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ALUMNA: Claudia Ivonne Tovar

Díaz
Segundo semestre Grupo: F

Dr. Elías del Llano Torres

Matricula: 42101002
Sistema Endocrino


 La transducción de señales hace referencia a los mecanismos mediante los cuales las
señales transmitidas entre células, a través de eurotransmisores, hormonas, factores de
crecimiento y citoquinas, se transforman en señales bioquímicas en el interior celular.
 La mayoría de receptores de neurotransmisores pueden ser clasificados en dos clases según
su mecanismo de transducción de señal —una clase implica la activación de un canal iónico
que es intrínseco al receptor y la otra implica la activación de proteínas G.
 La transducción de señales puede alterar la función neuronal en escalas de tiempo
considerablemente diferentes que van desde cambios muy rápidos en el potencial de
membrana producidos por canales dependientes de ligando (milisegundos) a cambios que
tardan segundos producidos por segundos mensajeros intracelulares y protein-quinasas.

Mecanismos de transduccion

La transducción de señal ocurre cuando una molécula de señalización de fluido


extracelular activa un receptor de superficie de la célula. ... Una molécula de
señalización activa un receptor específico en la membrana celular. Un segundo
mensajero transmite la señal hacia la célula, provocando una respuesta
fisiológica.

Las células generalmente se comunican entre sí mediante señales químicas. ...


Célula diana: esta célula tiene el receptor que puede unirse al ligando. El ligando
se une al receptor y desencadena una cascada de señales dentro de la célula
que finalmente generan una respuesta.

Las múltiples actividades de las células, los tejidos y los órganos del cuerpo están
coordinadas mediante la interacción de diversos tipos de mensajeros químicos:
1. Neurotransmisores, liberados por los axones terminales de las neuronas en las
uniones sinápticas y que actúan localmente controlando las funciones nerviosas.
2. Hormonas endocrinas, producidas por glándulas o por células especializadas que
las secretan a la sangre circulante y
que influyen en la función de células
diana situadas en otros lugares del
organismo.
3. Hormonas neuroendocrinas,
secretadas por las neuronas hacia la
sangre y que influyen en las
funciones de células diana de otras
partes del cuerpo.
4. Hormonas paracrinas, secretadas
por células hacia el líquido
extracelular para que actúen sobre
células diana vecinas de un tipo
distinto.
5. Hormonas autocrinas, producidas por células y que pasan al líquido extracelular
desde el que actúan sobre las mismas células que las fabrican.
6. Citocinas, péptidos secretados
por las células hacia el líquido
extracelular y que pueden funcionar
como hormonas autocrinas,
paracrinas o endocrinas. Entre ellas
se encuentran las interleucinas y
otras linfocinas secretadas por los
linfocitos colaboradores que actúan
sobre otras células del sistema inmunitario. Las hormonas citocinas (p. ej., leptina)
producidas por los adipocitos se conocen a veces como adipocinas.
1. Proteínas y polipéptidos, como las hormonas secretadas por la adenohipófisis, la neurohipófisis,
el páncreas (insulina y glucagón) y las glándulas paratiroides (hormona paratiroidea) además de
otras muchas (v. tabla 75-1).

2. Esteroides, secretados por la corteza suprarrenal (cor- tisol y aldosterona), los ovarios
(estrógenos y progesterona), los testículos (testosterona) y la placenta (estrógenos y progesterona).

3. Derivados del aminoácido tirosina, secretados por la glándula tiroides (tiroxina y triyodotironina)
y la médula suprarrenal (adrenalina y noradrenalina). No se conoce ninguna hormona que sea un
polisacárido o un ácido nucleico.
Los cinco tipos de
células son:

1. Somatótropas: hormona del crecimiento humana (GH).2. Corticótropas: corticotropina (ACTH). 3.


Tirótropas: tirotropina (TSH). 4. Gonadótropas: hormonas gonadótropas, es decir, la hormona
luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH). 5. Lactótropas: prolactina (PRL).
La síntesis y la secreción de calcitonina tienen lugar en las células parafoliculares, o células C,
situadas en el líquido intersticial entre los folículos de la glándula tiroides.
Hormonas corticosuprarrenales

La corteza suprarrenal secreta corticoesteroides s se sintetizan a partir del


esteroide colesterol
Funciones de los mineralocorticoides: aldosterona

La deficiencia de mineralocorticoides provoca pérdidas renales intensas de cloruro sódico e


hiperpotasemia

La aldosterona es el principal mineralocorticoide secretado por las glándulas suprarrenales

Efectos renales y circulatorios de la aldosterona La aldosterona aumenta la reabsorción tubular


renal del sodio y la secreción de potasio

El exceso de aldosterona aumenta el volumen del líquido extracelular y la presión arterial, pero
ejerce muy poco efecto sobre la concentración de sodio plasmático

El exceso de aldosterona produce hipopotasemia y debilidad muscular; el déficit de aldosterona


induce hiperpotasemia y toxicidad cardíaca

El exceso de aldosterona aumenta la secreción tubular de iones hidrógeno, con la consiguiente


alcalosis leve.

La aldosterona estimula el transporte de sodio y potasio en las glándulas sudoríparas, las glándulas
salivales y las células epiteliales intestinales

Mecanismo celular de la acción de la aldosterona

En primer lugar, la aldosterona difunde de inmediato al interior de las células del epitelio tubular,
debido a su liposolubilidad en las membranas celulares.
En segundo lugar, la aldosterona se une a la proteína receptor mineralocorticoide (MR), una
proteína que dispone de una configuración estereomolecular por la que solo la aldosterona o
compuestos muy parecidos se unen a ella.

En tercer lugar, el complejo aldosterona-receptor o algún producto de este complejo difunde al


interior del núcleo, donde sufre nuevas alteraciones para, por último, inducir la síntesis de uno o
más tipos de ARN mensajero (ARNm) relacionados con el transporte del sodio y del potasio.

En cuarto lugar, el ARNm pasa al citoplasma, donde, en colaboración con los ribosomas, induce la
formación de proteínas. Las proteínas así formadas consisten en: 1) una o más enzimas, y 2)
proteínas transportadoras de membrana, cuya presencia conjunta es imprescindible para el
transporte de sodio, potasio e hidrógeno a través de la membrana celular (v. fig. 78-4).Una de las
enzimas que aumenta en mayor medida es la trifosfatasa de adenosina de sodio-potasio, que actúa
como elemento principal de la bomba de intercambio de sodio y potasio en la membrana basolateral
de las células tubulares renales.

Otras proteínas, quizá de la misma importancia, son las del canal de sodio epitelial insertadas en la
membrana luminal de las mismas células tubulares y que facilitan la difusión rápida de los iones
sodio desde la luz del túbulo hacia la célula; luego, la bomba de sodio-potasio situada en la
membrana basolateral de la célula bombea el sodio durante el resto del trayecto.

Rutas de señalización de células epiteliales que responden a la aldosterona. La activación del


receptor mineralocorticoide (MR) por la aldosterona puede antagonizarse con espironolactona. La
amilorida es un fármaco que puede utilizarse para bloquear las proteínas del canal de sodio epitelial
(ENaC).
Ciclo circadiano.- serie de cambios
relacionados con el día y la noche, formación de melatonina, reloj biológico, ciclo capta por sistema
regular.
La hormona del crecimiento ejerce varios efectos metabólicos Además de afectar al crecimiento
general, la hormona del crecimiento ejerce múltiples efectos metabólicos específicos: 1) aumenta
la síntesis proteica en casi todas las células del organismo; 2) favorece la movilización de los ácidos
grasos del tejido adiposo, incrementa la cantidad de ácidos grasos libres en la sangre y potencia el
uso de los ácidos grasos como fuente de energía, y 3) disminuye la cantidad de glucosa utilizada en
todo el organismo. Así pues, la hormona del crecimiento estimula la formación de proteínas, la
utilización de los depósitos de lípidos y la conservación de los hidratos de carbono. La hormona del
crecimiento mejora casi todos los aspectos de la captación de aminoácidos y de la síntesis proteica
por las células y, al mismo tiempo, reduce la degradación de las proteínas

.
GASTROINTESTINAL
Básicamente, el aparato digestivo realiza seis:

1. Ingestión. Este proceso implica la ingestión de


alimentos sólidos y líquidos por la boca (comer). 2.
Secreción. Cada día, las células del tracto
gastrointestinal y de los órganos digestivos accesorios
secretan, en total, unos 7 litros de agua, ácido, buffers
(sustancias amortiguadoras) y enzimas hacia la luz
(espacio interior) del tubo.

3. Mezcla y propulsión. Mediante contracciones y


relajaciones alter nadas del músculo liso de las paredes
del tracto gastrointestinal, se mezclan el alimento y las
secreciones y son propulsados hacia el ano. La
capacidad de mezclar y transportar las sustancias en
toda su longitud se denomina motilidad.

4. Digestión. Mediante procesos mecánicos y químicos


convierte los alimentos ingeridos en moléculas más
pequeñas. En la digestión mecánica, los dientes cortan
y trituran los alimentos antes de la deglución, y luego el
músculo liso del estómago y el intestino delgado se
encarga de mezclarlos. De esta manera, las moléculas
se disuelven y se mezclan completamente con las
enzimas digestivas. En la digestión química, grandes
moléculas de hidratos de carbono, lípidos, proteínas y
ácidos nucleicos de los alimentos se dividen en
moléculas más pequeñas por hidrólisis. Las enzimas
digestivas producidas por las glándulas saliva les, la
lengua, el estómago, el páncreas y el intestino delgado
catalizan esas reacciones. Pocas sustancias pueden
absorberse sin digestión química, como sucede con las
vitaminas, iones, colesterol y agua.

5. Absorción. El ingreso de los líquidos secretados, los iones y los productos de la digestión en las
células epiteliales que revisten la luz del tracto gastrointestinal se llama absorción. Estas sustancias
absorbidas pasan a la circulación sanguínea o linfática y llegan a las células de todo el cuerpo

6. Defecación. Los residuos, las sustancias indigeribles, las bacterias, las células descamadas del
revestimiento gastrointestinal y las sus tancias digeridos pero no absorbidos en su trayecto por el
tubo digestivo abandonan el organismo a través del ano, en el proceso de defecación. El material
eliminado constituye la materia fecal o heces

Digestión de los hidratos de carbono


A pesar de que la acción de la amilasa salival puede continuar en el estómago durante cierto tiempo,
el pH ácido del estómago destruye a la amilasa salival y hace cesar su actividad. De ese modo, se
degrada poco almidón en el momento en que el quimo abandona el estómago. El almidón que no
se degradó todavía en maltosa, maltotriosa y α-dextrina se hidroliza por acción de la amilasa
pancreática, una enzima del jugo pancreático que actúa en el intestino del gado. A pesar de que la
amilasa pancreática actúa sobre el glucógeno y el almidón, no tiene efecto sobre otro polisacárido,
la celulosa, un producto vegetal indigerible al que habitualmente nos referimos como “fibra” cuando
pasa a lo largo del tubo digestivo. Una vez que la amilasa (salival o pancreática) dividió el almidón
en pequeños fragmentos, una enzima del ribete en cepillo llamada α-dextrinasa actúa sobre las α-
dextrinas resultantes y separa una unidad de glucosa por vez. Las moléculas de sacarosa, lactosa y
maltosa ingeridas (tres disacáridos) no se degradan antes de llegar al intestino delgado. Tres
enzimas del ribete en cepillo convierten estos disacáridos en mono sacáridos. La sacarasa desdobla
la sacarosa en una molécula de glucosa y una de fructosa; la lactasa convierte la lactosa en una
molécula de glucosa y una de galactosa; y la maltasa degrada la maltosa y la maltotriosa en 2 o 3
moléculas de glucosa, respectiva mente. La digestión de los hidratos de carbono termina con la
pro ducción de monosacáridos que el aparato digestivo puede absorber.

Digestión de proteínas

La digestión de las proteínas comienza en el estómago, donde se desdoblan en péptidos por la


acción de la pepsina. Las enzimas del jugo pancreático (tripsina, quimotripsina, carboxipeptidasa y
elastasa) continúan la degradación de las proteínas en péptidos. A pesar de que todas esas enzimas
convierten la mayoría de las proteínas en péptidos, sus acciones difieren ligeramente en cuanto a la
rotura de las uniones peptídicas entre los distintos aminoácidos.

La tripsina, la quimotripsina y la elastasa rompen la cadena peptídica entre un aminoácido y el


siguiente; la carboxipeptidasa separa el ami noácido en el extremo carboxilo del péptido. La
digestión proteica se completa por la acción de dos peptidasas del ribete en cepillo: la
ami nopeptidasa y la dipeptidasa. La aminopeptidasa actúa sobre el aminoácido en el extremo
amino del péptido. La dipeptidasa actúa sobre los dipéptidos (dos aminoácidos unidos por un enlace
peptídico) y los convierte en aminoácidos simples.

Digestión de los lípidos

La mayoría de los lípidos de la dieta son triglicéridos, constituidos por una molécula de glicerol unida
a 3 moléculas de ácidos grasos. Las enzimas que degradan triglicéridos y fosfolípidos se denominan
lipasas. Hay 3 tipos de lipasas que pueden participar en la digestión de los lípidos: la lipasa lingual,
la lipasa gástrica y la lipasa pancreática. Aunque una parte de la digestión lipídica tiene lugar en el
estómago, por la acción de las lipasas lingual y gástrica, se produce especialmente en el intestino
delgado por la acción de la lipasa pancreática, que degrada los triglicéridos en ácidos grasos y
monoglicéridos. Los ácidos grasos liberados pueden ser ácidos grasos de cadena corta (con menos
de 10-12 carbonos) o ácidos grasos de cadena larga. Antes de que un triglicérido se digiera en el
intestino delgado, debe experimentar primero la emulsificación, proceso mediante el cual un
glóbulo lipídico grande se fracciona en muchos glóbulos lipídicos pequeños. La bilis contiene sales
biliares y sales de sodio y de potasio de los ácidos biliares (principalmente, ácido quenodesoxicólico
y ácido cólico). Las sales biliares son anfipáticas, lo que significa que cada sal biliar tiene una región
hidrófoba (no polar) y una región hidrófila (polar). La naturaleza anfipática de las sales biliares les
permite emulsionar un glóbulo lipídico grande; las regiones hidrófobas de las sales biliares
interactúan con el glóbulo lipídico grande, mientras que las regiones hidrófilas interactúan con el
contenido acuoso intestinal. Así, el glóbulo lipídico grande se divide en muchos glóbulos lipídicos
pequeños, de alrededor de 1 μm de diámetro. Estos glóbulos lipídicos pequeños, formados en el
proceso de emulsificación, representan una enorme superficie que le permite a la lipasa pancreática
realizar su función con mayor efi cacia. Digestión de los ácidos nucleicos El jugo pancreático
contiene dos nucleasas: la ribonucleasa, que digiere el ARN, y la desoxirribonucleasa, que digiere el
ADN. Los nucleótidos resultantes de la acción de estas dos nucleasas son luego digeridos por las
enzimas nucleosidasas y fosfatasas del ribete en cepillo en pentosas, fosfatos y bases nitrogenadas.
Estos productos son absorbidos por transporte activo.
INERVACION

El tracto gastrointestinal está regulado por una red nerviosa intrínseca de nervios conocida como
sistema nervioso entérico, y por una red extrínseca que forma parte del sistema nervioso autónomo
Sistema nervioso entérico,. Consiste aproximadamente en 100 millones de neuronas distribuidas
desde el esófago hasta el ano. Las neuronas del SNE se organizan en dos plexos: el plexo mientérico
y el plexo de la submucosa.

El plexo mientérico, se localiza entre las capas longitudinal y circular de músculo liso de la túnica
muscular. El plexo submucoso, o plexo de Meissner, se encuentra dentro de la submucosa. Los
plexos del SNE están compuestos por motoneuronas, interneuronas y neuronas sensitivas. Como
las motoneuronas del plexo mientérico inervan las capas circular y longitudinal de músculo liso de
la muscular, este plexo controla, sobre todo, la motilidad (movimiento) del tracto gastrointestinal,
en particular, la frecuencia y la fuerza de la contracción de la capa muscular.

Las motoneuronas del plexo submucoso inervan las células secretoras de la mucosa epitelial y
controlan así las secreciones de los órganos del tubo digestivo. Las interneuronas de SNE conectan
las neuronas de ambos plexos, mientérico y submucoso. Las neuronas sensitivas del SNE inervan la
mucosa epitelial. Algunas de estas neuronas sensitivas funcionan como quimiorreceptores, es decir,
receptores que se activan por la presencia de ciertas sustancias químicas de los alimentos,
localizadas en la luz del tubo digestivo.

Otras neuronas sensitivas funcionan como mecanorreceptores, o receptores de estiramiento, que


se activan cuan do los alimentos distienden (estiran) la pared de un órgano del tubo digestivo.
Sistema nervioso autónomo, Aunque las neuronas del SNE pueden funcionar independientemente,
dependen de la regulación por las neuronas del sistema nervioso autónomo.

El nervio vago (X) lleva fibras parasimpáticas a casi todo el tubo digestivo, con la excepción de la
última mitad del intestino grueso, inervado por fibras parasimpáticas provenientes de la médula
espinal sacra. Esos nervios parasimpáticos mantienen conexiones con el SNE. Las neuronas
parasimpáticas preganglionares del vago o de los nervios esplácnicos de la pelvis hacen sinapsis con
las neuronas parasimpáticas posganglionares de los plexos mientérico y de la sub mucosa. Algunas
neuronas parasimpáticas posganglionares, en cambio, establecen sinapsis con neuronas del SNE;
otras inervan directa mente el músculo liso y las glándulas de la pared del tracto gastrointestinal.
La estimulación de los nervios parasimpáticos que inervan el tracto gastrointestinal suele aumentar
la secreción y motilidad, por el incremento de la actividad de las neuronas del SNE. Los nervios
simpáticos destinados al tubo digestivo proceden de las regiones torácica y lumbar de la médula. Al
igual que los nervios parasimpáticos, presentan conexiones con el SNE. Las neuronas simpáticas
posganglionares hacen sinapsis con las neuronas localizadas en los plexos mientérico y submucoso.

Los nervios simpáticos que se dirigen al tracto gastrointestinal producen una disminución de la
secreción y motilidad, por inhibición de las neuronas del SNE. Diversas emociones, como la cólera,
el miedo o la ansiedad pueden retardar la digestión debido a la estimulación de los nervios
simpáticos que inervan el tracto gastrointestinal.
RENAL
 El plasma entra en los riñones y es filtrado en el glomérulo. A medida que el filtrado pasa
por la nefrona y a través de los túbulos, se reduce su volumen y se retira agua y soluto
(reabsorción tubular) y se secretan productos de desecho (secreción tubular).
 Una nefrona consta de un túbulo renal individual y su glomérulo. Cada túbulo tiene varios
segmentos, comenzando con el túbulo proximal, seguido del asa de Henle (ramas
descendente y ascendente), el túbulo contorneado distal, que es el conducto conector, y el
túbulo colector.
 Los riñones reciben menos de 25% del gasto cardiaco y es posible medir el flujo plasmático
renal por medio de la infusión de ácido p-aminohipúrico (PAH) y definir sus concentraciones
en la orina y el plasma.
 El flujo sanguíneo renal ingresa
al glomérulo a través de la
arteriola aferente y lo abandona
por la arteriola eferente (cuyo
diámetro es más pequeño). El
flujo sanguíneo renal es
regulado por la noradrenalina
(constricción, reducción del
flujo), dopamina
(vasodilatación, aumento del
flujo), angiotensina II
(constricción de los vasos),
prostaglandinas (dilatación en
la corteza renal y constricción
en la médula renal) y la
acetilcolina (vasodilatación).
 El filtrado glomerular puede
medirse mediante una
sustancia que es filtrada
libremente y que no se absorbe
ni se secreta en los túbulos, no
es tóxica y no es metabolizada
por el cuerpo. La inulina cumple estos criterios y se utiliza ampliamente para medir la GFR.
 La orina se almacena en la vejiga antes de la micción. En la respuesta de la micción participan
vías reflejas, pero está sujeta a un control voluntario

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