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Hoy leerán y

comprenderán
acerca de un cuento
sobre el amor a la
familia.
Jenifer y la cajita de la felicidad

Un día, Jenifer salió a jugar y se alejó mucho de su casa, entrando sola a un gigante bosque del pueblo, pensando que allí
podría encontrar a sus papás. Cuánto más se adentraba al bosque, más tarde se hacía y ella tenía que regresar a su casa. Se
encontraba muy cansada, cuando vio un gran árbol rodeado de muchas flores, donde se sentó a descansar, y de pronto
escuchó un ruido muy extraño, por lo que se preguntó: ¿Hay alguien ahí? Y de inmediato se encontró frente a un hada
madrina, que le dijo: Hola hermosa niña, ¿Qué estás haciendo tan tarde en el bosque encantado? Y Jenifer le respondió:
Estoy buscando a mis papás, pues ellos están en otro mundo, porque en este ya están dormidos, ¿podrías ayudarme?
Y el hada le explicó: En este mundo no podré ayudarte, pero estamos en el “bosque encantado”, aquí la magia existe y te
llevaré donde tus padres.
Entonces, el hada madrina activó su varita mágica y transportó a Jenifer a un nuevo mundo repleto de flores, con un río
cristalino y bastantes animales. Y vaya sorpresa la que se llevó Jenifer, al ver a su mamá y a su papá junto a ella, por lo que
se lanza hacía ellos, los abraza y los besa muy alegremente… Después de un rato, Jenifer les pregunta: Papás: ¿por qué
están tristes? o ¿es que no les alegra que lo haya visitado? Pero su mamá dice: No hijita, estamos felices de verte. Lo que
ocurre es que estamos atrapados en este lugar y no podemos descansar aquí… ¿Por qué? pregunta la niña.
Y el papá le expresa: Tú nos extrañas mucho y como no eres feliz en la tierra, no podemos salir de aquí, si las personas de tu
mundo están tristes por nuestra ausencia no podremos salir nunca.
Sin embargo, Jenifer les dice:
- Pero, me siento muy sola y triste cuando veo a los niños con sus papás y no los tengo a ustedes. ¡No me pueden dejar!
Y los papás le explican:
- Hijita debes entender que siempre estamos contigo, cuidándote, aunque no nos puedas ver, sentirás nuestro cariño.
Además, hay otras personas que también te quieren mucho y que nunca te dejarán estar sola o que te pase algo malo,
como tu abuelita que te adora tanto. Ahora dinos ¿no vas a volver a estar triste por nosotros y vas a querer a tu abuelita?
Jenifer piensa por un momento y les responde:
- Está bien. No volveré a estar triste por ustedes y querré más a la abuela.
Finalmente, sus padres le hacen un regalo:
- Mira hijita, para que veas que no vas a volver a estar sola, te regalaremos esta caja de la felicidad que te hará sentir
importante cuando nadie más lo haga, sólo debes usar estas chispitas y no olvides créele a la caja lo que dice.
Y Jenifer les dice:
- Adiós papás, los quiero muchísimo.
En ese instante, el hada regresa a Jenifer al bosque encantado, donde la niña le da las gracias por ayudarla a encontrarse
con sus papás y se apura para regresar a su casa. Cuando llega a casa, su abuelita la recibe y le dice:
-¿dónde estabas mi amor?, estaba muy preocupada por ti.
Y Jenifer le dice:
- Gracias abuelita, te quiero mucho.
Después del dulce recibimiento por parte de la abuela, Jenifer corre y en un cuarto de la casa abre la caja de la felicidad con
su barita mágica, cuando de inmediato sale un humo de un olor delicioso, que dibuja la imagen de la abuelita.
Jenifer entiende que el mensaje es que cuando se sienta sola, sólo debe buscar a su abuelita, que la quiere muchísimo y ella
la hará sentir importante. En seguida mira dentro la caja y encuentra unos papelitos, que dicen valores y cualidades que ella
posee, como inteligencia, orden, sencillez y otras más.
Desde aquel día, Jenifer era la niña más feliz del barrio y de la escuela, pues sabía que era importante para alguien y que sus
padres estaban siempre con ella, cuidándola, aunque no los pudiese ver; además empezó a querer mucho a su abuelita, con
quien disfrutaba pintando, dibujando y jugando cuando se sentía sola. Y después de esto sus papás pudieron descansar en
el otro mundo donde vivían, ya que en la tierra nadie estaba triste por ellos.
Y Jenifer, su abuelita y sus papás, vivieron felices para siempre. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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