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CASO NÚMERO UNO

Hechos del caso: la causa se inició con motivo de la denuncia por lesiones y
amenazas, de la mujer a su conviviente, en el contexto de un conflictivo familiar
de discusión y agresiones. En la denuncia radicada ante el Juzgado, la mujer
narró un episodio violento en su domicilio, que tuvo lugar a raíz de una discusión
con el marido, mediante el cual este le recriminó haber recibido mensajes de texto
procedentes de otro hombre, y en un estado de ira, que calificó de celosía, la
agredió con algunos golpes de puño, al tiempo que le habría dicho que la iba a
matar por lo que había hecho. Al finalizar, expresó que solo quería dejar
constancia de lo sucedido, y no deseaba instar la acción penal. La denuncia fue
ratificada por la mujer ante la Oficina de Violencia Intrafamiliar en la Fiscalía,
donde concurrió por disposición expresa del juzgado que recibió la denuncia. Allí
indicó que deseaba volver a la casa con los hijos y que su marido se fuera. La
imputación giró en torno a las figuras penales de lesiones leves dolosas, y
intimidación. (arts, primer párrafo, C. O. I. P., respectivamente), en el contexto
de violencia contra la mujer ( en concordancia con la ley 24632, que aprobó la
Convención de Belem do Pará - Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la violencia contra la mujer).

CASO NÚMERO DOS

Hechos del caso: la causa llegó a conocimiento de La Fiscalía General del


Estado, por denuncia que efectuara la Sra. S.B. respecto de los abusos sexuales
sufridos por sus hijas A.N. y J.P. –en aquel
momentos menores de edad-, llevados a cabo por su entonces cónyuge y padre de
las niñas, Sr. C.V.L. Refirió en aquella oportunidad la Sra. S.B. que, tras una fuerte
discusión entre la joven J. y el Sr. V.L., esta ventiló que su progenitor solía realizar
conductas inapropiadas con ella, que incluían tocamientos. Asimismo, expuso la
joven que el Sr. V.L. solía tomar siestas en la misma cama que
ella, que la hacía desnudarse delante suyo y exhibirle ropa interior, o visualizar
películas pornográficas, entre otras conductas del mismo tenor. Ante estos
hechos y estando ya la causa en instrucción fiscal, a los dichos de la joven J. se
sumaron los de su hermana A.N., quien manifestó que
su padre había abusado sexualmente de ella por al menos espacio de cuatro años,
incluyendo accesos carnales desde sus 13 años de edad. La joven precisó ante el
Juez que el Sr. V.L. mantenía con ella una relación endogámica, que la obligaba a
consentir los actos sexuales amenazando
con abandonar el hogar familiar. El imputado solía llevarla a hoteles alojamiento
de la Ciudad de Guayaquil, mostrándola como su pareja.
Fruto de estos encuentros sexuales, la joven A.N. sufrió tres abortos Durante la
instrucción, la concomitancia de la prueba testifical producida –que incluía
declaraciones de las jóvenes, la progenitora, allegados y familiares–, más los
peritajes psicológicos llevados a cabo entre otros
elementos, permitieron a la Fiscal interviniente arribar a un elevado grado de
convicción. Atento a ello, eludiendo el accionar de la justicia, el Sr. V.L. se fugó a
la República del Perú.
El Juzgado de Garantías Penales dispuso una orden de captura internacional con
fines de extradición contra el Sr. V.L., quien fue detenido en la localidad de Piura
durante 2020. El imputado, en prisión, apeló la concesión de la extradición en
reiteradas oportunidades lo que, sumado a las extensas dilaciones de la justicia
peruana en la resolución de sus planteos, determinó una demora de al menos dos
años hasta el dictado de una resolución favorable a la entrega, que se concretó en
febrero de 2023.
Devuelto al territorio nacional, el Sr. V.L. fue procesado por los delitos de abuso
sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal, en concurso ideal con
promoción de la corrupción de menores, agravados por el vínculo en ambos
casos.
A la fecha, la causa fue elevada a juicio y sorteada al Tribunal Penal para su
tramitación.

CASO NÚMERO TRES


Por Acuerdo del Consejo de Administración . del Banco del Este, de 28 noviembre
1987, se delegaron en Mario C. C., como vicepresidente del mismo, todas las
facultades que por la Ley o por disposición de los Estatutos Sociales
correspondían al Consejo de Admón. En un día no determinado, entre el 1 O de
julio de 1990 y el 2 de agosto del mismo año, Mario C. remitió al Sr. A. una factura,
así como una fotocopia de la misma, en que figuraba una leyenda en su parte
inferior que decía aprobado por el consejo ejecutivo de 1 O de julio de 2020.
Consejero delegado, procédase al Pago. (Sin firmar.) Así las cosas, el señor A.
ordenó el pago de la factura cuyo concepto era: «Por trabajos realizados de
carácter jurídico, financiero y de marketing, con objeto de estudiar la aceptación
por los mercados financieros internacionales de una colocación privada de
acciones de la Corporación Industrial y Financiera, les facturamos 600.000.000
ptas.» a la mercantil «Argentia Trust». La sociedad «Argentia Trust» no figura
como sociedad en ningún registro español, ni le ha sido otorgado ningún número
de identificación fiscal como sociedad extranjera. En la contabilidad de
«Baneste» no se realizó apunte contable alguno referente al pago hecho por su
cuenta por «Baneste Industrial lnvestiment». No consta que «Baneste», ni
«Baneste Industrial lnvestiment Ltda.». Hubiesen realizado encargo o contrato
alguno con «Argentia Trust», ni que alguien lo hubiera hecho en su nombre, ni
en consecuencia que se le encargasen trabajos de carácter jurídico, financiero, o
de marketing con cualquier clase de objeto. No consta que se autorizase el pago
de la factura citada, por la Comisión Ejecutiva de «Banesto» en las reuniones
comprendidas entre el 1 de enero de 1989 y el 1 O de julio de 1990, ambas
inclusive. No consta que por sociedad extranjera alguna se hubieran realizado
gestiones para la colocación del capital de la «Corporación Industrial y Financiera
de Banesto», que se pretendía sacar a Bolsa

CASO NÚMERO CUATRO

“ROSE-ROSAHL”.

El 11 de septiembre de 1858, poco después de las nueve de la noche, el carpintero


Schliebe y un socio suyo, en cuya compañía volvía de Schliepzig a Lieskau,
poblaciones prusianas próximas a la ciudad de Halle, hallaron a un lado del
camino un cadáver con evidentes señas de violencia. Tras denunciar el hecho a
las autoridades, se pudo comprobar que se trataba del cadáver de un joven
estudiante de bachillerato de Lieskau, de diecisiete años de edad, llamado
Harnisch, que esa mañana se había desplazado a Schliepzig y había sido
sorprendido a su regreso por el ataque homicida. En el cadáver se apreciaron
diversas heridas, causadas algunas de ellas por disparos de arma de fuego. Según
los peritos, tales lesiones, particularmente las sufridas en la cabeza -el cráneo
estaba completamente aplastado-, le habían ocasionado la muerte de forma
inmediata. A unos pasos del cadáver se encontraron indicios de que, allí mismo,
en una zanja abierta junto al camino, se había apostado una persona armada a la
espera de su víctima. Schliebe manifestó enseguida la suposición de que era a él
y no a Hamisch a quien habrían querido matar y dirigió sus sospechas hacia
Rosahl, un comerciante de maderas de Schliepzig que le debía dinero, y hacia uno
de los empleados de éste, llamado Rose. A resultas de esta denuncia Rose fue
detenido y reconoció ser el ejecutor de esa muerte y haber actuado por encargo
de Rosahl. Por las confe5iones de ambos se supo, además, que Rose se había
comprometido ante Rosahl a deshacerse de Schliebe a cambio de trescientos
táleros al contado y un tálero más cada semana y que con ese propósito Rosahl
había entregado a Rose dinero para disponer las armas y la munición necesarias.
La misma tarde del 11 de septiembre de 1858 Rosahl había indicado a Rose el
lugar por el que habría de pasar Schliebe, al que Rose conocía bien por las
frecuentes visitas que hacía a su patrón. Allí lo esperó Rose y, cuando en la
oscuridad escuchó los pasos de una persona que creyó que era Schliebe, sin
haberse cerciorado de su identidad, realizó contra ella un disparo con la escopeta
que portaba. Tras notar que el primero la había alcanzado, Rose efectuó un
segundo disparo con una pistola que también llevaba consigo, hiriéndola así
nuevamente. A continuación, al percibir aún signos de vida en la víctima, se
acercó hasta donde ésta se hallaba tendida y la golpeó con la culata de su escopeta
en la cabeza. Seguidamente, Rose, ignorante aún de su error, se presentó ante
Rosahl para comunicarle que había cumplido su encargo y que, en consecuencia,
Schliebe había muerto.

POSIBLES SOLUCIONES:

111.1. ¿Inducción a un asesinato consumado?

111.2. ¿Tentativa de inducción o inducción intentada?


111.3. La necesidad de una solución diferenciadora.

CASO NÚMERO CINCO

“LAS PASTILLAS ADELGAZANTES”

El acusado organizó en 1984 una campaña publicitaria mediante la que ofrecía


productos rejuvenecedores y adelgazantes, así como densificadores del cabello y
pastillas para dejar de fumar, todos ellos tan ineficaces como inofensivos, que
enviaba por correo a los compradores. El precio de los productos oscilaba entre
los 46,50 y los 76 marcos (a los que se añadían los gastos de envío) y con derecho
de devolución dentro del plazo de catorce días, con la garantía de recuperar el
100% del precio del producto. Casos que hicieron doctrina en Derecho penal lado
que las devoluciones se producirían, como máximo, en el 10% de compras, un
porcentaje que solamente se alcanzó en el caso de las «pastillas adelgazantes»,
pues en el caso de los demás productos, el porcentaje fue menor. Quienes
reclamaron (255 personas} recuperaron el precio íntegro. La publicidad estaba
dirigida esencialmente a amas de casa y a trabajadores con una renta familiar de
unos 2.000 marcos. En ella se atribuía a los productos propiedades y efectos de
los que, como bien sabía el acusado, carecían. Así, por ejemplo, del «baño Lifting
de Hollywood» se decía que a una «velocidad relámpago», tras tomar solamente
doce baños, tenía el efecto de adelgazar y poner la piel tersa y joven; se afirmaba
también que las personas que habían probado el producto habían constatado que
habían rejuvenecido diez, quince o más años y que su cuerpo parecía el de una
estrella de cine. Con la pastilla «Zellaplus 100», supuestamente descubierta por
un médico suizo, se podía, tras un primer uso, rejuvenecer por lo menos cinco
años. Tomando la «pastilla adelgazante M-E-D 300» era incluso necesario comer
en abundancia, para compensar la fuerte absorción de grasa causada por la
pastilla. Por su parte, el densificador de cabello (Doppelhaar) lograba, en el
transcurso de diez minutos, doblar el número de cabellos, así como eliminar la
caspa, los enredos, el cabello graso o demasiado seco, con el 100% de garantía.
Los productos se enviaban acompañados de un prospecto en el que constaba la
verdad sobre ellos (aceite de baño, loción para el cabello, etc.), si bien el acusado
sustituía las cajas originales por otras en las que los productos estaban
etiquetados conforme a la publicidad o bien colocaba adhesivos con tales
etiquetas sobre las cajas originales. El importe bruto de la ganancia del acusado
fue de unos 1,5 millones de marcos.

Posible solución:

Publicidad engañosa?.

CASO NÚMERO SEIS

“CASO DEL CHAPISTA”

Después de haber pasado la jornada trabajando en el taller de chapistería que


regentaba, el acusado regresó a su casa sobre las 22 horas, algo antes de lo
habitual por el fuerte dolor de cabeza que venía sufriendo. Tras cenar y acostarse
su familia, permaneció en el salón de su vivienda mostrándose cada vez más
nervioso, no sólo por el persistente dolor de cabeza, sino también y sobre todo
por las molestias que producía la música a gran volumen que procedía del chalet
adosado contiguo. Sobre las 24 horas su esposa le comunicó que ni ella ni su hijo
de 12 años de edad, entonces con otitis, podían dormir por el volumen de la
música. El acusado se ofreció a ir a decirle al vecino que lo bajara, pero su esposa
le contestó que iría ella dado que a él lo encontraba muy nervioso, saliendo hacia
la casa vecina. Instantes después el acusado, pensando que era su deber
acompañarla, decidió acercarse también, cogiendo del televisor que se halla junto
a la puerta de entrada una de las herramientas que allí había dejado al regresar
del trabajo, una especie de destornillador de 21 centímetros de largo. Cuando el
vecino se estaba dirigiendo al interior de su vivienda para bajar el volumen tras
hablar con su esposa, el acusado lo acometió con el citado destornillador sin
mediar palabra, clavándoselo en diversas partes del cuerpo hasta que dejó de
moverse, muriendo momentos después mientras era trasladado por el acusado a
la Casa de Socorro. Con anterioridad a estos hechos, el acusado sufría frecuentes
y fuertes cefaleas, había padecido alguna crisis de breve pérdida de conciencia,
así como diversos episodios discretos de pérdida de control de los impulsos
agresivos que dieron lugar a la destrucción o deterioro de objetos de su propiedad,
si bien nunca había acudido a un médico especialista para evaluar una posible
afectación mental. Todo ello ocasionó una situación de grave malestar a la que
contribuía -sin que él fuera consciente- su actividad laboral de chapista con gran
nivel de ruido, y a la que se unió el día de los hechos la angustia de no poder
descansar en su propio domicilio ni él ni, sobre todo, su hijo enfermo. Estos
estímulos, tanto externos como internos, determinaron una reacción mental en
cortocircuito, que provocó en él un estado crepuscular que se inicia al salir de su
casa después de haber cogido el destornillador y que no cesó hasta ver inmóvil el
cuerpo del vecino, al que achacaba todos sus padecimientos, tiempo en el que
tuvo anuladas por completo sus facultades volitivas y muy disminuidas las
intelectivas o cognoscitivas. En las horas antes de este acceso que determinó el
estado crepuscular y en las siguientes sus facultades se hallaban determinadas y
su conciencia y voluntad disminuidas, pero en modo alguno anuladas por
completo.

Posibles soluciones:

1. LA INIMPUTABILIDAD Y LA ACCIÓN DOLOSA O IMPRUDENTE 1.1. La


inimputabilidad: ¿constituye la agresión una conducta realizada en
situación de imputabilidad? 1.2. ¿puede imputarse responsabilidad a
pesar de que el sujeto actuó en situación de inimputabilidad en el
momento de la agresión? 1.2.1. Modelos de fundamentación 1.2.1.1.
Modelo de la excepción 1.2.1.2. Modelo de la tipicidad.

CASO NÚMERO SIETE

“NÉCORA”
El procesado A, a raíz de su detención policial en agosto de 1989, presentó
denuncia contra D por narcotráfico, y en los meses siguientes facilitó numerosas
informaciones sobre actividades delictivas del mismo tenor desarrolladas desde
inicios de los años 80. El total de sus 37 declaraciones judiciales, junto con los
datos obtenidos a través de interceptaciones telefónicas autorizadas por el juez
instructor, además de otros indicios y material probatorio, conformaron la
instrucción del sumario del Caso Nécora. El Juzgado que enjuició el caso rechazó
la validez probatoria de las declaraciones de A, así como de las informaciones
obtenidas en las escuchas telefónicas, con la consecuencia de una importante
reducción de los hechos probados sobre los que se construyeron las acusaciones.
Estos hechos son recogidos en la sentencia de instancia en cuatro epígrafes, que
resumimos de forma muy sintética: 1. A finales del año 1988, los tres procesados
A, B, y C se pusieron en contacto en Villagarcía de Arosa con el patrón del barco
002 proponiéndole el pago de 10 millones de pesetas por la recogida y transporte
desde Marruecos de 1.000 kg. de hachís, a lo que el citado patrón se negó. No
consta que los proponentes estuvieran en posesión del hachís mencionado. Sobre
las mismas fechas, A, junto con D, E, y F, acuerdan que A se desplace a Las Palmas
de Gran Canaria, con la finalidad de gestionar la disponibilidad de un barco
adecuado para transportar más de 400 kg. de cocaína, operación que tenían
decidido llevar a cabo. 2. El 26 de mayo de 1989 tuvieron lugar tres descargas de
grandes partidas de hachís provenientes de Marruecos en las costas gallegas. En
la primera G, junto a H (en rebeldía) y con otros individuos no identificados
desembarcaron varios fardos de 25 kg. y los trasladaron hacia una furgoneta,
realizando el procesado 1 funciones de dirección, control y vigilancia. Pocos días
más tarde G y H procedieron a descargar cerca del pueblo de Nigrán otra elevada
cantidad de fardos de la misma droga, y una tercera operación similar se repite
pocos días después. De estas cantidades, la Guardia Civil descubrió e incautó
1.300 kg. de hachís de un camión de matrícula alemana, y otros 2.475 Kg. que
fueron halladas en el interior de un galpón llamado «Casa Vella». En los
transportes de las partidas referidas participaron otro grupo de procesados. A
principios del verano de 1989, G y H, junto con l. y con ocho personas más, se
situaron por la noche en la costa, a la espera de una planeadora de la que
recogieron 40 bidones que contenían paquetes rectangulares de cocaína, en
cantidad aproximada de 600 kg., que introdujeron en sacos y trasladaron en
vehículos preparados al efecto. Parte de los referidos cargamentos fueron
distribuidos por H, por indicación de G, y de 1, de forma escalonada y conforme
a concretas directrices, entregándolas a los procesados J, K, y a L, y a otro número
de personas no identificadas. En una de esas entregas H creyó ser advertido por
un vigilante y abandonó las bolsas en un centro comercial donde la Guardia civil
las encuentra, incautando 3.964 kg. de cocaína valorada en cerca de 40 millones
de pesetas. Al día siguiente H fue detenido en Cambados y dos días más tarde de
su primera declaración narró ante la Guardia Civil el desarrollo de estos hechos,
identificando lugares y circunstancias concurrentes en su realización, y
expresando su propósito firme de abandonar sus actividades delictivas. 3. Desde
al menos mediados de 1989 el procesado M venía adquiriendo grandes cantidades
de cocaína que posteriormente distribuía, contando siempre con la colaboración
de L, ciudadano colombiano, siendo ambos residentes en Madrid. Los envíos
procedían de Galicia, previos contactos con N, y con otra serie de personas -9
personas- que también fueron procesadas por los hechos. En el curso del
transporte de la droga, fueron detectados por la Vigilancia Aduanera varios
vehículos sospechosos, y tras una persecución se logró detener a sus ocupantes,
procediendo a la incautación de paquetes de cocaína por una cantidad cercana a
400 kg., de pureza entre el 75% y el 95%. Asimismo, se interceptó un camión
frigorífico que transportaba 125 kg. Conductas similares de distribución
realizadas por otro grupo de procesados fueron detectadas policialmente con
descubrimiento de cantidades importantes de cocaína. El procesado M, detenido
en Madrid el día 9 de julio, comparece a petición propia ante el Juzgado
instructor, para dar cuenta de la existencia de 1000 kg. de cocaína procedentes
de un alijo que en parte había sido ya aprehendido por la policía, cantidad que
fue efectivamente localizada conforme a su relato. A la vez, facilita información
sobre un próximo transporte de otra partida, que dio lugar a la ocupación de un
cargamento de 1.108 kg. de cocaína que se encontraba en una camioneta. 4. El
procesado O y su esposa T venían invirtiendo en el mercado financiero y
comercial los beneficios que obtenían personas de su entorno próximo como X,
beneficios derivados de actividades ilícitas indiciariamente de narcotráfico.
Durante los años 1987 y 1988, Ten connivencia con su marido, efectuó
personalmente, en la sucursal del BBV de Villagarcía de Arosa, un elevado
número de operaciones de venta de divisas, mayormente florines holandeses, que
trasladaba en el interior de bolsas de plástico. El importe del contravalor de las
monedas extranjeras superó con creces en todo caso la suma de 429.101.162 ptas.
Los procesados O y T. se valían un complejo entramado societario, que
controlaban como gerentes, apoderados, o miembros del Consejo de
Administración. Los incrementos patrimoniales obtenidos durante los años 1987
y 1988 como consecuencia de esas ilícitas actividades fueron ocultados en sus
declaraciones tributarias, constatándose movimientos ficticios en la contabilidad
de las sociedades mercantiles implicadas. En el ejercicio del año 1987, la cuota
líquida ocultada ascendió a 27.913.503 ptas., y en el ejercicio de 1988 a la cantidad
de 172.955.246 ptas.

Posibles soluciones:

1. LAS INTERCEPTACIONES TELEFÓNICAS EN LA INVESTIGACIÓN


DEL DELITO. CONDICIONES PARA SU VALIDEZ PROBATORIA 1.1. La
invalidación de las escuchas en el caso Nécora 11.2. El vacío normativo y la
jurisprudencia constitucional 11.3. Declaraciones incriminatorias de
coimputados 111. ALGUNOS ASPECTOS SUSTANTIVOS DE LA
CALIFICACIÓN JURÍDICO PENAL. La agravación en segundo grado por
«extrema gravedad» del tráfico de droga, en estadio de conspiración.
Delito fiscal por ocultación de ganancias ilícitas (Lavado de activos).

CASO NÚMERO OCHO

“URRALBURU”

Entre 1989 y 1991, el Presidente del Gobierno de Navarra, Gabriel Urralburu, el


Consejero de Obras Públicas, Antonio Aragón junto con Jorge Esparza y Luis
Roldán, crearon una trama destinada a conseguir de las empresas adjudicatarias
de obras públicas de la Comunidad Foral de Navarra una comisión por cada obra
adjudicada. Para la segunda legislatura, la primera decisión de los Sres.
Urralburu y Aragón es cambiar el sistema de subasta por el de concurso, dado
que, por el acuerdo entre ambos y con los señores Roldán y Esparza de recibir
dinero por adjudicación de obra pública en Navarra al llevar este sistema un
mayor grado de discrecionalidad en la concesión, ello supone una más fácil
ocultación frente a terceros en la designación, previamente elegida, del
concursante, lo que se hace saber a las empresas licitadoras, que deberán pagar
un precio por ello, previamente acordado, en relación con el importe de la obra,
el que, en la mayor parte de los casos, se dispone en un 5% del mismo, aunque no
en todos los supuestos, rondando otras veces tal porcentaje, o bajándolo a otro
inferior (1,2%) e incluso superándolo abiertamente (11 %), como posible
maniobra de distracción para caso de existir alguna investigación en los
procedimientos de adjudicación y tratando de revestir a éstos de las formalidades
legales establecidas, pero siempre haciendo un uso, deliberadamente buscado, de
una excesiva discrecionalidad, a los fines indicados. Para ocultar los incrementos
patrimoniales derivados de las comisiones percibidas, los dos primeros se
valieron de sendas sociedades limitadas en las que figuraban sus esposas como
titulares, interviniendo en la trama diversas sociedades patrimoniales
interpuestas por los otros dos acusados Sres. Roldán y Esparza. El importe de las
comisiones percibidas de las empresas a cambio de la adjudicación no fue
declarado por ninguno de los dos en sus respectivos impuestos sobre la renta de
las personas físicas, generándose una cuota descubierta por parte de Gabriel
Urralburu de 37.892.715 ptas. (ejercicio 1990) y 29.911.054 ptas. y de 26.109.243
ptas. (ejercicio 1991) por parte de Antonio Aragón.

Posible solución: COHECHO

CASO NÚMERO NUEVE

“DISPAROS SIN BALA.”

El acusado, que había sido conducido al Juzgado custodiado por dos agentes de
la Guardia Civil para la práctica de una diligencia judicial, solicitó ser recibido por
la Juez. Una vez ante ella pidió que se le retiraran las esposas que le sujetaban las
manos, accediéndose a ello. Tras haber sido liberado de las esposas, el acusado
aprovechó la situación para sujetar fuertemente a la Juez y amenazarla de muerte
con una cuchilla de afeitar que hasta entonces había ocultado en un bolsillo,
llegándole a producir varios cortes en el cuello. Esto motivó la apresurada
reacción de uno de los agentes, que sacó su arma reglamentaria que se hallaba sin
cargador y sin bala en la recámara, apuntando en la cara al acusado con la
intención de forzarle a que cesara en su acción agresiva. A pesar de ello el acusado
reaccionó con violencia arrebatando el arma al agente, para luego, apuntándole,
accionar el mecanismo de disparo al mismo tiempo que le gritaba «os voy a
matar». No produciéndose el disparo, el acusado volvió a dirigir el arma contra
la otra agente accionando de nuevo el gatillo apuntándole al pecho, sin que
tampoco se produjera el disparo. La circunstancia de que el arma estaba
descargada no era conocida por el acusado. Se trataba de una consigna de
seguridad para los agentes que llevan a cabo, como era el caso, conducciones de
presos. Esto tampoco era conocido por la agente contra la que intentó disparar en
último lugar, que no se dedicaba habitualmente a ese tipo de traslados y servicios,
y que en el momento en que le apuntaban con el arma de fuego tuvo la creencia
de que podía morir, por lo que sufrió un grave impacto emocional. Cuando el
acusado comprobó que no podía conseguir disparar el arma se quedó abatido y
se sentó en el suelo pasando los agentes a reducirlo y detenerlo.

Posible solución:

LA SUBSUNCIÓN DE LOS HECHOS EN EL CONCEPTO DE TENTATIVA.

CASO NÚMERO DIEZ

“LA MIGNONITTE”.

El cinco de julio de 1884 el yate «La Mignonette» se hundió durante una fuerte
tormenta en alta mar a unas 1600 millas del Cabo de Buena Esperanza. Varios
náufragos, entre ellos los acusados Dudley y Stephens, consiguieron subir a un
bote salvavidas. También subió al bote salvavidas un tal Brook y un niño de entre
diecisiete y dieciocho años llamado Parker. No llevaban agua ni comida en el bote,
salvo una libra de hojas de nabo. Al cuarto día capturaron a una pequeña tortuga,
de la cual subsistieron por varios días. Durante este tiempo lo único que tenían
para beber era la poca agua que podían retener en sus impermeables de hule.
Luego de siete días sin comer y cinco sin agua, Dudley y Stephens hablaron con
Brooks acerca de lo que se debería hacer en caso de que no fueran rescatados y le
sugirieron que alguien -probablemente el niño Parker- debía sacrificar su vida
para salvar al resto. Brooks rechazó la idea. Parker no fue consultado.
Subsiguientemente, Dudley le propuso a Stephens y Brook que echaran a suertes
la decisión acerca de quién debía sacrificarse para salvar al resto. Brooks se
rehusó a participar y, por tanto, no se echó a suertes la decisión. El niño Parker
no fue consultado. Al siguiente día Dudley propuso que mataran a Parker para
salvarse. Stephens estuvo de acuerdo con el plan, mas Brooks no lo estuvo.
Dudley, con la anuencia de Stephens, procedió a matar a Parker, quien se
encontraba muy débil. Una vez muerto éste, Dudley, Stephens y Brooks se
alimentaron de su carne y bebieron de su sangre por cuatro días. Al cuarto día
fueron rescatados por una embarcación que pasó cerca del bote salvavidas. Los
tres hombres se encontraban en pésimo estado de salud. Si no se hubiesen
alimentado del cuerpo del niño lo más probable es que no hubiesen logrado
sobrevivir hasta que fueran rescatados. En vista de que el niño estaba en muy mal
estado, es muy probable que éste hubiese muerto antes que llegase el rescate. En
el momento en que mataron al niño no era razonable pensar que serían
rescatados prontamente. A la luz de estas circunstancias, los acusados pensaban
que morirían si no mataban a alguien para alimentarse de su cuerpo.

POSIBLE SOLUCIÓN:

¿Puede invocarse el estado de necesidad como causa de justificación cuando el


delito imputado es asesinato?

CASO NÚMERO ONCE

“SIRIUS BOLEA BARDON”

En el año 1974 el acusado conoció en una discoteca a H.T., nacida en 1951, quien
se mostraba como una joven dependiente y acomplejada. H.T. inició una relación
de amistad con el acusado, cuatro años mayor que ella, en la que el contacto
sexual no era lo esencial. Durante meses mantuvieron encuentros y largas
conversaciones telefónicas en el transcurso de las cuales debatían sobre filosofía
y psicología. Con el paso del tiempo el acusado se convirtió en el maestro en todas
las cuestiones de la vida. Siempre estaba ahí para ella. Confiaba y creía en él a
ciegas. En el transcurso de sus innumerables conversaciones filosóficas el
acusado hizo creer a H.T. que él era un habitante de la estrella Sirius y que los
sirianos pertenecían a una raza que filosóficamente estaba a un nivel superior al
de la humanidad. Afirmaba que había sido enviado a la tierra para ocuparse de
que personas valiosas, entre las cuales figuraba ella, pudieran continuar viviendo
en Sirius después de la desintegración de su cuerpo con su alma. Sin embargo,
para conseguir su objetivo, H.T. necesitaría un perfeccionamiento espiritual y
filosófico. Cuando el procesado se dio cuenta de que H.T. creía plenamente en él,
decidió enriquecerse a su costa abusando de su confianza. Le explicó que ella
podía seguir viviendo en otro cuerpo después de su muerte, pero que ello sólo
sería posible haciendo pasar a un conocido suyo, el monje Uliko, un tiempo de
meditación. No obstante, el proceso requería pagar 30.000 DM al monasterio en
el que vivía Uliko. Como ella no poseía dicha cantidad, consiguió el dinero a través
de un crédito bancario. El procesado se gastó el dinero. Ante las preguntas que le
hiciera H.T. acerca de los esfuerzos realizados por Uliko, el acusado le aclaró que
el monje no había tenido éxito porque el cuerpo de ella creaba una barrera que
impedía el perfeccionamiento del espíritu. El bloqueo sólo podía ser eliminado
con la destrucción del viejo cuerpo y el aprovisionamiento de un nuevo. El
acusado le contó que había un nuevo cuerpo preparado para ella en una
habitación roja en el lago Genfer, y que se transformaría en una artista en cuanto
se separara de su viejo cuerpo, añadiendo que, como en su nueva vida necesitaría
dinero, debía contratar un seguro de vida en el que constara como beneficiario el
acusado. Y le aseguró que, después del pago por parte de la compañía, le
entregaría la suma asegurada. H.T. subscribió el seguro siguiendo las
indicaciones del acusado. También debía despedirse de su vida actual simulando
un accidente, lo que, siguiendo el plan ideado por el acusado, debía llevar a cabo
sentándose en la bañera y dejando caer un secador enchufado. H.T. intentó llevar
a cabo el plan el 1 de enero de 1980 en su vivienda en Wildbad. Sin embargo, la
descarga eléctrica letal no llegó a producirse. Debido a una cuestión técnica, al
sumergir H.T. el secador en la bañera, sólo sintió un hormigueo en el cuerpo. Al
acusado, que se encontraba en Baden-Baden, le sorprendió que H.T. contestara a
su llamada de control. Durante aproximadamente tres horas, le estuvo dando
instrucciones por teléfono para continuar con el intento de acabar con su vida.
Pero terminó desistiendo de ulteriores esfuerzos, dándola por inútil. Actuó en
todo momento confiando plenamente en las explicaciones del acusado. Dejó caer
el secador en el agua con la esperanza de despertar en un nuevo cuerpo. En
ningún momento se representó la idea de cometer un suicidio en sentido estricto,
a través del cual su vida habría de acabar para siempre. Ella rechazaba el suicidio.
El procesado era consciente de que el comportamiento de la mujer, totalmente
dependiente de él, estaba determinado por sus simulaciones e instrucciones.

Posibles soluciones:

1. Posturas a favor de la autoría mediata

2. Posturas en contra de la autoría mediata

CASO NÚMERO DOCE


“EL NANI”

El 31 de octubre de 1983 dos hombres y una mujer robaron en una joyería de


Madrid cuyo propietario falleció por disparo de arma de fuego. Las
investigaciones policiales se centraron en dos individuos con antecedentes
policiales: Ángel M. y Santiago C., apodado «El Nani», quien fue reconocido
fotográficamente en las dependencias policiales por el único testigo presencial de
lo acaecido. El procesado Francisco Javier F., instructor de las investigaciones,
acordó entre otras, la detención de los dos sospechosos, de Soledad M. --esposa
de Santiago C.-, y de Concepción M. -pareja de Ángel M.-. Para efectuar estas
detenciones los procesados solicitaron al Juzgado de Guardia dos mandamientos
de entrada y registro en el domicilio de los sospechosos, aunque expusieron al
Juez que los dos domicilios pertenecían a Santiago C. y no mencionaron la
intención de detener a Ángel M., Soledad M. y Concepción M. El 12 de noviembre
de 1983 los efectivos policiales golpearon la puerta de la vivienda de Santiago C.,
advirtiendo que eran la policía. Soledad M. abrió y penetraron varios funcionarios
sin notificarle el motivo de su presencia y sin ir acompañados de testigos. Una vez
en el interior de la vivienda detuvieron a Santiago C. Francisco Javier F. también
solicitó al Ministerio del Interior la incomunicación de los dos varones y de
Concepción M. afirmando que eran componentes de una banda armada y
organizada para la comisión de delitos, con el conocimiento de que en los
registros efectuados no se había encontrado ninguna prueba incriminatoria. En
la Brigada Regional de la Policía Judicial de Madrid los procesados Francisco
Javier F. y Victoriano G. sometieron a Santiago C. a dos interrogatorios con la
intención de conseguir la confesión de su autoría en el atraco, para lo cual le
practicaron diversos quebrantos físicos y psíquicos que lo dejaron muy maltrecho
y sin conseguir ninguna confesión. Como los procesados se percataron de que no
podrían ocultar la etiología de su estado, sin contar con la voluntad del detenido
y sin previo reconocimiento sanitario, de común acuerdo con el también
procesado Francisco A., quien no participó directamente en tales interrogatorios,
decidieron llevarse a «El Nani» de las dependencias policiales con el fin de
aparentar una fuga para evitar cualquier responsabilidad, lo que hicieron los tres
procesados trasladándole a un lugar no determinado que hasta la fecha no han
querido revelar, sin que conste que hubiere sido puesto en libertad. Desde
entonces se carece de toda noticia cierta y comprobada a propósito de su situación
y paradero.

Posibles soluciones:

DELITOS DE DETENCIONES ILEGALES? 1. Necesidad de delimitar distintos


tipos en las detenciones ilegales policiales 2. La constitucionalidad o
inconstitucionalidad del delito de detención ilegal con desaparición forzada:
¿estamos ante un delito de sospecha?

CASO NÚMERO TRECE

“DEL ACEITE DE COLZA”

En mayo de 1981 fue detectado un brote epidémico en varias zonas del Estado.
En un primer momento las autoridades sanitarias, en virtud de los síntomas
advertidos, se inclinaron por diagnosticar una modalidad de neumonía,
transmisible por vía respiratoria; no obstante, ya desde el primer momento se
investigó también la posibilidad de que todo estuviese ocasionado por alguna
suerte de intoxicación alimentaria. Lo cierto es que la enfermedad era nueva y
desconocida, combinando de un modo original síntomas de distintas
enfermedades conocidas. Tras diversos análisis y estudios, a comienzos del mes
de junio comienza a apuntarse la hipótesis de que dicha dolencia (que fue
denominada en lo sucesivo «Síndrome tóxico») pudiera venir causada por la
ingestión de aceite en mal estado. De hecho, ya el día 1 O de junio, y después de
que algunos médicos hubiesen sostenido esta idea a título individual, las
autoridades sanitarias advirtieron a la población sobre la posibilidad de dicha
conexión. Lo cierto es que, transcurrido aquel período y tras todos los estudios e
investigaciones ulteriores, a la fecha de la resolución del caso penal en cuestión
por los órganos jurisdiccionales competentes, tan sólo era posible afirmar, de un
modo que pudiera ser considerado -de forma no polémica como suficientemente
probado, lo siguiente: 1º) Que los síntomas de la enfermedad fueron: lesión de los
vasos sanguíneos; inicio por un edema pulmonar y aumento anormal de los
eosinófilos; síntomas sustituidos luego por una esclerodermatosis, por afecciones
en el sistema nervioso que ocasionaban atrofia muscular y por la lesión de los
vasos arteriales pulmonares. A todo ello va unida la pérdida de peso, la
desnutrición y la depauperación totales. Como consecuencia de todos estos
fenómenos, todos los órganos, salvo el riñón se veían afectados por la
enfermedad. 2.º) Que las personas enjuiciadas en el proceso, conforme a un
modelo de distribución de funciones y de responsabilidades que está relatado en
las sentencias, realizaron una serie de manipulaciones sobre aceites destinados al
consumo humano, incorporándoles aceites no comestibles (aceite de colza
desnaturalizado) y otras sustancias químicas. 3.) Que en dicho proceso de
manipulación se introdujo en el aceite de colza una sustancia, la anilina, de
conocido carácter venenoso que se transmitía también al aceite de colza y a los
que con él se integraban, pero que no cambiaba necesariamente el aspecto, color,
sabor y olor del aceite de una manera perceptible. 4.º) Que dicha sustancia, al ser
introducida en el aceite de colza, dio lugar a la formación de anilidas de los ácidos
grasos. Se ignoraban, sin embargo, bastantes cosas, importantes no obstante para
la fijación del curso causal acaecido: A) Se sabía que el Caso del aceite de colza
aparición de la enfermedad estaba asociada a la aparición de anilidas de los ácidos
grasas en el aceite ingerido. Pero se ignoraba cuál fue el agente tóxico concreto
que provocó la enfermedad. B)Se sabía que las anilidas de los ácidos grasos
aparecieron solamente en casos en los que se había introducido anilina en el
aceite de colza. Pero no se pudo determinar si esta conexión era suficiente o si,
por el contrario, era debida más bien a ulteriores manipulaciones del aceite así
desnaturalizado en ciertos casos. C) Se demostró además que el «Síndrome
tóxico» no se correspondía en absoluto con el de intoxicación por anilina. 4.º)
Finalmente, se ignoraba por completo la concreta acción del agente tóxico -
desconocido- sobre el organismo, y las razones por las que el «síndrome tóxico»
se desarrolla con una sintomatología como la más arriba descrita.

Posibles soluciones

1.1. Prueba de la relación de causalidad entra acción y resultado lesivo 1.2.


Dolo eventual (de lesión).2. El dolo eventual de lesión como forma de
dolo: componentes psicológicos y su prueba.

CASO NÚMERO CATORCE

“LA SILLA O DEL ENFRENTAMIENTO DE LA VICTIMA”

Sobre las 14.00 horas del día 11 de agosto de 1997 cuando se encontraban el
acusado Federico R.T. y Francisco Manuel H.C. junto con otros en la Avenida
de Andalucía de Nueva Carteya, tuvo lugar una discusión entre ambos, que
posteriormente derivó en una pelea al propinarle Francisco Manuel un tortazo
a Federico, como consecuencia de un comentario que había efectuado,
tirándolo al suelo, éste se levantó y cogió una silla de plástico de la terraza,
momento en que también la asió Francisco Manuel, llevando a cabo un
forcejeo entre los dos, cayendo este último al suelo a causa del fragor de la
pelea, y sufriendo como consecuencia de la caída una fractura subcapital del
hombro derecho, necesitando por ello tratamiento médico y quirúrgico.

Posible solución:

1. RELEVANCIA TÍPICA DE LA ACTUACIÓN DE LA VÍCTIMA EN EL


MARCO DE LA IMPUTACIÓN OBJETIVA DEL RESULTADO
PRODUCIDO A LA CONDUCTA DEL AUTOR (CASOS DE AUTOPUESTA
EN PELIGRO DE LA VÍCTIMA O EXPOSICIÓN VOLUNTARIA AL
PELIGRO QUE PROVIENE DE LA ACCIÓN DE OTRO).
CASO NÚMERO QUINCE

“FRANZESE”

Pasquale Castellone ingresó en el reparto de cirugía de emergencia del hospital


principal de Nápoles el 4 de abril de 1993 sufriendo de un fuerte dolor en el
abdomen. El señor Castellone fue operado el día siguiente porque la diagnosis
había mostrado una perforación de un tramo de intestino. Los médicos no
consiguieron entender la causa de la patología (no común). Los resultados de los
exámenes de la sangre realizados después de la operación quirúrgica siguieron
siendo preocupantes y se prescribió una terapia antibiótica a amplio espectro y el
asesoramiento de un médico internista que, sin embargo, no se realizó nunca. El
9 de abril el señor Castellone fue trasladado en la XVI división quirúrgica dirigida
por el doctor Salvatore Franzese. El señor Castellone siguió la terapia antibiótica
y la fiebre desapareció desde el día 12 sin que él sufriera otros exámenes. Esta
terapia fue interrumpida el 14 de abril por el doctor Franzese, que hizo realizar
un nuevo examen de la sangre que mostró una gravísima neutropenia
(disminución del número de los granulocitos neutrófilos, o neutrófilos, uno de los
cinco tipos de glóbulos blancos en la sangre periférica); a pesar de esto, el 17 de
abril dio de alta al paciente estimándole «en vía de cura» sin prescribir nada. El
19 de abril el señor Castellone sufrió nuevamente de dolores en el abdomen y fue
hospitalizado el día siguiente. El 21 de abril, fue operado por medio de una
laparotomía para el drenaje de micro-abscesos múltiples. El parte médico micro-
biológico indicó la presencia de una infección de clostridium septicum. El 22 de
abril el señor Castellone fue operado por tercera vez, muriendo después de la
intervención a causa de una infección abdominal por clostridium septicum, una
bacteria anaerobia no muy agresiva, que sin embargo se propaga con facilidad
cuando el organismo humano es debilitado e inmunodeprimido por graves
formas de neutropenia causando anemia grave y hemólisis.

Posible solución: NEGLIGENCIA MÉDICA.

Relación causal entre conducta omisiva y resultado.

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