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Frente nacional
Yennifer Sana, Danna Angel, Sara Cortez.

Colegio Antonio Villavicencio IED

Historia Colombiana

Luz Arquira

17/07/23
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Antecedentes

La situación de violencia desatada por el Gobierno Ospina, motivó al jefe Liberal Alfonso López

Pumarejo a proponer en 1946 un gobierno de alternación que apaciguara la violencia. Volvió López Con

su propuesta a la reunión del Comité Político.

El Frente Nacional fue un pacto político entre los partidos Liberal y Conservador de Colombia, con el

objetivo de sacar del poder al General Gustavo Rojas Pinilla, quien luego de un golpe de Estado en 1953

pretendía perpetuarse en el poder. El acuerdo estuvo desde los años 1958 a 1974.

El bogotazo:

El bogotazo fue la serie de disturbios que ocurrieron en Bogotá, como consecuencia del magnicidio

del líder del partido Liberal: Jorge Eliécer Gaitán, asesinato ocurrido el 9 de abril de 1948.

Esto estuvo acompañado de una gran cantidad de protestas. Las protestas no fueron únicamente en

Bogotá, también ocurrieron y se extendieron a otras ciudades de Colombia, desencadenando un periodo

en Colombia que se conoce como “La Violencia”, este periodo se extendió por aproximadamente diez

años después, pero las consecuencias tuvieron una duración más de la esperada, por parte del conflicto

armado como protagonista estuvo la Fuerza Pública contra grupos guerrilleros y paramilitares, bandas

criminales y el narcotráfico en Colombia.

Violencia política:

Desde un principio se obstaculizó la posibilidad de que los grupos políticos tradicionales tuvieran una

participación, esto hacia que también hubieran grandes desacuerdos entre estos mismos, provocando el

surgimiento de movimientos sociales, como también el de la guerrilla comunista y nacionalista.

Antes de que comenzara el gobierno de rojas, Colombia estaba saliendo de la violencia bipartidista

que estuvo entre los años 1928-1958, estos conflictos eran por parte del partido Liberal y Partido
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Conservador, los cuales tenían la intención de intervenir con la actuación que tenía el Partido Comunista

Colombia.

Toma de poder (1953)

Rojas tomo el presidente de Colombia el 13 de junio de 1953 tras el golpe de estado pacifico, en

apoyo del expresidente Mariano Ospina. Desde un inicio se tenía pensado que tomas le diera el poder a

Urdaneta, pero este mismo lo rechazo, luego rojas también le ofreció el mandato a Ospina, pero este de

igual manera lo rechazo, rojas al ver que no había quién asumirá el poder, decidió tomar el poder a

nombre propio.

La principal razón por la cual este golpe de estado fue dado fue por el gran periodo de violencia y

sangriento que hubo por el siglo XX en Colombia. Por esto, la toma fue pacífica, sin derramar sangre y

intervención militar, esto hizo que Rojas al momento de la toma del poder subiera con una gran

popularidad y aplaudida por el público.

Gobierno de rojas

Para que rojas logrará conseguir un país pacífico propuso conceder amnistía a los combatientes

guerrilleros y también una reconstrucción económica en las zonas que fueron afectadas por la violencia.

Por esto algunos grupos guerrilleros liberales apartaron sus armas. Pero el éxito no fue recibido por parte

de los grupos guerrilleros comunistas, ya que se declaró ilegal el Partido Comunista Colombiano.

Su mandato se caracterizó por la realización de relevantes trabajos de infraestructura, obras como: el

Aeropuerto Internacional El Dorado, el Hospital Militar Central, la calle 26, el Centro Administrativo

Nacional (CAN) y la Secretaría Nacional de Asistencia Social. Crea su propio partido en 1955, al cual

llamó Movimiento de Acción Popular.

Pacto bipartidista
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Hubieron diálogos entre los partidos Conservador y Liberal, por parte del conservador estuvo

Laureno Gómez y Mariano Ospina Pérez, y por parte del Partido Liberal estuvo liderado por Alberto

Lleras Camargo, estas charlas estuvieron para calamar y parar los odios y diferencias que estuvieron

presentes entre los partidos, juntando lazos y preparar el camino para El Frente Nacional.

Primer pacto: Pacto Benidorm 24 de julio de 1956, un pacto en donde se reconoció la decadencia de

la democracia y empezaron a buscar la fórmula igualitaria.

Segundo pacto: El pacto del 20 de marzo de 1958, en este pacto se formó la oposición a la reelección

de rojas y se apoya la elección libre.

Algunas de las problemáticas que impulsaron a que el Frente Nacional se viera realizado fue que el

control político desapareció, las estructuras partidarias se fueron afectadas, al igual que las ramas

políticas.

Pilares del frente nacional

 Alteración del poder y la composición de los tres principales poderes el poder legislativo,

ejecutivo y judicial.

 Acabar la dictadura militar y devolver el poder de los partidos políticos en el gobierno de

Colombia.

 También se proclamó la libertad como la base fundamental de la democracia (Una respuesta de la

democracia para enfrentar una dictadura).

 Según palabras de Camilo Vázquez, el frente Nacional se realiza para poder crear una buena

eficiencia y manejo del aspecto público en Colombia.

Partido liberal:
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El Partido Liberal Colombiano (PLC) es el partido político más antiguo de Colombia, y el sexto

partido político vigente más longevo del mundo. Fue fundado el 16 de julio de 1848 por José Ezequiel

Rojas. Caracterizado por acoger ideas más progresistas que su contraparte conservadora.

Comenzó en el siglo xx con Rafael Uribe sus principios giraron hacia un enfoque social, en términos

de igualdad y equidad, encaminado a la defensa de los derechos de los trabajadores y los menos

favorecidos.

Partido liberal y El Frente Nacional:

En 1957 el Partido Liberal se une con el partido conservador en un movimiento (El Frente Nacional)

con el objetivo de terminar y derrocar al presidente Gustavo Rojas Pinilla de la presidencia, con el

objetivo de acabar los problemas bipartidista y la dictadura militar que se llevaba en este momento,

dejando los problemas entre ambos partidos políticos y compartir el poder durante 16 años hasta el año

1974.

Al momento en el que se realizaron los pactos para despojar a rojas de la presidencia, quien fue

representante del Partido Liberal fue Alberto Lleras Camargo, quién fue un periodista, escritor y

diplomático colombiano .

Partido conservador

El partido fue instituido formalmente el 4 de octubre de 1849 por Mariano Ospina Rodríguez y José

Eusebio Caro. Inicialmente fue fundado con el objetivo de proteger las tradiciones sociales y religiosas.

En 1946 el candidato conservador Mariano Ospina Pérez gano la presidencia. La violencia política

fue vigente durante el periodo de Ospina, cobrando con la vida de Gaitán. Tras este homicidio empezó un

periodo de gran violencia en la cual algunos miembros del Partido Liberal formaron grupos guerrilleros,

que luego fueron atacados por fuerzas paramilitares del gobierno conservador.

Partido Conservador y El Frente Nacional:


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Rojas empezó su gobierno con apoyo del partido conservador y el partido liberal. Rojas tubo

diferentes diferencias con los dos partidos tradicionales, junto a la censura y cierre de periódicos

importantes, esto hizo que los dos partidos crearán una alianza a la cual llamaron Frente Nacional, una

alianza enfocada en evitar que Rojas estuviera en el poder por mas tiempo.

Gómez fue durante tres décadas uno de los líderes más prominentes del Partido Conservador y

considerado uno de los oradores más eminentes de Colombia. Es un personaje controvertido en la historia

de Colombia hasta el día de hoy.

Origen:

Lo que desemboco la creación del frente nacional por certeza se divide en tres conflictos el primero

fue la dictadura autoritaria creciente del Gustavo roja pinilla la cual entraba en contradicción los dos

partidos políticos y sectores civilistas, el segundo las aspiraciones partidistas de arribar al régimen militar

creaban una contradicción adicional entre las dos : los conservadores, minoría, buscaban un acomodo

para heredar el poder, mientras que los liberales intentaban reconstruir los procedimientos electorales para

hacer valer sus mayorías.

La idea de la salida bipartidista surgió antes del deterioro de la relación entre ambos partidos, Alfonso

López Pumarejo, 25 de marzo de 1954; por así decirlo fue el precursor del frente nacional ya que

contribuyó a la primera propuesta concreta para avanzar a la convergencia bipartidista y así escapar a la

lógica de la violencia sectaria.

El gobierno de rojas pinilla fue suplantado por una junta militar compuesta por 5 miembros los

generales; Gabriel París, Luis Ernesto Ordóñez Castillo, Rafael Navas Pardo, el mayor general

Deogracias Fonseca Espinosa y el contraalmirante Rubén Piedrahíta Arango. El primer paso de esta junta

era afianzarse políticamente al país para garantizar que al término del año tendrían elecciones para un

gobierno civil, el carácter bipartidista del gabinete minestral ganaron el apoyo de los principales jefes del
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liberalismo y el conservatismo. Lo que se caracterizó por una permanente lucha para lograr que las

rencillas internas entre el conservatismo no desbarataran la marcha hacia el gobierno civil y compartido.

Las pugnas no tardaron dentro del sector conservatista entre los laureanistas y ospinistas, Los

ospinistas consideraban como sucesor presidencial a Guillermo León Valencia mientras los laureanistas

se oponían a tal idea. Los ospinistas plantearon un pacto de unión entre conservadores el cual fue

rápidamente rechazado por laureanistas, de este pacto resulto una comisión bipartidista. Durante junio de

1957 presentó un informe en el que se proponía una reforma constitucional para restablecer el gobierno

compartido durante tres períodos presidenciales seguidos, se fijaban fechas para las elecciones y se

establecen otros mecanismos para el retorno a la democracia. La Junta Militar, creyendo que

efectivamente este documento recogía el pensamiento de la amplia mayoría del espectro político, puesto

que en ella participaban algunos miembros del laureanismo, procedió a adoptar algunas de las medidas

contempladas en la propuesta. La reacción de los más fieles seguidores del expresidente Gómez no se

hizo esperar y se planteó una situación de desautorización política para esos esfuerzos de unión

conservadora.

Para Alberto lleras debía decidir cuál de los dos sectores era más conveniente a apoyar para la

coalición, el jefe liberal termino realzando su posición hacia el laureanismo como eje del partido

conservador, los resultados electorales le darían la razón y el 20 de julio de 1957 se firmó el pacto de

Sitges entre Lleras Camargo y Laureano Gómez el cual definió los principios conceptuales del frente

nacional.

El pacto de Sitges resulto siendo una síntesis afortunada de las propuestas y alternativas existentes al

momento, el acuerdo en general es una vista general al anterior acuerdo de Benidorm planteando una

reconstrucción del gobierno civil. propuso el mecanismo político para adoptar reformas transitorias a la

Carta Constitucional: El plebiscito popular; Un plebiscito evitaría que los problemas derivados de la

confrontación entre los distintos sectores de los partidos dilataran o entorpecieran el proceso de reforma

constitucional.
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Existieron consecuencias del Pacto de Sitges sobre el proceso político interno fueron considerables.

El primer impacto claro fue el debilitamiento del ala ospinista del partido conservador. Al igual con el

fortalecimiento laureanista vendría la agudización del conflicto interno dentro de los conservadores, en

torno a las elecciones presidenciales.

Una segunda consecuencia del Pacto de Sitges fue el afianzamiento de Alberto Lleras Camargo como

el eje de las relaciones políticas entre la dimensión civil y el gobierno de la Junta Militar. El gobierno

intentó inicialmente construir una relación de colaboración con la coalición a través del ospinismo y la

unión conservadora sellada en junio de 1957, pero aceptó muy pronto que la aguda división en ese partido

solo dejaba la opción del liberalismo unido y claramente comprometido con su jefe Alberto Lleras. Las

características del Pacto de Sitges, le demostraron a la Junta Militar cuál era el camino a seguir para

entregar sin traumatismo el poder a los civiles: Definidos los lineamientos de las reformas institucionales

necesarias para la instauración del gobierno de coalición, Los ministros de los partidos tradicionales,

particularmente los liberales, desarrollaron una intensa colaboración con la Junta Militar para formalizar

el acuerdo político. La división conservadora amenazaría desde su firma los acuerdos políticos.

Se establecieron nuevos acuerdos políticos por las pugnas entre los sectores conservadores En octubre

de 1957 ocurren hechos decisivos. Se protocoliza la división conservadora y la Junta Militar define la

fecha del plebiscito propuesto por el Pacto de Sitges. El 4 de octubre, la Junta Militar expide el decreto

número 247 de 1957 por medio del cual, «interpretando la opinión nacional expresada en los acuerdos

suscritos por los partidos políticos», se convoca para el primero de diciembre un plebiscito para ratificar o

negar una propuesta de reforma constitucional.

La lucha que se planteó en torno a la selección del presidente de la República, ya que el liberalismo

mantenía su compromiso de respaldar un candidato conservador de unidad para ese cargo. Los

laureanistas intentan contrarrestar al candidato Guillermo León Valencia, que tenía cierta popularidad por

su prestigio de fogoso enemigo de Rojas a finales de la dictadura, presentando la candidatura de Jorge

Leyva Urdaneta, reconocido político de la derecha conservadora. Se protocoliza la división conservadora


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y la Junta Militar define la fecha del plebiscito propuesto por el Pacto de Sitges. El 4 de octubre, un día

antes de la llegada del jefe del laureanismo, la Junta Militar expide el decreto número 247 de 1957 por

medio del cual, «interpretando la opinión nacional expresada en los acuerdos suscritos por los partidos

políticos», se convoca para el primero de diciembre un plebiscito para ratificar o negar una propuesta de

reforma constitucional.

La inevitable decisión del gobierno de convocar al debate plebiscitario le echó más leña al fuego, ya

que la confrontación conservadora se trasladó del terreno partidista al de oposición al desarrollo

institucional del acuerdo político. Los acontecimientos que rodearon el plebiscito deben interpretarse

desde la óptica de la lucha por el predominio político entre los distintos grupos. No es que el ospinismo o

el laureanismo quisieran en la práctica hundir el acuerdo de coalición, sino que intensificaban su respaldo

de manera estrictamente táctica para fortalecerse en la verdadera lucha, la lucha por el poder público.

Algo que a los ojos de un observador casual puede parecer simple, poseía en esta coyuntura un

significado decisivo en términos de la definición del candidato presidencial y de la fuerza política relativa

de cada uno de los grupos.

Para los ospinistas lo mejor era la selección del candidato de coalición con anterioridad a las

elecciones de 1958, puesto que Guillermo Valencia se encontraba desempeñando ese papel en el

escenario político desde comienzos de 1957. Sutilmente, el sector minoritario quería impedir mediante

este artificio la expresión de las distintas fuerzas políticas dentro del conservatismo, evitando de esta

manera que la mayoría en las elecciones parlamentarias fuera un criterio político decisivo en la selección

del candidato presidencial. Por ello, en caso de realizarse la escogencia y elección del candidato

presidencial con posterioridad a la contienda parlamentaria, el resultado de esa elección tendría incidencia

decisiva sobre las posibilidades de cada uno de los dos sectores en conflicto. El evento es fértil en

manifestaciones de ruptura con los adversarios y la asamblea dedica gran parte de su tiempo a atacar al

ospinismo y a su candidato, acusándolos de «impuros», oportunistas e insinceros.


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Después de la convención, ya no quedan dudas de que el laureanismo no está dispuesto a aceptar que

la selección del candidato conservador se realice antes de las elecciones parlamentarias, y mucho menos a

permitir la unificación del calendario electoral. La amenaza de una ruptura definitiva de los acuerdos de

coalición, que significaban la esperanza para transitar definitivamente hacia el régimen civil, es el arma

que utiliza el laureanismo para conseguir concesiones y ganancias políticas. El 16 de noviembre el

directorio comandado por el expresidente Gómez se manda lanza en ristre contra el liberalismo y contra

el plebiscito programado para dentro de solo dos semanas. En su pronunciamiento público, el laureanismo

plantea que el liberalismo está aprovechándose de su papel protagónico en los acuerdos y demanda que se

posponga la consulta popular para el establecimiento de las instituciones de coalición.

Toda esa demostración de oposición revela sus verdaderas intenciones cuando, hacia el final de la

declaración, exige que las elecciones parlamentarias se realicen aun antes del plebiscito. Los liberales

optaron por marginarse casi por completo de la controversia conservadora, y se dedicaron más bien a

recorrer el país buscando apoyo para los acuerdos de coalición e impulsando la participación política en

favor de una aceptación de las fórmulas plebiscitarias. El propio Alberto Lleras, aunque seguía muy de

cerca los acontecimientos internos del conservatismo, se colocó por encima del conflicto e igualmente se

presentó ante el país como el abanderado de la concordia, de la coalición, de la civilidad. Pero volviendo

a los acontecimientos de noviembre, cuando el tiempo se agotaba para movilizar al país en favor del

plebiscito ya en curso, el clima de beligerancia interna entre las distintas facciones conservadoras se

agudizó aún más.

El sector conservador encabezado por Gilberto Alzate Avendaño se lanzó en clara oposición al

gobierno de coalición y al plebiscito, denunciando a Laureano Gómez como supuesto traidor de las

causas conservadoras por pactar con los liberales, a quienes no vacilaba calificar de bandoleros.

De esta forma, un nuevo comensal se sentó a manteles para disputarse el plato fuerte del predominio

político dentro del conservatismo.


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os partidarios del general Rojas Pinilla crearon circunstancias favorables para afianzar el poder

político de la Junta Militar y de aquellos que buscaban la concordia partidista. El 18 de noviembre de

1957 el gobierno anunció que se había descubierto un plan terrorista para atentar contra los

miembros de la Junta y los principales protagonistas de la coalición política, intentando que

asumieran el mando oficiales leales al dictador. En ese contexto, los opositores al gobierno y al plebiscito

se vieron considerablemente debilitados, razón por la cual la Junta Militar asumió la vanguardia del

proceso y convocó a todas las fuerzas políticas a una reunión en el palacio de San Carlos, con el ánimo de

superar definitivamente la crisis. El 20 de noviembre asistieron al palacio presidencial los líderes de los

partidos tradicionales y de los principales grupos.

El 22 de noviembre, a solo ocho días de la fecha fijada para llevarse a cabo el plebiscito, se alcanzó

un acuerdo que se denominó el Pacto de San Carlos. Con el Pacto de San Carlos, el gobierno,

representado en la Junta Militar, adquiría por primera vez el carácter de fuerza política decisiva en el

desarrollo de los acontecimientos dentro y entre los partidos. Igualmente, la firma del acuerdo por parte

de los partidos, bajo la tutela de la cabeza del Estado, le imprimió a la coalición bipartidista una fuerza

institucional que no había tenido hasta el momento, y que se convirtió en el sello definitivo para

consolidar el Frente Nacional. Es así como la formalización de los acuerdos entre los sectores políticos le

dio el carácter de proceso irreversible a la convergencia entre los dos partidos tradicionales y al gobierno

de coalición.

El Pacto de San Carlos representa el último episodio en la búsqueda de una coalición definitiva entre

los partidos. El plebiscito se llevaría a cabo en la fecha originalmente prevista y ambos partidos

defenderían entre sus seguidores las propuestas allí contempladas. Los dos partidos condenaban la

violencia y hacían un llamamiento a la pacificación nacional. La habilidad de los liberales y de los

militares en el poder para neutralizar las disensiones conservadoras dentro de la coalición bipartidista y

darle al acuerdo político casi la fuerza de ley, garantizó el tránsito hacia el gobierno compartido.
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Esta nueva modalidad de coalición presentaba una innovación radical sobre las que se dieron en el

pasado, ya que por primera vez los acuerdos entre los partidos para distribuirse el poder tendrían la

fortaleza institucional de estar integrados a la Constitución Nacional. La consulta popular fue

ampliamente favorable a la propuesta plebiscitaria de la coalición. También, el apabullante resultado

electoral en favor del gobierno de coalición es la expresión de una dirigencia política que siente

amenazada la estabilidad nacional, su predominio social y político y ve en la continuidad de la violencia

una amenaza real de polarización social de la lucha partidista. El gran ganador con los resultados del

plebiscito fue Alberto Lleras Camargo, que era reconocido por tirios y troyanos como el artesano detrás

de esa victoria política.

Un interrogante que quedará sin respuesta es si el país hubiera respaldado la propuesta plebiscitaria

con todos los detalles que después se integrarían al sistema institucional del Frente Nacional.

se estableció un gobierno de coalición aprobado mediante un plebiscito. La lucha política se

desarrolló en dos niveles: la confrontación electoral para determinar las mayorías en las corporaciones

públicas y la selección del candidato presidencial de la coalición. El partido liberal obtuvo una amplia

mayoría en las elecciones, mientras que el conservatismo estaba dividido en facciones. Ante la necesidad

de elegir un candidato representativo para la coalición, se propuso a Alberto Lleras Camargo, quien

contaba con el respaldo de ambos partidos. Laureano Gómez, líder conservador, sugirió la alternación

presidencial como parte del acuerdo. Tras negociaciones y presiones, Lleras se convirtió en el candidato

de la coalición, respaldado por liberales y conservadores. El costo de esta consolidación fue el apoyo

liberal a la propuesta de alternación en la presidencia de la República.

una vez acordada la alternación presidencial, el candidato Alberto Lleras Camargo la integra en su

plataforma política. Se destaca que la alternación será un tema de discordia entre los defensores y

opositores del Frente Nacional, y que romperá con la lógica sectaria de los partidos políticos. Sin

embargo, algunos liberales se sienten insatisfechos al entregar el gobierno a una minoría reconocida.
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Además, se menciona un intento de golpe de Estado liderado por un grupo de militares, pero fue

frustrado sin derramamiento de sangre. Las elecciones presidenciales se llevaron a cabo como estaba

planeado, y Lleras Camargo ganó con una amplia mayoría. Posteriormente, el Congreso aceptó la reforma

constitucional que establecía la alternación presidencial y prolongaba los acuerdos del Frente Nacional

hasta 1970.

aunque aparentemente había conformidad, se sembraron las semillas de futuros movimientos sociales

y políticos que se convertirían en enemigos del régimen de gobierno compartido. Con la posesión de

Lleras Camargo el 7 de agosto, se inicia el primer período presidencial bajo el régimen del Frente

Nacional, marcando un hito en la historia del país y generando nuevas contradicciones y desafíos en la

política colombiana contemporánea.

Desarrollo del frente nacional

Los presidentes durante el Frente Nacional fueron: Alberto Lleras Camargo (1958-1962), Guillermo

León Valencia (1962-1966), Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), y Misael Pastrana Borrero (1970-1974).

Alberto Lleras asumió la presidencia en el marco del Frente Nacional, iniciando los cuatro períodos

presidenciales bajo este régimen. Sin embargo, el país aún enfrentaba brotes de violencia política en

varias regiones y heredaba una situación económica caótica del gobierno militar previo.

La situación fiscal del país obligaba al gobierno a implementar medidas de austeridad, mientras que

las dificultades cambiarias dificultaban el desarrollo normal de la actividad productiva.

el gobierno de Lleras se enfrentó a desafíos significativos en términos de violencia política y una

situación económica complicada al asumir la presidencia.

el proyecto político de Alberto Lleras Camargo, al asumir la presidencia, se centraba en tres objetivos

principales. En primer lugar, buscaba consolidar las instituciones del Frente Nacional. Esto implicaba
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fortalecer el sistema de colaboración bipartidista en todas las ramas del poder público, superando la

confrontación burocrática entre los partidos históricos.

En segundo lugar, se propuso erradicar la persistente violencia política en las áreas rurales del país,

especialmente en los departamentos del Valle del Cauca, Caldas, Tolima, Huila y Cauca. Lleras

consideraba este aspecto como fundamental para lograr la estabilidad y la paz en el país.

El tercer objetivo, y el más importante en la visión política de Lleras, era enfrentar y reprimir las

corrientes rojistas. Estas corrientes representaban una amenaza tanto en la opinión pública como

entre las fuerzas armadas, y aún existía la posibilidad de un golpe militar. La consolidación política

de la coalición bipartidista era vista como una contrapartida necesaria para desacreditar definitivamente a

la dictadura y garantizar la estabilidad del país.

el proyecto político de Alberto Lleras Camargo se enfocaba en consolidar el Frente Nacional,

promover la colaboración bipartidista, erradicar la violencia política y enfrentar las corrientes rojistas para

asegurar la estabilidad y la paz en Colombia.

después de ser derrocado, el general Gustavo Rojas Pinilla continuó siendo una figura política

relevante en Colombia. Aunque perdió parte de su influencia, persistió un contingente político,

incluyendo fuerzas armadas, burocracia, opinión pública y sectores de la clase política, que le mostraban

lealtad y apoyo. Estos sectores presionaron al gobierno, liderado por Alberto Lleras, para que se llevara a

cabo un juicio contra Rojas Pinilla por los crímenes políticos cometidos durante su dictadura.

El juicio contra Rojas Pinilla fue iniciado por el Congreso de la República, y se presentaron

acusaciones formales en su contra por abuso de poder, enriquecimiento ilícito y obstrucción a la ley y la

Constitución Nacional. Sin embargo, el proceso no resultó ser rápido y sencillo como se esperaba, ya que

Rojas Pinilla planteó el juicio como un debate político contra los partidos tradicionales, la clase política y

el sistema del Frente Nacional.


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Durante el juicio, Rojas Pinilla atacó al sistema político colombiano, al Frente Nacional y a los líderes

políticos, como Laureano Gómez, acusándolos de diversos delitos y cuestionando su legitimidad.

También insinuó que tenía información sobre los autores intelectuales y políticos del asesinato de Jorge

Eliécer Gaitán, aunque nunca formuló acusaciones concretas al respecto.

A pesar de las acusaciones en su contra, el juicio se convirtió en una plataforma política para el

relanzamiento de Rojas Pinilla y fue el origen de un grupo opositor conocido como la Alianza Nacional

Popular (ANAPO). La sentencia final del Congreso declaró a Rojas Pinilla culpable, privándolo de sus

derechos civiles y políticos, pero la posterior decisión de la Corte Suprema de Justicia de restituirle sus

derechos cuestionó el procedimiento del juicio.

El juicio contra Gustavo Rojas Pinilla después de su dictadura tuvo repercusiones políticas

significativas, permitiendo su regreso a la vida pública y dando origen a un grupo opositor que

representaría un desafío para el Frente Nacional. Aunque fue declarado culpable por el Congreso, la

posterior decisión de la Corte Suprema generó controversia sobre el proceso.

Durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo, se presentaron dos proyectos clave para el futuro del

Frente Nacional en el Congreso: la reforma constitucional que establecía la alternación presidencial por

un período de dieciséis años y la reforma de las facultades de excepción bajo el estado de sitio. La

aprobación de la primera era vital para consolidar las instituciones de coalición.

el Congreso enfrentó dificultades políticas, especialmente debido a la división en el partido

conservador. Este partido estaba dividido en cinco grupos diferentes que competían por el control de la

colectividad y buscaban convertirse en socios conservadores del gobierno liberal. El presidente Lleras

decidió aceptar al sector laureanista como representante del conservatismo, lo que generó oposición de los

otros sectores, excepto de Guillermo León Valencia, que se mantuvo fiel al acuerdo del Frente Nacional.

El gobierno necesitaba el voto favorable de las dos terceras partes de los congresistas para aprobar sus

iniciativas, como se estipulaba en la reforma constitucional de 1957. Los ospinistas y alzatistas


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inicialmente se opusieron a la reforma como una táctica para mejorar su posición de negociación y ganar

respaldo conservador de cara a las elecciones parlamentarias de 1960. El gobierno y el sector conservador

oficialista utilizaron diversos métodos de persuasión, desde amenazas de persecución burocrática hasta

llamados patrióticos, para conseguir el apoyo mayoritario de los conservadores a la iniciativa de la

alternación. Después de extensos debates, la modificación constitucional que establecía la alternación fue

aprobada, completando así el proceso de definición institucional del Frente Nacional.

Es importante destacar que el debate sobre la alternación sirvió como contexto para el surgimiento del

liderazgo de Alfonso López Michelsen en el seno del partido liberal. López Michelsen se opuso al sistema

de coalición y en particular a la alternación, que consideraba antidemocrática. Su oposición tuvo un

impacto significativo en el partido liberal, especialmente en las áreas rurales donde la violencia política

había sido más intensa, y encontró eco en un pequeño grupo de parlamentarios. Este contexto favorable

permitió al Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), liderado por López Michelsen, iniciar las batallas

electorales en 1960 con la bandera de un liberalismo popular y antifrentenacionalista.

Después de la consolidación del Frente Nacional en Colombia, surgieron desafíos para la

reintegración de los guerrilleros a la vida política. A pesar de algunos esfuerzos de reinserción, persistían

tensiones en torno a las demandas no resueltas de los campesinos, como la restitución de tierras y la

justicia por los crímenes cometidos durante la represión. Esto llevó a la fragmentación de la guerrilla en

grupos menos ideológicos y más violentos, conocidos como bandoleros. Mientras tanto, algunas

organizaciones campesinas de autodefensa luchaban por sus derechos y mantenían vínculos con el partido

comunista. El gobierno de Alberto Lleras adoptó una estrategia de pacificación que combinaba

reinserción para los guerrilleros y represión para los bandoleros. Sin embargo, hubo críticas y presiones

para una respuesta más represiva. Aunque se logró la integración de algunos líderes guerrilleros a la vida

civil y política, persistieron tensiones y demandas no satisfechas. Al final del gobierno de Lleras, la

derecha exigía más represión y se criticaba la falta de control estatal en algunas regiones.
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Las organizaciones laborales y estudiantiles desempeñaron un papel importante en la

desestabilización del régimen de Rojas Pinilla y en la formación del Frente Nacional. Sin embargo, estas

mismas organizaciones se convirtieron en una fuente de inestabilidad para el gobierno de Alberto Lleras.

Hubo numerosos conflictos laborales, incluyendo huelgas en el sector bancario, la industria azucarera,

textil y el transporte aéreo. La división entre corrientes bipartidistas y comunistas en los sindicatos

también contribuyó a la agitación sindical. En cuanto a las organizaciones estudiantiles, la expansión de la

matrícula universitaria y el ingreso de estudiantes de clases medias generaron un ambiente propicio para

la protesta política. La influencia de la Revolución cubana, la oposición al gobierno y el pensamiento

radical alimentaron la confrontación con el establecimiento, lo que llevó a medidas coercitivas por parte

del gobierno. La desconexión entre el sistema bipartidista y las masas estudiantiles se convirtió en una

fuente de inestabilidad política, con repercusiones tanto en el orden público universitario como en la

insurrección rural en Colombia.

Las elecciones de 1960 fueron cruciales para el Frente Nacional, ya que se evaluaba el respaldo

popular al experimento bipartidista. Sin embargo, el diseño institucional del Frente Nacional generó

inestabilidad política y división interna en los partidos. Los conservadores estaban divididos en diferentes

facciones, mientras que el Movimiento de Recuperación Liberal (MRL) se posicionó como una

alternativa de izquierda dentro del partido liberal. Los resultados electorales favorecieron a los sectores de

oposición, incluyendo al MRL, lo que provocó una crisis de confianza en el sistema y cambios en el

gobierno. El avance del MRL consolidó una corriente renovadora y socialdemócrata dentro del partido

liberal.

El proceso electoral de 1960 reveló la ingobernabilidad del sistema del Frente Nacional tal como se

concibió en 1957. Las iniciativas gubernamentales requerían un amplio consenso de las dos terceras

partes del Congreso para su aprobación, lo cual resultaba extremadamente difícil debido a la diversidad

de intereses políticos representados en las cámaras. Los laureanistas, en la oposición, tenían una

considerable representación parlamentaria, lo que dificultaba la aprobación de leyes por parte del
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gobierno. A medida que se acercaba la decisión sobre la candidatura conservadora, las tensiones entre las

facciones conservadoras se intensificaban, complicando aún más la situación.

La reforma agraria fue una respuesta política e ideológica del gobierno del Frente Nacional a desafíos

internos y externos. Buscaba contrarrestar el avance de la oposición política en las comunidades

campesinas, demostrar su compromiso con la justicia social y pacificar el país. Sin embargo, la propuesta

de reforma agraria fue inflexible y no logró implementar cambios significativos en la estructura de la

propiedad rural. Aunque se obtuvo un impacto político e ideológico favorable para el gobierno, no se

proporcionó un marco adecuado para una transformación real. El gobierno utilizó la ley como evidencia

de su supuesta voluntad de cambio social.

Los grandes rasgos que caracterizaron el gobierno del presidente conservador Guillermo León

Valencia fueron la inestabilidad política y la crisis económica generalizada.

A partir de 1961, comenzó la discusión sobre el candidato conservador que sucedería a Alberto Lleras

en la presidencia de Colombia. Sin embargo, el proceso enfrentó desafíos, como la fuerza de la oposición

liderada por Alfonso López Michelsen y la aparición de la candidatura de Rojas Pinilla. El liderazgo

ospinista dentro del partido conservador fue determinante en la selección del candidato, y Guillermo León

Valencia fue el elegido. A pesar de la derrota del laureanismo en las elecciones parlamentarias de 1962, la

oposición al Frente Nacional aumentó significativamente y obtuvo avances políticos. Sin embargo, las

autoridades intentaron obstaculizar las candidaturas de López y Rojas, lo que generó críticas hacia el

sistema. El candidato frentenacionalista ganó las elecciones presidenciales, pero la oposición obtuvo un

porcentaje considerable de votos, lo que cuestionó la legitimidad del sistema. Esto dejó al segundo

presidente del Frente Nacional con un gobierno debilitado, una legislatura sin suficiente poder político, su

partido dividido y una economía en crisis.


19

El proyecto político de Guillermo León Valencia carecía de una orientación clara y definida. A

diferencia de su predecesor, Alberto Lleras, Valencia no tenía una visión elaborada sobre el rumbo del

Estado, el proceso político y el sistema de coalición.

Ante su debilidad electoral, Valencia implementó un nuevo esquema de colaboración bipartidista

llamado la “milimetría”, que consistía en repartir la administración pública de acuerdo con la correlación

de fuerzas políticas en los cuerpos colegiados.

Sin embargo, el aspecto distintivo de su proyecto político era su enfoque sobre la insurgencia armada.

Valencia replanteó por completo el enfoque anterior del gobierno hacia la violencia política, priorizando

la represión militar sobre el diálogo y la reintegración. Siguiendo las tesis de Álvaro Gómez Hurtado y el

general Alberto Ruiz Novoa, Valencia enmarcó los conflictos internos dentro del contexto de la

confrontación Este-Oeste, es decir, entre la democracia liberal y el comunismo, y se propuso eliminar

cualquier manifestación de esta ideología en el país.

Poco después de asumir el cargo, Valencia anunció su intención de solicitar facultades extraordinarias

al Congreso para abordar el problema del orden público. Estas medidas buscaban fortalecer la capacidad

represiva del Estado, suspendiendo algunas garantías procesales para delitos políticos, reestructurando las

fuerzas armadas y aumentando los recursos para la adquisición de armamento. Este enfoque reflejaba su

intención de fortalecer el papel político del aparato militar, como se evidenció al nombrar como ministro

de Guerra a Ruiz Novoa, quien defendía un papel activo de las fuerzas armadas en el proceso político,

incluso por encima de otros generales de mayor rango.

La situación económica al final del gobierno de Alberto Lleras se volvió crítica. El manejo político

primó sobre las consideraciones técnicas en la política económica, lo que llevó al abandono de medidas

para fortalecer las finanzas públicas y el sector externo. La disminución de las reservas internacionales,

debido a los bajos precios del café y la revaluación de la moneda, generó una crisis cambiaria inminente.
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El gobierno de Guillermo León Valencia se vio obligado a tomar medidas urgentes en el ámbito

cambiario y monetario. El déficit fiscal paralizó la administración pública y hubo escasez de inversión

estatal. Las reservas internacionales estaban casi agotadas y se necesitaba un préstamo condicionado del

FMI. Sin embargo, la mayoría de los sectores económicos rechazaron la propuesta devaluación masiva

recomendada por el FMI.

El ajuste fiscal en 1963 resultó en desempleo y reducción de la actividad económica. La devaluación

provocó inflación y la falta de inversión pública afectó a las masas urbanas empobrecidas por la

migración. La agitación sindical buscaba aumentos salariales para compensar el aumento de los precios

de los bienes de consumo. La inflación aumentó del 4,3% en 1962 al 27,2% en 1963.

El descontento popular y los problemas de orden público se intensificaron. Hubo manifestaciones

sindicales y protestas patronales. En febrero de 1963, el gremio cafetero amenazó con un paro cívico

nacional que fue desactivado con concesiones en la política cafetera. En mayo, la ANAPOorganizó

movilizaciones populares que buscaban desestabilizar al gobierno. La situación socioeconómica empeoró

y se produjeron disturbios en las principales ciudades.

Las elecciones parlamentarias de 1964 reflejaron una alta abstención electoral y se interpretaron como

un castigo político al gobierno y al sistema del Frente Nacional. La oposición, MRL y ANAPO, aumentó

su fuerza política-electoral, pasando del 23,2% en 1960 al 30% en 1964. El número de curules en la

Cámara en manos de los opositores del Frente Nacional aumentó de 39 a 58.

En el MRL, la “línea blanda” prevaleció sobre la radical, aunque la división afectó el dinamismo del

movimiento. La ANAPO, encabezada por Rojas, logró avances políticos significativos, incrementando su

votación en un 158% y su fuerza parlamentaria en un 350%. El fortalecimiento relativo de la oposición en

el Congreso les otorgó capacidad para obstaculizar las deliberaciones y debatir iniciativas del gobierno.

Las elecciones parlamentarias de 1964 fueron una mezcla de dos luchas distintas. La primera fue por

la ampliación del espacio político y el poder parlamentario de cada grupo, mientras que la segunda fue la
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competencia por la presidencia para el siguiente período, que correspondía al partido liberal según el

acuerdo de coalición. Aunque en el pasado las decisiones sobre candidaturas se basaban en la correlación

de fuerzas en las elecciones de “mitaca”, en 1964 ocurrió un fenómeno particular: los líderes del

liberalismo lanzaron la candidatura de Carlos Lleras Restrepo dos meses antes de las elecciones

parlamentarias.

La oposición liberal también enfrentaba desafíos. El Movimiento Revolucionario Liberal (MRL)

sufrió el impacto de la candidatura de Carlos Lleras, que arrastró a algunos líderes de la disidencia.

Además, se aprovechó un conflicto latente dentro del MRL, que reflejaba la contradicción entre la

reforma y la revolución como modelos políticos. Algunos líderes encabezados por Álvaro Uribe Rueda

plantearon una disidencia al liderazgo de López Michelsen. Surgieron la “línea dura”, que en alianza con

el partido comunista defendía la vía revolucionaria, y la “línea blanda”, que se aferraba al reformismo

democrático y al liberalismo popular. Algunos jóvenes del MRL, influenciados por el pensamiento

revolucionario de Fidel Castro y el “Che” Guevara, optaron por la guerrilla como instrumento de lucha

política.

La consolidación de la Alianza Nacional Popular (ANAPO) también representó un desafío para el

MRL y el bipartidismo tradicional. El lenguaje llano y populista del general Rojas atrajo a las masas

urbanas que encontraron en su discurso una expresión para su descontento social y económico.

Los resultados de las elecciones parlamentarias reflejaron una alta abstención electoral, interpretada

como una sanción política al gobierno y al sistema del Frente Nacional. Mientras que en la “mitaca” de

1960 el 61% de los votantes se abstuvieron, en 1964 esa cifra aumentó a cerca del 70%. La oposición

logró incrementar su fuerza política-electoral, pasando del 23,2% en 1960 al 30% en ese año. El número

de curules en la Cámara en manos de los opositores del Frente Nacional aumentó de 39 a 58.

Dentro del MRL, la “línea blanda” tuvo una clara ventaja sobre la ala radical, aunque la división

afectó el dinamismo electoral del movimiento. El gran triunfador de la jornada fue el general Rojas, cuyo
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grupo político logró impresionantes avances políticos. La ANAPO aumentó su votación en un 158% y su

fuerza parlamentaria en un 350%. La Alianza se arraigó entre el electorado urbano, que hasta entonces no

había tenido una participación destacada en la política

colombiana. A partir de entonces, las ciudades se convirtieron en la audiencia más propicia para la

campaña del general Rojas.El fortalecimiento relativo de la oposición en el Congreso de 1964 permitió

que la ANAPO y el MRL actuaran como un contrapeso decisivo en el debate legislativo y tuvieran la

capacidad de obstaculizar el funcionamiento normal de las cámaras.

El gobierno de Valencia enfrentó un continuo deterioro de las condiciones económicas, lo que generó

problemas de protesta y orden público. El proceso político dificultaba la formulación de

medidas económicas debido al fortalecimiento de la oposición, que criticaba la política económica

gubernamental. El gobierno necesitaba el apoyo de dos tercios del Parlamento para aprobar proyectos

económicos, fiscales y cambiarios, lo que generó conflictos y paralizó al Congreso. Ante esta situación,

Valencia declaró el estado de sitio en 1965 y 1966 para legislar por decreto.

La crisis económica empeoraba y había un deterioro en la situación cambiaria, lo que dificultaba la

obtención de créditos externos necesarios para mantener el funcionamiento del sector público. El ministro

de Hacienda, Hernando Durán Dussán, buscó financiamiento adicional a través de conversaciones con la

USAID y el Banco Mundial, pero estos organismos condicionaron su ayuda a la adopción de medidas de

ajuste, incluyendo una devaluación masiva. Aunque inicialmente Valencia estuvo de acuerdo, cuando la

posibilidad de devaluación se filtró a la opinión pública, el presidente la desautorizó. Ante esta situación,

Durán Dussán renunció y fue reemplazado por Joaquín Vallejo Arbeláez .Para salir de esta encrucijada,

Valencia recurrió a las facultades de excepción y emitió decretos autónomos en materia económica. Estos

decretos fueron recibidos con críticas tanto por los empresarios como por los trabajadores. Las medidas

económicas y los procedimientos utilizados por el gobierno despertaron un debate sobre el alcance de la

intervención económica estatal. Estos acontecimientos llevaron a una reforma constitucional en 1968.
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Las consecuencias de los decretos económicos de septiembre fueron un aumento de las presiones

inflacionarias y una reducción en el nivel de vida de los asalariados. Esto generó agitación laboral,

movilizaciones de protesta estudiantil y laboral, así como huelgas en diferentes sectores. La crisis

económica intensificó las tensiones y la inestabilidad política.

se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias de 1966, que tenían un significado político especial

como antesala de las elecciones presidenciales. El oficialismo liberal se fortaleció, mientras que el MRL y

el sector ospinista conservador sufrieron debilitamientos significativos. La ANAPO emergió como el gran

ganador, obteniendo un notable aumento en su poder político y representación en el Congreso. Ante estos

resultados, el MRL adoptó una estrategia de acercamiento al oficialismo liberal, retirándose de la

contienda presidencial. Los dos principales contendientes para la presidencia fueron el candidato del

“Frente de Transformación Nacional” y la ANAPO.

La candidatura presidencial de Carlos Lleras Restrepo se fortaleció con los resultados electorales de

marzo. Lleras contaba con el respaldo de sectores de las bases liberales debido a su apoyo a la reforma

agraria y a su trayectoria como líder del partido. Su campaña se enfocó en superar la crisis de conducción

y autoridad del ejecutivo frente al Congreso, así como en abordar los problemas económicos del país y

fortalecer el papel del Estado en la economía.

Rojas Pinilla intentó crear un frente unido de oposición, proponiendo varios nombres para un

candidato único, pero no logró un acuerdo. Lleras se consolidó como el candidato oficialista respaldado

por el Frente Nacional, mientras que la ANAPO adoptó un enfoque populista y nacionalista.

Una de las primeras pruebas de gobierno de Lleras fue la confrontación con el FMI. Las

negociaciones se rompieron debido a diferencias en las políticas económicas. Lleras decidió adoptar su

propia estrategia, implementando controles cambiarios y rechazando la devaluación masiva propuesta por

el FMI. Esta decisión fortaleció la autoridad presidencial y generó apoyo popular.


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El gobierno de Lleras buscaba fortalecer el poder del ejecutivo, promover el desarrollo económico y

reducir la influencia de los políticos tradicionales. Se impulsaron reformas constitucionales y se tomaron

medidas para mejorar la situación económica, incluyendo la promoción de exportaciones. El gobierno

logró obtener facultades extraordinarias del Congreso para legislar en materia económica.

el gobierno de Carlos Lleras buscaba transformar las estructuras políticas e institucionales del

país, fortalecer el poder presidencial y abordar los problemas económicos, enfrentando obstáculos como

la confrontación con el FMI pero también logrando victorias políticas y respaldo popular.

El ministro de Gobierno, Misael Pastrana Borrero, inició el trámite de la reforma constitucional en

nombre de la administración Lleras el 24 de agosto de 1966. El senador Carlos Restrepo Piedrahíta

presentó una ponencia favorable ante la Comisión Primera el 6 de septiembre, proponiendo cambios en

los poderes ejecutivo y legislativo para dar al ejecutivo mayor poder en asuntos económicos y fiscales.

La propuesta de reforma constitucional generó diferentes reacciones entre los grupos políticos. El

Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) encontró puntos en común con el liberalismo oficialista y

apoyó la reforma. El alvarismo y la Alianza Nacional Popular (ANAPO) criticaron al presidente Lleras

Restrepo y acusaron al gobierno de favorecer al liberalismo. Sin embargo, la mayoría de los miembros del

Frente Nacional apoyaron las propuestas.

En enero de 1967, Carlos Lleras y el líder del alvarismo acordaron desmantelar parcialmente las

instituciones de coalición, manteniendo el “espíritu del gobierno compartido”. Establecieron la paridad

política hasta 1988 y garantizaron una participación adecuada y equitativa en la administración pública

para el partido que obtuviera la segunda mayoría de votos después del partido del presidente electo.

También acordaron una transición gradual en la rama legislativa, eliminando la distribución paritaria de

curules a partir de 1970.

A pesar de las adiciones y modificaciones a lo largo del proceso, en febrero de 1967 el gobierno logró

la aprobación en la Comisión Primera del Senado de un proyecto de reforma que reflejaba en gran medida
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las ideas del presidente Lleras Restrepo. Se incluyó el estado de emergencia económica propuesto por

López Michelsen.

En junio de 1967, después de debates, votaciones y presiones, el Senado y la Cámara aprobaron el

primer paquete de reformas constitucionales. Sin embargo, el Congreso enfrentó dificultades al considerar

dos nuevos paquetes de reformas que afectaban directamente los intereses de los parlamentarios.

La propuesta de eliminar la regla de las dos terceras partes generó desacuerdos. Algunos

conservadores se abstuvieron de aprovechar las propuestas en el Parlamento, y Mariano Ospina tuvo que

apelar a su autoridad política para impulsar los debates iniciales en la Comisión Primera del Senado.

En noviembre de 1967, el gobierno se enfrentó a la resistencia de la oposición al considerar las

medidas en el Congreso. La renuncia presentada por el presidente Lleras Restrepo buscaba obtener un

voto de confianza y la aprobación de la reforma constitucional. Sin embargo, el Senado rechazó su

renuncia y aprobó el proyecto de acto legislativo.

El gobierno consolidó los tres paquetes de reformas en un solo proyecto de acto legislativo unificado

y lo presentó en septiembre para el segundo debate en el Congreso. Sin embargo, la discusión en la

Comisión Primera del Senado estancó el proyecto. La renuencia de los parlamentarios del ospinismo a

apoyar la reforma llevó a la renuncia del ministro de Gobierno, Misael Pastrana. Carlos Augusto Noriega

fue nombrado en su reemplazo.

A pesar de los enfrentamientos y la oposición, se logró el consenso en el campo liberal, mientras que

el ospinismo y la ANAPO se opusieron a las reformas. La renuncia de todos los ministros solicitada por el

presidente Lleras Restrepo buscaba advertir al ospinismo y abrir la posibilidad de que nuevas fuerzas,

como la ANAPO, ingresaran a la coalición gobernante.

La ANAPO respaldó la reforma constitucional junto con el liberalismo oficialista, lo que permitió su

aprobación. El gobierno enfrentó nuevos desafíos con los conflictos derivados de la revitalización de la

reforma agraria. El presidente Lleras buscó fortalecer la política de tierras y organizar al campesinado.
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Sin embargo, estos esfuerzos generaron tensiones y conflictos con los terratenientes y dentro de la

coalición gobernante.

La reforma constitucional de 1968 reconfiguró las relaciones de poder entre las ramas del gobierno,

fortaleciendo la presidencia y ampliando la capacidad de intervención económica del Estado. Aunque se

pretendía desmontar el Frente Nacional, en la práctica se prolongaron los fundamentos de la coalición

bipartidista. La revitalización de la reforma agraria generó tensiones y conflictos sociales, pero también

incrementó la capacidad de lucha de los campesinos y su autonomía política.

El último año del gobierno del presidente Carlos Lleras estuvo marcado por dos eventos destacados.

En primer lugar, surgieron debates de gran resonancia sobre la gestión de importantes funcionarios de la

administración. En segundo lugar, se debatió la selección del candidato conservador para el último

período presidencial del sistema del Frente Nacional.

En junio, se hizo pública la denuncia de que el senador Ignacio “Nacho” Vives estaba recibiendo

comisiones a cambio de favorecer a los terratenientes en decisiones relacionadas con la compra y

parcelación de tierras. Esto generó un debate acalorado en el Senado, donde Vives pasó de ser acusado a

acusador.

El senador Vives acusó al ministro de Agricultura y al gerente del Instituto de Fomento Industrial

(IFI) de realizar contratos privados con el Estado y utilizar sus cargos para influir en la adjudicación de

contratos oficiales. El debate se intensificó y despertó un gran interés público, especialmente debido a la

transmisión de los debates parlamentarios por varias cadenas de radio.

El debate se convirtió en un enjuiciamiento a la administración Lleras Restrepo y generó un desgaste

político considerable. El ministro de Agricultura y el gerente del IFI renunciaron y el gobierno fue

criticado por conflicto de intereses y falta de transparencia en las contrataciones.

El escándalo también tuvo un impacto en el proceso de reforma agraria y organización campesina,

debilitando los esfuerzos de redistribución de tierras y cuestionando la estrategia social para el campo.
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Además del impacto político, el debate también coincidió con el proceso de selección del candidato

conservador para las elecciones presidenciales. La ANAPO, liderada por Rojas Pinilla, buscó aprovechar

el escándalo para debilitar al candidato frentenacionalista en la Costa Atlántica y fortalecer su propia

votación.

Las elecciones presidenciales de 1970 se llevaron a cabo con una alta participación y se disputaron

principalmente entre Misael Pastrana, candidato del Frente Nacional, y Gustavo Rojas Pinilla de la

ANAPO. Pastrana ganó por un estrecho margen, aunque la ANAPO acusó de fraude y hubo protestas y

disturbios en varias ciudades.

Los resultados mostraron el crecimiento de la ANAPO y su respaldo en sectores urbanos y de bajos

ingresos. La coalición gobernante del Frente Nacional enfrentó desafíos debido a la falta de mayoría en el

Congreso y la necesidad de transacciones políticas.

En general, este período estuvo marcado por el escándalo, la polarización política y la creciente

fuerza de la oposición, representada por la ANAPO.

El proyecto político del presidente Misael Pastrana Borrero fue una respuesta a los problemas y

desafíos que surgieron en el proceso electoral. El Frente Nacional, una coalición bipartidista que había

gobernado en Colombia, no pudo ofrecer una respuesta programática ni una alternativa política para

movilizar e integrar a los sectores populares urbanos. El apoyo de los nuevos grupos sociales surgidos con

la modernización socioeconómica se había erosionado gradualmente, lo que amenazaba la estabilidad del

régimen político.

Para abordar este desafío, el proyecto político de Pastrana se centró en la cuestión urbana y en los

sectores marginados de las ciudades. Se buscó reorientar el gasto público y las iniciativas políticas hacia

las ciudades más grandes, con el objetivo de reconstruir la base de apoyo de los partidos tradicionales

entre las masas urbanas y competir con la capacidad de movilización de la Alianza Nacional Popular

(ANAPO).La reforma urbana fue una parte importante de esta estrategia. Se propuso transformar la
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propiedad de la tierra urbana y aplicar cargas impositivas a los propietarios para promover un cambio

social controlado. Sin embargo, la reforma urbana no tuvo éxito y fue relegada a un segundo plano

después de las elecciones presidenciales de 1972. El proyecto político de Pastrana se centró más en la

retórica y los actos de gobierno moderados.

Además de la reforma urbana, el gobierno de Pastrana implementó otras iniciativas para neutralizar

las propuestas revolucionarias de la ANAPO y fortalecer la imagen reformista del bipartidismo. Se

incentivó la construcción de viviendas en las ciudades como estrategia económica para generar empleo y

reactivar la economía. También se llevaron a cabo planes como el del “carro popular” y se utilizaron

conflictos políticos e ideológicos para distraer la atención de la ANAPO.

En las elecciones de 1974, los partidos tradicionales obtuvieron una amplia victoria, mientras que la

ANAPO sufrió una reducción significativa en su votación. Esto consolidó el mandato del gobierno de

Pastrana y se interpretó como un respaldo al bipartidismo. A partir de entonces, el gobierno redujo el

ritmo de las reformas y retomó un enfoque político más moderado.

el proyecto político de Misael Pastrana buscó abordar los desafíos del Frente Nacional y la pérdida de

apoyo de los sectores populares urbanos. Se enfocó en la cuestión urbana y en los sectores marginados de

las ciudades, pero la implementación de la reforma urbana y otras iniciativas fue limitada y se priorizó la

estabilidad del régimen político.

Presidentes del frente nacional

1. Alberto lleras Camargo 1958 – 1962.

Fue un periodista, escritor, diplomático y humanista colombiano, miembro del Partido Liberal y el

estadista más importante del siglo XX Colombiano. Incentivo la industria nacional, subsidios y estímulo

la inversión extranjera.
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Lleras ocupó en dos ocasiones el cargo de presidente de Colombia en los períodos de 1945-1946 y

1958-1962. También fue el primer secretario general de la Organización de los Estados Americanos y el

primer presidente de la Cámara de Representantes de Colombia como integrante del Partido Liberal,

después de 45 años de hegemonía conservadora.

2. Guillermo león valencia 1962 – 1966

Fue un abogado, político y diplomático colombiano, miembro del Partido Conservador Colombiano.

Limito las libertades civiles y en su gobierno se realizó el bombardeo de Marquetalia.

Como presidente tuvo que enfrentar el surgimiento de las guerrillas de las Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), a quienes no logró

controlar, y por lo cual se creó el sistema legal de autodefensas o de los grupos paramilitares amparados

por el Decreto 3398 de 1965.

3. Carlos lleras Restrepo 1966 – 1970

Fue un abogado, pensador, periodista y político colombiano por el Partido Liberal, siendo el tercero

del sistema del Frente Nacional.

Creo varios institutos como el ICBF y el ICFES, sin embargo en su gobierno se vio favorecida la

corrupción, ya que entrego auxilios a los parlamentarios sin fiscalización del estado

4. Misael pastrana borrero 1970 – 1974

Fue un abogado penalista, diplomático, periodista, escritor, activista ambienta y político colombiano,

miembro del Partido Conservador, por el que llego a ser presidente de Colombia entre 1970 y 1974,

siendo el último cuatrienio del Frente Nacional.

En su presidencia propuso el frente nacional, aumentaron las acciones guerrilleras y puso fin al

proceso de reforma agraria.


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Opositores políticos

 Alfonso lopez michelsen

Fue el creador de El Movimiento Revolucionario Liberal, abreviado MRL.

 General rojas pinilla

Fue el creador de La ANAPO (acrónimo de Alianza Nacional Popular)

 Sacerdote camilo torres

Fue el fundador de El Frente Unido del Pueblo.

Partido liberal

 Es el partido del pueblo, tiene carácter pluralista y constituye una coalición de matices de

izquierda democrática, cuya misión consiste en trabajar por resolver los problemas estructurales

económicos, sociales, culturales y políticos, nacionales y regionales, mediante la intervención del

Estado.

 Tiene su razón de ser en la promoción del ser humano y la defensa de los derechos fundamentales

de las personas.

 Se compromete a buscar la solución de los conflictos existentes en el seno de la sociedad

colombiana, incluyendo los armados.

 Defiende el principio fundamental “tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea

necesario”.

 Es el partido del libre examen, de la tolerancia, y en sus deliberaciones internas practicará la

crítica y la autocrítica.

Partido conservador:
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 La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadoras contra la inmoralidad y las doctrinas

corruptoras del materialismo y del ateísmo.

 Asegura la seguridad contra la arbitrariedad de cualquier género que sea.

 Libertad racional, en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el despotismo

monárquico, militar, demagógico, literario, etc.

 Propiedad contra el robo y la usurpación ejercida por los comunistas, los socialistas, los supremos

o cuales quiera otros.

 Su orden constitucional es contra la dictadura.


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