Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
poder
Con relación a la violencia simbólica como propulsora del avance o cómplice del
retroceso puedo decir que es solo un modelo arraigado que mantiene las cosas
iguales, como dice Pierre Bourdieu esto sucede por el implantado principio de
división que normaliza conductas dependiendo a quien las realice, como lo haga y
quien este viéndolo, como un perfecto ejemplo se plantea la vocación como un
hecho inamovible, en las mujeres el “llamado” al cuidado y en los hombres a la
vida pública. Los poderes más grandes incentivan lo que les conviene y la
sociedad cambia o avanza solo con imágenes disruptivas que trastornan el
panorama, el profundo, critico, radical hecho de cuestionarse y educarse para eso
mismo crea situaciones de ruptura que pueden hacer a más de uno reflexionar de
su privilegio o su desventaja, generando descontento más que nada en los
oprimidos (por que no veo a muchos quejarse de su poder) gestando así cambios
pequeños que crecen con el tiempo y el acceso al conocimiento.
Los factores que facilitan el ejercicio de poder van inscritos entre las
conformaciones verticales en las que la clase dominante comúnmente
hegemónica está por encima ostentando razones y cualidades como lo masculino,
fuerte, blanco, cis género, hetero, alto, adinerado, religioso, conservador entre
otros, que los clasifican y superponen por sobre la clase dominada, esta última
trabaja para estar arriba, pero las características económicas que considero son
de las más importantes están dadas para alimentar al poder y mantener la ilusión
de crecimiento de los clase baja y media que por medio de sacrificio buscan
aprobación y crecimiento. Esta misma estructura económica conservada
históricamente se guarda en nuestras mentes y reproduce en nuestros actos, la
violencia simbólica es discriminación disfrazada y normalizada con conformidades
y cabezas bajas que permiten que estas situaciones discriminatorias que nacen de
la diferencia se sigan perpetuando.