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Tras la desaceleración económica sufrida a finales de 2022, se prevé que el PIB se contraiga un 1,6% en
2023 y posteriormente se recupere un 1,1% en 2024. El mercado laboral ha mejorado, pero se espera que
la próxima recesión traiga consigo una caída del empleo. Las exportaciones están padeciendo las
consecuencias de la grave sequía registrada en 2023, pero se recuperarán en 2024. La inflación superó el
100% y se mantendrá en niveles altos a corto plazo, a pesar de contar con una posición fiscal ligeramente
menos expansiva. Los estrictos controles de capital y la incertidumbre política ante las elecciones de octubre
de 2023 frenarán la inversión y el consumo en 2023.
Cabe esperar que el gasto público disminuya durante 2023, a medida que se reduzcan los subsidios a la
energía y el cumplimiento de los objetivos fiscales exija una mayor contención del gasto. La reducción
continuada de las transferencias del banco central al tesoro debería reducir las presiones inflacionistas a
medio plazo, estrechar la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo, y disminuir el riesgo de
devaluación repentina. La estabilización de la situación macroeconómica y el descenso de la inflación serán
fundamentales para reducir la elevada pobreza y hacer frente a las crecientes presiones sociales.
El crecimiento se debilita
Argentina
Fuente: CEIC ; Instituto Nacional de Estadísticas y Censos ; Base de datos de tipos de cambio de la OCDE ; Banco Central de la República
Argentina ; y Ambito.com.
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Precios
corrientes, en Cambios porcentuales, volumen
ARS mil (precios de 2004)
Argentina millones
Dada su condición de importador neto de energía, Argentina ha estado expuesta a los elevados y volátiles
precios de la energía, en particular del GNL. Para suavizar el impacto del encarecimiento de la energía,
el Gobierno ha ampliado los controles de precios hasta 2023, que también cubren algunos artículos de
alimentación y bebidas. El descenso de los ingresos por exportaciones y las bajas reservas de divisas
ejercen cada vez más presión sobre las finanzas públicas, las cuentas exteriores y la economía en
general.
Los objetivos de la política fiscal conllevan una posición fiscal menos expansiva en el futuro, mientras que
el cumplimiento del objetivo de déficit primario del 1,9% del PIB en 2023 será todo un reto, a pesar de las
continuas reducciones de los subsidios a la energía. En los próximos meses, la sequía provocará una
fuerte caída de los ingresos por impuestos a la exportación, lo que podría elevar el déficit fiscal. El banco
central ha elevado la tasa de interés oficial trece veces desde principios de 2022, hasta alcanzar el 97%,
lo que ha mejorado los incentivos para mantener saldos en moneda nacional y ha aliviado ligeramente las
presiones sobre el tipo de cambio. En vista de los recientes repuntes de la inflación, es necesario que se
realicen nuevas subidas durante 2023. Las continuas reducciones de las transferencias del banco central
al tesoro serán clave para estabilizar la economía, lo que también requerirá una mayor contención fiscal.
las exportaciones. La apertura de un nuevo gasoducto desde los yacimientos de gas del sur del país
reducirá previsiblemente la dependencia de las importaciones de gas y podría aminorar las
vulnerabilidades externas.
Los riesgos sobre las perspectivas económicas están orientados a la baja. Las escasas reservas de
divisas, las estrictas restricciones monetarias y los grandes volúmenes de bonos del banco central en
circulación en un contexto de inflación y tasas de interés al alza podrían provocar una devaluación de la
moneda, una espiral inflacionista y la incapacidad de cumplir los objetivos fiscales actuales. Los tipos de
cambio preferenciales introducidos recientemente para los exportadores agrícolas han conseguido
anticipar la entrada de divisas y proporcionar un alivio temporal, al tiempo que han trasladado algunos de
los riesgos subyacentes a un futuro próximo. Las presiones políticas para aumentar el gasto ante el
deterioro de la situación económica también podrían poner en peligro el ajuste fiscal previsto. Por el lado
positivo, una mayor demanda mundial de las exportaciones argentinas podría dar lugar a un aumento del
crecimiento y de la entrada de divisas, reduciendo la presión sobre el tipo de cambio.
Un gasto social más eficaz podría contribuir a reducir las desigualdades y la pobreza, la cual ha
aumentado hasta el 39%, al tiempo que más del 50% de los niños viven por debajo del umbral de pobreza.
Los intentos actuales de mejorar la focalización de las subvenciones a los servicios públicos van en la
dirección de mejorar la eficacia del gasto público. Sin embargo, aún están pendientes de aplicar otras
reformas de subvenciones y esta cuestión sigue siendo todo un reto político. La reducción de las barreras
a la competencia y al comercio, una mayor participación de la mujer en el mercado laboral —incluido a
través de un mejor acceso a la educación de la primera infancia— y un aumento de la inversión en la
calidad de la educación primaria y secundaria impulsarían la productividad y mejorarían la equidad.