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LA CORDIALIDAD (DAR CON EL CORAZÓN) ES UNA DE LAS HABILIDADES DISTINTIVAS SOBRE LAS
CUALES LAS EMPRESAS PUEDEN DESARROLLAR UNA VERDADERA VENTAJA COMPETITIVA PARA
DIFERENCIARSE EN LOS CASOS EN QUE RESULTE DIFÍCIL HACERLO POR PRECIO O CALIDAD DEL
Para ser coherente con este título podemos decir que afortunadamente esta crisis de servicio
no es patrimonio exclusivo de los argentinos. Hace tiempo accedimos a los resultados de una
encuesta realizada a nivel mundial, sobre diversas empresas de distintos sectores económicos,
que arrojaba los siguientes porcentajes de motivos de pérdida de clientes:
1 % Muerte
3 % Mudanza
5 % Amigo(s) de otro(s)
9 % Precio de la competencia
14 % Calidad de los productos
68 % INDIFERENCIA Y ATENCION RUTINARIA
Más de las dos terceras partes del total de clientes que perdemos obedecen a un problema que
nada tiene que ver con la calidad de nuestro producto o su precio.
La mayor parte de los clientes los perdemos por falta de demostración de interés y compromiso
con sus necesidades, deseos e intereses. Y esto es aplicable a servicios, productos de consumo
final e industriales.
Y lo más absurdo es que son motivos que normalmente no representan costos ni erogaciones
dinerarias para la empresa. El trabajar sobre estos aspectos significa ampliar la percepción de
beneficios “sin” sacrificios y dejar de reducir precios y aumentar los costos de producción con
ventajas físicas que es lo que paradigmáticamente hacen todos los competidores.
También podríamos escribir un amplio detalle de buenas experiencias (quizá el listado sea más
reducido) de empresas y personas que hicieron un esfuerzo adicional para satisfacer nuestras
necesidades y brindarnos un servicio excelente.
El buen servicio es lo que amplía la percepción de calidad por parte del cliente de un
determinado producto o servicio base. Y en ocasiones hasta puede justificar un precio más alto o
una menor calidad del producto o servicio adquirido.
En la medida que este valor agregado aumenta el nivel de percepción del cliente, genera un
mayor nivel de satisfacción y aumenta su fidelidad.
El nivel de Satisfacción de un cliente se mide por lo que percibe respecto de sus expectativas
(S=P-E). Y en este aspecto la actitud del “servidor” puede agregar o quitar valor a la propuesta.
Hasta aquí compartimos, con visión crítica, el aspecto de la calidad del servicio, desde el punto de
vista del cliente.
Esta crisis de servicio nos podría llevar a pensar en lo mal que van las cosas. O en lo clara que es
esta oportunidad para destacarnos por encima de la media.
Cabe hacernos algunas preguntas:
¿Cómo tratamos en nuestra empresa a nuestros clientes?
¿Qué pueden decir nuestros clientes de nuestra calidad de servicio?
¿Es patrimonio de la personalidad de nuestra empresa la calidad de servicio al cliente?
Es duro pensar o, más aún, aceptar que la Calidad de Servicio, quizá, no sea la ventaja
competitiva que destaque a nuestra organización.
El reconocer esta posibilidad es una demostración profunda de humildad profesional, y el principio
de una posible solución.
La diferenciación por calidad de servicio parte de una decisión estratégica y debe involucrar a
todos los integrantes de la organización. El compromiso con la calidad de servicio debe formar
parte de la filosofía de la empresa y el ejemplo del número uno es la clave de su instrumentación.
Al margen de la calidad propia del producto físico o del proceso servucción, que debe estar
formalizada por normas y procedimientos escritos, las personas que integran la organización
conforman y completan el “producto ampliado” y en este aspecto el aporte personal de cada
integrante de su equipo juega un papel fundamental.
Los clientes perciben globalmente la solución a sus necesidades que aporta la organización y
evalúa racional y emocionalmente su eficacia productiva.
Para que una organización pueda brindar un servicio excelente debe estar integrada por
personas de excelencia, incluido su número uno, que es el responsable de generar ese
ambiente de excelencia y compromiso con la calidad. A continuación mencionamos algunos
indicadores que pueden ayudarlo en la tarea de generar las condiciones adecuadas para
potenciar esta capacidad distintiva en su organización:
Vocación de servicio
En nuestra naturaleza está inserta la calidad de ser relacional. Nos relacionamos con los
demás por necesidad. En esta interrelación se ponen a prueba los valores de las personas,
Personalidad
Las empresas tienen la personalidad que le imprime su máximo referente. Contagiamos
nuestra propia personalidad a todos nuestros colaboradores y el resultado de su tarea se traduce
en lo que percibe el cliente como “la imagen” de la empresa. La imagen corporativa no es otra
cosa que el producto global percibido por el cliente.
Los seres humanos tenemos un conjunto de virtudes y defectos. No existen los extremos en
sus grados puros. Sí existen personas que se esfuerzan por inclinarse hacia alguno de ellos.
Como el ser humano es la misma persona en las distintas situaciones de su vida, mejorar su
personalidad será una tarea permanente en todos los ámbitos: con su familia, hijos, amigos,
compañeros de trabajo, clientes, etc.
A lo largo del día existen muchas ocasiones de ser soberbio, egoísta, pesimista, negativo y
desagradable. Cuesta lo mismo y rinde mejores frutos, hacer cada instante el pequeño esfuerzo
en ser más: Humilde, Generoso, Positivo, Optimista y Agradable. En otras palabras, convertirnos
en personas con quien a los demás les dé gusto estar.
La prueba de fuego para un “servidor” es evaluar su grado de satisfacción al estar en contacto
con la gente.
No puede tener éxito brindando servicios quien no disfruta en su relación con los clientes.
Motivaciones
Motivación es el impulso interior que proporciona fuerza para tratar de alcanzar esos fines u
objetivos, es decir lo que empuja a actuar. Motivo es el móvil de los actos, el objetivo que atrae.
Las personas siempre actúan para lograr fines u objetivos que consideran buenos o deseables
para ellos. Identificamos tres tipos de motivaciones:
a) Extrínsecas: Son motivaciones que satisfacen necesidades de remuneración y
reconocimiento al buen desempeño en la tarea desarrollada.
b) Intrínsecas: Es el efecto que tienen nuestros actos sobre nosotros mismos. Necesitamos
enriquecer nuestra personalidad y crecer profesionalmente a través de nuestros actos. Y el ámbito
laboral debe facilitarnos este proceso.
c) Trascendentales: Es un tipo de necesidad superior a las anteriores. La necesidad de hacer el
bien, la de hacer algo por los demás. Esta es una necesidad que corresponde a la naturaleza
humana. Necesitamos ayudar a los demás. No se trata de un derecho, es una necesidad real. La
necesidad de servir, de ser útil, de trascender a nosotros mismos. Precisamente el vocablo “ser-
vir” (vir = hombre, humano) hace referencia directa a esta condición natural de “ser-humano”.
Debemos ayudar a satisfacer estos tres niveles de necesidades y motivaciones de nuestros
colaboradores. Darle sentido a la función de servir no como una obligación, sino como un derecho
previo al de los clientes de recibir el servicio.
Conclusión