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TEBETO.

Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura


ANEXO 7: Piratería en Canarias: Francis Drake
Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X

EL ATAQUE DE FRANCIS DRAKE


A SANTA CRUZ DE LA PALMA
SEGÚN PEDRO DE LIAÑO (1585-1587)

MANUEL POGGIO CAPOTE*

LUIS REGUEIRA BENÍTEZ**

VÍCTOR HERNÁNDEZ CORREA***

*Cronista Oficial de Santa Cruz de La Palma


**El Museo Canario
***Servicio de Patrimonio Histórico, Ayuntamiento de Santa Cruz de La
Palma
2 Manuel Poggio Capote: El ataque de Fmnós Drake a Santa Cru: de La Palma según ...

Resumen: Durante la guerra angloespañola de 1585-1604, como sucederá


en la Guerra de la Oreja o en la Guerra de Sucesión Austriaca, el imperio inglés
se valió de numerosos marinos que, con patente de corso, atacaban los intereses
españoles y sembraban la inseguridad en las rutas marítimas y en las plazas
hispanas de ambas orillas del Atlántico. En 1585 Francis Drake organizó una
flota corsaria que salió de Inglaterra para atacar las posiciones españolas en
el Caribe y hacerse con sus riquezas. Tras asaltar diversas poblaciones de la
España peninsular, la flota llegó en noviembre a las islas Canarias y el día 13
atacó la población de Santa Cruz de La Palma, cuyos naturales rechazaron la
acometida. Conocemos detalles de aquella batalla por algunas fuentes inglesas
contemporáneas y por el informe oficial del cabildo palmero, redactado por el

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teniente de gobernador Jerónimo de Salazar, pero en este artículo se analiza
una fuente poco conocida que aporta nuevas interpretaciones de los hechos. Se
trata de un pedimento de información de Pedro de Liaño, juez de Indias, que
reivindica su papel decisivo en la batalla.
Palabras claves: piratería; ataques navales; Francis Drake; Pedro de Liaño;
La Palma; Santa Cruz de La Palma; Gran Bretaña; siglo xv1.

Abstract: During the Anglo-Spanish War ( 1585-1604 ),justas had happened


in the War of Jenkins' Ear or the Austrian Succession War, the British Empire
availed itself of the presence of numerous privateers who, under commission
and protection of letters of marque, were encouraged to attack Spanish vessels
and possessions and spread insecurity over sea Janes and Hispanic locations
on both sides ofthe Atlantic. In 1585, Francis Drake organized one such pirate
fleet that would leave England in arder to attack the Spanish possessions in
the Caribbean and get hold of their riches. Having assailed several towns on
the península, the fleet headed for the Canary Islands, and attacked the town
of Santa Cruz de la Palma on l 3'h November, an attack which was repelled by
the local population. We know about the details of that battle through sorne
contemporary English sources as well as through the Island Council Official
Report issued by deputy Governor Jerónimo de Salazar. Nevertheless, this
article analyses a less known source which sheds new light and provides new
interpretations of the facts, namely, an information claim presented by Pedro
de Liaño, lndies Judge. In this document, he requests that the decisive role he
played in the battle be acknowledged.

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Manuel Poggío Capote: El urm111e de Fruncis Druke a Sanra Cruz de La Palma según ... 3

Key words: piracy; naval attacks; Francis Drake; Pedro de Liaño; La Palma;
Santa Cruz de La Palma; Great Britain, l 61h century.

l. INTRODUCCIÓN

Mediado el siglo XVI, Santa Cruz de La Palma era una de las po-
blaciones más prósperas del archipiélago canario; la ciudad florecía al
socaire del tráfico marítimo o de los lucrativos productos de exportación,
como eran el azúcar y el vino. Sin embargo, durante el verano de 1553, el
cosario francés Franc;ois Le Clerc castigó duramente la capital palmera.
A lo largo de diez días, el también conocido como Pie de Palo tomó
Santa Cruz fustigando, robando y quemando un sinfin de propiedades.

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Desde aquel luctuoso año, la ciudad comenzó a ser más precavida y el
cabildo insular tuvo cuidado de fortificar con mayor celo sus puntos
débiles y de disponer una mejor organización de las milicias ante un
posible ataque. No cabe duda de que la memoria relativa a la invasión
gala cavó las mentalidades de los isleños, siendo recordado el episodio,
aún en nuestros días, como uno de los más tristes de la historia local.
Es innegable que por esta misma circunstancia, aunque ahora en sentido
contrario, el triunfo obtenido en 1585 frente a la flota de Francis Drake (ca.
1540-1596), a treinta y dos años del asalto francés, ha sido considerado como
el desquite del desastre anterior'. Ante este horizonte, no es extraño que el
ataque de Drake haya sido tratado por eruditos, investigadores y publicistas
palmeros nada menos que con el rango de hito. Jaime Pérez García, por
ejemplo, describe aquellos hechos en tonos épicos; así, tras el ataque de Pie
de Palo, refiere el diligente historiador que:

«aquella urbe despreocupada se vuelve recelosa, y tan fortificada y


artillada, que se hará inexpugnable. Entonces lo comprobó el más
admirado caballero pirata de Inglaterra; se presentó con su armada
1
Este nuevo a nálisis del ataque de Drake no habría sido posible sin la colaboración de algunas personas que nos
han facilitado documentación, imágenes, gestiones y otras ayudas imprescindibles en e l proceso investigador.
Nos referimos part icularmente a Diego González Ayut, Francisco J. Herrera García, José Feliciano Reyes, Pedro
Poggio Capote. Dulce Rodríguez González. Carlos Navalón Escuder. Manuel Hemández Castillo. Juan Tous Meliá.
Luis Agustín Hemández Martín. Daniel Martin Gómez. Raquel Castillo Pérez, José Eduardo Pérez Hemández
y José Alberto Cabrera Rodríguez.

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4 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma segun ...

ante sus costas para saquearla, pero no pudo desembarcar y conoció


la derrota. [Santa Cruz de La Palma} acababa de escribir una de
sus más grandes efemérides, la victoria sobre sir Francis Drake» 2.

Y todo ello por más que el choque de la escuadra británica con los
defensores de la capital palmera no trascendiera de las iniciales escara-
muzas y tanteos de cualquier enfrentamiento bélico. Eso sí, sublimados
los hechos por un certero disparo desde un cañón situado en el castillo
de San Miguel del Puerto, que alcanzó los pies de los lugartenientes que
rodeaban a Drake en su nao capitana, hiriendo levísimamente a uno de
ellos3 • Lo cierto es que la firme posición de las milicias insulares, junto
a las complicadas condiciones meteorológicas de aquella jornada, que
dificultaban en gran medida las operaciones de maniobra y desembarco
de las tropas invasoras, facilitaron la protección de la plaza y respaldaron
el éxito de su defensa4 •
La importancia histórica que se ha dado a este suceso en la isla es
considerable. A ello se debe el empeño puesto en esta investigación,

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que surge de la necesidad de ofrecer a los especialistas un pedimento
de información formalizado en Madrid en 1587 -dos años después
del ataque de la flota británica- por el entonces regidor perpetuo y
antiguo juez de Indias de La Palma Pedro de Liaño, el cual amplía y
contradice de manera considerable las informaciones oficiales. Aunque
este documento notarial ha sido citado en varias ocasiones a través de
un traslado del siglo XVIII conservado en Santa Cruz de La Palma, aún
no se había procedido a la edición y estudio de la copia matriz. Conve-
nía, pues, un análisis exhaustivo del mismo y su comparación con las
fuentes archivísticas conocidas, fundamentalmente las alumbradas por
Antonio Rumeu de Armas entre 1947 y 1950 y otras anteriores no muy
divulgadas en aquella fecha.
Así, bajo este precepto se ha procedido a clasificar y ordenar el dis-
curso de los hechos históricos. Con este fin se ha trazado un recorrido
' PéRF.Z GARCiA ( 1975), pp. [5-11].
'Tous MEUÁ (2007), p. 72.
' En la actualidad el ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma es considerado ampliamente por la
ciudadanía como una efeméride a subrayar en la historia local. Algunas instituciones y entidades, como la Real
Sociedad Cosmológica. la Sociedad La Investigadora, el Real Nuevo Club Náutico, el Cabildo Insular de La
Palma y el Acuartelamiento El Fuerte. han llegado a planificar la conmemoración festiva de este ataque de igual
modo a como acontece en otros muchos puntos de la geografia europea y americana, donde se han propagado las
recreaciones de enfrentamientos bélicos de todas las épocas. En Canarias son buenas muestras las celebraciones
lúdicas de esta naturaleza que se llevan a cabo recreando la batalla de Tamasite (Fuerteventura, 1740) y el ataque
de Nelson a Santa Cruz de Tenerife ( 1797). Acerca de los frustrados intentos de recreación en La Palma, progra-
mados desde 201 O, véase: SANZ. David. «La derrota del pirata Drake será rememorada por primera veZ». Diario
de avisos (Santa Cruz de Tenerife, 21 de octubre de 2010), p. 15.

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Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de l a Palma según ... 5

por los pormenores de aquella jornada, poniendo de relieve algunas


imprecisiones y, sobre todo, aportando nuevas fuentes que añadan algo
de luz. En primer lugar, se ha trazado un estado de la cuestión de este
episodio naval. Con este propósito se han colacionado numerosos autores
que se han aproximado al ataque de Drake, esbozando una somera eva-
luación de cada una de estas aportaciones. A partir de todos estos datos
se ha afrontado una descripción ordinaria del intento de invasión; sobra
apuntar que el eje fundamental de este cuadro es el trabajo Piratería
y ataques navales contra las islas Canarias (1947-1950) del profesor
Rumeu. Este planteamiento general se cierra con una presentación del
pedimento de Pedro de Liaño, citado-como hemos dicho- en varias
ocasiones a partir de 1963 por varios eruditos palmeros.
A continuación, y con el fin de obtener una perspectiva más amplia de
todas estas circunstancias, se ha abordado una somera biografía del refe-
rido licenciado Liaño, personaje cardinal en este capítulo de la campaña
inglesa de 1585-1586 y, más ampliamente, en la guerra angloespañola que
se prolongaría hasta 1604. Concluye el artículo con un nuevo análisis,

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a la luz de todas las fuentes, del ataque del marino devoniano a Santa
Cruz de La Palma; se han subrayado, allí donde ha sido necesario, las
posibles contradicciones entre unas y otras versiones, y con esta finalidad
se ha descrito una vez más el choque bélico con todas sus incidencias
circundantes (celebración de la victoria, situación tras el enfrentamiento
y unas breves notas sobre el castillo de San Miguel, baluarte esencial en
aquella jornada). Terminan estas líneas con un apéndice documental en
el que se colaciona el mencionado «pedimento» junto a otras dos piezas
claves para la exploración de los hechos: el informe del teniente de
gobernador, Jerónimo de Salazar (ya editado por Rumeu) y un traslado
de una «certificación de armas» expedida por el Cabildo de La Palma a
favor de Pedro de Liaño.

2. EL ATAQUE DE FRANCIS DRAKE A SANTA CRUZ DE LA


PALMA

2.1. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN

La tentativa de incursión de Francis Drake en Santa Cruz de La Palma


el 13 de noviembre de 1585 ha sido examinada de manera desigual en
numerosas referencias bibliográficas, ya desde el mismo momento en que
se produjeron los hechos. No es casualidad que uno de los primeros en
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6 Manuel Poggio Capote: El araque Je Fruncis Druke a Suma Cnc Je la Palma según ...

afrontar esta tarea fuera el ingeniero cremonés Leonardo Torriani ( 1559-


1628), que se encontraba en la capital palmera en el momento del ataque.
Con posterioridad, autores clásicos isleños como los historiadores Juan
Núñez de la Peña, José de Sosa y José de Viera y Clavijo, en diferentes
contextos, se hicieron eco de la escaramuza costera; y más tarde Agustín
Millares Torres y Pablo Guerra inauguran una larga lista de autores que,
ya con una visión historiográfica, recuperan el acontecimiento. En esta
lista habrá de destacar la aportación de Rumeu de Armas, quien se ocupa
ampliamente del tema en su obra magna sobre piratería y a quien hemos
de seguir inevitablemente para trazar el estado de la cuestión5•
La profusión de fuentes publicadas sobre aquella jornada de 1585
requiere, por razones prácticas, una somera ordenación que nos ayude a
organizar las sucesivas aportaciones, de manera que podamos partir de
un conocimiento acumulado para presentar después a la historiografía
nuevos documentos, puntos de vista o reflexiones que añadan alguna
riqueza al tema que nos ocupa.

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2.1.1. Autores clásicos (Canarias, España e Inglaterra)

Hemos dicho que es Leonardo Torriani el primero en recoger por


escrito las noticias sobre el ataque de sir Francis Drake, pues a la sazón
se hallaba precisamente en la ciudad ejerciendo su labor de ingeniero
militar. Contratado al servicio de Felipe JI para mejorar el puerto y las
fortificaciones de La Palma (más tarde recibiría el encargo de estudiar
las estructuras defensivas de todo el archipiélago), el ingeniero lombardo
se encontraba desde el año anterior proyectando el muelle de Santa Cruz
de La Palma y un castillo al sur de la ciudad, en la que permaneció hasta
1586. El italiano habría de componer en los años siguientes su famoso
trabajo misceláneo Descrittione et historia del regno de/ 'isa/e Canarie,
en el que, con su visión de testigo directo, ofrece los primeros datos sobre
el discurrir de los acontecimientos6 . Así, el funcionario real relata que
el 13 de noviembre de 1585 se acercaron a Santa Cruz de La Palma los
treinta navíos de la expedición corsaria, la cual no pudo desembarcar
gracias a la efectividad de la artillería de los tres castillos que protegían
la urbe, bien respaldada por la infantería, las fortalezas o la ventaja que
ofrecían los elementos naturales, en especial la aspereza del terreno y el
estado del mar que gobernaba en aquella jornada y que presentaba un
.< R UM LU OF AKM AS ( 1991 }.
'' foRRIANI ( 1959). pp. 227-228.

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Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cnc de Lu Pu/mu según ... 7

estimable oleaje. Había en tierra unos 2.000 defensores bien armados


que no tuvieron que entrar en combate, pues finalmente los agresores se
vieron obligados a salir del puerto debido a «la aspereza de la tierra, de
las olas del mar y de las fortalezas».
La publicación en 1940 del manuscrito de Leonardo Torriani supu-
so disponer de un relato de primera mano sobre el intento de invasión
británico. La primera edición -cuyo original se encuentra redactado
en italiano- se realizó en alemán al cuidado de Dominik JosefWolfel
(1888-1963)7. Pronto fue traducida al español a cargo de Alejandro Cio-
ranescu (1958) 8 y, en fecha más reciente, al portugués por José Manuel
Azevedo (1999) 9 • Inclusive el valor de los dibujos confeccionados por
el proyectista trasalpino propició la edición autónoma de los mismos
en 1986. Lo curioso de esta impresión independiente de las láminas es
que puso de manifiesto algún pequeño detalle, como bien observó el
profesor Femando Gabriel Martín, responsable de su edición 10 • En el
levantamiento del plano de Santa Cruz de La Palma (f. 99), la cartela
de dicha representación, titulada «Planta Della citta de S. Michele de la

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isola della Palma», se encuentra asentada sobre dos ramas cruzadas de
olivo y palma, probables alegorías del triunfo sobre Drake y respectivas
alusiones a la victoria y la paz. Se trata de dos motivos únicos en la serie
de dibujos isleños obrados por el cremonés. En 1995, Martín Rodríguez
volvió a recalcar esta misma cuestión en una monografia sobre la cultura
del renacimiento en la capital palmera 11 • Por lo demás, en alguna ocasión
se ha querido ver en una embarcación que aparece en otra ilustración, en
concreto en el margen inferior izquierdo de la que recoge una vista de
Santa Cruz de La Palma desde el mar (f. 98) - dibujo lamentablemente
roto en este punto-, parte de la flota del navegante devoniano 12 • Am-
bas ilustraciones, con sus correspondientes comentarios, se volvieron a
publicar en 1987, esta vez en forma de carpeta 13•
La información dada por las fuentes británicas coetáneas no difiere
en demasía de las españolas en lo tocante a esta batalla naval, última
tentativa fallida de Drake antes de emprender su periplo de saqueos por
el Caribe español. El relato de Walter Bigges, capitán de una de las doce
compañías inglesas de desembarco de esta expedición y, por tanto, tes-
7 T o RRI AN I ( 1940).
' T o RRI AN I ( 1959). Véanse la reediciones: T oRR IAN I ( 1978); ToRRI A~ ' ( l 999a).
' T o RRI AN I ( !999b).
"' MARTÍ N RODRÍ GUEZ (1 986). pp. 120-123 .
11 MARTÍN RODRÍG UEZ ( 1995). pp . 24-25.
12
Emilio Abad Ripoll ha planteado esta idea en alguna de sus conferencias so bre los ataques piráticos a La Palma.
'-' 12 dibujos de Leonardo Torriani ( 1987).

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8 Manuel Poggio Capole: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ..

tigo y protagonista del ataque, lo describe como una batalla dificil, pues
el único lugar apropiado para desembarcar era poco accesible y estaba
protegido por plataformas muy bien pertrechadas. A ello se sumó el pe-
ligroso estado de la mar, que amenazaba con volcar cualquier bote que
tratara de tomar tierra y ponía las naves a tiro de los defensores, por lo
que recibieron numerosos y graves cañonazos en muchos de los barcos 14 •
Este relato de primera mano desde el punto de vista inglés, que fue pu-
blicado en vida de Drake, se verá reforzado más tarde, ya en 198 l, por la
edición de algunos textos complementarios, como los diarios de a bordo
de los navíos Tiger, Leicester y Primrose y otros documentos coetáneos,
en un volumen al cuidado de Mary F. Keeler para la Hakluyt Societyl 5•
A partir de estos textos iniciales, a medio camino entre lo historiográ-
fico y lo testimonial, las referencias al acontecimiento bélico no tardarían
en aparecer en numerosas fuentes posteriores. Por ejemplo, el cronista
real Antonio de Herrera y Tordesillas ( 1549-1626) trató el asunto en la
tercera parte de su Historia general del mundo 16, donde se asegura que
la artillería palmera mató a treinta o cuarenta hombres de Drake. En su

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retirada hacia Cabo Verde, según Tordesillas, la flota se detuvo en el
abordaje de unos navíos para hacerse con su cargamento de vino de las
islas, al parecer muy apreciado por el paladar del corsario. Este detalle
lo recoge también Luis Cabrera de Córdoba (1559-1623) en su Historia
de Felipe 11'7, donde, por lo demás, sólo se apunta que «en la isla de La
Palma le impidieron a viva fuerza la desembarcación».
Antonio Rumeu recoge también otras referencias contemporáneas,
como la del juez de la audiencia del Nuevo Reino de Granada Diego
Hidalgo de Montemayor 18, quien redacta un informe sobre el ataque de
Drake a Cartagena de Indias en 1586 en el que se cita el episodio pal-
mero. El juez refiere que los palmeses «le cañonearon dos navíos que
se perdieron con lo cual se retiraron». De esta manera se inauguran las
alusiones al posible hundimiento de algunos de los bajeles de Drake, que
en este caso se asegura que fueron dos aunque en referencias posteriores
se contabilizan como uno solo.
"«We wereforced hy the vi/e Sea-gate, which al that presentfell out. and hy the naughtinesse olthe landing-p/ace,
heing hui one, and that under the favor ofmany Platformes we//furnished with great Ordinance, to depart with
the receipt ofmany of their Canon-shot, some in to our Ships, and some besides, some '!f" them being in very deed
fu// Canon high. 8111 the onely or chi~le mischie/e, was the dangerous sea-surge. which at shore a// a/ongest,
p/ain/y threatned the overthrow ol as many Pinnaces and Boates, as far that time should have allempted any
/anding al ali». B1GGES ( 1652), pp. 9- 1O.
"KEELER ( 1981 ).
" H ERRERA Y TORDESILLAS ( 1612). p. 12.
17 CABRERA DE Ü>RDOBA ( 1876-1877), t. 111 , p. 177.

" Rumeu !roca el segundo apellido por «Solomayorn. Vid. RuMEU DE ARMAS ( 199 1), p. 24, nota 35.

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De mediados del siglo XVII es una cita procedente del que está con-
siderado primer cronista de la isla, Andrés de Valcárcel y Lugo (1607-
1683). En su libro Cosas notables, Valcárcel redactó un breve comentario
sobre esta cuestión. La referencia, inserta en el manuscrito en tomo a
1650, expresa que en «el año de 1585 pasó por esta ysla Francisco
Draque y le echaron a pique vna nau y, avnque, acometió esta ysla no
hiso sino pasar» 19 • Se trata de unos datos muy sucintos aunque ponen de
relieve varios aspectos de la mentalidad insular: la embestida enemiga,
el hundimiento de un barco y la fugacidad del incidente de sólo media
jornada de duración.
Los historiadores, ya desde entonces, comenzaban a construir un relato
en el que el peso del orgullo patrio sería ingrediente de importancia. En
Canarias es digno de ser citado, a pesar de lo escueto de su redacción,
el texto histórico de Juan Núñez de la Peña (1641-1721 ) 20, quien por
un lapsus data el acontecimiento en 1595, fecha en que tuvo lugar otra
famosa tentativa de Drake de abordar Gran Canaria. Refiriéndose en
realidad al ataque que nos ocupa, el de 1585, el historiador afirma que

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en los días previos, concretamente el «24 de noviembre» 21 , estuvo la
armada del inglés precisamente frente a la isla de Gran Canaria, donde
no atacó, y desde allí se trasladó a La Palma. Núñez de la Peña resu-
me todo el episodio apuntando solamente que en esta última plaza «le
echaron un navío a fondo» y que luego pasó a las islas de Cabo Verde
para saquear Santiago. El paso efimero de Drake por Gran Canaria es
novedad aportada por el autor22, como también lo es, al menos en lo
que se refiere a fuentes impresas, su afirmación de que en La Palma los
ingleses perdieron un barco en la refriega.
En fecha inmediatamente posterior a la edición de Núñez de la Peña,
será el franciscano José de Sosa (l 646-ca. 1723) el que se refiera a la
incursión bélica del corsario inglés. Así, en su Topografia ... 23 , redactada
entre 1677 y 1678, recoge también el paso previo por Gran Canaria,
apostándose la escuadra frente al Puerto de la Luz. Además de concretar
que el avistamiento desde Gran Canaria tuvo lugar precisamente frente
a su ciudad capital, cabe resaltar que Sosa hace un recuento de barcos
"Archivo de la Familia Poggio (AFP): VALCÁRCEL Y Luoo. Andrés. Cosas notables [Ms.]. [1627-1675], f. 23r.
'° NúÑEZ DE LA PEÑA ( 1676), p. 492.
" Es evidente que la fecha del 24 de noviembre también es errónea.
" No habría de ser la única visita de Francis Drake a la capital grancanaria. pues es bien conocido el paso del
corsario por la ciudad en 1595, cuando su acrecentado ejército fue nuevamente repelido por las milicias. En aquella
ocasión los piratas intentarían más tarde, también sin éxito, un nuevo desembarco en la playa de Arguineguin
para aprovisionarse de agua.
"SOSA (1994), pp. 317-318.

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10 Manuel Poggio Capote: El utm¡ue de Frc.mci.\· D ruke a Santa Cru: de La Pulmu S<!).!lÍn ...

que concuerda aproximadamente con el que hizo Torriani, pues afirma


que Drake contaba «con 11 naos gruesas, 8 menores y algunos pataches,
que harían por todos 28 embarcaciones poco más o menos, en las cuales
venían tres mil hombres de guerra». El historiador reitera la afirmación
de su colega coetáneo de que los palmeros «le echaron un navío a pi-
que», importante detalle que habría de pasar desapercibido para muchos
historiadores posteriores.
En lo que se refiere al paso de Drake por Gran Canaria como tentativa
previa al ataque palmero, cabe recordar, como apunta Cebrián Latasa24 ,
que el escrito de Sosa está redactado como réplica, en clave grancanaria,
al de Núñez de la Peña, por lo que la adición de datos con respecto a éste
ha de ser vista como una serie de enmiendas o puntualizaciones sobre
extremos en los que el franciscano consideraba tener algo que decir.
Desde este punto de vista, parece lógico pensar que la información de
fray José de Sosa es más precisa y fiable que la de su predecesor. En
este sentido, aunque los historiadores posteriores no se hagan eco de este
breve episodio más que copiando a Sosa, no parece probable la posibili-

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dad, apuntada por Rumeu de Armas 25, de que todo se deba a un error del
primer autor, que habría confundido las escaramuzas de Drake de 1585
con las protagonizadas en 1553 por el francés Pie de Palo, quien sí había
pasado infructuosamente por Gran Canaria antes de atacar La Palma. Si
Núñez de la Peña hubiera ideado por error esta escala de Drake, Sosa
se habría encargado de enmendarle la plana en lugar de abundar en la
falsedad aportando datos descriptivos.
En cuanto a la otra novedad, citada tanto por Núñez de la Peña como
por José de Sosa y referida al hundimiento de un barco inglés en su
refriega contra Santa Cruz de La Palma, se trata de un extremo que a
veces se ha puesto en entredicho y que trataremos de dilucidar a lo largo
de estas páginas.
Ya a finales del siglo XVIII, aparte de las erróneas apreciaciones
de Dámaso de Quesada y Chaves26, se ocupará del ataque de Drake el
polígrafo José de Viera y Clavijo (1731-1813). Aunque Viera destaca
entre los historiadores de su tiempo por diversificar sus fuentes, acudir
a la documentación contemporánea de los hechos que narra y contrastar
los datos siempre que le resulta posible, lo cierto es que en esta ocasión
,, CEHRIÁN LATASA (2007). p. 148.
:• RuMEU DI' ARMAS ( 199 1). t. 11 . 1" parte. p. 16. nota 16.
"' QuEsAJ>A Y C11AvEs (2007). p. 166. El manuscri to de Quesada. inédito hasta 2007. relata el ataque de Drakc
como una incursión exitosa para el inglés. a quien describe saqueando una ciudad mal defendida y robando sus
archivos. Tal vez confundiera el episodio con el protagonizado por Pie Je Palo unos años antes.

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parece descuidar algunos detalles importantes, pues eleva el número de


naos atacantes a la cifra de «80 velas» 27 , apoyado por la información
que en su tiempo había dado «un religioso de la Madera» sobre la sa-
lida de la armada corsaria desde Inglaterra 28 • Se refiere, sin duda, a la
advertencia enviada desde la isla portuguesa al convento franciscano de
Garachico, recogida en el libro de Acuerdos del Cabildo de Tenerife en
la sesión correspondiente al 25 de noviembre de 1585, la cual asegura
que los 80 barcos salidos de Inglaterra, y otros 80 que saldrían después,
tenían intención de hacerse con 1.000 botas de vino en Canarias como
abastecimiento para seguir la ruta del estrecho de Magallanes. Nada
más, sin embargo, añade Viera en su discurso, que por lo demás pasa de
puntillas sobre el acontecimiento. El número de los navíos, en cualquier
caso, parece excesivo a la vista de las referencias consultadas.

2.1.2. Los primeros historiadores contemporáneos (1880-1950)

Ya en el último cuarto del siglo XIX, vuelve a ocuparse superficial-

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mente de la cuestión el historiador Agustín Millares Torres ( 1826-1896)29,
quien no se hace eco de la elevada cifra de atacantes dada por Viera sino
que recupera el cálculo de José de Sosa. Millares sí recoge, sin embargo,
una posible etapa del periplo de Drake por las islas días antes de atacar
La Palma, pues asegura que la flota inglesa fue reuniéndose en la isla
de Lobos a medida que las naves iban llegando tras asolar las costas
gallegas. Tal aglomeración de naves no habría pasado desapercibida en
las vecinas Lanzarote y Fuerteventura, de tal manera que el marqués de
Lanzarote, apercibido, habría dado aviso a las autoridades de Gran Cana-
ria, quienes a su vez mandaron información a Tenerife. Rumeu de Armas,
sin embargo, localiza el origen de este relato en los libros de acuerdos
del Cabildo de Tenerife y concluye que los barcos reunidos en Lobos no
fueron los de Drake, pues el referido aviso llegó a La Laguna el 25 de
octubre, cuando las tropas del marino británico aún se hallaban en aguas
de Galicia 30 • No obstante, la alarma dada por el marqués de Lanzarote
llegó de hecho a Gran Canaria y a Tenerife, y probablemente a todo el
archipiélago, poniendo en guardia las defensas costeras. Gracias a ello
encontró Drake pertrechado el Puerto de la Luz, absteniéndose entonces

' ' V1rnA y CLA\°IJO ( 1950-1952). t. 111. p. 426.


" YILKA y Cl.AYIJO ( 1950-1952). l. '"· p. 514.
'''MILLARES TOKKES ( 1977-1981 ). l. 111. p. [212].
"' RLl\1 FlJ DE ARMAS ( 1991 ). pp. 12-1 3.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN : 11 34-430-X 197
12 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ...

de atacarlo, y de la misma manera habría encontrado el de Santa Cruz


de Tenerife, al que no parece siquiera que se acercara.
En el ámbito local, uno de los primeros investigadores que recogie-
ron información en La Palma sobre el ataque de Drake fue el notario,
periodista y divulgador Pablo Guerra Díaz ( 1850-1880). Guerra había
centrado su interés en un trabajo relativo a la transcripción de las actas
del antiguo Cabildo de La Palma. Sin embargo, su prematura muerte,
con apenas 29 años de edad, le impidió coronar de manera completa
este objetivo. Tras su óbito, el periódico La asociación (1879-1884)
comenzó a publicar, a partir del 16 marzo de 1882, en forma de folletín,
el manuscrito compilado por el malogrado historiador palmero. Con el
título Apuntes para la historia de La Palma: extracto de las actas del M
l. Ayuntamiento de esta ciudad desde el año 1554 a 1808, Guerra Díaz
dio a la luz el contenido resumido de lo tratado en numerosas sesiones
del consistorio santacrucero; en tres de ellas recogió mención explícita
a Francis Drake: reuniones del 1Ode julio de 1585, 30 de septiembre de
1586 y 19 de noviembre de 158731 . Lo más llamativo es que ninguna de

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dichas referencias toca de manera directa el ataque de la flota británica.
Se trata sólo de avisos previos a la salida de la expedición de 1585, así
como de otras noticias posteriores acerca de las andanzas del devoniano.
Aunque desconocemos las razones últimas de estas ausencias, el conteni-
do de las reuniones cabildicias en las que se discurrió sobre el frustrado
intento anglosajón (principalmente 4, 16 y 22 de noviembre de 1585)
fueron registradas poco después por Juan B. Lorenzo Rodríguez, y en
fecha más reciente por Antonio Rumeu de Armas.
Aunque las investigaciones de Juan B. Lorenzo Rodríguez (1841-
1908), plasmadas en sus Noticias para la historia de La Palma, tuvieron
que esperar hasta 1975 para verse publicadas32, este trabajo hay que
considerarlo fundamental en el estudio del ataque de Drake. Lorenzo era
dado a transmitir sus conocimientos, y aunque las Noticias permanecieran
inéditas sí llegó a imprimir varios artículos y notas sueltas entregadas
a las redacciones de las cabeceras locales Fénix palmense, El noticiero
y La defensa. Entre ellos un abanico de efemérides y sueltos sin firmar
y algún artículo de temática defensiva, hoy ilocalizable debido a la
desaparición de los números de los periódicos pertinentes33 . Lo cierto
·" La asociación: periódico democrático (Santa Cruz de La Palma, 16 de marzo de 1883 ). pp. [3-4]. Las fechas
de la publicación de las noticias referidas a Drake fueron las siguientes: (24 de marzo de 1884), pp. [3-4): ( 1Ode
abril de 1884), pp. [3-4): y (22 de junio de 1884). pp. [3-4).
" L<>RF.NZO Roo•i<;uEz ( 1975-2011 ).
·" Entre ellos, sobre todo, los relativos a temática m ilitar publicados dentro de la serie «Antiguallas» en Fénix
palmen.1·e: «XXII: Castillos y reductos», n. 546: «XXlll: Organización de las milicias del país», n. 547.

198 TEBETO. ANEXO 7. Pueno del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 13

es que, tras numerosos años de arduas indagaciones en archivos de los


más diversos tipos, el que fuera cronista palmero compiló varios datos
procedentes de las actas del antiguo concejo, y en su pospuesta obra ex-
trae de ellas la sesión del 22 de noviembre 34 , en la que se debatió sobre
la reciente escaramuza costera y sobre la necesidad de pedir al rey un
refuerzo de la artillería pesada y un mayor suministro de municiones.
En la misma sesión se alabó el liderazgo del teniente de gobernador, Je-
rónimo de Salazar, y el regidor Baltasar González de Acosta aprovechó
para atribuirse algunos méritos en la defensa, como responsable que era
de la fortaleza de San Miguel.
El periodista y profesor Pedro J. de las Casas Pestana (1856-1927),
aunque parece ocultarlo, aprovechó el trabajo de Lorenzo, a la sazón
inédito aún, en sus bosquejos históricos, primera monografia impresa
dedicada a la historia de La Palma35 • Los datos que ofrece De las Casas
provienen de las investigaciones de Juan B. Lorenzo, pero lo cierto es
que para su obra rescata, entre otros documentos, las actas del cabildo de
la isla, y de esa manera descubre que el 5 de noviembre un barco proce-

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dente de Tenerife ya había mandado a La Palma noticias de la presencia
de una flota armada frente a Los Sauces. De las Casas relata que el día
13 se dejó ver la escuadra frente a Santa Cruz de La Palma, entrando
efectivamente por su flanco norte. El teniente de gobernador, Jerónimo
de Salazar, tendría ya dispuesta la defensa. Alineadas las naves frente
a la playa de la ciudad, se aprestaron a atacar y comenzaron la refriega
intercambiando proyectiles con la torre de San Miguel, mandada, a decir
del autor, por Pedro Hernández Señorino y Baltasar González de Acosta.
Más tarde tomarían el relevo del combate las tropas de desembarco y las
milicias insulares. Recoge el divulgador palmero que Drake, «después
de combatir valientemente, se vio obligado a levar anclas, retirándose
de las costas», y que entre sus pérdidas se contabilizó un navío que se
fue a pique por los disparos de los cañones de San Miguel.
También es reseñable, en el ámbito de la historiografia nacional,
la publicación de la magna obra sobre la armada española de Cesáreo
Fernández Duro ( 1830-1908), que asegura que la intención de Drake no
era tanto el saqueo de bienes como el aprovisionamiento de vino para
su travesía trasatlántica, pues el resto de los víveres los había sustraído
"LORENZO RooRiGUEZ (1 975-2011 ). v. 1, pp. 128-129.
" CASAS PESTANA ( 1898). pp. 82-83. De las Casas tuvo acceso al archi vo de Juan B. Lorenzo. por lo que p udo
aprovec har los resultados de sus investigaciones, tal y como afirma José E. Pérez Hem ández en la introducció n
a l tomo 1v de las Noticias para la historia de La Palma (LORENZO RooRiGuEz, 1975-2001 , l. 1v, pp. xv111-xox). Este
extremo lo corrobo ra un ej emplar del bosquejo de De las Casas con anotaciones manuscritas de l cronista que se
conserva en el Arch ivo General de La Palma, Fondo Jaime Pérez G arcía (AGP, JPG. sign. 728).

TEBETO. ANEXO 7. Puerto de l Rosario (201 4). pp. 187-285, ISSN : 11 34-430-X 199
14 Manuel Poggio Capote: El ataque de Fruncis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

por la fuerza días antes en sus incursiones por la ría de Vigo. También
precisa Femández Duro que lo que perdieron los ingleses en la batalla
de La Palma fue una lancha y seis hombres36•
Entretanto, la historiografia británica, muy meticulosa a la hora de
reseñar detalles de los viajes de Drake, parece no profundizar en demasía
en el episodio palmero. Así, la fundamental obra de Julian S. Corbett
( 1854-1922) Drake and the Tudor navy no aporta gran cosa en este pun-
to: relata que, en efecto, la intención era obtener provisiones (no vino,
sino agua y vituallas), pero que el oleaje era tan fuerte y la rada estaba
tan bien guardada, que, después de recibir dos cañonazos en el buque
almirante, Drake decidió marchar a La Gomera en espera de un tiempo
más apacible para volver a intentar el ataque37 • Un día después habían
llegado también a La Gomera algunas naves rezagadas de la armada, y
un viento favorable hizo que tomaran finalmente rumbo a Cabo Verde
como escala previa en su viaje al mar Caribe. Sobre esta monografia de
Corbett hay que señalar que la edición de 1898 sitúa la acción en «Las

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Palmas», error subsanado en la reedición de 1917, donde se sustituye
por «Palma» 3 ~ . Asimismo, debemos puntualizar que fue en El Hierro
y no en La Gomera donde se reunió la flota de Drake, a tenor de otras
fuentes documentales.
La prensa local, por su parte, ha recordado el ataque de Drake como
uno de los hechos históricos más notables de la isla. Así, por ejemplo,
Diario de La Palma insertó en 1912, en su sección de «Efemérides»,
un suelto con un breve recordatorio de esta circunstancia. La noticia se
limitaba a transcribir, casi literalmente, otra efeméride anterior publicada
en un periódico insular por Juan B. Lorenzo Rodríguez y que posterior-
mente incluyó en sus Noticias para la historia de La Palma39 • En la
misma línea, en 1944 redacta Manuel Sánchez Rodríguez (1875-1955)
sus inéditas Efemérides náuticas, que definen la batalla como «gloriosa
defenza» y rescatan el controvertido dato de que Drake perdió un bu-
que en ella gracias a la acción del castillo de San Miguel 40 • En idéntico
ámbito, merece reseñarse el cuaderno de efemérides locales compiladas
"' Fl'RNÁNJ>LZ DuRO ( 1X95- J903 ). t. JI. p. 395.
" CoRlll'TI' ( 1X9RJ. v. JI , p. 30.
" C ORllH T ( 19 ) 7). v. JI, p. 27.
l<) «Efemérides palmeras». Diario de La Palma: periádico de la tvrde (Santa Cruz de La Palma. 13 de noviembre
de 19 12). p. [2]. El suelto dice textualmente: « 13 de noviembre de l 5X5. Gloriosa defensa de esta ciudad contra
24 buques mandados por el célebre corsario inglés Sir Francis Drake, que después de un rellido combate. en que
del Castillo de San Miguel se Je echó a pique un buque, haciendo huir a los demás».
' " SÁNCllLZ RoDRÍ<iUl'Z ( 1944 ). 13 de Noviembre de I 5R5 (A<;P, i rc;. sign. 401 ).

200 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. ISSN: 11 34-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru~ de la Palma según ... 15

unos años antes por el aficionado Blas Carrillo Lavers (1878-1925) y


que también alude al ataque del marino anglosajón41 •
José Apolo de las Casas Rodríguez (1894-1975), alrededor de la
misma fecha, repasa asimismo los acontecimientos en su obra sobre
piratería42 • En ella reitera la tesis del hundimiento, añadiendo que fue
la artillería de bronce del castillo de San Miguel la responsable de tan
grave daño. Además, asegura que otras naves corsarias fueron también
averiadas en la lucha, lo cual no ha de sorprender en una batalla naval,
por efímera que sea. Finalmente, en 1944 el periodista Félix Poggio Lo-
renzo ( 1904-1971) se enrola en el mismo buque al describir el ataque en
similares términos a los anteriores; refiere el también poeta y genealogista
acerca del castillo de San Miguel del Puerto «que en memorable fecha
de la historia local -13 de noviembre de 1585- y en colaboración
con el ya nombrado castillo de Santa Catalina había de rechazar en
duro combate al corsario inglés Francisco Drake que con 24 galeones
acometió a la Ciudad con el objeto de invadir la isla, hundiéndole uno
de sus navíos y huyendo a vela desplegada los 23 restantes» 43 •

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2.1.3. Rumeu de Armas (1947) y la historiografia contemporánea

La inestimable monografía de Antonio Rumeu de Armas ( 1912-2006)


Piraterías y ataques navales contra las islas Canarias, editada en 1947 (y
reimpresa en 1991 con el título Canarias y el Atlántico) supone un nuevo
punto de partida para el estudio del intento de asalto de Drake, pues por
primera vez se reúnen los datos aportados por todas las fuentes históricas
disponibles en esa fecha y se extraen de ellas análisis y conclusiones,
confeccionando Rumeu un relato coherente de los acontecimientos de
aquella jornada y de las circunstancias históricas en las que se insertaron.
Para ello se nutre especialmente del informe que Jerónimo de Salazar
envió a Felipe 11 el 7 de abril de 158644 , así como de los documentos de
Leonardo Torriani conservados en el Archivo General de Simancas (Mar
y Tierra, leg. 349) y de otras fuentes archivísticas.
Con estos mimbres, Rumeu reconstruye los hechos y relata, además
de los movimientos de Drake a su paso por Galicia antes de llegar a las
islas Canarias, el periplo que la escuadra hubo de hacer en este archi-
41
CARRILLO LAVERS, Bias. Efemérides palmeras. [ca. 1920]. Archivo de la Familia Carrillo (Santa Cruz de La Palma).
42
CASAS (ca. 1944), pp. 9-10.
43
PoGGIO LORENZO ( 1944 ), (2). p. (2].
44 RUMEU DE ARMAS ( 1991 ), t. "'· 2' parte, pp. 949-950; Tous MLLIÁ (2007), pp. 157-158. El infonne de Jerónimo

de Salazar es considerado como la versión «oficial>> del ataque, pues es en realidad una comunicación formal
entre instituciones, siendo su autor el gobernador y capitán general de La Palma y su destinatario el rey de España.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 201
16 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruo Je la Palma según ...

piélago: el 3 de noviembre fue vista la flota en las inmediaciones de


Lanzarote, sin que se sepa en qué actividades estaba ocupada, pues no
se registraron ataques; el 7 de noviembre llegaron a La Palma y estuvie-
ron merodeando por las costas insulares, despertando lógicos recelos y
activando la movilización del ejército y las milicias; luego es probable
que recorrieran varios puntos de las islas, y de hecho Rumeu rescata el
episodio de diecisiete marinos ingleses que recalaron en Fuerteventura
y dijeron pertenecer al buque Prima Rosa, supuestamente atacado por
piratas franceses, aunque debemos recordar que el Primrose fue uno
de los principales bajeles de la armada de Drake; el 11 de noviembre
la flota se apostó frente a Las Palmas de Gran Canaria, junto al Puerto
de la Luz, pero el capitán general Tomás de Cangas puso en marcha un
gran sistema de defensa que los ingleses consideraron lo suficientemente
disuasorio y abandonaron la ofensiva; el día 13 se desarrolló el asalto
con diecinueve barcos a Santa Cruz de La Palma, rechazado principal-
mente por la artillería del castillo de San Miguel, mientras que otros
seis navíos se hacían visibles frente a Tazacorte para tratar de dividir

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las fuerzas defensivas; más tarde, en su retirada de La Palma, las naves
pasaron por La Gomera e intentaron un asalto que no pudieron llevar a
cabo por la resistencia de sus naturales; y finalmente la escuadra recaló
en El Hierro, donde 3.000 hombres desembarcaron sin llegar a atacar.
Por suerte, la villa de Valverde, capital de El Hierro, está guardada por
ásperos escarpes orográficos que disuadieron a Drake de afrentarla. De
allí partieron todos los bajeles después de un día y medio, pues una
borrasca de viento les obligó a levar anclas, y antes de enfilar el rumbo
de América se detuvieron en Cabo Verde y saquearon Santiago, con lo
que lograron por fin completar la misión de avituallamiento necesaria
para cruzar el océano.
Después de esta obra primordial, extraordinariamente documentada
por Rumeu (no sólo en lo referido a Drake sino en todo cuanto atañe al
pasado de las islas en su estratégica situación atlántica), los historiadores
canarios tomaron renovado interés por su historia naval. Armando Yanes
Carrillo ( 1884-1962) publica entonces sus Cosas viejas de la mar4 5 , que
en relación con el ataque que nos ocupa sigue la información dada años
antes por Manuel Sánchez Rodríguez y resalta el controvertido dato de
que desde el castillo de San Miguel se hubiera logrado hundir un barco
de Drake, que en este caso se asegura que fue la nao capitana. Contribuyó
quizás a esta confusión una mala interpretación del verbo «destrozan>,
4' YANES CARRILLO ( 1953 ).

202 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 17

usado en las descripciones históricas de la contienda, y así lo puso de


manifiesto Mark Milbum46 unos años más tarde a raíz de su infructuoso
intento de buscar algún pecio de la batalla en 1969. El aventurero britá-
nico no pudo realizar la ansiada inmersión pero aprovechó su estancia
en La Palma para contrastar datos de la jornada histórica, incluyendo la
búsqueda del significado exacto del verbo referido, y llegó finalmente a
la conclusión de que, destrozado o no, el Bonaventure, buque insignia de
la expedición, no había sido hundido allí sino que continuó navegando
hasta bien entrado el siglo siguiente.
Lo cierto es que la confusión también puede deberse a una exageración
de las descripciones en las fuentes españolas, únicamente explicable por
el deseo de exaltación patria. En este ámbito debemos situar también un
artículo periodístico publicado en 1953 por el sacerdote José Crispín de
la Paz y Morales (1873-1955). Aparte de los ardores propios de la época,
el religioso considera que el ataque de 1585 fue «la primera vez que en
la historia, se baten buques contrafuertes»47 • Aunque ello no es cierto,
la ofensiva de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma sí supuso para

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los británicos una experiencia de cómo afrontar un ataque anfibio a una
población marítima.
Aunque es notorio que la gran mayoría de los historiadores que se
hacen cargo de este asunto se limita a sintetizar, difundir o citar la infor-
mación dada por sus colegas investigadores 48 , también podemos rastrear
otras aportaciones reseñables espigando fuentes que muchas veces no
se centran claramente en Drake o en la piratería, pero que añaden datos
de interés para nosotros. Así, por ejemplo, Juan B. Lorenzo Rodríguez
publica en sus Noticias para la historia de La Palma (1975) la trans-
40
MILBURN (1974-1975). p. 284.
"PAz y MoRALES ( 1953). Las lineas acerca del ataque de Drake refieren lo siguiente: «El 13 de noviembre de
1585, recaló por el norte, amaina velas, alinea sus huques en situación de combate, lan::a al mar sus lanchas
repletas de hombres J' ahrefúego sohre la plaza. Nuestras milicias cuhren el litoral, dispuestos a vender caras sus
vidas. los castillos del Carmen, Santa Cruz del Barrio o San Fernando, Santa Catalina y San Miguel, responden
con un nutrido J' certerofúego cru::ado que hunde al enemigo varios huques, causa un verdadero desastre en las
lanchas de desembarco _V ohliga al pirata a abandonar la presa que contaha segura. Esta es la primera ve.: que
en la historia, se haten buques contrafuertes».
"Podemos poner los ejemplos de Luw y RODRÍGUEZ ( 1965), que sigue a Rumeu; ÜRTEC;A ABRAHAM ( 1970). que
sólo nombra tangencialmente a Drake; BLANCO ( 1976), p. 197, que reconstruye la dura jornada; CASTELLANO GtL;
MACÍAS MARTÍN y SuÁREzAcoSTA ( 1991 ), pp. 49-52, que repasan algunos asientos de las actas cabildicias; MARTÍNEZ
SANTOS ( 1992), pp. 68-70. que relata la sucesión de hechos del dia de Ja refriega; MARTÍN RooRic;uEz ( 1995), que
recopila buena parte de la bibliografia precedente y aborda el acontecimiento desde variados puntos de vista.
destacando Ja participación de Leonardo Torriani; LORENZO ARROCHA ( 1999), pp. 29-30, que no se detiene en los
pormenores de la batalla; o PAz SÁNCHEZ (2003 y 2009), que sigue a Antonio Rumeu pero interpreta erróneamente
que Jos ingleses trataron en El Hierro de llegar a Valverde, cuando en realidad se limitaron a desembarcar en las
costas y permanecer en ellas un día y medio. Por su valor literario podemos añadir en esta nómina a Dulce María
LoYNAZ ( 1958), p. 360, quien recuerda que la iglesia palmera del Salvador <<puede contarse entre las pocas iglesias
cristianas, todavía existentes en el mundo, que pudieran decir, si nos hahlaran, que/úeron allá en su mocedad
asaltadas y saqueadas por el/Gmoso corsario Francis Drake, tan temido en la naciente América».

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 203
18 Manuel Poggio Capote: El utuque de Francis Druke u Suntu Cruz de Lu Pu/mu según ...

cripción de algunas actas del cabildo insular no citadas por Rumeu. En


adición, en un artículo sobre la Esclavitud del Rosario en La Palma
que publicó Alberto-José Femández García (1928-1984) en la prensa
local 49 , se recogía el documento de Pedro de Liaño que presentamos en
este artículo (apéndice documental, n. 3), pero únicamente para destacar
que el licenciado Liaño se encomendó en la batalla a la virgen del Ro-
sario, cuya imagen había sido sacada de la iglesia por temor a que fuera
dañada. Una vez concluida la contienda con éxito se organizó, como
recoge Femández del citado documento, una procesión para restaurar
la efigie en su templo. El mismo autor vuelve a citar a Liaño en 1982 5º
para referir que su hija, María de Liaño y Monteverde, fue propietaria de
la emblemática Quinta Verde, en el barranco capitalino de Los Dolores.
En realidad la primera mención al protagonismo de Liaño contra
Drake la hace Jaime Pérez García (1930-2009) en el Nobiliario de Ca-
narias51 y más tarde en sus Fastos biográficos 52 , pero estas fuentes no
entran a debatir la importancia del dato, sino que se limitan a dejar la
noticia en una breve referencia biográfica sobre el personaje, ofreciendo

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así a los historiadores un nuevo punto de vista sobre la defensa de La
Palma en 1585.
Por lo demás, algunos otros historiadores y publicistas han ido apor-
tando nuevos datos más o menos fiables, como es el caso de Manuel
Poggio y Sánchez, que en sendos artículos publicados en la prensa en
1965 apunta detalles de la batalla que no hallamos en otras fuentes. Así,
en relación con el repetido castillo de San Miguel, escribe: «tenía dos
pisos y fue su artillería la que destrozó la popa de la nave del Corsario
Drake el 13-Xl-1585, a punto de dejarle ciegm> 53 .
Son las fuentes inglesas las que nos deben aclarar el supuesto daño
físico sufrido por Drake y sus lugartenientes, y para ello resultará muy
útil la edición de documentos británicos sobre aquella campaña que
publicó Mary Keeler en 1981 54 • De esta colección de fuentes primarias,
que incluye los libros de bitácora del Tiger y del Leicester, podemos
extraer, entre otras conclusiones, la certeza de que ningún oficial de la
escuadra inglesa sufrió daños de consideración en el enfrentamiento
contra La Palma, e incluso Drake, que estuvo a punto de ser alcanzado
por un cañonazo, salió ileso de la batalla. Entre los acompañantes de
4
'' FERNÁNDEZ GARCÍA (1963), y 111.
"' FERNÁNDEZ GARCÍA ( 1982), p. 20. Véase también: F1.RNÁNDEZ GARCÍA ( 1975).
51 NOHILIARIO ( 1952-1967), v. 4. pp. 916-917.

"P1°.REZ GARCÍA ( 1985-1998). V. "· pp. 132-133.


~J PoGGIO Y Si\NCllEZ ( l 965a).
54
KEELER ( 1981 ).

204 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. JSSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruo de La Palma según ... 19

Drake en el momento en que este proyectil alcanzó el puesto de mando,


sólo un oficial de infantería recibiría daños, aunque leves, causados por
las astillas que le saltaron en las piernas.
Fuera del ámbito del debate académico o de la simple comunicación
informativa, deben insertarse las labores de José Feliciano Reyes, quien
fuera director del Museo Naval de Santa Cruz de La Palma. A lo largo de
más de cuarenta años, Feliciano ha rastreado cuantos indicios navales han
venido a su conocimiento: restos marinos, leyenda del placel del Norte,
antiguas fortificaciones de la capital palmera o los distintos fondeaderos
de la ribera insular. Entre los temas investigados se incluyó el ataque de
Drake. Hacia 1990, en el archivo de protocolos notariales del distrito de
Santa Cruz de La Palma, Feliciano Reyes obtuvo una copia xerografiada
del traslado del pedimento de Pedro de Liaño que Pérez García ya había
consultado. Con posterioridad, Feliciano transfirió a otros interesados
dicha reproducción. Además, el erudito local, como responsable del Mu-
seo Naval, sirvió de guía a dos submarinistas británicos que por aquellas
fechas arribaron a la isla con el objetivo de analizar el pretendido intento
de Drake. La indagación de los anglosajones se centró en determinar la
posibilidad de que aún existiera el pecio del enfrentamiento; según el
testimonio de los antedichos, el almirante perdió en la bahía palmera un
bajel que servía de correo entre las embarcaciones de la escuadra, así
como la mayor parte de los aparejos de la nao capitana. De igual manera,
los investigadores ingleses refirieron dos aspectos más: la muerte en el
choque de un pariente de la reina de Inglaterra y la circunstancia de que
Drake únicamente pretendiera efectuar aguada en la ciudad palmesana55 •
El equipo de submarinistas británicos que llegó a Santa Cruz de La
Palma se encontraba liderado por Michael Tumer, autor, por ejemplo, de
un documental para la BBC en el que se trataba de localizar el ataúd de
plomo de Drake en los lechos marinos de Panamá. Durante los últimos
treinta años, Tumer ha recorrido el mundo fotografiando y documentando
todos los lugares por donde Drake pasó. Al archipiélago canario arribó
a comienzos de la década de 1990, moviéndose por La Palma, Tenerife,
El Hierro y Gran Canaria. En La Palma contactó con José Feliciano,
entonces director del Museo Naval. Con posterioridad, Tumer escribió
una biografia en tres volúmenes del navegante británico: In Drake s wake
(2005-2009). El pasaje referido a su paso por Santa Cruz de La Palma es
" Entrevista realizada a José Feliciano Reyes (Santa Cruz de La Palma, 1932). exdirector del Museo Naval de
Santa Cruz de La Palma y patrón de embarcaciones deportivas ( 11 de julio de 2011 ). Una vez vueltos al Reino
Unido, los estudiosos británicos remitieron carta a Feliciano Reyes agradeciéndole sus atenciones; dicha misiva
no ha sido posible localizarla.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
205
20 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

amplio. No obstante, el texto adolece de varios desatinos; por ejemplo,


llama a la ciudad «Santiago de La Palma» o incluye el escenario teatral
del Castillo de la Virgen de las Nieves en la lista de fortificaciones pal-
meras. A todas luces resalta que no es un trabajo académico, sino sólo
una aproximación de un viajero o entusiasta de la historia tratando de
proseguir la estela de un mito 56 .
Las dos biografías más relevantes de las últimas décadas acerca
del corsario devoniano son las provenientes del investigador británico
John Sudgen ( 1990)57 y del bibliotecario norteamericano Harry Kelsey
(1998) 58 • Estos dos libros divergen de un modo profundo en sus con-
clusiones, en especial en el análisis del personaje. El inglés Sugden
fundamenta en Drake una personalidad compleja, argumentando que la
razón principal de su vida fueron las motivaciones religiosas. De este
modo, Francis Drake no fue más que un hombre de su tiempo, explicán-
dose todas sus acciones por la época que le tocó vivir; así, la ambición
mostrada o muchos de los actos menos nobles que tuvo que efectuar
sólo fueron fruto de un contexto preciso. Desde esta perspectiva, no es
extraña la plena justificación de su currículum; Sudgen llega a valorar
a Drake como un adelantado a su época, sobre todo en el trato ejercido
sobre los prisioneros de guerra o en el respeto dispensado a sus hombres
de armas negros cimarrones, reconocidos como iguales ante el resto de
sus subordinados. El estadounidense Kelsey, por el contrario, sostiene
la condición básica de corsario de sir Francis Drake. De manera muy
explícita se subraya esta circunstancia en el subtítulo de la monografia
que le dedica al navegante: el pirata de la reina. Para Kelsey las acciones
del marino inglés se deben únicamente a su ansia por conseguir la mayor
cantidad de riqueza con el mínimo esfuerzo. Esta disparidad de criterios
llevó en 2006 al Dr. Sugden a calificar los juicios de Kelsey como de
«iransparent hostility towards his subject» 59 • Entendía el investigador
británico que Kelsey ponderaba con valores del siglo XX unos episodios
acaecidos cuatrocientos años antes. Aunque no conocemos la opinión de
Harry Kelsey, es probable que éste califique a su vez el planteamiento
de Sugden como heredero de las corrientes victorianas, época en la que
se construyó el mito de Drake.
En cualquier caso, ambos investigadores tocan el ataque desplegado
contra Santa Cruz de La Palma. Y como es lógico también, ambos au-
" TuRNER (2005-2009). Amplíese en: http://www.indrakeswake.co.uk. Agradecemos al periodista y guionista
Daniel Martín Gómez las referencias a numerosas obras sobre Drake provenientes del mundo anglosajón.
" Su<;DLN ( 1990).
'" KELSEY ( 1998). Existe traducción española: KFLSFY (2002).
"SuGDEN (2006), p. 327. Incluido en un «Poscript».

206 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Franá< Drake a Santa Cru: de La Palma según ... 21

tores abordan esta cuestión desde sus propios puntos de vista. En primer
lugar, Sudgen recalca la situación y el propio instinto de Drake. En este
sentido, se matiza la prudencia del marino: el agitado estado del mar,
la resistencia encontrada en esta aún prematura etapa de la expedición
o los certeros disparos efectuados desde los castillos palmeros (uno de
ellos en el puente del Bonaventure y otro cerca de la línea de flotación
del mismo buque) fueron los factores que determinaron proseguir la ruta
oceánica y desestimar el asalto a la capital palmera60 . La descripción de
Kelsey, desde otro ángulo, subraya más el papel de los defensores. El
historiador norteamericano asevera que los artilleros de La Palma eran
grandes tiradores; no en vano, dos de las descargas alcanzaron peligro-
samente el Bonaventure, una de ellas impactando en la galería en la que
se encontraba Drake61 •
Esta imprecisión de los historiadores anglosajones se ve refrendada,
por ejemplo, en un reciente y excelente libro de divulgación hispano en
el que se afirma que Drake atacó en 1585, en vez de la capital palmera
y la isla de El Hierro, a Santa Cruz Tenerife y La Gomera62 • No cabe
duda de que todas estas vacilaciones han estimulado la redacción de este
artículo, cuyo objetivo no es sólo dar a conocer la versión del regidor
Pedro de Liaño, sino, además, presentar un estado de la cuestión sobre
este breve -pero trascendente, como se verá- episodio bélico.
Una nueva referencia a la ciudad de La Palma es la recogida en la
monografia de Angus Konstam, The great expedition: sir Francis Drake
on the Spanish main 1585-8663 • En el breve espacio dedicado al ataque
palmés, el autor refiere que un cañonazo impactó en el barco de Drake,
muy cerca de él y de sus dos primeros oficiales, pero el relato cae en
el mismo yerro de otros historiadores ingleses precedentes al mezclar
""SuvDE~ ( 1990), p. 182. La descripción del intento de invasion queda acotada de la siguiente manera: «Drake
made an al/empt to capture the town there, but rough seas and the vigilance <?lThe enemy promised a resistance
too sti{ffor this stage ofthe voyage. Se1-eral pieces of artillery werefired al the ships as thev approached. The
first shot passed over the Bona\'enture, huf the second was a direct hit. lt swept heh-.. een the admira/ S legs,
1

passed Frobisher and Carleill who H'ere walking with him, and smashed into the H'ooden gallery throwing out
splinters which slightly hurt another o/fice~ George Barton. Other shots struck the Aid and the Leicestei: and
theffagship received a second hall, e/ose to the waterline. Drakejudged it injudicious to attempt a /anding. and
sailed insteadfor the Cape Verdes».
" KELSEY (2002), p. 309.
"CANALES ToRREs; REY V1nNTE (2010). p. 296.
'·' KoNSTAM (20 l l ). p. 38. La cita textual sobre Santa Cruz de La Palma. donde la fecha sigue el calendario juliano,
registra: «By 3 Novf!mber the ffef!t was (ring off las Palmas, where Drake planned to land and sei:=e whatever
provisions and plunder he could.find Unfortunatelrfor the English. the sea 1t·as too rough to attempt a landing.
und the Spanish gunners plied the approaching English ships with shot. One rounclshut narrow(v missed Drake
and his two leading o.fficers as they stovd on the quarterdeck l~fthe Eli=abeth Bonavenrure. Other hits were scored
against the Gallean Leicester ancl the A id Quite sensib(1• Drake decided to withclraw. lnsteud he took on waterfrom
the undefemled island <~{Gomera, ami then continuecl hi.\· voyage. heading south toward" the Cape V"erde is/andn),

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 207
22 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Sunta Cru:: de la Palma .H:J.{Ún ...

Santa Cruz de La Palma con Las Palmas de Gran Canaria64 • De igual


manera Konstam confunde El Hierro con La Gomera. Sobre esta cuestión
es necesario subrayar la circunstancia de que Rumeu de Armas cita un
desembarco frustrado en esta última isla. Para ello se basa el académico
en las actas del Cabildo de Tenerife. Sin embargo esta acción no se re-
coge en ninguna de las fuentes inglesas consultadas. Así, por ejemplo,
los diarios de a bordo del Tiger y del Leicesterh5 sólo mencionan el paso
de la flota cerca de ella; Sugden, por su parte, no nombra ninguna otra
isla aparte de La Palma, dado que resume bastante; por último, Kelsey
afirma, siguiendo las fuentes inglesas, que descartaron La Gomera <<por
su desolado paisaje».
Aún en 2008 seguían saliendo a la luz algunos trabajos académicos
de investigación que profundizaban en la contienda de 1585. Es el caso
de la tesis doctoral de Rafael Muñoz Abad sobre la política inglesa en las
Indias Occidentales entre 1500 y 1700, defendida en el Departamento de
Ciencias y Técnicas de la Navegación de la Universidad de La Laguna.
En esta disertación de grado se recoge un capítulo dedicado a Drake, en
cuyas páginas, a su vez, se registra un epígrafe titulado «El ataque a Las
Palmas de Gran Canaria y la isla de La Palma»; acerca de la ofensiva a la
capital palmera, el autor ofrece un resumen general, no exento de precisos
comentarios como la disposición de los arcabuceros que defendían la
cabeza de playa o la pérdida de «algún lanchón» 66 •
Un año más tarde, el blog de José Guillermo Rodríguez Escudero en
el diario digital El Apurón publicó un artículo en el que en principio,
por su cariz meramente divulgativo, no se esperaba la aparición de in-
formación que fuera previamente desconocida. Sin embargo, espigando
el texto encontramos la afirmación de que la artillería de San Miguel, al
impactar con el Bonaventure, alcanzó las dos piernas de Drake y demo-
lió la gavia del trinquete. El dato referente a las piernas del comandante
puede provenir de la lectura de la bitácora del Leicester, pero ésta asegura
que el navegante no sufrió daños, como lo corrobora su presencia en
una playa de El Hierro unos días más tarde, cuando pudo hablar con un
mercader compatriota. En cuanto al detalle de los daños en la gavia del
trinquete 67 , probablemente se trate de un error de lectura del documento
i..iLa confusión es frecuente, y. además de los casos expuestos, podemos citar la biografía de Drake redactada por
Bf'NSON ( 1927), p. 190, o Ja de BRAllf'ORD ( 1967). p. 160.
''' KEELER ( 198 J ).
"' MuÑoZ Aow (2008), pp. 190-238, especialmente pp. 217-223.
''' La gavia del trinquete no es más que una vela aparejada en Ja parte alta del mástil de proa, por Jo que, de haber
recibido daños, sería exagerado calificarlos de demolición.

208 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruo de Lu Pu/mu .,egún ... 23

de Jerónimo de Salazar, que dice literalmente: «la torre que allí está [la
de San Miguel] le tiró dos tiros que le alcanzaron, y el primero de ellos
llegando a ella en aquel punto el batel que avía ydo delante sondeando,
y bolbiéndole los bateles la proa a la mar dió la vela de gavia del trin-
quete, e luego los demás comenzaron a seguirla». Entendemos en este
pasaje que el Bonaventure recibió daños de los dos primeros disparos,
por lo que las barcas que lo rodeaban le ayudaron a darse la vuelta y el
galeón extendió una vela para alejarse de la costa. Nada se especifica
sobre la naturaleza de los daños.
En un plano paralelo a este nutrido conjunto de publicaciones de di-
versa índole, deben sumarse varias conferencias dictadas en Santa Cruz
de La Palma, provenientes de oficiales de alta graduación, interesados
todos ellos en la historia militar o hazañas bélicas de La Palma. A pesar
de que dichas ponencias no han sido publicadas en su forma original,
cabe matizar que las mismas han tocado el tema de Drake en el contexto
más amplio de los ataques navales a la isla. Así, pueden asentarse las
intervenciones del general Emilio Abad Ripoll (2008y2011 )68 y las más
recientes del coronel José Antonio Ortigueira Amor (201 Oy 2012), quien
acabó dando a la luz el fruto de su trabajo en un volumen xerografiado
y más tarde en un libro digital 69 • En cualquier caso, la relación de estas
conferencias, así como la de alguna otra, ha coadyuvado a resaltar el
capítulo del Dragón como uno de los más singulares de la defensa insular.
La referida monografia de Ortigueira (publicada en limitada edición
de 60 ejemplares multicopiados y luego en formato de cederrón) es una
aportación provechosa que incluye un novedoso enfoque. Desde un punto
de vista estratégico, el autor, con más de una quincena de años de destino
en el acuartelamiento del Ejército de Tierra en La Palma, vertió en las
páginas de su Guía histórica de la isla de San Miguel de La Palma: las
fortificaciones el análisis de un pausado estudio histórico y topográfico
así como las concienzudas reflexiones de un militar de carrera. Con este
objetivo, Ortigueira examinó otras incursiones del capitán anglosajón,
en especial sus durísimos ataques contra las poblaciones de Santiago
(Cabo Verde) y San Agustín (Florida), una urbe de similares contornos
que la capital palmera, llegando a unas originales conclusiones. En
primer lugar, Ortigueira apunta a que las dificultades meteorológicas
del 13 de noviembre de 1585 favorecieron a los canarios. En segundo
término, las condiciones orográficas del perímetro de Santa Cruz de La
"ABAD RIPOLL (2008 ).
'"ÜRTIGUEIRA AMOR (2010 y 2013).

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 209
24 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ...

Palma permitieron una defensa más holgada frente a posibles maniobras


envolventes, a cuya práctica era tan dada esta escuadra; por último, pone
de relieve la bien organizada defensa de las milicias locales.
Finalmente, una prueba de que este episodio histórico continúa des-
pertando el interés de la sociedad canaria es el grabado San Miguel y el
dragón inglés (2011 ), debido al artista José Alberto Cabrera Rodríguez y
en el que se hace una recreación gráfica del ataque. También el documen-
tal Las alas verdes del Dragón, una producción de Digital l 04, es otra
aportación a este hecho. La cinta, rodada entre finales de 2011 e inicios
de 2012, ha sido dirigida por Miguel G. Morales y escrita por Daniel
Martín Gómez y Leoncio González Martín. El proyecto se incluyó en el
marco del Septenio, un programa cultural desplegado por el Gobierno
de Canarias; se trata de un mediometraje de unos 30 minutos y su título
se inspira en un verso de La Dragontea de Lope de Vega.
Visto con este prisma historiográfico, debe recalcarse cómo el ata-
que del caballero de la reina a Santa Cruz de La Palma ha generado un
copioso material bibliográfico. Autores de todas las épocas y distintas
procedencias se han aproximado a este relevante (por la celebridad del
caudillo invasor) suceso del pasado palmero. No cabe duda entonces
de que es éste uno de los asuntos más recurridos en la pequeña historia.
Estas líneas vienen a sumar unas nuevas gotas en este profundo océano
de la investigación local, poniendo de relieve, en todo caso, la actuación
de Pedro de Liaño, citada por vez primera en el Nobiliario de Canarias
gracias a las pesquisas de Pérez García. Esta aportación pretende deter-
minar con distinta perspectiva el alcance y las circunstancias de aquel
señalado ataque.

2.2. Breve descripción del ataque de Francis Drake a Santa Cruz de


La Palma

Con las piezas de que disponemos hasta este momento podemos


reconstruir la sucesión de acontecimientos que vivió La Palma durante
el ataque de Drake; una reconstrucción en la que, por el momento, ob-
viaremos la información que pueda aportar la documentación redactada
a instancias de Pedro de Liaño. De este modo podremos añadir en su
momento las puntualizaciones que sean pertinentes.
Aunque habremos de centrarnos en el episodio concreto del ataque
contra Santa Cruz de La Palma efectuado el 13 de noviembre de 1585,
conviene que nos remontemos a unos meses antes para comprender el

210 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 25

ambiente de inseguridad que reinaba en las islas. En julio de 1585 se


tuvo noticia en La Palma de los pertrechos de la flota de Drake, pues a
través de Francisco de Valcárcel, alférez mayor de Tenerife y diputado
en ese momento en la corte, se supo de la previsible amenaza del ma-
rino devoniano. Aunque las noticias eran prematuras y muy imprecisas
(hasta la isla arribó el dato de que ya la armada había partido y que se
encontrada compuesta por nada menos que 80 navíos), no se tardaría
mucho en comprobar tales augurios 70 • El tema fue tratado en el pleno
del concejo municipal del 1Ode julio, incluyendo en el mismo orden del
día otra reseña -conocida esta última por vía de Gran Canaria- acerca
del peligro proveniente de piratas berberiscos emplazados en Salé y que
se hallaban equipando cuatro naos con el fin de atacar el archipiélago
canario. En esta coyuntura, el pleno local se dispuso a aprestar el sistema
defensivo, incoando a las milicias y fortalezas que hiciesen «apercibir
de los que tuvieren necesidad para estar con ellas listas y aparejadas
para cuando convenga».
Debemos recordar que la flota inglesa partió de Plymouth el 14 de
septiembre, con patrocinio de la reina Isabel y de otros personajes de la
corte, dirigiéndose a las Rías Bajas gallegas y amedrentando principal-
mente la isla de San Simón y las poblaciones de Bayona y Vigo. Estas
presiones estaban destinadas a obtener los suministros necesarios para
acometer los verdaderos objetivos de la expedición -los ricos puertos
españoles de las colonias americanas-, pero parece que buena parte
del botín obtenido hubo de ser devuelto tras una negociación con el
gobernador. Por ello, una vez abandonado el continente europeo y antes
de adentrarse en la ruta de América, la escuadra necesitó aprovechar la
oportunidad de atacar Santa Cruz de La Palma, una de las ciudades más
ricas de la travesía. En Galicia se había acumulado un retraso sobre los
planes de Drake, de manera que se hacía necesario organizar un asalto
rápido que no produjera contratiempos. De hecho, los asaltantes no
esperaban hallar demasiada resistencia en vista de la pobre defensa que
"'Datos tomados de: GUERRA DiAZ, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [Folletón publicado
en el periódico la asociación (Santa Cruz de La Palma, 1879-1884)]. la asociación: periódico democrático
(Santa Cruz de La Palma, 24 de marzo de 1884), pp. [3-4]. Recoge la sesión del 10 de julio de 1585 en la que se
discurrió que los buques de Drake habían ya «salido de Inglaterra con 80 galeones con designio de ir al cabo de
San Antón; porque allí vienen las flotas de tierra firme a reconocer aquel cabo para tomar La Habana y robar, y
allí se quería fortificar de una de estas islas de Canaria». Debido al pésimo estado de conservación de los libros
de acuerdos del Concejo de La Palma correspondientes a estas fechas, nos hemos visto condicionados a extraer
muchos de los datos concernientes con este asunto de las transcripciones efectuadas por el citado Guerra Díaz.
En concreto, las actas concejiles de estos años se encuentran distribuidas en dos volúmenes y con frecuencia en
un aparente desorden. De un lado un libro de acuerdos datado entre 1570-1587 (sign. 667) y, de otro. un segundo
tomo perteneciente a 1584-1587 (sign. 669). Consúltense ambos en el Archivo Municipal de Santa Cruz de La
Palma (AMSCP).

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, JSSN: 1134-430-X 211
26 Manuel Poggio Capole: El ataque de Francis Drake a Santa Cru;: de la Palma según ...

habían encontrado en la mayor parte de los puertos españoles hostigados


en el noroeste peninsular. Por tanto, es posible que los expedicionarios
se tomaran la ofensiva como una posibilidad de obtener una fácil victo-
ria, un importante botín (no sólo alimenticio) y un descanso de un viaje
tan incómodo, pues los buques se hallaban atestados de soldados. Por
todo ello, es muy probable que el posterior paso por Cabo Verde, donde
destruyeron y esquilmaron la isla de Santiago, estuviera motivado por
el fracaso en La Palma.
Antes de ello, el 30 de septiembre, el Cabildo de Tenerife recibió
una comunicación enviada desde Madeira en la que se informaba de la
inminente llegada de una poderosa flota de buques ingleses beligerantes 71 .
Pocas semanas después, en tomo al 20 de octubre, las autoridades de
Lanzarote son apercibidas de la presencia de siete naves de gran calado
agrupadas en la isla de Lobos, e inevitablemente relacionan el hecho
con las recientes noticias de Madeira, por lo que comunican la inquietud
a Gran Canaria y Tenerife. A esta isla llega la información el día 25, e
inmediatamente se hace difundir la noticia por el resto del archipiélago,
provocando, por ejemplo, que en La Palma se reuniera de urgencia el
cabildo para asumir las prevenciones adecuadas. El 4 de noviembre, en
la residencia del teniente de gobernador Jerónimo de Salazar, se acuerda
examinar la situación de los posibles fondeaderos, organizar tumos de
vigilancia y otras disposiciones adicionales. Aunque finalmente el re-
celo surgido en Lobos no se materializó como una amenaza cierta y la
identidad de los buques sospechosos no se llegó a dilucidar, lo cierto es
que las prevenciones tomadas resultaron útiles para los acontecimientos
de los días siguientes.
En realidad, como se comprobaría el 3 de noviembre, la armada de
Drake era mucho más numerosa que la flotilla de siete naves avistada en
Lobos, pues constaba de más de una veintena de bajeles. En esa fecha,
también desde Lanzarote, fue vista la escuadra enemiga, que tomó rumbo
hacia La Palma y llegó a ese destino el día 7. Allí, mientras los corsarios
exploraban el contorno de la isla, se puso en marcha el operativo orga-
nizado tan pocos días antes: se dio la alarma y acudieron en defensa de
la ciudad todas las compañías insulares de milicianos. Se ocuparon de
preparar la defensa el teniente de gobernador (el citado Salazar) y los
capitanes Luis Álvarez de Brito, Juan Femández Sodre y Nicolás Ortiz,
asistidos por el ingeniero militar Leonardo Torriani.
Tres bastiones defensivos, sumados a otras instalaciones militares y
'' RuMEU llE ARMAS ( 1991).t.11, 1" parte. pp. 7-28.

212 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El awque Je Francis Drake a Santa Cric de la Palma según ... 27

trincheras, guardaban en aquel tiempo la seguridad de la plaza capitali-


na: en el extremo norte, fuera del área poblada, se encontraba el castillo
de Santa Cruz del Barrio del Cabo, que prácticamente no tuvo ningún
papel en esta jornada porque la escuadra inglesa, en formación, desfiló
frente a este punto a una distancia prudente en su camino hacia el lugar
donde finalmente se produjo el ataque; el castillo principal de Santa
Catalina, que sí se levantaba en medio de la población, protegiendo su
flanco norte bajo las órdenes de Pedro Hernández Señorino, contaba con
unas diez piezas de artillería cuya efectividad veremos más adelante; y
el castillo de San Miguel del Puerto, enclavado en el sur urbano y con
una disposición estratégica que protegía los puntos débiles de la playa
de Bajamar y la rada portuaria, se encontraba a la sazón bajo el mando
del alcaide Bartolomé González Acosta. En cuanto a la dotación humana,
unos 600 arcabuceros y más de 1.150 piqueros se repartían entre las doce
compañías de la isla, de las que tres correspondían a la ciudad.
Todas estas dotaciones se pusieron en funcionamiento el 7 de no-
viembre en previsión de que los merodeadores se decidieran a acometer
la ofensiva, y aunque poco después los barcos dejaron de ser visibles,
el operativo se mantuvo aún cinco jornadas más, desmantelándose el
día 12 para que los milicianos pudieran volver a sus ineludibles labores
cotidianas, principalmente agrícolas.
Entretanto, pospuesto el asalto a La Palma, los ingleses navegaban
entre las islas en busca de mejores opciones, y a juzgar por el ya referido
episodio de los diecisiete británicos que aparecieron en Fuerteventura y
que dijeron pertenecer al Prima Rosa, es posible que sus navegaciones
abarcaran todo el ámbito del archipiélago. Lo cierto es que el día 11
recalaron frente a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con ánimo
aparentemente hostil, aunque, como también hemos referido, la escuadra
no emprendió finalmente el ataque contra las tropas organizadas por
Tomás de Cangas.
La nueva escala del periplo isleño de Francis Drake habría de ser de
nuevo la isla de La Palma, cuyas características y organización defensi-
va había tenido la oportunidad de estudiar desde sus naves apenas una
semana antes. Así, el día 12 de noviembre, mientras las milicias aban-
donaban sus posiciones tras varios días en guardia, la armada draqueana
fue avistada al norte de esta isla, a la altura de San Andrés y Sauces,
por pescadores de Tenerife. La escuadra se dirigía ya con dirección sur,
preparándose para iniciar la contienda a la mañana siguiente.
En efecto, el 13 de noviembre apareció el grueso de la flota, dieci-
TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 213
28 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ...

nueve barcos, acercándose a la bahía de Santa Cruz de La Palma desde


Puntallana, mientras que los barcos restantes se dirigían a Tazacorte
para tratar de dividir las fuerzas defensivas entre ambos extremos de
la isla, una treta que no parece que diera resultado a pesar de la alarma
que debió de causar en el litoral occidental. En cuanto a las naves que
se acercaban a la capital, destacaba entre ellas la nao capitana, el galeón
Bonaventure, que iba abriendo paso al resto de la flota, en fila única, en
su aproximación a la playa de Bajamar, límite meridional de la población.
Precedía al Bonaventure una pequeña embarcación que sondeaba los
fondos en su aproximación a la costa para evitar que encallara, y otros
muchos botes y lanchas rápidas rodeaban todos los barcos cargados con
las tropas de asalto, listas para el combate.
Toda esta operación se desarrollaba en silencio, sin tambores de guerra
y sin izar banderas, ya fueran inglesas o corsarias, y la primera señal
sonora de la batalla fue la que dio el último barco de la escuadra cuando
se hallaba en su posición óptima frente a la ciudad, avisando con sus
cañones al resto de la flota. A este estruendo contestó la nave capitana
del mismo modo, señal que todos entendieron como el aviso para iniciar
una aproximación conjunta de los diecinueve buques.
La ensayada defensa se puso en marcha de nuevo, aunque la batalla
tendría que empezar sin dar tiempo a las compañías de milicias de fuera
de la ciudad a que regresaran a los puestos que abandonaron la jornada
anterior. Aun así, fue el operativo de defensa el que primero inició los
disparos contra el enemigo, pues el alcaide de Santa Catalina, Pedro
Hemández Señorino, ordenó disparar las baterías del castillo principal
cuando aún no estaban a tiro los atacantes. Tal vez, consciente de la dificil
situación, quiso dar la imagen de que la plaza se hallaba bien pertrechada
y no escatimaría en municiones, pero los ingleses no se amedrentaron y
continuaron el acercamiento hacia la playa y el puerto, donde Bartolomé
González Acosta habría de tomar la iniciativa y comenzaría a disparar
los cuatro cañones del baluarte de San Miguel. La fortuna quiso que los
primeros disparos alcanzaran al barco de Drake y estuvieran a punto de
alcanzar incluso al propio capitán y a sus primeros oficiales 72 , lo cual
hizo que inmediatamente se acercaran otros barcos para auxiliar al Bo-
naventure y que los botes de los soldados hicieran lo mismo y ayudaran
al galeón a virar, poniéndole la proa al mar para facilitar su retirada.
El desorden causado con esta acción permitió a su vez al castillo del
puerto seguir infligiendo nuevos daños a las naves, en tanto que el de
" KoNSTAM (2011 ), p. 38.

214 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 29

Santa Catalina no podía contribuir demasiado por desarrollarse el grueso


de la contienda en el otro extremo de la población. Debido a esta circuns-
tancia, Hernández Señorino se trasladó entonces del castillo principal
al de San Miguel, donde, lejos de limitarse a ejercer el mando, se afanó
en participar activamente en los trabajos de la batalla, ayudando incluso
al artillero con los dos cañones que quedaban, según recogen algunos
documentos oficiales 73 .
El diario de a bordo del Tiger, redactado por Cristopher Carleill y
Edward Powell, reseña que el primer disparo proveniente de la ciudad
dio en este barco, y que el segundo impactó en la galería del Bonaventure
sin herir a nadie, aunque allí se encontraban Drake y algunos oficiales.
Esta fuente añade que la tercera bala también atravesó el buque insignia
pero quedó clavada, y que otro cañonazo impactó en el galeón Leices-
ter, siempre sin causar heridos 74 . Por su parte, el diario de a bordo del
Leicester asegura que los dos primeros disparos alcanzaron el Bonaven-
ture, cayendo el segundo de ellos entre las piernas de Drake mientras
lo acompañaban Martín Frobisher (vicealmirante de la flota y capitán
del Primrose), Christopher Carleill (teniente general de las fuerzas de
desembarco, asignado al Tiger) y el capitán de infantería George Barton,
que fue el único que recibió daños, aunque leves, por las astillas que
saltaron del impacto. Otro disparo alcanzó el casco del barco almirante
cerca de la línea de flotación, pero quedó clavado sin atravesarlo. En
total, según asegura este libro de bitácora, la flota recibió 18 impactos
de importancia, siendo los barcos más perjudicados el Bonaventure y el
Leicester, seguidos del Aid.
Con una situación francamente desfavorable, Drake tuvo entonces que
dar por perdida esta primera acometida, de manera que resolvió alejarse
del alcance de la artillería y tratar de tomar tierra en la cercana playa de
Bajamar, ordenando a su infantería que lo hiciera bajo la meseta de La
Caldereta. Al no serle posible tampoco esta alternativa, la flota terminó
alejándose de la ciudad alrededor de las tres de la tarde, siete horas des-
pués de haber aparecido frente a su costa.
En cualquier caso, concluida con éxito la defensa de la ciudad, los
ingleses atribuirían más tarde su fracaso a dos causas principales: la
primera fue la ausencia de un punto débil en la rada capitalina, angosta y
bien pertrechada; y la segunda -a la que los cronistas británicos dieron
'-'LORENZO RODRÍGUEZ ( 1975-2011 ). v. 1. p. 107. Referencia tomada del acta del concejo correspondiente al 19 de
noviembre de 1587, más de dos años después del ataque.
" KLELER ( 1981 ), pp. 93-94.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X
215
30 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de la Palma según ..

incluso mayor importancia- fue el estado de la mar, «Única o principal


trastada» en palabras del capitán de infantería Walter Bigges 75 .
Es cierto que el mar se encontraba inestable en aquella jomada----como
volvería a estarlo en otras ocasiones a lo largo del mismo mes 76- , con un
fuerte oleaje que aportaba ventaja a los defensores. El propio ingeniero
Torriani, presente en el combate, atestigua esta circunstancia, pero al
mismo tiempo no tiene duda de que el factor determinante para que la
batalla terminara felizmente fue el sólido sistema preventivo desarro-
llado por las autoridades locales, que conocieron con tiempo suficiente
la posibilidad de ser víctimas de un asalto pirático.
El fragor de esta última batalla tuvo que haber sido tremendamente
ensordecedor, llegando algunas fuentes a afirmar que los cañonazos se
oyeron desde la isla de Tenerife. Aunque esta posibilidad parece dema-
siado exagerada, podemos imaginar, no obstante, el pánico que provo-
có el estruendo y la humareda de los cañones de ambos bandos entre
la población de La Palma. Por ello, en los días y semanas posteriores
comenzarían a tomarse las primeras medidas de refuerzo preventivo,
como el endurecimiento de los tumos de vigilancia77 • También se dio
importancia a la necesidad de dar aviso al rey del trance que se había
superado, comunicando al monarca la posibilidad de que Drake tratara
de pasar de nuevo al Pacífico, como ya había hecho en 1578, para atacar
los intereses españoles. Igualmente, se acordó solicitar al monarca un
mejor suministro de pertrechos de defensa.
Por lo que respecta a Francis Drake, su flota, una vez fracasado el
intento de invadir La Palma, se hallaba en la necesidad de hacer aguada.
Con este objetivo trató infructuosamente de acercarse primero a la isla
de La Gomera y más tarde a la de El Hierro, logrando desembarcar en
esta última pero sin acometer acciones ofensivas.
"B";<;rs ( 1652), p. 1O.
76
«27 Novb. 1585. Un crecimiento de mar derriba algunas casas junto a las Tenerías y hace muchas víctimas».
SANCllEZ RonKiw;u ( 1944 ), 27 Novb. 1585 (AGP, JPG, sign. 401 ).
"AMCSP: legajo 669, f. 101. «Miércoles. onse de diciembre 1585. En las casas del consistorio, Geronimo de
Salazar. teniente. Luis Álvarcz de Brito. Juan Alarcón, Juan Femándcz Sodrc, Domingo García Corva\án, Gaspar
de Olivares Maldonado. regidores. ante Francisco de Valcárcel. escribano mayor del concejo. En este cabildo
e ayuntamiento fueron leídas y se leyeron por el escribano tres cartas mesivas de Lopc de Vallejo, que fue por
mandado <leste concejo a la corte de S.M. para esta isla. dadas en Madrid, en que avisa de los negosios desta
ciudad que llevó a su cargo. una el 30 de septiembre, otra del 17 de octubre y la otra de 24 del mismo mes de
octubre, con las provisiones siguientes: Una sobre el rrepartir por los vezinos el salario que se a de dar a ocho
soldados que velen en las fortalesas dcsta ciudad. fecha en Madrid a 25 de septiembre. Otra provisión para que
[ ... ](f. 101 v) En este cabildo se acordó que se apregone públicamente que todas las personas que quisieren oponer
a servir las plasas de soldados de la fortalesa para hascr vela y sentinelas en ellas. parescan ante su merced del
dicho teniente para que admita su oposision, por quanto ai ocho [plazas] soldados para la vela en las fortalesas
para prover con su (merced) la provision real de S.M., para lo cual manda se les dé salario en cada vn año y se
les a de dar, y con esto se fcncsció este cabildo. (Firmado): Gerónimo de Salazar, teniente. Luis Álvarez de Brito.
Gaspar de Olivares Maldonado».

216 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. lSSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz Je La Palma según ... 31

También era menester reparar algunos destrozos en barcos y botes,


aunque lo habitual en naves de gran porte era que en las propias embarca-
ciones existieran los recursos necesarios para afrontar esta labor en plena
travesía. En realidad no conocemos la gravedad de los daños causados
en los navíos de Drake, pero parece que entre los alcanzados por las
balas se encontraban los galeones Bonaventure y Leicester, además del
Aid según algunas fuentes. En cuanto se refiere al buque insignia de la
flota, el Bonaventure, hemos referido cómo, según parece, una bala de
cañón impactó en su castillo mientras Drake estaba reunido allí con sus
dos primeros oficiales, que habrían de ser su segundo, el vicealmirante
Martín Frobisher, y el teniente general Christopher Carleill, al mando de
las fuerzas de desembarco, además de otros militares destacados. Aunque
sabemos que entre estos oficiales sólo un capitán recibió algún daño fisico
de poca consideración, no sabemos a ciencia cierta qué otros perjuicios
personales pudo causar el combate. Aun así, algunos investigadores
calculan el número de bajas del ejército inglés en unos 30 hombres o
más 78 , algunos de los cuales es posible que estuvieran también con Drake
en el alcázar del galeón.
Solventados estos problemas derivados de la batalla de La Palma,
es posible que Drake barajara la posibilidad de volver a atacar la isla
algunos días más tarde, después de haber tomado algunas conclusiones
útiles para hacerlo de una manera más efectiva y en unas condiciones
meteorológicas menos adversas. Sin embargo, como ya hemos referido
repetidamente, resolvió finalmente dirigirse a Cabo Verde, desde donde,
tras saquear algunos barcos y asaltar la isla de Santiago, tomó rumbo a
América para seguir hostigando las plazas españolas en nombre de la
reina Isabel, quien puntualmente fue recibiendo las noticias de los éxitos
de su protegido en las preciadas plazas de Santo Domingo, Cartagena
de Indias y San Agustín (Florida), además de otros puertos de menor
entidad. Los continuos fracasos obtenidos en las islas Canarias habrían
de ser, por tanto, las últimas derrotas bélicas de sir Francis Drake antes
de emprender un largo período de victorias a costa del imperio hispano.
Un retazo posterior de cómo fue considerado el choque podría ob-
servarse en las dos octavas que dedica Juan de Castellanos ( 1522-1607)
a la hazaña palmera. En su poema Discurso de el capitán Francisco
Draque (1586), el también canónigo de la catedral de Tunja (Colombia)
evidencia el regodeo y la complacencia de la victoria: «luego La Palma
"ABAD R1roLL (2008); HERRERA y ToRDESILLAS ( 1612). p. 12.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. !SSN: 1134-430-X 217
32 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Druke a Santa Cruz de La Palma según ...

saquear entiende, /mas con valor insigne se defiende» 79 • Es probable


que Castellanos -mucho mejor historiador que poeta- manejara infor-
maciones de primera mano sobre el ataque a la isla, puesto que recoge
con precisión varias circunstancias de la gesta. Así, en la segunda de las
estrofas que dedica a Santa Cruz de La Palma inserta una breve noticia
de las embarcaciones dañadas o hundidas de la flota invasora:

«Andu[vo la re}friega de buen arte,


en ambas partes salitrosos truenos,
no dándole lugar al estandarte
contrario para ver aquellos senos.
En efecto, Francisco Draque parte
deste puerto con dos navíos menos
y algunas lanchas de las suyas rotas
con los ardientes globos y pelotas».

Como se palpa en estos versos, Castellanos tributa generosas honras


al coraje de los defensores palmenses enfrentados a esta sangrienta ex-
pedición inglesa del almirante devoniano, la cual, tras el rechazo en esta
isla canaria, no encontró más que éxitos en sus acometidas a partir de
ese momento. Sin duda, el relato de todas estas subsiguientes victorias
del acérrimo enemigo de la corona española fue la causa que desembocó
en que el Discurso de Juan de Castellanos fuera censurado en su época
y no viera la luz hasta 1921.
Finalmente, podemos concluir que el intento de asalto a Santa Cruz
de La Palma pudo ser aprovechado por los ingleses como un fructífero
ensayo para atacar los puertos caribeños, pues Drake aprendió en esta
jornada algunas lecciones que habría de poner en práctica con frecuencia
a partir de este momento. Un ejemplo claro es el hecho de que el Bona-
venture siempre se mantuviera, a partir de ese día, al margen del alcance
de los cañones de las fortalezas enemigas, dedicándose a acciones de
distracción mientras el ataque principal se llevaba a cabo por otro lugar.
Además, el fracaso le habría de servir para cambiar la forma en que
acometía los asaltos, pues después de su paso por La Palma, el intrépido
militar anglosajón comenzó a desembarcar las tropas de infantería en
puntos distantes a los núcleos urbanos.

"CAsTLLLANOS ( 1923). pp. 58-59. El manuscrito original fue editado por Ángel González Palencia.

218 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según .. 33

2.3. LA «INFORMACIÓN» DE PEDRO DE LIAÑO (1587):


ORIGINAL Y COPIAS

Una vez superado con éxito el trance de defender la ciudad y la isla de


una invasión corsaria potencialmente desastrosa, en La Palma surgió la
necesidad de dejar constancia documental del ataque. Pronto, el concejo
insular consignó testimonio en los correspondientes libros de actas. De
igual modo, el teniente de gobernador Jerónimo de Salazar redactó el
pertinente informe oficial que fue enviado a la corte. Por último, Torriani
-aunque sólo a título personal- ofreció su versión en su manuscrito
Descrittione et historia del regno del 'isole Canarie. En líneas generales,
todos estos textos vienen a corroborar con diferentes matices (en especial
Torriani, como se verá) los hechos narrados.
Al unísono, y frente a las versiones más o menos oficiales, surgieron
algunos individuos que pretendieron reflejar los hechos desde una im-
pronta puramente privada. Uno de estos personajes fue Gaspar de Barrios,
quien, en abril de 1586, acudió ante el escribano público de Santa Cruz
de La Palma Diego de Luján e intentó formalizar una relación de su
actuación, a la que el cabildo tachó de «falsa y siniestra». De inmediato
la corporación determinó que «por que conviene que Su Majestad Real
sea ynformado de la verdad y lo que en ésta pasó demás de ser perjuicio
de su república se acordó y ordenó que el señor Roberto Fernández,
regidor y procurador mayor ques deste Concejo salga a estas causas y
contradiga las dichas informaciones y pidajusticia» 8º. Lamentablemente
esta información de Gaspar de Barrios no nos ha llegado debido a que
la mayor parte de la escribanía del expresado fedatario público se ha
perdido. De cualquier manera, es de subrayar el afilado celo por parte de
los gobernantes locales ante otras posibles versiones de los acontecimien-
tos81. Sin embrago, otra relación de los hechos fue encargada en Madrid
"' AMscr: Libro de acuerdos (1584-1587). sesión de 10 de abril de 1586, s.f., sign. 669. «En este cabildo los
dichos señores, justicia y regidores acordaron de común acuerdo que por quanto son_\ ·n.fOrmados que muchas
personas y asy desta isla como son Gaspar de Barrios y otros anfecho y vanjúsiendo informaciones[ ... ] [¿de
aver?] sido oficiales de la guerra en esta isla en el rrehate que en esta isla ovo de/u armada del corsario, pirata
Francisco Draque sobre ella estuvo para querer las[ ... ], que estas dichas informaciones sean pedido y se van
hasiendo con jülsa y siniestra relación y queriendo atrihuirse algunas particularidades. E sí alguna lo a de
lo que no fisieron ni les file merced haser ni se les dio comisión para ello e por lo haser para ynjOrmar a Su
Majestad y por que conviene que Su Majestad Real sea ynfonnado de la verdad y lo que en ésta pasó demás de
ser perjuicio de su república se acordó y ordenó que el señor Roberto Fernández. regidor y procurador mayor
ques deste Concejo salga a estas causas y contradiga las dichas infOrmaciones _v pida justicia ante su merced.
el dicho señor teniente, conpareser a el letrado desta ciudad y que se contradiga y tome la infOrmación [que}
Gaspar de Barrios afi!cho o quiera haser ante Diego de luxán, escribano público, y sohre todo [justicia} de lo
que más convenga [a la} rasón desto».
"' LORENZO RODRÍGUEZ (1975-2011 ). v. 1, p. 107.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 219
34 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru::: de La Palma según ...

dos años después de la batalla. Se trata del «pedimento» efectuado por


Pedro de Liaño. Según el propio Liaño, tras una actuación crucial para
el éxito de la defensa, y después de esperar infructuosamente dos años
a que se reconociera su aportación, tuvo que promover él mismo este
reconocimiento de manera privada, solo ante un simple escribano público.
Pedro de Liaño acabó, pues, solicitando un pedimento de información
acerca de su comportamiento personal en la expresada jornada del 13
de noviembre, documento que se constituye en la fuente esencial utili-
zada en este nuevo análisis del ataque naval de 1585. En este contexto,
una «información» es un documento notarial estructurado en forma de
acta y que recoge una serie de datos en aclaración de un suceso y, por
consiguiente, un interés por unos posibles derechos. La información que
nos ocupa fue protocolizada en Madrid, el 19 de diciembre 1587, ante el
escribano de número de la villa y corte Francisco Suárez; consta de siete
folios y en ella se colacionan las declaraciones de cuatro testigos: Luis
Sarmiento y Osario, Gabriel Gómez de Palacios, Diego de Espinosa y
Gabriel de Palacios, todos ellos presentes y, por tanto, conocedores de
primera mano del intento de invasión de 15 85. El enunciado instrumento
se conserva en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid y aparece
rubricado por la presencia del doctor Liébana, teniente de corregidor en
la expresa villa. Es seguro que el registro de tan significativa autoridad
se deba al interés personal de Liaño en el propósito de certificar aún en
mayor grado su petición; nada mejor entonces que tan alto y oficioso
fedatario.
En cuanto a los testigos a los que se tomó declaración, cabría mencio-
nar la relevancia pública de la mayoría de ellos. Como ya se apuntó, su
nómina fue la siguiente: el licenciado Luis Sarmiento y Osario, abogado;
el antiguo teniente de gobernador de la isla e historiador Gabriel Gómez
de Palacios; el vecino de La Palma Diego de Espinosa; y el joven Gabriel
de Palacios, seguramente hijo del segundo y, por entonces, establecido
en la villa de Ocaña (Toledo). Es indudable que esta escritura de pedi-
mento o certificación de información fue ideada por el propio Liaño
como virtud que añadir a su currículum. La duda surge en la veracidad
de los hechos narrados, pues en ocasiones este tipo de informaciones
recogía ocasionales exageraciones, o incluso falsificaciones, en pos de
dar brillo a las hojas de servicios o relaciones de méritos. Y la duda es
mayor aún en un documento estrictamente privado como podía ser la
aludida carta notarial.
Estas lógicas reservas pueden ser atemperadas en razón a tres textos.

220 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Fruncis Drake a Santa Cruz de Lu Pu/mu según .. 35

El primero de ellos es el pertinente informe del entonces teniente de go-


bernador de La Palma, Jerónimo de Salazar, que fue enviado a la corte;
se trata de una pieza muy escueta, fechada el 8 de abril de 1586, en la que
apenas se registra algún nombre de los partícipes en la gesta (apéndice
documental, n. 1) 82 • Este documento, editado por Rumeu en 1947, es un
memorial de naturaleza estrictamente administrativa en el que -aparte
del propio teniente de gobernador- no se enfatiza el rol de ninguno
de los soldados participantes. El segundo de los referidos textos es una
súplica posterior al monarca, expedida por el Concejo de La Palma el
27 de agosto de 1587, y en la que se solicita a Felipe II una recompen-
sa para Pedro de Liaño en base a su notable actuación en el ataque de
Francis Drake. Esta súplica aparece firmada por los munícipes Baltasar
Pérez, Nicolás Ortiz, Juan Fernández, Antonio de la Peña y Jerónimo de
Salazar, y es certificada por Bartolomé More], escribano del cabildo. Por
tanto, si los mencionados gobernantes, incluyendo a Salazar, máximo
dirigente político y militar de la isla y responsable del informe oficial
que se envío a la corte un año antes, firmaron el contenido de esta otra
pieza, no cabe más que valorar los sucesos descritos en el pedimento de
Liaño. No obstante, esta última escritura mencionada sólo la conocemos
a través de un traslado del siglo XVIII, protocolizado ante el escribano
Santiago Albertos Álvarez en 1758 (apéndice documental, n. 2) 83 y, a
falta del documento original, podría aducirse una posible falsedad. Por
último, la tercera de las piezas mencionadas es el libro de Leonardo To-
rriani Descrittione et historia del regno del 'isole Canarie. En el análisis
conjunto de estos textos se intentará entrever algunas conductas y formas
de proceder en aras de aclarar los hechos.
Hasta aquí la documentación germinal que nos ha servido para esta
reconstrucción del episodio palmesano de Drake. De una parte, el pe-
dimento de información de Pedro de Liaño en el Archivo Histórico de
Protocolos Notariales de Madrid (apéndice documental n. 3) 84• De otra,
los tres textos «probatorios» -como se estudiará- de la antedicha
escritura: el informe oficial o relación de Jerónimo de Salazar, conser-
"' Archivo General de Simancas ( AGS ): Guerra y Marina. Rumeu consigna la signatura Mar y Tierra. leg. 130,
doc. 216; sin embargo, en esta ubi cación no ha sido posible la localización de la pieza . La mi sma hace referencia
a una carta que Antonio de Eraso escribió a Antonio de Guevara y que se enc uentra fec hada en Lisboa el 17 de
septiembre de 1582. De cualquier manera se ha contado con la transcripción publicada por Rumeu de Armas.
'" Archi vo General de La Palma (A GP), Protocolos notariales ( PN ): escribanía de José Albertos Álvarez. caja 10,
tf. 36 1v-369r; copia notarial solic itada por Juan Lorenzo Vélez del Hoyo, capitán de infantería, alguacil mayor
y regido r perpetuo de La Palma.
114
Archivo Histórico de Protocolos de M adrid ( AHrM}: escribanía de Francisco Suárez, Pedimienlo de inform ación
reali=ado por el licenciado Pedro de Liaño sohre el ataque del corsario Francisco D rake a la isla de la Palma
(Madrid, 19 de diciembre de 1587), t. 1.1 75. tf. 121 Or- 1216v.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (20 14), pp. 187-285, ISSN: 11 34-430-X
221
36 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

vado en Simancas; el traslado del siglo XVIII sobre una solicitud del
ayuntamiento palmero al rey acerca del significativo comportamiento
del juez Liaño en la crítica jornada del 13 de noviembre; y, finalmente,
el manuscrito de Torriani 85 • Esta penúltima solicitud, formalizada ante
Albertos Álvarez en 1758, se encuentra inserta en un expediente más
amplio; trata todo él de un probatorio iniciado por un descendiente de
Liaño, Juan Lorenzo Vélez del Hoyo ( 1710-1758), presentado en el deseo
de prestigiar el linaje y los méritos familiares. En dicho expediente se
colacionan varias exposiciones adyacentes a la vida del dinámico juez,
siendo una de ellas el mencionado pedimento -citado varias veces en el
punto 2.2- acerca de su papel en el enfrentamiento con Drake, núcleo
de este artículo. Queda reseñar la ubicación en este aludido expediente
de otros documentos, como la información de limpieza de sangre ( 1568)
y el reconocimiento de Liaño como hidalgo de Canarias ( 1594), que han
servido para apuntalar la biografía de nuestro personaje. El conjunto de
todos ellos se localiza, debidamente ordenado, en el mentado expediente,
cosido en el correspondiente legajo de la sección de protocolos notariales
del Archivo General de La Palma (Santa Cruz de La Palma) 86 •
Asimismo, cabría añadir el uso de otras fuentes coetáneas. Unas y otras
han sido empleadas tanto para precisar los hechos como para trazar una
síntesis biográfica de Pedro de Liaño, protagonista central de los aconte-
cimientos. Con este fin se ha indagado en los fondos del antiguo Concejo
de La Palma (hoy Archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma), el
correspondiente a Tenerife (Archivo Municipal de San Cristóbal de La
Laguna), el Archivo General de Indias (Sevilla), el Archivo Histórico
Provincial de Valladolid y varios libros sacramentales pertenecientes a
diferentes feligresías de la época, en especial los correspondientes a la
parroquia matriz de El Salvador, en la capital palmera.

"En esta misma línea, valga como ejemplo la edición y comentario de otras descripciones relativas a las andanzas
del caballero Francis Drake. Una de ellas fue la publicada por Bertram T. Lee en 1928, en la que apostilló una
relación redactada por un religioso jesuita sobre el ataque del almirante británico a Puerto Rico en 1595. Véase:
LEI' (1928).
"' El que fuera cronista oficial de la ciudad de Santa Cruz de La Palma, Jaime Pérez García, sacó una transcrip-
ción de este traslado, localizada en su propio fondo documental, integrado en el Archivo General de La Palma.
Consúltcsc en: MJP, JP<i, Familia García de Aguiar.

222 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cm; de La Palma según ... 37

3. BIOGRAFÍA DE PEDRO DE LIAÑO (1552-1605)

3.1. ORIGEN, FORMACIÓN Y FAMILIA

Según ha aportado Jaime Pérez García, su primer y mejor biógrafo,


Pedro de Liaño nació en 1552, hijo de Diego González Cuteriño, veci-
no de la localidad de Liaño 87 , en el marquesado de Santillana del Mar,
y de María de la Carrera Díaz de Aguilera, ambos de estirpes hidalgas
de la comisa cantábrica88 • Trasladado a Salamanca, en tomo a 1572 se
licenció en Leyes por la universidad del Tormes, en cuya institución
llegó a ocupar el cargo de familiar en el Colegio de San Bartolomé. En
la época de residencia salmantina, Liaño realizó información de limpieza
de sangre ante la autoridad competente del Valle de Villaescusa ( 1O de
enero de 1568). Una vez graduado fue designado alcalde mayor de la
villa de Llanes, partido constituido por una población de unos 12.000
vecinos, y teniente general del principado de Asturias, donde en 1575
se le practicó una evaluación o juicio de residencia del que salió con
brillantes valoraciones. De aquí, con 24 años, debió de ser destinado a
Canarias. Las primeras noticias en las islas se documentan entre 157 6 y
1579 como juez de Indias en La Palma 89 • Cabe recordar que la relevancia
del puerto de Santa Cruz de La Palma había propiciado que en 1564 se
creara en esta ciudad el Juzgado Oficial de la Casa de la Contratación
de Indias, primero del archipiélago (en 1566 se crearían dos más, uno en
Tenerife y otro en Gran Canaria). El cometido de esta nueva institución
se enfatizaba en la fiscalización de los barcos de la ruta al Nuevo Mundo
con el propósito de controlar el contrabando, así como en la concesión
de las preceptivas licencias a los comerciantes canarios para el tráfico
de mercancías con Ultramar.
Hacia 1579, en Santa Cruz de La Palma, el joven Liaño, que prefirió
como apellido el toponímico de su pequeño lugar de procedencia, con-
trajo matrimonio con la dama Águeda de Monteverde, hija del caballero
flamenco, natural de Amberes, Diego de Monteverde, regidor del Cabildo
de La Palma, y de Águeda de Socarrás de Cervellón. La contrayente,
asimismo, era nieta por vía paterna del hacendado y empresario germano-
flamenco Jácome de Monteverde, establecido en la isla en 1513 y la
" Liano es una localidad del municipio de Villaescusa (Cantabria). Está situado a 3 kilómetros de La Concha,
cabecera del término municipal, y en el año 2008 disponía de una población de 1.482 habitantes.
"NOBILIARIO (1952-1967), V. IV, pp. 916-919; PfREZ GARCÍA ()985-1998), V. 11, pp. 132-133: PÉREZ GARCÍA
(2009), p. 233.
"'Según Cioranescu gobernador de ausencias en Gran Canaria. Véase: CloRANEsrn ( 1992), v. 11, p. 207.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 223
38 Manuel Poggio Capote: El ataque Je Francis Drake a Santa Cru:; JI.! la Palma según ...

persona más acaudalada de su tiempo en La Palma, mientras que por vía


materna lo era de Gabriel de Socarrás Centellas, conquistador y uno de
los colonizadores de la isla. El matrimonio fue, por tanto, una ventajosa
oportunidad para el prometedor Liaño (más joven que su esposa), quien
al poco de avecindarse en la isla se emparentó de este modo con dos de
las estirpes más pudientes e influyentes de La Palma y con claros rejos
nobiliarios en el nuevo territorio 90 • Su mujer, Águeda de Monteverde,
había recibido en 1571 la herencia de un relevante patrimonio compuesto
de bienes tasados en más de 13.000 doblas de oro y unas rentas valoradas
en cerca de 8.000 doblas 91 •
Los Liaño-Monteverde pasaron a vivir en una casa familiar situada
en la arteria principal de Santa Cruz de La Palma (en la actualidad, ca-
lle O'Daly, n. 25-27), seguramente una antigua propiedad de su abuelo
Jácome de Monteverde. La vivienda era un edificio de dos plantas con
horno de pan, pozo y corral 92 • En el pago de Velhoco, en la campiña de
la capital palmera, además, disfrutaban de una hacienda compuesta de
casa, tierras, viña, tanque y pomar. En la casa familiar de la calle Real
procrearían, como mínimo, seis hijos; cuatro mujeres: María (nacida
en 1579), Clara (1581) -muerta en la infancia-, Margarita (1583),
una segunda Clara ( 1586); y al menos dos varones, quizás tres: Diego
de Liaño, citado por su hermana Margarita en su carta de testamento
otorgada ante Simón de Echaide el 14 de agosto de 1613; Pedro, al igual
que su padre, regidor de La Palma desde 1605; y un Tomás de Liaño,
licenciado, documentado en 1609 pero del que no se ha conseguido
establecer con precisión su filiación familiar 93 . De ninguno de los tres
conocemos los pormenores de sus natalicios. De las mujeres, en cambio,
cabe dejar constancia de sus partidas de bautismo, dado que la elección
de los respectivos padrinos acentúa la enunciada posición de privilegio
y las consiguientes relaciones sociales. La mayor, María de Liaño, fue
bautizada en la parroquia de El Salvador el 17 de junio de 1580, siendo
sus tutores de pila el beneficiado Melchor Vizcaíno e Isabel Rexe, hija
del regidor Simón García 94 ; la primera Clara, que debió de morir en la
infancia, nació en Santa Cruz de La Palma y fue bautizada en la parroquial
de El Salvador el 20 de agosto de 1581, siendo sus padrinos el licencia-
"' Nou1L1ARIO ( 1952-1967). v. 111. pp. 494-497.
'" VIÑA BRITO (2002), pp. 349-351.
"' Pt•REZ GARCIA ( 1993 ). pp. 649-651.
1
' \ Un Tomás de Liaño y su esposa María de Frías actuaron como testigos en la boda <le Francisco Hernández y

María Manín. naturales de Fiados en la diócesis de Salamanca y casados en la parroquia de El Salvador el 1 de


enero <le 1609. Archivo Parroquial de El Salvador de Santa Cruz de La Palma (APES) (f. 73v).
14
' APES: Lihro J Je hautismos, v. 1, f. l 85r.

224 TEBETO. ANEXO 7. Pueno del Rosario (2014). pp. 187-285, !SSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 39

do Juan Lorenzo, inquisidor y visitador general, y Beatriz de Horozco,


hija del licenciado Santa Cruz95 ; Margarita, que vino al mundo en 1583,
fue bautizada en la parroquia matriz de El Salvador el 21 de enero del
expresado año, y sus responsables fueron Melchor de Monteverde y su
mujer96 ; y la segunda Clara, bautizada en la matriz de El Salvador el 28
de marzo de 15 86, contó como padrinos con el regidor Nicolás Ortés y
Ana de Monteverde, hija de Juan de Monteverde 97 • Todo ello pone de
relieve tanto las aspiraciones sociales como el renombre alcanzado por
el funcionario real.
El licenciado Pedro de Liaño y Cuteriño dejó constancia de su es-
pecial devoción religiosa, que canalizó, por ejemplo, a través del culto
a la virgen del Rosario, a cuya protección se habría de acoger en los
angustiosos momentos que tendría que vivir en 1585 98 • Esta convicción
íntima, unida a la elevada posición social que adquirió en La Palma,
lo llevó a actuar como padrino en una docena de bautizos entre 1577 y
1589: el 25 de enero de 1577, de un niño llamado Juan, hijo del regidor
Gaspar de Olivares y Esperanza Temudo; el 4 de noviembre de 1577,
de otro infante llamado García, hijo del también regidor Nicolás Ortés
y Catalina Temudo; el 19 de diciembre de 1577 de un tercer niño, Lope,
vástago del escribano Lope de Vallejo y Catalina de Espinosa; el 13 de
mayo de 1579 de una niña llamada María, hija del licenciado Sarmiento
y Ana Tirada; y así hasta finales de la década de los ochenta.
Apartado del Juzgado de Indias, entre 1580 y 1589 es probable que
Liaño centrara su atención en la administración del patrimonio familiar.
En 1583, por ejemplo, lo encontramos pleiteando con los herederos del
adelantado Alonso Femández de Lugo por los derechos de unas tierras
y aguas en Los Sauces99 • A la par de estas incidencias, la vida social de
Liaño se surte de compromisos; entre ellos es preciso subrayar su firma en
febrero de 1585 como testigo, junto al regidor Benito Cortés de Estupiñán
y Juan de Valle, en la boda de Gabriel Gómez de Palacios y Catalina de
Vandewalle 100 , sin duda una de las más señaladas de la época. El licen-
ciado Gómez de Palacios había sido nombrado teniente de gobernador
de La Palma en 1582, y más tarde, en 1594, sería investido como juez
de Indias en Gran Canaria. Lo relevante es que el brillante Gómez de
Palacios, autor de un libro manuscrito sobre historia de las islas o de La
<>
5
lihro J de hawismos, v. 1, f. 200r.
APES:
w. APEs: libJv /de hautismos. v. 1, f. 2 l 9v.
7
<> APES: libro I de bautismos. v. r. f. 260v.
°' fERNÁNDEZ GARCÍA ( 1963). (111) , p. 6.
'''VIÑA BRITO (2002), p. 351.
H ~ ) APES: lihro /de matrimonios.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. lSSN: 1134-430-X 225
40 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru: de La Palma según ...

Palma (las fuentes divergen), será uno de los testigos en el pedimento de


información de Liaño en 1587. Conviene recordar que otro de los testigos
del enlace, el expresado Benito Cortés de Estupiñán, será quien influya
en la llegada del ingeniero Torriani en 1584; la estancia del cremonés
en Santa Cruz de La Palma derivó en múltiples problemas con buena
parte de la casta política de entonces, debido, entre otros aspectos, a su
estrecha colaboración con Cortés de Estupiñán 101 • Pareciera entreverse
cómo a comienzos de 1585 las relaciones del triángulo conformado por
Liaño, Torriani 102 y el erudito y poeta Gómez de Palacios se manifiestan
como espléndidas. Los testimonios de uno y otro servirán más tarde -y
por vías muy distintas- para corroborar el destacado papel de Liaño en
la agresión de Drake.
Entrado 1585, un acontecimiento que sobresaltó y atemorizó a la
población de La Palma fue la erupción del volcán Tihuya, iniciada el
15 de mayo y prolongada durante casi tres meses. Este extraordinario
fenómeno, junto a las inquietantes noticias que comenzaban a llegar ya
en el verano acerca Drake, mantenían en vilo a los vecinos de la isla. El
volcán se extinguiría el l Ode agosto; la amenaza bélica-sin embargo--
se reavivaría hasta estallar el 13 de noviembre siguiente.
Sosegados los ánimos, en 1586 Liaño debió de embarcarse para la
península. Tras un período de más de cinco años dedicado a sus cosas
y a la familia, es posible que buscara nuevos alicientes. El viaje hasta
tierras continentales se extendió como máximo entre el 7 de julio de
1586 y el 3 de marzo de 1589, intervalo en el que está ausente de los
libros sacramentales de El Salvador103 • Liaño debió de emplear la mayor
parte del tiempo en la corte, y así el 12 de marzo de 1587 le es expedi-
do por el rey el título de su nuevo empleo como regidor de La Palma;
seguramente el prestigio profesional del cántabro, aunado a la relevante
posición económica de la familia política (la más poderosa entonces de
La Palma) auspició el nombramiento. Unos meses más tarde, quizás
cansado de no obtener un reconocimiento personal de la corona frente al
ataque de Drake, el licenciado Liaño dispuso el pedimento de información
sobre su proceder en aquella jornada. El 19 de noviembre de 1587, ante
del escribano público de Madrid Francisco Suárez, y con la asistencia
como testigo y «autoridad» del doctor Liébana, teniente de corregidor
1 1
" MARTÍN RODRÍGUEZ (l 995), pp. 2 lü y 214.
""Leonardo Torriani abandonó la isla el siguiente año. En sesión del Concejo de La Palma de 17 de septiembre de
1586 elevaba una petición «que por estar casi acahada la ohra del muelle para que vino pide que por se quiere
yr y holher a la Corle de Su Magestad le tasen los días que puede estar en la bue/ta para Madrid y que estos se
le manden lihrar y pagar con lo demás que por la dicha petición se dize que se le deve».
10
~ APls: lihro 1 de hautismos, v. 1, f. 276r.

226 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru: de l a Palma según ... 41

de la villa del Manzanares, desglosó a través de cuatro declarantes de


relevancia su punto de vista de aquellos incidentes.
En la corte, además, el ya regidor Pedro de Liaño se ocupó de algunos
asuntos pendientes del cabildo de la isla, como evidencia la real provi-
sión otorgada por Felipe 11 el 7 de mayo de 1588, a petición de Liaño y
otros vecinos de La Palma, relativa a la regulación de los cobros de los
alguaciles. En febrero de 1589 fue nombrado juez de Indias en Tenerife,
y poco después, el 3 de marzo de 1589, se constata de nuevo su estan-
cia en Santa Cruz de La Palma cuando, junto a su mujer, ejerció como
padrino de un bautismo 104 •
En La Palma permaneció poco tiempo dado que el nuevo destino en
Tenerife obligó a su traslado hasta la vecina isla, donde desempeñaría el
cargo hasta 1594. Tan sólo un año después, en 1595, volvemos a encontrar
a Liaño en Santa Cruz de La Palma ejerciendo como testigo en la boda
de Alonso Rodríguez y Francisca de Acosta, oficiada en la parroquia
de El Salvador (27 de diciembre de 1595) 105 • A continuación, Liaño fue
destinado a diferentes plazas de América con cargos de responsabilidad:
juez en la isla Margarita y visitador en Charcas. Vuelto a España, Pedro
de Liaño falleció en Valladolid el 1 de enero de 1605, bajo testamento
otorgado allí el 30 de noviembre de 1604 ante el escribano público Sal-
vador Maldonado 106 •
A tenor de las fuentes manejadas, la familia de Pedro de Liaño que-
dó en La Palma; no consta que su esposa, Águeda de Monteverde, ni
sus tres hijas, María, Margarita y Clara, lo acompañaran a sus destinos
americanos. Muerto su esposo, doña Águeda de Monteverde dispuso su
testamento en Santa Cruz de La Palma, ante Simón de Echaide, a 9 de
junio de 1616; en el mismo consta la fundación de una capellanía en la
capilla de los Monteverde, en la parroquia de El Salvador, denominada
en principio de San Onofre y dedicada posteriormente a Nuestra Señora
del Carmen, cuyo patronato ostentaban. También dejaba mejoras a sus
hijas María y Clara 107 •
Como era lógico, las tres hijas que alcanzaron edad adulta gozaron
de una privilegiada posición social. La sólida base económica les per-
mitió a las hermanas Liaño-Monteverde disfrutar de una vida holgada y
despreocupada, contrayendo, incluso, matrimonio con distinguidos caba-
lleros peninsulares. La mayor, María de Liaño y Monteverde, que quedó
'"' AP ES :lihro /de bautismos, v. 11, f. 297v.
Hl'\ APES: Libro/ de matrimonios.
l<J6 CIOR ANESCU ( 1992). V. 11 , p. 207.

'º' LORENZO R ODRÍGUEZ ( 1975-2001 ), V. 111, p. 13.


TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X 227
42 Manuel Poggio Capote: El ataqw: de Francis Drake a Santa Cnc de La Palma según ...

soltera, por ejemplo, fue propietaria de unos terrenos en el barranco de


los Dolores de Santa Cruz de La Palma, en los que más tarde habría de
erigirse la hacienda conocida como Quinta Verde; el predio se adquirió a
María Simón y a Francisco Álvarez Santillana, marido de Juana Simón,
que lo poseían como herederas de Álvaro González y Cecilia González,
así como a otros propietarios 108 • María de Liaño dejó en herencia esta
propiedad a su hermana Clara y a la hija de ésta, su sobrina Águeda
Vélez de Ontanilla y Liaño 1º9 •
Por su parte, Margarita de Liaño casó con Juan Vélez de Ontanilla
y Cubillas, quien hacia 1611 se había avecindado en Santa Cruz de La
Palma; del matrimonio nació una única hija que murió en la infancia.
Poco después, en 1613, falleció la madre, doña Margarita, quien había
testado ante Simón de Echaide el 14 de agosto de 1613, siendo sepultada
en la nombrada capilla del Carmen de la iglesia parroquial de El Salvador.
Viudo, Juan Vélez de Ontanilla regresó a la península, donde murió en
1621; antes, en La Palma, había fundado junto a su mujer una capellanía.
Por último, Clara de Liaño contrajo matrimonio el 24 de junio de 1617
con un cuñado de su hermana: Diego Vélez de Ontanilla y Cubillas 11 º,
uniéndose así dos hermanas y dos hermanos. Diego Vélez de Ontanilla
había nacido en Villa de Ajo, merindad de Trasmiera, y más tarde se tras-
ladó al archipiélago donde pasó a vivir con su hermano Juan. En la isla
destacó como un notable caballero y ocupó cargos como el de teniente
de capitán general de artillería, regidor perpetuo, teniente de gobernador,
veedor y contador de la gente de Guerra, así como capitán, sargento mayor
y gobernador de las armas de La Palma; murió el 11 de agosto de 1651
y testó ante el escribano Bias González Ximénez, dejando fundación de
capellanías en la ermitas de Nuestra Señora de las Nieves y San Antonio
Abad de Fuencaliente. Su esposa había fallecido con anterioridad, el 1O
de junio de 1647, y por su testamento, que pasó ante el escribano público
Andrés de Chávez, también hizo fundación de capellanías 111 • La partición
de sus bienes se efectuó el 21 de abril de 1676 y fue protocolada en la
misma fecha ante el mencionado escribano Chávez. Del enlace dejaron
los hijos Juan, María, Pedro y Águeda.

ioH Las escrituras de compra-venta se rubricaron ante los escribanos Francisco García Briñas (29 de julio de 1631)
y Cristóbal Alarcón (2 de junio de 1632).
11 1
~ F1:R~,\1'Dh': GARCÍA e1982). r- 20.
1111
APl·s: Lihro I de matrimonios. f. 99r.
111
API s: Lihro I dí! de!jimáones. f. 79Y.

228 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187·285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de la Palma según ... 43

3.2. DESTINOS, EMPLEOS Y VALORACIONES

En el siglo XVI, las islas Canarias eran un territorio español en plena


formación social, pues la centuria se inició apenas unos años después
de concluido el proceso de conquista del archipiélago a sus anteriores
habitantes. En el caso de La Palma, los auaritas rindieron la isla a los
castellanos en 1493, y éstos fundaron la villa de Santa Cruz de La Palma el
3 de mayo de ese mismo año. A finales de la centuria, Santa Cruz era una
ciudad relativamente pequeña, compuesta de unas 800 casas y formada
básicamente, según Leonardo Torriani, por una sola calle, <<pues todas las
demás son cortas y montuosas» 112 • Emplazada en el extremo occidental
del archipiélago canario y capital de la isla de La Palma, la urbe era una
importante escala marítima en los viajes transoceánicos con destino al
Nuevo Mundo. No en vano, como se dijo, aquí se había abierto en 1564
el primer Juzgado de Indias instalado en Canarias. El cometido de tan
relevante institución era el control de los navíos del comercio americano
y asiático y de los géneros que portaban, tanto si era mercancía de paso
por las islas como si se trataba de productos canarios destinados a la
exportación; las razones por las que se eligió esta ciudad como sede no
podían ser más contundentes, pues, erigida en nudo de las principales
rutas marítimas del imperio español, Santa Cruz de La Palma se había
convertido en uno de los puertos más transitados del mundo.
A la par del comercio (y seguramente del inevitable contrabando), las
exportaciones agrícolas se habían asentado como un lucrativo negocio
para la élite terrateniente, de la que Liaño era miembro. Por ejemplo,
casi desde el mismo momento de la colonización castellana, las propicias
condiciones ambientales originaron la explotación de la caña de azúcar
(saccharum officinarum), un producto muy lucrativo que dirigía sus
exportaciones al norte de Europa. El azúcar refinado era así embarcado
en los puertos y radas de la geografía palmera y conducido en ureas,
carabelas y otros navíos a poblaciones como Brujas, Amberes o Áms-
terdam. A cambio de este cotizado néctar llegó a las riberas insulares
un sinfín de objetos suntuarios, piezas artísticas, libros ... que acabaron
por moldear en este apartado lugar una sociedad refinada, imitadora de
los gustos y temperamentos continentales. Junto al azúcar, el comercio
del vino fue otro de los destacados ingredientes mercantiles. Cabría re-
cordar cómo los caldos canarios, en especial los malvasías, alcanzaron
a ser celebrados por William Shakespeare ( 1564-1616) en varias de sus
11 ' ToRRIANl (1959), p. [242].

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: l 134-430-X 229
44 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

obras 113 • Y de esta manera, entre el tráfico comercial, el de personas y el


de barcos, Santa Cruz de La Palma logró configurarse como un minúsculo
emporio transitado por una influyente colonia de flamencos, genoveses,
catalanes, portugueses ... 11 4; incluso, en alguna ocasión, la fisonomía
urbana ha evocado las villas y ciudades de los antiguos Países Bajos 115 •
La nueva ciudad, situada en un enclave privilegiado, fértil, templado
y bien protegido por el entorno geográfico, se convirtió así en uno de los
puertos más concurridos del orbe occidental gracias a los navíos de paso
entre el Viejo Continente y el Nuevo Mundo. La ciudad vio, por tanto,
cómo prosperaban las clases altas y la burguesía comercial, al abrigo de
un puerto en el que se embarcaba azúcar y vino y se descargaban, con no
poca frecuencia, ricos tejidos, objetos artísticos y bienes de lujo, haciendo
de la élite local un grupo, en apariencia, culto y refinado. Sin embargo,
la situación del resto de la población de la isla no era muy boyante. Los
documentos nos dibujan una isla inmersa, durante casi todo el siglo, en
una perpetua crisis, con una situación de miseria que periódicamente se
agravaba por las recurrentes sequías, disminución de las tierras de cul-
tivo por las erupciones volcánicas' 16 , plagas de langosta, deforestación
provocada por los cultivos ilegales, agotamiento de manantiales y, por
supuesto, piratería 117 •
La seguridad también fue un grave problema. Durante todo el siglo
España mantuvo frecuentes guerras con Francia (las guerras italianas
hasta 1559 y la posterior implicación española en las guerras de religión
francesas) y con Inglaterra, además de conflictos puntuales con otras
naciones. Esta situación, trufada de continuas alianzas y contraalian-
zas, afectaba especialmente a las islas Canarias, donde con demasiada
frecuencia recalaban corsarios o aventureros tratando de interceptar las
naves del comercio americano y, ocasionalmente, atacando los propios
asentamientos y ciudades de las islas. Fue lo que ocurrió en la capital
palmera en 1553, cuando Fran\:ois Le Clerc, conocido como Pie de Palo
y corsario bajo la protección de Francisco I de Francia, desembarcó con
su lugarteniente Jacques de Sores 118 y varios cientos de hombres, arra-
111
LEAL CRuz (2011) (en prensa).
'" MARTiN RooRiGUEZ ( 1995), in totem.
11
' PAZ SA.NCHEZ (2003), pp. 31-33.

'"' En 1585. el mismo año del ataque de Francis Drake, La Palma se vio afectada por la erupción del volcán de
Tihuya, que afloró el 19 de mayo; véase: RoMERo RuJZ ( 1991 ).
1
" CASAS PESTANA (1898), p. 117; QUINTANA ANDRES (2008), pp. 164-165.

"'Años más tarde, en 1570, Jacques de Sores sería el responsable del abordaje del galeón Santiago frente a las
costas de La Palma, donde fueron asesinados los cuarenta misioneros jesuitas conocidos como los «mártires de
Tazacorte», escribiendo una de las páginas más trágicas de la historia insular y más representa.tivas de las guerras
de religión. en virtud de las cuales los corsarios calvinistas se ensañaron con los frailes católicos.

230 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, !SSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque Je Francis Drake a Santa Cruz Je la Palma según ... 45

sando la ciudad durante más de una semana y quemando en su retirada


la mayor parte de los edificios significativos de la ciudad. A partir de
este momento la ciudad sufre una profunda trasformación, no sólo en
los aspectos urbanísticos y arquitectónicos (en los que Santa Cruz de La
Palma tomó la imagen renacentista que aún hoy se observa), sino también
en los aspectos sociales y políticos, pues la vergonzante derrota provocó
importantes cambios en la estructura de poder 119 .
La isla de La Palma dependía política y militarmente de un gobernador
que lo era al mismo tiempo de la de Tenerife, por lo que habitualmente
los destinos insulares eran dictados por un teniente de gobernador nom-
brado por aquél. En el tiempo del ataque francés ejercía este cargo el
licenciado Arguijo, quien dejó la ciudad a expensas de los saqueadores
por temor a que éstos dañaran a algunas familias nobles que habían lo-
grado secuestrar. Esta pobre actuación lo alejó del cargo poco después,
y al mismo tiempo reforzó la posición de quienes solicitaban a la corona
un gobernador propio para La Palma o, en su defecto, una obligación de
que el titular del puesto alternara su residencia entre las dos islas bajo
su mando. La Palma nunca logró tal ambición, aunque desde 1570 los
sucesivos gobernadores ya fueron militares y no hombres de letras. En
1585, el teniente de gobernador era, como ya hemos visto, Jerónimo de
Salazar, encargado de la defensa de la isla y de presidir el cabildo. El
cabildo o concejo insular era la administración local, que en este tiempo
abarcaba la totalidad de la isla. Estaba formado fundamentalmente por
regidores, cuyos cargos fueron perpetuos (esto es, vitalicios y heredita-
rios) hasta dos siglos después, cuando en l 773 fue La Palma la primera
jurisdicción española en nombrar a sus representantes por sufragio, tras
un sonoro pleito por malversación de las arcas públicas, nepotismo y
otros abusos de poder. Lo cierto es que ya en el siglo XVI comienza a
notarse un excesivo protagonismo de unas pocas familias que se repar-
ten el poder, la tierra y la riqueza 12 º. Otras entidades ajenas a la política
también desempeñaron importantes papeles en la sociedad de La Palma.
Un ejemplo de ello es el Juzgado de Indias, del que ya hemos hablado
y que unos años antes del ataque de Drake había estado dirigido por el
juez Pedro de Liaño.
En este contexto, la personalidad de Liaño como funcionario real es
la de un empleado con diferentes destinos. Aunque investigado en alguna
ocasión por hechos puntuales, Liaño sobresalió siempre como un juez
11
'' MARTÍN Roo•1GuEz ( 1995).
''°MARTÍN ROüRIGUEZ ( 1995).

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, !SSN: 1134-430-X 231
46 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de la Palma según ...

íntegro y justo. Todos los indicios impulsan a dibujar su perfil como el


de un hombre probo y que actuó siempre en el marco de la legalidad más
diáfana. Recuérdese que una vez se licencia en Leyes por la Universidad
de Salamanca, accedió en 1575 al puesto de alcalde mayor de la villa de
Llanes y a la tenencia general de Asturias. De aquí, y tras un positivo
juicio de residencia, pasó al despacho de Santa Cruz de La Palma del
Juzgado de Indias de Canarias; el nombramiento fue formalizado el 9 de
julio de 1576 121 , y poco más tarde recibió las instrucciones como juez de
registros de La Palma 122 • El cargo en el Juzgado de Indias lo ejerció entre
1576 y 1579. Tras el ventajoso matrimonio con doña Águeda Monteverde
no se dispone de constancia de otros empleos hasta 1588, cuando fue
designado regidor del Cabildo de La Palma ( 12 de marzo), traspasado
después de su óbito a favor de su hijo de igual nombre, Pedro, quien
en 1616 renunció a él en favor de su cuñado Juan Vélez de Ontanilla.
Entremedias se encuentra el ataque de Francis Drake y el viaje a la corte
en el que realizó la información de su actuación y recibió el antedicho
nombramiento como regidor. Aunque vitalicio, el cargo en el regimiento
de La Palma poco debió de practicarlo, dado que el 2 de febrero de 1589
fue nombrado juez de registros de Tenerife, cuyo ejercicio se extendió
hasta 1594 123 . Durante su período como juez de Contratación de Indias en
el Real Concejo de Indias se le practicó una residencia y fue reconocido
como caballero hijodalgo.
El resto de su vida transcurrió fuera de las islas. Nombrado juez de
contrabandos en Margarita (Venezuela), arribó a su destino el 24 de enero
de 1596 124 ; en el desarrollo de su cargo encontró un notable comercio de
contrabandistas -en cerca de diez años, se identificaron sin ningún tipo
de licencia más de medio centenar de navíos procedentes de la península,
Canarias y África-, disponiendo las pertinentes medidas contra ellos.
Como era lógico, hubo varias quejas por su actuación; quizás las peores
fueron las del gobernador de Nueva Andalucía, el corrupto Francisco de
Vildes, quien llegó a ser residenciado por sus acusaciones contra Liaño,
al que siempre se le atribuyó un carácter honesto y quien regresó a Es-
paña con un expediente ribeteado de multas a traficantes 125 • En América,
fue también de visitador en Charcas. En definitiva, la carrera de Pedro
'"Archivo General de Indias (AGl): Conlratación, 5787, n. 2, l. 1 ff. l 3r- \4r. Los datos del Archivo General de
Indias han sido tomados de los recursos electrónicos ofrecidos por el portal PARES.
' " A<'1: Contratación, 5787, n. 2, l. 1 ff. 14v-20v.

' ' ' A<il: Contratación, 5787, n. 2, L 1 ff. 28r-29v.


1
~..i Algunas referencias acerca de las actuaciones de Pedro de Liaño en el Archivo General de Indias: Escribanía,
6 74A; Escribania, 150.,; Escribanía, 1184; Escribanía, 954: Escribanía, 962.
12
·' C10RANl-.SCU ( 1992), v. 11, p. 207.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X
232
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de La Palma segun ... 47

de Liaño, a pesar de contener algunas amonestaciones, lógicas en todo


empleo, parece ser la de un funcionario probo.

4. DRAKE Y LIAÑO EN SANTA CRUZ DE LA PALMA

4.1. EL ATAQUE DE FRANCIS DRAKE SEGÚN LA «INFORMA-


CIÓN» DE PEDRO DE LIAiJO

Una vez conocidos los rasgos generales del ataque de Drake y la per-
sonalidad de Pedro de Liaño, podemos, ahora sí, tomar los datos que nos
aporta este inesperado protagonista de la historia, estudiar su novedosa
versión y tratar de encajar en la progresión conocida de los hechos las
posibles diferencias. No cabe duda de que realizando una lectura profunda
de la información obtenida del pedimento de Pedro de Liaño (el referido
apéndice documental, n. 3), estamos en disposición de introducir algunas
variantes de importancia en el relato de los acontecimientos del 13 de
noviembre de 1585. En primer lugar, se observa una sublimación de las
actuaciones del jurista, lo cual se explica por la propia naturaleza del
documento, redactado a petición suya y con la información aportada por
sus testigos. No obstante, esta exaltación no ha de resultar sorprendente,
pues es habitual la redacción en clave heroica de cualquier enfrentamiento
bélico, siendo el ejemplo más cercano el informe oficial de esta misma
batalla, redactado por Jerónimo de Salazar en favor de sí mismo.
Sí sorprende, en cambio, el hecho de que el propio informe oficial,
fechado en abril de 1586, obviara cualquier intervención -e incluso el
nombre- del licenciado Liaño, especialmente si tenemos en cuenta que
Salazar sería uno de los firmantes de una súplica al rey solicitando una
recompensa para don Pedro en agosto de 15 87, apenas unos meses antes
de que éste iniciara los trámites de su «pedimento». Una explicación de
esta paradoja, lanzada sin más sustento histórico que la mera intuición,
podría ser que Salazar conociera de antemano la intención de Liaño de
promover en Madrid su reconocimiento, de manera que el teniente de
gobernador, acompañado de algunos regidores, decidiera adelantarse
para no ver su informe desmentido o rectificado ante las autoridades
metropolitanas. En esta súplica, por lo demás, los firmantes se cuidan
mucho de dar detalles concretos sobre la actuación del letrado, que
queda equiparada a la de «algunos capitanes de esta isla» para los que,
sin embargo, no se pide recompensa.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 233
48 Manuel Poggio Capote: El ataque Je Francis Drake a Santa Cnc Je La Palma según ...

En cualquier caso, lo cierto es que Pedro de Liaño abre el arca donde


se esconden algunos detalles importantes de la jornada histórica, entre los
cuales no es el menos significativo el que se describa a Salazar como un
hombre «de poca experiencia en semejantes ocasiones», lo que da pie a
justificar el liderazgo de Liaño que defiende el documento. Así, podemos
situar al letrado cántabro organizando personalmente los escuadrones que
habrían de defender las playas y embarcaderos por los que el enemigo
podría intentar el desembarco. Además, recorrió los puntos defensivos
de mayor importancia para suplir lo que faltara en ellos, por lo que fue
conociendo de primera mano cada detalle que pudiera servirle para la
defensa. De forma privada estaba asumiendo el oficio de gobernador
militar de la isla, según la apreciación del testigo Diego de Espinosa.
Aunque sabemos que la isla había puesto en marcha su programa
de defensa unos días antes por el riesgo cierto de un ataque pirático, la
descripción del pedimento se inicia el 12 de noviembre, el día previo a
la batalla, cuando el grueso de la armada británica fue avistado desde
La Palma. Como en otras ocasiones de amenaza costera -tal y como
asegura el exteniente de gobernador Gabriel Gómez de Palacios-, Pe-
dro de Liaño compareció de inmediato, a caballo y con sus armas, para
coadyuvar en la defensa de la plaza, y estuvo día y noche fortificando
los pasos más peligrosos y redistribuyendo las piezas de artillería de
la ciudad para quitarlas de lugares inadecuados e instalarlas en puntos
donde fueran más provechosas.
En el momento de organizar los batallones, la información del pedi-
mento también añade al relato oficial una pincelada vergonzante dentro
de esta batalla unánimemente descrita como heroica, pues los declarantes
destacan cómo entre las huestes palmeras se iban produciendo desercio-
nes de milicianos que no querían verse víctimas de una invasión maríti-
ma. Este pavor estaba plenamente justificado entre los habitantes de La
Palma, pues aún estaba fresco el recuerdo del fatídico paso de Frarn;:ois
Le Clerc por la ciudad. Sin embargo, la rápida y enérgica actuación de
Pedro de Liaño hizo regresar a los prófugos a la primera línea defensiva,
y para asegurar que no volvieran a abandonar sus posiciones, apostó un
destacamento de arcabuceros detrás de la infantería para persuadir a los
milicianos de cualquier nuevo intento de deserción.
Una vez que estuvieron en orden los escuadrones defensivos, la arma-
da de Drake ya quedaba próxima a la costa, por lo que el castillo principal
de Santa Catalina puso en juego sus cañones, tal y como habían descrito
las fuentes anteriores. Sin embargo, el informe de Liaño añade que en

234 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru:: de Lu Pulma 8egún ... 49

este punto las principales piezas de artillería de este baluarte se desca-


balgaron por su propia potencia, quedando inservibles para el resto de
la batalla y permitiendo que la flota enemiga se acercara peligrosamente
al extremo sur de la ciudad, donde los ingleses esperaban desembarcar.
Fue el propio Liaño, a tenor de este informe, el que tomó la iniciativa
y, para suplir la inutilidad del castillo principal, se apresuró para llegar
al torreón del puerto, el castillo de San Miguel, donde él mismo cargó
y disparó los dos cañones allí apostados. El primero de estos disparos,
conforme a la descripción, atravesó la nao capitana de proa a popa y
mató a cinco hombres que estaban acompañando a Drake, entre ellos un
pariente de la reina de Inglaterra según aseguraron varios de los testigos,
que se remitían a las palabras del comerciante inglés que luego habló
con Drake en El Hierro. Con el resto de sus disparos hizo Liaño tanto
destrozo en la misma nave que la flota acabó abandonando el asalto y
se retiró del litoral capitalino.
Así, la batalla terminaría con la retirada de la flota del dragón devonia-
no, que en la refriega, además de varios subordinados, habría perdido un
bajel, según refiere uno de los testigos declarantes. Hasta este momento,
la posibilidad de que los defensores hubieran logrado hundir uno de los
barcos de Francis Drake era una cuestión controvertida porque los docu-
mentos primarios no hablan de ello. Es de suponer que, de haber ocurrido
el naufragio de algún barco de la flota, encontraríamos referencias claras
y concretas en estos primeros testimonios, pero ni en los diarios de a
bordo, ni en el relato de Bigges ni en otras crónicas cercanas en el tiempo
hay referencias a ello. Sin embargo, sí encontramos ahora esta mención
explícita en la información de Liaño, donde se utiliza el término bajel
para referirse a la nave hundida. Nos llama la atención, en otros pasajes
del mismo documento, el heterodoxo uso de este término, pues, aunque
cualquier definición académica desde el Diccionario de autoridades de
1726 hace a bajel equivalente a 'barco' o «embarcación grande con todos
sus árboles y aparejos correspondientes a navío», el legajo de Liaño
nos muestra un significado muy diferente, refiriéndose a embarcaciones
pequeñas que ni siquiera entran en el cómputo de las veintisiete naves
que, según esta misma fuente, formaban la escuadra inglesa 126 • De esta
manera, si los defensores lograron hundir alguna simple barcaza o lancha
~ «Francisco Draque, corsario, general ynglés, aportó a la costa y puerto de /u dicha Palma con las naos grue-
1 6

sas de armada y otros hareles y nauichuelos pequeños» (f. 1211 r); «vino sohre aquella ysla Francisco Draque,
corsario ynglés con veinte y siete nabíos de armada y otros muchos har:e/es y lanchas» (f. 1213v); «el dicho
corsario traya veinte}' siete naos de urmada _v otros muchos baxeles y lanchas>> (f. 121 Sr).

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 235
50 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Sunla Cruz de La Palma según ...

de las muchas que rodeaban a los navíos ingleses, no resulta extraño que
los oficiales le restaran importancia al hecho.
Pero Pedro de Liaño aún tendría una última tarea que realizar antes
de dar por cerrada la amenaza corsaria, pues, al parecer, poco después
se supo que los ingleses estaban echando a la tierra algunos hombres en
la cala de San Simón, cerca de Mazo, algo que era habitual en la forma
de actuar de Drake. Para conjurar este nuevo riesgo, el heroico jurista
reunió a cuantos hombres de a caballo pudo juntar y marchó con ellos
a defender este punto. Como curiosidad ilustrativa de la energía con la
que acudieron los jinetes a San Simón, Diego de Espinosa cuenta que
uno de los caballos murió de fatiga en el trayecto.
La falta de más detalles sobre esta última maniobra de los británicos
nos hace suponer que los jinetes comandados por Liaño se posiciona-
ron en torno a este abrigo marítimo, en las cotas elevadas del terreno y
particularmente en la montaña del Guano, de manera que los naturales
lograron también abortar las nuevas intenciones de los corsarios, quienes
finalmente no tomaron tierra.

4.2 LA LEGITIMIDAD DE LA «INFORMACIÓN» DE PEDRO DE


LIAÑO. ANÁLISIS DE LAS FUENTES: LAS VERSIONES DE
JERÓNIMO DE SALAZAR, LEONARDO TORRIANI Y LIAÑO

Descritos los hechos según la versión de Pedro de Liaño conviene


ahora analizar el valor que proporciona su «información». En primer
lugar, debe subrayarse la parvedad testimonial sobre la agresión pal-
mera de 1585. Ello no impide que podamos acercarnos a ella a través
de esos escasos aunque jugosos informes y noticias que dieron cuenta
del suceso. Desde un punto de vista local, el episodio no habría tenido
mayor importancia en el marco de ataques navales o piráticos que sufrió
la isla a lo largo de la centuria (entre los que destaca la invasión francesa
efectuada por Franc;;ois Leclerc) de no ser por el protagonismo de Drake
en el marco del conflicto internacional hispano-británico de aquellos
años. Resulta curioso comprobar que entre el primer avistamiento de
las naves -reconocidas sólo como enemigas- y el 13 de noviembre,
pasaron algunos días en los que, gracias a la información proporcionada
por un buque llegado de Bretaña, los palmeros conocieron realmente el
alcance de la amenaza, identificándose a Francis Drake. Como tendremos
ocasión de comprobar, en la documentación conservada sobre el asunto
destaca la batalla de intereses partidistas que éste suscitó a nivel local,

236 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 51

lo que llevó al enfrentamiento entre los distintos bandos, centrados en


recalcar su papel activo en la derrota contra Drake, erigiéndose cada uno
en protagonista unipersonal: de un lado, el teniente de gobernador de
la isla, Jerónimo de Salazar; de otro, el abogado Pedro de Liaño junto
a sus testigos.
Sabemos también que un grupo liderado por Gaspar de Barrios pre-
tendió en abril de 1586, en las mismas fechas en que Salazar redactó su
informe, relacionar una versión de los hechos en la que el protagonismo
de la victoria palmera no recaía sobre el teniente, quien, por supuesto,
se opuso enérgicamente a su difusión. Lo que de momento no podemos
confirmar es si la de Barrios fue una acción partidaria a Liaño -que
parece lo más probable- o si estamos ante una tercera versión en discor-
dia. Sea como fuere, al margen de estas luchas de poder se encuentra el
ingeniero lombardo Leonardo Torriani, cuyo testimonio, quizás el menos
interesado, obvió el protagonismo unipersonal de estas facciones e hizo
hincapié en la función de los artilleros de las fortalezas y en las milicias.
Nos detendremos, en primer lugar, en el informe oficial suscrito
por el licenciado Jerónimo de Salazar el 8 de abril de 1586 y dirigido a
Felipe II. Como teniente de gobernador de La Palma, Salazar abrazaba
el principal cargo de la administración real y militar de la isla, como de-
legado del gobernador de Tenerife, del que dependía. Nuestro «capitán
general de La Palma», como él mismo se intitula en su comunicación,
cuenta de forma sucinta los hechos, en un estilo a caballo entre el informe
técnico y el subgénero de la relación de batalla. El testimonio directo y
temprano de Salazar nos ofrece algunas claves interpretativas de interés
que pueden resumirse en las siguientes:

1. Se trata de una narración escrita en primera persona, que


aporta al discurso una marca de veracidad, inherente a quien
ha vivido los hechos de cerca como principal protagonista.
2. Ello explica que Salazar detalle su estrategia de defensa,
en la que él mismo destaca la rapidez con la que se orga-
nizaron las milicias.
3. Salazar subraya el papel decisivo de la acción certera de
los cañones del castillo de San Miguel y la oportunidad del
viento en contra, que entorpeció el intento de alejamiento
de los galeones y barcas ingleses.
4. No menos sobresaliente fue su autoelogio en la dispo-
sición de las milicias «en las playas y riberas de la cual

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X 237
52 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Sanra Cni= de la Palma según ...

yo tenia repartidos [... ]hasta mili soldados con ardid que


les parecian mas de dos mili». Con hábil astucia, Salazar
lograría, así, aumentar en apariencia -y con éxito en el
resultado- sus fuerzas.
5. Por último, Salazar recalca en su informe otra circuns-
tancia no menos relevante, ahora desde un punto de vista
moral y patriótico, que contribuiría a enaltecer la aptitud de
la soldadesca, que, según confiesa, esperaba en las playas
«con mucho animo» las órdenes de ataque. Esta lealtad a la
tierra habrá de sumarse a otro factor no menos acentuado
para la manipulación efectuada sobre las masas: el conoci-
miento, gracias a la feliz información dada por una nao de
Bretaña pocos días antes, de que la amenaza «era armada de
Inglaterra, de que venía por general Francisco Draque» 127 •

Aún dentro de la marca oficial impuesta por el informe de Salazar


como máxima autoridad de la isla, contamos con algunos datos comple-
mentarios aportados por las actas concejiles inmediatamente posteriores
al ataque. Así, en sesión de 22 de noviembre siguiente, el regidor Juan Fer-
nández Sodre refiere muy sucintamente el episodio; lo que interesa ahora
es que Femández, en el informe que habría de enviársele próximamente
al rey (quizás el que remitió meses después Salazar y que acabamos de
ver) defiende que debía hacerse constar «lo bien que su merced el señor
teniente la ha servido en la defensa de esta isla» 128 • Igualmente, en la
misma sesión, el regidor Baltasar González de Acosta, también partida-
rio de Salazar, reafirmó «la buena orden e gobierno e ánimos valerosos
que el señor teniente, como capitán general, e[ ... ] tubieron e pusieron e
gobernaron, así en la infantería e gente de a caballo efortalezas de esta
ciudad» y autoproclamó su propio papel en la fortaleza de San Miguel
del Puerto, cuya artillería contribuyó al éxito final de la defensa, pues sus
tiros dieron en «la capitana como en las otras que con ella vinieron» 129 •
Al margen del episodio de Drake, Salazar hubo de formalizar, tres años
más tarde, su perpetuidad en la ciudad con la estampación de su nombre
y su escudo de armas en la fuente pública, fabricada a costa del cabildo,
en el solar que ocupó, antes del incendio de Santa Cruz de La Palma de
1553, la sede primitiva de las casas consistoriales.
1 7
:'.! Las citas del informe remiten a Ja versión publicada como «Documento núm. 1»en su apéndice por: RuMFU
[)E ARMAS ( 1991 ), t. 111, 2" parte, pp. 949-950.
1" Apud LORENZO RODRÍGUEZ ( 1975-2011 ), V. (,p. ) 06.
12 '' Lorenzo Rodríguez ( 1975-2011 ), v. l. p. 106.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
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Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= Je la Palma según ... 53

Opuesta a la de Salazar es la primera facción de la que tenemos no-


ticia. Se trata de la que lideraba Gaspar de Barrios e integraban también
otros que «an hecho y van hasiendo informaciones [... ][de aver] sido
oficiales de la Guerra en esta isla en el rrebate que en esta isla ovo del
armada del corsario pirata Francisco Draque». Lamentablemente, los
datos que conocemos sobre la cuestión proceden del bando de Salazar,
quien, en sesión del cabildo de 1O de abril de 1586 -sólo cuatro días
después de haber redactado su propio informe-, acusa a Barrios y a
los suyos de elaborar ante Diego de Luxán «falsa y siniestra relacion»
de los acontecimientos, «queriendo atribuirse algunas particulares» 13 º.
Según ya apuntamos, lo que no sabemos es si la de Barrios fue una
versión favorable a Liaño o si se trata de una nueva relación propicia al
propio Barrios y a otros. Lamentablemente, no se conservan las escrituras
de Diego Luxán aludidas en el acuerdo, ante quien se suscribió o iba a
suscribirse tal versión.
Sea como fuere, el siguiente testimonio contrario al de Salazar es el
que promocionó a su favor el abogado Pedro de Liaño, titular durante
varios años de la delegación del Juzgado de Indias en La Palma. Liaño y
el resto de testigos que apoyaron su interpretación coinciden en colocarle
como máximo valedor del éxito de la empresa defensiva en aquel glorioso
13 de noviembre de 1585. El juez expone que fue él quien ordenó los
escuadrones de milicianos, colocándolos en el litoral, quien los forzó a
resistir, pues en un momento de terror pretendieron huir (versión que
coincide con la cobardía esgrimida luego por Torriani en la Descrittione),
quien acudió personalmente al castillo de San Miguel y quien disparó
certeramente las dos piezas de artillería que colisionaron con la nave
capitana de Drake, «biéndose el enemigo assí maltratado y en rriesgo de
perderse» 131 • Su versión, presentada en compañía del teniente corregidor
de Madrid, el doctor Liébana, el 19 de diciembre de 1587, dio lugar a la
comparecencia del licenciado Luis Sarmiento y Osorio; Gabriel Gómez
de Palacios, en cuyo testimonio sobresale el comentario relativo a Salazar,
calificado como hombre «de poca experiencia en semejantes ocasiones»;
Diego de Espinosa; y Gabriel de Palacios. Además del episodio relativo
al intento de desembarco de Drake por San Simón (Mazo) después de
la derrota en el puerto de Santa Cruz de La Palma (en Salazar sustituido
por Tazacorte), y la confirmación del asalto, también frustrado por el
mal tiempo, a El Hierro (coincidente en ambos), todos corroboran una
no AMSCP: libro Je acuerdos ( 1584-1587). s. f., sign. 669. LORENZO RoDRÍ<iUEZ ( 1975-2011), v. l. p. 107, ya había
dado noticia, incompleta, de este acuerdo.
111
Documento original transcrito en apéndice documental n. 3.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 239
54 Manuel Poggio Capote: El utuque de Fruncis Druke u Su/1/u Cru: de Lu Pal mu seglÍn ...

circunstancia hasta ahora desconocida, como fue que los cañones del
castillo principal de Santa Catalina se desmontaron con los primeros
tiros, quedando enseguida inútiles, lo que obligó a Liaño a acudir presto
a la fortaleza de San Miguel, cuya modesta artillería y acertados disparos
darían a los palmesanos la victoria definitiva.
De gran valor, también por su proximidad a los hechos, resulta igual-
mente la versión contada por el ingeniero italiano Leonardo Torriani, que
por entonces se hallaba en la isla comisionado por el rey Felipe II para
estudiar el puerto de Santa Cruz de La Palma y diseñar una nueva traza,
según real cédula de 18 de marzo de 1584. Torriani dilató su estancia en
La Palma por dos años, entre su llegada en agosto de 1584 y su marcha
en el verano de 1586, coincidiendo por tanto con el intento de asalto de
Drake. Luego, por otra real cédula de 20 de mayo de 1587, Torriani lleva
a cabo una segunda misión, ahora para el conjunto del archipiélago, que
le llevaría de nuevo a La Palma, donde desembarcó el 20 de agosto de
ese mismo año, y que culminaría con la redacción de varios memoriales,
entre los que sobresale su Descrittione et historia del regno de / 'isole
Canarie, terminada hacia 1590-1594 132 .
El mismo día de su arribo a la isla en este segundo viaje, Torriani
envía un corto pero contundente aviso al rey en el que infonnaba de la
presencia de espías enemigos de la corona en la isla. Lo que interesa ahora
es que Torriani comienza su escrito rememorando las circunstancias que
envolvieron el ataque de Drake; al parecer, un inglés había divulgado
en La Palma que, antes del arribo de Drake, en Inglaterra ya se hablaba
de la isla: «Poco inanzi la venuta di Francesco Draque che fue a 13 di
novembre 1585 un inglese disse in la cittá della Palma come in lnghil-
terra si disignava sopra detta isola» 133 • Pocos meses más tarde, en su
Discorso della fortificatione dell 'Ysola della Palma, Torriani reconoce
que durante el ataque el mar embravecido fue crucial en el intento de
Drake por desembarcar por la playa de Bajamar; la memoria juega aquí
una mala pasada al ingeniero, que yerra en la data del año: «La cuarta
és la spiaggia di Bassamare luonga quasi millia e mezzo, dalle parte
d'Ostro della Cittá, in la qua/e poco volte dell'anno si puó abarcare
rispetto de i venti settentriona!i che la batteno, come fu il giorno tredici
di novembre /'anno 1586 [sic] quando /'armata ynglese volse disbarcarvi,
1." Sobre estos pormenores, remitimos al lector a la introducción del profesor A. Ciorancscu a ToRRIANI ( 1959).
pp. XV ll·XXI.
''-' Apud MARTiN RooRiüUEZ ( 1995), p. 236.

240 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. ISSN : 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 55

la qua/ spiaggia dalla bravezza del/ 'onde fa difusa, et di quivi si puo


marchiare al/a Cittá girando verso Buonavista» 134 •
Pero, sin duda, el «testimonio di vista» más jugoso aportado por
Torriani lo contiene la Descrittione. En el capítulo LXVIII, el ingeniero
actúa como verdadero cronista de los hechos, que enmarca en el con-
texto más amplio de la expedición de aquel año dirigida a las Indias. El
texto coincide con la versión de Salazar en elogiar la efectividad de los
artilleros, en la oportunidad del mal tiempo («aspereza de las olas»)
así como en el valor y patriotismo de los milicianos que combatieron
atrincherados desde la playa. Si Salazar sólo alude al papel desempeña-
do por los armeros del castillo de Santa Catalina y, muy especialmente,
por los de San Miguel del puerto, y Liaño y sus testigos dan el único
protagonismo a este último por haberse descabalgado los del primero,
Torriani prefiere una versión más general, lo que explica que no haga
distinción alguna, refiriéndose por igual a las tres fortalezas y al estra-
tégico ordenamiento de sus disparos; curiosamente, la argucia contada
por Salazar de simular el doble de soldadesca no parece haber sido bien
interpretada por Torriani, quien, pasados unos cinco años del suceso,
equivoca el número, creyendo ver, como en su momento el enemigo, a
2.000 hombres, cuando su cómputo total no debió de superar los 1.000;
el error de cálculo llama más la atención si tenemos en cuenta que el
propio Torriani sostenía que en igualdad de fuerzas entre ambas tropas,
«Con no ser vistas, en las cosas dudosas se consiguen mejor las cosas
con los engaños» 135 :
«Después, año 1585, a 13 de noviembre, Francisco Drake inglés,
siendo enviado por la reina de Inglaterra con treinta navíos y 4.000
peones, para robar en las costas de las Indias Occidentales, salió
del canal de la Mancha con su armada, saqueó en España una villa
en la costa de Galicia, y después siguió su navegación, hasta que
llegó a la ciudad de esta isla. Al querer desembarcar, se le contestó
con tan buen orden por la artillería de los tres castillos que están
en la playa de la ciudad, que fue obligado a salir del puerto, con
pérdidas; y también había allí, en la marina, 2.000 hombres bien
armados, que, apoyándose en la aspereza de la tierra, de las olas
del mar y de las fortalezas, estaban prontos para defender valero-
samente su patria» 136•
1." Apud MARTiN RonRiGUEZ ( 1995), p. 239.
135 TüRRIANI ( 1959), p. 248.

' " ToRRIANI ( 1959). pp. 227-228.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 241
56 Manuel Poggio Capote: El ataque Je Francis Drake a Santa Cru~ Je la Palma según ...

En cualquier caso, los datos sobre el cómputo de milicianos tampoco


concuerdan con la versión de Liaño y sus testigos, quienes lo sitúan en
1.500. En lo que sí coinciden los tres es en afirmar que estaban estraté-
gicamente atrincherados.
Torriani completa luego el periplo draqueano por las Indias tras el
desastroso intento de ocupación de La Palma, lo que, como dijimos,
contribuye a situar su discurso en un contexto más amplio y a dar ma-
yor importancia si cabe a los acontecimientos de la isla, excepcionales
en la oleada de robos y asaltos logrados con éxito por Drake en aquella
expedición. En el capítulo LXXI vuelve el cremonés sobre el ataque
de Drake, ahora para justificar la fábrica de un fuerte en el llano de la
Caldereta; la playa de Bajamar, donde se encontraban agazapados varios
soldados, era, pese al éxito conseguido entonces, un punto flaco dentro
del sistema defensivo global de la ciudad; la nota discordante es que
Torriani confunde aquí el año de nuevo:

«Frente a la ciudad se extienden dos largas playas, a manera de


brazos encorvados. Estas playas vienen a ser accidentalmente
fuertes, cuando se hallan protegidas contra las embestidas de las
olas; y, con estar lejos de los castillos, son favorables al enemigo,
según se ha podido experimentar con los franceses, año de 1553,
cuando desembarcaron en un extremo de la que mira hacia el norte,
y en 1583, con los ingleses, quienes sólo se aprovecharon de la otra
playa, de Bajamar, es decir, de la que mira hacia El Hierro» 137•

En este mismo capítulo, y como contrapartida a los elogios vertidos


en el capítulo LXVIII, ya citado, Torriani escribe que la gente palmera
«a cada rebato huye con miedo a las montañas, para emboscarse, como
unos animales» 138 • Desde luego, tal juicio no se entiende si lo compara-
mos con el arrojo que, según sus propias palabras, caracterizó la victoria
obtenida en 1585. Será a raíz del testimonio de Liaño y sus testigos como
se comprenderá esta aparente contradicción de Torriani, a quien, tal vez
no consciente del todo, acaba escapándosele la «verdad» de los hechos.
Pedro de Liaño y los suyos habrían de confesar que al tiempo que se
acercaba al puerto la flota de Drake, los milicianos «se yban saliendo
algunos de la vatalla» 139 •
in TüRRIANI ( 1959), pp. 244-245.
118
1959), p. 247.
ToRRIANI (
1
1. " Apéndice documental n. 3.

242 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 57

El discurso de Torriani vale tanto por lo que dice como por lo que en
parte silencia. Quizás como nota más sobresaliente, igual que Liaño y
sus testigos, obvia el papel de Salazar como gobernador de las armas y
máximo responsable del plan defensivo puesto en práctica. La razón que
justifica esta omisión es de sobra conocida: Salazar había demostrado su
poco interés por el trabajo del ingeniero, había entorpecido el avance del
levantamiento del plano de la ciudad y le había negado tanto el material
auxiliar solicitado en repetidas ocasiones (caballos para los desplaza-
mientos a otros puertos insulares, dineros para sus gastos diarios ... ) como
otras peticiones técnicas o humanas, como un ayudante que tomara nota
de las necesidades surgidas en cada jornada de trabajo ... Los desplantes
fueron constantes, llegando incluso Salazar a dejar abandonado a Torriani
en el camino de Tazacorte en una ocasión: <<yendo al dicho puerto de
Tar;acorte incontre al dicho Licenciado Salazar lejos de dicho puerto
menos de una legua que se bolvia a la ciudad y no quiso dar bue/ta ni
venir conmigo dexandome solo sin saber yo adonde avía de yr ni tener
persona que conmigo viniese a efecto alguno».
En el mismo escrito en el que desbroza estos pormenores, datado el
27 de noviembre de 1587, Torriani alarma a los regidores del cabildo
con la única baza que le quedaba: la amenaza de un ataque naval que
pusiera en peligro la seguridad de la ciudad y su intención de denunciar
tales tropelías ante el rey; aunque no se cite explícitamente como tal, la
memoria del asalto de Drake -y, quizás, la que años antes protagonizara
Leclerc, de consecuencias funestas para la ciudad-, parece leerse entre
líneas: «declaro y advierto a VV. MM como estas Yslas estan en mucho
riesgo de enemigos cosarios y como les consta su Magestad me a em-
biado a ellas para ver su remedio y defensa por lo qua/ si por la dilacion
de no poderse despachar las relaciones con la brevedad que su peligro
requiere viniese a ser ofendidas como se puede presumir, protesto a VV.
MM no ser yo culpa ni parte della» 140 • Sólo unas semanas más tarde,
a primero de diciembre siguiente, Torriani escribe al rey refiriendo el
trato sufrido y acusa directamente a Salazar: «Geronimo Salazar tenenti
del Governadore m 'ha/ato di molti burle et mal trattamenti (dogni non
di perdono) [... ] con la pacientia, et con il contrapeso della povertá ho
voluta acquistare ció ch 'á molti era impossibili» 141 •
De todo lo desbrozado parece deducirse una perspectiva, sin duda la
más lógica a nuestro entender. La misma, en un modo muy conciso, es
''° La instrucción es de 27 de noviembre de
1587. Apud MARTÍN RooRiGUF.Z ( 1995), p. 247.
'" Apud M ARTÍN RooRiGuEz (1995). pp. 247-248.

TEB E TO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285 , ISSN: 1134-430-X 243
58 Manuel Poggio Capote: El araque de Francis Drake a Santa Cru: de La Palma según ...

como sigue: aunque tomadas eficazmente las preventivas medidas de


defensa, la presencia de la imponente armada comandada por Francis
Drake en la mañana del 13 de noviembre de 1585 derivó en la flaqueza de
las líneas defensivas, lo que condujo a que muchos milicianos intentaran
abandonar sus posiciones. Es probable que ante este aterrador panorama,
el teniente de gobernador, Jerónimo de Salazar, no consiguiera mantener
la calma; a todo ello se suma el hecho de que la artillería local comenzara
a fallar. En este estado, entre las filas de la milicia local surge la figura de
un líder como Pedro de Liaño, quien toma rápidas y certeras decisiones.
Es posible, asimismo, que bien el propio Liaño o, en su defecto, algunos
de los alcaides de las fortalezas locales, obraran desde el castillo de San
Miguel los disparos que terminaron por hacer desistir a Drake de su
intentona. Todo ello parece entreverse tanto en el lacónico informe ofi-
cial como en el resto de las versiones privadas -conservadas o no- y,
sobre todo, en las silentes noticias aportadas por Torriani referentes a las
muestras de cobardía de los palmeses o a la poca preparación específica
de su teniente de gobernador. El rompecabezas de Pedro de Liaño a la
luz de las diferentes fuentes parece que ahora encaja.

4.3. LA CELEBRACIÓN DE LA VICTORIA SOBRE DRAKE

Desvanecida la amenaza, el triunfo sobre Drake se festejó en el ám-


bito del convento dominico de San Miguel de las Victorias de la capital
palmera. No debe olvidarse que el arcángel titular de este cenobio fue el
caudillo de las tropas celestiales-según relata el libro del Apocalipsis-
en la lucha de las fuerzas del bien contra las del mal. De igual modo,
como también recogen tradiciones judaicas y devociones cristianas, la
figura de Miguel era contemplada como el juez que pesaba las almas de
los fieles en el momento de la muerte. En otras palabras, san Miguel,
aparte de ser considerado como un guerrero, también era aceptado como
un magistrado divino. En La Palma, desde antes, incluso, de comenzar la
conquista, la figura de este ángel victorioso se empleó como su guardián
sobrenatural. La designación oficial del patronímico de la isla como de
«San Miguel de La Palma» es prueba manifiesta de ello; un nombre de-
cidido, al menos, desde junio de 1492, varios meses antes de comenzar
el proceso colonizador. Entonces, en un enclave poblado por un conjunto
de tribus hostiles a la cultura occidental, como era el territorio palmero,
la elección de este general celestial se tomó como una baza acertada.
En este sentido, baste recordar que dos de los templos erigidos entre

244 TEBE TO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (20 14), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 59

los primeros asentamientos se dedicaron a esta divinidad: Tazacorte y


Santa Cruz. De igual manera, en la primitiva designación de san Miguel
como protector de la isla se conjugaron dos motivaciones: de un lado,
la propia hagiografía del personaje, que seguro determinó su aceptación
por los Reyes Católicos como victorioso capitán espiritual a la vez que
castrense; de otro, una especial devoción por parte del experimentado
militar Alonso Femández de Lugo, conquistador de la isla 142 •
De este modo, desde los inicios de la civilización europea, La Palma
se abrigó bajo la égida legislativa y la espada defensora de san Miguel.
El culto al arcángel fue muy popular en toda la isla, denotado éste por el
gran número de esculturas o pinturas importadas o por la aplicación de la
nominación miguelina a fortalezas, piezas de artillería, navíos y mone-
das 143. Conviene recordar cómo la advocación de este santo se convirtió
en el símbolo de la nueva sociedad civil surgida en este naciente dominio.
Las muestras, reflejadas en el propio nombre de la isla (San Miguel de
La Palma) o en el lenguaje heráldico del flamante espacio colonizado,
son precisas. No en vano, desde esta época, en el escudo de La Palma
aparece la silueta de san Miguel como juez-gobernante (con una balanza
y una palmera en sendas manos, las alas abatidas y emplazado sobre una
torre en medio del mar) 144 • No cabe duda de que esta representación es
una alegoría de la propia isla de La Palma y su regente divino. De modo
paralelo, la figura angélica sirvió también como icono protector de la inci-
piente urbe. Así, en este mismo período de gestación palmera comienzan
a aflorar representaciones de Miguel combatiendo al demonio-dragón;
es decir, la otra faceta del santo, ahora en su misión de paladín insular 145 .
Una prueba evidente de todo ello es la circunstancia de que la primera
obra defensiva que se erigió en la isla fuera el archimencionado castillo
de San Miguel. En su fachada aparecía un robusto escudo del capitán
de las milicias celestiales abatiendo al diablo. Sin duda, será este mismo
semblante el que someta al «dragón británico» en 1585.
Llegados a este punto, es necesario recordar que el convento do-
minico de San Miguel de las Victorias había sido fundado en 1530.
Sobre los vetustos muros del oratorio erigido por Alonso Femández de
Lugo al término de la conquista en recuerdo de su celestial protector,
142
MARTÍN RODRÍGUEZ (1995). pp. 27-30: MARTÍN SANrnEz (1991), p. 53. El profesor Martín Rodríguez subraya:
«No es d[/icil asociar la fu= y el ángel guardián con los cristianos y la oscuridad y el diablo con los i11fieles abo-
rígenes. No hay contradicción en la unión de los nombres Je Miguel y Palma ordenada por los Rl~ves Ca1ólicos,
pues en realidud amhos son símholos de la victoria)).
"' MARTÍN RooRír;uEz ( 1995), p. 31.
144
MARTÍN SÁNCHFZ ( 1991 ), p. 36.
145
MARTÍN SÁNCHCZ ( 199 I ), pp. 23-24 y 36.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X 245
60 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

los religiosos de santo Domingo construyeron su morada palmera. En


pocos años, la Orden de Predicadores dispuso de una espaciosa casa que
contaba con iglesia, claustro, huerta y todas las dependencias y servicios
necesarios para la vida regular. En 1553 el recinto sufrió la saña de los
corsarios calvinistas comandados por Frarn;ois Le Clerc. En aquellas
aciagas fechas en que los invasores hugonotes tomaron Santa Cruz de
La Palma, se cebaron en el convento dominicano. Este recinto era el más
evidente exponente de la contrarreforma católica frente a las demandas
protestantes; así, fue uno de los edificios castigados con mayor dureza,
llegando a ser incendiado. En 1585 el convento ya se había rehecho.
En aquellas fechas el oratorio se encontraba encabezado por un retablo
pictórico con diversas representaciones del santoral dominico, así como
con otras advocaciones vinculadas a los mecenas de la capilla mayor;
presidía todo ello un lienzo de san Miguel. Lo más notable es que en dicho
cuadro figuraba el arcángel en su doble vertiente: en una mano batiendo
al demonio con espada mientras que en la otra sujetaba una balanza como
pesador de almas 146 • En cierta manera, era como si se quisiera mostrar a
la sociedad palmera el modelo totalizador de san Miguel, aunando en una
misma imagen sus dos funciones primordiales (la de militar guardián y
la de sabio rector). En el resto del templo se distribuían las iconografías
más corrientes entre esta orden; por ejemplo, santo Tomás de Aquino o
la virgen del Rosario, esta última, la advocación mariana por excelencia
de los frailes dominicos. Según la leyenda, en 1208 la virgen se había
aparecido a santo Domingo de Guzmán con un rosario entre las manos,
mostrándole cómo rezarlo.
Además, la oficialidad en la intitulación del convento como de San
Miguel de las Victorias propició -desde siempre- que en su seno se
desarrollaran ceremonias de condición cívica. Aquí, el Concejo de La
Palma celebraba cada 29 de septiembre la onomástica del patrón insular.
En esta jornada el cabildo, el regimiento y los estandartes de las distintas
profesiones se reunían en las casas consistoriales y acudían hasta el tem-
plo de los dominicos para recordar la efeméride de la conquista de la isla
y la fiesta de su divino protector 147 • En igual circunstancia, los esporádicos
peligros o ataques navales, como el ejecutado por el británico Charles
Whindham en 1743, saldado con solvencia por las milicias isleñas,
recogieron en este edificio las correspondientes gratitudes públicas 148 •
"'' PÉREZ MoRFRA (2004), pp. 262-265.
147 MARTÍN RODRÍGUEZ ( 1995), p. 111.

l4' RIJMEU OL ARMAS ( 1947-1950), t. 3, V. ( pp. 265-266.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
246
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz Je La Palma según ... 61

Como ya hemos apuntado, el asalto de Drake tuvo también un sig-


nificado religioso. Las palabras pronunciadas por el regidor Baltasar
González de Acosta en la citada sesión del cabildo de 22 de noviembre
de 1585 ahondan en este sentido. González llama a Francisco Drake,
el inglés, «el gran corsario y enemigo de nuestra Santa Fe católica de
Roma», y refiere que los atacantes se habían apercibido «para echar gente
con ánimo diabólico que saquear esta ciudad e isla»; no menos revelador
es su comentario sobre la acción divina en aquel trance; acertadas las
balas disparadas por el castillo de San Miguel en el buque capitaneado
por Drake, «fue Dios Nuestro Señor servido que con gran presteza y
ligereza alzó las velas y se retiró y así la gloria a Dios Nuestro Señor
y su bendita Madre quedó esta ciudad e isla con victoria» 149 • La deuda
del discurso contrarreformista es más que evidente: se contrapone el
luteranismo al catolicismo, se interpreta como diabólica la intención
de los asaltantes y se aduce la intervención de Dios y, especialmente
significativa, de la virgen.
A diferencia de otras ocasiones, la figura de san Miguel no fue, en esta
ocasión, la advocación escogida. Esta vez el protagonismo se lo reservó
la virgen del Rosario. A tenor de los datos manejados en el pedimento
de Pedro de Liaño, la imagen rosarista fue la que ocupó las plegarias
palmeras. Quizás aún estuviera fresca en la mentalidad de la época la
memorable victoria frente a la armada turca en la batalla de Lepanto (7
de octubre de 1571). Cuentan los relatos piadosos que en aquella jornada
el papa Pío V ( 1504-1572), mientras participaba en Roma en el rezo del
rosario, tuvo una visión mística de la victoria naval de la Santa Liga. Y
así, a partir de aquel instante, la iglesia católica introdujo la festividad
de «Nuestra Señora de las Victorias» en su calendario litúrgico.
Por tanto, no es de extrañar que el licenciado Liaño encomendara su
suerte a la virgen del Rosario. Durante el asedio de Drake, el regidor
perpetuo invocó a esta advocación mariana en el disparo de los cañones
del castillo de San Miguel, y resultaron tan certeros estos balazos que los
mismos se atribuyeron a su auxilio sobrenatural. El historiador Gabriel
Gómez de Palacios fue quien depuso esta relación, refiriendo cómo oyó
a muchos vecinos, tanto eclesiásticos como letrados, la portentosa acción
atribuida a la virgen del Rosario. Según sus palabras, en el momento
de disparar los cañones de la torre de San Miguel, Pedro de Liaño se
encomendó al favor de la virgen en su advocación del Rosario; es más,
el gesto fue ensalzado en sus sermones por un antiguo padre presentado
'° Apud LORENZO RODRÍGUEZ ( 1975-2011 ), V. 1, p. 106.
1

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 247
62 Manuel Poggio Capole: El ataque Je Franci.l Drake a Santa Cru: Je la Palma según ..

de la orden dominica, que ahora ocupaba el cargo de prior del convento


de San Miguel de las Victorias de Santa Cruz de La Palma 150 . Conviene
recordar que la mariología católica concedía a la virgen un poder no
igual al de Dios, pero sí efectivo como intercesora. Aunque Lutero nunca
había negado esta posición, lo cierto es que la doctrina protestante fue
alejándose paulatinamente de esta creencia, hasta convertirse en negadora
de la acción mariana. La encomienda rosarista de Liaño resulta crucial
en el contexto religioso del que se reviste el intento invasor de Drake a
La Palma en 1585, convertido en batalla de fe; desde que Pío V insti-
tucionalizara la festividad de Santa María de las Victorias, con ocasión
del éxito alcanzado en Lepanto por la Liga Santa contra las galeras del
Impero Otomano, y Gregario XIII la fijase anualmente el primer domingo
de octubre, la virgen del Rosario y el rezo del rosario logran perpetuar
definitivamente su difusión. Liaño participa en este proceso y, así, los
herejes luteranos de La Palma, invasores del Atlántico, son identificados
con los originales herejes musulmanes de Lepanto, invasores del Medi-
terráneo, gracias al favor mariano en la advocación del Rosario y a las
coincidencias del común combate naval.
En previsión de una derrota como la de 1553, y en razón del grave
peligro sostenido frente a los atacantes luteranos, la imagen de la virgen
había sido trasladada del templo dominico hasta otro lugar no especifi-
cado. Derrotados los invasores, la imagen fue devuelta a la iglesia. Con
este fin se realizó «una procesión muy solemne para traer a Nuestra
Señora del Rosario a su casa; que la auían losfrailes sacado della por
el gran riesgo que les pareció corría la r;:iudad en tan fuerte ocasión y
en otras muchas que se ofrecieran de rebatos» 151 • Devuelta a su mora-
da, en el templo dominico debió de rubricarse la victoria: la triunfante
virgen de Lepanto frente a san Miguel, el divino gobernante y protector
de La Palma. Una victoria sobre la más poderosa flota naval que había
contemplado hasta entonces el Atlántico y comandada nada menos que
por el Dragón de la reina protestante de Inglaterra. Una metáfora que
probablemente se empleó para mostrar de nuevo al arcángel divino so-
metiendo al demonio infernal.

1
~ Véase apéndice documental n. 3: «vn padre presentado Je la orden del hien vuenturado Sancto Domingo que
11

ahora es prior del convento Je aquella isla Je la Palnw lo dixo en público y dixn más: que el dicho licen<;iado
liaño auía encomendado aquel nexo<;io a Nuestra Sc:i1ora del Ro...;ario en cuyo nomhre le dispararon las píeras
que asestá y Ji.\pan) C!I dicho lict!n~·itJdo liafw y/úe desharatado el enemigo y así i'ido darle las gra(ias al dicho
padre presentado y olros.kayles de W/Uf!l/a sancta ('l.JSW>.
"' Consúltesc apéndice documental n. 3; tambicn: FLR,ÁNDEZ GAREIA ( 1963).

248 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cric de La Palma según ... 63

4.4. LA PALMA TRAS EL ATAQUE DE FRANCIS DRAKE

Sin duda, tanto el intento de agresión de Drake como las funestas


noticias llegadas con posterioridad procedentes de otras islas minaron el
ánimo de los palmeros. No debe olvidarse la coetánea invasión de Morato
Arráez a Lanzarote, acontecida entre el 31 de julio y el 26 de agosto de
1586. A lo largo de casi un mes, las tropas de este corsario berberisco
asolaron la geografia lanzaroteña raptando, matando, fustigando e incen-
diando con saña cuanto tuvieron a su alcance. La ansiedad desencadenada
por estas referencias propició la articulación de unas defensas supletorias
en la ciudad de La Palma; en especial se temía un ataque nocturno que
los cogiese de improviso y sin tener activadas las medidas de protección
proyectadas con antelación. Debido a ello se pusieron en funcionamiento
unas guardias o velas sobre un retén de milicianos, pero muy pronto el
ayuntamiento tuvo que afrontar los gastos extraordinarios ocasionados
por esta vigilancia accesoria, por lo que habría que sustituir esta medida
por otra más viable. Así, en la reunión del concejo del 5 de septiembre de
15 86, los regidores comisionaron a Cristóbal González para que recorriera
las comarcas norte y oeste de La Palma con la misión de confeccionar
un listado de todos los vecinos capaces de contribuir económicamente
en el mantenimiento del destacamento de seguridad apostado en Santa
Cruz de La Palma. Dicho impuesto, sufragado, además, por los vecinos
de la demarcación capitalina, sería abonado por los habitantes de la isla
en partes proporcionales a sus recursos y hacienda 152 •
Se comprueba de este modo cómo el temor de un nuevo ataque por
parte del almirante británico u otro posible enemigo no decayó un ápice
en los meses siguientes. Cabría recordar unas confusas noticias conocidas
en Santa Cruz de La Palma a finales del verano de 1586, tras el regreso
de Drake a Inglaterra en su belicosa expedición a las Indias Occidenta-
les. Por aquellas fechas Diego de Guisla recibió una carta procedente de
Amberes en la que se le avisaba de la arribada a Portsmouth de la flota
de Drake. En dicha misiva se le comunicaban al pudiente caballero de
origen flamenco y avecindado en La Palma algunas figuraciones, tocantes
incluso con la fantasía; entre ellas la circunstancia de que Drake dejó,
tras la toma de Cartagena de Indias, una avanzadilla de 2.000 hombres, o
el inmediato reembarco del devoniano con una treintena de embarcacio-
nes para asaltar Perú a través del puente abierto en la mencionada urbe
152
Datos tomados de: GurnRA DiAz, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [Folletón publicado en
el periódico La asociación (Santa Cruz de La Palma, 1879-1884)]. La asociación: periódico democrático (Santa
Cruz de La Palma, 2 de abril de 1884), pp. [3-4]; ( 1O de abril de 1884), pp. [3-4].

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, lSSN: 1134-430-X 249
64 Manuel Poggiu Capote: El awque de Francis Drake a Santa Cru:: de La Palma según ..

colombiana. El pleno del senado palmés recogió en este sentido «que


Francisco Draque, inglés, es bue/to a Inglaterra dexando en la ciudad
de Cartagena de Indias de Su Magestad dos mil hombres de guarnición
y está en Ynglaterra para salir con treinta galeones pretendiendo llegar
al Perú por la dicha ciudad de Cartagena y puede que camino a de venir
por estas islas lo qua! ansimismo an confirmado otras personas que
binieron del reino de Francia» 153 •
Aunque estas noticias eran totalmente infundadas, el Cabildo de La
Palma -temeroso de un próximo ataque- las consideró como veraces.
En la sesión municipal del 30 de septiembre de 1586 se ponderó que
si «ansí fuese cierto lo sería tanto de benir el dicho Francisco Draque
sobre esta isla por el propio tiempo que el año pasado y antes por mucha
razones y causas que procedan y que son claras de entender por lo qua!
conuendría que esta ciudad e ysla estar muy apercibida para esperar vn
corsario tan fuerte». Por esta razón comenzaron a disponerse las medidas
defensivas encaminadas a preparar los castillos o surtirse de la pólvora
necesaria para repeler la presumible invasión. El consistorio, incluso,
debatió la posibilidad de fabricar pólvora en la propia isla, aunque fi-
nalmente se decantó por solicitar a los gobernadores y cabildos de Gran
Canaria y Tenerife seis quintales de cargas explosivas a cada uno 154 . En
este sentido, no hay que olvidar el tremendo gasto de pólvora que causó
la defensa de 1585 155 .
De igual manera se dispuso la visita a los pasos, entradas y salidas
del camino de Bajamar y La Caldereta «por donde se podría entrar y
venir a ofender a esta ciudad»; no en vano éstos fueron los puntos en los
que el año anterior la flota británica pretendió acometer el desembarco.
También se analizaron las garantías que ofrecía el castillo de Santa Cruz
del Barrio del Cabo, un simple reducto o pequeña fortaleza emplazada
en el extremo septentrional de la ciudad, mandada a fabricar en 1579 por
Juan Álvarez de Fonseca, gobernador de Tenerife y La Palma, con el fin
"' AMSCP: Lihro de arnerdos ( I 570-15117!, s. f., sign. 667. Sesión del 30 de septiembre de 1586.
''' AMSCI': Lihro de acuerdos (/570-/5/i?i. s. f.. sign. 667. Sesión del 30 de septiembre de 1586: «las dos cosas
primeras que convendría ser prevenidas y aprestadas con que las.fOrtale::as de esta ciudad estén en el punto que
Jew!n es/ar y que soldados arcahuceros sean pnH'eÍlÍos de alKunu pálhoru por esturjültos della y que pura estos
se llamen u el alcaide de /asjórtale::us y al condestahle de la artillería pura que de ellos se sepa lo que para lo
susodicho falta y si ahría afKuna horden de Jucerse pólvora en esta isla por no poder sf!r socorridu de alguna de
lus demás y e.\"fur ansí mismo desproveído ddhm. La fabricación de pólvora conllevaba la mezcla de tres tercios:
uno de salitre (nitrato), otro de carbón vegetal y, por último, un tercero de azufre.
1.;; En la sesión del 23 de noviembre de 1585. el Cabildo de La Palma debatió la escasez de reservas de explosivo

en el depósito o casa de la pólvora de la fortaleza principal de Santa Catalina. No en vano, en la señalada jornada
del 13 de noviembre hubo de repartirse muchas cargas entre los arcabuceros pertenecientes a las compañías del
interior de la isla, llegados a la ciudad sin pólvora «por no hallarse con propios». AMScP: Uhro de acuerdos
( I 51i4-/ 51i7), s. f.. sign. 669. Sesión del 23 de noviembre de 1585.

250 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Orake a Santa Cru~ de la Palma según ... 65

de «defenderse contra las barcas que en aquella parte quisieren venir».


Es decir, de una parte el consistorio trataba de asegurase la suficiente
munición y pólvora; de otra, era necesario el examen de los dos flancos,
norte y sur, de Santa Cruz de Palma. En estos dos emplazamientos era
donde se temía con mayor razón un posible desembarco. No debe per-
derse de vista que Drake había empleado esta táctica envolvente en los
ataques navales a Santiago (Cabo Verde), Santo Domingo (República
Dominicana) y Cartagena de Indias (Colombia), desplegados todos ellos
con notable éxito en su reciente expedición de 15 85-15 86. Si bien es
cierto que no se conoce si el concejo disponía de datos sobre este uso
combinado de la infantería de marina junto al apoyo frontal del fuego
proveniente de la artillería de la armada, lo cierto es que se consideró
oportuno guardar los costados de la ciudad.
A pesar de todas estas medidas preventivas, el miedo alcanzó cotas
elevadas. Un buen ejemplo de ello fueron algunas manifestaciones
emanadas del teniente de gobernador, Jerónimo de Salazar. En la misma
reunión municipal del 30 de septiembre de 1586, el licenciado Salazar
expuso ante el pleno el riesgo de una rebelión interna de los esclavos que
moraban en La Palma de modo paralelo al previsible ataque de Francis
Drake. Temía el presidente del Cabildo de La Palma la apertura de un
frente interno vertebrado por una quinta columna compuesta por los
500 esclavos negros y mulatos que poblaban la geografia insular. Bajo
este desasosiego, el expresado Salazar comunicó su preocupación de
que «habiendo ocasión de enemigos que sobre esta isla, [los cautivos]
vengan contrarios no sólo a sus señorías pero contra las demás personas
libres de la tierra, por alcanzar libertad harán cualquier atrevimiento».
El temor de los regidores del concejo palmero sobre esta cuestión no era
cosa pueril. En alguna ocasión anterior ya Drake había operado con este
proceder. Cabe recordar que en las campañas de 1571y1572-1573, en
aguas de Panamá, el marino devoniano unió sus fuerzas a filibusteros
franceses y a un nutrido grupo de esclavos negros escapados y que se
negaban a ser sojuzgados por las autoridades españolas. En sucesivas
acciones los cimarrones prófugos y Drake se revelaron como fieles aliados
aglutinando sus intereses comunes en contra de la monarquía hispana 156 .
Era lógico, pues, que en 1586 las noticias de estos hechos se conocieran
con amplitud en Canarias y el cabildo palmés recelara de una eventual
situación análoga en la geografía insular. A diferencia de Panamá, en La
Palma el empleo de los esclavos estaba confinado en los ingenios azuca-
1" KELSEY (2002). pp. 79-99: SuaDEN ( 1990), pp. 39-65.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 251
66 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Druke a Santa Cnc de la Palma según ...

reros de Argual, Tazacorte y Los Sauces, pero recordemos que ya en el


ataque de 1585 Drake había dividido sus fuerzas navales, dirigiendo una
parte de su flota a la costa oeste de La Palma, en las proximidades de estas
plantaciones del valle de Aridane. No obstante, el consistorio determinó
la imposibilidad de tomar ninguna medida en este asunto debido a «que
no se puede dar otra mejor orden hasta cuando se vea la ocasión de
lo que se ofrezca cerca de esto y que en el ínterin, su merced, el señor
teniente, como juez ordinario de esta isla y capitán general de ella haga
y provea de lo que más convenga acerca de esto contra cualquier de los
esclavos que fueren inobedientes o ficieren alguna cosa indebida» 157 •
En cualquier caso, la fama cosechada por Drake --más ampliamente
prestigiada en el mundo hispánico que en el anglosajón~ pronto pro-
porcionó nuevas evidencias. Un año más tarde de estas incidencias, en
la sesión del concejo de La Palma del 19 noviembre de 1587, se dejó
constancia de la noticia de una nueva salida de Drake desde Londres con
40 navíos. En idéntica forma, durante el mes de agosto previo, la isla
había recibido un aviso procedente de la corte en el que advertía de «que
en los mares de poniente andan navíos de enemigos corsarios de quienes
se puede presumir intentarán emprender, de saquear y robar las islas
Canarias» 158 • Pero una vez transcurrida la tensa espera de 1586, esta vez
el concejo palmero se mostró mucho más sólido en la confianza de sus
propias fuerzas. Se dibujaron las características de un posible desembarco
que, de modo invariable, debía ser efectuado mediante el uso de barcas
y lanchas. En el análisis de estas operaciones, el cabildo insular dedujo
que para que estas maniobras resultaran eficaces las embarcaciones de
asalto debían encontrarse protegidas y apoyadas por los barcos de la flota
enemiga, los cuales obligatoriamente debían acercarse lo suficiente a la
ribera insular como para poder ser cañoneados con facilidad desde las
fortalezas palmeras. Debido a ello, el pleno municipal puso su acento
en los alcaides de los castillos 159 .
No cabe duda de que el vigoroso ataque de Drake descubrió a los
ojos isleños dos importantes conclusiones. La primera era que, debido
a la orografía de la isla, la única forma de invasión sería la ejecutada de
'"Datos tomados de: GuFRRA DiAz, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [Follelón publicado en
el periódico la usuciadún (Santa Cruz de La Palma, 1879-1884 )] . la asociación: periódico democrálico (Santa
Cruz de La Palma, 10 de abril de 1884), pp. [3-4].
'"Datos tomados de: GUERRA DiAz, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [Folletón publicado en
el periódico la asociación (Santa Cruz de La Palma, 1879-1884)]. la asociacúin: periódico dcmocrúticv (Santa
Cruz de La Palma, 28 de abril de 1884). pp. [3-4]. Recoge la sesión del 25 de agosto de 1587.
1·"' Datos tomados de: GurnRA DiAZ, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [ Folktón publicado en
el periódico la asociaci<Ín (Santa Cruz de La Palma. 1879-1884)]. la asociaci<Ín: periódirn democrático (Santa
Cruz de La Palma. 22 de junio de 1884). pp. [3-4]. Sesión del 19 de noviembre de de 1587.

252 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 67

manera directa contra el litoral de Santa Cruz de La Palma. El desembar-


que en otro lugar de la geografia palmense, como había referido Torriani
con anterioridad, se revelaría muy complicado y tortuoso. Por su parte,
en la capital palmera planear este tipo de maniobras conllevaba el uso de
barcas para el transporte de las tropas de infantería junto a un apoyo de
artillería desde las embarcaciones matrices. Sin embargo, como se había
observado, esta operación suponía una temeraria exposición de las naves
principales al fuego procedente de los castillos locales. La segunda de
las conclusiones esgrimidas por los regidores se derivaba de la anterior;
muy sencilla en su planteamiento, razonaba que cada una de las forti-
ficaciones debía estar comandada por una persona competente. Con el
objetivo de solventar cualquier incertidumbre o vacilación, como había
sucedido en 1585, el cabildo decretó que convenía que hubiera en los
castillos «alcaides y hombres de razón y de buen gobierno y de ánimo».
De esta guisa el concejo determinó la continuación de Pedro Hemán-
dez Señorino al frente del castillo de San Miguel del Puerto. No olvidemos
que dos años antes, durante el ataque de Drake, Señorino era el alcaide
del castillo principal de Santa Catalina. Ahora, esta última fortaleza se
encontraba bajo las órdenes Gaspar de Alcacer Cervellón, hombre válido
aunque entonces muy aquejado de perlesía. Por último, en el cubelo de
Santa Cruz del Barrio del Cabo no existía persona señalada que sirviera
de alcaide, ni tampoco gente destinada al mismo. Por ello los regidores
determinaron solicitar al teniente de gobernador que estipulase los indi-
viduos destinados a ocupar tal responsabilidad.
En cualquier caso, aparte de esta estrategia o protocolo local de
actuación, en noviembre de 1587 otras razones coadyuvaron a que los
pobladores de La Palma se revelaran más serenos. Poco antes se había
recibido una partida de cien mosquetes, cuatro quintales de plomo y otros
cuatro de cuerda, todos ellos remitidos por la corona y que el cabildo
distribuyó parcialmente y en depósito entre algunos vecinos de la isla.
Finalmente, y como culminación de todo ello, en este mismo mes se
encomendó a las compañías de Las Breñas y Santa Cruz el trabajo de
mantenimiento en las zanjas destinadas a las milicias insulares, alzando
«las trincheras que están caídas a las costas de la mar donde se han de
defender y resistir la entrada a los enemigos si viniesen» 160 •
Finalmente, el ataque de Drake a Santa Cruz de La Palma supone
una demostración más, entre tantos otros ejemplos, de la necesidad de
1
"' Datos tomados de: GUERRA OiAz, Pablo. «Apuntes para la historia de isla de La Palma» [Folletón publicado en

el periódico la asociación (Santa Cruz de La Palma, 1879-1884)]. la asociación: periódico democrático (Santa
Cruz de La Palma, 22 de junio de 1884 ), pp. [3-4]. Sesión del 19 de noviembre de de 1587.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 253
68 Manuel Poggio Capote: El utuque Je Fruncís Druke u Sanra Cric de Lu Palmu según ...

establecer un sistema defensivo centralizado y coordinado en las islas


Canarias. Así lo entendió el monarca, que tomó las medidas oportunas
cuando, después de la destrucción de la Armada Invencible en 1588 y
la consiguiente incertidumbre con respecto a los peligros provenientes
de Inglaterra, decidió crear el cargo de capitán general de Canarias en
la persona de Luis de la Cueva y Benavides 161 •

4.5. EL CASTILLO DE SAN MIGUEL DEL PUERTO

Antes de concluir estas líneas conviene fijar la atención en el bastión


que sujetó eficientemente la defensa de Santa Cruz de La Palma en la
jornada del 13 de noviembre de 1585: el mencionado castillo de San
Miguel. Conocido también como la Torre del Puerto, fue la primera
fortificación que se erigió en el nuevo territorio castellano; su destino,
como no podía ser de otro modo, se adscribió al arcángel protector de
La Palma, a cuyo celo también se había encomendado la conquista de
la isla y, ahora, la tutela de la nueva administración hispana. Los inicios
de la construcción del fuerte se remontan hacia 1511, bajo el mandato de
Alonso Fernández de Lugo, adelantado de Canarias y gobernador de La
Palma. En 1515 las obras ya se encontraban finalizadas, encontrándose
el regidor de la isla Vasco de Baamonte como su alcaide. Los trabajos
supusieron una inversión de 250 ducados 162 . En 1517, dos años más tarde,
tras el presumible óbito de Baamonte, Carlos I agració a su pastelero
Pedro de Rada como regidor de la plaza y castellano de este baluarte. Se
trató de una merced de carácter honorífico aunque favorable en rentas,
y con ella quiso el emperador beneficiar a su repostero de cámara. El
pastelero real debió de tomar posesión de ambos cargos a través de un
apoderado, dado que no existe testimonio de que se trasladase nunca
hasta el archipiélago 163 • El nombre de los subsiguientes castellanos, así
como su mecanismo de elección, nos es desconocido debido a la pérdida
de la documentación perteneciente a la primera mitad del siglo XVI.
En todo este tiempo, la torre del Puerto fue un simple cubelo de planta
hexagonal, fabricada en mampostería, cuyo acceso se realizaba por una
única puerta situada en el costado sureste. El torreón disponía de dos
alturas; en la primera se encontraba una habitación para el cuerpo de
guardia, abierta al exterior por alguna tronera; en la segunda planta se
hallaba la plaza de armas protegida por pretiles, con varias garitas y con
""' Ár.AMO MARTELL (2000), pp. 36-38.
"' 1 SERRA RAFOLS (
1968). p. 392.
"" RuMr.u nr. ARMAS ( 1947), v. 11, 1' pane, p. 233.

254 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cnc de la Palma según ... 69

las correspondientes piezas de artillería. El edificio lucía tres emblemas


heráldicos: un gran escudo de España sobre el acceso principal, y el blasón
de la isla y otro alusivo a Femández de Lugo en distintos paramentos
secundarios 164 • Resultan muy curiosas las armas de este último escudo
-el correspondiente al adelantado-, en cuyo programa se mezclaron
los cuarteles de La Palma con los privativos de su propia familia. Ello
se debió seguramente al deseo de Femández de Lugo de manifestar de
modo ostensible su gobierno sobre la torre, cuya castellanía-no olvide-
mos- había sido concedida en 1517 al pastelero real Pedro de Rada 165 •
En este estado, el castillo de San Miguel fue el único reducto existente
en Santa Cruz de La Palma durante la primera mitad del Quinientos.
Emplazado en la ribera de la ensenada portuaria, el sistema militar de
la entonces villa se reducía a su protección, disponiéndose en un mismo
eje el fondeadero, la plaza comercial del muelle y el referido fuerte 166 •
En 1524 se le había dotado con artillería de hierro, posiblemente cuatro
bombardas 167 • Y en esta precariedad de medios, la capital palmera con-
templó y consiguió salir airosa del ataque francés de Bnabo en 1537 168 •
Poco después, el desarrollo urbano de Santa Cruz de La Palma co-
menzó a demandar una organización defensiva más compacta. En tomo a
1528 se habían iniciado las obras de una segunda fortificación, el castillo
de Santa Catalina, aún en cimientos en julio de 15 53, cuando acaeció el
ataque de Frarn;:ois Le Clerc. Así, tras la invasión francesa y sus cala-
mitosas consecuencias, el concejo de La Palma perfiló el nuevo sistema
defensivo. En los años inmediatos al ataque francés se acometió de una
vez la finalización del castillo de Santa Catalina, obra iniciada -como
decíamos- a finales de la década de 1520, y concluida en 1560. Tam-
bién se rehabilitó el castillo de San Miguel, dañado y obsoleto después
del asalto marítimo de los corsarios hugonotes. El entonces gobernador
de Tenerife y La Palma, Diego López de Cepeda, calificaba la torre de
<<pequeña, inútil y sin ninguna maña para la defensa» 169 • Las obras en
el baluarte miguelino se abordaron con celeridad; de hecho, los trabajos
ya casi habían terminado a poco más de un año de su comienzo ( 13 de
agosto de 1554), dándose por concluidas las reformas en 1555. Este
cambio comprendió la erección de un terraplén de planta trapezoidal
en el frente de la torre, cuyo perímetro quedó ceñido por un grueso
1""' RUMEU DE ARMAS ( 1947).v."· l" parte. pp. 234-235.
165
ÜOMEZ-PAMO Y GUERRA DEL Río ( 1992), pp. 817-827.
1
'"" PÉREZ MORORA, RODRÍGUEZ MORALES (2008), p. 66.
167
Tous MELIÁ (2007), pp. 61-62.
1
°' RUMEU DE ARMAS ( 1947), v.!, pp. 83-98; SERRA R..\EOLS ( 1968), pp. 383-403.
1
°' P1Nrn v DE LA RosA ( 1996 ), p. 364.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 255
70 Manuel Poggio Capote: El ataqu<! de Francis Drake a Santa Cnc de La Palma según ...

parapeto con pretiles, así como por otro muro que cubría el frente de la
plaza marítima. Desde este terraplén fue desde donde, presumiblemente,
Pedro de Liaño obró los certeros disparos que atravesaron el Bonaventure
y pusieron en peligro la vida del almirante Drake. Con estas mejoras
se consiguió aprestar una fortificación mucho más holgada: el castillo
disponía, de un lado, del primitivo cubelo a modo de torre del homenaje;
de otro, de un recio lienzo de murallas en las que emplazar cañones para
la defensa de los navíos surtos en el puerto 17º.
La red de baluartes se completó con la construcción de un tercer
castillo: el de Santa Cruz del Barrio del Cabo, concluido entre 1579 y
1582; antes, en 1554, se había ideado la erección de un fortín en La Cal-
dereta, trabajo nunca emprendido y cuyo patrocinio, ofrecido por Juan
de Monte verde ( 1519-ca. 1570) a cambio del título de capitán general de
La Palma, se destinó, finalmente, a la terminación del castillo de Santa
Catalina 171 • El sistema defensivo, por último, se completaba con una serie
de trincheras dispuestas a lo largo del litoral.
En cuanto al castillo de San Miguel, es necesario subrayar la periódica
necesidad de artillar la fortaleza de modo conveniente; se entienden así
las solicitudes efectuadas entre 1555 y 1557 por el concejo palmero al rey
con el objetivo de adquirir nuevos y más potentes cañones. En idéntica
forma, los castellanos, salvo el paréntesis en el que Juan de Monteverde
ejerció como capitán general de La Palma (1554- 1568), pasaron a ser
designados por el pleno del cabildo. En una fecha aún indeterminada
pero posterior a 1587, se construyó la denomina Puerta de Tierra en el
cerramiento del costado este de la plaza portuaria 172 • Este acceso coronó la
delimitación de la plazoleta del muelle consiguiendo proporcionar al foro
comercial un aspecto más estilizado; dicha puerta comunicaba el muelle
(ya con un malecón en 1502 y con claras alusiones a sus condiciones en
1539) 173 con el espacio mercantil desarrollado a la vera del castillo de
San Miguel. La Puerta de Tierra, alineada con el espigón portuario, era
el punto en el que se delimitaba la frontera isla-mar; aquí, por ejemplo,
se cobraba el almojarifazgo; la plaza contigua a la Puerta del Mar, por
su parte, era el «espacio de entrada y salida de mercancías y pasajeros,
"" R11MLU DE ARMAS ( 1947), v. 11. 1" parte, pp. 233-249; MARRLRO RooRiGuEz. SoL,\No Ru1z. DiAZ PADILLA (2005),
pp. XXX, 11, 44 y 46.
1
" RllMl'L DE ARMAS ( 1946 ). pp. 3-16.
17
~ Torriani no recoge la Puerta de Tierra en su manuscrito Descripción e historia del reino de las islas Canarias.
171
SANTA CRUZ, Alonso de. Islario general de todas las islas del mundo dirigido a las SCR. del reyno Philipe
nuestro seiior por Andrés García Céspedes, su cosmógrafO mayor. Manuscrito. 1560. Biblioteca del Monasterio
de El Escorial. [Recurso en línea de la Biblioteca Nacional de Espaiia]. Sobre el puerto de Santa Cruz de La Palma
dice: «y aunque no es muy hueno tiene un huen muelle)). Agradecemos este dato a José Alberto Cabrera Rodríguez.

256 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de La Palma según ... 71

lugar de tratos y de negocios y foco clave de la vida económica de la


ciudad» 174 • Todo ello fue coronado en 1599, con la edificación en este
punto de la batería denominada de la Cruz o de San Antonio.
En 1587, poco después del ataque de Drake, el castillo de San Miguel
se hallaba artillado con cuatro piezas: los cañones «San Juan», «Mortero-
lo» y «La Rosa» y una culebrina de hierro. En 1591, el baluarte disponía
de una culebrina, dos sacres y un cañón. Atendían este armamento un
artillero profesional y varios ayudantes y auxiliares 175 ; el gobierno general
era responsabilidad de un alcaide.
Durante los siglos XVII-XIX el castillo de San Miguel no sufrió
alteraciones profundas. Quizás una de las referencias más sustanciosas
data de 1642, fecha en la que se adquirió un importante lote de cañones
con el fin de sustituir la añeja artillería del conjunto de fortificaciones de
Santa Cruz de La Palma 176 • Llegado el Setecientos, el estado del castillo
era lamentable. El poco cuidado en su mantenimiento propició que el
Cabildo de La Palma tuviese, en más de una ocasión, que atender la
conservación del mismo. En 1741, con la visita del nuevo comandante
general de Canarias, Andrés Bonito Pignatelli, y la declaración, poco
antes, de la Guerra de la Oreja con Inglaterra (1739-1748), el sistema
defensivo de la isla fue inspeccionado. En esta visita se fijaron las obras
a realizar en los castillos de Santa Catalina, San Miguel y Santa Cruz
del Barrio del Cabo, así como la construcción de un nuevo fuerte en
la punta de San Carlos. En estas fechas el baluarte miguelino disponía
de cuatro cañones de bronce. Sin embargo, con el discurrir del siglo se
abandonaron estos cuidados. De hecho, en 1790, el estado del castillo
era ruinoso, y según un informe de aquel año, bastaría el estruendo de
su propia artillería para que cayese al suelo 177 •
El castillo de San Miguel pervivió de esta manera hasta el ocaso del
siglo XIX, cuando fue demolido. Con anterioridad, en 1862, algunos veci-
nos de Santa Cruz de La Palma ya habían solicitado el derribo del fuerte;
de igual modo, en 1868 Sebastián Arozena y Bias Carrillo presentaron
un informe en el mismo sentido ante la Junta de Gobierno creada en La
Palma tras el triunfo de La Gloriosa1 78 • Tras estos frustrados intentos,
"'PEREZ MORERA, RooRiGuFz MORALES (2008). p. 65.
°" RUMEU DE ARMAS ( 1947). V. 11, pp. 233-249.
,,. RUMEU DE ARMAS ( 194 7), v. "'· I" parte, p. 108.
177 RuMEU DE ARMAS ( 1947), v. 111. 2" parte, pp. 585-597.

m «Estracto de los principales acuerdos tomados por la Junta de Gobierno de esta isla». El Time: periódico de
intereses generales (Santa Cruz de La Palma, 7 de diciembre de 1868). pp. 2-3. En la sesión del 2 de noviembre
de trataron, entre otros asuntos: «el informe encargado a los Sres. D. Sehastián Arocena y D. Bias Carrillo en acra
del 28 de octubre sobre el ensanche de la plaza del Muelle, demoliendo el torreón que se sitúa casi a su centro;
en el cual se propone el desbarate del mencionado torreón, visto el estado de inutilidad en que, con anterioridad.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, !SSN: 1134-430-X 257
72 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a San/a Cruz de la Palma según ...

en 1872 fue el propio consistorio de la capital palmera el que formalizó


ante las autoridades militares una petición similar, tanto por el mal estado
del edificio como por la exigencia de ampliar la plaza del puerto. Un año
más tarde, en 1873, la Subinspección Militar denegó las peticiones de su
demolición en razón a garantizar una adecuada defensa. Y en 1877 una
real orden de 20 de julio ratificó la denegación de su destrucción 179 . La
prensa local, no obstante, continuaba con su campaña, que afloraba cada
cierto tiempo, para la demolición del baluarte. En el verano de 1880, por
ejemplo, se aprovechó la coyuntura del derribo del fuerte de Santa Ana,
en Las Palmas de Gran Canaria, para recordar la cuestión pendiente del
castillo palmero 180 .
A finales de la centuria decimonona las nuevas modas urbanas y la
necesidad de contar con espacios más amplios desembocaron finalmente
en la necesidad del derribo del viejo castillo. El edificio se hallaba situado
justo en el final de la calle Trasera o Álvarez de Abreu, e impedía un
cómodo tránsito por esta vía. Además, coexistían la necesidad de ampliar
la plaza del muelle y el lucrativo interés de emplear la piedra resultante
del derribo en otras obras más provechosas en aquel instante. El castillo
de San Miguel era así visto como un estorbo para el desarrollo urbano
de la ciudad.
El 12 de marzo de 1895 se anunció la salida a subasta de la fortifi-
cación por la cantidad de 2.157,65 pesetas. La puja se celebró el 15 de
abril siguiente 181 • En este consenso social para su derribo, y estudiadas
las ventajas del mismo, las gestiones se aceleraron gracias a las dili-
gencias del diputado en cortes Francisco Femández de Henestrosa 182 ,
no exentas de alguna polémica periodística 183 • Finalmente, en subasta
efectuada por el rematador Manuel Acosta y González, la torre de San
Miguel fue adjudicada al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, cuyo
propósito no era otro que derribarla «con el.fin de mejorar el aspecto de

file declarado por peritos nomhrados al efecto, destinando los almacenes el .vitio que da al mm; delineada la calla
de la Marina, conjOrme a los planos que acompañan: y se acordó de con.fOrmidad con el relacionado in_fhrme y
que se ponga en conocimiento del Gobernador militar de la isla para que emita su dictamen sohre el particulan>.
Recogido también en: LoRLNZO RnnRiGUEZ ( 1975-2011 ), v. 111, p. 336.
'"CASTELLANO G1L, MAciAs MARTÍN, SuÁREZ AcoSTA ( 1990), pp. 73-74.
l!io «Crónica general». La nueva Palma: periódico político·"' de intereses generales (Santa Cruz de La Palma, 2

de agosto de 1880). p. [3].


1111
«Cosas varias». El adalid: periódico político y de intere.\·es generales (Santa Cruz de La Palma, 30 de marzo
de 1895), p. [2]; LORENZO RoDRIGUcZ ( 1975-2011 ), V. '· p. 142.
111
~ «Cosas varias». El adalid: periódico político y de intereses generales (Santa Cruz de La Palma 1 4 de mayo
de 1895), p. (3).
111
~ «Sueltos y noticias». El grito del puehlo: semanario de intereses generales (Santa Cruz de La Palma, 4 de
marzo de 1897), p. (3); «Sueltos y noticias». El grito del pueh/o: semanario de inrereses generales (Santa Cruz
de La Palma, 3 de junio de 1897), p. [3].

258 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque ele Francis Drake a Sama Crn= de l a Palma según ... 73

la población» y acometer la «ampliación de la plazuela del muelle» 184 ;


parte de la piedra resultante de la demolición se destinó al acerado de
varias calles 185 •
Los trabajos del derribo comenzaron el 17 de mayo de 1897 186 • A fina-
les del siglo XIX o, como muy tarde, en los albores del XX, la estructura
del castillo de San Miguel desapareció para siempre de la silueta san-
tacrucera. Únicamente han pervivido en la Real Sociedad Cosmológica
de Santa Cruz de La Palma, dentro de su sección de glíptica, los tres
escudos heráldicos adosados al primitivo cubelo. Los mismos quedan
como mudos testigos del ataque de Francis Drake en 1585, cuyo recuerdo
ha propiciado que en los últimos años se haya planteado la rehabilitación
o, incluso, la reconstrucción de esta señera fortificación 187 •

5. CONCLUSIONES

Aunque el motivo central de este artículo sea el análisis del docu-


mento en el que se recoge la información solicitada por Pedro de Liañ.o
sobre su actuación en la defensa contra Drake, a la vista de las diferentes
relaciones que sobre la jornada del 13 de noviembre de 1585 hemos
repasado en este artículo, podemos extraer algunas conclusiones que
se refieren de forma global a aquella jornada bélica, sin limitarse a la
actuación del jurista. De esta manera, por ejemplo, podemos identificar
los motivos principales por los que el ataque de la armada inglesa contra
Santa Cruz de La Palma resultó fracasado. En primer lugar, fue decisivo
el hecho de que Drake se enfrentara a la situación con el convencimiento
previo de que ganaría con facilidad, pues venía de experimentar cómo
en Galicia los españoles huyeron en sus barcos llevándose sus bienes
en lugar de hacer frente al ataque corsario, ofreciendo así un botín más
fácil de apresar. Por ello en La Palma planteó batalla a plena luz del día
y tomó el camino directo hacia la playa, como si no existieran elementos
defensivos, algo que se le volvió en contra de inmediato.
Otro elemento fundamental fue que los isleños habían tenido tiempo
de preparar una movilización general de las milicias, un control del mar
'" AMscr: libro de actas ( 1897) , f. 65r. Sesión del 19 de junio de 1897; «Noticias locales». El país: periódico
político y de intereses generales (Santa Cruz de La Palma, 8 de mayo de 1897), p. [2].
'"'«La estatua». El g rito del pueblo: semanario de intereses generales (Santa Cruz de La Palma, 8 de febrero
de 1897), p. [2].
'" «Noticias locales». El país: periódico político y de interese.< generales (Santa C ruz de La Pa lma, 18 de mayo
de 1897), p. (2] .
'" Poorno CAPOTE (2008). p. 19; ÜRTIC.UEIRA (2010 y 2013). i11 totem. Entre las propuestas cabría apuntar las de
señalizarla, descubrirl a en horizonlal o recuperarla en tres dimensiones en escala natural con materiales contem-
poráneos y como oficina de turismo.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto de l Rosario (201 4), pp. 187-285, ISSN : 1134-430-X
259
74 Manuel Poggio Capote: El ataque Je Francis Drake a Santa Cru: de La Palma según .. .

desde las atalayas y una organización estratégica de la defensa, pues cono-


cían de antemano la presencia de la flota inglesa en aguas del archipiélago
e incluso la habían visto una semana antes merodeando por La Palma.
También la artillería de los castillos costeros, en principio escasa,
resultó muy eficaz, y el alcance de su tiro reveló ser suficiente no sólo
para alcanzar las lanchas de desembarco, sino incluso las propias naves
de la flota. En ellas cualquier impacto podría causar muchos daños, pues
un enorme número de hombres atestaba las cubiertas, casi sin espacio
para moverse. Por su parte, las armas de las milicias, que sin duda
habrían sido insuficientes para enfrentar un ataque en terreno abierto
contra piqueros y arcabuceros británicos profesionales, bastaron para
mantener desde tierra una posición defensiva ante soldados apostados
en lanchones. Esta desventaja de los ingleses fue magnificada por el
hecho impredecible de que la jornada amaneciera con marejadilla, pues
el oleaje dificultó enormemente cualquier maniobra naval, tanto de los
lanchones de desembarco, que podían zozobrar, como de los barcos,
que en ocasiones, como le sucedió al Bonaventure, necesitaron ayuda
de los botes para virar.
Por lo que respecta directamente a la actuación de Pedro de Liaño,
ya hemos apuntado que el informe que defiende su papel en la jornada
adolece de un exceso de protagonismo, equivalente, en cualquier caso, al
que podemos atribuir a la versión oficial que apoyaba el papel de Jerónimo
de Salazar. Hecha esta salvedad, lo cierto es que la versión contenida en
este informe encierra un grado adicional de credibilidad, que no es otro
que el que aportan los detalles más miserables del relato. Nos referimos
al desvelamiento de dos flaquezas que podían haber puesto en riesgo la
defensa de Santa Cruz de La Palma, y que, una vez superadas gracias
a la acción de un solo hombre (por seguir con el relato personalista de
Liaño), convenía mantener en silencio para no provocar la vergüenza
de las instituciones palmeras e incluso de las metropolitanas. Estas dos
flaquezas fueron el miedo de los defensores, ejemplificado en los intentos
de deserción, y la obsolescencia de la artillería.
Los amagos de deserción, sofocados por Pedro de Liaño, estaban, sin
duda, provocados por el miedo, pues la envergadura de la flota británica
no podía sino traer recuerdos de aquella otra que, en 1553, arrasó toda la
ciudad bajo el mando del francés Le Clerc. Aquella invasión, de la que
aún quedaban huellas reconocibles en La Palma, había resultado exce-
sivamente trágica para los palmeros, y por ello parece comprensible el
espanto que podía causar el avistamiento frente a la ciudad de una flota

260 TEBETO. ANEXO 1. Puerto del Rosario 12014). pp. 187-285, ISSN : 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 75

hostil de miles de corsarios a las órdenes del temible Francis Drake.


Acalladas estas deserciones en las actas del concejo de La Palma y, por
supuesto, en el informe de Salazar enviado al rey, resulta revelador que
todos los testigos de Liaño que declararon en su pedimento incidieran en
ellas, pues con esto vienen a contradecir las afirmaciones del teniente de
gobernador de que los vecinos esperaban el ataque «con mucho ánimo»,
e incluso invalidan las interpretaciones posteriores de que los palmeros
trataron de compensar con una extraordinaria valentía la vergonzosa
pasividad mostrada contra los hugonotes.
Por otro lado, esta misma circunstancia concuerda con algunas afir-
maciones de Leonardo Torriani referidas a la cobardía de los palmeros,
unas aseveraciones que hasta el momento no eran comprensibles porque
el relato de los hechos redactado por el ingeniero italiano no recoge epi-
sodios de defección. Así, aunque Torriani supiera del fracaso de 1553,
fue testigo de excepción de la victoria de 1585, en la que hasta ahora
no habíamos oído hablar de brotes de cobardía; y sin esta aportación de
Liaño no se comprende tan severa apreciación.
Por lo que respecta a la artillería, todos los barcos de Drake pasaron
ante el reducto del Barrio del Cabo y ante el castillo principal de Santa
Catalina sin que sus respectivas dotaciones pudieran hacer nada contra
ellos, y cuando los cañones de este último baluarte comenzaron a disparar,
sus mayores y principales piezas quedaron descabalgadas de inmediato,
dejando el céntrico bastión al abrigo de las piezas más pequeñas y de
menor alcance. Sólo quedaba, entonces, la pequeña torre conocida como
castillo de San Miguel, en el puerto, que contaba únicamente con dos
cañones operativos y que en ningún caso estaba concebido como centro
del sistema defensivo de la ciudad. Todo hace indicar que fue la suerte
-y, por supuesto, la pericia del artillero, fuera o no Pedro de Liaño- la
que hizo que los primeros cañonazos de este fortín impactaran contra la
imponente nao capitana, cuya presencia en cabeza de la flota no puede ser
considerada más que una imprudencia de su almirante, quien a partir de
esta jornada no volvería a poner a tiro la nave en sus frecuentes asaltos.
Existen varias explicaciones posibles para dilucidar por qué se des-
cabalgaron los cañones de Santa Catalina. Una de ellas es el posible
deterioro de las cureñas causado por el uso o la intemperie, de manera
que no resistiesen la potencia de los propios cañones que sustentaban 188 •
Este deterioro sería achacable a los propios artilleros, encargados del
mantenimiento óptimo de las piezas, aunque no hemos de olvidar que
'"' F1RRUFINO (1626), f. 48v-49r.

TEBETO. ANEXO 7. Pueno del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 261
76 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ...

para este mantenimiento era necesario contar con un suministro adecuado


de recursos materiales a los que posiblemente no tenía acceso el ejército
en La Palma. Otras explicaciones posibles son una administración inade-
cuada de la pólvora para disparar, un cálculo erróneo de las cantidades
de pólvora o de su composición, o incluso una ubicación deficiente de
las piezas de artillería. Sea cual sea la explicación, resulta indiscutible
que la dotación artillera de La Palma era defectuosa, bien fuera por la
obsolescencia de las piezas o por la poca formación de sus operadores,
y el estado en que quedaron tras este día hizo que los regidores se vie-
ran impelidos a solicitar un refuerzo de la cañonería y una mejora en el
suministro de pólvora, como se refleja en las actas del 22 de noviembre.
El daño producido por los cañones que se mantuvieron activos es el
punto más controvertido de aquella jornada. No resulta fácil dilucidar si,
en efecto, los defensores de La Palma lograron matar a algunos acompa-
ñantes de Drake en el Bonaventure, e igualmente continúa sin aclararse
el posible hundimiento de algún barco de los de la flota de Albión. En
cuanto a la primera cuestión, no es de extrañar que los ingleses sufrieran
pérdidas humanas en la refriega, cifradas por algunos en treinta o cuarenta
hombres -aunque éste no es un cálculo coetáneo- y obviadas por las
crónicas inglesas y los libros de bitácora de la expedición por tratarse
de miembros prescindibles de la marinería o de la soldadesca, pero la
verdad es que los historiadores no han logrado dar con un solo dato fia-
ble que refrende la muerte de ningún lugarteniente del almirante, y las
únicas referencias que hayamos en el documento de Liaño, alusivas al
posible deceso de un pariente de la reina británica, provienen de noticias
de segunda mano atribuidas a un inglés que, al parecer, pudo hablar con
Drake en su breve desembarco herreño y luego informó en La Palma de
los detalles de este encuentro.
Por lo que respecta al naufragio de algún barco durante la batalla, la
cuestión se erigía como una de las más controvertidas del relato histórico,
pues las fuentes coetáneas, tanto españolas como inglesas, carecen de
referencias sobre el hundimiento de ningún navío, mientras que innume-
rables fuentes posteriores dan por cierto este extremo. La información
del pedimento nos invita a estudiar la posibilidad de que se produjera, en
efecto, el hundimiento de una embarcación, pero en tal caso se trataría
de un barco de pequeño porte al que ninguno de los contendientes daría
demasiada importancia en un principio. Llegamos a esta conclusión por
el peculiar uso del término 'bajel' en el legajo estudiado, pues en él los

262 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque Je Franris Drake a Santa Cne de La Palma según ... 77

bajeles forman parte de la caterva de navichuelas que navegaban entre


las naos de la flota.
En último lugar, el episodio del intento de desembarco en la ensenada
natural de San Simón parece responder a una improvisación de Drake.
En este sentido recordamos las apreciaciones de Harry Kelsey, según las
cuales entre las muchas cualidades bélicas de Francis Drake faltaba la
capacidad de organizar y planificar189 . Por ello había salido de Plymouth
sin las suficientes vituallas y por ello perdió varios días de travesía en
el archipiélago canario, tanteando al menos las islas de La Palma, Gran
Canaria, La Gomera y El Hierro para decidir in situ si las atacaba o no.
Resolvió asaltar únicamente la capital palmera, de la que, si hemos de
creer las palabras de Drake de las que se hizo eco Diego de Espinosa en
el pedimento de Liaño, salió ileso sólo por dos dedos.

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268 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 83

del italiano, con introducción y notas por Alejandro Cioranescu. Santa


Cruz de Tenerife: Goya.
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APÉNDICE DOCUMENTAL

Las tres piezas incluidas en este apéndice se presentan ordenadas según


una secuencia cronológica. Debe observarse que el documento n. l se ha
colacionado únicamente a partir de la edición de Rumeu de Armas ( 194 7-
1950). Los restantes se han transcrito de las fuentes originales, las cuales
se indican en las fichas correspondientes. En cada una de las entradas, en
primer lugar, se muestra el encabezamiento, señalado por un número de
orden, sigue una descripción catalográfica para concluir con la transcrip-

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 269
84 Manuel Poggio Capote: El ataque de Fruncis Druke a Sunta Cruz de Lu Pu/mu según ...

ción completa. Los criterios paleográficos observados en esta edición


pueden ser abreviados en el respeto a la grafia original, desarrollo de las
abreviaturas y el uso de puntuación y acentuación modernas donde ha
sido necesario para facilitar su lectura.

1586, abril, 7. Santa Cruz de La Palma

Jerónimo de Salazar, teniente de gobernador y capitán general de la isla


de La Palma, informa a la Corona del ataque de Francis Drake a Santa
Cruz de La Palma.

Archivo General de Simancas, Guerra y Marina: legajo 130.


A.- Papel. 320x220. Informe. Procesal. Tinta negra. Estado de conser-
vación bueno.

Cit. RuMEU DE ARMAS (1947-1950), t. 11, lª parte, pp. 7-31; RuMEU DE ARMAS
( 1991 ), t. ll, 1a parte, pp. 7-31; Ed.: RUMEU DE ARMAS ( 194 7-1950), t. lll, 2ª parte, pp.
949-950; RUMEU DE ARMAS ( 1991 ), t. lll, 2ª parte, pp. 949-950; Taus MEUÁ (2007),
pp. 157-158.

El licenciado Gerónimo de Salazar, govemador de la isla de La Palma


y capitán general de ella. Digo: que el no haver havido navío por los rezios
tienpos y corsarios, que nunca an faltado, a causado no aver antes de agora
dando noticia a vuestra Magestad de como a siete días del mes noviembre
paresieron desde esta ysla muchos navíos, los quales, aunque tuvieron tienpo
para pasar adelante y no para venir a esta ciudad, se estuvieron entretenidos
de una buelta y otra, de que entendí ser enemigos que pretendían venir sobre
ella; y así con todo la gente de la isla que pude tuve a esta ciudad puesta
en arma y trincheando las playas más peligrosas de ella cinco días, y al
último, a los hombres del campo, por la falta que hazían a las sementeras
y pobrezas de ellos y lo principal aver dos días que parecían los navíos, de
que se entendía avían pasado adelante, a persuaciones de toda la ciudad, les
dexe yr a sus casas, con borden de lo que avían de hazer si vienen algunos.
Y al día siguiente, treze de noviembre, como a las ocho de la mañana, por
la parte del nordeste de esta ciudad, casi tres leguas de ella, parezieron, por
detrás de una punta que haze la ysla, diez y nueve velas gruesas puestas en

270 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 85

una sola esquadrón con la frente hazia el mediodía, que es casi el camino
directo a la playa que dizen Baxamar, que está al lado derecho de esta ciudad.
Entre las cuales y las de la parte de la mar paressió una vela muy gruesa,
que todos juzgaron ser la capitana, y poco después siguiendose el borden
dicho y aviéndose tirado una piesa de artillería de una pequeña nao de las
últimas, la tenida por capitana amaynó y al remolque comern;:ó a seguir un
batel que yba delante sondeando derecho hazia la playa de Baxamar; a la
qua! que yba delante de todas, comenzaron a seguir las demás, una en pos
de otra, a la vela, cazi por derecha y lera, trayendo todas ellas por sus proas
zabras, lanchas, bateles y barcones llenos de gente, sin muestra en ninguna
parte de bandera ni sonido de atanbor. Caminando todas ellas por esta bor-
den, se dejaba ya atrás el primer fuerte y parte de esta ciudad, en las playas
y riberas de la qua! yo tenía repartidos, esperándoles con mucho ánimo,
hasta mili soldados con ardid que les parecerían más de dos mili, quando
de la fortaleza principal, pensando alcanzarlas con la artillería, se le tiraron
dos piesas que no les llegaron, con que se aseguraron algo las naos, y las
últimas, no dejando su borden, se asercaron más a tierra con la capitana; a
la cual estando ya enfrente del puerto principal, la torre que allí está le tiró
dos tiros que le alcanzaron, y el primero de ellos llegando a ella en aquel
punto el batel que avía ydo delante sondeando, y bolbiéndole los bateles la
proa a la mar <lió la vela de gavia del trinquete, e luego los demás comen-
zaron a seguirla, no sesando de tirarlas de la fortaleza de en medio y de la
del puerto los tiros, de los cuales se entiende que les hicieron notable daño
mientras el viento no les ayudaba a largarse, porque a los dos primeros tiros
de la torre del puerto muchos de los bateles y lanchas rodearon la capitana,
a manera de darle socorro, y lo mismo hicieron otros bateles con otras naos
que alcarn;:aron a ofender algunas piezas de las que se tiraron, y así se fueron
alargando, sin dar señal otra de guerra, como a las tres de mediodía.
Del puerto de Tasacorte, que es la de la otra parte de la isla, parescieron
aquel mesmo día, por la mañana, seys naos, las quales se cree que fueron
de la misma armada, y tuviesen desinio de entrar por aquella parte y dividir
la gente de la guardia de la ciudad, y todo aquel día estuvieron a vista del
puerto, y el siguiente no parecieron unas ni otras.
A lo que se entendió que de una nao de Bretaña que entró en el puerto
principal poco antes que ellas, era armada de Inglaterra, de que venía por
general Francisco Draque, lo cual se confirmó por un mercader inglés que
estuvo en la isla del Hierro, donde tres días después fueron los navíos, el
qua! habló y conoció a Francisco Draque, y refiere que desembarcó treze
banderas con hasta tres mili hombres, muy bien armados, y que en día y
medio que estuvo en una playa los exercitaba, y que, por ser muy áspera,

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 271
86 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru: de la Palma según ...

estrecha y alta y de mucho riesgo la subida del pueblo y averse levantado


borrasca de viento, le fué forzado embarcarse sin hacer ningún daño, y que
a lo que pudo entender llevaba disinyo de ir a las Yndias, y su derrota llevó
camino de ellas, a las quales por falta de navíos no di aviso. Esta ocazión
a dexado a esta isla falta de algunas cosas y le a mostrado serle necesarias
otras, que enbía suplicar a vuestra Majestad, sea servido de se las mandar
proveer, lo qua! yo asimismo, por la necesidad que de ellas tiene para su
defensa y buen gobierno, suplico a vuestra Magestad, cuya sacra católica real
persona nuestro señor guarde por largos y felicísimos años, con aumento de
mayores reynos. De esta vuestra ysla de La Palma, y 7 de abril de 1586 años.

Sacra, católica, real Magestad. Vuestro humilde y leal vasallo,

El licenciado Hiéronimo de Salazar (firmado y rubricado).

1587, agosto, 27. Santa Cruz de La Palma

Gerónimo de Salazar, teniente de gobernador, y Baltasar Pérez, Nicolás


Ortiz, Juan Fernández, Antonio de la Peña, regidores del Concejo de La
Palma suplican a Felipe 11 una recompensa para Pedro de Liaño en razón
a su actuación y comportamiento en el ataque de Francis Drake a Santa
Cruz de La Palma.

Archivo General de La Palma, Protocolos Notariales, escribanía de San-


tiago Albertos Álvarez (1758), caja 10, f. 369r-v; copia notarial solicitada
por Juan Lorenzo V élez del Hoyo, capitán de infantería, alguacil mayor y
regidor perpetuo de La Palma.
B. - Papel. 320x220. Instancia. Procesal. Tinta negra. Estado de con-
servación regular.

Cit. FERNÁNDEZ GARCÍA ( 1963), (y 111 ), p. 6; FERNÁNDEZ GARCÍA ( 1982), pp. 20-21;
PÉREZ GARCÍA (1967), pp. 916-917; PÉREZ GARCÍA (1985-1998), t. ll, pp. 132-133;
PÉREZ GARCÍA (2009), pp. 233.

(fol. 369r)

272 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. lX?-285, lSSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 87

(Encabezado en el mismo documento, cláusula de traslado): Este es un


traslado sacado de verbo ad verbun de una suplicación que la ysla de La
Palma hace a Su Magestad por el licenciado Liaño, firmada de la Justicia
y Regimiento y escribano de que en ella se hace mención, su tenor es el
siguiente:

Señor, la ysla de La Palma dixe que el licenciado Pedro de Liaño, vesino


de ella es persona de mucha calidad, letras y valor y ha servido a vuestra
Magestad seis años en la govemación del principado de Asturias y en el
Jusgado de las Yndias de esta ysla y con otros oficios y cargos de justicia
que a tenido con gran diligencia, cuidado y rectitud como se ha visto [en las
evidencias] que ha dado, y quando el corsario (jo/. 369v) Francisco Drac 190
vino sobre esta ysla sirvió a vuestra Magestad de manera que por la buena
orden y diligencia junta con la de algunos capitanes de esta isla fue Dios
seruido de librarla de el enemigo que salió erido y maltratado por lo qua!
suplicamos a vuestra Magestad sea seruido en remuneración de ello aserie
merced y de emplearle en su real seruicio en lo que esta ysla reciuirá mucha
merced y fabor y Dios guarde a la católica persona de vuestra Magestad.
En esta ysla de La Palma, a veinte y siete de agosto de mil y quinientos y
ochenta y siete.

El licenciado Gerónimo de Salasar

Balthasar Pérez

Nicolás Ortiz

Juan Femándes

Antonio de la Peña

Por mandado de la Justicia y Regidores, Bartolomé Morales 191 , escribano


público y del cavildo.

'"'Así en el original.
'" Así en el original. Por: More!.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 273
88 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru: de La Palma según ...

1587, diciembre, 19. Madrid

Pedro de Liaño, licenciado, solicita un pedimento de información sobre


su comportamiento y actuación en el ataque de Francis Drake a Santa Cruz
de La Palma en 1585.

Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid, escribanía de


Francisco Suárez: t. 1.175, ff. 121Or-l2 l 6v.
A. - Papel. 320x220. Carta de pedimento. Humanística. Tinta negra.
Estado de conservación bueno.

Not.: Se conserva un traslado del siglo xv111 en el que colaciona esta escritura
junto a la número 2 de este apéndice: AGP, PN, escribanía de Santiago Albertos
Álvarez ( 1758), caja 1O, ff. 361 v-369r; copia notarial solicitada por Juan Lorenzo
Vélez del Hoyo, capitán de infantería, alguacil mayor y regidor perpetuo de La
Palma. Cit. FERNÁNDEZ GARCÍA ( 1963 ), (y 111), p. 6; FERNÁNDEZ GARCÍA (1982), pp.
20-21; PÉRF.Z GARCÍA ( 1967), pp. 916-917; PÉREZ GARCÍA ( 1985-1998), t. 11, pp. 132-
133; PÉREZ GARCÍA (2009), pp. 233.

(fol. 12/0r)

(cruz)

(En el margen izquierdo): Pedimento del licenciado Pedro de Liaño.

(En el margen superior): [No]vienbre 1[ M]CCLXIX (La numeración errónea


continua así en el resto de los folios) .

(En el margen superior, en un sangrado mayor): De aquí se quitó una


ynformac;ión de dos ojas que se cosió por yerro y por esta ocasión está ye-
rrado en el número de las ojas.

El licenc;iado Pedro de Liaño, vezino de la isla de La Palma, estante


agora en esta corte digo que por el mes de nobiembre del año de mili y
quinientos y ochenta y c;inco vino sobre aquella ysla el corsario Francisco
Draque con veinte y siete nabíos de armada y con otros vageles y lanc;has
y con todo su fuerza la procuró entrar y tomar, e yo que a la sazón me ha-
llé presente hordené la gente de aquella ysla en esquadrones y la puse en
los embarcaderos por donde el enemigo pretendía ec;har la suia y porque

274 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, JSSN : 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cnc de La Palma según ... 89

al tienpo que se acercaba se yban saliendo algunos de la vatalla, los hic;:e


bolber a ella y esforc;:é los esquadrones de manera que todos estubieron en
borden para la resistir, y al tienpo que se jugó la artillería se desencabalga-
ron y abatridir 192 algunas piezas, las mejores de la fortaleza princ;:ipal, y el
enemigo por la flaqueza de la artillería con la mucha fuerza que traía se iba
entrando en el puerto y teniendo ya ganada la maior parte del, yo acudí a un
torreón que está en el dicho puerto a donde estauan dos piezas de artillería
y las cargué con mucha presteza y tiré con ellas a la nao capitana que benía
delantera y con la bala de la primera pieza la pazé de proa a popa y le maté
c;:inco honbres que estaban al lado de dicho Francisco Draque que benía
en la dicha capitana y con las otras balas que le tiré le hize mucho daño, y
biéndose el enemigo assí maltratado y en rríesgo de perderse se salió con la
mayor prisa que pudo del dic;:ho puerto y se fue a reparar a la ysla del Hierro
questá c;:erca de allí de (fol. 121 Ov) manera que mediante la gran diligenc;:ia,
industria y ánimo que yo tube fue Dios seruido de librar aquella ysla de
dic;:ho corsario. Y por que me conbiene probar y aberiguar lo dicho, pido y
suplico me rec;:iua informac;:ión de ello por el tenor de my pedimento y abida
la dic;:ha informac;:ión me mande dar vno o más treslados para en guarda de
my derecho y interponiendo a todo ello su autoridad y decreto judic;:ial para
lo qua! y en lo nec;:esarío.

El licenc;:iado Liaño (firmado y rubricado)

En la villa de Madrid a diez y nuebe días del mes de diciembre de mill e


quinientos e ochenta e siete años, ante el dotar Liébana, teniente de corregidor
desta dicha villa e su tierra por el rrey nuestro señor e por ante Francisco
Suárez, escribano público del número paresc;:ió el lic;:enciado Liaño que se
dixo llamar e presentó ante su merced un pedimento del tenor siguiente.

Aquí.

E ansí presentado y visto por su merc;:ed mandó que de información de lo


qontenido en su pedimento y dada la carta se proberá justicia cuyo examen
cometió a mi el presente escribano e ansí lo proveyó e mandó.

Pasó ante mi, Suárez, escribano (firmado y rubricado).

(fol. 1211 r) E para la dicha ynformación el dicho licenciado Pedro de


Liaño presentó por testigo al licenc;:iado Luis Sarmiento y Osario, vecino
de la ysla de La Palma, avogado y residente en esta corte, el cual juró en
'"Así en el original.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, !SSN: 1134-430-X 275
90 Manuel Poggio Capot~ : El ataque Je Francis Drake a Sa111a Cru: Je La Palma según ...

fonna debida de derecho e aviendo jurado e siendo preguntado del tenor de


dicho pedimento presentado por el dicho licern;iado Pedro de Liaño dixo
queste testigo lo conoce de muchos años a esta parte como vecinos que an
sido y son de la dicha ysla de La Palma y lo que este caso saue es que por
el año y mess pasados de noviembre de mili y quientos y ochenta y ¡;:inca
Francisco Draque, corsario, general ynglés, aportó a la costa y puerto de la
dicha Palma con las naos gruesas de armada y otros baxeles y nauichuelos
pequeños y prouó de entrar y saquear la dicha ysla de La Palma como en
el dicho pedimento se dize, e este testigo se halló presente con sus armas
entonces \allí/ y saue que! dicho licen¡;:iado Pedro de Liaño ordenó la jente
que se pusiese en los lugares por donde el dicho inglés hazía acometimiento
de saltar en tierra y que el dicho licen¡;:iado Pedro de Liaño fue público que
hizo boluer a la (fol. 12llv) horden algunos soldados que se salían della y
bió este testigo que se abatierron y descaualgaron piezas de las más grue-
sas y mejores de la fortaleza prin¡;:ipal por cuya causa entendiendo la poca
defensa el dicho Francisco Draque se apresuraua a entrar en el puerto que
le tenía ya ganado comenzando a hechar ancla con su capitana y el dicho
licen¡;:iado Liaño, saue este testigo que, acudió con suerte y mucha prisa
a un fuerte y hizo y acudió cargar las piezas que en él estaban y tirar con
ellas a la nao capitana que venía en banguardia y con los cadionanzos se le
mataron ciertos soldados que dizen estauanjunto al dicho Francisco Draque,
que estaban en la dicha capitana, y como otras piezas que se le tiraron por
endustria y diligen¡;:ia del dicho licen¡;:iado Liaño se le hizo daño de manera
(y era cosa obia) el dicho corsario que le mal tratauan y puesto en riesgo de
perder algunos de sus nabíos se salió lo más presto que le fue pusible del
dicho puerto y se dixo por (fol. l 2 l 2r) cosa pública desde a pocos días que
fue a la ysla del Hierro questá más abaxo de la de La Palma y este testigo
como persona que se halló presente a la entrada y salida en la dicha Palma
del dicho Francisco Draque tiene por cosa muy ¡;:ierta que si no le jugaran
los tiros del dicho fuerte por yndustria del dicho licen¡;:iado Liaño que saltara
en tierra por que con ellos le presaron la capitana de parte a parte y saue y
bió que! dicho Liaño trauajó y lo hizo muy valerosamente en aquel tranze
y mediante su buena yndustria y ánymo se rretiró el enemygo y esto es lo
que saue para el juramento que tiene fecho. Y la verdad de las generales
dixo que es de hedad de cuarenta y siete y más años y no le tocan y lo firmó.
Vale entre renglones: allí, bala; prestado, a, ysla, no bala.

Pasó ante mi, Suárez, escribano (firmado y rubricado)

El licen¡;:iado Luys Sarmyento Osario (firmado y rubricado)

276 TEBETO. ANEXO 7. Pue rto del Rosari o (20 14). pp. l 87-2R5, ISSN : 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 91

Y para la dicha información, el dicho licern;:iado Pedro de Liaño presentó


por testigo al licern;:iado Gabriel Gómez de Palacios, teniente de gouernador
que fue de la dicha isla de La Palma en el gouierno de Lázaro Moreno de León
y vezino de aquella dicha (fol. l 2 l 2v) isla del cual fue recibido juramento en
forma de derecho y aviendo jurado y sido preguntado por el tenor de dicho
pedimento dixo que conrn;:e al dicho licern;:iado Pedro de Liaño en la dicha
isla de [La] Palma desde el año de ochenta y dos que fue a entender en el
gouierno della y saue que por el tiempo que le es preguntado por el dicho
pedimento que fue en el mes de nouiembre [del] año pasado de ochenta y
<;:inca vida este testigo a lo que se quiere acordar que pareció sobre aquella
isla con gruesa armada a los doce de aquel dicho mes de noviembre, y el día
siguiente que se contaron tre<;:e por la mañana entrar corriendo la costa del
puerto prin9ipal y <;:iudad de Santa Cruz que es la caue<;:a de aquella isla la
cual acudió al remedio y la gente a su defensa con tanto ánimo que estando ya
el dicho Francisco Draque dentro del dicho puerto le obligaron a salirse con
toda su armada que serían las velas que se contienen en el dicho pedimento
a donde vida el dicho licen9iado Liaño acudir al prin<;:ipio con sus armas y
caballo con grandíssima diligen9ia y cuydado a todo lo necesario de manera
que el más que se señaló en aquella ocasión y saue por estar presente en ella
que el día que entró el dicho Francisco Draque en el puerto con9ertó los
esquadrones y puso a la gente en con<;:ierto para que mejor se pudiese resistir
a tan grande y fuerte armada que lleuaua estorica 193 el dicho cosario 194 para
saquear y destruir aquella isla como hizo de aquella jornada las de Cabo
Verde, Santo Domingo y Cartagena y, así mismo fue público y notorio en
toda aquella isla, entre todos los vecinos de ella, que el dicho licen9iado
Pedro de Liaño no sólo concertó y puso en orden la gente para resistir el
enemigo se había traydo y juntado en la dicha ciudad, pero después desto
para resistirle muy de veras viendo que el teniente de gouernador que allí
auía era de poca experiencia en semejantes ocasiones acudió a los puestos
de más importancia para suplir lo que faltaua en él, y últimamente viendo
que la nao capitana del dicho Francisco Draque quería ya (fol. l 2 J3r) dar
fondo y tras ella todas las demás naos de su armada que auía ya salvado
dos fortale9as se metió en la que di<;:en del puerto y hi<;:o asestar las pie9as
que allí tiene aquella <;:iudad y fue Dios seruido que con dos o tres pie9as
que hi<;:o tirar de aquel fuerte dio en la dicha nao capitana de manera que
le obligó hacer caue<;:a a la mar y tras ella todas las demás con pérdida de
un baxel y de alguna gente en que reciuió daño y así se tiene por cosa muy
aueriguada en toda aquella isla que si no fuera por la demasiada diligen9ia y
ánimo del dicho licen<;:iado Pedro de Liaño fuera en aquella ocasión tomada
14
~ Así en el original. Por: estoica.
1'14 Así en el original.

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
277
92 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cru= de la Palma según ...

y destruida por el dicho corsario Francisco Draque, y así todos los vezinos
de considera¡;;ión recono¡;;en este benefficio y atribuyeron esta buena suerte
que aquel día se tubo al dicho licen¡;;iado por las razones dichas en este di-
cho y por otras que oyó en aquella sa¡;;ón a muchos vecinos así relligiosos,
letrados como de otros que diz y, en particular, se acuerda que vn padre
presentado de la orden del bien auenturado Sancto Domingo que ahora es
prior del convento de aquella isla de La Palma lo dixo en público y dixo más:
que el dicho licern;:iado Liaño auía encomendado aquel negrn;:io a Nuestra
Señora del Rosario en cuyo nombre le dispararon las pie¡;;as que asestó y
disparó el dicho licen¡;;iado Liaño y fue desbaratado el enemigo y así vido
darle las gra¡;;ias al dicho padre presentado y otros frayles de aquella sancta
casa y hi¡;;ieron una procesión muy solmene para traer a Nuestra Señora del
Rosario a su casa que la auían los frailes sacado della por el gran riesgo
que les pareció corría la ¡;;iudad en tan fuerte ocasión y en otras muchas que
se ofrecieran de rebatos durante el tiempo que este testigo gouemó aquella
isla vido que el dicho licern;:iado Liaño era el primero que (fol. 1213v) salía
con sus armas y caballo a la defensa de ella y esto vido y es la verdad para
el juramento que tiene fecho. Y dixo ser de treinta y quatro años, poco más
o menos, y que no le tocan las generales de la ley.

Passó ante mi, Suárez, escribano (firmado y rubricado)

El llicen¡;;iado Gómez de Palacios (firmado y rubricado)

Yo el dicho Diego de Espinosa, vezino de la ysla de La Palma, el qua!


después de aver jurado en forma a derecho y siendo preguntado 195 por lo
contenido en el dicho pedimento dixo que conoce 196 al dicho licen¡;;iado Pedro
de Liaño de diez años a hesta parte que fue aquella isla por juez de la Contra-
ta¡;;ión de las Y ndias della y sabe y vido que por el mes de nobiembre del año
pasado de ochenta y ¡;;inco vino sobre aquella ysla Francisco Draque, corsario
ynglés con veinte y siete nabíos de armada y otros muchos baxeles y lanchas
y puesto con todo ello a la bista de la dicha ysla en horden de guerra se bino
acercando a la parte de la ¡;;iudad que está junto al puerto prin¡;;ipal y el dicho
licen¡;;iado Liaño en esta ¡;;azon husando de oficio de capitán general hestando
toda la gente de aquella ysla junta que serían mili quinientos hombres, poco
más o menos, los hi¡;;o poner e puso en sus esquadrones bien hordenados
en los desemvarcaderos a donde el enemigo pretendía hechar su gente para
le resistir y estorbar la entrada e vió heste testigo que algunos soldados se
yban saliendo de la batalla temiendo la mucha fuer¡;;a que! henemigo traya
19
~ Enmendado: al.
I% Enmendado: que saco.

278 TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario(2014), pp. 187-285. ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote; El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de la Palma según ... 93

y el dicho licern;:iado Liaño los hizo bolber (fol. l 2 l 4r) y esfor9ó con ellos
y con otra xente que le rrecoxió los escuadrones que estaban esperando al
enemigo y estando ya la armada ynglesa a tiro de cañón de la dicha 9iudad
se le jugaron algunas pie9as de artillería del fuerte prin9ipal, las quales
dichas pie9as se descabalgaron y cayeron en el suelo en los primeros tiros
y no hicieron hefecto alguno y entendiendo el henemigo la flaque9a de la
artillería se bino entrando con toda su armada y lanchas y gente puesta en
ellas para saltar en tierra y teniendo ya entrados y ganados el puerto bió este
testigo que! licen9iado Liaño con mucha preste9a acudió a un torreón questa
en el dicho puerto a donde hestaban dos pie9as pequeñas de artillería y las
hi90 cargar y cargó el propio por sus manos, apuntó la vna pie9a a la nao
capitana que ya entraba y le tiró con ella y fue Dios seruido que le dio en la
proa y pasó la bala a la nao capitana de vna parte a otra y luego le tiró con la
otra pie9a que ansimismo él propio le apuntó con la qua! hi90 mucho daño
a la dicha nao capitana en las j ar9ias y be las y luego con mucha preste9a se
tornaron a cargar las dichas pie9as y en poco rrato se le dio tanta carga al
henemigo que tubo por bueno el salirse fuera y bió que la dicha capitana le
acudieron muchas lanchas con las gente que en ellas benía para rremediar
el daño que! dicho licen9iado le abía hecho con las dichas pie9as y bisto
el estrago que se abía hecho en ella las demás naos siguiéndola se fueron
saliendo de dicho puerto y de allí se fueron a la ysla del Hierro que esta diez
y ocho o beynte leguas (fol. l 214v) de la dicha isla de La Palma a donde
saltó en tierra el dicho Francisco Draque con la mayor parte de la gente que
traya y hi90 reparar la dicha nao capitana y se dixo públicamente que con
la dicha pie9a que le tiró el dicho licen9iado le abía muerto vn pariente de
la reina 197 ynglesa con más e otros 9inco honbres que hestaban al lado del
dicho Francisco Draque y el mismo dixo después en las Yndias según fue
público que si se ladeara más la dicha pie9a dos dedos le mataban a él de
aquel tiro y bió heste testigo que! dicho licen9iado Liaño en todo el tiempo
que! dicho Franciso Draque con su armada pareció cerca de aquella ysla
andubo de noche y de día fortificando los pasos más peligrosos por donde el
dicho corsario podía entrar, e hi90 poner 198 las pie9as de artillería quenello 199
que no heran de probecho, en parte donde aprobechasen, y porque se dixo
que! dicho henemigo hechaba su gente por otra parte de la ysla que se di9en
San Simón, el dicho licen9iado Liaño acudió aquella parte con la gente de
a caballo que pudo juntar y con el mucho cansan9io y fatiga se murió vn
caballo que traya 200 que no fue más de probecho de manera que por la buena
diligen9ia y ánimo del dicho licen9iado Liaño fue Dios servido de librar
197
Enmendado: rrey.
"" Enmendado, ilegible.
199
Así en el original.
00
' Repite: y.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 279
94 Manuel Poggio Capote: El ulaque de Fh.mcis Drake u Santa Cruz de La Pu/mu según ...

aquella ysla del dicho corsario y por este benefü;:io bió heste testigo que le
daban todos en aquella ysla las gra¡;:ias, y esto bió y es la berdad para el
juramento que fecho tiene y dixo ser de hedad de quarenta años, poco más
o menos, y que no le tocan las generales. Y lo firmó de su nonbre.

Diego de Espinosa (firmado y rubricado)

Passó ante mí, Suárez, escribano (firmado y rubricado)

(fol. l 2 l 5r) Para la dicha ynforma¡;:ión el dicho licen¡;:iado Liaño presentó


a Gabriel de Pala¡;:ios, vezino de la villa de Ocaña, estante en esta corte, el
qua! después de aber jurado en forma de derecho y siendo preguntado por
lo contenido en el dicho pedimento dixo que conoze 2º1 al dicho licen¡;:iado
Liaño desde el año de ochenta y vno a hesta parte que fue heste testigo a
la ysla de La Palma a donde el dicho li¡;:enciado Liaño abía sido juez de la
Contrata¡;:ión de las Yndias y este testigo se halló presente en la dicha ysla
quando el corsario Francisco Draque bino sobrella y bió que el dicho cor-
sario traya veinte y siete naos de armada y otros muchos baxeles y lanchas,
y puesto en borden de guerra se bino acercando a la dicha ysla y después
de aver rreconozido los desemvarcaderos se arrimó a la parte de la ¡;:iudad
questájunto al puerto prin¡;:ipal para hechar allí su xente y vió que el dicho
licen¡;:iado Liaño hordenó la gente de guerra de la dicha ysla y la puso en es-
quadrones en los desemvarcaderos por donde el enemigo pretendía hechar su
gente y porque algunos de los que hestaban esperando al henemigo biéndole
acercar con tanta fuer¡;:a se salían de la batalla, el dicho licen¡;:iado Liaño los
hi¡;:o bolber a ella y refor¡;:ó los dichos hescuadrones con la gente que hi¡;:o
bolber y para que todos hestubiesen con ánimo para rresistir al henemigo
puso vna manga de arcabuceros a las espaldas de los dichos hesquadrones
para que con temor de los dichos arcabuceros todos pelea¡;:en con los ene-
migos (fol. l 2 l 5v) y bió heste testigo que al tiempo que se jugó la artillería
de la fortale¡;:a principal se desencabalgaron algunas pie¡;:as y cayeron en el
suelo a los primeros tiros y entendiendo el enemigo la flaque¡;:a de la dicha
artillería se benía entrando y teniendo ya ganada la mayor parte del puerto
bió que! dicho licen¡;:iado Liaño acudió con gran prisa a vn torreón questá
en el dicho puerto a donde hestaban dos pie¡;:as de artil \ería y las hi¡;:o cargar,
y el mismo cargó la vna y la apuntó a la nao capitana a tienpo que hechaba
áncora en el dicho puerto y con la bala de aquella dicha pie¡;:a passó la dicha
nao de proa a popa y con las otras pie¡;:as que le tiró le hi¡;:o mucho daño y
biéndose ansí el enemigo herido y maltratado se salió con la mayor prisa que
pudo del dicho puerto y se fue por otro lado de la dicha ysla, y luego se dijo
cor Enmendado: ¡;.

280 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 95

que hechaba gente en vn puerto que se dice de San Simón de la dicha ysla
y bió heste testigo quel dicho licern;iado Liaño fue con la gente de a caballo
que pudo recoger con gran prisa, costeando la mar hasta el dicho puerto de
San Simón para hestorbar al enemigo aquel passo y en todo el tienpo que!
dicho Francisco Draque pares¡;ió con su armada el dicho licen¡;iado Liaño
andubo de noche y de día fortificando los pasos y lugares más peligrosos
y hi¡;o poner la artillería que cubo 2º2 a ello desaper¡;ebida en parte a donde
fuese de provecho, y el dicho corsario se fue a la ysla del Yerro questá cerca
de la dicha ysla de La Palma a donde saltó en tierra con la mayor parte de
gente que llebaba y allí adere¡;ó y reparó la dicha nao y abló con un ynglés
que estaba en la dicha ysla del Yerro, el qua!, benido después (fol. 1216r)
a la dicha ysla de La Palma dixo en público que abía sabido de los dichos
yngleses que de aquel tiro que! dicho licen¡;iado tiró a la dicha nao capitana
abía muerto vn pariente de la rreyna de Ynglaterra que allí benía y a otros
¡;inco honbres que hestaban al lado de dicho Francisco Draque y que por muy
poco herrada de matarle a él, de manera que la grande diligen¡;ia y ánimo
del dicho licen¡;iado Liaño fue Dios servido de librar aquella ysla del dicho
corsario y por esto bió heste testigo que los ve¡;inos de aquella ysla, clérigos
y rreligiosos le daban las gra¡;ias dello y esto dixo ques la verdad y lo sabe
so cargo del juramento que hecho tiene y dixo ser de hedad de diez y ocho
años, poco más o menos, y no le tocan las generales y firmolo de su nonbre.

Gabriel de Palacios (firmado y rubricado)

Passó ante mí, Suárez, escriuano (firmado y rubricado)

E fecha la dicha ynformación dada por el dicho licen¡;iado Liaño e bista


por su mer¡;ed del dicho dotor Liéuana, teniente: dixo que della le mandaua
e mandó dar un treslado, dos o más, signados y en pública forma y en
manera que aga fe para el efecto que los pide que para que balgan doquier
que pares¡;ieren e fueren presentados dixo que ynterponía e ynterpuso su
autoridad y decreto judi¡;ial en quanto al lugar de derecho e ansí lo proveyó
e mandó e fechó de su nonbre.

Passó ante mi, Francisco Suárez, escriuano público (firmado y rubricado)

El doctor Liévana (firmado y rubricado)

Derechos dos reales (rubricado)

"" Enmendado.

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014). pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 281
96 Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ...

PlANTA Dl".U.AIS

Leonardo Toniani. Isla de La Palma (ca. 1592) Biblioteca de la Universidad de Coimbra.

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Leonardo Toniani. Vista de la bahía de Santa Cruz de La Palma.

282 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 97

TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, JSSN: 1134-430-X 283
98 Manuel Poggio Capote: El aloque de Francis Dralce a Santa Cna de La Palma seglin ...

Información de Pedro de liaño (1587). Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid.

284 TEBETO, ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187·285, ISSN: 1134430-X
Manuel Poggio Capote: El ataque de Francis Drake a Santa Cruz de La Palma según ... 99

~~
-
........ ..........
--

José Alberto Cabrera. Recreación del ataque de Francis Drake en Santa Cruz de La Palma (2011 ).

Vista de Santa Cruz de La Palma en Civitas palmaria (ca. Siglo XVIII)

TEBETO. ANEXO 7. Puerto del Rosario (2014), pp. 187-285, ISSN: 1134-430-X 285

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