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PRÓLOGO

[…] El secretario de la Real Sociedad Británica de Ciencias se levantó y dijo,


dirigiéndose a la concurrencia: “Tiene la palabra el señor Faraday.”
- Señores miembros de la Real Sociedad de Ciencias, invitados y colaboradores: en la
conferencia de hoy, en lugar de disertar sobre un tema científico, voy a realizar ante ustedes un
experimento. Pero antes, permítanme una breve introducción histórica. Como saben, Oersted,
Ampère y Arago han demostrado que la corriente eléctrica puede dar lugar a fenómenos
magnéticos. Cuando se coloca una aguja magnética (una brújula) sobre un alambre de cobre
inactivo, la aguja toma la dirección norte-sur. Al hacer pasar corriente por el cable, la aguja se
desvía. Si el alambre se arrolla en forma de una bobina y se hace pasar corriente, la bobina se
comporta como un imán, con dos polos norte y sur, exactamente iguales que los polos
correspondientes de un imán ordinario.
Se me ocurrió pensar lo siguiente: si la corriente eléctrica produce efectos magnéticos,
¿no pasará también lo contrario? ¿No producirá el magnetismo efectos eléctricos hasta ahora
desconocidos? Esta idea me ha llevado a diseñar el experimento que voy a realizar. Aquí tengo
un alambre de cobre arrollado en forma de bobina. Fijo los dos extremos del cable a este
aparato de medida, un galvanómetro. Como es muy grande, los movimientos de la aguja serán
visibles para todos, incluso para los que están sentados en la última fila. ¿Se mueve la
aguja?¡Por supuesto que no! El circuito de la bobina no contiene ningún generador eléctrico.
No pasa corriente por él.
Observen ahora. Coloco aquí esta piedra imán de magnetita y con este manubrio hago
girar la bobina alrededor de ella. ¡Fíjense en el galvanómetro! La aguja ha dado dos vueltas
completas, las mismas que he hecho dar a la bobina. La aguja del galvanómetro se mueve
cuando pasa corriente por el circuito, luego el simple hecho de mover la bobina en un campo
magnético provoca la aparición de una corriente eléctrica en el cable. No solo la electricidad
puede engendrar magnetismo, como demostró Oersted. También el magnetismo puede generar
electricidad.
Muchas gracias por su atención.
El secretario de la Real Sociedad Británica de Ciencias se levantó y dijo:
- La conferencia ha terminado. ¿Alguien desea hacer alguna pregunta?
Un caballero elegante y de pelo encanecido se puso en pie y habló:
- Señor Faraday, su experimento ha sido muy interesante, pero ¿para qué sirve?
Faraday contestó con otra pregunta:
- ¿Para qué sirve un niño?
- No le comprendo.
- Es muy sencillo. A los niños se les cuida, se les atiende, aunque no proporcionen
beneficios inmediatos a la sociedad. Algún día, cuando sean mayores, se convertirán en
hombres y mujeres que ayudarán, entre todos, a construir un mundo en el que merezca la pena
vivir. Algunos serán genios que prestarán grandes servicios a la humanidad. Pasa igual con mi
experimento. Puede ser que, ahora mismo, no se le vea aplicación inmediata. Pero ¿quién nos
asegura que, dentro de unas décadas, quizá un siglo, no se le encontrará una utilidad práctica
revolucionaria, que cambie por completo nuestro modo de vivir? No podemos desperdiciar
ningún conocimiento básico, por inútil que parezca. Todo puede tener aplicación algún día.
El caballero movió la cabeza con aire incrédulo y se sentó de nuevo, sin continuar la
discusión. Treinta y cinco años después de la conferencia de Michael Faraday (1791-1867) en la
Real Sociedad Británica de Ciencias, Werner von Siemens aplicó su experimento para construir
el primer generador industrial de electricidad de alto voltaje.

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TEMA 1: INGENIERÍA Y SOCIEDAD

Los Efectos de la Ingeniería en el Aspecto Humano


Carlos Osorio (México, 2004)
Los estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad, comprenden un conjunto de
aproximaciones interdisciplinarias que buscan analizar, tanto los orígenes sociales y
culturales de la producción del conocimiento científico y tecnológico, como sus
consecuencias sociales y ambientales.
¿Es adecuado plantear el tema de los efectos de la ingeniería en una relación
causal con el aspecto humano, es decir, con la sociedad? A primeras luces nadie pondría
en duda que la práctica de la ingeniería y el desarrollo tecnológico alcanzado con ella,
efectivamente han producido grandes transformaciones en la sociedad. Sin embargo,
dicha interrogación podría verse como si la ingeniería hubiese actuado como un agente
externo en el desarrollo tecnológico y que la sociedad poco hubiera aportado en ese
proceso. Pues bien, no vamos a renunciar a plantear la relación entre ingeniería y
sociedad en términos de sus efectos, pero tendremos la precaución de ver también el
sentido interactivo por parte de la sociedad con relación a la ingeniería.
1. El sentido de la relación entre tecnología e ingeniería
La ingeniería puede ser entendida, siguiendo la formulación de Thomas
Tredgold en el siglo XIX, “como el arte de dirigir la mayor parte de las fuentes de
energía de la naturaleza para el uso y la conveniencia del hombre” (tomado del
borrador de Tredgold de la Institución Británica de Ingenieros Civiles, 1828; citado por
Mitcham, 2001).
Esta definición se repite con ligeras modificaciones, en obras de referencia
habituales como la Enciclopedia Británica y la Enciclopedia de Ciencia y Tecnología de
McGrawHill. De acuerdo con la definición clásica y aún estándar que los ingenieros dan
de su propia profesión, la ingeniería es la aplicación de los principios científicos para
la óptima conversión de los recursos naturales en estructuras, máquinas,
productos, sistemas y procesos para el beneficio de la humanidad.
Otras definiciones más amplias, aunque sin alejarse de la acepción tradicional,
se refieren a la ingeniería como aquella actividad en que la conjunción de los
conocimientos tecnológicos, de ciencias exactas y naturales, más la adecuada inclusión
de los enfoques contextualizadores, obtenidos a través del estudio sistemático, la
experiencia y la práctica concreta, se amalgaman y se aplican con juicio para desarrollar
diversas formas de utilizar, de manera económica, las fuerzas y materiales de la
naturaleza y del mundo artificial, en beneficio de la humanidad.
Desde esta perspectiva, la ingeniería no es considerada una ciencia, sino más
bien una práctica que requiere tanto de la habilidad y de la creatividad de quien la
ejerce, como del adecuado conocimiento del contexto en el cual desarrolla su actividad
(Univ. de Comahue, 2002).
2. Los sistemas tecnológicos y la sociedad
El concepto de práctica tecnológica “...viene a ser la aplicación del
conocimiento científico u organizado a las tareas prácticas por medio de sistemas
ordenados que incluyen a las personas, las organizaciones, los organismos vivientes
y las máquinas” (Pacey, 1983). Pacey propone el concepto de práctica tecnológica, por

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analogía con el de práctica médica, el cual deja ver con mayor nivel de implicación los
aspectos organizativos y no solo la dimensión estrictamente técnica.
La práctica tecnológica abarca tres dimensiones: 1. El aspecto organizacional,
que relaciona las facetas de la administración y la política públicas, con las actividades
de ingenieros, diseñadores, administradores, técnicos y trabajadores de la producción,
usuarios y consumidores; 2. El aspecto técnico, que involucra las máquinas, técnicas y
conocimientos, con la actividad esencial de hacer funcionar las cosas; 3. El aspecto
cultural o ideológico, que se refiere a los valores, las ideas, y la actividad creadora. La
práctica tecnológica encierra la integración de estos tres elementos en un sistema.
En el concepto de práctica tecnológica, la tecnología es concebida como un
sistema o un sociosistema. El sistema permite intercambios y comunicaciones
permanentes de los diversos aspectos de la operación técnica (instrumentos, máquinas,
métodos, instituciones, mercados, etc.), administrativa y cultural.
Thomas Hughes (1983) destaca que los ingenieros son en gran medida los
constructores de los sistemas tecnológicos, ya que son capaces de coordinar actividades
de innovación, resolver problemas organizativos, encontrar recursos de financiación o
responder a los cuestionamientos políticos. El caso de Thomas Edison es paradigmático,
más que un inventor, es el constructor del sistema eléctrico de potencia, en donde
combina conocimientos, capacidad organizativa y resolución de problemas,
consiguiendo reunir los intereses financieros, políticos y sociales necesarios para el
desarrollo del sistema.
Los sistemas tecnológicos serían burocracias reforzadas por infraestructuras
físicas o técnicas. Lo social y lo técnico se interrelacionan en los sistemas tecnológicos,
en lo que se ha llamado un tejido sin costuras. Pero se trata de una interacción que no es
simétrica a lo largo del tiempo, los sistemas tecnológicos evolucionan dependiendo del
tiempo.
3. Ingeniería y paradigma tecnoeconómico
El concepto de sistema tecnológico podemos ampliarlo en una dimensión
histórica, para referirnos a grandes momentos de desarrollo tecnológico y sus efectos en
la sociedad, en este sentido es útil el concepto de paradigma tecnoeconómico.
Los sistemas tecnológicos con sus procesos de innovación están en la base de los
cambios tecnológicos y por consiguiente de los cambios en el conjunto de la economía
y la sociedad. Estos cambios o “revoluciones tecnológicas” no sólo hacen aparecer
nuevos productos, servicios, sistemas e industrias, sino que afectan directa o
indirectamente a todas las ramas de la economía. Para referirse a estas transformaciones,
Freeman y Pérez (1988) emplean el concepto de paradigma tecnoeconómico, destacan
que no sólo influye en las trayectorias tecnológicas de determinados productos y
procesos, sino que modifican las estructuras de costos, las condiciones de producción y
distribución de todo el sistema económico.
Se observa en estos paradigmas un conjunto de revoluciones tecnológicas que
implican sistemas tecnológicos nuevos. Por ejemplo, la Revolución Industrial se basó en
un salto tecnológico en la industria textilera del algodón y en la difusión de los
principios de mecanización y de organización fabril a otras industrias. La máquina de
Watt se encuentra en el corazón mismo de la revolución industrial, en la que tiene lugar
la “revolución del algodón”, producto de la simbiosis entre la innovación tecnológica y
el capital de su época. No sobra recordar que Watt era ante todo un técnico y un
empresario.

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4. Los efectos de la ingeniería en la sociedad del conocimiento
Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, la sensación de mutación y
cambio tecnológico se ha hecho más palpable y con ello la importancia de la ingeniería
en las decisiones de la sociedad. Las nuevas tecnologías están en la base de un a
economía global o “economía informacional”, caracterizada porque la productividad y
la competitividad se basan de forma creciente en la generación de nuevos conocimientos
y en el acceso a la información adecuada, bajo nuevas formas organizativas que
atienden una demanda mundial cambiante y unos valores culturales versátiles.
Estamos ante una transformación de mayor entidad basada en un nuevo espacio
de interacción entre los seres humanos, en el que surgen nuevas formas sociales y se
modifican muchas de las formas anteriores. Se está modificando profundamente la vida
social, tanto en los ámbitos públicos como en los privados, el sistema tecnocientífico
incide sobre la producción, el trabajo, el comercio, el dinero, la escritura, la identidad
personal, la noción de territorio, memoria y también sobre la política, la ciencia, la
información y las comunicaciones y la educación; los trabajos de Manuel Castells, entre
otros, apuntan a aclarar este tipo de implicaciones.
Es esta sociedad, llámese sociedad mundial, "aldea global", "tercera ola",
"ciberespacio", "sociedad de la información", "frontera electrónica", "realidad virtual",
etc. en donde la ingeniería y los ingenieros han tenido un papel como en ninguna otra
sociedad del pasado. Han sido en gran parte los constructores del nuevo sistema
tecnológico, en una multiplicidad de espacios de acción que van desde los niveles
micro, nano, genético, molecular, atómico e incluso subatómico; pero también social,
cultural, económico, etc. Nadie ha vivido más profundamente en este mundo de
artefactos vivientes que los ingenieros y es precisamente este mundo el que todos los
demás estamos viviendo, pero este mundo no es igual para todos.
A manera de cierre
Hemos visto cómo los sistemas tecnológicos, y en particular con el ejemplo de
las nuevas tecnologías, son sistemas de tipo intersocial, es decir, sistemas que producen
importantes cambios sociales, afectan a varias sociedades a la vez, en períodos
diferentes de tiempo y a ritmos diferentes. Se construyen en procesos de economías
transnacionales, sujetas igualmente a contextos políticos internacionales, en donde
sabemos muy bien que algunos países se benefician más que otros, en la medida en que
son productores y reguladores a la vez del acceso al conocimiento científico-
tecnológico.
Pero en su acepción original, la ciencia, la tecnología y la ingeniería, y por
extensión, los sistemas tecnológicos, son bienes públicos; la definición que dábamos al
comienzo acerca de la ingeniería, muestra el sentido profundamente humano de dichas
prácticas. Un bien público es aquel que una vez producido, puede ser consumido por
más de una persona al mismo tiempo. Sin embargo, que un bien como el conocimiento
sea (o pueda ser) de libre acceso no significa que beneficie o esté en condiciones de
beneficiar a todo el mundo, es decir, que todos puedan acceder a él. El mantenimiento
de bienes (realmente públicos) exige un esfuerzo considerable para asegurar que todo el
mundo tenga un acceso potencial a esos bienes (López, 2000). En otras palabras, hay
que hacer un esfuerzo para que todo el mundo y en particular los miembros más
desfavorecidos de una sociedad tengan acceso a las tecnologías y se beneficien de ellas.
Si formamos ingenieros más sensibles y mejor preparados acerca de su papel en
la sociedad, conscientes de que su actividad no se circunscribe a la esfera técnica, sino
que transita de la técnica a lo social, frente a lo cual debe aprender a tomar decisiones

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que afectan a los colectivos humanos, así como al medio ambiente; muy seguramente
podremos contribuir a que la tecnología sea realmente un bien público. La educación
puede contribuir a formar ingenieros en la búsqueda y desarrollo de sistemas
tecnológicos más participativos, que incorporen los intereses y requerimientos de las
personas, incluyendo a las más desfavorecidas; y a la naturaleza en un sentido
responsable.
La Globalización
La globalización es un proceso histórico de integración mundial en los
ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico, que ha convertido al mundo
en un lugar cada vez más interconectado, en una aldea global. Como tal, la
globalización fue el resultado de la consolidación del capitalismo, de los principales
avances tecnológicos (revolución tecnológica) y de la necesidad de expansión del flujo
comercial mundial. En este sentido, las innovaciones en las áreas de las
telecomunicaciones y de la informática, especialmente con el internet, jugaron un
papel decisivo en la construcción de un mundo globalizado.
El filósofo Augusto Pérez Lindo entiende a la globalización como un proceso
que completa la mundialización iniciada hace tres siglos. Este período abarca
aproximadamente los últimos 60 años, y presenta ciertas características especiales:
1) coincide con el auge del movimiento denominado “posmodernismo”;
2) la civilización “posindustrial” o civilización de la información;
3) la revolución de las comunicaciones;
4) el derrumbe del proyecto comunista (por ello la caída del muro de Berlín
marca el triunfo definitivo de la globalización);
5) el consecuente triunfal resurgimiento del capitalismo, ahora denominado
“neoliberalismo”;
6) el paso de un mundo estado-céntrico a otro en donde el poder ha pasado a los
grandes organismos financieros, las ONG, las mafias, las iglesias, el narcotráfico.
Gracias a la conexión mundial por la televisión e Internet el planeta se ha
transformado en la “aldea global”, según la expresión de Marshall Mc Luhan. Los
proyectos políticos tienden a parecerse cada vez más, en un mundo donde todos parecen
forzados a seguir la misma vía, marcada por el “pensamiento único”, esto es, la filosofía
neoliberal. En este último punto se han dado algunos cambios en los últimos años, a los
que nos referiremos cuando hablemos del neoliberalismo.
Mundialización
Este concepto es usado a veces como sinónimo de “globalización”. Augusto
Pérez Lindo lo utiliza para referirse a una etapa anterior a la globalización, con ciertas
características distintivas. Ambos términos aluden esencialmente a un proceso de
homogeneización de las diferentes formas culturales. Para comprender mejor el
concepto de “mundialización”, nos remontaremos a los comienzos de la historia
humana.
Cuando aparecen las primeras sociedades agrícolas, hace unos 8.000 años,
comienza un rápido proceso de enriquecimiento cultural, en el que pueblos como los
egipcios y babilonios desarrollan rápidamente formas de gobierno, leyes, arquitectura,
escritura, ciencia, así como formas más complejas y sofisticadas de religión. La
dificultad de las comunicaciones y la escasa población mundial, entre otros factores,

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hace que los contactos entre las diversas culturas sean escasos, de modo que las
primeras civilizaciones presentan una gran variedad y diversidad. Algunas formas
culturales se mantienen aisladas hasta tiempos tan recientes como el siglo XIX. Es el
caso del Japón o de África Central.
Sin embargo, ya desde la Antigüedad se dio el movimiento contrario, esto es, el
intento de unificar sociedades y disolver las diferencias culturales en un molde común,
generalmente a través de la conquista violenta. En el siglo III a.C. Alejandro lleva la
cultura griega hasta el corazón del Asia, aunque el imperio creado pronto se desintegra.
Posteriormente, los romanos unifican a casi todo el mundo conocido en aquellos
tiempos. Lengua, organización política, moda, costumbres, todo lo romano penetra de
tal manera a los pueblos conquistados que los transforma en una unidad cultural que
perdura a través de los siglos.
En el período moderno Portugal, España, Inglaterra, Holanda y otros países
europeos se lanzan a la conquista del planeta. Impulsados por una ideología que exalta
su presunta superioridad sobre otras culturas, los europeos imponen sus costumbres y su
religión, considerados valores absolutos, a otros pueblos. En las sociedades
colonialistas, en donde el racismo constituía la condición sine qua non de existencia de
la misma sociedad, las clases dominantes eran absolutamente impermeables a la
constatación científica de que no existen diferencias étnicas morales o intelectuales. No
obstante esto, considerar “inferior” al nativo era una condición básica para el
mantenimiento de una sociedad colonial.
Si bien el despliegue del imperialismo europeo comienza en el siglo XV, con los
portugueses, Pérez Lindo señala que el proceso de mundialización se da plenamente a
partir del siglo XVIII, con la Revolución Industrial. En efecto, el dominio europeo del
orbe se hace más imperioso a causa del desarrollo de una poderosa industria, que
necesita colocar sus productos en mercados extranjeros, al mismo tiempo que obtener
materias primas a bajo precio o por nada. Sin embargo, la conquista se hace en nombre
de la “civilización” y el “progreso”, que se supone son características exclusivas de la
cultura europea. El liberalismo económico, es decir, el capitalismo, unifica al mundo
gracias a los cañones de los conquistadores. Una gran parte de los antiguos habitantes
de América son masacrados, porque representan el “atraso” y la “barbarie”. Sin
embargo, algunos autores, como el argentino Juan José Sebreli, han puesto de relieve
los aportes positivos del colonialismo europeo. Señala Sebreli que no puede ponerse en
duda la superioridad de las leyes, de la ciencia y de la organización social y política de
los europeos. Para tomar un ejemplo, los ingleses terminaron con algunas prácticas
ciertamente bárbaras, como la costumbre hindú de incinerar a la viuda junto con el
cadáver de su marido. Quienes sostienen a ultranza el derecho de cada cultura a
perpetuar sus costumbres difícilmente puedan justificar muchas prácticas que se llevan a
cabo en países islámicos, el África Subsahariana y algunos países del Asia. La igualdad
de los géneros es hoy un valor tan firmemente arraigado que resulta muy artificioso
defender la discriminación que la mujer sufre en muchos países, bajo la excusa del
respeto a las diferencias culturales.
Los teóricos del capitalismo Adam Smith y David Ricardo, concibieron al
mundo del siglo XVIII sobre todo como un gran mercado que podía ser unificado por el
capital internacional. En el siglo siguiente Karl Marx, quien sostenía una filosofía
política opuesta al capitalismo, pensaba, sin embargo, que la mundialización que se
llevaba a cabo bajo el capitalismo era positiva, pues estaba creando, al lado del
capitalismo internacional, una clase obrera mundial, que iba a llevar a cabo la
revolución comunista, para terminar con la explotación de los trabajadores. Es en este

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contexto de mundialización que puede entenderse cabalmente el llamado con el que se
cierra el Manifiesto Comunista, de 1848: “Proletarios del mundo, uníos”.
La Modernidad
El “modernismo” es el tipo de pensamiento que rige en el período moderno,
que comienza aproximadamente a mediados del siglo XV y se prolonga hasta nuestros
días. La Modernidad es una categoría de análisis que hace referencia a un proceso
socio-histórico que tiene sus orígenes en Europa a partir de la emergencia de la
ilustración. El movimiento propone que cada ciudadano tenga sus metas según su propia
voluntad. Se alcanza la meta de una manera lógica y racional, es decir, sistemáticamente
se da un sentido a la vida. Por cuestiones de manejo político y de poder se trata de
imponer la lógica y la razón, negándose en la práctica los valores propuestos.
La Modernidad es un periodo que principalmente antepone la razón sobre la
religión. Se crean instituciones estatales que buscan ejercer control social mediante una
constitución. Surgen nuevas clases sociales que permiten la prosperidad de cierto grupo
poblacional y la marginación de otro. Se industrializa la producción para aumentar la
productividad y su economía; y, finalmente, es una etapa de actualización y cambio
permanente.
El Posmodernismo
El término posmodernidad o postmodernidad fue utilizado para designar a un
amplio número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo
XX, que se extienden hasta hoy, definidos en diverso grado y manera por su oposición o
superación de las tendencias de la Edad Moderna. En sociología, los términos
posmoderno y posmodernización se refieren al proceso cultural observado en muchos
países en las últimas dos décadas, identificado a principios de los 70.

Período premoderno Período moderno Período posmoderno


Mundo teocéntrico Mundo antropocéntrico Mundo antropocéntrico
Pensamiento mítico, Pensamiento científico Retorno del pensamiento
mágico y religioso irracional
No existe noción del Creencia en el progreso Descreimiento en el
progreso progreso
Subjetivismo Objetivismo Relativismo

El paso del mundo pre-moderno al moderno


La edad que precede al período moderno está caracterizada por un rígido e
inquebrantable sistema de clases sociales. El señor era el amo absoluto; el siervo era
poco más que una simple parte de la propiedad de la tierra. El siervo disfrutaba sólo la
“tenencia” de la tierra; la cultivaba a cambio de servicios que prestaba al señor, además
le entregaba una parte de los productos obtenidos. En retribución, el señor protegía al
siervo contra la depredación de otros señores.
La Iglesia garantizaba con el dogma la inmovilidad de las creencias y de las
relaciones socio-económicas.
Este sistema llega a su ocaso por una confluencia de factores, entre los que se
cuentan los siguientes:

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1) El Renacimiento de las letras, las artes y las ciencias. Como su nombre lo
indica, este período fue un luminoso resurgimiento de la cultura clásica greco-latina,
con nuevas formas y matices propios.
2) Los grandes descubrimientos geográficos, que ensancharon el ámbito
natural del progreso, abriendo nuevas rutas de comercio y de expansión política.
3) La reforma protestante, que quebrantó la autoridad central de la Iglesia
romana, e indujo al hombre a buscar las grandes verdades por sí mismo, en lugar de
acatar ciegamente los dictámenes de la autoridad papal.
4) La invención de la imprenta, que echó por tierra el virtual monopolio que
los monasterios ejercían sobre el pensamiento y lo puso al alcance de la demanda
popular. Más tarde, en el siglo XVIII, Diderot, Montesquieu, d’Alembert y otros
pensadores incitan, en su Enciclopedia, a producir los cambios políticos necesarios para
lograr una sociedad más libre, en donde el progreso del conocimiento no encuentre los
obstáculos puestos hasta ese momento por los déspotas y fanáticos.
La tierra cede a la fábrica y al comercio el primer puesto como fuente de
riqueza. Así, la tierra es sustituida por el capital, la aristocracia por la burguesía. El
burgués (originalmente, el habitante de la ciudad) es el típico hombre moderno. Las dos
columnas de su fe son la ciencia y la libertad de comercio. Ambas son fuente del
progreso de la humanidad, que aparece como un camino siempre ascendente, sin
obstáculo alguno.
En este sentido, los pensadores socialistas se parecen a sus rivales. Aunque por
distintas vías, confían en que la humanidad se encamina hacia un futuro de continuo
progreso.
El paso del pensamiento moderno al post-moderno
En el siglo XIX este sentimiento de optimismo y confianza en el futuro de la
humanidad llega a su punto máximo. El siglo XX significará un tremendo desmentido
del poder de la razón y la capacidad de progreso del género humano, con sus dos
guerras mundiales, los genocidios, los regímenes totalitarios, y, en general, el
resurgimiento de las prácticas más bárbaras e irracionales.
Como consecuencia de este desengaño, a mediados del siglo se gesta una nueva
corriente de pensamiento, el posmodernismo. Este movimiento es un signo más de la
decadencia de una sociedad que ya no cree en su propio futuro.
Jean-Francois Lyotard, en La Condición Posmoderna señala: “El término
posmoderno designa un estado de la cultura. Son modernas las sociedades cuyos
discursos sobre la verdad y la justicia se basan en grandes relatos históricos y
científicos. La justicia y el bien están siempre en la gran odisea progresista. En la
posmodernidad está ausente la legitimación de lo verdadero y de lo justo. Hay una crisis
de los discursos del progreso”.
Nótese que Lyotard emplea un lenguaje “posmoderno” para hablar del
“posmodernismo”. Así, emplea los términos “discurso” o “relato”, allí donde un autor
“moderno” habría empleado los vocablos “conocimiento” o “ciencia”.
El posmodernismo es ante todo un relativismo. Niega la posibilidad de certeza,
de seguridad apodíctica. Más aún, rechaza la objetividad. La verdad objetiva es
sustituida por la hermenéutica, el arte de la interpretación.
Para el posmoderno todo es “discurso”, y todo “discurso” tiene su valor y sus
distintos “niveles de interpretación”.

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La línea epistemológica que va de Descartes a Kant plantea el problema del
conocimiento, no en términos de igualitarismo hermenéutico, sino en términos de un
“selectivismo” cognitivo. Todas las mentes son iguales, y pueden alcanzar la verdad
objetiva y única, a condición de que empleen el método correcto y rechacen el
condicionamiento cultural (creencias, prejuicios, tabúes, etc.). Los condicionamientos
culturales, lo que Descartes llama “costumbres” era, para él, fuente del error.
Esto es una abominación para el pensamiento posmoderno, y una especie de
“colonialismo mental” por parte del europeo. Para el antropólogo posmoderno, entre el
mito que relata un polinesio y el discurso de un científico nuclear no hay diferencia en
lo que hace a la “verdad objetiva”. No son más que “relatos” el uno y el otro.
Descartes decía que hay muchas opiniones, pero no todas pueden ser verdaderas.
Por ello es necesario establecer un criterio de la verdad, que para él radicaba en la
evidencia. Verdadero es lo claro y distinto, que debe imponerse a cualquier mente
atenta, sin importar las diferencias culturales.
La teoría clásica dice que hay una forma correcta de conocer y una forma
incorrecta. El posmodernismo se niega a aceptar esta distinción tajante.
Vemos cómo este relativismo ha invadido la cultura popular, y se manifiesta en
el lenguaje de los 90, como el existencialismo lo hacía en los 60. Sólo que ahora nos
invade una sensación de superficialidad y banalidad insoportables.
Ante determinada controversia se le pide a cada una de las partes que diga “su”
verdad. Pareciera que ya no existe una verdad, sino múltiples, que el “hombre light” de
esta sociedad puede acomodar a su conveniencia. Ya no se trata con la “realidad”, sino
con “relatos”, y si cada relato tiene múltiples “lecturas”, muchas interpretaciones
posibles, nadie tiene derecho a decir que una interpretación es la correcta.
La diferencia entre la vieja epistemología, que busca una verdad única, y el
posmodernismo, ha sido ilustrada por Rabinow (Retóricas de la Antropología) con una
imagen. La primera es como un profesor severo, que en el examen final suspende a
muchos y aprueba a unos pocos. El segundo, es un profesor con una conversación
brillante, tolerante con el alumnado, que encuentra sentido a todas las opiniones, y
finalmente aprueba a todos.
Las principales características del posmodernismo son una gran oscuridad y
subjetivismo, como resultado de una duda paralizante.
Si todo el mundo está fragmentado y es multiforme, nada se parece a nada y
nadie puede conocer a otro (o a sí mismo) ni comunicarse, ¿qué otra cosa puede hacer,
sino expresar, en una prosa impenetrable, la ansiedad producida por esta situación? Esto
nos hace recordar un caso relatado por Gellner, el de una joven que hablaba
interminablemente sobre lo difícil que le resultaba comunicarse
En conclusión: el relativismo posmodernista es insostenible. Si todos los
criterios son intrínseca e ineludiblemente expresiones de la cultura (del
condicionamiento cultural) entonces ningún criterio puede aspirar a una validez
universal.
Globalización y Pobreza
Vandana Shiva (Nueva Delhi, 2001)
En los últimos tiempos se ha producido una verdadera epidemia de suicidios
entre los campesinos del Punjab. Esta región agrícola fue alguna vez la más próspera

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de la India. Hoy, los campesinos están desesperados y endeudados. Los árboles han
dejado de dar frutos debido a que el fuerte uso de pesticidas ha matado a los
polinizadores, las abejas y las mariposas.
El Punjab no está solo en esta experiencia de desastre ecológico y social. En
Andhra Pradesh también los campesinos se están suicidando. Agricultores que
tradicionalmente cultivaban legumbres, mijo y arroz, han sido inducidos por las
compañías semilleras a comprar semillas híbridas de algodón, llamadas por los
vendedores “oro blanco”, que supuestamente los harían millonarios. Al contrario, los
campesinos se transformaron en mendigos. Sus semillas nativas habían sido desplazadas
por nuevos híbridos que no podían ser almacenados y debían ser comprados cada año a
un alto costo. Los híbridos eran también muy vulnerables a los ataques de las plagas.
Los gastos en pesticidas en la región se incrementaron en un 2000 % de 1980 a 1997.
Ahora los campesinos están usando esos pesticidas para suicidarse, pues no pueden
pagar sus deudas.
Las corporaciones están introduciendo semillas con ingeniería genética que
aumentarán aún más los costos y riesgos ecológicos. De hecho, las nuevas plantaciones
consumen mucha más agua que los cultivos tradicionales, que desvían de regiones
áridas, ocasionando la ruina de los pequeños sembradíos locales.
Estas experiencias nos enseñan los peligros de la economía global. Lo que se
hace a los pobres en nombre de la globalización es brutal e imperdonable. Esto es
especialmente notable en la India, donde presenciamos los desastres ocasionados por la
globalización en la alimentación y en la agricultura.
¿Quiénes alimentan al mundo? No las grandes empresas multinacionales, sino
las mujeres y los pequeños campesinos que trabajan con la biodiversidad.
La rica diversidad y los sistemas sustentables de producción alimenticia están
siendo destruidos en nombre de la producción de alimentos en gran escala. Sin
embargo, con la destrucción de la diversidad desaparecen ricas fuentes de nutrición.
Cuando se mide en términos de nutrientes por acre, y desde la perspectiva de la
biodiversidad, la tan cacareada “alta productividad” de la agricultura industrial no
implica mayor producción de alimentos.
La productividad usualmente se refiere a la producción de un único cultivo. Sin
embargo, la multiplicidad de cultivos implica una mayor cantidad de alimentos. Los
campesinos mayas de Chiapas, en México, son caracterizados como no productivos
porque rinden sólo dos toneladas de maíz por acre. Sin embargo, la producción de
alimentos completa es de 20 toneladas por acre cuando se consideran también sus
frijoles, calabacitas y árboles frutales.
En Java pequeños agricultores cultivan 607 especies en los jardines de sus
casas. En el África subsahariana las mujeres cultivan 120 diferentes plantas. En
Tailandia cada pequeña plantación hogareña consta de unas 230 especies. Un estudio
en Nigeria reveló que las huertas hogareñas ocupan sólo el 2 % de la tierra cultivable,
pero equivalen a la mitad de la producción agrícola total. En Indonesia el 20 % del
ingreso de la familia y el 40 % de la provisión de alimentos domésticos proviene de
huertos hogareños administrados por las mujeres.
Investigaciones hechas por la FAO demuestran que las pequeñas haciendas
dedicadas a la biodiversidad pueden producir muchas veces más alimentos que los
grandes cultivos industriales, y que la diversidad, además de producir más alimentos, es
la mejor estrategia para prevenir la sequía y la desertificación.

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Lo que necesita el mundo para alimentar a una población creciente de modo
sustentable es intensificar la biodiversidad, no el uso de productos químicos o de la
ingeniería genética. Sin embargo, las grandes empresas pregonan que sin la ingeniería
genética y la globalización de la agricultura el mundo perecerá de hambre.
El modo más eficiente de conducir a la destrucción de la naturaleza, de las
economías locales y de los pequeños productores autónomos, es negar su existencia.
Las mujeres que producen para sus familias y comunidades son consideradas en las
estadísticas como “no productivas” o “económicamente no activas”. La devaluación del
trabajo de las mujeres y del realizado en general en las economías sustentables es el
resultado natural de un sistema construido por el patriarcado capitalista. Así la
globalización destruye a las economías locales y esa destrucción es llamada
“crecimiento”.
Ya que muchas mujeres trabajan en comunidades rurales e indígenas en forma
ecológica, su trabajo es a menudo contradictorio con las orientaciones del “desarrollo
del mercado” y con las políticas comerciales. Ello implica una actitud de desprecio por
la vida y por los sistemas que sustentan la vida. Por ello decimos que la ingeniería
genética de los alimentos y la globalización del comercio en la agricultura son recetas
para romper el equilibrio de la naturaleza y traer el hambre, no para alimentar a las
masas. La prueba de estas afirmaciones las tenemos en la India, donde los campesinos
se endeudan y son impulsados al suicidio. Esto ocurre porque las grandes corporaciones
han llegado a regiones donde los campesinos siempre habían sido autosuficientes en su
agricultura, de carácter biodiverso y sustentable.
A los campesinos de todas partes se les ha estado pagando por la misma
mercancía una fracción de lo que recibían hace una década. El Sindicato Nacional de
Agricultores del Canadá lo señala de la siguiente manera: “Mientras los agricultores
que siembran granos obtienen retornos negativos y son empujados al borde de la
bancarrota, las compañías que elaboran cereales para el desayuno obtienen grandes
ganancias. En los últimos años, compañías cerealeras como Kellog’s, Quaker y
General Mills gozaron retornos equivalentes a tasas del 56 %, 165 % y 222 %
respectivamente. El maíz por el que pagaban un dólar al productor, lo vendían a 30
hecho cornflakes. Quizás los agricultores recibían poco porque otros ganaban
demasiado, mientras los consumidores pagaban altos precios. En la India, por ejemplo,
mientras los campesinos no ganan para vivir, los precios de los alimentos se han
duplicado de un año para el otro. En el capitalismo globalizado, quienes no trabajan son
los que más ganan.
Para lograr una economía sustentable en el nuevo milenio es necesario que se
salga de los monocultivos y los monopolios, de la apropiación y la desposesión, y se
vire hacia la diversidad y la descentralización, el respeto a los hombres y a la naturaleza.
La globalización económica ha llegado a ser una guerra contra la naturaleza y contra los
pobres. Debemos salirnos del totalitarismo del mercado y construir una democracia de
la tierra.
Podremos sobrevivir como especie sólo si vivimos bajo las normas de la
biosfera. La biosfera puede nutrir a todos, si la economía global respeta los límites de la
sustentabilidad y de la justicia. Dijo Gandhi:” la tierra tiene bastante para las
necesidades de todos, pero no para la avaricia de algunos”.
¿Qué es una Ideología?
Podemos comprender mejor este concepto contraponiéndolo al de ciencia. La
ciencia es una construcción teórica coherente, fundada en postulados básicos de la

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razón. También la ideología es una construcción teórica coherente, pero está fundada
sobre principios que no son postulados de la razón, sino que emanan de las necesidades
vitales de una sociedad o grupo determinado. En realidad, todo poder político, todo
gobierno, se basa en una ideología conformada según sus necesidades. En general, las
clases dominantes sostienen una ideología tendiente a conservar el orden reinante.
Las concepciones ideológicas de la realidad socio-política tienden a
diferenciarse según se ponga el acento en la colectividad (colectivismo), el individuo
(individualismo) o el Estado (nacionalismo).
Para el colectivismo, el individuo debe estar al servicio de la colectividad. La
propiedad privada es vista como una fuente de males. Aquí corresponde acotar que el
concepto de “propiedad privada” ha sido muy mal entendido, sobre todo en la época de
la guerra fría. Se decía, por ignorancia o intencionalidad propagandística, que eliminar
la propiedad privada equivalía a confiscar todo lo que los ciudadanos poseían (por
ejemplo, sus ahorros bancarios o su automóvil). En realidad, cuando en el colectivismo
se habla de eliminar la propiedad privada, se hace referencia a los medios de producción
(fábricas, latifundios, etc.) o a la propiedad que cumple una función social (hospitales,
escuelas, transportes, etc.). El individuo tiene derecho a poseer los bienes personales
que no impliquen la posibilidad de expoliar al prójimo. Puede poseer, por ejemplo, una
chacra que explote con la ayuda de su familia, pero no un latifundio donde sea el patrón
de cientos de trabajadores.
En general, los colectivistas coinciden con lo que se ha llamado la izquierda.
Los socialistas representan a la izquierda moderada. Suponen que la sociedad puede ser
mejorada gradualmente, por vía de reformas alcanzadas a través de la lucha sindical o
de partidos socialistas en el poder o en coaliciones gubernamentales. Los comunistas, o
marxistas, creen que los cambios deben ser bruscos y no graduales. Se necesita una
revolución –sostienen-para terminar con la propiedad privada. Por otro lado, consideran
que las elecciones son un fraude y que el Estado es cómplice de las minorías que
siempre han manejado, directa o indirectamente a los gobiernos.
El individualismo sostiene la posición inversa a la anterior, esto es, cree que la
colectividad debe estar al servicio del individuo.
Históricamente, la ideología individualista ha encontrado su cauce natural de
expresión en el liberalismo, en su doble vertiente: liberalismo filosófico y liberalismo
económico.
El liberalismo filosófico consiste, esencialmente, en la defensa de los derechos
del individuo (a la vida, la libertad, las creencias religiosas o políticas, la privacidad, la
felicidad). Según el liberalismo filosófico, ni el Estado ni la colectividad pueden
exigirle al individuo que renuncie a ninguno de sus derechos fundamentales en pro del
bien de la sociedad o del Estado.
El liberalismo económico consiste en la defensa exclusiva de un derecho: el
derecho a la propiedad privada, con sus principales complementos: la iniciativa privada
y la empresa privada.
Según esta línea de pensamiento, la colectividad debe estar organizada para
asegurar el respeto a la libertad de empresa de los individuos. El Estado debe
entrometerse lo menos posible en la vida pública. Los liberales hablan siempre de
“achicar el Estado”, hacerlo lo más pequeño posible, de modo que no estorbe la libertad
de acción de los individuos.

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Para el liberalismo el mundo está regido por “leyes naturales” en lo social
(derechos del hombre) y por “leyes del mercado” en lo económico.
Los liberales se sitúan en el llamado centro de la escena política o, a veces, en la
centroderecha.
Para el nacionalismo el Estado es un fin en sí mismo. No está al servicio del
individuo ni de la colectividad, sino que individuo y colectividad existen para servir al
Estado. El Partido (nazi, fascista u otros inspirados en principios semejantes) está
compuesto por una élite, una minoría selecta que debe regir los destinos de las
mayorías. El Estado totalitario está en el extremo opuesto del Estado liberal. Se
inmiscuye en todos los ámbitos de la vida de la colectividad.
En lo económico, el Estado fascista toma el control de las industrias capitales
(sobre todo aquellas que tienen estrecha relación con los programas de preparación
militar del país), pero se sirve de la empresa privada, dejando a los propietarios a la
cabeza de sus negocios, bajo la vigilancia estatal. Las relaciones entre el capital y el
trabajo están completamente supeditadas a los intereses del Estado. Esta tendencia es
denominada de derecha o extrema derecha.
Para una mejor comprensión de estas distinciones políticas, daremos algunos
ejemplos. Hoy la extrema izquierda tiene escasos representantes en el país. En el
pasado, estaba representada por los guerrilleros del ERP (Ejército Revolucionario del
Pueblo). Una agrupación actual de este color político es la FARC, de Colombia. La
izquierda está representada por los partidos socialistas o similares, con muy escasa
repercusión en estos días.
El peronismo, que en el pasado tuvo una fuerte facción de izquierda y aún de
extrema izquierda, hoy está dividido en dos alas, una de centro izquierda, y otra de
centro derecha. La primera está representada por el Frente para la Victoria, cuyos
referentes son la ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner y su fallecido esposo,
Néstor Kirchner. En la centro-derecha están dirigentes como Sergio Massa, Adolfo
Rodríguez Saa y Carlos Menem. Representantes del centro-derecha no peronista son,
por ejemplo, el Presidente Mauricio Macri y la Diputada Nacional por la Coalición
Cívica Elisa Carrió.
La derecha hoy está, como la izquierda, muy debilitada, pero podemos
mencionar a remanentes de otras épocas, como los hermanos Bussi en la Provincia de
Tucumán.
La extrema derecha estuvo representada por dictadores como Massera y por las
bandas terroristas como la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), de la época de
López Rega, siniestro personaje apodado “el brujo”, una especie de Rasputín al
servicio de Perón.
Algunas Claves de la Situación Actual
Para comprender la situación actual necesitamos hacer una breve revisión de los
hechos socio-económicos más salientes del pasado siglo XX.
A comienzos del siglo pasado Europa Occidental y los Estados Unidos
dominaban económica y militarmente casi todo el planeta. Japón seguía su camino
solitario de modernización en un continente colonizado, y el liberalismo asumía la
forma de capitalismo salvaje. Los trabajadores carecían de derechos. Las
organizaciones gremiales estaban prohibidas, y las huelgas y otros movimientos de
resistencia eran reprimidos violentamente por la policía y el ejército.

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Pero la reacción de los oprimidos había ido gestándose lentamente a través de
las Internacionales, congresos que los partidos obreros clandestinos llevaron a cabo en
1865, en Londres, bajo la dirección de Karl Marx, y en 1889, en París. Aunque estas
reuniones se caracterizaron por la desunión típica de los activistas de izquierda –en la
Primera Internacional desertaron los anarquistas, y en la segunda los socialistas
reformistas- de todas maneras se fue creando la conciencia de que los derechos del
trabajador debían ser reconocidos como parte de los derechos humanos en general, y
poco a poco el capitalismo fue perdiendo su carácter “salvaje”, a medida que el Estado
comenzó a intervenir para impedir que siguiera abriéndose el abismo entre los
poseedores de la riqueza y los trabajadores.
Este proceso se aceleró a partir de 1917, con el triunfo de la Revolución
comunista en Rusia.
Medio siglo antes Marx había proclamado que un “fantasma” recorría Europa,
un fantasma que hacía erizar los cabellos de los ricos. Ese espectro ahora se había
convertido en un peligro real: la abolición de la propiedad privada.
Las potencias capitalistas invadieron Rusia, en auxilio de los anticomunistas, y
una feroz carnicería tuvo lugar entre los ejércitos “rojos” y los ejércitos “blancos” entre
1918 y 1921. Terminada la guerra con el triunfo de los rojos (bolcheviques, o
comunistas), Lenin apenas pudo ejecutar parcialmente su programa de socialización de
la economía, en un país que había quedado devastado. Por aquella época nació la URSS
(Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas), que agrupaba a la República Rusa, con
17 millones de kilómetros cuadrados, y a otras 14 repúblicas, que agregaron cinco
millones de kilómetros más, para conformar el país más grande del planeta. Cada una de
estas repúblicas tenía un presidente y –teóricamente al menos– la facultad de separarse
de la federación si así lo deseaba. En la práctica, el conjunto era dominado férreamente
por el presidente de la URSS, que era, a la vez, presidente del todopoderoso Partido
Comunista.
A la muerte de Lenin, en 1924, el sucesor lógico parecía ser León Trotsky, por
su altura intelectual y su papel durante la revolución y la guerra civil, pero fue
desplazado por un oscuro luchador, Josef Stalin. Bajo su régimen, que duró tres
décadas, la URSS se convirtió en una potencia industrial, económica y militar. El
triunfo de la URSS sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial, afianzó el papel de
líder absoluto por parte de Stalin.
Según los trotskistas, Stalin traicionó a la revolución comunista. En primer
lugar, en la URSS no se instauró un régimen verdaderamente comunista, sino una
dictadura unipersonal. Por otro lado, Stalin se dedicó a fortalecer a la “Madre Rusia”, en
lugar de propagar la revolución por el mundo entero, de acuerdo al programa original
del marxismo.
Apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, comenzaron los enfrentamientos
entre el bloque capitalista y el comunista, que se había fortalecido con la incorporación
de los países de Europa Oriental liberados de la ocupación nazi por el ejército rojo.
La guerra fría tuvo en vilo a la humanidad durante décadas, ante la certeza de
que una nueva conflagración podría ser la última, a causa del terrible potencial de
destrucción del arsenal nuclear almacenado por ambos bandos.
Paralelamente a este enfrentamiento, las clases trabajadoras vivían un período de
excepcional bonanza. Partidos populistas y socialistas llegaron al poder en
Latinoamérica y en Europa. Incluso en Estados Unidos los moderados demócratas

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iniciaron una política de reformas que frenaron la voracidad capitalista. Las clases
medias se expandieron por todas partes y se reconocieron los derechos del trabajador.
La irrupción del peronismo a mediados de siglo no fue un hecho aislado. También en
Inglaterra un gobierno laborista llegaba para defender a los eternos postergados:
mineros, obreros fabriles, pequeños empleados. Es probable que el fantasma tan temido
haya sugerido a los poderosos que era preferible ceder un poco antes que perderlo todo.
Los partidos comunistas del mundo repetían obedientemente las consignas de
Stalin, que pintaban a la URSS como un “paraíso de los trabajadores”, mientras la
propaganda norteamericana la describía como el “infierno rojo”, que trataba de devorar
al “mundo libre”. En medio de ese panorama esquizofrénico algunos líderes, como
Nasser, en Egipto, Nehru en la India y Perón, en Argentina, ensayaban la “Tercera
Vía”, que intentaba realizar una síntesis superadora de la oposición capitalismo-
comunismo.
El derrumbe del mundo socialista
Probablemente los orígenes del desastre que habrían de sepultar al régimen
comunista están en el XXº Congreso del Partido Comunista, celebrado en Moscú en
1956. Allí el nuevo hombre fuerte de la URSS, Nikita Kruschev, denunció a Stalin
como a un genocida. Ya no era más el salvador de la patria, sino un verdugo y un
incompetente, tanto en materia militar como económica. A él se debían todos los males
del país.
En aquel tiempo ser comunista era como profesar una religión, en la que,
coherentemente, nada se ponía en duda. Una revisión tan profunda del dogma no podía
hacerse sin poner en peligro la unidad del campo comunista. La “desestalinización”
enemistó a los dos gigantes rojos, China y la URSS, y provocó un movimiento de
cambio que ocasionó múltiples crisis en los países comunistas y el alejamiento de la
órbita soviética por parte de muchos partidos comunistas. Nació el “eurocomunismo”.
Importantes partidos comunistas europeos, como el italiano y el francés, abandonaron
principios fundamentales del marxismo, como la revolución y la dictadura del
proletariado. Conatos de liberación sacudieron a Hungría, Alemania Oriental y
Checoslovaquia.
La revolución cubana reverdeció los laureles de la lucha comunista durante los
años 60. La figura del argentino Che Guevara inspiró a revolucionarios de todas las
latitudes, y una oleada de movimientos libertarios sacudió el mundo. Los países
africanos conquistaban su independencia, mientras los estudiantes de todos los
continentes manifestaban sus sueños de un mundo mejor. Este movimiento alcanzó su
clímax en París, en mayo de 1968.
A partir de allí, en algún momento, imperceptiblemente, el péndulo de la historia
comenzó a moverse hacia la derecha.
La propaganda ya no podía ocultar los fracasos de la economía en el bloque
comunista. La revolución, que debía acabar con las clases sociales, había producido una
nueva clase privilegiada, integrada por burócratas, tecnócratas, intelectuales y artistas
oficialistas que gozaban de grandes ventajas en materia de salarios, viviendas, viajes al
extranjero, etc.
El descontento creció entre los trabajadores, cuya productividad se fue haciendo
cada vez más baja. La URSS debía importar alimentos y soportar la pesada carga de una
ruinosa competencia militar con los EUA, además de sostener económicamente a
numerosos países aliados, como Cuba.

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En los años 80 comienzan a imponerse los partidos de derecha en el mundo
capitalista. Los casos más conocidos por nosotros: el republicano Ronald Reagan en
Estados Unidos, y la conservadora Margaret Thatcher en Gran Bretaña.
En Latinoamérica, las dictaduras militares van dejando paso a los regímenes
civiles, pero ya la tarea está cumplida. Las organizaciones revolucionarias han sido
destruidas y el aparato económico está controlado férreamente por los centros de
decisión del capitalismo mundial.
En 1985, el proceso de liquidación de las utopías llega a la URSS de la mano de
Mijail Gorbachov. Poco a poco, el régimen va permitiendo el disenso interno, hasta
aceptar, en 1990, la existencia de otros partidos. La renuncia del Partido Comunista al
monopolio del poder es el más duro golpe que puede aplicarse, ya no al estalinismo,
sino al mismo marxismo.
Aprovechando la apertura política, los países de la órbita soviética comienzan a
independizarse y algunos, como Hungría, toman rápidamente la vía del capitalismo.
Llegamos a la histórica fecha del 19 de agosto de 1991. Ese día se produce un
golpe de Estado, impulsado por el Partido Comunista y las fuerzas armadas. Se intenta
restaurar la dictadura del partido e impedir el regreso del capitalismo. Gorbachov se
resiste a participar y es tomado prisionero. Boris Yeltsin, quien había sido elegido
presidente de Rusia en los primeros comicios democráticos realizados desde 1917,
encabeza la resistencia al golpe, y asume la contraofensiva, que llevará a la ruina del
Partido Comunista, cuyas propiedades son confiscadas. Gorbachov, que ha perdido
poder como presidente de la URSS, ante la actitud independentista de Rusia, y cuyo
cargo como jefe del Partido Comunista se ha convertido ahora en un baldón, debe
renunciar. Su actitud precipita la disolución de la URSS. Pronto todos los países del
bloque emprenden la vía capitalista. Su incorporación al FMI es la confirmación oficial
del abandono definitivo de los principios de la revolución de 1917.
En el campo político tenemos hoy una gran uniformidad, nunca vista antes en el
pasado. Los países centrales (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón) acumulan casi
toda la riqueza del planeta. La vía capitalista, que implica el acatamiento a las directivas
del FMI, es seguida por todas partes, salvo en pequeños enclaves aislados, como Cuba.
Sólo muy recientemente ha comenzado a gestarse un movimiento de resistencia
semejante al de los años 50, liderado por países como Argentina, Brasil y Venezuela.
Los medios de comunicación han experimentado en los últimos años una
expansión sin precedentes. La popularización de la computadora personal, y
posteriormente de Internet, han transformado al mundo en una verdadera aldea, en la
que todos están en contacto, todos parecen pensar lo mismo y querer una sola cosa:
consumir.
El neoliberalismo se ha impuesto como el Pensamiento Único. Implica un
capitalismo en vías de retornar a su pasado “salvaje”. Las clases trabajadoras pierden
cada vez más terreno. Los derechos obtenidos duramente en un siglo de luchas se van
esfumando, uno tras otro. Los mercados financieros dictan sus leyes a los países. La
globalización implica un nuevo orden mundial, establecido por la política neoliberal de
privatizaciones que han hecho retroceder a las fuerzas sociales y están a punto de hacer
desaparecer al Estado Benefactor, al servicio de los ciudadanos, en especial de los más
desprotegidos. Hoy el Estado está al servicio de la Empresa y del interés privado.
Políticos de las más diversas procedencias muestran una sorprendente coincidencia en
materia económica. Su mensaje es más o menos el siguiente: hay que conformarse con
lo que tenemos; podríamos estar peor; el bienestar de la empresa es el bienestar del

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empleado; si el patrón puede pagar menos y echar sin indemnización a sus trabajadores
va a estar más dispuesto a contratar personal, etc., etc.
¿Dónde está el “fantasma”, ahora que se lo necesita? Perdido todo temor, el
capitalismo pierde también la vergüenza y el sentido de los límites. Se compran o
alquilan bosques, se corta la luz a los hospitales públicos, se alquilan países “en
desarrollo” para enterrar basura radioactiva de los países “desarrollados”.
En su libro “Patas Arriba”, dice Eduardo Galeano:
“El Fondo Monetario se llama Internacional, como el Banco se llama Mundial,
pero estos hermanos gemelos viven, cobran y deciden en Washington; y la numerosa
tecnocracia jamás escupe el plato donde come. Aunque Estados Unidos es, por lejos, el
país con más deudas en el mundo, nadie le dicta desde afuera la orden de poner bandera
de remate a la Casa Blanca (...) En cambio, los países del sur del mundo, que entregan
250.000 dólares por minuto en servidumbre de deuda, son países cautivos, y los
acreedores les descuartizan la soberanía, como descuartizaban a sus deudores plebeyos,
en la plaza pública, los patricios romanos de otros tiempos imperiales. Por mucho que
esos países paguen, no hay manera de calmar la sed de la gran vasija agujereada que es
la deuda externa. Cuanto más pagan, más deben; y cuanto más deben, más obligados
están a obedecer la orden de desmantelar el estado, hipotecar la independencia política y
enajenar la economía nacional”.
En la nefasta década de los 90, el entonces presidente del FMI, Michel
Camdessus, declaró: “El Estado no debe dar órdenes a los bancos”. Traducido, eso
significa: “Son los bancos quienes deben dar órdenes al Estado”. Poco tiempo después,
el banquero alemán Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, señaló: “Los
mercados financieros desempeñarán, cada vez más, el papel de gendarmes. Los políticos
deben comprender que, desde ahora, están bajo el control de los mercados financieros”.
Génesis del Neoliberalismo
El liberalismo, como sabemos, propugnaba la libertad del individuo, pero
especialmente la libertad de empresa, como la primera de todas las libertades. El Estado
debía abstenerse de cualquier intento regulatorio de la economía. Sólo podía actuar
como gendarme, reprimiendo a los huelguistas o a todo aquel que atentara, con sus
ideas o con sus actos, contra lo que se consideraba como el pilar de la sociedad: la
propiedad privada. El trabajador no tenía derecho ni protección de clase alguna. El
Estado estaba al servicio del Capital. El siglo XIX vio crecer de manera espectacular las
fortunas de empresarios y especuladores, mientras la gran mayoría vivía una existencia
miserable, en el marco de regímenes falsamente democráticos.
El capitalismo, como señaló Adam Smith, tiene por motor al egoísmo y la
codicia, principios que no conocen freno alguno. A largo plazo, el capitalismo es
inviable sin contención estatal. En su voracidad, no conoce límites, y la propia
especulación desenfrenada y la acumulación de bienes lo llevan a crisis cada vez más
profundas. Así, la grave crisis de 1929 obligó a los gobiernos de los países avanzados a
replantear la relación del Estado con el Capital. Franklin Delano Roosevelt, elegido
presidente por el partido demócrata en 1932, estructuró una nueva política, el New Deal,
consistente en un amplio programa de obras públicas, de estímulo a los agricultores y de
recuperación industrial. Al amparo de una legislación protectora, los obreros se
sindicalizaron y mejoraron sustancialmente sus condiciones de vida. Pronto la mayor
parte de la población norteamericana estuvo ubicada dentro de la nueva “clase media”,
fenómeno que se extendió a Europa y a los países avanzados de Latinoamérica,
encabezados en aquella época por Argentina (8ª potencia mundial).

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Las nuevas y benignas condiciones socioeconómicas posibilitaron la creación
del llamado “Estado de Bienestar”, que tuvo su primera concreción en Inglaterra, al
finalizar la Segunda Guerra Mundial, y luego se expandió al resto de Europa
Occidental, en especial al norte del continente (países escandinavos, Alemania, Austria,
Holanda, Bélgica y Suiza).
Un aspecto importante del Estado de Bienestar era la política de
“redistribucionismo”, es decir, el gravar con impuestos a las grandes fortunas, para
volcar ese dinero a los servicios públicos. De esa manera, se logró salvar las
desigualdades creadas por el capitalismo, sin recurrir a las expropiaciones de las fuentes
de riqueza, como se hizo en los países comunistas.
La corriente de pensamiento que postula el Estado de Bienestar ha sido
denominada genéricamente “keynesianismo”, por uno de sus más grandes teóricos, el
economista inglés John Maynard Keynes (1883-1946). Keynes sostenía que la política
económica debía favorecer el crecimiento mediante la inversión pública, que
acrecentaría la demanda. Sus teorías constituyen un análisis del estancamiento y crisis
del capitalismo, y una serie de propuestas para superarlos en el marco del mismo
sistema, en especial mediante el pleno empleo y el aumento de la inversión estatal en la
economía.
Keynes, contrariamente a lo que pensaban los liberales del siglo XIX, sostenía
que no existen mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía
recuperarse de las recesiones. Dado que durante las recesiones hay una retracción de la
inversión privada, sostenía que ésta debía ser compensada por el gasto público.
Este Estado protector también tuvo sus expresiones en Latinoamérica, mezclado
con algunos rasgos paternalistas y autoritarios, como en Perú con el A.P.R.A. de Haya
de la Torre y en Argentina con el peronismo (esto es, el peronismo de la primera
época, sobre todo entre 1946 y 1952). En las antípodas del primer gobierno peronista,
Carlos Menem aplicó un plan económico neoliberal, apenas modificado por el efímero
gobierno de la Alianza radical-frepasista, mientras que en los gobiernos de Duhalde,
Kirchner y Cristina Fernández la gestión económica intentó retomar los principios de
Keynes. Una vez más la rueda da vueltas: el presidente Mauricio Macri (2015-2019),
retoma la senda del neoliberalismo de los noventa, aunque con ciertas diferencias.
En Europa, el Estado de Bienestar afianzó a la democracia, en Latinoamérica
coqueteó con la dictadura. En general, el Estado de Bienestar criollo tenía metas
semejantes a las del socialismo, pero se insistió en diferenciarlo de cualquier ideología
de izquierda, propulsando la “tercera vía”, en teoría equidistante tanto del capitalismo
como del comunismo, con fuerte énfasis en el nacionalismo y en los valores
latinoamericanos.
Aunque el liberalismo había sido salvado de la catástrofe merced a la
intervención estatal, sus ideólogos estaban resentidos por las limitaciones impuestas al
desarrollo del capitalismo. La reacción vehemente contra el Estado intervencionista o de
Bienestar se denomina neoliberalismo.
Este movimiento replantea el viejo dogma de que la actividad económica sólo
debe estar regida por las leyes del mercado: la competencia y el equilibrio entre la oferta
y la demanda. Únicamente estos principios deben fijar los precios y los salarios.
Cualquier intervención estatal distorsiona el mercado y frena a la economía. El Estado –
sostienen- debe desprenderse de sus empresas y achicar su ineficiente burocracia. Todo
aquello que sea rentable debe caer bajo la iniciativa privada. Aquello que no sea
rentable... no tiene porqué existir.

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La Biblia del neoliberalismo es Camino a la Servidumbre, escrita en 1944 por
el austríaco Friedrich Hayek, quien obtendría más tarde el premio Nobel de economía.
En esta obra ataca duramente al partido Laborista inglés, por su plataforma electoral
para las elecciones de 1945, elecciones en las que este partido se impuso. La propuesta
laborista consistía en instalar definitivamente el Estado de Bienestar, ya esbozado desde
1941 por algunas iniciativas aisladas, como la de Beveridge respecto a las obras
sociales. “A pesar de sus buenas intenciones –decía Hayek, la social democracia inglesa
conduce al mismo desastre que el nazismo alemán: a una servidumbre moderna”.
Sin embargo, aún con los límites que le marcaba el intervencionismo estatal, el
capitalismo experimentó un auge sin precedentes. La economía creció como nunca en
las décadas del 50 y del 60. Por ello las voces de alarma acerca de las funestas
consecuencias que acarrearían las regulaciones del mercado no tenían una audiencia
demasiado atenta. Hayek y sus compañeros neoliberales, no obstante, persistían en
afirmar que el igualitarismo impulsado en ese período por el Estado de Bienestar
destruía la libertad de los ciudadanos y la vitalidad de la competencia, de la cual
dependía la prosperidad de todos. Desafiando al consenso oficial de la época, ellos
argumentaban que la desigualdad era un valor positivo, imprescindible para las
sociedades occidentales.
La llegada de la gran crisis del modelo económico de posguerra, en 1973,
cuando todo el mundo capitalista avanzado cayó en una larga y profunda recesión, creó
un ambiente favorable para la aplicación de las recetas neoliberales.
El origen de la crisis, que algunos atribuían a la suba del precio del petróleo,
para Hayek y su grupo radicaba en el poder “excesivo y nefasto de los sindicatos”, que
había socavado las bases de la acumulación privada con sus presiones reivindicativas
sobre salarios y su presión “parasitaria” para que el Estado aumentase cada vez más los
gastos sociales.
Estos procesos desencadenaban procesos inflacionarios que deberían terminar -
según los neoliberales- en una crisis generalizada de las economías de mercado. El
remedio era claro: el Estado debía quebrar el poder de los sindicatos, restringir sus
gastos sociales y sus intervenciones en la marcha de la economía. La estabilidad
monetaria debía ser la meta suprema de cualquier gobierno. Para cumplir estos objetivos
era necesaria una disciplina presupuestaria extrema, que contuviera el gasto social, y la
restauración de una tasa “natural” de desempleo, esto es, la creación de una vasta
reserva de mano de obra económica para quebrar el poder de los sindicatos. También
urgían reformas fiscales para “incentivar a los agentes económicos”, esto es, reducir los
impuestos sobre las ganancias más elevadas y sobre las rentas. De esta manera, una
nueva y saludable desigualdad volvería a dar dinamismo a las economías avanzadas,
estancadas a causa de las políticas inspiradas en Keynes y Beveridge, es decir, la
intervención y la redistribución social, que habían deformado desastrosamente el curso
normal de la acumulación y el libre mercado. El crecimiento retornaría cuando la
estabilidad monetaria y los incentivos fundamentales hubiesen sido restituidos.
Los Neoliberales en el Poder
Así como el partido laborista inglés había comenzado con el Estado de Bienestar
Europeo, el partido conservador se comprometió a liquidarlo. En 1979 Margaret
Thatcher es elegida jefa del ejecutivo inglés, y comienza a aplicar su plan neoliberal.
En 1980 otro neoliberal, el republicano Ronald Reagan, llega a la presidencia de los
Estados Unidos. Dos años más tarde es el turno de Alemania, y luego uno tras otro los
países del norte de Europa van cayendo en la órbita neoliberal. Políticamente estos

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gobiernos se caracterizan por su implacable anticomunismo, de modo que se asiste a un
recrudecimiento de la guerra fría, avivada también por la invasión soviética a
Afganistán en 1978.
Las características económicas más saliente de estos gobiernos neoliberales, en
especial Inglaterra, son: a) la reducción drástica de la emisión monetaria, b) la suba
de las tasas de interés, c) la baja de los impuestos sobre los ingresos más elevados,
d) la abolición de los controles sobre los flujos financieros, e) una nueva legislación
anti-sindical y f) el recorte de los gastos sociales. Mención aparte merece la
privatización de todas las empresas del Estado.
Cuando el capitalismo avanzado entró en una nueva y profunda recesión, en
1991, la deuda pública de casi todos los países occidentales comenzó a asumir
dimensiones alarmantes, incluso en Inglaterra y Estados Unidos, en tanto que el
endeudamiento privado de las empresas llegaba a niveles similares a los alcanzados en
la época de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, como consecuencia de la
recesión de los 90, todos los índices económicos se tornaron mucho más sombríos en
los países de Europa Occidental, donde la desocupación alcanza a unas 50 millones de
personas, aproximadamente la población de Francia.
En medio de esa aguda crisis hubiera sido dable esperar una fuerte reacción
contra el liberalismo. Por el contrario, muchos siguieron pensando (sobre todo en su
tierra natal, Europa), que ésta era la única vía económica posible. Por otro lado,
continuó la tendencia de que los partidos socialistas o socialdemócratas lleguen al poder
con una plataforma progresista y popular y luego pongan en práctica el programa de la
derecha neoliberal.
En la Argentina conocemos bien este fenómeno. Menem, quien llegó a la
presidencia en 1989 con un discurso populista, llamó inmediatamente como asesor a
Alvaro Alsogaray, el candidato neoliberal, quien había obtenido el tercer lugar en las
elecciones. Se aplicó, entonces, el programa económico que había sido repudiado por la
mayoría de los votantes. Como se ve, en estas condiciones no puede hablarse de la
vigencia de un sistema democrático en la Argentina, ya que éste no consiste
exclusivamente en que la gente vote de tanto en tanto, sino, fundamentalmente, en que
la voluntad de la mayoría sea acatada.
La situación se repitió simétricamente en 2001. Teníamos en el poder a la
llamada “Alianza para el Trabajo, la Educación y la Justicia”, una coalición que, por
su plataforma política, podría llamarse socialdemócrata. Sin embargo, su actuación
parecía encaminada a demoler los supuestos pilares de su ideología. El desempleo
crecía, el presupuesto educativo era cercenado, y la justicia aparecía inoperante para
castigar a los grandes corruptos del régimen anterior. En una última y desesperada
maniobra, el gobierno, debilitado por sus contradicciones, llamó al Alsogaray de fines
de siglo, Domingo Cavallo, tercero en las últimas elecciones presidenciales. Así, quien
había obtenido el 8 % de los votos, fue convocado como salvador del gobierno elegido
por el 50 % de los votantes. Como primera medida, Cavallo solicitó poderes
extraordinarios, lo que implicaba la posibilidad de tomar medidas extremadamente
impopulares sin tener que someterlas a la revisión del pueblo, a través de sus
representantes. Y es que el programa neoliberal difícilmente pueda imponerse en un
país atrasado donde impera un régimen aunque sea parcialmente democrático. Por ello,
durante su presidencia, Menem emitió más decretos de necesidad y urgencia que todos
los gobiernos anteriores juntos. De esa manera privatizó casi todas las empresas del
país, a pesar de la resistencia creciente a esas medidas.

20
Con todas sus falencias, el proyecto neoliberal continúa mostrando una
impresionante vitalidad, que se traduce en una nueva ola de privatizaciones en países
que hasta hace poco se resistían a este proceso, tales como Alemania, Austria e Italia.
¿Cómo explicar el sostenido éxito del neoliberalismo, cuando sus recetas han
demostrado ser ineficaces, además de impopulares? En primer lugar, debemos apuntar a
la falta de una ideología fuerte alternativa. Hasta fines de los 70 la ideología comunista
se mostraba aún seductora para muchos, y obraba como eficaz contrapeso para moderar
las políticas procapitalistas. El derrumbe repentino de los regímenes comunistas
europeos, y el viraje de la economía china hacia formas de economía mixta, dio un gran
respaldo a la política neoliberal dura que habían impuesto por aquellos años Reagan y
Thatcher. Con un entusiasmo inigualado en Occidente, y en gran parte en reacción al
régimen precedente, los dirigentes de los antiguos países comunistas aplicaron las
recetas de Hayek y Friedman, con menosprecio total por el keynesianismo y el Estado
de Bienestar. Todas las empresas que habían sido del antes todopoderoso Estado fueron
privatizadas en un abrir y cerrar de ojos. La población, que sólo había conocido una
política de pleno empleo, educación y salud gratuitos, se vio arrojada en su mayoría a la
miseria. Rusia, hace algunos años la segunda potencia mundial (primera en algunos
rubros, como en la navegación espacial) se vio de pronto incluida en la categoría de
nación de tercer orden, con su universidad desmantelada, las antiguas empresas estatales
en manos de la mafia y buena parte de la población condenada a la mendicidad.
El futuro del neoliberalismo
¿Encontrará el neoliberalismo mayor o menor resistencia a su implantación
duradera en América Latina de la que encontró en Europa o en la antigua URSS?
La respuesta es muy difícil, pero lo seguro es que no depende sólo de las
circunstancias locales, sino de todo el contexto mundial, en el que la nueva ideología
dominante sigue avanzando inexorablemente, intentando invadir economías que hasta el
momento escapaban a su influencia, como el Japón y la India.
Las economías más exitosas de los últimos tiempos son justamente las menos
neoliberales: Japón, Corea, Formosa, Singapur, Malasia. ¿Por cuánto tiempo esas
economías permanecerán fuera de la órbita del neoliberalismo? Japón, por ejemplo,
sufre tremendas presiones por parte de los Estados Unidos para desregular su economía.
Paradójicamente, mientras el dominio político del neoliberalismo se extiende,
puede decirse que casi por todas partes ha fracasado en su intento de revitalizar la
economía, mientras que sí ha tenido éxito en sembrar la miseria y la desigualdad. En
gran parte, la hegemonía lograda se debe al derrumbe del modelo igualitario sostenido
por el bloque comunista, y a la debilidad de las ideologías que se le oponen. Hayek,
Reagan, Thatcher, demonizaron al bloque comunista llamándolo “el imperio del mal”, y
sostuvieron como única alternativa social al régimen capitalista. Pero ocurre que, sin
exageraciones, puede decirse que se ha instalado un nuevo “imperio del mal”, cuyas
manifestaciones más claras son el aumento de la desigualdad, el desempleo, la
reaparición de epidemias que se creían erradicadas, y que son consecuencia directa de la
pobreza, la mortalidad infantil, el aumento del analfabetismo, la corrupción como una
característica casi inseparable de la actividad política y empresarial, etc., etc.
Por otro lado, debe quedar claro que este sistema no es compatible con los
ideales de la democracia. Es impensable que un pueblo que se gobierna a sí mismo
desee que se extiendan la pobreza, la ignorancia y las enfermedades para que aumenten
las ganancias de los especuladores y de los corruptos a sueldo de las multinacionales.

21
Justamente, las continuas demostraciones de la ira popular en nuestro país y en
general, en Latinoamérica, han tenido su influencia en los nuevos rumbos políticos que
está tomando la región. En la Argentina se ha intentado revigorizar la actividad nacional
mediante inversiones estatales en la construcción, un pecado grave, desde el punto de
vista neoliberal. A la apertura extrema de gestiones como las de Martínez de Hoz y
Cavallo, siguió un fuerte proteccionismo para la industria local, como es el caso de la
actividad azucarera del norte del país y la automovilística del centro. Lula y Chávez
representaron -en la década pronta a irse- otras opciones de un proteccionismo
moderado a la producción nacional, así como el intento de control estatal de la
economía. En acciones concretas, como en la resistencia al ALCA, se percibe en
Latinoamérica una actitud de dignidad patriótica que ya parecía olvidada.
No hay en el presente una propuesta diametralmente opuesta al capitalismo,
como la que rigió en las épocas de prosperidad del movimiento marxista. Sin embargo,
de manera pragmática y nada ideológica se llevan a cabo múltiples experiencias no-
capitalistas. Existen numerosos clubes de trueque, se multiplican asociaciones para la
producción o el consumo en forma comunitaria. Fábricas abandonadas son tomadas por
los obreros y puestas de nuevo a producir, no para el beneficio de un patrón, sino de la
colectividad.
Nuestra propia supervivencia aquí, como miembros de la Universidad estatal,
laica, científica, al servicio del pueblo, implica una clara contradicción a la lógica
neoliberal.

¿Pueden Donald Trump y el Brexit poner freno a la globalización?


Tim Bowler (BBC News, febrero de 2017)
En los últimos años, millones de personas alrededor del mundo han salido a las
calles para protestar contra el impacto de la globalización en sus trabajos y
comunidades. Y lo más probable es que estas manifestaciones aumenten en la medida
en que el fenómeno tenga más efectos. Esta advertencia viene de Richard Baldwin,
presidente del Centro de Investigación de Política Económica, un grupo de análisis que
se dedica al estudio del comercio global desde hace 30 años. Los avances tecnológicos
de los últimos años implican que algunos profesionales que trabajan en oficinas estarán
en riesgo de perder sus puestos, indica Baldwin, quien también fue uno de los
economistas del equipo del ex presidente estadounidense George Bush padre.
En Estados Unidos, la ira de los electores contra la globalización puede haber
contribuido al triunfo de Donald Trump. Una de las promesas electorales del
republicano fue la de volver a crear en su país los puestos de trabajo que se habían
trasladado al extranjero. Pero aquellos que votaron por él pueden decepcionarse, ya que
es poco probable que cumpla su objetivo, según Baldwin. Las barreras comerciales
proteccionistas no van a funcionar en el siglo XXI, dice. "El masivo cruce de fronteras
del conocimiento es la próxima disrupción", afirma el especialista. Baldwin explica que
esto es lo que le permitirá a personas en África y en Asia competir de una manera más
efectiva con países occidentales, ya que los avances en comunicación significarán que
los trabajadores de los países en vías de desarrollo podrán controlar robots para realizar
trabajos en Europa y EE.UU. a un costo menor.
Migración virtual
El costo de la mano de obra en países en vías de desarrollo puede ser una décima
parte de lo que son en Occidente, dice Baldwin. "No pueden venir aquí a tomar los

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trabajos, pero la tecnología pronto permitirá la migración virtual, gracias a la tele-
robótica ya la tele-presencia", explica. Las velocidades cada vez más rápidas de internet
que están ampliamente disponibles en el mundo, junto con la rápida caída de los precios
de los robots, permitirán a los trabajadores, por ejemplo en Filipinas o China, prestar
remotamente servicios a un país como Reino Unido. "Lo que hará la tecnología es
cambiar la naturaleza de nuestras ocupaciones. Algunas de las cosas que usted hace
definitivamente requieren su juicio, pero algunas partes de su trabajo pueden hacerse a
distancia, al igual que algunas etapas en una fábrica pueden completarse a distancia",
explica Baldwin.
El experto agrega que "todo lo que necesita es más poder de computación, más
poder de comunicación y robots más baratos". Los guardias de seguridad de los centros
comerciales estadounidenses podrían ser reemplazados por robots controlados por
personal de seguridad con sede en Perú, y los limpiadores de hoteles en Europa podrían
ser reemplazados por robots manejados por personal ubicado en Filipinas, argumenta en
su libro The Great Convergence ("La gran convergencia").
El auge de los robots
El uso de robots ha crecido exponencialmente desde mediados del siglo XX.
Operar un robot industrial típico puede costar alrededor de US$5 por hora, en
comparación con el promedio total de los costos laborales europeos de alrededor de
US$50 por hora o US$11 por hora en China. Comprar robots es cada vez más barato y
son cada vez más capaces de hacer tareas más complejas. Esto significa que el aumento
del uso de robots también está amenazando millones de empleos en los países en
desarrollo, dice la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(Unctad, por sus siglas en inglés), así como en las economías desarrolladas.
No es sólo en las fábricas. El número mundial de robots domésticos ascenderá a
31 millones entre 2016 y 2019, dice la Federación Internacional de Robótica (IFR). Se
prevé que las ventas de robots para limpiar pisos, cortar el césped y limpiar piscinas
crezca a US$13.000 millones en este mismo período. En el siglo XIX, la primera oleada
de la revolución industrial causó un aumento del comercio mundial. La energía a vapor,
el final de las guerras napoleónicas y el subsiguiente periodo de paz redujeron los costos
de trasladar bienes a nivel internacional.
La riqueza global se concentró cada vez más entre unas pocas naciones: el grupo
del G7 -EE.UU., Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia- vio aumentar
significativamente su participación en la riqueza mundial. Pero a partir de la década de
1990 comenzó una segunda ola de globalización, con el auge de la tecnología de la
información y las comunicaciones. Hubo un cambio dramático en el engranaje, y el
"auge de las naciones ricas se invirtió en sólo dos décadas", dice Baldwin. La
globalización de antes "funcionó en un calendario que avanzaba año tras año", mientras
que la actual ola de globalización está siendo impulsada por las tecnologías de la
información, que están cambiando y perturbando las economías y las sociedades con
cada vez mayor rapidez, comenta.
Reacción política
Todo esto ha creado una reacción de rechazo, especialmente en las economías
desarrolladas, ya que muchos votantes dicen que están perdiendo o viendo poco de los
beneficios que la globalización supuestamente trae. Baldwin dice que las políticas
proteccionistas, como las de Donald Trump, son contraproducentes. Si las empresas se
vuelven ineficientes al verse obligadas a trasladar sus empleos a EE.UU., perderán su
negocio frente a los competidores internacionales. "La gente está tan enojada que están

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haciendo cosas que no son beneficiosas para su propio interés", advierte el investigador.
"Se están vendiendo remedios que no están relacionados con el problema".
Pero la reacción no es la misma en todos los países. A menudo depende de cómo
los gobiernos tratan a los trabajadores que pueden ser desplazados por la tecnología.
"Por ejemplo, en Japón se ocupan de sus trabajadores, y realmente no hay un
sentimiento anti-globalización allí", dice Baldwin, a diferencia de Reino Unido y
EE.UU. En consecuencia, incluso las empresas que se benefician de una mayor
automatización son cada vez más sensibles a las consecuencias sociales y políticas
potencialmente negativas. Del mismo modo, en Europa los jefes de la empresa de
telecomunicaciones Deutsche Telekom y el conglomerado industrial y tecnológico
Siemens han abogado por pagar un ingreso básico a los trabajadores reemplazados por
la tecnología. Podemos ver un movimiento al proteccionismo a medida que los países
intentan preservar trabajos dentro de sus economías, pero es poco probable que esto
funcione en el largo plazo, lamenta Baldwin.
Acto de equilibrio
El truco es aceptar la "realidad del siglo XXI", dice, y el hecho de que muchos
trabajos simplemente no van a volver. Los gobiernos deben prestar más atención a la
política social, sugiere el analista: "en el período de posguerra de la globalización
liberalizamos el comercio, pero al mismo tiempo ampliamos el bienestar social:
instituimos la educación a bajo costo y el reentrenamiento de los trabajadores". "En
esencia, había un conjunto de políticas complementarias que aseguraban a los
trabajadores que tendrían una buena oportunidad de aprovecharse de la globalización".

El problema Ambiental
Cumbre de la Tierra es la expresión que se utiliza para denominar las
Conferencias de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el Desarrollo, un tipo
excepcional de encuentro internacional entre jefes de estado de todos los países del
mundo, con el fin de alcanzar acuerdos sobre el medio ambiente, desarrollo, cambio
climático, biodiversidad y otros temas relacionados.
La primera Cumbre de la Tierra se realizó en Estocolmo (Suecia), del 5 al 16 de
junio de 1972. Veinte años después se realizó la segunda en Río de Janeiro (Brasil), del
2 al 13 de junio de 1992. La tercera se realizó en Johannesburgo (Sudáfrica), del 23 de
agosto al 5 de septiembre del 2002. La cuarta cumbre se reunió en junio de 2012 en Río
de Janeiro, bajo la denominación de Conferencia de Desarrollo Sostenible Río+20.
3° Cumbre de la Tierra: La conferencia de Río de Janeiro (1992). En el año
1992 el grito de alarma de un gran número de científicos acerca de que la temperatura
global del planeta estaba elevándose a niveles nunca vistos en el pasado, llevó a la
Organización de las Naciones Unidas a llevar una primera reunión para buscar
soluciones al problema en la ciudad de Río de Janeiro.
A continuación, se reseñan los principales eventos internacionales relacionados
con la problemática medioambiental, conocidos como “Conferencias de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático” o por sus siglas en inglés: COP, que se realizan en
forma anual desde 1995.
COP 3: El Protocolo de Kyoto (1997). En 1997 se acordó el Protocolo de
Kyoto, Japón, del Convenio Marco Sobre el Cambio Climático de la ONU. El acuerdo
entró en vigor en febrero de 2005, luego de que 55 naciones, que suman el 55 % de las

24
emisiones de gases de efecto invernadero lo ratificaron. En la actualidad, ya han
adherido al Tratado 166 naciones.
El objetivo del Protocolo de Kyoto era reducir un 5,2 % las emisiones de gases
de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el período 2008-2012.
Este es el único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio
climático y minimizar su impacto. Con tal fin, contiene objetivos legalmente
obligatorios para que los países industrializados reduzcan las emisiones de los seis gases
de efecto invernadero de origen humano, como dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4), y óxido nitroso (N20), además de tres gases industriales fluorados:
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SFG).
COP 4: Cumbre de Buenos Aires (2004). En diciembre de 2004 se llevó a
cabo en Buenos Aires la 10ª Cumbre Mundial sobre Cambio Climático. Más de 5000
participantes de 189 países discutieron el modo de llevar a la práctica el Protocolo de
Kyoto. En esta reunión se señaló que la mayor frecuencia de tormentas e inundaciones,
el retroceso de los glaciares, la elevación del nivel del mar y los tornados, son todos
signos que confirman que el calentamiento global es un peligro cada vez mayor. “En la
Argentina verificamos aumentos del dengue y de otras enfermedades vinculadas con el
debilitamiento de los sistemas inmunitarios, o debidas a inundaciones”, sostuvo el
ministro de Salud, Ginés González García. “Esas circunstancias, además de provocar un
deterioro de la salud de la población, generan grandes incrementos de los costos en los
sistemas de salud”.
Sin embargo, Estados Unidos, responsable del 25 % de los gases contaminantes
que se liberan en la atmósfera, declaró que no adherirá al protocolo de Kyoto, alegando
que hacerlo le perjudicaría económicamente. De hecho, el presidente George Bush
retiró en 2001 a Estados Unidos del protocolo de Kyoto. De los países industrializados,
sólo Estados Unidos y Australia rechazaron el protocolo, pese a que representan más de
un tercio de las emisiones globales. Australia adujo que la ratificación de Kyoto
encarecerá la energía y recortará empleos. Rusia finalmente aceptó el tratado de Kyoto,
lo que generó optimismo, dado que finalmente se consumó la unidad de una gran
mayoría de naciones en el sentido de proteger el medio ambiente, y esto permitió al
protocolo entrar en vigencia en febrero de 2005, aunque con un retraso de siete años.
COP 13: La Reunión de Bali (2007). En diciembre de 2007 se llevó a cabo en
Bali, Indonesia, una nueva reunión, en la que delegados de 190 países intentaron sentar
las bases de un nuevo tratado, considerado el sucesor del Protocolo de Kyoto. El
objetivo fundamental era lograr el nuevo acuerdo antes de 2009, para evitar sequías,
olas de calor y subidas del nivel del mar, fenómenos que afectan particularmente a los
países pobres del globo. En esta reunión se recibió con grandes aplausos a Australia,
que decidió ratificar el Protocolo de Kyoto. Esta decisión dejó en soledad a Estados
Unidos, como el único país industrial que se niega a sumarse a los esfuerzos mundiales
por combatir el cambio climático. Australia es el sexto contaminante del planeta, con
550 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas el último año. Pero esta cifra
es pequeña comparada con las 6.450 toneladas emitidas por Estados Unidos. En los
últimos años surgió como gran contaminador del planeta una potencia en ciernes:
China, que también se niega a adoptar medidas que, según señala, podrían frenar su
crecimiento económico.
COP 15: La reunión de Copenhague (2009). Como los compromisos
asumidos por el tratado de Kyoto expiraron en 2012, se hizo necesario buscar un nuevo
pacto internacional, para prorrogar y reforzar esos compromisos. En diciembre de 2009
se llevó a cabo una nueva cumbre climática en la capital de Dinamarca, Copenhague. El

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objetivo de la cumbre, limitar el alza de la temperatura a dos grados hasta fines de siglo,
pareció desde el comienzo poco realista, por la resistencia de los países más
contaminantes. El grado de compromiso que estos países estaban dispuestos a asumir,
permitiría una suba de la temperatura de 3,5 grados para el año 2100. Esto ocasionaría
el derrumbe en la producción de cereales, masiva extinción de especies animales y
vegetales, elevación en el nivel de los océanos y la migración de cientos de millones de
personas, expulsadas de sus hogares por las inundaciones, las sequías o la escasez. Para
evitarlo, en la reunión de Copenhague se intentó llegar a un acuerdo para reducir
drásticamente los gases contaminantes provocados por la combustión de energías fósiles
(petróleo, gas y carbón). Desde 2020 los países industrializados deberían reducir sus
emisiones de gases contaminantes en un 40%. Sin embargo, las propuestas de estos
países oscilaron entre una reducción del 12 al 16%. Finalmente, la reunión concluyó sin
que se cumplieran las metas mínimas.
Hay que señalar que desde la Convención de la ONU sobre los cambios
climáticos en 1992 (Río de Janeiro), y a pesar de todas las voces de alarma y los
acuerdos alcanzados, las emisiones de gases contaminantes aumentaron un 30 %.
COP 21: Cumbre de Paris (2015). Después de dos semanas de duras
negociaciones, los 195 países que integran la COP21 alcanzaron por primera vez y por
unanimidad un acuerdo vinculante que propone reducir en 2 grados centígrados la
temperatura global, inclusive a 1,5 grados, para limitar el calentamiento global causado
por los gases de efecto invernadero. El texto es una "fuerte señal" para que se deje de
utilizar carbón, petróleo y gas, pero no entrará en vigencia hasta que lo ratifiquen los 55
países responsables de al menos 55 por ciento de las emisiones de gases. A diferencia
del Protocolo de Kyoto, la reducción de los gases de efecto invernadero será a futuro
tarea de todos los países y no solamente de los industrializados. "El texto que tenemos
ante nosotros no es perfecto. Pero creemos que representa una base sólida, que nos
permite mejorar nuestro trabajo con nueva determinación", aseveró la ministra de
Medio Ambiente sudafricana, Edna Molewa, que habló en nombre de un grupo de 130
naciones emergentes y en vías de desarrollo, que incluyó a China.
COP 25: Conferencia de Chile (2019). En fecha reciente, la ministra chilena de
Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunció que la 25° Conferencia de la ONU sobre
Cambio Climático, conocida como COP25, se realizará en la ciudad de Santiago de
Chile durante el último mes del presente año. Además, agregó que a esta cumbre
medioambiental se espera que lleguen representantes de casi 200 países del mundo. El
objetivo de la conferencia es avanzar en acciones para limitar los aumentos de
temperatura global a menos de 2°C y por debajo del umbral más seguro de 1,5°C si es
posible. Con solo 1°C de calentamiento hasta el momento, la Tierra ya está siendo
golpeada por supertormentas, sequías e inundaciones que empeoran con el aumento de
los mares. Y el Banco Mundial advirtió que si los gobiernos mundiales no toman
medidas, 143 millones de "migrantes climáticos" serán desplazados para 2050.
¿Qué pasará en el año 2100?
En Yokohama, Japón, se ha creado un prodigio tecnológico denominado “El
Simulador de la Tierra”. Se trata de 5.000 computadoras conectadas, capaces de realizar
35 trillones de cálculos por segundo, referidos a todos los factores climáticos. De esta
manera, se ha creado un planeta virtual, con la posibilidad de hacer predicciones acerca
de lo que ocurrirá con el clima del planeta hasta el año 2100. El simulador predijo al
primer huracán que se produjo en Santa Catarina, Brasil, en el año 2004. Nunca había
ocurrido un huracán tan al sur del Ecuador, lo que evidencia el cambio climático
producido por el incremento de la temperatura terrestre. Se predice un aumento en el

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número de huracanes y en su capacidad destructiva. Se producirán más huracanes
similares al Katrina, que devastó New Orleáns. Este fue el peor desastre natural que
sufrió Estados Unidos, con dos mil muertos y una zona arrasada del tamaño de Gran
Bretaña.
A medida que la tierra se calienta (hacia 2l00 el promedio será de cinco grados
más que en la actualidad), también lo hace la superficie de los mares, donde se forman
las tormentas y los huracanes. Se prevé que un gran huracán azotará Nueva York, con
vientos de más de 200 kilómetros por hora. Caerán los puentes y los subterráneos se
inundarán. Los habitantes no podrían abandonar la ciudad, que sufrirá pérdidas
irreparables.
Europa también sufre el cambio climático. Se producen olas de calor nunca
vistas. En el verano de 2008 murieron en Europa 30.000 personas (sólo en Francia
fueron 10.000). Cada vez morirá más gente de calor en todo el mundo. Hacia fines de
este siglo, se calcula que morirán 450.000 franceses por año a causa del cambio
climático.
Las plagas también se benefician con el aumento de la temperatura. En 2007 se
dio una terrible plaga de dengue en Taiwan. En invierno suele morir la mayor parte de
los mosquitos, pero en los últimos años, debido a que los inviernos no son
suficientemente fríos, muchos mosquitos sobrevivieron y se multiplicaron más allá de
toda posibilidad de contención. Para que el mosquito que transmite el dengue muera, la
temperatura debe bajar de los 20 grados, y en Taiwan, en los últimos inviernos, la
temperatura estuvo por encima de esa marca. Actualmente el dengue se expande por
Asia, y puede afectar a todo el mundo en el futuro.
Grandes regiones del planeta se están transformando en vastos desiertos. En
China, por ejemplo, tormentas de arena van cubriendo pueblos y plantaciones,
extendiendo la zona desértica de ese país. Las selvas del Brasil también están en peligro.
El Amazonas, el río más caudaloso del mundo, sufrió un período de sequía en 2005 que
lo transformó en apenas un hilo de agua en algunas regiones. Otros tramos se secaron
por completo. En las partes más caudalosas el agua bajó 15 metros. En todo el curso del
río se veían peces flotando muertos, por la falta de oxígeno. Esta sequía se debió al gran
aumento de temperatura del Atlántico. Para fines de siglo el Amazonas podría secarse
completamente. Dos tercios de la selva se habrán perdido (sin contar la deforestación
humana, que podría completar la destrucción de esta reserva de oxígeno de la
humanidad). Existirá en esa región un desierto más grande que el de la península
arábiga.
En España, cayeron en 2005 las lluvias más escasas en 145 años. Fracasó la
cosecha de trigo, que hubo que importar de la Unión Europea. Los duraznos tenían el
tamaño de uvas. Para 2100 el clima de España será como el del norte de África.
Si no se hace nada para frenar el cambio climático, para fines de siglo la vida
será casi imposible en las zonas más cálidas. Las zonas más frías del planeta se volverán
aptas para el cultivo, pero esto no compensará los enormes territorios perdidos. La
cubierta de hielo del Ártico habrá desaparecido. Las aguas de los mares habrán
aumentado casi un metro. Todas las ciudades costeras estarán en riesgo. Habrán
desaparecido bajo las aguas 2.500.000 kilómetros cuadrados.
Un estudio pormenorizado de estos fenómenos se lleva a cabo en el documental
Una Verdad Incómoda, del político demócrata norteamericano Al Gore, quien recibió a
fines de 2007 el premio Nóbel de la Paz, por su trabajo de difusión acerca de los riesgos
del calentamiento global.

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Los Glaciares del Himalaya. Como un ejemplo dramático de la situación
actual, nos referiremos a un reciente informe de la WWF (World Wide Fund for
Nature, Fondo Mundial para la Naturaleza), la más grande y respetada organización
ambientalista independiente del mundo.
Según este informe, mil trescientas millones de personas que dependen de los
glaciares del Himalaya para abastecerse de agua, están en peligro. Los glaciares están
derritiendo, lo que provocará sequía en toda la región.
Los glaciares del Himalaya, una cordillera de 2.400 kilómetros, que se extiende
por Pakistán, India, China, Nepal y Bután, alimentan los nueve ríos más importantes de
Asia, fuente de vida para casi la cuarta parte de la humanidad. Los científicos predicen
la desaparición de la mayoría de los glaciares desde ahora hasta dentro de 40 años a
causa del cambio climático. Las negociaciones de Copenhague tendrán una enorme
repercusión para la vida de esa gran masa humana que vive junto a los ríos que nacen
del Himalaya y que ya están en una situación de gran precariedad. En Nepal y Bután el
derretimiento de los glaciares causó la formación de inmensos lagos a gran altura, que
amenazan con desbordarse y destruir los pueblos que se hallan más abajo.
La Contaminación en Tucumán
Según el Ing. Juan Carlos Luján, profesor de la FRT y miembro del Centro
de Ingeniería Ambiental (CEDIA) el nivel de humo en Tucumán es de 600
microgramos por metro cúbico, mientras que la Organización Mundial de la Salud
señala que debe evitarse que se supere los 150 microgramos. Las cifras del Sistema
Provincial de la Salud señalan que la contaminación en Tucumán se triplicó desde
mediados de los 90. Uno de los grandes causales de este incremento es el monóxido de
carbono despedido por los caños de escape del transporte público y de un parque
automotor avejentado: el 55 % de los vehículos que circulan en nuestra provincia tiene
más de 10 años.
Un monitoreo de la contaminación ambiental realizado por la cátedra de Salud
Pública de la Facultad de Bioquímica de la UNT demuestra que en la capital el nivel de
contaminación atmosférica supera 10 veces el valor máximo permitido por la OMS
(Organización Mundial de la Salud). Al humo de los vehículos se suma el hollín en la
época de molienda. Los problemas bronquiales y oftalmológicos se incrementan de
manera alarmante. Los tucumanos gastan más de tres millones de pesos por año en
antialérgicos y medicamentos para el aparato respiratorio.
La OMS recomienda que por cada habitante debe haber 22 metros cuadrados de
superficie verde, pero en Tucumán sólo hay 9. En realidad, según afirman los expertos,
dado el alto nivel de contaminación que registra nuestra ciudad, el arbolado debería
ocupar 30 metros cuadrados por habitante. Un total de 321 hectáreas verdes para
560.000 habitantes no sólo es insuficiente para renovar el oxígeno. Ante la falta de
espacios verdes para la recreación, aumenta el estrés y la obesidad de la población. El
parque 9 de Julio ha sido severamente mutilado. Hace 100 años tenía 400 hectáreas, hoy
apenas 140. La Habana, en comparación, tiene 32 metros cuadrados verdes por
habitante, siete parques similares al 9 de Julio y 807 plazas. Estos datos fueron
presentados en la 14ª Conferencia de Expertos en Espacios Públicos, que congregó en
nuestra ciudad a unos 500 representantes de España y Latinoamérica.
Tampoco se renueva el arbolado de los parques y calles. Las obras públicas
atentan contra los árboles, cuyas raíces muchas veces son seccionadas, lo que
posteriormente causa la caída de añosos ejemplares. Es sabido que muchos
comerciantes destruyen los árboles que, según su criterio, los perjudican al no permitir

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ver con claridad el frente del negocio. Siguiendo la comparación con La Habana,
cuando en esa ciudad debe demolerse un edificio, es reemplazado por un espacio verde.
El bosque tucumano contaba con dos millones de hectáreas cuando llegaron los
españoles. Hoy quedan 800.000. Las frecuentes inundaciones en Yerba Buena y en San
Miguel de Tucumán se deben a la falta de vegetación que frene la descarga aluvional.
Aumenta también la contaminación auditiva. El ruido se hace insoportable. La
OMS afirma que hasta 65 decibeles son inocuos, pero que después de 80 se producen
daños en el oído. En horario pico, en el microcentro, el nivel de ruido oscila entre los 80
y los 100 decibeles.

Tecnologías no contaminantes y cooperación hemisférica


Amitav Rath (India, 2005)
En los últimos años se ha puesto de manifiesto una preocupación cada vez
mayor respecto del medio ambiente, y se cree que si no se atenúan las consecuencias de
las actividades económicas sobre el medio ambiente, las limitaciones ambientales
pueden disminuir la magnitud del desarrollo económico. Si bien ya antes se han
señalado límites al crecimiento económico, las actuales preocupaciones son nuevas y se
centran en la eficiencia de los factores de absorción para eliminar adecuadamente una
cantidad creciente de desechos, y en los vínculos entre pobreza y degradación del medio
ambiente.
La preocupación por el medio ambiente y el desarrollo fue encarada en ocasión
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
reunida en Río de Janeiro, en 1992. El informe final de dicha conferencia constituye un
útil punto de partida sobre el consenso mundial en cuanto a las dimensiones del
problema y las principales vías de solución. Allí se recomienda un enfoque doble, en el
cual se debe prestar especial atención a la posibilidad de ofrecer mayores
oportunidades de empleo e ingresos para los pobres, y al mismo tiempo se debe
disminuir –y en definitiva revertir- la consiguiente degradación del ambiente.
Algunos de estos temas también fueron considerados en la Cumbre de las
Américas, reunida en Miami, en 1994. Los dirigentes concordaron en que la labor de
garantizar un desarrollo sostenido y la conservación del medio ambiente constituían
prioridades para el hemisferio, y convinieron en colaborar para promover la prevención
de la contaminación y el uso sostenible de la energía. Recalcaron asimismo el
importante papel que le cabe a la ciencia y a la tecnología para alcanzar esas metas, y la
necesidad de cooperación. La reunión de ministros de 1996 elaboró planes más
concretos de acción para la cooperación hemisférica, que ingresaron al temario de la
Cumbre de las Américas de 1996. (Posteriormente tuvieron lugar la reunión de
Kyoto, Japón, de 1998 y la de Buenos Aires de fines de 2004, para mencionar dos
encuentros clave).
Tecnología y Desarrollo Sostenido
En las discusiones sobre el medio ambiente hubo diferencias entre los países
desarrollados y los países en vías de desarrollo. Los temas relacionados con la
tecnología han producido las mayores discrepancias. Sin embargo, la tecnología puede
posibilitar una cooperación mutuamente beneficiosa. Si se quiere que los países en
desarrollo tengan éxito en proteger su medio ambiente y al mismo tiempo mitigar la
pobreza, deben usar tecnología más apropiada. De hecho, cuando hay atraso tecnológico

29
aumenta la degradación del medio ambiente, y la degradación de los recursos produce
una disminución de la productividad. Es importante que los países en desarrollo den un
“salto tecnológico” y empleen las tecnologías modernas de mayor rendimiento. Los
gobiernos deben desempeñar un papel preponderante en la creación de tecnologías
ecológicamente racionales.
Tecnologías ambientales
Las tecnologías ambientales constituyen un grupo muy amplio, que incluye:
a) las tecnologías de última etapa, que se agregan a una planta para tratar la
contaminación después de creada;
b) las tecnologías correctivas, que apuntan a limpiar o recuperar recursos
actualmente deteriorados;
c) las tecnologías no contaminantes o menos contaminantes, cuya finalidad es
reducir la cantidad de energía y materias primas necesarias para producir, comercializar
y usar productos y servicios.
Tecnologías no contaminantes (o poco contaminantes)
Las tecnologías no contaminantes (o poco contaminantes), “verdes” o
“ecológicamente racionales”, son aquellas que modifican o mejoran productos y
procesos en la fuente con el fin de reducir al mínimo la incidencia sobre el medio
ambiente.
Se dice que una tecnología es no contaminante (o poco contaminante) cuando
reúne las siguientes condiciones:
1) aumenta el crecimiento económico y amplía las oportunidades de empleo en
los países en desarrollo, y al mismo tiempo toma en cuenta los recursos y las
necesidades de productos y servicios de dichos países;
2) aumenta el uso eficiente de materias primas y energía:
3) elimina o reduce las emisiones de residuos nocivos generados en la
producción, y garantiza mínimos riesgos para la salud humana y la ecología;
4) promueve la reutilización y recuperación de insumos y productos finales.
Las tecnologías menos contaminantes brindan una solución para todos. A los
países ricos les ofrece los medios para encarar sus niveles actualmente altos de
producción de desechos, y a los países pobres, una manera de solucionar sus problemas
de pobreza y alcanzar el desarrollo económico sin deteriorar sus recursos naturales.
Los principios de la producción menos contaminante están incorporados dentro
de un nuevo paradigma de Production Systems Approach llamado Ecología Industrial.
El nuevo paradigma sigue los principios ecológicos y subraya la necesidad de
comprender el flujo de energía y materiales a través de los sistemas industriales, su
incidencia sobre el medio ambiente y las interrelaciones entre tecnologías,
reglamentaciones, políticas fiscales y prácticas operativas de tales flujos. Los enfoques
ecológicos industriales incorporan el análisis de la totalidad de procesos de producción,
el reciclado de desechos, el ciclo de vida de los productos, tomados todos desde la etapa
inicial de diseño de producto y de proceso, manteniendo siempre como objetivo la idea
de reducir al mínimo los efectos sobre el medio ambiente.

30
Ejemplos de producción menos contaminante
Existen numerosos ejemplos en los cuales, aplicando criterios de una producción
menos contaminante, se han obtenido beneficios para las empresas y el medio ambiente.
Monsanto y Dupont, compañías químicas, ahorraron cientos de millones de dólares
anuales y redujeron enormemente las descargas de elementos contaminantes aplicando
estos principios. Un fabricante austríaco de circuitos impresos ahorró más de un millón
de dólares y más del 50 % de los ácidos usados, poniendo en práctica un análisis de
procesos y una buena administración interna. En Chile, una planta de teñidos textiles
empleó una nueva tecnología de supervisión y reciclado para la destilación,
fermentación y reutilización energética y logró un ahorro de más de 5 millones de
dólares por año.
Insumos científicos destinados a una tecnología menos contaminante
Las tecnologías menos contaminantes requieren mayores insumos científicos y
tecnológicos. Algunos de los cambios tecnológicos se logran mejorando diseños de
procesos y productos, aprovechando los nuevos conocimientos y la mejor práctica.
Otros se basan enteramente en nuevos insumos obtenidos de los últimos avances de la
biotecnología, como también de las tecnologías de control y de la información, en
nuevas fuentes energéticas y materiales de avanzada. Para incorporar el más moderno
conocimiento científico en la invención de tecnologías menos contaminantes se
requieren cambios en la manera de fijar las prioridades de I+D, en la organización de
investigación coordinada en el campo de las tecnologías vitales para el medio ambiente
y en la creación de consorcios y redes industriales y de investigación.
Por ejemplo, la tecnología enzimática –un nuevo campo de investigación y
aplicaciones- puede reemplazar gradualmente muchos procesos químicos industriales.
Las enzimas trabajan mejor a temperaturas moderadas y en condiciones benignas. Se las
puede usar para reemplazar las condiciones duras y los productos químicos fuertes,
contribuyendo así a ahorrar energía e impedir la contaminación. También son altamente
específicas, lo cual se traduce en menos efectos colaterales y subproductos indeseados
en el proceso de producción. Asimismo, se pueden usar las enzimas para tratar los
desechos provenientes de material biológico, y son biodegradables. Por ejemplo, en la
extracción de semillas oleaginosas, un nuevo proceso enzimático que se está
desarrollando, tendrá por fin reemplazar la actual tecnología que emplea el hexano, que
es altamente explosivo y venenoso. En los detergentes, muchos de los ingredientes
pueden reemplazarse, sin que se modifique su resultado, agregándoles enzimas ciento
por ciento biodegradables.
Este es sólo uno de los ejemplos en los cuales la creación de tecnologías no
contaminantes debe ir mucho más allá de una simple administración interna y adentrarse
en la investigación básica fundamental.
Otras nuevas áreas de aplicación son las fuentes de energía renovables, las
células energéticas, la combustión de biomasa, etc.
Aumento de la colaboración hemisférica
Dentro del hemisferio, los países más industrializados suelen no tener las
mismas perspectivas respecto de temas tales como el medio ambiente que los países
menos industrializados, pues a éstos les preocupan los posibles conflictos entre los
objetivos ambientales y sus metas nacionales de desarrollo. Sin embargo, se advierten
indicios de que el interés por las tecnologías menos contaminantes –que son mejores
para el medio ambiente y para la economía- puede ayudar a lograr un consenso entre los

31
países. Cada vez se reconoce más que todas las estrategias eficaces deben involucrar la
cooperación tecnológica; entre ellas son de vital importancia la capacitación, el
compartir experiencias, la investigación cooperativa y en redes, como también los
sistemas de información, y cada vez más los esfuerzos deben apuntar hacia las
tecnologías “blandas”, tales como las estructuras regulatorias, las normas, la política
industrial y de competencia, las prácticas gerenciales, etc.
Muchos programas bilaterales existentes tendrán que ser reorientados hacia las
nuevas metas e incorporar nuevos actores, particularmente el sector privado y las
organizaciones de producción, teniendo en cuenta los requisitos de la cooperación
tecnológica. Los emprendimientos cooperativos destinados a crear y utilizar tecnología
menos contaminante son costosos, pero mucho menos que los emprendimientos
independientes, no coordinados. Además, tienen el potencial de producir beneficios
importantes para todos los que intervienen en el programa. Esto proviene de la enorme
magnitud potencial para las transacciones comerciales tecnológicas que existen en los
países en desarrollo. En dichos países, en el corto plazo se instalarán altos porcentajes
de nuevas capacidades en ciertos sectores como el de la energía, la pulpa y el papel, el
aluminio y varios sectores primarios más. Los beneficios serán no sólo los que obtengan
las empresas que usen las tecnologías menos contaminantes, sino también lo que se
“derrame” a las firmas proveedoras, como también a los países proveedores y
receptores:
 expansión de las oportunidades de exportación de repuestos, equipos
auxiliares y productos o tecnologías afines;
 una mayor eficiencia del proceso de transferencia mismo;
 una posición más competitiva de las empresas proveedoras frente a los
competidores internacionales;
 flujo de conocimiento recíproco.
Una posible solución: el hidrógeno. En menos de veinte años, ante la crisis del
petróleo y el calentamiento climático, el hidrógeno surge como posible nueva fuente de
energía, con usos tan dispares como teléfonos portátiles, calefacción y transportes. Se
puede producir hidrógeno a partir de una gran variedad de fuentes, entre ellas el gas
natural, el carbón o el agua. Esta nueva tecnología no produce gases de efecto
invernadero y puede usarse en transporte tras años de almacenamiento. Dentro de unos
pocos años los teléfonos portátiles podrán estar equipados con pilas de hidrógeno. La
electricidad producida gracias al hidrógeno podrá también ser usada en los sistemas de
calefacción de viviendas y de grandes edificios. Finalmente, habrá flotas de vehículos
alimentados por hidrógeno en las carreteras del mundo.
Las investigaciones sobre el hidrógeno como futura fuente de energía están muy
avanzadas en países como Japón, Alemania y Estados Unidos. En la compañía General
Motors predicen la aparición masiva de vehículos no contaminantes, que funcionarán a
pilas de hidrógeno. En el año 2007 se estimaba que tales vehículos estarían listos para
2010 o, a más tardar, para 2012, pero ya comienzan a cumplirse estas fechas y, al
parecer, existen poderosos intereses que retrasan la producción de los vehículos no
contaminantes. Y esto ocurre a pesar de los progresos realizados en los últimos años
respecto a los materiales para fabricar las pilas de hidrógeno. Entre los años 2000 y
2007, el peso y el costo de las placas especiales de las pilas de ese combustible
disminuyeron un 90%.

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TEMA 2: EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO

Qué es la Ciencia
Como ciencia se designa todo aquel conocimiento adquirido a través del estudio
o de la práctica, constituido por una serie de principios y leyes, deducidos mediante la
observación y el razonamiento, y estructurados sistemáticamente para su comprensión.
El origen de la palabra ciencia se rastrea en el vocablo latín scientĭa, que significa
‘conocimiento’, ‘saber’.
Como tal, la ciencia se rige por métodos conformados por un conjunto de
normas y pasos que le otorgarán validez y rigor científico al proceso de investigación.
En este sentido, sus hallazgos y observaciones deberán ser siempre objetivos y
comprobables.
La ciencia, en general, comprende varios campos de conocimiento, dentro de los
cuales cada uno desarrolla sus propias teorías con base en sus métodos científicos
particulares. La ciencia, además, está íntimamente relacionada con el área de la
tecnología, ya que los grandes avances de la ciencia, hoy en día, se logran a través del
desarrollo de las tecnologías ya existentes y de la creación de nuevas tecnologías, y
viceversa.
Características de la Ciencia
A continuación, nos referiremos a las principales características de la ciencia,
siguiendo la enumeración clásica de Mario Bunge, en su obra La Ciencia, su Método y
su Filosofía.
1) El conocimiento científico es fáctico. Se atiene siempre a los hechos. Los
enunciados fácticos confirmados se llaman “datos empíricos”. Se obtienen con ayuda de
teorías y son a su vez materia prima para la elaboración teórica.
2) El conocimiento científico trasciende los hechos. Descarta algunos, produce
nuevos hechos y los explica. El sentido común se queda con el simple hecho aislado, sin
correlacionarlo con otros o explicarlo. El científico intenta ir más allá de las apariencias,
rechaza muchos hechos como irrelevantes o accidentales, controla otros o incluso los
reproduce.
3) La ciencia es analítica. Trata de descomponer todo en elementos. No se
plantea cómo es el universo en su conjunto. Trata de entender cada situación total en
términos de sus componentes. Intenta descubrir los elementos que componen cada
totalidad, y las interconexiones que explican su integración.
4) La investigación científica es especializada. Como consecuencia del
enfoque analítico de los problemas, se da la especialización. Esta especialización no
impide la formación de campos interdisciplinarios, tales como la biofísica, la
bioquímica, la psicofisiología, etc.
5) El conocimiento científico es claro y preciso. Sus problemas son distintos,
sus resultados son claros. El conocimiento ordinario, en cambio, es vago e inexacto. En
la vida diaria no nos preocupamos por dar definiciones precisas, descripciones exactas o
mediciones afinadas. La ciencia torna preciso lo que el sentido común conoce de
manera nebulosa.

33
6) El conocimiento científico es comunicable. No es inefable, sino expresable.
No es privado, sino público. Lo inefable puede ser propio de la poesía o de la música,
no de la ciencia, cuyo lenguaje es informativo, y no expresivo o imperativo.
7) El conocimiento científico es verificable. Debe pasar el examen de la
experiencia. La verificación consiste en poner a prueba consecuencias particulares de
hipótesis generales. Siempre se reduce a mostrar que hay o no hay algún fundamento
para creer que las suposiciones en cuestión corresponden a los hechos observados o a
los valores medidos.
8) La investigación científica es metódica. No es errática sino planeada. Todo
trabajo de investigación se funda sobre el conocimiento anterior, y, en particular, sobre
las conjeturas mejor confirmadas. La investigación procede según reglas y técnicas que
han resultado eficaces en el pasado, pero que son perfeccionadas continuamente.
9) El conocimiento científico es sistemático. Una ciencia no es un agregado de
informaciones inconexas, sino un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí.
Esta conexión entre las ideas puede calificarse de orgánica, en el sentido de que la
sustitución de cualquiera de las hipótesis básicas produce un cambio radical en la teoría.
10) El conocimiento científico es legal. Busca leyes del pensamiento, de la
naturaleza y de la cultura, y las aplica. Hay leyes de hechos y leyes según las cuales se
puede explicar otras leyes.
Los hechos culturales han sido legalizados en menor medida que los naturales,
en parte debido al prejuicio de que los hechos humanos no pueden ser sometidos a la ley
o que sólo las relaciones numéricas merecen ser llamadas leyes científicas.
11) El conocimiento científico es predictivo. La predicción es una manera
eficaz de poner a prueba las hipótesis; pero también permite controlar los
acontecimientos. En contraste con la profecía, la predicción científica se funda en leyes.
La predicción científica se caracteriza por su perfectibilidad antes que por su certeza.
12) La ciencia es falible, y por consiguiente capaz de progresar.
13) La ciencia es útil. La utilidad de la ciencia es una consecuencia de su
objetividad. Sin proponerse necesariamente alcanzar resultados aplicables, la
investigación los provee a la corta o a la larga. Pero además de ser útil por sus
beneficios técnicos, la ciencia es útil porque crea el hábito de adoptar una actitud de
libre y valiente examen, acostumbrando a la gente a poner a prueba sus afirmaciones y a
argumentar correctamente.

Qué es la Tecnología
Como tecnología designamos al conjunto de conocimientos de orden práctico
y científico que, articulados bajo una serie de procedimientos y métodos de rigor
técnico, son aplicados para la obtención de bienes de utilidad práctica que puedan
satisfacer las necesidades y deseos de los seres humanos.
La palaba tecnología significa, en un sentido etimológico, el estudio de la
técnica. Proviene del griego τεχνολογία (technología), que se compone de τέχνη
(téchne), que traduce ‘técnica, arte, oficio’, y λόγος (lógos), ‘estudio, tratado’.
Tecnología también se refiere a la disciplina científica enfocada en el estudio, la
investigación, el desarrollo y la innovación de las técnicas y procedimientos, aparatos y

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herramientas que son empleados para la transformación de materias primas en objetos o
bienes de utilidad práctica.
Tecnología también puede usarse en un sentido industrial para englobar al
conjunto de procedimientos o instrumentos que intervienen en la fabricación de
determinado producto: “la tecnología de la leche”.
También suele denominarse como tecnología la jerga de determinada ciencia o
campo de conocimiento.
La tecnología ha sido clave en el progreso técnico de la humanidad.
Tecnologías primitivas o clásicas desembocaron en el descubrimiento del fuego, la
invención de la rueda o la escritura. Las tecnologías medievales incluyen inventos tan
importantes como la imprenta, el desarrollo de las tecnologías de navegación, o el
perfeccionamiento de la tecnología militar. Más recientemente, en el siglo XVIII, el
desarrollo tecnológico de los procesos de manufactura resultaron determinantes para
la revolución industrial, mientras que en el siglo XX la tecnología evoluciona hacia un
nuevo campo: las tecnologías de la información y la comunicación, así como hacia
las tecnologías avanzadas, que incluyen el uso de la energía nuclear, la nanotecnología,
la biotecnología, etc.
El lado positivo de la tecnología es que su uso deriva en innovaciones que
ofrecen mejores condiciones de vida para la sociedad. El lado negativo de la
tecnología es el surgimiento de cuestiones sociales preocupantes, como el desempleo
debido a la sustitución del hombre por la máquina o la contaminación del medio
ambiente, que requieren un control continuo y estricto

Ciencia básica, ciencia aplicada y tecnología


(Mario Bunge)
Tomemos un físico que estudia las interacciones entre la luz y los electrones, en
particular el efecto fotoeléctrico, principio de la célula fotoeléctrica (o fotovoltaica).
Esta persona hace ciencia básica, sea teórica o experimental, si lo único que se propone
es enriquecer el conocimiento humano de las interacciones entre la luz y la materia. En
el laboratorio contiguo otro físico estudia la actividad fotoeléctrica de ciertas sustancias
particularmente sensibles, con el fin de comprender mejor cómo funcionan las células
fotoeléctricas, lo que a su vez podrá servir para fabricar dispositivos fotoeléctricos más
eficaces. Este investigador hace ciencia aplicada (teórica o experimental) porque aplica
conocimientos obtenidos en investigaciones básicas. Desde luego, no se limita a aplicar
conocimientos existentes: lejos de esto, busca nuevos conocimientos, pero más
especiales, puesto que no se refieren a la interacción de la luz y la materia en general,
sino entre luz de ciertos colores y materia de ciertas clases.
Pasemos ahora de los laboratorios científicos a los industriales. El laboratorio
industrial no produce ciencia sino tecnología, es una fábrica de técnicas. Por ejemplo,
en él acaso encontremos también a un investigador que estudia células fotoeléctricas,
pero ya no tan sólo para saber cómo funcionan, sino también para diseñar una batería de
células fotovoltaicas, montada sobre un satélite artificial que se mantenga encima de
una ciudad, para proveerla de energía eléctrica. Esta persona no es un científico sino un
ingeniero (de alto nivel, por supuesto) y, como tal, su morada está puesta sobre
artefactos útiles. Para él la ciencia no es un fin, sino un medio.

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Finalmente, pasemos del laboratorio industrial a una fábrica que produce en
escala comercial las baterías de células fotovoltaicas diseñadas por nuestro ingeniero.
La finalidad de esta actividad es diferente de la que animaba a las actividades del
científico y del ingeniero: ahora se trata de obtener ganancias, sea para los accionistas
de la empresa, sea para la sociedad. Ni siquiera el artefacto, meta para el ingeniero, es
ahora una meta; si su comercialización no es provechosa, los dirigentes de la empresa
ordenarán a sus técnicos que diseñen artefactos de otro tipo.
Distinguir tipos de actividad no implica separarlas. Todos sabemos que lo que
empieza como investigación desinteresada puede terminar como mercancía (por
ejemplo, un televisor). En la época actual, a diferencia de las anteriores, hay un flujo
incesante de la investigación básica a la aplicada, de ésta a la técnica, y de ésta a la
economía (producción, comercialización y servicios). Si el flujo es intenso, también lo
es el reflujo. Así, por ejemplo, la industria provee, tanto a la técnica como a la ciencia,
medios indispensables tales como aparatos, instrumentos de medicina, drogas e incluso
animales de experimentación.
En suma, los cuatro sectores indicados –ciencia básica, ciencia aplicada, técnica
y economía- son diferentes pero interactúan vigorosamente. Además, estos cuatro
sectores están ligados con otros dos, que los expertos en política científica y técnica no
suelen mencionar: la filosofía y la ideología. En efecto, no hay investigación científica
sin supuestos filosóficos acerca de la naturaleza y de la sociedad, así como la manera de
conocerlas y transformarlas. Ni hay técnica sin ideología, ya que ésta fija valores y, con
éstos, fines.

Las pseudociencias y el “macaneo”


(Mario Bunge)
Aunque el hombre piensa desde que es hombre, esto es, desde hace cientos de
miles de años, el pensamiento científico, esto es, el pensamiento puramente racional, es
sorprendentemente nuevo: apenas tiene unos cuatrocientos años. Las formas del
pensamiento primitivo del hombre, que aún hoy perduran, mezcladas con el
pensamiento racional, se denominan pensamiento mítico y pensamiento mágico. El
pensamiento mítico explica los acontecimientos, en especial los grandes
acontecimientos, como el origen del mundo y del hombre, mediante relatos en los que
personajes sobrehumanos (dioses, demonios, genios, titanes, etc.) son los responsables
de la situación humana.
El pensamiento mágico supone que el hombre puede asociarse a estos seres
sobrehumanos, o manipularlos realizando ciertos actos o pronunciado las palabras
adecuadas. Pertenece al pensamiento mágico la antigua creencia de que en el mundo
hay una especie de equilibrio de bienes y males, y que si se realiza algún sacrificio, los
dioses o simplemente la naturaleza retribuirán este gesto con un beneficio. También es
de filiación mágica la creencia de una causalidad irracional en la naturaleza (objetos o
acciones que traen “mala suerte”). La ignorancia y una falta de adecuado ejercicio del
pensamiento científico, sumado a la fragilidad humana, el temor a la muerte, etc., hacen
que estos mecanismos irracionales del pensamiento sean extremadamente difíciles de
erradicar, incluso entre personas que se supone “bien formadas”.
Es verdad que puede hablarse de rudimentos de ciencia en el mundo antiguo,
pero el método científico aún no se ha conformado en su plenitud. Los sabios de la
Antigüedad admiten las más ingenuas creencias en nombre de la autoridad de maestros

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prestigiosos o de antiguas obras, cuando más arcaicas más valoradas. La metafísica de
pensadores como Platón y Aristóteles es tomada como una base sobre la cual construir
el conocimiento de la naturaleza, antes que la experiencia directa. Por ello decimos que
el pensamiento plenamente científico nace en el siglo XVII, con la obra de Galileo, que
se enfrenta a la autoridad de la tradición, sobre todo del gran maestro Aristóteles. A
partir de Galileo, la ciencia no aceptará ninguna autoridad como superior a la
experiencia y el razonamiento del científico.
La palabra pseudociencia tiene una connotación negativa ya que equivale a
decir “ciencia falsa”. Por eso, a pesar de que las pseudociencias son planteos no
científicos, se presentan como tales. Las pseudociencias tienen algo tanto de “ciencia”
como de “pseudo”. Sus ideas, a pesar de basarse en teorías científicas en muchos
casos, no han logrado ser demostradas y no son refinadas o perfeccionadas
constantemente, por lo que no se puede saber si son ciertas o no, es decir, son
especulaciones. Muchas veces, las prácticas pseudocientíficas se hacen pasar por
ciencias porque el “título” de ciencia es respetable y genera confianza.
En cuanto al “macaneo”, recordemos que en nuestro país macana es sinónimo
de disparate, tontería o contratiempo. Quien piensa o dice macanas es un macaneador.
Todos los pueblos subdesarrollados son hospitalarios al macaneo. Esto se debe al bajo
nivel cultural y, en particular, a la enseñanza que favorece la memorización y desalienta
el pensamiento crítico. Pero sería errado creer que el Tercer Mundo es el máximo
fabricante de macanas. Sólo es el máximo consumidor de macanas fabricadas en los
países avanzados. Recuérdese que la astrología, la interpretación de los sueños, la
cartomancia (así como otras formas de “adivinación”), la parapsicología, y el
posmodernismo fueron inventados en el Viejo Mundo.
Que exista la industria de la macana no es sorprendente. Lo que sorprende y
alarma es que esta industria crezca en lugar de decrecer a medida que avanzan la ciencia
y la técnica. Aunque éste parece ser un fenómeno mundial, es particularmente visible en
países como Francia, EUA, Rusia y la Argentina, que en otros tiempos se enorgullecían
de su racionalismo y cientificismo.
Un buen indicador de la industria del macaneo es la lista de conferencias
públicas que se imparten en una ciudad en un día dado. Hace medio siglo el público de
Buenos Aires asistía a conferencias serias y tenía pocas ocasiones de escuchar a
macaneadores profesionales en público. En aquellos tiempos la mayoría de los
macaneadores profesionales se reunían en sociedades cerradas o atendían
individualmente en su gabinete, cobrando la consulta. Hoy se exponen al público para
ablandar las mentes y promover el negocio.
Tengo a la vista la lista de conferencias públicas anunciadas en la Nación para
hoy. Son 29, de las cuales por lo menos 21 son macaneo puro. He aquí algunos de los
títulos más llamativos: “¿Existe el aura humana?”, “Poltergeist”, “Relaciones con el
Infinito”, “Biosinergia, la ciencia de la transformación”, “¿Cuál es el misterio de la
tecnología dianética?”, “El éxito personal a través de Júpiter y Saturno”.
¿A qué se debe el florecimiento actual de la industria del macaneo? Supongo
que a una conjunción de circunstancias: la decadencia de las iglesias tradicionales, los
cambios drásticos en los sistemas de valores y códigos de conducta, la incertidumbre
causada por los avances técnicos y por las depresiones económicas cada vez más
frecuentes, y el temor a la ciencia, que es vista a menudo como la principal causa de los
problemas que nos aquejan.

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Hasta aquí hemos tocado solamente el macaneo popular. Hay otro, quizás más
peligroso: es el que se lleva a cabo en las universidades. El ejemplo más reciente de este
macaneo es el movimiento llamado posmoderno. Nadie sabe a ciencia cierta en qué
consiste. Lo único claro es que se caracteriza por el llamado pensamiento débil
(Vattimo), que se precia de ser anticientífico. O sea, es irracional, y por lo tanto
premoderno.
El “deconstruccionismo” es un exponente típico del posmodernismo literario.
Es una construcción del crítico literario y pretendido filósofo Jacques Derrida. Los
deconstructivistas creen que todo cuanto existe es un texto, y se ocupan de analizar
textos a su manera. Según ellos, vivir es leer e interpretar textos.
Estos profesores de oscuridad sostienen que, puesto que nada existe fuera de
algún texto, la verdad objetiva no existe, y no hay que intentar representar el mundo.
Más aún, sospechan de toda teoría, no porque sepan que nuestras teorías acerca del
mundo son imperfectas, sino porque creen que toda teoría es ilusoria y represiva. Así
como los macarthystas veían comunistas debajo de cada cama, los deconstructivistas
ven el “poder” detrás de cada idea, aunque sea matemática. Lo ven pero no prueban que
esté allí.
No me pida el lector que explique en qué consiste reconstruir un texto, porque
no he logrado comprender lo que escriben Derrida y sus amigos. Pero al menos sé que
el deconstruccionismo no ayuda a comprender el mundo ni, aún menos, a arreglarlo. En
efecto, para comprender o cambiar el mundo hay que enfrentarlo y estudiarlo en serio,
en lugar de limitarse a escribir textos incomprensibles para pasar por profundo.-
El Pensamiento Mágico en el Mundo Moderno
La magia consiste en pensar o hace algo pretendidamente sobrenatural, esto es,
algo que escapa a las leyes naturales. Por ejemplo, levitar, matar clavando alfileres en
un muñeco, mover dados con la mente, leer el futuro en hojas de té.
Tanto la magia como la religión afirman la existencia de entes no naturales. Pero
mientras la religión piensa lo sobrenatural como prerrogativa de la deidad, la magia
pone lo sobrenatural al alcance del hombre o, mejor dicho, de aquellos privilegiados que
han aprendido los trucos adecuados.
Lo mágico es la versión secular del milagro divino. Los magos son sacerdotes
seglares, y sus clientes son a menudo feligreses desilusionados de la religión. Una
ventaja que ven en los magos por sobre los sacerdotes es que aquéllos prometen
conseguir algo aquí y ahora, no en el más allá y en el porvenir.
Otra ventaja de los magos es que no se interesan por la moral, desconocen la
diferencia entre el bien y el mal, la virtud y el pecado. Además, cobran honorarios pero
no imponen penitencias humillantes. El mago es una especie de técnico pero sus
técnicas, a diferencia de las del ingeniero, contradicen a la ciencia.
En las naciones modernas o en vías de modernización casi todos nos jactamos de
ser racionales, prácticos, y a veces incluso de obrar conforme a la ciencia o a la técnica.
Pero de hecho muchos de nosotros razonamos a menudo de modo mágico y cumplimos
ritos mágicos, a veces sin advertirlo. Por ejemplo, a veces creemos que lograremos algo
con sólo desearlo fervientemente (voluntarismo), interpretamos sueños, acudimos a
brujos, creemos rumores fantásticos, tocamos madera, etc.
¿A qué se debe el pensamiento mágico? Hay quienes dicen que todos somos
naturalmente irracionales no es verdad, como lo muestran los ejemplos del científico y

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del técnico, e incluso del pequeño empresario, que casi siempre toman decisiones
racionales cuando se trata de problemas concretos y bien circunscriptos.
Otros se encogen de hombros y sostienen: “En algo tenemos que creer”. De
acuerdo: el escepticismo radical o sistemático implica el inmovilismo y lleva a la
desesperación. Pero no hay porqué creer en lo absurdo o en lo imposible.
Al parecer, la ocupación es un factor determinante de la superstición. Cuando le
reproché a un exitoso corredor de bolsa el que llevara una pata de conejo en el bolsillo,
admitió que se trataba de una superstición, pero agregó que la pata lo tranquilizaba. Y
agregó: “Todos los individuos que ejercen profesiones riesgosas son supersticiosos. En
particular lo son los especuladores de bolsa, los pilotos de línea y las prostitutas. Lo son
porque están en gran medida a merced de factores sobre los que no ejercen control”.
A primera vista esta explicación es plausible. Pero a poco que se reflexione salta
el contraejemplo: el político poderoso que consulta al brujo o al astrólogo. Es claro que
el defensor de la hipótesis que comentamos podrá defenderla diciendo que cuanto más
poderosa es la persona, tanto menos segura se siente. Tal vez, pero no olvidemos la raíz
más profunda del pensamiento mágico: la ignorancia de la ciencia y de la técnica.
¿Cuántos políticos han tenido un entrenamiento científico o técnico riguroso? Y, ¿cómo
suelen enseñarse la ciencia o la técnica, si no como una colección de reglas o de
operaciones comprendidas sólo a medias?

La Incorporación de los estudiantes a un enfoque científico del mundo


Julia Salinas de Sandoval (Tucumán, 2000)
Blanché (El Método Experimental y la Filosofía de la Física, FCE, 1980,
México) y Koyré (Estudios Galileanos, S.XXI, 1980, Buenos Aires) coinciden en
afirmar que existen cuatro rasgos que separan la ciencia antigua de la nueva:
1) La superación de visiones mágicas, animistas o místicas; 2) la abstracción de
los fenómenos naturales; 3) el razonamiento hipotético-deductivo y 4) la
experimentación. Cada uno de estos aspectos había sido desarrollado en alguna medida
por civilizaciones antiguas (hindú, árabe, griega). Mérito (y escándalo) de Galileo es
unificarlas en una nueva estrategia para conocer, explicar y predecir los fenómenos de la
naturaleza.
1) Los griegos reconocen a la inteligencia humana como herramienta apta para
entender los fenómenos naturales. Euclides desarrolla su geometría y Arquímedes
surge como un notable precursor de la aplicación del conocimiento racional,
matemático, a los problemas de la vida cotidiana.
2) Galileo describe los fenómenos naturales en lenguaje matemático, en
términos de relaciones cuantitativas entre variables que son magnitudes (es decir,
susceptibles de ser medidas). Hasta entonces las matemáticas no parecían vincularse con
los problemas prácticos. En la Ciencia Nueva se reemplaza el espacio concreto por el
espacio abstracto de la geometría euclidiana. Toda la riqueza y heterogeneidad de los
fenómenos naturales es reemplazada por modelos abstractos (intelectuales, no
inmediatamente sensibles) y generales (los hechos singulares son considerados como
casos de pautas generales) de la realidad. Estos modelos son representaciones
simplificadas que sólo tienen en cuenta algunas de las variables intervinientes, y algunas
de las relaciones entre esas variables.

39
Galileo se ubica “fuera de la realidad” al trabajar con planos absolutamente lisos
y duros y cuerpos absolutamente esféricos y rígidos, al acometer el estudio puramente
geométrico del caso “simple” del cuerpo abstracto en el espacio geométrico (y no del
cuerpo concreto en el espacio real). Galileo busca la ley matemática que expresa la ley
de la naturaleza y logra enunciar la ley de la caída de los cuerpos (la primera ley de la
física clásica).
3) En la Ciencia Nueva la hipótesis es un enunciado conjetural (que permite
deducir otros enunciados) cuya validez es controlada por su correspondencia con los
hechos reales. Las hipótesis son puntos de partida sobre cuya validez nunca puede
tenerse certeza. El conocimiento de la naturaleza es siempre provisorio. Aún cuerpos
teóricos con gran poder explicativo y predictivo se han visto cuestionados de raíz
(revisión einsteniana de las hipótesis básicas de Newton).
En física se acepta además la coexistencia de modelos teóricos alternativos para
un mismo ámbito de fenómenos naturales (dentro de la óptica, las teorías geométrica,
electromagnética, cuántica). La pertinencia de uno u otro modelo se establece a partir
del contexto de aplicación específico.
La Ciencia Antigua
La ciencia antigua está representada fundamentalmente por la cosmofísica
aristotélica, tal como se la comprendía en la Edad Media.
La teoría aristotélica partía de los datos del sentido común y realizaba una
elaboración sistemática muy coherente (aunque no matematizada). La concepción
aristotélica:
1) establece una separación entre el mundo terrestre y el mundo celeste;
2) concibe la materia terrestre como mezcla de cuatro elementos. Los objetos
celestes están constituidos por un quinto elemento, el éter;
3) cada elemento tiene un “lugar natural”: el más alto es el fuego, luego siguen
el aire, el agua y la tierra;
4) hay un movimiento “natural”, que es rectilíneo, y lo realizan los cuerpos para
alcanzar su “lugar natural”; el “estado natural” de los objetos es el reposo;
5) el “movimiento forzado” desplaza objetos a lugares que no son “naturales”;
6) los cuerpos celestes realizan un movimiento circular alrededor del centro del
universo: la Tierra;
7) niega el vacío y el movimiento en el vacío; para realizar un movimiento se
necesita la resistencia del medio.
La Ciencia Nueva atacó estos principios, pero la relatividad y la cuántica
llevaron más allá la revisión del conocimiento del mundo.
Aunque la relatividad contradice la imagen tradicional del espacio y el tiempo,
el cuestionamiento ataca a la intuición sensible pero no a los grandes principios
reguladores del pensamiento. La objetividad de las medidas se confirma en un lugar
superior. El determinismo se refuerza.
La cuántica, en cambio, afecta profundamente las estructuras mentales y ataca
convicciones no solo epistemológicas (referidas a la índole del conocimiento del
mundo) sino también ontológicas (referidas a la índole del propio mundo natural). El

40
principio de incertidumbre (Heisemberg) pone en evidencia que el proceso de
medición es siempre una interacción que modifica aquello que se observa.
La complementariedad de la onda y el corpúsculo impone la asociación
de dos concepciones que se excluyen según la representación habitual, y cuestiona el
principio de identidad.
El principio de permanencia también es puesto en tela de juicio cuando se dice
que la onda no tiene realidad física y que el corpúsculo pierde su individualidad en el
curso del tiempo.
La relatividad y la cuántica profundizan el cuestionamiento (iniciado por la
física clásica) a un conocimiento sobre la naturaleza basado en el sentido común y las
experiencias sensoriales.
¿Está ese saber antiguo erradicado de nuestras aulas?
Los enunciados de la cosmofísica aristotélica parecen adaptarse mejor a la
experiencia sensorial, cualitativa, inmediata, no científica. Tales, por ejemplo, los del
geocentrismo, diferencias absolutas entre “arriba” y “abajo”, la oposición entre reposo y
movimiento, etc.
Este tipo de ideas reaparecen en los estudiantes y hasta en algunos docentes. Es
lo que se llama “física del sentido común”. Podemos dar ejemplos en diferentes ramas
de la física.
 Mecánica. Los estudiantes suponen que la duración de la caída de un cuerpo
es inversamente proporcional al peso del cuerpo, y consideran absolutos a determinados
sistemas de referencia. Suponen que las leyes clásicas deben regir también en lo
inmensamente grande y en lo inmensamente pequeño.
 Termodinámica. Conciben al calor como un fluido que intercambian los
cuerpos.
 Electromagnetismo. Asignan comportamientos de fluido a la intensidad de
corriente y rechazan, por ininteligible, la idea de un campo sin soporte de materia
ordinaria.
 Óptica. Llegan a creer que rayos surgen de los ojos del observador. Tienen
dificultades para concebir la naturaleza dual de la luz.
Podemos concluir que la instrucción habitual no erradica esas ideas y es incapaz
de proporcionar una adecuada comprensión de las leyes y de los conceptos científicos
básicos.

El ocaso de la era baconiana y el futuro de la humanidad


Francisco Sagasti (Perú, 2005)
Un nuevo y fluido orden mundial está surgiendo al iniciarse el siglo XXI y el
tercer milenio de la era cristiana. Profundos cambios en todos los ámbitos de la
actividad humana están cuestionando nuestras maneras de pensar y forzando una
reinterpretación de lo que entendemos por “progreso” y “desarrollo.”
Nuestro tiempo es el producto de un conjunto muy especial de procesos
históricos que tienen sus raíces en las civilizaciones antiguas de Grecia, Roma, China e
India, y que evolucionaron lentamente hasta la mitad del segundo milenio de la era
cristiana. Estos procesos convergieron en la época del Renacimiento y de la Revolución

41
Científica para configurar la ascendencia y diseminación mundial de la civilización
occidental durante los últimos 500 años. Mirando hacia el pasado con lo aprendido
durante estos siglos, es posible argumentar que lo que confirió a este período de la
historia su carácter peculiar y único fue la articulación y puesta en marcha de lo que
podemos llamar “el Programa Baconiano”, cuyo principal arquitecto fue Sir Francis
Bacon, filósofo insigne y tesorero de la Corona de Inglaterra.
El filósofo alemán Hans Jonas ha definido el Programa Baconiano en los
siguientes términos: “orientar el conocimiento hacia el dominio sobre la naturaleza, y
utilizar este dominio para mejorar la situación de la humanidad” (Jonas, 1984, p. 140).
Tres factores clave distinguieron a este programa de otras maneras de visualizar la
generación y utilización de conocimiento en los tiempos de Bacon: (i) la toma de
conciencia acerca de la importancia de emplear procedimientos de investigación
adecuados (el método científico); (ii) una visión clara de objetivo central de la ciencia
(mejorar la condición humana); y (iii) una perspectiva práctica sobre las medidas
necesarias para poner en práctica el programa (instituciones científicas y apoyo estatal).
Más tarde, particularmente durante la Ilustración, la idea de progreso humano continuo,
acumulativo y permanente se transformaría en la fuerza impulsora del Programa
Baconiano. La combinación de estos tres factores, unidos a una fe en el progreso
humano sin límite, todos ellos firmemente anclados en la convicción de que la
humanidad ocupaba el lugar central y privilegiado en un mundo producto de la creación
divina, le dieron al Programa Baconiano su carácter especial y único que le permitió
resistir los embates del tiempo y perdurar hasta nuestros días. Como consecuencia de la
puesta en práctica de este programa, la condición humana ha mejorado en forma tal que
Bacon y sus contemporáneos ni siquiera pudieron imaginar hace casi cuatro siglos.
La convicción de que la humanidad es capaz de avanzar en forma lineal,
continua e ilimitada hacia un mundo mejor —la idea del progreso — fue la principal
fuerza motriz del Programa Baconiano. Esta idea permitió movilizar las energías
humanas durante los siglos XVII, XVIII y XIX en Occidente para emprender una serie
de iniciativas en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la producción y la organización
social, las cuales alteraron radicalmente las relaciones entre nuestra especie y el entorno
biofísico que nos rodea, así como las vinculaciones entre los seres humanos. A partir de
la noción helenística de que el conocimiento podía adquirirse en forma organizada, la
idea de progreso se fue transformando a través de la historia de la civilización
Occidental. Las concepciones cíclicas del universo, en las cuales los eventos y las
situaciones se repetían periódicamente a lo largo de un “gran año”, tuvieron que ser
superadas antes de que pudiéramos aceptar plenamente que los avances en nuestra
capacidad de comprender y dominar el mundo que nos rodea tienen un carácter
acumulativo y abierto. La fe en los designios divinos, que conferían un orden a la
estructura del cosmos —orden generalmente escondido o implícito, que planteaba a la
humanidad el desafío de develarlo— jugó un papel muy importante en la evolución de
la idea del progreso durante la Edad Media. El Renacimiento añadió la revalorización
del individuo y de las intervenciones deliberadas como medio para mejorar la condición
humana, mientras que los descubrimientos científicos y geográficos de los siglos XVI y
XVII contribuyeron a fundamentar la creencia de que el progreso humano era algo
inevitable y basado en la acumulación de conocimientos.
Con el surgimiento y posterior triunfo del racionalismo durante los siglos XVII,
XVIII y XIX, la idea de progreso perdió gradualmente sus ribetes religiosos. Durante la
Ilustración se convirtió en una idea totalmente secular, en la cual la providencia divina
jugaba un papel marginal, si es que jugaba papel alguno. El progreso adquirió un
carácter específicamente social y fue visto como el resultado de las acciones humanas.

42
La idea de progreso permanecería firmemente inserta en la mentalidad Occidental hasta
principios del siglo XX como una fuerza positiva y hasta inevitable.
Sin embargo, los eventos de los primeros cuatro decenios de lo que el historiador
británico Eric Hobsbawm (1994) llamó el “corto siglo veinte”, cuestionaron
severamente las nociones de progreso humano continuo y sin fin. Estos decenios fueron
testigos de las guerras entre Rusia, China y Japón, la carnicería de la primera guerra
mundial, la revolución rusa y la emergencia del totalitarismo comunista, el avance del
fascismo y el nazismo en Europa, el colapso de Wall Street en 1929 y la gran depresión
norteamericana durante los años treinta, el holocausto y la gran destrucción de la
segunda guerra mundial, y el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki. Estos
trágicos acontecimientos, que aniquilaron a decenas de millones de personas y
generaron incalculable sufrimiento, no permitieron continuar abrigando y alimentando
la concepción de que el progreso humano era acumulativo, inevitable y permanente. Al
socavarse esta creencia, los éxitos y logros del Programa Baconiano —íntimamente
vinculado a la idea de progreso— también empezaron a ser cuestionados.
Un supuesto fundamental del Programa Baconiano fue que la humanidad
ocupaba el lugar central en un mundo creado por Dios. La descripción y reinterpretación
del mito de Prometeo por parte de Sir Francis Bacon ofrece un planteamiento muy claro
de su punto de vista que la intervención divina había otorgado a nuestra especie un sitial
privilegiado en el cosmos. Para Bacon, “Prometeo significa de una manera clara y
específica la Divina Providencia… el trabajo especial y peculiar de la Providencia fue la
creación y constitución del Hombre.” Luego añade: “El propósito central de la parábola
parece ser que el Hombre, si es que examinamos las causas finales, puede ser
considerado como el centro del mundo; de tal manera que si el Hombre fuera extraído
del mundo, el resto parecería perderse, sin fin o propósito… Esto es porque todo el
universo trabaja conjuntamente al servicio del Hombre, y no hay nada de lo cual el no
derive un uso o fruto. Las revoluciones y trayectorias de las estrellas le sirven para
distinguir las estaciones y definir la ubicación de las distintas partes del mundo. Los
fenómenos en el cielo medio le permiten pronosticar el tiempo y el clima. Los vientos
empujan sus barcos y hacen funcionar sus fábricas y motores. Las plantas y los animales
de todo tipo existen para proporcionarle vivienda y protección, para darle ropa,
alimentos y medicina, o para aliviar su trabajo, o para darle placer y comodidad; todo
esto debido a que todas las cosas existen para beneficio y provecho del Hombre, y no
para su propios fines” (Bacon, 1985, pp. 270-271).2
Esta creencia en la centralidad de la humanidad sería luego trasladada al ámbito
secular y mantenida en prácticamente todas las narrativas de la evolución humana, si
bien Dios sería dejado de lado en la mayoría de las explicaciones científicas del origen
del universo y de nuestra especie.
La supuesta superioridad y el carácter único de la humanidad, así como la
centralidad que nos hemos asignado en el orden del cosmos, han sido atacadas desde
varios frentes. Durante el siglo XX, y especialmente durante los últimos cinco decenios,
han surgido nuevos desafíos a las concepciones de la realidad y de la condición humana
que hemos heredado del Programa Baconiano. Como consecuencia, estamos siendo
forzados a mirarnos desde nuevos puntos de vista y bajo nuevas luces. Esto hace
necesario reposicionar a la humanidad de una manera excéntrica en relación a los otros
organismos vivientes y al mundo que nos rodea.
Entre los descubrimientos que requieren una revisión de nuestras concepciones
de la naturaleza humana y una revisión de los postulados del Programa Baconiano
podemos encontrar:

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 los avances en física de las partículas, que han cambiado nuestras ideas de la
realidad física y la noción de que existe un mundo externo, totalmente separado
e independiente de nosotros como observadores e intérpretes;
 los descubrimientos en cosmología cuántica, que nos están forzando a modificar
nuestras perspectivas sobre el origen y el destino del universo, y sobre el lugar
que ocupamos en él;
 los resultados de investigaciones sobre la naturaleza del tiempo, que requieren
abandonar la noción de que este fluye de manera absoluta e inmutable como
telón de fondo para el progreso de la humanidad;
 la necesidad de aceptar que las actividades humanas están cada vez más
estrechamente acopladas con los ecosistemas biofísicos, que nos está obligando
a abandonar la idea de que la naturaleza existe para ser conquistada por los seres
humanos;
 los avances en biotecnología e ingeniería genética, que nos están dando la
capacidad de alterar conscientemente la dirección de nuestra propia evolución
biológica;
 los desarrollos en la inteligencia artificial, que han surgido para complementar y
plantear desafíos a las ideas convencionales acerca del carácter único y especial
de la razón humana; y
 los nuevos avances en las ciencias y tecnologías de la información, que están
creando nuevos tipos de “realidades” y alterando fundamentalmente la
naturaleza y los patrones de interacciones humanas.
Estos desafíos son producto de los avances científicos y tecnológicos de la
civilización Occidental, que acompañaron el despliegue del Programa Baconiano. Su
impacto combinado, que irrumpió con fuerza atronadora al culminar el siglo XX, nos
obliga a reevaluar el legado de la era baconiana. Desde esta perspectiva, la
interpretación del mito de Prometeo que hizo Bacon debe ser actualizada, pero en
términos más ambiguos e inciertos y sin suponer que “el Hombre es el centro del
universo”.
En todos y cada uno de los campos mencionados, nuestro conocimiento está
avanzando a tal velocidad que es casi imposible ofrecer una descripción precisa de la
amplitud e intensidad de los cambios en marcha. Como consecuencia de estos avances
hemos tenido que aceptar nociones extrañas acerca de la naturaleza probabilística del
mundo físico, que no es algo objetivo que “está allí” independiente de los seres
humanos como observadores, y también a considerar nociones aún más insólitas acerca
de la existencia de una multiplicidad de universos, cuya existencia no puede ser
comprobada con las herramientas de la ciencia moderna. Hemos tenido que revisar
nuestras ideas acerca del flujo lineal y continuo del tiempo, que ya no puede ser
considerado como referencia absoluta e inmutable para el avance ilimitado del progreso
humano. También nos hemos visto obligados a abandonar nuestra concepción
antropocéntrica del medio ambiente, y a reevaluar los vínculos de reciprocidad que
existen entre los seres humanos y el mundo biofísico que nos rodea.
Al mismo tiempo, estamos en proceso de hacernos plenamente responsables de
guiar la evolución biológica de nuestra especie, estemos o no en capacidad de aceptar
esta enorme y portentosa responsabilidad; empezamos a enfrentar al desafío de la
inteligencia artificial, que nos ha demostrado que la capacidad de razonar —aun en

44
ámbitos claramente delimitados— no es una facultad exclusivamente humana; y
también hemos tenido que hacer frente al rápido surgimiento del ciberespacio, un nuevo
nivel de realidad, que quiebra el dualismo materia-mente que ha impregnado la
concepción moderna del mundo en que vivimos. Por último, pero no menos importante,
nos hemos dado cuenta de que los avances tecnológicos están transformando las
interacciones humanas, fragmentando nuestro ser y alterando profundamente nuestro
sentido de identidad personal.
Estos desafíos hacen necesario reconsiderar los fundamentos del Programa
Baconiano. Los métodos de la ciencia moderna han evolucionado gradualmente a lo
largo de cuatro siglos desde los tiempos de Bacon, Descartes, Galileo Newton, y de
muchos otros pioneros de la ciencia moderna, pero experimentarán transformaciones
aún más radicales a medida que avancemos en el siglo XXI y en el nuevo milenio.
Nuestros esfuerzos por mejorar la condición humana han tenido una serie de
consecuencias inesperadas e indeseables, que han hecho imposible cumplir plenamente
y sin ambigüedad con el precepto Baconiano de utilizar el conocimiento para beneficio
de la humanidad. Los arreglos institucionales para la generación y utilización del
conocimiento, junto con la idea de que el conocimiento es un bien público y que apoyar
la investigación es principalmente una responsabilidad estatal, están siendo modificados
en forma violenta, al mismo tiempo que la privatización de vastas áreas de
conocimiento científico avanza aceleradamente. En forma adicional y como se indicó
anteriormente, la confianza en el carácter continuo e ilimitado del progreso humano ha
sido socavada por las catástrofes humanas del siglo XX. Más aún, la progresiva pérdida
de las dimensiones éticas y morales que Bacon —en su genuina y profunda
preocupación por el bienestar de la humanidad— había introducido en su programa, es
una de las causas principales de la paradoja de que el extraordinario éxito del Programa
Baconiano terminó por destruir sus propios cimientos.
Todo esto sugiere que estamos siendo testigos del ocaso de la era baconiana.
Nuestros intentos de responder a todos los ataques a la centralidad prometeica de la
humanidad y los desafíos al Programa Baconiano están creando confusión, ansiedad y
un sentido ampliamente compartido de que la humanidad ha perdido el rumbo.
A medida que avanzamos en el nuevo siglo y en el nuevo milenio, la humanidad
se ha embarcado en un viaje hacia territorios desconocidos; un viaje cuyo destino no
podemos, al menos todavía, visualizar con claridad y que nos está forzando a reevaluar
la condición humana. Ambigüedades, paradojas e incertidumbre acompañan esta
transición, cuyas características e impacto son comparables a las del Renacimiento y la
Revolución Científica. Desde tiempos inmemorables los seres humanos nos hemos
distinguido en forma radical de las otras especies, tal como se refleja en los mitos de la
creación en todo el mundo, que identifican a la humanidad como lo más avanzado del
reino animal y lo más cercano al reino de los dioses. Sin embargo, si bien prácticamente
todas las civilizaciones le otorgan a nuestra especie un lugar especial en el orden
cósmico, el carácter único, la preeminencia y la centralidad de la humanidad en relación
a la naturaleza y a otras criaturas vivientes ha sido un tema particularmente dominante y
recurrente en la cultura occidental.
Nuestra especificidad emerge de una extraordinaria e inusual interacción entre
biología y cultura. La especie humana es la única que posee un lenguaje simbólico
altamente desarrollado y, por lo tanto, es capaz de adaptarse a las circunstancias
cambiantes por medio del cambio cultural. Por lo tanto, estamos excepcionalmente
ubicados para obtener ventajas de la interrelación entre las dimensiones biológicas y
culturales de nuestra evolución. Sobre la base del desarrollo del lenguaje, esta

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interrelación proporcionó el cimiento para que los seres humanos tomemos conciencia
de nuestra propia existencia, proceso que surgió en gran medida a través las
interacciones entre miembros de nuestra especie. A su vez, esta toma de conciencia nos
permitió organizar e integrar nuestras capacidades físicas y mentales para influenciar el
entorno que nos rodea, mejorando así nuestras perspectivas de evolución. La toma de
conciencia de nuestra propia existencia está estrechamente vinculada con el hecho de
que podemos anticipar el término de nuestras vidas, de que tenemos la certidumbre del
carácter finito de nuestra existencia y de nuestra inevitable temporalidad. Esto ha sido
una poderosa fuerza evolutiva que ha motivado a los seres humanos a trascender los
límites impuestos por la muerte biológica.
El lenguaje y la conciencia de nuestro propio ser permitieron el surgimiento de
las actividades intelectuales, acciones planificadas y el comportamiento orientado hacia
propósitos definidos, así como de una gran diversidad de actividades sociales. Somos
capaces de anticipar los resultados de nuestras acciones y de desplegar nuestros
esfuerzos en función de estas anticipaciones. Tenemos la capacidad de diferir la
gratificación de nuestras necesidades, y de coordinar y organizar nuestras actividades en
el tiempo. Esperanza, expectativas y propósito emergen de esta capacidad de anticipar y
planificar, que nos confieren a los seres humanos un sentido del futuro excepcional e
inexistente en otras especies.
Nuestra herencia biológica y cultural como miembros de la especie humana nos
ha otorgado un gran número y diversidad de emociones finamente graduadas y posibles
de distinguir entre sí, que se suscitan y excitan de maneras específicas por experiencias
y situaciones que han sido comunes e importantes durante la historia de nuestra especie.
Desde esta perspectiva, lo que nos hace verdaderamente humanos es la totalidad de
nuestros propios sentimientos, así como las estructuras de emociones, sensibilidades y
sensaciones que compartimos con otros individuos. Lo que somos y lo que hacemos —
así como lo que queremos ser y lo que queremos hacer— son producto de nuestra
evolución cultural y biológica, de la mezcla de inteligencia adquirida con los
sentimientos asociados a nuestra estructura genética, que han evolucionado como
resultado de la adaptación de la humanidad a situaciones específicas y cambiantes a lo
largo de decenas de miles de años.
La capacidad de integrar emoción y razón, sentimientos y pensamientos, es un
resultado de esta combinación de evolución cultural y biológica que es exclusiva de
nuestra especie. Esta integración genera una prodigiosa diversidad de respuestas
individuales y colectivas a los desafíos que plantean el entorno biofísico, la interacción
con otros seres humanos, y nuestras propias aspiraciones y motivaciones. Este enorme
número de respuestas potenciales se filtra a través de estructuras sociales relativamente
estables —instituciones, valores, mitos, rituales— que configuran una variedad de
sistemas articulados entre sí que mantienen unidos a los grupos humanos, generan orden
y seguridad, y nos permiten sobrevivir, desarrollarnos y prosperar.
Nuestras vidas no están determinadas en forma exclusiva por la biología o la
cultura, o solo por pasiones y razones. Emitimos juicios de valor acerca de lo que es
mejor o peor, bueno o malo, entretejiendo nuestros sentimientos y nuestro intelecto.
Esto genera la posibilidad de elegir y de tener libertad, con su inevitable corolario: la
responsabilidad. En contraste con otras especies, nosotros somos directamente
responsables de nuestro futuro individual y colectivo. Más aún, como resultado del
éxito del Programa Baconiano, también nos hemos hecho responsables del futuro de la
humanidad en su totalidad y del futuro de otras especies en nuestro planeta.

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Desde esta perspectiva, lo esencial de la condición humana consiste en esta
peculiar combinación de evolución biológica y cultural que, a través de la emergencia
del lenguaje y de la toma de conciencia de nuestra existencia, nos ha conferido a los
seres humanos una extraordinaria ventaja evolutiva sobre otras especies en la tierra. Sin
embargo, estamos embarcados ahora en el proceso de alterar el entorno y los
fundamentos de estos dos tipos de evolución, y también la forma en que se despliegan.
Estamos transformando nuestro entorno biofísico en un grado nunca visto, modificando
los patrones de comunicación e interacción humana que le dan forma a la cultura, y
creando nuevos tipos de realidad para proyectar nuestros sentimientos y ejercer nuestras
facultades intelectuales. Estamos también expandiendo nuestras capacidades físicas y
mentales por medio de una gran variedad de aparatos artificiales que hemos creado, y
adquiriendo la capacidad de controlar y dirigir nuestra evolución biológica. En el ocaso
del Programa Baconiano, estamos cambiando las reglas del juego de la evolución para
los seres humanos, y esto hace necesario una revisión y transformación de nuestro
concepto de la naturaleza humana.
En medio de toda esta confusión y turbulencia, podríamos aventurar que la crisis
y los desafíos que confrontamos al agotarse el Programa Baconiano son algo que la
humanidad tendrá que enfrentar una y otra vez. Nuestro conocimiento y nuestras
capacidades avanzan indefectiblemente, solo que la mente humana sobrepasa
continuamente sus propias creaciones. Para cuando nuestra comprensión —y aún menos
nuestros hábitos, instituciones y valores— alcancen a los productos de nuestro intelecto,
nos habremos desplazado, una vez más, hacia territorio ignoto. Hacemos esto al
expandir y transformar el ámbito de la experiencia humana, y también creando nuevas
realidades, generando nuevos problemas, y descubriendo nuevos misterios a ser
develados. Más aún, podríamos considerar esta incesante búsqueda de nuevas
interpretaciones de la condición humana, de nuevas maneras de resolver el acertijo de
nuestra existencia contingente, como un atributo excepcional de la especie humana.
A lo largo del camino, reconstruimos nuestras realidades individuales todo el
tiempo y nuestra realidad colectiva de vez en cuando. Sin embargo, estamos viviendo en
un período muy especial de la historia humana en el cual la realidad está siendo
reconfigurada para todos los miembros de nuestra especie. Estamos iniciando una difícil
transición hacia algo cuyos rasgos no podemos aún discernir con claridad. En el albor
de la era posbaconiana debemos embarcarnos en la búsqueda de un nuevo programa.
Quizás tomará decenios, o quizás más tiempo, para articular un nuevo programa para
toda la humanidad con la claridad y coherencia que podemos —400 años después de los
hechos— atribuirle al Programa Baconiano.
Esta búsqueda debe construirse sobre los logros de la era baconiana,
aprovechando su extraordinario éxito, pero también aceptando sus limitaciones. Tres
indicios sugieren una dirección posible para nuestra búsqueda. En primer lugar,
necesitamos ampliar lo que se transformó en un estrecho rango de consideraciones -
vinculadas principalmente al ejercicio de nuestras facultades racionales- que fueron
plenamente incorporadas en la puesta en marcha del Programa Baconiano. Quizá esto
requiera poner a las consideraciones éticas, emocionales y estéticas —es decir, los
sentimientos— en el mismo nivel que la razón, integrando todos ellos en el diseño de un
nuevo Programa.
El segundo indicio se deriva del hecho que, en el proceso de poner el Programa
Baconiano en práctica, la civilización occidental apabulló a las otras civilizaciones. En
solo algunas centurias cambió radicalmente todos los aspectos de la condición humana
para la mayoría de nuestro planeta. Otras culturas y civilizaciones tuvieron que

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absorber, adaptarse y responder a los avances de la perspectiva occidental. En el
camino, las contribuciones potenciales de las perspectivas y maneras de pensar, vivir y
hacer de otras civilizaciones se perdieron, o al menos fueron dejadas de lado. Quizás es
tiempo de reconsiderar esta situación y empezar a recuperar una diversidad de
perspectivas culturales sobre la condición humana. Sin embargo, esto debe hacerse
manteniendo una posición ética firme y responsable, evitando las manifestaciones
extremas del relativismo cultural en las cuales cualquier y todo comportamiento aparece
como justificable.
El tercer indicio surge de la presencia perdurable del mito de Prometeo –que se
extiende por más de 2500 años- en la civilización occidental. La influencia de la
interpretación de Bacon de este mito continúa hasta nuestros días, y tendemos a
visualizar a Prometeo -el titán que robó el fuego a los dioses- como símbolo de la
heroica búsqueda de conocimiento para beneficio de la humanidad. Sin embargo, esta
interpretación del mito no dice nada acerca del impacto de esta búsqueda en el mundo
que nos rodea, y acerca de la forma en que transforma nuestra propia humanidad.
Tampoco tiene nada que decir acerca del hecho que solo una parte de la humanidad se
ha beneficiado de las riquezas que ha generado esta búsqueda.
El futuro de la humanidad, la centuria y el milenio que estamos iniciando, estará
condicionado por el éxito que tengamos en diseñar y poner en práctica un nuevo
Programa para guiar la evolución humana en la era posbaconiana. Es posible que una de
las primeras tareas en esta transición sea la de reinterpretar y ampliar el sentido y el
significado profundamente occidental del mito de Prometeo, lo que implicaría
incorporar elementos de los mitos de creación de otras culturas. Como bien nos recordó
el escritor guatemalteco Augusto Monterroso en su cuento El Eclipse, otras
civilizaciones han sido capaces de adquirir conocimiento y develar los secretos del
universo sin la valiosa ayuda de Occidente.

Tecnologías de humildad
Sheila Jasanoff (Universidad de Harvard, 2007)
El gran misterio de la modernidad es que pensamos en la certeza como un estado
alcanzable. La incertidumbre se ha convertido en la amenaza para la acción colectiva, la
enfermedad que el conocimiento debe curar. Es la condición que plantea dilemas
crueles para los responsables de la toma de decisiones; que debe reducirse a toda costa;
que está domesticada con escenarios y evaluaciones; y que alimenta el frenesí por
nuevos conocimientos, muchos de ellos científicos.
Durante mucho tiempo aceptamos la falta de certeza como la suerte natural de la
humanidad. ¿Qué ha ocurrido para revertir esa presunción? Tal vez sea la difusión del
pensamiento binario lo que enmarca el futuro en términos de opciones determinadas
entre opciones conocibles. El álgebra booleana y las lógicas digitales no sólo están
incorporadas en nuestros ordenadores, teléfonos móviles y otras tecnologías de la
información y la comunicación, sino que dominan el marco de los problemas sociales y
las opciones para resolverlos.
Por lo tanto, las estadísticas ofrecen la posibilidad de elegir entre errores de Tipo
I y Tipo II. La primera conduce a falsos positivos que promueven demasiada evasión de
riesgos, la segunda a falsos negativos que nos impiden actuar cuando debiéramos.
Implícitamente, el error sigue un rastro binario. La filosofía plantea los dilemas morales
como problemas de trolebuses, en los que las posibles soluciones se representan como

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opciones que se encuentran en las bifurcaciones de la pista. Una opción es dejar que el
trolebús siga su curso y dejar morir a cinco personas; la otra es lanzar a un hombre
gordo a la pista, desviando el trolebús y matando a una sola persona. ¿Cuál es la opción
moral? La teoría de la decisión adopta una forma de pensar y razonar como racional;
todas las demás están sesgadas por definición y necesitan ser explicadas como
aberraciones de la cognición humana. Incluso el concepto de la solución ganar-ganar
asume, en la lógica binaria, que para cada parte de un juego, ganar y perder son las
únicas opciones.
La vida, como sabemos por experiencia, rara vez se desarrolla en pares binarios.
Rara vez nos enfrentamos a la elección de Hamlet: actuar o no actuar. Siempre hay
consideraciones adicionales. ¿Qué acción es la mejor, con qué criterios, con qué
rapidez, con qué condiciones, a qué precio y con qué margen de error? Incluso el
príncipe medio loco reconoció que las consecuencias de segundo orden podrían
complicar su decisión de primer orden: ser o no ser.
Los problemas reales en el mundo real son infinitamente complejos, y para
cualquier problema dado, la ciencia ofrece sólo una parte del panorama. Los científicos
del clima pueden decirnos con gran certeza que las actividades humanas están elevando
la temperatura media de la superficie de la Tierra, que se producirán eventos climáticos
extremos y que el derretimiento de los casquetes polares causará cambios abruptos en el
clima mundial. Pero se necesita tiempo y dinero para producir tal certeza, y para todas
las puertas que la ciencia incluso cierra provisionalmente, otras relevantes para la
política permanecen más allá del mero cierre de la ciencia. En el caso del cambio
climático, por ejemplo, la ciencia no puede decirnos dónde y cuándo ocurrirá el
desastre, cómo asignar los recursos entre la prevención y la mitigación, qué actividades
deben centrarse en primer lugar en la reducción de los gases de efecto invernadero, o a
quién responsabilizar de la protección de los pobres. ¿Cómo deben tratar los
responsables de la formulación de políticas estas capas de ignorancia?
La respuesta corta es con humildad, tanto sobre los límites del conocimiento
científico como sobre cuándo dejar de recurrir a la ciencia para resolver problemas. Los
responsables de la formulación de políticas deben centrarse en cuándo es mejor mirar
más allá de la ciencia para encontrar soluciones éticas. Y los asesores científicos deben
admitir que otros tipos de análisis también deben informar las decisiones políticas. La
creación de capacidades frente a la incertidumbre tiene que ser un ejercicio
multidisciplinario que abarque la historia, la filosofía moral, la teoría política y los
estudios sociales de la ciencia, además de las propias ciencias.
La ciencia fija nuestra atención en lo conocible, lo que conduce a una excesiva
dependencia de la investigación. Incluso cuando los científicos reconocen los límites de
sus propias investigaciones, como suelen hacer, el mundo de las políticas,
implícitamente alentado por los científicos, pide más investigación. Para los problemas
más complejos, la búsqueda del conocimiento perfecto es asintótica. La incertidumbre,
la ignorancia y la indeterminación están siempre presentes.
Necesitamos métodos disciplinados para acomodar la parcialidad del
conocimiento científico y actuar bajo una incertidumbre irremediable. Llamemos a estas
las tecnologías de la humildad. Estas tecnologías nos obligan a reflexionar sobre las
fuentes de ambigüedad, indeterminación y complejidad. La humildad nos instruye a
pensar más en cómo enmarcar los problemas para que sus dimensiones éticas salgan a la
luz, qué nuevos hechos buscar y cuándo resistirse a pedir aclaraciones a la ciencia. La
humildad nos dirige a aliviar las causas conocidas de la vulnerabilidad de las personas al

49
daño, a prestar atención a la distribución de los riesgos y beneficios, y a reflexionar
sobre los factores sociales que promueven o desalientan el aprendizaje.
Las políticas basadas en la humildad podrían: corregir la desigualdad antes de
descubrir cómo se ven perjudicados por el cambio climático; valorar los gases de efecto
invernadero de manera diferente según la naturaleza de las actividades que los originan;
y descubrir las fuentes de vulnerabilidad en las comunidades pesqueras antes de instalar
costosos sistemas de detección de tsunamis.
Este llamamiento a la humildad es un llamamiento a los responsables de la
formulación de políticas para que cultiven, y a las universidades para que enseñen,
modos de saber que a menudo se dejan de lado para ampliar la comprensión científica y
la capacidad tecnológica. Es una petición de investigación sobre lo que las personas
valoran y por qué lo valoran. Es una prescripción para complementar la ciencia con el
análisis de aquellos aspectos de la condición humana que la ciencia no puede iluminar
fácilmente. Se trata de un llamamiento a los analistas de políticas y a los responsables
políticos para que vuelvan a comprometerse con los fundamentos morales para actuar
frente a la inevitable incertidumbre científica.

¿Qué es y en qué consiste la Ingeniería Inversa?


Marta Sanz Romero (Computer Hoy, 30/03/19)
Hoy vamos a hablar de un truco que ha permitido cambiar el rumbo de la
historia de la tecnología en más de una ocasión, la ingeniería inversa. ¿Sabéis qué es y
en qué consiste? Os lo contamos.
¿Alguna vez habéis estado jugando con un juguete mecánico y lo habéis
desmontado y vuelto a montar para ver cómo funcionaba? Pues esa es más o menos la
base de la ingeniería inversa. Este proceso "hacia atrás" se sigue usando en muchas
ocasiones de manera legal para crear nuevos sistemas o mejorar los ya existentes,
vamos a ver en qué consiste.
Cuando pensamos en el proceso de creación de la tecnología que nos rodea, nos
imaginamos a un grupo de ingenieros buscando ideas innovadoras para desarrollar
desde cero y poco a poco darle forma hasta tener el producto completo. Pero esto no ha
sido siempre así, muchos de los sistemas y productos que utilizamos hoy en día se han
creado a través del proceso de ingeniería inversa, que tiene como objetivo obtener la
mayor cantidad de información de un producto ya terminado.
Podríamos decir que consiste en averiguar cómo está construida una casa ya
finalizada, sin los planos ni ninguna idea previa, simplemente observando la estructura
y desmontando pieza a pieza de nuevo. Puede parecer algo rebuscado, pero en muchos
casos nos encontraremos con que el fabricante no quiera darnos explicaciones del
proceso de creación de su producto y eso no nos impide estudiarlo.
Los orígenes de este proceso se remontan a la Segunda Guerra Mundial, cuando
la tecnología armamentística empezó a ser tan importante que podía hacer que la
balanza de la victoria se decantara por unos países o por otros. Tanto el bando de los
Aliados como las Potencias del Eje se dedicaban a capturar aviones, máquinas y armas
del enemigo para estudiarlas y buscar puntos débiles de su tecnología, para conseguir
una ventaja estratégica frente al bando contrario.

50
Ellos no tenían ni los planos ni sabían cómo se habían diseñado esas máquinas,
pero debían averiguarlo para crear las suyas propias más potentes o conocer el punto
exacto en el que un avión, por ejemplo, era más fácil de derribar.
De esta época, en la que la ingeniería inversa servía para analizar hardware,
pasamos a la actualidad en la que estamos más centrados en el uso del software.
Actualmente la ingeniería inversa tiene muchas aplicaciones: desde analizar la
tecnología de la competencia, para mejorar la nuestra o saber si las otras empresas
infringen alguna de nuestras patentes; pasando por desarrollar productos compatibles
con otros sistemas de los que no tenemos los detalles técnicos; hasta comprobar que un
programa informático no cuenta con ninguna brecha de seguridad.
Uno de los ejemplos más famosos de ingeniería inversa y que supuso un nuevo
rumbo de la historia de la tecnología fue el caso de Phoenix Technologies. Bernard A.
Galler cuenta este suceso en libro “Software and Intellectual Property Protection”.
A principios de los años 80, la compañía IBM era la reina del mundo
tecnológico, y su secreto mejor guardado era el código de la BIOS de sus PCs, algo así
como la fórmula de la Coca Cola. Los ingenieros de IBM eran los reyes de la esquina, si
alguna empresa intentaba copiar su BIOS y presentaba PCs clónicos con ellas, les
enterraban a base de demandas legales. Hasta que llegó Phoenix Technologies y utilizó
la ingeniería inversa para conseguir descifrar la BIOS del gigante azul.
Esta compañía se organizó en dos equipos: el primero se dedicó a estudiar la
BIOS de IBM para después describirles al segundo equipo qué es lo que hacía la BIOS
pero sin decirles cómo lo conseguía. Este sistema se conoce como clean room o muralla
china por el cual dos equipos trabajan en un mismo proyecto, pero crean una barrera de
información entre ambos para no contaminar el resultado del otro.
De esta manera el segundo equipo replicó ese sistema, pero desde cero y sin
copiar prácticamente ni una sola línea del código creado por IBM, porque no lo
conocían. Así evitaron una demanda legal por parte de IBM y le quitaron el monopolio
de los PCs abriendo las puertas a otros sistemas operativos tan conocidos como
Windows.
Esa técnica se utilizó después en otras empresas como Compaq que creó el
primer PC compatible con el sistema de IBM, sin embargo, otras no consiguieron
realizarlo con tanta precisión como Phoenix Technologies y siguieron sufriendo las
demandas de IBM, aunque en el mercado ya había muchos más jugadores.

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TEMA 3: CIENCIA, TÉCNICA Y DESARROLLO

Estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad


Ciencia, tecnología y sociedad configuran una triada conceptual más compleja
que una simple serie sucesiva. Cabe aclarar que la escisión entre conocimientos
científicos y artefactos tecnológicos no es muy adecuada, ya que en la propia
configuración de aquéllos es necesario contar con éstos. El conocimiento científico de la
realidad y su transformación tecnológica no son procesos independientes y sucesivos,
sino que se hallan entrelazados en una trama en la que constantemente se anudan teorías
y datos empíricos con procedimientos técnicos y artefactos.
Observemos también que ese tejido tecnocientífico no existe al margen del
propio contexto social en el que los conocimientos y los artefactos resultan relevantes y
adquieren valor. La trama tecnocientífica se desarrolla anudándose en la urdimbre de
una sociedad en la que la ciencia y la tecnología juegan un papel decisivo en su propia
configuración. Por tanto, el entretejimiento entre ciencia, tecnología y sociedad obliga a
analizar sus relaciones recíprocas con más detenimiento del que implicaría la ingenua
aplicación de la clásica relación lineal entre ellas.
Pocos ámbitos tienen hoy en Latinoamérica una importancia comparable al de la
ciencia y la tecnología. En la actualidad, dos líneas de trabajo académico destacan
especialmente en la reflexión sobre las relaciones entre desarrollo científico-tecnológico
y desarrollo socio-económico: los estudios de “ciencia, tecnología y sociedad” (CTS) y
los estudios sobre innovación.
Los estudios en CTS constituyen un campo de trabajo interdisciplinar centrado
en el estudio las relaciones de la ciencia y la tecnología con su entorno social desde
una óptica interdisciplinar, con el objetivo último de promover la sensibilización y
participación pública en las políticas de ciencia y tecnología.
En cuanto a los estudios sobre innovación se centran en el análisis de las
condiciones institucionales y socioeconómicas que subyacen a los sistemas de
innovación, con el objetivo de propiciar el desarrollo de éstos en el marco de las
distintas realidades nacionales.

Ciencia, Técnica y Desarrollo


(Mario Bunge)
Todo el Tercer Mundo habla de desarrollo, pero no siempre está claro en qué
consiste. Al contrario, los debates prosiguen al tiempo que el abismo que separa el
Tercer Mundo del resto se agiganta día a día. Sin duda, este distanciamiento se debe en
gran parte a la inferioridad técnica y financiera de nuestros países. Pero éste no es el
único factor.
Hay otro obstáculo al desarrollo, a saber, que hay diversas concepciones
opuestas del desarrollo, casi todas ellas equivocadas, no tanto por lo que sostienen
cuanto por lo que callan. En efecto, hay cinco concepciones principales del desarrollo
de una sociedad humana: la biológica, la económica, la política, la cultural y la
integral. Cada una de ellas se funda sobre una concepción particular de la sociedad
humana. Si esta concepción está equivocada, también lo será la correspondiente

52
concepción del desarrollo. Quien quiera contribuir a superar el subdesarrollo tendrá que
empezar por adoptar una concepción correcta de la sociedad.
Una tesis de este libro es que tal concepción consiste en una síntesis de los
puntos de vista parciales del biologismo, el economicismo, el politicismo y el
culturalismo. En otras palabras, sostenemos que una sociedad humana es un sistema
analizable en cuatro subsistemas principales: el biológico, el económico, el político
y el cultural. Se sigue que el desarrollo de una sociedad es a la vez biológico,
económico, político y cultural.
Según la concepción biológica del desarrollo, éste consiste en un aumento del
bienestar y una mejora de la salud como resultados de mejoras de la nutrición, el
alojamiento, la vestimenta, el ejercicio, los hábitos de convivencia, etc. Es la
concepción preferida por los médicos higienistas. Por loable que parezca, es utópica por
no ocuparse de los medios requeridos para superar el subdesarrollo biológico. Tómese
por ejemplo la desnutrición crónica que afecta a tantas sociedades del Tercer Mundo.
¿Cómo ignorar que la desnutrición es a menudo el resultado de una distribución
inequitativa de los recursos? ¿Cómo ignorar que la desnutrición de muchas poblaciones
es agravada por falta de educación dietética, que hace que se derroche en consumo de
alimentos de bajo poder nutritivo? Si se tiene en cuenta esos y otros factores, se
comprende que el subdesarrollo biológico no se corrige con medidas puramente
biológicas, tales como aumentar el número de hospitales, sino adoptando todo un
sistema de medidas biológicas, económicas, políticas y culturales.
La concepción economicista del desarrollo lo identifica con crecimiento
económico, el que a su vez es igualado con frecuencia a la industrialización. Es la
concepción favorita de empresarios, economistas y políticos llamados “desarrollistas”.
También ella es falaz: del hecho de que el desarrollo económico es un componente
necesario del desarrollo, se infiere que es suficiente. Para peor es una concepción que
puede aplastar al resto y con ello poner en peligro el propio desarrollo económico. En
efecto el desarrollismo ha impuesto a menudo ingentes sacrificios del nivel de vida, de
la cultura y de la vida política, lo que es una aberración, ya que la economía debiera ser
medio y no fin. No se produce por producir sino para satisfacer necesidades, y si éstas
quedan insatisfechas, de nada sirve el crecimiento económico. Los buenos economistas
destacan la importancia de los factores culturales e institucionales del crecimiento
económico. El proceso de desarrollo es algo que involucra a la sociedad íntegra, por lo
cual los modelos puramente económicos tienen un valor muy limitado.
De acuerdo con la concepción política del desarrollo, éste consiste en la
expansión de la libertad, o sea, en el aumento y afianzamiento de los derechos humanos
y políticos. Es la concepción favorecida por los políticos liberales. Es equivocada por
ser unilateral. El progreso político, con ser necesario, no basta. De nada sirven los
derechos políticos si faltan los medios económicos y culturales para ejercerlos. El
progreso político no consiste meramente en afianzar un sistema multipartidario, sino en
incrementar la participación pública tanto en la discusión de políticas y la toma de
decisiones como en su puesta en marcha.
La concepción cultural del desarrollo lo iguala con el enriquecimiento de la
cultura y la difusión de la educación. Ésta es la posición que suelen adoptar los
intelectuales, en particular los educadores. También ella es deficiente. El escolar en
ayunas no aprende bien; el adulto desocupado o sobrecargado de trabajo no asiste a
conciertos ni escribe poemas y el maestro controlado por la censura no se atreve a
buscar la verdad y menos a enseñarla. El desarrollo cultural no es pleno si no va
acompañado del desarrollo biológico, económico y político.

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Cada una de estas cuatro concepciones tiene una pizca de verdad. El desarrollo
auténtico y sostenido es integral, a la vez biológico, económico, político y cultural.
Ésta es, en resumen, la concepción integral del desarrollo.
La tesis de que no puede impulsarse el desarrollo simultáneo de los cuatro
aspectos, por lo que hay que sacrificar alguno de ellos, es un error costoso. No se puede
alcanzar un nivel desarrollado en uno solo de los cuatro aspectos, dejando los otros para
un futuro incierto, porque cada uno de ellos es condición de los demás.
No hay desarrollo integral sin desarrollo científico y tecnológico. Trataremos,
entonces, el problema del desarrollo de la investigación científica.
Condiciones generales del desarrollo científico
La investigación científica es llevada a cabo en ciertas condiciones biológicas,
económicas, culturales y políticas que varían relativamente poco de sociedad a
sociedad. Por ejemplo, un investigador necesita tener salud y un ingreso regular.
También necesita libre acceso a información. Necesita libertad académica para escoger
su problema y la manera de tratarlo, así como libertad para difundir el resultado de su
trabajo. Estas condiciones generales para hacer investigación científica no han existido
siempre ni existen hoy en todas partes. Veámoslas en detalle.
Condición biológica
La desnutrición, particularmente la deficiencia proteínica aguda durante la
infancia, obstruye el desarrollo normal del cerebro y produce un estado de apatía.
También la parasitosis tiene efectos debilitantes. Un joven desnutrido y enfermo no
puede interesarse por problemas científicos. El subdesarrollo biológico crónico es una
garantía de subdesarrollo cultural.
Condiciones económicas
La economía debe poder sostener investigadores científicos de tiempo completo
de cuyo trabajo no se espere ningún beneficio económico inmediato. Una economía de
subsistencia obliga a cada cual a dedicarse primordialmente a asegurarse la próxima
comida, perpetuando así el ciclo infernal miseria-ignorancia-miseria. Si bien es cierto
que aun en condiciones económicas duras pueden surgir algunos investigadores
científicos, sus esfuerzos serán esporádicos y no ejercerán un impacto decisivo sobre la
comunidad. La investigación científica vigorosa requiere continuidad y una masa crítica
de la comunidad científica.
Condiciones políticas
Paz. La dedicación a la investigación científica necesita un estado de paz interior
y exterior. Las guerras, si bien estimularon algunas innovaciones técnicas –la mayoría
de carácter destructivo- no generaron ningún descubrimiento científico importante.
Todas las revoluciones científicas han sucedido en tiempos de paz.
Libertad. Libertad para investigar, cuestionar, discutir, aprender y enseñar. Sin
libertad de investigación no puede haber trabajo original sostenido. A lo sumo pueden
darse esfuerzos esporádicos en ciencia básica (siempre que esté por encima de las
sospechas de los comisarios ideológicos). Sin libertad de información ( que incluya la
posibilidad de establecer y mantener contactos con científicos y organizaciones
científicas nacionales y extranjeras) no hay posibilidad de actualizar la información.

54
Condiciones culturales
1) Secularismo o al menos tolerancia por lo mundano. Una cultura dominada
totalmente por una cosmovisión ultraterrena inhibe la curiosidad acerca del mundo real
así como toda actividad tendiente a cambiarla (piénsese en una cultura dominada por
ayatolás).
2) Visión naturalista o al menos tolerancia por ella. Una cultura dominada por
supersticiones que pueblan el mundo de fantasmas y misterios favorece la magia y
desalienta la búsqueda de explicaciones naturalistas de los hechos.
3) Estima por el saber. Una cultura que estime el saber menos que el poder
(económico o político), o que la inmortalidad personal, atribuirá poco valor a la
intelectualidad. Y semejante sistema de valores no alentará a los jóvenes más talentosos
para que estudien ciencia.
4) Respeto por la creatividad. El respeto por la creatividad involucra
tolerancia y estímulo a la independencia de juicio y la disidencia. El respeto por la
creatividad está ligado a la libertad intelectual.
5) Amor por la naturaleza y la sociedad. Si se siente desprecio por la
naturaleza, no se la estudiará; a lo sumo se la explotará, y esto de manera ineficiente por
falta de conocimiento.
6) Curiosidad. Interés en averiguar cómo es la realidad. Por cierto que la
actitud exploratoria es innata en aves y mamíferos. Pero una cultura estática (como la
tibetana) o una mala escuela (como la que sufren casi todos los niños del mundo)
terminan por matar la sed de conocimiento. Es más fácil enseñar el dogma y el miedo a
cuestionarlo que enseñar la insatisfacción con el estado actual del conocimiento. El
astrónomo británico Hermann Bondi ha dicho que la escuela es un sistema por el
cual la sociedad se defiende de los niños preguntones; los que sobreviven al
tratamiento se llaman científicos.
7) Veracidad. Deseo de encontrar la verdad y difundirla. Si el valor supremo
es el placer o la gloria, antes que el conocimiento, entonces se recurrirá con más
provecho al engaño (en particular al autoengaño) que a la veracidad.
8) Educación. Un nivel adecuado de educación, tanto en ciencias y técnicas
como en humanidades.
9) Institucionalización. La enorme complejidad, diversidad y extensión de la
ciencia contemporánea hacen que el investigador aislado sea una figura del pasado. El
propio entrenamiento de un científico en los hábitos de la investigación se hace
embebiéndolo en una comunidad científica activa. El esfuerzo científico debe
institucionalizarse en centros de investigación y enseñanza, así como en sociedades
profesionales.

La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro de américa latina


(Jorge Sábato y Natalio Botana)
Introducción
1. La superación del subdesarrollo de América Latina resultará de la acción
simultánea de diferentes políticas y estrategias. En todo caso, y cualesquiera sean los
caminos elegidos, el acceso a una sociedad moderna –que es uno de los objetivos que se
pretenden alcanzar por el desarrollo– supone necesariamente una acción decisiva en el

55
campo de la investigación científico–tecnológica. Lentamente, América Latina
comienza a adquirir conciencia de esta necesidad y de esta carencia; lentamente y casi a
regañadientes: quedan todavía muchos funcionarios que creen que la investigación es un
lujo para los países desarrollados y muchos empresarios que circunscriben su función a
adquirir patentes y pagar royalties. Todos aquellos que adoptan esta actitud pasiva,
olvidan que la nación que descarte esta tarea corre el peligro de quedar marginada de la
historia, ignorando el lenguaje de los países científica y técnicamente más avanzados y
ostentando los viejos atributos de la soberanía como meros símbolos formales, vigentes,
quizá, en un pasado que definitivamente terminó.
2. La investigación científico–tecnológica es una poderosa herramienta de
transformación de una sociedad. La ciencia y la técnica son dinámicos integrantes de la
trama misma del desarrollo; son efecto pero también causa; lo impulsan pero también se
realimentan de él. Estos conceptos recibieron un reconocimiento explícito en la
Conferencia de Punta del Este, en abril de 1967, en donde los Jefes de Estado de las
Repúblicas de América consagraron en su casi totalidad el Capítulo V de su declaración
a los problemas del desarrollo científico y tecnológico, afirmando textualmente lo
siguiente: “El adelanto de los conocimientos científicos y tecnológicos está
transformando la estructura económica y social de muchas naciones. La ciencia y la
tecnología ofrecen infinitas posibilidades como medios al servicio del bienestar a que
aspiran los pueblos. Pero en los países latinoamericanos este acervo del mundo
moderno y su potencialidad distan mucho de alcanzar el desarrollo y nivel
requeridos...La ciencia y la tecnología son instrumentos de progreso para la América
Latina y necesitan un impulso sin precedentes en esta hora”.
La inserción de la ciencia y de la tecnología en la trama del desarrollo
latinoamericano
Enfocada como un proceso político consciente, la acción de insertar la ciencia y
la tecnología en la trama misma del desarrollo significa saber dónde y cómo innovar. La
experiencia histórica demuestra que este proceso político constituye el resultado de la
acción múltiple y coordinada de tres elementos fundamentales en el desarrollo de las
sociedades contemporáneas; el gobierno, la estructura productiva y la infraestructura
científico–tecnológica. Podemos imaginar que entre estos tres elementos se establece un
sistema de relaciones que se representaría por la figura geométrica de un triángulo, en
donde cada uno de ellos ocuparía sus vértices respectivos.
1. El triángulo de relaciones entre gobierno, ciencia–tecnología y estructura
productiva.
La existencia histórica de este triángulo de relaciones científico–tecnológicas ha
sido suficientemente explicitada por economistas, sociólogos e historiadores, motivo
por el cual creemos innecesario reivindicar la originalidad de este enfoque. El proceso
por el cual se estructura tal sistema de relaciones en una sociedad, está claramente
ilustrado por la experiencia de los Estados Unidos. En este caso la guerra, entendida
como un factor desencadenante del proceso, ha jugado un papel decisivo. Hasta la
segunda guerra mundial en efecto, la innovación fue el resultado de diversas causas,
principalmente de la acción recíproca de las fuerzas del mercado y de acontecimientos
bélicos como la incidencia de la guerra de secesión en los estados industriales del norte
y, en mucho menor grado, la primera guerra mundial. Durante la década del 40 el
gobierno actúa sobre la infraestructura científico–tecnológica y la estructura productiva
industrial en una escala mucho mayor de lo que había ocurrido anteriormente,
convirtiéndose en el promotor más importante del proceso de innovación. Los éxitos
espectaculares obtenidos por la aplicación deliberada y consciente de la ciencia y de la

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técnica (avión a reacción, radar, bomba atómica, etc.) y la nueva situación provocada
por la guerra fría, contribuyeron a que el gobierno continuara desempeñando un papel
decisivo como impulsor de las relaciones que configuran nuestra imagen del triángulo.
La experiencia histórica permite pues inducir esta imagen simplificada de las
relaciones entre gobierno, ciencia–tecnología y estructura productiva. Sin embargo, la
exposición de este sistema de relaciones no pretende tan sólo interpretar una realidad en
función de un modelo analítico definido de antemano, cuanto demostrar que la
existencia del triángulo científico–tecnológico asegura la capacidad racional de una
sociedad para sabor dónde y cómo innovar y que, por lo tanto, los sucesivos actos
tendientes a establecerlo permitirán alcanzar los objetivos estratégicos propuestos
anteriormente.
Analicemos a continuación, de modo más preciso, las características de cada uno
de los vértices. El vértice –infraestructura científico–tecnológica ya ha sido definido
previamente. Definiremos el vértice –estructura productiva en un sentido general, como
el conjunto de sectores productivos que provee los bienes y servicios que demanda una
determinada sociedad. El vértice –gobierno, por su parte, comprende el conjunto de
roles institucionales que tienen como objetivo formular políticas y movilizar recursos de
y hacia los vértices de la estructura productiva y de la infraestructura científico–
tecnológica a través, se entiende, de los procesos legislativo y administrativo. Los
vértices están caracterizados desde el punto de vista funcional, lo cual permite ubicar
correctamente en el vértice correspondiente a muchos sectores de actividad que por su
naturaleza podrían crear confusión: así, por ejemplo, una empresa propiedad del Estado
que produce acero pertenece al vértice –estructura productiva y no al vértice –gobierno,
pese a que su control esté en manos del gobierno, y del mismo modo, un laboratorio de
investigaciones, propiedad de una empresa privada, pertenece al vértice –infraestructura
científico–tecnológica y no al vértice –estructura productiva.
Como podemos observar, cada vértice constituye un centro de convergencia de
múltiples instituciones, unidades de decisión y de producción, actividades, etc., motivo
por el cual estaríamos en condiciones de afirmar que las relaciones que configuran el
triángulo tienen también múltiples dimensiones, pudiendo, en consecuencia, seleccionar
las que a nuestro entender resultan más importantes para precisar el punto de vista
adoptado. De este modo el triángulo se definiría por las relaciones que se establecen
dentro de cada vértice, a las que denominaremos intra–relaciones; por las relaciones que
se establecen entre los tres vértices del triángulo, a las que identificaremos como inter–
relaciones y, en fin, por las relaciones que se establecen entre el triángulo constituido, o
bien, entre cada uno de los vértices con el contorno externo del espacio en el cual se
sitúan, a las que llamaremos extra–relaciones.
2. Intra–relaciones dentro de cada vértice
Las relaciones que se establecen dentro de cada vértice tienen como objetivo
básico el de transformar a estos centros de convergencia en centros capaces de generar,
incorporar y transformar demandas en un producto final que es la innovación científico–
tecnológica. De tal modo, las diferentes relaciones que integran cada vértice deben
estructurarse con vista a garantizar una determinada capacidad. Esta capacidad para
generar, incorporar o transformar demandas es una cualidad que hipotéticamente
atribuimos a los sujetos que se sitúan en cada uno de los vértices y lógicamente tendrá
una connotación particular según sea el vértice considerado.
El vértice–gobierno, ya lo hemos visto, tiene como objetivo el de formular o
implementar políticas en el ámbito científico–tecnológico; ello requiere la capacidad

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para realizar una acción deliberada en este campo para formular un cuerpo de doctrina,
de principios y de estrategia capaz de fijar metas posibles, cuyo logro depende de una
serie de decisiones políticas, de la asignación de recursos y de la programación
científico–tecnológica. En términos generales, esta acción de gobierno no se realiza en
América Latina; quizás sea posible discernir un esfuerzo cuando se trata de imaginar
doctrinas y principios generales que deberían ser realizados en este terreno, pero es
realmente difícil constatar la capacidad gubernamental para traducirlos en hechos
eficientes.
La cualidad que asignamos a los sujetos que actúan en el vértice–infraestructura
científico– tecnológica es la capacidad creadora. Ella resulta de un atributo esencial de
la investigación científica. Es cierto que el extraordinario desarrollo de la ciencia ha
transformado los modestos laboratorios de pre–guerra –donde, sin embargo, se
produjeron los avances fundamentales de la física de este siglo– en verdaderas fábricas
de conocimiento con todo lo que esto implica en materia de recursos; pero no es menos
cierto que la investigación ha sido, es y será un producto de la inteligencia humana. No
cabe duda que el trabajo en equipo y con recursos abundantes aumenta la eficiencia y
puede que estimule la creación –aunque muchas veces la inhibe– pero es muy difícil que
la produzca: la creación es un acto singular de una mente singular; aquellos que viven el
espejismo de los equipos costosos, los instrumentos sofisticados y los edificios muy
funcionales, ignoran la verdad capital de que la capacidad creadora es la virtud esencial
de la investigación. Un científico mediocre producirá ideas mediocres y si se suman
científicos mediocres, las ideas continuarán siendo mediocres por más dinero que se les
inyecte. Por ello se ha dicho con razón que un laboratorio no vale tanto por las
dimensiones del edificio que ocupa ni por los recursos en equipo e instrumental que
posea, sino por la calidad y la cantidad de inteligencia de los hombres que lo integran.
Por último, el objetivo básico de la estructura productiva, será garantizado por la
capacidad empresarial pública o, privada, que en este caso la definiremos, siguiendo las
clásicas ideas desarrolladas por Schumpeter, como aquella función que “consiste en
reformar o revolucionar el sistema de producción, explotando un invento, o, de una
manera más general, una posibilidad técnica no experimentada para producir una
mercancía nueva o una mercancía antigua por un método nuevo, para abrir una fuente
de provisión de materias primas o una nueva salida para los productos, para
reorganizar una industria, etc.”.
3. Inter–relaciones entre los tres vértices
A partir de la gran revolución científico–tecnológica de la segunda mitad del
siglo veinte, es imposible imaginar un esfuerzo sostenido y constante en ciencia y
tecnología sin tener en cuenta un presupuesto básico: que la generación de una
capacidad de decisión propia en este campo es el resultado de un proceso deliberado de
inter–relaciones entre el vértice–gobierno, el vértice–infraestructura científico–
tecnológica y el vértice–estructura productiva. Este proceso se establece a través del
flujo de demandas que circulan en sentido vertical (inter–relaciones recíprocas entre el
vértice–gobierno y los vértices– infraestructura científico–tecnológica y estructura
productiva) y en sentido horizontal (inter–relaciones recíprocas entre los vértices–
infraestructura científico–tecnológica y estructura productiva). La figura geométrica
sería entonces la siguiente:

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Las inter–relaciones en sentido vertical merecen analizarse en la perspectiva de
la acción gubernamental. Con respecto a la inter–relación gobierno–infraestructura
científico–tecnológica, conviene señalar que el vértice de la infraestructura depende
vitalmente de la acción deliberada del gobierno, entendida en un sentido muy amplio,
sobre todo en lo que se refiere a la asignación de recursos. Pero junto a este aspecto
económico de la cuestión, el vértice–gobierno juega también el papel de centro impulsor
de demandas hacia la infraestructura científico–tecnológica, demandas que, por otra
parte, pueden ser incorporadas, transformadas o bien eliminadas en función de un acto
que genera una contra–demanda, de reemplazo. En estos casos posibles entre otros, el
vértice–infraestructura–científico–tecnológica satisface estas demandas y propone
desarrollos originales. Un ejemplo notable de este proceso de inter–relación, lo
constituye el desarrollo de la bomba atómica cuya idea original nace en la
infraestructura (capacidad creadora) y el gobierno asume la necesidad de traducirla en
hecho eficiente, planteando una demanda explícita y asignando los recursos necesarios
para lograr una respuesta (capacidad de realizar una acción deliberada en esta materia
por medio de decisiones políticas). La dificultad mayor reside en el modo como se
concebirá la formulación de programas una vez tomada la decisión política. No
conviene olvidarlo: una correcta formulación de una política científico–tecnológica,
exige que en el proceso de generación de demandas en los órganos gubernamentales se
tengan en cuenta las opiniones de los sujetos que componen la infraestructura
científico–tecnológica y aún, que algunos de ellos tengan asignadas funciones de
importancia en estos órganos de programación.
La interrelación gobierno–estructura productiva depende fundamentalmente de
la capacidad de discernimiento de ambos vértices acerca del uso posible del
conocimiento existente para incorporarlo a nuevos sistemas de producción.
Históricamente, la capacidad empresarial contribuyó a generar una infraestructura
científico–tecnológica con el desarrollo por ejemplo de laboratorios de investigación
adscriptos a la estructura productiva. A través de este sector puede insertarse, y de
hecho se inserta, la acción gubernamental, generando demandas y afectando recursos a
ciertos sectores de la estructura productiva seleccionados de acuerdo a diferentes
criterios, entre los cuales los estratégicos son sumamente importantes. Conviene no
confundir los niveles de análisis: es evidente que el vértice–gobierno se relaciona con el
vértice–estructura productiva mediante una acción sobre la infraestructura científico–
tecnológica, pero mientras en este caso el motivo de la demanda y de la asignación de
recursos se relaciona directamente con la estructura productiva, en el caso de una inter–
relación directa con la infraestructura científico–tecnológica puede producirse, junto a

59
este primer aspecto una relación indirecta por la vía por ejemplo de las interrelaciones
de tipo horizontal que analizaremos a continuación.
Las interrelaciones de tipo horizontal son las más complejas de establecer, salvo
en el caso ya señalado donde la infraestructura científico–tecnológica está adscripta a la
estructura productiva, dependiendo directamente de las empresas. Cuando se trata de
actividades diferenciadas no sólo de acuerdo a su función sino también de acuerdo a su
posición institucional (por ejemplo una empresa que no realiza actividades de
investigación frente a una institución consagrada exclusivamente a tareas científicas)
uno de los métodos más adecuados para desbrozar el camino por donde circulen las
demandas recíprocas, parece ser el de la movilidad ocupacional, o transferencia
recíproca del personal humano de uno a otro vértice. Si se acepta la hipótesis de que los
sujetos de ambos vértices cuentan con una capacidad creadora y una capacidad
empresarial, las vías de comunicación estarán necesariamente abiertas, pero si en
cambio se vislumbra –tal como ocurre en América Latina– que ambas cualidades son
muchas veces inexistentes en los sujetos de uno y otro vértice, el peligro del encierro y
del diálogo de sordos entre empresarios y científicos se presenta como un obstáculo
muchas veces insuperable.
4. Relaciones con el contorno externo o extra–relaciones
Hasta el momento nos hemos ocupado de intra–relaciones y de inter–relaciones,
pero convengamos que las sociedades no viven aisladas, que desde el espacio que
circunda nuestra imagen del triángulo se establecen relaciones hacia el exterior y que
inclusive esas relaciones pueden tener características diferentes según provengan de
vértices desconectados o integrados en un sistema interno de relaciones.
En una sociedad donde funciona el triángulo de relaciones las aperturas que se
realicen hacia el exterior en materia de exportación de ciencia y de tecnología original o
de adaptación de tecnología importada, producen beneficios reales ya sea a corto o a
largo plazo. Las experiencias históricas demuestran que las sociedades que han logrado
integrar el triángulo científico–tecnológico disponen de una capacidad de creación y de
respuesta frente a otros triángulos de relaciones externos a las mismas. Muy distinta es
la situación cuando las extra–relaciones tienen lugar entre vértices dispersos –no inter–
relacionados entre sí– y un triángulo científico–tecnológico plenamente integrado. Es
este, uno de los problemas centrales que deben resolver las sociedades latinoamericanas,
ya que en nuestro continente se han producido desarrollos parciales de los vértices de la
base del triángulo que manifiestan una tendencia cada día más marcada a vincularse
independientemente con los triángulos de relaciones científico–tecnológicas de las
sociedades altamente desarrolladas. La descripción de este hecho explicaría en parte un
sin número de problemas, muchas veces presentados en forma aislada pero que, sin
lugar a dudas, están íntimamente vinculados. Baste con enunciar uno de los más
importantes. En América Latina, el éxodo de talentos es la típica consecuencia de la
falta de inter–relaciones entre la infraestructura científico–tecnológica, la estructura
productiva y el gobierno. Por esta razón, los científicos formados en nuestras
sociedades, faltos de incentivos, se relacionan con una infraestructura científico–
tecnológica del exterior. Pero al actuar así, el científico que emigra hacia los grandes
centros de los países industriales, se integra en un triángulo de relaciones plenamente
capacitado para satisfacer las demandas que plantea su tarea específica. Mientras en
nuestras sociedades el científico se encuentra desvinculado y aislado frente al gobierno
y a la estructura productiva, en el nuevo lugar de trabajo, al cual lo conduce su exilio
cultural, está automáticamente amparado por instituciones o centros de investigación
que, a su vez, se encuentran insertas en el sistema de relaciones que hemos explicado.

60
5. Hacia el establecimiento de nuevos sistemas científico–tecnológicas en
América Latina.
Esta rápida descripción de las características y de los diferentes tipos de
relaciones que se establecen en el triángulo científico–tecnológico, nos permite
reconocer un hecho y plantea una necesidad: que en América Latina no existe un
sistema de relaciones como el que hemos diseñado, ni tampoco hay conciencia acerca
de la necesidad impostergable de establecerlo.
Observamos entonces que la puesta en marcha del proceso que permitirá a
nuestras naciones alcanzar una capacidad de decisión propia en el ámbito científico–
tecnológico, plantea una doble exigencia: crear por una parte, una conciencia global
para que nuestras sociedades asuman este problema en sus dimensiones reales, y actuar
eficazmente, por la otra, sobre aquellos sectores en los cuales se podrían optimizar los
recursos escasos en función del sistema de relaciones perseguido, ambas exigencias
están profundamente vinculadas.
En las naciones latinoamericanas no existen triángulos de relaciones en la
sociedad global; aún los países más desarrollados de la región, no han logrado
establecer un sistema global de relaciones entre gobierno, ciencia–tecnología y
estructura productiva. Ante este hecho, la elección de caminos que rompan con el
círculo vicioso de dependencia–falta de innovación–sentimiento de incapacidad, está
determinada por la identificación de aquellos sectores en los que se podría implantar el
triángulo de relaciones propuesto. La elección de una vía de acción que tenga en cuenta
este presupuesto, nos indica que la estrategia adecuada es la de establecer sistemas de
relaciones científico–tecnológicas en unidades limitadas, como instituciones
particulares, o bien, conglomerados industriales públicos o privados, que puedan servir
de modelos para implantar nuevos triángulos con dimensiones más amplias.
Tal como lo hemos indicado al analizar las relaciones entre el vértice–gobierno y
el vértice– estructura productiva, corresponde al sector gubernamental formular una
política tendiente a acoplar la infraestructura científico–tecnológica al proceso de
producción, ya sea creando los centros que así lo permitan o relacionando los centros ya
existentes.
Teniendo en cuenta el carácter mixto de las economías latinoamericanas, en
donde el sector público es parte importante de la estructura productiva, el vértice–
gobierno tendría en sus manos un campo de experiencia sumamente interesante por la
vía de la implantación de triángulos de relaciones científico–tecnológicas en alguno de
los grandes conglomerados que componen el sector público, ya sea en los sectores de la
infraestructura, o bien en algunos sectores de la estructura productiva industrial.
Lo cierto es que muchos sectores estratégicos –siderurgia, petróleo, producción
de energía– están total o parcialmente controlados por el Estado. Dentro de estos
sectores se podrían implantar y diferenciar desde el punto de vista funcional, los vértices
de la estructura, productiva y de la infraestructura científico–tecnológica, que, apoyados
por la acción del vértice–gobierno, interrelacionarían sus respectivas demandas con el
objeto de producir la innovación. El sector público de las naciones latinoamericanas
contaría en este sentido con una posibilidad real de modernización. Ilustremos
brevemente este punto de vista mediante un ejemplo concreto. Si seleccionamos dentro
del sector público al del petróleo, comprobamos, en primer lugar, una serie de
prerrequisitos económicos–financieros: gran potencialidad económica de las empresas
estatales; mercado fuertemente controlado por estas empresas en la mayoría de los
países; relaciones directas con una industria básica como es la petroquímica e indirectas

61
con el sector de la industria electro–mecánica– metalúrgica. La movilización de la
infraestructura científico–tecnológica con respecto a la industria del petróleo está
relacionada en primer término con sus aspectos tradicionales como la producción de
gasolina, la optimización de las tareas extractivas o el mejoramiento de los aceites
lubricantes. Empero las investigaciones no se agotan en estos campos, ya que también
intervienen las que se realicen teniendo como horizonte el desarrollo de la industria
petroquímica o bien, aquellas que tengan por objeto lograr un acople eficiente de los
insumos que provienen del sector electro–mecánico–metalúrgico: bombas, barrenos,
tubos, válvulas,
¿Cómo se relacionaría la infraestructura científico–tecnológica con la estructura
productiva del petróleo? Supongamos que un organismo de planificación localizado en
el vértice–gobierno, genera una demanda concreta, motivada por la situación en la
balanza de pagos, que exige un aumento substancial en la producción de petróleos
livianos. Supongamos a su vez, que la traducción de esta demanda exigirá el desarrollo
de nuevos métodos de explotación, potencialmente aptos para la producción de
petróleos livianos, que no se podrían realizar con las tecnologías disponibles en ese
momento. Si la demanda circula exclusivamente por el lado gobierno–estructura
productiva, es factible que no se obtengan las respuestas previstas en el plan; pero si en
cambio, la demanda se dirige también a la infraestructura científico–tecnológica
generando de este modo el diálogo con la estructura productiva, es factible que se abran
distintas alternativas de respuesta como pueden ser, entre otras, la adaptación de una
tecnología similar, ya en funcionamiento en otras sociedades, o el desarrollo de una
tecnología original. Así como representamos el proceso en sentido vertical, es decir,
originado en el vértice–gobierno, podemos adoptar el camino inverso e imaginar que en
algún sector de la infraestructura científico–tecnológica, surge la posibilidad de
desarrollar un polímero con nuevas propiedades, como resultado de investigaciones
básicas aparentemente poco vinculadas a la industria petroquímica. Sin triángulo de
relaciones, es muy factible que esta demanda permanezca en estado latente, sin
transformación industrial en el país de origen, o, quizá, con posibilidades de
transformación en países con triángulos tecnológicos sólidamente implantados, en la
medida en que ese sector de la infraestructura establezca con ellos relaciones externas.
La gran oportunidad de que esta demanda latente se transforme en manifiesta, radica en
las posibilidades que tenga este grupo de científicos de inter–relacionarse con la
estructura productiva gracias a la acción del gobierno que establece canales de
comunicación para que el nuevo conocimiento se incorpore al proceso productivo,
generando así la innovación.
Las dificultades que plantean estos ejemplos, no pueden resolverse con
soluciones parciales como la puesta en marcha de laboratorios de investigación
adscriptos a las empresas estatales. Aunque esta tarea es sumamente importante, la clave
del éxito radicaría en la movilización de inteligencias en distintos sectores de la
infraestructura científico–tecnológica, motivadas por los objetivos de una política
tecnológica con respecto al petróleo. Se hace imprescindible, en consecuencia,
movilizar a la universidad relacionándola con la estructura productiva y aprovechando
al máximo las tradiciones ya existentes como pueden ser, por ejemplo, las carreras de
ingenieros de petróleo. Movilizando inteligencias y voluntades, el triángulo sectorial
actuaría como un polo de incorporación de investigadores que, en muchos sentidos,
están alienados de nuestras realidades nacionales, otorgando un sentido social a la
existencia del individuo y garantizado el desarrollo de su vocación. Valga este ejemplo
como modelo porque no cabe duda que esta estrategia es plenamente aplicable a otros

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sectores públicos de la estructura productiva como los de energía eléctrica,
comunicaciones, transportes, etc.
A todas luces esta estrategia para la implantación de triángulos científico–
tecnológicos en el sector público no es exclusiva y resulta insuficiente si no va
acompañada de un esfuerzo sostenido para implantar nuevos sistemas de relaciones en
el sector privado. Sin duda alguna las relaciones que nos ha sugerido el ejemplo anterior
son plenamente aplicables a este sector y de hecho muchas experiencias en marcha
pueden servir de núcleos iniciales para el desarrollo de triángulos científico–
tecnológicos. Si tomamos el ejemplo del sector agrícola, un intento exitoso lo constituye
el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Argentina (INTA), fundado en
1956 y que continúa sobre nuevas bases las tareas de los laboratorios y plantas
experimentales del Ministerio de Agricultura que datan de principios de siglo. El INTA
ha sido creado y está directamente financiado por el vértice–gobierno por medio del
presupuesto de la Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería. Como tal, esta
institución corresponde a la infraestructura científico– tecnológica y su función
específica es la de establecer relaciones horizontales con la estructura productiva del
sector agropecuario, mediante la investigación pura y de aplicación general, la
experimentación regional y la educación y la divulgación.
Ejemplos de experiencias en marcha que intentan establecer triángulos
científico–tecnológicos con la industria manufacturera del sector privado son, entre
otros, los que proporciona el Instituto de Pesquisas Tecnológicas de San Pablo, el
Instituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas y el Servicio de Asistencia Técnica
a la Industria (SATI) en Argentina. Estas instituciones tienen orígenes, estructuras y
fuentes de financiación diferentes pero están ligadas por un objetivo similar, cual es el
de establecer interrelaciones con el sector manufacturero. Con mayor o menor éxito
estos centros de la infraestructura científico–tecnológica han logrado establecer
relaciones horizontales con la estructura productiva, aunque en la actualidad afrontan la
etapa más difícil: la de incrementar a la vez su capacidad creadora y la fluidez de los
vínculos con el sector manufacturero.
Como surge de lo expuesto, la puesta en marcha de esto proceso exige distinguir
los diferentes ámbitos en los que se implantaron o fortalecerán los triángulos científico–
tecnológicos. El punto de partida que hemos seleccionado otorga prioridad al ámbito
sectorial, entendido como el marco más eficaz y más realista para crear modelos que
posteriormente puedan ser aplicados al ámbito nacional o al ámbito regional. Este sería
uno de los caminos que puedan conducir al proceso de integración en América Latina, a
través de sus diferentes expresiones, a la etapa de las realizaciones efectivas. En el
terreno de la ciencia y de la tecnología la incomunicación en el ámbito regional, no
depende tanto de “un no querer” vincularse, como de la ausencia de triángulos
sectoriales en los ámbitos nacionales, sin los cuales no es posible producir innovación
ni, en consecuencia, lograr una comunicación real de experiencias objetivas.
Hemos afirmado que la innovación es el producto de un sistema de relaciones
entre gobierno, infraestructura científico–tecnológica y estructura productiva, cuando
estos vértices están respectivamente calificados por la capacidad para realizar una
acción deliberada en este terreno, por la capacidad creadora y por la capacidad
empresarial. Romper con los obstáculos que impiden la expresión de estas capacidades
no es tarea de un día porque ellos se encuentran en la raíz misma de nuestro sistema
cultural: en los valores, actitudes y creencias que orientan el comportamiento de los
sujetos hipotéticamente ubicados en cada uno de los vértices. Y, sin embargo, ello se
hace imprescindible. Porque de nada vale organizar estructuras formales si no se

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acompaña de un efectivo desarrollo orgánico de nuevos valores y actitudes capaces de
poner en marcha los procesos y relaciones que hemos diseñado. Crear conciencia de ello
es el objetivo fundamental que persigue este trabajo.

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)


En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una
oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el
que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. La Agenda cuenta con 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen desde la eliminación de la pobreza
hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa
del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades.
1. Fin de la pobreza
Para lograr este Objetivo de acabar con la pobreza, el crecimiento económico
debe ser inclusivo, con el fin de crear empleos sostenibles y de promover la igualdad.
Los sistemas de protección social deben aplicarse para mitigar los riesgos de los países
propensos a sufrir desastres y brindar apoyo para enfrentarse a las dificultades
económicas. Estos sistemas ayudarán a fortalecer las respuestas de las poblaciones
afectadas ante pérdidas económicas inesperadas durante los desastres y, finalmente,
ayudarán a erradicar la pobreza extrema en las zonas más empobrecidas.
2. Hambre y seguridad alimentaria
El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el
desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza. Gestionadas de
forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar
comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el
desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente. Pero ahora
mismo, nuestros suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad están
sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación.
3. Salud y bienestar
Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible es fundamental garantizar una
vida saludable y promover el bienestar universal. Se necesitan muchas más iniciativas
para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a
numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud. Si nos
centramos en proporcionar una financiación más eficiente de los sistemas de salud,
mejorar el saneamiento y la higiene, aumentar el acceso a los servicios médicos y
proveer más consejos sobre cómo reducir la contaminación ambiental, lograremos
progresos significativos en ayudar a salvar las vidas de millones de personas
4. Educación de calidad
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible.
Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva
y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias
para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo. Las
razones de la falta de una educación de calidad son la escasez de profesores capacitados
y las malas condiciones de las escuelas de muchas zonas del mundo y las cuestiones de
equidad relacionadas con las oportunidades que tienen niños y niñas de zonas rurales.
Para que se brinde educación de calidad a los niños de familias empobrecidas, se

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necesita invertir en becas educativas, talleres de formación para docentes, construcción
de escuelas y una mejora del acceso al agua y electricidad en las escuelas
5. Igualdad de género
La igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino
la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Si se facilita
la igualdad a las mujeres y niñas en el acceso a la educación, a la atención médica, a un
trabajo decente, y una representación en los procesos de adopción de decisiones
políticas y económicas, se estarán impulsando las economías sostenibles y las
sociedades y la humanidad en su conjunto se beneficiarán al mismo tiempo.
6. Agua limpia y saneamiento
Esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el
saneamiento inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de
subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el mundo.
Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más del 90% de
la población mundial tiene acceso a fuentes de agua potable mejoradas. Para mejorar el
acceso a agua apta para el consumo y al saneamiento, y la gestión racional de los
ecosistemas de agua dulce entre las comunidades locales en varios países en desarrollo
del África Subsahariana, Asia Central, Asia Meridional, Asia Oriental y Asia
Sudoriental.
7. Energía asequible y no contaminante
La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a
los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el
cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El acceso
universal a la energía es esencial. El avance en todos los ámbitos de la energía
sostenible no está a la altura de lo que se necesita para lograr su acceso universal y
alcanzar las metas de este Objetivo. Se debe aumentar el uso de energía renovable en
sectores como el de la calefacción y el transporte. Asimismo, son necesarias las
inversiones públicas y privadas en energía; así como mayores niveles de financiación y
políticas con compromisos más audaces, además de la buena disposición de los países
para adoptar nuevas tecnologías en una escala mucho más amplia.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear
las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad,
estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. También tendrá que haber
oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de
trabajo decentes. Asimismo, el aumento de la productividad laboral, la reducción de la
tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, y la mejora del acceso a los
servicios financieros para gestionar los ingresos, acumular activos y realizar inversiones
productivas son componentes esenciales de un crecimiento económico sostenido e
inclusivo. El aumento de los compromisos con el comercio, la banca y la infraestructura
agrícola también ayudará a aumentar la productividad y a reducir los niveles de
desempleo en las regiones más empobrecidas del mundo.
9. Industria, innovación e infraestructuras
Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se necesitan
inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de la información
y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible,

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empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar una mayor estabilidad social
y conseguir ciudades más resistentes al cambio climático. El progreso tecnológico debe
estar en la base de los esfuerzos para alcanzar los objetivos medioambientales, como el
aumento de los recursos y la eficiencia energética. Sin tecnología e innovación, la
industrialización no ocurrirá, y sin industrialización, no habrá desarrollo. Es necesario
invertir más en productos de alta tecnología que dominen las producciones
manufactureras para aumentar la eficiencia y mejorar los servicios celulares móviles
para que las personas puedan conectadas.
10. Reducir la desigualdad en y entre los países
A pesar de que la desigualdad de los ingresos entre países ha podido reducirse,
dentro de los propios países ha aumentado. Existe un consenso cada vez mayor de que
el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza si este no es inclusivo
ni tiene en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y
ambiental. Afortunadamente, la desigualdad de ingresos se ha reducido tanto entre
países como dentro de ellos. En la actualidad, el ingreso per cápita de 60 de los 94
países de los que se tienen datos ha aumentado más rápidamente que el promedio
nacional. También se han logrado algunos progresos en la creación de condiciones de
acceso favorables para las exportaciones de los países menos adelantados.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
Los problemas comunes de las ciudades son la congestión, la falta de fondos
para prestar servicios básicos, la falta de políticas apropiadas en materia de tierras y
vivienda y el deterioro de la infraestructura. Los problemas que enfrentan las ciudades,
como la recogida y la gestión seguras de los desechos sólidos, se pueden vencer de
manera que les permita seguir prosperando y creciendo, y al mismo tiempo aprovechar
mejor los recursos y reducir la contaminación y la pobreza. Un ejemplo de esto es el
aumento en los servicios municipales de recogida de desechos. El futuro que queremos
incluye ciudades de oportunidades, con acceso a servicios básicos, energía, vivienda,
transporte y más facilidades para todos.
12. Producción y consumo responsables
En la actualidad, el consumo de materiales de los recursos naturales está
aumentando, particularmente en Asia oriental. Asimismo, los países continúan
abordando los desafíos relacionados con la contaminación del aire, el agua y el suelo. El
objetivo del consumo y la producción sostenibles es hacer más y mejores cosas con
menos recursos. Se trata de crear ganancias netas de las actividades económicas
mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la
contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Se necesita,
además, adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los participantes de
la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final. Consiste en
sensibilizar a los consumidores mediante la educación sobre los modos de vida
sostenibles, facilitándoles información adecuada a través del etiquetaje y las normas de
uso, entre otros.
13. Combatir el cambio climático y sus efectos
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes,
produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las
comunidades. En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones
climáticos están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos
climáticos son cada vez más extremos y las emisiones del gas de efecto invernadero

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están ahora en los niveles más altos de la historia. Si no actuamos, la temperatura media
de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Las
personas más pobres y vulnerables serán los más perjudicados.
14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos
Los océanos del mundo —su temperatura, química, corrientes y vida— mueven
sistemas que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. Nuestras
precipitaciones, el agua potable, el clima, el tiempo, las costas, gran parte de nuestros
alimentos e incluso el oxígeno del aire que respiramos provienen, en última instancia
del mar y son regulados por este. Históricamente, los océanos y los mares han sido
cauces vitales del comercio y el transporte. La gestión prudente de este recurso esencial
es una característica clave del futuro sostenible. Sin embargo, en la actualidad, existe un
continuo deterioro de las aguas costeras, debido a la contaminación y la acidificación de
los océanos, que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los
ecosistemas y la biodiversidad, y que también está afectando negativamente a la pesca
de pequeña escala.
15. Vida de ecosistemas terrestres
El 30.7% de la superficie terrestre está cubierta por bosques y estos, además de
proporcionar seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el
cambio climático, pues protegen la diversidad biológica y las viviendas de la población
indígena. Al proteger los bosques, también podremos fortalecer la gestión de los
recursos naturales y aumentar la productividad de la tierra. Actualmente, 13 millones de
hectáreas de bosque desaparecen cada año y la degradación persistente de las zonas
áridas está provocando además la desertificación de 3600 millones de hectáreas.
Aunque un 15% de la tierra se encuentra actualmente bajo protección, la biodiversidad
aún está en riesgo. La deforestación y la desertificación, provocadas por las actividades
humanas y el cambio climático, suponen grandes retos para el desarrollo sostenible y
han afectado la vida y los medios de vida de millones de personas en la lucha contra la
pobreza.
16. Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas
Las amenazas de homicidio intencional, la violencia contra los niños, la trata de
personas y la violencia sexual, son temas importantes que debe ser abordados para crear
sociedades pacíficas e inclusivas. Allanan el camino para la provisión de acceso a la
justicia para todos y para la construcción de instituciones efectivas y responsables en
todos los niveles. Si bien los casos de homicidios y trata de personas han experimentado
un progreso significativo en la última década, todavía hay miles de personas en mayor
riesgo de homicidio intencional en América Latina, el África subsahariana y Asia. Las
violaciones de los derechos del niño a través de la agresión y la violencia sexual siguen
asolando a muchos países en todo el mundo, especialmente porque la falta de
información y la falta de datos agravan el problema.
17. Alianzas para lograr objetivos
Un programa exitoso de desarrollo sostenible requiere alianzas entre los
gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Estas alianzas inclusivas construidas
sobre principios y valores, una visión compartida, y metas compartidas, que colocan a la
gente y al planeta en el centro, son necesarias a nivel global, regional, nacional y local.
Se han realizado progresos en relación a las alianzas para el financiamiento,
especialmente con un aumento de la ayuda dirigida a los refugiados en los países
donantes. Sin embargo, se requieren más alianzas para la prestación de servicios fijos

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masivos, que son aún en la actualidad de costo muy elevado. También hay una falta de
censos de población y vivienda, necesarios para obtener datos desglosados que sirvan de
base para la implementación de políticas y programas de desarrollo.

Producción de conocimiento al servicio de necesidades locales


Aldana Vales (Diario Página 12, 19/12/2014)
A través del Ministerio del Interior, investigadores de universidades nacionales
trabajan para ofrecer soluciones a problemas concretos en distritos municipales de todo
el país, en áreas como recolección de residuos, administración tributaria o información
catastral.
Algoritmos matemáticos para optimizar los recorridos de los recolectores de
basura. Programas informáticos para mejorar la administración tributaria. Sistemas para
digitalizar la información catastral y poder planificar el desarrollo urbano. Son sólo
algunos ejemplos de los trabajos que las universidades nacionales realizan con
diferentes municipios. “Se trata simplemente de poner el conocimiento que estaba en la
universidad en relación con problemas concretos de la sociedad”, dijo a este diario
Ignacio Lamothe, secretario de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior, que
coordina distintas líneas de acción entre las casas de estudios y las realidades locales.
“La producción de conocimiento muchas veces quedaba dentro de las
universidades sin correlato con necesidades sociales reales”, dijo Lamothe, en diálogo
con Página/12. Desde su área en la cartera de Interior y Transporte, consideraron que
investigaciones que se desarrollan en las ciencias duras como matemática, computación
e ingeniería pueden ser útiles para afrontar necesidades concretas que tienen distintos
municipios a la hora de planificar, desarrollar obras de infraestructura y hasta incorporar
tecnologías informáticas.
Un caso emblemático, aseguró Lamothe, es el de recolección de residuos,
donde la carrera de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA, en conjunto con la de Ingeniería en Sistemas, firmó un convenio para estudiar los
recorridos de los camiones de basura. Esta iniciativa se trabaja actualmente en
Concordia, Bariloche, Salta y San Miguel de Tucumán. En función de algoritmos
matemáticos y programas de computación se reorganizaron los recorridos y se los
rediseñó con el objetivo de bajar el costo del material rodante, del combustible, la
contaminación sonora y ambiental y llegar a lugares donde no se llegaba. Guillermo
Durán es uno de los integrantes del grupo de optimización de Exactas de la UBA.
“Trabajamos en proyectos aplicados en resolución de problemas reales”, explica y
añade: “Aplicamos las técnicas a distintos problemas”. En 2008, junto al grupo de
investigadores que integra probó en la ciudad de Buenos Aires un estudio sobre el
problema de la recolección de basura, sobre todo en la zona sur, la única zona que se
maneja de manera autónoma. “Mostrábamos ahorros importantes potenciales y
mostrábamos cómo recorrer los contenedores de manera óptima”, señaló. Con el
gobierno porteño el estudio no prosperó más que como investigación y nunca se
implementó, pero con esa experiencia, Durán y equipo se contactaron con Morón y
llevaron adelante un convenio concreto con la facultad para utilizarlo. En ese caso no
fue para la recolección usual, sino para los reciclables, que se retiran una vez por
semana. “El ahorro no se mide tanto en plata como en calidad de servicio. No se llegaba
a recorrer todo el municipio. Ahora se llega a todos lados”, puntualizó.

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Entonces Lamothe propuso extender la experiencia a distintos puntos del país.
“No se busca replicar, porque los problemas pueden ser distintos, incluso en términos
matemáticos”, explicó Durán, quien afirmó que se encuentran ahora abocados a la tarea
de desarrollar la investigación para resolverlos. “No nos interesa lo que haría una
consultora, replicar un modelo, ése no es el rol de la universidad. Nos metemos cuando
hay potencial para desarrollar investigación detrás”, remarcó.
Desde la Secretaría de Asuntos Municipales se recogen las necesidades más
recurrentes. Después, buscan dónde hay producción de conocimiento acumulada que se
relacione con esas demandas. La idea, dijo Lamothe, es no usar diseños importados,
sino respetar las formas de trabajo de cada ciudad y proponer sistemas nuevos. Para esa
tarea trabajan en coordinación con el Ministerio de Educación de la Nación, luego se
contactan con las autoridades de las instituciones y se lleva adelante la firma de los
convenios. Pero el trabajo no es fácil. Muchas veces les cuesta conseguir información o
los datos están desactualizados o desde las municipalidades piensan que es material
privado o confidencial, aseguraron los investigadores.
Otro ejemplo es la aplicación del conocimiento producido en las universidades
al análisis de la recaudación tributaria. Es el caso del trabajo que lleva adelante
Alejandro López Acotto, de la Universidad de General Sarmiento (UNGS), con un
equipo que releva partidos y departamentos de distintas provincias para llevar adelante
un estudio nacional de la estructura fiscal municipal. “El estudio dará como producto
una publicación que va a contar el resultado de este relevamiento para conocer, diseñar
e implementar políticas que ayuden a una mejor recaudación de los municipios, con
mejores instrumentos y mejores técnicas”, contó a este diario.
La Universidad Nacional de Villa María lleva a cabo un Programa de
Fortalecimiento de la Gestión Tributaria Municipal que incluye la implementación de
sistemas informáticos para optimizar la administración tributaria y mejorar los índices
de cobrabilidad de tasas municipales en el mediano plazo. Bariloche, Campo Largo y
Concordia fueron los primeros distritos en participar de la propuesta.
En tanto, la UNGS también lleva adelante un proyecto de digitalización de
catastros para que los municipios tengan una herramienta útil para la planificación que
les permita identificar, registrar y georreferenciar los inmuebles ubicados en el
municipio. En esa línea ya se realizó una capacitación para Bariloche, Cañada de
Gómez, San Antonio de Areco, Campo Largo y San Luis. “Ahí –concluyó Lamothe–,
las universidades, sobre todo las carreras de Arquitectura y urbanismo, nos pueden
ayudar en la intervención y en el diseño legal para que sea el Estado municipal el que
lidere el proceso y no los mercados inmobiliarios.”

Estudiantes crean un móvil para discapacitados como proyecto final de Diseño


Industrial (Diario La Gaceta de Tucumán, 24/02/2018)
Ágil, seguro, sustentable e inclusivo. Estas son las cualidades elegidas por cuatro
estudiantes y graduados de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para describir a
Exodia, un motovehículo eléctrico de tres ruedas, apto para personas con discapacidad
en las piernas, que es el primero de su tipo en la Argentina.
Fueron Guido Barreyro, Rodrigo Clausell, Mauro Currao y Sebastián Melina quienes
concibieron el prototipo como proyecto final de la carrera de Ingeniería Industrial, y
lograron ponerlo a andar en el edificio de Medrano 951, sede central de la UTN, en el
barrio porteño de Almagro.

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“Faltaba un medio de transporte que sea estable y ágil y que permita recorrer distancias
cortas”, plantearon los jóvenes al momento de inclinarse por uno de los proyectos
teóricos, destaca la agencia de noticias Télam.
“Había que hacer un proyecto final, con empresa y prototipo, y surgió hacer el moto
vehículo porque vimos que no estaba ese tipo de movilidad en la calle, con el beneficio
de ser un transporte seguro, por lo estable con tres ruedas, y sustentable porque al ser
eléctrico no contamina ni genera ruido”, explicó Currao.
Exodia “fue probado en la Facultad y el resultado fue bueno: todo lo que habíamos
dicho se estaba cumpliendo. Hay mucho por mejorar, estuvimos apenas un año y es un
proyecto para hacerle desarrollo, pero tuvimos resultados”, celebró el joven.
Accesible
Ante el dilema entre comprar un auto, que cuesta caro, o una moto, que es insegura,
Exodia ofrecía la opción de un vehículo accesible, con la ventaja de ser además un
transporte eléctrico que reduce la contaminación sonora y la del combustible fósil.
Entonces arrancaron el proyecto en abril del año pasado con el chasis de un cuatriciclo
chocado, armándolo y desarmando, apelando a talleres de soldadura o ensamblado,
probando materiales y repuestos hasta adaptarlos para crear el prototipo.
“Se trata de un transporte adecuado para personas con discapacidad en sus miembros
inferiores”, que aún no existe en Argentina, si bien hay modelos similares en otras
partes del mundo.
Más seguro que una moto
A diferencia de la moto de dos rodados, la tercera rueda -trasera y con transmisión-
reduce el riesgo de accidente porque aumenta la estabilidad del móvil.
“Este vehículo cumple los requerimientos para circular por la ciudad a diferencia de
otros medios de transporte pensados para barrios cerrados o zonas rurales”, plantearon
los jóvenes.
Si bien en Argentina no existe todavía la regulación para transporte eléctrico, ingresan
vehículos similares provenientes de China: “Exodia está adecuada al mercado argentino
(porque) preparamos el proyecto para que, en el caso de que se resuelva esta nube legal,
cumpla normativas de seguridad y podamos sacarlo al mercado”.
Buscar el motor eléctrico no fue fácil, ya que en el proyecto teórico, para avanzar al
prototipo, había que importar un motor, entonces lo solucionaron de otra manera
cumpliendo la misma función. También estudiaron los aspectos ergonómicos para
ajustar las dimensiones del moto vehículo a la posición del cuerpo.
Finalmente, los estudiantes -acompañados por el tutor del proyecto, Pablo Romero-
probaron el prototipo ante los profesores de la cátedra de Proyecto Final, y se
convirtieron en graduados. Los jóvenes siguen vinculados “por el proyecto como por la
vida, porque cursamos toda la facultad juntos, y además no se descartó el hecho de
escalar el prototipo”, comentó Currao, quien trabaja en el área de Producción de una
empresa automotriz.
Con respecto a la formación académica de la UTN, el flamante egresado rescata que
“hay gran atención hacia los estudiantes, y ayuda para cursar las distintas asignaturas”.
“Dan los horarios para trabajar y hacen todo para que puedas cursar sin problemas. Yo
la recomendaría por el nivel, porque hay gente que quiere enseñar”, reivindicó el joven.

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TEMA 4: LA UNIVERSIDAD

Responsabilidad Social Empresarial y Universitaria


Gustavo Tondi (Blog Ética y RSU, 18/06/08)
François Vallaeys es Filósofo, Consultor internacional en Responsabilidad
Social Universitaria, Asesor de la Dirección Académica de Responsabilidad Social
(DARS) de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Profesor de Ética y
Responsabilidad Social en el MBA de CENTRUM (Centro de Negocios de la PUCP),
Colaborador en la Iniciativa Interamericana de Ética, Capital Social y Desarrollo del
BID.
- Se dice que los conceptos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y
Responsabilidad Social Universitaria (RSU) todavía están en construcción. ¿Cómo
las definiría usted?
- Efectivamente están en construcción. La Responsabilidad Social es un movimiento
joven, mundial, polimórfico, que involucra muchos actores de diversos horizontes y con
diversos intereses. La Responsabilidad Social es un sistema de gestión en base a
criterios éticos de justicia y sostenibilidad para lograr un desarrollo social y
ambientalmente sostenible en la tierra. Se encarna como gestión de todos los impactos
internos y externos que la organización produce. Lo que implica: diagnóstico regular del
quehacer de la organización, acatamiento de estándares internacionales de buenas
prácticas laborales y ambientales, participación de las partes afectadas por las decisiones
de la organización (stakeholders), rendición pública de cuentas en todos los aspectos de
la organización (la triple bottom line: económico, social y ambiental), trabajo en red con
otras organizaciones para mitigar impactos negativos y maximizar impactos positivos
(cadenas de valores, proveedores), promoción de alianzas para el desarrollo humano
sostenible (Capital Social para el Desarrollo).
Esto vale para cualquier tipo de organización. La diferencia entre RSE y RSU surge al
momento de diagnosticar cuáles son los impactos y quiénes son las partes afectadas. En
la Universidad, tenemos impactos académicos específicos (educativos, epistemológicos,
cognitivos) que, en la práctica, alejan mucho la RSU de la RSE.
- ¿Cuál(es) considera que puede(n) ser la(s) causa(s) de la gran variedad de
acciones que son realizadas y comunicadas desde muchas empresas, pero que en
realidad no constituyen acciones de RSE?
La confusión persistente entre acción social benéfica (filantropía) y RS. Esta confusión
es normal, la filantropía tiene varios siglos en el mundo organizacional y está en
sintonía con nuestros patrones mentales ético-cristianos. Pero esta confusión es
perversa: porque se torna muy cómoda cuando, por multiplicar acciones benéficas, una
organización no quiere cambiar su sistema de gestión y sigue provocando impactos
negativos (adentro y afuera) que no quiere contabilizar, que quiere seguir
“externalizando” como en el modelo clásico de gestión en el cual todos los efectos
colaterales se externalizan. En ese momento, la filantropía (de por sí muy buena) se
torna perversa, se vuelve una pantalla cosmética para esconder la falta de RS. En
resumen, más una organización genera acciones de beneficencia social sin cambiar su
sistema de gestión, más se vuelve socialmente irresponsable, a pesar de su “bondad
social”. Estamos en camino hacia el cambio de paradigma, ya se empieza a entender que
la RS no es una serie de acciones para el prójimo, sino un sistema de gestión. Pero como
es más exigente que la filantropía, como cuesta más en cuanto a los cambios de rutinas

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y la redistribución del poder, hay obviamente muchos intereses en seguir con el modelo
de la filantropía: la filantropía es placentera (porque es placentero ayudar al otro), la RS
duele (porque siempre duele diagnosticar sus incongruencias y cambiar sus rutinas para
responsabilizarse por sus impactos negativos).
- Las empresas de algunos sectores (ej. tabaco, petróleo u otras industrias
contaminantes) son controvertidas a la hora de calificarlas como “socialmente
responsables”. ¿Cree usted que hay alguna forma de revertir esta situación, más
allá de hacer “cosmética” en las acciones y su comunicación?
- Sí hay forma, la única diferencia es que si los impactos negativos son muy numerosos
el sistema de gestión RS tiene que ser muy exigente y asociar a muchos socios en el
esfuerzo de responsabilización y sostenibilidad. El petróleo es un producto fabuloso y
muy útil, son nuestros patrones de uso que son insostenibles por el momento: quemar
petróleo para hacer avanzar un vehículo es, en sí, una tontería. Sólo se debería usar el
petróleo en la fabricación de materias necesarias al ser humano y que no podemos
conseguir de otra forma. Podemos discutir si deberíamos erradicar el tabaco
(personalmente no estoy de acuerdo, pero se discute) pero mientras no lo hacemos hay
legitimidad en producir cigarros, trabajando a la par para mitigar al máximo los efectos
colaterales que su mal uso genera. El tema más difícil en cuanto a la legitimidad social
de producción es aquel de las armas. En sí, son radicalmente dañinas (están hechas para
eso). Controlar su fabricación, su disminución, y mitigar sus efectos dañinos es un tema
muy complejo que empezará el día en que la ONU tendrá suficiente poder como para
obligar las naciones a sentarse a dialogar y negociar. Mientras tanto, sería efectivamente
vano que una empresa que fabrica armas tenga pretensiones de “responsabilidad social”.
- ¿Cómo ve a América Latina y, particularmente, a Argentina en materia de RSE y
RSU?
- El tema RSE avanza en América Latina (AL) a medida que retrocede la confusión con
la filantropía, poco a poco. La globalización es un poderoso empuje, puesto que obliga
las empresas exportadoras a seguir criterios de calidad más exigentes del primer mundo,
en los que la dimensión social y ambiental crece cada vez más. Como la ética quiere ser
ley, a ella le gusta la internacionalización de los estándares de buenas prácticas. Pero
estamos todavía muy atrasados en el tema de certificaciones de RS y sistemas de
gestión ambiental (SA 8000, AA 1000, GLOBALGAP, EMAS, etc.), y eso debido al
contexto de débil exigencia interna y fuerte informalidad que vivimos. El problema RS
número uno de América Latina es sin duda el tema interno de las buenas prácticas
laborales. Mientras seguimos operando con más del 50% de organizaciones parcial o
totalmente informales, no se puede hacer mucho en materia de Responsabilidad Social.
No puedo juzgar de la RSE en Argentina, no soy especialista en eso.
En cuanto a la RSU, ella nació en AL, del esfuerzo conjugado de varios frentes como la
Red Construye País en Chile, La Iniciativa Interamericana de Ética, Capital Social y
Desarrollo del BID, la Red AUSJAL de las Universidades jesuitas, etc. Ahora España se
mete fuertemente en el tema. La noción de “Universidades Sostenibles” está ganando
muchos adeptos en el mundo anglosajón y europeo. Pero hay mucha resistencia todavía,
sobre todo por parte de ciertos académicos de Universidades públicas latinas que no
pueden superar una visión muy ideológica del asunto y no entienden la importancia de
la gestión universitaria ejemplar como tema no sólo administrativo, sino también y ante
todo educativo. Todavía se prefiere hablar en términos de Extensión que de
Responsabilización Social desde la academia, al igual que en el mundo empresarial se
prefiere hablar de filantropía que de sistema de gestión socialmente responsable. Pero
no importa mucho, constato cada día que el movimiento de la Responsabilidad Social,

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el Desarrollo sostenible, la internacionalización de los estándares de buenas prácticas, es
imparable, porque sencillamente no tenemos otra solución si queremos asegurar la
sostenibilidad social y ambiental de nuestra presencia en la tierra. Y cada vez que
desespero, recuerdo lo que dice Charly García, el genial cantante argentino: “Pero los
dinosaurios van a desaparecer”. Ahora les toca a los argentinos evaluar cuántos
dinosaurios y vacas sagradas se comen la mayoría del pasto en los campus
universitarios de Argentina.
- ¿Cuál considera usted que debe ser el papel de las Instituciones (incluso las
religiosas) y las ONG en la sensibilización y el arraigo de la RSE y la RSU?
- Retomando la clasificación establecida en la Universidad de Michigan, creo que
necesitamos romper muchas barreras ideológicas y miedos al cambio para crear mayor
Capital Social de nexo (entre instituciones del mismo nivel, es decir Redes
interorganizacionales) y Capital Social de puente (entre grupos de nivel social
asimétrico, es decir la “subsidiaridad” que permite al débil aprovechar de su vínculo con
el fuerte para obtener la oportunidad que le falta en sus vínculos tradicionales) en AL. Si
hay mucha informalidad y poca presencia del Estado, necesitamos una sociedad civil
con mucha capacidad de asociatividad, para tener la fluidez que nos falta.
AL se muere de una carencia de Capital Social de nexo y puente, y de una sobredosis de
Capital Social de vínculo, que es este tipo de asociación con sus pares, su grupo de
referencia, sus familiares y amigos de siempre, que crea un espacio social hecho de
amiguismo, nepotismo, privilegios, corporativismo, redes casi “mafiosas”, que trabajan
con un solo lema: “A los enemigos: ¡la ley! A los amigos: ¡todo!”. Luchar contra este
tipo de mentalidad es un esfuerzo para juntarse con el (aparente) enemigo de ayer, y
constatar que podemos inventar relaciones gana-gana con él, aumentando así la sinergia
y confiabilidad social.
- ¿Cuáles son los aspectos más importantes y/o conflictivos a tener en cuenta, a la
hora de diseñar y poner en marcha un plan de RSU?
- Primero, la dicotomía entre el área administrativa y el área académica, que deben de
trabajar juntos, entendiéndose juntos. Hay que saber si estamos dispuestos a crear más
Capital Social de nexo en la propia Universidad, o no.
Segundo, la transparencia y la redistribución de poder que la participación de las partes
interesadas internas y externas (los stakeholders) implica. Hay que saber si estamos
dispuestos a ceder un poco de poder y a permitir mayor visibilización de los problemas
internos de la Universidad o no. Esto se da sólo si hay una confianza básica entre los
actores, una voluntad común de mejorar, y un entendimiento de que no todo se puede
resolver a la vez, sino que la Responsabilización Social es un camino de mejora
continua.
Tercero, resolver el problema inmenso de la falta de comunicación interna: la
Universidad es una institución de origen medieval que se estructura en Facultades,
Departamentos más o menos separados y estancos. Esto ha servido durante siglos para
proteger la autonomía académica frente a los poderes religiosos y políticos externos e
internos. Ha sido muy eficaz, pero hoy necesitamos romper con eso, necesitamos
transversalidad y sinergia para operar en forma compleja con problemas complejos,
desde una actitud transdisciplinaria. Esto pide un enorme esfuerzo de comunicación
interna y apertura de las torres de marfil y feudos académicos. Hay que decidir si
estamos dispuestos a esto, o no.

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Cuarto, empezar un primer diagnóstico participativo, seleccionar las áreas de mejora,
actuar, evaluar, rendir cuentas y empezar otra vez con el diagnóstico. La metodología de
la RSU es básicamente un camino hacia la inteligencia y autorreflexión institucional. Es
decir, pretende ayudar a las instituciones del conocimiento -que saben enseñar- a
aprender a aprender.

Producción de Conocimiento al servicio de necesidades locales


Patricio Mitrovich (Coordinador UTN Solidaria, 2018)
Las Universidades basadas en un paradigma antiguo, han tenido vinculación con
la sociedad a través de la extensión universitaria. De esta forma, se encargan, entre otras
cosas, de realizar actividades de capacitación, planteadas desde una visión centrada en
la Universidad, y acciones asistencialistas, como ser colectas de ropa, alimentos o
juguetes para los sectores más vulnerables.
Nuevas perspectivas ven a la universidad como un aliado estratégico para la
creación, desde la planificación de proyectos que satisfagan necesidades locales así
ayudando al desarrollo sustentable de la región en la cual se encuentra ubicada. Esta
perspectiva que se emplaza en la responsabilidad social universitaria, una mirada más
integral y que parte desde adentro hacia afuera.
Autores como François Vallaeys, consideran la Universidad como un aliado
estratégico en la sociedad para la creación de soluciones a través de la planificación de
proyectos que satisfagan necesidades locales, colaborando así al desarrollo sustentable
de la región de la cual es parte. Esta perspectiva, que se emplaza en la responsabilidad
social universitaria, proporciona una mirada integral que parte desde adentro hacia
afuera. Concentrándose en una gestión interna responsable, abarcando cuestiones
administrativas como compras a proveedores, planificación en cuanto a infraestructura
de accesibilidad a personas discapacitadas, académica desde el aprendizaje y servicio
solidario, la investigación de problemáticas reales, que son traídas del medio vinculado
por la secretaría de transferencia, ayudando a que estos problemas se trabajen también
con el sector necesitado.
La alianza antes mencionada (que involucra transversalmente a todas las partes
de la Universidad) busca que el estudiante de ingeniería, adopte o fortalezca valores
necesarios para su desempeño como profesional y ciudadano, de forma que aporte
activamente al desarrollo sustentable.
Desde la UTN-FRT se vienen desarrollando estos objetivos desde “UTN
Solidaria”, en vinculación con el área de voluntariado, la que es parte del Programa de
Responsabilidad Social Universitaria del Rectorado de UTN.
Algunas de las actividades del área son: charlas, visitas, capacitaciones,
proyectos de investigación, gestión de residuos e incluso actividades asistenciales. El
voluntariado se correlaciona con otros actores de la sociedad para llevar a cabo estas
actividades, reafirmando, así, la importancia del trabajo en equipo y la
interdisciplinariedad, con la finalidad de alcanzar un mayor impacto.
Adentrándonos en dichas actividades, y a modo de ejemplos, el Equipo
Educacional y de Transferencia de Conocimiento de UTN Solidaria, brinda charlas a
escuelas y barrios sobre uso responsable de las redes sociales, las cuales son llevadas
adelante por alumnos de ingeniería en sistemas; charlas sobre seguridad eléctrica
hogareña, dadas por alumnos de Ingeniería Eléctrica y sobre robótica educativa, por

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estudiantes de todas las ingenierías. De esta forma, se fomenta el estudio en ingeniería,
mostrando la oferta académica de la UTN FRT e incentivando y captando, a través del
diálogo con pares, a futuros estudiantes universitarios.
En cuanto a proyectos de Ingeniería surgen a partir de un principio de la RSU,
que es la gestión de residuos, proyectos de Ingeniería Mecánica y la Tecnicatura en
Mecatrónica como lo es el Dispositivo de Extracción de Hilo/Cinta de Botellas PET*,
que también abarca la parte de emprendedorismo generando una empresa de triple
impacto (Social, Ambiental y Económico) en el medio.
En Ingeniería Civil, se ha trabajado como materiales alternativos para la
construcción como ser los distintos tipos de Ecoladrillos, en donde los alumnos de dicha
carrera generan los prototipos para triturar, compactar, y probar la resistencia, torsión y
aislamiento térmico y acústico. Generando una solución de hábitat económica,
resistente, ecológica para familias en situación de vulnerabilidad.
Desde Ingeniería Electrónica, se hace el acondicionamiento de PC’s en desuso.
Estos residuos se califican según las normas como RAEES (Residuos de Aparatos
Eléctricos y Electrónicos) y son muy contaminantes para el medioambiente por sus
componentes. El acondicionamiento viene dado porque en muchas reparticiones (por
ejemplo, Poder Judicial) hacen un recambio preventivo de las computadoras, y muchas
de estas se descarta aun funcionando. Lo que se busca en este proyecto es generar a
partir de varias computadoras otras que cuenten con prestaciones mínimas y puedan ser
donadas a organizaciones o instituciones en donde se les dificulta conseguir estas PC.
Acercando así a todos, la digitalización de la información. El resto de los componentes
que no pudieran recuperarse, se disponen de forma segura o bien, se utilizan como
materia prima para realizar obras de arte plásticas.
Desde la Ingeniería en Sistemas se generó una aplicación para celulares llamada
Solydar, que ayuda a gestionar la logística de colecta de donaciones ante siniestros o
eventos de caridad. Los alumnos aplicaron sus conocimientos en programación,
relevamiento de datos, testeo de calidad y gestión de proyectos informáticos, entre
otros.
Cabe destacar que, si bien el alumnado de las diferentes ingenierías pareciera
aportar a un rubro determinado, todos los proyectos se nutren de la
interdisciplinariedad, involucrando a alumnos que no son necesariamente de una carrera
específica.
La problemática ambiental nos afecta a todos por igual, y es algo que debe
abordarse con carácter de urgencia en todo ámbito. Es por esto que desde la ingeniería
se debe fomentar la creación de proyectos que brinden soluciones reales y concretas, sin
dejar de lado aspectos de justicia social, mejora en la calidad de vida e inclusión de
minorías.
Algo que se debe tener en cuenta sabiendo el sistema económico, político y
social, en donde estamos inmersos, es que los proyectos entran en un mercado y deben
ser competitivos por lo tanto deben ser vistos desde una perspectiva
económica/financiera, es por esto que también se trabaja en conjunto con la Incubadora
de emprendimientos, donde se toman estos proyectos y se generan Planes de Negocio,
aplicación a Líneas de Financiamiento, capacitación en marketing y ventas y
participación mesas de inversores con el afán de que lleguen al mercado para que sus
creadores puedan sostener el proyecto y generar fuentes de trabajo nuevas con los
mismos.

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Ingenieras: las mujeres en un área en la que aún mandan los varones
Soledad Vallejos (Diario La Nación, 13/09/17)
Se estima que representan el 20 por ciento de las matrículas; sin embargo, en
algunas ramas de la disciplina, ellas siguen siendo minoría; los arquetipos de género,
una de las barreras.
Ayelén Angulo estudia Ingeniería Química en la Universidad Tecnológica
Nacional. Ella es parte de una población que, a pesar de ser minoritaria en el mundo
académico y en el laboral, donde predominan los hombres, lentamente va ganando
terreno. Se estima que ellas representan el 20% de la matrícula universitaria.
Al ejemplo de Angulo se le suman los casos de Julia Falcone, de 25 años, y de
Paula Celoria, de 26. A punto de recibirse, la primera fue elegida entre un grupo de
estudiantes -ella era la única mujer- para formar parte de uno de los viajes de prueba del
rompehielos Almirante Irízar, el 6 de junio pasado. En tanto, Celoria fue la primera
estudiante en graduarse como bioingeniera en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires
(ITBA).
Según coinciden en la Universidad de Buenos Aires (UBA), la UTN, la
Universidad Católica Argentina (UCA) y el ITBA, las mujeres se destacan por sus
excelentes calificaciones y desempeño. "Hay que formar menos abogados y más
ingenieros", insistió hace pocos días el flamante ministro de Educación nacional,
Alejandro Finocchiaro, y en sintonía con el crecimiento en el número de inscriptos en
las universidades de todo el país, las mujeres también son más. De todas formas, hoy
representan el 20% del total de la matrícula, aunque en algunas ingenierías como la
electrónica o la mecánica, arañan apenas el 4 por ciento. El mayor protagonismo lo
tienen en las especialidades textil, química e industrial; en menor medida en
informática, civil y petróleo, y se hacen notar por ser casi la excepción en mecánica,
electrónica y naval.
"Según los datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, el porcentaje de
mujeres estudiantes en el ciclo superior es de 61,9%, llegando en algunas carreras a
superar el 80 por ciento. Mientras que en las ingenierías alcanza sólo el 20 por ciento",
detalla Adela Hutin, directora de investigación del Grupo de Energía de la Facultad de
Ingeniería y Ciencias Agrarias de la UCA.
Hutin invita a observar cómo los porcentajes de mujeres estudiantes de posgrado
han aumentado con el transcurso de los años. "Sucede en todas las disciplinas, llegando
a cifras similares a los de grado y, sin embargo, mujeres con sólida formación
desempeñan trabajos en los que no logran desarrollar ni su potencial ni sus aptitudes. Ni
hablar de la remuneración o el concepto de igual trabajo igual remuneración", asegura la
experta.
Hace ocho años que Guillermo Olivetto ocupa el cargo de decano de la Facultad
de Ingeniería de la UTN, y como testigo de una tendencia que asoma con cautela anhela
que la participación de las mujeres sea cada vez mayor. "Hasta ahora se inscribieron
2448 alumnos. En diciembre pasado teníamos inscriptos un total de 5000, por lo que en
apenas dos semanas desde que se abrió la inscripción estamos casi en el 50% del total
de inscriptos con respecto al año pasado", se entusiasma. Las mujeres, otra vez,
representan un 20%, pero Olivetto avizora un panorama más equitativo en cuestión de
género con inclusión al ámbito universitario de las nuevas generaciones. "Se habla de
profesiones no tradicionales para la mujer, y es una tontería verlo de ese modo. Cuando
uno mira los promedios de los egresados, entre los mejores siempre están las mujeres. Y

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aunque su desempeño sea incluso superior, es justo reconocer que a nivel laboral hay
barreras que no se han logrado superar. A mismo puesto y nivel jerárquico, siguen
cobrando menos que los hombres", reconoce.
También persiste, según Norberto Lerendegui, director de la Escuela de
Ingeniería y Tecnología del ITBA, una mirada rancia sobre la ingeniería y el
componente de dificultad asociado a las ciencias básicas y al manejo de maquinarias y
sistemas complejos como lugares de dominio de lo masculino. "Creo que las
generaciones jóvenes están cambiando esos prejuicios culturales que subsisten.
Necesitamos más ingenieras en las plataformas petroleras o en la industria naval",
retruca Lerendegui, que también destaca que el mejor promedio obtenido de toda la
universidad es mérito de una ingeniera química.
Falcone, Celoria y Angulo cuentan su experiencia y afirman que tanto de parte
de sus compañeros como de los docentes, el trato que recibieron es igualitario. "Mi
experiencia fue muy buena, claro que siempre está la excepción", advierte Celoria.
Cuando salió al campo laboral, reconoce, la mirada de algunas compañías estaba teñida
por un sesgo machista. "Hay ofertas de trabajo que entre los requisitos figura lo
masculino como algo excluyente." Para ella, este tipo de casos chocan contra las
políticas de promoción de la ciencia y la tecnología que se difunden, sobre todo en un
contexto socioeconómico que revaloriza el modelo industrial y que destaca las
posibilidades laborales que ofrece la carrera de Ingeniería para "todos" los estudiantes.
"Hay que trabajar más en la formación técnico-profesional de las mujeres para
que se acerquen a las funciones líderes en estas áreas. Muchas tienen una motivación,
pero cuando se enfrentan a los exámenes de ingreso, exactamente igual que sucede con
los varones, se frustran antes de arrancar. Pero como representan a una minoría, su
deserción es mucho más significativa", opina Cynthia Giolito, manager de Ciudadanía
Corporativa de Samsung Argentina y una de las disertantes de la última "Reunión de
Especialistas por la Igualdad de Género en la Educación Técnico-Profesional",
organizada por el área de género, sociedad y políticas de Flacso y la división de género
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Por eso, en
conjunto con la UTN, pusieron en práctica el programa Entropía, para mejorar el
rendimiento de alumnos del secundario en materias como matemática, física y química.
De las cinco mujeres que ingresaron con Falcone a la carrera de Ingeniería
Naval, en 2011, hoy quedan tres. Y de los 40 varones permanecen 18. "En la
universidad, jamás recibí un comentario a una actitud discriminatoria", dice Falcone.
Aunque también reconoce que la industria naval, junto con la metalúrgica y la
mecánica, es una de las que menos evolucionó en cuestiones vinculadas al género.
Para Fernando Horman, profesor de la Facultad de Ingeniería de la UBA y
secretario de Relaciones Institucionales, que haya ofertas de trabajo donde el perfil
masculino es condición excluyente "es absurdo". Y con el objetivo de evitar ese tipo de
discriminación en el ámbito universitario se creó el Área de Promoción de Políticas de
Género, que depende del programa de Extensión Universitaria. "Cuando yo estudiaba,
en la década del 70, creo que el porcentaje no superaba el 5 por ciento. Hoy estudia
Ingeniería una mujer por cada cuatro varones."

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Vocaciones femeninas en ingeniería, un tema pendiente
Liliana Raquel Cuenca Pletsch (UTN - FRRe, 2019)
En numerosas oportunidades, después de haber sido elegida Decana de la
Facultad Regional Resistencia - FRRe de la Universidad Tecnológica Nacional - UTN,
primera mujer en ejercer ese rol en 49 años de la Institución, me ofrecieron notas donde
resaltara la cuestión de género. Siempre las evité, ya que nunca hasta hace un tiempo
había interpretado algunas situaciones que me tocó vivir desde la mirada de la
discriminación por el hecho de ser mujer. Muchas actitudes me parecieron indignas de
trascendencia, sólo eso. Siempre seguí mi camino, indiferente a los comentarios
sexistas. Tal vez porque soy la mayor de tres hermanas, hijas de una mujer fuerte que
nunca aceptó barreras y que nos inculcó que las únicas barreras que existen son las que
nosotras mismas nos ponemos. Tal vez, también, porque en mi camino trabajé y
compartí espacio con hombres y mujeres que valoran las capacidades, las ideas, la
contracción al trabajo, la personalidad, sin importar cuestiones vinculadas con el género
o la procedencia social. Y seguramente, también, porque el hombre que elegí, y me
eligió, para compartir la vida comparte estos valores.
Y fue así que, durante años, me mantuve ajena a las luchas femeninas por
visibilizarse, porque me parecía que con sólo proponérselo era posible lograrlo. Pero
desde un tiempo a esta parte, en que empecé a prestar atención a las historias
personales, que empecé a mirar mi entorno con mayor detenimiento, que empecé a
destinar tiempo a pensar en estas cuestiones, me doy cuenta de que fui afortunada y que
no todas tienen la misma fortuna. Fui afortunada al nacer de una madre como la mía, al
crecer y desarrollarme en entornos donde la discriminación no era la regla sino, a lo
sumo, la excepción. Y que esas excepciones no eran bien vistas por quienes formaban
parte de esa comunidad.
Puesta a reflexionar sobre el proceso de postulación a Decana, reconozco que no
formó parte de un proyecto de crecimiento profesional. Nunca me lo había planteado
como posibilidad, a pesar de que había llegado a ser directora del Departamento de
Ingeniería en Sistemas en dos oportunidades. Las Facultades Regionales de UTN que
dictan esta carrera eran 12 en esa época, nunca coexistieron más de 2 mujeres en las
reuniones de directores de la especialidad, a pesar de que durante casi dos décadas hubo
paridad entre estudiantes y egresados de ambos sexos en esta carrera y, por lo tanto,
también en el cuerpo docente. En muchas especialidades es peor: no hay mujeres al
frente. Ingeniería Química suele presentar mayor paridad.
Seguramente, en mi subconsciente, interpretaba que el decanato no era una
posibilidad en mi Facultad ni en la UTN, que sería un proyecto sin proyección. Si hoy
me remonto a esa época de mi vida, me doy cuenta de que entendía que éste era un
sector machista de la sociedad al que debía apoyar, pero no me apoyaría. Sin embargo,
la propuesta surgió de muchos colegas varones. Reconozco que me sorprendió el fuerte
acompañamiento que tuve en la postulación.
No había dimensionado lo disruptivo que fue este hecho hasta que participé en la
primera reunión de Decanos de la UTN: 28 Decanos y yo. Bastante intimidante,
realmente. Pero ahí estaba, representando a mi Facultad con la convicción de ser una
igual. Lo mejor de todo es que así fui recibida, a pesar de que les significó un gran
esfuerzo acostumbrarse a reuniones donde debían eliminar ciertas expresiones y bromas
comunes cuando las reuniones eran de sólo varones. Reconocí su esfuerzo, haciendo de
cuenta que no escuchaba alguna expresión desafortunada por la que inmediatamente
pedían disculpas. Sólo una de veintinueve en 2010, al año siguiente fuimos dos, hoy

78
nuevamente hay sólo una mujer Decana en mi Universidad. Si observamos los
gabinetes, la situación es similar: pocas, una o ninguna mujer.
Otro capítulo importante en mi desarrollo profesional lo constituye mi paso por
el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería – CONFEDI, donde participé desde el
2010 y que tuve el honor de presidir en el 2017, convirtiéndome también en la primera
mujer electa en lograrlo. En este ámbito, también sentí el reconocimiento y
acompañamiento de mis colegas durante todos los años en que participé. Sigue siendo
un ámbito mayoritariamente masculino, pero cada vez hay más mujeres integrándolo.
Los cambios culturales no se dan de un día para el otro, y en ese entendimiento
no parece tan importante el número sino el hecho de haber generado conciencia en
nuestros pares varones sobre la valía de la mujer en la Universidad, particularmente en
las Facultades de Ingeniería, sobre la posibilidad de que ocupe lugares antes reservados
sólo a ellos. En esta “batalla cultural” se necesitan mujeres decididas, capaces de
asumirse como líderes y de convencer a la comunidad de que pueden hacerlo tan bien
como sus predecesores, y también se requiere de la “generosidad” de los colegas
Decanos para reconocer e impulsar a mujeres destacadas con perfil de liderazgo y
decisión para conducir.
Esto no significa que a partir de ahora todas las Facultades de Ingeniería deban
ser conducidas por mujeres, significa que las mujeres deben sentir que cuentan con el
respeto y la valoración de sus pares que las anime a pensarse al frente de la Facultad o la
Universidad, desechando el pensamiento “mi Institución no está preparada para una
mujer”.
Vocaciones femeninas en Ingeniería
Otro aspecto sobre el que es necesario reflexionar es sobre la escasez de
vocaciones femeninas en ingeniería. Algunos estudios aseguran que esto se debe a
estereotipos existentes respecto de que la ingeniería es carrera de hombres.
Al respecto viene a mi memoria el momento en que debía decidir qué carrera
estudiar (año 1983): mi primera opción fue Traductorado de Inglés, como una
continuidad de mis estudios de idiomas. Un día, en un recreo, una profesora de
Matemática me preguntó qué carrera había elegido y se sorprendió con mi respuesta.
Me dijo: “¡no podés elegir esa carrera, por tu facilidad y gusto por las matemáticas y la
física tenés que estudiar ingeniería!” … ¿cuál se imagina el lector que fue mi
respuesta?... “la ingeniería no es una carrera para mujeres, no me imagino pasar la vida
en una obra…”. Así es, increíblemente yo, en esa época, aún criada en la familia en que
me crie, tenía el estereotipo incorporado … se preguntará entonces cómo se produjo el
cambio en la decisión, fue debido a la insistencia de la profesora que me dijo “hay una
nueva carrera que seguro te va a gustar: Ingeniería en Sistemas, mañana te traigo
información”, así es que a ella debo agradecerle la elección de esta hermosa carrera.
Otro recuerdo más reciente tiene que ver con una alumna de Ingeniería en
Sistemas quien hace dos años me manifestaba que la carrera que ella quería estudiar era
Ingeniería Electromecánica pero que los padres no le permitían porque no era carrera
para una mujer... ¿Qué solución se le había ocurrido? Cursar ambas, pero se le hacía
cuesta arriba porque debía demostrar buenos resultados en la carrera elegida por sus
padres. Le ofrecí hablar con ellos, pero no aceptó, entendía que sería peor… los mismos
estereotipos 33 años después.
En 1918 egresó de la Facultad de Ingeniería de la UBA la primera mujer
ingeniera de Argentina y Latinoamérica, unos años después su hermana fue la tercera

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ingeniera argentina. Un siglo después el porcentaje de mujeres en ingeniería ronda el
20% y el techo de cristal es aún una realidad en la mayoría de las empresas e
instituciones.
En este sentido, hay que reconocer que faltan referentes femeninas en los
distintos campos de la ingeniería. Con seguridad existen, pero no se comunican; han
sido invisibilizadas durante décadas. Esta es, sin dudas, una tarea pendiente: visibilizar a
todas esas mujeres para que las jóvenes cuenten con referentes femeninas que las
inspiren. Contar con mujeres dirigiendo o formando parte de los gabinetes en Facultades
de Ingeniería, con el testimonio de mujeres que ejercen la profesión en diferentes
ámbitos del país y del mundo, rescatando la historia de mujeres destacadas en cada
disciplina, es el primer paso para mostrar a estas carreras como una opción para las
adolescentes.
¿Qué hacemos? ¿qué más podemos hacer?
Les propongo que por un momento los lectores varones cierren los ojos,
imaginen una reunión típica de su ámbito profesional o un aula de clases en ingeniería,
donde seguramente hay un 80% o más de hombres …. Y ahora imaginen que ese 80%
sean mujeres… ¿cómo se sentirían en esa reunión? ¿entrarían? ... ¿Qué les parece que le
sucede a una adolescente que entra a un aula de ingeniería, donde además debe escuchar
bromas y comentarios machistas y hacer de cuenta que no la afectan porque está en
minoría? ¿Tienen todas, el carácter para aguantar y seguir o para enfrentar a
compañeros y profesores? ¿Pensamos en estructuras de acompañamiento y coaching
para ellas? ¿Proponemos actividades de sensibilización a la comunidad universitaria
para conformar una estructura que contenga y no expulse? … ¿pensamos en estrategias
para sensibilizar también en el ámbito empresarial, público y privado, donde aún
persisten prácticas discriminatorias?
Este año el CONFEDI creó el programa Mujeres en Ingeniería que pretende
motivar a las jóvenes y niñas a estudiar ingeniería mediante acciones que den visibilidad
a ingenieras que disfrutan y se destacan en el ejercicio de la profesión. Entre sus
objetivos se pueden mencionar: ✓ incrementar las vocaciones en ingeniería, ✓
demostrar que las ingenierías son carreras con un amplio campo de acción profesional
que facilita conciliar el ejercicio profesional con la vida social y familiar, ✓ promover la
igualdad de derechos y oportunidades laborales, ✓ visibilizar a las ingenieras que
ejercen su profesión y contribuyen al desarrollo local, nacional e internacional, ✓
impulsar que cada Facultad miembro del CONFEDI se sume a este programa para
llevarlo a todos los rincones de nuestro país.
En la UTN las Secretarías de Asuntos Estudiantiles, Extensión Universitaria y
Relaciones Internacionales se encuentran desarrollando una propuesta vinculada con
esta problemática. Si bien aún se encuentra en etapa de diseño, es importante destacar
que el objetivo es brindar soporte e incentivo al Desarrollo Integral de la Mujer en
Ingeniería para lograr un cambio de paradigma en la orientación de las mujeres a
integrarse en el sistema productivo del país, ya sea desde la docencia, la investigación,
el sector privado y/o el emprendedorismo, brindándoles una red de soporte, donde
puedan conocer modelos de rol, recibir mentoreo, formación, incentivos,
acompañamiento. Para ello proponen, entre otras acciones: ✓ generar conciencia en las
estudiantes sobre los campos de acción laboral, incluyendo los menos tradicionales y los
paradigmas de trabajos en el futuro, ✓ lograr el apoyo de instituciones públicas y
privadas, así como también de los hombres que apoyan la equidad de género, ✓ generar

80
redes de soporte o mentoreo para las estudiantes durante su carrera, ✓ generar redes de
soporte para las mujeres al momento de la ejecución de su proyecto laboral.
Es muy importante el paso dado por las Facultades de Ingeniería de nuestro país,
tomando el tema, trabajándolo desde diferentes ángulos y pensando en las formas de
lograr el objetivo, compatibilizando experiencias y educando. Sin dudas los frutos se
verán en el mediano plazo.
Conclusión
En lo personal entiendo que las mujeres que hemos logrado importantes
posiciones en el ámbito en que nos desempeñamos, debemos asumir el compromiso de
hacer lo que esté a nuestro alcance para facilitar el desarrollo de las mujeres en
cualquier ámbito en que se propongan, no por el sólo hecho de ser mujer, sino por el
hecho de ser persona. Ni mejor, ni peor que un hombre. IGUAL. Con el mismo derecho
a elegir, con el mismo derecho a competir en igualdad de condiciones. IGUAL. No
mejor, ni peor. No quiero cupo para las mujeres, aspiro a que lleguemos por lo que
valemos. Pero también entiendo que es difícil cambiar una cultura, y que muchas veces
sólo se cambia con imposiciones, como el cupo femenino, hasta que la presencia de la
mujer sea tan natural que el cupo ya no sea necesario. Aspiro a que no sea necesario.
Cuando en la 63° Asamblea de CONFEDI me invitaron a presentar el programa
Mujeres en Ingeniería concluí con el siguiente pensamiento: “la ingeniería busca
cambiar el mundo, la mujer busca mejorarlo. Esta es, a mi juicio, la intersección
perfecta”

Informe sobre la implementación del “Protocolo de Prevención e


intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación
sexual” en la UTN-FRT
Introducción
Como parte de la política institucional de la UNIVERSIDAD TECNOLOGICA
NACIONAL en contra de la violencia de género y la discriminación instaurada en el
Acuerdo Rectoral por el que se establecen Políticas Institucionales para la prevención,
atención, sanción y erradicación de casos de violencia de género en la UTN, se
presenta el Primer Informe sobre la Implementación del Protocolo de Acción
Institucional para la Prevención e Intervención ante Situaciones de Violencia o
Discriminación de Género u Orientación Sexual.
La Universidad Tecnológica Nacional, consciente de su compromiso para
erradicar la violencia de género y la discriminación dentro de su institución, pone a
disposición de la comunidad este documento, no sólo como un ejercicio de rendición de
cuentas, sino como una herramienta que nos permita entender de mejor forma la
dimensión de los conceptos de violencia de género y discriminación en el ámbito
institucional.
Este informe da cuenta de un problema estructural que se ha reconocido como
prioritario para esta nuestra Casa de Estudios y su socialización tiene como objetivo que
todas y todos contemos con información sobre la presencia y el impacto que tienen la
violencia de género y la discriminación en nuestra comunidad. Es de público
conocimiento, que estamos transitando por un cambio de concepciones muy acentuadas

81
en nuestra sociedad, en la cual la igualdad y la identidad de género está ubicándose
como uno de los temas prioritarios a tratar en las instituciones.
La adquisición, sistematización y publicación de resultados son acciones
fundamentales para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia y
discriminación en nuestra Universidad. Este informe sobre el tema, debe permitir el
desarrollo e implementación de acciones que atiendan el problema de manera
estratégica e integral.
La comisión de implementación del protocolo está conformada por:
o ING. ROSANA HADAD SALOMON. Docente y miembro del Concejo
Superior
o PROF. SILVINA BASCARY. Docente
o DRA. VERONICA CAMPOS. Docente, Abogada
o LIC. CLAUDIA POURRIEUX. Psicóloga
o NOEMI MURILLO. Secretaria de la SAE
o FLORENCIA FRIAS. Equipo de la SAE
o ING. GABRIELA APARICIO. Docente, Equipo Secretaría Académica
o LIC. VALERIA GRAIEB. Docente, Psicóloga
o ANA LAURA CAPONI. No docente
o SOLEDAD RODRIGUEZ. Estudiante
o ING. JORGE MOLINA. Secretario de Cultura y Comunicación
o ING. LUIS D’ALESSANDRO. Secretario Académico
Objetivos del protocolo
• Garantizar a la comunidad universitaria un ambiente libre de discriminación,
hostigamiento y violencia por razón de género o diversidad sexual. Promoviendo
condiciones de igualdad y equidad.
• Procurar cambios de conducta relativos a la discriminación y violencia basadas
en género, diversidad u orientación sexual.
• Difundir el presente protocolo y los servicios de atención.
• Otorgarle a la persona afectada, el asesoramiento y asistencia que se requiera
para reparar el daño sufrido, sin excluir otros mecanismos previstos por la ley.
• Generar ámbito de confianza y seguridad para que las personas afectadas puedan
exponer con libertad su situación, a fin de hacerla cesar de inmediato y
establecer, en su caso a través de este procedimiento, las responsabilidades y las
sanciones correspondientes.
Acciones psicológico-jurídicas

Es necesario contar con un asesoramiento previo a la presentación de la


denuncia y/o queja, en aspectos como su contenido, documentación que es necesario
recabar, posibilidades de interponer/instar trámites posteriores y las consecuencias que
de ellas se derivan, incluyendo derechos y obligaciones.

82
El asesoramiento jurídico previo debe incluir la información sobre las distintas
posibilidades de protección y las consecuencias de todo ello, así como los derechos
(información, asistencia social integral, asistencia jurídica gratuita, etc.) que pueden
ejercitar a través de la denuncia.

En casos de denuncias fundamentadas es necesario confeccionar un INFORME


DE EVALUACION DE RIESGOS basados en normas del protocolo, así como también
jurídicas en su caso.
Es por ello que es fundamental la exigencia de un equipo multidisciplinario, por
lo cual desde la COMISION DE IMPLEMENTACION se realizó una reunión con la
DEFENSORIA DEL PUEBLO, en su área de Derechos Humanos, en el cual su
personal se puso a disposición de la comisión para realizar las capacitaciones que sean
necesarias al personal docente y no docente de la universidad, así como también los
alumnos.
Con respecto a la Universidad de Derecho de Tucumán, el área jurídica de la
comisión se contactó con el Dr. GONZALEZ NAVARRO, a cargo de Protocolo contra
la Violencia y Discriminación en dicha Universidad, institución pionera y creadora del
procedimiento del Protocolo, el cual se comprometió a realizar capacitaciones sobre el
tema
Conclusiones
Al día de la fecha la UTN FRT, fue creando la idea de la existencia del respeto y
tolerancia entre los miembros de su comunidad, por lo que a través de una herramienta
tan importante como es el Protocolo Contra la Violencia y la Discriminación cumplió
los objetivos que se tuvieron en cuenta a la hora de la creación del mismo. Esperamos se
dé cumplimiento a la conformación definitiva del equipo disciplinario para de esta
forma concluir lo solicitado.

83
TEMA V: LA ÉTICA

El Ingeniero y la Ética
En nuestro tiempo se están produciendo profundos cambios técnicos, sobre todo
en el área de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), que influyen
decisivamente en la configuración de una nueva sociedad. El ingeniero no puede
comprender esta nueva realidad basándose sólo en sus conocimientos técnicos. Una
formación histórica y filosófica resulta indispensable para forjarse una cosmovisión de
cierta profundidad.
Pensemos en los cambios dramáticos que están produciéndose y que se
profundizarán en los próximos años.
En lo que hace a la educación, las computadoras irán tomando un papel cada vez
más importante, y es probable que el número de docentes disminuya drásticamente. En
el campo de la producción de bienes, la robotización de las fábricas ya es una realidad
en los países avanzados, en donde, a pesar de la reducción de las jornadas y la
disminución de los días de trabajo, la desocupación sigue en aumento. Será necesario
encontrar otras tareas para las masas desplazadas por las máquinas. Serán tareas sin
duda más complejas, y que requerirán una educación más profunda y más completa.
El desmesurado desarrollo de la tecnología trae también aparejados problemas
de índole ética o filosófica como, por ejemplo, los derivados de la manipulación
genética. ¿Hasta qué punto es lícito intervenir en el curso de la vida?
Por otro lado, las nuevas técnicas de control acarrean peligros para la
democracia y los derechos humanos. La informatización de todas las operaciones
(compras, trámites, etc.) posibilita controlar totalmente a las personas. Ya a mediados
del siglo XX el filósofo francés Gabriel Marcel señaló el peligro de hacer al hombre
objeto de la manipulación técnica. Se corre el riesgo de transformar al hombre en un
mero objeto, en una cosa.
Problemas éticos, económicos, sociales: el ingeniero no puede desentenderse de
todos estos temas, como si no existiera relación alguna entre la tecnología y los valores
superiores. Para ser fiel a su condición humana, el ingeniero deberá cada vez más
ocuparse de la realidad como un todo.
Qué es Ética
Ética es una rama de la filosofía dedicada a las cuestiones morales. La palabra
ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego antiguo ἠθικός (êthicos), derivada
de êthos, que significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.
Referida al ámbito laboral, se habla de ética profesional y que puede aparecer
recogida en los códigos deontológicos que regulan una actividad profesional. La
deontología forma parte de lo que se conoce como ética normativa y presenta una
serie de principios y reglas de cumplimiento obligatorio.
Ética y Moral
Estos términos tienen diferente origen etimológico. La palabra "ética" viene del
griego "ethos" que significa "forma de ser" o "carácter". La palabra "moral" viene de la
palabra latina "morales", que significa "relativo a las costumbres".

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La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la
conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional,
fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral.
La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los
ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo, orientando
sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno
o malo.
La ética es diferente de la moral, porque la moral se basa en la obediencia a
las normas, las costumbres y preceptos o mandamientos culturales, jerárquicos o
religiosos, mientras que la ética busca fundamentar la manera de vivir por el
pensamiento humano.
En la filosofía, la ética no se limita a la moral, que generalmente se entiende
como la costumbre o el hábito, sino que busca el fundamento teórico para encontrar la
mejor forma de vivir, la búsqueda del mejor estilo de vida.
La ética puede confundirse con la ley, pero no es raro que la ley se haya basado
en principios éticos. Sin embargo, a diferencia de la ley, ninguna persona puede ser
obligada por el Estado o por otras personas a cumplir las normas éticas, ni sufrir ningún
castigo, sanción o penalización por la desobediencia de estas, pero al mismo tiempo la
ley puede hacer caso omiso a las cuestiones de la ética.
Ética nicomaquea
La ética nicomaquea hace referencia a la obra 'Ética para Nicómaco', escrita
por el filósofo Aristóteles. Se trata de su principal obra sobre ética y es de gran
importancia ya que es el primer tratado sistemático sobre este tema.
En su ética nicomaquea Aristóteles identifica como finalidad suprema la
felicidad individual y colectiva. Para alcanzarla, sitúa a la razón, la virtud y la
prudencia por encima de las pasiones ya que para él los seres humanos viven en
sociedad y sus actitudes deben ser dirigidas hacia un bien común.
Para Aristóteles, toda racionalidad práctica busca un fin o un bien, mientras
que la ética tiene como propósito establecer la finalidad suprema que está por
encima, que justifica todas las demás, y ayudar a conocer la manera de alcanzarla.
Qué son los Valores
En un sentido genérico, los valores son las propiedades, cualidades o
características de una acción, una persona o un objeto, consideradas típicamente
positivas o de gran importancia. Los valores son objeto de estudio de la Axiología.
Referido al ser humano, se suele hablar de valores humanos, valores
universales. Aplicados a un grupo de personas, los valores que están influidos o
determinados por una determinada sociedad y una cultura se suelen denominar valores
sociales y valores culturales. Aquellos que están considerados desde el punto de vista
de la Ética y de la Moral son los valores éticos y los valores morales.
En contextos más específicos, se utiliza este término para referirse a otro tipo de
valores, por ejemplo, valores estéticos o valores económicos. Algunos ejemplos de
valores son la paz, la solidaridad, la amistad, la sinceridad y el amor.
Axiológico es todo lo que se refiere a un concepto de valor o que constituye una
axiología, es decir, los valores predominantes en una determinada sociedad. El aspecto

85
axiológico o la dimensión axiológica de un determinado asunto implica la noción de
elección del ser humano por los valores morales, éticos, estéticos y espirituales.
La axiología es la teoría filosófica encargada de investigar estos valores, con
especial atención a los valores morales. Etimológicamente, la palabra axiología significa
"teoría del valor", que se forma a partir de los términos griegos "axios", que significa
valor, y "logos", que significa estudio, teoría. En este contexto, el valor, o lo que es
valorado por las personas, es una decisión individual, subjetiva y producto de la cultura
del individuo.
Según el filósofo alemán Max Scheler, los valores morales siguen una jerarquía,
y aparecen en primer plano los valores positivos relacionados con lo que es bueno,
después lo que es noble, luego lo que es bello, etc.
Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos
llegar a ser en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual a un
mejor estado es necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras tenemos
que fundarlas en ciertos puntos claves. Esto se llama la axiología filosófica o axiología
existencial, es decir, los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que nos
pueden llevar a un estado mejor el día de mañana. Esto se debe a que los valores dan
sentido y coherencia a nuestras acciones.
La ética y la estética están intrínsecamente vinculadas a los valores desarrollados
por el ser humano. La ética es una rama de la filosofía que investiga los principios
morales (bueno/malo, correcto/incorrecto, etc.) en el comportamiento individual y social
de una persona. La estética estudia los conceptos relacionados con la belleza y la
armonía de las cosas.
Valores éticos y morales
La Ética y Moral tratan, entre otros temas, el concepto de los valores. Aunque
en muchos casos se habla indistintamente de valores éticos y morales, estos términos
no tienen el mismo significado.
Los valores éticos son pautas de comportamiento que regulan la conducta,
tienen un carácter universal y se van adquiriendo durante el desarrollo individual de
cada persona.
Los valores morales son aquellos valores que son transmitidos por la sociedad,
en algunos casos vienen determinados por una doctrina religiosa y pueden cambiar a lo
largo del tiempo.
Cuando se habla en este contexto de escala de valores se habla de un sistema de
valores jerarquizado en el que se priorizan unos valores por encima de otros cuando
existe un conflicto. Los valores que se consideran más importantes habitualmente son
más amplios (por ejemplo, el valor del amor contiene el valor de la amistad), son fuente
de motivación y condicionan la toma de decisiones y las acciones del ser humano.
Valores económicos
El concepto de valor económico hace referencia al valor de un bien o un
servicio según las pautas que marca la Economía. El valor económico total viene
definido por cuatro marcadores: el valor de uso directo, el valor de uso indirecto,
el valor de opción y el valor de existencia o intrínseco.
Este concepto también puede hacer referencia al precio de que ese producto
tiene en el mercado, en este caso, valor de cambio.

86
Qué son los Valores universales
Los valores universales son el conjunto de características y normas de
convivencia del ser humano consideradas como cualidades positivas y válidas en una
época determinada. Se suelen considerar innatos a la naturaleza humana.
Los valores universales son objeto de estudio de la Ética, la Moral y la Filosofía.
En concreto, la Axiología dedica su estudio a los valores y los juicios valorativos. Los
Derechos Humanos están basados en lo que se considera como valores universales.
Se trata de un concepto amplio abierto a las interpretaciones. Aunque son
valores a los que se da importancia, cada persona suele priorizar algunos de ellos,
especialmente cuando se presentan situaciones de conflicto entre varios valores
universales.
Ejemplos de valores universales
En general, existe una serie de cualidades del ser humano que se suelen
considerar positivas. Algunos de los valores universales pueden ser el respeto, la
libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la honradez, la
solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz.
Muchos de ellos están relacionados entre sí y se les da importancia y valor por
su contribución a mejorar la sociedad y aportar dignidad a la persona. Más allá del
interés propio o de determinadas características que cada persona valoriza, estos valores
universales son comunes en distintas culturas.
Este tipo de valores también se pueden trabajar, aprender y desarrollar a través
de distintas formas de educación.
Valores universales y relativos
Los valores relativos son aquellos que no se consideran comunes en todas las
sociedades y civilizaciones. Están supeditados a valoraciones subjetivas, desde un punto
de vista individual como de una determinada cultura. Se suele considerar también a
aquellos que no tienen mucha permanencia en el tiempo ni mucha intensidad o alcance.
Están influenciados por determinados parámetros como la cultura o la religión.
Algunos valores universales también pueden tener distinto valor dependiendo del
contexto y la situación.
Qué es la Ética profesional
La ética profesional es el conjunto de normas de carácter ético aplicadas en el
desarrollo de una actividad laboral. La ética puede aparecer reflejada en códigos
deontológicos o códigos profesionales a través de una serie de principios y valores
contenidos en postulados en forma de decálogo o documentos de mayor extensión.
La ética profesional marca pautas de conducta para el desempeño de las
funciones propias de un cargo dentro de un marco ético. En muchos casos tratan temas
de competencia y capacidad profesional, además de temas específicos propios de cada
área.
Aunque la ética profesional utiliza valores universales del ser humano, se
centra en cómo son estos aplicables al entorno laboral.
Se trata de un tema en continuo debate, especialmente cuando existen conflictos
éticos entre el desarrollo de una profesión y la conciencia o ética personal. En

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determinadas situaciones se puede optar por la objeción de conciencia cuando una
persona no piensa que está actuando de forma correcta.
Principios éticos del Ingeniero
La Ética de la Ingeniería es la rama de la ética aplicada y el conjunto de
principios morales que se aplican a la práctica de la ingeniería. Esta examina y
establece las obligaciones de los ingenieros para con la sociedad, los clientes y la
profesión. Está muy relacionado con la filosofía de la ciencia y la filosofía de la
ingeniería.
Las asociaciones profesionales de ingenieros han elaborado Códigos de Ética
desde las primeras décadas del siglo XX, habiéndose incorporado sus principios en
menor o mayor grado a las leyes regulatorias de cada país. Si bien esta declaración de
principios generales sirve como guía, los ingenieros todavía requieren de su buen juicio
para interpretar cómo aplicar el código en circunstancias específicas. Estos Códigos son
en gran medida similares a lo largo y ancho del mundo. A continuación, se reseñan los
siete principios éticos de la ASCE (American Society of Civil Engineers), vigentes
desde 1914.
1. Los ingenieros concederán la máxima importancia a la seguridad, la salud y el
bienestar del público y se esforzarán por cumplir con los principios del
desarrollo sustentable en el ejercicio de sus funciones profesionales
2. Los ingenieros deben prestar servicios sólo en las áreas de su competencia.
3. Los ingenieros deben emitir declaraciones públicas sólo de manera objetiva y
veraz.
4. Los ingenieros deben actuar en asuntos profesionales para cada empleador o
cliente como agentes o representantes fieles, y deberán evitar conflictos de
intereses.
5. Los ingenieros deben construir su reputación profesional sobre el mérito de sus
servicios y no podrán competir de forma desleal con los demás.
6. Los ingenieros deben actuar de forma tal de mantener y mejorar el honor, la
integridad y la dignidad de la profesión de la ingeniería, y actuarán con
tolerancia cero con el soborno, el fraude y la corrupción.
7. Los ingenieros deben continuar su desarrollo profesional a lo largo de su carrera,
y deberán ofrecer oportunidades para el desarrollo profesional de los ingenieros
bajo su supervisión.
Conducta del ingeniero
Hay varios conflictos éticos que los ingenieros pueden enfrentar. Algunos tienen
que ver con la práctica técnica, pero muchos otros tienen que ver con consideraciones
más amplias de conducta laboral / empresarial. Estas incluyen:
 Vínculos personales con los clientes, consultores, competidores, y contratistas.
 Comportamiento legal de los clientes, contratistas, y otros.
 Conflicto de intereses.
 Soborno y cohecho, así como regalos, comidas, servicios y entretenimiento.
 Tratamiento de la información confidencial.
 La consideración de los bienes del cliente o empleador.

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 Subempleo / actividades paralelas.
Algunas sociedades de ingeniería se ocupan de protección del medio ambiente como
una cuestión independiente de la ética. El campo de la ética de los negocios a menudo
se superpone y aporta información para la toma de decisiones éticas por parte de los
ingenieros.

Ética y Ciencia
(Mario Bunge)
Hasta hace poco los científicos no se interesaban en la ética. Argumentaban que
estos problemas son inabordables con el método científico. Sin embargo, el defecto no
pertenece al objeto, sino a los especialistas en ética.
Los científicos empezaron a interesarse por el tema cuando vieron lo que puede
hacerse con los frutos de la ciencia (exterminio “científico” de judíos llevado a cabo por
el nazismo, lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki). Llegaron a la
conclusión de que no hay que dejar que el tema de la moral sea monopolio de mentes
ilógicas y anticientíficas. Por otro lado, desde la Antigüedad los filósofos con intereses
científicos se interesaron por la ética (Lucrecia, Spinoza, Hume, Kant, Dewey).
Durante la Primera Guerra Mundial ya se destacaron por su preocupación ética
científicos como Bertrand Russell.
Hay que dejar de considerar a la ética como un muestrario de opiniones,
arbitrariedades y utopías de pensadores ilustres y construir una ética científica, como
ciencia de la conducta deseable, que emplee el método científico y los conocimientos
científicos sobre el individuo y la sociedad.
Ética y Análisis Lógico
El premio Nobel de Física Jean Perrin dice en Los Principios (1948): “Quien
ha reconocido una vez que una frase puede, mediante el análisis, resultar vacía de
sentido y sin ningún fundamento, aun cuando sonaba bien y producía un gran efecto
mientras permanecía en la vaguedad, será ya difícilmente engañado por las palabras y
rehusará someter su conducta a convenciones crueles o absurdas, aun cuando éstas
tuviesen a su favor todo el peso conferido por la tradición”. Y el antropólogo Paul
Rivet recomienda: “Desconfiar de esas grandes palabras que se escriben con
mayúsculas”.
Si no hacemos un análisis lingüístico nos extraviamos en pseudoproblemas,
como “¿qué es la nada?”. El análisis muestra que cuestiones como ésta no tienen
sentido. Hay que empezar por analizar las formas elementales del discurso moral.
Se dice que la ciencia se ocupa de lo que es, no de lo que debe ser; esto es, de la
realidad, no del valor. Sin embargo, las ciencias del hombre no pueden dejar de
ocuparse del acto axiológico, de valorar, como parte fundamental del ser humano.
El contenido de la ciencia es éticamente neutral, pero la ciencia no se agota en su
contenido. Los criterios para hacer ciencia son normativos. También valora, como
cuando se cotejan teorías rivales. De la ley que afirma la inexistencia de móviles
perpetuos, se desprende la norma: “no debe intentarse construir un móvil perpetuo”, y
de aquí la norma más general: “no debe intentarse lo imposible”. Esta norma no es
arbitraria, sino fundada. Se funda en una ley física. Sería deseable fundar todas las
normas a semejanza de ésta.

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¿La ciencia es éticamente neutral?
Los que separan los hechos de los valores dicen que la ciencia se ocupa sólo de
los hechos. De aquí se desprende que la ciencia puede ser usada para crear o destruir.
Pero la ciencia no tiene objeto fijo. Lo que la caracteriza es el método. Por otro lado, los
valores no son objetos individuales, sino predicados complejos. No constituyen un
mundo aparte del mundo de las cosas o actos que juzgamos valiosos.
Las ciencias del hombre, como, por ejemplo, la sociología, se comprometen con
los valores. Cuando Josué de Castro investiga la geografía del hambre no puede evitar
tomar partido sin perder objetividad científica.
El científico no cree que la verdad provenga de un Bien meta-mundano
(Platón), sino que de la verdad emanan bienes.
La ética de la ciencia y su corrupción
La ciencia se corrompe cuando se pone al servicio de la destrucción, del
privilegio, de la opresión o del dogma. Esto ocurre porque los científicos –muchas veces
inadvertidamente- se corrompen colaborando con empresas en pugna con el código
moral que rige la búsqueda y difusión de la verdad. Los científicos-administradores, con
el fin de obtener fondos para sus investigaciones, se comprometen con empresas que
traen muerte y hambre. Aun los científicos que niegan que la ciencia tenga que ver con
los valores, admitirán que la investigación científica se ajusta a preceptos como “dirás la
verdad”. La actividad científica es una escuela de moral, por exigir la adquisición a
afianzamiento de los siguientes hábitos:
1) La honestidad intelectual (o culto de la verdad), el desprecio por el
autoengaño.
2) La independencia de juicio, el someterse a pruebas y no a la autoridad.
3) Coraje intelectual (requerida por los dos puntos anteriores). Decisión para
defender la verdad y señalar el error, cualquiera sea su fuente.
4) Amor por la libertad intelectual, y, por extensión, amor por las libertades
individuales y sociales que la posibilitan.
5) Sentido de la justicia. Tomar en cuenta las opiniones y derechos del prójimo,
evaluando sus fundamentos.
Estas cinco virtudes surgen de un código interno, autoimpuesto, que responde a
la mecánica de la investigación y no depende de una sanción exterior. Ninguna de esas
cinco virtudes puede ejercitarse cabalmente cuando la investigación se hace en
beneficio de fuerzas destructivas.
El control político e ideológico de la ciencia, hoy más directo que nunca, es
deformante y corruptor. La misión de la ciencia no es acatar, sino innovar, no es ocultar,
sino descubrir. De aquí que la moral de la ciencia es autónoma, en oposición a los
códigos morales autoritarios.
Pero la ciencia no asegura por sí sola la recta conducta. La sociedad debe
organizarse científicamente. Tiene que desaparecer la contradicción entre el código
moral cotidiano y el científico.

90
Mandamientos de la investigación científica
1) No sostendrás poseer poderes cognoscitivos especiales que permitan
alcanzar el conocimiento por vías supranacionales o supraempíricas (ni intuición
especial, ni visión de las esencias, etc.)
2) Intentarás expresarte con sentido y con claridad, formulando enunciados que
posean significado, y por ello puedan ser convalidados o al menos justificados
pragmáticamente. No disimularás la vaciedad con un lenguaje oscuro.
3) Justificarás lo que afirmas. Sólo recurrirás a la autoridad como expediente
pragmático transitorio.
4) No te atarás a dogma alguno. No acatarás principios de iglesias ni partidos,
ni te encerrarás obstinadamente en una escuela..
5) Te renovarás, estarás atento a los avances del conocimiento, sin intentar
forzarlos dentro de tus esquemas preconcebidos. Más bien, reajustarás tus esquemas a la
realidad.
6) Tolerarás toda investigación científica de hipótesis que no creas; pero serás
intolerante con la ignorancia organizada, con el oscurantismo, con el mito, con las
barreras a la búsqueda y difusión del conocimiento.

Ética, ciencia y tecnología


León Olivé (México, 2000)
Se suele distinguir entre técnicas, artefactos y sistemas técnicos. Las técnicas
son sistemas de habilidades y reglas que sirven para resolver problemas. Los artefactos
son objetos concretos que se usan al aplicar técnicas y que suelen ser el resultado de las
transformaciones de otros objetos concretos. Todos estamos rodeados de artefactos en
nuestra vida diaria: televisores, teléfonos, computadoras, aviones.
Pero ni las técnicas ni los artefactos existen al margen de las personas que las
aplican o los usan con determinadas intenciones. Cuando alguien intencionalmente usa
una técnica para transformar un objeto concreto, ha producido un artefacto. Pero
entonces se ha creado un sistema técnico.
Un sistema técnico consta de agentes intencionales (al menos una persona que
tiene una intención), de al menos un fin que se pretende lograr, de objetos que se
utilizan instrumentalmente para lograr el fin buscado y de al menos un objeto que es
transformado. Al plantearse fines, los agentes intencionales lo hacen contra un trasfondo
de creencias y valores. Los seres humanos son capaces de asignar valores a ciertos
estados de cosas en el mundo, es decir, a considerarlos deseables o indeseables. Por
ejemplo, los materiales de construcción que se obtienen talando un bosque pueden ser
valiosos para un grupo humano. Pero la completa deforestación de un valle también es
indeseable.
Supongamos que una compañía farmacéutica decide poner a prueba en seres
humanos una droga cuyos efectos se desconocen, sin advertir a los sujetos con quienes
se experimentará de los riesgos que corren. Podemos juzgar como inmoral la decisión
de la compañía farmacéutica porque busca cierto fin (comercializar la droga) y para ello
utilizan a las personas como simples medios. Los científicos violan aquí tres principios
morales:

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1) Kant: debe tratarse a las personas como fines, no como medios.
2) Kant: hay que respetar a las personas como sujetos capaces de tomar
decisiones autónomas, sin engaño ni coacción.
3) No hay que dañar o producir sufrimiento a otra persona si no hay una razón
suficiente que lo justifique.
¿Constituyen un problema ético la transformación, la dominación y el
control?
Las técnicas son creadas por los seres humanos para dominar, controlar y
transformar objetos naturales o sociales. El control de una epidemia es bueno. Pero el
dominio de un pueblo sobre otro es condenable. Utilizar la técnica militar, por ejemplo,
para matar a seres humanos en guerras colonialistas es condenable. La técnica y la
ciencia no son moralmente neutrales, porque son algo más que conocimientos y
procedimientos. Están insertas en complejos de acciones intencionales, guiados por
fines que se proponen los científicos y la sociedad.
Resultados no intencionales.
Uno de los fines al diseñar automóviles con motor de gasolina pudo haber sido
contar con medios de transporte más veloces que los caballos. Pero el transporte con
motores de gasolina ha tenido también el resultado de contaminar la atmósfera. Este ha
sido un resultado no intencional.
Elecciones racionales.
Cuando los agentes deciden poner en juego medios adecuados para obtener los
fines que persiguen han hecho una elección racional. Por ejemplo, si el fin es determinar
la causa de una enfermedad como el sida, es racional llevar a cabo una serie de
investigaciones, como hacer un seguimiento cuidadoso de la evolución de los síntomas
de los enfermos, analizar muestras de sangre, etc. En cambio, no parece adecuado
consultar una bola de cristal. Mientras que la primera línea de investigación es racional
porque los medios parecen adecuados, la segunda es irracional, porque los medios son
inapropiados.
La primera línea se apoya en una tradición exitosa; la segunda, no.
Daños justificables. En algunas situaciones se pueden aceptar actos técnicos
que produzcan un daño, en vista de evitar otro mayor (por ejemplo, cortar la pierna a un
enfermo con gangrena). El problema es que, contrariamente al ejemplo dado, las
decisiones tecnológicas que producen un impacto social o ambiental tienen
consecuencias que no pueden preverse íntegramente. Otro problema es que hay casos
donde existen intereses opuestos entre quienes desean aplicar el sistema y quienes serán
afectados por él. En estos casos no se puede esperar un consenso entre todas las partes
acerca de si el daño está justificado. Hay intereses irreconciliables. Por ejemplo, entre
organizaciones ecologistas, cuyo interés es la preservación del ambiente, e industrias
petroleras, cuyo interés primordial es el beneficio económico. Ante la duda respecto a si
ciertas acciones tecnológicas producirán daños injustificables, los ecologistas aconsejan
adoptar el “principio de precaución”. Esto es, evitar tales actos, aunque no haya
pruebas contundentes de que causarán prejuicios injustificables al medio ambiente. Un
caso reciente es la oposición a la Papelera instalada en Uruguay frente a Gualeguaychú.
Las protestas comenzaron mucho antes de la puesta en marcha de la fábrica, ante la
presunción bien fundada de que se producirían daños ecológicos importantes.

92
Las responsabilidades morales de científicos y tecnólogos
Trataremos un caso que concierne a las responsabilidades morales de científicos
y tecnólogos, así como a la aplicación del ya citado principio de precaución. Está
relacionado con el adelgazamiento de la capa de ozono de la atmósfera, como
consecuencia de la emisión de compuestos químicos producidos artificialmente, los
clorofluorocarburos (CFC). A principios de la década del 60, los científicos Mario
Molina y Sherwood Rowland sospecharon que los CFC, compuestos utilizados en
equipos de refrigeración, de aire acondicionado y latas de aerosol, podían provocar
daños muy serios a la atmósfera terrestre.
Aunque esta hipótesis no estaba claramente probada, ambos científicos la
difundieron y trataron de lograr que se limitara la producción de CFC, lo cual afectaba
los intereses de poderosas empresas, como los laboratorios DuPont. Como los daños
que se habrían producido hasta probar contundentemente la teoría hubieran sido
irreversibles, ellos adoptaron el principio de precaución. Desde 1974, fecha en que
publicaron su hipótesis en la revista Nature, hasta probarla definitivamente en 1985, se
ocuparon de difundir ampliamente los probables peligros de los CFC. Entidades
ecologistas y otras interesadas por la preservación del medio impulsaron la adopción de
medidas preventivas que prepararon a la opinión pública para comenzar a realizar
acuerdos internacionales a partir de 1985, con el fin de reducir la producción de CFC,
hasta llegar a suprimirla por completo. En 1988 la principal firma productora de CFC
acordó suspender la producción y se negó a transferir su tecnología a algunos países que
estaban dispuestos a comprarla y aplicarla. En 1995 Molina y Rowland recibieron el
premio Nobel de química, pero su contribución a la humanidad va mucho más allá de su
labor científica. Esto nos muestra que el conocimiento implica una responsabilidad
moral.

Si un coche autónomo mata a alguien, ¿quién va a la cárcel?


Vanesa Matesanz (Computer Hoy, 29/04/18)
El tema de los coches autónomos es uno de los que más preguntas sugiere. En
nuestro país todavía suena algo lejano ya que todavía no hemos podido ver ninguno
circulando por nuestras carreteras. Pero en Estados Unidos hace solo unas semanas que
un coche autónomo de Uber se cobró su primera víctima mortal. Esto nos hace
plantearnos qué sucedería en este caso.
El accidente de Uber se ha convertido en el primer atropello mortal de un
coche autónomo. En la fatídica noche del 18 de marzo un coche autónomo de Uber se
llevó por delante la vida de Elaine Herzberg, una mujer de 49 años de edad que en ese
momento cruzaba una carretera de noche. Tal ha sido el alcance de la polémica que
Arizona, el estado en el que se produjo el atropello, le retiró a Uber su licencia para
continuar con las pruebas de sus coches autónomos.
En esta ocasión vamos a repasar la situación del coche autónomo fuera y dentro
de nuestras fronteras, contando con la ayuda de un despacho de abogados especialistas
en nuevas tecnologías. Eso sí, un pequeño avance: todavía no contamos con respuestas
cien por cien certeras, mucho menos en España. ¡Pero vamos a ello!
Del 0 al 5: los distintos niveles de los coches autónomos
¡Pero ojo! Porque no siempre que hablamos de coches autónomos nos referimos
a coches que no tienen conductor. Tenemos 5 niveles de autonomía:

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 Nivel 0: todos los vehículos tradicionales, es decir, todos aquellos con un
conductor que está cien por cien a cargo de la conducción.
 Nivel 1: autonomía en la aceleración o en cualquier otra función, pero nunca con
dos a la vez. Aquí entrarían, por ejemplo, los coches que cuentan con velocidad
de crucero.
 Nivel 2: Acelerador y volante autónomos. El coche hace solo los giros, acelera,
etc. Es decir, el conductor está, pero no hace falta que coja el volante ni pise los
pedales. Tesla ofrece este tipo de vehículos.
 Nivel 3: todas las funciones están automatizadas. El coche puede adelantar él
solo, etc. Pero siempre con un conductor pendiente por si se produce cualquier
contratiempo o por si se quieren variar / controlar estas características.
 Nivel 4: el coche puede resolver cualquier tipo de circunstancia por sí mismo,
pero siempre que esté en un espacio que tiene mapeado y controlado
previamente. Es decir, en una carretera previamente conocida y “memorizada”.
Aun así, se sigue necesitando conductor a bordo.
 Nivel 5: es el más alto de automatización, ya que se prescinde por completo de
conductor. Cualquier carretera, lugar y situación podrían resolverse por este tipo
de coches. Algo todavía bastante lejano.
Legislación del coche autónomo en Estados Unidos
Una vez conocemos los distintos niveles de automatización en vehículos,
pasamos al tema de la legislación. El pasado octubre de 2017 se aprobaba en Estados
Unidos la primera Ley del coche autónomo del mundo. Una ley que está centralizada
en el gobierno federal, responsable de todo el proceso de un vehículo: diseño,
fabricación y seguridad. En el campo de cada uno de los estados queda su tramitación
de los seguros y el registro de estos coches.
Concretamente con esta ley se dio “luz verde” a la fabricación y
comercialización de 15.000 coches por cada fabricante durante el primer año. Lo que
quedó fuera de esta Ley, por seguridad, son los camiones autónomos.
¿Y en qué han quedado las normas de seguridad? Este es el punto más
controvertido. En lugar de normas expresas, se ha optado por unas “recomendaciones
generales” que tienen cumplimiento voluntario.
Es decir, en esta votación se aprobaron exactamente dos cosas: por un lado, la
denominada ley AV START (The American Vision for Safer Transportation through
Advancement of Revolutionary Technologies), que busca un transporte más seguro a
través del avance en tecnologías revolucionarias. Y por otro la TSA, es decir, la reforma
de la Administración de Seguridad en el Transporte para su modernización y adaptación
a las nuevas tecnologías.
Conclusión: han sido los primeros pasos de una ley que todavía no está
demasiado avanzada ni regulada para casos como el que hemos comentado
anteriormente.
¿Qué pasa en España?
En España todavía quedan muchos pasos que dar… al igual que en el resto de la
Unión Europea: vamos muy a la zaga. Y es que estamos ante una normativa del año 68
procedente de la Convención de Viena sobre Circulación en Carretera que especifica
que “todo vehículo en movimiento tendrá que tener un conductor”.

94
España no ha ratificado este acuerdo, Portugal tampoco. Esto quizás nos permita
una mayor movilidad en este sentido (y nunca mejor dicho), y por eso nos preguntamos
qué leyes habría que cambiar para legalizar el coche autónomo en nuestro país.
“Desde luego, será necesario cambiar varias normas que abarcan desde la
regulación del tráfico, a la responsabilidad en caso de accidente o incluso a la
privacidad”, nos explica José Leandro Núñez, abogado de Audens.
“Lo ideal sería que estos cambios se coordinasen a nivel internacional, para
evitar que los países aprueben normas muy diferentes, que dificulten el despliegue de
esta tecnología. Tanto Naciones Unidas como la Unión Europea han comenzado a
analizar el tema, pero me temo que alcanzar un acuerdo exigirá varios años de
trabajo”, explica.
Según los abogados de Audens, a corto plazo el Gobierno se está centrando en
conceder autorizaciones para realizar pruebas y tests. A medio plazo, entienden que la
regulación debería discutirse cuanto menos a nivel europeo.
“Se deberá buscar un difícil equilibrio entre la seguridad del tráfico y los
intereses de la industria”, sentencia José Leandro Nuñez, abogado.
Un detalle: hace solo unos días que se han aprobado dos corredores
experimentales para coches autónomos. Conectarán España y Portugal entre Oporto y
Vigo, y entre Évora y Mérida. Todavía no sabemos las fechas, pero es un paso
realmente importante.
El quid de la cuestión: de quién es la responsabilidad si un coche autónomo mata
a alguien. La duda de la mayoría cuando oímos hablar de coches autónomos nos
preguntamos quién tiene la responsabilidad si alguien muere, como ha sucedido en
Estados Unidos.
“En la actualidad, la responsabilidad de un accidente recae sobre el conductor.
La normativa de tráfico no prevé la posibilidad de que un coche conduzca por sí
mismo, por lo que tendríamos que basarnos en otras normas para buscar una
solución”, explican los abogados.
“Si el accidente se debe a un fallo del vehículo, por ejemplo, habría que
localizar la causa y asignar responsabilidades: el fallo podría ser responsabilidad del
fabricante, del desarrollador de mapas, de los mecánicos que hicieron la última
revisión… Depende de cada caso”, comenta.
Es decir, tendríamos que esperar a que hubiese una ley que regulase este asunto
para determinar los responsables de la muerte de un peatón. Una ley que, a día de hoy,
sencillamente no existe.
Un futuro incierto (legalmente hablando) con respecto al coche autónomo
Visto lo visto, está claro que nos enfrentamos a un futuro algo incierto a este
respecto. Todavía queda mucho que avanzar en la Unión Europea en general y en
España en particular.
“Estamos convencidos de que se aprobarán normas para regular
específicamente ests responsabilidades. ¿Cómo se hará? Sinceramente, no lo sabemos,
porque los enfoques pueden ser muy diferentes en función de las prioridades del
legislador, o de las circunstancias del accidente. Pero contar con una normativa clara
será fundamental para el éxito de esta tecnología”, sentencian desde Audens.

95
Bruselas desarrollará una serie de normas éticas para la IA
Marta Sanz Romero (Computer Hoy, 04/10/18)
La Comisión Europea comienza el camino hacia una regulación de los
derechos y deberes éticos de los robots. El debate sobre la necesidad de dotar a las
máquinas inteligentes de unas normas morales lleva mucho tiempo circulando en la
industria tecnológica, muchas compañías han elaborado ya sus propias normas, pero
ahora son las instituciones públicas las que se ponen manos a la obra con esta tarea.
Un grupo de 52 expertos realizará la primera reunión de muchas para analizar
con minuciosidad las miles de posibilidades y situaciones en las que puede resultar
peligrosa esta tecnología y elaborar unos límites claros, pero sin coartar la libertad de
innovación que tantos beneficios auguran para el futuro social e industria; por eso
decimos que es una delicada tarea.
La conducción autónoma es la rama de la inteligencia artificial que más ha
copado titulares últimamente, debido al desarrollo por parte de grandes compañías de
coches autónomas, pero sobre todo por los fallos y accidentes provocados por esta
tecnología. Hace unos meses nos planteábamos la pregunta de "Si un coche autónomo
mata a alguien, ¿quién va a la cárcel?". Pero no solo los coches pueden suponer ese
riesgo, los mismo pasa con los sistemas inteligentes que están empezando a desarrollar
las aerolíneas para ayudar a los pilotos durante los vuelos y que pronto podría
sustituirles.
Además del transporte automático, Bruselas deberá incluir otra innumerable
variedad de sistemas inteligentes que ahora mismo se usan desde el ámbito más
industrial hasta el más doméstico. Máquinas autónomas en almacenes de fábricas,
soldados-robots que ya han participado en misiones de guerra, los asistentes virtuales
de Google o Apple que tantos usuarios están usando en móviles, y un largo etc.
Somos conscientes de muchos de estos dispositivos, pero tal vez no tengamos
tan claro que estamos tratando con otros muchos programas basados en el aprendizaje
automáticos como los usados por las entidades financieras para determinar que
clientes pueden acceder a un crédito y cuáles no.
Ante este último caso, por ejemplo, ya se ha establecido una normativa dentro de
la nueva ley de protección de datos europea, el GDPR, que determina que toda persona
que sea rechazada en un proceso de selección realizado por una máquina, tiene derecho
a conocer los criterios que se han empleado para tomar esa decisión.
Esto se ha denominado derecho de explicación y protege a las personas en caso
de que se le niegue la entrada a un país o un crédito entro otros muchos casos de forma
injusta, y al mismo tiempo detectar sesgos racistas o sexistas en los algoritmos.
La principal pregunta que se plantea ahora es, ¿en quién debe recaer la
responsabilidad y el poder de decidir qué es moral y qué no? No todo el mundo
tiene el mismo concepto de ético o moral, y mucho menos la diversidad de políticos que
pueblan nuestras instituciones actualmente.
En Estados Unidos las empresas tecnológicas también han solicitado al
Gobierno una regulación clara sobre este tema, pero teniendo en cuenta el carácter
internacional que está alcanzando la tecnología, son muchas las voces expertas que
apelan a la necesidad de que estas leyes y normas se redacten a nivel global para que
realmente tengan utilidad y las empresas no deban estar adaptándose a cientos de
normativas distintas

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Entrevista al filósofo Javier Sádaba (Titular de Ética de la Universidad
Autónoma de Madrid), por Pedro Lipcovich. Diario Página/12, 20/8/04
-La clonación de la oveja Dolly en 1997 fue un acontecimiento que dio
testimonio del enorme desarrollo alcanzado por la ingeniería genética. Se agrega la
expectativa suscitada por las “células madre”, que a partir de la clonación de
embriones humanos podría dar lugar a tejidos de utilidad terapéutica. Esto que se
perfila como una rama nueva, la medicina regenerativa, genera interés en los
científicos, expectativas en los pacientes y ambición en las empresas farmacéuticas,
todo lo cual entra en conflicto con una reacción que podríamos llamar
“premoderna” liderada por la Iglesia Católica y amplios sectores del
protestantismo. Es como si estos desarrollos pusieran en cuestión algo esencial
para ellos: la distancia infinita entre el Creador y sus criaturas. Y nuestro genoma
es tan parecido al del chimpancé, al del ratón: no sólo somos hijos de la evolución,
sino que podemos llegar a modificarla, y esto suscita terror.
-Si el conflicto se plantea entre una fórmula “premoderna” y el capitalismo
avanzado, el desenlace parecería obvio. Más temprano que tarde la investigación con
células madre embrionarias se va a imponer. El problema es que no se está dando en un
contexto de justicia, donde todos puedan acceder a lo que se obtenga. Pero estas
cuestiones sociales son externas a la biotecnología en sí misma; en el plano interno, el
de la investigación, la clonación me parece inobjetable.
-¿También la clonación reproductiva?
-Los científicos, que suelen ser prudentes y pragmáticos, prefieren limitarse a
hablar de la clonación terapéutica, que puede llevar a obtener tejidos útiles contra
enfermedades, y no enturbiar el campo con la clonación reproductiva, prohibida en la
mayoría de los países. Pero la filosofía no está obligada a ser prudente ni pragmática, y
nuestra pregunta debe ser: si la clonación reproductiva pudiera realizarse: ¿dañaría a
alguien? Supongamos que una persona quiera tener un hijo genéticamente idéntico a
ella: ¿cuál sería el problema? Siempre han existido hermanos gemelos y nadie piensa
que eso sea una monstruosidad.
-Una diferencia con los gemelos sería que, en la clonación, la identidad
genética obedecería a un deseo muy particular del progenitor. ¿No podría ser
peligrosa la gravitación sobre el hijo de un deseo así?
-Pero eso pasa siempre con los hijos. Constantemente se ejerce esa gravitación.
Los hijos están “clonados” por la educación autoritaria, mucho más que lo estarían por
una clonación biológica. Todos estamos “clonados” por la prensa, por los intereses, por
las tribus ideológicas. Ahora bien, la decisión tendría que quedar en manos de cada
ciudadano. No se trata de que el Estado decida clonar personas en serie.
-Seguramente Usted tampoco objetaría que las personas eligieran
características de sus hijos, como el sexo.
-No lo objetaría. El Observatorio de Bioética y Derecho de Barcelona se
pronunció a favor de la elección del sexo. Esta elección ya es tecnológicamente viable y
es legal en España para el caso particular de prevenir la hemofilia. Nuevamente, el
punto está en que la decisión esté reservada a los sujetos y no, como ha sucedido en
sociedades como la China, que la elección de sexo sea impuesta desde arriba,
conduciendo incluso al infanticidio.
-¿Y si se pudieran predeterminar otras características del hijo, como la
capacidad intelectual?

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-Claro que no hay un gen que determine la capacidad intelectual, pero, si fuese
el caso, ¿por qué no? ¿No les dan las madres vitaminas a sus hijos? El término para
ubicar estas cuestiones es “neoeugenesia”, diferenciable de lo que se llamó “eugenesia”,
que eran prácticas destinadas a “mejorar la raza”, especialmente la raza blanca. En la
neoeugenesia pueden incluirse enriquecimientos como la posibilidad de modificaciones
genéticas que previnieran enfermedades: yo mismo, puesto en el lugar de un hijo a ser
engendrado, me anotaría en modificaciones genéticas que mejoraran mi salud o
pudieran hacerme más feliz. Lo esencial es que a estos enriquecimientos tengan acceso
todos, no sólo algunos sectores sociales, y que no sean impuestos por el Estado.
-En los diferentes temas que aborda, Usted observa que la libertad de
elección está condicionada a lo que cita como “adecuadas regulaciones”. Sin
embargo, Usted ha sido crítico de la sociedad occidental contemporánea, que llegó
a calificar como “pseudodemocracia”, ¿esto no pone en riesgo las garantías de
adecuada regulación?
-En efecto, soy crítico de las democracias occidentales: están eliminando la
participación de la gente; están siendo absorbidas por las multinacionales; los partidos
políticos se están convirtiendo en empresas. Sin embargo, estas democracias son lo
mejor que hay: seguimos teniendo derecho a hablar y a elegir, y el debate social no tiene
que restringirse a los políticos: los filósofos, los juristas y muchos otros actores sociales
tenemos también la función de hablar con la gente y la sociedad puede obligar a los
políticos a tomar decisiones.-

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Entrevista a Alberto Kornblitt (científico y divulgador), por Sonia Santoro.
Diario Página/12, 22/12/13
Se han dicho muchas cosas de Alberto Kornblitt. Tal vez la que más permita
comprender la dimensión de este científico para los legos es aquella frase que lo
definió como “el Messi de la ciencia”. En esta entrevista habla sobre el ADN, los
genes y los prejuicios sociales en torno de ellos, como el otorgarles a los genes la
determinación absoluta de lo que somos o lo que padecemos o la supervivencia del
racismo, a pesar de que las razas humanas no existen para la biología. Además,
explica el error en la reforma del Código Civil y Comercial en torno del origen de la
persona humana: “La vida humana no comienza con la fecundación”, dice; y va más
allá: “Tampoco es que comience con la implantación, porque en la implantación el
embrión todavía no ha desarrollado el sistema nervioso”.
–¿Cuál es el rol del científico?
–Los científicos tenemos el deber de aportar a la sociedad no solamente
dando cuenta de lo que hacemos, sino además ayudando a entender problemas que
tienen que ver con la ciencia y la tecnología y que están relacionados con la vida
cotidiana y con las decisiones políticas. Por ejemplo, ahora se está discutiendo el
Código Civil y el artículo 19 se plantea dónde comienza la vida humana.
–Se me adelantó a la pregunta...
–Bueno, acá confluyen prejuicios, dogmas religiosos, conservadores. Y, la
verdad sea dicha, uno tiene que explicar que cuando un espermatozoide se junta con
un óvulo y forma un cigoto, eso todavía no es un ser humano. Y que puede ser un
embrión inclusive fuera del útero de una madre, pero ese embrión, si no se lo
trasplanta al útero de una madre, no progresa para dar un ser humano. Llega a un
cierto punto y muere. Por lo tanto no basta con que la gameta masculina y la
femenina fecunden para generar un ser humano. Tiene que haber otra información ya
no genética sino ambiental que proviene del útero de la madre. Entonces no tiene
sentido definir que el ser humano comienza con la concepción. También es
cuestionable decir si el ser humano comienza con la implantación en el útero. Por
mis conocimientos científicos, yo sería partidario de aclarar primero que la vida
humana no comienza con la fecundación. Segundo, que tampoco es que comience
con la implantación, porque en la implantación el embrión todavía no ha desarrollado
el sistema nervioso. En todo caso es un proceso dinámico en el cual hay distintas
etapas.
–Se espera que el año que viene, cuando se reabra de nuevo la discusión,
se introduzcan estas consideraciones.
–Yo creo que tiene que discutirse profundamente en Diputados. Que no se
puede aprobar a libro cerrado. En particular, que se tiene que discutir el artículo 19.
Y espero que no haya una mayoría dogmática al respecto; en todo caso, que se deje a
los diputados votar a conciencia. Pero además, yo estoy en el Comité Nacional de
Ética en la Ciencia y la Tecnología, donde este tema ha sido discutido. Hubo una
consulta a los científicos y hubo un documento, que de alguna manera se tuvo en
cuenta a la hora de modificar algunos artículos. En el Comité hemos decidido hablar
con los diputados o con las autoridades para explicar los aspectos biológicos y
jurídicos.
–¿Cuáles son los principales mitos que circulan en relación con el ADN?

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–El determinismo genético, por ejemplo. Sospechar o afirmar que todas las
características humanas e incluso muchas enfermedades están causadas por los genes
o por las variantes de genes que uno heredó de sus padres. Eso no es así. El medio
ambiente cumple un papel fundamental en las características socioculturales,
afectivas y cognitivas del ser humano y en muchos casos se sabe que para un
fenotipo dado, para una capacidad o característica externa dada, hay un componente
genético y hay un componente ambiental. Eso se puede determinar que es así, pero
no se sabe cuál es la proporción de cada uno. Los hijos de (Johann Sebastian) Bach
fueron buenos músicos, pero uno no puede saber si fueron buenos porque heredaron
los genes del papá o porque se identificaron con él. Entonces cuando no se sabe eso
respecto de una característica saliente, lo mejor que se puede hacer es no decir nada.
–¿Cuál es el peligro?
–El determinismo genético es muy grave porque está siempre asociado ya no
solamente a la estratificación en clases de la sociedad, sino a la elaboración de
políticas. Por ejemplo, las capacidades cognitivas de los alumnos pueden tener que
ver con el ambiente, pero también podría ocurrir que se les quiera asignar
intencionalmente un origen hereditario que no tienen (ya se ha dicho). Entonces, un
gobierno que quiere hacer recortes puede decidir no invertir en educación de sectores
que están estigmatizados porque hereditariamente no tendrían capacidades para
aprovechar esa educación. O sea que todo lo que signifique discriminación
individual, social, de grupos, de grupos étnicos, en virtud del determinismo genético
es una herramienta de poder.
–Usted dice que para la biología no existen en las razas, ¿lo puede
explicar?
–Exacto. El tema es que el concepto de raza como una población de alta
homogeneidad genética no se aplica en los humanos porque todas las poblaciones,
por más que difieran en algunas características externas, tienen una alta variabilidad
genética interna. Yo hago mía la frase del genetista brasileño Sérgio Pena que dice
que no es que seamos todos los humanos iguales, sino que somos todos igualmente
distintos. Hay diferencias, pero no están estigmatizadas en razas, en poblaciones
cerradas. Esto hace que pueda ocurrir que las diferencias genéticas entre dos negros
sean mayores que entre un negro y un blanco, porque el color de piel es una
característica, la estatura es una característica, pero nosotros tenemos 23 mil genes y
hay muchas variantes de cada gen. No obstante, nuevamente el concepto de raza es
utilizado para el racismo, que es una actitud política. Por lo tanto, perteneciendo a la
misma especie, siendo la misma humanidad, el mismo genoma y la misma
humanidad del genoma, la biología nos dice que no hay razas, pero aun si dijera que
existieran, no se justificaría y habría que luchar contra el racismo.
–En cuanto a la clonación humana, ¿en qué estado está la discusión?
–Está prohibida legalmente en muchos lados y no aprobada por la comunidad
científica en casi todo el mundo. Por varias razones. La primera de todas es que no
hay ninguna necesidad ni social ni médica de clonar humanos, porque en última
instancia sería un método de reproducción asistida distinto de los que se usan hoy en
día. Segundo, porque se sabe por el clonado de animales, que se practica
profusamente, que la técnica de clonación es biológicamente insegura porque de
entre los embriones que se generan por clonación un porcentaje no despreciable nace
con malformaciones. Y si eso se aplicara en los humanos sería éticamente
inaceptable. Pero en este contexto, la razón por la cual nos oponemos o no aceptamos

100
la clonación humana no es que no se puede clonar humanos porque si se clonaran
tendrían un destino personal idéntico al de quien se le obtuvo el núcleo para hacer el
clon, porque sabemos que eso no es así. Los gemelos univitelinos son genéticamente
idénticos y además en ellos el ambiente fue muy uniforme porque pasaron los
mismos nueve meses en el mismo útero de la misma madre, nacieron el mismo día,
fueron muchas veces criados y educados por los mismos padres, mandados al mismo
colegio, vestidos igual, y aun así, con esa uniformidad ambiental y socioeconómica y
teniendo los dos genomas idénticos, son dos individuos distintos. O sea mucho más
distintos serían entonces, en cuanto a su destino cultural, social, afectivo, biológico,
dos individuos que están desfasados en el tiempo. Pero hay muchos prejuicios en la
sociedad que deben ser escuchados porque la fantasía determinista persiste.
–Está esa fantasía de “clonar para sacarle los órganos”.
–Eso es un acto ilegal que podría hacerse también con niños no clonados. En
nuestras sociedades hay explotación cuasi esclava. Y si es de niños o bebés, nada
cambiaría que fueran clonados respecto del delito de ocultar a seres humanos en un
sótano para tenerlos como reservorio de trasplantes. Un inescrupuloso millonario
podría hacerlo con niños no clonados que fueran histocompatibles con él. Están las
fantasías de la producción en serie de seres humanos como en Los niños del Brasil.
En fin, todas estas fantasías también de la literatura y del cine son válidas, pero no se
restringen al evento de la clonación, en todo caso hablan de la ética y las
perversiones de los humanos en general.
–¿La clonación terapéutica sí es válida?
–Se supone que hay ciertas técnicas de terapia de un individuo que podrían
hacerse con células que no sean rechazadas por el propio individuo a nivel
inmunológico. Entonces, la idea de la clonación terapéutica sería generar células
troncales o madre a partir de embriones que se generaron por el trasplante de un
núcleo del individuo que va a recibir esas células; con eso se garantiza que sean
genéticamente idénticas a ese individuo y por lo tanto no sean rechazadas. En ese
sentido, la clonación terapéutica generaría embriones humanos en el laboratorio que
no son trasplantados al útero de una madre sino que son sus células disgregadas y
utilizadas para generar nuevos tejidos. Pero eso no se ha hecho de manera rutinaria,
está en experimentación. Y hay otras alternativas, también en experimentación, como
tomar células adultas del paciente, no de un embrión, y convertirlas en células
troncales. Entonces no aprobamos la clonación con fines reproductivos pero
queremos que quede abierta la posibilidad de la clonación con fines terapéuticos.
–En ese punto también se oponen los sectores conservadores.
–Sí, la Iglesia se opone también a eso porque considera que ese embrión es
una persona y que por lo tanto destruirlo es lo mismo que en un aborto.
Es notable, porque la Academia Pontificia sacó un documento en el cual se
opone a la clonación terapéutica porque eso implica la destrucción de embriones
humanos, pero deja una cierta vía de permisividad para la clonación reproductiva,
porque dice que “al menos en la reproductiva se terminaría en un bebé”. Cuando, en
realidad, las razones para no apoyar la reproductiva son que, básicamente, es
biológicamente insegura y que todavía en la sociedad hay prejuicios con el
determinismo genético, pese a que nosotros decimos que no debe ser prohibida por
esas razones. Convengamos en que existiendo esos prejuicios, el recibimiento social
de alguien que es físicamente idéntico de otro que existió, le puede generar
problemas a esa persona. Más allá de lo que uno piense científicamente, eso existe.

101
Si a alguien se le muere un hijo, conserva sus células, y luego quiere repetir el evento
con células del hijo, hay aspectos psicológicos que son complicados, porque ese
nuevo niño es otro, pero como va a tener el mismo aspecto físico... Hay
complicaciones de orden psicológico que, como no hay ninguna necesidad, no serían
deseables.
–¿Y qué pasa con los organismos genéticamente modificados, como las
plantas transgénicas?
–Los sectores ambientalistas que están en contra porque supuestamente no
son naturales ponen en la misma bolsa a todos los organismos genéticamente
modificados, como si fuera que son malos por sí mismos, cuando en realidad la
transgénesis es un método para introducir un gen en una planta o animal para
cambiarle la información, cosa que se han venido haciendo hace 10 mil años...
–Con otras técnicas...
–Más artesanales. Pero lo que yo transmito es que ser transgénico no es malo.
Transgénico es un método de obtener una variedad. Luego, si esa variedad es
peligrosa para el ambiente, peligrosa para la salud animal o humana, o su utilización
causa problemas económicos, sociales o de salud, eso no tiene que ver con que sea
transgénica. Yo uso la metáfora: decir que un transgénico es malo per se es lo mismo
que decir que un rodado contamina. El ser rodado no es contaminante porque el
monopatín y la bicicleta son rodados y no contaminan, en cambio el colectivo es un
rodado y sí contamina. Hay un problema epistemológico ahí. Entonces, muchos
ambientalistas al poner la culpa en la técnica y no en el uso de la técnica, a la larga
están minando las bases de la ciencia y están desconociendo la posibilidad de que la
técnica pueda ser utilizada para beneficio de ciertos sectores vulnerables de la
humanidad sin causar perjuicios.
–¿Quiénes invierten en esto, las empresas solamente? ¿Qué controles
hay?
–En todo el mundo siempre hay un tipo de control y por supuesto hay
intereses económicos que pueden subvertir y pasar por encima de esos controles. Yo
estoy hablando del evento técnico de generar una variedad transgénica. El problema
es quién la usa, con qué controles. En eso estoy de acuerdo absolutamente en que
debe ser controlado, preferentemente por el Estado.
–En un momento del libro plantea que lo natural es la tecnología, ¿puede
explicarlo?
–Es que el ser humano es la especie que domina al planeta y su propia
supervivencia en este planeta, más allá de las guerras, la explotación y el capitalismo,
está basada en la modificación del ecosistema. Está basada en el dominio de la
agricultura, de los ríos, de los mares. Y esa modificación del ecosistema implicó,
desde el principio mismo, tecnología. Los monocultivos de arroz, de trigo; la
generación de plantas cultivadas, de animales domésticos, son necesidades para la
supervivencia del ser humano y son intervenciones tecnológicas. Entonces, pretender
volver a una sociedad con métodos de cultivo parecidas a la sociedad primitiva
pretecnológica es utópico porque la esperanza de vida bajaría drásticamente, habría
hambrunas, habría muertes. No tiene nada de natural primitivamente cultivar 2000
hectáreas de arroz en un monocultivo, es decir arrasar lo que había en esa zona. Pero
si vos no cultivás esas 2000 hectáreas de arroz, mucha gente se muere de hambre.
Entonces ahí es donde lo tecnológico es natural, es natural a nuestra especie.

102
–Lo difícil es el límite. Por ejemplo, los problemas que surgen con las
mineras...
–Por supuesto. El límite está más relacionado con el para quién que con el
para qué. El problema es si la intervención está sólo basada en el provecho
económico de la empresa que lleva adelante el proyecto y no hay un control del
Estado de manera de impedir que contamine, que arrase. Pero si el Estado hace los
controles adecuados, la tecnología per se no es mala, puede ser provechosa. Tenemos
que plantearnos la posibilidad de que haya tecnologías usadas por quienes no tienen
intereses solamente de lucro y controladas sean más que útiles.
–Al final de La humanidad del genoma... hace una especie de oda a los
libros.
–Ese capítulo era una reflexión sobre todos los avances tecnológicos que
hubo en la vida cotidiana desde 1810 a 2010 en el Bicentenario de la Revolución de
Mayo. Uno repara en que no había fósforos, no había hojitas de afeitar, no había
alambre de púas, no había petróleo, etc. Todas cosas que se fueron incorporando en
esos 200 años. Pero algo sí había: los libros. En ese sentido, si bien hay una discusión
de si el libro va a perdurar como objeto, el libro en sí es una de las cosas más grandes
que tiene la humanidad.

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INGENIERÍA Y SOCIEDAD
PROGRAMA Y BIBLIOGRAFÍA

“COMPETENCIAS SOCIALES, POLÍTICAS Y ACTITUDINALES DEL INGENIERO:


Desempeñarse de manera efectiva en equipos de trabajo; Comunicarse con efectividad; Actuar
con ética, responsabilidad profesional y compromiso social, considerando el impacto
económico, social y ambiental de su actividad en el contexto local y global; Aprender en forma
continua y autónoma; Actuar con espíritu emprendedor.” (CONFEDI "Competencias en
ingeniería", 1a ed. - Mar del Plata: Universidad FASTA, 2014)

“...el conocimiento humanístico es ahora más importante que nunca... en ingeniería,


como en otros estudios, se necesita entender otras lenguas, otras culturas, tener formación en
Historia y Ciencias Sociales, porque los cambios tecnológicos que estamos viviendo no
funcionarán si no hay un profundo conocimiento cultural detrás. Para que funcione la
tecnología también se tiene que entender el contexto histórico y social.” (Rosalind Williams,
MIT).

TEMA 1. INGENIERÍA Y SOCIEDAD. Ingeniería y paradigma tecno-económico.


Los modelos políticos y económicos del siglo XX. Los desafíos de la globalización:
la acentuación de las desigualdades y la destrucción del equilibrio ecológico.

 Osorio, Carlos M. “Los efectos de la ingeniería en el aspecto humano”


Conferencia presentada en la XXIX Convención Panamericana de Ingeniería.
Ciudad de México, 2004.
 Pérez Lindo, Augusto. Nuevos Paradigmas y Cambios en la Conciencia
Histórica, Eudeba, Buenos Aires, 1998.
 Shiva, Vandana. “Globalización y pobreza” en Globalización y sindicalismo,
Ed. Germania, Alzira (Valencia), 2001.

TEMA 2. EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO. Características de las ciencias.


Ciencia básica, ciencia aplicada y tecnología. Pseudociencias. Pasado y futuro del
modelo baconiano.

 Bunge, Mario. La ciencia, su método y su filosofía, Ed. Siglo Veinte, Buenos


Aires, 1960.
 Salinas de Sandoval, Julia. “Concepciones epistemológicas sustentadas por
estudiantes secundarios de física”. Comunicación presentada en las Segundas
Jornadas Nacionales de Epistemología. Tucumán. Abril de 2000.
 Sagasti, Francisco. “El ocaso de la era baconiana y el futuro de la humanidad”,
en Unodiverso, Revista del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Perú,
No. 2, 2006, pp. 33-41.

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TEMA 3. CIENCIA, TECNOLOGÍA Y DESARROLLO. Estudios en Ciencia,
Tecnología y Sociedad. Concepciones del desarrollo. Políticas científicas y
tecnológicas para el desarrollo en la Argentina y en América Latina. Objetivos del
Desarrollo Sostenible.

 Bunge, Mario, Ciencia, Técnica y Desarrollo, Ed. Sudamericana, Buenos Aires,


1997.
 Botana, Natalio R. y Sábato, Jorge "La ciencia y la tecnología en el desarrollo
futuro de América Latina". Revista Arbor: Ciencia, pensamiento y cultura, Nº
575, 1993, pp. 21-44.
 Organización de las Naciones Unidas. “Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Nueva York, 2015.

TEMA 4. LA UNIVERSIDAD. Responsabilidad Social Universitaria: un nuevo


paradigma en educación superior. Producción de Conocimiento al servicio de
necesidades locales. Equidad y género en el estudio de las ingenierías.

 Vallaeys, François “Responsabilidad social empresaria y universitaria”.


Entrevista realizada por Gustavo Tondi para el Blog “Ética y RSU”. Bs. As.,
2008.
 Cuencia Pletsch, Liliana Raquel “Vocaciones femeninas en ingeniería, un tema
pendiente”, en Giordano Lerena, R; Páez Pino, A. Matilda y las mujeres en
ingeniería en América Latina. CONFEDI-LACCEI. Universidad FASTA
Ediciones. Argentina. 1ª edición. Marzo 2019.
 AA.VV. “Informe sobre la implementación del “Protocolo de Prevención e
intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u
orientación sexual” en la UTN-FRT”. Tucumán, marzo 2019.

TEMA 5. LA ÉTICA. Ética, ciencia y tecnología. Principios éticos del ingeniero.


Análisis de casos: a) vehículos no tripulados, b) Inteligencia Artificial, c)
manipulación genética, c) clonación humana.
 Bunge, Mario Ética, Ciencia y Técnica, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1997.
 Popper, Karl “Tolerancia y Responsabilidad Intelectual”, capítulo de En Busca
de un Mundo Mejor, Paidós, Barcelona, 1996.
 Olivé, León “Ética, ciencia y tecnología” en El bien, el mal y la razón: facetas
de la ciencia y de la tecnología, Ed. Planeta, México, 2000.

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Este cuadernillo se terminó de editar en la
Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Tucumán,
Argentina, en abril de 2019.
Material didáctico de uso exclusivo para alumnos de las carreras de ingeniería
de la UTN-FRT. Edición no comercial.
Los artículos que no son de elaboración propia, mencionan su autor y
procedencia.

Responsable de la Edición
Prof. Esp. Lic. Rodrigo Campos Alvo

Con la colaboración de
Arq. Inés González Alvo

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