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El Maestro Mason

“El Maestro Mason es el viajero que va más allá de donde


sucumben los débiles, desertan los inconstantes y se devuelven los
timoratos”.
Pedro Alciro Barboza de la Torre. Gr. 33º

Introducción
Que soy para ti maestro?... ¡El alumno que me enseña! - Respondió
el maestro convencido de que el aprendizaje es el arte de
enseñar… Parece una paradoja cimentada en el principio de la
igualdad, pero en realidad es una ¿verdad consolidada en el diario
aprendizaje de un buen maestro.
Pudiésemos decir, sin temor a equivocarnos, que ser maestro es
una vocación de servicio cuyo aprendizaje nos permite enseñar…
pero vamos a entendernos. Nuestro padre es un maestro mientras
aprende a ser padre y se educa para educar. Nuestro maestro de
escuela o nuestro profesor de secundaria son eternos maestros del
aprendizaje… ya lo ven, en cada caso hay un aprendizaje para
enseñar.
En cada uno de nosotros hay un maestro potencial cuando
aprendemos con razonamiento sobre la necesidad de enseñar lo
que aprendimos. En cada uno de nosotros existe un maestro que da
enseñanza diaria en nuestro interior; que nos dice lo bueno y lo
malo de nuestras acciones para poder corregir y perfeccionar, a la
cual le damos el nombre de conciencia.
Ahora bien, no debemos hacer de estas reflexiones una paradoja de
vida, sino una disertación diaria de conciencia que nos muestre con
frecuencia el maestro que vive dentro de nosotros y que nos permite
el régimen de conducta y la aprobación interior de lo que hacemos.
Somos potencialmente maestros de nuestro aprendizaje.
El maestro es una figura de la enseñanza inmortalizada en la mente
del aprendizaje, el que nos enseña aprendiendo que la igualdad es
la meta de la perfección en el ser humano cuando podamos
aprender que la humildad es en realidad la satisfacción del buen
maestro.
Maestro, ¿cree usted que yo soy su maestro?... usted es mi maestro
porque es el receptor de mi enseñanza y en usted aprendo como
debo enseñarle para que sea usted maestro… bueno no entiendo
muy bien, pero usted es mi maestro para que yo sea un buen
maestro… ¡Gracias, maestro!
En nuestra Augusta Orden, donde los principios de fraternidad
mutua son la evidencia más clara de lo perseguido, cuando
procuramos la perfección del espíritu para proyectar la verdad del
hombre, el Maestro es guía y ductor, hombre orientado para hacer
relevante la enseñanza de nuestros principios y hacerlos meritorios
ante el novicio, ante quien se inicia, buscando la permanencia en la
inmortalidad del tiempo con la continuidad de la enseñanza.
El maestro, es una persona meritoria que se hace relevante en la
humildad, probado en la construcción de valores, hacedor de
virtudes en el arte de enseñar. De allí que nuestros padres sean los
primeros maestros que tenemos, conjugando su obra con la
destreza de la enseñanza habilitada en la existencia de quienes nos
educan para incorporarnos en la sociedad que a diario construimos,
donde sus perfectas hiladas moldeen una mejor manera de vivir.
Maestro es quien educa, construye, moldea, innova, perfecciona,
afina, pule, corrige, suaviza, edifica, erige, funda, retoca… y al final
empieza
Ser Maestro es ser Superhombre, intelectual y Espiritualmente. Ser
Maestro es poseer la cualidad de conquistar por propio esfuerzo la
suprema autoridad, que barrió la Ignorancia; el Egoísmo y el Miedo,
los cuales mantienen al hombre en un estado de inferioridad y
esclavitud.

Dr. Jorge Adoum

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