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Es bien conocido que la palabra ‘Cristo’ es la traducción griega de la palabra hebrea ‘Mesías’.
Las dos han pasado a la lengua castellana como sinónimos de ‘ungido’, un significado que
no parece tan claro al fiel cristiano común. Incluso con frecuencia se piensa que ‘Cristo’ es
el nombre propio de ‘Jesús’ y que ‘Mesías’ es un título adicional. A esto se suma el hecho
de que muchos cristianos consideran el ‘mesianismo’ un fenómeno exclusivo del Nuevo
Testamento. No es mi intención hacer un estudio acabado de la terminología, pero, espero
que quienes puedan leer este material, les aclare al menos los conceptos básicos.
Según Kittel en el AT. Χριστός, Christos, significa la unción, untar el cuerpo con grasa o con
aceite, para la unción legal se derrama aceite sobre la cabeza y supuestamente confiere
fortaleza o majestad, la forma más común de unción en el AT. es la del rey, menciona la
unción con aceite de Saul, David y Salomón. Tanto Kittel como Balz y Schneider indican
que fuera de la LXX y del NT y de los escritos influidos por ellos Χριστός no se aplica nunca
a personas y el NT lo emplea como traducción de Mesías y referido exclusivamente a
personas, Mesías desconocido o esperado y Jesús de Nazaret.
La unción se realiza derramando aceite sobre la cabeza con un cuerno u otro recipiente, el
rey ungido por orden de Dios lleva consigo la autorización y comisión específica del cual el
rey representa ahora al pueblo.
Según Balz – Schneider en el At y el judaísmo, se trata ante todo de la designación de una
función y una figura de la propia historia de Israel o del fin de los tiempos, también es
importante mencionar que al unir Χριστός con Ιησούς, entonces Χριστός no se convierte
simplemente en nombre propio, sino en sobrenombre (cognomen) 1
La acción de untar el cuerpo humano con aceite se usaba después del baño, también untar
con veneno las puntas de flechas para la guerra, también como cosméticos, siendo estos un
uso profano del término y no tiene ninguna resonancia sagrada.
La unción
1
https://dle.rae.es/cognomen Del lat. cognōmen, -ĭnis. 1. m. Sobrenombre usado en la antigua Roma para
destacar rasgos físicos o acciones de una persona, que se extendía a su familia o gentes afines.
entronización, y es el acto válida, la autoridad y la jurídico, es constitutiva
específico más distintivo. inviolabilidad del monarca. tanto del poder vinculado
Indica la legitimación al cargo, como la
divina con arreglo a una responsabilidad ante Dios
especial elección y (solo la figura del rey
promesa para los equivale a la del Mesías.
descendientes.
Sumo Sacerdote: Sumo Sacerdote: De la Sumo Sacerdote: En cuanto
considerado como rito de unción del sumo sacerdote responsable del culto
purificación, conferir se habla casi únicamente en oficial.
poder como sucesor de el documento sacerdotal
Aaron
Los sacerdotes: la idea de Los sacerdotes: Es
dedicación y purificación secundaria la unción
subyace a la extensión de la general de los sacerdotes
unción a todos los presupuesta en las
sacerdotes. adiciones al documento
sacerdotal
Los Profetas: la unción de Los Profetas: Sólo raras
los profetas no es jamás la veces se habla de la unción
norma. En Is 61:1 Dios de profetas. También aquí
mismo unge para una tarea el interés se centra en la
específica, probablemente legitimación, pero
confiriendo el Espíritu. especialmente en la
concesión del Espíritu.
Objetos: Jacob consagra un
pilar mediante la unción, la
unción de los altares, del
tabernáculo, del arca, del
lavabo y de los objetos
relacionados al altar.
Conclusión:
La historia de Jesús el Cristo, adquiere vida en la vivencia de una fe que se fundamenta y se
orienta a reflexionar, desde lo teórico y práctico, en el sentido que debe quedar de manifiesto
la conexión y unidad entre la fe cristológica y la dimensión humana del Jesús histórico. Por
esta razón, confesamos que la fe proclamada en Jesucristo como aquel en quien confluyen
todas las realidades marginales que necesitan ser acogidas y reconocidas para ser
dignificadas, por eso se le llama a Jesús el Cristo. Jesucristo se constituye en el camino
mesiánico que funda un nuevo orden desde lógicas de inclusión a través de la relación que
crea en la vivencia de la justicia y la equidad; elementos que configuran rasgos esenciales
para todo hombre y mujer que se diga ser creyente cristiano. En Jesucristo se gestan en
comunión la realidad divina y humana como condición de posibilidad para la realización y
la planificación de toda búsqueda humana. Es por ello que Jesús el Cristo no es una idea o
un proyecto, sino una realidad.