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nuestro sistema
político:
¿Por qué no logramos acuerdos?
Nuestro enfoque de análisis abarca los tres más recientes períodos presidenciales, lo
cual abarca las últimas tres legislaturas también. En dicho lapso, la polarización y la
fragmentación han dominado el escenario político, minando la capacidad de
respuesta de nuestro sistema político. Aunque en la coyuntura actual la seguridad
y el orden público acaparan la atención como prioridades, hasta hace unos meses los
temas en primer plano eran diferentes. Las pensiones y la salud encabezaban la lista
de prioridades ciudadanas. No obstante, a pesar de la perentoria naturaleza de estos
asuntos, el sistema no ha logrado articular soluciones efectivas, pese a los numerosos
proyectos de ley presentados.
A pesar del deterioro en la calidad del diálogo que hemos constatado en nuestro
período de estudio, identificamos una instancia en la que los líderes de los partidos
políticos lograron alcanzar un punto de convergencia: el Acuerdo por la Paz.
Salud
La Reforma de Salud es uno de los puntos en que mayor esfuerzo han centrado los
últimos Gobiernos. Entre los aspectos que se han buscado abordar en las reformas
destaca: ampliar la red pública de salud, aumentar el gasto en salud para dar priori-
dad a una política de atención y prevención, disminuir el gasto en medicamentos,
modernizar la infraestructura, terminar con las brechas que existe entre los sistemas
públicos y privados, entre otras. En síntesis, en los últimos tres Gobiernos ha sido
un punto clave el buscar hacerse cargo de la inequidad existente en el acceso y
calidad de atención en el sistema de salud, sin embargo, ninguna de ellas ha
logrado acuerdos que permitan cambios sustanciales.
Un aspecto que ha sido abordado de manera transversal en los últimos Gobiernos
dice relación con la reforma a las Isapres. Además, este es un punto que siempre ha
sido de interés para la ciudadanía y, que hoy en día suscita aún más interés producto
de los fallos de la Corte Suprema.
Durante su segundo gobierno, la presidenta Bachelet creó una comisión asesora para
reformar la ley de isapres, sin embargo, producto de diferencias dentro de esa misma
comisión relacionadas con el establecimiento de modelos de multiseguros y el modo
de inclusión de los seguros privados, el informe elaborado no fue considerado
para generar un nuevo proyecto de ley ni para presentar indicaciones al fallido Plan
Garantizado de Salud (PGS) propuesto en el primer mandato del expresidente Piñera.
Por su parte, durante su segundo mandato el presidente Piñera promovió una refor-
ma integral al Sistema de Salud, la cual tenía por objeto fortalecer Fonasa e instaurar
un sistema privado solidario e inclusivo. Ahora, si bien se logró ingresar un proyecto
de ley al Congreso, la reforma del exmandatario fue criticada y acusada de defender
los intereses del sector privado, ya que sostuvo que la medida impulsa a que los sec-
tores de clase media compren su acceso a una mejor salud.1
El actual Gobierno ha hecho énfasis en que la salud no puede ser un negocio, motivo
por el cual es relevante garantizar que no exista inequidad en el acceso y atención al
sistema de salud. Ante este escenario, durante su primera cuenta pública el Presiden-
te Boric anunció que había llegado el tiempo para una reforma integral al sistema de
Salud, la cual principalmente se materializaría en un proyecto de ley que crearía un
Fondo Universal de Salud. Dicha propuesta tenía por objeto dejar a las Isapres como
seguros complementarios voluntarios, algo similar a lo propuesto por la expresidenta
Bachelet, y, también similar a lo contemplado en la propuesta de Constitución que
fue rechazada en septiembre de 2022. Este proyecto fue arduamente criticado sobre
la base de que esto implicaría un colapso en el sector público y una crisis de incerti-
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dumbre en el sector privado.
De esta manera, un año después este proyecto se ve cada vez más lejano, ya que
si bien continúa el compromiso de garantizar el derecho y cobertura universal a
la Salud, durante la segunda cuenta pública no hubo mención a este proyecto,
y, de hecho, de lo que sí se habló fue de reducir las listas de espera, el copago cero,
inversión en salud mental y, del fallo de la Corte Suprema.
Ante este escenario, y, en el marco de la crisis actual de las Isapres, en mayo de este
año el Gobierno presentó un proyecto conocido como “Ley Corta de Isapres”, que
actualmente está siendo tramitado por el Senado y que tiene por objeto crear un
nuevo modelo de atención en Fonasa, otorgar facultades y atribuciones a la Superin-
tendencia de Salud, y modificar normas relativas a las instituciones de salud previsio-
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nal. En palabras del Ejecutivo, este proyecto busca materializar el fallo de la Corte
Suprema.
Paralelo a este proyecto se encuentra otro proyecto
presentado en diciembre del 2022 por un grupo de
Senadores, que tiene por objeto regular las bases para
la determinación de las tarifas y ajustes de los planes
de salud. El Gobierno fue crítico respecto a esta moción
parlamentaria, en tanto consideran que contrario al
proyecto presentado por ellos, este tiene por objeto
anular el fallo de la Corte Suprema.
Actualmente, el foco en este ámbito está en cumplir lo dictado por la Corte Suprema.
No se logró acuerdos en las segundas gestiones de los expresidentes Bachelet y
Piñera, a pesar del permanente análisis sobre la necesidad de mejorar la calidad en la
atención pública y también algunos aspectos en el sector privado. Esta inacción ha
tenido como resultado que sea el Poder Judicial la que en distintas ocasiones -en este
último año dos veces- corrija reclamos sobre el sistema.
Pensiones
Con respecto a pensiones, existe un prolongado historial de reformas que no han
logrado contar con el consenso político necesario para abordar el problema de
forma integral. Las últimas tres Administraciones han presentado iniciativas que
buscan los caminos para modificar el esquema de seguridad social en Chile. Sin em-
bargo, no se ha contado con la capacidad para encontrar una salida satisfactoria a las
necesidades en materia previsional.
Durante el segundo periodo presidencial de Michelle Bachelet, se expuso que los
ajustes previsionales de su primer mandato fueron posibles debido a diversos facto-
res. En primer lugar, se indica que la disposición política era mucho mayor en el
primer proyecto, debido a que este era de carácter elemental al incluir a personas que
estaban apartadas del sistema. En esta línea el Ministro del Trabajo de su primera
gestión, Osvaldo Andrade, analizó las diferencias entre los debates del primer perio-
do con respecto al segundo; señala que otro factor que posibilitó el destrabe del
primer proyecto, fue el apoyo de la Superintendenta de la época, Solange Bernstein.
Sin embargo, al ser una discusión mucho más incipiente destaca la falta de ajustes al
modelo de AFPs (como el porcentaje de cotización en un mercado del trabajo menos
consolidado).
Al comparar el primer periodo presidencial de Michelle Bachelet respecto al segundo,
podemos observar que a medida que se complejiza la ecuación en el paquete de mo-
dificaciones al sistema, el debate comienza a encontrar sus primeros obstáculos: a)
primeras discordancias en el panel de expertos; b) menor disposición política en el
Congreso; c) menor apoyo desde organismos técnicos y la industria; d) fallas en el
timming legislativo.
En el caso del segundo periodo presidencial de Sebastián Piñera, el contexto
sociopolítico era mucho más crítico con el sistema de AFPs. En aquel entonces, la
oposición (actual oficialismo) argumentaba que el rechazo de la reforma previsional
respondía a un sentimiento ciudadano reflejado en el movimiento “No+AFP”. Se
argumentó que la discusión del proyecto era la contraposición entre el lucro en la
garantización de derechos sociales en contraposición al trabajo de los ciudadanos.
Asimismo, se rechazaba la idea en la continuidad del sistema previsional de las Fuer-
zas Armadas, señalando que los montos de estos grupos eran muy superiores a los
entregados a través de la solidaridad social.
El debate de la propuesta del Presidente Piñera se enfrió, hasta que en octubre de
2019 el estallido social y la génesis de la cuestión constitucional absorbieron la
agenda; hecho que se agravó con la llegada de la pandemia y la cobertura de la
emergencia sanitaria correspondiente.
Reformas Tributarias
Modelo de Desarrollo
En la actualidad, el modelo de Desarrollo en Chile ha sido ampliamente cuestionado,
este basa la economía chilena en un comercio exterior puertas abiertas, siendo Chile,
el primer país con una experiencia sostenida de liberalización de la economía,
sumado a esto, las exportaciones cobre, litio, yodo y productos agrícolas, en conjunto
al sector que más aporta en el PIB, el sector de los servicios con un 54% del producto
interno bruto (PIB) chileno en 2022.
El modelo es conocido mundialmente por sus efectos positivos y negativos, entre los
aspectos positivos es relevante mencionar el crecimiento económico respaldado en
un crecimiento constante del PIB y uno de los sueldos mínimos más altos en Latinoa-
mérica. Los efectos negativos se centran en la desigualdad dentro del país y la inca-
pacidad de garantizar derechos sociales como la salud, educación y pensiones acorde
a los estándares mínimos que solicita la sociedad chilena.
Los efectos positivos y negativos son tomados en cuenta en gran parte por los
partidos políticos para basar sus fundamentos, un indicador clave es el IDH, en el
caso de Chile es de 0,819, lo que lo sitúa en el top 40 a nivel mundial y número 1
dentro de Latinoamérica. Este indicador evalúa longevidad, educación e ingresos y la
respuesta de los partidos ante estas necesidades ha generado un debate constante.
Durante el Gobierno de Bachelet en el 2014, se establecieron metas educacionales
nacidas a partir de las manifestaciones del año 2011, en donde se proyectaba un 70%
de personas con gratuidad para el 2018 y gratuidad universal el 2020. Ante esto, las
críticas por parte de Chile Vamos, llevaron a un requerimiento en el Tribunal Constitu-
cional, firmado por 31 diputados de la alianza, se destacan las declaraciones de José
Edwards que califica la Glosa propuesta para la gratuidad, como la ‘’glosa de la discri-
minación’’ fundamentando en que ejerce discriminación al establecer requisitos para
las universidades, lo que haría que ciertas universidades quedarán fuera del proyecto,
lo que se traduce en miles de estudiantes fuera del beneficio, el resultado de aque-
llo fue que el TC dicta sentencia que declaró inconstitucionalidad de requisitos
para gratuidad incluidos en presupuesto de educación 2016, generando tensio-
nes políticas por parte de los extremos y no llegando a consenso sobre la política de
estado respecto a educación.
En su segundo periodo, Piñera establecía que su meta sería que Chile en el 2025 sería
el primer país Latinoamérica en superar el subdesarrollo, sin embargo, el estallido
social del 2019 lograría visibilizar malestares de la sociedad en diferentes mate-
rias, las que requerirían mayor intervención del Estado, la primera respuesta del
ex mandatario fue clasificar a los manifestantes de adversarios con su declaración
‘’estamos en guerra contra un enemigo poderoso’’. Establecer a las demandas de los
ciudadanos como estar en guerra, trajo como resultado que el estallido comenzará
en octubre de 2019 y acabará en marzo de 2020. A partir de aquello, surgen nuevos
partidos con una clara crítica a la élite política y coaliciones, dentro de las que se des-
taca la coalición Apruebo Dignidad, que llegó a ser la coalición oficialista con el go-
bierno de Gabriel Boric.
El gobierno de Gabriel Boric ha presentado a la fecha, diversas dificultades en su ges-
tión, ante el rechazo de la propuesta constitucional del año 2022, hace un llamado a
que este nuevo proceso de propuesta constitucional sea considerando la gran diver-
sidad de chilenos y chilenas, el proceso está compuesto por mayoría del partido Re-
publicano. Declaraciones como las de Luis Silva, miembro de la asamblea constitu-
yente, retratan la visión del partido Republicano ante el proceso, mencionando que
‘’siempre hemos querido lo mejor para Chile y por esa razón, nunca quisimos un pro-
ceso constitucional ya que definitivamente no pensamos que fuera el camino, ahora
estando embarcados en el proceso, quisimos participar porque estamos convencidos
de que el resultado va a ser mejor con nosotros presentes que el resultado ausentes’’
A partir de las diferentes medidas implementadas por cada gobierno, es evidente la
falta de consenso entre los partidos de izquierda y derecha en Chile, ya que cada go-
bierno implementa medidas que son interpretadas como regresivas por la oposición,
aquello trae como resultado que cada medida adoptada por un gobierno sea reverti-
da por el que le sigue y creando un avance con una dirección difusa en materia de
desarrollo, haciendo cada vez más necesario un pacto.
Acusaciones constitucionales
Desde el año 2014 a la fecha se han presentado 19 Acusaciones Constitucionales. De
estas solo una ha sido aprobada, y fue la del Ministro del Interior Chadwick el
año 2019 en el marco del estallido social. El resto de las acusaciones han sido
rechazadas (12) o se ha acogido la cuestión previa (6), lo que implica que la acusación
se toma por no interpuesta. Ahora, si observamos el detalle de las acusaciones pre-
sentadas de los últimos gobiernos a la fecha, el 15,7% se presentó en el segundo Go-
bierno de Michelle Bachelet, el 57,8% en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, y
el 26,3% corresponde a lo que va del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
Es importante destacar que en 16 meses del Gobierno actual se han presentado cinco
acusaciones constitucionales contra Ministros –o ex Ministros- de Estado. De estas,
una corresponde a un exministro del segundo Gobierno del expresidente Piñera y fue
presentada desde el PDG, pero el resto han sido presentadas por parlamentarios de
oposición. Por su parte, durante el segundo gobierno del expresidente Piñera las 11
AC fueron presentadas por la oposición, ahora oficialismo, y, de estas dos fueron
contra el Presidente de la República (una de hecho fue admitida y luego rechazada),
seis contra Ministros de Estado, dos contra Ministros de la Corte Suprema y de Apela-
ciones, y una en contra de un Intendente.
En relación el anunció de la segunda AC contra el Ministro Jackson, el Presidente de
la República declaró que si bien este es un mecanismo legítimo “tienen que tener sus-
tento jurídico y no ir inventándose sobre la marcha” dando a entender que las recien-
tes AC presentadas por la oposición han carecido de sustento. Respecto de esto se
presenta una disyuntiva, ya que fue justamente en el segundo gobierno del expresi-
dente Piñera en donde gran parte de las AC presentadas fueron impulsadas desde el
Frente Amplio. De esta manera, si bien el fin de las AC es entablar un juicio político
para exigir responsabilidad política a autoridades de Gobierno respecto del ejercicio
de sus cargos, el hecho de que 19 de 20 acusaciones presentadas en los últimos
tres gobiernos hayan sido rechazadas, refleja un juicio más bien hacia el gobier-
no de turno que busca presionar cambios.
¿Cuáles son las variables que nos han llevado a este escenario?
Variables político-electorales.
A lo anterior debemos sumarle otro factor que influyó en este escenario, el voto
voluntario. En el año 2012 se publica la Ley N° 20.568 sobre inscripción automática y
voto voluntario, lo que venía a cambiar las reglas del juego que hasta ese entonces el
registro era voluntario y su votación obligatoria, dejando mayores libertades ciuda-
danas a las personas. Sin embargo, lo que pudo significar un avance en algunas ma-
terias tuvo importantes consecuencias cuando le sumamos el sistema representativo
a la hora de votar a nuestros congresistas se llega a una ecuación donde los candida-
tos optan por buscar nichos electorales más bien que les asegure su elección. Estos
nichos regularmente son de carácter identitario, dejando de lado la búsqueda de ma-
yorías. Este resultado tiene como consecuencia secundaria aumentar los grados de
fragmentación y posterior polarización.
Variables sociopolíticas
Confianza institucional
Esta discusión se da en un marco en donde las instituciones políticas arrastran una
connotación de desconfianza y desinterés por parte de la ciudadanía. En este sentido,
la falta de acuerdo político ha generado las condiciones para que materias que son
fundamentales para el bienestar de la población no hayan encontrado respuestas
satisfactorias. De esta forma, ámbitos como salud, pensiones, educación y más
recientemente seguridad, no han logrado ser resueltas de manera integral desde la
política.
El desinterés por la actividad política se viene dando por lo menos desde comienzos
de siglo. Así, en 2005 un 7% de la población declaraba estar “muy interesado” en la
política; un 26% se mostraba “bastante interesado”; un 24% “algo interesado; un 39%
“nada interesado”.
Por su parte, en 2017 solo un 7% de la población declaró estar “muy interesado” en
la política; un 12% estar “bastante interesado”; un 33% “Algo interesado; y un 47%
“Nada interesado”. (CEP, 2017.)
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Año 2005
40 Año 2017
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20
10
0
Muy interesado Bastante interesado Algo interesado Nada interesado NS/ NC
Elaboración propia en base a datos encuesta CEP
Como podemos observar las diferencias más importantes entre 2005 y 2017 para
efectos de este análisis, se observan en una disminución de la categoría “bastante
interesado”, que desciende de un 26% a un 12%; y un aumento de la categoría “nada
interesado” que aumenta de 39% a 47%. Lo que demuestra una reducción significati-
va en la valoración que tiene la población sobre la actividad política
Llevando el análisis a datos más actuales, en agosto de 2021 durante los últimos
meses del segundo mandato del presidente Piñera, al consultar al preguntar por la
confianza en las instituciones, el peor desempeño se evidenció en los Partidos Políti-
cos (4%), seguido del Congreso (8%) y el Gobierno (11%). (CEP, 2021.)
En lo que va de la Administración del Presidente Boric (julio de 2023) los Partidos Polí-
ticos siguen ocupando el último lugar de las preferencias con respecto a la confianza
en las instituciones (3%); asimismo, el Congreso se mantiene en penúltimo lugar (8%);
siendo el gobierno la única institución que muestra una mejora en su posicionamien-
to de confianza (18%) superando a las redes sociales (13%), la televisión (14%), los
tribunales de justicia (16%) y el Ministerio público (17%). (CEP, 2023.) 5
Ante este escenario de desconfianza y recelo frente al quehacer político, las élites po-
líticas han buscado la fórmula para revertir esta situación. Por ejemplo, en 2015 se
estableció el Consejo Asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de
influencias y la corrupción, también denominado “Comisión Engel”. Como parte fun-
damental del diagnóstico, se expuso una resistencia a modificar la regulación política,
en donde los mismos actores políticos no demostraron voluntad para redefinir las
reglas bajo las que se rigen.
Como podemos observar, las medidas que han buscado dar solución a la falta de
acuerdo político no han logrado cumplir su objetivo. Esta situación -sumada a la falta
de legitimidad por parte de la población- han propiciado el escenario para la diversi-
ficación de los liderazgos políticos. Cabe mencionar que este aspecto también ha
estado condicionado por los cambios en el sistema electoral, los que han permitido
la variación del abanico de partidos.
Algunos de los cambios más importantes que podemos señalar como parte de
la diversificación partidista son, por un lado, el surgimiento del Frente Amplio
como opción en la izquierda ante el debilitamiento de los partidos tradicionales
del sector; y, por otra parte, la aparición del Partido Republicano como alterna-
tiva a la derecha tradicional.
Sin embargo, uno de los puntos más críticos en el surgimiento de estos nuevos lide-
razgos ha sido la apertura de espacios a fuentes políticas no tradicionales de corte
populista, las que han llegado a tener representación en el Congreso y participacio-
nes importantes en procesos electorales. Como ejemplo de este fenómeno, podemos
encontrar a Pamela Jiles y el Partido de la Gente (PDG) en la Cámara de Diputados o
a Franco Parisi en la última carrera presidencial. Estas figuras se caracterizan por auto-
referenciarse fuera del marco político institucional, generando un discurso antipolíti-
co en favor de las demandas ciudadanas. Asimismo, las soluciones que se ofrecen al
electorado carecen de sustancia y tienden a la irresponsabilidad en materia fiscal,
como lo fueron la seguidilla de proyectos de ley que proponían el retiro anticipado
de fondos previsionales, los que afectaron gravemente la estabilidad financiera del
país y de los cuales la tendencia inflacionaria aún no logra recuperarse del todo.
Existen un sinnúmero de iniciativas que han respondido
a esta tendencia populista. Por ejemplo, conocemos las
dificultades que existen con respecto al gasto fiscal, su
distribución y capacidad de reasignación. En esta línea,
tanto el PDG, como de otros partidos políticos, han insi-
nuado una reducción del gasto fiscal en diversas mate-
rias para poder financiar derechos sociales; enfatizando
en pensiones, salud y educación. Sin embargo, estas
propuestas carecen de viabilidad, convirtiéndose más en
una declaración de intenciones que en una herramienta
efectiva para combatir el descontento ciudadano.
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Dic19 Agos21 Ab-May22 Nov-Dic22 Jun-Jul23
Ahora, lo anterior no supone que a través de las redes sociales los usuarios no tengan
una participación positiva en el ámbito político, por el contrario, hoy en día se habla
de que las redes sociales han sido un factor que ha agudizado la polarización política.
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En este sentido, Jonathan Haidt habla de los efectos que han tenido las redes socia-
les, y da cuenta que además de una serie de externalidades negativas que producen
en las personas (depresión, ansiedad, etc.), también brinda a los usuarios la percep-
ción de estar en un conflicto constante, lo que él considera es la causa de que tantos
países democráticos estén teniendo problemas simultáneamente.
Este escenario se ve agudizado en un mundo digitalizado con la propagación de las
fake news y la inmediatez de la información, en donde finalmente las redes terminan
por contribuir en la crisis de representatividad y con ello, ha generar a usuarios
críticos y desconfiados.
En lo que refiere a la polarización política que se da en este medio, Pablo Barberá
(2020)12 explica que lo que sucede es que en las redes sociales un gran número de
interacciones se dan entre usuarios con distintas posiciones políticas, lo cual tiene su
base en el hecho de que si bien nos vemos expuestos a información de nuestros
círculos cercanos, también nos relacionamos con contactos no cercanos a nosotros, o
más bien conocidos como lazos débiles. Son estos contactos los que son política-
mente heterogéneos y también quienes acorde a los datos contribuyen en gran parte
a la difusión de información que se da en las plataformas sociales, de manera que
esto explica que el consumo de información política se polarice.
De esta manera, a través de las redes sociales los usuarios tienen una participación
activa de manifestación, lo cual ha afectado a la agenda pública, en el sentido de que
los “políticos se han vuelto hipocondríacos en relación a su visibilidad, reputación e
interacción social: miden y miran sus redes compulsivamente, conscientes de su vul-
nerabilidad y de las oportunidades” (Gutiérrez-Rubí, 2016).13
Un ejemplo del poder que guardan las redes sociales es el famoso escándalo de Cam-
bridge Analytics, instancia en que una consultora recopiló millones de datos de usua-
rios de Facebook con el objeto de promover propaganda e información falsa en favor
de los candidatos Donald Trump y Ted Cruz.
Los expertos hablan de que las redes sociales han con-
tribuido a una descentralización del poder, en donde
tanto los actores y partidos políticos ya no se relacionan
exclusivamente con sus militantes o personas con ideo-
logía similar, sino que también con personas contrarias
a sus ideologías que incluso pueden ser bots o perfiles
falsos (Gutiérrez-Rubí, 2016). Esto permite – en parte-
entender cómo la inmediatez de la información, que es
el foco principal de las redes sociales, permear la
agenda pública y cómo esto a su vez, afecta la confianza
de la ciudadanía hacia sus representantes, especialmen-
te en un país como Chile donde más de 14 millones de
personas son usuarios activos en redes sociales.
Un ejemplo del poder que guardan las redes sociales es el famoso escándalo de Cam-
bridge Analytics, instancia en que una consultora recopiló millones de datos de usua-
rios de Facebook con el objeto de promover propaganda e información falsa en favor
de los candidatos Donald Trump y Ted Cruz.
Contexto internacional
En consecuencia
1.- Bernales.P. (2019). Columna de Opinión “Lo público para los pobres: vacíos y
aciertos de la reforma “integral” de salud de Piñera”. CIPER Chile.
6.- Pingdom. (2010). The incredible growth of the internet since 2000.
11.- Haidt, J. (2019). "Con las redes sociales tenemos la sensación de conflicto con-
tinuo". La Nación
Dignidad Ahora PI y PH 3