Está en la página 1de 2

ENSAYO

TEMA: DEONTOLOGIA JURÍDICA

Introducción
Desde su origen etimológico, la deontología enuncia el deber (deón, deber en griego). Así,
la deontología jurídica intuye las reglas del deber y, como tal, tiene la misión de regular el
procedimiento correcto y adecuado del abogado en su ejercicio profesional. Esta función la
efectúa desde el ámbito de los citados Códigos Deontológicos que sistematizan toda la
actividad de la Abogacía, los que a su vez se sostienen, indiscutiblemente, de la Moral y la
Ética.
Desarrollo.
La deontología jurídica edifica la directriz o el armazón de la práctica profesional del
abogado y ésta es como la sabia que almacena vivo al árbol. Antes que buen abogado, ese
profesionista debe ser un buen hombre, un hombre recto de valores bien precisos y firmes.
Esto es, que, a través de la deontología jurídica, la cual se examina por un rigorismo ético,
donde los principios de cada persona deben someterse al bien común en base a los
verdaderos postulados y fundamentos de una justicia social es como, aun a despecho de los
astrólogos, el abogado conseguirá siempre hacer cambiar el curso de las estrellas.
Para ello, es importante mencionar que el abogado requiere de un estudio profundo y
metódico de la causa que se trate a fin de conocerla menudamente, puesto que mal habría
de pelear lo que mal conociese. Asimismo, y una vez hecho lo anterior, a los tribunales
habrán de entrarse con espíritu puro. Calamandrei testifica que se debe confiar en que,
sobre cualquier influencia o recomendación, el mejor medio para conseguir el éxito es
sencilla, lóbrega y modestamente tener la razón.
Especial habrá atención de situarse en lo anterior, ya que, en efecto, cada caso en particular
debe ser atendido de manera individual y especializada, y así como la astucia del abogado
le puede facilitar argüir cualquier razón a su favor, el profesional del derecho puede caer en
meros relativismos al mezclarse en aprietos intelectuales entre derecho y justicia.
Por ello la importancia de la eticidad, del criterio del abogado, y de una recóndita e
inexorable voluntad de constreñirse a la paz social a través de valores inalterables éticos y
morales en la función de su profesión, manteniéndose dentro de un plano de coherencia
para conseguir mismo y para el fin que persigue: la justicia.
Conclusiones
En virtud de lo argumentado nuestro trabajo no es formarse juicios de valor, ni atacar al
sistema, ni violar los principios rectores del sistema penal acusatorio. Tampoco es el deber
ser de esta noble profesión defender a toda costa aun sabiendo que se ha confesado como
culpable nuestro representado y por medio de engaños, pruebas y testigos falsos querer
hacerlo inocente ante el Juez. Gana el que exponga los mejores argumentos jurídicos ante el
juez y el que haya sembrado la duda razonable ante su Señoría del Poder Judicial. Como
dice uno de los Principios Generales del Derecho, ante la duda razonable “es preferible un
culpable libre que tener a un inocente en la cárcel”
Referencia
CALAMANDREI, cit. por, ESTRADA SAMANO, José Antonio, op. cit. p.13.
CORTE, Eduardo, Los Mandamientos del Abogado.

También podría gustarte