¿Más deberes y menos derechos?

: Contratación en el fútbol profesional colombiano

Julián Betancourt

Pasión, entrega, negocio y muchos millones de pesos es lo que moviliza el fútbol

a lo largo del mundo; sin duda alguna es el deporte que ha podido colapsar sistemas

económicos y sociales, con la capacidad de transformar realidades enteras.

Colombia no ha quedado exento de la influencia de este deporte, los aficionados

y el mercado de deportistas profesionales se ha desarrollado de manera constante,

teniendo como primicia la legalidad en materia de trabajo establecida por el Código

Sustantivo del Trabajo y demás legislación, pero también regido por las leyes y normas

dispuestas, en este caso, por la Federación Colombiana de Fútbol.

Durante el 2021 la Superintendencia de Industria y Comercio entró a investigar a

varios equipos de la Dimayor por inconsistencia en la contratación de deportistas.

¿Cómo la denuncia realizada por Acolfutpro demuestra las inconsistencias de los

clubes deportivos frente a los derechos legales y económicos de los deportistas

profesionales del Fútbol Nacional Colombiano?

Inicialmente realizaremos un recorrido histórico del fútbol en Colombia,

identificamos el marco legal primordial del deporte en Colombia, sus modificaciones y

los elementos a tener en cuenta para la contratación de futbolistas profesionales,

analizaremos el caso expuesto por Acolfutpro en 2021 y como expone las dificultades

de estos deportistas.
 A Colombia el fútbol llega gracias al coronel Henry Rowan Lemly un

estadounidense que arribó a Colombia para ser instructor en la Escuela Militar, lugar

donde se verían los primeros encuentros de este deporte entre estudiantes de la misma

escuela. Más tarde durante la Guerra de los Mil Días, las clases acomodadas de

Bogotá tomaron la iniciativa para organizar el Polo Club, quienes incentivaron el deporte

durante el siglo XX.

Es más tarde durante 1936, en Berlín, el Congreso de la FIFA aprobó en primera

instancia la afiliación de Colombia al máximo organismo del fútbol mundial.

Ya sobre 1976 el presidente Michelsen sanciona el decreto número 886, “la

actividad de los deportistas aficionados y el funcionamiento de sus clubes deportivos”

donde otorga el carácter jurídico a los clubes deportivos; sin embargo, es el presidente

Betancourt a través del decreto número 2845, por el cual “se dictan normas para el

ordenamiento del deporte, la educación física y la recreación”, un decreto fundamental

para considerar la actividad física un derecho comunitario.

Ya con el nacimiento de la carta magna en 1991, se establece a través del

capítulo II en su artículo 52 el derecho al deporte y el uso del tiempo libre fomentando

organizaciones deportivas, cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas; sin

embargo, el articulado fue modificado por el acto legislativo número 02 de 2000,

dejando el artículo de la siguiente manera: “El ejercicio del deporte, sus

manifestaciones recreativas, competitivas y autóctonas tienen como función la

formación integral de las personas, preservar y desarrollar una mejor salud en el ser

humano. El deporte y la recreación, forman parte de la educación y constituyen gasto

público social. Se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la

práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre”.

La consolidación jurídica de la práctica deportiva se va a dar de manera profunda

a través de la Ley 181 de 1995 por el cual se dictan disposiciones para el fomento del

deporte, la recreación, el aprovechamiento del tiempo libre y la Educación Física y se

crea el Sistema Nacional del Deporte.

Durante la presidencia de Juan Manuel Santos se realizan modificaciones

sustanciales a dicha ley a través de la Ley 1445 del 2011, como lo afirma Ortegón

(2013) “dicha Ley busca, brindar una mayor protección a los deportistas, especialmente

a los jugadores de fútbol profesional colombiano, puesto que esta actividad es

promovida y dirigida por particulares, se pretende que se constituyan en sociedades

anónimas, asociaciones o corporaciones que cumplan normas propias de la actividad

empresarial, creando sanciones drásticas, como la suspensión hasta la revocación del

reconocimiento deportivo, cuando dichas entidades incumplan las obligaciones que

tienen con los deportistas”.

Partiendo del artículo 38 de la Constitución Política de Colombia, el Comité

Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol expide la resolución 1949 de 2008 por

la cual se expide el Estatuto del Jugador de la Federación Colombiana de Fútbol a

través se establece una supervisión a los procesos de transferencia de jugadores,

regular la práctica del deporte a nivel profesional y aficionado y se establecen los

derechos y deberes de los clubes y sus asociados, incluyendo a los jugadores.

 Es importante señalar que en una lectura rigurosa del estatuto se puede

observar que el documento le da más prevalencia a las obligaciones que a los

derechos, no se establecen los porcentajes de participación de los contratos celebrados

y sus derechos explícitos, si bien es un documento que se sanciona con el fin de

establecer los derechos de los jugadores no se observa con claridad y su importancia

sobretodo en procesos de contratación y transferencia.

Durante el año 2004 los futbolistas profesionales Mario Yepes e Iván Córdoba,

crean la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, debido a las injusticias

vividas por Luis Alberto García con el Independiente Santa Fé, ya que al sufrir una

lesión se corroboró que no realizaban pagos de seguridad social y siguiendo los

ejemplos de Argentina y Uruguay se establecen como una asociación legal con el

objetivo de, como reza en sus estatutos “propiciar el desarrollo y formación integral del

futbolista profesional colombiano a través del mejoramiento de sus condiciones de vida,

de tal forma que le permitan la dignificación y el reconocimiento de su actividad

profesional, así como el fortalecimiento de sus capacidades éticas e intelectuales”.

Dentro de la contratación dispuesta para los futbolistas en Colombia es

fundamental seguir cuatro principios, según el Doctor Bonilla Gálvez; lo que se pacta se

cumple, actuar de buena fe, autonomía de la voluntad privada, la consensualidad y la

primacía de la realidad sobre las formas.

Durante el año 2021 la Superintendencia de Industria y Comercio, en cabeza de

Andrés Barreto, recibieron una denuncia de parte de Acolfutpro en el que se buscaba

investigar a diez equipos de la categoría A y seis de la B, afiliados a la Dimayor por

posibles abusos contra futbolistas; a través de la Resolución 76922 de 2021 se le dio

apertura a este proceso que buscaba investigar y formular un pliego de cargos contra

agentes de mercado por presuntamente violar el reglamento de los derechos

nvestigación y formuló pliego de cargos contra los agentes de mercado, por

presuntamente violar el reglamento de los derechos deportivos de los jugadores del

fútbol profesional colombiano. En otras palabras, lo que en el lenguaje popular se

denomina vetar.

A través de esta situación la Dimayor se pronunció y estableció que a través de

este altercado se comprometía a “crear un proceso de protección efectiva de la libre

competencia en el mercado laboral del fútbol profesional colombiano y potencializar los

mecanismos existentes para la protección de los derechos de los jugadores y equipos

de fútbol profesional colombiano”.

Esta situación tuvo respuesta por la SIC quien a través de la Resolución número

de 44684 de 2023 estableció que no presentaba el alcance para tratar la situación ya

que no reunía las características procedimentales para el caso, sin embargo estableció

que a través de esta situación no se estaba garantizando los derechos a los

consumidores finales y que la política de libre competencia económica no se ajustaba a

la situación presentada y agrega que la forma actual “no estaría encaminada a lograr un

aumento en la eficiencia, innovación y competitividad en el mercado de los derechos

deportivos de los jugadores profesionales”. Asimismo no obliga a la Dimayor presentar

pronunciamiento sobre la situación, quedando nuevamente los derechos de los

deportistas en peligro y sin garantizar que se cumplan sus derechos,

desafortunadamente no se ha comprendido que si bien son dos estados del arte

jurídicos que cobijan a los deportistas no están logrando un nivel de protección a los

jugadores y al proceso de transferencia entre distintos clubes.

Bibliografía

Acto Legislativo 002 de 2000 “El deporte y la recreación forman parte de la

educación y constituyen gasto público social”.

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