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Hermanos:
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores
de parto.
Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la
redención de nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es
esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve?
Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Pero además el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no
sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inefables.
Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su
intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios.
Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas. R.
Monición a la Palabra: Hoy el Señor nos habla a cada uno de nosotros y viene a
ofrecernos una palabra gozosa, liberadora y llena de esperanza. Escuchémosla
con mucha atención.
Presidente:
Hermanos imploremos al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para
poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden. Nos unimos a
cada súplica: Escucha, Señor nuestras súplicas.
1. Por la Santa Iglesia de Dios: para que ante las necesidades del mundo,
haga brillar ante los hombres la luz de Cristo, Salvador de las naciones.
Roguemos al Señor.
3. Por los enfermos y todos los que sufren: para que perseveren en la
llamada de atención a la responsabilidad de todos.
4. Por este grupo de estudiantes del grado 11° que el próximo fin de
semana estarán presentando las pruebas Saber para que el señor les
acompañe y guíe.
OFRENDAS