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Estudio 28
LA PALABRA DE FE QUE PREDICAMOS
La Palabra de Dios al salir de Sus labios, tiene todo el poder de hacer exactamente lo
que Él dice y quiere que se haga. Su Palabra es un decreto y cuando Él habla, esa
palabra tiene que cumplir Su propósito. Del mismo modo sucede con la predicación de
sus siervos, cuando es ungida por el Espíritu Santo, todo lo que digan sus labios tendrá
el respaldo de Dios.
La Escritura enseña que Dios produce en nosotros el querer como el hacer, por Su
buena voluntad. Solamente el Espíritu Santo pudo hacer lo que hizo en la vida del
apóstol Pablo, de tal modo que renunciara a todo; tuvo todo lo demás por basura en
procura de la excelencia del conocimiento del Señor Jesucristo. Gracias a ello, y
recordando las persecuciones de las cuales había hecho víctimas a los cristianos, este
hombre se sintió en deuda con la humanidad, la cual sólo podía pagar comunicando el
evangelio de Jesucristo.
PREDICAR DE BUENA VOLUNTAD
1 Corintios 9:17 - "Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa
tendré: pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada".
Para el apóstol, era muy clara la diferencia entre la persona que trabajaba solo por
recibir un salario, y aquel que lo hacía por gusto. Él dio a entender que la predicación
del evangelio no era para el una carga, pues él disfrutaba lo que hacía. Por ello ponía
toda su buena voluntad en la labor. De lo contrario, creía que se convertiría en alguien
que predicaba sólo por la paga
LA IMPORTANCIA DE LA PREDICACIÓN
Pablo dijo:"Esta es la palabra de fe que predicamos". Debemos entender que Jesús es el
Verbo de Dios hecho hombre, el cual habitó entre nosotros. Aunque Jesús ascendió al
cielo, el Verbo (la plenitud de su Palabra) quedó dentro de nosotros, Su Iglesia, y es
nuestro deber que el Verbo se encarne en los corazones de las personas. A esto se
refería el apóstol Pablo cuando hablaba de "a Palabra de fe que predicamos". El mensaje
que sale de nuestros labios, debe ir con la misma unción y con la misma fuerza que salía
también de los labios de Jesús. Para ello se recomienda:
CONCLUSIÓN
La Palabra de Dios es viva y eficaz. Ella es completa y suficiente para cumplir Sus
propósitos tanto en lo espiritual como en lo fisico y lo material
APLICACIÓN
Al preparamos para llevar el mensaje de la Palabra de Dios, siempre el punto central
debe ser el Señor Jesucristo; también es necesario buscar en oración la unción del
Espíritu Santo para que así los milagros acompañen la Palabra predicada.