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-Programa educativo: Licenciado en Administración

-Semestre: 1 -Grupo: AU

INTRODUCCIÓN AL DERECHO
DERECHO ADMINISTRATIVO
-FASE 3
-TEMA: FORMAS DE ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y LOS TIPOS DE
SERVICIOS PÚBLICOS DE LA FEDERACIÓN, ESTADO Y MUNICIPIO
-MAESTRO: RONALD SANTOS CORI
Integrante del Equipo ARAMBERRI
NOMBRE MATRICULA
GOMEZ TRUJILLO JOSE JUAN 2044846
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INTRODUCCIÓN

Entre los principales puntos que se desarrollan en la llamada Reforma de la Estado, lo


mismo que se puede decir, ha trascendido más de un sexenio, es el estudio de los tres Poderes de
la Unión individualmente, tratándose en este caso de particulares del Poder Ejecutivo, las
mismas que además de las facultades inherentes a la primera el presidente también se apoya en
toda una estructura burocrática que se encarga de realizar todo lo que comprende la
Administración Pública a nivel Federal.

Así, dentro de un contexto renovador, como pretende ser la aplicación integral de esta
Reforma del Estado, es necesario observar las principales áreas administrativas con las que
cuenta el actual gobierno, así como advertir en la Constitucional, las diferentes propuestas que ha
tenido el legislador sobre el tema. Aunque las leyes en su conjunto significan la decisión final del
cuerpo legislativos, estos se aplican principalmente a través de órganos gubernamentales
pertenecientes a la Administración Pública Federal, que cada sexenio ve reorganizados, ya sea en
el simple cambio de denominación de ciertas secretarías de Estado, así como en la fusión o
separación de funciones de dos o más de éstos, solo por citar algunos ejemplos.

Actualmente, es interesante ver que incluso se habla de un Gabinete Ampliada expresión


utilizada cuando el presidente incluye ciertos cargos o unidades administrativas que no estén
expresamente contempladas en la Ley Organización de la Administración Pública Federal,
situación que ha sido considerada provoca ciertas repeticiones en la actividad burocrática,
además de engrosar la presupuesto de la misma, o simplemente están destinados a la exhibición
personal de la agente a su vez.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el máximo ordenamiento


jurídico de nuestro país, en el cual se reflejan los derechos y obligaciones que tenemos como
gobernados. También es considerada como la Ley fundamental que crea y organiza los supremos
poderes públicos de un estado, señalando sus atribuciones y obligaciones; así como el límite de
su campo de acción; determinar los derechos, facultades y deberes del grupo social. Hoy los
primeros 29 artículos contemplan los Derechos Humanos y sus Garantías. La Constitución
Política Mexicana se divide en 9 Títulos, los cuales contienen 136 Artículos y 19 transitorios. El
Título Primero del artículo 1 al 29 habla de los Derechos Humanos y sus Garantías; del artículo
30 al 33 de las mexicanas; de 34 a 38 de Ciudadanos Mexicanos; los demás artículos definen la
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estructura del Estado mexicano. Don Venustiano Carranza, impulso la Constitución Mexicana de
1917. La que fue reformada cuando era presidente constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos, de fecha 5 de febrero de 1917, Constitución que nos rige hasta la fecha.
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DESARROLLO

CONCEPTO TRADICIONAL Y RÉGIMEN JURÍDICO

Origen de la noción

La noción de servicio público floreció en Francia caracterizada como una actividad de


cierto tipo realizado por la administración, y fue el concepto que sirvió para la construcción del
antiguo derecho administrativo: La relación con el servicio público fue lo que justificó la
jurisdicción contencioso-administrativa, la naturaleza de un contrato administrativo que suponía
ciertos acuerdos con la administración, el régimen jurídico del dominio público, etc.
Posteriormente se perdió la noción importancia y hoy sirve para sustentar un régimen jurídico
especial para regir la actividad de que se trate. La doctrina francesa moderna ha ido observando
inconsistencias y errores en el concepto, modificándolo frecuentemente en sucesivos esfuerzos
por adaptarlo a una realidad que a su vez insiste en contradecirla; algunos autores consideran que
debería eliminarse. En Argentina, más que el concepto, debería preocuparnos el régimen jurídico
de nuestros servicios públicos, debido a la indefensión del contra servicios realizados de forma
defectuosa o incluso no prestados. Pero antes de considerar la llamada crisis de la noción de
servicio público o los errores de su régimen jurídico, el concepto tradicional debe ser analizado y
los principios que la rigen.

Nociones tradicionales

Dejando de lado las nociones más antiguas, podemos recordar aquí la de Hauriou: Un
servicio técnico proporcionado al público en forma regular y continua para la satisfacción de una
necesidad pública y por una organización pública. La de Bielsa cualquier acción o beneficio que
realice la administración pública en activo, directa o indirectamente, para la satisfacción concreta
de necesidades colectivas, y aseguró esa acción o servicio por el poder de la policía y el ad-hoc
creado por Corail resume ideas tradicionales similares sobre el punto: Una empresa creada por
las autoridades y dotada de medios exorbitantes al derecho común, dada la satisfacción de una
necesidad de interés nacional.
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Diferencias entre las nociones más antiguas

El primer elemento que distingue esta noción de las anteriores es el criterio que ni la
actividad legislativa ni la jurisdiccional pueden ser consideradas servicio público en sentido
estricto; es decir, sólo se puede hablar de servicio público dentro de la actividad administrativa.
El segundo elemento es que no toda la actividad de la administración pública constituye un
servicio público, pero solo una parte de ella. Sin embargo, una vez establecido que la actividad
estatal sólo puede ser considerada servicio público en determinados supuestos de la actividad de
los órganos administrativos, se aclara que no es necesario que la propia administración, a través
de sus medios y personales, asumen la prestación del servicio público: El servicio público puede
ser prestados tanto directamente por la propia administración, como indirectamente a través de
un distribuidor. Público es el servicio... cuya gestión se asume, ya sea por la Administración
directamente, o por una persona o entidad para su encargo o con su colaboración.

La finalidad del servicio público

El objeto o fin de esta actividad es estar siempre en la concepción Tradicional para


satisfacer una necesidad pública. (Colectivo, de interés público, etc.) Necesidad pública o
necesidad de interés público significa la suma de las necesidades individuales; no presupone
necesariamente que todos los individuos de la sociedad deberían tenerlo, pero solo que la
mayoría de ellos lo tiene.

Caracteres del servicio publico

Debido a que busca satisfacer una necesidad pública, el servicio público debe estar
dotado, se dice entonces, de medios exorbitantes para el derecho consuetudinario, es decir, un
régimen de derecho público que asegure la generalidad, la uniformidad, regularidad y
continuidad. El poder público está así presente a través de un régimen jurídico especial que
subordina los intereses privados al interés público, fundamentalmente en razón para proteger la
continuidad del servicio. En efecto, de estas cuatro características que hacen que el
funcionamiento del servicio público, el más importante es el de la continuidad, lo que no quiere
decir que la actividad es ininterrumpida, sino sólo que satisface la necesidad pública cada vez
que ella aparece. La continuidad del servicio público reside pues en que la necesidad pública sea
satisfecha con prontitud ya sea en forma intermitente o de manera ininterrumpida, según el tipo
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de necesidad de que se trate. En los servicios públicos de la defensa nacional, electricidad, gas,
agua corriente, etc., la continuidad se traduce en la ininterrumpida del servicio; al servicio
educación primaria pública, en cambio, la continuidad consiste en que la actividad se realiza
durante el curso escolar y se suspende durante las vacaciones. Generalidad significa que todos
los habitantes tienen derecho a disfrutar del servicio, y se entiende en una característica que a
veces se menciona aisladamente: Igualdad o uniformidad, por cuya regla todos tienen derecho
exigir el servicio en igualdad de condiciones. Regularidad significa conformidad con reglas y
condiciones preestablecidas.

Régimen jurídico del servicio público

La característica más específica del régimen jurídico especial de los servicios público es
que las personas que laboran en él no tienen derecho a la huelga, ya que la huelga implica la
suspensión del servicio y precisamente se considera que el Estado debe asegurar su continuidad.
La necesidad de asegurar el funcionamiento y con él, la continuidad del servicio, también
determina que la fuerza pública brinda apoyo especial a sus disposición, la persona que presta el
servicio puede solicitar al Estado la expropiación de bienes útiles a su gestión, que puedan
establecerse servidumbres y restricciones a la dominio privado por razón de este servicio
indemnizando, en el primer caso, que los contratos que vinculan a un particular a la explotación
del servicio, son contratos administrativos, que se organiza la facultad de percibir honorarios en
contraprestación del servicio, que el importe de las tarifas está sujeto a la autorización o
aprobación del poder público, que, eventualmente, la prestación es obligatorio para los
particulares, que, eventualmente, el servicio es monopólico, es decir, no se admite la libre
competencia de los individuos para realizar la actividad de servicio público que cualquier asunto
relacionado corresponde al menos en doctrina a la jurisdicción contencioso-administrativa.

Elementos de la noción tradicional de servicio público

Los tres elementos esenciales de la noción tradicional de servicio público son, como
puede verse, tres:

• La finalidad que cumple el servicio,


• La persona que le atiende,
• El régimen que lo regula.
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El juego de estos tres elementos lo explican autores como García Oviedo de la siguiente
manera:

• No hay servicio público que no tenga la satisfacción de una necesidad. colectivo; pero
este criterio, aislado, sería insuficiente, ya que son múltiples, En toda sociedad bien constituida,
las necesidades públicas se satisfacen por el procedimiento de servicio privado: Panaderías,
tiendas de venta de carne, leche, verduras, etc.
• También sería insuficiente decir que el servicio público es el que presta la administración,
ya que puede otorgar el servicio; y también porque no todas las actividades de la administración
son servicios públicos: Cuando el Estado explota un monte patrimonial o un teatro, o se encarga
y dirige una empresa industrial (la fábrica de porcelana de Sevres del Estado francés),
evidentemente no realiza un servicio público.
• El servicio no tiene por qué ser ofrecido para uso público, ya que, en el caso de las
fuerzas armadas, fortificaciones, etc., hay un servicio que no está utilizado directamente por
individuos; lo esencial seria solo la satisfacción de necesidad pública.
• El régimen jurídico especial, de derecho público, que tiende a asegurar la continuidad;
uniformidad, regularidad y generalidad del servicio, completa con los dos primeros datos que
ofrece la noción tradicional.

Observaciones generales sobre la noción

Hay muchas críticas bien fundadas a esta noción de servicio público, pero tal vez ninguno
de los ofrecidos en su lugar sea del todo satisfactorio. La complejidad del régimen jurídico de las
actividades realizadas directa o indirectamente por el Estado, por otras personas del Estado y por
personas pública no estatal o privada con participación estatal, dificulta la caracterización segura
y valor permanente. Con la constante evolución de régimen jurídico aplicable a los servicios
prestados por el Estado o dichas personas, también existe el riesgo constante de que la noción
deba evolucionar, si es que lo hace hay uno de servicio público. Por esta razón, no entraremos en
este libro para considerar las diferentes nociones ofrecidas en sustitución de las tradicionales,
pero no podemos dejar de señalar que, en la práctica, precisamente por esta variedad de
doctrinas, la idea del servicio público pierde cada vez más fuerza de convicción.
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justificar cualquier solución de derecho administrativo. en la antigua ley administrativo


todo se basaba en el servicio público: la idea de acto administrativo, contratos administrativos,
dominio público, etc., estaba íntimamente vinculado al servicio público; este ya no es el caso
hoy, ya que estas nociones son perfectamente autónomos.

Por otra parte, hay algo que nos debe preocupar en gran medida, y es que las actividades
que realiza el Estado sobre los administrados, directa o indirectamente y califiquemos todavía
como servicios públicos son aplica un régimen jurídico también profundamente desfasado y eso,
en última instancia, va en contra de la naturaleza de la actividad en cuestión. Nos referiremos a
esto en lo que sigue.

REESTRUCTURACIÓN DEL RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS SERVICIOS


PÚBLICOS

Carácter autoritario del régimen jurídico tradicional

Principio aplicado en Francia a finales del siglo pasado, fue creado en nuestro país en la
actualidad, todo un régimen jurídico de características que, más que “exorbitantes al common
law”, son directamente estatistas y autoritarios. Considerando la supremacía del interés público
sobre el interés privado, y se ha planteado la necesidad de evitar que individuos carentes de
sentido social obstaculicen continuamente la acción estatal para satisfacer necesidades colectivas
urgentes. desarrolló una serie de normas que tienden a otorgar prerrogativas de derecho público a
la persona que presta el servicio, prerrogativas destinadas, como decimos, a permitir la mejor
satisfacción del interés público en cuestión.

ERRORES EN EL CONCEPTO TRADICIONAL DE INTERÉS PÚBLICO

Interés público e interés individual

A esto, señalamos en primer lugar el error de concebir el interés o la necesidad públicos


como entes abstractos, como una estela de bienestar que se esparce imperceptiblemente entre las
personas; como una noción mágica que implica todo lo bueno y mejor y al que deben someterse
las pretensiones legales de los particulares. Clásico es en este sentido la afirmación de Fleiner,
quien representa la doctrina dominante con la formulación de que el interés público debe
anteponerse a los derechos y los intereses individuales y no puede ser sacrificado a ella bajo en
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ninguna circunstancia, y que la noción de interés público es, sin embargo, vacilante y cambiante.
¿Sobre qué base se puede afirmar tan categóricamente la inferioridad de los derechos
individuales sobre una noción que no se conoce ¿No se puede especificar completamente? Todo
se deriva de una concepción errónea del interés público. El interés público no es el interés de un
grupo de habitantes tomado como masa; no es un bienestar felicidad general, omnipresente,
imprecisa; Es solo la suma de una mayoría de intereses individuales coincidentes y por ello, la
oposición entre interés público y derechos individuales es falsa si no redunda en mayores
derechos y beneficios para los individuos de la comunidad.

Sólo hay interés público cuando entre una mayoría de individuos, cada uno se puede
separar de él su interés: El interés público en el que cada individuo no puede encontrar e
identificar su porción concreta de interés individuo es una falacia. Hay un interés público en los
servicios de transporte, correos, teléfono y electricidad porque en última instancia cada individuo
de una mayoría de habitantes tiene un interés personal y directo en viajar, comunicarse por
escrito y por teléfono, y tener electricidad y que el interés público consiste en que cada ser bien
atendido en la prestación del servicio.

Tenga en cuenta que no queremos mantener con esto que solo hay servicio público.
Cuando los intereses individuales se abordan directamente, ya que esta respuesta a una doctrina
ya superada y no se podía negar la existencia de unos servicios que no se traduce en beneficios
individuales para personas específicas, pero sí debemos señalar que cuando el servicio se traduce
en beneficios individuos, entonces el destinatario de ese beneficio está fuera de toda duda el
objeto principal del servicio, y es a él a quien el régimen jurídico debe proteger.

El interés público no es el interés de la administración pública

Además, el interés público no es el interés de la administración pública. Esto se ilustra


con algunos ejemplos. El juego es decididamente contrario al interés público, y sin embargo
explotado por la administración (hipódromos, loterías, etc.) redunda en su beneficio; el poder de
detener a la gente, retrasarlos, e incluso torturarlos para obtener una confesión, coincide con el
interés de las fuerzas de seguridad en la aprehensión de posibles delincuentes, pero choca con el
interés público que haya cierto respeto por la persona humana; Si una empresa ofrece prestar
grandes cantidades de capital al Estado canje de una concesión de servicio público, el interés de
la administración es favorable al pacto, ya que obtiene capital barato y hace el servicio prestado;
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mayor interés público es que el servicio público lo presten quienes tienen más capacidad para
hacerlo de manera eficiente, no por alguien que está en condiciones de hacerlo algún favor a la
administración.

El interés público no es sólo la conveniencia material

El tercer error de la concepción tradicional del interés público lo señala Radbruch, y es la


fundamental: El interés público se concibe sólo como una conveniencia materiales o
económicos; nada más. Y esto implica un error humano decisivo. El ordenamiento jurídico no
sólo pretende asegurar los valores seguridad y conveniencia, sino también, y primordialmente, el
valor justicia; pues, en el orden de prioridad de estos valores tenemos que colocar en último
lugar en la conveniencia de la ley para el bien común. De ninguna manera todo está bien lo que
beneficia al pueblo, sino que el pueblo se beneficia, en última instancia, sólo qué es derecho, qué
crea seguridad jurídica y qué aspira a ser justicia. Por lo tanto, una conveniencia de interés
público que beneficie materialmente a la comunidad destruye el derecho legítimo de un
individuo, es contrario a la interés público-justicia, y es, por tanto, un falso interés público.
Siempre hay que tener en cuenta que es una falacia creer que uno puede beneficiar a la
comunidad a partir de la aniquilación de los derechos de Un individuo; hay en ello una antítesis
lógica insuperable, ya que destruir él también se destruyen los derechos del individuo en favor de
la comunidad, al mismo tiempo, la base necesaria del orden y la justicia sobre la que se sustenta
toda esa comunidad descansar. La conveniencia del interés público, cuando erróneamente se
antepone al interés la justicia pública lleva en sí el germen de la destrucción de todos los
intereses comunidad; incluso de la misma conveniencia material. En consecuencia, destacamos
que el interés público que debe ser protegido y considerado al momento de regular o analizar el
funcionamiento del servicio público, está constituido por una serie de valores diversos; y que,
entre estos, el valor de la justicia siempre debe preceder al valor de conveniencia. Lo que es
conveniente para la comunidad, si es injusto, no es un interés público genuino.
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El régimen legal actual no protege el interés público

El cuarto error de la doctrina tradicional deriva de los anteriores, y constituye un error


práctico. En efecto, el régimen jurídico de los servicios públicos, al tratar de garantizar el interés
público al otorgar grandes facultades legales a quienes prestan el servicio contra los particulares,
conduce a la práctica de la imposibilidad para la que recibe un mal servicio o no lo recibe, puede
atacar ese defecto del proveedor del servicio, Por tanto, si el servicio se torna irregular, ese
régimen jurídico. Su principal resultado es que la mayoría de los usuarios deben resignarse
recibir un mal servicio, y que en consecuencia la suma de los intereses individuales relacionados
con el servicio es precisamente la opuesta a la que el Régimen jurídico significa asegurar. Así
llegamos a que el régimen jurídico, en lugar de contemplar el interés público ataca el interés
público; porque en el caso concreto las circunstancias han llevó a que dicho interés público no
resida en que una empresa no pueda avergonzar a la administración, sino que la mayoría de los
administrados son capaz de quejarse eficientemente sobre un servicio defectuoso y lograr que se
mejore. Tenga en cuenta que el problema de si los servicios deben ser proporcionado
directamente por el Estado o debe darse en concesión, o si es necesario crear una cooperativa o
una empresa de economía mixta; cualquiera que sea el tipo como responsable de la prestación
del servicio, se reproduce el principio: Si existe una posibilidad sería de que el servicio no se
preste de manera eficiente, apropiado, en defensa del interés público (que, repetimos, sería el la
suma de la mayoría de los intereses individuales de los usuarios del servicio), que se proporcione
al administrado los medios legales para obligar a la entidad que presta el servicio, para prestarlo
en consecuencia. Ahí radica el gran desajuste y alejamiento de la realidad que sufre el actual
régimen jurídico que es el tradicional de los servicios públicos. Por tanto, es fundamental abordar
la reforma y reestructuración de este régimen jurídico, valorando con criterios contemporáneos
cuál es el verdadero interés público en juego, y no volver a cometer el error de confundir interés
público con interés estatal o interés de la administración.
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Promulgación de la constitución política de los estados unidos mexicanos

Después de la Revolución de 1910, como consecuencia de esto y dado el evidente


deterioro de las instituciones, México necesitaba fortalecer su sistema político para garantizar la
seguridad de personas y sus bienes. En este contexto histórico la presidente Venustiano
Carranza, convocó en diciembre de 1916 al Congreso para presentar un proyecto de reformas a
Constitución de 1857. El documento sufrió numerosas modificaciones y adiciones a la nueva
constitución es promulgada el 5 de febrero de 1917, en El Teatro de la República de ciudad de
Querétaro.

La nueva Constitución recogió gran parte de los reglamentos de 1857. La forma de


gobierno sigue siendo republicana, representativa, demócrata y federal; se avaló la división de
poderes en el Ejecutivo, Judicial y Legislativo, pero éste se dividió por primera vez en cámaras
de Diputados y Senadores. También se ratificó el sistema de elecciones directas y anónimas y
decretó la no reelección, se creó el municipio libre y se regulación agraria relacionada con la
propiedad de la tierra. esta constitución reconoce las libertades de culto, expresión y asociación,
educación laica y gratuita y la jornada laboral máxima de 8 horas.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 es la regla


fundamental establecida para regir legalmente el país, que fija los límites y define las relaciones
entre los poderes de la federación: los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, entre los tres
órdenes diferenciados de gobierno federal, estatal y municipal, y entre todos aquellos y los
ciudadanos. Asimismo, establece las bases para el gobierno y la organización de las instituciones
en las que se asienta el poder y establece el pacto social supremo de la sociedad mexicana, los
derechos y deberes del pueblo mexicano.

La Constitución de 1917 es un aporte a la tradición jurídica mexicana al


constitucionalismo universal, dado que fue la primera Constitución de la historia que incluía los
derechos sociales, expresada en los artículos 3, 27 y 123, producto de las demandas de las clases
populares que llevaron a cabo Revolución mexicana. En total, el texto constitucional tiene nueve
Títulos que contienen 136 artículos y 19 transitorios. El texto sigue las pautas clásicas de las
doctrinas políticas por tener una parte dogmática, que abarca los primeros 39 artículos y
establece derechos y obligaciones, y aparte orgánica, contenida en los 98 artículos restantes y
que define la organización de los poderes públicos. Tuvo como antecedentes la Constitución de
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Apatzingán de 1814, la Constitución de 1824 y la Constitución de 1857. Respecto a esta última,


en términos del sistema político, los principales cambios se encuentran en la eliminación de la
reelección del presidente de la República y del cargo de vicepresidente, así como la creación del
municipio libre.

Promulgación de la constitución

El 31 de enero de 1917, luego de dos meses de debate, la Asamblea Constituyente


clausuró sesiones. El 5 de febrero se promulgó la nueva Constitución, con el nombre
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que reforma la de 5 febrero de 1857, que
entraría en vigor el 1 de mayo del mismo año. Qué mismo día se publicó en el Diario Oficial de
la Federación, porque en un principio la intención era reformar la Constitución vigente. La nueva
Constitución tomó como base fundamental a las disposiciones legales del de 1857, especialmente
en materia de derechos humanos, aunque ya no es las menciona como tales, pero se refiere a las
denominadas "garantías particulares"; también añadió varios puntos del Programa del Partido
Liberal 1906 mexicano y muchos más cambios para adaptarse a la nueva realidad social del país.
Finalmente, el proyecto de reforma de la Constitución del 57 dio lugar a una nueva Constitución.

Forma de gobierno

Por otro lado, en cuanto a la parte orgánica de la Constitución, la forma del gobierno
siguió siendo republicano, representativo, democrático y federal.

Se aprobó la división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El legislativo


continuó dividido en dos cámaras: el Senado y la Cámara de Representantes diputados. La
Constitución de 1857 eliminó inicialmente el Senado, que fue restablecido en 1875.

Innovaciones respecto a la constitución de 1857

Se ratificó el sistema de elecciones directas, se decretó la no reelección presidencial y se


suprimió definitivamente la vicepresidencia, se hizo mayor autonomía al Poder Judicial y más
soberanía a las entidades federativas. En este marco se creó el municipio libre y se estableció un
régimen jurídico agrario en el país relativo a la propiedad de la tierra. Entre otras garantías, la
constitución vigente determina la libertad de culto, la educación laica y gratuita y la jornada
laboral máxima de 8 horas, y reconoce la libertad de libertad de expresión y asociación de los
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trabajadores. A pesar de sus cambios, la nueva Constitución dejó intactos algunos cargos
consagrados en la Constitución anterior, algunos de ellos relativo al Poder Judicial.

Estructura

La Constitución de 1917 está compuesta por 136 artículos divididos en nueve títulos, que
se subdividen en capítulos. La constitución se compone de dos partes, conocidas como
dogmática y orgánico. En el dogma, las garantías individuales se consignaban y se reconocen los
derechos y libertades sociales y en la parte orgánica corresponde a la división de los poderes del
sindicato y al funcionamiento núcleo de las instituciones estatales.

Decreto

El Decreto por el que se ordena al Bando Solemne promulgar a la Constitución de 1917


que establece:

Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista, a cargo del Poder
Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, por la presente informo:

Que el Congreso Constituyente se reunió en esta ciudad el 1ro. a partir de diciembre de


1916, por decreto de convocatoria de 19 de septiembre del mismo año, expedido por la Primera
Jefatura, por el prevenido en el artículo 4o. de las modificaciones que el día 14 de dicho mes se
hicieron al decreto de 12 de diciembre de 1914, dado en la H. Veracruz, agregando el Plan de
Guadalupe, de 26 de marzo de 1913, ha tenido que emite lo siguiente: Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, que reforma esa 5 febrero de 1857.

Parte dogmática

En su parte dogmática, la Constitución de 1917 establece la no limita los derechos y


libertades que tiene el pueblo mexicano. También establece las limitaciones a la acción del poder
público contra derechos fundamentales consagrados en el texto constitucional.

Reformas

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha sido reformada 707 veces
desde su promulgación el 5 de febrero de 1917. El artículo 135 de la Constitución permite
reformar y adicionar el contenido de lo mismo. Para reformarla, se requiere que el Congreso de
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la Unión, mediante con el voto de las dos terceras partes de los presentes, acordar la reformas o
adiciones y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas estatales.

A diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, México no cambió su


constitución por una nueva; solo ha sido reformado adaptarse a los tiempos cambiantes y a las
condiciones políticas del país, hoy a 103 años de su existencia, el ejecutivo de la nación se
pronuncia por un cambio de la Carta Magna.
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CONCLUSIÓN

De acuerdo al contenido de este trabajo de investigación, se puede tenga en cuenta lo


siguiente: La Administración Pública se concibe esencialmente como aquella parte de la el poder
ejecutivo tiene a su cargo la responsabilidad de desarrollar la función administrativa entendida
desde un punto de vista orgánico, que se refiere a la órgano o conjunto de órganos estatales que
desarrollan la función administrativa, y desde el punto de vista formal o material, según el cual
debe entenderse como la actividad la realiza este órgano o grupo de órganos, todo ello destinadas
a satisfacer las necesidades de la ciudadanía en su conjunto. Parte fundamental de esta área son
los órganos centralizados y dependencias con las que actualmente se asiste el Ejecutivo para
llevar a cabo de la tarea administrativa, siendo estas las Secretarías de Estado Departamentos
administrativos y otros órganos. En la jurisprudencia constitucional en la materia, existe una
evolución tanto en la denominación de los órganos de la Administración Pública, en cuanto al
tratamiento general que se le dé. En cuanto a las iniciativas presentadas, están dirigidas a:
proponer la figura del jefe de Estado Mayor en nuestro país, eliminar los denominados
departamentos administrativos, indicar expresamente las facultades de los Secretarías de Estado,
modificar los requisitos para ser secretario de Estado, y en una reorganización general de la
actual Administración Pública a nivel Federal. En derecho comparado que se lleva a cabo a nivel
Constitucional en 19 países América Latina muestra cierta homogeneización en los lineamientos
generales que deben estar plasmados en la parte orgánica de estos ordenamientos jurídicos, al
mencionar todos ellos la existencia de un determinado tipo de administración a la que debe
sujetarse el Estado, en su parte ejecutiva a determinadas funciones, destacándose la figura del
Jefe de Gabinete en el caso de Argentina, porque es una característica del sistema parlamentario,
mismo figura que proponen establecer, algunas iniciativas presentadas ante el Pleno en nuestro
país. En cuanto a las opiniones especializadas, la necesidad de la administración pública actual
para su mejor desempeño debe continuar abriendo espacios para una mayor participación
democrática, así como un servicio carrera profesional, que permite hacer de este trabajo, un
mejor desarrollo en todo lo relacionado con el bien común.
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BIBLIOGRAFÍAS

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Ciencia y sociedad.

Monciváis Jaques, E. Propuesta de modelo de calidad aplicable en la administración de


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Solanes, M. (1999). Servicios públicos y regulación: consecuencias legales de las fallas


de mercado. CEPAL.

Adaya, C. V., & Cardenas-Cabello, F. (2022). La mediación privada y los mecanismos


alternos para la solución de conflictos en México: estado de la cuestión. Revista de Derecho
(Universidad Católica Dámaso A. Larrañaga, Facultad de Derecho), (25), 54-69.

Gómez, R., & Mandujano, O. (2016). La Gestión Escolar Estratégica: retos que enfrentan
los directivos del nivel medio superior en el marco de la Reforma Educativa en México.

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