Está en la página 1de 6

UN CUENTO REALMENTE REAL.

Personajes:

Princesa Paola Príncipe: Mateo


Amiga Emma Amigo Juan
Rey Javier Hada madrina Lucía

Se abre el telón y están bailando el príncipe con la princesa, el amigo del príncipe y la amiga de la
princesa. El rey está en su trono, y el hada madrina no está aún.
Al poco, para la música, cada pareja saluda a su compañero/a, y se van los dos chicos a un lado y
las dos chicas al otro, más cerca de la Reina.
AMIGO: La verdad es que está bien este sitio, ¿eh, Príncipe? La música es buena, las chicas son
majas…
PRÍNCIPE: Sí, yo le he echado el ojo a una princesa muy maja.
AMIGO: Sí, ya lo he visto. Llevas toda la noche bailando con ella.
Pasamos al otro grupo
AMIGA: Míralos, allí, hablando. Seguro que el Príncipe está hablando de ti. ¿Te gusta?
PRINCESA: Psé… No está mal. Pero lo mejor es que es un príncipe de verdad.
AMIGA: Sí, eso está bien. No como el del baile del otro día, que decía que era príncipe y resulta que
era de un anuncio de una marca de galletas.
REY: (Que ya tenía puesta una trompetilla en el oído) Aurora, hija mía, ¿podéis acercaros un poco,
que desde aquí no oigo nada?
PRINCESA: Claro, padre.
REY: ¿De qué hablabais?
PRINCESA: Pues estábamos hablando…
AMIGA: (Interrumpiendo a la princesa) …del tiempo. Parece que va a hacer calor… ¡Qué raro,
¿verdad?!
REY: (Con cara de estar escuchando una tontería) Claro, muy raro… ¡Mira que hacer calor en
verano!
El Príncipe y su amigo mientras tanto están haciendo como que hablan en la otra esquina, y el
Príncipe mira de vez en cuando su reloj.
PRÍNCIPE: ¿Se puede saber qué haces mirando todo el rato el reloj?
AMIGO: Pues controlando que no se me pase la hora y den las doce.
PRÍNCIPE: ¿Y qué pasa a las doce?

1
De pronto, entra de detrás de las cortinas el hada madrina, enfadada
HADA: ¡No me lo puedo creer! ¿Otra vez se te ha olvidado?
AMIGO: ¡Hada madrina! ¿Estabas ahí detrás?
HADA: Pues claro que estaba ahí. Controlando a este. Ya puedes explicarle bien clarito las cosas,
porque estoy viendo que dan las doce y este ni se entera.
Siguen haciendo como que hablan, mientras habla el otro grupo en alto.
PRINCESA: Oye, ¿tú sabes quién es esa que está con el príncipe?
AMIGA: Ni idea. Pero parece que muy amigos no son.
REY: ¡Que no habléis bajito, que no me entero de nada!
AMIGA: Majestad, ¿sabe usted quién es esa mujer?
REY: ¿Esa? Ah, es un hada que suele aparecer por los cuentos. La verdad es que no sé qué hace por
aquí.
Pasamos al otro grupo
AMIGO: A ver, Príncipe. ¿ya no te acuerdas que antes éramos dos tíos normales y corrientes, y que
este hada te ha transformado en príncipe?
PRÍNCIPE: ¡Que sí, hombre, que sí! Es que estaba despistado.
HADA: Pues a ver si espabilamos un poco, que ya falta poco para las doce y aún no has pedido
matrimonio a la princesa…
AMIGO: Enseguida lo hace, mujer. Vete tranquila, que yo me encargo.
El hada vuelve a irse detrás de las cortinas. Pasamos al otro grupo.
REY: Oye, hija. Mucho te veo mirar a aquel príncipe.
PRINCESA: ¿Quién yo? ¡Qué va!
AMIGA: Hombre, tampoco sería tan raro. Es el único príncipe de la sala.
REY: La verdad es que no me importaría que te casases y me dieses un heredero,
PRINCESA: Pero ¡qué manía con que me case! A ver, que yo tengo una vida, papá.
REY: Es que yo ya estoy algo mayor.
AMIGA: ¡Ja! “Algo” mayor, dice el tío.
Pasamos al otro grupo. El príncipe hace como que va a salir, y su amigo le agarra del brazo.
AMIGO: Pero ¿a dónde vas? ¡Que aún no son las doce!
PRÍNCIPE: Ya, pero quiero ir al servicio, que luego todo son prisas. (se oye una “campanada”)
AMIGO: ¡Espera! ¡Están sonando las doce! (siguen sonando “campanadas”)

2
PRÍNCIPE: ¡Y decías que todavía faltaba! ¡Vámonos corriendo! (siguen sonando “campanadas”. El
príncipe hace como que se va, pero su amigo le vuelve a agarrar del brazo)
AMIGO: Espera un poco, príncipe, que aquí pasa algo raro… (siguen sonando “campanadas”, y el
amigo abre el telón que hay junto a ellos, dejando ver al hada con un caldero y un cucharón en la
mano, dando las “campanadas”. El Príncipe y el amigo se quedan mirándola y ella al principio no se
da cuenta. Al darse cuenta, deja de dar campanadas y se pone tiesa)
HADA: (con una risita) … A ver, no hay que ponerse así… solo estaba haciendo una prueba para ver
si estabais atentos… (los dos siguen de brazos cruzados, mirándola enfadados) Ya me voy, ya…
(desaparece por la cortina)
Pasamos al otro grupo.
AMIGA: Pues será un hada, pero ahí ha venido otra vez. A ver si te lo va a quitar…
REY: Pues estoy mirando al príncipe ese y lo veo muy buen partido… ¿Conoces a su familia?
PRINCESA: Y dale. Que os digo que no me quiero casar. Ni con él ni con nadie.
AMIGA: Pues no está tan mal. Y tu padre tiene razón: tiene pinta de tener pasta… (hace el gesto de
“dinero” con los dedos)
PRINCESA: ¡Qué pesada! Mira, me voy un rato a tomar el aire, que aquí hace un calor insoportable.
AMIGA: Mujer, no te pongas así… Espera un poco, que voy contigo.
(Salen)
AMIGO: Vaya, ya se te ha escapado. ¿Por qué no aprovechas y hablas un poco con su padre?
PRÍNCIPE: ¿Con su padre? Tú estás loco… Y ya si quieres, lo saco a bailar también. (Se quita uno de
sus zapatos)
AMIGO: ¿Se puede saber qué haces? Tío, guarda ese pinrel en su sitio, que huele a queso que
apesta.
PRÍNCIPE: Es que estos zapatos me hacen un poco de daño…
AMIGO: Pues no te quejes. He oído que a su anterior cliente le hizo unos zapatos de cristal.
Imagínate ¡De cristal! (Se oye una campanada, pero de las de verdad) ¡Las campanadas! Mira detrás
de la cortina, a ver si está el hada otra vez. (El príncipe mira detrás)
PRÍNCIPE: No, aquí no está.
AMIGO: ¡Pues vámonos rápido! ¡Antes de que den las doce!
PRÍNCIPE: Tranquilo, creo que lo que han sonado son los cuartos… ¿O no?
AMIGO: Pero ¡qué dices de cuartos! ¿Qué te crees, que estamos en Nochevieja?
(Tira de él y se lo lleva, y del tirón el zapato se cae el suelo, dejándolo allí. El rey se ha ido quedando
dormido poco a poco. Al poco, entran la princesa y su amiga)

3
AMIGA: ¡Pero bueno! ¡Si se han ido!
PRINCESA: Casi mejor. Así bailamos un rato nosotras.
(Pero su amiga ya está yendo donde el rey, y lo despierta agitándolo un poco)
AMIGA: ¡Majestad! ¡Majestad!
REY: ¡Un terremoto! ¡A mí la guardia!
AMIGA: Perdone, Majestad, pero es una emergencia ¿No ha visto salir al príncipe y su
acompañante?
REY: No, la verdad… Yo estaba aquí, pensando en mis cosas…
AMIGA: La fastidiamos. Hace un momento estaban ahí, (Señala con las manos el sitio donde está el
zapato) y ahora… (se queda mirando el zapato) ¿Qué es eso?
(sale el hada de detrás de las cortinas)
LUCÍA: (con voz misteriosa, como de ultratumba) “Oh, cieeloos, es un zapaatooo… ¿De quién
seraaaá?”
PRINCESA: ¡El hada! Seguro que ella sabe algo.
HADA: ¿Quién, yooo? (Como haciéndose de rogar) Bueno, la verdad es que un poquito sí que sé…
AMIGA: (va hacia ella de forma violenta, y la sacude un poco) ¡Pues venga, suéltalo todo! ¿Dónde
están el príncipe y su amigo? ¡Venga, desembucha!
HADA: (Separándose de ella) Oye, chavala, córtate un poco, que todavía te transformo en
cucaracha.
REY: Tampoco se iba a notar mucho. (La amiga le mira con cara de mala leche)
AMIGA: (Haciendo gesto como de meditación) Está bien, me tranquilizo. (Inspira y expira) ¿Podría
decirnos por favor dónde han ido el príncipe y su amigo?
HADA: Así está mejor. (Vuelve a poner voz teatral, alargando las sílabas) “Yo soy el haadaaa de los
deseeeoos…”
AMIGA: (La interrumpe) Perdone, hada, ¿Podría poner velocidad normal a su voz? Es que tenemos
algo de prisa.
HADA: (Con una mirada despectiva) Desde luego, hija, quitas a la situación todo el glamur. Pues
nada, que el príncipe está bajo un hechizo, hecho por una servidora, que le ha transformado en un
campesino, y que solo se romperá cuando ese zapato se encuentre de nuevo en su precioso pie.
AMIGA: ¡Pues ya está todo solucionado! Solo tenemos que probar ese zapato a todos los
campesinos del reino, y al que le valga será el príncipe.
PRINCESA: (mirando hacia el cielo) ¿Cuántos campesinos tenemos, papá?

4
REY: Según el último recuento, unos seiscientos mil. La princesa mira a su amiga y hace un gesto,
abriendo un poco los brazos)
AMIGA: Pues un poco de trabajo sí que vamos a tener, sí… Pero bueno, cuanto antes empecemos…
(coge el zapato del suelo, nota el olor que desprende y lo separa de su cuerpo con cara de asco) Pero
¡qué es este olor! (al separarlo, lo acerca sin querer a la princesa, que también se asquea)
PRINCESA: (tapándose la nariz) ¡Aaaagh! ¡Pero si huele como un queso de Cabrales!
REY: (yendo a donde ellas) Venga, que no será para tanto… (Lo huele, y le comienzan a dar
escalofríos) ¡Por dios! ¡Eso huele a muerto! (le dice al Hada) Huela, huela…
HADA: (rechazando con las manos) No, no, si tampoco hace falta…
(Entran el príncipe y su amigo)
PRÍNCIPE: ¡Oye, devolvedme mi zapato, que voy medio cojo!
AMIGA: ¿Zapato? Esto no es un zapato ¡Es un arma de destrucción masiva! (selo echa cerca de los
pies, y ser tapa los oídos como si fuese una bomba)
HADA: Por cierto, ¿qué hacéis aquí? ¿Y por qué no os habéis vuelto a transformar en campesinos?
AMIGO: Tú sabrás, Hada. Nosotros íbamos en la carroza, esperando que volviese a convertirse en
calabaza, y cuando vimos que todo seguía igual nos dimos media vuelta.
HADA: Pues no entiendo qué puede haber fallado… (habla, moviendo la varita al hacerlo) Moví la
varita, dije las palabras mágicas… (al mover la varita delante de la cara de la amiga de la princesa,
esta se queda mirando la varita fijamente)
AMIGA: Pues yo creo que sí sé lo que ha pasado… (sujeta la varita y lee) “ Caduca en noviembre de
2010”. ¡Pues anda que no han pasado años!
AMIGO: ¡Nos has encantado con una varita caducada! ¿Y qué nos va a pasar ahora?
PRÍNCIPE: ¿Nos vamos a quedar así para siempre?
AMIGA: Hombre, no te parecerá mal. Según tengo entendido, erais unos campesinos. Así estáis más
elegantes.
REY: Además, siendo príncipe te podrás casar con mi hija.
PRINCESA: ¡Y dale! ¡Que no me quiero casaaaaaar!
PRÍNCIPE: No, si yo tampoco… (Se oye la música de First Dates y s ponen los dos mirando hacia el
público, mientras los otros dan la vuelta a la silla del trono, que está pegada a una pared con
decorado de palacio, y por la parte de atrás está el photocall de First Dates. Se oye una voz, como si
fuera First Dates)
VOZ EN OFF: Entonces, príncipe, ¿quieres tener una segunda cita con la princesa?
PRÍNCIPE: Bueno, como amiga, sí. Pero la verdad es que como pareja, no la veo.
VOZ EN OFF: Y tú, princesa, ¿Quieres tener una segunda cita con el príncipe?

5
PRINCESA: Yo opino como el príncipe. Como amigos, sí. Pero nada más, porque somos muy
distintos.
(Se vuelve a oír la música y vuelven a dar la vuelta a la silla con el escenario)
AMIGO: ¿Y ahora qué hacemos? Se ha acabado el cuento y aquí no tiene pinta de que se vaya a
casar nadie.
REY: Eso tiene fácil remedio. (Va hacia donde el hada) Hada Madrina, ¿quieres casarte conmigo?
HADA: (Extrañada) ¿Yo? ¿Casarme? Que va, que va, que va… Las Hadas Madrinas siempre hemos
sido solteras. Lo exige el contrato.
AMIGO: Es que, además, ¡qué manía con querer casarnos en todos los cuentos! Pero si solo
tenemos 7 años.
AMIGA: ¡Y tanto! Yo todavía tengo que acabar la primaria, la secundaria, la universidad, hacerme
un máster, ganar un premio Nobel…
PRINCESA: Entonces, ¿qué hacemos ahora?
AMIGA: Yo creo que solamente podemos hacer una cosa…
PRÍNCIPE: ¿Qué cosa?
AMIGA: Despedirnos y saludar para que nos aplaudan, porque lo hemos hecho fenomenal.
(Se ponen de cara al público y saludan)
FIN

También podría gustarte