Competitividad Financiera Mundial y Multilateralismo Financiero

Andrés Antonio Ávila Moreno

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD ECACEN Maestría en Gerencia

Financiera diciembre 2022

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Índice

Introducción 3

Competitividad Financiera Global 4

Multilateralismo Financiero y las Economías Emergentes 5

Empresas Unicornio y la Competitividad 8

Conclusiones 10

Referencias 11

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 Introducción

La competitividad financiera es aquello que se nos vende como el ideal que como nación

debemos alcanzar, cada cuatro años este término está en la lista de quehaceres de los candidatos

del momento; sin embargo, pareciera que no importa cómo se exprese o proponga, no logramos

alcanzar la tan anhelada competitividad que nos catapultará al club de países desarrollados.

Pero siendo justos con nosotros mismos, si hemos alcanzado un nivel de competitividad

regional del cual sentirnos orgullosos, aun si no es el esperado; y esto es por múltiples factores

que juegan a favor y en contra de nuestro desarrollo.

En las siguientes páginas trataré de expresar aquello que como nación nos mantiene

avanzando hacia el desarrollo económico y competitividad financiera que tanto llevamos

esperando.

Palabras clave: Competitividad, Economía, Políticas, Líderes, Desarrollo.

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 Competitividad Financiera Global

Una nación puede considerarse competitiva cuando logra administrar sus recursos y

habilidades para que, además de aumentar la producción de sus industrias, también puedan

mejorar calidad de vida de los ciudadanos; por lo que al concepto de Competitividad Financiera

Global se le puede definir como el conjunto de instituciones, políticas y factores, que determinan

el nivel de productividad de un país.

De esta forma varias naciones pueden considerarse como ejemplos de competitividad

internacional: Estados Unidos, China, Brasil y la gran parte de Europa; estas naciones han sido

por mucho tiempo líderes mundiales y han influido en el devenir de aquellas otras naciones

consideradas no tan competitivas.

Podemos así ver dos grupos distintos, los países desarrollados y los países en vías de

desarrollo. Este segundo grupo, en el que se encuentra Colombia, tiene los materiales para ser

considerados desarrollados y por tanto competitivos, pero diferentes situaciones internas y

externas, impiden puedan hacerlo a la velocidad deseada, tal y como se dejó en manifiesto en el

anterior trabajo, aun cuando muchos de los países de la región latinoamericana tienen espacio

para mejorar en términos de asignación eficiente de recursos y efectividad, permanecen

rezagados debido a su propio atraso político.

Es de vital importancia resaltar que, para lograr encaminar a una nación en una senda

competitiva, se debe contar primero con políticas de educación, salud, pero más importante de

desarrollo económico, bien fundamentadas y que puedan hacer uso efectivo de los recursos de la

nación; y segundo, se deben cultivar relaciones beneficiosas con otras economías procurando

alianzas en varios aspectos, para así prosperar juntas. Algo que es más fácil decir que hacer, al

menos en Latinoamérica.

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 Multilateralismo Financiero y las Economías Emergentes

El Multilateralismo puede definirse como “la práctica de coordinar las políticas

nacionales de tres o más estados, a través de arreglos ad hoc o por medio de instituciones”

(Keohane, R. 1990).

Antes de la crisis del 2008, se hablaba de Multilateralismo como un producto de las

relaciones entre las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, quienes, en este nuevo

mundo, buscaban la cooperación conjunta para superar a su nuevo enemigo común. Rápidamente

el multilateralismo unió varias economías y, paradójicamente, sirvió para dividir el mundo en

dos.

Pero lejos de mantenerse así, desde mediados del siglo pasado y nuestro siglo, los

enfoques del multilateralismo fueron cambiando bajo un orden multipolar en donde ya no existen

dos bandos marcados, se nos presenta a China como el próximo líder mundial, a EE.UU.

buscando conservar su poder, a la UE avanzando por su propio camino y a Rusia que busca

recuperar la hegemonía perdida con la caída de la Unión Soviética.

Para complicar las cosas un poco más, la crisis del Covid-19, la Guerra en Ucrania, y el

levantamiento popular que por estos días sucede en China, amenazan con cambiar aún más el

panorama de cooperación internacional.

Toda esta situación deja a Latinoamérica a la merced de las olas de los designios de las

potencias y de acontecimientos que no podemos controlar; ya que como naciones independientes

no son fuertes económicamente, y como bloque económico son desorganizados e inconsecuentes

en el ámbito global.

En 2020, durante la pandemia, el multilateralismo se expresó en el gran interés de China

sobre la región, volviéndose el socio importador más importante de la región ese año y también

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su mayor prestamista; este acercamiento hace parte de la iniciativa del “Belt and Road” de china

en el mundo, en la que busca socavar la influencia norteamericana y aumentar la propia.

Otra potencia interesada en la región es Rusia, quien desde hace ya una década venía

acercándose a Brasil, y más fuertemente a Venezuela, ofreciendo cooperación en temas de

tecnologías y extracción de materias primas.

La UE por su parte busca acercarse a África y América Latina, usando ayudas financieras

como carnada para lograr la “integración” y acceso primario a las materias primas.

Todo esto ha hecho que EE.UU vuelva a fijarse en la región, la cual siempre consideró

como suya desde los días de la doctrina Monroe, y que vio se salía de su esfera de influencia. Por

lo anterior, el país del norte redobla sus planes para volver a “encantar” a las economías

latinoamericanas con diferentes políticas, algunas sin éxito.

Cabe mencionar que, todas estas potencias sólo tratan a nuestros países como piezas de

ajedrez en su juego por la hegemonía mundial, y fingen el multilateralismo de brazos abiertos

mientras los países caen uno a otro en su saco gracias las dádivas ofrecidas. Una vez dentro, el

multilateralismo evoluciona a un mandato total en donde la nación más poderosa rige las

políticas de las otras, como pasa con China y aquellos países que han caído en su trampa de

deuda y actualmente funcionan como bases comerciales y militares del gigante asiatico; o como

Rusia, que siente es su deber y destino reunificar todos los países que antiguamente conformaban

la URSS por medio de políticas o por medio de las armas; o EE.UU. quien aun hoy día ve a

América Latina como su patio trasero y propiedad.

Desde la ONU, el secretario General Antonio Guterres, exhortó a una mayor y más fuerte

colaboración multilateral entre las naciones, exclamó “Reforzar el multilateralismo no es una

opción, es una necesidad” (2022) durante su intervención en el G20 en pasado mes Julio, y

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nombra tres temas claves que demandan una respuesta global basada en la cooperación

multilateral: La crisis climática, la estabilización alimentaria y energética y realizar un nuevo

pacto mundial, cuyo fin será el de equilibrar el poder y los recursos financieros, permitiendo a las

naciones emergentes invertir en su desarrollo.

Pero para que todo pueda darse es necesario el diálogo y verdadera cooperación

multilateral mundial, algo que parece esquivo en estos días, aun así, economías como la

colombiana dan pasos, aunque sean de bebé, hacia ese objetivo.

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 Empresas Unicornio y la Competitividad

Estas empresas son aquellas que logran los 1000 millones de dólares en su valor de

marca, sin hacer su ingreso a la bolsa, y se llaman así por lo difícil que es llegar a ese nivel en tan

poco tiempo; por lo que se considera magia o fantasía que lo hayan logrado.

Tales empresas solo pueden surgir en naciones en donde se haya desarrollado el capital

financiero necesario (nacional y extrangero) para invertir en ellas, y aunque la pandemia afectó

la calidad financiera de la región, estas empresas lograron sobrevivir y prosperar en Brasil,

México, Argentina y Colombia.

Existen muchos ejemplos de Unicornios Latinoamericanos, la más antigua es Mercado

Libre, la más grande es Nubank, pero la única colombiana hasta el momento es Rappi.

Colombia ha logrado mantener un ecosistema empresarial sobre el cual se pueden fundar

empresas competitivas, como Rappi que empezó en 2015 y para el 2018 ya había ingresado a la

lista de empresas unicornios en el mundo; Lo logró enfocando su modelo de negocio totalmente

en el cliente, moldeando todos los servicios que ofrece exclusivamente en su experiencia con la

plataforma, de forma que sea intuitiva y fácil de usar, a la par que realmente escucha las

sugerencias y reclamos que los usuarios tienen de ellos. Esto lo acompañaron con una rápida

expansión por latinoamérica, evitando así que la competencia los copiara y acaparando el

mercado en una etapa temprana.

Con tan semejante labor e innovación, no es raro que sea la líder de los deliverys en

Colombia y en Latinoamérica; lugar en donde ahora ya es posible cultivar el conocimiento y el

capital para crear tales empresas.

Las empresas unicornio son entonces una manifestación de la siguiente etapa de la

competitividad empresarial y financiera en el mundo, o no?

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 La verdad es que, si bien son impresionantes los resultados económicos que estas

empresas han mostrado en la última década, son solo una parte ínfima de la economía global la

cual sigue dominada por empresas con funcionamientos “tradicionales”, con más tiempo en sus

respectivas industrias y con un gran apetito por adquirir nuevas empresas las cuales terminan

fusionándose o desapareciendo (como pasó recientemente con el unicornio de las criptomonedas

FTX) por otro lado, los unicornios solo pueden ocurrir en aquellos países con el marco financiero

dispuesto para ello, por lo que lugares menos favorecidos jamás verán un animal de estos.

También está el tema de la innovación, que es muy importante, pero que después de un

tiempo se acaba y sus frutos pueden ser imitados; en el caso de Rappi ya cuenta con gran

competencia como es Ubereats, Ifood, Merqueo entre otros.

Y, por último, tal y como pasa con las personas, las empresas maduran y se vuelven

rígidas, y su espíritu disruptor desaparece provocando un desaceleramiento paulatino, en lo que

eventualmente rendirán la delantera a otra nueva e innovadora empresa (Zanini, Hamel. 2017).

Pero esto no es algo malo, es más bien el orden de las cosas, y nadie puede realmente

estar en contra del desarrollo que estas y otras empresas más pequeñas traen consigo, ya que

vuelven al país competitivo a los ojos del mundo.

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 Conclusiones

Latinoamérica está preparada para suscitar unicornios que impulsen el crecimiento

económico, pero tales empresas requerirán de sociedades y naciones que procuren instituciones

fuertes, que atraigan el capital extranjero y que promuevan la creación de empleos.

Apoyar e incentivar a nuevos emprendedores e innovadores es un camino seguro para

crear competitividad en la nación, la cual por su parte debe mejorarse a sí misma, creando

alianzas que realmente aporten al crecimiento, y no solo sirvan a los intereses de otras naciones.

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 Referencias

Medeiros, V. Gonçalves, Godoi, L. Camargos, Teixeira, E. (2019). La competitividad y

sus factores determinantes: un análisis sistémico para países en desarrollo.

https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/45005/RVE129_Medeiros.pdf

Véliz, Salazar, G. Pilaló, Fuentes, E. (2017). La competitividad Global. Edición No. 44,

pag 41 a 47. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6479348.pdf

Keohane, R. (1990). Multilateralism: an agenda for research. SAGE Publications.

https://www.jstor.org/stable/40202705

ONU info. (2022). Renforcer le multilatéralisme est la seule voie vers un monde

pacifique pour tous. https://news.un.org/fr/story/2022/07/1123482

Hamel, G. Zanini, M. (2017). A Few Unicorns Are No Substitute for a Competitive,

Innovative Economy. Harvard Business Review. https://hbr.org/2017/02/a-few-unicorns-are-no-

substitute-for-a-competitive-innovative-economy

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