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DOMINGO DE RAMOS

Jesús entró a Jerusalén montado sobre un asno y fue aclamado


como rey por sus seguidores, quienes extendieron mantos, ramas
de olivo y de palma a su paso. Gritaban: “¡Bendito el que viene
en el nombre del Señor!”; “¡Hosanna en las alturas!”

Por esta razón, la eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos


momentos importantes. El primero es la procesión de las palmas y
la bendición de las mismas por parte del sacerdote. El segundo
es la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor, en el
evangelio de San Mateo.

De allí que el color litúrgico de Domingo de Ramos sea el rojo,


ya que se conmemora la Pasión del Señor.

Los ramos de olivo y de palma son el signo de la renovación de


la fe en Dios. Se les atribuye el significado de la vida y
resurrección de Jesucristo. Asimismo, recuerdan también la fe de
la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey en el Cielo y de
la Tierra.
JUEVES SANTO
En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la
institución de la Eucaristía en la Última Cena, el
lavatorio de los pies y la oración en el huerto de
Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena fue
el momento en el que Jesús se reunió con los doce
apóstoles para despedirse de ellos antes de su
muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno
de ellos le traicionaría, dando a entender que era
Judas Iscariote.
Los Evangelios narran asimismo que durante esta
reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos
sus compañeros, un gesto que para la Iglesia es un
símbolo de entrega a los demás. No obstante, el
momento más relevante de la Última Cena es el que la
Iglesia considera como la institución de la
Eucaristía, uno de los siete sacramentos para los
católicos.
VIERNES SANTO

Tras el Jueves Santo, llega el Viernes Santo. Se trata del


quinto día de la Semana Santa y en él se recuerda la
crucifixion y la muerte de Jesús de Nazaret. Se celebra en
las iglesias católicas, protestantes y ortodoxas, aunque la
fecha cambia en cada una de ellas. Forma parte del Triduo
Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo).
La Pasión comienza con la condena a muerte de Jesús por
parte del romano Poncio Pilatos tras proclamarse ‘Rey de
los Judíos’ y representa aquellos sufrimientos que soportó
en el camino a la cruz en el Monte Calvario.
Según los Evangelios, tras la decisión de Pilato, Jesús fue
despojado de sus ropas, golpeado y agredido con piedras.
Luego le colocaron una corona de espinas y le hicieron
cargar con su propia cruz hasta el Monte Gólgota (Monte
Calvario), en las afueras de Jerusalén.
SÁBADO DE GLORIA

Antiguamente, este día se solía llamar ‘Sábado de Gloria’,


pero la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por
el Papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Annibal
Bugnini) la denominó como Sábado Santo únicamente.
El Sábado Santo rememora especialmente a María tras la
pérdida de su hijo, por lo que es un día de dolor y
tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así
como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos.
Durante esta jornada, la comunidad cristiana vela junto al
sepulcro en silencio. De esta forma, en la Iglesia
Católica no se realizan eucaristías, no se tocan las
campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar
está despojado y no se administra ningún sacramento excepto
la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados.
Dado que no puede celebrarse ningún rito oficial, se suelen
realizar retiros espirituales y las iglesias permanecen
abiertas para que los sacerdotes atiendan confesiones.
También es común la misa de la Liturgia de las Horas por
parte de los clérigos con participación de fieles seglares
DOMINGO DE RESURECCIÓN

El Domingo de Resurrección celebra el regreso a la vida de


Jesús. Tras el martirio vivido por Cristo que acabó con su
crucifixión, el Señor regresó de la muerte cumpliendo el
mandato divino de Dios, probando así que era el salvador de
la humanidad.
Debido a este motivo, se organizan numerosas liturgias y
procesiones en todo el país para recordar los eventos
sucedidos, que fueron narrados en la Biblia. Durante este
día ocurre también el encendido del Cirio Pascual, que
representa la luz de Cristo resucitado y que estará
encendido hasta el día de la Ascensión, cuando se produce
la subida de Jesús al cielo.
Su resurrección fue la confirmación tanto del origen santo
como de la naturaleza divina de Jesús. Constituye una
fiesta central de la religión cristiana y es motivo de
alegría, luz y esperanza entre sus fieles. Por ello, se
rinden honores a su sacrificio y se recuerda su mensaje de
unión para los hombres.

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