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Clásicos de Arquitectura: Casa de Estudios para Artistas /

Antonio Bonet, Horacio Vera Barros y Abel López Chas


Clásicos de Arquitectura: Casa de Estudios para Artistas / Antonio Bonet, Horacio Vera Barros y Abel López Chas

El edificio de esquina entre las calles Suipacha y Paraguay de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
diseñado por el arquitecto español Antonio Bonet, estableció desde su concreción la base para comenzar
ciertas reflexiones sobre la arquitectura moderna internacional en el contexto argentino de los años 1930.

El proceso de creación de la casa de estudios para artistas se relaciona con el Grupo Austral, del cual el
arquitecto era miembro, y de cómo entendieron e interpretaron los postulados de Le Corbusier, siendo
considerados como la única delegación legítima de los CIAM en la Argentina. Esta obra es, entonces, el
primer intento de construir en la ciudad siguiendo al pie de la letra sus proposiciones.

En el contexto argentino, la conformación de la ciudad porteña -producto del marco legal, económico y
tradicional- fue asentando a la cuadrícula y a la reglamentación como los principales elementos que
condicionarían a la arquitectura moderna construida a lo largo de la década de 1930. La obra no queda
exenta de estas condiciones, y la respuesta a la inserción en el damero se enfatiza por la forma en que el
edificio toma la curva de la esquina y como esa acción se remarca por la cornisa continua de la terraza-
jardín. Además, la continuidad de altura con la de los edificios linderos demuestran una disposición positiva
respecto a la conformación de la manzana tradicional.
El edificio, finalizado en 1938, cuenta con 4 locales comerciales ubicados en el nivel de la calle y 7
departamentos-estudios, donde se puede ingresar desde el primer piso para luego acceder desde cada uno de
ellos a un entrepiso, pensado como un ámbito de descanso.

Como señala el texto "La red austral: obras y proyectos de Le Corbusier y sus discípulos en
la Argentina (1924-1965)" de Liernur y Pschepiurca, los autores de la obra comenzaron a establecer ciertas
cuestiones en torno a los postulados de Le Corbusier; a pesar de incorporar el tema del techo-jardín como
ámbito de reuniones y dispersión, la planta baja queda metafóricamente libre al estar ocupada por los
comercios.

La materialidad del conjunto también parece ser una reflexión de las ideas que giraban en torno a la
industrialización y que pone en juego una preocupación acerca de la normalización de los elementos
constructivos. Se aprecia primordialmente en su fachada una variedad considerable de materiales que
incluye a diferentes tipos de acero: perfiles, chapas dobladas o agujereadas, y diferentes tipos de vidrio:
circular y cuadrado, siendo estos transparentes o translúcidos. Los diferentes componentes materiales del
edificio establecen lógicas de la industria, pero comienzan a evidenciar que hay un cambio de significados y
valores acerca de las consideraciones de Le Corbusier.
La interpretación de la arquitectura moderna por parte de Bonet, Vera Barros y López Chas introduce ciertas
innovaciones y pensamientos que pueden llegar a cumplir con las consignas del movimiento, pero
introducen otros nuevos factores: el contexto argentino. El edificio es una evidencia de cómo las ideas de Le
Corbusier permitieron generar diferentes formas de proceder en el ámbito rioplatense, caracterizado por la
heterogeneidad de sus habitantes y costumbres. Existe cierta “modernidad apropiada”, donde la requisa de lo
contemporáneo no renuncia a las improntas locales, siendo en este caso la ciudad que se venía consolidando.

Actualmente, desde agosto del 2002, la Casa de Estudios para Artistas se encuentra catalogada con nivel de
protección estructural en el Código de Planeamiento Urbano de Buenos Aires, y a partir de abril de 2008 fue
declarada con Interés Histórico Arquitectónico Nacional por el Congreso de la Nación, ya que podemos
concebir a la obra como un reflejo argentino dentro del argumento de la arquitectura moderna.

Durante el 2022, Bisman Ediciones realizó una puesta en valor de local y atelier para una Galería y
Residencia de Arquitectura. Hernán Bisman y Pablo Engelman se encargaron de la investigación, la gestión
y la curaduría de las puesta en valor, Marcelo Maldonado de la dirección de obra de los trabajos de puesta en
valor, Norberto Feal, Gonzalo Fuzs y Martín Capeluto del asesoramiento en la puesta en valor, y María
Malvitano de la curaduría del mobiliario y objetos.
Viviendas en Hansaviertel, Arne Jacobsen. Berlín,
Alemania. 1957
Las 4 viviendas en Händelallee 33-39 que Arne Jacobsen proyecta para la Interbau que tuvo
lugar en el barrio de Hansaviertel de Berlín en 1957 se caracterizan por su desarrollo en una sola
planta a modo de casa atrio. Tres de las cuatro casas patio proyectadas comparten un mismo
esquema compositivo; una cuarta destina su parcela al aparcamiento de todas ellas y a una
pequeña vivienda sin patio. Con acceso desde el norte todas ellas orientan sus estancias hacia el
sur.
La disposición de las viviendas alrededor de los patios se basó en la idea de permitir que los
residentes pudieran permanecer al aire libre sin ser observados por los edificios vecinos y
separados también de la calle, idea que comparte con el proyecto de 5 viviendas de Eduard
Ludwig, si bien en este caso la edificación envuelve al patio y tanto la zona de habitaciones como
la zona del salón están orientados hacia el sol, conectadas por una sección lateral orientada al
este donde se sitúa la cocina y comedor con acceso al patio. A fachada norte, cerrada, sitúa las
dependencias de servicio, baño y pequeño almacén con acceso desde el exterior que actúan
como una banda de aislamiento para el resto de la vivien
Casas con Patio, Matosinhos
Eduardo Souto de Moura 

 TIPOLOGÍA Casa  Vivienda 
 FECHA 1993 - 1999
 CIUDAD Matosinhos 
 PAÍS Portugal 
 FOTÓGRAFO Christian Richters  Luis Ferreira Alves 

La transformación de los antiguos muelles del tranquilo estuario atlántico de Matosinhos, cerca de Oporto,
en el animado puerto de Leixões, modificó el carácter de esta zona, que empezó a configurarse como una
ciudad-dormitorio. Este conjunto de diez casas con patio se ha construido en los terrenos de una vieja y
aristocrática casona. La mansión y los jardines de adaptaron para la celebración de banquetes de boda,
mientras que el resto de la propiedad, con una forma original bastante regular alterada posteriormente por la
apertura de una calle diagonal, se destinó a uso residencial.
Para responder a la nueva configuración del emplazamiento, surgida de la división en dos por la calle, se ha
dispuesto una casa aislada ocupando el solar triangular y nueve en hilera sobre el fragmento trapezoidal de
la antigua huerta. Cada una de estas casa adosadas es igual en dimensión, excepto por la incorporación de
una piscina y una caseta de baño en las parcelas más alargadas. La unidad del conjunto se potencia con la
solución de las cubiertas: tres losas de hormigón paralelas, apoyadas sobre las medianerías y tabiques
transversales, entre las que aparecen patios menores. En el interior —donde unos pequeños lucernarios
iluminan dormitorios, baños y zonas de circulación— cada casa se desarrolla alrededor de tres patios: el de
entrada, con un pórtico de recepción; el central, que aporta luz a los espacios interiores, y que separa la zona
de noche y de día; y el trasero, un jardín al que se abren la zona de estar y la cocina. Las casas con piscina
avanzan su posición respecto a las otras, de forma que el patio interior de las primeras se alinea con el de
acceso de las segundas. Esta articulación obedece a la posición más elevada del jardín de la mansión
respecto a las casas y permite espaciar las vistas, además de dar continuidad a la losa central de cubierta en
un gesto que consigue dar coherencia formal y constructiva al conjunto.

La intención de la propuesta era recrear en la medida de lo posible el primitivo carácter del entorno, dejando
que la vegetación creciese y sobrepasase las cubiertas, fundiéndose con los campos y los jardines vecinos.
De ahí el muro de mampostería de granito que delimita el conjunto; los discretos accesos a las residencias, a
través de huecos muy simples recortados en sencillos paños blancos y lisos; las puertas pareadas de los
garajes, de la misma altura que las tapias blancas; o el remate metálico continuo de la cornisa. El aparente
hermetismo del exterior contrasta con la sensación de amplitud y luminosidad de los interiores, que se abren
a los patios a través de grandes paños acristalados.

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