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Hechos del caso: la causa se inició con motivo de la denuncia por lesiones y
amenazas, de la mujer a su conviviente, en el contexto de un conflictivo familiar
de discusión y agresiones. En la denuncia radicada ante el Juzgado, la mujer
narró un episodio violento en su domicilio, que tuvo lugar a raíz de una discusión
con el marido, mediante el cual este le recriminó haber recibido mensajes de texto
procedentes de otro hombre, y en un estado de ira, que calificó de celosía, la
agredió con algunos golpes de puño, al tiempo que le habría dicho que la iba a
matar por lo que había hecho. Al finalizar, expresó que solo quería dejar
constancia de lo sucedido, y no deseaba instar la acción penal. La denuncia fue
ratificada por la mujer ante la Oficina de Violencia Intrafamiliar en la Fiscalía,
donde concurrió por disposición expresa del juzgado que recibió la denuncia. Allí
indicó que deseaba volver a la casa con los hijos y que su marido se fuera. La
imputación giró en torno a las figuras penales de lesiones leves dolosas, y
intimidación. (arts, primer párrafo, C. O. I. P., respectivamente), en el contexto
de violencia contra la mujer ( en concordancia con la ley 24632, que aprobó la
Convención de Belem do Pará - Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la violencia contra la mujer).
“ROSE-ROSAHL”.
POSIBLES SOLUCIONES:
Posible solución:
Publicidad engañosa?.
Posibles soluciones:
“NÉCORA”
El procesado A, a raíz de su detención policial en agosto de 1989, presentó
denuncia contra D por narcotráfico, y en los meses siguientes facilitó numerosas
informaciones sobre actividades delictivas del mismo tenor desarrolladas desde
inicios de los años 80. El total de sus 37 declaraciones judiciales, junto con los
datos obtenidos a través de interceptaciones telefónicas autorizadas por el juez
instructor, además de otros indicios y material probatorio, conformaron la
instrucción del sumario del Caso Nécora. El Juzgado que enjuició el caso rechazó
la validez probatoria de las declaraciones de A, así como de las informaciones
obtenidas en las escuchas telefónicas, con la consecuencia de una importante
reducción de los hechos probados sobre los que se construyeron las acusaciones.
Estos hechos son recogidos en la sentencia de instancia en cuatro epígrafes, que
resumimos de forma muy sintética: 1. A finales del año 1988, los tres procesados
A, B, y C se pusieron en contacto en Villagarcía de Arosa con el patrón del barco
002 proponiéndole el pago de 10 millones de pesetas por la recogida y transporte
desde Marruecos de 1.000 kg. de hachís, a lo que el citado patrón se negó. No
consta que los proponentes estuvieran en posesión del hachís mencionado. Sobre
las mismas fechas, A, junto con D, E, y F, acuerdan que A se desplace a Las Palmas
de Gran Canaria, con la finalidad de gestionar la disponibilidad de un barco
adecuado para transportar más de 400 kg. de cocaína, operación que tenían
decidido llevar a cabo. 2. El 26 de mayo de 1989 tuvieron lugar tres descargas de
grandes partidas de hachís provenientes de Marruecos en las costas gallegas. En
la primera G, junto a H (en rebeldía) y con otros individuos no identificados
desembarcaron varios fardos de 25 kg. y los trasladaron hacia una furgoneta,
realizando el procesado 1 funciones de dirección, control y vigilancia. Pocos días
más tarde G y H procedieron a descargar cerca del pueblo de Nigrán otra elevada
cantidad de fardos de la misma droga, y una tercera operación similar se repite
pocos días después. De estas cantidades, la Guardia Civil descubrió e incautó
1.300 kg. de hachís de un camión de matrícula alemana, y otros 2.475 Kg. que
fueron halladas en el interior de un galpón llamado «Casa Vella». En los
transportes de las partidas referidas participaron otro grupo de procesados. A
principios del verano de 1989, G y H, junto con l. y con ocho personas más, se
situaron por la noche en la costa, a la espera de una planeadora de la que
recogieron 40 bidones que contenían paquetes rectangulares de cocaína, en
cantidad aproximada de 600 kg., que introdujeron en sacos y trasladaron en
vehículos preparados al efecto. Parte de los referidos cargamentos fueron
distribuidos por H, por indicación de G, y de 1, de forma escalonada y conforme
a concretas directrices, entregándolas a los procesados J, K, y a L, y a otro número
de personas no identificadas. En una de esas entregas H creyó ser advertido por
un vigilante y abandonó las bolsas en un centro comercial donde la Guardia civil
las encuentra, incautando 3.964 kg. de cocaína valorada en cerca de 40 millones
de pesetas. Al día siguiente H fue detenido en Cambados y dos días más tarde de
su primera declaración narró ante la Guardia Civil el desarrollo de estos hechos,
identificando lugares y circunstancias concurrentes en su realización, y
expresando su propósito firme de abandonar sus actividades delictivas. 3. Desde
al menos mediados de 1989 el procesado M venía adquiriendo grandes cantidades
de cocaína que posteriormente distribuía, contando siempre con la colaboración
de L, ciudadano colombiano, siendo ambos residentes en Madrid. Los envíos
procedían de Galicia, previos contactos con N, y con otra serie de personas -9
personas- que también fueron procesadas por los hechos. En el curso del
transporte de la droga, fueron detectados por la Vigilancia Aduanera varios
vehículos sospechosos, y tras una persecución se logró detener a sus ocupantes,
procediendo a la incautación de paquetes de cocaína por una cantidad cercana a
400 kg., de pureza entre el 75% y el 95%. Asimismo, se interceptó un camión
frigorífico que transportaba 125 kg. Conductas similares de distribución
realizadas por otro grupo de procesados fueron detectadas policialmente con
descubrimiento de cantidades importantes de cocaína. El procesado M, detenido
en Madrid el día 9 de julio, comparece a petición propia ante el Juzgado
instructor, para dar cuenta de la existencia de 1000 kg. de cocaína procedentes
de un alijo que en parte había sido ya aprehendido por la policía, cantidad que
fue efectivamente localizada conforme a su relato. A la vez, facilita información
sobre un próximo transporte de otra partida, que dio lugar a la ocupación de un
cargamento de 1.108 kg. de cocaína que se encontraba en una camioneta. 4. El
procesado O y su esposa T venían invirtiendo en el mercado financiero y
comercial los beneficios que obtenían personas de su entorno próximo como X,
beneficios derivados de actividades ilícitas indiciariamente de narcotráfico.
Durante los años 1987 y 1988, Ten connivencia con su marido, efectuó
personalmente, en la sucursal del BBV de Villagarcía de Arosa, un elevado
número de operaciones de venta de divisas, mayormente florines holandeses, que
trasladaba en el interior de bolsas de plástico. El importe del contravalor de las
monedas extranjeras superó con creces en todo caso la suma de 429.101.162 ptas.
Los procesados O y T. se valían un complejo entramado societario, que
controlaban como gerentes, apoderados, o miembros del Consejo de
Administración. Los incrementos patrimoniales obtenidos durante los años 1987
y 1988 como consecuencia de esas ilícitas actividades fueron ocultados en sus
declaraciones tributarias, constatándose movimientos ficticios en la contabilidad
de las sociedades mercantiles implicadas. En el ejercicio del año 1987, la cuota
líquida ocultada ascendió a 27.913.503 ptas., y en el ejercicio de 1988 a la cantidad
de 172.955.246 ptas.
Posibles soluciones:
“URRALBURU”
El acusado, que había sido conducido al Juzgado custodiado por dos agentes de
la Guardia Civil para la práctica de una diligencia judicial, solicitó ser recibido por
la Juez. Una vez ante ella pidió que se le retiraran las esposas que le sujetaban las
manos, accediéndose a ello. Tras haber sido liberado de las esposas, el acusado
aprovechó la situación para sujetar fuertemente a la Juez y amenazarla de muerte
con una cuchilla de afeitar que hasta entonces había ocultado en un bolsillo,
llegándole a producir varios cortes en el cuello. Esto motivó la apresurada
reacción de uno de los agentes, que sacó su arma reglamentaria que se hallaba sin
cargador y sin bala en la recámara, apuntando en la cara al acusado con la
intención de forzarle a que cesara en su acción agresiva. A pesar de ello el acusado
reaccionó con violencia arrebatando el arma al agente, para luego, apuntándole,
accionar el mecanismo de disparo al mismo tiempo que le gritaba «os voy a
matar». No produciéndose el disparo, el acusado volvió a dirigir el arma contra
la otra agente accionando de nuevo el gatillo apuntándole al pecho, sin que
tampoco se produjera el disparo. La circunstancia de que el arma estaba
descargada no era conocida por el acusado. Se trataba de una consigna de
seguridad para los agentes que llevan a cabo, como era el caso, conducciones de
presos. Esto tampoco era conocido por la agente contra la que intentó disparar en
último lugar, que no se dedicaba habitualmente a ese tipo de traslados y servicios,
y que en el momento en que le apuntaban con el arma de fuego tuvo la creencia
de que podía morir, por lo que sufrió un grave impacto emocional. Cuando el
acusado comprobó que no podía conseguir disparar el arma se quedó abatido y
se sentó en el suelo pasando los agentes a reducirlo y detenerlo.
Posible solución:
“LA MIGNONITTE”.
El cinco de julio de 1884 el yate «La Mignonette» se hundió durante una fuerte
tormenta en alta mar a unas 1600 millas del Cabo de Buena Esperanza. Varios
náufragos, entre ellos los acusados Dudley y Stephens, consiguieron subir a un
bote salvavidas. También subió al bote salvavidas un tal Brook y un niño de entre
diecisiete y dieciocho años llamado Parker. No llevaban agua ni comida en el bote,
salvo una libra de hojas de nabo. Al cuarto día capturaron a una pequeña tortuga,
de la cual subsistieron por varios días. Durante este tiempo lo único que tenían
para beber era la poca agua que podían retener en sus impermeables de hule.
Luego de siete días sin comer y cinco sin agua, Dudley y Stephens hablaron con
Brooks acerca de lo que se debería hacer en caso de que no fueran rescatados y le
sugirieron que alguien -probablemente el niño Parker- debía sacrificar su vida
para salvar al resto. Brooks rechazó la idea. Parker no fue consultado.
Subsiguientemente, Dudley le propuso a Stephens y Brook que echaran a suertes
la decisión acerca de quién debía sacrificarse para salvar al resto. Brooks se
rehusó a participar y, por tanto, no se echó a suertes la decisión. El niño Parker
no fue consultado. Al siguiente día Dudley propuso que mataran a Parker para
salvarse. Stephens estuvo de acuerdo con el plan, mas Brooks no lo estuvo.
Dudley, con la anuencia de Stephens, procedió a matar a Parker, quien se
encontraba muy débil. Una vez muerto éste, Dudley, Stephens y Brooks se
alimentaron de su carne y bebieron de su sangre por cuatro días. Al cuarto día
fueron rescatados por una embarcación que pasó cerca del bote salvavidas. Los
tres hombres se encontraban en pésimo estado de salud. Si no se hubiesen
alimentado del cuerpo del niño lo más probable es que no hubiesen logrado
sobrevivir hasta que fueran rescatados. En vista de que el niño estaba en muy mal
estado, es muy probable que éste hubiese muerto antes que llegase el rescate. En
el momento en que mataron al niño no era razonable pensar que serían
rescatados prontamente. A la luz de estas circunstancias, los acusados pensaban
que morirían si no mataban a alguien para alimentarse de su cuerpo.
POSIBLE SOLUCIÓN:
En el año 1974 el acusado conoció en una discoteca a H.T., nacida en 1951, quien
se mostraba como una joven dependiente y acomplejada. H.T. inició una relación
de amistad con el acusado, cuatro años mayor que ella, en la que el contacto
sexual no era lo esencial. Durante meses mantuvieron encuentros y largas
conversaciones telefónicas en el transcurso de las cuales debatían sobre filosofía
y psicología. Con el paso del tiempo el acusado se convirtió en el maestro en todas
las cuestiones de la vida. Siempre estaba ahí para ella. Confiaba y creía en él a
ciegas. En el transcurso de sus innumerables conversaciones filosóficas el
acusado hizo creer a H.T. que él era un habitante de la estrella Sirius y que los
sirianos pertenecían a una raza que filosóficamente estaba a un nivel superior al
de la humanidad. Afirmaba que había sido enviado a la tierra para ocuparse de
que personas valiosas, entre las cuales figuraba ella, pudieran continuar viviendo
en Sirius después de la desintegración de su cuerpo con su alma. Sin embargo,
para conseguir su objetivo, H.T. necesitaría un perfeccionamiento espiritual y
filosófico. Cuando el procesado se dio cuenta de que H.T. creía plenamente en él,
decidió enriquecerse a su costa abusando de su confianza. Le explicó que ella
podía seguir viviendo en otro cuerpo después de su muerte, pero que ello sólo
sería posible haciendo pasar a un conocido suyo, el monje Uliko, un tiempo de
meditación. No obstante, el proceso requería pagar 30.000 DM al monasterio en
el que vivía Uliko. Como ella no poseía dicha cantidad, consiguió el dinero a través
de un crédito bancario. El procesado se gastó el dinero. Ante las preguntas que le
hiciera H.T. acerca de los esfuerzos realizados por Uliko, el acusado le aclaró que
el monje no había tenido éxito porque el cuerpo de ella creaba una barrera que
impedía el perfeccionamiento del espíritu. El bloqueo sólo podía ser eliminado
con la destrucción del viejo cuerpo y el aprovisionamiento de un nuevo. El
acusado le contó que había un nuevo cuerpo preparado para ella en una
habitación roja en el lago Genfer, y que se transformaría en una artista en cuanto
se separara de su viejo cuerpo, añadiendo que, como en su nueva vida necesitaría
dinero, debía contratar un seguro de vida en el que constara como beneficiario el
acusado. Y le aseguró que, después del pago por parte de la compañía, le
entregaría la suma asegurada. H.T. subscribió el seguro siguiendo las
indicaciones del acusado. También debía despedirse de su vida actual simulando
un accidente, lo que, siguiendo el plan ideado por el acusado, debía llevar a cabo
sentándose en la bañera y dejando caer un secador enchufado. H.T. intentó llevar
a cabo el plan el 1 de enero de 1980 en su vivienda en Wildbad. Sin embargo, la
descarga eléctrica letal no llegó a producirse. Debido a una cuestión técnica, al
sumergir H.T. el secador en la bañera, sólo sintió un hormigueo en el cuerpo. Al
acusado, que se encontraba en Baden-Baden, le sorprendió que H.T. contestara a
su llamada de control. Durante aproximadamente tres horas, le estuvo dando
instrucciones por teléfono para continuar con el intento de acabar con su vida.
Pero terminó desistiendo de ulteriores esfuerzos, dándola por inútil. Actuó en
todo momento confiando plenamente en las explicaciones del acusado. Dejó caer
el secador en el agua con la esperanza de despertar en un nuevo cuerpo. En
ningún momento se representó la idea de cometer un suicidio en sentido estricto,
a través del cual su vida habría de acabar para siempre. Ella rechazaba el suicidio.
El procesado era consciente de que el comportamiento de la mujer, totalmente
dependiente de él, estaba determinado por sus simulaciones e instrucciones.
Posibles soluciones:
Posibles soluciones:
En mayo de 1981 fue detectado un brote epidémico en varias zonas del Estado.
En un primer momento las autoridades sanitarias, en virtud de los síntomas
advertidos, se inclinaron por diagnosticar una modalidad de neumonía,
transmisible por vía respiratoria; no obstante, ya desde el primer momento se
investigó también la posibilidad de que todo estuviese ocasionado por alguna
suerte de intoxicación alimentaria. Lo cierto es que la enfermedad era nueva y
desconocida, combinando de un modo original síntomas de distintas
enfermedades conocidas. Tras diversos análisis y estudios, a comienzos del mes
de junio comienza a apuntarse la hipótesis de que dicha dolencia (que fue
denominada en lo sucesivo «Síndrome tóxico») pudiera venir causada por la
ingestión de aceite en mal estado. De hecho, ya el día 1 O de junio, y después de
que algunos médicos hubiesen sostenido esta idea a título individual, las
autoridades sanitarias advirtieron a la población sobre la posibilidad de dicha
conexión. Lo cierto es que, transcurrido aquel período y tras todos los estudios e
investigaciones ulteriores, a la fecha de la resolución del caso penal en cuestión
por los órganos jurisdiccionales competentes, tan sólo era posible afirmar, de un
modo que pudiera ser considerado -de forma no polémica como suficientemente
probado, lo siguiente: 1º) Que los síntomas de la enfermedad fueron: lesión de los
vasos sanguíneos; inicio por un edema pulmonar y aumento anormal de los
eosinófilos; síntomas sustituidos luego por una esclerodermatosis, por afecciones
en el sistema nervioso que ocasionaban atrofia muscular y por la lesión de los
vasos arteriales pulmonares. A todo ello va unida la pérdida de peso, la
desnutrición y la depauperación totales. Como consecuencia de todos estos
fenómenos, todos los órganos, salvo el riñón se veían afectados por la
enfermedad. 2.º) Que las personas enjuiciadas en el proceso, conforme a un
modelo de distribución de funciones y de responsabilidades que está relatado en
las sentencias, realizaron una serie de manipulaciones sobre aceites destinados al
consumo humano, incorporándoles aceites no comestibles (aceite de colza
desnaturalizado) y otras sustancias químicas. 3.) Que en dicho proceso de
manipulación se introdujo en el aceite de colza una sustancia, la anilina, de
conocido carácter venenoso que se transmitía también al aceite de colza y a los
que con él se integraban, pero que no cambiaba necesariamente el aspecto, color,
sabor y olor del aceite de una manera perceptible. 4.º) Que dicha sustancia, al ser
introducida en el aceite de colza, dio lugar a la formación de anilidas de los ácidos
grasos. Se ignoraban, sin embargo, bastantes cosas, importantes no obstante para
la fijación del curso causal acaecido: A) Se sabía que el Caso del aceite de colza
aparición de la enfermedad estaba asociada a la aparición de anilidas de los ácidos
grasas en el aceite ingerido. Pero se ignoraba cuál fue el agente tóxico concreto
que provocó la enfermedad. B)Se sabía que las anilidas de los ácidos grasos
aparecieron solamente en casos en los que se había introducido anilina en el
aceite de colza. Pero no se pudo determinar si esta conexión era suficiente o si,
por el contrario, era debida más bien a ulteriores manipulaciones del aceite así
desnaturalizado en ciertos casos. C) Se demostró además que el «Síndrome
tóxico» no se correspondía en absoluto con el de intoxicación por anilina. 4.º)
Finalmente, se ignoraba por completo la concreta acción del agente tóxico -
desconocido- sobre el organismo, y las razones por las que el «síndrome tóxico»
se desarrolla con una sintomatología como la más arriba descrita.
Posibles soluciones
Sobre las 14.00 horas del día 11 de agosto de 1997 cuando se encontraban el
acusado Federico R.T. y Francisco Manuel H.C. junto con otros en la Avenida
de Andalucía de Nueva Carteya, tuvo lugar una discusión entre ambos, que
posteriormente derivó en una pelea al propinarle Francisco Manuel un tortazo
a Federico, como consecuencia de un comentario que había efectuado,
tirándolo al suelo, éste se levantó y cogió una silla de plástico de la terraza,
momento en que también la asió Francisco Manuel, llevando a cabo un
forcejeo entre los dos, cayendo este último al suelo a causa del fragor de la
pelea, y sufriendo como consecuencia de la caída una fractura subcapital del
hombro derecho, necesitando por ello tratamiento médico y quirúrgico.
Posible solución:
“FRANZESE”