sencillo alrededor del fragmento.
• Soldando el poliéster con puntos alrededor del fragmento, con el ter-
minal en punta de la espátula termostática.
Este sistema puede ser considerado como una forma de "rescate" de obras
que de otra forma no podrían ser manipuladas hasta que pudieran recibir un
tratamiento convencional de consolidación, extraordinariamente costoso
249
por otra parte. Dependiendo de las circunstancias, puede ser considerada
una medida provisional hasta ese momento, o bien, por las características de
la obra, como definitivo; previendo, en ese caso, la influencia de la falta de
ventilación del material, en su envejecimiento químico. No obstante, el uso
de poliéster para la confección de los sobres, tiene la ventaja de evitar la
manipulación directa de las hojas en la consulta, exposición o reproducción,
pero también el gran inconveniente de la transmisión de brillos por contac-
to , sobre todo al pergamino. En este sentido, sería más apropiado el uso de
un papel adecuado para confeccionar las protecciones.
T RATAMIENTO S MASIVOS
El enorme volumen de material que compone el patrimonio bibliográfico y
documental, unido a la naturaleza costosa de los tratamientos manuales sobre
obras individuales, ha favorecido el desarrollo de técnicas que permiten el trata-
miento de un número considerable de obras. La desacidificación en masa es, sin
duda, la más investigada y desarrollada por el impacto favorable que ejerce en la
permanencia del papel, situándose a la cabeza de los denominados tratamientos
en masa - que se aplican simultáneamente a una cantidad determinada de mate-
rial. Otro tipo de política - tratamientos en serie- aborda este problema dismi-
nuyendo el coste de tiempo con la sistematización en la determinación de los
tratamientos y la utilización de procesos mecanizados, incluyendo la limpieza,
estabilización y consolidación de soportes y encuadernaciones.
1. TRATAMIENTOS EN SERIE
Las operaciones sistemáticas, con la intervención de medios mecanizados, se
realizan sobre libros y documentos en papel con similar estado de deterioro. En
este sistema de trabajo, los estudios previos conducentes a la determinación de
un tratamiento particular para cada obra son reducidos al máximo, ya que, por
sistema, las obras pasarán por una serie de intervenciones predeterminadas. Gru-
pos de obras susceptibles de recibir un tratamiento de este tipo, son:
• Libros y documentos realizados sobre papel de pasta mecánica y apresto
ácido, como publicaciones efímeras, prensa periódica o carteles, con alto
grado de fragilidad.
Los t ratamientos en seri e suponen la estandariza-
ció n del proceso de restauración. Las obras reci-
ben los mismos tratamient os sistemáticamente
determinados para todas ellas.
(Foto Neschen. http://www.neschen.es y http://www.neschen.com)
 • Manuscritos en tintas ferrogálicas con avanzado estado de oxidación. • Ajuste, con bisturí, del borde del injerto.
• Obras en papel con degradación por hongos y bacterias. • Laminación por la otra cara -en el caso de no realización de injertos, pue-
• Encuadernaciones en piel inestable con las tapas desprendidas del cuerpo den laminarse simultáneamente ambas caras.
del libro. • Reencuadernado -en el caso de libros.

La única ventaja en la aplicación de un sistema en serie para el tratamiento, La reintegración automática combinada con laminación mecánica ha sido uti-
radica en la supuesta mayor rapidez de ejecución, sin embargo sus posibles lizada para el tratamiento de soportes afectados por deterioro microbiológico o por
inconvenientes son numerosos: tintas corrosivas. Una vez completadas las intervenciones de desmontaje, limpieza
superficial, lavado y desacidificación, las hojas son reintegradas mecánicamente y,
• Escaso control sobre los resultados.
una vez secas, se realiza la laminación mecánica, generalmente por ambas caras.
• Efectos negativos particulares según el tratamiento y características mate-
El paper splitting - PS- , como tratamiento mecanizado, tiene su centro de
riales de la documentación, como: difusión y virado de tintas, aplanado de
desarrollo en Alemania -concretamente en Leipzig- donde, alrededor de 1989
marcas en relieve -p. e., sellos en relieve-, etc.
comenzó a mecanizarse el proceso para su utilización a gran escala, 254 alcanzándose
• Sustitución de encuadernaciones originales si el tratamiento requiere el
posteriormente un alto grado de automatización gracias a la construcción, desde
desmontaje de volúmenes.
1992, de la maquinaria específica por la empresa Becker Preservotec. Tras los prime-
• Aplicación de tratamientos innecesarios, e incluso inadecuados, en objetos
ros años de evaluación en el Zentrum for Bucherhaltung de Leipzig, este organismo
con características particulares.
fue privatizado y es ahora una empresa que ofrece, entre otros, el servicio de PS. Tras
Aunque pueden considerarse como tratamientos en serie todos aquellos el desmontaje y la limpieza superficial, con métodos manuales, las hojas son intro-
basados en criterios sistemáticos más que en determinaciones de tratamientos ducidas en una cadena automática que realiza las siguientes operaciones:
individualizados en base a los estudios previos y pruebas preliminares, utilicen o
no procesos mecanizados, el uso de maquinaria es una de las señas de identidad
en este tipo de tratamientos sobre grandes cantidades de material. En este senti-
do, los procesos mecanizados principalmente aplicados en restauraciones masi-
vas son: la laminación y la reintegración mecánicas, el reforzamiento por divi-
sión del papel -paper splitting- y la unión de tapas en encuadernaciones de piel
por el sistema de board slotting.
La laminación mecánica es el proceso generalmente utilizado para la conso-
Uno de los tratamientos en serie para la consolidación de papel debilitado es el paper splitting
lidación de periódicos y otras obras - p. e., carteles- con papel frágil por acidez,
desarrollado en Alemania. En una cinta transportadora, los papeles son divididos por la mitad, pos-
así como manuscritos con tintas corrosivas. Las pérdidas de soporte se consoli- teriormente se coloca un soporte de refuerzo entre las dos láminas y se vuelven a unir las dos caras.
dan mediante los propios soportes de refuerzo adheridos en cada cara, o bien se (Fotos ZFB. Zentrum für Bucherhaltung GmbH. http://www.zfb.com)
completan con injertos tipo laminación. El proceso completo incluye, a grandes
rasgos, las siguientes intervenciones: • Lavado, con la eventual inclusión de borohidruro de sodio en el baño.
• Desacidificación acuosa.
• Desmontaje de los cuadernos - en el caso de libros.
• División del papel.
• Limpieza mecánica y en seco.
• Lavado y desacidificación acuosa.
254 Weber, H. Paper Splitting Tested in Germany. The Cornrnission on Preservation and Access
• Laminación por una cara, colocando por la otra cara, en su caso, el papel Newsletter n.O 79, 1995 . Disponible en: http://www.clir.org/pubs/cpanews/cpanI79.htrnl
de injerto recortado sobre las zonas perdidas. [18/1/2009]

253
 • Reintegración automática con pulpa de papel de las zonas perdidas.
• Adhesión del soporte de refuerzo en el interior de la hoja.
Una vez completado el tratamiento, se realiza el reencuadernado del volumen.
En una investigación sobre diferentes tratamientos para la consolidación
masiva de colecciones, la Library 01 Congress determinó el método alemán de PS
como el más idóneo para ello. 255
El problema de las encuadernaciones con las tapas desprendidas, debido a la
rotura del material de cubierta y demás elementos de sujeción del cuerpo del
libro a las tapas, también ha sido motivo del desarrollo de procesos de repara-
ción en serie mediante la técnica denominada board slotting. En este proceso, la
única máquina que se utiliza es la que realiza la ranura en el canto de la tapa,
efectuándose el resto de operaciones de forma manual.
Otro proceso de tratamiento a gran escala, para documentos sueltos de
archivo o material bibliográfico - previo desmontaje- es el sistema Bückeburg,
En esta máquina, relativamente pequeña, se
realiza el proceso Bückeburg para la desacidi-
ficación y consolidación en serie de docu-
mentos sueltos. El mismo proceso se realiza a
gran escala en las instalaciones de la compa-
ñía Neschen.
(Fotos Neschen. http://www.neschen.es
y http://www.neschen.com))
255 Eusman, E.; Connelly, C. y Baldwin, J. Investigating a mechanized mass treatment for resear-
ching collections: the 2002-2004 paper strengthening pilot program at the Library of Congress.
AlC news 29(3),2004, págs. 1-6.
254
desarrollado en los Archivos estatales de la Baja Sajonia, y actualmente comer-
cializado por la empresa Neschen en sus instalaciones. En este proceso, las hojas
sueltas son introducidas mecánicamente en un baño que fija químicamente los
colores sensibles -sellos, tintas solubles- y a continuación, tras un secado inter-
medio, en otro baño acuoso que contiene bicarbonato de magnesio como pro-
ducto desacidificador y un consolidante a base de metilhidroxietilcelulosa, termi-
nando con el secado final. La misma empresa ofrece una máquina portátil -la C
900_ 256 para el desarrollo del tratamiento in situ mediante un baño único al que
se añade el agente de fijado de tintas, además del desacidificador y el consoli-
dante; las hojas sueltas se introducen en la máquina, saliendo tratadas y secas por
el otro extremo. El mismo producto es susceptible de utilización en tratamien-
tos manuales. La ventaja, en cuanto a los procesos de des acidificación en masa,
no acuosos, que veremos a continuación, radica en la eliminación - por disolu-
ción- de los productos ácidos del papel, al tratarse de un proceso acuoso.
2. TRATAMIENTOS EN MASA
Los tratamientos en masa son aquellos en los que el proceso se efectúa simul-
táneamente en una cantidad determinada de material, sin necesidad de des-
montaje, en el interior de cámaras, burbujas u otros contenedores estancos.
Según esta definición, pueden considerarse como tratamientos en masa, algunos
de los métodos de erradicación de plagas activas en material bibliográfico y
documental y ciertos métodos de secado del material afectado por siniestros,
como el secado al vacío - en cualquiera de sus variantes. 257
A finales de los años 80 y primeros 90 del siglo xx, se investigó la posibili-
dad de la consolidación masiva de papeles frágiles, sin necesidad de desmontaje
de los volúmenes, mediante la aplicación de un producto gaseoso - Parileno- que
penetra en el papel, produciendo su polimerización entre las fibras, con la subsi-
guiente consolidación de las hojas. 258 Casi simultáneamente a la experimentación
con Parileno, otro método de consolidación masiva, en fase líquida, a partir de
acrilatos fue experimentado en la British Library; ambos métodos no superaron
la fase de investigación debido a la complejidad y alto coste de la aplicación, a
256 Información de! proceso Bückeburg (BCP) y de la máquina C 900 en: http://www.nes-
chen.com/ y http://www.neschen.com/page/en/page_ ID/1518 [19/112009]
257 Estos procesos fueron tratados en e! libro sobre prevención y protección del mismo autor y
misma editorial.
258 Humphrey, B. J. Vapor phase consolidation of books with the parylene po!ymers. JAlC, vol. 25
(1), 1986, págs. 15-29. http://aic.stanford.edu/jaiclarticles/jaic25-0 1-002.html [18/1 /2009]
255
resultados inciertos en cuanto a estabilidad de los productos e irreversibilidad.
Aunque algunos tipos de Parileno muestran mayor estabilidad, ninguno de ellos
se recomienda para la conservación a largo plazo. 259
Como ya se adelantó, los tratamientos en masa que han recibido mayor
atención han sido los dedicados a la estabilización de papeles ácidos mediante la
desacidificación, tratamientos que se desarrollarán en el siguiente apartado; pero
recientemente se abrieron nuevas líneas de investigación, muy prometedoras
-aunque sin aplicación práctica hasta este momento-, para la obtención de un
tratamiento en masa de estabilización de tintas corrosivas, en el marco del pro-
yecto InkCor y, por otro lado, del uso de plasma -gas fuertemente ionizado- en
la conservación de papel. En este sentido, se demostró que el tratamiento con
plasma de hidrógeno incrementa la resistencia del papel y reduce su fragilidad
debido a su efecto de ruptura de los enlaces intermoleculares 260 responsables de
esta rigidez. El tratamiento con plasma también se ha revelado eficaz en la eli-
minación de manchas y microorganismos peligrosos. 26 1
3. LA DESACIDIFICACIÓN EN MASA 262
La idea de combatir el deterioro ácido, principal problema de cantidades
ingentes de material, por medio de tratamientos en masa, sin necesidad de efec-
tuar los lentos procesos manuales, que requieren el desmontaje del material
encuadernado, ha sido un tema de gran atención desde los años 50 del siglo
pasado. Desde entonces, fueron desarrollados una serie de procesos para lograr
ese objetivo, con diferentes grados de éxito.
259 Bilz, M.; Grattan, D.W The Aging of Parylene: Difficulties with the Arrhenius Approach. En:
Bridgland, J. (ed.). 1COM Committee for Conservation 11th Triennial Meeting, Edinburgh,
Scodand, 1-6 September 1996. Preprints. London: James and James [for the] 1COM Com-
mittee for Conservation, 1996. ISBN 1-873936-50-8.
260 Anders, M.; Bredereck, K.; Haberditzl, A. Mechanisms ofPaper Ageing and Non-Aqueous Paper
Deacidification Combined with Paper Strengthening. En: Bridgland,]. (ed.). 1COM Commit-
tee for Conservation 11 th Triennia! Meeting, Edinburgh, Scodand, 1-6 September 1996. Pre-
prints. London: James and James [for the] ICOM Commirtee for Conservarion, 1996. ISBN
1-873936-50-8.
261 Fraunhofer Institute for 1nterfacial Engineering and Biotechnology 1GB. Press release june
1999 . Book conservation. Publicado en: http://www.igb.fhg.de/WWW/Presse/Jahrl
1999/ en/PCBook-conservation.en.html [18/1/2009]. Tambien en: Turning Over a New Leaf,
by V. Houlder. Financia! Times, n.O 33.990,19/8/1999, pág. 10.
262 Véase en la entrada "Mass deacidification" de Wikipedia un excelente artículo sobre el tema.
Disponible en: hnp:1 len.wikipedia.org/wiki/Mass_deacidification [25/1/2009]
A finales de los 50 y primeros 60 se intentó el uso del gas amoniaco -por
científicos de la antigua URSS- y en los 70 se desarrolló un tratamiento a base
de morfolina y vapor de agua en el Barrow Research Laboratory de los EE. UU.;
ambos procedimientos fracasaron debido a que la acidez retornaba rápidamente
al no proveer una reserva alcalina que defendiera al papel de los ácidos produci-
dos tras la aplicación de estos tratamientos. Lo mismo sucedía con el sistema
Vapor Phase Deacidification de VH. Langwell, que consistía en intercalar entre
las hojas de los libros, papeles o bolsas permeables impregnadas con carbonato
de ciclohexilamina, que desprendían el gas ciclohexilamina, el cual neutraliza la
acidez; además de la no permanencia de sus efectos, la ciclohexilamina es tóxica
y presuntamente carcinogénica.
En 1976, Kelly y Williams, de la Library ofCongress, diseñaron un trata-
miento gaseoso a base de Dietilzinc -DEZ-, un compuesto organometálico
que neutralizaba con éxito el papel, dejando una reserva alcalina efectiva de
óxido de zinc. En desarrollos posteriores, el óxido se convertía en carbonato
debido a que la absorción de la radiación UV por el óxido de zinc aceleraba
la foto-oxidación del papel. 263 Debido a la extremadamente alta reactividad
del producto, que ocasionó cuatro accidentes, los tres últimos en el Goddard
Space Flight Center de la NASA, en el transcurso de menos de tres meses -el
5/12/85, 14/2/86 y 21/2/86-,264 la Library ofCongress abandonó el proyecto
y los esfuerzos de la compañía Azco para comercializar el tratamiento, no
tuvieron éxito.
El primer sistema viable que se implantó, inaugurando un periodo de otros
éxitos sucesivos basados en compuestos organometálicos de magnesio en disolu-
ción, fue el que utilizó metilcarbonato de metoxi-magnesio, desarrollado por R.
Smith, que fundó la empresa Wei T' o en 1972, evaluándose el proceso en el
Archivo Nacional de Canadá, cuya planta piloto funcionó entre 1974 y 1978,
quedando totalmente evaluado y listo para aplicación en 1981. El proceso cons-
taba básicamente de secado al vacío de los libros, tratamiento de los libros por
inmersión en la disolución del producto al 0,5% en metanol que era dispersada
en freón y recuperación del disolvente.
En la actualidad, los procesos comerciales -que serán detallados más ade-
lante- para la desacidificación en masa de libros y documentos, se siguen
263 Daniels, V. Discoloration ofpaper included by pigments containing zinc. Restaurator, 11, 1990,
págs. 236-243.
264 Cunha, G. M . Mass deacidification flr libraries. Library Technology Reports, vol. 23 (3), 1987,
págs. 361-472.
257
basando fundamentalmente en diferentes compuestos de magnesio, aplicados
de dos formas distintas:
• Mediante disolución de un compuesto organometálico de magnesio en un
alcohol, dispersando esta disolución en un propelente no polar. En el pasa-
do se utilizaron clorofluorocarbonos -CFC- como propelente, pero debido
a las prohibiciones medioambientales, estos productos fueron sustituidos
por hidrofluorocarbonos -HFC- u otros disolventes como heptanos, iso-
pentanos o hexametildisiloxano. Los procesos basados en este sistema son:
Wei T ' o® Y Good News® -de Wei T' o associates, Inc-; CSC Booksaver®;
Papersave®, FMC -Lithium Corporation of America, Inc.- (proceso aban-
donado) yel proceso francés de Sablé sur Sarthe.
• Mediante la aplicación directa de la reserva alcalina en forma de nano-par-
tículas sólidas, que quedan situadas entre las fibras. Estas partículas son apli-
cadas, bien en forma de suspensión en un líquido no polar -Bookeeper®-
o bien mediante pulverizado directo del producto suspendido en el aire
(aerosol) -Libertec® y SOBU®.
La diferencia entre los dos procesos estriba en que, mientras en las disolu-
ciones se forma la reserva alcalina durante el secado -formándose el carbonato
de magnesio a partir del reactivo utilizado en cada proceso por intervención de
la humedad y el CO 2 del aire-, las partículas de oxido de magnesio y carbonato
de calcio -según el proceso- se sitúan directamente entre las fibras.
En términos generales, la penetración es mayor en los procesos a base de diso-
luciones que en las técnicas que aplican las partículas directamente, lo que ofrece-
ría mayor protección; sin embargo, los posibles efectos adversos sobre tintas, adhe-
sivos, etc., del disolvente, son mucho más frecuentes con los productos aplicados
en disolución que en los sistemas de partículas, que en general no producen estos
efectos. Esto se debe al carácter inerte de estos últimos, mientras que en las diso-
luciones de los compuestos organometálicos intervienen alcoholes, creándose ade-
más más alcoholes como subproductos en las reacciones de formación de la reser-
va alcalina -durante el secado. Estos efectos no deseados suelen hacerse presentes
en mayor o menor medida en los procesos de desacidificación en masa, pero pier-
den importancia si se relacionan con los beneficios que el tratamiento ofrece, en
cuanto a prolongación de la vida útil del soporte. En este sentido, los soportes que
mayor beneficio obtienen son aquellos que, encontrándose en proceso de degra-
dación, aún no presentan un alto grado de fragilidad, ya que la estabilización tie-
ne efectos sobre el envejecimiento futuro, no sobre el que ya se ha producido.
Otro efecto negativo estaría relacionado con el secado previo al que debe
someterse al material, en algunos procesos, antes de proceder al tratamiento con
el agente desacidificador. Este secado, que dependiendo del proceso puede llegar
hasta dejar menos del 0,5 % de agua en el papel, puede provocar que los sopor-
tes no recuperen toda la humedad en su reacondicionamiento, perdiendo parte
de su flexibilidad. Esta pérdida de propiedades mecánicas iniciales, no obstante,
es compensada -según los estudios- en el transcurso del envejecimiento, en rela-
ción con los soportes sin tratar.
Concretamente, y en líneas generales, los posibles efectos secundarios de los
procesos de desacidificación masiva serían: 265
• Algunas tintas rojas de impresión pueden difundirse por el papel.
• En cuanto a las tintas manuscritas, las tintas de pluma rojas y azules pueden
ser ligeramente afectadas, pero las modernas de bolígrafo o rotulador pueden
difundirse fácilmente sea cual sea el color -también las de sellos tampón.
• Escasa penetración del producto y formación de irisaciones en papeles
cuché muy satinados, visibles, sobre todo, en ilustraciones.
• Problemas con los papeles plastificados, usados sobre todo en cubiertas
de encuadernaciones, en forma de encogimiento del plástico y alabeado de
las cubiertas, en papeles plastificados con acetato de celulosa (años 60-70);
y adhesiones entre sí de papeles plastificados con polipropileno -más
recientes.
• Encogimiento del pergamino de encuadernaciones: algunos libros encua-
dernados en pergamino pueden no cerrarse bien tras el tratamiento.
• Depósitos de polvo blanco de oxido o carbonato de magnesio, que, en todo
caso no son perjudiciales ni para el papel y pueden limpiarse fácilmente.
A continuación se detallarán las características particulares de cada uno de
los siguientes procesos, 266 los cuales, salvo el proceso Francés, están disponibles
comercialmente.
265 Buisson, N.; Lefebvre, A. La désacidification au centre de Sablé: bilan de 15 ans d'expérience.
En: La désacidification de masse a la croisée des chemins (Numéro spécial). Acualirés de la con-
servation, n.O 22, 2004. Disponible en: http://www.bnf.frlpages/infopro/conservation/pdf/
actualires_22-23.pdf [19/1/2009]
266 Los distintos procesos comerciales son estudiados en: Blüher, A. y Gabriela Grossenbacher
(Eds.) Papers Given at the International Conference Save Paper, 15-17 February 2006, Swiss
National Library. Berna: Swiss National Library, 2006. ISBN 3-9523188-1-7 ISBN 978-3-
9523188-1-2. Disponible en: http://www.nb.admin.ch/slb/slb_professionnel/erhalten/00699
/01 490/index.html?lang=en [25/8/2008]
259
 3. 1. Procesos basados en compuestos de magnesio en disolución
3.1.1. Papersave®
Este proceso fue desarrollado por el Instituto Battelle en Alemania -por ello
es conocido como el "método Battelle". Tras algunas reconversiones, el pro-
ceso de desacidificación Papersave® actualmente es ofrecido por dos com-
pañías: ZFB (Zentrum für Bucherhaltung, GMBH) 267 en Leipzig y Nitro-
chemie Willis AG en su planta de Wimmis - Suiza. 268 Ambos procesos son
El proceso Papersave® (antes Batelle) de des-
acidificación en masa se real iza en grandes
cámaras. En la imagen las instalaciones de la
empresa ZFB en Alemania.
(Foto lFB. lentrum für Bucherhaltung GmbH. http://www.zfb.com)
similares en lo esencial; el compuesto utilizado es alcóxido de magnesio y
titanio, disuelto en hexametildisiloxano (HMDO), la reserva alcalina for-
mada es de carbonato de magnesio. Dutante la formación de la reserva alca-
lina se genera etanol. Los principales dientes de la planta de Suiza son: la
Biblioteca Nacional de Suiza y los Archivos Federales Suizos; comercialmen-
te, el proceso es ofrecido a cualquier centro salvo los alemanes. La planta de
ZFB trabaja principalmente para bibliotecas y archivos alemanes.
3.1.2. CSC Booksaver®
Investigado y desarrollado en la Universidad Politécnica de Cataluña a prin-
cipios de los 90, el proceso actualmente es comercializado por la empresa
Conservación de Sustratos Celulósicos, S. L. 269 El producto utilizado es car-
bonato de di-n-propilato de magnesio, disuelto en n-propanol y HFC-227
como propelente. La reserva alcalina formada es de carbonato de magnesio,
liberando n-propanol, de menor capacidad de disolución de tintas que otros
alcoholes -p. e., metan 01 o etanol. La principal ventaja de este proceso es la
267 Más información en: http://www.zfb.com/index.php [24/8/2008]
268 Detalles del proceso en: http://www.nitrochemie.com/index.php?lang=21 &fid=316 [25/8/
2008]
269 Véase la página de la empresa en: http://www.cscbooksaver.com/ [25/812008]
260
El sistema de desacidificación implementado por la empresa ese, supone la novedad de la posi-
bilidad de trasladar el equipo para el tratamiento a las dependencias del centro cliente.
(Fotos Conservación de Sustratos Celulósicos, S. L. http://www.cscbooksaver.com)
posibilidad de realizar el tratamiento in situ, gracias al carácter modular y
transportable de la instalación, lo que lo convierte en uno de los procesos más
versátiles del mercado. El proceso CSC Booksaver® ha sido aplicado tanto en
archivos y bibliotecas de España, como de Italia - Centro Regionale per la Pro-
gettazione e il Restauro (Palermo), Biblioteca Comunale di Taormina y Biblio-
teca Comunale di Milazzo-; Alemania - Zentral und Landesbibliothek, Inter-
national Tracing Service- y Bélgica - Institut Royal des Sciences Naturelles.
3.1.3. Wei T'o®270
Como ya mencionamos, este proceso fue el primero en ofrecer resultados
satisfactorios para la desacidificación en masa. Actualmente la compañía se
encuentra en un proceso de re-adaptación a las nuevas normas medioam-
bientales, sin anuncios al respecto hasta la fecha, aunque continúa ofrecien-
do productos en spray para la des acidificación por nebulización y soluciones
para desacidificación, por brocha o inmersión, de hojas sueltas. El metilcar-
bonato de metoxi-magnesio utilizado en los productos anteriores, está sien-
do sustituido por isopropilcarbonato de isopropoxi-magnesio.
3.1.4. Sablé
Fue el primer proceso implantado en Europa, a imagen y semejanza de la plan-
ta de Wei T' o en Canadá. En 1988, tras años de desarrollo y evaluación, la
planta de Sablé sur Sarthe comenzó a prestar sus servicios tratando los fondos
270 Información en la página web de la empresa en: http://www.weito.com/[25/812008]
26r
 de la Biblioteca Nacional francesa. El producto utilizado en la actualidad es
etilato de magnesio carbonatado, disuelto en etanol y Freón 134A, que pro-
porciona una reserva alcalina de carbonato de magnesio, formándose etanol en
la reacción. La producción se ha limitado invariablemente al tratamiento de
los fondos de la BNF.
3.2. Procesos basados en aplicación directa de partículas
3.2.1. Bookeeper® 27 1
Fue el primer proceso que implantó el método a base de la aplicación direc-
ta, en forma de partículas, de la reserva alcalina sobre el papel. La compañía
Preservation Technologies, L. P. se fundó para la explotación comercial del
proceso que, en la actualidad, es el que cuenta con la mayor aplicación. El
tratamiento se basa en la inmersión del material en una suspensión de nano-
partículas de óxido de magnesio en perfluoroheptano y un surfactante. La
aceptación del proceso se fundamenta en la práctica ausencia de efectos
secundarios, como disolución de colorantes, siendo el único inconveniente
la eventual presencia de un velo blanquecino. Otra ventaja es la ausencia de
un secado previo intenso del material. De otro lado, la penetración del agen-
Sistema de transporte de libros
en el proceso Bookeeper
de desacidificación masiva.
Depósitos donde se realiza el t ratamiento de desacidificación
Bookeeper a gran escala. (Fotos Preservation Technologies L P. http://www.ptlp.com)
271 Más información en: http: //www.ptlp.com/[25/8/2008]
te desacidificante es menor, sobre todo en papeles de estructura muy cerra-
da. La compañía, con sede social en EE.UU., cuenta ahora con filial euro-
pea -en Heerhugowaard (Holanda). Su principal cliente es la U S. Library
o[ Congress, pero también han aplicado el proceso Bookkeeper® las Biblio-
tecas Nacionales de Québec, Holanda, Portugal y Canadá; los Archivos
Nacionales de Holanda, Japón y Canadá, o el Archivo Secreto del Vaticano.
3.2.2. Libertec® 272
Este proceso, fundado en 1994 en Alemania, se basa en la aplicación de par-
tículas ultrafinas de óxido de magnesio (50%) y carbonato de calcio (50%) ,
en aerosol; esto es, sin intervención de líquido alguno, sino mezcladas sim-
plemente en una corriente de aire. La penetración de las partículas es aún
menor que en el proceso anterior, y se potencia a base de un secado previo
y la aplicación del aerosol con aire muy seco, seguido de una humidificación
posterior que provocaría la penetración de las partículas en el papel, arras-
tradas por el vapor de agua durante la absorción. En este caso se asegura
completamente la ausencia de efectos diluyentes por la ausencia de líquidos
en el proceso.
3.2.3. SoBu®
El sistema SoBu® (Sondermaschinen & Buchentsauerung) 273 es práctica-
mente idéntico al anterior, usando el mismo reactivo en forma de aerosol. La
diferencia más remarcable de este sistema es el post-tratamiento, en "cáma-
ra de maduración" que mejoraría la penetración de las partículas hacia el
interior del soporte.
272 Página web del proceso liberrec en: http://www.liberrec.de/[25/8/2008]
273 Más información en: http://www.sobu.de/[25/8/2008]
 APÉNDICES

En las siguientes páginas se clasifican y resumen algunos productos y fór-

mulas mencionados en el texto y se describen herramientas, maquinaria y mobi-
liario específico utilizados en los trabajos de restauración.
Las recetas pueden ser adaptadas a las cantidades requeridas aumentando o
disminuyendo proporcionalmente sus componentes. Algunos de los productos
mencionados en los tratamientos de páginas anteriores no son aquí recogidos
pero son sencillas disoluciones porcentuales p/v (peso de soluto en volumen de
disolvente; p. e., una preparación al 3% serían 3 gr de soluto en 100 mI de disol-
vente) o expresadas en gramos de soluto por litro de disolvente. En todos los
casos han de seguirse las indicaciones generales y específicas de autoprotección
al manipular productos químicos, especialmente en aquellas fórmulas donde
intervengan disolventes orgánicos. Los usos y efectos de los diferentes productos
se especifican en los apartados correspondientes a cada tratamiento en el texto.

1. PRUEBAS ANALÍTICAS
1.1. Test de curtido vegetal en pieles
Disolución de Sulfato de Hierro (11) al 1% en agua destilada (requiere una
disolución recién hecha). Se deposita una gota del reactivo en una zona apro-
piada de la piel. La aparición de un color negro azulado -tan ato de hierro-
determina la presencia de taninos vegetales. 1

1.2. Test de vainillina para determinar la presencia de taninos

condensados en pieles de curtido vegetal
Se aplica una gota de vainillina disuelta en alcohol y, a continuación, otra de áci-
do clorhídrico -HCl- concentrado. Un color rojo indica un resultado positivo. 2

1 Progress in leather eonservation, Universiry ofTexas, Austin. Mareh 12-1 4, 1997. En: Frede-
rieks, M . Conference Review. WAAC Newsletter, vol. 19 (2), May 1997. Disponible en:
http: //palimpsest.stanford.edu/waaclwn/wn 19/wn 19-2/wn 19-209 .html [1 /9/2008 ]
Progress in leather eonservation. Op. eit.
 1.3. Test de lignina en p apeles
El reactivo está compuesto por: 1 gr de fluoroglucinol , 50 mI de etanol abso-
luto, 50 mI de ácido clorhídrico concentrado y 50 mI de agua destilada. 3 Se
disuelve el fluoroglucinol en el alcohol, añadiendo a continuación el agua y el
ácido por este orden.
1.4. Reactivos para andlisis microscópico de fibras: 4
Reactivo herzberg
Solución A: se disuelven 5,25 gr de yoduro potásico en 12,5 mI de agua des-
tilada. A dicha disolución se añaden 0,25 gr de yodo en escamas
Solución B: 50 gr de cloruro de cinc en 25 mI de agua destilada.
Se vierte la solución A en la B, enfriando bajo corriente de agua. Se deja sedi-
mentar y se decanta.
Reactivo lofton-merrit
Solución A: 0,22 gr de verde malaquita en forma de sulfato en 200 mI de
agua destilada.
Solución B: 0,22 gr de fucsina básica en 1 mI de etanol; añadir 300 mI de
agua destilada.
Se mezclan las dos disoluciones y se acidula con ácido clorhídrico hasta pH 1,9.
1.5. Test para identificación de aprestos y adhesivos de almidón y derivados
Para la preparación del reactivo se disuelven 2,6 gr de yoduro potásico en
100 mI de agua añadiendo posteriormente 0,13 gr de yodo en escamas. En pre-
sencia de almidón se tiñe de color pardo azulado.
1.6 Identificación de cola animal o gelatina
1.7. Prueba de "raspail" para la identificación de colofonia en aprestos
Aplicando una gota de disolución saturada de azúcar, absorbiendo el exceso,
y aplicando a los 3 minutos una gota de ácido sulfúrico concentrado, en pre-
sencia de colofonia se tiñe de color rosa-morado.
1.8. Presencia de alumbre
El test de aluminón (aurintricarboxilato de amonio) indica la presencia de
alumbre en aprestos del papel. El reactivo, formado por 0,1 gr de aluminón por
litro de agua destilada, tiñe de un color rosa oscuro en presencia de alumbre y
púrpura oscuro si existe hierro. 5
2. DISOLVENTES
Además de utilizarse para la preparación de adhesivos y en otras fórmulas
diversas, los disolventes se usan, tanto en estado puro como en distintas mez-
clas, para la eliminación de manchas o para el despegado de adhesiones moder-
nas. La misión del disolvente, en todos estos usos, consiste en separar las molé-
culas de la materia sólida (romper su cohesión), produciendo su disolución o
reblandecimiento.
En la cohesión de las moléculas de un sólido intervienen tres tipos de fuer-
zas; la fuerza de dispersión (fd) , las fuerza polar (fp) y la debida a puentes de
hidrógeno (fh). En las interacciones entre fas moléculas de los disolventes tam-
bién intervienen estas tres fuerzas.
Cada material presenta cada una de estas fuerzas de forma variable según su
naturaleza. Teas ideó el sistema de calcular valores porcentuales a cada una de las
fuerzas; así, la suma de las tres variables (fd, fp y
100

Previamente es necesario sumergir la muestra de papel en agua destilada y fh) de cualquier material o disolvente es 100. El

~
calentar para favorecer la extracción de la cola o gelatina. El reactivo utilizado es disolvente, o la mezcla de ellos, reblandecerá o
una disolución de ácido tánico al 2% en agua, la formación de un precipitado disolverá al soluto (la mancha, el adhesivo, etc.)
- - F, -
blanco sucio al añadir al extracto una gota del reactivo, indica la presencia de si su distribución de fuerzas es similar al produc-

\
Fh

cola animal o gelatina. to a disolver. Todo ello se representa gráficamen-

te en el triángulo de solubilidad; un triángulo
/
equilátero en el que cada lado representa una de
Fd 100
3 Monen Ryhl-Svendsen. A review 01methods to test construction materials, housing materials, etc., las fuerzas mencionadas. (Gráfico 1)
before use near museum objects or archival materials. Indoor Air Quality in Museums and Archi- (Gráfico 1)
ves: Papers and technical notes, 2000. publicado en: http://www.iaq.dk/papersltests.htm
[2/912008]
4 García,]. A.; López, D. Origen, estructura e identificación de las fibras papeleras. Segundas jor- 5 Paper conservation catalog, seventh edition, n.O 10, Spot tests. Book and Paper Group, Ame-
nadas de avances en la restauración del papel. Ponencias . Burgos, del 30 de mayo al 2 de junio rican Institute for Conservation (AlC). 1990 p. 23. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/
de 2000. bpg/pcc/ [1 31112009]
 t

Cada grupo de materiales ocupa una zona en
el triangulo; los disolventes que se encuentren
dentro de esa zona producirían su disolución. Por
ejemplo: la zona que ocupan las ceras en el trián-
gulo de solubilidad es la que se aprecia en el grá-
fico 2. El metanol tiene la siguiente distribución
de fuerzas: fd-31, fp-23 Y fh-46. El hexano: fd-96,
fp-2 y fh-2. Trazando ambos disolventes sobre el
De forma más sencilla, si localizamos en el
triángulo de solubilidad los dos disolventes a mez-
clar, y los unimos por una recta, todos los valores de
cada mezcla se encontrarán en la línea (Gráfico 3): en
el centro de la línea la mezcla a partes iguales, y más
desplazada hacia un lado u otro dependiendo de la
proporción. El diferente comportamiento de las
100
mezclas explica por qué, en ocasiones, ninguno de ';;-r-...--.-..,.......;t:~::!::±:---w~

(Gráfico 2)
gráfico, comprobamos que el punto correspon- los dos disolventes actúe por separado y sin embar- (Gráfico 3)
diente al metanol queda fuera de la zona ocupa- go una mezcla de los dos resulte efectiva.
da por las ceras, por lo que no sería eficaz para su disolución, mientras que el 100
También se puede obtener un balance de
punto correspondiente al hexano sí se encuentra en el interior del área ocupada fuerzas determinado con la mezcla de tres
por las ceras, por lo que lograría la disolución. (Gráfico 2) disolventes. Aplicando el porcentaje que
A base de mezclas de disolventes, pueden conseguirse distintos balances de corresponde a cada componente, y sumando
fuerzas, adecuados para la disolución en cada caso concreto. Las fuerzas resul- los tres valores para cada fuerza.
tantes de la mezcla se calculan en base a la proporción de cada disolvente. Por En las páginas siguientes se incluyen las
ejemplo, en mezclas de acetona y tolueno: áreas de distribución de algunos polímeros (Grá-
100 L-..-....-~-r~~c::::::~'!:'~~
fico 4), y una tabla con las características físicas
O Fd
a. VALORES DE CADA DISOLVENTE CERAS GRASAS ENVEJECIDAS y de seguridad e higiene de algunos disolventes,
ACE ITES RESINAS
Fd Fp Fh PROTEINAS • POUSACÁRIDOS
así como su distribución de fuerzas.
ACETONA 50 37 13
(Gráfico 4). Áreas de distribución de algunos polímeros en el Diagrama de solubilidad. Fuente: GibertJ. M. Solubilidad. Uso racio-
TOLUENO 78 6 16 nal de disolventes en restauración. 3"· jornadas de avances en la restauradón de papel. la Vid, Burgos. 22-25 I mayo I 200 l.

b. VALORES DE LA MEZCLA A PARTES IGUALES

P UNTO D E1\:SIDAD TOXICIDAD P UN ro
Fd Fp Fh D ISOLVE1\:TE EBULLICI01\: I1 (LVS) 11\:FUuVlACK):--; fd fe fh
oC gr m * (LD,o) oC

ACETONA 25 18,5 6,5

Pemano 100 O O
(50%) (50% de 50) (50% de 37) (50% de 13)
Heptano 100 O O
TOLUENO 39 3 8
(50% de 16)
Éter petróleo (5-7) 35-80 0.62-0.66 -40 98
(50%) (50% de 78) (50% de 6)
Hexano 69 0.66 96 2 2
MEZCLA 64 31.5 14,5
Ciclohexano 81 0.778 300 -18 94 2 4
c. VALORES DE LA MEZCLA ACETONA (80%) y TOLUENO (20%) Ligroína (C7-C9) 118-139 0.86 470 12 94 3 3
Triclorotrifluoroetano 90 10 O
Fd Fp Fh
Petróleo (White spirit) 150-200 0.77 500 38 90 4 6
ACETONA 40 29,6 10,4 Sulfuro de carbono 46 1.27 20 -30 86 7 7
(80%) (80% de 50) (80% de 37) (80% de 13)
Tetraclorometano 77 1.59 !O ' 85 2 13
TOLUENO 15,6 1,2 3,2 Xileno 139 0.87 100 17 82 6 12
(20%) (20% de 78) (20% de 6) (20% de 16)
Etilbenceno 136 0.86 100 15 80 5 15
MEZCLA 55,6 30,8 13,6 Tolueno 110 0.86 100 4 78 6 16

268
 PUNTO TOXICIDAD PUNTO PUNTO D TOXICIDAD PUNTO
DISOLVENTE
DENSIDAD
EBULLlCI6N.
(LVS) ,6
INFLAMACI N
fd fp f.h
DISOLVENTE EBULLlCI6N EN;ID~D (LVS) INFLAMACI6N fd fp fh
, oC gl / mi * (LD so) oC oC gr m * (LD so) oC

Trementina 77 18 5 Etilcellosolve 135 0.93 100 40 43 20 37

Benceno 80 0.88 10 * -11 76 7 17 n-Butanol 117 0.81 50 * 24 43 14 43
Estireno 146 0.91 100 31 76 9 15 2-propanol 41 16 43
1, 1, 1 - tricloroetano 74 1.34 350 68 Acetronotrilo 81 0.78 40 * 69 41 43 16
Tricloroetileno 87 1.46 100 68 12 20 Dimetilformamida 153 0.944 > 100 67 41 32 27
Di-isobutil cetona 67 Nitrometano 101 1.13 100 35 41 46 13
1, 2 - dicloroetano 84 1.26 50 * 15 67 19 14 Ácido acético 118 1.05 10* 40 40 19 41
61 1.49 25 * 67 10 23 n-Propanol 97
----
0.80 200 25
Cloroformo 40 16 44
Ácido esteárico 65 13 22 124 0.97 25 * 46 39 22 39
Éter dietllico 64 13 23 Propilenglicol 188 1.04 n. tx. 39 15 46
Ciclohexilamina 134 0.87 10 32 63 15 22 100 1.10 95 37
Acetato de isoamilo 143 0.88 100 23 60 27 13 Anhídrido acético 139 1.08 54 36 37 27
Acetato de n-butilo 126 0.88 150 27 60 16 24 Etanol 78 0.79 1000 12 36 19 45
Diclorometano 40 1.33 100 59 Etilenglicol 198 1.11 100 115 32 17 51
Nitrobenceno 210 1.205 89 59 29 12 Diethylene glycol 31 29 40
Dioxano 101 1.03 100 11 Etanolamina 171 1.02 3 93 31 32 37
Ciclohexanona 156 0.95 50 44 56 22 22 Metanol 65 0.79 200 10 30 22 48
Di-etil cetona 56 27 Formamida 28 42 30
Metil isobutil cetona 117 0.80 100 17 56 23 21 290 1.26 n. tox. 175 26 22 52
115 0.96 5 20
18 28 54
184 1.02 400 * 70 55 21 24 NOTAS
• Toxicidad de disolventes: LVS (máxima concentración admis ible en el aire en partes por millón). Los daros con asterisco (*) indi-
Tetrahidrofurano 55 can el LD 50 (dosis letal 50% en tatas en mg/kg).
69 13 34 • Celdas con (--) sin datos al respecto.
1.23 5* 53
Ácido fórmico 101 _....-- F UENTES

Metiletilcetona 80 0.81 200 -6 53 30 17 • Giben, J.M. Solubilidad. Uso racional de disolventes en restauración. Terceras jornadas de avances en la restauración de papel. La
Vid. Butgos. Del 22 al 25 de mayo de 2001. Tabla 7 de la ponencia.
Acetato de etilo 77 0.90 400 -4 51 18 31 • Las filas que sólo contienen los datos de las tres fuerzas (fd, fP y fh) proceden de: Butke, J. Solubility parameters: theory and application.
The book and paper group annual, vol. 3, 1984. Disponible en: http://aic.stanford.edu/sg/bpg/an nual/v03/bp03-04.html [201l /2009]
Acetona 56 0.79 1000 -19 50 37 13

Ciclohexanol 161 0.95 50 * 67 50 12 38

3. FÓRMULAS PARA LIMPIEZA
2-nitropropano
Alcohol bencílico 48 16 36 3.1. Geles
Nitroetano 114 1.04 100 28 3.1.1. Laponite®RD
Butil-cellosolve 18 36 Este producto es uno de los más utilizados en la formación de geles acuosos
Acetato de metilo 45 36 19 para el reblandecimiento de adhesivos. Su preparación acuosa para este come-
2-butanol 44 16 40 tido suele indicarse entre el 10 Y el 15%. Resulta muy probable la formación
Lactato de etilo 154 1.04 44 de grumos, que desaparecen dejando en reposo el gel durante aproximada-
l-butanol 43 15 42 mente 12 horas. Su preparación puede ser realizada en agitador magnético: el
/

27° 27 1
 volumen de agua requerido se sitúa bajo agitación y se añade (con la agitación
en marcha) el Laponite en polvo. Al principio se forma una suspensión que
espesa de forma rápida. Tras la gelificación (que dura varias horas) se obtiene
un gel denso y transparente.
El Laponite admite la adición de cierta cantidad de disolventes polares como
alcoholes y otros. Para la preparación de estos geles mixtos debe añadirse el
disolvente al gel acuoso recién preparado (en proceso de gelificación) poco a
poco y agitando. A continuación se describe un ejemplo de gel mixto, indi-
cado para el reblandecimiento de algunos adhesivos sintéticos como emul-
siones de poli(acetato de vinilo) (PVAc):
• Preparar un gel a base de 8 gr de Laponite®RD en 52 gr de agua.
• Mezclar 20 gr de acetona y otros 20 gr de tetrahidrofurano.
• Tras 20 minutos de la preparación acuosa (ya ha comenzado la gelificación)
añadir la mezcla anterior paulatinamente y homogeneizando continuamente.
3.1.2. Carbopol®
Este producto es un polímero basado en el ácido acrílico, con el que se pue-
den preparar geles con poca intervención del agua (aunque siempre tiene
que estar presente para la correcta gelificación), 6 incluso a base de disolven-
tes no polares. Este tipo de geles son útiles para el reblandecimiento de adhe-
sivos sintéticos en reparaciones antiguas, barnices y manchas. Para la correc-
ta gelificación del Carbopol es necesario neutralizar su acidez. El pH de una
disolución al 1% es de 2,5-3 y se consiguen geles entre pH 5 a 9 añadiendo
a la preparación uno de estos productos básicos:
• Disoluciones de bases inorgánicas simples (hidróxido sódico o potásico) en
caso de alto contenido en agua (70-80%) del gel a preparar.
• Trietanolamina si el gel contiene al menos un 40% de agua.
• Aminas etoxiladas en caso de geles con menos del 40% de agua. Suele indi-
carse el uso del producto líquido comercial Ethomeen® (Akzo Chem.);
Ethomeem C-25 en caso de disolventes polares y Ethomeen C-12 para geli-
ficar con disolventes no polares.
Hay varios tipos de Carbopol. Los más indicados son el 934 (sólo geles acuo-
sos), 940, 941 y 980. Las concentraciones utilizadas son a partir del 1-1,5%
de carbopol en relación al volumen de disolvente.
6 Rivers, S y Nick Umney. Conservation ofFurniture. Butterworth-Heinemann, 2003.
ISBN 0750609583, 9780750609586, pág. 556
En cuanto a la forma de preparación habitual, una vez pesado el Carbopol, se
disuelve en el disolvente o en la mezcla de disolventes, neutralizando posterior-
mente con la base hasta conseguir la consistencia requerida. En caso de usar
Ethomeen® se sugieren 20 mI de esta base por cada 2 gr de Carbopol, pero en
algunos casos pueden utilizarse cantidades menores. El agua debe añadirse al
final. Si el gel resulta demasiado denso se puede aligerar con más disolvente.
Un ejemplo de preparación de gel poco acuoso, al 2% en mezcla de etanol,
agua y acetona (40:7:3) sería:
• Mezclar: 80 mI de etanol y 6 mI de acetona en un vaso de precipitados.
• Añadir 2 gr de Carbopol 940 y agitar hasta disolución. Se forma un flui-
do viscoso.
• Añadir Ethomeen®C25 hasta consistencia deseada (en este caso fueron 8 ml).
• Añadir poco a poco 14 mI de agua destilada.
Ejemplos de sendos geles genéricos, con disolventes polares y no polares serían. 7
Disolventes polares:
• 2 gr de Carbopol 980.
• 20 mI de EthomeenC25.
• 100 mI del disolvente polar (acetona, etanol, tetrahidrofurano, etc.).
• 15 mI de agua destilada.
Disolventes no polares.
• 2 gr de Carbopol 980.
• 20 mI de Ethomeen C12.
• 100 mI de disolvente no polar (White spirit, xileno, etc.).
• 1-2 mI de agua destilada.
3.2. Limpieza de pieles B
Solución para la limpieza de suciedad superficial adherida en pieles en
buen estado:
7 Rivers, S. y Nick Umney. Conservation of Furniture. Op. cir. , pág. 557.
Estas y muchas otras fórmulas están extraidas de: Smit, W J. T.; Porck, H . ]. (Eds.). Guideli-
nes for the Conse.rvation of Leather and Parchment Bookbindings. [Edición traducida y revi-
sada de: Rlchtlt;nen voor de conservering van ¡eren en perkamenten boekbanden}. Den
Haag: Koninklijke Bibliotheek; Amsterdam: Centraal Laboratorium voor Onderzoek van
Voorwerpen van Kunst en Wetenschap, 1997,64 p. Disponible en: http://www.kb.nIlcons/
leather/index-en.html [23/9/2008]
273
 • Mezclar 2 gramos de jabón neutro no iónico 9 con 2 gr de Carboximetil-
celulosa de viscosidad media.
• Añadir la mezcla anterior a 996 mI de agua.
• Agitar bien. Para usar, batir hasta la formación de una espuma densa. Usar
sólo la espuma.
Preparación para quitar recubrimientos antiguos de pieles a base de cera:
.890 gr de petróleo refinado de punto de ebullición entre 100-140 oC, (naf-
ta ligera, ligroína, mezcla de éter de petróleo y White spirit, etc.).
• 100 gr de agua destilada.
• 10 gr de jabón neutro no iónico.
• Mezclar todo en un recipiente de cierre hermético y agitar vigorosamente
hasta emulsificación gelatinosa.
Preparación limpiadora en seco a base de alcohol y amoniaco. Especialmen-
te indicada para pieles curtidas al alumbre:
• 950 gr de alcohol.
• 50 gr de amoniaco del 15%.
• Precaución: irritante de ojos y vías respiratorias.
4. PROTECCIÓN DE TINTAS (FIJADO)
4.1. ciclododecano
La forma más efectiva para el uso del ciclododecano es el producto fundido.
No obstante, es soluble en disolventes poco polares (White spirit, hexano, kero-
seno, etc.) hasta un límite del 75% p/v aproximadamente a temperatura
ambiente. Si se calienta admite más producto, pero al enfriarse cristalizará en
forma de agujas. Esta forma de cristalización determina la menor efectividad del
fijado con disoluciones de ciclododecano respecto al uso en forma fundida. Para
paliar en cierta medida esto, pueden aplicarse varias capas de disolución, dejan-
do secar la capa anterior y aplicar posteriormente calor con la espátula termos-
tática, para fundir el fijador entre las fibras del papel.
4.2. parafina
Una disolución de parafina o cera microcristalina al 15% en un disolvente
no polar, como White spirit, puede formar una capa totalmente impermeable en
9 En el apartado sobre aditivos al agua de lavado, en el texto, aparece una serie de detergentes
neutros no iónicos, susceptibles de ser usados en esta y otras fórmulas en adelante indicadas.
274
las zonas donde se aplica y mantendrá esta propiedad indefinidamente hasta su
extracción del papel. No obstante, la concentración necesaria en cada caso se
determinará específicamente tras las correspondientes pruebas preliminares. Este
hecho, la necesidad de eliminar la cera tras el tratamiento, es la desventaja de este
sistema de protección de tintas (frente al ciclododecano), al someter la obra a
nuevos riesgos además del tiempo necesario para esta operación.
Para la preparación de una disolución al 15%:
• Calentar al baño maría, en placa eléctrica, 15 gr de la cera utilizada mez-
clada con parte del White spirit (p. e., 50 mi). Hasta formar una mezcla
homogénea.
• Retirar de la placa calefactora y añadir el disolvente restante (otros 50 mi)
homogeneizando la disolución.
• Aplicar el producto ligeramente caliente para favorecer la penetración entre
las fibras.
5. ESTABILIZACIÓN
5.1. Desacidificación
5.1.1. Papel
Hidróxido de calcio
Se prepara una suspensión de 2-3 gr/l, dejándola decantar completamente -un
día. A partir de la solución clara -solución saturada-, se preparan disoluciones
menos concentradas, rebajándolas con agua, para efectuar el tratamiento. La
concentración final a usar en el tratamiento dependerá de las circunstancias
concretas. Pueden prepararse también disoluciones hidro alcohólicas del pro-
ducto, añadiendo etanol a la solución acuosa.
Bicarbonatos
Bicarbonato de calcio. 10 Cuando se necesitan grandes cantidades de bicarbo-
nato, existen equipos profesionales para tal fin, que consisten generalmente
en un purificador de agua corriente, seguido del equipo de remineralización
con calcio. El burbujeo directo del CO 2 en la suspensión de hidróxido de
10 Recetas extraídas de: The Ink Corrosion Website: Conservation: Calcium Phi tate/ Calcium
bicarbonate: Preparation of treatment solutions. Disponible en: http://www.knaw.nlJecpa/ink
/CaPhytate3 .html [211112009]
275
 calcio (7,3 gr/l) 11 o carbonato de calcio (2grll), consigue la formación del
bicarbonato pero a base de un alto consumo del CO 2 gas.
Para volúmenes relativamente menores, existen dos opciones: uso de equi-
pos de calcificación (reactores de calcio) para acuarios y uso de agua carbo-
natada (agua con gas, agua de seltz) para efectuar las disoluciones de la sal de
calcio y obtener el bicarbonato. En el primer caso, los reactores de calcio
para acuarios o piscifactorías optimizan el consumo de gas carbónico,
haciendo pasar el agua carbonatada por una columna de carbonato de calcio
granulado. La segunda opción es la vía más sencilla para la obtención del
bicarbonato; puede partirse de agua con gas comercial o ésta puede ser pre-
parada con el uso de generadores domésticos (sifones) a partir de cartuchos
de CO 2 • A continuación se expone la forma de preparación de una disolu-
ción de bicarbonato con agua carbonatada.
• Pesar 1,1 gr de carbonato de calcio en polvo, por litro de agua, en un vaso
de precipitados (1,65 gr si se utilizan botellas de agua con gas de 1,5 1).
• Añadir parte del agua al vaso y agitar para formar una suspensión, que se
introduce en una botella (puede ser la misma del agua con gas comercial) u
otro envase de cierre hermético.
• Enjuagar el vaso utilizado con otra parte del agua carbonatada, incorpo-
rando este enjuague al envase citado.
• Completar el envase con la cantidad de agua requerida para la preparación
(llitro si se pesaron 1,1 gr de carbonato de calcio) y cerrar perfectamente el
recipiente.
• Almacenar en frigorífico hasta el día siguiente, ya que el frío favorece la for-
mación del bicarbonato. Voltear periódicamente el envase para ayudar en la
disolución del polvo en suspensión.
• Para el tratamiento debe desecharse el carbonato no disuelto, utilizando la
disolución clara por decantación o mediante filtrado.
Bicarbonato de magnesio. En términos generales, todo lo expuesto para la pre-
paración de disoluciones de bicarbonato de calcio es válido para la forma-
ción de bicarbonato de magnesio a partir de suspensiones de hidróxido o
carbonato de magnesio, incluyendo la opción del uso de agua carbonatada
para lograr la disolución.
II Paper Conservation Catalog, second edition: 20, Alcalization and neutralization . Book and
Paper Group, American Institute for Conservation (AlC) . 1985. Disponible en: http://aic.
stanford.edu/ sg/bpg/pccl [13/1/2008]
Se parte de una suspensión de 5,8 gr/l de hidróxido de magnesio o de 8,4
gr/l de carbonato de magnesio. 12 Para disminuir el tiempo de preparación y
conseguir una disolución totalmente clara, se sugieren cantidades menores
del carbonato -hasta 0,65 gr/l. 13
5.1.2. Pieles
Solución para la desacidificación de pieles con Imidazol. 14
• Disolver 20 gr de imidazol en 120 gr de alcohol isopropílico a 30 oC apro-
ximadamente. Mantener agitación hasta que la solución sea transparente.
• Añadir 860 gr de keroseno de bajo olor. 15
5.2. Tintas corrosivas
Fitatos
Fitato de calcio. La forma de preparación de la disolución de fitato de calcio
para llevar a cabo el tratamiento es la siguiente:
• Pesar 2,88 gr de ácido fítico (ácido inositol hexafosfórico) al 40%, en un
vaso de precipitados pequeño.
• Añadir 0,44 gr de carbonato de calcio en polvo sobre el ácido. El carbo-
nato se disolverá produciéndose una ligera efervescencia.
• Se traspasa la disolución a un recipiente mayor completando con agua des-
tilada hasta un litro (debe enjuagarse el vaso pequeño y añadir el agua de los
enjuagues a la disolución).
• Por último, se añade amoniaco líquido (hidróxido de amonio) a la disolu-
ción hasta lograr un pH de 5,8 . 16 Si añadimos amoniaco en exceso, comen-
zará a aparecer un precipitado blanco.
Fitato de magnesio. 17 Para la preparación de la solución de fitato de magnesio:
12 Paper Conservation Catalog, second edition: 20, A!calization and neutralization. Op. cit.
13 Plossi, M. Conservation 01 acid paper: studies carried out in the chernistry laboratory 01 the Isti-
tuto Centrale per la Patologia del Libro. Restaurator, vol. 18, 1997, págs. 12-24.
14 Smit, W J. T.; Porck, H. J. (Eds.). Guidelines for the Conservation ofLeather and Parchment
Bookbindings. Op. Cit.
15 Generalmente aparece en catálogos de productos químicos como odourless Kerosene. Un disol-
vente sustitutivo podría ser el White Spirit con punto de ebullición de 190 oC aprox.
16 Receta extraida de: Strlic, M.; Kolar, ]. y Pihlar, B. Sorne preventive celLulose antioxidants stu-
died by an arornatic hydroxyLation assay. Op. cit. y Reimand, B.; de Groot, S. Ink corrosion: corn-
parison 01 currentiy used aqueous treatrnents Jor paper objects. Op. cit.
17 Kolar, J. y col. Stabilisation 01 iron gaLl ink: treatment with rnagnesiurn phytate. E-Preserva-
tionScience, n.O4,2007, págs. 19-24.
277
 +
• Pesar 2,88 gr de acido fítico (40%).
• Llevar la disolución a un litro con agua destilada.
• Añadir a la disolución anterior 0,2 gr. de carbonato de magnesio y agitar.
• Dejar reposar la solución durante 12 horas y filtrarla posteriormente.
• El ajuste del pH de la solución (a pH 5,8-6) se efectúa añadiendo más car-
bonato u óxido de magnesio. No es necesaria la adición de amoniaco.
6. PRODUCTOS PARA LA CONSOLIDACIÓN
61. Adhesivos
61.1. Colas proteicas
En este apartado se incluyen los adhesivos tradicionales preparados por
extracción acuosa en caliente del colágeno presente en tejidos de origen ani-
mal, como pieles y cartílagos. Ejemplos de tipos de estos adhesivos son: la
cola de pescado (genérico), cola de esturión (exclusivamente de la vejiga
natatoria), cola de conejo (de pieles), cola de cartílagos (cola fuerte, de car-
pintero), cola de pergamino y todos los tipos de gelatina más o menos puri-
ficadas químicamente, como la gelatina de uso alimentario, la de laborato-
rio o la gelatina fotográfica. En estas últimas gelatinas estandarizadas
también se diferencian diferentes tipos según su poder de gelificación, que
se expresa en grados Bloom. La gelatina de 100 Bloom formará un gel menos
denso que una de 275 Bloom a la misma concentración y temperatura.
Existe una diferenciación entre dos tipos de gelatina: la de tipo A, cuya
extracción de realiza en medio ácido y la de tipo B, cuya extracción se rea-
liza en medio básico, siendo ésta la más indicada en los tratamientos de
consolidación.
Comercialmente, la forma de presentación de estos productos puede ser en
láminas, en gránulos o en polvo. Su preparación incluye (una vez calculadas
las cantidades) el hinchamiento acuoso en frío, que llevará más o menos
tiempo según la presentación (desde un día completo, cuando son láminas
gruesas a pocos minutos cuando el producto es en polvo), seguido de su
disolución elevando la temperatura hasta unos 80-85 oc. Elevar más la tem-
peratura podría provocar la desnaturalización del colágeno y la pérdida de
propiedades del adhesivo. Para evitar esto, se indica realizar esta operación al
baño maría. Una vez preparado el adhesivo, al enfriarse forma un gel más o
menos consistente según concentración y tipo de producto; para su uso debe
ser calentado de nuevo a unos 50 oc. Al aplicar una capa de cola caliente
suficientemente concentrada sobre una superficie, se forma el gel al enfriar-
se que mantiene la capacidad de adhesión hasta su secado (esta característi-
ca se suele denominar "estado mordiente").
Una vez secos, los adhesivos proteicos son reversibles en húmedo, salvo que se
haya llevado a cabo su endurecimiento químico lo que los hace resistentes al
agua. Esta reacción ha sido usada en la producción de papel mediante el alum-
bre. El papel se introducía en un baño de gelatina caliente a la que se añadía
alumbre; el apresto resultaba posteriormente más resistente a agua. La misma
reacción se ha utilizado para el endurecimiento de las emulsiones fotográficas,
en este caso mediante baño de formaldehído. El endurecimiento de gelatinas,
además de intencionadas con alumbre o aldehídos, puede ser resultado de su
envejecimiento químico por la intervención de contaminantes externos (p. e.,
formaldehído procedente de cartones o maderas aglomeradas).
Las preparaciones de estos productos han de ser necesariamente realizadas
en medio acuoso, pero posteriormente puede añadirse alcohol, consiguien-
do mayor poder de penetración, disminuye la densidad del gel y actúa
como conservante. Su uso puede contemplarse en mezclas con otros adhe-
SIVOS acuosos.
Cola de pergamino. Aunque la mayoría de adhesivos proteicos se adquieren
listos para su preparación en agua, la cola de pergamino puede ser fabricada
fácilmente a partir de recortes de pergamino en agua mediante calentamien-
to al baño maría durante varias horas (de 3 a 6). Los trozos de pergamino
han de permanecer en remojo previo al menos durante 12 horas. Se propo-
ne una proporción de 100 gr de pergamino por litro de agua para formar un
gel base que puede almacenarse en frío. A partir de este gel, diluyéndolo en
15 partes de agua, se obtendría una solución del orden de 0,5-1 %. 18 Otra
opción consistiría en verter la cola en una bandeja sobre un papel antiadhe-
rente (p. e., papel parafinado), dejándolo secar (mejor en frío para evitar
enmohecimiento) para su almacenamiento. Las láminas de esta cola se pre-
pararían como cualquier otra gelatina comercial.
18 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation. Fascículo
6: Ap resto/Reap resto. Conservaplán, n.O 14, Biblioteca nacional de Venezuela, 1998 .
ISSN 1315-3579, pág. 26. Disponible en: http://www.bnv.gob.ve/pdf/Conserl4-6. pdf
[15/1/2009)
[Traducción de: Paper Conservation Catalog fifth edition: 17, Sizing/Resizing. Book and Paper
Group, American Institute for Conservation (AlC). 1988)
279
 6.1.2. Funori 19 • Secado. Una vez limpio el extracto, puede vertirse en una superficie antiad-
El Funori es un adhesivo tradicionalmente usado en Japón, extraído de un herente, como papel siliconado, poliéster (Melinex® o similar) , etc. y dejar-
alga roja del género Gloiopeltis. Su uso se remonta a alrededor de 300 años, lo secar, para separar posteriormente las láminas secas que, almacenadas
quedando patente su estabilidad a largo plazo. Su utilización tradicional ha correctamente pueden conservar sus propiedades por dos años. Para recons-
sido como apresto de telas y papeles. En restauración se aplica co n éxito en tituir el adhesivo, sólo ha de diluirse en la cantidad apropiada de agua. Es
trabajos de consolidación de tintas y capas pictóricas pulverulentas o cra- fácilmente soluble en agua a temperatura ambiente (mejor si se dej a en
queladas y como adhesivo débil para reparaciones. La mayor ventaj a que remojo unas horas en la nevera).
ofrece es su acabado mate, que modifica muy poco la apariencia tonal de las
junFunori®. 20 El laboratorio EMPA (Swiss Federal Laboratories for Mate-
tintas tratadas.
rial Testing and Research) ha desarrollado un extracto estandarizado de Funo-
El alga tal y como se extrae de su cultivo marino es de un color rojo inten-
ri que recibe el nombre de JunFunori® . Las ventajas que ofrece son: la posi-
so, pero posteriormente recibe un tratamiento de lavado, blanqueado (con
bilidad de preparar concentraciones conocidas con el mismo comportamiento
hidróxido de potasio o peróxido de sodio) y exposición al sol, quedando para
y el ahorro de tiempo que se invierte en la preparación del extracto. El labora-
su comercialización de un tono anaranjado.
torio indica la preparación de una solución base del 1% que puede luego ser
La preparación del adhesivo a partir del alga (comercial) aparece en distintas
diluida según el caso. Para ello se pesa 1 gr del producto y se añade a 100 mI
fuentes con ligeras variaciones, sobre todo en lo que concierne a la concen-
de agua a 40-45 oC, agitando constantemente hasta disolución. En agitador
tración, teniendo además en cuenta que no se trata de un producto estanda-
magnético la disolución completa lleva 2 horas. Para su conservación, se
rizado y con las mismas concentraciones podemos encontrarnos con adhesi-
indica la adición de un 5% de isopropanol y conservación en frío . Mientras
vos más o menos consistentes según las características de la materia prima.
que una solución sin alcohol, almacenada en nevera, pierde propiedades en
Dichas concentraciones descritas varían entre un 0,3% a un 3%. En todo
pocos días, la solución con el isopropanol puede durar hasta 7 semanas
caso, una vez preparado el extracto, puede ser diluido con agua destilada
almacenada en nevera, sin cambio de sus propiedades.
según la necesidad y las pruebas realizadas. El resto de operaciones de las dis-
tintas recetas difieren mínimamente. A continuación se describirán los pasos 6.1.3. Adhesivos de almidón
para formar un extracto del 3%: También de uso centenario, como las colas proteicas, los adhesivos a base de
harina de diversos cereales, mezcladas con agua y gelificadas en caliente
• Cortar y pesar 6 gr de alga.
(engrudos), se utilizan en trabajos de consolidación. Ha de aclararse que en
• Enjuagado en agua limpia durante 15 a 30 minutos. Esta operación, diri-
algunas harinas (entre las que se encuentra la de trigo, una de las más utili-
gida a eliminar sales y minerales solubles, no aparece en todas las recetas. De
zadas para este fin) existen otros productos, distintos al almidón como es el
hecho se advierte sobre la pérdida de materias solubles del alga.
caso del gluten. Un engrudo formado por toda la harina, en el caso del tri-
• Remojado del alga en 200 mI de agua destilada durante 8-12 horas.
go, es sustancialmente más inestable, produciéndose su oxidación y acidifi-
• Calentar la mezcla en agua por debajo del punto de ebullición (entre 60 y 90 oC,
cación a largo plazo, mientras que los engrudos formados sólo con el almi-
p. e., al baño maría) durante 60 a 90 minutos, agitando periódicamente.
dón presentan una estabilidad excelente a largo plazo.
• A continuación debe clarificarse la suspensión. Se menciona el filtrado con
Los almidones de trigo, arroz o maíz son productos fácilmente localizables en
gasa o crepelina (de seda o sintética), papel de filtro, filtrado al vacío o cen-
el mercado. El almidón de trigo japonés (shoufu) es uno de los más adecuados
trifugado para eliminar aún más el enturbiado. El extracto debe almacenar-
por su calidad. La forma de preparación de una cola de almidón, incluye:
se en frío y tiene una vida útil corta.

19 Swider, J. R. Y Smith, M. Funori: overview ofa 300 year old consolidant. JAle, vol. 44, n.O 2, 20 EMPA. Application offunFunori®. Publicado en: http://www.empa.ch/pluginltemplate/empa
2005 , págs. 117-126. /*/24498/- -/1 [10/12/2004]

280
• La formación de una suspensión del polvo en agua fría. El almidón se des-
líe fácilmente en agua agitando suavemente tras añadir la cantidad adecuada
de almidón en polvo en el volumen requerido de agua.
• El calentamiento controlado de la suspensión bajo agitación continua. Lo
más indicado es realizar el calentamiento al baño maría, para evitar un exce-
so de temperatura y que el producto se queme en el fondo del recipiente. El
almidón hidroliza y gelifica hacia los 80-85 oc.
• Cuando se alcanza la temperatura de gelificación, esta se mantiene duran-
te aprox. 10 minutos, manteniendo también la agitación.
• En caso necesario, la pasta resultante puede ser tamizada para retirar even-
tuales grumos.
• La superficie del almidón debe ser cubierta durante el enfriado. Esto evi-
tará la formación de una corteza seca sobre esta superficie.
• Una vez frío, puede añadirse una muy pequeña cantidad de etanol o iso-
propanol, que preservará el adhesivo en cierto grado.
En cuanto a las proporciones, en algunos casos podrá prepararse una con-
centración ligera para un uso específico. Pero una preparación más densa (en
torno a 150 gr de almidón por litro de agua) puede rebajarse posteriormen-
te con agua, añadiéndola poco a poco y homogeneizando continuamente.
Esta mezcla es más eficiente si se realiza calentando al baño maría.
La cola de almidón admite mezclas con otros adhesivos acuosos, como celu-
losas modificadas o emulsiones sintéticas acrílicas o vinílicas.
En la harina de trigo, la separación entre el gluten y el almidón puede reali-
zarse de la forma siguiente:
• Se forma una masa densa, amasable, con la harina y una pequeña parte de
agua.
• La masa se introduce en agua fría y se amasa con las manos dentro del
agua. El agua va tomando un tono lechoso (almidón), mientras que el glu-
ten permanece en la masa, que va tornándose de un color más oscuro.
• Posteriormente se desecha la masa de gluren y se cambia de recipiente la
suspensión de almidón, desechando los pequeños fragmentos de gluten que
hubieran podido quedar en el fondo del recipiente.
• La suspensión de almidón puede concentrarse por evaporación o por
decantación, retirando el agua una vez el almidón se encuentre en el fon-
do. La preparación seguiría calentando la suspensión de la forma anterior-
mente expuesta.
61.4. Éteres de celulosa
La celulosa ha constituido la materia prima para la producción de materiales
diversos, distintos del papel. El primer material plástico fabricado a partir de
celulosa fue el nitrato de celulosa, tras el cual fueron desarrollados diversos ace-
tatos de celulosa. Estos materiales son ésteres de celulosa, que fueron usados
para la formulación de barnices y adhesivos, así como para soportes plásticos
de cine, fotografía, cintas magnéticas, y otros. Desafortunadamente, la estabi-
lidad de estos materiales no resultó la adecuada y, además de generar proble-
mas de conservación en los soportes antes citados, no son adecuados como
soportes y adhesivos para tratamientos de conservación y restauración.
Por el contrario, otras celulosas modificadas, los éteres de celulosa, sí propor-
cionan adhesivos adecuados por su estabilidad a largo plazo. De todos ellos, los
más utilizados por sus características y estabilidad son: la metilhidrohietilcelu-
losa (MHEC) , la carboximetilcelulosa (CMC) y la hidroxipropilcelulosa
(HPC), mencionados en el texto en intervenciones de consolidación.
Típicamente, la CMC se utiliza en medio exclusivamente acuoso, la MHEC
puede prepararse en medio acuoso o en mezclas de agua y alcohol (principal-
mente etanol e isopropanol) y también es soluble en ciertos disolventes, mien-
tras que la HPC admite preparaciones con alcohol y otros disolventes, sin inter-
vención de agua (aunque también puede utilizarse en medio acuoso o mixto).
MHEC. Una característica importante a tener en cuenta en las preparacio-
nes de este adhesivo, es su insolubilidad en agua a temperatura elevada.
Cuando se mezcla la MHEC en polvo o granulada, con agua caliente (p. e.,
a 70 oC), queda en suspensión, comenzando a disolverse cuando la tempe-
ratura baja de 40-50 oc.
Preparación acuosa. Debido a la circunstancia anteriormente descrita, la for-
ma más cómoda y óptima de preparación de una solución acuosa de MHEC
supone la formación de una suspensión del adhesivo en agua caliente y, a
continuación, la adición paulatina y bajo agitación constante, de agua refri-
gerada. Por ejemplo:
MHEC al 3% (p/vol) en agua.
• Calentar 40 mI de agua destilada a 80 oC
• Añadir 3 gr de MHEC (p. e., Tylose®MH300P), formándose una suspensión.
• Añadir paulatinamente, bajo agitación continua, 60 mI de agua destilada
refrigerada (p. e., a 4 oC).
Preparaciones hidroalcohólicas. La forma correcta para preparar un adhesivo
hidro alcohólico a base de MHEC supone la formación de una disolución acuo-
sa a la que se añade poco a poco y agitando la cantidad establecida de alcohol.
La incorporación brusca de una gran cantidad de alcohol puede arruinar la pre-
paración. De nuevo se puede aprovechar la insolubilidad en agua caliente para
la mezcla de los componentes, formando una suspensión acuosa y añadiendo el
alcohol cuando comienza la gelificación (cuando la temperatura se encuentra
en torno a 40-50 oC). Una solución versátil es la preparación de un gel bastan-
te concentrado (p. e., al 8%) en mezcla a partes iguales de agua y alcohol. Esta
preparación base puede posteriormente ser diluida bien con agua o bien con
alcohol según la necesidad concreta en cada caso. A continuación se describe
esta fórmula y posteriormente otra con mayor contenido alcohólico.
MHEC al 8 % en agua y alcohol (1: 1) .
• Calentar 200 mI de agua destilada a 80 oc.
• Añadir 32 gr de MHEC (p. e., Tylose®MH300P) , formándose una sus-
pensión del producto.
• Mantener agitación (puede recurrirse a agitador magnético) hasta que la
temperatura se encuentre en torno a 45-50 oC.
• En este punto comenzar a añadir el alcohol en pequeñas cantidades ama-
sando y homogeneizando la mezcla después de cada adición de alcohol.
Debe añadirse un total de 200 mI de alcohol (etílico o isopropílico) .
MHEC al 3% en agua (20%) y alcohol (80%).
Metilhidroxieti lcelulosa en prepar ación hidroalcohólica
(80% de etanol y 20% de agua).
(Foto J. Tacón)
• Se calientan 80 mI de agua destilada a 70-80 oC
• Se añaden 12 gr de MHEe, formándose la suspensión.
• Mantener la agitación hasta que comience la gelificación (cuando la tem-
peratura está en torno a 45 oC), comenzando a añadir en este momento
pequeñas cantidades del alcohol, homogeneizando tras cada adición.
• El total de alcohol a añadir es de 320 mI.
eMe. La carboximetilcelulosa no presenta la propiedad de insolubilidad en
caliente; de hecho, cuanto más alta la temperatura, más rápida será su diso-
lución. El mayor inconveniente encontrado en las preparaciones acuosas de
CMC estriba en la aparición de grumos, si el producto seco es añadido de
golpe en el agua (estos grumos, en todo caso terminan disolviéndose con el
tiempo). Por ello, el polvo o granulado ha de ser pulverizado de forma lo más
dispersa posible en el agua bajo agitación constante. Generalmente hay que
dejar la mezcla en reposo hasta que se hinche toda la CMe, consiguiendo
una disolución transparente y homogénea.
HPe. Al contrario que los productos anteriores, la hidroxipropilcelulosa
(comercialmente se utiliza el Klucel®G) puede prepararse en alcoholes, sin
intervención de agua, útil para tratamientos de consolidación donde el agua
no debe intervenir por las circunstancias concretas del caso. Simplemente se
mezclan las cantidades requeridas bajo agitación hasta disolución. No obstan-
te lo anterior, la adición de agua, aún en muy pequeña proporción (p. e., 1%
del total de la mezcla) mejora la textura del adhesivo, facilitando su aplicación
y mejorando su poder de adhesión (la presencia de esta pequeña cantidad de
agua no suele provocar los inconvenientes evitados en un medio acuoso) .
61.5. Adhesivos sintéticos
Aunque de más dudosa estabilidad a largo plazo, algunos adhesivos sintéti-
cos, productos del amplio mundo de los plásticos, se aplican en operaciones
de consolidación debido a algunas características no presentes en los adhesi-
vos naturales, que los hace atractivos para ciertas operaciones. Estas caracte-
rísticas aludidas podrían ser: su mayor poder de adhesión, su flexibilidad una
vez secos, su capacidad de fundirse y adherirse con calor (termoplásticos), la
posibilidad de prepararse en diversos disolventes no acuosos y del pegado
por contacto con el adhesivo en estado mordiente.
Esencialmente, son dos tipos de plásticos (o resinas sintéticas) los más utili-
zados por sus más seguras propiedades de inocuidad a largo plazo: los polia-
crilatos (resinas acrílicas) yel copolímero de acetatos de vinilo yetileno (resi-
nas EVA). Estas resinas pueden ser utilizadas de tres formas distintas: en
disolución con disolventes (p. e., Paraloid®B72 en tolueno), en emulsión
acuosa (colas blancas, en las que se debe confirmar la ausencia de aditivos
como plastificantes) yen seco (p. e., pegado con calor o por contacto en esta-
do mordiente). De estas formas de presentación, las emulsiones pueden ser
mezcladas con otros adhesivos acuosos (p. e., cola de almidón o MHEC). De
 esta forma se consigue dotar de más poder de adhesión a adhesivos más débi-
les (p. e., carboximetilcelulosa) y se aumenta la reversibilidad respecto al adhe-
sivo sintético puro.
Acrílicos
El producto de mayor fama para su uso en disolución es el Paraloid®B72.
Se indica su disolución en acetona, mezclas de acetona y alcoholo tolueno,
según se requiera mayor o menor volatilidad del disolvente.
Para pegado en seco, reactivando con calor, puede extenderse una disolución
sobre el soporte de refuerzo que, una vez seca, puede ser pegada mediante
calor y presión (p. e., con espátula termostática). Pero también existen en el
mercado productos en lámina para este uso concreto, ya adheridos al sopor-
te de refuerzo (p. e., Archibond®Tissue o Filmoplast®R) o sólo la lámina
plástica (unsupported Archibond®), diseñados especialmente para lamina-
ción mecanizada.
Las emulsiones acuosas de resinas acrílicas pueden poseer distintas propie-
dades en cuanto a densidad, flexibilidad y capacidad mordiente. Una solu-
ción versátil es disponer de una emulsión de secado muy flexible y mor-
diente (p. e., Lascaux®360HV) y otra de secado más rígido y no mordiente
(p. e., Lascaux®498HV) las cuales pueden mezclarse para conseguir las
características deseadas.
Vinílicos
Respecto a los productos de vinilo, además de las resinas EVA antes men-
cionadas, otro plástico vinílico utilizado en formulaciones de adhesivos es el
Poli(acetato de vinilo), conocido como PVA o PVAc, el cual se ha usado muy
frecuentemente como emulsión en operaciones de encuadernación (cola
blanca de encuadernador). La dudosa estabilidad de estas emulsiones de
PVA, por la formación de ácido acético, junto a la muy probable presencia
de plastificantes en formulaciones de estos adhesivos (ya que la resina pura
presenta bastante rigidez), han provocado la paulatina sustitución del PVA
por el más estable EVA.
En preparación no acuosa, el producto de base EVA más popular entre el
colectivo de restauradores es la cola BEVA®37 1, más utilizado en la especiali-
dad de pintura. BEVA Film es una lámina de este adhesivo, para su aplicación
por medios térmicos, con la ventaja de que su temperatura de fusión es sensi-
blemente menor que en el caso de los poliacrilatos tratados anteriormente.
En cuanto a emulsiones EVA podemos citar el ejemplo del producto Eva-
286
con®, formulado con adición de carbonato de calcio, que dota al producto
de protección frente a la acidez.
62. Papeles
Al hablar de soportes de refuerzo en intervenciones de consolidación sobre
papel, indudablemente aparece el papel japonés tradicional -washi- como el
producto universalmente más aceptado por sus excepcionales características de
calidad y permanencia. Su delicadeza y al mismo tiempo fortaleza , así como su
extraordinaria estabilidad, procede de la gran calidad de las fibras utilizadas -de
gran longitud y alto contenido en celulosa- y del esmerado proceso de su fabri-
cación, desde el mismo momento de la recolección, que resulta en un papel con
fibras extraordinariamente largas y muy poco degradadas. De otro lado, también
son utilizados otros tipos de papeles, no sólo para la consolidación, sino también
para construcción de encuadernaciones y, en el campo de la conservación, para
la confección de montajes, protecciones y contenedores. En estos últimos cam-
pos intervienen también materiales papeleros de mayor grosor: cartulinas, car-
toncillo y cartones.
Las fibras utilizadas en el washi, proceden principalmente del líber de tres
arbustos concretos: Kozo -Brussonetia Kazinoki-, de la familia de la moráceas,
Mitsumata -Edgeworthia Papyrifira- y Gampi -Diplomorpha Sikoniana-, estos
dos últimos de la familia de las Timeláceas. 2 1 El proceso de fabricación, siguien-
do a Noni Lazaga en sus explicaciones, se resumiría en lo siguiente: tras la reco-
gida de la corteza del arbusto, la primera operación consiste en separar el tejido
liberiano de la corteza, eliminando todos los restos de esta. Posteriormente las
fibras se hierven en una solución alcalina, que purifica las fibras, eliminando com-
puestos no celulósicos. Para ello se utilizó al principio cenizas y posteriormente
cal, carbonato sódico o sosa -hidróxido sódico-, esta última para papeles más
blancos o en aquellos de peor calidad en los que se introduce parte de la corteza
exterior. Tras la cocción se vuelve a limpiar manualmente las fibras de impurezas,
lavándose a continuación en agua corriente de los arroyos de montaña. Una vez
procesada la fibra, se disgrega con mazas de madera, y la pasta formada se mezcla
con agua en la tina. A la suspensión se añade extracto de raíz de Tororo aroi (Hibis-
cus Manihot), que forma un mucílago que mantiene a las fibras en suspensión y
confiere a las hojas el tacto suave característico del washi. Las hojas son formadas
en una rejilla compuesta por tiras de bambú cosidas con hilo de seda entre sí.
21 Lazaga, N . Washi: el papel japonés. Madrid, Clan, 2000, pág. 50.
 Muy poco ha cambiado, en su esencia, esta forma de fabricación. La intro- menos. La adición de carbonato de calcio mejora su estabilidad, como ya se
ducción de álcalis fuertes (sosa) para el hervido de las fibras y la sustitución de apuntó. Realmente existen pocas alternativas a la calidad del tisú japonés en
la raíz de Tororo aroi por éteres de celulosa (p. e. , carboximetilcelulosa), son dos cuanto a finura y transparencia. Frente a los 3,6 grlm2 del tisú japonés más lige-
de los cambios respecto a la fabricación ancestral. No obstante, actualmente exis- ro, la alternativa (eso sí, más económica) en otro tipo de fibras (p. e., cáñamo de
ten en el mercado papeles de fibras japonesas fabricados a máquina por la Manila o Abacá) se sitúa en torno a 9 grlm2.
empresa NAO. 22 Estos papeles, al contrario que los manuales, tienen dirección En lo referente a cartonajes de diversos grosores, los de mayor calidad son
de fibra predominante. sin duda los de algodón, aunque su elevado coste hace que se utilicen en mayor
En cuanto a los gramajes de los papeles japoneses, se utilizan hasta 9 grlm2 medida los de celulosa purificada, libres de lignina, neutros y eventualmente con
para refuerzos que han de dejar ver por transparencia la zona consolidada. El reserva alcalina. En estos productos han de evitarse los encolados a base de resi-
menor gramaje disponible de un papel japonés es de 3,6 grlm2 (NAO RKOO). nas de formaldehído.
Los grosores habitualmente usados para reintegración del soporte (injertos) son
a partir aproximadamente de 35 grlm2. 7. LUBRICANTES y RECUBRIMIENTOS PARA PIEL Y PERGAMINO 24
Fuera ya del universo papelero japonés, los papeles tradicionales occidenta-
les, a base de fibras de algodón, lino, ramio, cáñamo, etc. serían los más ade- 71. Emulsiones
cuados para su uso directo, como papeles de injerto, sobre los soportes origina- Debido a la presencia de cierta cantidad de agua en las emulsiones, sólo
les, o para la construcción de encuadernaciones (como guardas, hojas de deben ser aplicadas en pieles con deterioro químico poco avanzado (pH mayor
cortesía). Aún se conservan molinos papeleros occidentales que mantienen las de 3). El contenido de grasa se adecuará al estado de la piel, presentándose dos
técnicas tradicionales de elaboración. 23 fórmulas para, respectivamente, un 5% y un 10% de contenido graso.
En cuanto a papeles industriales para intervenciones de consolidación Emulsión del 5% de contenido graso.
directa del soporte (reforzamientos y reintegración de zonas perdidas), ha de • 625 gr de keroseno de bajo olor.
tenerse siempre en cuenta la calidad de sus fibras y aprestos, que donarán sus • 300 gr de agua destilada.
propiedades de permanencia, así como la presencia o no de reserva alcalina (en • 30 gr de aceite de pezuña de buey.
forma de carbonato de calcio), que prolonga su vida útil. Este tipo de pro- • 25 gr de jabón neutro no-iónico.
ductos son más usados en protecciones indirectas -carpe tillas para documen- • 20 gr de lanolina anhidra.
tos, cajas para libros, etc.
Aunque existen papeles industriales elaborados con fibras nativas (algodón y Emulsión con el 10% de contenido graso.
lino), suelen aparecer mezcladas en mayor o menor grado con fibras madereras. • 550 gr de keroseno de bajo olor.
La celulosa de madera purificada es sin duda la materia más común en el papel • 300 gr de agua destilada.
industrial. Mediante el tratamiento de purificación, se elimina la lignina de la • 60 gr de aceite de pezuña de buey.
fibra maderera, pero este tratamiento perjudica físicamente a la celulosa y elimi- • 50 gr de jabón neutro no-iónico.
na al mismo tiempo parte de las hemicelulosas, dando un papel estable pero • 40 gr de lanolina anhidra.

Preparación: para la preparación de emulsiones es muy conveniente usar un

22 Información acerca del papel NAO, tanto fabricado a mano como a máquina en la Web de
Consevation by Design, Ltd. En: http ://www.conservation-by-design.co.uk!pap009.html
[20/1/2009]
23 El mejor ejemplo que podemos citar es Le Moulin du Verger, papelería artesanal desde 1539,
aún en servicio. Web: http://www.moulinduverger.com/ [20/1/2009]
agitador magnético con placa calefactora, ya que es muy importante la agitación
constante para conseguir una buena emulsificación.
24 Smit, W ]. T.; Porck, H. ]. (Eds.). Guidelines fo r the Conservation 01 Leather and Parchment
Bookbindings. Op. cit.

288

• Mezclar calentando al baño maría: aceite, lanolina, jabón neutro yagua,
bajo agitación constante hasta conseguir una mezcla homogénea.
• Retirar del baño maría y añadir, poco a poco y agitando, el keroseno. Se
forma una emulsión blanca y cremosa.
72. Disoluciones
Los lubricantes en disolución no acuosa estarían indicados para la lubricación
de pieles con deterioro químico más avanzado. Se indica un acondicionamiento
previo de las pieles a un 70% de Humedad Relativa del aire, durante 4 días.
8. E QUIPAMIENTO
A continuación se enumeran los elementos de un equipamiento completo para
desarrollar tratamientos de conservación-restauración de libros y documentos a
nivel profesional. Evidentemente, cada caso particular necesitará adaptar el equipa-
miento a sus recursos, necesidades y objetivos (p. e., si se prevé el tratamiento de
obras de gran formato, las superficies de trabajo han de ser mayores), por lo que
algunos de los elementos mencionados pueden ser innecesarios en algunos casos. Se
obvian materiales fungibles y algunas herramientas manuales simples.

Acondicionadores en disolución para pieles. 8.1. Mobiliario

Disolución con el 5% de contenido graso. Mesas
• 950 gr de keroseno de bajo olor. Bancos de trabajo. Mesas altas (1 m aprox.) de gran superficie para trabajar
• 30 gr de aceite de pezuña de buey. de pie. Usadas sobre todo en encuadernación y montajes.
• 20 gr de lanolina anhidra. Mesas de luz. Parte de su superficie es un cajón empotrado con luz fluorescen-
te, cubierto con un vidrio translúcido que queda al mismo nivel que la superficie
Disolución con el 10% de contenido graso.
de la mesa. Para operaciones manuales de consolidación y otras.
• 900 gr de keroseno de bajo olor. Mesas auxiliares.
• 60 gr de aceite de pezuña de buey.
Sillas ergonómicas.
• 40 gr de lanolina anhidra.
Planeros y archivadores. Para el almacenamiento de obras y materiales.
Preparación: la lanolina se disuelve al baño maría (máximo a 40 oC) en una Mobiliario y equipamiento de laboratorio.
parte del keroseno. Posteriormente se añade el aceite junto al resto de keroseno. Armarios de almacenamiento. Mobiliario para el almacenamiento de instru-
mental y productos. Es muy conveniente el uso de muebles especiales para el
Acondicionadores de lanolina.
almacenamiento de disolventes.
Disolución 10% lanolina. Vitrina extractora de gases. Deben cumplir la normativa local al respecto.
Indicada para su aplicación sólo en las partes de la encuadernación que Lupa binocular. Conviene que puedan adaptarse cámaras fotográficas y/o de
sufren mayor desgaste con el uso: los cajos (o charnelas) yellomo. vídeo para documentación de procesos.
• 900 gr de keroseno de bajo olor. Pehachímetro electrónico con electrodo de superficie.
• 100 gr de lanolina anhidra. Agitador magnético con placa calefoctora. Muy útil para la preparación de
disoluciones, adhesivos y otros productos.
Disolución 2% lanolina.
Balanza de precisión.
Indicada para impregnación de pergaminos deteriorados por deshidratación.
El pergamino debe estar preacondicionado a una HR del 70%. 8.2. Herramientas y maquinaria simple
• 980 gr de keroseno de bajo olor. Hoja de luz. Para tratamientos sobre libros sin desmontaje y visualización de
• 20 gr de lanolina anhidra. marcas de agua en el papel.
Espdtula termostdtica. Se utiliza para acelerar el secado de reparaciones y con-
Preparación.
solidaciones, para reparaciones con adhesivos termoplásticos y para alisado en
• Mezclar al baño maría (máx. 40 oC) la lanolina con parte del keroseno.
zonas puntuales.
• Añadir el resto de disolvente.
 Aspirador. Con boquillas de pelo suave. Deben tener regulador de intensidad
Lupa binocular.
y opción de soplado. El filtro debe ser de alta eficiencia.
Herramientas y útiles de encuadernador. Todo lo necesario para la confección
de encuadernaciones artesanales.
Instrumental de restauración. Bisturí, espátulas, pinzas, punzones, pinceles, etc.
Selladora de mano. Para la fabricación de bolsas para tratamientos de anoxia
y otros montajes.
Tableros. De madera con recubrimiento impermeable o de PVC.
Pesas de acero. Apilables.
Cortadora de paspartú.
Humidificador por ultrasonidos. Para humectación de espacios y tratamientos
de nebulización por ultrasonidos de consolidantes.
Bases para cortado. Son planchas de material plástico para cortar sobre ellas a
cuchilla. Existes modelos translúcidos que permiten su uso con luz transmitida Agitador magnético
con placa calefactora.
sobre la mesa de luz.
Cubetas para tratamientos por baño. De polipropileno o acero inoxidable. Espátula termostática.
Eventualmente de gran tamaño con desagüe y otras de sobremesa.
Carro de secado. Mueble con bandejas de rejilla abatibles para el secado de
hojas tras el lavado y otros tratamientos. En la industria gráfica suele denomi-
narse rack de secado o carro bandejero.
Máquina fotográfica y plató de reproducción.

8.3. Maquinaria compleja

Reintegradora automática de pulpa de papel. Imprescindible para tratamien- Prensa horizontal o de satinar.
tos a gran escala.
Disgregadora de pulpa. Para la preparación de pulpa de papel que se utilizará Prensa de cajos o prensa vert ical.
en la reintegradora.
Mesa de succión y cuña. Superficie de aluminio o material plástico microper-
forado en toda su superficie, conectada a un sistema de aspiración. General-
mente cubiertas por una cúpula que permiten crear un microclima de humedad
controlada mediante humidificador. Algunas permiten el calentamiento de su
superficie. Otros modelos ofrecen la posibilidad de luz transmitida.
Empaquetadora al vacío. Se utiliza para secado de libros afectados por inun-
daciones, para erradicación de plagas de insectos y para el almacenamiento sin
oxigeno. También útil para disminución del volumen de documentos no encua-
Biblioteca Histórica UCM
dernados (p. e., periódicos), disminuyendo ocupación y ganando, por tanto, (Fotos J. Tacón)
espacio libre.

293
 Congelador. Para tratamiento de erradicación de plagas o tratamiento pre-
ventivo de nuevas adquisiciones en este sentido. También para el almacena-
miento a bajas temperaturas.
Prensa de satinar. Usada tanto para procesos de encuadernación como de res-
tauración.
Prensa de cajos-ingenio. Exclusivamente usada en operaciones de encuader-
nación. AGRADECIMIENTOS
Cizalla.
Mdquina de chiflar. Rebaja el grosor pieles sólo en los márgenes. Es una Quiero expresar mi reconocimiento a todos los que colaboraron de alguna u
máquina exclusivamente usada para esta operación en encuadernaciones en piel.
otra forma en la confección de este libro. Especialmente a las siguientes personas e
Mdquina de dividir pieles. Igual que la anterior pero rebaja el grosor en toda instituciones que no dudaron en responder positivamente a mis peticiones: María
la superficie de la piel. Burgaleta López, Luz Díaz Galán, Carmen Fernández Fernández, Inmaculada
Encapsuladora. Suelda dos láminas de poliéster o similar, para confeccionar Latorre V ázquez, Oliver Messerschmidt, Fernando Peñalosa, Marta Periz González,
fundas protectoras. Pilar Puerto Manouvriez, Agustín Ramos Bolde, Fermín de los Reyes González,
Laminadora de vacío y calor. Refuerza soportes débiles en toda su extensión Alejandra Rico Francia, Chris Slater, Bob Strauss, Marta Torres Santo Domingo,
mediante laminación con adhesivos sintéticos termoplásticos. También para pre-
Virginia Uriarte Padró, Minako Wada, Archivo de Villa, Museo Arqueológico
parar soportes de refuerzo (p. e., tisú) con adhesivos termoplásticos, para repa- Nacional, Museo Cerralbo de Madrid y Museo Municipal de Madrid.
raciones con espátula termostática. y mi especial agradecimiento para todos los compañeros de la Biblioteca
Cdmara de humectación. En su interior se mantiene una humedad alta y con- Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid, por
trolada, para humectación de soportes, especialmente pergamino.
aguantarme día a día, y a Julio, Jorge y Carmen, de Ollero y Ramos Editores,
por materializar en el papel tantos años de trabajo.

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