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Casa Curutchet

La Casa Curutchet es una vivienda unifamiliar diseñada por el arquitecto suizo Le Corbusier y
construida en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, en Argentina, entre
los años 1949 y 1953. La dirección exacta es avenida 53 N.º 320, entre 1 y 2.
En 2016 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Historia
Después de varios fracasos intentando construir una obra en América del Sur, Le
Corbusier estableció una fuerte relación con los profesionales latinoamericanos y
mantuvo correspondencia regular con el argentino Amancio Williams (quién le
encargó inicialmente la construcción de la casa Curutchet).
En 1948, el cirujano e inventor de instrumental quirúrgico Pedro Domingo
Curutchet decidió volver a afincarse en La Plata y le encargó1 los planos de una
casa a Le Corbusier, quien buscaba concretar el plan urbano que había diseñado
para Buenos Aires.2Declarada de interés provincial, turístico y Monumento Histórico
Nacional en 1987, la casa es actualmente sede del Colegio de Arquitectos de la
Plata, que la alquila a los herederos de Curutchet. El 17 de diciembre de 2010, el
Senado bonaerense sancionó una ley que declara al inmueble “de utilidad pública y
sujeto a expropiación”, para “preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural,
histórico, arquitectónico y urbanístico”.
Es uno de los pocos proyectos de Le Corbusier en Latinoamérica y el Ministerio de
Cultura y Comunicación francés con el auspicio de la República
Argentina, Bélgica, Alemania, Japón y Suiza, la nominaron para integrar la Lista
del Patrimonio Mundial de Bienes Culturales y Naturales de Excepcionales de
la Unesco.
En la sesión realizada el 17 de julio de 2016 en Estambul, la Unesco la
declaró Patrimonio de la Humanidad, junto a otros tres nuevos lugares en su lista
de obras diseñadas por el prestigioso arquitecto.

Descripción
El arquitecto proyectó la vivienda en un terreno de solo 180 m², entre medianeras,
sin dejar de tener en cuenta el entorno de la ciudad y la cercanía de su bosque.
La construcción constituye un curioso y logrado ejemplo desde el punto de vista
plástico de adaptación de los principios característicos de la arquitectura doméstica
de Le Corbusier a las particularidades del contexto urbano de una ciudad argentina.
Reúne los cinco principios enunciados por Le Corbusier años antes de que diseñara
la casa, pero enfocado en un lote de reducidas dimensiones. No obstante logra que
se plasmen en la obra: planta libre, para circular; los pilotis, que son las columnas
circulares que se ven en toda la casa; la fachada libre, estructura independiente por
la cual las ventanas pueden tener cualquier forma y tamaño; la ventana corrida, que
va sin paramentos de una punta a la otra del edificio; y la terraza jardín. este caso
dichas particularidades se centran esencialmente en dos temas:
1) La construcción de una vivienda unifamiliar en un terreno de dimensiones
limitadas entre medianeras, circunstancia inédita en la producción anterior del autor,
lo que determina una vivienda de una sola fachada.
2) El hecho de que como consecuencia de la estructuración urbana de la ciudad
de La Plata según avenidas diagonales, el eje longitudinal del terreno tenga una
inclinación cercana a los 45° con respecto a la línea municipal.
Le Corbusier, enfrentado a estos dos hechos, respondió a ellos con notable
destreza, derivando de dicha respuesta su partido. Este consiste efectivamente en
dividir el programa en dos bloques.
El primero contiene en el primer piso los consultorios y ámbitos de trabajo del
comitente y en el segundo la terraza jardín y se toma a la línea municipal respetando
así la continuidad fachadística de la cuadra y absorbiendo en su materialidad la
divergencia angular mencionada. La consolidación de este frente está acentuada
por la prolongación del parasol hacia arriba, que enmarca virtualmente el frente de
la terraza, y por el techo de esta en doble altura, apoyado contra el lindero más alto.
En el bloque posterior está la vivienda.
En 1926 Le Corbusier había determinado los llamados «cinco puntos de una nueva
arquitectura», materializados completamente en esta obra:

1. La planta libre: para Le Corbusier, la planta baja de la vivienda, al igual


que la calle, pertenecía al automóvil, ya sea para circulación o
estacionamiento del mismo, por este motivo la vivienda se elevaba
sobre pilotis dejando toda la planta baja libre para permitir el
movimiento de los vehículos.
2. La terraza-jardín: para Le Corbusier la superficie ocupada en planta
por la vivienda debía de ser devuelta a la naturaleza en forma de
jardín en la cubierta del edificio, convirtiendo el espacio sobre la
vivienda en un ámbito aprovechable para el esparcimiento, que
además permitía mantener condiciones de aislamiento térmico sobre
las nuevas losas de hormigón.
3. Los «pilotis»: aprovechando la acción conjunta de las losas de
hormigón y los pilares metálicos, estos últimos tienen un consumo de
suelo en la vivienda despreciable comparado con los muros de carga
tradicionales o los pilares de ladrillo u hormigón. De esta forma, se
mejora el aprovechamiento funcional y de superficies útiles, liberando
a la planta de condicionantes estructurales.
4. La ventana longitudinal: por el mismo motivo del punto anterior,
también los muros exteriores se liberan, y las ventanas pueden
abarcar todo el ancho de la construcción, mejorando la relación con
el exterior.
5. La fachada libre: complementario del punto anterior, los pilares
metálicos se retrasan respecto de la fachada, liberando a esta de su
función estructural.
El diseño de la elevación de calle es uno de los puntos destacados del proyecto. En
la Casa Curutchet, Le Corbusier resume el proceso compositivo de la vista frontal
aplicando el enfoque pictórico purista. El diseño es un equilibrado juego de signos
aplicados en el espacio.

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