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El dilema de que el inteligente se nace o se hace siempre ha estado presente.

La investigación en el campo de la psicología diferencial revela que tanto los


genes como el entorno tienen un peso muy significativo en la determinación del
cociente intelectual, la medida clásica de la inteligencia. No obstante, la
relevancia de la herencia parece ser ligeramente superior a la del ambiente.
Desde el campo de la genética se calcula que el coeficiente de heredabilidad
del cociente intelectual oscila entre 0,40 y 0,70. Esto significa
que aproximadamente la mitad de la variabilidad se explica por factores
hereditarios. Y lo restante por factores ambientales. A partir de revisiones en
estudios de este tipo, Antonio Andrés Pueyo concluye que aproximadamente el
50% de la varianza en inteligencia queda explicada por causas de origen
genético, mientras que el otro 50% se debe a distintos factores ambientales y a
los errores aleatorios de medición.

De modo general los estudios más antiguos han encontrado un peso mayor de
la herencia genética en la inteligencia que las investigaciones recientes.
Además parece que el coeficiente de heredabilidad es mayor en los casos en
que el CI es muy alto (más de 125) o muy bajo (menos de 75).

En cuanto a los distintos factores que componen la inteligencia, algunos


estudios han encontrado que las aptitudes verbales se heredan en mayor
medida que las de tipo manipulativo. El peso de la genética en el CI verbal
aumenta con la edad; lo mismo sucede con otros componentes de la
inteligencia, aunque no de forma tan notable.

Pero lo que determina la inteligencia no es solo un gen como los síndromes


patológicos, sino es la combinación de varios genes, más de 500 mencionan
los expertos. La expresión de estos genes, en mayor parte en estructura del
cerebro, pueden dar paso a la inteligencia.

No existe zona determinada en el cerebro para la inteligencia, pues ante la


resolución de un problema inteligente se necesita la conexión de la zona frontal
y posterior del cerebro. Ser inteligente implica posee varios factores:
razonamiento lógico, compresión verbal, y lingüística, memoria, capacidad de
aprendizaje, creatividad, capacidad de adaptarse, inteligencia emocional, que
no se encuentran en una zona determinada del cerebro. Distintos autores han
señalado la relevancia de los procesos fisiológicos del sistema nervioso central
en la inteligencia. En este sentido estarían implicadas estructuras y funciones
como los lóbulos frontales, la densidad de la materia gris (compuesta por
cuerpos neuronales, dendritas amielínicas y glía) en el cerebro o la tasa
metabólica de la glucosa. Así, Vernon escribió que las diferencias encontradas
en los tests de CI reflejan una mayor velocidad y eficiencia en la transmisión de
impulsos nerviosos, mientras que según Eysenck lo más importante es el
número de errores en estas conexiones: si se producen menos fallos en la
transmisión el cerebro consumirá menos glucosa, reduciendo el esfuerzo
energético.

Otros estudios han relacionado las medidas de inteligencia con el flujo


sanguíneo y la actividad neuroquímica en los lóbulos frontales, así como la
densidad de la materia gris. Todas estas características morfológicas y
funcionales se heredan en un grado significativo, puesto que dependen de la
expresión de determinados genes.

Para demostrar que la inteligencia es en parte hereditaria se ha hecho


experimentos con gemelos, gemelos monocigotos (genéticamente indéticos) y
gemelos dicigotos (genéticamente diferentes pero criados en el mismo entorno)
donde se demuestra que la correlación de inteligencia en hémelos monocitos
es de 0,91, un valor muy alto que indica casi un mismo nivel de inteligencia
comparado con el valor de correlación de gemelos dicigotos que es el de 0,68.
Estos resultados se compararon con otros estudios anteiores y arrojaron una
similitud que nos lleva a pensar que existe un relación de la inteligencia con la
genética. Pero no del todo definitiva.

https://psicologiaymente.com/inteligencia/personas-inteligentes-herencia-
genetica
https://www.forbes.com/sites/emilywillingham/2016/09/16/no-research-has-not-
established-that-you-inherited-your-intelligence-from-your-mother/?
sh=1fa4dcab6502
https://www.eluniverso.com/larevista/sociedad/de-quien-se-hereda-la-
inteligencia-nota/
Inteligencia, Herencia y Ambiente. Mariano Yela. Departamento de Psicología
Experimental. Universidad Complutense de Madrid
Rev. De psicol. Gral. Y Aplic., 1990. 43 (2), 187-192. F.J Carrilo Gistian; M.
Sanchez Turet. Universidad de Barcelona
file:///C:/Users/gaby_.LAPTOP-TN1QS4GL/Downloads/Dialnet-
LaCorrelacionHerenciaambienteEnElDesarrolloDeLaInt-2797572.pdf

https://medlineplus.gov/spanish/genetica/entender/rasgos/inteligencia/

https://www.clubfamilias.com/es/la-inteligencia-es-hereditaria-3

5. INTELIGENCIA EMOCIONAL
En cierto sentido tenemos dos cerebros, dos mentes y dos clases diferentes de
inteligencia: la racional y emocional. Nuestro desempeño en esta vida lo determinan
ambas, lo que importa no es solo el cociente intelectual sino también la inteligencia
emocional.

El término “Inteligencia Emocional” utilizado por primera vez en 1990 por los
psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer. Engloba la
habilidad de controlar nuestras propias emociones y las de los demás, así como
discriminar entre ellas de manera que resulten beneficiosas para sí mismo y la cultura
a la que pertenece. La inteligencia emocional se puede dividir en 5 dominios
principales.

1) Conocer las propias emociones. Para los autores que se encuentran


actualmente investigando en el campo de la inteligencia emocional, el
conocimiento de uno mismo, de nuestros propios sentimientos es la piedra
angular de la inteligencia emocional. El reconocer nuestros sentimientos nos da
un mayor control sobre nuestras vidas, por el contrario la incapacidad para
reconocerlos nos deja a su merced.

2) El manejo de las emociones. La inteligencia emocional no se fundamenta


sólo sobre el autoconocimiento de nuestras emociones, ya que es importante
también la capacidad de manejarlas de forma apropiada evitando los
sentimientos prolongados de ansiedad, irritabilidad, etc.
3) El motivarse a uno mismo. La capacidad de auto motivarse, es decir, de
regular las emociones al servicio de una meta, es fundamental para prestar
atención, conseguir dominar una dificultad y para la creatividad.

4) El reconocer las emociones en los demás. La empatía es la habilidad


relacional más importante, ya que supone la antesala del altruismo y
comprende la capacidad de sintonizar con los deseos y las necesidades de los
demás.

5) La capacidad de relacionarse con los demás. Se refiere a la habilidad


para la competencia social, que en buena medida implica el manejo de las
emociones de los sujetos con los que se interactúa.

La inteligencia emocional se va desarrollando al con el trascurso de nuestra


vida, influenciado por nuestro ambiente social, el cual inculcará valores
transmitirá la cultura.

Algunos beneficios del desarrollo de esta inteligencia son:


Relaciones interpersonales: Nos ayuda a comprender y manejar nuestras
propias emociones, lo que nos permite comunicarnos de manera efectiva,
resolver conflictos de forma constructiva y desarrollar empatía hacia los demás.
Toma de decisiones: La inteligencia emocional nos ayuda a tomar decisiones
más informadas y equilibradas. Al comprender y gestionar nuestras emociones,
podemos evaluar mejor las situaciones, considerar diferentes perspectivas y
tomar decisiones basadas tanto en la lógica como en la intuición emocional.
Liderazgo efectivo: La inteligencia emocional es esencial para el liderazgo
efectivo. Los líderes emocionalmente inteligentes pueden inspirar y motivar a
sus equipos, comprender las necesidades y preocupaciones de los miembros
del equipo, y manejar conflictos de manera constructiva.
Salud mental y bienestar: Al ser conscientes y capaces de gestionar nuestras
emociones, podemos reducir el estrés, manejar la ansiedad, mejorar nuestra
resiliencia emocional y promover una mayor satisfacción y equilibrio en nuestra
vida.
Éxito académico y profesional: Las personas emocionalmente inteligentes
suelen tener una mayor motivación, capacidad de concentración y persistencia
en el logro de sus metas. También son más efectivas en la comunicación, el
trabajo en equipo y la resolución de problemas.
Queda claro que el ser humano requiere de la inteligencia racional
complementada por la inteligencia emocional que, al no estar determinada
genéticamente, se puede aprender y desarrollar independientemente de la
edad y por eso siempre está abierta la posibilidad de cambio.

MoleroMoreno, C., SaizVicente, E., & EstebanMartínez, C. (1998). Revisión


histórica del concepto de inteligencia: una aproximación a la inteligencia
emocional. Revista Latinoamericana de Psicología, 30(1), 11-30.
https://riucv.ucv.es/bitstream/handle/20.500.12466/1240/80530101.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

https://es.wikipedia.org/wiki/Empat%C3%ADa

http://www.waece.org/webpaz/bloques/independencia.htm

https://asana.com/es/resources/emotional-intelligence-skills

https://revista.trabajosocial.or.cr/index.php/revista/article/view/108/121

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