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El documento describe las características de las regiones en la provincia de Córdoba, Argentina. La región capitalina y central es la más poblada, concentrando 22 de las 39 ciudades principales, incluyendo a la ciudad de Córdoba. Esta región presenta contrastes entre las zonas serranas y llanas, lo que determina una variedad de paisajes y actividades económicas. La región central también tiene la mayor densidad de sucursales bancarias.
El documento describe las características de las regiones en la provincia de Córdoba, Argentina. La región capitalina y central es la más poblada, concentrando 22 de las 39 ciudades principales, incluyendo a la ciudad de Córdoba. Esta región presenta contrastes entre las zonas serranas y llanas, lo que determina una variedad de paisajes y actividades económicas. La región central también tiene la mayor densidad de sucursales bancarias.
El documento describe las características de las regiones en la provincia de Córdoba, Argentina. La región capitalina y central es la más poblada, concentrando 22 de las 39 ciudades principales, incluyendo a la ciudad de Córdoba. Esta región presenta contrastes entre las zonas serranas y llanas, lo que determina una variedad de paisajes y actividades económicas. La región central también tiene la mayor densidad de sucursales bancarias.
El espacio geográfico es un conjunto indisociable en el que participan, por un
lado, cierta disposición de objetos geográficos (naturales y sociales) y, por otro, la vida que los anima. Podría afirmarse que la geografía se ocupa de estudiar las diferenciaciones que se producen en el espacio, entendido éste como un producto de las relaciones entre procesos sociales y procesos naturales. Estos espacios diferenciados pueden ser las regiones, verdaderos "recortes territoriales”. Entre las particularidades y las recurrencias o regularidades territoriales, se establece un complejo juego de deducción e inducción. La región es un producto de la historia humana definido a través de interacciones complejas entre actores sociales en un ambiente que afecta a esas relaciones y es afectado por ellas. No es el resultado fortuito de una secuencia de hechos independientes. La región es, entonces, un medio y un producto. Tiene propiedades estructurales, es decir conforma un conjunto que no puede ser reducido a sus partes, porque está basado más en las relaciones entre estas partes que sobre las partes mismas. La región se forma a través de una secuencia históricamente determinada de la que se derivan las relaciones sociales específicas y permiten su reproducción. La región es en ella misma un proceso. El análisis regional supone la selección e investigación en profundidad de aquellos aspectos particulares de las relaciones sociales en el territorio, especialmente la estructura de la producción económica del trabajo y del capital, los modelos culturales y las relaciones políticas. Por su parte, la síntesis permite delinear la trama de relaciones que los integra y une para producir la diferenciación espacial. Esta nueva concepción de la síntesis supone una teoría de formación de la región y está sólo referida a la interacción de los procesos sociales particulares que se considera que juegan un papel directriz en la creación de la región. Los diferentes elementos estudiados deben estar ordenados de acuerdo con una lógica explicativa que permita conseguir la deseada interpretación y producir la nueva síntesis. La ordenación de elementos es ya una interpretación. Esto exige una toma de postura, un planteamiento teórico acerca de la génesis de la región. Dentro de este planteamiento explicativo, los estudios deben tener un gran componente dinámico. El análisis regional es sensible a las decisiones, a los agentes sociales, las interacciones; la dinámica social y espacial es más sensible al cambio, se preocupa más por cuestiones relacionadas con la política regional, el mercado de trabajo y las condiciones sociales del mismo, las disparidades regionales y los problemas de desarrollo. La región es una porción del territorio individualizado, identificado, una creación humana coherente que se distingue de otros espacios fácilmente. Este carácter homogéneo surge como resultado de la identificación de unos elementos dominantes que hacen que la región se oponga, en virtud de su coherencia, a las regiones de alrededor. La cuestión regional que comprende al espacio local y opera como marco de vida de hombres y mujeres tiene una importancia decisiva en el actual contexto de la mundialización. No obstante, la importancia y el significado de la geografía regional y de la región ha variado sustancialmente a lo largo de la historia reciente de la geografía. Se puede afirmar, en términos generales, que después de un período donde primo cierto abandono y desprestigio de los estudios regionales, a fines de la década de 1980 se comenzó a asistir a un renacer del análisis regional y a una reutilización del concepto de región. Se vuelve a enfocar la mirada en lo particular, en la diferencia, en lo específico, con el objeto de dar significado a un mundo complejo y plural, sin renunciar por ello a la especulación teórica. El recobrado interés por lo regional deriva de los muy diversos impactos regionales de la crisis económica de los años 70 y '80 del siglo 20 y los problemas que suscita la reestructuración. Han surgido nuevas áreas-problema, se ha agudizado la crisis en las áreas metropolitanas, se han desterritorializado ciertas actividades. Hoy, los territorios responden de diferente modo al imperativo de adaptarse a los cambios. Todo esto ha puesto en el tapete la importancia de las diferencias regionales. En tal sentido, se puede afirmar que la región es un ejemplo de respuesta local a los procesos capitalistas globales. La región constituye una apropiación simbólica de una porción del espacio por parte de un grupo determinado y es un elemento constitutivo de su identidad. La identidad cultural reivindica a la región como elemento de preservación de la diversidad cultural frente a un mundo que impone la uniformidad material y cultural. Las regiones no están "esperando" ser descriptas, se desarrollan a partir de las interacciones sociales y son tanto la condición como el resultado de las relaciones entre individuos y grupos e instituciones en el espacio regional. Construcciones discontinuas y abiertas en el tiempo y en el espacio, las regiones son un objeto central para la geografía. Fuente: Enciclopedia Geográfica de Córdoba
Las regiones en cifras
Se puede regionalizar el territorio provincial en cinco unidades que presentan significativas diferencias en términos de extensión, volumen de población, densidad demográfica y cantidad de ciudades. Conforman un rompecabezas cuya articulación evidencia desequilibrios económicos y sociales ya descriptos al final del capítulo cinco de la presente obra. Fuente: Insertar cuadro de (Elaboración propia con base en datos de los censos nacionales de 1960, 1980 y 2001 (Indec) y www.bancor.com.ar) Se aprecia una densificación de la población en el área capitalina y la región central por el efecto centrípeto que ejerce la metrópolis cordobesa a partir de la década de 1960, cuyo impulso perdura. Esto alienta un acusado proceso de urbanización que se refleja en el número de ciudades y en la densidad. La región más extensa es la del sur y la menos extensa la del oeste; ambas tienen una densidad demográfica promedio equivalente. La más poblada es la región central y la menos poblada es la región del norte. Entre los censos de 1960 y 1980, la región del norte perdió población, que repunta en 2001. El más interesante ritmo de incremento de población se operó en la región del centro, el cual coincide con la consolidación de algunos centros urbanos que se insertan en el área de influencia de la capital cordobesa en las últimas dos décadas. Se ha incluido en el cuadro el número de sucursales del Banco Provincia de Córdoba y la relación cantidad de habitantes de cada región por sucursal. Para interpretar estos guarismos es preciso considerar el patrón de distribución de la población y el peso de los distintos sectores productivos a lo largo y ancho de la provincia. Es oportuno señalar que, en la realidad, estas sucursales coexisten con filiales de otros bancos. No obstante, su presencia como banca oficial y provincial cobra una relevancia particular. La modalidad del servicio de cajeros automáticos amplía el horario de consulta y la disponibilidad de efectivo. En este caso, la accesibilidad y conectividad de las localidades potencia el uso de los mismos y brinda a los usuarios la posibilidad de mayor movilidad geográfica. En otras palabras, la tecnología "desterritorializa" trámites, los "despega" de cierta localización antes fija en el espacio y fija en el tiempo (horario de atención). Inciden notablemente en el perfil turístico de los centros urbanos junto con las estaciones que garantizan el expendio de gas natural comprimido.
Región Capital y del Centro
Segunda en extensión después de la región del sur y por lejos la más poblada, la Capital y la región del centro comprende un total de nueve departamentos: Capital, Colón, Punilla, Santa María, Río Primero, Río Segundo, Calamuchita, Tercero Arriba y General San Martin. Articulados en torno a la metrópolis capitalina, su dinámica revela que en ellos se concentran 22 de las 39 ciudades que conforman el sistema urbano de la provincia. Ellas son: Capital (1.284.582 habitantes); Villa María (cabecera de General San Martin), con 72.273 habitantes; Villa Carlos Paz, con 54.246 habitantes; Río Tercero, con 44.667 habitantes; Alta Gracia (cabecera de Santa María), con 42.600 habitantes; Jesús María (cabecera de Colón), con 26.814 habitantes; La Calera, con 24.727 habitantes; Villa Allende, con 21.528 habitantes; Cosquín (cabecera de Punilla), con 18.795 habitantes; Río Segundo, con 18.162 habitantes; Villa Nueva, con 16.415 habitantes; Río Ceballos, con 16.406 habitantes; Unquillo, con 15.587 habitantes; La Falda, con 15.114 habitantes; Colonia Caroya, con 13.774 habitantes; Villa del Rosario (cabecera de Río Segundo), con 13.708 habitantes; Oncativo, con 12.697 habitantes; Pilar, con 12.500 habitantes; Oliva (cabecera de Tercero Arriba), con 12.049 habitantes; Almafuerte, con 10.621 habitantes; Hernando, con 10.401 habitantes, y Malagueño, con 6.213 habitantes. La macrocefalia y su centripetismo "metropolizan" esta región, cuya accesibilidad y conectividad convergen en la capital. En términos ambientales, presenta una porción serrana al oeste y una porción plana, lo que determina un contraste climático y edáfico significativo que se traduce en paisajes urbanos y rurales cuyas actividades económicas también resultan variadas y en algunos casos complementarias. El paisaje serrano, con sus cordones, valles y lagos artificiales, ofrece recursos energéticos, mineros y turísticos. La depresión periférica es el escenario de oasis de cultivo como Jesús María, Colonia Caroya y la misma ciudad de Córdoba (con su cinturón verde). Los recursos disponibles se diferencian según el ambiente. Al este, suelos aptos para cultivos, pasturas y campos naturales de pastoreo. Al oeste, que coincide con las sierras, encontramos recursos para ocio y turismo, energía y minería. El conjunto de riesgos naturales que amenazan a esta región comprende sequías, arsénico en las aguas subterráneas, aluviones en ríos serranos, granizo, incendios y eventos sísmicos leves en las sierras. El impacto ambiental también se diferencia según el ambiente: en la planicie oriental, se aprecia la degradación de la fauna, el uso indebido de agroquímicos, el problema de los residuos urbanos y la contaminación del agua. En las sierras, el impacto ambiental se vincula con los enclaves mineros, la degradación de la flora y fauna y, en algunos sectores, también acusa la huella del turismo masivo. La pampa alta y la pampa plana acusan la presencia de paisajes culturales propios del proceso de pampeanización impuesto por el modelo agroexportador.
Crecimiento poblacional y concentración demográfica
Existe consenso acerca de la excesiva concentración demográfica de Argentina en las grandes urbes. El deterioro competitivo agro ganadero en el que se vio encerrado nuestro país, principalmente a lo largo de este último siglo, produjo un éxodo rural masivo hacia los principales centros urbanos. Córdoba no es la excepción a la regla, observándose una marcada emigración rural para concentrarse en las distintas ciudades. Así es que de una relación de 19,3% de población rural y 80,7% urbana en 1980 se pasó a 13,1% y 86,9% en 1991; mientras que, de seguir el éxodo rural a este ritmo, en el año 2010, el 98% de la población se concentraría en algún centro urbano'. Esta emigración rural se relaciona directamente con la de las regiones menos desarrolladas, para concentrarse principalmente, en los departamentos Capital, Colón, Punilla, Río Cuarto y San Justo. Estos cinco departamentos conglomeran el 67% de la población de la provincia, y la tendencia es que esa cifra se incremente en los próximos años en detrimento de aquellos departamentos con más necesidades. Si se considera el departamento Capital en forma aislada, se puede ver que, en el año 1980, el mismo concentraba el 41% de la población en tan sólo el 0.34% de la superficie de la provincia, siendo esta concentración en el año 1991 del 42.6%; mientras que las proyecciones indican que, en el año 2010, el 45% de la población de la provincia residirá en este departamento. Por otro lado, a partir de una estimación de la población calculada a través de la tasa de crecimiento anual de la población en el período intercensal 1980- 1991, se procedió a estimar la evolución de la población (ver tabla II-5 del anexo), lo que permite ver que la población para el año 2005 se habrá concentrado más aún en Capital y Colón, mientras que la participación poblacional en el total provincial cae en casi todos los demás departamentos de la provincia. En la tabla II.1 se observa la evolución de la densidad poblacional en el período intercensal 1980-1991. Se observa que el departamento Capital es el más densamente poblado. En él viven 2.099 personas por km², y las proyecciones indican que en el año 2010 la relación se estirará a 2.824 habitantes por km². Se desprende de la tabla II. I que el departamento Colón es el que mayor crecimiento poblacional ha experimentado (31,4%) en el período intercensal 1980-1991, lo que significa un incremento del 2,5% anual. La tendencia es que la población siga concentrándose en este departamento más que en el resto; así es que de 48,5 habitantes por km² en 1991 se pasaría a 77,9 en el año 2010 de seguir acentuándose esta conducta demográfica. Dicho crecimiento se debe principalmente a la cercanía de este departamento con la ciudad de Córdoba y a las comodidades propias de vivir en zonas periféricas, a lo que se le suma la existencia de un sistema de transporte relativamente ágil hacia la Capital cordobesa que facilita la comunicación y hace que gran cantidad de personas que trabajan o estudian en la ciudad capital elijan vivir en el departamento Colón". Cabe destacar que, al comparar la densidad de los veintiséis departamentos de la provincia de Córdoba, debe hacerse una distinción entre aquellos departamentos que menor densidad poblacional poseen, dado que los motivos que llevan a que la población esté dispersa en éstos no son los mismos para todas las regiones. En el caso de los departamentos del sur provincial, la baja densidad poblacional se debe a que los mismos se enmarcan en grandes extensiones de tierra dedicadas principalmente al agro; mientras que los departamentos del norte y noroeste provincial, cuyas superficies en ninguno de los casos supera el 5% del territorio provincial, presentan una marcada emigración departamental causada principalmente por su escaso grado de desarrollo que hace que éstos estén cada vez menos densamente poblados. En el mapa II.1 de la provincia de Córdoba se puede observar la distribución de la población según áreas más o menos densamente pobladas. En la tabla 11.2 por su parte, se observa la evolución de la población en la provincia explicada por la migración (principalmente departamental). (Insertar Tabla II.I de densidad poblacional) Se puede ver que quince de los veintiséis departamentos tuvieron emigración entre 1990 y 1994, aunque la provincia en su conjunto observó una inmigración del 1.8% en el mismo período. De todas formas, sólo cinco departamentos tuvieron crecimiento negativo de la población en el intervalo de tiempo analizado; éstos son los departamentos Tulumba (emigran unas 350 personas anualmente); Sobremonte (emigran 235 personas anualmente); Pocho (emigran 298 personas anualmente); Minas (emigran 158 personas anualmente) y Calamuchita (emigran unas 1 164 personas por año) *. Este último departamento merece un comentario aparte dado el asombro que provoca su resultado, debido a que dicho departamento muestra buenos resultados en casi todos los indicadores de desarrollo e infraestructura que se analizan en el presente trabajo. La probable explicación a esta observación puede encontrarse dado el hecho acentuado en la precedente década, de que muchas personas adquirieron propiedades llamadas "de fin de semana" en dicho departamento, dada su conocida reputación turística; pero como dichos propietarios tienen su residencia en otra localidad no han sido cesadas en Calamuchita. Fuente: Insertar cuadro de (Elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de Población y Vivienda 1980 y 1991) Grupos etarios departamentales: Otro instrumento de análisis interesante es el de las pirámides poblacionales. Este tipo de gráfico refleja la estructura de la población según los grupos etarios que comprenden la misma y se construye midiendo en el eje de las abscisas, la cantidad de personas (en este caso se ubicarán los varones a la derecha del cero y las mujeres a la izquierda) y en las ordenadas los intervalos de edades, de cinco años cada uno. Normalmente, estas pirámides se usan para comparar las poblaciones de distintos países y la forma que asumen dice mucho acerca del grado de desarrollo de la región. Es así como pirámides con una base muy ancha y su vértice superior muy angosto son típicas de los países subdesarrollados cuyas tasas de natalidad y mortalidad son muy altas. Asimismo, se hacen más angostas en el centro, ya sea por la emigración o por una muy baja esperanza de vida y reflejaría en parte una falta de población en edad activa. A medida que se van tomando países más desarrollados. la forma de las pirámides va cambiando, disminuyendo su base en relación con el resto de la figura, como así también ensanchándose el centro. Se va transformando entonces de una forma de triángulo a una de campana o de barril. Para este último caso extremo, se dice que en un futuro se tratará de poblaciones envejecidas y presentarán problemas de falta de mano de obra, puesto que el número de personas en edad activa será reducido. Para el caso de los departamentos de la provincia de Córdoba, obviamente no se encontrarán estas situaciones tan extremas; sin embargo, se pueden registrar, como se demostrará a continuación, ciertas diferencias en las formas de las pirámides de las zonas más pobres y las de las más desarrolladas En los gráficos II.3 a II.9 se exponen las pirámides para el año 1991 de determinados departamentos de la provincia. Se han considerado sólo los casos más representativos, es así como en el primer grupo están comprendidas aquellas zonas más pujantes y con mayor crecimiento poblacional como la Capital, Colón y Punilla. Estas pirámides adoptan la forma de campana con un centro más ancho que las que se verán para las otras regiones, puesto que se tratan de grandes centros receptores de estudiantes (caso de la Capital) y mano de obra joven. En el otro extremo se podrían analizar aquellos departamentos que, como ha sido demostrado anteriormente, cuentan con migraciones negativas. Se han tomado en cuenta sólo dos, Minas y Sobremonte, cuyas pirámides serían representativas de la zona del noroeste provincial. Se puede observar cómo asumen una forma distinta de las anteriores, puesto que su centro es mucho más angosto, lo que estaría reflejando en parte las migraciones analizadas. Asimismo, se destaca en ambos departamentos la mayor presencia de población masculina en todos los grupos de edades. Por último, existe otro grupo con características particulares, que abarca los departamentos de las zonas este y sur de la provincia. A modo ejemplificativo se han considerado Marcos Juárez y San Justo, pero sus conclusiones pueden extenderse al resto de la región. Su forma también es acampanada como en el primer grupo analizado, y ensanchada en el centro, pero presentan una característica distintiva para esta zona, que es la de poseer una menor cantidad de población en los grupos de edades comprendidos entre los 20 y 25 años. Este fenómeno puede deberse a la emigración que se produce en ese período que abarca los años de estudio universitario. Cabe destacar que una vez transcurrida esta etapa, la pirámide vuelve a hincharse, lo que estaría reflejando el retorno a su lugar de origen de mucha gente que se había radicado en otras zonas. Para finalizar, es importante tener en cuenta que, si bien las pirámides poblacionales resultan un instrumento de análisis muy útil, deben ser manejadas con cierto cuidado y no aisladas del marco social e histórico de la región. Esto es así debido a que, al estudiar un fenómeno del tipo temporal, pueden reflejar circunstancias especiales ocurridas en un período determinado. Por ejemplo, un engrosamiento de la pirámide en cierto grupo de edades puede deberse a un "baby boom" (incremento de la natalidad) pero sólo en ese período de tiempo, y no sólo a factores migratorios. O tal vez en una época de guerra se evidencie una disminución de la población joven masculina. Este tipo de hechos darían a las pirámides formas muy particulares; sin embargo, se trata de fenómenos que se visualizan más frecuentemente en comparaciones a nivel de grandes agregados, tal los casos de países o provincias, y no es usual encontrarlos a un nivel tan micro como lo son los departamentos de la provincia de Córdoba analizados en este capítulo.
Diversidad de Realidades Mutables: Borde Urbanos en Límites Naturales. Escenarios de Cohesión Social y Preservación Ambiental, 2012. José Manuel Cortés Vega