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HORA SANTA DE PENTECOSTÉS

Monición
Felicidades, hermanos en el Espíritu Santo. En este gran día de la vigilia de Pentecostés,
celebramos el Aniversario del glorioso nacimiento de nuestra Iglesia. El mismo Cristo
Resucitado sopla su Espíritu sobre nosotros, asiste, dirige, anima y conduce a su Iglesia. él es el
que nos da vida y fuerza para continuar la misión de Cristo. Como miembros de la Iglesia,
expresemos nuestro gozo en el Espíritu, con nuestras voces cantando y alabando. De rodillas,
por favor.
Canto

Primera estación
Padre te pedimos que aumentes tu vida Trinitaria entre nosotros; haznos testigos santos y
efectivos de la muerte y Resurrección de Jesús; ayúdanos a vivir nuestra fe católica con tal
alegría, convicción y amor que atraiga a otros al sagrado misterio de tu Iglesia y a la gracia
poderosa de los sacramentos.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…….
Canto

Segunda estación
Señor Jesús nos aseguraste que enviarías al Santo Espíritu Defensor, para protegernos cuando
tú no estuviera aquí con nosotros. Por eso, ahora que ya se ha cumplido el tiempo de las
celebraciones pascuales, nos reunimos en oración, como hermanos que se aman, para pedirte
que nos envíes tú Espíritu Santo, y que nos hagas ver cuál es nuestra misión en el mundo
actual, tan necesitado de nuestra Fe, Esperanza y Caridad.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria…….


Canto

Tercera estación
Espíritu santo, ven, en el nombre del Señor, acompáñanos y condúcenos, toma nuestra vida.
Santifícanos y transfórmanos, para que podamos salir a proclamar el Evangelio de Cristo a cada
criatura, ayúdanos a ser una comunidad viva y comprometida.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria…….


Canto
Lector1
De pie

Sentados
Momento de silencio

Lector 1
“Dios te ama”. Si ya lo escuchaste, no importa, te lo quiero recordar: Dios te ama.
Nunca lo dudes, más allá de lo que te suceda en la vida. En cualquier circunstancia, eres
infinitamente amado. Para Él realmente eres valioso, no eres insignificante, le importas porque
eres obra de sus manos y te recuerda con cariño. No quiere llevar la cuenta de tus errores y, en
todo caso, te ayudará a aprender algo también de tus caídas. Porque te ama.
Intenta quedarte un momento en silencio dejándote amar por Él. Intenta acallar todas las
voces y gritos interiores y quédate un instante en sus brazos de amor. Es un amor que no
aplasta, un amor que no margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla. Es el
amor del Señor, un amor de todos los días, discreto y respetuoso, amor de libertad y para la
libertad, amor que cura y levanta.
Dónde están el Padre y Jesucristo, también está el Espíritu Santo. Es Él quien está detrás, es Él
quien prepara y abre los corazones, para que reciban ese anuncio, es Él quien mantiene viva
esa experiencia de salvación, es Él quien te ayudará a crecer en esa alegría si lo dejas actuar. El
Espíritu Santo llena el corazón de Cristo Resucitado y desde allí se derrama en tu vida como un
manantial. Y cuando lo recibes, el Espíritu Santo te hace entrar cada vez más en el corazón de
Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza.

Invitación

Ahora con mucho respeto, uno por uno va pasando y deja dentro de la canasta su corazón,
pidiéndole a Jesús Sacramentado el don que más les haga falta en este momento.

Canto al Espíritu Santo

Lector 2
Sentados
Momento de silencio

El Espíritu Santo quiere impulsarnos para que salgamos de nosotros mismos, abracemos a los
demás con el amor y busquemos su bien. Por lo tanto, siempre es mejor vivir la fe juntos y
expresar nuestro amor en una vida comunitaria, compartiendo con otros nuestro afecto,
nuestro tiempo, nuestra fe.

Invoca cada día al Espíritu Santo, para que renueve constantemente en ti la experiencia del
gran anuncio. ¿Por qué no? No pierdes nada y Él puede cambiar tu vida, puede iluminarla y
darle un rumbo mejor. No te mutila, no te quita
nada, sino que te ayuda a encontrar lo que necesitas de la mejor manera si te dejas impulsar
por el Espíritu Santo.

Que la espontaneidad y el impulso se conviertan cada día más en la espontaneidad del amor
fraterno, para reaccionar siempre con perdón, con generosidad, con ganas de construir
comunidad.
Un proverbio africano dice: “Si quieres andar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos,
camina con los otros”.

CANTO:

Sean capaces de crear la amistad social. No es fácil, siempre hay que renunciar a algo, hay que
negociar; pero si lo hacemos pensando en el bien de todos podremos alcanzar la magnífica
experiencia de dejar de lado las diferencias para luchar juntos por algo común. Si logramos
buscar puntos de coincidencias, en ese empeño artesanal y a veces costoso de tender puentes,
de construir una paz que sea buena para todos, ese es el milagro de la cultura del encuentro
que puedan atreverse a vivir con pasión.

Quiero alentarte a este compromiso, porque sé que tu corazón, quiere construir un mundo
mejor. Seamos protagonistas de este cambio. Superemos la apatía y ofrezcamos una respuesta
cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del
mundo. Por favor, no balconeen la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón, se
metió; pero, sobre todo, de una manera o de otra, seamos luchadores por el bien común,
seamos servidores de los pobres, seamos protagonistas de la revolución de la caridad y del
servicio, capaces de resistir las patologías del individualismo consumista y superficial.

Enamorémonos del Señor de una manera definitiva y absoluta. ¡Permanezcamos en el amor!


Este amor a Dios que toma con pasión toda la vida y que es posible gracias al Espíritu Santo,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

CANTO:
Lector 1
De pie
Del Santo Evangelio Según San Juan 20, 19-23

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se
hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
"La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: "La paz
esté con ustedes.
Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo".
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les
perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán
sin perdonados
Palabra del Señor

Lector 2:
Permanecer de pie

El señor sopla nuevamente sobre nosotros, como en aquella ocasión, la cual que nos puede
parecer bastante familiar. Cuando con un soplo de vida, nos regaló la existencia; con la sutileza
de su aliento nos obsequió, lo más preciado que tenemos hoy, la vida. Precisamente hoy
cuando nos observa temerosos y agazapados, rasga los cielos y de él hace descender al Espíritu
de Dios.

Padre bueno, ¡Abre tu corazón fraterno y envíanos al espíritu desde los cielos santos, desde lo
alto de tu morada!

[Música suave de fondo]

L1: SEÑOR, DANOS EL DON DE LA SABIDURÍA Que nos ayude a descubrir tu presencia en los
demás, a amarte filialmente, a reverenciar tu amor, a penetrar las verdades de la fe, a
perseverar en las dificultades y atinar en las acciones. Danos, con la Sabiduría, la gracia de
poder ver cada cosa con los ojos de Dios.

L2: DANOS, SEÑOR, EL DON DEL ENTENDIMIENTO Con este don, Señor, podemos leer por
dentro, estudiar a fondo, llegar al corazón de las cosas y de nuestra propia vida, a veces tan
difícil de entender. Señor, Por este don nos hacemos capaces de sorprendernos gratamente
con las personas que nos rodean; ellas, nos son entregadas como don tuyo.
L1: SEÑOR, DANOS EL DON DEL CONSEJO Por este don Tú nos ayudas a vivir y nos ayudas a
tomar las verdaderas y más importantes decisiones que afectan a nuestra vida y a la vida de los
demás, porque la vida tiene sentido cuando se entrega. Con este don nos permites escuchar
atentos y callados cuando alguien nos cuenta sus desánimos y sus confusiones, creando un
espacio en el que habla, pueda entrar en sí mismo y encontrar la salida más adecuada a lo que
le preocupa.

L2: SEÑOR, DANOS EL DON DE LA FORTALEZA Con este don, Tú nos das, Señor, el valor, la
constancia y la perseverancia. Porque la vida no puede vivirse en debilidad, hay que definirse,
hay que SER resilientes, es decir fuertes; y para eso necesitamos la tenacidad y la fortaleza.

L1: SEÑOR, DANOS EL DON DE LA CIENCIA Señor, danos el don de la ciencia que nos capacita
para ver todas las cosas en relación contigo que eres su fundamento. Danos con este don la
capacidad de ver y entender con facilidad la vida presente en referencia continua a su fin
definitivo, la vida eterna.

L2: SEÑOR, DANOS EL DON DE PIEDAD Señor Jesús, danos El don de la piedad que nos hace
sentirnos hijos de Dios padre. Sentir ternura, admiración y afecto hacia él, y sentirnos
hermanos de los demás y amarlos, porque tú mismo nos los has dado como hermanos.

L1: SEÑOR, DANOS EL DON DEL TEMOR DE DIOS Temor que no tiene nada que ver con el
miedo, dánoslo para entender que el temor de Dios es un sentimiento profundo por el que
valoramos de tal manera el don de tu amor, que tememos perderlo, que tememos perder el
tesoro más precioso que eres tú.

Lector2:
¡Sálvanos hoy, para siempre!
Que esta Palabra tuya sea hoy el lugar santo de nuestro encuentro, ¡Permanece para siempre
en mí Espíritu ¡Consolador, no me abandones jamás!
Sentados

CANTO:
Silencio
Lector 1

El Espíritu está en medio de nosotros, está conmigo, como Jesús estaba con los discípulos. Su
verdadera presencia se hace presencia física, personal; yo no lo veo, pero sé que está y que no
me abandona. El Espíritu permanece para siempre y vive conmigo, en mí, sin una limitación de
tiempo o de espacio; así es Él, así es el Consolador.
Salgamos pues a ser protagonistas en el mundo con Dios, a llevar a todas las criaturas el amor
fraterno de Dios, a perdonar a todos aquellos que queramos acercarnos a Dios, a pesar de
nuestras debilidades, de nuestras fragilidades, de nuestras flaquezas, de nuestro pecado. Jesús
está vivo, Jesús nos envía, Jesús nos envía el Espíritu Santo para que sea nuestra fortaleza,
nuestro acompañante en el camino, nuestro consuelo, nuestra energía, nuestra vitalidad.
Salgamos a anunciar la palabra, a ser profetas de las naciones, salgamos a amar, a contagiar la
alegría, a compartir nuestros dones, a dispersar los frutos, salgamos pues a anunciar el Reino
de Dios con un corazón fraterno.

Canto Final

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