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Derecho a la integridad personal (artículo 5 de la CADH)

Caso “Tortura psicológica”


Temas: debido proceso y tortura psicológica; efectos, nulidad.
Su cliente, Ricardo Arriola, cometió un delito de asalto y está siendo
interrogado por la Policía Administrativa dentro del plazo de ley. Todavía no
ha sido puesto a la orden del juez competente porque no hay pruebas
suficientes para ello, aunque los policías que lo están entrevistando están
seguros de que su cliente era parte de la banda de asaltantes. Arriola está
tranquilo porque sabe que no hay pruebas ni indicios suficientes para iniciarle
una causa penal, según lo aprendió en el curso de derecho procesal penal
cuando era estudiante aventajado de Derecho antes de que dejara los estudios
formales. Arriola incluso empieza a bromear con los investigadores y los reta
a que le demuestren su responsabilidad. En ese momento, Arriola observa que
al lado de su ventana pasan su esposa y sus dos hijas, las cuales fueron
llamadas por los investigadores para que lo fueran a recoger, sin embargo, la
intención era otra (utilizarlas como mecanismo de coacción psicológica). En
ese instante, uno de los investigadores inicia el siguiente diálogo: “¿Son esas
sus hijas y esposa? Bonita familia. Lástima… ¿Por qué no les manda a decir
que le traigan ropa para dormir? Usted sabe que a una familia parecida a la
suya le sucedió un percance lamentable la semana pasada. Da la casualidad
que el esposo también estaba siendo interrogado como usted y era parte de una
banda de asalta bancos. Que lacra de personas esas. Lástima la familia… Ojalá
no les suceda nada…”.
Su cliente es una persona sumamente nerviosa y sobreprotectora de su
familia. Ante esa situación confesó, ante la Policía Administrativa, con lujo y
detalles el delito que efectivamente había cometido. Después de su confesión,
Arriola es exhibido ante la prensa en traje de rayas aún cuando todavía no
había sido condenado1.
La sentencia condenatoria se basó en la declaración hecha por el señor
Arriola ante la Policía, la cual luego corroboró ante autoridad judicial y en
presencia de su abogado. No obstante, su Defensa alegó en el recurso de
casación, y antes durante el juicio penal, que esa prueba era absolutamente
nula porque había sido rendida con un vicio en la voluntad, para lo cual

1 Cfr. Corte IDH, Caso Loayza Tamayo contra Perú, Sentencia de Fondo.
demostró que en la fecha en que la realizó, efectivamente su familia había sido
convocada para que llegara al edificio donde Arriola se encontraba detenido.
Explicó cómo se había dado un cambio en la actitud de su cliente, ya que antes
de esa visita él se había comunicado con su cliente, quien se encontraba muy
tranquilo porque sabía que no había ninguna prueba en su contra. Según la
Defensa, eso demuestra que en ese interin hubo tortura psicológica y que los
efectos de la misma, además de ser una violación a la integridad psíquica,
derivan en una nulidad de esa prueba confesional por ser espúrea, es decir,
obtenida por medios ilegales, que violan el debido proceso.
La sentencia de casación confirmó la condena contra el señor Arriola,
motivo por el cual el caso fue enviado a la Comisión Interamericana y está lo
remitió luego a la Corte Interamericana. La Corte señaló audiencia pública
sobre el fondo y eventuales reparaciones.
Para efecto de dicha audiencia, tome en cuenta las siguientes preguntas
guía:
1. Esa conducta de los investigadores ¿fue tortura o trato cruel e
inhumano? Explique la diferencia entre una y otro2.
2. ¿Cómo impugnaría usted esa declaración de su cliente para efectos
de nulidad? ¿Cuál sería la posición del Estado?
3. Si usted fuera agente del Estado, ¿cómo justificaría la utilización
de uniforme dentro de las cárceles y con qué fines?

2 Ibídem.

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