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Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional

Poder Judicial de la Nación-


Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.

SENTENCIA DEFINITIVA CAUSA Nº 41951/2012/CA1 “DEFELICE KARINA


ELIZABETH C. CORREO ANDREANI S.A. Y OTROS S/ DESPIDO” –
JUZGADO Nº 10

En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, a


27/10/2016, reunidos en la Sala de Acuerdos los señores miembros integrantes
de este Tribunal, a fin de considerar los recursos deducidos contra la sentencia
apelada, se procede a oír las opiniones de los presentes en el orden de sorteo
practicado al efecto, resultando así la siguiente exposición de fundamentos y
votación.

La Doctora Diana Regina Cañal dijo:

I.- Contra la sentencia de primera instancia (ver fs. 492/502),


que acoge en lo principal el reclamo inicial, se alzan la actora y Andreani
Logística S.A., según sus respectivas presentaciones de fs. 504/514 y 516/523.
La primera, con réplicas de Andreani Logística S.A. a fs. 524/526 y de Luis
Fernando Vázquez a fs. 527. La segunda, con réplica de la accionante, a fs.
529/537.

A su vez, la perito contadora, apela la regulación de sus


honorarios, por considerarla reducida (fs. 503).

En primer lugar, la juzgadora consideró que se deben incluir en


la base salarial las sumas “no remunerativas” de los rubros “Comidas” (4.1.12),”
Viático Especial (4.1.13)”, “Adicional Especial Categ. No Rem” y “Asig
extraordinaria No rem”, que totalizaban la suma de $ 2.271,52. Ello, de
conformidad con los precedentes de la Corte Suprema “Pérez, Aníbal Raúl c/
Disco S.A. y “González, Martín Nicolás c/ Polimat S.A. y otro”.

En consecuencia, hizo lugar a las diferencias de las sumas


abonadas de conformidad con los arts. 232, 233 y 245 de la L.C.T., por el
despido directo sin causa. En igual sentido, prosperó la multa del art. 2 de la ley
25.323, sobre la diferencia existente entre lo que debió haberse abonado por
tales conceptos y el importe referido.

También, advirtió diferencias en el pago de las Vacaciones de


los años 2010, 2011 y 2012, como del aguinaldo.

Por otra parte, hizo lugar a la multa del art. 80 de la L.C.T.,


dado que la trabajadora cumplió con el decreto 146/01.

En cambio, rechazó el art. 1 de la ley 25.323, porque no se


acreditó en la causa el incorrecto registro de la relación laboral (pago en negro
o incorrecta fecha de ingreso), sino sólo la falta de inclusión en la base salarial
de rubros que fueran consignados como no remunerativos.
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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A su vez, tampoco prosperaron las diferencias salariales


reclamadas de abril 2010 a septiembre 2011, dado que a su entender se
incumplió con el art. 65 L.O., respecto de la carga de designar la cosa
demandada con precisión. Asimismo, destacó que “desde el ingreso hasta el
egreso se registró a la actora en la categoría Administrativa de Primera,
circunstancia que se refleja en los recibos de sueldo acompañados a autos”.

En cuanto al reclamo por acoso laboral, mobbing,


discriminación por género y reparación integral (daño moral, psicológico y
físico), resaltó que “los testigos de la actora como compañeros de trabajo
sufrieron contingencias similares y son quienes mejor pueden declarar sobre
las circunstancias comunes a las que se vieron sometidos, en el caso maltrato
por parte de Vázquez”.

Así, determinó que hubo una “violencia psicológica general" en


el ambiente de trabajo. Agregó, que “está comprobado que las condiciones de
trabajo de la actora eran objetivamente nocivas y hostiles, ya que todos los
testigos coincidieron en que el Jefe del Sector en el cual trabajaba (Vázquez)
tenía malos tratos con el personal dirigiéndose en oportunidades en términos
similares, pero no encuentro elementos de juicio que me lleven a considerar
que las circunstancias descriptas hubieran sido generadas por Vázquez
(superior dela actora ) con el fin intencional de destruirla psicológicamente”,
someterla, degradarla, “y/o lograr su egreso de la empresa. Es decir que no
encuentro probado el componente subjetivo perverso e intencional que permite
definir lo que la jurisprudencia identifica como ‘mobbing’".

Asimismo, concluyó que “la empleadora permitió y toleró


semejante clima de trabajo y de relaciones jerárquicas, ya que no se ha
invocado ni acreditado que hubiese tomado medida preventiva o sancionatoria
alguna al respecto; los testigos hacen referencia a un pase solicitado por la
propia actora en virtud del “intolerable trato con Vazquez” y que le fue
denegado. Es decir que no garantizó la indemnidad psicológica de su
dependiente, con lo que, al permitir condiciones y un ambiente de labor
nocivos, actuó culposamente habida cuenta que se ha comprobado la
responsabilidad personal del superior jerárquico Vazquez que implementó un
clima general y personal hostil por el que el principal debe responder no sólo
por pesar sobre sus hombros dichas obligaciones sino también por resultar
titular del pleno poder de organización y dirección de la empresa (arts. 1113
Código Civil y 64/65 LCT)”.

En consecuencia, hizo lugar al daño moral por la suma de


$50.000 a valores vigentes de la fecha del pronunciamiento. Ello, dado que la
accionante, “en el tiempo anterior e inmediatamente posterior al despido habría
reaccionado manifestando síntomas y emociones acordes a la situación
estresante tales como ansiedad, angustia, sentimientos de inseguridad,
impotencia, vulnerabilidad y temores”. Si bien, en la actualidad, no presenta un
cuadro psicopatológico compatible con la figura de daño psíquico, por no hallar
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Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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secuelas incapacitantes de orden psíquico derivadas del hecho de autos, lo


cierto es que consideró que “es indudable que el ambiente de trabajo hostil en
que prestó servicios la actora como el maltrato personal que padeció de su
superior jerárquico, han podido razonable y presumiblemente generar dolor
moral, sufrimiento emocional y padecimientos que deben ser reparados”.

Por otra parte, rechazó el despido discriminatorio en razón del


género, toda vez que se realizó “una reestructuración empresarial para
eficientizar el área, que Andreani Logística estaba encarando un nuevo sistema
(Alertan) entró en el plan de reestructura y decidieron desvincularla”.

Finalmente, rechazó el grupo económico en los términos del


art. 31 L.C.T. entre Correo Andreani y Andreani Logística. Como también,
consideró improcedente la condena de Luis Fernando Vázquez, quien revistiera
la calidad de empleado con cargo jerárquico dentro de la organización de la
empresa, y por cuyo comportamiento responde la empleadora Andreani
Logística S.A.

Por último, la a quo impuso las costas a cargo de Andreani


Logística S.A., con excepción de las correspondientes a la acción seguida
contra Correo Andrerani S.A. y Luis Fernando Vazquez, las que declaró en el
orden causado, y estableció la tasa de interés del acta nº 2.601 desde que
cada suma es debida, y el monto fijado en concepto de daño moral, desde la
fecha del presente pronunciamiento.

II.- Andreani Logística S.A.se queja, por la decisión de incluir en


la base de cálculo los conceptos no remunerativos del CCT. Sostiene que “la
actora no ha solicitado la inconstitucionalidad por lo que mal podría declararse
la misma de oficio”.

Asimismo, apela la condena al pago del art. 2 ley 25.323 y al


art. 80 de la L.C.T. Resaltó que “actora recibió los certificados y solicita en su
demanda que se manden confeccionar nuevos con los datos reales del vínculo.
Es decir, la obligación fue cumplida por mi parte”.

Por otra parte, cuestiona la determinación de un ambiente de


trabajo hostil y la indemnización por daño moral a favor de la actora de la suma
de $ 50.000. Sostiene que, “si no se ha determinado daño nada corresponde
reparar”. Asimismo, destaca que “la actora cumplía tareas de administrativa en
un call center que dejó de existir y se fusionó con otra área en la que
inicialmente había 55 personas que en el marco de una reestructuración
empresaria quedó integrado por 20 personas, casi todas de sexo femenino” y
que la testimonial dio cuenta de que había “un ambiente amable donde la
relación de la actora con el Jefe (Vazquez) era buena o normal y donde todas
hacían las mismas tareas con distintos clientes asignados por la cia.”.

Finalmente, apela la tasa de interés determinada y los


honorarios regulados.
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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Preliminarmente, advierto que los precedentes agravios, no


reúnen los requisitos de admisibilidad previstos en el art. 116 de la L.O., pues
no constituyen una crítica concreta y razonada del fallo de primera instancia, en
la que se demuestre punto por punto la existencia de errores de hecho o de
derecho en que pudiera haber incurrido la juzgadora, con la indicación de las
pruebas de las normas jurídicas que el recurrente estime que le asiste.

Ello, por cuanto disentir con la interpretación judicial, sin


fundamentar la oposición o sin dar bases jurídicas a un distinto punto de vista
no es expresar agravios. En definitiva, no formula ninguna pretensión clara de
por qué, no debería prosperar la demanda.

Luego, es particularmente curiosa, la crítica del recurrente


sobre que no se deba incluir en la base de cálculo los conceptos “no
remunerativos” del CCT, por no haber solicitado la actora la declaración de
inconstitucionalidad, la que no podría, según su postura, ser declarara de oficio.

Con respecto a las inconstitucionalidades de oficio, he


sostenido inveteradamente (aún como juez de primera instancia), que el
decreto de inconstitucionalidad de oficio, no es una facultad, sino un deber de
los jueces.

Precisamente, en un pronunciamiento la Corte Suprema de


Justicia de la Nación ha dicho “que cabe recordar que con arreglo al texto del
artículo 100 (actual 116 de la Constitución Nacional), tal como fue sancionado
por la Convención Constituyente ad hoc de 1860 -recogiendo a su vez el texto
de 1853, tributario del propuesto por Alberdi en el artículo 97 de su proyecto
constitucional-, corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de
la Nación el conocimiento y decisión, entre otras, de todas las causas que
versen sobre puntos regidos por la Constitución, por las leyes de la Nación (con
la reserva hecha en el art. 75 inc. 12) y por los tratados con las naciones
extranjeras”.

“Que en este marco constitucional, la ley 27 estableció en 1862


que uno de los objetos de la justicia nacional es sostener la observancia de la
Constitución Nacional, prescindiendo, al decidir las causas, de toda disposición
de cualquiera de los otros poderes nacionales, que esté en oposición con elIa
(art. 3). Al año siguiente, el Congreso dictó la ley 48, que prevé que: ‘Los
tribunales y jueces nacionales en el ejercicio de sus funciones procederán
aplicando la Constitución como ley suprema de la Nación, las leyes que haya
sancionado o sancione el Congreso, los tratados con naciones extranjeras, las
leyes particulares de las provincias, las leyes generales que han regido
anteriormente a la Nación y los principios del derecho de gentes, según lo
exijan respectivamente los casos que se sujeten a su conocimiento, en el orden
de prelación que va establecido’(artículo 21) .”

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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“Que con estas bases normativas, la doctrina atinente al deber


de los jueces de efectuar el examen comparativo de las leyes con la
Constitución Nacional fue aplicada por esta Corte desde sus primeros
pronunciamientos cuando -contando entre sus miembros con un convencional
constituyente de 1853, el Doctor José Benjamín Gorostiaga- delineó sus
facultades para aplicar las leyes y reglamentos tales como son, con tal que
emanen de autoridad competente y no sean repugnantes a la Constitución
(Fallos: 23:37).”

“Que en esta senda se expidió el Tribunal en 1888 respecto de


la facultad de los magistrados de examinar la compatibilidad entre las normas
inferiores y la Constitución Nacional con una fórmula que resulta hoy ya clásica
en su jurisprudencia: es elemental en nuestra organización constitucional, la
atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia, de
examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión,
comparándolas con el texto de la Constitución para averiguar si guardan o no
conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas, si las encuentran en
oposición con ella, constituyendo esta atribución moderadora uno de los fines
supremos fundamentales del Poder Judicial nacional y una de las mayores
garantías con que se ha entendido asegurar los derechos consignados en la
Constitución, contra los abusos posibles e involuntarios de los poderes
públicos". Tal atribución -concluyó la Corte- "es un derivado forzoso de la
separación de los poderes constituyente y legislativo ordinario" (Fallos: 33:162).

“Como es bien sabido, un año antes, en el caso ‘Sojo’, esta


Corte ya había citado la autoridad del célebre precedente ‘Marbury vs. Madison’
para establecer que ‘una ley del congreso repugnante a la Constitución no es
ley’ y para afirmar que ‘cuando la Constitución y una ley del Congreso están en
conflicto, la Constitución debe regir el caso a que ambas se refieren’ (Fallos:
32:120). Tal atribución encontró fundamento en un principio fundacional del
orden constitucional argentino que consiste en reconocer la supremacía de la
Constitución Nacional (art. 31), pues como expresaba Sánchez Viamonte ‘no
existe ningún argumento válido para que un juez deje de aplicar en primer
término la Constitución Nacional’ (Juicio de amparo, en Enciclopedia Jurídica
Omeba, t. XVII, pág. 197, citado en Fallos: 321:3620).”

“Que el requisito de que ese control fuera efectuado a petición


de parte resulta un aditamento pretoriano que estableció formalmente este
Tribunal en 1941 en el caso ‘Ganadera Los Lagos’ (Fallos: 190: 142). Tal
requerimiento se fundó en la advertencia de que el control de constitucionalidad
sin pedido de parte implicaría que los jueces pueden fiscalizar por propia
iniciativa los actos legislativos o los decretos de la administración, y que tal
actividad afectaría el equilibrio de poderes. Sin embargo, frente a este
argumento, se afirmó posteriormente que si se acepta la atribución judicial de
control constitucional, carece de consistencia sostener que el avance sobre los
dos poderes democráticos de la Constitución no se produce cuando media
petición de parte y si cuando no la hay (Fallos: 306:303, voto de los jueces Fayt
y Belluscio; Y 327:3117, considerando 4°).”
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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“Agregó el Tribunal que la declaración de inconstitucionalidad


de oficio tampoco ‘se opone a la presunción de validez de los actos
administrativos o de los actos estatales en general, ya que dicha presunción
cede cuando se contraria una norma de jerarquía superior, lo que ocurre
cuando las leyes se oponen a la Constitución. Ni (... ) puede verse en ella
menoscabo del derecho de defensa de las partes, pues si así fuese, debería
también descalificarse toda aplicaci6n de oficio de cualquier norma legal no
invocada por ellas so pretexto de no haber podido los interesados expedirse
sobre su aplicación al caso" (Fallos:327:3117, considerando 4° citado).”

“Que, sin perjuicio de estos argumentos, cabe agregar que tras


la reforma constitucional de 1994 deben tenerse en cuenta las directivas que
surgen del derecho internacional de los derechos humanos. En el precedente
‘Mazzeo’ (Fallos: 330:3248), esta Corte enfatizó que ‘la interpretación de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos debe guiarse por la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)’ que
importa ‘una insoslayable pauta de interpretación para los poderes constituidos
argentinos en el Ámbito de su competencia y, en consecuencia, también para la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los efectos de resguardar las
obligaciones asumidas por el Estado argentino en el sistema interamericano de
protección de los derechos humanos’ (considerando 20).”

‘“Se advirtió también en “Mazzeo” que la CIDH “ha señalado


que es consciente de que los jueces y tribunales internos están sujetos al
imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes
en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del
aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean
mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde
un inicio carecen de efectos jurídicos”. Concluyó que “En otras palabras, el
Poder Judicial debe ejercer una especie de 'control de convencionalidad' entre
las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos" (caso "Almonacid", del 26
de septiembre de 2006, parágrafo 124, considerando 21).”’

“Que en diversas ocasiones posteriores la CIDH ha


profundizado el concepto fijado en el citado precedente ‘Almonacid’. En efecto,
en el caso ‘Trabajadores Cesados del Congreso’ precisó que los órganos del
Poder Judicial deben ejercer no solo un control de constitucionalidad, sino
también ‘de convencionalidad’ ex officio entre las normas internas y la
Convención Americana [‘Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado
Alfaro y otros) vs. Perú’, del 24 de noviembre de 2006, parágrafo 128]. Tal
criterio fue reiterado algunos años más tarde, expresado en similares términos,
en los casos "Ibsen Cardenas e Ibsen Pefia vs. Bolivia" (del 1° de septiembre
de 2010, parágrafo 202); "Gomes Lund y otros ('Guerrilha do Raguaia') vs.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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Brasil" (del 24 de noviembre parágrafo 176) y "Cabrera y Montiel noviembre de


2010, parágrafo 225).

“Recientemente, el citado Tribunal ha insistido respecto del


control de convencionalidad ex officio, añadiendo que en dicha tarea los jueces
y órganos vinculados con la administración de justicia deben tener en cuenta
no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho
la Corte Interamericana (conf. caso ‘Fontevecchia y D'Amico vs. Argentina’ del
29 de noviembre de 2011).”

“La jurisprudencia reseñada no deja lugar a dudas de que los


órganos judiciales de los países que han ratificado la Convención Americana
sobre Derechos Humanos están obligados a ejercer, de oficio, el control de
convencionalidad, descalificando las normas internas que se opongan a dicho
tratado. Resultaría, pues, un contrasentido aceptar que la Constitución
Nacional que, por un lado, confiere rango constitucional a la mencionada
Convención (art. 75, inc. 22), incorpora sus disposiciones al derecho interno y,
por consiguiente, habilita la aplicación de la regla interpretativa -formulada por
su intérprete auténtico, es decir, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos- que obliga a los tribunales nacionales a ejercer de oficio el control
de convencionalidad, impida, por otro lado, que esos mismos tribunales ejerzan
similar examen con el fin de salvaguardar su supremacía frente a normas
locales de menor rango.”

“Que resulta preciso puntualizar, sin embargo, que el ejercicio


del control de constitucionalidad de oficio por los magistrados debe tener lugar
‘en el marco de sus respectiva competencias y de las regulaciones procesales
correspondientes’ (confr. casos ‘Ibsen Cardenas e Ibsen Pefia’ y ‘Gómez Lund
y otros’, citados)”.

“Desde esta perspectiva, el contralor normativo a cargo del juez


presupone un proceso judicial ajustado a las reglas adjetivas aplicables entre
las cuales revisten especial relevancia las que determinan la competencia de
los órganos jurisdiccionales y, sobre todo, las que fijan los requisitos de
admisibilidad y fundamentación de las presentaciones o alegaciones de las
partes. Es conveniente recordar, al respecto, que la descalificación
constitucional de un precepto normativo se encuentra supeditada a que en el
pleito quede palmariamente demostrado que irroga a alguno de los
contendientes un perjuicio concreto en la medida en que su aplicación entraña
un desconocimiento o una restricción manifiestos de alguna garantía, derecho,
titulo o prerrogativa fundados en la Constitución; es justamente la actividad
probatoria de los contendientes así como sus planteos argumentales los que
debe poner de manifiesto tal situación.”

“En este sentido se impone subrayar que cuanto mayor sea la


claridad y el sustento factico y jurídico que exhiban las argumentaciones de las
partes, mayores serán las posibilidades de que los jueces puedan decidir si el

Fecha de firma: 27/10/2016


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gravamen puede únicamente remediarse mediante la declaraci6n de


inconstitucionalidad de la norma que lo genera.”

“Como puede apreciarse, el reconocimiento expreso de la


potestad del control de constitucionalidad de oficio no significa invalidar el
conjunto de reglas elaboradas por el Tribunal a lo largo de su actuación
institucional relativas a las demás condiciones, requisitos y alcances de dicho
control” (R. 401. XLIII. Autos “Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra e Ejército
Argentino s/ daños y perjuicios”, del 27.11.12).

Luego, con relación a la las sumas “no remunerativas” del CCT


40/89, observo que el art. 4.2.11 del CCT 40/89 establece que “en los casos
previstos en los Item 4.1.12 (Comida), 4.1.13. (Viático Especial)… atento a la
imposibilidad de documentar el monto de los gastos que los dependientes
tienen que efectuar en sus viajes o durante la prestación del servicio fuera de la
sede de la Empresa, queda convenido que los trabajadores en ninguna
circunstancia deberán presentar comprobantes de rendición de cuentas. Las
compensaciones previstas en los Items señalados en ningún caso
sufrirán descuentos ni carga social alguna, por no formar parte de las
remuneraciones de los dependientes, en un todo de acuerdo con el artículo
106 de la Ley 20.744…” (destacado, me pertenece).

Ahora bien, no es materia de discusión, que tanto los


convenios colectivos citados por las partes, como los acuerdos celebrados en
el marco de la negociación colectiva, que rigen la actividad de la demandada,
han sido oportunamente homologados por el Ministerio de Trabajo. Por lo que
la controversia se centra, en determinar si el pago, por los rubros “Comida” y
“Viático Especial”, bajo la forma “no remunerativas”, contradice normas de
jerarquía constitucional, lo que no podría resultar convalidado legal ni
convencionalmente.

De acuerdo con lo dispuesto por el art. 7 de la ley 14250,


las convenciones colectivas de trabajo deberán “ajustarse a las normas legales
que rigen las instituciones del derecho del trabajo, a menos que las cláusulas
de la convención relacionadas con cada una de esas instituciones resultaran
más favorables a los trabajadores y siempre que no afectaren disposiciones
dictadas en protección del interés general (…)”.

Con relación a los viáticos, cabe recordar que como jueza


de primera instancia, sostuve en los autos “Burlas, Daniel Sergio c/ Aerolíneas
Argentinas S.A. s/ despido” conf. Sentencia de la Suscripta, Nº 2.724, del
30/03/2010 que “en cuanto a los viáticos, comparto que los mismos no debían
ser rendidos, de manera que podía ahorrar el actor la parte no gastada, al no
entrar en colisión con la LCT, la norma convencional ni con el criterio del
plenario Aiello, lo que les otorga naturaleza remuneratoria”.

Ahora bien, de conformidad con la doctrina fijada en el


Fallo Plenario Nro. 247, “AIELLO, AURELIO C/TRANSP. AUTOM.
Fecha de firma: 27/10/2016
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CHEVALLIER SA", del 28.8.85, "El art. 106 de la LCT (to) autoriza que un
convenio colectivo de trabajo o laudo arbitral atribuya carácter no remuneratorio
a gastos de comida, traslado o alojamiento, sin exigencia de rendición de
cuentas".

Convoco el plenario como un criterio a tener en cuenta,


más, dejo a salvo mi opinión, respecto de la norma que dispone la
obligatoriedad de los fallos plenarios, artículo 303 del CPCCN. En efecto,
considero que la misma es inconstitucional, al imponer vinculancias a los
jueces contrarias al mandato constitucional, sólo obligados por la Constitución
Nacional y las normas dictadas con arreglo a la misma.

Por otra parte, toda vez que la ley 26853 en su artículo 12


dispone dejar sin efecto al artículo 303 del CPCCN, y siendo que la misma
establece su obligatoriedad de manera inmediata, lo que viene a sumarse su
carácter adjetivo de la misma, no existe más la contradicción constitucional.

Por su vinculación con el caso de autos, aquí me detengo,


por los rubros (viáticos y las sumas “no remunerativas”, conforme el acuerdo
del CCT 40/89), para hacer una reflexión liminar, en torno a lo que se ha dado
en denominar naturaleza remuneratoria de un rubro.

Digo así, dado que el artículo 103 de la L.C.T. define a la


remuneración como la “contraprestación que debe percibir el trabajador como
consecuencia del contrato de trabajo”. La amplitud del concepto queda
develada en particular por dos normas: el propio artículo 103 considera que la
misma es debida aún cuando no se presten servicios, si la fuerza de trabajo es
puesta a disposición y en ese orden de ideas el artículo 208 del mismo cuerpo
legal, prevé que durante la licencia por enfermedad su pago no debe ser
disminuido por el hecho de no prestarse labores.

Por lo demás, claramente el artículo 105 in fine LCT,


determina que las prestaciones complementarias, sean en dinero o en especie,
“integran la remuneración del trabajador”.

Luego, en relación con los viáticos, el art. 106 de la LCT,


dispone que “serán considerados remuneración, excepto en la parte
efectivamente gastada y acreditada por medio de comprobantes, salvo lo que
en particular disponga los estatutos profesionales o convencionales o
convenciones colectivas de trabajo”.

La definición que nos proporciona la ley, no deja lugar a


dudas, de que “toda” prestación que reciba el trabajador por parte de su
empleador como consecuencia de la relación laboral y que represente un
beneficio patrimonial para él, tiene carácter remuneratorio.

Asimismo, el convenio Nº 95 de la OIT ratificado por la


República Argentina en 1956 (decreto ley 11594-56), que a partir de la reforma
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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constitucional de 1994 tiene jerarquía superior a la ley, por estar incluido a su


vez en los tratados (conf. art. 75 inc. 22 de la CN), establece que “A los efectos
del presente convenio, el término salario significa la remuneración o ganancia,
sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda
evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional y debida
por un empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o
verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar por
servicios que haya prestado o deba prestar” (el destacado, me pertenece).

Vinculado con este tema, sostuve en mi desempeño como


juez de primera instancia, al decidir en los autos “Pérez, Aníbal Raúl c/ Disco
S.A. s/ despido” precedente recogido en el decisorio atacado (sentencia Nº
2252 del 27/4/2006, del registro del juzgado Nº 74), en una cuestión asimilable
analógicamente, que el rubro tickets goza de naturaleza remuneratoria, no
obstante lo normado por el artículo 103 bis de la LCT, incisos b y c, cuya
inconstitucionalidad correspondió decretar. Criterio que se recordará, fue
finalmente convalidado en esta misma causa por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación (sentencia del 1/9/2009; P. 1911. XLII), en los siguientes términos
“corresponde hacer una reflexión liminar en torno a lo que se ha dado en
denominar naturaleza remuneratoria de un rubro……Entiendo que esta no es
una cuestión de derecho natural que dependa de esencia alguna (para el caso
de que semejante cosa pudiera existir), sino de las normas que así lo disponen,
debiendo al tiempo de interpretar tenerse en cuenta la escala jerárquica. Así, el
artículo 103 de la LCT define a la remuneración como la “contraprestación que
debe percibir el trabajador como consecuencia del contrato de trabajo”. La
amplitud del concepto queda develada en particular por dos normas: el propio
artículo 103 considera que la misma es debida aún cuando no se presten
servicios, si la fuerza de trabajo es puesta a disposición y en ese orden de
ideas el artículo 208 del mismo cuerpo legal, prevé que durante la licencia por
enfermedad su pago no debe ser disminuido por el hecho de no prestarse
labores”.

“Por lo demás, claramente el artículo 105 in fine LCT


determina que las prestaciones complementarias, sean en dinero o en especie
“integran la remuneración del trabajador”. Esta lógica, impuesta por el propio
entramado normativo derivado del legislador originario, es la que habrá de
guiar las siguientes reflexiones …. La razón apuntada también es idónea para
señalar que los tickets y gastos de refrigerio, tienen una naturaleza
remuneratoria, no obstante lo normado por el artículo 103 bis de la LCT, incisos
b y c, cuya inconstitucionalidad corresponde decretar. Tengo dicho al respecto
que adhiero a la corriente jurisprudencial según la cual “la CSJN en el caso
`Della Branca, Luis c/ Ind. Metal. Pescarmona SA` del 24/11/98, ha expresado
que en lo relativo a la naturaleza no remunerativa de los tickets canasta, “el
argumento de la "acuciante situación alimentaria" que contenía los
considerandos del decreto 1477/89 resulta inhábil para amparar una situación
excepcional que imposibilitara al Congreso legislar sobre el punto pues la
calificación de "no remunerativa" que se imprimió a los vales alimentarios sólo
podía ser formalmente establecida mediante una decisión política y rango
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propios de una ley. De todas maneras, al sancionarse la ley 24700 (25/9/96) el


decreto en cuestión ya había sido derogado por el decreto 773/96 de tal
manera no podría asignarse a tal normativa cualidades vivificantes y
convalidatorias de un decreto derogado” (CNAT Sala II sent. 85341 26/2/99
"Disnan, Pedro c/ Telecom Argentina Stet France Telecom SA s/ diferencias de
salarios"-)”.

“En la misma causa “Della Blanca”, se analizó la injusticia


intrínseca de la solución, al decir que “la mera conveniencia de que por un
mecanismo más eficaz se consiga un objetivo de gobierno en modo alguno
justifica la franca violación de la separación de poderes que supone la asunción
por parte de uno de ellos de competencias que sin lugar a dudas corresponden
a otros (Fallos: 318:1154, voto del DR. Boggiano). En consecuencia, el decreto
1477/89 no reúne los requisitos constitucionales para su validez y cabe concluir
que por medio de una norma constitucionalmente nula - de nulidad absoluta e
insanable- se ha disminuido la base indemnizatoria con menoscabo de la
cláusula superior de "protección contra el despido arbitrario" (art. 14 bis de la
C.N., que responde al requerimiento de un orden social justo, Fallos: 250:46) y
que sólo podía ser objeto de modificaciones mediante una ley del Congreso
(art. 75, inc. 12 de la C.N.). (Del voto del Dr.Boggiano)......No puede atribuirse a
la ley 24700 -dictada casi siete años después- un sentido convalidatorio del
decreto 1477/89, pues éste fue derogado por el decreto 773/96. Pero la manera
en que se resuelve esta causa no importa juzgar sobre la conveniencia o
inconveniencia de establecer un sistema que desconozca el carácter salarial a
los ticket canasta ya que, como repetidas veces se ha sostenido, no compete a
los jueces valorar la oportunidad, el mérito o el acierto de las decisiones de los
otros poderes. Supone, sí, una reafirmación de que es en todo caso al
Congreso a quien le compete legislar sobre el régimen del salario, con arreglo
a nuestro sistema constitucional de división funcional del poder. Decisión que
fue tomada por ese órgano mediante la ley 24700. (Del voto del Dr.
Boggiano)”.Y también se sostuvo que “en el sub lite el reproche constitucional
de los actores se orientó a la imposibilidad de que una norma de rango inferior
a la ley atribuyera carácter no remunerativo a vales o tickets de canasta familiar
y, por esta vía, alterara el concepto de remuneraciones o de prestaciones
complementarias previsto en el art. 105 de la LCT. Resulta evidente que la
composición del salario en el régimen de contrato de trabajo es una materia de
derecho común, cuya regulación es competencia formal y material del Poder
Legislativo de la Nación y ni el espíritu ni la letra del texto constitucional
argentino vigente con anterioridad a la reforma de 1994, admitían la validez del
dictado por el presidente de la Nación de decretos-leyes que invadieran áreas
de competencia legislativa. (Del voto del Dr. Bossert)”. (CSJN D. 483 XXXI
"Della Blanca, Luis y otro c/ Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA"
24/11/98)”.

“Todas estas reflexiones que contemplan el problema de


la dicotomía entre lo que la nueva ley dice y lo que la LCT establece, sin
embargo, dejarían en pie la validez constitucional de la ley 24.700. Mas cabe
aunar a las mismas lo que se sostuvo en otros fallos, en donde por la minoría
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se afirmó que “respecto de los tickets que la demandada abonaba al actor


mensualmente cabe tener en cuenta que la ley 24700 (BO 14/10/96), siguiendo
los lineamientos de los decretos 1477/89, 1478/89 y 333/93, modifica los arts.
103, 105 y 223 LCT, estructurando los beneficios sociales y las prestaciones
remunerativas como elementos conexos de los salarios. Con ello los
empleadores resultan nuevamente beneficiados, al liberarse de contribuciones
en el área social y al disminuir la incidencia salarial en las licencias, vacaciones
e indemnizaciones, ya que tales elementos no son considerados
remuneratorios. Ante el Convenio 95 de la OIT, superior a las leyes por haber
sido ratificado por el país, el maquillaje social cede y se diluye, por lo que
algunos de los beneficios sociales y ciertas prestaciones no remunerativas,
causadas o surgidas de la relación laboral, muestran su realidad salarial. Debe
convenirse, sin lugar a dudas, que los tickets reglados por el art. 103 bis de la
LCT, detentan una jerarquía normativa inferior al mentado Convenio nº 95, y
pone en evidencia la inconstitucionalidad de algunos momentos, puesto que a
la luz del mencionado convenio, los beneficios que ocultan remuneraciones
deben ser "desactivados" por inconstitucionales......Al tomar conocimiento la
OIT de la normativa argentina sobre los llamados vales alimenticios o canasta
de alimentos, formuló a la Argentina, la correspondiente observación de la
Comisión de Expertos de Aplicación de Convenio y Recomendaciones de la
OIT. En tal sentido la Comisión cuestiona los decretos 1477/89, 1478/89 y
333/93, sosteniendo que los beneficios alimentarios constituyen verdaderos
salarios en los términos del Convenio 95, ratificado por la Argentina. Se
desprende que existe un nexo, entre las prestaciones destinadas a mejorar la
alimentación de los trabajadores y sus familias y el trabajo realizado o los
servicios prestados de conformidad con el contrato de trabajo. Estos beneficios,
cualesquiera sea su denominación constituyen componentes de la
remuneración en el sentido que este término se la da en el art. 1 del Convenio
95. Además, en el caso, los tickets entregados por la demandada, lo fueron por
años, y detentan la característica de habitualidad, tornándose su dación regular
y determinando su exigibilidad futura”. (Del voto del DR. CaponFilas, en
minoría,Sala VI,Expte nº19954/00 sent. 55771 26/2/03 "Frangullo, Gerardo c/
Banco Sudameris Argentina SA s/ despido)”.

“Y aún otro vocal ha compartido la esencia de la anterior


disidencia, no obstante resolver en otro sentido, al decir que “no resulta
conveniente detraer del concepto de salario prestaciones en dinero o de valor
estimable en dinero que, bajo la apariencia de beneficios colectivos y más o
menos graciables sirven para compensar en parte la tarea del trabajador pero
también para evitar al empleador el pago proporcional de aportes previsionales,
sueldo anual complementario u otras obligaciones laborales o de la seguridad
social que hayan de calcularse sobre el salario. No obstante ello, ninguna
cláusula constitucional impide al legislador redefinir el concepto de salario de
tal modo que parte de la retribución, sujeta a otra nomenclatura, quede exenta
de los efectos que otras normas legales atribuyen al salario mismo, a menos
que quede vulnerada la garantía de “retribución justa” establecida en el art. 14
bis de la Constitución Nacional. (Del voto del Dr. Guibourg, S.III. S.D. 87.241

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del 31/10/2005. Exp. 21.140/2003. “Valiño, Claudio Adrián c/AuchanArgentina


S.A. s/despido”.)”.

“Resulta de tal modo una conclusión ineludible que,


cuando la ley negó la naturaleza remuneratoria en los casos de marras, se
violaron las claras pautas de la Ley de Contrato, y de normas internacionales
de valor equivalente a la de la Constitucional Nacional. Al respecto, en el
mismo precedente ya citado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que
confirmara una decisión de la Suprema Corte de la Provincia de Mendoza, se
dijo que “la naturaleza no remunerativa…..sólo puede ser formalmente
establecida mediante una decisión política y rangos propios de una ley del
Congreso, la que a su vez (sub me pertenece) en su caso, deberá ser
confrontada con la Constitución Nacional, que garantiza al trabajador una
remuneración justa y lo protege contra el despido arbitrario –art.14 bis, de la
Ley Fundamental” (D.483.XXXI, in re “Della Blanca, Luis Enrique y Luna, Jorge
Omar c/ Ind. Met. Pescarmona S.A. s/ ordinario” del 24/11/98”).”

“Encuentro por lo tanto que, cuando el artículo 103 bis,


incisos b y c) le resta naturaleza salarial a los tickets y refrigerio, no solo
desvirtúa el esquema originario de la LCT antes reseñado, sino también las
previsiones de la CN, que aseguran una retribución justa (art.14 bis)Más claro:
lo que la reforma habilita es que se detraiga un porcentaje del todo, y no que al
todo se le sume esa proporción, en cuyo caso resultaría razonable que lo
abonado en más no tenga naturaleza remuneratoria”.

“Así, tiene dicho la jurisprudencia que ‘la remuneración


como tal constituye un elemento esencial del contrato de trabajo y atento a su
naturaleza alimentaria no se pueden desmembrar los distintos items que lo
componen y que revisten la misma naturaleza jurídica o carácter alimentario.
Pretender acotar el concepto remunerativo excluyendo los tickets, so pretexto
de que se trata de un beneficio social, es desconocer por un lado el concepto
de remuneración que recepta la LCT y el Convenio Nro.95 de la OIT, y por el
otro, es ignorar que las prestaciones económicas de la seguridad social, no
tienen por causa el contrato de trabajo, sino fundamentalmente circunstancias
sociales y especialmente familiares del trabajador’" (CNAT, Sala VI, minoría,
SD 54.088, del 27/4/01)”.

Así también, se ratificó la improcedencia de atribuir


carácter no remunerativo al pago de sumas de dinero mediante un acuerdo
sindical en “Pombo Fernandez Antonio y otros c/ Telecom Argentina S.A. s/
diferencias de salarios”, Sala VI, SD nº 63.016 de fecha 29 de junio 2011,
donde los camaristas concluyeron que “…el Alto Tribunal ha sostenido que la
naturaleza jurídica de una institución debe ser definida, fundamentalmente por
los elementos que la atribuyan, sobre todo cuando cualquier limitación
constitucional que se pretendiese ignorar bajo el ropaje del nomen juris sería
inconstitucional y en el caso el art. 103 bis no proporciona elemento alguno que
desde el ángulo conceptual autorice a diferenciar a la concesión de los vales
alimentarios asumida por el empleador de un mero aumento de salarios
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adoptado a iniciativa de éste, siendo el distingo solo un “ropaje”. En cuanto a


las sumas no remunerativas en mi opinión, corresponde confirmar lo decidido
en la instancia de grado, ya que no cabe aceptar que por imperio de un
acuerdo sindical se atribuya carácter no remunerativo al pago de sumas de
dinero en beneficio de los dependientes, ya que la directiva del art. 103 de la
L.C.T. presenta carácter indisponible, sin que la posterior homologación emitida
por el Poder Ejecutivo purgue un acto viciado, por cuanto los convenios
colectivos de trabajo sólo resultan operativos y vinculantes en cuanto no violen
el orden público laboral”.

Luego, como manifestación del principio de primacía de la


realidad, que es uno de los principios centrales del derecho del trabajo (art. 11
L.C.T.), la “remuneración” debe ser considerada tal, siempre que surja de la
contraprestación de un contrato de trabajo. Como dato concluyente, negarle
carácter remunerativo, resulta así una clara inequidad (contrario al art. 16
C.N.).-

Consecuentemente, privar a los adicionales “comida” y


“Viático Especial” de la naturaleza salarial, viola el artículo 14 bis de la
Constitución Nacional, que establece que el trabajador gozará de la protección
de las leyes, las que aseguraran al trabajador una retribución justa y
condiciones dignas y equitativas de labor.

Claro resulta de todo lo reflexionado que, no es ocioso


afirmar que el ingreso que percibe el trabajador como contraprestación por su
trabajo, es siempre remuneración. De tal suerte, por los fundamentos citados,
corresponde declarar la inconstitucionalidad de manera oficiosa del carácter no
remunerativo de las sumas que le corresponden percibir a la parte actora.-

De manera que, cuando la empleadora le restó naturaleza


salarial a los rubros “comida” y “Viático Especial”, no solo desvirtuó el esquema
originario de la LCT antes reseñado, sino también las previsiones de la
Constitución Nacional, que aseguran una retribución justa (art. 14 bis del y
Convenio Nº 95 de la OIT.).

Considero de tal suerte, que la práctica empresarial de la


demandada no puede desconocer, ni alterar, las normas básicas en materia de
remuneración contempladas en los artículos 103, y siguientes de la LCT, que
disponen que toda suma percibida por el trabajador, con habitualidad y por
poner aquél su fuerza de trabajo a disposición del empleador, reviste el
carácter de salarial.

Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en


el año 2010, en una cuestión de aristas similares al caso, se pronunció sobre la
inconstitucionalidad de los decretos del PEN que establecían sumas no
remunerativas, y dijo que correspondía revocar la sentencia de la instancia
anterior y declarar la inconstitucionalidad de los decretos 1273/02, 2641/03,
905/03, en tanto los mismos desconocían la naturaleza salarial de las
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prestaciones que establecen (CSJN G. 125 XLII “González, Martín Nicolás c/


Polimat S.A. y otro”).

Comparto el criterio sentado por el máximo Tribunal y


entiendo, en consecuencia, que en el caso, las sumas “no remunerativas”
establecidas por el empleador, integraron los salarios del trabajador, y se
incorporaron como crédito alimentario en forma mensual.

Precisamente, en el pronunciamiento de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación, en los autos “Recurso de hecho deducido
por la Asociación de Trabajadores del Estado en la causa Asociación de
Trabajadores del Estado s/ acción de inconstitucionalidad", del 18.06.2013, ha
dicho que “el salario es el medio por el cual el trabajador ‘se gana la vida’… En
efecto, la expresión entrecomillada, no por su sencillez, deja de ser más que
elocuente para mostrar la directa e indisociable atadura que une a la
remuneración con la vida misma de un empleado y, regularmente, de su familia
(v.gr. PIDESC, arto 7.a.ii). Ganarse la vida es obtener, como mínimo, lo
necesario para acceder a la salud; a la educación; a la cultura; a un nivel de
vida adecuado, lo cual incluye, ínter alía, alimento adecuado, vivienda
adecuada y vestido adecuado; al descanso, entre muchos otros bienes del
terreno de los derechos humanos económicos, sociales y culturales.” (segundo
párrafo del considerando 7º) .

En el siguiente párrafo, agregó que “la proyección del


salario es de alcances incluso mayores, dado que también comprende el
ejercicio de los derechos humanos civiles y políticos, desde el momento en
que, conforme al ya universalmente consolidado principio de interdependencia
e indivisibilidad de los derechos humanos, el antedicho ejercicio es ‘imposible’
sin el goce paralelo de los derechos económicos, sociales y culturales
(Proclamación de Teherán, 1968, párr. 13; asimismo: Resolución 32/130,
Asamblea General de las Naciones Unidas, 16-12-1977, y los preámbulos del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del PIDESC).”

“Y el punto adquiere todavía mayor gravedad, a poco que


se advierta que lo traído a la liza por vía de la remuneración, es el derecho del
trabajador a ganarse la vida, sí, pero una ‘vida digna’, como con toda justeza lo
prescriben los arts. 7.a.ii del PIDESC y 23.2 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, y se sigue de los arts. 14 bis de la Constitución Nacional y
XIV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, por
no citar más que preceptos de jerarquía constitucional. De ahí que, a su vez,
corresponde resaltar dos circunstancias. Por un lado, que tal corno lo sostiene
el intérprete más autorizado del PIDESC en el plano internacional, esto es, el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ("Torrillo", Fallos: 332:
709, 713 -2009-), solo es calificable de ‘trabajo digno’ el que ‘respeta los
derechos fundamentales de la persona humana, así corno los derechos de los
trabajadores en lo relativo a condiciones de [...] remuneración’ (Observación
general N° 18. El derecho al trabajo, párr. 7; "Pérez, Aníbal Raúl c/ Disco S.A.",
cit., p. 2054). Por el otro, que debe verse al trabajo, en definitiva, en toda su
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trascendencia, corno un medio para que, el que lo presta, ‘logre sus


aspiraciones, en aras de alcanzar su desarrollo integral corno ser humano’
("Torrillo", cit., p. 715; Corte IDH, Condición Jurídica y Derechos de los
Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, 17-9-2003, Serie A
N° 18, párr. 158)” (último párrafo, del 7º considerando).

Luego, agregó que “la determinación jurídica de los


alcances de la protección del salario, en el caso, la intangibilidad de su importe,
se vuelva inconcebible o, al menos, desencaminada, si se la desplaza del
ámbito que le es propio, el derecho de los derechos humanos (nacional e
internacional). O si se prescinde de reparar en sus múltiples efectos sobre la
realidad, vale decir, su directa y notoria repercusión sobre el grado o la medida
del acceso del trabajador y de su familia al goce y ejercicio de derechos
fundamentales de vastedad y honduras inocultables. Dicha determinación, en
breve, habrá de hacerse cargo, si lo que pretende es hacer justicia in concreto,
de que lo que tiene entre sus manos es uno de los medios mayores, por cierto,
que tributan o tienden a posibilitar que la persona humana pueda llevar una
vida digna en la existencia, lo cual deriva, naturalmente, de su dignidad
esencial. Es de recordar, incluso, que dicha dignidad intrínseca o inherente al
ser humano, además de ser el centro sobre el que gira la organizaci6n de los
derechos fundamentales de nuestro orden constitucional y del orden
internacional, se relaciona con el trabajo en términos ‘naturalmente
entrañables’, según lo reconocen con claridad los citados arts. 14 bis de la
Constitución Nacional y 7.a.ii del PIDESC, así como ya lo habían hecho, entre
otros antecedentes, los arts. XIV y 23.3 de las recordadas Declaración
Americana y Universal de 1948, respectivamente…” (2º y 3º párrafos, del 8º
considerando).

Posteriormente, en el considerando 9º, la Corte Suprema


considero, que entre los principios de jerarquía constitucional que rigen el
desenlace de la contienda, se encuentran que “el trabajador es sujeto de
‘preferente tutela constitucional’…, y goza de la ‘protección especial’ del
Estado, según lo expone la Carta Internacional Americana de Garantías
Sociales, adoptada como Declaración de los derechos sociales del trabajador
(art. 2.a), la cual ampara a los trabajadores ‘de toda clase’, y sirve para la
adecuada interpretación y el desarrollo de las normas de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; “la justicia social…. , no
tiene otro norte que alcanzar el ‘bienestar’, esto es, ‘las condiciones de vida
mediante las cuales es posible a la persona humana desarrollarse conforme
con su excelsa dignidad’”; “el principio de progresividad”; y, por último, “la
aludida realización en la persona del empleado del ‘derecho a perseguir su
bienestar material’ por intermedio del trabajo asalariado, ha de estar rodeada,
entre otras condiciones, de ‘seguridad económica’, según lo impone a los
Miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Declaración de
los Fines y Objetivos de esta institución, del 10 de mayo de 1944, llamada
Declaración de Filadelfia (II.a)”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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A lo que también se agregan: “el deber (positivo) de


‘adoptar medidas positivas, concretas y orientadas a la satisfacción del derecho
a una vida digna’ (Corte IDH, Caso Comunidad Indígena Yakye Axa vs.
Paraguay (fondo), sentencia del 17-6-2005, Serie C N° 125, párr. 162 y sus
citas…” y, “‘elevar el nivel de vida’ (Observación general N° 18, cit., párr. 26;
Declaración Socio-Laboral del Mercosur, arto 14), lo cual especifica la
obligación general de asegurar el derecho de las personas ‘a una mejora
continua de las condiciones de existencia’ (PIDESC, art. 11.1; "Milone", cit., p.
4619; "Aquino", cit., p. 3775, "Medina", cit., p. 259)”. Finalmente, destacó que
“el Pacto Mundial para el Empleo (adoptado por la Conferencia Internacional
del Trabajo en su nonagésima octava reunión, Ginebra, 19 de junio de 2009)
entre las políticas a adoptar ante una crisis -expresa- se encuentra la
protección de ‘las personas y las familias afectadas por [ésta], en particular las
más vulnerables’ (p. V). A su turno, la Memoria del Director General de la OIT,
hace notar dos datos de particular importancia, los cuales, a su vez, permiten
responder a la ‘cuestión de la equidad’. Advierte, primeramente, que la
arquitectura del Pacto se ha inspirado en la perspectiva de la justicia social. Y,
en segundo término, que el trabajo decente (digno, cabe precisar, en palabras
del reiteradamente citado arto 14 bis) es, precisamente, uno de los ‘cimientos’
de ‘un proceso sostenible de reducción del déficit y la deuda’ y de estabilidad
social’... ‘no puede ser que ese peso recaiga en última instancia en las familias
trabajadoras […]’ (Recuperación y crecimiento bajo el signo del trabajo
decente. Memoria del Director General, Conferencia Internacional del Trabajo,
99° reunión, 2010, ps. 2 -párrs. 10 y 11- Y 1 -párrs. 5° y 4°-)” (considerando
10º).

Finalmente, el Tribunal dijo que “El requisito según el cual


las leyes han de ser dictadas por razones de interés general significa que
deben haber sido adoptadas en función del ‘bien común’ (Convención
Americana sobre Derechos Humanos, art. 32.2), ‘concepto que ha de
interpretarse como elemento integrante del orden público del Estado
democrático, cuyo fin principal es 'la protección de los derechos esenciales del
hombre y la creación de circunstancias que le permitan progresar espiritual y
materialmente y alcanzar la felicidad’ (La Expresión ‘Leyes’ en el Articulo 30..,.
cit., párr. 29)”.

No otra puede ser la conclusión, cuando de modo tan


terminante, el paradigma normativo (racionalidad del sistema), indica cuál es la
noción de remuneración. Luego, por vía interpretativa, no es posible alterar el
orden normativo.

Respecto de esta dicotomía entre el nuevo paradigma


normativos, y su interpretación, no sería posible considerar –y de ser así,
resultaría irrenunciable- que los trabajadores hubiesen estado de acuerdo con
la percepción de un salario minorado. Así, tengo dicho con anterioridad a la
reforma del artículo 12 de la LCT, que en su antigua redacción, debía
entenderse que, aun cuando libremente el dependiente haya querido acordar
una cláusula, la misma carecerá de efectos cuando “suprima o reduzca los
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derechos previstos en la LCT, los estatutos profesionales o las convenciones


colectivas, ya sea al tiempo de su celebración o de su ejecución, o del ejercicio
de derechos provenientes de su extinción” (art. 12 LCT).

Es que cuando “negocia” las condiciones de su contrato,


así como las modificaciones del mismo, el trabajador solo “adhiere” a los
términos impuestos por el empleador.

Esta situación, no se ve necesariamente modificada por el


hecho de que quien “negocie” sea el sindicato, dado que la irrenunciabilidad no
resulta excluida de su aplicación en el orden colectivo. De modo que el art. 12
de la L.C.T., es aplicable tanto en el orden individual como colectivo.

Por todo lo expuesto, y compartiendo por razones obvias


lo resuelto también por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los ya
señalados autos “Pérez c/ Disco”, arribo a la conclusión de que las sumas
abonadas en concepto del acta acuerdo, tienen carácter remuneratorio, por lo
que deben ser tenidas en cuenta para determinar la base del cálculo.

En tal situación, considero que la empleadora modificó el


sistema remuneratorio de la actora en su perjuicio, lo que en la práctica
significó una sustancial rebaja salarial, reducción que, a todas luces, resulta
nula de acuerdo con lo dispuesto por el art. 12 LCT.

Tengo dicho con anterioridad a la reforma del artículo 12


de la LCT, que “en su antigua redacción, debía entenderse que, aun cuando
libremente el dependiente haya querido acordar una cláusula, la misma
carecerá de efectos cuando “suprima o reduzca los derechos previstos en la
LCT, los estatutos profesionales o las convenciones colectivas, ya sea al
tiempo de su celebración o de su ejecución, o del ejercicio de derechos
provenientes de su extinción” (art.12 LCT)”.

“Es que cuando “negocia” las condiciones de su contrato,


así como a las modificaciones del mismo, el trabajador solo “adhiere” a los
términos impuestos por el empleador”.

“Ahora bien, ¿cuáles derechos resultan irrenunciables?.


Hasta “Bariain” (CNAT, Sala VI, sentencia del 14 de mayo de 1985, in re
“Bariain, Narciso Teodoro c/ Mercedes Benz Argentina S.A. s/ despido”)
aparecía como la interpretación mayoritaria del artículo 12 la que lo entendía
relativo a cierto tipo de cláusulas y de determinada fuente. Por lo tanto, solo
eran irrenunciables los mínimos derivados de la ley, los estatutos y las
convenciones colectivas (Etala, Carlos Alberto. “El orden público laboral, la
revisión del contrato y el vicio de lesión”. LT, XXXIII, pág.561).”

“A mi juicio, una interpretación como ésta implicaría dos


vicios diferentes. Por una parte el de redundancia, puesto que no es posible
concluir que el artículo de marras es la sanción del antecedente que reza “el
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orden público laboral es indisponible”, previendo la nulidad para quien así lo


acuerde, puesto que esta función ya le fue reservada en forma expresa al
artículo 7 cuando prohibe el pacto de condiciones “menos favorables” para el
trabajador que las previstas en la ley, convenciones y laudos con fuerza de
tales.”

“Por lo tanto, cuando en la lectura de la LCT, se llega al


artículo doce, ya se conoce qué se entiende por orden público laboral y a qué
ha de atenerse quien lo viole, razón por la cual no podría estarse refiriendo a la
misma cuestión.”

“De este modo, uno se encuentra con el segundo vicio:


circularidad. Si se entiende que dicho artículo prohibe todo acuerdo contrario al
orden público laboral cuya violación, a su vez está prohibida, no se estaría
agregando nada nuevo. Por el contrario, en “Bariain” la Sala VI de la CNAT
interpretó que también eran irrenunciables los derechos que estaban por
encima del mínimo pero que tenían por origen el contrato de trabajo, retocando
así la teoría, tanto en relación con la fuente, como en la naturaleza de los
derechos.”

“Una interpretación como esta no puede admitir


convalidación a posteriori, por lo cual el hecho de que el trabajador afectado no
intime ni haga denuncia de su contrato, no podría implicar su novación. Esta
fue la razón por la cual se falló en forma favorable en aquélla causa y en la más
novedosa, “Velazco” (CNAT, Sala VI, sentencia Nº 49959, del 14.10.98, in re
“Velazco, Héctor Domingo c/ Celulosa Jujuy S.A. s/ despido”, del voto de la
mayoría Dres. De la Fuente y Fernández Madrid).”

“Para así resolver, entiendo que opera el art. 58 de la LCT,


el que no admite presunciones en contra del trabajador, lo que se compadece
en un todo con el contenido del mentado art. 12. Por lo tanto, concluyo que la
primera regla es que la carga de la prueba pesa sobre el empleador.”

“Ello, en razón de que el mero silencio no puede ser


prueba válida, en especial ante el marco económico que a todos envuelve. El
propio art. 58 orienta al decir que nada puede presumirse del silencio, solo de
actos que impliquen un comportamiento inequívoco. ¿Podrá entonces la
patronal invocar útilmente que el trabajador consintió, puesto que, disminuido el
salario, permaneció trabajando?. Entiendo que no.”

“Finalmente, quiero resaltar que la brecha interpretativa


fue cerrada mediante la reforma del 29 de diciembre de 2009, producida por la
ley 26574, que introdujera expresamente en el texto del artículo 12 de la LCT,
el criterio anticipado, relativo a que, entre los derechos adquiridos, se
encontraban los emergentes del contrato de trabajo.” (S.D. 93.012 del 28/2/12,
en autos “Schiatti, Carlos Enrique c/ Antares Naviera SA s/ despido”, del
registro de esta sala).

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Por lo tanto, propicio declarar la inconstitucionalidad del


art. 4.2.11 del convenio 40/89, que priva de naturaleza remuneratoria a los
rubros “comida” y “viático especial”.

Por todo lo expuesto, arribo a la conclusión de que los montos


abonados en concepto de las actas acuerdo, tienen carácter remuneratorio, por
lo que deben ser tenidos en cuenta para determinar la base del cálculo de la
liquidación final y de las indemnizaciones derivadas del distracto, por lo tanto,
auspicio confirmar lo determinado en la instancia anterior.

En cuanto a la queja de la demandada por la procedencia del


art. 2 de la Ley 25.323, el mismo establece que: “cuando el empleador,
fehacientemente intimado por el trabajador, no le abonare las indemnizaciones
previstas en los arts. 232,233 y 245, ley 20.744 (t.o. 1976) y
consecuentemente, lo obligare a iniciar acciones judiciales o cualquier instancia
previa de carácter obligatorio para percibirlas, éstas serán incrementadas en un
50%….”

Observo, que la trabajadora cumplió con el requisito de intimar


fehacientemente al pago “correcto” de las indemnizaciones generadas por el
despido – en el caso despido directo-, “toda vez… no se ha confeccionado
conforme a derecho por omitirse en la base de cálculo itéms que… son
remuneratorios”. Ello surge, claramente, del intercambio epistolar, poniendo
especial atención al telegrama de fs. 37.

De conformidad con lo expuesto, considero que corresponde


confirmar lo decidido en la instancia anterior, en lo que respecta a la multa del
art. 2 de la ley 25.323.

Luego, con relación a la queja por la procedencia de la multa


del art. 80 L.C.T., destaco que la actora, realizó la intimación que establece la
norma mediante telegrama CD nº 285020595, de fecha 27.07.12 (ver fs. 40).

El citado art. 80 LCT, en su último párrafo, establece que el


empleador está obligado a entregar los certificados de trabajo cuando el
trabajador lo requiera a la época de la extinción de la relación, y durante el
tiempo de la misma, cuando medien causas razonables. Luego, otorga un
plazo de dos días hábiles desde el día siguiente a la intimación fehaciente al
empleador, sancionándolo con una indemnización especial, en caso de
incumplimiento.

Reiteradamente, he sostenido que no puede considerarse


cumplida la intimación a acompañar las certificaciones del art. 80 de la LCT,
con la notificación de su puesta a disposición, pues la empleadora siempre
tiene el recurso legal de la consignación (conf. Sentencia Nº 2675 del 26.10.09,
en autos “Camacho, Mario Javier c/ Establecimientos Metalúrgicos Becciu e
hijos S.A. s/ despido”, del registro del Juzgado Nº 74).

Fecha de firma: 27/10/2016


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Por lo tanto, resulta irrelevante la circunstancia de que la


demandada hubiera puesto a disposición las constancias, o bien, que las
acompañe recién al contestar la demanda, pues la entrega de los certificados
de trabajo y aportes previsionales al dependiente en oportunidad de la extinción
de la relación laboral, es una obligación de la empleadora, que debe ser
cumplida en forma inmediata a la desvinculación. No hay razones, pues, para
considerar que el cumplimiento de esta obligación dependa -en lo que se
refiere a su aspecto temporal-, de que el trabajador concurra a la sede de la
empresa a retirar los certificados, sino que corresponde entender que, en caso
de que así no ocurra, el empleador debe, previa intimación, consignar
judicialmente los certificados (en sentido análogo, SD Nro. 83170 del
11.2.2002, “Fraza, María Aída c/ Storto, Silvia Noemí y otro”, del registro de
esta Sala).

De ello y en vinculación con la presente causa, se deriva que,


los datos allí contenidos, a la luz de lo ya referido a la naturaleza remuneratoria
de las sumas “no remunerativas”, no son enteramente ciertos.

En consecuencia, propongo confirmar el fallo de anterior grado,


también en este aspecto.

Sin perjuicio de que la actora cumplió con los requisitos


establecidos por el Decreto 146/01, entiendo que el mismo resulta
inconstitucional.

En efecto, en este sentido me expedí como Juez de Primera


Instancia, en autos “Coronel Olicino, María Lourdes Antonia c/ Jumbo Retail
Argentina SA” (sentencia Nº 2.721 del 22.3.10) y sostuve que comparto la
jurisprudencia que tiene dicho que, el decreto 146/01, que en su art. 3,
reglamentando el art. 45 de la ley 25345 expresa: "que el trabajador quedará
habilitado para remitir el requerimiento fehaciente al que se hace alusión en el
artículo que se reglamenta, cuando el empleador no hubiere hecho entrega de
las constancias o el certificado previstos en los ap. 2 y 3 del art. 80 LCT dentro
de los 30 días corridos de extinguido el contrato de trabajo" constituye un claro
exceso reglamentario, desde que el art. 45 de la ley reglamentada nada indica
al respecto. El art. 80 LCT señala que el empleador está obligado a entregar
certificados de trabajo cuando el trabajador lo requiriese a la época de extinción
de la relación, y durante el tiempo de la relación cuando median causas
razonables, y luego otorga una plazo de dos días hábiles desde el día siguiente
a la intimación fehaciente al empleador, sancionándolo con una indemnización
especial en caso de incumplimiento. Es por ello que a la luz del art. 99 inc. 2 de
la CN que atribuye al Presidente de la Nación "expedir instrucciones y
reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes de la Nación,
cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias", el art. 3 del
decreto 146/01 es inconstitucional. (De voto del Dr. Capón Filas, en mayoría),
CNAT Sala VI sent. del 2/4/04 "Díaz, Andrés c/ Carnicerías Fresco Meat SA s/
despido".

Fecha de firma: 27/10/2016


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En el mismo sentido, “resulta inconstitucional el decreto 146/01


que al reglamentar el art. 45 de la ley 25345 exige al empleado esperar un
plazo de treinta días corridos a partir de la extinción del contrato de trabajo,
para que el empleador haga entrega de los certificados de trabajo. Dicha
requisitoria que se impone al trabajador constituye un exceso reglamentario
con relación a la norma superior que reglamenta (art. 45 ley 25345). De
acuerdo con lo dispuesto por el art. 99, inc. 2 de la CN, referido a los decretos
reglamentarios, éstos no deben alterar el espíritu de la ley que reglamentan con
excepciones reglamentarias, esto es, que el decreto reglamentario está
jerárquicamente subordinado a la ley. El decreto no debe afectar la sustancia
del texto legal. El decreto 146/01 desnaturaliza la ley que reglamenta pues la
requisitoria que el mismo impone al trabajador excede claramente lo que
establece la norma superior que reglamenta” (del voto de la Dra. Ferreirós, en
mayoría. En igual sentido se expidió en los autos “Daix Odina Elizabeth c/La
Tortería S.R.L. s/despido”, S.D. 39.717 del 09/11/2006, Expte. Nº 19.358/2005,
Sala VII. S.D. 40.114 del 17/05/2007. Expte. Nº 9.533/2006 “Berns, Jesica
Lorena c/Hoteles Sheraton de Argentina S.A. s/despido”).

Resulta, en consecuencia, pertinente la condena de la multa


precedentemente analizada, y la condena a entregar nuevos certificados
(situación que no fue apelada por la condenada).

De todos modos, reitero, una vez más, que la presentación de


estos agravios, no reúnen los requisitos exigidos por el art. 116 L.O., segundo
párrafo. Por ello, propongo desestimarlos y por ende, que quede firme la
sentencia, en estos puntos.

Luego, el agravio por el daño moral, será tratado


conjuntamente con la apelación de la actora.

Así, por su parte la accionante, apela que se haya determinado


que se trataba de un clima de violencia general laboral, y no de un mobbing.

Destaca, que de las declaraciones testimoniales, surge con


toda claridad que el hostigamiento perpetrado por el Sr. Vázquez, hacia la
actora, era más que evidente.

Así, precisa que todos los testigos que declararon a instancias


de su parte, “mencionaron expresamente que el ensañamiento del Sr. Vázquez
para con la misma era manifiesto y se traducía en gritarle, no contestarle,
negarle ayuda, quitare las funciones especiales que realizaba como referente
de RR.HH. y otorgárselas a dos nuevos supervisores hombre que contrató
para reemplazarla… comenzó un proceso de pública degradación,
hostigamiento y vaciamiento de puesto de la accionante, quien insisto era la
Referente del Sector, vaciamiento que incluyó trasladar las funciones que ella
venía desarrollando a dos Supervisores hombre – Coppola e Iglesias- que el
mismo Vázquez se encargó de incorporar”.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Finalmente, concluye que Vázquez pasó a hostigarla


públicamente, degradarla, quitarle funciones, reemplazarlas por dos
Supervisores hombres, le negó el pase a otro sector y después logró que la
despidieran y tal como lo señalara el testigo Alvarez y la testigo Rodríguez,
mostro especial satisfacción y alegría frente a su desvinculación.

Asimismo, cuestiona el rechazo de la acción contra Fernando


Vázquez, quien fuera el autor del mobbing denunciado.

Por otra parte, sostiene que se trató de un despido


discriminatorio. Ello, dado que “el Sr. Vázquez manifestó en más de una
oportunidad que las mujeres no servían para los cargos jerárquicos y de
supervisión, que él prefería trabajar con hombres, que cuando le sacó las
tareas especiales a la actora se las transfirió a dos Supervisores hombres a los
que él mismo se encargó de incorporar. En consecuencia, quedó debidamente
acreditado en autos que el Sr. Vázquez degradaba la condición femenina en
especial la de la accionante quien venía realizando tareas como Referente y
Supervisora, que la excluyó de dichas funciones para poner en su lugar a dos
hombres”.

A su vez, cuestiona el monto por el que prosperó el daño moral,


y que se encuentre expresado a valores vigentes.

Por otra parte, sostiene padecer un daño psicológico.

Luego, se agravia del rechazo de las diferencias salariales.


Ello, dado que realizaba, además de las tareas que hacía el resto del personal
del sector, tareas especiales vinculadas al control y supervisión de la gestión
del personal, así como también control de horas extras, ausentismos, licencias,
etc. por las que no se la remuneraba.

Apela, que no prosperara la multa del art. 1 de la ley 25.323.


Precisa que realizaba las tareas de referente y supervisora, labores éstas por
las que no se le pagaba suma alguna, manteniéndosela registrada de igual
forma que al resto del personal.

III.- Previo a resolver las cuestiones planteadas, me permito


reseñar algunos aspectos de la causa, que considero relevantes para la
solución del presente conflicto.

En el escrito de inicio (ver fs. 5/32), la actora manifestó que el


22.04.2004, ingresó a trabajar para Andreani Logística S.A.

Relató que, inicialmente fue contratada para trabajar en el call


center, y que luego le asignaron la realización de tareas administrativas en el
sector del Centro de Atención al Cliente (CAC).

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Asimismo, destacó que tenía a su cargo también la liquidación


de horas extras del personal, y que se encontraba habilitada para recibir
comprobantes por licencias del mismo. Siendo la referente del sector.

Precisó que el 6 de diciembre 2011, el Sr. Vázquez quedó a


cargo del sector, quien la desplazó de sus tareas, comenzando a degradarla
sutilmente al igual que a otra compañera, actitudes que le ocasionaron
padecimientos psicofísicos, y finalmente fue despedida en 30 de marzo
2012.Sostiene que fue pasible de moobing-acoso laboral, y que se trató de un
despido discriminatorio en razón del género.

A fs. 63/68 contestó demanda Correo Andreani S.A. Pero, a fs.


98, se la declaró rebelde por no haber respondido en tiempo oportuno. Sin
embargo, corresponde precisar que no será analizado ni el contenido del
escrito, como tampoco las consecuencias del art. 71 de la L.O., en razón de
llegar firme a esta Alzada la no condena del mismo.

Por su parte, a fs. 83/90, contestó demanda Andreani Logística


S.A. reconociendo la fecha de ingreso del 22/04/2004, y que la actora
posteriormente fue asignada al Centro de Atención al Cliente, detentando la
categoría de Administrativa de Primera.

Asimismo, sostuvo que el Sr. Vázquez se incorporó a la


empresa en el mes de setiembre 2011, y que luego de una capacitación en
diferentes áreas, en diciembre fue designado Jefe del Sector de Atención al
Cliente, con la dotación de personal que estaba con anterioridad.

Destacó, que todos los empleados tienen la categoría de


Administrativos de 1ª (CCT 40/89), y que realizaban las mismas tareas
específicas del área “atención al cliente”, y que no le agregaron a la actora
tareas administrativas.

Negó un trato discriminatorio, destacando que “en la época que


se desempeñara la accionante, como en la actualidad, es mayormente
personal femenino”, y sostuvo que el despido fue asumido por el área de
Recursos Humanos por cuestiones operativas.

Luego, a fs. 91/97, contestó demanda Luis Fernando Vázquez.


Sostuvo que es empleado dependiente de la codemandada andreani Logística
S.A., desempañándose como Jefe de Atención al Cliente, en diciembre 2011 y
que el personal no fue seleccionado por él.

IV.- Obviamente, lo afirmado por las partes, corresponde que


sea verificado.

Así planteadas las cosas, procede analizar la prueba producida


en autos.

Fecha de firma: 27/10/2016


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De la prueba testimonial producida en autos, surge que a


propuestas de la parte actora, declararon los testigos Mirta Inés Rodríguez,
Flavia Romina Iglesias, Silvia Adriana Suhurt, Adrián Alejandro Álvarez y
Fernández Figueroa (este último, también propuesto por los codemandados
Andreani Logística S.A. y Correo Andreani S.A., por lo que será analizada
posteriormente su declaración).

A fs. 239/242, Mirta Inés Rodríguez relató que fue compañera


de trabajo de la actora en el departamento de atención al cliente.

Precisó que “dejó de trabajar el 31 de marzo 2012 y Vázquez


fue su jefe… también era el jefe de la actora… reemplazó a Figueroa”. Aclaró
que en noviembre de 2011 se convirtió en jefe del sector.

Afirmó a la actora la despidieron sin causa, igual que a la


declarante. Agregó que lo sabe “porque ella trabajaba con la actora y esa
mañana subió corriendo el jefe (Vázquez) muy excitado… y dijo ‘atención,
atención a partir de este momento Karina no trabaja más’, se refería a la
actora –quien en ese momento no estaba- y dijo ‘les aviso para que si alguno
la quiere consolar o la quiere despedir’, con cara muy contenta, quedaron
todos sorprendidos y ese anuncio público no era el modo generalmente de
manejarse” (destacado, y siguientes, me pertenecen).

Denunció que el trato de Vázquez con la actora era “todo el


tiempo despectivo y descalificante, le consta porque era público, se veían
los gestos de él con ella eran particulares, contestaba en tono molesto
como ‘hacelo sola’, era lo que veía por ejemplo cuando la dicente pasaba por
ahí para ir al baño o a la máquina de café lo veía”.

Agregó que “la ubicación del box de la actora era la más


próxima a la del jefe, porque ella cumplía funciones de asistente de RR. HH.,
si llegaban tarde con un certificado de demora de trenes o médico se lo daban
a la actora, ya que además era la encargada de liquidar las horas extras que
le pasaban por mail, era el nexo entre RR HH y los empleados de ese
sector. La actora es sumisa, extremadamente diplomática por eso era la
referente del sector, nunca escuchó que confrontara con Vázquez, tiene un
modo muy correcto de hablar, pero él siempre levantaba la voz cuando
hablaba con ella... se podía escuchar de cualquier sector. Hubo una
situación puntual dónde la increpó, lo sabe porque estaban en un pasillo
dónde está la máquina de café y como querían algunos empleados sacar café ,
no podían porque ellos estaban ahí hablando.... se escuchaba la voz
increpándola a la actora pero dice que supuestamente estaba enojado por
una situación que él había tenido con el Sr. De la Bianca (gerente de RR
HH) por eso la sacó al pasillo a la actora y tuvieron una discusión que
duró como una hora en un tono mal, ellas escucharon desde el pasillo y él
decía que tenía contactos , que sabía que la actora tenía llegada porque
hacía tareas de RR HH pero él tenía más poder que ella”.
Fecha de firma: 27/10/2016
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Aclaró que “en la charla que tuvieron De la Bianca y Vázquez,


se planteó un pase de sector de la actora por la situación que estaba
pasando, de choque, era insostenible la situación y ella estaba muy bien
conceptuada en todos los sectores de la empresa dónde se la podía reubicar
dado que hacía tareas de RR HH y asistente comercial”. Justificó sus
dichos, porque la declarante “había hablado con De la Bianca pidiendo un
pase de sector a otra área (cosa muy común en la empresa cuando alguien
tenía un problema), entonces, éste habla con Vázquez en una reunión
suponiendo que el pase fue negado, por eso fue la discusión que tuvo Vázquez
con la actora en la máquina de café y ahí él le aseguró que no iba a ser
despedida, esto lo sabe porque escuchó la discusión”.

Denunció que “hubo muchas, muchas situaciones de


Vázquez amedrentando a la actora. Todos los empleados del sector
estaban en desacuerdo de cómo se manejaba Vázquez y llamaron al
delegado, pero él daba por hecho que siempre llamaba la actora al delegado,
cuando ella no era, lo sabe porque Vázquez hizo una reunión, porque se sintió
presionado por los delegados, entonces, ahí hacía referencia a la actora como
que él sabía que había sido ella quién había llamado al delegado(pero la actora
no estaba). Varias veces llamaron al delegado para tratar deponer paño
frío pero para Vázquez siempre era la actora ya que era la referente del sector
y quién agitaba los reclamos ante el sindicato, cosa que nada que ver”.

Sostuvo que el Sr. Vázquez “tenía un problema puntual con


la actora… cuando veía que la actora entraba por la escalera, siempre
hacía gestos como despectivos… le molestaba el arreglo personal de la
actora ya que estaba siempre prolija, maquillada, con perfume, todo lo
sabe porque lo veía”.

Relató que “cuando Vázquez tomó posesión del cargo en el


sector, siempre refería que era mejor trabajar con hombres que mujeres y
lo primero que hizo a los diez días fue llevar a Martín Iglesias que era un
empleado de playa (no con experiencia administrativa de atención al
cliente) y le asignó el trabajo de la actora (coordinación de las llegadas
tardes, horas extras)....y también le asignó el trabajo de pro center (sistema
de supervisión de llamados entrantes y salientes desde dónde se monitorea la
cantidad, desde dónde se podía evaluar el trabajo), lo sabe porque la pasó a
supervisar Martín Iglesias en reemplazo de la actora, ya que antes lo hacía
ella” (en este caso y en los siguientes, el subrayado me pertenece, y pone de
resalto la discriminación en razón del género).

Agregó que “fue un técnico e hizo todo el traspaso del sistema,


configuró el sistema para Martín Iglesias - solo tenía el supervisor el manejo
de pro center, nadie más- - y a partir de ese momento, los mails con horas
extras y todo tipo de cuestión relacionado con el horario y presentismo se
pasó a tratar con éste último por pedido de Vazquez. Vázquez hizo eso,
porque quería trabajar solamente con hombres , lo sabe porque lo dijo
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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expresamente, se lo dijo varias veces a la dicente. Vázquez consideraba


que las mujeres eran conflictivas y no estaban capacitadas para ninguna
tareas, ni de supervisión ni de jefatura, siempre hacía comentarios
machistas despectivos, descalificando. Solamente tenía afinidad con los
hombres del sector, que eran pocos”.

Por último, refirió que cuando la actora se tomó una semana


de vacaciones en diciembre de 2011, “Vázquez le pidió a Flavia
Iglesias(compañera del sector) las claves para ingresar a la máquina de la
actora porque ella la estaba cubriendo - cubría las cuentas - pero como Flavia
se negó a dárselas porque era confidencial, él se fue a Sistemas y las
consiguió igual y estuvo en la PC de la actora durante horas revisando
trabajo, todo lo sabe porque se enojó cuando Flavia no se las dio y le dijo que
las iba a conseguir igual llamando a Sistemas, se fue y a la hora volvió
pudiendo reiniciar la PC de la actora. Vázquez violó el código de seguridad
de la empresa porque cuando entran a la empresa firman un código de
seguridad informática y no pueden entrar a la PC de otra persona, ni
chequear , ni revisar nada , tenían mucho resguardo con las claves
porque manejaban información confidencial de empresas. Desconoce si
existió un protocolo para conseguir claves, pero fue muy rápido desde que
Vázquez se fue y volvió con las claves para reiniciar la PC de la actora. No
había ningún motivo, no era necesario hacer eso porque los mails
entrantes y salientes se derivaban automáticamente a Flavia que estaba
asignada para el reemplazo y no hubo inconveniente alguno para revisara el
trabajo que estaba en la PC de la actora por eso se negó Flavia”.

Acto seguido, a fs. 244/247, testimonió la propia Flavia Romina


Iglesias, quien afirmó también haber sido compañera de la actora en el sector
“atención al cliente”.

Precisó saber que la actora fue despedida, porque “el día que
fue despedida, Fernando Vazquez, que era el jefe de ellas lo anunció en el
sector, se veía que él venía de RR HH, bajó la escalera y dijo que Karina (la
actora) ya no pertenecía más a la empresa, que había sido desvinculada, si
alguno quería ir a saludarla o consolarla.... que ella estaba abajo”. Justificó lo
dicho, porque estaba en el sector en ese momento junto con sus otros
compañeros.

Sostuvo que “en un principio, la relación entre la actora y el


demandado Vázquez era cordial, mientras estaba su jefe anterior Javier
Figueroa pero cuando éste último se va del sector, ahí Fernando Vázquez
cambió su relación respecto de la actora, lo sabe porque ella trabajaba con
Figueroa Javier y Fernando Vázquez antes de hacerse cargo del sector
hacía tareas de observación y tenía trato amable, sobre todo con la actora
ya que era la referente del sector, entonces J. Figueroa en su momento le
dijo que podía apoyarse en la actora... todo lo sabe porque estabaen el sector y
veía absolutamente todo”.

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Con respecto a las tareas, señaló que “la actora hacía tareas
de RR HH porque ella y sus compañeros de sector le daban a la actora los
comprobantes si tenía que pedir algún permiso para salir antes o un permiso
médico. La actora tenía un sistema en su computadora que se llamaba PRO
CENTER y les podía cambiar las prioridades de atención en el teléfono, hacía
tareas de supervisión, veía quién estaba conectado al teléfono, cuántas
llamadas se atendían, supervisaba directamente, todo le consta porque ella
estaba en ese sector y le tenía que rendir cuentas a ella, por ej, si estaba
mucho tiempo desconectada del teléfono, la actora la llamaba y le preguntaba
o le ponía directamente ‘disponible’”.

Indicó, que “la actora en un momento bajó a RR HH porque


ella quería pedir cambio de sector porque la relación con Fernando era ya
insostenible, lo sabe porque ella almorzaba a las 14 horas con la actora y le
contaba todo lo que le pasaba y además lo veía porque tenía a Fernando frente
a ella, entonces veía y escuchaba lo que sucedía. Dicho cambio fue unos
meses antes que fuera despedida la actora. Luego del pedido efectuado por la
actora, le dijeron que ‘no’, lo sabe porque la actora se lo contó. No sabe por
qué le dijeron que ‘no’ a la actora pero sabe que cuando Fernando Vázquez
se enteró de que la actora había pedido el pase, la llamó para hablar con
ella y en ese momento tuvieron una discusión, lo sabe porque en ese
momento cuando la llamó la lleva a la máquina de café (dónde él hacía las
reuniones) o sea que si alguien quería ir a buscar agua, café o algo a ese lugar
lo podría haber escuchado pero en este caso fue ella (la dicente) ya que se
había levantado con una compañera para ir a buscar café y vieron que
Fernando estaba con la actora hablando ahí entonces se volvieron y no
llegaron a buscar el café. Lo que pudieron escuchar en ese momento ella y su
compañera fue que el tono de Fernando Vázquez era elevado con el que se
dirigía a la actora y recuerda que él le decía a la actora que ‘él sabía que
ella tenía llegada a la gente de RR HH por el tiempo que hacía que trabajaba
en la empresa y por las tareas - que tenía relación directa con RR HH - pero
decía que él tenía mucho más poder que ella y que si de él dependía el
pase no lo iba a tener’... aclarando que a su vez, él se contradecía porque
cuando él ingresó un tiempo al sector, los había entrevistado a todos
individualmente y les decía que ‘ese equipo’ como estaba conformado era
con el cuál quería trabajar (era el que estaba la actora) y después
individualmente a la actora en la máquina de café cuando la llamó le dijo
todo lo contrario”.

A su vez, precisó que “después la actora estaba mal porque


Fernando Vázquez le había sacado todas las tareas referentes a todo lo
que era RR. HH., tema de presentismo, de los permisos, tareas extras que ella
hacía.... solamente la dejó con tareas de atención al cliente como todo el resto,
solo la atención de cuentas, que todo lo sabe porque él se lo dijo a la actora y
ella se los informó al resto como así también Fernando Vázquez también se
los informó (que todo lo referente a las tareas de RR HH a partir del
momento que él lo decidió, se las otorgaba a Martín Iglesias)”.

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Por otra parte, la testigo refirió un trato discriminatorio, dado


que dijo que “ella y sus compañeros cuando estaba Figueroa podían ir
muchas veces los fines de semana a hacer horas extras, pero cuando
Vázquez F. comenzó a ser su jefe, la actora, ella y otras compañeras ya no
podían más ir para hacer horas extras a diferencia de otros compañeros
que él sí los dejaba hacer horas extras pero cuando la actora se lo pedía le
decía que no”. Agregó que la testigo “piensa es que la actora, ella y otras
compañeras tenían muy buena relación con Javier Figueroa entonces, en un
principio, a Fernando Vázquez le servía estar bien con la actora y con alguno
de sus otros compañeros hasta que se fue Figueroa J. y ahí fue cuando él llevó
a Martín Iglesias para que reemplazara en sus tareas a la actora y se tomó la
atribuciones de decir ‘vos tenés permiso’, ‘vos no tenés permiso’, para salir
antes o tomar horas extras. Siempre los permisos a la actora se los negaba
Fernando Vázquez, lo sabe porque la actora se los contaba y lo veía ya que
estaban ocho horas conviviendo y es un sector reducido en espacio, estaban
todos en el mismo lugar, cada cosa que pasaba o si se acercaba Vázquez, se
veía o escuchaba”.

Destacó que “era evidente el hostigamiento que Vázquez F.


tenía con la actora, lo veía ella y todos sus compañeros. Antes de
desvincularse, la actora se tomó vacaciones y ella la reemplazó, aclarando
que la reemplazaba siempre, incluso cuando estaba enferma. En el último
reemplazo que hizo la dicente a la actora cuando se fue de vacaciones,
Fernando Vázquez se acercó a su box y le pidió que le diera las claves de
la máquina de la actora, a lo cuál ella se lo negó porque ellos firmaban un
acuerdo de confidencialidad en cuanto a las claves de la máquina ya que
manejaban información confidencial de clientes y empresas, entonces al
ingresar por lo que nadie podía pasar las claves de otra persona, cada
una tenía las suyas y en el caso de que alguno faltase por algún motivo,
los mails tenían una respuesta automática por lo que se enviaban
automáticamente a la casilla de la persona que los reemplazaba; en este
caso, todos los clientes sabían que cuando la actora no estaba, el
reemplazo era ella , por lo que le mandaban un mail o directamente la
llamaban a ella, o sea, no había necesidad de ingresar a la máquina de la
actora pero en ese momento Fernando se enojó con ella porque le negó
las claves y se fue a SISTEMAS para pedir las claves; al rato subió, se sentó
en la máquina de la actora y estuvo bastante tiempo husmeando en su
máquina”.

Justificó estos dichos dado que “lo sabe porque ella lo vió ya
que lo tenía enfrente, viendo absolutamente todo, si él bajaba , si subía, las
caras que ponía, los comentarios que hacía también los escuchaba, por ej.,
se jactaba de decir que el ideal era trabajar con hombres porque con
mujeres no se podía, que no servían ni para puestos jerárquicos ni para
supervisión, de hecho, lo primero que hizo fue sacar a la actora de su
puesto de supervisora y llevar a Martín Iglesias porque decía que se
sentía más cómodo trabajando con hombres. Vázquez permanentemente
humillaba a la mujer, especialmente a la actora, lo sabe porque lo veía y
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veía la cara que le ponía a la actora, lo primero que hacía cuando bajaba la
escalera era ver al costado dónde estaba sentada la actora y la cara se le
transformaba”.

Por su parte, a fs. 317/318, declaró Silvia Adriana Suhurt, quien


fue la jefa de la actora hasta marzo de 2008, fecha en la que se fue de la
empresa, y no conoce al codemandado Vázquez.

Refirió que “la actora hacía tareas de calidad de los servicios


que se lanzaban, capacitación de nuevos operadores y alguna otra tarea
relacionada con la gestión de sus compañeros (gestión de RR HH), todo le
consta porque ella se las pedía ya que era su jefa y viendo que tenía un
perfil adecuado para ello (atención al cliente) le dió el carácter de team
leader; era la que se destacaba dentro del grupo. La categoría de la actora
era operadora pero informalmente se había generado un liderazgo era la
team leader o referente dentro del call center”.
Aclaró que mientras la dicente estuvo trabajando en la
demandada, para el resto de los compañeros, la actora era la referente, “le
hacían preguntas para evacuar dudas respecto de la atención respecto de los
servicios”.

Acto seguido, a fs. 319/320, prestó testimonio Adrián Alejandro


Álvarez, quien afirmó que “conoce a la actora del trabajo , del centro de
atención al cliente de Andreani. Cuando él ingresó a trabajar ella ya estaba
trabajando y establecieron una relación laboral. Cuando a él lo tomaron, pasó
un periodo de prueba de tres meses, estando como supervisor Figueroa Javier.
Luego lo efectivizaron y pasa a ser parte del staff de administración. La actora
trabajaba en la parte de atención al cliente y estaba como referente del
sector, a ella acudían cuando tenían alguna consulta de nivel
administrativo, de RR HH, se la notificaba de las horas extras, llegadas
tarde, ausencias. Cuando él ingresa se la presentaron a la actora como
referente del sector”.

Con respecto a las tareas, agregó que “la actora era asesora
de cuentas, tenía a su cargo cuentas muy importantes como ser la de L'OREAL
(una de las más grandes que tiene la empresa), estaba a cargo del nexo entre
RR HH y supervisión (Javier Figueroa), todo lo sabe porque como trabajaba en
el sector, estaba enterado de sus tareas”.

Aclaró haber ingresardo en diciembre de 2010, y que el jefe de


la actora, en su momento, era Javier Figueroa. Luego, “para noviembre o
diciembre de 2011 cambiaron el jefe y ahí fue cuando conoció a Fernando
Vázquez, que fue puesto como jefe del sector… en el período de adaptación
de Vázquez, la relación entre este y la actora era muy fluida”. Sostuvo el
propio testigo que “considera que era así, porque la actora tenía mucho
conocimiento, tanto de cuestiones administrativas como operativas del sector,
por eso su incorporación al sector tenía que ver con el hecho de tomar las
tareas, aprenderlas porque iba a ser jefe del sector”.
Fecha de firma: 27/10/2016
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Destacó que “pasado un tiempo, Vázquez le comenzó a


restar tareas, le sacó cuentas, tareas administrativas de RR HH y
comenzó un período de maltrato porque la actora había comenzado a no
tener tareas y su apreciación es que era como subestimarla a tal punto que la
actora comentó a sus compañeros que le había pedido a Vázquez cambio de
sector, el cuál fue denegado y después estaba dentro de las posibilidades
que la pasaran a otro sector coordinado por Javier Figueroa, éste le propone
pasarla a esa parte administrativa pero Vázquez también se lo denegó pero no
sabe por qué; todo lo sabe porque era un sector unificado dividido por boxes y
tenían charlas dentro del trabajo”.

Agregó que “la actora se presentó en un momento a RR. HH.


para pedir cambio de sector y contar la situación porque era insostenible,
que lo sabe porque lo veía todos los días cuando estaba en el sector
trabajando”.

Relató que “el día que despidieron a la actora, todo el equipo


de trabajo de administración llegó y se enteraron por el mismo Vázquez que
la habían despedido; no sabe cuándo fue el hecho pero sí recuerda los
episodios porque fueron muy marcados y claros, el objetivo que se veía
sobre sus intenciones de desgastar un empleado , en este caso la actora,
y muchas veces hacía alusión a comentarios machistas que era mejor
trabajar con hombres que con mujeres, cree que ese fue el plan de
Fernando Vázquez cuando luego comenzó a incorporar hombres, puso
dos supervisores a su cargo, como si fuesen dos referentes... saca a la
actora y pone a dos referentes, esto lo sabe porque él trabajaba en el sector
y tenía que comenzar a responder administrativamente a ellos (uno se llamaba
Nicolás y el otro Martín, no recuerda sus apellidos)”.

Denunció que “cuando Vázquez comenzó con los cambios,


una de las cosas que le dijo a él fue que no se dirigiera más a la actora
como referente ya que ella no tenía más ese rol dentro del staff
administrativo”. Agregó que “las tareas de supervisión que tenía asignada
Martín eran de la parte operativa, era todo lo que tenía que ver con la logística
del movimiento de las mercaderías de las empresa y Nicolás hacía la parte
administrativa interna del sector dónde estaba él y que hacía la actora -
funcionaba como el nexo entre RR. HH., Vázquez como jefe y los empleados -
y a él se le rendía todo lo relacionado con RR. HH. como ser llegadas tarde,
horas extras, ausencias, etc.”.

A propuestas del codemandado Luis Fernando Vázquez,


declararon los testigos Benítez (321), Noelia Paola Morales (333), Yesica
Anabela Escobar (405), Mariano Víctor Olivera (406) y Daniela Vargas Petit
(420/421).

Así, a fs. 321, se presentó la Sra. Mariana Alejandra Benítez.


Afirmó que “trabaja en el sector de atención al cliente y está ahí desde el año
2005. Cuando entró a trabajar, lo hizo en el call center dónde conoció a la
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actora y trabajó con ella… luego el sector de call center se fusionó con el de
atención al cliente, debió ser en el año 2009

Refirió que “la actora atendía el teléfono en el call center y


luego de la fusión hacía las mismas tareas que ella, eran las de atención al
cliente con una cartera de clientes y lo hacían vía telefónica y vía mail dándo
soporte a los clientes de Andreani, lo sabe porque trabajaban en el mismo
sector y la veía. La actora no tenía ninguna otra tarea además de esa. La gente
de atención al cliente reportaba al jefe de dicho sector, que cuando la actora
trabajaba era primero en el call center Silvia Suhurt y cuando se fusionó fue ella
otro tiempo y luego interinamente Figueroa Javier y luego estuvo quién está
ahora que es Fernando Vázquez”.

Sostuvo que la relación que tenía con Fernando Vázquez en


cuanto al trato era buena, lo sabe porque trabaja en el mismo sector y nunca
vió ningún maltrato. Luego de la unificación el sector estaba compuesto por
cuatro hombres y el resto todas mujeres, eran casi más de veinte personas. La
estructura de dicho sector era el jefe y los operadores. Las horas extras no
sabe a quiénes se rendían porque ella no hacía. Las cuestiones administrativas
se trataban con RR. HH.”.

Luego, a fs. 333, declaró Noelia Paola Morales, quien refirió


haber sido compañera de trabajo de la accionante, y refirió que “la actora tenía
las tareas de atención al cliente, todo el grupo tenía cartera de clientes de
Andreani dividida en grupos, ella atendía dentro del call center, que cree que la
actora atendía CABLEVISION (la dicente SPEEDY). Eran similares tareas pero
con distintos clientes”.

Indicó conocer a Vázquez “porque actualmente es su jefe y lo


es desde el año 2011 (a fines). Entre la actora y Vázquez la relación que había
era normal, de jefe empleada, lo sabe por lo que ella veía, era un sector
bastante tranquilo, cada uno tenía programado su trabajo diario. Cuando
Vázquez estaba presente se hacían reuniones grupales para charlar, para ver
cómo estaban, la relación era igual con todos. Que mientras la actora trabajó
con Vázquez como su jefe, no sabe si reclamó algo. Que ella supiera la actora
no tenía ninguna otra tarea diferente a la de los demás. Cuando ella ingresó lo
hizo al área de call center que estaba dividida en atención al cliente y call
center y después se unificó todo a atención al cliente siendo el jefe de dicha
área Javier Figueroa; esto habrá sido en el año 2009 o 2010 aprox.”.

Yesica Anabela Escobar, a fs. 405, sostuvo que “la actora en el


call center era operadora… sabe que las tareas de la actora eran esas porque
estaba trabajando con ella en el mismo sector… la actora luego pasó a trabajar
en atención al cliente (no recuerda bien cuándo), lo sabe porque se sentaba al
lado de ella; dejaron de tener el tipo de trabajo del call center para atender a
clientes. Los sectores de call center y atención al cliente en un principio fueron
paralelos y la jefa de ambos era Silvia Suhurt, cuando ella se fue vino como

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jefe interino Javier Figueroa y ahí ya era básicamente todo atención al cliente y
no tenían supervisores a cargo”.

Indicó que “Vázquez es el jefe actual de atención al cliente y


que entró hace más o menos tres años. Casi no había relación entre Vazquez y
la actora porque estuvieron poco tiempo, pero estima que la relación estaba
bien. Como jefe de atención al cliente, Vazquez estaba a cargo de todos los
empleados de atención al cliente, delegaba tareas, coordinaba el sector y
empezó a distribuir tareas y clientes - ordenó lo que era atención al cliente - Si
Vázquez no estaba , nadie hacía las tareas que él hacía, que lo sabe porque
cada uno sabía su tarea y su rol y si había que pasar información sobre lo que
respecta a RR HH o ausencias lo hacían directamente con dicho sector”.

Por último, afirmó que “lo que se hizo fue distribuir tareas y de
esas cuentas para que estuvieran todos con el mismo rango de trabajo;
Vázquez comenzó a distribuir las cuentas por categorías de clientes. Cuando
Vázquez comenzó a distribuir las cuentas siempre tuvieron reuniones en grupo,
nunca fue arbitrario, era para ver cómo podían manejarlo, era consensuado”.

Acto seguido, Mariano Víctor Olivera, a fs. 406, indicó conocer


a la actora “del ámbito laboral, de atención al cliente en la empresa Andreani
Logística”. Aclaró haber ingresado a trabajar para Andreani Logística, en marzo
de 2009 y que Vázquez es su jefe desde el año 2011.

Manifestó que “no sabe cómo era la relación que tenía la actora
con Vázquez pero dice que a simple vista era una relación de trabajo normal…
la actora hacia las mismas tareas que él, atención de cuentas de clientes de
Andreani Logística, lo sabe porque él le ha pasado casos de esos clientes vía
mail… el demandado Vázquez dirige el sector y determina qué cuentas tenía
cada uno, ordena el sector, más allá del contacto con los otros sectores que
desconoce qué hace específicamente. Cuando la actora trabajaba ahí y el
demandado Vazquez no estaba, sus tareas estaban a cargo de los
supervisores, en ese momento estaba Nicolás Coppola y Martín Iglesias (el
último sigue trabajando y el primero no). Que en un principio no tenían
supervisor pero Fernando Vázquez estaba permanentemente en el sector”.

Por último, declaró Daniela Vargas Petit quien fue compañera


de trabajo de la actora, en el sector en atención al cliente de la empersa
Andreani Logística.

Afirmó que “Vázquez porque es su jefe desde hará dos años y


medio o tres, no recuerda la fecha exacta. La actora hacía las mismas tareas
que ella, atención al cliente, tenía cuentas, manejaba cuentas igual que ella,
aclarando que la dicente al día de hoy lo sigue haciendo. Dichas cuentas se las
asignaban a todos a nivel general, les daban una cartera de clientes”.

Desconoce “cómo era la relación que la actora tenía con el


demandado Vázquez… desde que la dicente entró a trabajar el sector de
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atención al cliente estaba compuesto por el jefe que era Javier Figueroa que
estuvo un año y pico o dos y luego entró Fernando Vázquez, después, el resto
de sus compañeros hacía las mismas tareas que ella, no había supervisor ni
nadie más, estaba Javier y sus compañeras… el clima de trabajo en dicho
sector era bueno pero había algunos conflictos por temas laborales, no estaba
organizado el sector (cuando estaba Javier) pero después entró Fernando
Vázquez y se organizó bastante. A la actora mientras trabajaron juntas le daba
las órdenes de trabajo primero Javier Figueroa y luego Vázquez, lo sabe
porque a todos les daban indicaciones por igual”.

Finalmente, a propuestas de los codemandados Andreani


Logística S.A. y Correo Andreani S.A. declararon los testigos Palumbo,
Fernández Figueroa (372/373), Flores (375) y Dellabianca (376/377).

Luciano Damian Palumbo, afirmó ser el jefe de RR HH desde


que entró, en el año 2007. Agregó que el codemandado Vázquez, es el jefe del
sector atención al cliente desde el año 2011, y la actora trabajaba en dicho
sector.

Afirmó que “la actora dejó de trabajar en los primeros meses de


2012, en febrero o marzo. La empresa estaba haciendo una reestructuración
en el área de atención al cliente, en su momento call center, ya que venía mal
dicho sector, tenían muchas quejas de clientes, de funcionamiento y por eso se
da el ingreso de Fernando Vazquez para profesionalizar el área ya que tenía
formación y experiencia en el área y dentro de dicha reestructuración, algunas
personas o colaboradores que creían que no daban para el requerimiento del
área fueron desvinculados de la empresa y la actora era una de esas
personas”.

Con relación a las tareas que la actora hacía, indicó que eran
“tareas administrativas y de atención al cliente dentro del sector como los
demás colaboradores, lo sabe porque es el jefe de RR HH y una de sus
principales funciones es evaluar cada categoría de cada colaborador de los
sectores por ende, tiene que estar empapado de lo que hace cada colaborador
de la empresa. Desde que Vazquez ingresó al sector (siempre estuvo en ese
mismo sector desde que ingresó a la empresa) la verdad es que a la actora se
la escuchaba decir que no le caía bien su persona (pero no puntualmente el por
qué), que no estaba de acuerdo con algunas de las cuestiones de esa nueva
reestructuración, de profesionalizar el área por sus inconvenientes. El trato que
había entre la actora y Vazquez por lo que vio, siempre fue bueno”.

Reconoció que “la desvinculación de la actora la hicieron él


junto con Vázquez y hasta ese momento en términos de la relación laboral el
trato entre la actora y Vazquez fue bueno. La actora decía que no se sentía
cómoda con la persona de Vazquez en su sector y dice que tenía que ver
con un feeling de la relación laboral que con un hecho en particular, de hecho él
como jefe de RR HH no supo de ninguna situación puntual o de algún problema

Fecha de firma: 27/10/2016


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de alguna índole que hubiera entre ello y todas esas cuestiones si las hubieran
iban a RR. HH.”.

Sostuvo que “las novedades del sector de la gente de atención


al cliente (incluía la rendición de las horas extras, justificaciones por ausencias,
llegadas tardes y lo relacionado con el tema administrativo del personal del
sector) se informaban por planilla confeccionada por el jefe del sector (cuando
entró Fernando, la hacía él y antes lo hacía otro jefe que era Javier Fernandez
Figueroa como responsable anterior). A todo el personal del sector lo
supervisaba el jefe”.

Por último, refirió que “en dicho sector trabajaba entre veinte y
treinta personas, no puede decir exactamente el número; con la
reestructuración, tenían una dotación entre 30 y 40 personas en atención al
cliente pero luego disminuyo y actualmente está entre 20 y 30 personas.
Después de la llegada de Vázquez en lo que se refiere al sector en sí no hubo
grandes modificaciones, se tomó a posterior un supervisor del área y se
redistribuyeron los clientes... en sí, lo que se hizo fue reestructurar el sector. El
supervisor era y es el mismo, Martín (no recuerda su apellido), quién se tomó
del mercado.

Luego, prestó testimonio Fernández Figueroa (quien


recordemos, que también fuera propuesto por la actora). De su relato, se
desprende que “la actora originalmente cuando él se incorporó al sector, ella
estaba trabajando en el área del call center, dentro del grupo de atención al
cliente Multicanal Cablevisión, gestionado todo lo que era el servicio de
recupero y retiro de decodificadores a los clientes del cliente, lo sabe porque él
hacía el relevamiento de todas las tareas. La actora luego de un plan de
reorganización y reestructuración del sector, se reasignó gente del call center a
atención al cliente por una tercerización del servicio de lo que era el call center,
entonces ella pasó a formar la dotación de servicio de atención al cliente y esto
también fue porque el cliente Multicanal - Cablevisión se retiró como cliente, lo
sabe porque participó de dicho plan. En atención al cliente, la actora hacía la
gestión y seguimiento de entregas, de retiros, seguimiento del pendiente de
entregas a los clientes, todo lo que era gestión de resoluciones operativas,
reportes o confección de informes, tenía inter relación con los distintos
sectores de la compañía, del grupo Logística como con Correo Andreani y
como el resto de los chicos tenía una cartera de clientes asignada (todos) y en
función del volumen iban a tener más o menos, todo lo sabe porque era el jefe
interino del sector desde marzo de 2008 hasta noviembre de 2011 (principios)”.

Afirmó que “Vázquez se incorporó a la compañía para ocupar


la jefatura del sector de atención al cliente y al sector que él estaba ocupando
interinamente, aclarando que actualmente sigue estando en ese sector. En
realidad él estuvo muy poco tiempo con la actora y Vázquez, ya que luego de
estar dos semanas de inducción, el dicente fue reasignado a otro sector
operativo. No sabe cómo era la relación que había entre la actora y Vazquez,
ya que no estaba en el sector.
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional
Poder Judicial de la Nación-
Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.

Agregó que “el jefe interino de la actora era el dicente y no


había ninguna designación de supervisores. La gestión de supervisión sobre el
personal la realizaba él porque no había nadie definido. Esto lo hacía siguiendo
la evolución de la función y gestión de cada uno de los operadores…como
responsable del sector tenía a su cargo la evolución de la dotación en sí tanto
en la asistencia a las personas - evolución de altas y bajas, ausencias… en
caso de ausencia del dicente, oportunamente cuando tuvo una cirugía hubo un
jefe del sector operativo reemplazándolo bajo su licencia médica y fuera de la
misma (que fue prolongada) no tuvo reemplazo ni a nivel de jefatura ni como
supervisor”

Por último, detalló que cuando el declarante ingresó, “la


dotación del sector llegó a casi 55 operadores - entre atención al cliente y
operadores - más o menos tenían un 65 % de personal femenino y entre un 30
o 35 % masculino - siempre éste fue menor- Que hace unos años atrás,
digamos desde hace diez o doce años , para la gestión de este tipo de tareas
siempre se incorporó personal femenino”.

Acto seguido, Laura Paola Flores, a fs. 375, precisó haber


ingresado en junio de 2011, y haber trabajado con la accionante en el sector de
atención al cliente de Andreani Logística.

Afirmó que la relación de la actora con el codemandado


Vázquez “era buena”, y a éste último era a quien “se encargaba de recibir los
reportes de horas extras, los pedidos de licencia médica…”.

Luego, prestó testimonio Eduardo Dellabianca, quien indicó ser


el gerente de RR.HH. desde hace 7 años. Precisó que la actora “fue
desvinculada por reestructura empresaria… la unidad de negocio decide
reestructurar las áreas de atención al cliente y call center con el objetivo de
mejorar la calidad y procesos de atención a los clientes, entonces, cuando se
fusionaron los sectores quedó como jefe interino Javier Fernández Figueroa -
interino- y al cabo de la unión se buscaba un jefe que se hiciera cargo
definitivamente del sector, y ahí entró Fernando Vázquez como jefe…”.

El testigo, reconoció haber tenido una charla con la actora


“en RR. HH. y le informó que no estaba conforme con el nuevo rumbo que
había tomado el área, no estaba tan de acuerdo con el estilo de gestión de
Vázquez y que no se sentía tan motivada para trabajar, obviamente, ella le
solicitó la posibilidad de evaluación de un pase a otro sector, no había
ninguna posibilidad de hacerlo”.

Agregó que “la relación entre Vázquez y la actora era normal…


entre el call center y atención al cliente eran aprox. Unas cincuentas personas y
cuando se finalizó el proceso de reestructuración. Aprox. Eran unas 25 o 26
personas”.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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Por último, afirmó que “todas las tareas inherentes al personal


(ausentismo, llegadas tardes…) están bajo la responsabilidad directa del área
de RR. HH., ningún área de la planta dónde prestaba servicios la actora
coordinaba las horas extras, el ausentismo, y demás, lo hace RR. HH. en
forma centralizada”.

Culminada la precedente síntesis, advierto que las


declaraciones de las testigos Rodríguez e Iglesias propuestas por la actora,
resultaron impugnadas por la parte demandada, a fs. 249 y 254, por tener juicio
pendiente.

A su vez, la accionante, impugnó las declaraciones de Benítez,


Palumbo, Morales, Fernández Figueroa, Flores, Escobar y Olivera, testigos
propuestos por la contraparte, a fs. 322, 341, 379/381 y 407, por continuar
trabajando en la demandada.

Asimismo, destacó que Benítez, Morales, Escobar y Olivera,


tienen actualmente como jefe al propio codemandado Vázquez, por lo que sus
declaraciones carecen de eficacia probatoria y se encuentran teñidas de
parcialidad. A su vez, se pregunta, quién declararía en forma negativa sobre su
propio jefe. Ello, en virtud del temor a declarar en su contra, “jamás expondría
situación alguna, ni dará cuenta de nada que pueda ir en contra de los
intereses de su empleador”.

Ahora bien, cabe considerar en principio, que los testimonios


son válidos siempre y cuando resulten contestes y concordantes, entre si y con
los escritos introductorios.

De todos modos, no escapa a mi análisis, que los testigos


Benítez, Palumbo, Morales, Fernández Figueroa, Flores, Escobar, Olivera,
Vargas y Dellabianca, son empleados de Andreani Logística S.A. Pero lo
seguro, es que esta circunstancia por sí sola no invalida sus declaraciones.
Arribo a esta conclusión, toda vez que, de otro modo en juicios en donde se
debaten cuestiones de tipo laboral, la empleadora se vería impedida de
acompañar declaraciones de quienes son sus dependientes y/o funcionarios,
justamente, como sucediera en autos, lo que violentaría su derecho de defensa
en juicio.

Esta circunstancia, solo obliga a un análisis más cuidadoso de


los mismos, a fin de verificar contradicciones con los otros declarantes y con el
escrito de inicio de la parte que lo ofreciera.

Este criterio, lo he seguido invariablemente como Juez de


primera instancia, en la lógica de que, siendo la comunidad de trabajo
prácticamente cerrada, si un mismo factor la aqueja, prácticamente todos sus
miembros se verán afectados por la misma. Porque, del mismo modo, si el
motivo de impugnación hubiese sido por tener juicio pendiente, se colocaría al
trabajador en la situación de no poder encontrar quienes depongan por su
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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parte. (“Arcardini, María Ana c/ Travelclub SA y otro s/ despido” expte.


15599/02, entre varios otros, del registro del Juzgado Nº 74).

Lo mismo pasa con los compañeros de trabajo para la


dependiente y aún para los ex compañeros con juicio pendiente (como ocurre
específicamente en estas actuaciones), dado lo cerrado de la comunidad de
trabajo.

En estos casos, se tendrá que verificar con mayor estrictez a


esta clase de declarantes, teniendo en cuenta, como lo señalara, la coherencia
con los escritos introductorios y la de los testigos de la parte entre sí (en
sentido análogo sentencia Nro. 2434, del 2002, dictada como Juez de primera
instancia, del Juzgado Nacional del Trabajo Nro. 74, en autos "Cantero,
Francisca c/ Tolosa, Lía Raquel s/ despido", y SD Nro. 92513, del 19.04.11,
dictada en la causa Nro. 24.323/2008, autos “Fernández Weiler Alcira Stella
María c/ Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires s/ diferencias de
salarios”, del registro de esta Sala).

Luego, analizada la prueba testimonial rendida, a la luz de


estos criterios, y de la sana crítica, estimo que las declaraciones producidas a
instancias de la parte actora, fueron coherentes entre sí y con el escrito de
inicio (art. 386 CPCCN).

En relación con los propuestas por la accionante, digo así,


porque tanto Rodríguez, Iglesias, Suhurt y Álvarez, refirieron que la actora,
hasta la llegada del codemandado Vázquez, era la referente del sector o team
leader, teniendo a su cargo tareas de supervisadora, y siendo el nexo con
RR.HH.

Así, Rodríguez precisó que “si llegaban tarde con un certificado


de demora de trenes o médico se lo daban a la actora, ya que además era la
encargada de liquidar las horas extras que le pasaban por mail”.

Por su parte, Iglesias indicó que “la actora hacía tareas de RR.
HH., porque ella y sus compañeros de sector, le daban a la actora los
comprobantes si tenía que pedir algún permiso para salir antes o un permiso
médico…hacía tareas de supervisión, veía quién estaba conectado al teléfono,
cuántas llamadas se atendían, supervisaba directamente, todo le consta
porque ella estaba en ese sector y le tenía que rendir cuentas a ella”.

Incluso, Suhurt, reconoció haberle requerido a la actora que


hiciera “tarea relacionada con la gestión de sus compañeros (gestión de RR.
HH.)”, ello dado que consideró que “tenía un perfil adecuado para ello”, motivo
por el cual “le dió el carácter de team leader; era la que se destacaba dentro
del grupo. La categoría de la actora era operadora pero informalmente se había
generado un liderazgo era la team leader o referente dentro del call center”,
justificó sus dichos por haber sido la jefa de la actora hasta marzo de 2008.

Fecha de firma: 27/10/2016


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Por último, Álvarez refirió que “la actora trabajaba en la parte


de atención al cliente y estaba como referente del sector, a ella acudían cuando
tenían alguna consulta de nivel administrativo, de RR HH, se la notificaba de
las horas extras, llegadas tarde, ausencias. Cuando él ingresa se la
presentaron a la actora como referente del sector”.

A su vez, todos los testigos (a excepción de Suhurt, que trabajó


hasta el año 2008), denunciaron el hostigamiento, maltrato, denigración y
discriminación en razón del género (este último, con la negrita y subrayado, se
puso de resalto), que la actora sufría por parte de su jefe y codemandado en
autos, el Sr. Luis Fernando Vázquez, a partir de que se convirtiera en el jefe del
sector, en diciembre del año 2011.

Sin perjuicio de que a esta altura del relato, se encuentra


ampliamente acreditado todo lo expuesto, procederé a mencionar, una vez
más, todas las situaciones humillantes que la actora se vio afectada por su jefe.
Veamos.

Rodríguez, precisó que Vázquez “siempre levantaba la voz


cuando hablaba con ella... se podía escuchar de cualquier sector”. Agregó que
el trato de Vázquez con la actora era “todo el tiempo despectivo y
descalificante, le consta porque era público, se veían los gestos de él con ella
eran particulares, contestaba en tono molesto como ‘hacelo sola’”.

Incluso, relató una situación puntual, en la que el codemandado


la increpó, “y tuvieron una discusión que duró como una hora, en un tono mal”.
Dicho acontecimiento, se produjo en la máquina de café, y se desencadenó
porque la actora había hablado con Dellabianca pidiendo un pase de sector a
otra área “por la situación que estaba pasando, de choque, era insostenible la
situación”.

También puntualizó, que fue el propio Vázquez, quien


comunicó el despido de la actora “muy excitado… con cara muy contenta”.

Asimismo, denunció que “hubo muchas, muchas situaciones de


Vázquez amedrentando a la actora”. Sostuvo que el Sr. Vázquez “tenía un
problema puntual con la actora… cuando veía que la actora entraba por la
escalera, siempre hacía gestos como despectivos”.

A su vez, indicó que Vázquez “siempre refería que era mejor


trabajar con hombres que mujeres y lo primero que hizo a los diez días fue
llevar a Martín Iglesias… y le asignó el trabajo de la actora (coordinación de las
llegadas tardes, horas extras....y también le asignó el trabajo de… supervisión”.
Agregó que “Vázquez hizo eso, porque quería trabajar solamente con hombres,
lo sabe porque lo dijo expresamente, se lo dijo varias veces a la dicente” y que
“Vázquez consideraba que las mujeres eran conflictivas y no estaban
capacitadas para ninguna tareas, ni de supervisión ni de jefatura, siempre

Fecha de firma: 27/10/2016


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hacía comentarios machistas despectivos, descalificando. Solamente tenía


afinidad con los hombres del sector, que eran pocos”.

Por último, destacó que, cuando la actora se tomó una semana


de vacaciones en diciembre de 2011, “Vázquez le pidió a Flavia Iglesias
(compañera del sector) las claves para ingresar a la máquina de la actora
porque ella la estaba cubriendo… pero como Flavia se negó a dárselas porque
era confidencial, él se fue a Sistemas y las consiguió igual y estuvo en la PC de
la actora durante horas revisando trabajo… Vázquez violó el código de
seguridad de la empresa porque cuando entran a la empresa firman un código
de seguridad informática y no pueden entrar a la PC de otra persona, ni
chequear, ni revisar nada, tenían mucho resguardo con las claves porque
manejaban información confidencial de empresas… No había ningún motivo,
no era necesario hacer eso porque los mails entrantes y salientes se derivaban
automáticamente a Flavia que estaba asignada para el reemplazo”.

Por su parte, Iglesias también relató que fue Vázquez quien


comunicó a los compañeros de trabajo el despido de la actora, y el hecho
acontecido en la máquina de café: la actora solicitó en RR. HH. un “cambio de
sector porque la relación con Fernando era ya insostenible… cuando Fernando
Vázquez se enteró de que la actora había pedido el pase, la llamó para hablar
con ella y en ese momento tuvieron una discusión… el tono de Fernando
Vázquez era elevado con el que se dirigía a la actora y recuerda que él le decía
a la actora que… él tenía mucho más poder que ella y que si de él dependía el
pase no lo iba a tener’”.

Asimismo, indicó que “la actora estaba mal porque Fernando


Vázquez le había sacado todas las tareas referentes a todo lo que era RR.
HH.” y se las encargó a Martín Iglesias”.

Incluso, relató que en un primer momento, “la relación entre la


actora y el demandado Vázquez era cordial, mientras estaba su jefe anterior
Javier Figueroa” y que “en un principio, a Fernando Vázquez le servía estar
bien con la actora y con alguno de sus otros compañeros hasta que se fue
Figueroa J. y ahí fue cuando él llevó a Martín Iglesias para que reemplazara en
sus tareas a la actora y se tomó la atribuciones de decir ‘vos tenés permiso’,
‘vos no tenés permiso’, para salir antes o tomar horas extras. Siempre los
permisos a la actora se los negaba Fernando Vázquez, lo sabe porque la
actora se los contaba y lo veía ya que estaban ocho horas conviviendo y es un
sector reducido en espacio, estaban todos en el mismo lugar, cada cosa que
pasaba o si se acercaba Vázquez, se veía o escuchaba”. Así, destacó que
cuando Figueroa “se va del sector, ahí Fernando Vázquez cambió su relación
respecto de la actora”.

Por otra parte, la testigo destacó que “era evidente el


hostigamiento que Vázquez F. tenía con la actora, lo veía ella y todos sus
compañeros. Antes de desvincularse, la actora se tomó vacaciones y ella la
reemplazó… Fernando Vázquez se acercó a su box y le pidió que le diera las
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claves de la máquina de la actora, a lo cuál ella se lo negó porque ellos


firmaban un acuerdo de confidencialidad en cuanto a las claves de la máquina
ya que manejaban información confidencial de clientes y empresas… por lo
que nadie podía pasar las claves de otra persona, cada una tenía las suyas y
en el caso de que alguno faltase por algún motivo, los mails tenían una
respuesta automática por lo que se enviaban automáticamente a la casilla de la
persona que los reemplazaba; en este caso, todos los clientes sabían que
cuando la actora no estaba, el reemplazo era ella , por lo que le mandaban un
mail o directamente la llamaban a ella, o sea, no había necesidad de ingresar a
la máquina de la actora pero en ese momento Fernando se enojó con ella
porque le negó las claves y se fue a sistemas para pedir las claves; al rato
subió, se sentó en la máquina de la actora y estuvo bastante tiempo
husmeando en su máquina”.

En igual sentido a la anterior testigo, refirió que Vázquez “se


jactaba de decir que el ideal era trabajar con hombres porque con mujeres no
se podía, que no servían ni para puestos jerárquicos ni para supervisión, de
hecho, lo primero que hizo fue sacar a la actora de su puesto de supervisora y
llevar a Martín Iglesias porque decía que se sentía más cómodo trabajando con
hombres. Vázquez permanentemente humillaba a la mujer, especialmente a la
actora, lo sabe porque lo veía y veía la cara que le ponía a la actora, lo primero
que hacía cuando bajaba la escalera era ver al costado dónde estaba sentada
la actora y la cara se le transformaba”.

Por último, Adrián Alejandro Álvarez destacó que “en el período


de adaptación de Vázquez, la relación entre este y la actora era muy fluida…
considera que era así, porque la actora tenía mucho conocimiento, tanto de
cuestiones administrativas como operativas del sector”. Así, relató que “pasado
un tiempo, Vázquez le comenzó a restar tareas, le sacó cuentas, tareas
administrativas de RR. HH. y comenzó un período de maltrato porque la actora
había comenzado a no tener tareas y su apreciación es que era como
subestimarla a tal punto que la actora comentó a sus compañeros que le había
pedido a Vázquez cambio de sector, el cuál fue denegado”.

Al igual que las otras testigos, precisó que “la actora se


presentó en… RR. HH. para pedir cambio de sector y contar la situación
porque era insostenible”. También, relató que “el día que despidieron a la
actora, todo el equipo de trabajo de administración llegó y se enteraron por el
mismo Vázquez que la habían despedido…el objetivo que se veía sobre sus
intenciones de desgastar… la actora, y muchas veces hacía alusión a
comentarios machistas que era mejor trabajar con hombres que con mujeres,
cree que ese fue el plan de Fernando Vázquez cuando luego comenzó a
incorporar hombres, puso dos supervisores a su cargo, como si fuesen dos
referentes... saca a la actora y pone a dos referentes, esto lo sabe porque él
trabajaba en el sector y tenía que comenzar a responder administrativamente a
ellos (uno se llamaba Nicolás y el otro Martín…)”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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Luego, observo que hubo dos testigos, que declararon a


instancias de la parte demandada, que también reconocieron que la actora no
sólo tenía a su cargo la atención de clientes. Así, el propio jefe de RR.HH., el
Sr. Palumbo afirmó que la actora hacía, “tareas administrativas” (situación
específicamente negada por Correo Andreani S.A. al contestar demanda). Por
su parte, Fernández Figueroa (quien recordemos, que también fuera propuesto
por la actora) sostuvo que la accionante “tenía inter relación con los distintos
sectores de la compañía”.

Incluso, Palumbo también destacó que “la desvinculación de la


actora la hicieron él junto con Vázquez…La actora decía que no se sentía
cómoda con la persona de Vazquez en su sector”.

Por su parte, Dellabianca, gerente de RR.HH., reconoció haber


tenido una charla con la actora “en RR. HH. y le informó que no estaba
conforme con el nuevo rumbo que había tomado el área, no estaba tan de
acuerdo con el estilo de gestión de Vázquez …, obviamente, ella le solicitó la
posibilidad de evaluación de un pase a otro sector”.

Así, en el marco de lo sucedido, es evidente que la accionante


se vio maltratada y hostigada por el jefe de su sector, el codemandado
Vázquez, e incluso pidió un pase a otro sector el que fue negado. Como
también que era la referente de su sector, teniendo a su cargo tareas
administrativas, relacionadas con RR.HH.

Por lo tanto, reconozco plena eficacia probatoria a los testigos


de la parte actora, pues resultaron coherentes y dieron suficiente razón de sus
manifestaciones (art. 90 de la LO, arts. 386 y 456 del CPCCN).

Luego, observo que a fs. 383/392, luce la pericial psicológica.


La experta indicó, que los procedimientos utilizados para el psicodiagnóstico
fueron: entrevista psicodiagnóstica individual; H.T.P. integrado; sí mismo en el
pasado, presente y futuro; persona bajo la lluvia; test de los colores de Max
Lüscher; test Guestáltico Visomotor de Bender y MMPI-2.

La auxiliar de la justicia, concluyó que “conforme a la


evaluación conjunta del material psicológico obtenido en el presente estudio
psicodiagnóstico, se arriba a la conclusión que el hecho investigado en autos
puede ser calificado como un suceso displacentero externo que ejerce
una subjetividad de la actora”.

Sin embargo, sostuvo que pudo observar en la Sra. Defelice


“adecuados y suficientes mecanismos defensivos que posee en su estructura
psíquica, para afrontar el impacto de sucesos conflictivos”. Así, refirió que la
actora no presenta secuelas incapacitantes de orden psíquico derivadas del
hecho de autos.

Fecha de firma: 27/10/2016


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Sin perjuicio de lo expuesto anteriormente, también destacó


que “en el tiempo anterior e inmediatamente posterior al despido, la actora
habría reaccionado manifestando síntomas y emociones acordes a la
situación estresante proveniente del mundo exterior y a su personalidad
base… tales como la ansiedad, la angustia, sentimientos de inseguridad,
impotencia, vulnerabilidad y temores; pero que no impidió ni le impide en la
actualidad continuar trabajando y creciendo profesionalmente en el área
laboral”.

Por último, concluyó que “los recursos psíquicos propiciatorios


que posee, su tenacidad y energía para superar conflictos, conjuntamente con
el tratamiento psicológico que sostiene en la actualidad, le permiten
sobreponerse; sin presentar al momento del examen pericial indicadores que
constituyan un cuadro psicopatológico compatible con la figura de daño
psíquico, por no hallarse secuelas incapacitantes de orden psíquico”.

Luego, la parte actora impugnó la pericia, a fs. 394/395 porque


no se determinara un daño psicológico. Destacando que, habiendo transcurrido
más de dos años desde la desvinculación, se halla con bajo tratamiento
psiquiátrico y psicológico.

Así, a fs. 410/412, la experta ratificó lo presentado en su


pericia. Destacó que “para constatar y aseverar la presencia de daño psíquico,
debe haber una clara e importante disminución de las aptitudes psíquicas del
sujeto”. Agregó que “en el caso de la peritada, no presenta un cuadro
psicopatológico compatible con la figura de daño psíquico; así como tampoco
se encuentran afectadas ni deterioradas ni en disminución ninguna de las áreas
vitales de la misma, como por ejemplo, el área intelectiva, laboral, familiar,
social, recreativa, volitiva, etc., sino que se observan conservadas todas y cada
una de ellas”.

Destaco que el mencionado peritaje, constituye un estudio


serio y razonado del estado actual de la actora, que se sustenta en un examen
psiquiátrico, y se le realizaron test complementarios – H.T.P. integrado; sí
mismo en el pasado, presente y futuro; persona bajo la lluvia; test de los
colores de Max Lüscher; test Guestáltico Visomotor de Bender y MMPI-2-, y se
funda en sólidos argumentos científicos, señalando especialmente, la claridad
expositiva con la que cuenta la especialista para dar a entender su saber. Pues,
como se conoce, el dictamen de los técnicos está dirigido a ignotos en la
disciplina, que requieren de su conocimiento para entender cómo las cosas son
o pudieron ser en esta búsqueda de la verdad material. Por lo tanto, le
reconozco plena eficacia convictiva a este informe.

En consecuencia, no cabe duda que los hechos referidos


anteriormente (con relación al maltrato del Sr. Vázquez hacia la actora),
resultaron ser las causales desencadenantes de una situación estresante, que
provocó en la actora ansiedad, angustia, sentimientos de inseguridad,
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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impotencia, vulnerabilidad y temores. Pero en la actualidad, no presenta


incapacidad alguna.

Así, comparto lo decidido en la anterior instancia, en cuanto a


que, corresponde indemnizar a la actora por el maltrato sufrido, por más que no
presente incapacidad psíquica.

Cabe tener presente que el daño físico junto al daño


psicológico, integran el daño material. Esto es, uno es denso y otro no,
integrando ambos un continuo material, como repercusiones necesarias –
accidentes y enfermedades - en la vida del trabajador.

Con lo cual, podríamos entender que ambos daños son


constitutivos del daño material que se diferencia del daño moral.

De otro modo el daño psicológico y el moral se confundirían.


Este último, es de corte espiritual y los dos primeros (psicológico y físico)
forman parte, como lo manifesté, de un continuo material.

Lo que no implica, a su vez, que el daño psicológico se


confunda con el físico. Esto es, el aspecto “material” psicológico tiene relación
con la personalidad o actividad de la psiquis del ser humano, que puede verse
afectada por un evento traumático, provocándole un daño.

Así, puede definirse al daño psicológico como a “toda


perturbación, trastorno, enfermedad, síndrome o disfunción que, a
consecuencia de un hecho traumático sobre la personalidad del individuo
acarrea una disminución de la capacidad de goce, que afecta su relación con el
otro, sus acciones, etc.”.(PUHL, Stella M., SARMIENTO, Alfredo J., IZCURDIA,
María A. y VARELA, Osvaldo H., "Daños a las personas en el discurso
psicológico jurídico", páginas 55-69, "La psicología en el campo jurídico", Ed.
E.C.U.A. -2005)”.

Asimismo, se ha señalado que el daño psicológico “comprende


tanto las enfermedades mentales como los desequilibrios pasajeros, sea como
situación estable o bien accidental y transitoria que implica en todo caso una
faceta morbosa, que perturba la normalidad del sujeto y trasciende su vida
individual y de relación"(Kemelmajer De Carlucci/Aída, "Breves reflexiones
sobre la prueba del llamado daño psíquico. Experiencia jurisprudencial",
Revista Derecho de Daños, Nº 4, Ed. Rubinzal- Culzoni.).

Consecuentemente, comparto que las patologías psicológicas


se generan en el interior de la psiquis del sujeto, la mente como materia, no
obstante, estimo que lo que confunde sobre su “naturaleza material”, es que
resulta más problemático formar certidumbre sobre su efectiva existencia,
atento a la ausencia de manifestaciones más o menos constatables, a
diferencia del supuesto de una lesión física.

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Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.

Es aquí entonces, donde reviste gran importancia la prueba


pericial médica, puesto que los distintos estudios técnicos que practiquen los
especialistas de la ciencia psicoanalítica y psiquiátrica, posibilitarán una
determinación más concreta acerca de la existencia y extensión de las
dolencias psíquicas alegadas por la afectada.

Por todo ello, considero que no es acertado pensar que el daño


psicológico deba guardar estricta relación, o proporcionalidad con el daño
físico. Ya en consonancia, con lo que he desarrollado en los párrafos
anteriores, puede existir un daño “material” psíquico, sin haberse padecido un
daño “material” físico.

Analógicamente, si uno puede tener daño moral sin daño


material, con mayor razón, podemos tener daño psicológico sin daño físico
(con la negrita, se resalta que es la situación de autos).

Asimismo, nada hay de corte objetivo que permita establecer


cuál es la relación en grados que tiene que existir entre el daño físico y el
psicológico y, a su vez, entre el material y el moral.

Tal es así, que en ese mismo orden de ideas, se ha expresado


que la lesión psicológica puede ser distinguida de la incapacidad sobreviniente,
atento a que la primera "puede dejar incólumes las posibilidades laborales y el
resto de los aspectos vitales de un ser humano, considerados en su proyección
hacia un mundo exterior y sólo producir consecuencias disvaliosas en su vida
interior" (Cám. Nac. Civ., sala B, 16/11/1999, "P., B. D. c/ Zunino de Cardoner,
Laura M. y otros", L.L. 2000-D-493).

De conformidad con lo expuesto precedentemente, y bajo la


lógica de que quien puede lo más, puede lo menos, considero que distinciones
tales como la de afirmar que el daño psicológico no pueda superar al físico, o
de que el daño moral, no pueda superar al material, resultan completamente
arbitrarias.

Progresivamente, sostuve, ya como titular del juzgado Nacional


del Trabajo Nro. 74, lo afirmado ut supra. En particular, lo referente a la
diferencia entre la incapacidad psíquica y el daño moral, al punto de sostener la
posibilidad de que un daño de tipo espiritual pudiese ser previo y terminar,
lamentablemente, por afectar la psiquis (“Lazarte, Carlos Domingo c/ Asociart
S.A. ART. s/ accidente”, sentencia Nro. 2427, del 30 de noviembre del 2.007)”.

Asimismo, en el fallo reseñado compartí la jurisprudencia de


esta Cámara, según la cual “el daño psíquico está referido, como el físico, a la
incapacidad resultante del accidente. En cambio el daño moral tiende a
indemnizar, no la incapacidad resultante sino los sufrimientos que demanda la
curación y los inconvenientes en la vida laboral y social. El daño psíquico y
moral son conceptos independientes y, por lo tanto, susceptibles de
indemnización autónoma” (CNAT, Sala VII expte nº 26483/94 sent. 36353
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9/10/02 "Marcovich, Mario c/ Femesa s/ Accidente"; CNAT. S.D. 38309.


(10/03/05 “Fiorentini, Omar Norberto c/Multicanal SA s/Accidente” Sala VII)”.

Obsérvese que, esta interpretación que entiende que, el daño


material es diferente al daño moral –espiritual-; y que a su vez, el primero
contiene al daño físico y al daño psíquico, mereciendo cada cual una tutela
propia y efectiva, es la receptada por el Código Civil y Comercial de la Nación
(sobre la aplicación del mismo, será un tema sobre el que volveré).

Así, los artículos 1738 -Indemnización-; artículo 1740 –


Reparación plena-; artículo 1746 –Indemnización por lesiones o incapacidad
física o psíquica-, hacen el distingo de este modo, toda vez que menciona y
trata por un lado, las lesiones físicas y psíquicas como daños materiales, y por
el otro, a las afecciones espirituales como daño moral, al enumerar los bienes
jurídicos que deben protegerse.

En particular, el artículo 1738 expresa que “La indemnización…


incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos
personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica,
sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su
proyecto de vida”.

Por ello, estimo que corresponde indemnizar los parecimientos


sufridos por la actora.

V.- Por último, en relación al acoso psicológico en el ámbito


laboral o “mobbing”, la actora reclama por la cobertura íntegra de la
responsabilidad civil (art. 1113 C.C., ver fs. 23), demandado pérdida de chance
y lucro cesante.

Si bien es cierto que la actora demandó por “mobbing”, sin


plantear la inconstitucionalidad de ningún artículo de la ley de riesgo, ello nos
lleva indeclinablemente a recordar, cuál es la función del juzgador, dentro de
los límites de su propia competencia, y en los casos sometidos a su decisión. Y
esta es, sustentar la primacía de la ley fundamental de la Nación con todas sus
garantías materiales, entre ellas, el derecho de defensa en juicio, que implica
tanto el acceso a la justicia para el que reclama, cuanto la plenitud de defensa
para el que contesta. Lo cual implica, a su vez, la garantía de que aunque uno
u otro, funden equivocadamente el derecho, sea el juez el encargado de
corregirlo mediante su obligación de ejercer el jura novit curia. Ello, sin
desvirtuar el soporte fáctico sobre el cual las partes han desplegado sus
argumentos, y ofrecido prueba.

Preliminarmente, debo advertir que la suscripta analiza el iura


novit curia y su alcance –como también principios generales del proceso como
el de congruencia, el extra petita, la reformatio in pejus -, en los considerandos
relativos a la tasa de interés y actualización intereses, al citar el precedente
“Sánchez, Javier Armando c. Cristem S.A. s/ Juicio Sumario”.
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No obstante, creo prudente una especificación particular sobre


ciertos conceptos.

En efecto, existe una marcada confusión entre los principios del


“iura novit curia”, “extra petita”, “ultra petita” e “inconstitucionalidad oficiosa”
(esto último, ya fue debidamente tratado en el punto II).

Así, en virtud del referido “iura novit curia”, ello o nos lleva
indeclinablemente a recordar, cuál es la función del juzgador, dentro de los
límites de su propia competencia, y en los casos sometidos a su decisión. Y
esta es, sustentar la primacía de la ley fundamental de la Nación con todas sus
garantías materiales, entre ellas, el derecho de defensa en juicio, que implica
tanto el acceso a la justicia para el que reclama, cuanto la plenitud de defensa
para el que contesta.

Lo cual conlleva, a su vez, la garantía de que aunque uno u


otro, funden equivocadamente el derecho, y aún de modo insuficiente, sea el
juez el encargado de corregirlo mediante su obligación de ejercer el “iura novit
curia”. Ello, sin desvirtuar el soporte fáctico sobre el cual las partes han
desplegado sus argumentos, y ofrecido prueba.

En relación con el “iura novit curia”, receptado en los arts. 34,


inc. 4 y 163 inc. 6 del CPCCN, tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, que el Juez está facultado a aplicar el derecho que regula la situación
fáctica que, denunciada por las partes, deviene acreditada en la causa. Ello,
con prescindencia de las afirmaciones o argumentaciones de orden legal,
formuladas por los litigantes, e independientemente del encuadre jurídico que
ellos asignen a sus relaciones (CSJN G. 619-XXII, en autos “Gaspar, Rodolfo y
otros c/ SEGBA SA”, sentencia Nº 92.515 del 19.4.11, en autos “Castro
Sebastián Marcelo c/ La Segunda ART SA s/ accidente-acción civil”, del registro
de esta Sala). Criterio que también he sostenido como Juez de primera
instancia (conf. sentencia definitiva Nº 2834, del 9/12/10, en autos
“Monteagudo Barro, Norberto Constantino c/ Banco Central de la República
Argentina s/ reincorporación”, del registro del Juzgado Nacional de Primera
Instancia del Trabajo Nº 74).

En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha


dicho que, “sostener, como fundamento del rechazo, un erróneo
encuadramiento legal del reclamo (…), importa soslayar que los jueces tienen
no sólo la facultad, sino también el deber de discurrir los conflictos y dirimirlos
según el derecho aplicable, calificando autónomamente la realidad fáctica y
subsumiéndola en las normas jurídicas con prescindencia de los fundamentos
que enuncian las partes” (fallos: 324:2946 y sentencia del 2 de Marzo de 2011,
S.C. G Nº134, L. XIV, in re “Guerrero Estela Mónica, por sí y por sus hijos
menores c/ Insegna, Rubén s/ muerte por accidente de trabajo”).

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Luego el juez está facultado a aplicar el marco normativo que


sea el adecuado para un cierto contexto fáctico. Esta facultad no implica una
violación del principio de defensa, ni del de congruencia, puesto que ello
sucedería exclusivamente si se alteraran los hechos presentados en la traba de
la Litis, no brindándose oportunidad de defensa.

Por lo tanto, la única hipótesis de excepción, en donde el


empleo del “iura novit curia” podría implicar un avance sobre los hechos, sería
si la norma que aplica el Juez, implicase una hipótesis fáctica diferente.

Aun así, si las defensas y pruebas rendidas también la


abarcan, no habría inconveniente para su empleo. Podríamos decir que es una
cuestión de más o de menos. Digo así porque si la plataforma jurídica escogida
es muy amplia, existe la posibilidad de que el ejercicio del “iura novit curia” en
nada afecte. Resultaría muy poco probable –aunque no imposible- a la inversa.

Recordemos en el punto, que el juez tiene la obligación de


aplicar el derecho vigente, ajustado a la Constitución Nacional. Es decir que
debe realizar un previo control de constitucionalidad y convencionalidad, por
todos necesariamente conocido.

A su vez, en el caso del “ultra petita”, el juez no se encuentra


atado numéricamente a los reclamos de las partes, dado que puede corregir
todo tipo de error siempre y cuando sea matemático o numérico.

En el caso del “extra petita”, se señala centralmente que no


tiene que ver con el derecho, sino con los hechos. El juez no puede alterar
bases fácticas, y sí, numéricas. De ahí la factibilidad del “ultra petita”, y del “iura
novit curia”, vinculado exclusivamente al derecho, como se viera.

En el punto, debo recordar que la finalidad del derecho del


trabajo, consiste en procurar el respeto por la dignidad del hombre que trabaja,
que facilite el ejercicio de su actividad.

Así, en cuestiones en las que se dudaba sobre la incursión en


decisiones “extra petita”, en los autos “VALERIO ALEJANDRA MARIELA DE
LUJÁN C/ AMERICAN EXPRESS ARGENTINA S.A. Y OTRO S/ DESPIDO”
(CAUSA N. 22239/2004), esta sala, cuando era otra su integración, en la
sentencia definitiva nº 87.717 de fecha 28.04.2006, dijo que: “La actora se
queja porque el Sr. Juez no acogió su pretensión relativa a la llamada
integración del mes de despido pues sólo condenó por el pago de salarios
correspondientes a 17 días de junio. Considero que le asiste razón, ya que en
el caso dicho concepto es procedente, en atención a lo dispuesto por el art. 4
de la ley 25877 (B.O 19.3.04) vigente a la época en que el vínculo se extinguió
pues dicho rubro procede cualquiera que fuera la fecha de comienzo del
contrato laboral (en sentido análogo, SD Nro. 87550 del 8.3.2006 “Báez, Sergio
Ignacio c/ Disco S.A. y otro”, del registro de esta Sala). Ello es así en virtud del
principio iuranovit curia receptado por los arts. 34 inc. 4º y 163 inc.6º del
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C.P.C.C., aun cuando no hubiera sido peticionado como tal en el escrito de


inicio pues lo cierto es que la actora requirió el pago de salarios
correspondientes a mayo y junio, éste último en forma íntegra (fs. 17)”.

Y finalmente el “iura novit curia” tiene como máxima expresión


la inconstitucionalidad de oficio. El mismo, implica las correcciones y/o
adecuaciones jurídicas normativas con relación a la Constitución Nacional, para
resolver el caso, y es una obligación del Juez aplicarlo, en virtud del tipo de
control de constitucionalidad que tenemos de tipo difuso.

En todas estas hipótesis, correcta e incorrectamente, según la


situación, campea el fantasma de la violación al principio de congruencia.

Cabe preguntarse, qué significa.

Pues bien, encontramos la congruencia en dos momentos. El


primero, es la traba de la litis, en donde como, se dijo en los párrafos
anteriores, el iura novit curia no podría modificar la plataforma fáctica (por
ejemplo, si se reclamó por la LRT, no podría condenarse por el derecho común,
pues las defensas para este último son distintas, suponiendo hipótesis fácticas
diversas, a menos que se diera la hipótesis de excepción ya reseñada).

El otro momento, es el de la apelación, como el caso de autos.


Aquí, se achica el marco del principio de congruencia, si es que quedan
aspectos consentidos, no así el del “iura novit curia”, que siempre bajo la regla
de que no implique alteración de la plataforma fáctica, es obligatorio aplicar,
con la posibilidad de un análisis constitucional inclusive.

Así, como se verá seguidamente, lo que se hace es aplicar “lisa


y llanamente” el “iura novit curia”, donde no se modifican ni los hechos de la
traba de la litis, sino que por el contrario se emplea la normativa vigente para el
caso de autos, la cual es más favorable que la determinada por la anterior
instancia. De tal suerte, se respeta la racionalidad del sistema donde previa el
principio de progresividad, consagrado en el artículo 2.1 del PIDESC, según el
cual, todo Estado Parte “se compromete a adoptar medidas, para lograr
progresivamente, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos”. Y por
cierto, esta plena efectividad implica una labor legislativa y judicial.

Vale pensar, entonces, el alcance de las modificaciones


adjetivas y la aplicación inmediata de sus beneficios.

Luego, en el punto, debo recordar que la finalidad del derecho


del trabajo, consiste en procurar el respeto por la dignidad del hombre que
trabaja, que facilite el ejercicio de su actividad.

Sobre esta base, cabe reflexionar que el art. 14 bis de nuestra


carta Magna, prescribe expresamente que el trabajo en sus diversas formas,
gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador, entre
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otros derechos, condiciones dignas y equitativas de labor. Las condiciones


dignas se refieren tanto, al ámbito en el que el trabajador se desempeña,
cuanto a las condiciones de seguridad y salubridad en la tarea.

Las normas internacionales, a su vez, proporcionan un


catálogo de lo que el Estado debe exigir y controlar en los empleadores, a
través del poder de policía. Así, el derecho internacional del trabajo, surge con
una doble finalidad: por un lado, tiende a regular la competencia tanto nacional
como internacional, y por otro lado, procura salvaguardar la dignidad humana
del trabajador.

Luego, en ese marco, cabe recordar que como acoso en el


lugar de trabajo, hay que entender cualquier manifestación de una conducta
abusiva y, especialmente, los comportamientos, palabras, actos, gestos y
escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad
física o psíquica de cualquier individuo, o que puedan poner en peligro su
empleo, o degradar el clima de trabajo (Hirigoyen, Marie France; El acoso
moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana, Paidós, Barcelona, 1999,
pág. 19).

Asimismo, Francisco Javier Abajo Olivares, describe al


moobing descendente, “como la situación en la cual un individuo que se
encuentra en una cierta situación de poder dentro de la escala jerárquica acosa
a uno o varios individuos que se encuentran subordinados a él (“Mobbing”
Acoso psicológico en el ámbito laboral, edit. Abeledo Perrot, 3ra. edición
ampliada, pág. 21).

El mismo autor, con cita de Marie France Hirigoyen, explica que


“esta situación es la más frecuente en el contexto actual, que da a entender a
los trabajadores asalariados que deben estar preparados para aceptar
cualquier cosa con tal de conservar su empleo. La empresa permite que un
individuo dirija a sus subordinados de un modo tiránico o perverso, ya sea
porque le conviene o porque no le parece importante. Pero las consecuencias
para el subordinado, son muy gravosas” (autor citado, pág. 21/22). En igual
sentido, sentencia Nº 92694 del 24.8.11, en autos “Gómez, Laura Melisa c/
Limpiolux SA s/ accidente acción civil”, del registro de esta Sala).

Del análisis ya efectuado, surge que la actora padeció una


situación estresante, que provocó en ella ansiedad, angustia, sentimientos de
inseguridad, impotencia, vulnerabilidad y temores, producto del mobbing que el
Sr. Vázquez le ocasionó.

De todos modos, señalo que ya con el anterior código, e


inclusive como Juez de primera instancia, he sostenido como Juez de primera
instancia, de modo reiterado, que comparto plenamente el criterio
jurisprudencial según el cual el artículo 39 de la ley de riesgos, al desplazar la
posibilidad del trabajador de accionar por la vía civil (con la sola excepción de
la invocación del dolo), incurre en una flagrante discriminación (SD del Tribunal
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Nº 4 de La Plata, in re “Colman, Hermes c/ Lasalle, Rolando s/ daños y


perjuicios”, expte. 3358, del 19 de junio del 97; Juzgado Nacional del Trabajo
Nº 27, SD.17.524, in re “Rivero, Mónica Elvira c/ Techno Técnica SRL y otro”;
Dictamen del Fiscal de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Nº
29.666, in re “Pérez, Liliana del Carmen c/ Proinversora S.A. y otros
s/accidente-acción civil”; CNAT, Sala X, SD Nº 8422, del 31 de julio del 2000, in
re “Lizarraga, Juan Elías c/ Streitfeld, Jorge s/ accidente”, entre muchos otros),
ello en razón del mismo fundamento que diera el Dr. Humberto Podetti cuando,
como Procurador Gral. del Trabajo, dictaminara en el fallo plenario “Alegre”.

Recordemos que allí se discutía si la reforma al artículo 1113


del Código Civil quedaba o no comprendida en la opción consagrada por la ley
9688. En esa oportunidad el Dr. Podetti hizo un poco de historia en torno a la
teoría del riesgo, a fin de demostrar el sin sentido de una respuesta negativa:
los jueces franceses muchos años antes, ante la explosión de las calderas en
las galerías Lafayette, consideraron que no podían los trabajadores tener la
carga probatoria ordinaria ante sucesos semejantes, porque su situación no era
la misma de cualquier ciudadano.

Exigirles la prueba de la intencionalidad del patrono era


absurda, no solo por lo leonina, sino también por lo inexistente. La culpa en
este caso tenía otro origen, la responsabilidad por el riesgo creado y debía
existir por ello una presunción, quedando el onus probandi en cabeza de las
empleadoras para demostrar que obraron con la diligencia debida.

Precisamente, el Dr. Podetti rescataba esa enseñanza para el


presente de entonces: si los trabajadores no pudieran ejercer la opción por el
nuevo artículo incorporado al Código Civil, a pesar de contar con un derecho
especial (necesario ante la desigualdad de los contratantes, completamente
diferente a la del común de los convencionales) estarían, contradictoriamente,
peor que cualquier peatón ante un accidente de tránsito, gozando de menor
protección.

Estas reflexiones cobran hoy todo su vigor ante el artículo 39


de la ley 24.557, cuando solo habilita responsabilidad civil únicamente ante la
hipótesis de dolo, colocando a los trabajadores en una situación de
desigualdad ante la ley completamente violatoria del artículo 16 de la CN.

Se agrega aquí, además, otro argumento que comparto y es el


esgrimido en el precedente “Montiel, Julio Jorge c/ Resind S.A. y otra s/
accidente de trabajo”, del Tribunal Nro. 2 de San Isidro (del voto de la Dra.
Ferreirós), según el cual “la culpa no puede dispensarse...y aunque la ley no
ampara conductas dolosas, sí está avalando conductas culposas y que aquello
que está prohibido para los particulares, ¿cómo no habría de estarlo, entonces,
para el Legislador?”.

Convengo entonces, con el criterio de que también resultaría


de tal suerte violatorio el artículo de marras de las previsiones de los artículos
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14 bis, 19 y 43 de la CN, al no permitir la reparación integral del infortunio para


los trabajadores.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, in re "Aquino,


Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A. s/ accidente", se pronuncia el 21 de
setiembre del 2004. En el mismo dice que "resulta fuera de toda duda que el
propósito perseguido por el legislador, mediante el artículo 39, inc.1º, no fue
otro que consagrar un marco reparatorio de alcances menores que los del
Código Civil…no se requiere un mayor esfuerzo de reflexión para advertir que
la LRT, al excluir, sin reemplazarla con análogos alcances, la tutela de los
artículos 1109 y 1113 del Código Civil, no se adecua a los lineamientos
constitucionales (…) a pesar de contar entre sus objetivos el de “reparar los
daños derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales".
Considera que en el marco de la ley de riesgos no se ven cumplidas las
previsiones del artículo 14 bis de la CN, manda que tiene cumplidos más de 50
años y que "a su vez, se ha visto fortalecida y agigantada por la singular
protección reconocida en toda persona trabajadora en textos internacionales de
derechos humanos que, desde 1994, tiene jerarquía constitucional".

Claramente refiere la corte que "es un hecho notorio que la


LRT, al excluir la vía reparadora del Código Civil eliminó, para los accidentes y
enfermedades laborales, un instituto tan antiguo como este último (Fallos:
123:379), que los cuerpos legales específicos no habían hecho más que
mantener, como fue el caso de la ley 9688 de accidentes del trabajo,
sancionada en 1915. Ahora bien, este retroceso legislativo en el marco de
protección, puesto que así cuadra evaluar a la LRT según lo que ha venido
siendo expresado, pone a ésta en grave conflicto con un principio
arquitectónico del Derecho Internacional de los Derechos Humanos en general
y del PIDESC en particular. En efecto, este último está plenamente informado
por el principio de progresividad, según el cual, todo Estado Parte "se
compromete a adoptar medidas… para lograr progresivamente… la plena
efectividad de los derechos aquí reconocidos" (art.2.1). La norma, por lo pronto,
debe interpretarse a la luz del objetivo general, en realidad la razón de ser, del
Pacto, que es establecer claras obligaciones para los Estados Partes con
respecto a la plena efectividad de los derechos de que se trata".

"Luego, el hecho de que los menoscabos a la integridad


psíquica, física y moral del trabajador prohibidos por el principio alterum non
laedere deban ser indemnizados sólo en los términos que han sido indicados
(supra considerandos 6), vuelve al artículo 39, inciso primero de la LRT,
contrario a la dignidad humana, ya que ello entraña una suerte de pretensión
de reificar a la persona, por vía de considerarla no más que un factor de la
producción, un objeto del mercado de trabajo. Se olvida, así, que el hombre es
el señor de todo mercado y que éste encuentra sentido sí y sólo sí, tribula a la
realización de los derechos de aquél (conf. Causa V.967 XXXVIII "Vizzoti,
Carlos Alberto c/ Amsa S.A. s/ despido", del 14 de setiembre de 2004)."

Fecha de firma: 27/10/2016


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El sentido de lo expuesto, también constituye un criterio


inveterado de esta Sala, lo que destaco.

Ahora bien, despejado el camino hacia el derecho civil, cabe


evaluar económicamente si tiene sentido escoger esta vía y de resultar
afirmativo, recién entonces verificar las pautas jurídicas en dicho marco.

Así, en el caso, es evidente que la aplicación de la Ley de


Riesgos del Trabajo, conduce a un resultado peyorativo para el trabajador,
respecto del que corresponde a cualquier otro damnificado, que sufriese
iguales perjuicios y que fuera ajeno al vínculo laboral, pues dicha norma no
contempla que la reparación debe ser plena, restituyendo la situación del
damnificado al estado anterior del hecho dañoso (conforme el art. 1.740 del
nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, en adelante C.C.C.N.); no
comprende el lucro cesante, la pérdida de chances, las consecuencias de la
violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad
personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida (conforme el art. 1.738 del
C.C.C.N.); como tampoco presume los gastos médicos, farmacéuticos y por
transporte (conforme el art. 1.746 C.C.C.N.).

Por todo ello, mi voto se inclinará por la declaración de


inconstitucionalidad del art. 39 de la LRT. Adopto este criterio de oficio (sobre la
declaración de inconstitucionalidad de oficio, me remito a lo ya expresado en el
punto II).

Por todo lo expuesto, concluyo que en el caso se configuró el


supuesto de acoso psicológico (mobbing), mientras la actora estaba trabajando
en la empresa demandada, pues lo que dijeron los testigos demuestra que
había una conducta para con la misma, en los términos de un maltrato
psicológico por parte del Sr. Vázquez.

Acto seguido, y ya en el marco del derecho común, en el caso,


la responsabilidad que asume la empleadora frente al trabajador, es la de los
artículos 1.722, 1.753 y 1.757 del C.C.C.N.

En el caso de autos, observo que el art. 1.753 establece que “el


principal responde objetivamente por los daños que causen los que están bajo
su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de
sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión
de las funciones encomendadas.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. La
responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente”
destacado y siguientes, me pertenecen).

Asimismo, el art. 1.749 dispone como sujeto responsable a


“quien incumple una obligación u ocasiona un daño injustificado por acción
u omisión”.
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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Por su parte, el anterior Código Civil, disponía en su art. 1.109


que “todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un
daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio...”. Asimismo, el art.
1.113, 1º párrafo, dispone que “la obligación del que ha causado un daño se
extiende a los daños que causaren los que están bajo su dependencia, o por
las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado”.

Así, no surgen dudas que ambos artículos identifican


claramente al hostigador o victimario como responsable directo, por acción (en
el caso de autos), respecto de los daños que sufrió la víctima.

Por último, cabe agregar que, inclusive, la ley 1.225 de la


Ciudad de Buenos Aires, denominada “Ley de violencia laboral”, en su art. 9,
determina la responsabilidad solidaria de la autoridad jerárquica del área.
Así, dispone que dicha persona “que haya sido notificado de la existencia
de hechos de violencia laboral es responsable por las actuaciones del
personal a su cargo contra cualquier trabajador, salvo que acredite
fehacientemente que tomó una acción inmediata y apropiada para corregir la
situación. Asimismo, es responsable por los actos de violencia laboral por parte
de personas que no estuvieran a su cargo hacia personas que sí lo estén
cuando la violencia laboral se cometiera en ocasión de sus funciones y siempre
que esté notificado de tales hechos, salvo que acredite fehacientemente que
tomó una acción inmediata y apropiada para corregir la situación”.

Por lo tanto, el deber de respetar los derechos y libertades de


los demás, no se agota en la mera abstención de ejecutar una voluntad dañina,
sino que se extiende al deber de guardar cierto cuidado o prudencia en los
comportamientos, para evitar la expansión innecesaria del riesgo al que, con
nuestros actos, exponemos a las demás personas. En tal entendimiento, todos
tenemos derecho a un cierto cuidado por parte de los demás, y a demandar
una indemnización por la omisión de ese deber (artículos 1077, 1078 y 1109
del anterior Código Civil).

Justamente en el caso, no sólo no se guardó cierto “cuidado”,


ni se tendió a evitar la “expansión innecesaria del riesgo”, al que se veía
expuesta la trabajadora. Por el contrario, esto era parte fundamental de su
obligación. Recordemos que frente a la denuncia de la actora de los malos
tratos, solicitó un cambio de sector el que fue negado, demostrando una
evidente despreocupación por la salud e integridad de la accionante.

Para determinar el monto de la indemnización por el “mobbing”,


tendré en cuenta la remuneración de la actora. Así, se determinó que el mejor
salario fue de $7.107,03 (correspondiente al mes de febrero de 2012).

Cabe aclarar, que la actora apeló el rechazo de diferencias


salariales. Así, en el escrito de inicio, a fs. 13, indicó que “el empleador me
agregó la realización de tareas administrativas, pero recién reconoció la
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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diferencia de categoría en Septiembre de 2011 aproximadamente. Por ello, se


reclama la suma de $481,35… entre los meses de abril de 2010 al mes de
septiembre de 2011”.

Sin perjuicio de que acreditó que, además de las tareas que


hacía el resto del personal del sector, la realización de labores de tipo
administrativo, lo cierto es que de los recibos de sueldo acompañados a fs.
142/161, surge que la actora siempre se encontró registrada en la categoría
“Administrativa de Primera”, percibiendo además un adicional “especialidad
categoría”, razón por la cual corresponde confirmar el rechazo de estas
diferencias salariales.

Por lo expuesto, sobre la base del salario ($ 7.107,03), y


demás datos personales y profesionales de la trabajadora, el mobbing ha
generado un daño moral que fijaré en cálculos hodiernos en la suma de $
200.000 (doscientos mil pesos).

Por dicho monto, serán solidariamente responsables Andreani


Logística S.A., y el codemandado Sr. Vázquez, por los fundamentos ya
desarrollados, como también el autor material del mobbing, , ello de
conformidad con los arts. 1.749 y 1.753 del nuevo Código Civil y Comercial de
la Nación y art. 9 de la ley 1.225 de la Ciudad de Buenos Aires.

Con respecto a la condena del Sr. Vázquez, quien era el Jefe


del Sector de Atención al Cliente, si bien no existe con él un vínculo
dependiente con relación a la actora, y por su obrar ha sido condenada la
empleadora, hoy la reforma provee en el art. 1.749 una fuente normativa
directa para este tipo de responsabilidad.

Asimismo, cabe tener presente por analogía, lo que el art. 144


del C.C.C.N. in fine dispone.

VI.- Con relación al reclamo del despido discriminatorio, cabe


recordar que la ley 23592 prevé, en su art. 1º, que “quien arbitrariamente
impida, obstruya, restrinja o de algún modo, menoscabe el pleno ejercicio sobe
bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la
Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin
efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño
moral y material ocasionados. A los efectos del presente artículo se
considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios
determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología,
opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o
caracteres físicos”.

Observo, que existen dos principios contemplados por la


Constitución nacional: el de igualdad ante la ley, consagrado en el art. 16 de la
CN, y el que establece la igualdad de remuneración por igual tarea previsto en
el art. 14 bis.
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De la lectura de los citados artículos, se advierte que la ley


prohíbe las discriminaciones arbitrarias, pero no impide que el empleador
otorgue un trato distinto en situaciones diferentes. Es decir, que se justifica la
diferencia en el trato, cuando responde a causas objetivas, siempre y cuando
sean aceptados por ley.

Cabe tener en cuenta que el tema del onus probandi en


materia de discriminación, ha sido debatido jurisprudencialmente, en donde las
reflexiones precedentes se dieren cita, formulándose la pregunta: ¿quién tiene
la carga de la prueba?.

Así, en relación al onus probandi se ha sostenido, en un criterio


que comparto y he aplicado desde mi función de Juez de la primera instancia,
que “no corresponde exigir al trabajador plena prueba del motivo
discriminatorio, bastando a tal efecto los indicios suficientes en tal sentido
(conf. Art. 163 inc. 5 CPCCN). En el reparto de cargas procesales, a cargo de
la empleadora debe colocarse la justificación de que el acto obedece a otros
motivos. Desde tal perspectiva, la carga probatoria que se impone al empleador
en tales casos, no implica desconocer el principio contenido en el art. 377 del
CPCCN, ni lo específicamente dispuesto en la ley 23.592, ya que “... quien se
considere afectado en razón de cualquiera de las causales previstas en esta
ley (raza, nacionalidad, opinión política o gremial, sexo, caracteres físicos, etc)
deberá, en primer lugar, demostrar poseer las características que considera
motivantes del acto que ataca... y los elementos de hecho, o en su caso, la
suma de indicios de carácter objetivo en los que funda la ilicitud de éste,
quedando en cabeza del empleador acreditar que el despido tuvo por causa
una motivación distinta y a su vez excluyente, por su índole, de la animosidad
alegada...” (sent. 93623 7/7/05 “Cresta, Erica c/ Arcos Dorados SA s/ daños y
perjuicios”; Del voto de la Dra. González, en mayoría; CNAT Sala II Expte n°
29545/06 sent. 95075 25/6/07 “Álvarez, Maximiliano y otros c/ Cencosud SA s/
acción de amparo”; Expte N° 27.987/09 Sent. Def. N° 92.820 del 19/10/ 2011
“Sosa, Mariela Agustina c/ Arte Radiotelevisivo Argentino S.A. s/despido”, y
Expte N° 36.803/08 Sent. Def. N° 92.910 del 22/12/ 2011« Militello, Yesica
Karina c/ Casino Buenos Aires CTE S.A. UTE s/juicio sumarísimo”, ambos del
registro de esta Sala).

Tal principio evolucionó jurisprudencial y legalmente. Ello fue


analizado por la suscripta en un artículo de su autoría que data del año 1989
(“Igual remuneración por igual tarea”, Autora: Cañal, Diana, Publicado en:
DT1989-B, 1767).

Allí expresé que: (…) Hay quienes entienden que es mucho


más difícil para el trabajador probar el abuso del derecho por parte del patrón,
que para éste, probar la justa causa, siempre que verdaderamente exista,
"donde no hay un derecho, no puede haber abuso de éste" (si bien este
argumento se dirige más directamente al supuesto de los despidos y
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posteriores reincorporaciones discriminatorias (KATZ, Ernesto, "La obligación


de tratar de un modo Igual a los iguales, en iguales circunstancias, en el
derecho del trabajo"; Rev. D. T., t. 1958, ps. 694/698.). Según esta corriente, el
trabajador debe demostrar que se encuentra en un estado de igualdad efectiva
con otro, y el patrón, su derecho a un tratamiento desigual (KATZ, Ernesto, "El
principio del tratamiento igual de los iguales, en iguales circunstancias, en el
derecho del trabajo". Rev. D. T., t. 1961, ps. 5/14). Compartimos esta postura,
la que la propia Corte recogiera más tarde. Precisamente, en un fallo del
23/8/88, in re "Fernández, Estrella c/ Sanatorio Güemes, S. A." (Rev. D. T., t.
1989, p. 580), revocó una sentencia de la sala VII de la Excma. Cámara de
Apelaciones del Trabajo que siguiera la doctrina sentada en "Ratto",
discutiendo, nada menos que el tópico del onus probandi. Dice allí la Corte
Suprema que "resulta inadecuado sostener hoy, respecto de la evaluación de
tareas o del desempeño, que constituyen una materia reservada por entero a
las autoridades de la empleadora sin que pueda cuestionarse su razonabilidad,
o que, en la práctica, la prueba del mérito de los dependientes es para su
principal, muy sutil y difícil e inequitativa su exigencia. Ello así...porque implica
desconocer los progresos producidos en el ámbito de las relaciones
industriales. Existe hoy la posibilidad cierta y concreta de que la empresa...
utilice métodos objetivos de evaluación de tareas con criterios comunes a todos
los puestos... El trabajador deberá acreditar sus 'circunstancias', y quien se
excepciona aduciendo que la desigualdad obedece a la valoración de los
méritos del dependiente o a circunstancia de bien común, debe acreditar estas
afirmaciones" (…)”

En este sentido se pronunció la Corte Suprema de Justicia de


la Nación en los autos, “Álvarez, Maximiliano y otros c/ Cencosud SA s/ acción
de amparo”; - de fecha 07/12/2010; CSJN-Fallos, 333:2306-, en “Pellejero,
María Mabel s/ Amparo s/ Apelación” –en fecha -07/12/2010; CSJN Fallos,
333:2296; y en autos “Pellicori, Liliana Silvia c/ Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal s/ Amparo” –fechado el 15/11/2011; P Nº 489, L. XLIV-

En el último supuesto, expresó que “(…) En los procesos civiles


relativos a la ley 23.592, en los que se controvierte la existencia de un motivo
discriminatorio en el acto en juego, resultará suficiente, para la parte que afirma
dicho motivo, con la acreditación de hechos que, prima facie evaluados,
resulten idóneos para inducir su existencia, caso en el cual corresponderá al
demandado a quien se reprocha la comisión del trato impugnado, la prueba de
que éste tuvo como causa un motivo objetivo y razonable ajeno a toda
discriminación, y la evaluación de uno y otro extremo, es cometido propio de
los jueces de la causa, a ser cumplido de conformidad con las reglas de la sana
crítica. (Mayoria: Fayt, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni).

También se refirió a la valoración de la dinámica probatoria el


emblemático fallo de la Sala V, en autos “Parra Vera, Máxima c/ San Timoteo
SA s/ amparo” (Expte N° 144/05 Sent. Def. Nº 68.536 del 14/6/06), donde se
manifestó que “(…) en estos casos, el onus probandi quedaría articulado de la
siguiente manera. El trabajador tiene la carga de aportar un indicio razonable
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de que el acto empresarial lesiona su derecho fundamental, principio de prueba


dirigido a poner de manifiesto, en su caso, el motivo oculto de aquél. Para ello
no basta una mera alegación, sino que ha de acreditar la existencia de algún
elemento que, sin servir para formar de una manera plena la convicción del
tribunal sobre la existencia de actos u omisiones atentatorios contra el derecho
fundamental, le induzca a una creencia racional sobre su posibilidad. Una vez
configurado el cuadro indiciario, recae sobre el empleador la carga de acreditar
que su actuación tiene causas reales absolutamente extrañas a la invocada
vulneración de derechos fundamentales. Se trata de una auténtica carga
probatoria y no de un mero intento de negar la vulneración de derechos, que
debe llevar al tribunal a la convicción que tales causas explican objetiva,
razonable y proporcionadamente por sí mismas su decisión, eliminando toda
sospecha de que aquélla ocultó la lesión de un derecho fundamental del
trabajador.” (Del voto del Dr. Zas, en mayoría).

Tales pasajes jurisprudenciales, no hacen más que referirse a


la existencia de “indicios” que nos conduzcan a acreditar el hecho sujeto a
prueba. Por lo que, para “los presupuestos de la ley 23592 que penaliza con la
nulidad los actos discriminatorios, el trabajador tiene la carga de aportar
indicios razonables de que el acto empresarial lesiona su derecho fundamental,
con suficiencia para superar el umbral mínimo que torne verosímil su versión,
es decir, que permita presumir la discriminación alegada. Una vez alcanzada
dicha verosimilitud, imprescindible en el ámbito procesal en que se encauzara
la pretensión, habrá de ponderarse si el demandado asumió la finalidad de
desvirtuarla, a través del aporte de elementos aptos para corroborar que su
decisión rupturista obedeció a causales ajenas al derecho fundamental que se
imputa como lesionado” (CNAT Sala IX Expte n° 15443/06 sent. 14360 27/6/07
“Yacanto, Claudio c/ Radiotrónica de Argentina SA y otro s/ sumarísimo”; Expte
N° 27.987/09 Sent. Def. N° 92.820 del 19/10/2011 “Sosa, Mariela Agustina c/
Arte Radiotelevisivo Argentino S.A. s/despido”, del registro de esta Sala).

En la especie, se acreditó mediante prueba directa de la


trabajadora el trato discriminatorio y maltrato en razón del género que el
codemandado Vázquez le propició a la actora.

Así, y por los fundamentos hasta aquí expuestos, encuentro


acreditados los hechos afirmados en la demanda, relacionados al trato
discriminatorio, por lo que el agravio esgrimido por la apelante en este aspecto,
tendrá favorable acogida.

Si bien considero que no correspondería la reinstalación de la


actora, la conducta de la demandada provocó una afectación en la trabajadora,
que da pábulo a una condena por daño moral (distinta a la ya determinada por
el mobbing). Digo así, porque la ley 23.592 tiene previsto una condena por
daño moral la que habré de efectivizar en el caso, lo que no puede ser
considerado extra petitia, puesto que es fruto del iura novit curia.

Fecha de firma: 27/10/2016


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Al resultar el derecho conocido por todos, a la accionada no se


le ocultaba la posibilidad de condena por la ley 23.592.

Por ende, propongo modificar el fallo recurrido en este aspecto


y hacer lugar a dicha sanción. Así, auspicio condenar a Andreani Logística S.A.
y el codemandado Sr. Vázquez, a pagar al reclamante la suma de $100.000 en
concepto de daño moral por despido discriminatorio. Ello, dada la antigüedad
que detentaba en la empresa (casi 8 años), el alto cargo que tenía, y la
discriminación a la que se vio sometida, en la que no sólo consistió en
comentarios machistas, desprestigiando la condición de la mujer, sino también
que se le sacó tareas como referente y supervisora, dándosela a dos hombres
(Nicolás Coppola y Martín Iglesias).

VII.- Asimismo, el art. 1 de la ley 25.323, establece que “las


indemnizaciones previstas… art. 245… serán incrementadas al doble cuando
se trate de una relación laboral que al momento del despido… esté
registrada… de modo deficiente…”.

De lo analizado precedentemente, surge que la trabajadora


percibía sumas de dinero ($2.271,52) sin la debida registración, en concepto de
sumas “no remunerativas” de los rubros “Comidas” (4.1.12),” Viatico Especial
(4.1.13)”, “Adicional Especial Categ. No Rem” y “Asig extraordinaria No rem”.
En consecuencia, concluyo que resulta ajustado a derecho hacer lugar a la
indemnización establecida en el art. 1 de la ley 25.323, ya que procede la
reparación contemplada en dicha normativa, pues conforme todo lo expuesto,
quedó probado que la actora se encontraba registrada en forma incorrecta.

Por lo cual, auspicio modificar el fallo de anterior grado en este


punto, haciendo lugar a la multa del art. 1 de la ley 25.323.

VIII.- A esta altura del relato, se observa que para definir los
cálculos indemnizatorios, si bien no fue apelada la inclusión del SAC sobre la
base de cálculo de los arts. 80 y 245 de la L.C.T., estimo que corresponde
hacerlo oficiosamente, sin incurrir por ello en una extra petita (con respecto a
este tema, me remito a lo ya expresado en el punto V).

Respecto, del progreso del SAC sobre la indemnización por


antigüedad, cabe señalar que el aguinaldo es un décimo tercer sueldo que
percibe el trabajador, que en su calidad de tal, se va devengando
proporcionalmente todos los meses.

Entonces, en el mes en que se produce el despido, el


trabajador tiene derecho a percibir la suma del aguinaldo devengada hasta ese
momento. Y esta, precisamente, es la lógica del art. 245 de la LCT, que nos
habla del salario “devengado” y no percibido.

De manera que el Fallo Plenario nº 322 in re “Tulosai Alberto


Pacual c/ Banco Central de la República Argentina s/ ley 25.561” del 19 de
Fecha de firma: 27/10/2016
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noviembre de 2009, no solo omite la naturaleza del aguinaldo, sino el expreso


texto legal.

En consecuencia, no puedo seguir la doctrina del mismo, por


no compartirla en la inteligencia de la doctrina que es contraria a derecho, ya
explicada, y porque además no estoy obligada a hacerlo.

Ello, en razón de la afectación de la independencia judicial, en


donde los jueces sólo se encuentran atados a la Constitución Nacional, y a las
leyes con arreglo a la misma. Claramente, este no es el caso del artículo 303
del CPCCN, que prevé la vinculancia de los plenarios, colocando así a las
cámaras en el lugar del legislador, por lo que considero que esta norma es
inconstitucional.

Por otra parte, toda vez que la ley 26.853 en su artículo 12


dispone dejar sin efecto al artículo 303 del CPCCN, y siendo que la misma
establece su obligatoriedad de manera inmediata, lo que viene a sumarse su
carácter adjetivo de la misma, no existe más la contradicción constitucional.

En igual sentido, propicio adicionar el SAC sobre el art. 80.

IX.- Por todo lo hasta aquí expuesto, propicio adicionar al


monto de condena fijado en la sentencia recurrida ($ 104.733,44), la suma de $
4.738,02 (56.856,24 / 12) -S.A.C. s/ art. 245 L.C.T.- + $ 1.776,76 (21.321,09 /
12) + $56.856,24 (art. 1 ley 25.323) + $ 150.000 (200.000 – 50.000) – daño
moral por mobbing- + $100.000 (daño moral por trato discriminatorio), lo que
hace un capital total de $ 418.104,46.

Entonces, la demanda prospera por la suma total de


$418.104,46 (cuatrocientos dieciocho mil ciento cuatro pesos con cuarenta y
seis centavos), que deberá ser depositada en autos dentro del quinto día de
haber quedado firme la liquidación del artículo 132 de la L.O., con más un
interés que será determinado en el considerando X.

De dicha suma, $300.000 serán condenados en forma solidaria


el codemandado Vázquez (200.000, correspondiente al daño moral por
mobbing, y $100.000 del daño moral por trato discriminatorio).

X.- Las sumas del considerando IX, deberán ser abonadas, por
Andreani Logística S.A. y el codemandado Sr. Vázquez (cuya responsabilidad
asciende a $300.000), en el plazo y con más los intereses dispuestos por esta
Cámara en el Acta 2601 desde que cada suma es debida, hasta el 27-4-16. A
partir de allí, y hasta el efectivo, deberá emplearse la tasa establecida por el
Banco Nación del 47% anual (para préstamos personales libre destino, con un
plazo máximo de devolución de 36 meses).

Ello, ya que conforme establece el Acta 2630, la tasa de interés


establecida por el Acta 2601 es “inexistente”. Así, observo que el porcentaje
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para los préstamos personales para libre destino se elevó a un 47%, y el plazo
se redujo a 36 meses. Tras la nueva postura de la Cámara en el Acta 2630, la
cual establece, precisamente, una tasa también inexistente para las entidades
financieras, es mi criterio seguir aplicando lo que el Banco Nación mismo, en
cabal observación de la realidad económica considera pertinente, ello es, el
50% anual (préstamos personales libre destino, con un plazo máximo de
devolución de 36 meses).

Nótese que la entidad financiera cuenta con recursos más que


adecuados para fijar las tasas de interés, y no se ve por qué esta ha de ser
menor, cuando el acreedor no es precisamente un ente financiero, sino un
trabajador.

Por otro lado, debe procederse a realizar la actualización de los


créditos.

Esto último, puede inferirse del actual texto del art. 772 del
CCCN, que por los motivos ya analizados, resulta aplicable en el caso, el cual
en su primera parte dispone que “si la deuda consiste en cierto valor, el monto
resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar en
cuenta para la evaluación de la deuda…”.

Aclaro que resulta aplicable al caso, dicho articulado, toda vez


que la presente causa se resuelve en plena vigencia de dicho Código (1/8/15),
por lo que encuentro que el mismo le resulta aplicable en forma inmediata.

Recordemos que toda reforma adjetiva, debe ser aplicada tan


pronto como se convierta en derecho vigente, y por cierto, los Códigos no
constituyen ni más ni menos que la articulación adjetiva de los derechos
consagrados en la Constitución Nacional, es decir, que ellos mismos son
derecho adjetivo. La referida Constitución, se encuentra inscripta desde 1994,
en el paradigma constitucional de los Derechos Humanos Fundamentales (art.
75, inc. 22).

El mismo consagra, a través del artículo 2.1 del PIDESC, el


principio de progresividad, según el cual, todo Estado Parte “se compromete a
adoptar medidas, para lograr progresivamente, la plena efectividad de los
derechos aquí reconocidos”. Y por cierto, esta plena efectividad implica una
labor legislativa y judicial.

Así, en una interpretación auténtica, la Dra. Kemelmajer de


Carlucci ha sostenido que “la afirmación que la facultad judicial del iura novit
curia sólo alcanza al derecho vigente al momento de la traba de la litis quizás
no configure una falacia, pero ciertamente, no tiene respaldo; ya indiqué que
esa situación procesal (traba de la litis) no siempre agota una relación
sustancial; más aún, normalmente, no produce agotamiento, pues las figuras
procesales, sin que esto disminuya su importancia, son, por lo regular, un
instrumento para el ejercicio del derecho sustancial y, por lo tanto, no lo
Fecha de firma: 27/10/2016
Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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transforma ni modifica”. (Kemelmajer de Carlucci, Aida; “Nuevamente sobre la


aplicación del Código Civil y Comercial a las situaciones jurídicas existentes al
1º de agosto de 2015”, pub en La Ley, 2.6.15).

Si bien abrevo en este criterio, no dejo de advertir que las


relaciones que hoy se debaten en el Tribunal, siempre se encontraron
amparadas en el paradigma normativo de los Derechos Humanos
Fundamentales desde antes. Digo así, precisamente, por la vigencia del
esquema constitucional radicado desde 1994.

Tal es así, en cuanto a que esta interpretación es ajustada a la


racionalidad del sistema que hoy luce receptada en un código, que esta sala en
forma reiterada ha resuelto cuestiones en el mismo sentido que lo ordena el
código nuevo, simplemente por interpretar los principios derivados del
paradigma vigente.

Nótese, precisamente, que el art. 1º dedicado a las fuentes y


su aplicación, establece que los casos que rige el CC y C deben ser resueltos
según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional
y los Tratados de Derechos Humanos. Luego, su interpretación, no constituye
un tema menor, dado que el paradigma vigente alcanza plena operatividad en
el uso que hacen los operadores jurídicos del mismo.

En este mismo sentido, el Código Nuevo dispone, que la ley


debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las
leyes análogas, las disposiciones que surgen de los Tratados sobre Derechos
Humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo
el ordenamiento (destaco) <art. 2º>.

Este es el motivo por el cual, lo reitero, muchas de las


decisiones de esta Sala, precisamente por el respeto al paradigma normativo,
han anticipado las soluciones legales que hoy plasma el nuevo código, dado
que por vía de interpretación de los referidos principios y valores, era posible
llegar a iguales conclusiones.

La misma autora sostiene, al prologar la obra comentada de


Infojus que “precisamente el Código Civil y Comercial que entrará en vigencia
en agosto de 2015 pretende ser el factor de integración del conjunto de los
microsistemas del derecho privado. Dicho de otro modo, las fuentes dialogan;
las leyes especiales, los microsistemas, no existen en el aislamiento en el
vacío, sin interrelación alguna; al contrario, sin perjuicio de sus reglas
específicas, pueden acudir al CCyC como instrumento de integración al
sistema. Piénsese, por ejemplo, en los principios de buena fe, de interdicción
del abuso del derecho, del fraude a la ley y de la irrenunciabilidad anticipada y
general de los derechos (arts. 8/13), todos se aplican a estatutos cerrados,
como la Ley de Seguros, la Ley de Concursos, el Código de la Navegación, la
Ley del Ambiente, etc.”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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“Esa función de cohesión es posible, ciertamente, por la


incorporación expresa en el CCyC de los principios que emanan de la
Constitución Nacional y de los tratados internacionales de derechos humanos.”

“Claro está, que esta `nueva exégesis` se consolidará con el


auxilio de la jurisprudencia que se forjará al interpretar y aplicar sus
disposiciones. Cabe señalar que esa tarea ya ha empezado, desde que no
son pocos los jueces que invocan las nuevas normas como parte de la
motivación en la que fundan la solución a la que llegan en decisiones
anteriores a la entrada en vigencia del CCyC” (destaco).

En síntesis, concluyo que resultan aplicables al sub lite, las


disposiciones establecidas en el nuevo Código Civil y Comercial.

XI.- Sin perjuicio de ello, ya con el anterior código, sostuve en


relación a los conceptos de interés y actualización monetaria en los autos
“Sánchez, Javier Armando c. Cristem S.A. s/ Juicio Sumario” (Causa Nº
28.048/2011/CA1), registrada el 01/12/2014, que los mismos constituyen “un
fenómeno de la actualidad de orden económico que se impone, tiene efectos
sobre estos, los atraviesa, e inevitablemente entrecruza el análisis de estos
institutos”.

“Así, por la complejidad del tratamiento y para que los


afectados por el resultado de esta sentencia no se pierdan en el análisis, haré
breves enunciados previos que se desarrollarán en los posteriores
considerandos”.

“En este sentido, entiendo prioritario y elemental, aún


cuando pareciera no existir la necesidad del distingo por su obviedad, precisar,
desde el inicio que ambos institutos responden a necesidades diversas. Puesto
que, el interés responde a un efecto sancionatorio por la falta de pago
tempestivo de las sumas adeudadas, y la actualización pretende mantener el
valor adquisitivo del capital que por el transcurso del tiempo resultó afectado
por la depreciación monetaria”.

“Luego, en estos momentos no se puede soslayar el


tratamiento de la inflación como un hecho de la realidad que trasciende la
traba, y que por sus niveles, permanencia, y efectos, resulta ser el eje del
debate económico social –basta con observar los distintos medios de
comunicación-, instalándose como un hecho público y notorio”.

“Entre sus efectos, provoca que los intereses aplicados


en una tasa que no atiende esta realidad, no cumplan con su función
sancionatoria y admonitoria, por resultar irrisorios, y consecuentemente, no
satisfagan la función esperada por el derecho. Y en concreto, debemos
reflexionar, que esta situación habilita la aplicación de la nueva tasa de interés
(Acta 2601 de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo), en todos los
casos”.
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“A su vez, se amplía el marco del decisorio, dado que, si


la inflación es la base de la anterior reflexión, la actualización debe correr la
misma suerte, a fin de mantener ajustado el monto de condena. Viniendo a
sumarse a los argumentos que la suscripta, en el tema, viene manifestando
desde la década del noventa, siendo juez de la primera instancia, como
expresaré en detalle”.

“Estas reflexiones tendrán sustento en la realidad, que se


impone leída desde el marco teórico jurídico del paradigma vigente de los
Derechos Humanos Fundamentales. El mismo mantiene el reflector apuntando
a la efectividad del derecho, y a la mentada seguridad jurídica para TODOS
LOS HABITANTES”.

“Dado que, de otro modo, desde la justicia se terminaría


incentivando el incumplimiento del pago de un crédito alimentario en tiempo y
forma, fomentando la especulación financiera de un sector”.

“En consecuencia, anticipo que lo aquí justificado y


decidido será aplicado en todos los casos, haya o no pedido de parte, y en
cualquier etapa del proceso”.

“Con lo cual, ingresarán en el debate, necesariamente, en


el marco de la teoría general del derecho, y sea o no ajustado exclusivamente
al caso: el alcance de principios generales del proceso como el de
congruencia, el extra petita, la reformatio in pejus, y el iura novit curia”.

“Este último, que es la visión de la racionalidad del


sistema “todo”, es el que va a demostrar que no puede haber ni incongruencia,
ni extra petita, ni reformatio in pejus, cuando el ajuste del crédito por vía de
intereses y actualización, es una consecuencia necesaria de la inflación, que
constituye un hecho de público y notorio”.

“En tal sentido, y entrando de lleno en el análisis,


corresponde determinar en primer lugar, qué se entiende por interés, y qué
función cumple. En el punto, considero que la aplicación de intereses es
necesaria para reparar la falta de pago en tiempo oportuno en la que incurriera
la parte demandada, la cual, la gran mayoría de las veces, se encuentra en
mejores condiciones materiales. Mientras que, como reconocen los principios
fundamentales del derecho laboral, el trabajador está a la espera del cobro de
una suma de dinero con características alimentarias, en condiciones de
hiposuficiencia”.

“Cabe enfatizar, que precisamente el juez está obligado a


resolver conforme los principios de racionalidad, (apego al paradigma
normativo), y de razonabilidad (en el marco de la realidad). Asimismo, debe ser
previsible, todo lo cual hace a la seguridad jurídica (motivo por el cual memoro

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mi postura sobre el tema, sostenida desde hace muchos años, y no


abandonada al llegar a la Cámara)”.

“Por estas razones, el juzgador no puede desconocer los


datos de público y notorio (cuestiones del orden de la naturaleza, o sociales y/o
económicas, de macro impacto), porque en este caso, al ignorar la realidad
(razonabilidad), negaría la racionalidad. Como anticipara, este es el caso de la
inflación”.

“Es así que a fin de acreditar los efectos de la misma,


para una mayor claridad, realicé un gráfico con distintos índices. De tal suerte,
consideré los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC) –según: Página web INDEC-; el “índice Congreso” (IPC Congreso, el
que surge de un promedio simple entre los cálculos de consultoras privadas);
el índice de las Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores
Estables (RIPTE); y el índice que elabora la Cámara Argentina de la
Construcción (CAC, compuesto por el Costo de Construcción, de la mano de
obra y de los materiales) –según www.camarco.org.ar y
www.cifrasonline.com.ar/ cifras /index. Php / content / view/full/ 76/(offset)/cac
-”.

“Asimismo, cabe aclarar que se realizaron cálculos


cuatrimestrales para cada uno de dichos índices, sumando el porcentaje de la
variación mensual. A su vez, el índice RIPTE no se calculó en el segundo
cuatrimestre del año 2014, dado que la última publicación del mismo por parte
del Ministerio de Trabajo, fue realizada hasta junio 2014”.

“De lo investigado se observa, que el índice RIPTE en el


1º cuatrimestre del año 2012, alcanzó un incremento del 12,70%, mientras el
Instituto Nacional de Estadística y Censos, denunció que la suma ascendió a
3,30% (superando el primero 3,85 veces). Por otro lado, en el 2º cuatrimestre
del año 2012, el índice CAC aumentó un 12,30%, en cambió el INDEC
denunció que la inflación para ese período fue del 3,20% (siendo el índice que
elabora la Cámara Argentina de la Construcción 3,84 veces superior). Por
último, el IPC Congreso para el 1º cuatrimestre del año 2014 indicó que la
inflación aumentó un 14,99%, mientras que el Instituto Nacional de Estadística
y Censos publicó que fue de 11,50%”.

“También corresponde precisar, que en el gráfico existen


descensos del porcentaje de variación de la inflación, por ejemplo el índice
RIPTE en el 1º cuatrimestre del año 2012 fue de 12,70%, y en el 2º
cuatrimestre del mismo año, fue de 8%, sin embargo de modo alguno significa
que no hubo inflación, sino que el porcentaje decreció en una medida que
confirma el efecto reseñado supra”.

“En general, a través de los gráficos de las fojas


subsiguientes, al mostrar los análisis en comparación, puede observarse la
tendencia de las variaciones, es decir, la manera en que éstas se fueron
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sucediendo, una en comparación con la anterior, en tanto el nivel de variación


de los precios mostrará una tendencia hacia arriba más o menos marcada”.

1º 1º 3º 1º 2º 3º 1º
2º 3º 2º 2º
Cuatr Cuatri Cuatri Cuatri Cuatri Cuatri Cuatri
Cuatri Cuatri Cuatri Cuatri.
i. . . . . . .
. 2011 . 2011 .2012 2014
2011 2012 2012 2013 2013 2013 2014
$103, $106, $109, $112, $116, $120, $124, $128, $133, $148, $156,4
Indec
00 09 06 66 26 45 06 03 16 47 9
IPC $106, $113, $121, $130, $139, $150, $160, $174, $191, $219, $241,1
Congreso 49 40 02 73 89 61 95 09 31 98 0
$111, $124, $134, $152, $164, $176, $192, $207, $219, $253,
RIPTE
70 77 88 00 16 81 54 75 80 65
$106, $113, $120, $127, $145, $151, $161, $181, $195, $230, $252,5
CAC
70 85 11 72 64 51 87 78 52 32 1

“Dicha variación, también puede advertirse en el cuadro


que antecede, aplicando ese porcentaje de variación a un precio hipotético,
cuyo valor inicial era $ 100. La tasa de cambio del precio siempre exhibe una
tendencia hacia arriba, lo cual indica una suba de los precios en todos los
periodos computados. Entonces, lo que se observa es cómo el precio de este
“producto” fue elevándose progresivamente, hasta alcanzar cierto valor total
para el segundo cuatrimestre de 2014 (con excepción del índice RIPTE). Por
ello, el precio total al que se arriba tras la aplicación de los diferentes índices,
constituye un valor total de pago, y no un porcentaje de variación, como en el
gráfico anterior”.

“Con lo cual, cabe concluir, que aún cuando los


porcentuales según los índices reseñados, varían entre sí (sin entrar a evaluar
la veracidad de uno u otro en sí mismo), lo que aquí interesa es que todos, en
mayor o menor medida, con concuerdan en que existe la inflación. Obsérvese
que tomando únicamente el registro oficial (INDEC), nos encontramos por
sobre el nivel cero, en una medida relevante a nivel de consumo diario, para el
bolsillo de un trabajador”.

“Así se desprende, de todos los datos recogidos, la


evidencia de la inflación que se vive, la cual el juez no puede desconocer a la
hora de utilizar las herramientas necesarias para preservar el crédito del
trabajador. Máxime, cuando los juzgadores mismos ven la afectación del
salario con la simple operación de hacer las compras, realidad de la que nadie
escapa”.

“Por todo lo dicho, entiendo que el fenómeno de la


inflación debe ser tenido como un hecho de público y notorio por la suscripta,
para que la resolución pueda entenderse ajustada a derecho”.

“Obsérvese, que la CSJN misma, ha entendido que la


depreciación monetaria debe ser entendida como un hecho público y notorio:
“Las variaciones del valor de la moneda, lo que por otro lado es público y
notorio y se refleja con asiduidad en los valores de las cosas, son valores
venales que sufren, desde hace largo lapso, fuertes alteraciones. De ello
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resulta el grave deterioro en la remuneración real recibida por los señores


jueces ya que el envilecimiento del signo monetario disminuye notablemente el
poder adquisitivo de una cantidad; de aquí pues que para compensar el mayor
valor de las cosas sea necesario recibir una mayor retribución (A. 302. XXII;
“Almeida Hansen, Jorge A. c/ Estado Nacional (Ministerio de Educa- ción y
Justicia) s/ amparo”, 28-03-1990,T. 313, P. 344)”.

“A su vez, el tribunal superior ha manifestado que, si un


acontecimiento es de público y notorio conocimiento “los jueces no deben
sustraerse porque integra la verdad jurídica objetiva” (C. 2002. XXXII.; Chubut,
Provincia del c/ Centrales Térmicas Patagónicas S.A. s/ sumario.07-12-2001T.
324, P. 4199); “ya que sus sentencias han de ceñirse a las circunstancias
dadas cuando se dictan, aunque sean sobrevinientes al recurso extraordinario,
pues la subsistencia de los requisitos jurisdiccionales es comprobable de oficio
y su desaparición importa la del poder de juzgar”( P. 679. XLVIII; REX04-09-
2012)”.

“Actualmente, la Sala III de la Cámara de Apelación


Penal de Santa Fe, también trabajó el concepto, y en un caso sobre la fuga del
imputado y su repercusión en los medios, expresó que: “Cuando un hecho es
público y notorio no necesita de pruebas” (http:/
/www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/07/30/sucesos/SUCE-02.html)”.

“Y si bien es cierto lo que expresa esta última


jurisprudencia, creo necesario exhibir las planillas invocadas precedentemente,
de manera de sumar a pesar de no ser necesario por lo evidente del hecho,
una prueba directa. Veamos”.

“A la expresividad de estos gráficos, sobre la notoria


variación en los precios, también fue destacada en un trabajo publicado por el
Dr. Pascual Antonio Finelli, Secretario Académico del Colegio de Abogados de
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La Matanza, titulado “Irrazonabilidad de la jurisprudencia de la Suprema Corte


de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, sentada en los autos “Abraham”,
por la que declarara la inconstitucionalidad de la ley 14.399, y mantuvo la
aplicación de la tasa pasiva a los créditos laborales” (http:// www. calm. org.ar/
default. asp?p =nuevo)”.

“En el mencionado trabajo de investigación, del cual


recomendamos su lectura, realizó una serie de comparaciones numéricas en
las cuales, la tasa pasiva era muy inferior al fenómeno inflacionario. Consideró
distintas variables, a modo de ejemplo, la variación –ascendente- de los
salarios de los propios jueces del tribunal superior de la provincia, desde el
01/03/2012 hasta el 01/09/2014”.

“Como conclusión, sostuvo que “la decisión de la SCJBA


se aparta llana y concretamente de toda pauta que tenga por fin, resarcir y
restituir al trabajador y, eventualmente, a sus derechohabientes, del daño que
sufrió como consecuencia del incumplimiento del empleador… lo único que
fomenta es… el incumplimiento y la especulación financiera por parte de
los deudores” (destacado, me pertenece)”.

“Los dichos del Dr. Finelli, si bien refieren a un criterio


judicial diverso, cual el de la SCBA, enrolada en la tasa pasiva –situación
mucho más gravosa que la de la justicia nacional-, también resultan de utilidad
para justificar aquí, no sólo la modificación del índice de interés a aplicar, sino
también su uso en todos los casos. Ello, so pena de discriminación, dado lo
público y notorio del desfasaje económico, que deja al salario, y en su
consecuencia a las indemnizaciones, fuera del poder adquisitivo del trabajador
que, para más, en la mayoría de los casos, ha perdido su trabajo y/o se
encuentra discapacitado”.

“Definitivamente, en un análisis lógicamente vinculado,


entre inflación e intereses, resulta necesario que por efecto de la primera, al
llegar a cierto nivel detectable en lo cotidiano, se retoquen los segundos, y que
modificando estos últimos, también deba incluirse la primera”.

“Por tales circunstancias, es que la jurisprudencia,


adaptándose a la realidad, ha ido contemplando e introduciendo, el concepto
de diferentes tasas de interés, puesto que el retardo injustificado e imputable
al deudor en el incumplimiento de las obligaciones, las desajusta por el efecto
inflacionario, si no se lo repara”.

“En este mismo sentido, es trascendente a estos efectos,


la mencionada Acta nº 2601, mediante la cual esta misma cámara, el 21 de
mayo del corriente año, entendió necesario elevar la tasa de interés, como
reconocimiento de la inflación por la que se atraviesa, y que tal realidad debió
ser atendida por los jueces que la componen”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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“Precisamente, y haciendo un poco de historia, a fin de


entender profundamente la situación, vale mostrar que los vaivenes de la
inflación históricamente tuvieron implicancia en las decisiones del órgano.
Cabe rememorar que en 1991, cuando se adoptó la convertibilidad y se eliminó
la indexación hasta entonces vigente, esta Cámara, dictó la Resolución Nº
6/91, del 10/4/91, cuyo artículo 6° establecía: "Sin perjuicio de la tasa aplicable
hasta el 31 de marzo de 1991 sobre créditos indexados, a partir del 1° de abril
de 1991 se aplicará la tasa de interés que resulte del promedio mensual de la
tasa activa aplicada por el Banco de la Nación Argentina para operaciones
corrientes de descuento de documentos comerciales, según el cálculo que será
difundido por la Prosecretaría General de la Cámara. Para las fracciones del
período mensual que se halle en curso, se aplicará el promedio del mes
anterior".

“Luego, a partir del dictamen de la Corte Suprema de


Justicia en el fallo "López, Antonio Manuel c/Explotación Pesquera de la
Patagonia S.A.", esta Cámara adaptó el anterior criterio y sustituyó la tasa
activa por la pasiva (Acta 2.100 del 24/6/92)”.

“Pero a partir del fallo "Banco Sudameris c/Belcam S.A. y


otro", también dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 17/5/94,
se acordó, mediante acta 2.155 del 9/6/94, dejar sin efecto el punto 6º de la
Resolución 6/91, así como su modificación por acta 2.106; y se dispusieron
tasas de interés fijas para períodos sucesivos, la última de las cuales era del
12% anual”.

“Dicho compromiso, “del que no quedó constancia escrita


porque carecía de obligatoriedad jurídica, rigió en gran medida las decisiones
de esta Cámara en ese entonces” (según texto Acta CNAT N° 2.357)”.

“En atención a ello, en la actualidad, se decidió que


resultaba necesario tomar explícitamente una nueva posición, que
exteriorizase el criterio que la Cámara adoptaba, a fin de hacer frente a las
nuevas circunstancias”.

“Así, se acordó mediante el acta 2.357, que, “sin perjuicio


de la tasa aplicable hasta el 31 de diciembre de 2001, a partir del 1° de enero
de 2002 se aplicaría la tasa de interés que resulte del promedio mensual de la
tasa activa fijada por el Banco de la Nación Argentina para el otorgamiento de
préstamos”.

“Dicha tasa, como manifestó ésta Cámara, resultaba “la


más apropiada para su aplicación a los créditos judiciales, ya que equivalía, al
menos aproximadamente, al costo que el acreedor impago debería afrontar
para obtener, en el momento del vencimiento de la obligación, el monto que el
deudor moroso hubiese retenido, a la vez que ponía en cabeza del deudor la
responsabilidad por el resarcimiento de aquel costo, sea este real o
equivalente en términos de postergación de consumos o privaciones en que el
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acreedor hubiese debido incurrir para hacer frente a la falta de pago oportuno
de su crédito”.

“Ahora bien, esta situación ya cambió hace mucho


tiempo, y después de un período de contención de la inflación, hemos sufrido
varios impactos rebotando en la actualidad, en términos que pueden calificarse
de "altos", según la mayoría de los criterios académicos que se puedan
considerar, pero sobre todo según el sentido común, de quien cotidianamente
adquiere insumos para el hogar”.

“En consecuencia, las condiciones tenidas en cuenta al


momento de dictar dicha acta, ya no son las mismas”.

“Esta circunstancia, de notorio y público conocimiento,


como se anticipara, llevó a que el 21-05-2014, esta Cámara acordase el acta
Nro. 2.601, la cual dispone “la aplicación de una tasa de interés nominal anual
para préstamos personales libres, destino del Banco Nación, para un plazo de
49 a 60 meses”.

“Si bien se convino que dicha acta “comience a regir


desde que cada suma es debida, respecto de las causas que se encuentran
sin sentencia”, resulta evidente en el estado de la realidad, que entiendo que
para los juicios que están en cualquier estado del proceso, inclusive los que se
encuentran en etapa de ejecución, también debe ser aplicable. Ello, en un
nuevo análisis del tema, realizado en su momento en los autos “González
Florentino Oscar C/ FGC Construcciones SRL y Otros S/ Accidente – Acción
Civil” S.D. Nº 94.068 del 30/06/2014, arribo al precedente criterio ante la
mutación de la realidad”.

“Ello, ya que la normativa, como fuera mencionado en su


momento por la Cámara, al dictar el acta 2.357, tiene como finalidad
compensar “la postergación de consumos o privaciones en que el acreedor
hubiese debido incurrir para hacer frente a la falta de pago oportuno de su
crédito”.

“En efecto, “el problema no está en los intereses, sino en


la desvalorización de la moneda, lo que implica la variación de la regla con que
se mide la reparación. La cuestión de los intereses es un mero accesorio,
tendiente a reparar lo que no se puede resguardar de otro modo, porque el
legislador prefiere no asumir los datos de la realidad. Lo que está en juego no
es pues, en definitiva la necesidad de una doctrina legal única, sino, sobre
todo, una necesidad de una doctrina legal que asuma la realidad del deterioro
monetario”- (Punte, Roberto Antonio , comentario a fallo dictado por la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala B ~ 2011-11-29 ~ Pereyra Sergio
Horacio c. Hospital Cosme Argerich y otros s/daños y perjuicios - La Ley
17/04/2012, 4, La Ley 2012-B, 581)”.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA

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Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional
Poder Judicial de la Nación-
Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.

“Finalmente, cabe rememorar que, la lógica del hecho


público y notorio de la inflación, se encuentra en la base de una decisión de
esta misma Cámara, cuando se encontraba vigente ley 24.283 (B.O. 21.12.93),
conocida como la Ley Martínez Raymonda. Pero en este caso, para reducir el
crédito de la parte actora. Así, ante el pedido de las empleadoras de que en
plena etapa de ejecución, se hiciera una adecuación indemnizatoria, en base a
lo que cobraría al tiempo de la liquidación un trabajador de la misma categoría,
antigüedad y condiciones, comparándolo con el resultado que se arrojaba en
favor del que había tenido sentencia favorable, la Cámara propició tal solicitud.
Así, se comenzó a abrir a prueba en etapa de ejecución, para que los
demandados no terminasen pagando sumas exorbitantes”.

“Entonces, cabe reiterar que no se incurre ni en aparente


discrecionalidad ni en arbitrariedad manifiesta al modificar la tasa de interés,
sino que la obligación de un juzgador, consiste en el respeto al derecho todo,
de conformidad con sus reglas jerárquicas. Hoy en día, regidas en particular
por los principios normativos del paradigma de los Derechos Humanos
Fundamentales (derecho vigente, aunque pueda no compartirse, ver la
salvedad formulada en la columna de opinión titulada “Criticar la Constitución”,
Diario La Ley, 19/11/2014, con lo que no concuerdo, si de verdad nos
queremos alejar de un mero emotivismo, realizando por el contrario una
aplicación racional de las normas, ver en el punto “El conflictivismo en los
Derechos Fundamentales”, Juan Cianciardo, Buenos Aires, 2006,
www.austral .edu.ar. Ver asimismo, “Principios de derecho y discrecionalidad
judicial”; Guastini, Riccardo,
file:///C:/Users/27124124226/Downloads/DialnetPrincipiosDeDerechoYDiscreci
onalidadJudicial-174776.pdf)”.

“Nada de lo cual puede ni “debe” hacer el juzgador por


fuera del imperativo marco de la realidad, es decir, la racionalidad en un par
con la razonabilidad, en un juicio de proporcionalidad (ver entre otros “Los
derechos fundamentales y el principio de proporcionalidad”, Robert Alexy,
Revista española de derecho constitucional, ISSN, 0211-5743, Año nº 31, Nº
91, 2011, pág. 11-29; “Entre arbitrariedad y razonabilidad. Hacia una teoría
crítica del neoconstitucionalismo”, Massimo Cuono, Università di Sassari,
EUNOMÍA. Nº 3, Septiembre 2012-febrero 2013, pp 44-60, ISSN 2253-6655)”.

“Como se advertirá más abajo, la racionalidad al


momento de decidir implica emplear el marco normativo de un modo integral,
es decir, respetando la prelación de derechos constitucionales y
convencionales que indica el referido paradigma, haciendo que dichos
derechos gocen de una efectividad plena, no solo al momento de dictar, sino
también de ejecutar la sentencia. Este es el aspecto central del paradigma de
los DDHHFF, y es allí cuando se observa, si logra reflejar en los hechos
aquello que se alega en la teoría”.

“Asimismo, súmese como argumento justificativo de la


aplicabilidad inmediata e indiscriminada por el carácter adjetivo de lo dispuesto,
Fecha de firma: 27/10/2016
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y porque se trata de mejoras en la situación del trabajador, por imperio del


artículo 9 de la LCT y del principio de progresividad”.

“Como consecuencia de todo lo dicho, y teniendo en


cuenta los efectos de la referida inflación, el incumplimiento de una obligación,
tiene que ser castigado más duramente. Ello, puesto que de otro modo, se
transformaría en un negocio, afectándose directamente el derecho de
propiedad del trabajador, que recalco, se encuentra en una situación más
desventajosa”.

“Propicio de tal suerte, emplear en todos los casos, la


tasa de interés nominal anual para préstamos personales libres destino del
Banco Nación, para un plazo de 49 a 60 meses (conf. Acta de ésta Cámara
Nro. 2.601, del 21-05-2014), desde la exigibilidad del crédito, hasta su efectivo
pago”.

“En atención a todo lo manifestado, entiendo que la


aplicación de la tasa de interés dispuesta por el acta mencionada, para todos
los casos a resolver, no afectaría los efectos de la cosa juzgada ni dejaría en
estado de indefensión al deudor, sino que simplemente adecuaría las
consecuencias del pronunciamiento al contexto actual”.

“Por lo que, esta decisión, como lo adelanté en la


introducción del tema, me pone en la situación de abordar, desde una visión
estructural, algunos principios generales del derecho que podrían entenderse
comprendidos: el de congruencia, el extra petita, la reformatio in pejus, y el iura
novit curia”.

“Así, considero que lo resuelto no importa la violación del


principio de congruencia. Lo entiendo de este modo, puesto que las decisiones
del sentenciante no pueden hacer oídos sordos a la realidad en la cual se
enmarca el proceso en su conjunto, y la traba de la litis en particular. En base
al Principio de la Realidad no puede el juez ceder nunca ante una pretendida
seguridad jurídica, que arrojara a un resultado final técnicamente “injusto”,
puesto que inclusive dicha seguridad, para subsistir, debe funcionar en el
contexto de los hechos: en la realidad misma”.

“Por lo tanto, si los hechos de la traba de la litis se vieron


afectados por los hechos y plataforma material de la realidad general, como se
observara anteriormente por la gran inflación, el juez debe tenerlos en cuenta a
la hora de fallar, y de dictar resoluciones aún posteriores a la sentencia misma,
sin poder pretender “pensar el caso”, H bajo un status quo económico- social
idéntico, cuando ya no existe”.echos de
la Traba
B: TIEMPO
de la Litis
“Grafiquemos la idea”: CRISTALIZADO

Hechos
Fecha de firma: 27/10/2016 y plataforma
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Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA material de la A: TIEMPO EN
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Firmado por: SILVIA SUSANA SANTOS, SECRETARIA Realidad DEVENIR

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“Aquí vemos claramente, cómo los hechos del caso,


están subsumidos en una realidad mayor, que funcionará como el soporte de
toda reflexión. En la misma, el derecho supone ciertas constantes entre las que
también está la variabilidad”.

“Esto le permite crear institutos universales. Por dar un


ejemplo, las rebeldías. Cuando alguien no se presenta a estar a derecho,
existe la suposición de que no desea ser hallado, y en consecuencia, se
considera ficcionalmente, que los hechos, sucedieron como el demandante los
afirmó”.

“¿Podría entonces tenerse por cierto cualquier dato de la


demanda? No, si se trata de algo que va contra la regularidad de la naturaleza
(por ejemplo que trabajó 24 hs. seguidas todos los días, durante un año), o de
algo que por ser público y notorio el juez no pueda desconocer. Así, aparecen
factores mudables y otros constantes, a lo que la justicia no puede ser ciega”.

“Al dictarse la sentencia, se “cristaliza” un pasado (B.


TIEMPO CRISTALIZADO). Ese tiempo ya no transcurre. Pero la realidad
durante la que se desarrolla el proceso, sigue deviniendo, resultando
vulnerable a vaivenes de todo tipo (A. TIEMPO EN DEVENIR)”.

“Con lo cual, la realidad socio-económica y la naturaleza


misma, son factores mudables, que el juez siempre debe tener en cuenta,
porque la variación en si misma, “es” una constante”.

“Cabe reflexionar, que un tsunami, o un terremoto por


ejemplo, que afectasen gravemente la economía, podrían eventualmente
justificar una corrección de las condenas “en favor de los empleadores”, que de
otro modo no pudieran seguir adelante”.

“De modo que a su vez, en una base macro (reflejada en


el gráfico mediante el círculo más amplio), que contiene a los hechos de la
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traba, (aspecto micro, el que aparece en el dibujo como la esfera más


pequeña), puede haber variaciones naturales o sociales, que impongan al juez
advertir cómo lo macro incide en lo micro, en calidad de hecho público y
notorio, durante TODO el proceso”.

“¿Cuál es la medida de esa variación que justificaría la


intervención del juez, aun sin pedido de parte, y en cualquier etapa del
proceso? Pues bien, para ello no hay pautas objetivas preestablecidas (lo que
no implica que no las pueda haber en el futuro), de modo que se impone un
análisis como el precedente, demostrativo en el tema que nos convoca, de la
afectación general del salario, y su marcada pérdida de poder adquisitivo. Será
este, además, un juicio de proporcionalidad o de razonabilidad (Juan
Cianciardo. 2009. "El Principio de Proporcionalidad: sus dimensiones y límites"
Disponible en: http://works.bepress.com/juan_cianciardo/)”.

“Justamente, recordemos en este punto a los romanos,


quienes le dieron basamento al derecho desde el sentido común”.

“En este orden de ideas, la racionalidad del sistema


recoge esta versión. El art. 277 del CPCCN expresa que “el Tribunal, no podrá
fallar sobre capítulos no propuestos a la decisión del juez de primera instancia.
No obstante, deberá resolver sobre los intereses y daños y perjuicios, u otras
cuestiones derivadas de hechos posteriores a la sentencia de primera
instancia”.

“Dicho articulado, como expone el Dr. Enrique Néstor


Arias Gibert “faculta a los tribunales de alzada la consideración de hechos
posteriores a la sentencia definitiva, dentro de los cuales se encuentra el
tratamiento de los intereses, materia que puede y debe ser analizada por el
tribunal de alzada, sobre todo teniendo en cuenta la motivación del acta CNAT
2.601”.

“Ello en modo alguno implica afectar el principio de


congruencia pues la determinación de los intereses constituye materia
aplicable de oficio, aun en caso de falta de petición expresa por lo normado en
el ámbito general de las obligaciones por los artículos 519, 508 y 511 del
Código Civil y, en el ámbito de los hechos ilícitos por la norma del artículo
1.069 del Código Civil, por lo que la falta de petición específica del tipo de
interés en la demanda, a fortiori, no importa incongruencia en el tratamiento por
los tribunales”. “Tampoco afecta la cosa juzgada pues el hecho sobreviniente
no está comprendido en ella como lo recepta expresamente el artículo 277
CPCCN” (Sala V- Expte. nº CNT 43.382/2010/CA1- “Mendel Marta Graciela C/
HSBC La Buenos Aires Seguros SA Dra. Cristina Elizabeth Rohr S/ Diferencias
De Salarios”, del 19-9-2014, en minoría)”.

“Además, tampoco se podría sostener que se incurre en


una reformatio in pejus. Ello, porque entre la jerarquía de valores (afectación
de la seguridad jurídica, o la afectación social, como es el caso de un hecho de
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público y notorio), el in pejus, tiene que ceder para mantener constante el valor
indemnizatorio”.

“Finalmente, es necesario, según los supuestos fácticos y


jurídicos del caso, que deba ser tenido en cuenta el principio iura novit curia,
receptado por los arts. 34 inc. 4º, y 163 inc.6º del C.P.C.C., que impone al juez
la obligación de aplicar el marco completo del derecho vigente, adecuándolo al
caso particular, y teniendo en vista los principios generales que rigen el
paradigma de los Derechos Humanos Fundamentales”.

“Ello nos lleva indeclinablemente a recordar, cuál es la


función del juzgador. Y esta es, sustentar la primacía de la ley fundamental de
la Nación con todas sus garantías materiales. Entre ellas, el derecho de
defensa en juicio, que implica tanto el acceso a la justicia para el que reclama
(lo que incluye también la realización efectiva de las sentencias), cuanto la
plenitud de defensa para el que contesta”.

“No debiendo incurrirse en la consabida confusión por vía


interpretativa, en donde al tiempo de atender cuestiones de tipo adjetivo (entre
muchas otras, y en lo que aquí interesa, medidas cautelares, extensiones de
condena en etapa de ejecución, carácter, oportunidad y medida de los
intereses, etc.), las normas sustantivas que sirvieron de necesario basamento
a la sentencia enmarcadas en el nuevo paradigma, son frustradas al tiempo de
efectivizar el decisorio. Este efecto retrógrado se logra leyendo lo adjetivo
desde la jerarquía de valores de dos paradigmas más atrás: el del derecho
clásico. Esto lleva a la nociva consecuencia, en relación con el tema en debate,
de que solo se defienda un patrimonio: el deudor, y no el del acreedor, sujeto
especialmente protegido”.

“De modo que no es conforme a derecho que uno sea el


paradigma vigente, en un nivel cuasi exclusivamente teórico, y otro el de su
interpretación cuando de la bajada práctica hacia la realidad se trate ("Los
Paradigmas normativos e interpretativos: relojes que suelen atrasar", Revista
Spes Nro: 34,octubre 2012)”.

“La identificación correcta del derecho vigente por parte


del juzgador (ver “El Digesto Jurídico Argentino y el Derecho del Trabajo”, El
Digesto Jurídico Argentino Suplemento Especial, Editorial Erreius, pág. 45),
brinda la garantía de que aunque uno u otro, funden equivocadamente el
derecho, y aún de modo insuficiente, sea el juez el encargado de corregirlo
mediante su obligación de ejercer el iura novit curia. Ello, sin desvirtuar el
soporte fáctico sobre el cual las partes han desplegado sus argumentos, y
ofrecido prueba. Precisamente, ese soporte fáctico, también supone una
realidad de base que, como ya manifesté, sigue transcurriendo durante el
proceso judicial, que no debe ser ignorada en beneficio de todas las partes del
proceso”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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“Asimismo, tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la


Nación, que el Juez está facultado a aplicar el derecho que regula la situación
fáctica que, denunciada por las partes, deviene acreditada en la causa. Ello,
con prescindencia de las afirmaciones o argumentaciones de orden legal,
formuladas por los litigantes, e independientemente del encuadre jurídico que
ellos asignen a sus relaciones (CSJN G. 619-XXII, en autos “Gaspar, Rodolfo y
otros c/ SEGBA SA”, sentencia Nº 92.515 del 19.4.11, en autos “Castro
Sebastián Marcelo c/ La Segunda ART SA s/ accidente-acción civil”, del
registro de esta Sala). Criterio que también he sostenido como Juez de primera
instancia (conf. sentencia definitiva Nº 2.834, del 9/12/10, en autos
“Monteagudo Barro, Norberto Constantino c/ Banco Central de la República
Argentina s/ reincorporación”, del registro del Juzgado Nacional de Primera
Instancia del Trabajo Nº 74)”.

“En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la


Nación, también ha dicho que, “sostener, como fundamento del rechazo, un
erróneo encuadramiento legal del reclamo (…), importa soslayar que los jueces
tienen no sólo la facultad, sino también el deber de discurrir los conflictos y
dirimirlos según el derecho aplicable, calificando autónomamente la realidad
fáctica y subsumiéndola en las normas jurídicas con prescindencia de los
fundamentos que enuncian las partes” (fallos: 324:2946 y sentencia del 2 de
Marzo de 2011, S.C. G Nº134, L. XIV, in re “Guerrero Estela Mónica, por sí y
por sus hijos menores c/ Insegna, Rubén s/ muerte por accidente de trabajo”)”.

“En el punto, debo recordar que la finalidad del derecho


del trabajo, consiste en procurar el respeto por la dignidad del hombre que
trabaja, que facilite el ejercicio de su actividad (art. 14 bis C.N.)”.

“Por todo ello, entiendo que la tasa de interés, mal podría


castigar útilmente la mora, desalentando su perpetuación, si con el tipo interés
que se emplee, por efecto de la inflación, se evapora su relevancia. Por ello, se
hace forzoso aplicar la nueva tasa de interés en toda oportunidad, tanto en
etapa de conocimiento cuanto en etapa de ejecución, ya que si, como se
mencionó en el caso de la Ley 24.283, se ha verificado la hipótesis de que, ya
existiendo cosa juzgada, se alterara el crédito del trabajador en su perjuicio,
tanto más podrá hacerse este proceso en su favor, en el marco del paradigma
vigente de los Derechos Humanos Fundamentales, donde éste constituye un
sujeto de preferente tutela, “Señor de todos los mercados”, conforme “Vizzoti”.

“Ahora sí, y en virtud de lo referido precedentemente, no


cabe duda de que la suscripta considera procedente la actualización del capital
también en todos los casos”.

“Cabe tener presente, que este criterio de la


actualización, lo vengo sosteniendo hace tiempo junto al Dr. Capón Filas en el
sentido de que ambos, hemos declarado la imperiosa necesidad de actualizar
los créditos salariales. (Ver, por ejemplo, ("Larotonda, Sergio Bruno c/ Del
Campo Materiales SRL y otros s/ despido", sentencia nº 1881, del 22 de
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octubre de 2003; “Paz, María Isabel c/ Met AFJP S.A. s/ despido”, sentencia nº
2422, del 30 de octubre de 2007; o “Gutiérrez, Edgardo David c/ Labora S.A. s/
despido”, sentencia nº 2454, del 18 de marzo de 2008, entre muchas otras,
todas del juzgado 74, en mi labor como juez de primera instancia; o “Santucho,
Sergio del Valle c/ Castagnola, Pablo Daniel s/ despido”, Sentencia nº 93533,
del 22 de mayo de 2013; “Leguizamón Ricardo Hernán c/ R. Carpaccio S.R.L.
s/ despido”, sentencia nº 93.570, del 31 de marzo de 2013, entre muchas otras,
todas del registro de esta sala)”.

“Por ello, apoyando esta tesitura, se ha sostenido que


"derogada la Ley 23.928, en lo vinculado con la paridad cambiaria y generado
un aumento del costo de la vida, según parámetros que serán utilizados entre
otros aspectos para el pago de las obligaciones de los deudores del sistema
financiero, aparece como irrazonable que el trabajador, sujeto
constitucionalmente protegido, se encuentre desguarnecido frente al
envilecimiento del dinero por una mera prohibición legal, que a todas luces
aparece como irrazonable y violatoria del derecho de propiedad y de
justamente garantizar lo que pretendía la ley de convertibilidad y sus decretos
reglamentarios: ¨mantener incólume el contenido de la pretensión¨ (Cámara del
Trabajo de Córdoba, Sala X, sentencia del 22 de marzo de 2002, in re
"Rodríguez, Pedro E. c/ Carlos A. Meana y otro s/ demanda").

“De hecho, que el art. 276 de la L.C.T., aun cuando se


encuentra derogado tácitamente por la Ley 23.928, muestra la lógica en el
legislador sobre la necesidad de actualizar los montos laborales, puesto
determina que “los créditos provenientes de las relaciones individuales de
trabajo, serán actualizados, cuando resulten afectados por la depreciación
monetaria, teniendo en cuenta la variación que experimente el índice de los
precios al consumidor en la Capital Federal, desde la fecha en que debieron
haberse abonado hasta el momento del efectivo pago. Dicha actualización será
aplicada por los jueces o por la autoridad administrativa de aplicación de oficio
o a petición de parte incluso en los casos de concurso del deudor, así como
también, después de la declaración de quiebra”.

“Asimismo, y como ha quedado claro con la aplicación del


RIPTE según dispone la ley 26.773, el propio legislador hoy ha decidido así”.

“Otro tanto, ha hecho al establecer en la Ley 26.844,


sobre el “Régimen Especial del Contrato de Trabajo para el Personal de Casas
Particulares” (pub en B.O. el 12/4/13), la forma en que se actualizarán los
salarios y cuál será la tasa aplicable. En efecto, en su artículo 70 dispone que
“los créditos demandados provenientes de las relaciones laborales reguladas
por la presente ley, en caso de prosperar las acciones intentadas, deberán
mantener su valor conforme lo establezca el Tribunal competente, desde que
cada suma es debida y hasta la fecha de su efectiva y total cancelación”.

“Y agrego, también ha contemplado la realidad


inflacionaria la CNAT con la modificación del Acta Nro. 2.601, del 21-05-2014,
Fecha de firma: 27/10/2016
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de la C.N.A.T. según la cual se elevó la tasa de interés aplicable, como


extensamente ha sido reseñado ut supra”.

“Con lo cual, el círculo se cierra en donde empezamos.


Claramente, tanto los legisladores, como los jueces realizaron las tres
modificaciones (Ley 26.773, Ley 26.844, y Acta Nro. 2.601), reconociendo
implícitamente a la inflación como un hecho de público y notorio. Esto es, un
dato de la realidad que no pudieron desoír en lo macro, y que la suscripta no
desoirá en el análisis micro de cada una de las sentencias que deba dictar”.

“Para así resolver, corresponde declarar, según el caso,


aún de oficio, la inconstitucionalidad del artículo 4º de la ley 25561”.

“Precisamente, por imperio de la misma realidad que he


tenido en cuenta para resolver el fondo de la cuestión, es que declaro la
inconstitucionalidad de marras e impongo el índice de actualización que se
indicará”.

Con respecto a las inconstitucionalidades de oficio, me remito


al punto II.

En consecuencia, aplicando lo reseñado precedentemente a


autos, propicio emplear la tasa de interés nominal anual para préstamos
personales libres destino del Banco Nación, para un plazo de 49 a 60 meses
(conf. Acta de ésta Cámara Nro. 2.601, del 21-05-2014), desde la exigibilidad
del crédito, hasta su efectivo pago.

Asimismo, sugiero devengar actualización monetaria sobre los


créditos que proceden, empleando el índice RIPTE del mes en que se apruebe
la liquidación. En caso de que no se encontrara publicado dicho índice, o que
éste fuera inferior al índice que elabora la Cámara Argentina de la
Construcción, se empleará este último a los fines de realizar el cálculo.

En virtud de lo expuesto, cabe remitir copia de la sentencia a la


Organización Internacional del Trabajo para que la tenga en cuenta respecto de
los Derechos Fundamentales del Trabajo y al Ministerio de Trabajo para que la
considere al momento de elaborar la Memoria Anual del cumplimiento de la
Declaración Socio laboral del Mercosur, lo que oportunamente se pondrá en
conocimiento por intermedio de la Secretaría de Primera Instancia.

XII.- Ante el nuevo resultado del litigio, y en virtud de lo


normado por el art. 279 del CPCC, corresponde dejar sin efecto la imposición
de costas y las regulaciones de honorarios practicadas en la instancia anterior,
y proceder a su determinación en forma originaria.

Propongo imponer las costas de ambas instancias a las


demandadas vencidas (art. 68 del CPCC).

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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XIII.- En atención al resultado del pleito, a la calidad y


extensión de las tareas desempeñadas por los profesionales intervinientes y a
lo dispuesto en el art. 38 de la ley 18.345, arts. 6, 7, 8, 9, 22 y conc. de la ley
21.839, modificados por la ley 24.432, arts. 3 y 6 decreto ley 16638/57 y demás
normas arancelarias vigentes, propongo regular los honorarios de los letrados
de las partes actora, demandadas –en su conjunto-, y de las peritos contadora
y psicóloga en 19%, 12%, 8% y 8%, respectivamente, del monto total de
condena, con más sus intereses.

Propicio regular los honorarios de los profesionales firmantes


de fs. 504/514 y fs. 516/523 por sus trabajos ante la alzada, en el 35% y 25%
respectivamente, de lo que les corresponda percibir por sus trabajos ante la
instancia previa (art. 14 ley 21839).

En relación con la adición del IVA a los honorarios regulados,


esta Sala ha decidido en la Sentencia Nro. 65.569 del 27 de septiembre de
1993 en autos “Quiroga, Rodolfo c/Autolatina Argentina S.A. s/ accidente-ley
9688”, que el impuesto al valor agregado es indirecto y por lo tanto grava el
consumo y no la ganancia, por lo que debe calcularse su porcentaje que estará
a cargo de quien debe retribuir la labor profesional. En el mismo sentido se ha
pronunciado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Compañía
General de Combustibles S.A. s/recurso de apelación” (C.181 XXIV del 16 de
junio de 1993) sosteniendo “que no admitir que el importe del impuesto al valor
agregado integre las costas del juicio –adicionárselo a los honorarios
regulados- implicaría desnaturalizar la aplicación del referido tributo, pues la
gabela incidiría directamente sobre la renta del profesional, en oposición al
modo como el legislador concibió el funcionamiento del impuesto”. Atento lo
expuesto, en caso de tratarse de responsables inscriptos, deberá adicionarse a
las sumas fijadas en concepto de honorarios de los profesionales actuantes en
autos el impuesto al valor agregado que estará a cargo de quien debe retribuir
la labor profesional.

Voto en consecuencia, para: I.- Modificar el fallo de primera


instancia, y por ende elevar el monto de condena a la suma de $ 418.104,46
(cuatrocientos dieciocho mil ciento cuatro pesos con cuarenta y seis centavos),
que deberá ser abonado por Andreani Logística S.A. y por Luis Fernando
Vázquez (cuya responsabilidad asciende a $300.000). Dicha suma, deberá ser
depositada en autos dentro del quinto día de haber quedado firme la liquidación
del artículo 132 de la L.O., con más un interés desde que cada suma es debida
hasta el efectivo pago, equivalente al acta 2.601 del 21-05-2014, hasta el 27-4-
16. A partir de allí, y hasta el efectivo, deberá emplearse la tasa establecida por
el Banco Nación del 47 % anual (para préstamos personales libre destino, con
un plazo máximo de devolución de 36 meses). Ello con más actualización
monetaria; II.- Dejar sin efecto el régimen de costas y las regulaciones de
honorarios de la instancia previa. III.- Imponer las costas de ambas instancias a
las demandadas vencidas; IV.- Regular los honorarios de la representación
letrada de la partes actora, y demandadas -en conjunto-, y a las peritos
contadora y psicóloga, en los respectivos porcentajes de 19% (diecinueve por
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ciento), 12% (doce por ciento), 8% (ocho por ciento) y 8% (ocho por ciento)
respectivamente, a calcular sobre el monto de condena más sus intereses; V.-
Regular los honorarios de los letrados firmantes de 504/514 y fs. 516/523, por
su labor ante este tribunal, en 35% (treinta y cinco por ciento) y 25%
(veinticinco por ciento), respectivamente, de lo que les corresponda percibir por
sus trabajos en la instancia previa, con más el impuesto al valor agregado. VI.-
Remitir copia de la sentencia a la Organización Internacional del Trabajo, para
que la tenga en cuenta respecto de los Derechos Fundamentales del Trabajo, y
al Ministerio de Trabajo, para que la considere al momento de elaborar la
Memoria Anual del cumplimiento de la Declaración Sociolaboral del Mercosur,
lo que oportunamente se pondrá en conocimiento por intermedio de la
Secretaría de Primera Instancia; VII.- Oportunamente, cúmplase con lo
dispuesto en el artículo 1º de la ley 26856 y con la Acordada de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación Nº 15/2013.

El doctor Néstor Miguel Rodríguez Brunengo dijo:

Por compartir sus fundamentos, adhiero en lo principal al voto


de la Dra. Diana Cañal, pero veo necesario señalar algunas consideraciones:

I.- Respecto de la doctrina fijada en el Fallo Plenario Nº 322 del


19.11.09, dictado en los autos “Tulosai, Alberto Pascal c/ Banco Central de la
República Argentina s/ Ley 25.561”, con anterioridad al presente, a pesar de
dejar sentada mi opinión en sentido contrario, razones prácticas me han llevado
a acatar la decisión de la mayoría y aplicar la solución brindada en dicho fallo
colectivo.

Por tal circunstancia veo necesario apartarme en el caso, en


forma parcial, de la decisión de la colega preopinante.

Sobre el punto en discusión, he advertido oportunamente sobre


la inseguridad jurídica y falta de validez que trae aparejada el dictado de un
Fallo Plenario en el cual se fijó una doctrina de tal envergadura sostenida por
sólo 12 miembros, contraviniendo la norma del art. 299 y 302 del C.P.C.C.N.
que requiere, para la validez del mismo, “el voto de la mayoría de los jueces
que integran la Cámara”, (en el caso, 16), y no sólo de los miembros presentes.

En los autos: “Gagliardi, Andrea Fabiana c/ Axa Assistance


Argentina SA s/ Diferencia de Salarios” S.D. 42.378 del 29.12.09), he
considerado apropiado citar lo expresado en aquel voto del Plenario citado,
destacando que he expresado: “Obiter dicta, maestros del derecho muy
prestigiosos (tales como Eduardo J. Couture en Estudios de Derecho Procesal
Civil, Bs. As., Ediar, 1.949, t. I, p. 17; Sebastián Soler en Derecho Penal
Argentino, 4. a. ed. Bs. As., TEA, 1.976, t. I, p. 124; Jorge Sartorio en “La
obligatoriedad de los fallos plenarios. Su inconstitucionalidad, en LL 96-799; y
Mario L. Deveali en “Fallos plenarios y anarquía jurisprudencial”, D.T. 1962-
387) han puesto en tela de juicio la validez constitucional de los plenarios que
dictan las diversas cámaras de cada fuero, ejerciendo funciones de casación
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que pudieron tener fundamento durante la vigencia de la Constitución Nacional


de 1.949, que confería tales poderes a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, pero abrogada ésta provocan cavilaciones sobre su compatibilidad con
la Ley Suprema, en una controversia que sigue vigente”.

“En el “sub lite” además, votar en sentido negativo a alguna de


las cuestiones propuestas implicaría un apartamiento no solo del Principio
“Favor Operari” consagrado en la Ley de Contrato de Trabajo, Artículo 9º, al
elegir la opción más estrecha en la interpretación del derecho del trabajo, si no
–lo que es más grave- un quebrantamiento del mandato constitucional,
concretamente, del Principio Protectorio instaurado en el Artículo 14 Bis de la
Ley Cimera, en tanto reza que “el trabajo en sus diversas formas gozará de la
protección de las leyes…” y del Principio de Progresividad, expresado en el
inciso 19 del Artículo 75 C.N. que manda: “Proveer lo conducente al desarrollo
humano, al progreso económico con justicia social…” y sabido es que las
normas constitucionales no se dividen en programáticas y directamente
operativas, sino que –como enseña Bidart Campos- todas las disposiciones de
la Constitución tienen fuerza directamente operativa”.

“A tales expresiones debo agregar también que –como es


sabido- el resultado de un voto sujeto a plenario y, en particular, la labor
resultante de dicha votación, tienen una doble función: por un lado unifica
jurisprudencia y, por otro lado, es concretamente creador de legislación”.

“Por ende, mal puede entonces adoptarse una decisión


colectiva de tal proyección con un número escaso de jueces, cuya decisión –lo
reitero- tendrá una incidencia en los juicios venideros y fijará doctrina Plenaria,
con todos sus efectos, en los sucesivos casos que se planteen”.

“Efectivamente, el pronunciamiento dictado en tales débiles


condiciones crearía una importante inseguridad jurídica; de hecho, no puede
soslayarse que los jueces (de ambas instancias) bien podrían apartarse de la
doctrina fijada en esas condiciones, porque una decisión de tal naturaleza no
reflejaría en forma auténtica la opinión jurídica de –cuando menos- la mayoría
de los miembros presentes (arts. 299 y 302 C.P.C.C.N. cit)”.

“Tampoco puede soslayarse que ello acarreará los seguros


pedidos de inconstitucionalidad que, lejos de ser un presagio negativo, ya
pueden vislumbrarse que han comenzado a interponerse”.

“Se ha dicho que el plenario es una “suma de muchos casos”


según las palabras vertidas por el Dr. Alberto Bianchi, Doctor en Derecho por la
Universidad de Buenos Aires, quien ostenta una profusa e intensa actividad
académica, y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Católica
Argentina y de Derecho Procesal constitucional de la Escuela de Abogados del
Estado”.

Fecha de firma: 27/10/2016


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“En la disertación que éste efectuara con relación a los efectos


de la revocación de la doctrina fijada en un fallo Plenario por parte de la Corte
Suprema, a propósito del Plenario de la Cámara Civil dictado en los autos:
“Obarrio, María Pía c/Microómnibus Norte S.A. y otros”, ha expresado que
precisamente del resultado de esa suma de casos aplicados en diferentes
hechos surge una doctrina plenaria”.

“Entonces la discusión que se plantea por ante la mayoría de


jueces de Cámara no es tal sino sólo se da ello con relación a una “mayoría
aparente” que no refleja válidamente a ciencia cierta, una verdadera
representación mayoritaria al estar establecida por unos pocos miembros”.

“Por todo ello, insto a que –tal como lo impone la delicadeza


del asunto que menciono- se resuelva por el Congreso una pronta solución al
problema de fondo”.

“Sentado lo expuesto, y con relación a los interrogantes


formulados en la presente convocatoria, he de señalar que he tenido la
oportunidad de pronunciarme sobre el tema, encabezando el acuerdo al votar
en las causas “Camperchioli, Patricia Lucía c/Laboratorios Argentinos Farmesa
S.A. s/ Despido”; S.D. 38.906 del 01.12.05, pleito que tramitara por ante la Sala
VII de esta Cámara que tengo el honor de integrar, en el sentido afirmativo a
las preguntas que aquí se plantean”.

“En efecto, allí se ha sostenido que: “…la directiva de la


mencionada norma es clara cuando señala que debe tomarse la “mejor
remuneración devengada”: La prestación se devenga día a día y es de pago
diferido, por lo que entiendo, como ha venido resolviendo la Suprema Corte de
Buenos Aires, desde el caso “Hellman, Raúl Alberto c/ Rigolleau S.A.”, LT,
1.983, XXXI-B, 931), que debe computarse en dicha base…”(vid. otro Fallo de
la Sala VII, dictado en los autos "“Bretaña, Juan Antonio c/ Escuela Superior de
Hotelería S.A. s/ Despido”; S.D. 38760 del 13.9.05)”.

Por ende, propicio no incluir el SAC proporcional en el sueldo


base del cálculo de las indemnizaciones de los artículos 80 y 245 de la L.C.T.

De prosperar mi voto auspicio fijar el monto de condena en la


suma de cuatrocientos once mil quinientos ochenta y nueve con sesenta y ocho
centavos ($411.589,68: 418.104,46– 4.738,02– 1.776,76).

II.- Asimismo, discrepo con lo determinado en la condena, en


cuanto allí se ordena indexar el crédito que le asiste al trabajador, por cuanto la
pérdida de valor adquisitivo del crédito y las consecuencias dañosas originarias
en el desfasaje producido por la situación económica de conocimiento público y
notorio ha sido suficientemente morigerada por la tasa de interés determinada
por el acta 2.601 y 2.630.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
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Por lo que propicio que la tasa de interés sea la fijada por el


Acta 2.601 de la CNAT del 21/05/2014 (correspondiente a la tasa nominal anual
para préstamos personales libre destino del Banco Nación para un plazo de 49
a 60 meses) con el alcance del 36% (Acta CNAT Nº 2630 del 27/4/2016, punto
2º); cuya aplicación propongo al presente caso, en virtud de la máxima del
derecho romano que establece “accesorium sequitur principale” (lo accesorio
sigue la suerte de lo principal), tiende a morigerar las consecuencias dañosas
originadas en el desfasaje producido por la situación económica de
conocimiento público y notorio.

EL Doctor Víctor Pesino dijo:

En lo que es motivo de disidencia, adhiero al voto del Dr.


Néstor Miguel Rodríguez Brunengo, por análogos fundamentos.

Por lo tanto, el Tribunal RESUELVE: I.- Modificar el fallo de


primera instancia, y por ende, elevar el monto de condena a la suma de $
411.589,68 (cuatrocientos once mil quinientos ochenta y nueve con sesenta y
ocho centavos), que deberá ser abonado por Andreani Logística S.A. y por Luis
Fernando Vázquez (cuya responsabilidad asciende a $300.000). Dicha suma,
deberá ser depositada en autos dentro del quinto día de haber quedado firme la
liquidación del artículo 132 de la L.O., con más un interés desde que cada
suma es debida hasta el efectivo pago, equivalente al acta 2.601 y 2.630, sin
actualización monetaria; II.- Dejar sin efecto el régimen de costas y las
regulaciones de honorarios de la instancia previa. III.- Imponer las costas de
ambas instancias a las demandadas vencidas; IV.- Regular los honorarios de la
representación letrada de la partes actora, y demandadas -en conjunto-, y a las
peritos contadora y psicóloga, en los respectivos porcentajes de 19%
(diecinueve por ciento), 12% (doce por ciento), 8% (ocho por ciento) y 8%
(ocho por ciento) respectivamente, a calcular sobre el monto de condena más
sus intereses; V.- Regular los honorarios de los letrados firmantes de 504/514 y
fs. 516/523, por su labor ante este tribunal, en 35% (treinta y cinco por ciento) y
25% (veinticinco por ciento), respectivamente, de lo que les corresponda
percibir por sus trabajos en la instancia previa, con más el impuesto al valor
agregado. VI.- Remitir copia de la sentencia a la Organización Internacional del
Trabajo, para que la tenga en cuenta respecto de los Derechos Fundamentales
del Trabajo, y al Ministerio de Trabajo, para que la considere al momento de
elaborar la Memoria Anual del cumplimiento de la Declaración Sociolaboral del
Mercosur, lo que oportunamente se pondrá en conocimiento por intermedio de
la Secretaría de Primera Instancia; VII.- Oportunamente, cúmplase con lo
dispuesto en el artículo 1º de la ley 26856 y con la Acordada de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación Nº 15/2013.

Notifíquese, regístrese y oportunamente devuélvase.

Fecha de firma: 27/10/2016


Firmado por: DIANA REGINA CAÑAL, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: VICTOR ARTURO PESINO, JUEZ DE CAMARA
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Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional
Poder Judicial de la Nación-
Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.

Víctor A. Pesino Nestor M. Rodriguez Brunengo Diana Regina Cañal


Juez de Cámara Juez de Cámara Juez de Cámara

ante mí: Silvia Susana Santos


19 Secretaria

Fecha de firma: 27/10/2016


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