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Maniobras posibles: la propia posición.

Tengo un talento especial para conformarme con lo fragmentario,

supo confesarle Freud a Groddeck1.

Un trabajo sobre la propia posición conlleva el esfuerzo de estar atentos a las lecturas que uno
hace del otro, a los modos en que uno responde a las demandas, a la tendencia a actuar, a las
ofertas que uno genera, etc.

Para avanzar en este camino, podríamos haber tomado distintas nociones, pero finalmente
elegimos a un autor que ustedes ya conocen: François Jullien 2. Ya trabajaron la noción de
disponibilidad, lo recuerdan?

Jullien está preocupado por estas lógicas intervencionistas que entiende son propias de
Occidente. Por eso, nos propone un viaje por la China.

Nos deja planteada la misma pregunta que nos venimos haciendo:

¿Cómo obrar cuando no es algo prescriptible (es decir, bajo protocolo o reglamento) y el
acceso no es directo?

Y nos acerca varias respuestas posibles:

“Frente a aquello que no podemos abordar frontalmente, no tendremos pues otro recurso que
relacionarnos de la única manera posible: una manera que llamaremos oblicua. No tendremos
otro recurso que descubrir un sesgo en el camino, bordeando y siguiendo sus contornos para
insinuarse, para deslizarse allí, hacerse aceptar, de modo que esa intervención apenas lo sea y
que sea tolerada sin suscitar resistencia ni reacción contraria…

1
Es de Groddeck de donde Freud toma prestado el término Ello. Freud reconoció que había usado el término de
Groddeck das es, el Ello, traducido a países de habla inglesa como, el Id. (Por su lado, Groddeck, como Freud sabía,
había tomado prestado el término de Nietzsche.) Groddeck comenta sobre el reconocimiento de Freud (citado por
si mismo en Schachet, 1977):
Freud me honró reconociéndome en su libro El Yo y el Ello, como la primera persona en usar la expresión el "Ello",
y reconoció haber tomado el término de mi. Esto es cierto, excepto que el término "Ello" usado por mi implica
alcances que no son útiles para el, y le ha dado, a su vez, un significando distinto al que yo le asigno.
2
Francois Jullien. Cinco conceptos propuestos al psicoanálisis. Buenos Aires: El Cuenco de plata, 2013
En lugar de marchar directo a la meta, como lo ordena racionalmente el método que subsume
la diversidad de los casos bajo su generalidad, el sesgo parte en cambio de aquello que cada
situación presenta como individual y singular”

Oblicuamente, al sesgo, de soslayo, se oponen abiertamente a método, a protocolo, a


burocracia, a pautas a seguir, a un saber previo. Y por otro lado, nos resguarda de la
frontalidad, de tomar la iniciativa de acciones directas.

Dejemos de remar en dulce de leche

Esta expresión que utilizan los jóvenes resulta un indicador tan preciso. Aquí tenemos un tip
(recomendación o sugerencia en castellano): cuando sientan que están remando en dulce de
leche no insistan por ese camino, deténganse y aflojen, busquen caminos alternativos. Hagan
como los cangrejos que siempre caminan de costado y bordeando. Aunque haya cangrejos que
estén dispuestos a dar sus batallas personales

https://www.youtube.com/watch?v=00WW44teb-8

Si no se trata de ir de manera frontal, entonces cómo?

Quizás ser un poco chinos, quizás un poco intérpretes, quizás un poco artesanos, quizás un
poco…..solo un poco y sin demasiadas pretensiones; conformándonos con lo fragmentario para
usar la cita de Freud. Lo que uno puede hacer es muy poquito, sin embargo, ese poquito
siempre tiene efectos sobre el clima de convivencia y sobre la institución.

La expresión que nos propone Jullien para ubicar esta orientación es una transformación
silenciosa: “una transformación que se produce sin ruido, y por lo tanto de la que no se habla.
Su imperceptibilidad no es la de ser invisible, porque se produce ostensiblemente, ante
nuestros ojos, pero no se advierte. (...) En la naturaleza, no oímos a los ríos cavando su lecho o
a los vientos erosionando las montañas, pero ellos dibujaron poco a poco el relieve que
tenemos ante la vista, y forman el paisaje."

Sabemos que es muy difícil esta propuesta de “solo” generar una atmósfera propicia, de
alivianar en lugar de fortalecer las defensas, de atender a la sutileza de los detalles en el
contexto de una escuela que se convirtió en una máquina de demandar acciones y resultados
pero bien vale el intento de hablar menos, retirar la mirada de a ratos, dejar de poner el
cuerpo, es decir, imponernos ciertos límites.

Que el límite sea la imposibilidad y no la impotencia.

¿Cómo lidiar con ese mandato irracional de la época de que “todo es posible”?

Ya nos estamos acostumbrando a salir del engaño de los opuestos para darnos cuenta que a
mayor empuje a hacer que todo sea posible mayor es la sensación de impotencia y mayores son
los rebotes que nos golpean de frente con nuevas “imposibilidades”. Cara y cruz de un mismo
movimiento, por eso es tan importante la prudencia antes de actuar.

Aprender a convivir con lo imposible, con lo que no se toca, con lo que no nos compete, con lo
que está fuera de nuestro campo de incumbencia, hace la atmósfera respirable.

¿Cómo será preocuparnos por no desentendernos de lo imposible en lugar de preocuparnos


tanto porque no se nos escape nada?

Contra esa tendencia a que todo es posible borrando la dimensión de imposibilidad, Massimo
Recalcati3 afirma que “la Escuela debe tratar de mantener firme la centralidad del discurso
educativo, debe resistirse a la sirena perversa del «¿Porqué no?». Pero para hacerlo, es
necesario, antes que nada, devolver su justa dignidad a la figura de lo imposible.” (2014, p.26)
Resulta muy elocuente la definición que nos propone Recalcati: “El maestro es aquel que sabe
entrar en una relación única con la imposibilidad que recorre el conocimiento, que es la
imposibilidad de saber todo el saber. No hay enseñanza ni transmisión sin un fondo de
imposibilidad.” (op. cit. p. 13)

Para cerrar, en esta época que nos compulsa a soluciones rápidas, efectivas, garantizadas, los
profesionales especializados en inclusión ensayemos otras posiciones: ligadas a la prudencia, el
recato, el pudor, la confianza, la espera, etc.

3
Les dejamos una nota para que lo conozcan
http://www.elmundo.es/sociedad/2017/01/04/58654955e5fdea7d2f8b45a1.html
Al igual que el cangrejo, no vayamos de frente sino de soslayo, no busquemos efectos sino
tengámoslos por añadidura, no activemos sino que vayamos desactivando, no empujemos a la
normalidad sino seamos respetuosos de los recursos y posibilidades de cada uno.

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