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Fallo
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SENTENCIA DEFINITIVA
SALA VI
Expediente Nro.: CNT 79646/2016
(Juzg. Nº 51)
AUTOS:”LEGUIZAMON HUGO OSCAR C/ PROVINCIA ART S.A. S/
ACCIDENTE-LEY ESPECIAL”
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que el juzgador, al pronunciarse sobre el tema, haya
violentado el principio de congruencia y de defensa en juicio.
En cuanto al segundo tema objeto de debate es prudente
señalar que el fallo condenatorio se apoyó, a su vez, en el
informe pericial (ver fs. 48/57) la respuesta dada a las
impugnaciones de parte (fs. 65/69) y las declaraciones que el
juzgador estimó concordantes de Leiva (fs. 88), Alcaraz
(fs.89) y Centurión (fs., 90) y sobre el tema psíquico el
perito apunto que las patologías denunciadas y detectadas
habían incidido negativamente sobre su personalidad lo que la
accionada, oportunamente, impugnó que el padecimiento
existencial detectado no tenía entidad suficiente como para
justificar un diagnóstico de RVAN de grado II por lo que el
perito aclaró que la personalidad base del actor fue evaluada
y fue normal y que “su conducta presenta características de
personalidad que se ajustan a los parámetros de normalidad con
predominio de rasgos ansioso (ver fs. 69 y vta.) lo que, en la
práctica, desmiente la existencia de trauma mental.
Digo esto porque estamos ante un integrante de las
fuerzas de seguridad de 61 años que padece varias dolencias
que afectan su integridad física y, en consecuencia, puede
sufrir los traumas propios generados por la inminente entrada
en la vejez y la pérdida de la capacidad auditiva –uno de los
males que lo afectan- pero continua en actividad (ver escrito
de inicio, fs. 6 punto 2: “cumple tareas como suboficial
principal; experticia, fs. 46 vta., profesión gendarme) y, en
consecuencia, no puedo aceptar que padezca un trauma mental
que afecte su capacidad para vincularse con terceros.
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Santos, Madrid) puesto que el daño psíquico es factible de
producirse ante las denominadas psiconeurosis de terror
producidas por grandes catástrofes sufridas en circunstancias
dramáticas (ver Pirolo, “Derecho del Trabajo Comentado”, t.
IV, p. 555). Se ha precisado que el trastorno de estrés
postraumático afecta a las personas que se han visto expuestas
a accidentes o situaciones traumatizantes, se caracteriza por
síntomas de entumecimiento, retraimiento psicológico y social,
dificultades para controlar las emociones, sobre todo la ira,
y recuerdo vivo e intrusivo de las experiencias de la
situación traumática. Por definición, un acontecimiento
traumatizante es aquel que es ajeno a la variedad normal de
acontecimientos de la vida cotidiana y que el individuo vive
como abrumador, suele suponer una amenaza para la vida propia
o la de alguien cercano, o la contemplación de una muerte o
lesión grave, sobre todo si se produce de forma repentina o
violenta (OIT, “Enciclopedia de Salud y Seguridad en el
Trabajo”, Salud Mental, 5.14).
Asimismo, se ha señalado, que el desorden de estrés
postraumático, también llamado neurosis traumática o neurosis
de guerra, afecta a cientos de miles de personas que han
sobrevivido al trauma de desastres naturales como terremotos o
accidentes aéreos y/o a desastres de hechura humana como la
guerra, la violación y el holocausto (Kohan y Grosman,
“Psiquiatría sin miedos”, p. 124, ed. Sudamericana), su
estudio profesional data de la guerra de Vietnam, ya que sus
veteranos resultaron afectados por la referida patología;
algunos ellos por haber sido testigos de actos violentos y
sádicos, de ahí que también la figura que nos ocupa merezca el
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matrimonial, destrucción del proyecto de vida derivado de la
pobreza, la falta de educación y/o conflictos familiares y de
ahí que la norma reglamentaria imponga, a los profesionales
del arte de curar, evaluar cuidadosamente la personalidad
previa del sujeto, su biografía, los episodios de duelo, la
respuesta afectiva, las expectativas laborales frustradas y
sus relaciones personales con el medio: no cabe indemnizar el
displacer propio de personalidades inmaduras con baja
tolerancia a la frustración (Maddaloni, “La prueba pericial
médica en los juicios laborales”, DT 2018-2-443).
Por otra parte, no cabe olvidar que si bien un evento
dañoso puede determinar alteraciones en la salud del
dependiente en el desarrollo de los traumas mentales pueden
incidir otros factores ajenos al trabajo, desde la propia
personalidad del dependiente hasta los enfrentamientos que
pueda tener con terceros ajenos a la empresa, su entorno
familiar o social, lo que obliga a que todo reproche de
responsabilidad en la materia tenga sólida base fáctica y
jurídica siendo de destacar que la salud mental ha sido
definida como una condición sometida a fluctuaciones debido a
factores biológicos y sociales que permiten al individuo
alcanzar una síntesis satisfactoria de sus propios instintos,
potencialmente conflictivos; formar y mantener relaciones
armónicas con terceros, y participar e cambios constructivos
en su entorno social y físico (crit. Comisión de Expertos de
la Organización Mundial de la Salud).
Se entiende, en tal sentido, que para que exista daño
psíquico debe mediar una perturbación patológica de la
personalidad (Zavala de González, “Daños a las personas”, t.
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el daño psicológico no fue objeto de reclamo en la demanda,
pues a fs. 12 del escrito de inicio el demandante expresamente
manifestó que como consecuencia de los hechos que se ventilan
en autos padece una Reacción Vivencial Anormal Neurótica grado
II, “ponderable conforme baremo en un 10% de incapacidad”.
Sentado ello, considero que las dogmáticas formulaciones
y objeciones que introduce la accionada con el fin de objetar
el porcentaje de incapacidad psíquica que le fue atribuido al
actor, y la existencia de un nexo de causalidad adecuado entre
el daño psíquico que presenta y el factor laboral, a mi modo
de ver, lucen carentes de la debida fundamentación –en
especial científica- que permita considerar la existencia de
un error tanto en el pronunciamiento apelado como en las
conclusiones que surgen del informe pericial médico producido
en la causa (cfr. art. 116 de la L.O.), por lo que la crítica
articulada sobre este tópico resulta ineficaz e insuficiente
para revertir lo allí decidido (cfr. art. 116 de la L.O.).
En efecto, la queja bajo examen no se respalda ni
asienta en este aspecto en ningún argumento de rigor
científico que permita invalidar las conclusiones del
sentenciante de grado anterior en este sentido.
Repárese en que dictamen pericial médico producido en la
causa –elaborada en función del psicodiagnóstico efectuado al
actor- (ver fs. 46/57) surge que “la actora padece un
trastorno por estrés postraumático crónico o retrasado
asociado a un trastorno adaptativo, resultante de las
enfermedades que notara desde aproximadamente marzo de 2016,
trastorno cuya sintomatología compone una situación de daño
psicológico (…) El actor, en función de la noxa (agente
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psicólogo y apreciaciones dogmáticas sin anclaje en prueba
objetiva de autos.
Así, se advierte que la pericia se ha fundado en la
entrevista y evaluación efectuada al Sr. Leguizamon, ha
establecido un nexo de causalidad con el factor laboral y, ha
estimado el porcentaje de incapacidad sobre la base de la
tabla de incapacidades elaborada en el marco del decreto
659/96 y ley 24557.
Desde esta perspectiva de análisis, no advierto razón
valedera alguna que justifique apartarse de las conclusiones
médico – legales a las que se arribó en el dictamen pericial
médico producido en la causa, el cual da cuenta de la
existencia de un trastorno psíquico de carácter parcial y
permanente cuya etiología surge de los hechos ventilados en
autos. En efecto, en el caso, toda vez que no se advierte que
el origen de la patología psíquica que padece el trabajador
fuera otro que las labores desarrolladas bajo dependencia de
su empleadora -pues no obra en la causa constancia alguna que
refiera patología de base alguna que pueda interrumpir la
vinculación causal aquí denunciada-, la estimo directamente
relacionada con aquél.
Desde esta perspectiva de análisis, los términos del
informe pericial médico producido en la causa, imponen
otorgarle plena eficacia y valor probatorio (arts. 386 y 477
del C.P.C.C.N.) y, por tanto, no permiten apartarse de lo
resuelto en la instancia de grado en este aspecto.
En dicha inteligencia, corresponde desestimar el recurso
interpuesto por la demandada y confirmar lo decidido en origen
a su respecto.
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les corresponda percibir por sus trabajos en la instancia
anterior.
Oportunamente, cúmplase con lo dispuesto en el art. 1º de
la ley 26856 y con la Acordada de la CSJN Nº 15/2013.
Regístrese, notifíquese y vuelvan.
CARLOS POSE
JUEZ DE CAMARA
GRACIELA L. CRAIG
JUEZ DE CAMARA
LUIS A. RAFFAGHELLI
JUEZ DE CAMARA
Ante mi:
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