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Χριστός, Christos Cristo, ungido, untar

Por: Joel Rojas Navarro


27 de octubre 2022

Es bien conocido que la palabra ‘Cristo’ es la traducción griega de la palabra hebrea ‘Mesías’.
Las dos han pasado a la lengua castellana como sinónimos de ‘ungido’, un significado que
no parece tan claro al fiel cristiano común. Incluso con frecuencia se piensa que ‘Cristo’ es
el nombre propio de ‘Jesús’ y que ‘Mesías’ es un título adicional. A esto se suma el hecho
de que muchos cristianos consideran el ‘mesianismo’ un fenómeno exclusivo del Nuevo
Testamento. No es mi intención hacer un estudio acabado de la terminología, pero, espero
que quienes puedan leer este material, les aclare al menos los conceptos básicos.

Según Kittel en el AT. Χριστός, Christos, significa la unción, untar el cuerpo con grasa o con
aceite, para la unción legal se derrama aceite sobre la cabeza y supuestamente confiere
fortaleza o majestad, la forma más común de unción en el AT. es la del rey, menciona la
unción con aceite de Saul, David y Salomón. Tanto Kittel como Balz y Schneider indican
que fuera de la LXX y del NT y de los escritos influidos por ellos Χριστός no se aplica nunca
a personas y el NT lo emplea como traducción de Mesías y referido exclusivamente a
personas, Mesías desconocido o esperado y Jesús de Nazaret.
La unción se realiza derramando aceite sobre la cabeza con un cuerno u otro recipiente, el
rey ungido por orden de Dios lleva consigo la autorización y comisión específica del cual el
rey representa ahora al pueblo.
Según Balz – Schneider en el At y el judaísmo, se trata ante todo de la designación de una
función y una figura de la propia historia de Israel o del fin de los tiempos, también es
importante mencionar que al unir Χριστός con Ιησούς, entonces Χριστός no se convierte
simplemente en nombre propio, sino en sobrenombre (cognomen) 1
La acción de untar el cuerpo humano con aceite se usaba después del baño, también untar
con veneno las puntas de flechas para la guerra, también como cosméticos, siendo estos un
uso profano del término y no tiene ninguna resonancia sagrada.
La unción

Según Kittel: Según Balz -Schneider Según Lottar - Coenen


Unción del Rey: La unción Unción del Rey: indica la Unción del Rey: Conforme
es parte del rito de constitución jurídicamente a su carácter de acto

1
https://dle.rae.es/cognomen Del lat. cognōmen, -ĭnis. 1. m. Sobrenombre usado en la antigua Roma para
destacar rasgos físicos o acciones de una persona, que se extendía a su familia o gentes afines.
entronización, y es el acto válida, la autoridad y la jurídico, es constitutiva
específico más distintivo. inviolabilidad del monarca. tanto del poder vinculado
Indica la legitimación al cargo, como la
divina con arreglo a una responsabilidad ante Dios
especial elección y (solo la figura del rey
promesa para los equivale a la del Mesías.
descendientes.
Sumo Sacerdote: Sumo Sacerdote: De la Sumo Sacerdote: En cuanto
considerado como rito de unción del sumo sacerdote responsable del culto
purificación, conferir se habla casi únicamente en oficial.
poder como sucesor de el documento sacerdotal
Aaron
Los sacerdotes: la idea de Los sacerdotes: Es
dedicación y purificación secundaria la unción
subyace a la extensión de la general de los sacerdotes
unción a todos los presupuesta en las
sacerdotes. adiciones al documento
sacerdotal
Los Profetas: la unción de Los Profetas: Sólo raras
los profetas no es jamás la veces se habla de la unción
norma. En Is 61:1 Dios de profetas. También aquí
mismo unge para una tarea el interés se centra en la
específica, probablemente legitimación, pero
confiriendo el Espíritu. especialmente en la
concesión del Espíritu.
Objetos: Jacob consagra un
pilar mediante la unción, la
unción de los altares, del
tabernáculo, del arca, del
lavabo y de los objetos
relacionados al altar.

Ungido en el AT. “Mesías”


El término ungido es usado con exclusividad para personas, los sacerdotes: “si el que peca
es el sacerdote ungido” (Lv 4,3); los profetas: “no toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis
profetas” (1Cro 16,22); y en especial los reyes: “a su rey dará fortaleza, y ensalzará el poder
de su ungido” (1S 2,10). Estos tres oficios de profeta, sacerdote y rey, nos brindan también
información sobre lo que es un ungido; los tres cargos son oficios en los que el ungido tiene
una posición de servicio dentro de su pueblo, sea para presentar los oráculos, para practicar
los ritos religiosos o para gobernarlos. Son posiciones que separan a los ungidos del resto del
pueblo, esto es, son puestos para un servicio específico; también los ungidos se relacionan
de forma especial con Dios: los sacerdotes deben ministrar delante de Dios, los profetas
deben hablar las palabras de Dios y el rey debe regir de acuerdo al deseo de Dios.
Adicionalmente, se puede decir que los ungidos se hallan presentados en el Antiguo
Testamento como elegidos por Dios, son los ungidos de Yavhé. Aquellos que se enfrentan a
un ungido es como si se enfrentaran con Dios mismo; como son ungidos de Yavhé se asume
que ellos gozan de un favor especial de Dios y de su protección.
Otra característica especial de la palabra Mesías en el Antiguo Testamento, además de la
elección y de su separación para un servicio, es que Yavhé pone su Espíritu en él, y al parecer,
el Espíritu le capacita para cumplir la misión que se le encomienda.

Cristo en el Nuevo testamento


El término griego Christos en el N.T. traduce el término hebreo Mashiah (Mesías) y significa
“el ungido”
El Nuevo Testamento reconoce en forma unánime que este Mesías, este Cristo, es Jesús de
Nazaret. El título de nobleza “Cristo" está tan estrechamente vinculado con Jesús, que se
convierte en nombre propio: Jesús Cristo o Jesucristo. El que cree en Él, se profesa al Mesías
esperado por Israel, quien trae salvación enviado por Dios.
Siempre que el Nuevo Testamento habla de Jesús, se está refiriendo al Cristo, al Mesías.
Cuando se habla de Jesús como persona mesiánica, se vincula la vida del Jesús terreno con
la apertura al futuro en el que la experiencia del Cristo presente y el Jesús histórico se
corresponden entre sí. Esto se muestra con claridad en los evangelios sinópticos cuando
narran la historia de Jesús a la luz de las experiencias pascuales sobre Cristo resucitado, aquí
se pone de manifiesto una correspondencia entre el recuerdo vivo de Jesús y la experiencia
de Cristo resucitado, entonces se identifican recuerdo y experiencia, Jesús es el Cristo y
Cristo es Jesús.
El contenido que define a Jesús como persona mesiánica es su propia historia que acontece
en lo una vida marcada por el padecimiento, el dolor, las luchas y las esperanzas que se
condensaron en la cruz. Jesús no reivindicó la mesianidad, sino que la padeció”. Debido a
esto, era difícil comprender que Jesús fuera el rey salvador que esperaban los judíos, pues el
título de Mesías se constituye en una realidad muy pobre al atribuirlo a Jesús. No obstante,
lo que motiva a aplicar este título a Jesús es la experiencia inicial de los discípulos.
Por otra parte, cuando afirmamos que el mesianismo de Jesús es de carácter escatológico
estamos haciendo referencia a aquellos que piensan que Jesús tenía conciencia de ser el
profeta parecido a Moisés en la escena de la transfiguración, cuando la voz del cielo dijo:
“¡Escuchadlo! ésta sería un eco de las palabras deuteronómicas que invitaban a escuchar al
profeta escatológico.
Otro rasgo del mesianismo de Jesús está dado desde el ambiente en que se desarrolla, que se
caracteriza por ser apocalíptico, aquí se concibe la figura del Mesías como un personaje
cercano a Dios en que aparece revestido con una fuerte connotación política nacionalista. El
restablecimiento de la justicia de Dios mediante la instauración de su reino y la existencia de
un juicio definitivo. Los diversos escritos del Nuevo Testamento no son ajenos a esta
mentalidad, entre otros tenemos: Mt 24; Mc 13,2; Lc 17,22-37; 2Tes 1,7-10.

Conclusión:
La historia de Jesús el Cristo, adquiere vida en la vivencia de una fe que se fundamenta y se
orienta a reflexionar, desde lo teórico y práctico, en el sentido que debe quedar de manifiesto
la conexión y unidad entre la fe cristológica y la dimensión humana del Jesús histórico. Por
esta razón, confesamos que la fe proclamada en Jesucristo como aquel en quien confluyen
todas las realidades marginales que necesitan ser acogidas y reconocidas para ser
dignificadas, por eso se le llama a Jesús el Cristo. Jesucristo se constituye en el camino
mesiánico que funda un nuevo orden desde lógicas de inclusión a través de la relación que
crea en la vivencia de la justicia y la equidad; elementos que configuran rasgos esenciales
para todo hombre y mujer que se diga ser creyente cristiano. En Jesucristo se gestan en
comunión la realidad divina y humana como condición de posibilidad para la realización y
la planificación de toda búsqueda humana. Es por ello que Jesús el Cristo no es una idea o
un proyecto, sino una realidad.

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