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ESTUDIANTE: REGINA MARISOL CORTEZ GARCÍA

NUMERO DE CARNET: 2032-18-23372

CURSO: ADMINISTRACION Y GESTION DE RIESGOS

SECCIÓN: “B”

TAREA:ESQUEMAS DE CHARLIE PONZI

Quetzaltenango, FEBRERO 2023

CHARLES PONZI, LA GRAN ESTAFA AMERICANA


El llamado esquema Ponzi debe su nombre a este inmigrante italiano que en 1920
estafó en Boston a miles de personas haciéndoles creer que invertían en un negocio
que les reportaría jugosos beneficios cuando en realidad pagaba los intereses con el
dinero aportado por nuevos incautos. Ponzi fue descubierto tras defraudar 20
millones de dó lares y dio nombre a una estafa piramidal en la que todavía hoy caen
los, en teoría, má s avezados inversores.
El mes de mayo de 2022 está siendo un periodo negro para las criptomonedas y,
sobre todo, para sus inversores. El bitcoin se ha desplomado hasta la mitad de su
valor, otras divisas virtuales lo han perdido por completo y han dejado a miles de
inversores arruinados y pendientes de pagar los créditos que habían pedido para
entrar en un negocio seguro que los haría ricos sin esfuerzo. Las autoridades fiscales
norteamericanas y los medios de comunicación de todo el mundo comienzan a
hablar de estafa piramidal para referirse a este negocio. Hablan de un esquema
Ponzi, pero ¿qué es un esquema Ponzi? Por mucho que cambien los tiempos y
avancen las tecnologías, los métodos de estafa que mejor funcionan son los clá sicos. Y
esto es el esquema Ponzi, la primera estafa piramidal a gran escala de la historia.
Ocurrió a inicios de la década de 1920 y generó titulares e historias que estamos
oyendo ahora un siglo después.
"Todo Boston se enriquece rá pidamente con Charles Ponzi, el creador de fortunas, un
moderno Rey Midas […] préstale tu dinero, de 50 a 50.000 dólares, y en noventa
días te devuelve el doble de lo que le diste. Lo ha estado haciendo durante ocho
meses y todavía lo está haciendo". Era julio de 1920 y el perió dico The Evening Post de
Nueva York se hacía eco de la fiebre inversora que se había apoderado de
Boston. Desde hacía semanas, hordas de gentes se agolpaban a diario delante de
la oficina de este inmigrante italiano para poner en sus manos los ahorros de
toda una vida con la esperanza de que los hiciera ricos. ¿En qué invertía Ponzi ese
dinero? Eso se supo muy pocos días después. En nada. Absolutamente nada.

Ponzi vuelve loco a todo Boston devolviendo el dinero invertido en 90 días", destacaba el
periódico The Evening World a finales de julio de 1920.

Charles Ponzi estafó 20 millones de dólares a sus víctimas –el equivalente a 225


millones actuales– por medio de una estafa piramidal que consiste en en prometer
rentabilidades increíbles por una inversión que en realidad es ficticia. El pago de
los intereses se hace a cuenta del dinero recaudado de nuevos e incautos inversores.
No fue el primero en llevarla a la prá ctica, pero lo hizo con tal grado de maestría que a
partir de entonces este método se conoce como "esquema Ponzi". Este "mago de las
finanzas" había llegado al Nuevo Mundo diez añ os antes procedente de Italia con un
pírrico capital de dos dó lares. ¿Quién era, de dó nde salió y có mo engañ ó a tanta gente?
Esta es la historia de Charles Ponzi, un timador con encanto.
UN DANDI SIN BLANCA
Ponzi nació en Parma con el nombre de Carlo en 1882 o 1883, pero su
autobiografía, El ascenso de Mr. Ponzi, escrita en 1936, no comienza hasta el domingo
el 15 de noviembre de 1903. Esa mañ ana, bajo un gélido viento y una fina
llovizna desembarcaba en el puerto de Boston junto a miles de compatriotas
italianos "una figura diminuta ataviada con ropas caras a la ú ltima moda europea".
Bajo esa imagen de "vástago de unos padres ricos" Ponzi escondía la realidad de que
en sus bolsillos apenas llevaba un par de dó lares en efectivo.
Los siguientes añ os sobrevivió enlazando todo tipo de oficios de baja categoría:
friegaplatos, vendedor de frutas, jornalero... Trabajos que "aborrecía" y en los que
invariablemente "me pagaban menos de lo que necesitaba y má s de lo que me
merecía".

Vista aérea de Boston en 1920 con parte de sus muelles al fondo de la imagen.
En 1907 cruzó la frontera con Canadá y se estableció en Montreal, donde entró a
trabajar en una entidad bancaria que pronto se vio envuelta en una quiebra
fraudulenta. Su propietario huyó a México al descubrirse que estaba pagando los
intereses a cuenta de los ingresos de nuevos clientes. Fue el primer contacto de
Ponzi con el "esquema ponzi", aunque todavía no tenía ese nombre. Sin trabajo y sin
dinero, Ponzi intentó cobrar un cheque falsificado por lo que fue condenado a tres
añ os de prisió n por estafa.
En 1903, con 25 años, Charles Ponzi llegó a EE. UU. con a penas un par de
dólares en sus bolsillos y tuvo que realizar trabajos de baja categoría.
Al salir de prisió n, en 1911, fue detenido en el mismo tren en el que regresaba a
Estados Unidos. Segú n Charles, todo se debió a un terrible malentendido. No conocía
a los cinco italianos que iban con él (y que no hablaban ni una palabra de inglés). Tan
solo los acompañ aba hasta EE. UU. por hacerle un favor a un conocido que se lo había
pedido. El juez no creyó esta versió n y el italiano fue condenado a dos años de
prisión por tráfico ilegal de inmigrantes.
EL LARGO CAMINO A LA RIQUEZA
Tras ser liberado en 1912, vagó por diferentes estados haciendo de bibliotecario,
pintor o vendedor de coches, hasta que en 1917 regresó a Boston, el punto de
partida de su aventura americana, para hacer de corredor comercial. Catorce añ os
después todavía estaba muy lejos del propó sito con el que había llegado: "hacerme
rico". En Boston conoció a Rose Maria Genecco, "el regalo má s preciado que Estados
Unidos

Podría haberme ofrecido" y se casó con ella. "Cansado de ganar dinero para mis
empleadores y ninguno para mí", decidió establecerse por su cuenta.

Fotografía de la ficha policial de Charles Ponzi tras ser detenido por trá fico de
inmigrantes.
Se le ocurrió la idea que debía hacerlo rico: La guía del comerciante, una
publicació n gratuita financiada gracias a la publicidad. "Su margen de beneficio neto
debería haber sido de alrededor de 15.000 dó lares durante los primeros seis meses",
segú n sus cá lculos. Un negocio redondo... Que nadie má s supo ver, porque ningún
banco le proporcionó la financiación para sacarlo adelante.
Tras vagar durante años por Estados Unidos y Canadá regresó a Boston en
1917 muy lejos del objetivo que se había fijado al desembarcar en su puerto
en 1903: hacerse rico.
Casi sin dinero, convirtió su oficina en un coworking, subarrendando el local a otros
inquilinos "que se hicieron cargo del dinero de mi alquiler". La guía del
comerciante había fracasado antes de nacer pero fue la puerta a otro negocio. La
idea le llegó "como una manzana madura. No habría sido humano si no le hubiera
dado un mordisco".
LA "MANZANA MADURA"
Una mañ ana, revisando su correspondencia encontró la carta de una compañ ía
españ ola interesada en su guía, que solicitaba una copia de la publicació n. Para
hacerla llegar hasta Españ a, adjuntaba unos sellos de respuesta internacional. Se
trataba de cupones prepagados que permitían realizar envíos al remitente desde
el extranjero sin coste para el emisor.
Por un acuerdo internacional, estos cupones no tenían en cuenta la fortaleza de la
moneda de cada país. Así, los sellos emitidos en un país con una divisa débil
(como España) se podían intercambiar por sellos de más valor en EE. UU. Ponzi
calculó un beneficio del 10% en el caso de la peseta, mayor en casos de monedas má s
devaluadas como la lira italiana. Solo se trataba de convertir los sellos en dinero
de verdad... Que no hubiese forma de dar este ú ltimo paso no detuvo a Ponzi.

Un sello de respuesta internacional emitido por Reino Unido en 1959.


Lo que lo detuvo fue, otra vez, la falta de financiació n. Pero se dio cuenta de que podía
obtener "diez dólares de diez personas diferentes mucho más fácilmente que
pedir prestados cien dólares a una sola". Esa aparentemente inocente idea
desencadenaría una enloquecida espiral que acabaría haciéndolo millonario al fin,
aunque fuera de forma efímera e ilegal.
UN HOMBRE RESPETABLE
Ponzi no podía confiar en que la gente cabal prestara dinero a un completo
desconocido, un inmigrante italiano que llevaba décadas vagabundeando por el país
y que había estado en la cá rcel por falsificar cheques y por trá fico de personas. Así que
hizo lo que debe hacer todo aquel que quiera enriquecerse de manera rá pida y fá cil en
el mundo capitalista: fundó una empresa con un rimbombante nombre en inglés–
en su caso justificado porque se encontraba en Estados Unidos–, la Securities
Exchange Company, una sociedad sin socios, que tenía un solo empleado y con sede en
una oficina que subarrendaba para poder pagar el alquiler.
Ponzi fundó una empresa con un rimbombante nombre, la Securities
Exchange Company, tras la que esconder su identidad.
Una vez hubo escondido su nombre solo tenía que desplegar su encanto para
convencer a los inversores que era buena idea poner su dinero en sus
manos. Aunque su talento como inversor tal vez no era muy grande, de su capacidad
de seducció n puede dar cuenta su primer "cliente", un vendedor de muebles que entró
a su oficina reclamando que le pagara las cuotas atrasadas de una compra a plazos. No
solo salió de ese lugar sin su dinero, sino que Ponzi le convenció para que le
prestara 100 dólares a cambio de devolverle 200 en 60 días.

Charles Ponzi y su esposa Rose Marie Genneco.


Ese fue su modo de operar durante las siguientes semanas. No explicaba muchos
detalles de su plan pero prometía unos intereses del 50% en 90 días. Poco
después redujo el plazo a 45 días: "aunque pudiera parecer demencial como
inversión, era extremadamente atractivo como apuesta". Nadie invertiría sumas
importantes de dinero en él, pero "cualquiera podía permitirse perder 10 dó lares para
probar suerte". El hecho es que cuando los primeros "clientes" recibieron quince
dó lares al cabo de 45 días, "todo el sentido de la precaució n los abandonó ".
LA BOLA DE NIEVE
"Mi primer vendedor fue la bola de nieve. Hasta el 1 de enero de 1920, reuní
exactamente a 18 inversores. La bola de nieve había comenzado su camino cuesta
abajo. Cobró impulso cuando, alrededor de la segunda semana de febrero, pagué a
mis primeros inversores 2.478 dólares sobre su inversión original" de 1.770
dó lares, explicaría en su biografía.
Desde entonces, cada cliente satisfecho se convirtió en un vendedor que traía nuevos
clientes. La legión de inversores creció a pasos agigantados. En julio, má s de
30.000 personas habían adquirido pagarés de la Securities Exchange Company por
casi 15.000.000 de dó lares. La bola se había convertido en una verdadera
avalancha.
Poco importaba que hubieran investigado varias veces sus negocios, él siempre
lograba convencer a las autoridades de su legalidad. Tampoco importaba mucho
que no hubiera ideado ningún plan para convertir los sellos de respuesta
internacional en dinero contante y sonante... Los había dejado de comprar a los
pocos días de poner en marcha su empresa y la compañía se nutría exclusivamente
de los ingresos que obtenía de sus inversores.
Ponzi reclutaba a sus clientes/agentes comerciales prometiéndoles un 10% adicional
por cada nueva inversió n que encontraran. Miles de personas depositaban su
dinero en el plan de Ponzi y reinvertían las ganancias en vez de cobrarlas, lo que
evitaba a Ponzi tener que hacer frente a muchos pagos.
EL NUEVO RICO
Ponzi disfrutaba de la vida que había perseguido desde que bajó por la pasarela de
aquel barco en 1903. Vivía en una mansión de 12 habitaciones con servicio y
poseía un par de automóviles. Vestía ropa cara y lucía bastones de Malaca con
mango de oro, mientras compraba diamantes para su esposa. Cenaba en lujosos
restaurantes y se dejaba ver en compañía de lo más selecto de la sociedad
bostoniana. Se hizo con propiedades inmobiliarias y adquirió incluso el banco que le
había denegado el préstamo para editar su Guía del comerciante. "Cuanto más
compraba, más quería comprar", recordaría, "fue una manía".

Charles Ponzi a la entrada del edificio en el que tenía su oficina en 1920.


A finales de julio, el fenómeno era incontrolable. Una variopinta multitud de
inversores desbordaba su oficina y llegaba hasta la calle bloqueando el trá fico:
"Hermosas mujeres con joyas en las orejas, otras de aspecto descuidado con bebés
en sus brazos, viudas con largos velos negros, peces gordos, muchachos en pantaló n
corto y vendedores ambulantes, todos ellos luchan por conseguir un lugar más
cerca de la entrada mágica", segú n un reportero del Evening World. La docena de
agentes de policía contratados por Ponzi se veían desbordados.
Ponzi no podía atender a todos los que llamaban a su puerta y su éxito hizo que
surgieran imitadores. Segú n su relato, un grupo de inversores aseguró estar haciendo
"exactamente lo que yo hacía, y todos les creían, porque todos creían que yo estaba
haciendo lo correcto". En realidad, sí estaban haciendo exactamente lo mismo que él,
pero Ponzi "no podía salir y decir que los otros estaban mintiendo, al igual que
yo".

LA CAÍDA DE MR PONZI
El sá bado 24, el Boston Post valoraba su compañ ía en 8'5 millones de dó lares. La bola
era ya extremadamente grande, y dentro de ella tan solo había el humo que
Ponzi había estado vendiendo desde enero. Se había culminado el ascenso de Mr
Ponzi. Pero todo lo que sube, baja.
El 26 de julio de 1920 se produjo el punto de inflexió n en esta historia. Fue el día que
facturó má s que ningú n otro en su oficina de Boston –15 millones de dó lares segú n
sus cá lculos–. "¡Toda la calle era un mar de sombreros de paja y humanidad
retorcida!" que agarraba nerviosamente fajos de dinero para depositarlos en el
negocio del "mago que podría convertir a un pobre en millonario de la noche a la
mañ ana", segú n recordaría él mismo de esa mañ ana.
A finales de julio de 1920 la bola era ya extremadamente grande, y dentro de
ella tan solo había el humo que Ponzi había estado vendiendo desde enero.
Pero ese día también apareció un artículo en el Boston Post que sería la estocada final
para sus negocios. El artículo señalaba con extrañeza que el Ponzi no invertía su
propio dinero en una inversión tan fabulosa y, sobre todo, advertía de que tan solo
había 27.000 cupones de respuesta internacional en todo Estados Unidos y que para
que la Securities Exchange Company pudiera hacer frente a los pagos
comprometidos se necesitaban 160 millones de sellos.

La multitud se agolpa en la calle delante de la ofiina de Charles Ponzi en una imagen


tomada en julio de 1920.
La codicia de los inversores se convirtió entonces en pá nico y las colas continuaron,
pero esta vez para sacar el dinero invertido. Las autoridades decidieron abrir una
nueva investigación y Ponzi se comprometió a no aceptar más inversiones hasta
que concluyera. Bajo la apariencia de colaborar con la justicia, lo que pretendía hacer
era obstruirla. "Ponzi se niega a revelar su secreto sobre cómo hacerse rico" eran
los titulares días má s tarde. Ponzi desplegó una gran campañ a de relaciones pú blicas y
multiplicó sus apariciones en la prensa.
IRREMEDIABLEMENTE INSOLVENTE
Preguntado por có mo convertía los cupones que supuestamente adquiría en dinero en
metá lico se limitaba a responder: "Este es mi secreto". Hablaba de un complicado
entramado de agentes internacionales que compraban y vendían sellos en
Europa y una respetable institució n anó nima que actuaba como su apoderado en el
Viejo Continente. "Lo que hago es absolutamente legal", sostenía entonces.
Muchos de sus inversores corrieron a canjear los pagarés de Ponzi. Estos, al menos,
recuperaron su dinero. Pero muchos otros siguieron creyendo en él y lo
idolatraban como un héroe que les había mostrado donde estaba el dinero. El 2
de agosto el antiguo jefe de prensa de Ponzi declaró a la prensa que su antiguo jefe
era "irremediablemente insolvente [...] Tiene una deuda de más de 2.000.000",
que se elevaría a cuatro millones y medio si se contaban los intereses. Ponzi se
defendió de las acusaciones y amenazó con demandar a su exempleado.
El 11 de agosto salió a la luz el verdadero pasado del mago de las finanzas: el Boston
Post descubrió el pasado como convicto de Ponzi en Canadá y en EE. UU. La
revelació n dejó ató nito a todo el mundo. Mientras, las autoridades fiscales de Estados
Unidos continuaban revisando sus libros de cuentas y no tardaron en darse cuenta de
la realidad: no había sellos, no había agentes internacionales ni misteriosa
institución que actuara en nombre de Ponzi en Europa.

"Ponzi arrestado. Admite que no puede devolver tres millones de dó lares", era la
portada del Boston Post el 13 de agosto.
FRAUDES, QUIEBRAS Y CONDENAS
La auditoría concluyó que Ponzi tenía unos nú meros rojos de 3,5 millones de dó lares
(má s tarde se elevaría el agujero a siete millones). Como consecuencia, el italiano fue
arrestado, media docena de bancos quebraron y los que aún conservaban sus
pagarés recibieron 30 centavos por cada dólar invertido. El Boston Post, sería
galardonado con el premio Pulitzer por sus investigaciones. En noviembre, Ponzi
aceptó declararse culpable del cargo federal por fraude postal para reducir su pena a
cinco añ os, de los que solo cumpliría tres y medio.

JOSEPH PULITZER, EL CREADOR DEL SENSACIONALISMO


Pero no contaba con que a su salida de la cárcel, en 1924, debería hacer frente a
decenas de demandas en el estado de Massatchussets. Defendiéndose a sí mismo
(estaba arruinado y no podía permitirse contratar a un abogado) usó su carisma para
librarse de algunos cargos, pero no pudo evitar ser condenado a entre siete y
nueve años por estafa y latrocinio. En libertad bajo fianza mientras se resolvía su
apelació n, se mudo a Jacksonville, Florida, donde planeó recuperar su fortuna. El plan
implicaba, como no, otro esquema Ponzi, esta vez a cuenta de una inversión
inmobiliaria.
UN PONZI EN CIERNES
Bajo el nombre de Charles Borrelli, logró dinero para establecer el Charpon Land
Syndicate, que debía hacerlo millonario de nuevo comprando y vendiendo
parcelas, aprovechando la fiebre inmobiliaria que se había apoderado de
Florida. Para atraer a los inversores a su nueva compañ ía ofreció unos beneficios
del 200% en 60 días. Ponzi había recaudado 7.000 dó lares cuando las autoridades de
Florida cerraron su empresa y emitieron una orden de arresto por no presentar los
documentos adecuados y vender certificados de deuda sin los permisos pertinentes.
En su testamento tan solo dejó 75 dólares para costear su propio entierro.
Otra vez en busca y captura, huyo a Texas, donde fue arrestado cuando iba a
embarcar hacia Italia con la esperanza de desaparecer del radar de las
autoridades fiscales estadounidenses. Cumplió condena hasta 1934 y fue
inmediatamente deportado a Italia, esta vez contra su voluntad. Con 54 añ os, logró un
empleo en una línea aérea italiana que conectaba Italia y Brasil y se instaló en Río de
Janeiro. Con el estallido de la II Guerra Mundial, la compañ ía dejó de operar y Ponzi
perdió su trabajo, teniendo que ganarse la vida como profesor de inglés y traductor.
Divorciado de su esposa desde su deportació n de EE. UU., Ponzi sufrió un infarto en
1941 y un derrame cerebral en 1948. Pasó el ú ltimo añ o de su vida en el hospital
san Francisco de Asís de Río de Janeiro, donde murió el 18 de febrero de 1949.
Segú n parece tan solo dejó 75 dó lares para costear su entierro.
MADOFF Y EL ESQUEMA PONZI MÁS GRANDE DE LA HISTORIA

El concepto del esquema Ponzi no terminó en 1920. A medida que la tecnología


cambió, el esquema Ponzi también cambió.
En 2008, Bernard Madoff fue condenado por ejecutar un esquema Ponzi que
falsificó informes comerciales para mostrar que un cliente estaba obteniendo
ganancias de inversiones que no existían.

Madoff promocionó su esquema Ponzi como una estrategia de inversión llamada


conversión split-strike que usaba la propiedad de acciones y opciones de S&P 100.
Madoff usaría acciones de primer nivel que tienen datos comerciales históricos
muy accesibles que podrían volver a forjar su historial. Luego, se informaron
transacciones falsificadas que nunca ocurrieron para producir el rendimiento
periódico deseado.

Durante la crisis financiera mundial de 2008, los inversores comenzaron a retirar


fondos de la empresa de Madoff, lo que expuso la naturaleza ilíquida del
verdadero panorama financiero de la empresa. Madoff dijo que su empresa tenía
unos 50.000 millones de dólares en pasivos adeudados a unos 4.800 clientes.
Condenado a 150 años de prisión con $ 170 mil millones en confiscación de
activos, Madoff murió en prisión el 14 de abril de 2021.

Los esquemas Ponzi pueden funcionar durante décadas. Los investigadores


sospechan que el esquema Ponzi de Madoff se inició a principios de la década de
1980 y duró más de 30 años.

BANDERAS ROJAS DEL ESQUEMA PONZI


Independientemente de la tecnología utilizada en el esquema Ponzi, la mayoría
comparte características similares. La Comisió n de Bolsa y Valores (SEC) ha
identificado los siguientes rasgos a tener en cuenta:

Una promesa garantizada de altos rendimientos con poco riesgo


Un flujo constante de rendimientos independientemente de las condiciones del
mercado
Inversiones que no se han registrado en la Comisió n de Bolsa y Valores (SEC)
Estrategias de inversió n que son secretas o descritas como demasiado complejas para
explicarlas
Los clientes no pueden ver los documentos oficiales de su inversió n.
Clientes que tienen dificultades para retirar su dinero
¿Cuál es un ejemplo de un esquema Ponzi?

Imagine un ejemplo muy simple en el que Adam promete a su amigo Barry un 10% de
devolució n. Barry le da a Adam $1,000 con la expectativa de que la inversió n valdrá
$1,100 en un añ o. Má s tarde, Adam promete un retorno del 10% a su amiga Christine.
Christine accede a darle a Adam $2,000.

Con $3,000 ahora disponibles, Adam puede arreglar a Barry pagá ndole $1,100.
Ademá s, Adam puede robar $1,000 del fondo colectivo si cree que puede conseguir
que futuros inversionistas le den dinero. Para que este plan funcione, Adam debe
recibir continuamente dinero de un nuevo cliente para pagar a los antiguos.

¿Cuál es la diferencia entre un esquema Ponzi y un esquema piramidal?

Un esquema Ponzi es un mecanismo para atraer inversores con la promesa de


rendimientos futuros. El operador de un esquema Ponzi solo puede mantener el
esquema hasta que se incorporen nuevos inversores.

Por otro lado, un esquema piramidal recluta a otras personas y las incentiva a
involucrarse má s con otros inversionistas. Un miembro dentro de un esquema
piramidal gana solo una parte de sus ganancias y los miembros que se encuentran má s
arriba en la pirá mide lo «utilizan» para generar ganancias.

¿Por qué se llama esquema Ponzi?

Los esquemas Ponzi llevan el nombre de Charles Ponzi, un hombre de negocios de la


década de 1920 que convenció con éxito a decenas de miles de clientes para que
invirtieran sus fondos con él. El esquema Ponzi prometía una cierta cantidad de
ganancias después de un cierto período de tiempo a través de la compra y venta de
cupones de respuesta por correo con descuento. En cambio, estaba usando el nuevo
dinero invertido para pagar viejas obligaciones.
para saber má s

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