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CATAR EN LOS OJOS DEL MUNDO

Catar, cuyo nombre oficial es Estado de Qatar es un Estado soberano árabe ubicado en el oeste
de Asia y que ocupa la pequeña península homónima en el este de la península arábiga.
Tiene una única frontera terrestre, por el sur con Arabia Saudita.
Los primeros habitantes históricos de Catar fueron los cananeos. El islam llegó en el siglo VII y
llevó a Catar a formar parte sucesivamente de los califatos omeya y abásida. Catar fue en la
Edad Media una importante escala en la ruta que llevaba de Basora a Omán. También fue un
importante nido de piratas hasta prácticamente el siglo XIX.
A partir del siglo XVIII el Imperio otomano comenzó a interesarse por la zona.
Después de que la familia Al Jalifa, procedente de Kuwait, emigrara a Catar, los iraníes
invadieron la península en el año 1783, pero fueron expulsados al poco tiempo. Los Al Jalifa se
establecieron en la próxima isla de Baréin, desde donde ejercieron como familia gobernante en
Baréin y Catar, pero los cataríes se rebelaron contra su soberanía en el año 1867.
Ayudados por el gobernante de Abu Dabi, los Al Jalifa derrotaron a los habitantes de Catar y
arrasaron la ciudad de Doha.
La intervención de los ingleses para reducir la piratería en la región permitió la llegada al poder
en Catar de la familia Al Thani.
Durante muchos siglos, Catar estuvo en manos de los persas. Luego, pasaría a formar parte del
Imperio otomano, hasta su desmembración en 1915. El emir 'Abd Allāh firmó un tratado con el
Reino Unido (1916), merced al cual el emirato se convirtió en protectorado británico.
Tras la decisión británica de abandonar el golfo Pérsico en 1971, Catar ingresó en la Federación
de Emiratos Árabes del Golfo Pérsico (1968). Obtenida la independencia (1971), se retiró de la
Federación, firmó un tratado de amistad con los británicos e ingresó en la Liga Árabe y en la
ONU (1971).
POLITICA:
El gobierno Catarí mantiene una serie de restricciones a la libertad de expresión y a los movimientos por la
igualdad.

En 1971, las Leyes Básicas de Catar institucionalizaron las costumbres locales arraigadas en la herencia
conservadora wahabí de Catar, otorgando al Emir un poder considerable.

El mantenimiento de las tradiciones de consulta, gestionadas por consenso, y el derecho del ciudadano a
apelar al emir personalmente, influyen en el papel del emir. El emir, aunque no está sujeto a ningún
individuo, no puede violar la sharia (ley islámica) y en la práctica debe tener en cuenta las opiniones de los
líderes notables y de la autoridad religiosa.

Derechos humanos:
En materia de derechos humanos, Catar mantiene la pena de muerte, principalmente por amenazas contra la
seguridad nacional, como el terrorismo. El uso de la pena de muerte es poco frecuente y no se han producido
ejecuciones estatales en Catar desde 2003.

En Catar, los actos homosexuales son ilegales y pueden ser castigados con la muerte.

Un informe de 2011 del Departamento de Estado de Estados Unidos concluyó que algunos trabajadores
expatriados de naciones de toda Asia y partes de África que emigraron voluntariamente a Catar como
trabajadores poco cualificados o empleados domésticos se enfrentaron posteriormente a condiciones
indicativas de servidumbre involuntaria. Algunas de las violaciones más comunes de los derechos laborales
son las palizas, la retención de pagos, el cobro a los trabajadores de prestaciones de las que es responsable el
empleador, las restricciones a la libertad de movimiento, la detención arbitraria, las amenazas de acciones
legales y las agresiones sexuales.

Economía:
Antes del descubrimiento del petróleo, la economía de Catar se centraba en la pesca y la recolección de
perlas.

Debido a su precaria y débil economía, Catar se vio obligada a marcar con un punzón diferentes monedas
extranjeras para permitir su circulación en toda la región durante el siglo XVIII y principios del XIX. Las
monedas llevaban una marca circular que contenía una cabra y la inscripción en árabe del nombre del país.
Se conocen piezas españolas, francesas, austriacas y rupias indias con esta extraña marca. No obstante, el
descubrimiento de reservas de petróleo, en los años 1940, transformó completamente la economía de la
nación.

Ahora el país tiene un alto nivel de vida, con muchos servicios sociales para sus ciudadanos y todas las
comodidades de cualquier nación moderna.
Cultura:
Los orígenes de la literatura catarí se remontan al siglo XIX. Al principio, la poesía escrita era la forma de
expresión más común. Abdul Jalil Al-Tabatabai y Mohammed bin Abdullah bin Uthaymeen, dos poetas de
principios del siglo XIX, formaron el corpus de la primera poesía escrita de Catar. Posteriormente, la poesía
cayó en desuso cuando Catar empezó a cosechar los beneficios de las exportaciones de petróleo a mediados
del siglo XX y muchos cataríes abandonaron sus tradiciones beduinas en favor de estilos de vida más urbanos.

Debido al creciente número de cataríes que empezaron a recibir educación formal durante la década de 1950
y a otros cambios sociales significativos, en 1970 se introdujo la primera antología de cuentos, y en 1993 se
publicaron las primeras novelas de autoría local. La poesía, en particular la forma predominante nabati,
conservó cierta importancia, pero pronto se vería eclipsada por otros tipos literarios. A diferencia de la
mayoría de las otras formas de arte en la sociedad catarí, las mujeres han participado en el movimiento de la
literatura moderna en una magnitud similar a la de los hombres.

Sociedad:
La sociedad catarí está definida por clases, asociadas generalmente a la raza. Es extremadamente
desigual.
Si se restablece el equilibrio como, por ejemplo, aboliendo el sistema conocido como kafala, por
el cual los inmigrantes trabajan en situación de casi esclavitud, u otorgando la ciudadanía catarí a
los inmigrantes muchos temen que se erosionen la estabilidad y los valores culturales.
Pero la estabilidad aquí ya no es tan sólida y los valores están variando.

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