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LA COMUNICACIÓN COMO EXPRESION HUMANA

SARAY ORTIZ CAMPILLO

FICHA: 2721872

SENA

MARTES 30/05/2023
LA EUTANASIA

La Eutanasia es todo acto u omisión realizado por personal médico que ocasiona la muerte de un
ser humano con el fin de evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial e inhumana
de su vida.

La vida humana no es para la Iglesia un valor absoluto al que todos los demás se deban someter; lo
que es un valor absoluto para la Iglesia es la dignidad de la persona humana, que está hecha a
imagen y semejanza de Dios. Por eso el arriesgar la propia vida por salvar a otros no sólo no
son pecado, sino que pueden ser algo valioso e incluso moralmente obligatorio.

La eutanasia es un problema político; porque uno de los deberes primordiales del Estado es el de
respetar y hacer respetar los derechos fundamentales de la persona, el primero de los cuales es el
derecho a la vida, y la eutanasia no es sino la destrucción de vidas humanas inocentes en
determinadas condiciones.

La Eutanasia comprende una clasificación por su finalidad, por sus medios, por su intención, por su
voluntariedad y el llamado Suicidio Asistido; El termino se refiere al suicidio en el que la muerte del
sujeto, aunque ha sido ocasionada por el mismo, han intervenido otro u otros individuos,
aconsejándole la manera de llevarlo a cabo, poniendo los medios a su disposición y el modo de
emplearlos, como por ejemplo alguna máquina que introduzca una sustancia venenosa en una vena
canalizada y cuyo funcionamiento lo puede realizar el sujeto suicida.

La eutanasia reconoce la necesidad de agotar todos los mecanismos antes de llegar al último
recurso. Una vez superados todos los medios y la muerte cerebral son inevitable o está demostrado,
y entonces por lo menos se debe permitir una muerte digna. La Eutanasia como último recurso, no
debería ser negada y debería brindarnos la posibilidad de mantener la esencia de nuestra propia
dignidad.

Creo que la vida es nuestro bien más preciado y que no tenemos derecho a decidir sobre ella, sino
en instancias importantes, como lo es Dios. Teniendo en cuenta esto también se tendría que aceptar
nuestro derecho de dar término a nuestra propia vida, cuando vivir y el no querer que se prolongue
el sufrimiento sin posibilidad de que este termine.

Eutanasia- argumentos a favor

1. Toda persona es autónoma y tiene derecho a decidir sobre su vida.

2. La persona, como paciente, tiene el máximo derecho en la toma de decisiones médicas que a ella
se refieran.

3. Nuestra sociedad está fundamentada en la protección de los derechos humanos.


4. Toda persona tiene derecho a decidir sobre todo cuanto se refiera a su cuerpo; por consecuente,
decidir si quiere o no seguir viviendo.

5. La vida, en determinadas condiciones, puede llegar a ser indigna; condición que quebrantaría el
derecho de la dignidad humana.

6. No hay razón para aceptar una forma de existencia limitada, en la que son sacrificados familiares,
amigos y hasta la propia persona.

7. Una vida que no se puede vivir no es un privilegio, es un castigo.

8. No es justo el someter al hombre a dolorosas situaciones, cuando se tiene el poder de evitarlo.

Eutanasia- argumentos en contra

1. La eutanasia empeora la relación médico-paciente e incluso la relación paciente-familiares.

2. La eutanasia pervierte la ética médica que desde Hipócrates se ha centrado en eliminar el dolor,
no en eliminar el enfermo

3. La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por personas deprimidas,
mental o emocionalmente trastornadas

4. La vida es un derecho inviolable.

5. Todo ser humano tiene el deber cívico de permanecer con vida.

6. El hombre tiene derecho a ser tratado como una persona hasta el último momento.

La eutanasia hace que el enfermo no tenga una muerte digna.

Dios da vida y él es el único que puede quitarla.


Conclusión

Entender la eutanasia como una alternativa válida en los procesos de muerte digna es reconocer la
pluralidad moral y la autonomía de nuestros pacientes. Si bien no debe considerase un sustituto de
los CP, es un integrante más entre las diferentes opciones del final de la vida.

Sin embargo, Colombia está aún lejos de ser un escenario apropiado, y es una tarea de todos
construirlo. Estado, sociedad y academia deben resolver las falencias en la atención de los pacientes
terminales. Ello allegaría justicia y calidad al sistema sanitario.

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