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HISTORIA DE LA BANCA ECUATORIANA

BANCOS DEL ECUADOR


El primero en fundarse fue el “Banco de Circulación y Descuento” de Manuel Antonio de
Luzarraga (1859/60) en Guayaquil. Debía sacar la moneda “mala”, emitir billetes, recibir
depósitos y dar créditos a particulares y al Estado. Alentados por la política modernizadora
del caudillo conservador Gabriel García Moreno, surgieron nuevos bancos y entre ellos:
Particular de Descuento y Circulación (1862), Banco del Ecuador (1868), que se constituyó
en el principal banco del siglo XIX, el de Crédito e Hipotecario (1871) y el de Quito (1869).
Guayaquil, puerto agroexportador, fue la ciudad comercial y financiera del Ecuador. Al
comenzar el siglo XX había cuatro bancos de emisión: B. del Ecuador, B. Comercial y
Agrícola (1895), B. del Pichincha (1906) y B. del Azuay (1913). Pero había crecido una
compleja trama financiera, de modo que existía una veintena de instituciones entre bancos de
emisión, bancos comerciales, otros hipotecarios, varias casas bancarias individuales y otras
compañías de préstamos. Es evidente que, en un país con ínfimo mercado interno, con su
mayoría de población en la pobreza y la miseria, el negocio bancario era una lucrativa forma
de vida para una elite concentradora de la riqueza.

En 1914 fue suspendida la “convertibilidad” (canjear billetes por oro), lo que disparó las
sobremisiones bancarias sin respaldo. Entre 1916 y 1925, durante la primera “época
plutocrática”, los bancos tuvieron determinante influencia sobre el Estado, de modo que la
Revolución Juliana (9/julio 1925) se propuso terminar con ese régimen y los bancos privados
fueron intervenidos y fiscalizados. Gracias al concurso de la Misión Kemmerer, el gobierno
de Isidro Ayora (1926-1931) logró fundar el Banco Central del Ecuador (1927) y, además, la
Superintendencia de Bancos y la Contraloría, instituciones que tendrían enorme importancia
nacional durante el resto del siglo XX. Esta historia puede seguirse en una obra en la que
traté sobre las políticas económicas de la Revolución Juliana.
En las décadas posteriores, algunos bancos desaparecieron y se fundaron otros. De igual
modo, captar el BCE (y también la Superintendencia, así como la Contraloría), dirigirlo,
aprovechar de sus funciones o utilizar sus recursos, pasó a formar parte no solo de los
intereses económicos privados sino de los políticos. En 1932, por ejemplo, a pesar de la
“autonomía” institucional, el gobierno de Alfredo Baquerizo Moreno obligó al BCE a un
millonario préstamo, bajo amenaza de retirar los fondos públicos para trasladarlos a un
banco privado. En 2000 hubo un desenlace parecido: el presidente Jamil Mahuad conminó al
directorio del BCE a adoptar la “dolarización”, bajo amenaza de acudir al congreso para
reemplazar a esos miembros. La dolarización aceptada, incluso contra disposiciones
constitucionales, “mató” al BCE nacido de la Revolución Juliana como único banco con
capacidad de emision monetaria
DOLARIZACIÓN
El 9 de enero de 2000, el presidente, Jamil Mahuad, decretó la dolarización de la economía
ecuatoriana. A partir de ese momento todas las transacciones monetarias, comerciales y
financieras del país dejaron de realizarse en la moneda nacional (el sucre) y pasaron a
realizarse en la moneda de Estados Unidos. “En consecuencia, todo tenía que ser expresado
en la nueva moneda: salarios, precios, cuentas bancarias, etcétera.
En 1998, el gobierno devaluó, una vez más, el sucre. Ese año, la cotización fue de 5.000
sucres por cada dólar.
Eso perjudicó a las personas que tenían ingresos fijos porque disminuía su capacidad de
compra: si antes con 5.000 mil sucres se podía comprar alimentos para todo el mes. Cuando
hay devaluación, una de las consecuencias es que se encarecen las importaciones porque la
moneda tiene menos valor frente a otras. Entonces, se necesita más dinero para importar y,
por lo tanto, aumenta el precio de los productos que vienen del extranjero
En el año 2000, el Ecuador vivió la peor devaluación monetaria de su historia. El precio del
dólar llegó a 25.000 sucres. La constante devaluación de la moneda hizo que la inflación
llegara al 91%, haciendo que el poder adquisitivo de los ecuatorianos cayera drásticamente.

Una vez anunciada la dolarización de la economía, el 13 de marzo del 2000, el Congreso


Nacional expidió la Ley para la Transformación Económica del Ecuador. La nueva ley
encargó al Banco Central del Ecuador la función de canjear los sucres en circulación por
dólares. Además, debía de establecer nuevas reglas para el sistema financiero del país. De
esta manera, fue como los sucres fueron retirados de circulación.

Entre 1982 y 1999 los gobiernos del Ecuador “utilizaron a la devaluación de la moneda
como un instrumento para beneficiar a determinados grupos económicos particularmente de
exportadores”, cree Diego Borja, economista y exministro de Economía. En 1982 el dólar
costaba 25 sucres; para 1990, la cotización del dólar era de 884 sucres. Cuando el sucre
murió, al final del siglo XX, su precio había crecido casi treinta veces.

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