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UNIDAD I

NOCIONES GENERALES

QUIEBRAS
Módulo I
Nociones Generales
Contenido 2

Nociones Generales ........................................................................................... 3

Quiebra ........................................................................................................... 3

Régimen legal ............................................................................................. 3

Antecedentes .................................................................................................. 5

Roma........................................................................................................... 5

Edad Media, Italia ..................................................................................... 18

Edad Media, Derecho Germánico ............................................................. 19

Derecho Estatutario ...................................................................................... 21

Tiempos Modernos - Derecho Comparado ................................................... 24

Derecho Paraguayo ...................................................................................... 28

La Insolvencia. Concepto.............................................................................. 30

Quiebra Jurídica ........................................................................................... 33

Hechos Reveladores de la Insolvencia ......................................................... 35

Juicio de Quiebra .......................................................................................... 42

Intervención del Ministerio Público ............................................................... 45

Análisis de las Normas de la Ley Nº 154/69 de Quiebras ............................. 45

Quiebras
Nociones Generales 3

Quiebra

Régimen legal

Como instrumento normativo principal en la materia que nos cabe desarrollar, se


encuentra la ley Nº 154/69 de Quiebras.

Al tiempo de su promulgación, en comparación con la antigua normativa prevista


en el Código de Comercio, la ley de quiebras trajo importantes innovaciones en
materia concursal. Estas importantes innovaciones consistieron, entre otros, en
un mayor énfasis en la tramitación de los procesos la extensión de la materia a
deudores no comerciantes y la creación de la Sindicatura de Quiebras.

También dentro del marco de la innovación, la ley de Quiebras deja de lado el


sistema privatístico y adopta el publicístico. Sus normas son de orden público
con una marcada tendencia a restringir la autonomía de la voluntad en pos del
interés común, la seguridad del tráfico y la prevalencia de la buena fe en los
negocios.

La fuente principal de esta ley es el anteproyecto presentado a la Comisión


Nacional de Codificación por los proyectistas Doctores Sigfrido V. Gross Brwn,
Alfonso Capurro y Ramiro Rodríguez Alcalá.

Fueron necesarias 22 sesiones plenarias de la Comisión Nacional de


Codificación para el estudio y elevación del proyecto a la Honorable Cámara de

Quiebras
Diputados (órgano unicameral de la Constitución de 1994) acompañada de una
4
exposición de motivos con fecha de julio de 1967.1

Luego de un total de 25 sesiones, la Comisión de Legislación de la Honorable


Cámara de Diputados, encargada del estudio del proyecto de ley, terminó dicho
estudio en octubre de 1969. Finalmente el Proyecto fue aprobado en sesión
ordinaria de la Cámara de Diputados del 17 de octubre de 1969. El proyecto de
ley quedó sancionado en sesión extraordinaria del 9 de diciembre de 1969 y
promulgado por el Poder Ejecutivo el 13 de diciembre de 1969. Comenzó su
vigencia el 1 de abril de 1970.2

En cuanto a los caracteres de esta ley, se puede decir que es una ley
reglamentaria, porque regula la conducta o el obrar de todos los deudores en
estado de insolvencia y que se encuentran en Paraguay; es una ley especial,
porque regula con criterio selectivo un sector determinado de la actividad de las
personas físicas y jurídicas, su contenido normativo concierne a una materia
específica, contiene normas especiales que regulan la convocación de
acreedores y la quiebra; es una ley trial, porque contiene normas de fondo, de
forma y organizativas (en puridad, es de naturaleza dual, se divide en normas de
fondo y de forma o procedimentales. En este sentido se expresa Horacio Lebrón
Boettner3); es de orden público, porque regula una institución fundamental de la
organización social y económica del país, mediante normas imperativas e
inderogables por convenciones entre partes, quienes no pueden pactar de modo
distinto al señalado en la ley.4

1
Lebrón Boettner, Horario. Ley de Quiebras Nº 154/69 de la República del Paraguay Comentada. La Ley
Paraguaya S.A. Editora. Asunción, Paraguay. Pág. 15, último párrafo.
2
Lebrón Boettner, Horario, Obra citada. Pág. 16 en adelante.
3
Lebrón Boettner, Horario, Obra citada. Pág. 19.
4
Camp Ausina, Carlos Alberto. Convocación de Acreedores y Quiebra, Procedimiento concursal, Ley Nº
154/69. Editorial La Ley Paraguaya S.A. Asunción Paraguay, 1997. Tomo I. Pág. 85 en adelante.

Quiebras
Si bien esta ley, representó un importante avance en la época, en razón de los
5
avances del comercio y las actuales realidades procesales, esta ley requiere un
profundo análisis y actualización para un mejor funcionamiento del
procedimiento concursal en Paraguay.

Asimismo, existen otras normas dispersas referentes a la materia concursal en


el Código Civil paraguayo, la Ley Nº 1034 del Comerciante, leyes y decretos
referentes a seguros, y otras disposiciones normativas. Asimismo, el tratamiento
punitivo de hechos punibles se encuentra tipificado en el Código Penal
Paraguayo.

Así también, existen tratados internacionales de la materia concursal conforme


se estudiará más adelante.

A efectos de una acabada comprensión de nuestra materia, realizaremos un


análisis completo no solamente de la ley de Quiebras, sino también de los
conceptos fundamentales de la materia y sus antecedentes históricos.

Antecedentes

Roma

El concepto de obligación actual era desconocido en el primitivo derecho


romano. En palabras de Francisco García Martínez, “En aquél entonces, la
obligación otorgaba al acreedor el derecho de ir contra el cuerpo mismo del
deudor, contra su integridad física y su propia libertad, no contra sus bienes. La
obligación no llevaba aparejada de suyo responsabilidad alguna en razón de que
al hecho que la originaba no iba agregada una acción que permitiese hacer
efectiva la responsabilidad en caso de incumplimiento. La persona del deudor
era la que se obligaba; sólo respondía ésta del cumplimiento. La ejecución era,
pues, directa, sobre la persona del obligado. Los bienes del deudor se adquirían

Quiebras
con la persona de su dueño, porque el dominio no podía salir de su mano contra
6
su voluntad. Sólo el propietario del bien podía abdicar de su carácter de tal y
trasmitirlo. De aquí que el primitivo derecho romano desconociese la
expropiación forzada, que es la manifestación más importante del derecho de
prenda general que tiene el acreedor sobre el patrimonio del deudor.”5

Debido a la insolvencia de algunos deudores, algunos acreedores debieron


recurrir a la ejecución forzosa no sobre los bienes del deudor, sino sobre el propio
físico de la persona. Quien no pagaba su deuda podría ser tomado como esclavo
o descuartizado.

Es así que la Ley de las Doce Tablas es el antecedente más lejano del derecho
de quiebras. Entre sus instituciones estaba regulada la “manus injectio”, de doble
carácter civil y penal, “procedimiento ejecutivo de coacción personal dirigido a
obtener por los medios más violentos y crueles el cumplimiento de la
prestación.”6 El deudor tenía un plazo de 30 días a partir de la sentencia o de la
confesión de la deuda, para cumplir el pago de la deuda. Si no lo hacía, el
acrredor ejecutaba la manus injectio y lo llevaba ante el magistrado, poniendo
una mano sobre el deudor y pronunciando una fórmula sacramental. Si tampoco
satisfacía su prestación ni se presentaba un vindex o fiador que asumiera su
defensa, el acreedor podía llevarlo consigo y tenerlo prisionero a expensas del
obligado durante 60 días. Si tampoco se obtenía el pago o un acuerdo, se le
conducía al mercado por tres días y se pregonaba su deuda. Si en ese entonces
el acreedor no era satisfecho, éste podría vender al deudor como verdadero
esclavo o ultimarlo, ambos más allá del Tíber (trans Tíberiim), es decir, en el
extranjero. Si eran varios los acreedores, el derecho de dar muerte pertenecía a
todos ellos y podían hasta dividir su cuerpo. Este precepto se encuentra en la
Ley de las Doce Tablas en la expresión: “partis secanto, si plus minusve

5
García Martínez, Francisco. El Concordato y la Quiebra, cuarta edición, tomo I, Ediciones Depalma.
Buenos Aires, Argentina, 1967. Pág.2, segundo párrafo.
6
García Martínez, Francisco. Obra citada. A su vez, en cita a Rocco, Goldschmidt, Derecho Procesal Civil,
pág. 23 y siguientes.

Quiebras
secuerunt se fraude esto”, lo que en esencia se convertirá más tarde la regla
7
clave de nuestra materia: “pars conditio omnuim creditorum” que pregona la
igualdad entre todos los acreedores no privilegiados del deudor insolvente. 7

De esta forma, la manus injectio era un procedimiento destinado a la coacción al


deudor para el pago de su deuda. Era un verdadero procedimiento ejecutivo pues
se trataba de obtener por este medio la satisfacción de la deuda.

Según Julio Blas Noé, la manus injectio tenía un doble carácter privado y penal.
Privado, porque eran los propios acreedores quienes ejercían la coacción
personal sobre el deudor; y penal porque ellos mismos se encargaban del
castigo, su venta como esclavo, o su muerte y descuartizamiento cuando el
crédito resultaba de confesión de sentencia. El procedimiento de la “manus
injectio” era un régimen de autodefensa, privado, y la intervención del Magistrado
era casi pasiva.8

El nexum: es una de las instituciones más antiguas del derecho quiritario sobre
las deudas. Mediante éste, el deudor podía darse en prenda ad libitum, como
garantía del cumplimiento de una prestación (pignoris se dari passi sunt). Era la
autopignoración del deudor al acreedor, para el caso de incumplimiento de
aquélla. Era temporal, el deudor no perdía la libertad, significaba un
constreñimiento sobre la propia persona del obligado, hasta satisfacer la
prestación, trabajando para el acreedor.

La persona del deudor podía ser sustituida por la de un filius familiae.

Según Julio Blas Noé, era un contrato formal, mediante el cual se admitía que el
hombre pudiera darse una prenda, como garantía del cumplimiento de una
prestación. El nexum era pues la garantía, porque el deudor, o un miembro de
su familia, quedaban como rehén hasta tanto no se diera cumplimiento a la

7
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 4 en adelante.
8
Noé, Julio Blás. Convocación de Acreedores y Quiebra. Ley Nº 154/69 Comentada. 11ª edición
actualizada 2010. Marben Editora y Gráfica S.A. Pág. 9.

Quiebras
obligación contraída. El ciudadano romano podía local temporariamente sus
8
servicios, sin perder su libertad. Pero si se daba en prenda, o auto ignoraba,
ciertamente su libertad quedaba disminuida, porque frente a su acreedor se
hallaba en estado de servidumbre (“in servitutem”) aunque frente a la sociedad
conservaba su condición de hombre libre.9

La adictio: implicaba la prisión por deudas decretada por el magistrado judicial


para los casos en que no se había concertado el nexum, pues el incumplimiento
suponía un verdadero delito, una violación de la fe jurada. Para evitar o mitigar
los efectos de éstos, se pactaba la adictio y el deudor sufría las mismas
sanciones del nexum.10

La Lex Poetelia: Cuando el nexum dejó de ser beneficioso para el deudor


plebeyo debido a los abusos que el acreedor patricio cometía contra él, la plebe
cargada de deudas reaccionó exigió el dictado de una ley que atenuara el nexum.
Así fue promulgada, en el año 441 de Roma, la Lex Poetelia (mal llamada Lex
Poetelia Papiria) que suprimió el carácter penal del nexum e hizo necesaria la
intervención judicial en el mismo. Abolió la facultad de los acreedores de
esclavizar y dar muerte al deudor en caso de no pagar su deuda. Si embargo,
siguió subsistiendo la prisión por deudas. Así fue preparándose la vía para la
ejecución patrimonial.

Julio Blas Noé también coincide en que esta ley no abolió el “nexum” como
contrato, pero no permitió que los derechos que derivaban de él se ejerciesen
por la vía privada exclusivamente, sino por la vía judicial. La ley “Poetelia” tuvo
por objeto afirmar la autoridad del Estado, limitando la “manus injectio”, y suprimir
su carácter penal. Aunque no abolió el régimen del “nexum”, hizo necesaria la
intervención del Magistrado, perdiendo los acreedores la facultad de esclavizar
al deudor, de encadenarlo y de darle muerte en caso de incumplimiento de la

9
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 10.
10
García Martínez, Francisco, Obra citada. Pág. 8, penúltimo párrafo en adelante.

Quiebras
obligación. Pero se mantuvo la facultad de encerrar al deudor en prisión por
9
deudas.11

La pignoris capio: Como en el derecho romano de la época no existía acción


directa sobre el patrimonio del deudor, la pignoris capio que era una garantía,
una especie de prenda, posibilitó que determinados acreedores entraran en
posesión de los bienes del deudor sin necesidad de juicio previo, a efectos de
constreñirlo a satisfacer la obligación pactada. El acreedor solo tenía la prenda
pero no tenía el derecho de venta de los bienes, del cual seguía siendo titular el
deudor.12

“Establecida por una de las acciones civiles del derecho pretorio, era una forma
de ejecución personal, cuya finalidad esencial era la de compeler el pago de las
deudas. Esta institución permitió a determinados acreedores a que entrasen en
posesión de los bienes de su deudor, sin necesidad de juicio previo. El acreedor
podía posesionarse de los bienes, retenerlos y aún destruirlos, pero de ninguna
manera venderlos para satisfacer su crédito con el producto de ellos. En realidad,
la aprehensión era solo un medio de coacción personal, porque la obligación era
siempre entendida sobre la persona del deudor, la “pignoris capio”, en
consecuencia, era un medio de conseguir en prenda una o más cosas del
deudor, como garantía y con fines coactivos.

El deudor disponía de un cierto plazo para intentar recuperar las cosas


prendadas, y no haciéndolo así, ellas caían en propiedad del acreedor, aunque
sólo con fines de destrucción, castigándose de esta forma al contumaz.” 13

La “missio in posessionem”: Junto a la ejecución netamente personal fue


elaborándose la ejecución patrimonial. La missio en posessionem, creada sobre
todo contra deudores prófugos (fugitivus) o deudores del Estado confesos
(confessi o judicati). Solo implicaba la aprehensión de los bienes con carácter de

11
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 10.
12
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 11 en adelante.
13
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 10.

Quiebras
prenda judicial y coactiva, pues el deudor seguía siendo titular de sus bienes y
10
solamente él podía consentir la venta de los mismos.14

“La “missio in possessionem” fue organizada igualmente por el derecho


pretoriano como medio de coacción personal, teniendo la aprehensión de los
bienes carácter de prenda judicial. Como el acreedor no podía accionar
directamente contra los bienes del deudor, fue necesario que la aprehensión
recayera sobre todo su patrimonio, que representa la personalidad económica
de su dueño, en sustitución a su personalidad física.

En el periodo de la “legis actiones” y en el formulario, era imprescindible que las


partes estuviesen presentes ante el Magistrado para que se pudieran imponer a
las partes la solución de sus diferencias a un árbitro, juez o tercero. Cuando el
deudor no podía ser llevado ante el Magistrado tampoco podía ir adelante el
procedimiento de la “Manus injectio”.

Es decir, cuando, cuando el ocultamiento o fuga del obligado, hacía imposible la


formación del proceso, ¿qué solución podía buscarse a esta situación?

El pretor, en virtud de su imperium, resolvió conceder la “missio in bona” contra


el deudor que hacía cesión de bienes con fines dolosos, o se fugaba.

Era la misma solución que daba el Censor contra la persona deudora del Estado
y aplicable de aquí en más contra el “fugitivus”.

La ejecución patrimonial surgió, por consiguiente, con el derecho pretoriano, del


instituto de la “missio in bona”, teniendo por objeto la ejecución de todo el
patrimonio del deudor. No siendo, una ejecución singular, sino una ejecución
universal.

14
García Martínez, Francisco, Obra citada. Pág. 15, último párrafo en adelante.

Quiebras
La ejecución colectiva tuvo desde su inicio las mismas características de
11
universalidad y generalidad, tal como la tenemos hoy en el derecho de la quiebra.

Producido el desapoderamiento del deudor, el designado en virtud del derecho


del pretor para entrar en posesión de los bienes, ejercía un derecho de
administración, custodia y copropiedad sobre ellos, y en el interés de todos los
acreedores, aunque el propietario no perdía su carácter de tal.

Con el desapoderamiento y la acción pauliana tenían los acreedores garantías


suficiente, para esperar la liquidación del patrimonio del deudor y distribuirse el
producto a prorrata, siguiendo el procedimiento de la “bonorum venditio”.”15

La “bonorum venditio”: establece la ejecución colectiva de los bienes del deudor


para el cumplimiento de su obligación, como coacción, no ya sobre su cuerpo.
Con ella nace históricamente el instituto de la quiebra. Características: “La
ejecución se dirigía sobre la totalidad de los bienes, no sobre una o varias cosas
determinadas del patrimonio del deudor; tuvo pues, carácter universal. No
importaba que el deudor fuese o no insolvente; la acción ejecutiva tenía carácter
universal porque cualquiera fuese el valor de la obligación incumplida, chico o
grande, el proceso comprendía a todo el patrimonio, en beneficio de todos los
acreedores que se presentaban al concurso para hacer valer sus derechos.”16

Los casos en que se procedía a tomar posesión de los bienes eran cuando el
deudor era condenado por sentencia judicial (judicatus), cuando el deudor
confesaba su deuda ante el magistrado (confessus), cuando el deudor se fugaba
(fugitivus) o cuando estaba ausente o indefensio.

Francisco García Martínez relata que el desapoderamiento de los bienes era


inmediato y era en beneficio de todos los acreedores. La venta de los bienes en
conjunto (bonorum venditio) tenía lugar recurriendo a una ficción: se consideraba
muerto al deudor y, como si realmente hubiese fallecido, se abría su sucesión.

15
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 10.
16
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 19.

Quiebras
Esta sucesión, iniciada sobre el patrimonio de una persona que vivía realmente,
12
llevaba consigo la infamia. Además, si los acreedores no alcanzaban a cobrar
íntegramente sus créditos, procedía la prisión por deudas del insolvente, a quien
se le aplicaba el máximo de pena si era deudor de mala fe. Asimismo, la bonorum
venditio extinguía todas las deudas, asimismo, quedaba extinguido todo el
patrimonio del deudor.17

Según Julio Blás Noé, “en el año 628 de Roma, nace históricamente el instituto
de la Quiebra, es decir, la ejecución colectiva patrimonial. El derecho pretorio de
la “bonorum venditio”, significa la transformación de la acción sobre la persona
del deudor a la acción sobre sus bienes universales. Cuando el deudor se
fugaba, era imposible la formación del proceso, por ser necesaria su presencia
ante el magistrado como parte en el periodo de la “legis actiones” y en el
formulario. Esta laguna en el derecho fue suplida por el pretor, haciendo lugar a
la “missio in bona” contra el deudor “qui fraudationibus causa latitat”. En tal caso,
por extensión a todos los deudores, se procedía al secuestro de los bienes y su
consiguiente desapoderamiento.

En la venta de los bienes, o “bonorum venditio”, tenía lugar mediante una ficción.
Se daba por muerto al deudor, y abierta la “sucesión”, el procedimiento seguía
con la designación por los acreedores de un Magister, el cual adjudicaba el
patrimonio al sucesor (“bonorum emptor”.

La adjudicación no era onerosa, pues el sucesor solo respondía con el valor de


los bienes, por eso los acreedores renunciaban a exigir el saldo deudor, una vez
repartido el producto de la venta.

La “bonorum venditio” extinguía el patrimonio del deudor y también las deudas.


La institución era aplicable, en sus inicios, tanto a los deudores insolventes como
a los solventes.

17
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 19 en adelante.

Quiebras
Sin embargo, a pesar de todos estos progresos, no se había llegado a la
13
ejecución directa sobre el patrimonio del deudor, teniendo en cuenta que aún
sobrevivía la obligación como relación personal.”18

La “cessio bonorum”: Mediante este procedimiento, mediante una manifestación


solemne de voluntad ante el magistrado, podía llevarse a cabo la cesión
voluntaria de los bienes por el deudor al acreedor con la cual se evitaba su
persecución personal y se eludía la infamia que era inherente a la bonorum
venditio. Fue instituida la cessio bonorum con el fin de proteger a los deudores
de buena fe y sustraerlos de la captura.19

“La Ley Julia, del tiempo de César Augusto, permitió que el deudor pudiera evitar
la infamia y la “Capitis diminutio”, cediendo voluntariamente sus bienes.

La “cessio bonorum” tuvo por objeto la protección del deudor de buena fe, el cual,
con el abandono voluntario de sus bienes a favor de sus acreedores, con una
promesa solemne ante el Magistrado podía escapar de la infamia inherente a la
“bonorum venditio”.

De esta forma, con la concurrencia de la voluntad del deudor, se hallaban ciertas


dificultades como la confesión de la deuda o la condena judicial, que ya no fueron
necesarios, para llevar adelante la ejecución colectiva.

No se producía el traspaso de los bienes a los acreedores, pero sí mantenían un


derecho de prenda como razón de la posesión (“possessio custodiae causa”).

El cedente otorgaba a sus acreedores la facultad de vender los bienes, sin perder
por ello su carácter de propietario, lo cual recién ocurría cuando la venta se
realizaba.

18
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 11.
19
García Martínez, Francisco, Obra citada. Pág. 21 en adelante.

Quiebras
Realmente el deudor, antes de que esto ocurriera, podía pagar el importe de la
14
deuda o llegar a un acuerdo con los acreedores, evitando la venta.

Si la venta se realizaba, el deudor no respondía en lo sucesivo del saldo deudor,


salvo que llegase a adquirir bienes de mucho valor o importancia.”20

El “Pignus in causa judicati captum”: Sistema transformador del procedimiento


ejecutivo en el derecho romano por haber establecido la acción directa sobre los
bienes del deudor y con ella el principio – más bien regla – realmente
revolucionario de que toda prestación, ya sea de dar, de hacer o de no hacer,
puede satisfacerse con su equivalente en dinero y sin intervención de la persona
ni de la voluntad del deudor. Se trata de una ejecución puramente judicial, con
un verdadero y propio derecho de venta y con un derecho de prelación en favor
del acreedor embargante cuando éste acciona para realizar su crédito en caso
de solvencia del deudor.21

Con este procedimiento cuyo presupuesto era simplemente el incumplimiento


del obligado ya no era necesaria la ejecución colectiva en los casos de deudores
insolventes. Bastaba solamente que el acreedor solicitara al Juez el embargo de
bienes singulares del deudor, los cuales, si éste no pagaba, eran sacados a la
venta por orden judicial y con su producto se satisfacía aquél del importe de la
obligación impaga.22

A partir de esta institución no fue necesaria la concurrencia de la voluntad del


deudor para satisfacer al acreedor. El imperium del juez sustituyo a la voluntad
del obligado que se negaba a cumplir su obligación. Asimismo, todo derecho de
crédito va acompañado de un derecho de prenda general sobre el patrimonio del
deudor, derecho que nace con la obligación misma y no en el momento en que
se inicia la ejecución. Es una prenda sin desplazamiento sobre todo el patrimonio
del deudor, considerado como universitas, y no determinados bienes de él.

20
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 11 en adelante.
21
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 23.
22
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 24.

Quiebras
Entonces, es una prenda general, tácita, común, sin privilegio para ningún
15
acreedor general y de igual grado para todos.23

La “bonorum distractio”: Julio Blas Noé, al igual que Francisco García Martínez,
relata que, con el pignus in causa judicati captum fue cayendo en desuso la
bonorum venditio hasta su desaparición. Pero antes de que ello ocurriera, “ya
existía un procedimiento de excepción aplicable a deudores investidos de
dignidad senatorial, la “bonorum distractio”, que posibilitaba la venta de los
bienes del deudor para cobrarse a prorrata los acreedores con el producto. El
procedimiento se hizo general, es decir, aplicable extensivamente a toda clase
de deudores.

La venta de bienes era autorizada por un Magistrado y realizada por el “Curator


bonorum”, designado por mayoría de acreedores, una vez finalizada la
verificación de créditos.

La ejecución, de carácter universal, tenía una larga duración, pues daba a los
acreedores bastante tiempo para hacer reconocer sus derechos. El plazo para
la presentación de los que tenían su domicilio en la misma provincia del
magistrado, era de dos años. Mientras que alcanzaba a cuatro años, para los
que vivían en otras provincias del imperio.

El “Curator bonorum” era designado por el Juez, a propuesta de la mayoría de


los acreedores y la venta del activo se realizaba conforme al procedimiento de
la “bonorum distractio”, venta al detalle de las cosas, en subasta pública.

El producto era dividido entre los acreedores entre los acreedores, guardando el
orden de preferencia, conforme a la verificación.

23
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 30 y 31.

Quiebras
Los acreedores, con derecho real, podían recurrir mediante la acción de
16
reivindicación contra el “Curator bonorum”, antes de la venta y contra el
comprador a título singular, después.

Lo que restaba era depositado “in cimeliarchio santae ecclesiae”, para los
acreedores que se presentasen después del reparto.

La “bonorum distractio”, por otra parte, no liberaba al deudor si los acreedores


no eran satisfechos íntegramente.

El principio de la “par condictio omnioum creditorum” vigente en esta ejecución,


se ajustaba perfectamente al deudor declarado en insolvencia, por cuanto sus
bienes se repartían equitativamente.”24

La “Actio Pauliana”: era la acción concedida por el Pretor y ejercida por el curator
bonorum, en su carácter de representante y administrador de la masa
concursada, para impugnar los actos de disposición del deudor llevados a cabo
fraudulentamente, antes de decretarse el concurso, in fraudem creditorum. El
efecto de la acción era que los bienes salidos fraudulentamente del patrimonio
del fallido volvieran a reintegrarse a él.25

Según Julio Blás Noé, esta acción posibilitaba la vuelta de los bienes salidos
fraudulentamente del patrimonio del deudor. Ahora bien, para el ejercicio de la
acción eran necesarios la concurrencia de los factores: El “consilium fraudis”,
bastaba el conocimiento por parte del deudor de su propia insolvencia en el
momento de realizar el acto. Sobre el “eventus damni”, debía probarse la venta
del bien o bienes cuyo reintegro reclamaba. Siempre el acto fraudulento debía
tener por objeto la disminución del patrimonio del deudor, por acción u omisión
deliberada.26

24
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 24 en adelante.
25
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 26, último párrafo.
26
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág.13.

Quiebras
El “interditum fraudatorium”: Según Francisco García Martínez, esta figura era
17
un complemento necesario para la misio y tenía por objeto el reintegro a la masa
de lo que hubiese salido de la masa fraudulentamente después de abierto el
concurso, en razón de haber disminuido el patrimonio del fallido. Este interdicto
solo se exigía contra el fraudator.27

La “restitutio in integrum”: Según Julio Blas Noé, ésta era más amplia que la
anterior, por la cual se podía obtener la restitución de bienes en cualquier caso
de disminución patrimonial, cuando era en fraude de los derechos de los
acreedores. Mientras que la “interdictum fraudatoris” era concedido a todos los
acreedores, la “in integrum restitutio” era dada solo al “curator bonorum”.

En ambas acciones, tanto en la “restitutio in integrum” como en el “interdictum


fraudatorium”, eran necesarias la existencia de un daño efectivo para los
acreedores.

El sujeto pasivo en la “restitutio in integrum” era el tercero poseedor, o cuando la


cosa quedaba en poder del deudor, el mismo “fraudator”.

El interdicto era solo una orden del Magistrado, dictada en el caso de demanda
para tutelar la posesión.28

El “Pactum ut minus solvatur”: era un medio preventivo de la quiebra que se


realizaba entre los acreedores de una herencia cargada de deudas (“hereditas
dannosa”), y el heredero. El deudor, desde luego, debía ser de buena fe. Es el
antecedente remoto del concordato. El heredero podía convenir mediante un
pacto con los acreedores de la herencia la reducción de la deuda. A cambio, el
heredero debía aceptar la herencia sin hacer uso del “beneficium abstinendi”,
creación pretoriana consistente en la abstinencia de mezclarse los bienes
hereditarios con los del heredero. Ahora bien, ¿cuál sería el interés del heredero
de cargar sin beneficio de inventario con una herencia cargada de deudas? Pues,

27
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 27.
28
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 13.

Quiebras
con la aceptación de la herencia en tales condiciones, también se adquiría el
18
título personal, la continuación de la personalidad del causante, el derecho a los
sepulcros y el fundo total que no eran enajenables. Además se evitaba la infamia
del fallecido. Hay que recordar la importancia para los romanos de mantener el
buen nombre y la reputación de sus familiares difuntos. El pacto llegó a ser
obligatorio para los acreedores no adherentes y para los acreedores ausentes.29

Edad Media, Italia

Según lo expuesto por Julio Blas Noé, Italia creó el derecho comercial que rigió
la edad media y fue allí donde el instituto jurídico de la quiebra llegó a su más
alto grado de perfección y desarrollo.

Así quedaron establecidos los magníficos Estatutos de las Repúblicas de


Venecia y Génova y de las Comunas de Milán, Florencia y otras. Debemos
también recordar las leyes de Partidas del Rey de Castilla y León, Don Alfonso
X, llamado el Sabio, que contienen un tratado sistemático del régimen de la
quiebra y que contribuyó con preceptos importantísimos, influyendo
decididamente en el derecho italiano.

A partir de las cruzadas, Italia se convirtió en el centro del Comercio Internacional


de aquella época, tanto desde el punto de vista marítimo, como del comercial y
bancario. De allí entonces, que contando con un factor radical para el desarrollo
de nuestra materia; el factor económico, los comerciantes y banqueros buscaron
la protección eficaz de sus créditos a través de un ordenamiento sistemático
lográndose de perfeccionamiento máximo en la materia de Quiebras. 30

29
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 34.
30
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 9.

Quiebras
Edad Media, Derecho Germánico
19
Julio Blás Noé relata que, con la caída del imperio romano, a principios del siglo
V, no fueron totalmente abolidas las instituciones del derecho civil romano y
específicamente las referidas al procedimiento ejecutivo singular o colectivo. Los
bárbaros se limitaron a introducir ligeras modificaciones y se siguieron aplicando
los preceptos de la “missio in bona” y de la “bonorum distractio” para los casos
de insolvencia patrimonial.

Tanto en la edad media como en el renacimiento, el “Corpus Juris Civilis” se


convirtió en el Código común de todos los pueblos y naciones formadas por
bárbaros y latinos, y fue la base para elaborar los grandes cuerpos legales que
rigieron en la edad media.

En cuanto a las nuevas ideas aportadas a la institución de la quiebra por los


pueblos conquistadores, sobre todo en la época medioeval, surgirán los
antecedentes de la ejecución colectiva, en las repúblicas italianas.

Para los bárbaros, el concepto patrimonial de la obligación prevalecía sobre el


concepto personal y la idea de la prenda se concebía como inseparable del
concepto obligación, predominando en consecuencia el sistema de los
embargos individuales.

Esto constituyó un avance indiscutible que influirá en forma decisiva en la


formación de la moderna legislación de la quiebra, como actualmente la
concebimos.

Por otro lado, el proceso de los pueblos bárbaros se caracterizaba por poseer un
sentido simbólico fundamental. Se significaba como una lucha entre los
litigantes. Usaban del juramento, los juicios de Dios u ordalías; no conocían del
recurso de apelación.

Quiebras
Aceptaban del derecho de propiedad sobre las cosas muebles, teniendo el
20
acreedor derecho, en caso de incumplimiento, a destruir las cosas que fueron
pignoradas.

El deudor que caía en incumplimiento, tenía que presentarse ante el juez y


declarar bajo juramento las deudas que tenía, las fechas de vencimiento de ellas
y el nombre de sus acreedores.

Los bienes eran posteriormente vendidos en pública subasta y el producto


repartido entre los acreedores.

Cuando el deudor no alcanzaba a pagar todas sus obligaciones y no contaba


con un fiador o “vindex”, caía en servidumbre y formaba parte de la gleba de la
cual podía salir únicamente por manumisión, en la misma forma en que se daba
libertad al esclavo.31

A modo de síntesis, Francisco García Martínez expresa: “Las legislaciones de


los pueblos bárbaros representan, en materia de concurso de acreedores, dos
particularidades: a) la ejecución es patrimonial; el concepto predominante,
durante siglos, en el derecho romano, de que la obligación es un vínculo
personalísimo y, por lo tanto, sólo realizable por propia voluntad del obligado o
de un sucesor cuyo a título universal, no se conoció en las legislaciones
barbáricas; b) entre los bárbaros, la obligación es considerada- como algo que
grava y pesa sobre el patrimonio, o sea que el concepto patrimonial de la
obligación prevalece sobre el concepto personal que de ellas tenían los romanos,
mediante la prenda y el desapoderamiento del deudor; las leyes bárbaras
expresan la idea de una prenda en ellas predomina el sistema de embargos
individuales. Como se ve, en las legislaciones de los pueblos bárbaros, el
concepto de prenda general es inseparable del concepto obligación. De ahí el
interés que tiene el estudio de los principios procesales fundamentales de los

31
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 13 en adelante. En los mismos términos expresa Francisco García
Martínez en su obra citada, pág. 43, segundo párrafo.

Quiebras
germánicos, que tan poderosamente influyeron en la formación de la moderna
21
legislación de quiebras.”32

Derecho Estatutario

En cuanto al régimen de ejecuciones, la Edad Media significó un retroceso en la


evolución de las instituciones de la quiebra. Se volvió a la ejecución personal
como único medio de coacción, y la infamia para el deudor, sin distinguir entre el
insolvente de buena fe y el fraudulento.

Se empleaba igualmente el tormento, para obligar al deudor al cumplimiento de


la prestación o simplemente para tener obtener su confesión.

Se hacía solidarios a los familiares por los actos fraudulentos del fallido.
Debemos señalar que por aquel entonces, el hombre fue un accesorio del suelo.
La tierra era lo principal.

En el régimen de la quiebra, el feudalismo hizo aplicar las instituciones romanas


de la “missio in possessionem”, la “bonorum distractio” y la “cessio bonorum”
conjuntamente con el sistema germánico de la compulsión personal por deudas.

Esta institución fue aplicada hasta que el Rey Luis de Francia, con las
Ordenanzas de 1254 y 1260, abolió la prisión por deudas, que posteriormente
renació.

Si bien los orígenes de la institución de la quiebra se encuentran en las formas


ejecutivas del derecho privado romano (la “missio in possessionem” y la
“bonorum venditio”, sobre todo está última, que contiene el germen de la
ejecución colectiva) específicamente los antecedentes de la verdadera ejecución

32
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 39, tercer párrafo.

Quiebras
concursal encontramos en la edad media, en la Italia de las comunas, pues allí
22
se produjo la fusión de los derechos romano y germánico, dándole ésta última el
carácter patrimonial de la obligación.

De ambas tendencias jurídicas nació el nuevo derecho: El estatutario de Italia,


Foral de España, “Coutumier” de Francia. Etc.

La característica del antiguo derecho germánico sobre la ejecución patrimonial


era en forma de pignoración sobre las cosas muebles y la propia persona del
deudor.

De esto deducimos, que la prenda constituía simplemente un medio de coacción


sobre la voluntad del deudor, para obligarlo a cumplir con la prestación.

Recién cuando la autoridad pública se impone y dirige el procedimiento ejecutivo,


sea singular o colectivo, y se establece por costumbre que el deudor haga cesión
de sus bienes a sus acreedores, a objeto de eludir las consecuencias que la
declaración de quiebra traía consigo, se llega a la formación del verdadero
instituto de la quiebra, a través de la “datio in solutum”, que consistía en el pago
a los acreedores, con los bienes que poseía.

Siendo común el origen de la ejecución singular y de la colectiva, la figura de


“secuestro”, del derecho germánico, contribuyó de forma definitiva a establecer
el derecho de Quiebra.

El “fugitivus” fue el eslabón de unión entre la “pignoración” del derecho


germánico y la quiebra, sin desconocer las instituciones del derecho romano.

El derecho de la quiebra, finalmente adquirió sus propias características, cuales


eran en los casos de insolvencia confesada, debía iniciarse el procedimiento del
concurso; la apertura del juicio de quiebra procede de una resolución judicial; el
fallido debía ser desapoderado de bienes, sin que ello significara la pérdida de
la propiedad de ellos; la administración y guarda del activo quedaba a cargo del
“curador” (liquidador o Síndico); regía el principio de la “par condictio ómnium

Quiebras
creditorum”: que la liquidación de bienes debía realizarse en remate público y
23
repartido el producto entre los acreedores en forma proporcional.

En los “Statuti” de las Repúblicas Italianas, se estableció que el presupuesto


básico para la declaración de la quiebra era la cesación de pagos, fuese el
insolvente comerciante o no.

La Quiebra, por sí sola, era un verdadero delito, siendo automáticamente su


calificación como fraudulenta en todos los casos (“Decoctor ergo fraudator”).

La Quiebra en el Código de las Siete partidas de Alfonso “el Sabio” contenida en


el título XV, partida V, es un sistema propio, producto de la fusión de los derechos
Forales, Bárbaros y Municipales, con el derecho del “Corpus Juris Civilis” de
Justiniano. Técnicamente considerada, era seguramente la más perfecta de la
época en cuanto entendía la insolvencia como presupuesto básico para la
declaración de la quiebra; sostenía el principio jurídico de la “par condictio
ómnium creditorum”; realizaba la verificación de los créditos; la liquidación
distribución a prorrata entre los acreedores del producto del activo; la cesión de
bienes; el arreglo extrajudicial; el sistema de quitas y esperas; el abandono del
activo en forma voluntaria. Castigaba asimismo, en formas muy severas, los
actos fraudulentos realizados por el deudor para eludir el cumplimiento de sus
obligaciones.

Este derecho influyó de forma decisiva, sobre los “Statuti” de las repúblicas
italianas y en la formación del moderno derecho de la quiebra.

A comienzos del siglo XIII, mediante la necesidad de regular el tráfico mercantil


propio de la cuenca del Mediterráneo y el Adriático, se fue elaborando un sistema
preventivo de la quiebra, que otorgaba ciertamente mayores ventajas a deudores
y acreedores. Este sistema fue el llamado concordato de mayoría, que permitía
celebrar arreglos amistosos que favorecían no únicamente a las partes, sino
también a toda la colectividad.

Quiebras
El transporte de estos principios al derecho mercantil, impuso en todas las
24
legislaciones la lógica de las prácticas y usos comunes, unificando el instituto de
concordato de mayoría, tanto el ejecutivo como el resolutorio.

El convenio, utilizado para evitar la liquidación ruinosa, era entonces considerado


como concordato – contrato, en oposición al concordato – sentencia, concepto
propio de otros países, entre ellos España y principalmente Alemania, según el
cual el concordato no es un libre acuerdo entre las partes, sino acto de autoridad
emanado del poder público.

El criterio de los Estatutos Italianos, que consideraba al concordato como


contrato, fue opuesto al que prevaleció en otros países, en que el concordato
revestía los caracteres de una sentencia, derivada de la soberanía de Estado y
del poder público.

El régimen adoptado por la legislación italiana es conocido como privatístico, en


tanto que los que consideraban el concordato como consecuencia, es el llamado
sistema publicístico, en líneas generales.33

Tiempos Modernos - Derecho Comparado

Los principios del derecho italiano estatuario quedaron firmemente establecidos,


influyendo decisivamente en la evolución del derecho moderno de la quiebra.
Para la declaración de la falencia se requería no el simple incumplimiento del
deudor, sino la manifestación del estado de insolvencia; la cesación de pagos.

33
Noé, Julio Blás. Obra citada. Págs. 14 al 16.

Quiebras
Se mantuvo el principio de la “par condictio omnium creditorum”; se introdujo el
25
concepto del periodo de sospecha para obtener la revocatoria de los actos
realizados por el deudor en fraude de sus acreedores, acción mucho más eficaz
que la acción paulina del derecho romano.

No había distinción estricta en cuanto al régimen de aplicación para deudores


civiles y comerciales. Y se hacía esto difícil, no solo porque el comercio tenia
multiplicidad de actos, sino porque en las ciudades del medioevo Italiano la gran
mayoría de los habitantes eran mercaderes o negociantes.

De tal forma, perdió importancia la distinción, aunque el instituto en su origen era


propio de comerciantes.

Lentamente, fue prevaleciendo la distinción entre deudores de buena y mala fe,


reservándose penas severísimas contra los quebrados fraudulentos.

En España, la obra “Labyrinthus creditorum” del gran jurista Francisco Salgado


de Somoza, del Siglo XVII, influyó extraordinariamente en el derecho alemán de
la quiebra. Éste fue indudablemente creador de una corriente doctrinaria que
llegó hasta nuestros días.

Definió acabadamente la doctrina “publicística” de la quiebra entendiendo que el


fenómeno de la insolvencia interesa en primer lugar al Estado mismo porque
perturba no sólo el crédito privado sino el crédito público, perjudicando los
intereses de la colectividad, cuya tutela corresponde al Estado.

Esta original obra tuvo repercusión en Europa y algunos países lo adoptaron en


oposición al sistema Italiano, llamado “privatístico”. Introduce conceptos
importantísimos en el derecho de la quiebra, destacando el interés del Estado en
la suerte del juicio; el control de los funcionarios de la quiebra sobre el patrimonio
concursado; la intervención del procedimiento del juez de la quiebra; su
aplicación a toda clase de deudores, sin distinción.

Salgado de Somoza consideraba que la insolvencia no era otra cosa que la


impotencia patrimonial para dar cumplimiento a las deudas exigibles que lo

Quiebras
gravan, concepto este desarrollado paralelamente por los banqueros florentinos
26
del Mediterráneo.

Otros de los principios de este insigne Jurista fue el de la indivisibilidad de la


quiebra en el orden internacional, extendiendo la esfera de influencia del auto
declarativo de la quiebra más allá de los límites del territorio de un país.

Por último, sostuvo que el concordato, por su naturaleza jurídica, es una


sentencia dictada en virtud del imperium. La obra de Salgado de Somoza, influyó
decisivamente en la legislación y juristas alemanes, cuyas obras como el “Codex
Bavaricus Judiciarius” (1753) contienen sus principios.

Otro avance logrado a través de su obra es el de considerar que la Quiebra


“prima facie” nunca es delito. Que si es fraudulenta o culpable, ella vendrá
después de que el Juez, con los elementos de juicio que disponga, así lo
califique.

En Inglaterra no se creó un derecho propio en materia de quiebras. El sistema


de la quiebra seguido, a diferencia de los demás, era basado en el derecho
consuetudinario (Common Law) hasta el año 1542. Bajo el reinado de Enrique
VIII, se adoptó la legislación escrita en materia de “Bank kuptoy” (bancarrota).
Siguiendo a la legislación italiana, en principio, fue aplicada a toda clase de
deudores.

En 1706, Inglaterra abandonó el sistema publicístico y adoptó el privatístico, que


duró hasta 1813. En el año 1813 se estableció el régimen de la “insolvency”, para
deudores civiles. La “Bankruptcy act” del 25 de agosto de 1833, sufrió sucesivas
modificaciones, que crearon dispersión y confusión en cuanto al régimen de
aplicación para los casos de quiebra.

Fue necesario entonces establecer un régimen uniforme, para lo cual fue dictada
la Ley del 10 de agosto de 1914, reformada posteriormente por la “Bankruptcy
act” de 1926.

Quiebras
Los principios de la Ley inglesa difieren muy escasamente de los demás
27
regímenes, puesto que su área de aplicación era para deudores civiles y
comerciantes. Sigue el sistema de enumeración taxativa de actos que
determinan la quiebra; da intervención al Estado; la quiebra por sí sola no se
considera delito, sino en los casos de dolo o fraude: el control de la
administración queda a cargo de funcionarios administrativos; no de
funcionarios judiciales; fija un monto mínimo para iniciar el procedimiento de
quiebra; crea un juicio preliminar preventivo y obligatorio; organiza un régimen
especial para las pequeñas quiebras y establece incapacidades profesionales y
políticas para el insolvente.

Alemania, en un principio siguió el mismo movimiento pendular de Inglaterra en


materia de quiebras, hasta que a fines del Siglo XVII, predomina la doctrina
Española en la mayoría de los Estados. Así encontramos el “Codex Barvaricus
Judiciarius” de 1753, que seguía estrechamente al jurista español Salgado de
Somoza.

Posteriormente, con la “preussische konkursordonung”, se adopta el sistema


Ítalo – Francés, con la variante de que la quiebra es común para civiles y
comerciantes, y de que no podrá ella declararse de oficio sino a instancia de
parte.

El 17 de mayo de 1898, reemplaza definitivamente el sistema privatístico de la


quiebra con el sistema publicístico, estableciendo el control activo del Estado en
la materia por su importancia en la Economía Pública, la intervención
preponderante del Juez y funcionarios judiciales, a los efectos de tutelar en
formas más eficientes el crédito.

Admitía el concordato resolutorio de la quiebra, únicamente, hasta que por Ley


del 5 de julio de 1927, adoptó el concordato preventivo, y lo modificó por otra ley
del año 1935.

Quiebras
En cuanto a las incapacidades, prevaleció el criterio de que ellas desaparecen
28
junto con la liquidación del patrimonio del deudor y libera a éste de toda
obligación posterior referente al saldo impago por las deudas del juicio.

Derecho Paraguayo

En Paraguay rigió desde la época colonial hasta la época independiente, las


Ordenanzas españolas de Bilbao, en materia de quiebras concurso civil.

Ya en época independiente, se acordó la vigencia de las leyes de Castilla, pero


nada se dijo de las ordenanzas de Bilbao, que regían en materia comercial. La
omisión señalada constituía un vacío que era necesario llenar y que Carlos
Antonio López la llenó con la vigencia del código de comercio que fue
promulgado en España el 29 de mayo de 1829. Se derogaron entonces las
ordenanzas de Bilbao y las leyes de Castilla en materia comercial y se adoptó el
código de Sainz de Andino mientras fuera promulgada la legislación comercial
de la República, situación que debe ser apreciada como un propósito de López
en 1842, de que el país necesitaba códigos propios. Por decreto del 16 de enero
de 1846, se adopta los cuatro primeros libros del código español que estuvo en
vigencia en nuestro país hasta 1870, año en que se adoptó el código de comercio
argentino.

El gobierno provisional de 1870 adoptó el proyecto Acevedo – Sarfield (Ley


provincial de 1859 y Ley Nacional Argentina de 1862), que estuvo en vigor hasta
el 29 de agosto de 1891, fecha en que se promulgó la segunda ley de adopción.
Mediante esta Ley se deroga la adopción de 1870 y se declara vigente en la
República el código de comercio sancionado por el congreso de la nación
argentina el 5 de octubre de 1889; con la salvedad de que los asuntos pendientes
se ventilaran por el viejo código hasta el 31 de diciembre en que empezaría a
regir la nueva ley. Posteriormente la reforma argentina del libro IV del Código de

Quiebras
comercio del año 1902, dio lugar al año siguiente a realizar una nueva adopción,
29
que en este caso sería para el país la tercera.

Según esta nueva adopción dictada el 5 de octubre de 1903, se mantiene en


vigencia el código argentino de 1889 “Con las leyes adicionales y modificaciones
introducidas posteriormente y que están consignadas en la edición hecha por
Don Félix Lajouane en Buenos Aires en el corriente año”. En la Ley se hace
expresa mención del Libro IV “que queda modificado conforme a la Ley sobre
juicio de quiebras, sancionada por el congreso argentino y promulgada el 30 de
diciembre de 1902”.

Realmente no se trata de la adopción de un nuevo código, sino de la introducción


de reformas parciales del código vigente en su país de origen.

La Ley de 1.903 es, entonces, una adopción de Ley de Quiebras de la República


Argentina de 1902.

El 30 de septiembre de 1903, fue aprobada la llamada “Ley de Quiebras de la


República del Paraguay”, que entró a regir a partir del 1º de enero de 1904,
incorporado al Libro IV del Código de Comercio. Esta ley es una adopción de la
Ley de Quiebras de la República Argentina Nº 4156 de 1902, cuyo anteproyecto
fue elaborado por una comisión de legislación, formada por los doctores Carlos
Pellegrini, Manuel F. Mantilla y Dámaso E. Palacio. Esta Ley contempla el
concordato y la adjudicación de bienes como soluciones preventivas de la
quiebra.

Se suprimió el carácter oficial y el control judicial en la falencia, quedando vigente


el sistema de voluntarismo o autonomía de los acreedores y aplicable
únicamente a deudores comerciantes.

En los deudores civiles quedó vigente, a partir de esa misma fecha, el título XXV
del Código de Procedimientos Civiles y Comerciales sobre concurso civil de
acreedores, aprobado en nuestro país por Ley del 3 de octubre de 1883, que es

Quiebras
una adopción del Código de Procedimientos Civiles y Comerciales de la
30
República Federal y territorios nacionales de la República Argentina.

La Ley N º 154 de Quiebras, sancionada el 9 de diciembre de 1969, promulgada


en fecha 13 de diciembre del mismo año, entró a regir el 1 de abril de 1970.
Deroga, conforme al artículo 251, todas las disposiciones contenidas en el libro
IV del Código de Comercio, en el Título XXV del Código de Procedimientos en
materia Civil y Comercial, y en el Libro IV, Sección II, Título I y II del Código Civil
de Vélez Sarsfield que regía en ese entonces, referente a Privilegios. 34

La Insolvencia. Concepto

Según Francisco García Martínez, “Económicamente considerada, la quiebra es


una situación de impotencia del patrimonio de una persona para dar
cumplimiento a sus obligaciones exigibles. En sentido económico, la quiebra es,
pues, una situación puramtne patrimonial, frente a las deudas exigibles; es una
fenómeno económico de la insolvencia, no salido al exterior por la confesión
directa del deudor o por confesión indirecta del incumplimiento. […] La causa de
la insolvencia no es otra que el funcionamiento anormal del crédito, elemento
vital de la economía. Como señala Alfredo Rocco, tres son los factores que
determinan el estado de insolvencia o quiebra en sentido económico: a) monto
de los valores que constituyen el activo patrimonial; b) realizabilidad de tales
valores; c) exigibilidad de las deudas que gravan ese activo. Si los valores no
pueden realizarse en cantidad suficiente y las deudas exigibles no pueden
pagarse a causa de esa realizabilidad, se produce una situación de desequilibrio

34
Noé, Julio Blás. Obra citada. Págs. 19 y 20.

Quiebras
que origina la cesación de pagos. De aquí que ésta sea la manifestación del
31
estado de insolvencia patrimonial del deudor.”35

Según Julio Blás Noé, “la quiebra económica es sinónimo de insolvencia, o


estado de impotencia patrimonial para el normal cumplimiento de las
obligaciones.”36 Asimismo, este autor expresa:

“La insolvencia es el desequilibrio entre la totalidad de los valores actualmente


realizables que conforman el activo de una persona o entidad económica y el
conjunto de las deudas exigibles que lo gravan.

La insolvencia es un fenómeno puramente económico, efecto del anormal


funcionamiento del crédito. Es el estado de impotencia patrimonial, de cesación
de pagos.

Desde un punto de vista contable, tenemos equilibrio aritmético cuando el valor


de los bienes que constituyen el activo es por lo menos igual a las deudas del
pasivo.

Cuando el balance arroja un pasivo superior al activo, hay desequilibrio.

Pero para apreciar el verdadero estado de insolvencia, se parte de otro criterio


completamente objetivo. Es la posibilidad de realización de los bienes que
componen el activo comparándolas con las obligaciones inmediatas exigibles.

Si los bienes o el crédito que se goce, cubren las obligaciones a su vencimiento,


podemos afirmar que una persona es solvente. Nadie puede ser considerado
insolvente mientras sus deudas no sean exigibles. Por eso, aunque el activo
balanceado supere al pasivo, el deudor puede encontrarse en insolvencia porque
la naturaleza de los bienes no permite usarlos como instrumento de pago y las
obligaciones, aunque sean inferiores, son inmediatamente exigibles […]

35
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 169.
36
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 23.

Quiebras
La insolvencia se da toda vez que las deudas excedieran la importancia de los
32
bienes del deudor.”37

Asimismo, debe puntualizarse que insolvencia e incumplimiento no son vocablos


sinónimos. A veces el incumplimiento se debe a la mala voluntad, negligencia,
error u olvido del deudor, no a su estado económico de impotencia patrimonial.
Así también, un deudor puede valerse de medios fraudulentos para ir dando
cumplimiento a sus obligaciones exigibles. En este último caso, a pesar de su
positiva insolvencia. Usa abusivamente el crédito, engañando a quien se lo
otorga. De esta forma estará retardando la exteriorización de la insolvencia, a
pesar de ya estar en dicho estado y no caer aún en cesación de pago. La
insolvencia es siempre un estado económico y ella es propia del patrimonio. El
incumplimiento es simplemente un hecho propio de la persona.38

Referente al mismo tema, Julio Blas Noé menciona que “puede incurrirse en
incumplimiento, sin que el deudor esté en insolvencia o viceversa, cumplir con
todas las obligaciones y encontrarse en insolvencia.

Esto puede ocurrir cuando el deudor no cumple con sus obligaciones, pero por
distintas razones, como olvido, pereza, negligencia, etc.

O, cuando encontrándose en impotencia patrimonial, el deudor recurre a medios


ruinosos para procurarse fondos; vendiendo a menos del costo sus bienes,
gravándolos con nuevas obligaciones, contrayendo otros créditos en condiciones
de verdadera usura, disimulando de esta forma su imposibilidad para dar
cumplimiento a sus deudas.39

Respecto a la relación entre insolvencia y crédito, Francisco García Martínez


expresa:

37
Noé, Julio Blas. Obra citada. Pág. 22.
38
Garcías Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 171 en adelante.
39
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 22.

Quiebras
“El crédito es simplemente un cambio de bienes presentes por bienes futuros […]
33
La base en que descansa el crédito no es otra que la confianza, sentimiento
superior de las personas, porque se confía en que quien solicita y obtiene crédito,
cumplirá sus compromisos a su vencimiento, en la forma convenida entre
acreedor y deudor. Si esa confianza se pierde, el crédito se paraliza y, como
consecuencia, se produce la insolvencia o quiebra económica. Insolvencia del
deudor y quiebra económica significan una misma cosa.”40

Siguiendo con la relación crédito - insolvencia, Julio Blás Noé expresa:

“Cuando el deudor cumple con su contraprestación en el tiempo establecido, el


crédito funciona normalmente. Pero el acreedor al no recibir en la fecha
convenida la suma de dinero con la cual contaba, le causa frecuentemente en el
intercambio de bienes tanto perjuicio como si no se pagara más.

Ello significa que el crédito ha funcionado irregularmente, de manera que, los


conceptos de crédito - incumplimiento – insolvencia, constituyen tres etapas
continuas de un mismo proceso.

Del mal funcionamiento del crédito puede provenir el incumplimiento, y éste a su


vez, puede ser la causa de la insolvencia o su hecho revelador.”

Quiebra Jurídica

La quiebra, desde el punto de vista jurídico, es el conjunto de normas legales


que regulan el fenómeno económico de la insolvencia patrimonial. Esta
institución se organiza en miras al propio interés del deudor, de los acreedores y
de los intereses generales de la sociedad. La finalidad de ella consiste, pues en

40
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 170.

Quiebras
la organización general y colectiva de los acreedores, a efectos de integrar el
34
patrimonio del insolvente, liquidarlo y repartirlo según el principio fundamental de
la par condictio ómnium creditorum, salvo causa legítima de prelación.

En el derecho moderno de quiebras, esta institución jurídica es un procedimiento


especial de ejecución colectiva de carácter universal.41

Conforme a lo expone Julio Blás Noé, la quiebra jurídica es el conjunto de


disposiciones legales que regula el fenómeno económico de la insolvencia
patrimonial. Presupone siempre un estado de quiebra económica.42

Según expone Carlos Alberto Camp Ausina, “para el derecho, la quiebra es una
estado que nace mediante una declaración jurisdiccional y que se caracteriza
por la sujeción de un patrimonio y su titular a un procedimiento concursal de
rasgos típicos.”43

La quiebra, como ejecución colectiva universal, trata de evitar la anormalidad


juridicoeconómica que se produce cuando se ejercita la acción ejecutiva
individual si el deudor se halla en estado de insolvencia o quiebra económica.
En estos casos, la acción singular, al llevarse libremente a cabo, supone un
premio en favor de los acreedores más avisados o más cercanos o menos
escrupulosos, y en perjuicio de los demás acreedores. La declaración de quiebra
por juez competente coloca a todos los acreedores de una misma categoría en
un pie de igualdad, con lo que se da cumplimiento al principio de la par condictio
omnium creditorum.44

41
García Martínez, Francisco, Obra citada. Pág. 180.
42
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 23.
43
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I. Pág. 92.
44
García Martínez, Francisco. Obra citada. Pág. 178, último párrafo.

Quiebras
Hechos Reveladores de la Insolvencia 35

Es difícil conocer el verdadero estado patrimonial de las personas en razón de


que una investigación directa sobre ello sería atentatoria a la libertad individual
y por otra parte, en nuestro sistema jurídico, existen muchas posibilidades de
que realmente no se consiga ningún resultado, salvo el hecho de que ellas
mismas lo declaren.

A falta de confesión espontánea judicial del deudor referente a su insolvencia,


ésta solo puede revelarse públicamente en forma indirecta a través de ciertos
hechos llamados hechos reveladores.

Entonces solo cabe la comprobación por medios indirectos, exteriores, visibles y


apreciables.

Sin estos términos de comprobación, la insolvencia permanece en el dominio


exterior, individual, sin trascender al orden jurídico, no produciendo en
consecuencia efectos legales. Por eso, es necesario que tales hechos puedan
ser comprobados, para que el juzgado competente dicte la resolución
constitutiva.

Siguiendo la clasificación de Raimundo L. Fernández, existen tres teorías


fundamentales en materia de revelación indirecta de la insolvencia, a saber:

Teoría materialista o restringida: Según esta teoría, la cesación de pago


solamente pude revelarse a través de un incumplimiento o cesación de pagos,
no existe otro hecho revelador y a la vez todo incumplimiento revela
necesariamente la existencia de estado de insolvencia. No hay quiebra sin
incumplimiento ni incumplimiento sin quiebra.45 Si bien el incumplimiento o
cesación de pago es sin duda el hecho revelador por excelencia, como crítica a

45
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág.23, último párrafo.

Quiebras
la teoría, cabe destacarse que a según esta teoría no interesa que el deudor
36
comerciante pueda pagar su deuda y que tan solo no lo haya pagado por error,
olvido o alguna imposibilidad temporal. Tampoco importa el número de
incumplimientos, basta uno solo. Tampoco podría declararse la quiebra del
deudor insolvente que aún se encuentra pagando sus deudas aunque lo hiciese
por medios ruinosos o ficticios.46

Teoría es la intermedia: Al igual que la teoría materialista, el único hecho


revelador de la insolvencia es el incumplimiento o cesación de pago, pero admite
que éste no siempre ni necesariamente revela un estado de insolvencia. Puede
deberse a otras causas, por lo que el juez debe evaluar y determinar si ese
incumplimiento constituye un hecho revelador de insolvencia o se debe a otras
causas.47 El incumplimiento debe ser causado por un estado de impotencia para
pagar, o estado de cesación. Como crítica a esta teoría, tenemos que la misma
no cubre los casos en que el deudor insolvente sigue pagando su deuda a través
de medios ruinosos o ficticios.48

Esta teoría es adoptada por nuestra ley de quiebra en su artículo 65, en cuanto
a los deudores no comerciantes, con la admisión de no un incumplimiento sino
a partir de dos y de obligaciones diversas, como hecho revelador de la
insolvencia:

“Podrá pedir la quiebra del deudor no comerciante el acreedor de deuda liquida


y exigible cuyo título traiga aparejada ejecución.

Probará la existencia de dos o más ejecuciones promovidas contra el deudor por


distintos acreedores quirografarios, fundadas en obligaciones diversas y en las
cuales el deudor no hubiese satisfecho el requerimiento del pago que se hubiese
formulado.”

46
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I. Pág. 93, último párrafo en adelante.
47
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 24, segundo párrafo.
48
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I. Pág. 94 en adelante.

Quiebras
Teoría amplia: Según esta teoría, la insolvencia es un estado económico
37
complejo que puede revelarse a través de un sinnúmero de hechos reveladores.
El incumplimiento es, sin duda, la más importante y significativa de todos ellos,
pero de ninguna manera el único. Otorga al magistrado una amplia facultad
jurisdiccional de evaluación del estado del deudor. Además, permite la
declaración de quiebra sin necesidad de que exista necesariamente un
incumplimiento y, de esa forma, impedir que el deudor arruine su patrimonio
recurriendo a medios ruinosos, en perjuicio de sus legítimos acreedores.49

Julio Blás Noé expone que esta teoría considera que la cesación de pagos es un
estado patrimonial de crisis pero acuerda que puede exteriorizarse de varias
formas que no pueden ser numeradas en forma taxativa, y los denomina hechos
reveladores cuya observación quedan a criterio del juzgado. El principal hecho
revelador de la insolvencia es el incumplimiento. Pero no el único. Existen otros
como ser: el cierre del negocio, la venta apresurada y a bajo costo de bienes y
efectos de comercio, subsidios, préstamos usurarios, ocultación o fuga, etc.50

Esta teoría es adopta por nuestra ley de quiebras en su artículo 64, referente a
deudores comerciantes, en la parte que expresa que permite la demostración de
la insolvencia inclusive por cualquier otro hecho revelador que no sea el
incumplimiento o aunque éste fuese uno solo:

“El acreedor que solicite la quiebra de su deudor comerciante presentará la


prueba del incumplimiento de una o más obligaciones exigibles y líquidas, o la
de otro hecho revelador de la insolvencia.

Cuando el pedido de quiebra se funde en un incumplimiento, el acreedor no


podrá formularlo antes de haber transcurrido diez días desde la fecha del
protesto o intimación notarial o judicial.

49
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 24, tercer párrafo.
50
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 23.

Quiebras
El deudor comerciante podrá ser declarado en quiebra aunque hubiese un solo
38
acreedor.”

Asimismo, el artículo 1 de la Ley N º 154/ 69, hace mención a la revelación de la


insolvencia a través de uno o más incumplimientos u otros hechos exteriores, sin
consideración al carácter de las mismas y dejando a criterio del Juez la
apreciación de los hechos que la configuren.

TRATADOS DE MONTEVIDEO: Los tratado de Montevideo contienen


disposiciones específicas referidas a la ley aplicable y a la jurisdicción
competente, entre ellas, las que versan sobre procedimiento concursal de un
deudor con bienes en distintos países y acreedores domiciliados en distintos
países o diferente al domicilio del deudor. Además, se establece el dictado de
medidas preventivas, reconocimiento del ¨Síndico o representantes de la quiebra
en los demás países y la pluralidad de concursos en los casos que caigan dentro
de la esfera de estas normas internacionales.

Los tratados que contienen disposiciones referentes a la materia de quiebra y


convocación de acreedores son el del año 1889 y el de 1940.

Tratado de Derecho Comercial Internacional. Montevideo, 12 de febrero de 1889.

TITULO X - De las falencias

Art. 35. - Son jueces competentes para conocer de los juicios de quiebra, los del
domicilio comercial del fallido, aun cuando la persona declarada en quiebra
practique accidentalmente actos de comercio en otra nación, o mantenga en ella
agencias o sucursales que obren por cuenta y responsabilidad de la casa
principal.
Art. 36. - Si el fallido tiene dos o más casas comerciales independientes en
distintos territorios, serán competentes para conocer del juicio de quiebra de
cada una de ellas, los tribunales de sus respectivos domicilios.

Art. 37. - Declarada la quiebra en un país, en el caso del artículo anterior, las
medidas preventivas dictadas en ese juicio, se harán también efectivas sobre los

Quiebras
bienes que el fallido tenga en otros Estados, sin perjuicio del derecho que los
39
artículos siguientes conceden a los acreedores locales.
Art. 38. - Una vez cumplidas las medidas preventivas por medio de las
respectivas cartas rogatorias, el juez exhortado hará publicar por el término de
60 días avisos en que dé a conocer el hecho de la declaración de quiebra y las
medidas preventivas que se han dictado.

Art. 39. - Los acreedores locales podrán, dentro del plazo fijado en el artículo
anterior, a contar desde el día siguiente a la publicación de los avisos, promover
un nuevo juicio de quiebra contra el fallido en otro Estado, o concursarlo
civilmente, si no procediese la declaración de quiebra.

En tal caso, los diversos juicios de quiebra se seguirán con entera separación y
se aplicarán respectivamente en cada uno de ellos las leyes del país en que
radican.

Art. 40. - Entiéndase por acreedores locales, que corresponden al concurso


abierto en un país, aquellos cuyos créditos deben satisfacerse en el mismo.

Art. 41. - Cuando proceda la pluralidad de juicios de quiebras o concursos, según


lo establecido en este Título, el sobrante que resultare a favor del fallido en un
Estado será puesto a disposición de los acreedores del otro, debiendo
entenderse con tal objeto los jueces respectivos.

Art. 42. - En el caso en que siga un solo juicio de quiebra, porque así
corresponda, según lo dispuesto en el art. 35, o porque los dueños de los créditos
locales no hayan hecho uso del derecho que les concede el art. 39, todos los
acreedores del fallido presentarán sus títulos y harán uso de sus derechos ante
el juez o tribunal que ha declarado la quiebra.

Art. 43. - Aun cuando exista un solo juicio de quiebra, los acreedores hipotecarios
anteriores a la declaración de la misma, podrán ejercer sus derechos ante los
tribunales del país en que están radicados los bienes hipotecados o dados en
prenda.

Quiebras
Art. 44. - Los privilegios de los créditos localizados en el país de la quiebra y
40
adquiridos antes de la declaración de ésta, se respetarán, aun en el caso en que
los bienes sobre que recaiga el privilegio se transporten a otro territorio y exista
en él, contra el mismo fallido, un juicio de quiebra o formación de concurso civil.

Lo dispuesto en el inciso anterior sólo tendrá efecto cuando la traslación de los


bienes se haya realizado dentro del plazo de la retroacción de la quiebra.

Art. 45. - La autoridad de los síndicos o representantes legales de la quiebra será


reconocida en todos los Estados, si lo fuese por la ley del país en cuyo territorio
radica el concurso al cual representan, debiendo ser admitidos en todas partes
a ejercer las funciones que les sean concedidas por dicha ley y por el presente
Tratado.
Art. 46. - En el caso de pluralidad de concursos, el tribunal en cuya jurisdicción
reside el fallido será competente para dictar todas las medidas de carácter civil
que lo afecten personalmente.

Art. 47. - La rehabilitación del fallido sólo tendrá lugar cuando haya sido
pronunciada en todos los concursos que se le sigan.

Art. 48. - Las estipulaciones de este Tratado en materia de quiebras se aplicarán


a las sociedades anónimas, cualquiera que sea la forma de liquidación que para
dichas sociedades establezcan los Estados contratantes, en el caso de
suspensión de pagos.

Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo de 1940: fue suscripto


el 19 de marzo 1940 por los delegados del Uruguay, Brasil, Colombia, Bolivia,
Argentina, Perú y Paraguay.

Título IV - Del concurso civil de acreedores

Art. 16.- El concurso civil de acreedores se rige y se tramita por las leyes y ante
los jueces del país del domicilio del deudor.

Quiebras
Art. 17.- Si hubiere bienes ubicados en uno o más Estados signatarios, distintos
41
de los del domicilio del deudor, podrá promoverse, a pedido de los acreedores,
concursos independientes en cada uno de ellos.

Art. 18.- Declarado el concurso, y sin perjuicio del derecho a que se refiere el
artículo anterior, el juez respectivo tomará las medidas preventivas pertinentes
respecto de los bienes situados en otros países, y, al efecto, procederá en la
forma establecida para esos casos en los artículos anteriores.

Art. 19.- Cumplidas las medidas preventivas, los jueces a quienes se libran los
exhortos harán conocer, por edictos publicados durante treinta (30) días, la
declaración del concurso, la designación de síndicos y de su domicilio, el plazo
para presentar los títulos creditorios y las medidas preventivas que se hubieren
tomado.

Art. 20.- En el caso del artículo 17, los acreedores locales, dentro de los sesenta
(60) días subsiguientes a la última publicación prevista en el artículo anterior,
podrán promover el concurso del deudor respecto de los bienes ubicados en ese
país. Para este caso, como para el juicio único de concurso, que se siga ante los
tribunales y de acuerdo con las leyes del país del domicilio del deudor, los
acreedores locales tendrán derecho de preferencia sobre los bienes ubicados en
el territorio en donde sus créditos deben ser satisfechos.

Art. 21.- Cuando proceda la pluralidad de concursos, el sobrante que resulte a


favor del deudor en un país signatario, quedará afectado a las resultas de los
otros juicios de concursos, transfiriéndose por vía judicial, con preferencia, al
concurso declarado en primer término.

Art. 22.- Los privilegios se determinan exclusivamente por la ley del Estado en
donde se abra cada concurso, con las siguientes limitaciones:

a) el privilegio especial sobre los inmuebles y el derecho real de hipotecas,


quedarán sometidos a la ley del Estado de su situación;

Quiebras
b) el privilegio especial sobre los muebles queda sometido a la ley del Estado en
42
donde se encuentran, sin perjuicio de los derechos del fisco por impuestos
adeudados.

La misma norma rige en cuanto al derecho que se funda en la posesión o en la


tenencia de bienes muebles, o en una inscripción pública, o en otra forma de
publicidad.

Art. 23.- La autoridad de los síndicos o de los representantes legales del


concurso, será reconocida en todos los Estados, los cuales admitirán en su
territorio el ejercicio de las funciones que a aquéllos concede la ley del concurso
y el presente tratado.

Art. 24.- Las inhabilidades que afecten al deudor serán decretadas por el juez de
su domicilio, con arreglo a la ley del mismo. Las inhabilidades relativas a los
bienes situados en otros países, podrán ser declaradas por los tribunales locales
conforme a sus propias leyes.

La rehabilitación del concursado y sus efectos se regirán por las mismas normas.

Art. 25.- Las reglas referentes al concurso serán igualmente aplicadas a las
liquidaciones judiciales, concordatos preventivos, suspensión de pago u otras
instituciones análogas que sean admitidas en las leyes de los Estados
contratantes.

Juicio de Quiebra

Concepto

El juicio de quiebra es un proceso de ejecución colectiva que tiene por objeto


último la distribución de las sumas obtenidas por la liquidación del activo del

Quiebras
deudor, con el fin de satisfacer a los acreedores ya sea parcial o totalmente, en
43
sus acreencias.51

Noé nos señala cuáles son los componentes básicos de la quiebra:

SUJETO PASIVO: El sujeto pasivo es el deudor insolvente. Puede ser una


persona física o jurídica. La quiebra podrá ser declarada contra deudores
comerciantes y contra deudores civiles (no comerciantes).

SUJETO ACTIVO: El conjunto de activo lo conforma el conjunto de acreedores


del insolvente, sean privilegiados o comunes. Aunque puede darse el caso de
contar el procedimiento de la quiebra, por excepción, con un solo acreedor
(Art.64).

ESTADO DE INSOLVENCIA: Es el presupuesto primero para la declaración de


quiebra.52 Ello se encuentra previsto en el artículo 1 de la ley de quiebras.

CARACTERES: Según Camp Ausina, el juicio de quiebra tiene los siguientes


caracteres:

a) Inquisitivo: Desde el pedido de declaración de quiebra hasta el auto


interlocutorio que así lo declara, el Juez es el director del juicio, puede
impulsarlo de oficio, puede dictar medidas de mejor proveer y ordenar las
diligencias necesarias para investigar y fallar la causa sometida a su
jurisdicción y competencia. Inclusive puede apartarse del concordato
aprobado por la mayoría de los acreedores, rechazar su homologación y
declarar la quiebra del deudor.

b) Dispositivo: tiene esta característica a partir de del auto interlocutorio


declarativo de la quiebra. Se mueve a impulso de parte, del Síndico o del
Fiscal.

51
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I, Pág. 105.
52
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 24.

Quiebras
c) Facultativo: lo es para el deudor no comerciante según el artículo 3 de la
44
ley de quiebras.

d) Obligatorio: Lo es para el deudor comerciante según el artículo 9 de la ley


de quiebras.

e) Contencioso: El juicio de quiebra se puede volver contencioso en el


momento en que entre partes existan conflictos de intereses que deban
ser dirimidos y fallados por el Juez.

f) De ejecución: el procedimiento de quiebra tiene carácter de ejecución,


liquidación y distribución de los bienes del deudor a los acreedores, según
el artículo 2 de la ley de quiebras.

g) Universal: según el artículo 2 de la ley de quiebras, el procedimiento de


quiebra comprende todos los bienes, derechos, acciones y obligaciones,
salvo aquellos que fueran expresamente exceptuados en la ley. Es decir,
comprende la universalidad de bienes del deudor

h) De orden público: En el procedimiento tiene intervención y es parte el


Ministerio Público. Las normas procedimentales y de fondo no pueden ser
dejadas de lado o cambiadas por convención de las partes.

i) Fuero de atracción: En vista de que es un procedimiento universal,


necesariamente ejerce fuero de atracción, el juez de la quiebra debe
conocer todos los juicios iniciados o a iniciarse contra el patrimonio
concursal. Hay que puntualizar que existen excepciones previstas en la
ley o en normas internacionales como en los tratados de Montevideo que
prevén la apertura de concursos múltiples.53

53
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I, Pág. 105.

Quiebras
Intervención del Ministerio Público 45

Como una de las características del procedimiento de quiebra y de la


convocación de acreedores, la intervención del Ministerio Público es obligatoria.

Ello se encuentra previsto en la ley de quiebras, artículo 18, numeral 5, referente


a contenido del auto que admite la convocación de acreedores y, en el artículo
68, para los casos de declaración de quiebra. Asimismo, el artículo 178 es
categórico:

“El agente fiscal será parte en los juicios de convocación y quiebra, a efecto de
prevenir o perseguir todo dolo o fraude o violación de las disposiciones legales.”

Análisis de las Normas de la Ley Nº 154/69 de


Quiebras

A partir de este punto en adelante, realizaremos una trascripción de los artículos


y haremos algunas puntualizaciones respecto a sus normas.

Libro Primero

De las Quiebras

La ley de quiebras es de naturaleza dual pues contiene normas sustantivas y


adjetivas. Es una ley de fondo y forma.

El libro primero, si bien incluye también normas procedimentales por razones


prácticas y de fácil aplicación, contiene en su mayoría normas de fondo.

Quiebras
El libro segundo contiene normas de procedimiento y regulatorias de ciertos
46
órganos indispensables para el funcionamiento del procedimiento de falencias.

Título I

De las Disposiciones Generales

Artículo 1º

La declaración de quiebra presupone el estado de insolvencia del deudor. El


estado de insolvencia se manifiesta por uno o más incumplimientos u otros
hechos exteriores que a criterio del juez demuestren la impotencia patrimonial
para cumplir regularmente las deudas a su vencimiento, sin consideración al
carácter de las mismas.

Este artículo establece el presupuesto fundamental de la insolvencia (quiebra


económica) para la declaración de la quiebra jurídica. Con ello, además esta ley
también deja de lado la quiebra virtual. Además, consagra la teoría amplia de los
hechos reveladores de la insolvencia.

Referente a este artículo, Julio Blás Noé expresa: “El concepto que trae la ley
para la procedencia del estado de quiebra desde el punto de vista legal
presupone una situación patrimonial del deudor. Se menciona como antecedente
básico el estado de insolvencia para su declaración.

El estado de insolvencia dentro de este contexto se manifiesta mediante hechos


exteriores, apreciables y reveladores de la situación.

El párrafo segundo de la disposición que estamos mostrando se refiere a la


forma en que se manifiesta el estado de insolvencia y abarca dos posibilidades
al referirse que tal estado se manifiesta “por uno o más incumplimientos” o en
otro caso, “otros hechos exteriores que demuestren la impotencia patrimonial
para cumplir regularmente con las deudas a su vencimiento”.

En lo referente a hechos reveladores de la insolvencia la Ley deja a “criterio del


Juez” su apreciación.

Quiebras
El último punto del artículo contiene una referencia importante en relación al o
47
los incumplimientos porque se advierte que ello es “sin consideración al carácter
de las mismas”, lo cual realmente ofrece una dificultad para su interpretación,
porque se presta a varias conjeturas. No se explica con claridad el significado de
la frase el “carácter de los mismos”.

Sin embargo, la Ley de Quiebras Nº 154/69, extiende la declaración de falencias


para los deudores civiles no solamente para los comerciantes. De esta forma
puede interpretarse la última parte del artículo 1 de nuestra Ley, aunque le falte
la suficiente claridad en nuestra expresión, que abarca a los deudores no
comerciantes.

El origen de esta expresión tiene como antecedente la Ley Argentina Nº 11.719


que constituye un antecedente del anteproyecto presentado en nuestro país.
Esta legislación sostenía que la quiebra se declaraba únicamente con relación a
obligaciones comerciales. En cambio, en nuestra ley se abarca también a los
deudores civiles y por tanto la falta de pago de una obligación civil es válida como
extremo para declarar la quiebra.

La distinción mencionada, sin embargo, con el avance de la legislación


Paraguaya y específicamente a partir de la entrada en vigencia de la Ley
Nº1.183/87, Código Civil Paraguayo la distinción deja de tener importancia,
debido a la unificación de las obligaciones y de los contratos, desapareciendo
prácticamente los límites entre ambas materias.”

Artículo 2º

El juicio de quiebra tiene por objeto realizar y liquidar en un procedimiento único


los bienes de una persona natural o jurídica, sea o no comerciante, que hubiese
sido declarada en quiebra. Comprende todos sus bienes, derechos, acciones y
obligaciones, salvo aquellos que fueren expresamente exceptuados por la Ley.

OBJETO: Este artículo establece como objeto del procedimiento la realización y


liquidación del activo. Sin embargo, estas expresiones no son las más

Quiebras
adecuadas ya que la palabra realización es genérica y ambigua. Además se deja
48
fuera el fin último y fundamental del procedimiento concursal cual es la
distribución del producto de la liquidación. Por ello, hubiese sido más adecuada
la expresión “liquidación del activo y distribución del producto de la liquidación
colectiva”

Fuero de atracción

Con el vocablo “único” queda consagrado el fuero de atracción del procedimiento


de quiebra. Debe puntualizarse que este fuero de atracción es ejercido sobre las
demandas patrimoniales pasivas contra el deudor fallido (artículo 76).

Universalidad

El juicio de Quiebra reviste carácter de “universal” porque tiene como objeto


liquidar, precisamente, la totalidad del patrimonio de un deudor.

“Comprende todos sus bienes, derechos, acciones y obligaciones, salvo aquellos


que fueren expresamente exceptuados por la Ley”

El artículo 76 de la ley de quiebras enumera los bienes no comprendidos en la


quiebra. A este artículo debe agregarse la inembargabilidad del aguinaldo
(artículo 245 del Código del Trabajo), entre otras normas que consagran la
inembargabilidad de otros bienes, tales como el bien de familia (art. 2076 del
Código Civil), de los bienes y rentas públicas y de pensiones alimentarias y litis
expensas (artículo 716, inc. b), d) y e) del Código Procesal Civil), de los lotes y
fracciones agrícolas de superficies mínimas adquiridos por los beneficiarios del
Estatuto agrario (Ley 854/63, artículo 137, inciso a), de los lotes coloniales y
urbanos adquiridos en virtud al artículo 20 de la ley 622/60 de colonización y
urbanizaciones.

Quiebras
Artículo 3º
49
La declaración de quiebra puede ser solicitada por el propio deudor, por sus
herederos o por uno o varios de sus acreedores. Los acreedores con garantías
reales o con privilegios sobre cosas determinadas podrán pedir la quiebra de su
deudor, si probaren sumariamente que los bienes que garantizan sus créditos no
cubren el monto de ellos, y si manifestaren que renuncian totalmente al privilegio
o garantía.

El cónyuge no podrá solicitar la declaración de quiebra de su consorte, ni el


ascendiente la del descendiente y viceversa. Esta prohibición se extiende a los
hermanos entre sí.

Quiénes pueden iniciarlo

Según el artículo 3, la declaración de quiebra puede ser solicitada por:

► El propio deudor
► Sus herederos
► Uno o varios de sus acreedores

Los acreedores con garantías reales o con privilegios sobre cosas determinadas
podrán pedir la quiebra de su deudor, si probaren sumariamente, que los bienes
que garantizan sus créditos, no cubren el monto de ellos y si manifestaren que
renuncian totalmente al privilegio o garantía.

La renuncia del privilegio es irreversible, es decir irrecuperable. El principio


enunciado favorece únicamente a los privilegiados con garantía real o sobre
cosas determinadas.

Ello significa que en cuanto a los créditos singularmente privilegiados -


empleados y obreros - la solución es negativa. Éstos no podrán solicitar la
quiebra de su deudor - empleador- al estar inhibidos de renunciar a sus
privilegios o garantías, conforme lo establece la ley laboral vigente (artículo 3,
Código del Trabajo, Nº 213/93) tomando en consideración las normas jurídicas

Quiebras
en ellas contenidas que son de orden público y consiguientemente,
50
irrenunciables.

“Los derechos reconocidos por este Código a los trabajadores no podrán ser
objeto de renuncia, transacción o limitación convencional. Será nulo todo pacto
en contrario.” (Artículo 3, primera parte, C.T.).

“La ley protegerá al trabajador en todas sus formas y los derechos que ella otorga
al trabajador son irrenunciables” (Art. 86, segunda parte, Constitución de la
república del Paraguay).54

Para Horacio Lebrón: “Por tanto, no pudiendo los titulares de tales créditos
(Créditos Laborales) formalizar la renuncia al privilegio exigida por este Artículo,
resulta evidente que están inhabilitados para solicitar la quiebra del deudor”55

Según Camp Ausina: “Otro punto a considerar en relación al privilegio de


determinados acreedores, son los créditos singularmente privilegiados -
empleados y obreros -, y para ellos la solución es negativa en el sentido de que
el trabajador no podrá solicitar la quiebra de su deudor- empleador, al estar
inhibidos de renunciar a sus privilegios o garantías en virtud del Art.3 de la Ley
Laboral vigente y tomando en consideración las normas jurídicas en ellas
contenidas que son de orden público y consiguientemente irrenunciables. Es
más, la Ley de Quiebras legisla la solución de esta cuestión en los Artículos 26,
32, 83,154 y concordantes, a los cuales nos remitimos.”56

Quiénes no pueden iniciarlo

Por otro lado, la ley defiende como principio del ordenamiento jurídico la unidad
de la familia, considerándola cédula básica de la sociedad. Ésta es la razón por

54
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 28.
55
Lebrón Boetner, Horacio. Obra citada. Pág. 32, quinto párrafo.
56
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I, Pág. 112.

Quiebras
la que No se puede solicitar la quiebra del cónyuge, ni del ascendiente, ni del
51
descendiente, ni entre hermanos.

Artículo 4º

Si un deudor muriere en estado de insolvencia, sus herederos o acreedores


podrán pedir la declaración de su quiebra, siempre que la solicitud sea
presentada dentro de los seis meses siguientes al día del fallecimiento.

La declaración de quiebra producirá de derecho el beneficio de la separación de


patrimonio a favor de los acreedores del difunto. Las disposiciones de la quiebra
se aplicarán solo al patrimonio de causante de la sucesión.

Los herederos del difunto podrán continuar la convocación de acreedores que él


hubiese iniciado o iniciarla dentro de los seis meses contados desde el día de su
fallecimiento.

QUIEBRA PÓSTUMA: Es el juicio ejecutivo universal que se inicia al deudor


insolvente declarado en quiebra, después de su fallecimiento. Así se da lugar al
fenómeno de atracción universal, sobre los bienes sucesorios. Es la
concentración en un juicio único de los derechos y obligaciones del causante.
“Es la llamada sucesión “concursada”.57

Según Lebrón, la quiebra póstuma tiene dos requisitos:

→ Que la insolvencia sea anterior a la muerte del deudor.

→ Que el pedido de quiebra se formule dentro de los 6 meses siguientes al


fallecimiento del deudor.58

57
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 29.
58
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág.34.

Quiebras
CONVOCACIÓN DE ACREEDORES PÓSTUMA: Igualmente los herederos
52
pueden continuar una convocación de acreedores iniciada en vida por el difunto
o iniciarla dentro de los 6 meses contados desde el fallecimiento.

En cambio, al fallecer el deudor, de no continuar los herederos legítimos el juicio


dentro de los seis meses del deceso el juicio de convocación de acreedores, los
acreedores deberán denunciar sus créditos dentro del juicio sucesorio, porque
debe entenderse que se abandona el juicio de convocación de acreedores.59

A diferencia de lo dispuesto para el caso de quiebra póstuma, no se exige como


requisito que el deudor hubiese fallecido en estado de insolvencia.60

Artículo 5º

La quiebra de las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada no podrá


ser declarada después de terminada su liquidación.

Quiebra de sociedades colectivas anónimas y de responsabilidad limitada

La quiebra afecta únicamente a unidades económicas subsistentes como lo


establece el artículo 5.

Una sociedad se extingue, deja de tener vida, al concluir la liquidación. La


declaración de quiebra sobre un patrimonio existente no puede guardar interés
alguno, por lo que la Ley lo excluye como posibilidad.61

Lebrón explica que el periodo de liquidación de una sociedad tiene por objeto,
como su nombre lo indica, liquidar todos los bienes que integran el activo social
8art. 1006 del Código Civil) por lo que, una vez terminado el proceso, ya no
existan bienes que puedan ser sometidos a la liquidación de la quiebra y, por
ello, su declaración careced de sentido.62

59
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 29.
60
Lebrón Boetner, Horacio. Obra citada. Pág. 36, sexto párrafo.
61
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 30.
62
Lebrón Boetner, Horacio. Obra citada. Pág. 37.

Quiebras
Artículo 6º
53
Las sociedades en liquidación podrán obtener la convocación de sus acreedores
o ser declaradas en quiebra. Podrán, igualmente, ser declaradas en quiebra las
sociedades irregulares.

Sociedades en liquidación - sociedades irregulares

Las sociedades en liquidación pueden ser declaradas en quiebra, porque ellas


subsisten a los efectos del pago de las deudas sociales y reparto de los
beneficios.

Las sociedades irregulares son aquellas que están en funcionamiento sin haber
cumplido con los requisitos legales para su conformación como personas
jurídicas.

Podrán ser declarados en quiebra, pero no pueden estar en convocación de


acreedores.63

Artículo 7º

La declaración de quiebra de una sociedad produce la de sus socios de


responsabilidad ilimitada. Todas las quiebras se tramitarán separadamente ante
un mismo juzgado.

La quiebra de un socio no produce la de la sociedad a que pertenece. La parte


que el fallido tenga en el activo social corresponde a los acreedores sociales,
con preferencia a los particulares del socio. La misma disposición es aplicable al
caso en que un individuo sea miembro de dos o más sociedades de las cuales
una es declarada en quiebra.

63
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 30.

Quiebras
Las sociedades de responsabilidad ilimitada son aquellas en que son
54
responsables solidariamente todos los socios por las obligaciones sociales,
incluso con sus bienes particulares.

Las sociedades, a las cuales hace referencia el artículo, son aquellas en las
cuales la responsabilidad de los socios alcanza el monto de su aporte. Son las
llamadas Sociedades de Responsabilidad ilimitada, por naturaleza o sociedades
de capital.

La declaración de quiebra que afecta a un socio, alcanza a la sociedad


solamente hasta el monto del aporte o cuota, con la preferencia señalada a favor
de los acreedores sociales.64

Artículo 8º

La declaración de quiebra pronunciada en país extranjero no puede invocarse


contra los acreedores que el fallido tenga en la República ni para disputarles los
derechos que pretendan tener sobre los bienes existentes dentro del territorio
nacional, ni para anular los actos que hayan celebrado con el fallido.

Declarada también la quiebra por los tribunales de la República, no se tendrán


en consideración a los acreedores que pertenezcan al concurso formado en el
extranjero, sino para el caso de que, pagados íntegramente los acreedores de la
República, resultase un remanente.

Unidad y pluralidad de la quiebra

Esta norma tiene prevista la pluralidad de declaración de la quiebra cuando ella


se da en distintos países.

El principio de la unidad responde a la territorialidad y al alcance que puede tener


una quiebra declarada en un país.

64
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 31.

Quiebras
La pluralidad de la quiebra se refiere a la quiebra declarada en un país, que
55
pueda tener efecto en otro, o sea a su extraterritorialidad.

El doble principio - unidad y pluralidad de la quiebra- se encuentra también


previsto en el título VIII, artículos 40/53, del Tratado de Derecho Comercial
Terrestre Internacional de Montevideo del año 1940.

Nuestra legislación se halla encuadrada en las normas sobre unidad y pluralidad


de la quiebra allí establecidas.65

Efectos de la declaración de quiebra en el extranjero

El artículo 8 de la ley de quiebras concede una especie de super-privilegio a favor


de los acreedores de la declaración de quiebra local con relación a los
acreedores de la quiebra declarada en el extranjero.66

Título II

De la Presentación del Deudor y de la Convocación de Acreedores

Capítulo I

Del pedido de convocación de acreedores o de quiebra

Artículo 9º

Todo deudor comerciante que haya llegado al estado de insolvencia, deberá


presentarse ante el juzgado competente pidiendo la convocación de sus
acreedores a o su quiebra. El pedido de convocación de acreedores llevará
implícito el de la quiebra.

65
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 31, última parte.
66
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 42, penúltimo párrafo.

Quiebras
Concepto
56
Conforme lo expone Camp Ausina, es un “procedimiento de carácter universal,
legislado en la Ley de Quiebras, promovido por el deudor, o sus herederos, con
el objeto de obtener la homologación del concordato, en el cual se establecen
quitas y esperas, buscando equilibrar el activo y el pasivo, para facilitar el pago
de los créditos y así dar satisfacción cuando menos parcialmente a sus
acreedores, con el fin de evitar la declaración de la quiebra.”67

Según Julio Blás Noé, “el juicio de convocación de acreedores tiene como
finalidad esencial evitar la declaración de quiebra. Es un procedimiento
preventivo, obligatorio para el deudor comerciante que haya llegado al estado de
insolvencia patrimonial.

El objeto y centro del juicio, donde convergen los intereses de las partes - activa
o pasiva- es el estudio y la votación del concordato.

El sistema publicista adoptado por nuestra ley se manifiesta directamente desde


el inicio mismo del juicio, estando el juez expresamente facultado a admitir o
rechazar el pedido de convocación de acreedores. En este último caso, el
Juzgado declara la quiebra de oficio.

La convocación de acreedores es un juicio preventivo, es además contencioso y


de orden público, con caracteres muy especiales, ya que nada impide que en
determinado momento de su tramitación puedan finiquitarse por otros medios
(pago, novación, etc.) siempre y cuando deje de existir el presupuesto de
insolvencia que le dio origen y los acreedores expresamente lo consientan.

Constituye un medio eficaz para evitar las desastrosas consecuencias que la


quiebra provoca en las economías, privada y pública.

67
Camp Ausina, carlos Alberto. Obra citada. Pág. 156.

Quiebras
Es doblemente beneficiosa porque permite al deudor recuperar su patrimonio y
57
a los acreedores obtener el pago de sus créditos.

Al final, redunda el beneficio de la economía social o pública, porque el crédito


conserva su prestigio y permite que las empresas vuelvan a la producción de
bienes y al empleo de los trabajadores.”68

Caracteres

Camp Ausina refiere los siguientes caracteres:

→ Universal: porque comprende la totalidad del patrimonio del deudor


insolvente.

→ Obligatorio: para el deudor comerciante conforme al artículo 9.

→ Facultativo: para el deudor no comerciante conforme al artículo 13.

→ Inquisitivo: porque a partir de la solicitud de convocación de acreedores


hasta el auto de admisión, el juez es director del proceso (artículo 12/16).
Incluso durante el procedimiento, puede rechazar la homologación del
concordato y declarar la quiebra.

→ Dispositivo: a partir del auto de admisión de la convocación de


acreedores.

→ De orden público: pues sus normas no son derogables ni cambiables por


voluntad de las partes.

→ Jurisdicción contenciosa ordinaria preventiva y de ejecución: no se trata


de mera jurisdicción voluntaria, pues se da lugar a cuestiones sobre
intereses opuestos, ya sean éstos de los acreedores o del deudor
convocatario o de los superiores del Estado.

68
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág.33.

Quiebras
→ Causal: admite la investigación de las causas que produjeron la
58
insolvencia del deudor (artículo 10, inciso 1). Además se permite que se
indague sobre la causa que originó los títulos.

→ No tiene fuero de atracción como sí lo tiene la quiebra.69

Quiénes pueden pedir la convocación de acreedores

→ El deudor, comerciante o no comerciante.

→ Sus herederos hasta el periodo de 6 meses a contar desde su


fallecimiento.

Requisitos

El artículo 10 de la ley de quiebras enumera los requisitos que debe contener la


solicitud de convocación de acreedores del deudor comerciante, a saber:

Artículo 10º

La solicitud del deudor comerciante contendrá:

1 - La enunciación de las causas que hubiesen producido su insolvencia.

2 - Un Balance general de sus negocios y el cuadro demostrativo de pérdidas y


ganancias, tomados con antelación no mayor de diez días a la fecha de su
presentación.

3 - La nómina de todos sus acreedores, con indicación de sus domicilios,


determinación de las sumas adeudadas, fechas de vencimiento de las
obligaciones y garantías especiales, si las hubiere.

69
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Pág. 156 en adelante.

Quiebras
4 - Un inventario completo de sus bienes, descriptivo y estimativo en
59
determinación de los valores de costo y negociabilidad y los gravámenes que
pesen sobre ellos.

5 - Si se tratare de una sociedad con socios de responsabilidad ilimitada, la


nómina de estos socios con indicación de sus domicilios.

6 - La manifestación de que pone a disposición del juzgado sus libros y papeles.

7 - Una certificación del Registro General de Quiebras en la conste:

a) Si ha solicitado o no, con anterioridad, la convocación de sus acreedores o su


quiebra y en su caso, los desistimientos respectivos, con la fecha de los autos
que los admitieron.

b) Si celebró concordato, la fecha de su homologación y en su caso, la de su


cumplimiento, recisión o nulidad.

8 - El certificado de la inscripción del contrato social en el Registro Público de


Comercio, y

9 - La autorización prevista en el Artículo 15º.

El juzgado, a solicitud fundada del peticionante, podrá concederle un plazo


perentorio de hasta ocho días contados desde el día de la presentación para
completar la información exigida en este artículo, siempre que a juicio del
proveyente hubiera razones que lo justifiquen salvo autorización prevista en el
inc. 9 que se regirá por el artículo 15º. Esta decisión será inapelable.

Asimismo, para los deudores no comerciantes, los requisitos que deben ser
cumplidos se encuentran en el artículo 13 de la ley de quiebras.

Quiebras
Artículo 11º
60
El juzgado admitirá la convocación solicitada si ya no se hubiese pedido la
quiebra del deudor, o si este pedido hubiese sido rechazado. No admitirá, sin
embargo, la convocación y declarará la quiebra si el deudor se encontrare en
algunos de los siguientes casos:

1- Si ha ejercido el comercio contrariamente a su estatuto profesional o a alguna


interdicción prevista por la ley: en el caso de sociedades, si no estuviere
constituidas regularmente.

2- Si no ha llevado una contabilidad conforme a las exigencias de la ley y a los


usos de su profesión, habida en cuenta la importancia de su negocio.

3- Si ha ocultado su contabilidad, dado otro destino a una parte de su activo o si


lo hubiese disimulado: si de sus libros, balances u otros documentos se deduce
que ha abultado dolosamente su pasivo.

4- Si estuviese pendiente el cumplimiento de un concordato homologado.

5- Si ya hubiese sido declarado en quiebra en los diez años anteriores

6- Si se hallare oculto o fugado, o

7- Si hubiere omitido el cumplimiento de alguno de los requisitos exigidos en el


Artículo 10.

Rechazo del pedido

Julio Blás Noé advierte que no debe entenderse que la solicitud de quiebra
anterior, deja al magistrado sin otra alternativa que la declaración de quiebra. La
solución se da en lo que sea más favorable al deudor, a los mismos acreedores,
y al crédito público. Debe tenerse en cuenta finalmente el estado de insolvencia
del deudor y su conducta patrimonial.

Quiebras
“No admitirá, sin embargo, la convocación y declarará la quiebra si el deudor se
61
encontrare en algunos de los siguientes casos:

1-“Si ha ejercido el comercio contrariamente a su estatuto profesional o a alguna


interdicción prevista por la ley”. (Art.11, inc.1, primera parte).

Por ejemplo: Si se halla inscripto como contribuyente en los registros


correspondientes para ejercer el comercio en un rubro y lo hace en otro.

O si ha realizado operaciones comerciales al margen de lo establecido por la ley,


o fuera de los estatutos tratándose de sociedades, igualmente, si ha ejercido el
comercio teniendo una imposibilidad - prevista en la Ley. Es el caso en que no
puede ejercer el comercio por pesar sobre sus actos alguna prohibición.

“En el caso de sociedades, si no estuviere constituidas regularmente”. (Art.11,


inc.1, segunda parte).

Se refiere a las Sociedades irregulares, mencionadas en el artículo 6.

2- Si no ha llevado una contabilidad conforme a las exigencias de la ley y a los


usos de su profesión, habida en cuenta la importancia de su negocio. (Art.11,
inc.2).

El ejercicio del comercio impone a las personas ciertas obligaciones, como el de


llevar los libros y comprobantes de las operaciones, a más de estar inscriptos
regularmente en los registros públicos y administrativos. Existen razones de
orden impositivo, de crédito público y por el propio capital administrado según la
confianza depositada en la persona del comerciante.

3- “Si ha ocultado su contabilidad, dado otro destino a una parte de su activo o


si lo hubiese disimulado” (Art.10, inc.3, primera parte).

Se tratan de actos que van en directo perjuicio de los intereses de los acreedores
y conlleva una intención dolosa o fraudulenta.

Quiebras
“si de sus libros, balances u otros documentos se deduce que ha abultado
62
dolosamente su pasivo. (Art.11, inc.3, segunda parte).

Es la misma intención de defraudar a sus acreedores, que puede consistir, en


algunos casos, en otorgar a ciertas personas documentos sobre deudas
inexistentes.

4-“Si estuviese pendiente el cumplimiento de un concordato homologado”.


(Art.11, inc.4).

El deudor aún está sometido al procedimiento al procedimiento de la Ley 154/69;


deduciéndose que no pueden, en ningún sentido, coexistir dos juicios de
convocación.

5-“Si ya hubiese sido declarado en quiebra en los diez años anteriores” (Art.11,
inc.5).

Se tienen en cuenta por consiguiente, su falta de idoneidad en la administración


de bienes.

6- “Si se hallare oculto o fugado, o” (Art.11, inc.6).

La fuga u ocultación supone que el deudor, a pesar de haber solicitado su


convocación, no tiene interés en continuar al frente de su negocio o industria y
defender su patrimonio. Pierde la oportunidad que le brinda la ley de acogerse al
beneficio de la convocación de acreedores.

7- “Si hubiere omitido el cumplimiento de alguno de los requisitos exigidos en el


Artículo 10”. (Art.11, inc.7).

Quiebras
Los requisitos del artículo mencionado se convierten en obligatorios para la
63
admisión de la convocación, en caso contrario sobreviene la quiebra.” 70

Artículo 12º

A la vista de la presentación del deudor, el juzgado estudiará las circunstancias


expuestas en la solicitud así como todas las que deriven de sus libros y papeles
o de otras fuentes que llegaren a su conocimiento y fuesen reveladoras de su
situación y conducta.

Podrá pedir cualquier clase de información y citar al deudor para requerirle las
explicaciones que considerase pertinentes. Podrá asimismo, dar intervención a
la sindicatura general de quiebras.

La presentación de la solicitud del deudor prevista en el Artículo 9º bastará para


considerar como producida la insolvencia.

Dentro del plazo máximo de veinticinco días, el juzgado resolverá la admisión de


la convocación de acreedores o la declaración de quiebra.

En este punto del procedimiento, el otorgamiento de la Sindicatura General de


Quiebras por el Juzgado es aún facultativo, no obligatorio.

En este artículo también queda consagrada la presunción de insolvencia en el


caso de presentación de pedido de convocación de acreedores.

El hecho de la insolvencia queda consagrado en el derecho mediante la solicitud


del deudor, en forma unilateral, de tal manera que se hace innecesaria una
declaración judicial al respecto.71

70
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 36 en adelante.
71
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág.37.

Quiebras
Artículo 13º
64
El deudor no comerciante que haya llegado al estado insolvencia podrá presentar
el pedido previsto en el Artículo 9º. Para ello cumplirá los requisitos establecidos
en el artículo 10º, aunque podrá ser dispensado de los requisitos mencionados
en los incisos 2, 5 y 6 del citado artículo, según el caso. No regirá para el mismo
lo dispuesto en el inc. 8 artículo 10º. El juzgado procederá en la forma prevista
en los arts. 11 y 12, pero como causas para denegar la convocación solamente
se considerarán las expresadas en los casos previstos en los incisos 4, 5, 6 y 7
del artículo 11 y la ocultación del activo o exageración dolosa del pasivo.

Este artículo consagra que el procedimiento de convocación o quiebra no es


exclusivo de deudores comerciantes, y lo hace extensivo a deudores civiles.

Esto es concordante con lo dispuesto en el artículo 251 de la ley de quiebras que


deroga el llamado concurso civil de acreedores, hasta entonces legislado en el
derecho común.

Artículo 14º

El deudor que hubiera dejado de ser comerciante, siempre que su insolvencia se


deba a obligaciones contraídas durante el ejercicio del comercio, será
considerado como como comerciante a los efectos de la obligación prevista en
el artículo 9º, si la insolvencia se hubiese producido dentro del año siguiente a la
clausura de sus negocios como comerciante.

Debe entenderse que, transcurrido el plazo de un año, el deudor será


considerado como no comerciante.

Convocación de acreedores de sociedades y asociaciones

La solicitud de convocación de acreedores o de declaración de quiebra de


sociedades y asociaciones se encuentra regulada en el artículo 15 de la ley de
quiebra:

Quiebras
Artículo 15º
65
La solicitud de convocación de acreedores o de declaración de quiebra de las
sociedades y de las asociaciones será formulada por intermedio de sus
representantes legales y autorizadas en los casos de asociaciones, sociedades
anónimas, cooperativas y de responsabilidad limitada, por asamblea de
asociados, accionistas o socios.

Cuando dicha autorización no pudiera ser acompañada al escrito inicial, el


peticionario podrá subsanar esta deficiencia en el plazo que le fije juzgado, el
que no podrá exceder de diez días para las sociedades de responsabilidad
limitada y de veinticinco días para las demás.

Si este requisito no fuere cumplido en tiempo debido, el juzgado rechazará el


pedido. La resolución que fije el plazo dentro del cual deberá subsanarse la
deficiencia será irrecurrible. La que rechace el pedido será apelable.

Artículo 16º

Al recibir la presentación del deudor, el juzgado podrá proveer las medidas de


seguridad que estimare conveniente sobre los bienes del mismo, incluso el
embargo de todos o parte de ellos y la inhibición general del deudor. Podrá
también designar un funcionario de la sindicatura general de quiebras para que
vigile la actuación del deudor.

Medidas de seguridad

Presentado el pedido de convocación de acreedores o de quiebra y antes de


dictado el auto de admisión o declaratorio de quiebra, el juzgado podrá disponer
medidas de seguridad en defensa del patrimonio del deudor y como garantía
para los acreedores.

Quiebras
Artículo 17º
66
El deudor podrá desistir del procedimiento previsto en los arts. 9º y 13º solamente
antes de ser dictado el auto que admite la convocación o declara la quiebra y no
podrán repetirlo hasta transcurrido sesenta días del auto que declara el
desistimiento.

Admitido el desistimiento quedará sin efecto la presunción establecida en el


tercer párrafo del Artículo 12º.

Desistimiento del pedido

Admitido el desistimiento, desaparece el estado de insolvencia manifestado por


el deudor en su presentación. Se considera entonces, que el deudor es capaz
de cumplir normalmente con sus obligaciones.

Capítulo II

De la Apertura del Juicio de Convocación de Acreedores

Auto de Convocación de Acreedores

En palabras de Lebrón, el auto de convocación de acreedores es la resolución


judicial por la cual el juez, luego a haber estudiado el pedido formulado por el
deudor y los documentos presentados por el mismo, admite la convocación de
acreedores, si a su juicio no existen causas que determinen su rechazo, con la
consiguiente declaración de quiebra.72

Según Julio Blás Noé, el auto de convocación de acreedores es la resolución


judicial que da apertura al juicio. Debe ser fundado, por tanto el Magistrado debe

72
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 74.

Quiebras
pronunciarse sobre las circunstancias de la insolvencia que el deudor ha
67
mencionado en su solicitud.

Se deben considerar cumplidos los requisitos de los artículos 10 y 15 en su caso.


El Juez, luego del estudio de los datos aportados por el deudor, y de recibidas
sus explicaciones si así lo creyó conveniente para mejor proveer, dicta la
resolución inicial que abre el juicio.73

Artículo 18º

El auto que admita la convocación de acreedores será fundado y dispondrá:

1. La designación del síndico;

2. La determinación de si el deudor es o no comerciante;

3. El señalamiento de un plazo no menor de veinte días, ni mayor de cuarenta,


para que los acreedores presenten en la secretaría del juzgado los títulos
justificativos de sus créditos o, la falta de ellos, la manifestación firmada con
expresión del monto exacto del crédito, su origen o causa y el privilegio que
pretendieran tener;

Dicho plazo comenzará a computarse desde el día siguiente al de la última


publicación del edicto;

4. La comunicación al Registro General de Quiebras;

5. La intervención del Ministerio Público, y

6. La publicación de edicto, en la forma prevista en el Artículo siguiente.

73
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 42.

Quiebras
En este artículo se constata la obligatoriedad de la intervención del Ministerio
68
Público y del Síndico a partir de la admisión de la convocación de acreedores.

Por otro lado, el periodo de 20 a 40 días está previsto para la verificación de


créditos por todos los acreedores.

La comunicación al registro de Quiebras cumple con la doble función de dar


información y certificación a los interesados.

Artículo 19º

Un extracto del auto que admita la convocación se hará saber mediante edicto
publicado por cinco días en un diario de gran circulación de la capital. El deudor
iniciará las publicaciones dentro de los tres días de notificado el auto que admita
la convocación, so pena de dárselo por desistido de la convocación y de
declararse su quiebra.

La publicación de edicto es la forma más amplia de publicidad a la convocación


de acreedores.

Artículo 20º

El síndico transcribirá a cada uno de los acreedores, en carta certificada o


telegrama colacionado, el extracto indicado en el artículo anterior. La falta de
remisión o recepción de este aviso no producirá la nulidad del procedimiento.

La falta de remisión o recepción del aviso por carta certificada o telegrama


colacionado no producirá la nulidad del procedimiento pues se entiende que, con
la publicación del edicto, los acreedores se hallan notificados del auto de
admisión en razón de que el plazo para la verificación de créditos comienza a
correr desde el día siguiente al de la última publicación del Edicto (artículo18,
inciso3 de la ley de quiebras).

Quiebras
Efectos del auto de convocación de acreedores
69
La convocación de acreedores trae aparejados diversos efectos los cuales se
hallan enunciados en el artículo 21. La situación jurídica inicial sufre variaciones
y está afectada a ella no solo la administración de los bienes del deudor, sino
también los derechos de los propios acreedores.

Capítulo III

De los Efectos Jurídicos de la Admisión del Pedido de Convocación de


Acreedores

Artículo 21º

El deudor a quien fuere acordada la convocación de sus acreedores, conservará


la administración de sus bienes y proseguirá hasta la homologación de
concordato, la realización normal de las actividades a que estaba dedicado, bajo
la vigilancia del síndico designado, salvo oposición fundada de éste, y hasta
donde lo permitan, en su caso, las medidas que se decreten de acuerdo con lo
dispuesto en el Artículo 16º.

Admitida la convocación, serán ineficaces respecto de los acreedores los actos


a título gratuito, los de constitución de hipotecas, prenda o anticresis, y
cualesquiera otros que alteren la situación de sus acreedores. El juzgado podrá,
a pedido del convocatorio, autorizar estos actos, con excepción de los a título
gratuito, en los casos de necesidad y urgencia evidente. Si el deudor realizare
alguno de los actos prohibidos por este artículo que a juicio del juzgado revistiere
suficiente gravedad, podrá este dictar la quiebra de aquel luego de escuchar al
mismo y al síndico. Cualquier acreedor podrá también denunciar al juzgado la
realización de alguno de tales actos. La resolución que recayese será apelable
en relación y en ambos efectos.

Quiebras
Julio Blás Noé señala que, si bien el deudor conserva la libre administración de
70
sus bienes, con lo que no varía fundamentalmente su situación jurídica, se
establece una vigilancia sobre sus actos por el Síndico, a los cuales podría
oponerse fundamentalmente éste, para precautelar derechos de los acreedores
y evitar daños o perjuicios.

Cualquier acto a título gratuito, de disposición o de constitución de un gravamen


en favor de un determinado acreedor alteraría la par condictio omnium
creditorum.

La expresión “en ambos efectos” debe entenderse como “con efectos


suspensivo”.

Atribuciones del Síndico

Las atribuciones del Síndico quedan enunciadas en el artículo 22 en adelante.

Artículo 22º

El síndico estudiará la situación del deudor, investigará sus libros y papeles,


vigilará la contabilidad y todas las operaciones que efectuase, levantará el
inventario general de sus bienes y los comparará con el presentado por el deudor
al efectuar su pedido.

A más de vigilar la conducta patrimonial del deudor, estudiará los documentos,


libros y papeles de comercio, intervendrá la contabilidad, podrá verificar todas
las operaciones del convocatorio y controlará el movimiento de la casa comercial.

Artículo 23º

El síndico está autorizado para realizar investigaciones en el dominio del deudor.


Éste está obligado a permitirle la inspección de sus libros y papeles y
suministrarle, juntamente con sus empleados, todos los datos e informaciones
que solicite.

Quiebras
El deudor está obligado a suministrar al Síndico todo tipo de informes o datos
71
que se refiera a su giro comercial.

Artículo 24º

El síndico informará al juzgado, inmediatamente de llegar a su conocimiento la


realización por el convocatorio de alguno de los actos prohibidos en el artículo
21º. Podrá pedir, igualmente, que el juzgado dicte medida de seguridad sobre
los bienes del deudor si no lo hubiere hecho en la oportunidad prevista en el
artículo 16º.

Artículo 25º

Durante la substanciación del juicio de convocación, no podrá darse curso a


pedidos de quiebra formulados por acreedores.

Un juicio de convocación de acreedores y un juicio de quiebra son incompatibles


respecto a un mismo deudor, no pueden coexistir. Son dos juicios
recíprocamente excluyentes.

Desde luego, si existe incumplimiento del deudor respecto a las obligaciones de


los artículos 19 y 39, el juez directamente podrá darlo por desistido de la
convocación de acreedores y declarar su quiebra, conforme al artículo 9, sin que
sea necesario solicitud de algún acreedor.

Artículo 26º

Desde la admisión de la convocación los acreedores por título o causa anterior


no podrán iniciar o proseguir acciones ejecutivas contra el patrimonio del deudor,
con excepción de las que tuviesen por objeto el cobro de un crédito con garantía
real o del que corresponda al trabajador como consecuencia de un contrato de
trabajo.

Quiebras
Aunque la ley menciona las acciones ejecutivas, debe entenderse mejor como
72
toda acción de contenido económico y ejecutivo.

Artículo 27º

A solo efecto de la convocación, los créditos contra el deudor se tendrán por


vencidos, con descuento de los intereses en la forma determinada en el artículo
85º.

Expresa Julio Blás Noé: “Todos los créditos quirografarios o comunes, cuyas
fechas de vencimiento aún no han llegado, vencen el día de la admisión de la
convocación. Igualmente, son descontados los intereses que no han corrido
hasta la fecha de vencimiento de los documentos.

Este efecto es particularmente útil para actualizar el pasivo que pesa sobre el
patrimonio del deudor y sanear el crédito público, razón social prioritaria.

Busca también proteger el patrimonio activo, garantía de los acreedores y


mantener la estructura social del crédito.”74

Artículo 28º

Los créditos sujetos a condición resolutoria se tendrán en cuenta como si no


tuviesen tal condición.

Se entiende por condición resolutoria un hecho futuro e incierto del que depende
la extinción de un derecho adquirido. No cumplida la condición, o siendo cierta
que no se cumplirá, el derecho que de ella depende se adquiere como si nunca
hubiera existido tal condición.

Como reza el artículo 28, al desaparecer la condición, la obligación se convierte


en pura y simple, se adquiere el derecho plenamente y es entendido que el hecho
futuro con certeza no se cumplirá.

74
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 44, último párrafo en adelante.

Quiebras
Es un efecto especial de la Ley, que sustituye una expectativa, y que tiende a
73
sanear el pasivo, actualizándolo.75

Artículo 29º

La prescripción de los derechos de los acreedores quedará suspendida desde la


admisión de la convocación hasta el finiquito del juicio. El pedido de
reconocimiento de un crédito producirá los efectos de una demanda judicial e
interrumpirá la prescripción.

La prescripción es el medio de adquirir un derecho o de liberarse de una


obligación por el simple transcurso del tiempo y la inactividad de la parte
interesada en dicha adquisición o cumplimiento de la obligación.

La suspensión implica que, una vez dictado el finiquito del juicio, el tiempo
anteriormente ya transcurrido continúa corriendo, no vuelve a computarse desde
el comienzo.

Por otro lado, si se promueve la verificación del crédito, la sola promoción


produce la interrupción del plazo de prescripción, es decir, el plazo de
prescripción vuelve a contarse desde el comienzo.

Artículo 30º

La apertura del juicio de convocación dará derecho, como en el caso de quiebra,


al ejercicio de la acción de restitución que legislan los arts. 116 al 124.

Acción de restitución

Conforme lo expone Noé, “la acción de restitución tiene por objeto conseguir la
devolución de efectos o bienes que se encuentran en poder del deudor, pero que
no han ingresado a su patrimonio por un título legal, definitivo e irrevocable. El

75
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 45.

Quiebras
tercero, aún en el caso del acreedor, tiene la facultad para recuperar el bien,
74
tanto en el juicio de convocación como en la quiebra.

Esta acción da posibilidad a los terceros como a los propios acreedores,


recuperar un bien propio y conocer con exactitud el activo del deudor.”76

Artículo 31º

El acreedor de varios coobligados solidarios que se presenten a los juicios de


convocación de los que entre ellos los hubiere solicitado, concurrirá por su
crédito integro, hasta el pago total.

Según Lebrón, “Si bien por aplicación del principio legal de solidaridad, el
acreedor puede pedir la verificación de su crédito en todos los juicios de
convocación de sus codeudores solidarios, por el importe total del mismo en
cada uno de ellos, sólo puede cobrar en cada uno de los juicios hasta una suma
que represente en su conjunto el pago total de su crédito. En caso contrario, se
configuraría un caso de enriquecimiento ilícito.”77

Verificación de créditos

Concepto

Camp Ausina lo define como “la etapa o estadio procesal, que en el juicio de
convocación de acreedores o en el juicio de quiebra, tiene por objeto dar
oportunidad necesaria a los presuntos acreedores para que los mismos
presenten al juzgado, éste examine y falle admitiendo, reconociendo o
rechazando las pretensiones aducidas contra el deudor convocatario o contra la
masa según sea el caso.”78

76
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 45, última parte.
77
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 92, último párrafo.
78
Camp Ausina, Carlos Alberto. Obra citada. Tomo I. Pág. 247.

Quiebras
Según Noé, “Es el procedimiento que comprende la presentación, estudio y
75
discusión de los créditos.

[…]Esta etapa tiene doble importancia: 1) Porque permite conocer el porcentaje


de capital que se tendrá presente para la aprobación o rechazo del concordato
2) Porque da la base para conocer el número de acreedores con derecho al voto.
Asimismo, permite conocer el volumen de capital que se precisaría que vote a
favor para la aprobación del concordato.

[…] Por otra parte, la verificación de créditos permite establecer una relación
sobre el pasivo del deudor, que aunque nos dé una cifra exacta, teniendo en
cuenta que podrían presentarse acreedores fuera del plazo de verificación, por
la vía del incidente, nos acerca al pasivo que incidirá en el concordato.”79

Lebrón Bettner señala que el capítulo de verificación de créditos debió llamarse


más acertadamente “De la verificación y graduación de los créditos” ya que
ambos procedimientos se cumplen simultáneamente.

También señala que esta parte del procedimiento es una de las etapas más
importantes del juicio de convocación de acreedores, ya que por la verificación
se determina cuáles son los acreedores legítimos que tendrán derecho de
participar en todas las etapas posteriores del juicio, y por la graduación se
establece cuáles son acreedores quirografarios que como tales tendrán derecho
de participar en la votación (artículo 43) y en los efectos (artículo 51) del
concordato. Por la graduación se establece igualmente cuáles son los
acreedores que no estarán sujetos a la suspensión de las ejecuciones
individuales que la ley de quiebras impone (artículo 26) ni las quitas y esperas
que se establezcan en el concordato (artículo 51).

79
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 47.

Quiebras
En una eventual quiebra sobreviniente, la verificación y graduación servirá
76
también para establecer las causas legítimas de preferencia (artículo 434 del
Código Civil) a ser tenido en cuenta para el proyecto de distribución del activo
(artículo 148).

Por otro lado, conforme al carácter publicístico de la ley de quiebras y la


supresión virtual del voluntarismo de los acreedores, parafraseando la
exposición de motivos del Anteproyecto de la Sub Comisión de Derecho
Comercial de la C.N.C., en el proceso de verificación y graduación de los créditos
“es el juez quien decide sobre la admisión de los créditos, eliminándose la
Asamblea de Acreedores prevista en el artículo 1394 del Código de Comercio y
con ella las manifestaciones más conspicuas del voluntarismo que inspiró esa
legislación.”80

Capítulo IV

De la Verificación de los Créditos

Artículo 32º

Dictado el auto que admita la convocación, todos los acreedores, inclusive los
que tuvieren créditos con garantía real o con privilegio salvo el derecho de los
trabajadores previsto en las leyes laborales, estarán obligados a presentar en la
secretaría donde radique el juicio, y dentro del plazo fijado en el auto judicial
respectivo los documentos justificados de sus créditos, o la falta de ellos, una
manifestación firmada con expresión del monto, su origen o causa y privilegio
que pretendiesen tener.

80
Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 93 en adelante.

Quiebras
A pedido de parte, el juez podrá disponer que el secretario saque copia de los
77
títulos presentados o reciba fotocopia de los mismos, y restituya los originales al
acreedor, con la constancia de haber sido presentados en tiempo oportuno y
certificación de autenticidad en la copia o fotocopia.

Acreedores y créditos comprendidos

Admitida la convocación, se encuentran obligados a presentarse para la


verificación de sus créditos todos los acreedores, inclusive los que tuviesen
privilegio o con garantía real (acreedores prendarios e hipotecarios).

Acreedores con privilegios, créditos prendarios e hipotecarios

Esta clasificación de acreedores también está obligada a verificar su crédito.

Si bien este tipo de acreedores no suspende su ejecución individual en casos de


convocación de acreedores, la verificación de sus créditos les posibilitaría, en
caso de quiebra sobreviniente, la formación de un concurso especial para hacer
efectivo su privilegio (artículos 83 y 142).

Créditos laborales

Los empleados y obreros, protegidos por las Leyes del trabajo, están exentos de
esta obligación referente a sus créditos laborales, aunque los tribunales
paraguayos han resuelto que a los efectos de percibir sus salarios o haberes, en
caso de demanda deben reclamar el pago ante el juez de la quiebra o concurso.
Este pago lo hará el Síndico (Art. 154).81

Representación

En cuanto a la representación en el juicio de convocación de acreedores o


quiebra, debe observarse lo dispuesto en el artículo 33 de la ley de quiebras.

81
Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 47.

Quiebras
Artículo 33º
78
Para todas las actuaciones del juicio de convocación o de quiebra, los
acreedores podrán hacerse representar por profesionales de la matrícula. Para
acreditar su representación bastará una carta - poder con facultades para tomar
parte en todas las tramitaciones de aquél y en las deliberaciones y resoluciones
de la junta de acreedores. En caso de duda sobre la autenticidad de la firma del
mandante, el juzgado podrá exigir una comprobación ulterior.

La carta poder es suficiente para que el abogado designado participe en las


deliberaciones y votación en la junta de acreedores.

Procedimiento

En cuanto al procedimiento a ser seguido para la verificación de un crédito,


tenemos los siguientes artículos:

Artículo 34º

Las presentaciones hechas por los acreedores se harán saber al deudor y al


síndico. El deudor podrá presentar todas las observaciones que estimase
convenientes. El síndico las examinará y podrá pedir al deudor y a los acreedores
respectivos cuantas explicaciones juzgare necesarias. El síndico preparará
luego una lista de todos los créditos cuyos titulares se hubiesen presentado en
tiempo con expresión del monto y graduación reclamados, así como un dictamen
sobre cada uno de ellos, con constancia de las observaciones formuladas por el
deudor. Dicha lista pondrá de manifiesto en secretaría ocho días después del
cierre del plazo fijado para la presentación de los créditos, conforme con lo
dispuesto en el inciso 3 del artículo 18.

En este artículo aparece la oportunidad procesal para que el Síndico y el deudor


emitan su opinión respecto a los créditos cuya verificación se solicita.

Quiebras
En su dictamen, el Síndico podrá recomendar el rechazo o aceptación de
79
cualquier crédito, fundado en las disposiciones vigentes, teniendo en cuenta el
valor probatorio de los instrumentos o títulos.

Plazo

Según el artículo, el Síndico tiene un plazo de 8 días para poner la lista de


manifestó en secretaría, a contar desde el cierre del plazo para la verificación de
los créditos.

En cuanto al deudor, el artículo nada dice respecto al plazo para formular


observación, por lo que debe ser aplicado el plazo de 5 días previsto en el artículo
187.

Artículo 35º

Durante el plazo de diez días, cualquiera de los acreedores comprendidos en


esa lista podrá observar los créditos que en ella figuren, en cuanto a su
legitimidad, un monto o graduación. En su presentación al juzgado acompañará
los documentos probatorios de sus pretensiones o indicará los hechos en que se
funde.

Transcurrido el plazo indicado el secretario dejará constancia de su cierre y


elevará de inmediato los autos al juez.

Ésta es la etapa procesal en que se da oportunidad a los acreedores para emitir


su opinión respecto a los créditos cuya verificación se solicita. El deudor y el
Síndico ya han tenido anteriormente su oportunidad de formular sus
observaciones en el artículo anterior.

PLAZO: El artículo menciona el plazo de 10 días para que los acreedores


formulen sus impugnaciones a los créditos cuya verificación se solicita, su
legitimidad, mono o graduación.

Quiebras
Artículo 36º
80
El juez se expedirá dentro de un plazo no mayor de quince días y dispondrá:

La admisión, sin más trámite de los créditos no observados por el síndico, el


deudor o los acreedores y el reconocimiento o rechazo de los créditos
observados, previsto traslado por tres días de la impugnación respectiva al titular
del crédito.

En ambos casos el juez se expedirá, además sobre los privilegios invocados.

Resolución del Juez

Conforme a este artículo, tenemos entonces tres grupos de créditos:

→ Créditos admitidos: Son aquellos que no han sufrido observación.

→ Créditos reconocidos: Son aquellos que, habiendo recibido alguna


observación por parte del deudor, del Síndico o de algún acreedor, son
verificados por el juez.

→ Créditos rechazados: Son aquellos que habiendo recibido alguna


observación, son rechazados por el Juez.82 Esta resolución es recurrible
conforme al artículo 37.

Al pronunciarse el juez sobre la admisión o reconocimiento de un crédito, debe


pronunciarse igualmente sobre la graduación que al mismo corresponda, en su
caso. Incluso puede verificar el crédito y rechazar la graduación solicitada. En
tales casos. El crédito quedará verificado como quirografario.83

82 García Martínez, Francisco. Obra citada. Tomo I. Pág. 438.


83 Lebrón Boettner, Horacio. Obra citada. Pág. 101.

Quiebras
Recursos
81
Artículo 37º

No cabrá recurso contra la resolución del juez que admita los créditos no
impugnados. La misma causará ejecutoria, excepto en los casos de dolo o
fraude, que deberán ventilarse por vía de acción.

La resolución que reconozca los créditos observados podrá ser apelada por el
impugnante o por el síndico, y la que los rechace total o parcialmente, podrá ser
apelada por el titular del crédito.

En el primer caso, la no promoción del recurso producirá el mismo efecto previsto


en el párrafo anterior. Si se tratare de un crédito rechazado, el interesado podrá
iniciar reclamación ulterior aun cuando no hubiese interpuesto el recurso de
apelación.

La resolución del juzgado que admita o rechace la graduación solicitada será


siempre apelable.

Impugnación por dolo o fraude

Para la impugnación de los créditos admitidos en caso de dolo o fraude, la ley


se aparta del procedimiento incidental establecido para otros casos en el artículo
189 y opta por la vía ordinaria- proceso de conocimiento ordinario. Ello podría
responder a una necesidad de mayor amplitud de plazos, de recursos y de
debate de los presupuestos para la configuración del dolo o fraude.

El agravio es la medida del recurso

El segundo párrafo indica con claridad, a contrario sensu, que el deudor que no
impugnó el crédito cuya verificación se solicitó, no podrá apelar la resolución que
la reconozca el crédito.

Quiebras
Reclamación ulterior aunque no se presente apelación
82
En cuanto al tercer párrafo, respecto a la reclamación ulterior que podría hacer
el deudor cuyo crédito fue rechazado, aun cuando no hubiese interpuesto
recurso, ello podría afectar el principio de preclusión: parecería carente de
coherencia procesal dejar pasar la posibilidad de interponer recursos contra una
resolución para luego volver a iniciar el mismo reclamo de verificación por otra
vía. Tampoco queda claro cuál será esta vía, incidental u ordinaria.

Sin embargo, la decisión de recurrir a otra vía como la incidental u ordinaria


adquiere sentido si se tiene en cuenta que en el procedimiento de verificación de
los créditos no se tiene previsto un periodo probatorio para la demostración de
la autenticidad de un título y menos aún para la demostración de veracidad de la
manifestación firmada por el deudor con expresión del monto, su origen o causa
y privilegio prevista en el artículo 32, última parte.

Efectos de los recursos y de la resolución de apelación

Artículo 38º

La junta de acreedores se declarará constituida con los admitidos y los


reconocidos por el juez, sin que para ello obsten los recursos de apelación que
se hubiesen promovido contra la resolución que reconozcan o rechacen créditos
o preferencias invocados.

La resolución que recayese en la apelación deducida, modificando la decisión


del juzgado sobre reconocimiento o rechazo de un crédito o preferencia
invocada, no influirá sobre las resoluciones de la junta de acreedores. Los
acreedores que se presentasen a pedir su inclusión después del plazo fijado en
el artículo 32º. Lo podrán hacer vía de incidente en la forma prescripta en el
capítulo I del título II de Libro II.

Quiebras
Efecto de la interposición de recursos
83
Los recursos promovidos contra la resolución que reconozca o rechace créditos
o privilegios invocados no detendrán el procedimiento, se conceden sin efecto
suspensivo. Por tanto, los acreedores rechazados no integran en este momento
la junta de acreedores.

Efectos de la modificación de la resolución de primera instancia por el


tribunal

Los acreedores rechazados en primera instancia podrán integrar posteriormente


la junta de acreedores si el tribunal de apelación resuelve hacer lugar a la
apelación y reconocer su crédito. La resolución del tribunal que entienda en los
recursos, modificando lo resuelto por el Juez, no influirá en las decisiones ya
tomadas por la junta de acreedores.

Verificación tardía

Tampoco forman parte de la junta de acreedores aquellos que se presentaren


fuera del plazo de 20 a 40 días a verificar su crédito. Estos últimos podrán
verificar sus créditos por la vía incidental que tiene un procedimiento propio,
previsto en el artículo 189, inciso 4 de la ley de quiebras.

La junta de acreedores

La junta de acreedores se halla conformada por los acreedores cuyos créditos


han sido admitidos o reconocidos, sin importar que con relación a sus respectivas
resoluciones estén pendientes recursos de apelación.

Noé señala que, constituida legalmente la junta, los acreedores recurrentes en


ella representan la voluntad de la masa pasiva, es la expresión de la mayoría,
obligando a todos los acreedores de la misma categoría, sean adherentes,
disidentes, ausentes o ignorados.

Quiebras
Sus resoluciones mantienen a los acreedores de igual categoría en la base de
84
una perfecta igualdad.84

Finalidad

La finalidad de la junta de acreedores es la reunión, deliberación, votación y


aprobación o rechazo de un concordato a ser presentado por el deudor.

Reunión

Las junta se reunirá en el día y en la hora señalados por el Juzgado con cualquier
número de acreedores presentes, sin necesidad de quorum alguno (artículo 111,
primer párrafo).

Representación

Si el deudor no compareciere personalmente en la reunión, se lo tendrá por


desistido de la convocación y se declarará su quiebra (artículo 111, segundo
párrafo).

Los acreedores pueden hacerse representar en la reunión de la junta por medio


de abogados, bastando para ello una carta-poder (artículo 33).

Informe del síndico, deliberación y votación

El artículo 42 de la ley de quiebras establece el contenido del informe del Síndico,


el procedimiento para la deliberación de la junta y la votación del concordato.

El procedimiento se resume en cuatro pasos: lectura del informe del Síndico,


lectura y discusión de la propuesta de concordato presentada en su oportunidad
por el deudor; discusión de la junta y eventual necesidad de prolongarla
(optativo); votación del concordato o sus modificaciones.

84 Noé, Julio Blás. Obra citada. Pág. 50.

Quiebras
Podrán votar el concordato solamente los acreedores quirografarios. Los
85
acreedores privilegiados o con garantías reales podrán hacerlo si renuncian a
una parte de us privilegio no inferior al 25% y votar por el importe como
quirografarios (artículo 43).

Exigencias del Artículo 44

El artículo 44 de la ley de quiebras establece el porcentaje legal mínimo


necesario para que el concordato se considere aceptado, consistente en dos
tercios de los acreedores presentes que representen por lo menos el 75% de los
créditos verificados o viceversa.

Quiebras

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