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Revista Realidad 129, 2011

La singularidad del ser humano como


animal bio-cultural
Carlos Beorlegui
Universidad de Deusto

1. El ser humano en permanente redefinición

L
os seres humanos somos la Basta echar una mirada a la
única especie animal auto- historia humana para percatarse de
consciente de sí misma y, por la interminable secuencia de mode-
ello, capaz de preguntarse y cues- los antropológicos que se han ido
tionar su propia realidad. Y lo ha proponiendo y sucediéndose regu-
hecho siempre, de una manera más larmente como consecuencia de los
o menos consciente, más o menos cambios de mentalidad producidos
profunda, desde el primer momen- por todo tipo de crisis culturales o
to de su existencia como especie1. cosmovisionales, deudores todos
Desde este punto de vista, podría- ellos de la inevitable evolución de
mos definirnos como un animal los saberes científicos acerca de la
inquiriente o animal preguntón2. realidad y del propio ser humano.
Este rasgo no es una característica Si estos avatares se han producido
ociosa, accidental, de la que el siempre de forma intermitente3, apa-
ser humano pueda prescindir, sino reciendo en esa historia la radical
algo que corresponde a su pro- problematicidad del ser humano,
pia esencia y condición: necesita es en la actualidad cuando parece
saber de sí y tener una idea de sí haberse percatado de un modo más
mismo para orientar su propia rea- profundo de su radical e inevitable
lización, en la medida en que, por problematicidad 4. Efectivamente,
poseer una naturaleza abierta, su el hombre actual se halla en un
realización depende de sus propias momento de seria transformación y
decisiones, entre ellas acertar en de crisis de su propia identidad, de
el empeño de alcanzar con éxito reacomodo de muchos de los rasgos
la meta ideal que sobre sí se ha que definían su ser hace algo más
construido. Se da, por tanto, en la de un siglo y medio. Con la apari-
estructura esencial del ser humano ción del paradigma evolutivo, y más
una estrecha relación entre autoco- en concreto con las propuestas de
nocimiento y autorrealización. Charles Darwin sobre la selección

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natural, el modelo antropológico derse como una especie más del
que había predominado en Occi- conjunto de la biosfera, producto de
dente comenzó a tambalearse, pa- leyes evolutivas que parecen regir-
sando de entenderse como alguien se, como dijo J. Monod, por la con-
creado directamente por las manos jugación del azar y la necesidad 6.
de Dios, a experimentarse como
una especie más del ámbito de la Muchas de las aportaciones de
biosfera, aparecida al igual que las disciplinas científicas señala-
las otras como fruto de un similar das parecen apoyar incluso, según
proceso evolutivo, en el que se algunos, no sólo la superación de
conjugan las leyes de la genética la concepción teocéntrica del ser
con la selección ambiental, según humano, sino incluso una visión
nos indica la teoría sintética de la humanista antropocéntrica. Según
evolución 5. Parecería, pues, que es- este punto de vista materialista y
tas aportaciones científicas exigirían reduccionista, la ciencia nos abo-
defender sin paliativos las tesis del caría a no tener más remedio que
naturalismo filosófico o materialis- defender una visión reductiva y
mo fisicalista y reduccionista sobre antihumanista del ser humano, es
el ser humano y sobre el conjunto decir, partidaria de entender a la
de la realidad. especie humana como una más del
largo y complejo proceso evolutivo,
Posteriores e importantes des- todo lo compleja y maravillosa que
cubrimientos en diferentes esferas se quiera, pero nada más.
científicas han seguido minando
la cosmovisión religiosa antro- Por otro lado, y en paralelo a
pocéntrica en la que estábamos esta visión reduccionista, parecen
aposentados, confirmándonos más cobrar cada vez más fuerza los
fuertemente en este radical cam- planteamientos de la liberación
bio de perspectiva y abocándonos animal y de los derechos de los
a replantearnos la pregunta por animales, que entienden que, aun-
nuestra identidad y nuestro puesto que la diferencia entre la especie
en el conjunto del universo. Nos humana y la mayoría de los ani-
hallamos en la actualidad en una males es cualitativa, de grado, no
auténtica edad de oro de disciplinas lo es sin embargo respecto a las
científicas como la paleoantropolo- especies de los denominados gran-
gía, la genética, la biología mole- des simios (chimpancés, bonobos,
cular, la embriología, la etología y gorilas y orangutanes), por lo que
otras muchas, que parecen apuntar consideran que hay que ampliar el
hacia una visión del ser humano concepto humanidad y la categoría
entroncado en la realidad material y de persona a los componentes de
biológica de nuestro mundo, menos estas especies, y, en consecuencia,
autosuficiente y reducido a enten- aceptar y cumplir, por parte de los

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seres humanos, una larga lista de resto de los animales, para ver en
derechos humanos a favor de los qué medida tenemos apoyos cien-
grandes simios 7. tíficos y filosóficos suficientes para
seguir defendiendo el especial pues-
La cuestión que aquí vamos to del hombre en el conjunto de la
a plantear es si las propuestas hu- biosfera y de todo el universo, o
manistas y religiosas acerca del ser tenemos que adscribirnos a la pos-
humano están ya superadas y obso- tura defendida por el naturalismo
letas, por incorrectas y acientíficas, filosófico y el materialismo reduc-
o si, por el contrario, siguen tenien- cionista. En este ejercicio compara-
do vigencia y base científica, lo que tivo, pretendemos llegar a examinar
nos indicaría, por el contrario, que los ingredientes fundamentales de la
los planteamientos reduccionistas compleja y específica conformación
a los que hemos hecho referencia, biocultural del ser humano, para
no son tan evidentes ni justificados tratar de concluir que la especie
como los autores que defienden humana es la única que está consti-
esos planteamientos nos quieren tuida por una específica conjunción
hacer ver. Necesitamos, por tanto, de biología y cultura, conformando
volver a reflexionar y mostrar aque- ambos componentes una estructura
llo que constituye lo específico del compleja pero unitaria. Esta unidad
ser humano, desde el análisis de bio-cultural supone e implica a su
las novedosas aportaciones de los vez una específica unidad psico-
diversos saberes científicos, para orgánica, a caballo entre posturas
ver en qué medida nos sirven para extremas como los dualismos inte-
asentar una correcta visión del ser raccionistas y los materialismos re-
humano como realidad específica duccionistas, defendidos por el con-
y cualitativamente diferente al resto ductismo, la teoría de la identidad
de las especies animales, según las y determinados funcionalismos8. En
tesis de la postura humanista. definitiva, pretendemos llegar a la
conclusión de que el ser humano
No cabe duda de que nos ha- se halla tanto en continuidad como
llamos ante un reto decisivo para la en distancia cualitativa con el resto
comprensión cristiana y humanista de las especies de la biosfera, pues,
del ser humano, y necesitados de aunque es una especie más, sus
una nueva redefinición de nuestro características específicas lo sitúan
ser y de nuestro puesto en el cos- en un nivel de diferencia cualita-
mos (Max Scheler). La estrategia tiva respecto a las especies de las
que tenemos que seguir es presentar que ha emergido. De este modo,
una breve síntesis de las diferentes pretendo llegar a concluir que el
aportaciones científicas que nos ser humano, a diferencia del resto
permitan realizar un ejercicio com- de las especies vivas, constituye
parativo entre el ser humano y el una irrepetible y compleja unidad

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bio-cultural y psico-orgánica, dota- vida y del conjunto del cosmos,
do de autoconciencia, autonomía, y, por eso mismo, en apertura a la
lenguaje, pensamiento complejo, pregunta por el fundamento de la
libertad, capacidad ética, apertura realidad, es decir, al ámbito de los
a la pregunta por el sentido de su Absoluto.

2. La comparación hombre-animal: dos enfoques


complementarios (científico y filosófico), y cuatro
ámbitos de comparación
2.1 Ciencia y filosofía: dos modos constatación de hechos, que, por
complementarios de acercarse a la otro lado, nunca van solos, sino
realidad y al ser humano acompañados de los inevitables y
necesarios aprioris y prejuicios (pre-
Antes de introducirnos en el supuestos filosóficos) desde los que
ejercicio comparativo de los di- sistematizamos los datos científicos
versos elementos que diferencian para conformar una teoría científica
a los seres humanos del resto de unificadora. .
los demás animales, tenemos que
ser conscientes de que hemos de La realidad, y el ser humano
conjugar correctamente dos modos dentro de ella, tiene dos dimen-
de comprensión y de acercamien- siones claramente diferenciadas: la
to a la realidad: el científico y el dimensión fáctica y la del sentido
filosófico. Cuando nos planteamos o significado de la misma. Es de-
la comparación hombre-animal, la cir, siguiendo la diferenciación de
discusión se suele reducir con fre- M. Foucault, no es suficiente para
cuencia a la tarea de presentar los dar cuenta de la realidad humana
más diversos datos e investigaciones detenernos en investigar su funcio-
que continuamente están aportando namiento, en todos sus aspectos
el amplio abanico de las ciencias, (biológico-genético, fisiológico,
tanto naturales como humanas. psicológico, conductual, etc.), sino
Pero el resultado de tales disputas que se necesita además preguntar-
no suele traer demasiada claridad al nos y tratar de dilucidar su sentido,
problema, porque no es suficiente su dimensión trascendental. Al pri-
apelar a los datos científicos para mer nivel se dedican las ciencias,
dilucidar esta compleja cuestión, las antropologías científicas, y al
necesitada ante todo de un adecua- segundo, la filosofía, o mejor, las
do y correcto planteamiento. De filosofías, con sus diferentes mo-
entrada hay que decir que los datos delos antropológicos9. La negación
científicos, en sí mismos, no signifi- o el olvido de esta distinción suele
can nada para elucidar la distinción tener consecuencias nefastas, en la
entre hombres y animales. Son mera medida en que supone en ambos

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casos apoyarse, sin tener suficiente nos da que pensar, y nos empuja a
consciencia de ello, en una filosofía la pregunta por el fundamento, por
implícita, el naturalismo filosófico o las cuestiones últimas11. Muchas de
materialismo reduccionista. Con lo las importantes discrepancias a cer-
cual, además de presentarse las afir- ca del ser humano y de la realidad
maciones filosóficas como si fueran son consecuencia de la no correcta
científicas, que no lo son, constitu- distinción de planos entre la ciencia
yen y representan una mala filosofía. y la filosofía, incurriendo en sucesi-
Es decir, no es lo mismo afirmar que vos reduccionismos: metodológico,
el ser humano está configurado, des- epistemológico, ontológico y antro-
de los diferentes ámbitos científicos pológico, absolutizando una sola
que queramos, por los rasgos y las dimensión (la científica) y quedán-
características que sean (tarea espe- dose con una parte de la realidad
cífica de las ciencias), que afirmar como representativa del todo.
que su ser y su sentido se limita a
esos simples datos. Esa afirmación, Volveremos más adelante sobre
además de no ser científica (no se este asunto, puesto que nos va a ir
puede demostrar ni falsar), es equi- apareciendo en cada uno de los di-
vocada, por insuficiente. versos ámbitos de comparación en-
tre hombres y animales que vamos
Un ejemplo reciente de este a analizar a continuación.
modo tan reduccionista de ver las
cosas es el libro de aforismos del 2.2. Cuatro ámbitos de
profesor español J. Wagesberg, con comparación
este título tan significativo: A más
cómo, menos por qué 10. Lo que Se trata de preguntarnos si la
parece indicarnos es que cuanto diferencia entre hombre y el resto
más consigan las ciencias descubrir- de los animales es sólo cuantitativa
nos cómo funcionan los diferentes o posee un rango cualitativo. Esta
ámbitos de la realidad (ámbito del comparación podría hacerse en
cómo), menos espacio quedará para múltiples aspectos, pero se suele
las preguntas de por qué, de senti- considerar que los más importan-
do. Por el contrario, habría que res- tes y significativos son los cuatro
ponder más bien, que cuantas más siguientes 12:
respuestas hallemos a los “cómos”, ‡ El bioquímico y genético;
más espacio y ocasiones se abrirán ‡ El anatómico-morfológico;
a los “porqués”; o dicho de otra ‡ El embriológico, desde el
forma: ni mil respuestas a los cómos especial puesto del hombre
podrán acallar un porqué, puesto en el proceso embriológico
que son dos niveles diferentes, para- u ontogenético;
lelos e inevitables. Como dice signi- ‡ El referente a la estructura
ficativamente X. Zubiri, la realidad comportamental.

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2.2.1. El ámbito bioquímico y una vez, y de ese salto cualitativo
genético 13 descendemos todos los seres vivos.

Las investigaciones recientes Nuestro ADN está configurado,


sobre el genoma de las diferentes al igual que en las demás especies,
especies vivas van mostrándonos por una estructura de doble hélice
las diferencias y parecidos entre la (descubierta por Watson y Crick)14,
estructura genética del ser humano unida por cuatro bases nitrogenadas
y del resto de las especies animales. (Adenina-Guanina, Citosina-Timina,
esta última transformada en Uracilo
Si comparamos nuestra compo- cuando se traduce el ADN en ARN).
sición bioquímica y la del resto de No es necesario que nos detenga-
las especies, advertimos que no nos mos aquí en explicitar las concre-
diferenciamos en nada respecto de ciones de los diferentes procesos
los demás seres vivos. Estamos he- que se dan en la reproducción ge-
chos de la misma pasta bioquímica. nética de los seres vivos 15. Pero sí
No poseemos ninguna sustancia es importante que veamos algunos
química específica, ni carecemos aspectos diferenciadores en este
de ninguna de las que se dan en las aspecto entre nuestra especie y las
otras especies. más cercanas a nosotros. En la con-
formación de las proteínas, siguien-
Además, la sustancia bioquími- do esa ley fundamental de la gené-
ca está organizada de similar forma tica, se van construyendo cadenas
que en el resto de los seres vivos. de aminoácidos, advirtiéndose que
Nuestra estructura genética se halla en la composición, por ejemplo, de
codificada en el ADN hereditario, las cadenas alfa y beta que forman
que se organiza y reproduce de la la hemoglobina A, la diferencia
forma común a todas las especies entre el hombre y el chimpancé
vivas, siguiendo lo que se ha solido en la composición de los 141 ami-
denominar (aunque hoy día se está noácidos de la cadena alfa y en los
poniendo en cuestión) la ley funda- 146 de la cadena beta es cero, no
mental de la genética: ADN-ARN- hay ninguna diferencia. En cambio,
Proteínas. La relación entre estos entre el hombre y el gorila, hay un
tres componentes se orienta siempre aminoácido de diferencia en cada
en esta dirección: de izquierda a una de las cadenas, y de modo
derecha, no dándose en la relación progresivo se van agrandando las
de esta estructura genética la deno- diferencias en relación a especies
minada lógica lamarckiana de trans- que se hallan más lejanas a nosotros
misión de los caracteres adquiridos. en el proceso evolutivo16. Y también
Esto es lo que hace que los cientí- podríamos hacer referencia a otras
ficos defiendan la unidad evolutiva pequeñas diferencias en relación a
de la vida. La vida apareció sólo nuestras enzimas y proteínas, para

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llegar a la misma conclusión: los cies vivas, advirtiéndose una co-
parecidos son mínimos, aumentán- rrelación entre el número de genes
dose a medida que las especies se y de miles de pares de bases y la
hallan más alejadas en el árbol de complejidad de cada especie viva.
la evolución.
Estas investigaciones nos han
Una diferencia clave está en mostrado que la similitud genómica
el componente cromosómico de entre el homo sapiens y el chimpan-
nuestra herencia genética. Mientras cé 20es muy grande, llegando al 99
la especie humana está dotada de % (si nos referimos a la “secuen-
23 pares de cromosomas, los gran- cia”, esto es, el orden de los alre-
des simios poseen 24 pares. Parece dedor de 3.200 millones de pares
una pequeña diferencia, y todavía de bases o “letras químicas” que
se diluye más si tenemos en cuenta parece componen el conjunto de la
que “los cromosomas de ambos estructura del ADN 21), siendo esto
grupos son muy semejantes entre indicativo del relativamente corto
sí, y no sólo uno a uno sino banda espacio de tiempo en que ambas
a banda, excepto en lo que respecta especies se habrían desgajado de la
a algunas mutaciones cromosómi- especie común anterior: se calcula
cas, como la fusión de dos de los entre 5 y 7 millones de años. El
cromosomas de los antropoides en Homo sapiens posee 3.200 Mpb y
uno del hombre”17. cerca de 25.000 genes, resultando
sorpresiva esta cifra tan baja. Se
Las investigaciones sobre el especulaba anteriormente con que
genoma humano han servido para poseyera unos 100.000 genes, y
profundizar en nuestros parecidos más adelante se rebajó la cifra a
con el resto de las especies vivas. 30.000, pero las investigaciones
En el año 2001 se hizo público el más recientes han dejado la cifra en
primer borrador del genoma huma- esos 25.000 (y algunos la rebajan
no, completándose en 2003 su se- incluso a 23.000).
cuenciación, con una fiabilidad casi
total. Dos años más tarde, en 2005, Estos avances tan espectacu-
se publicaba también el primer bo- lares están produciendo no sólo
rrador del genoma del chimpancé. un incremento de nuestros cono-
Ya en 1995 se había secuenciado cimientos, sino también nos están
el Micoplasma genitalium (un mico- obligando a corregir algunos de los
plasma es el organismo más peque- denominados dogmas genéticos,
ño que puede tener un organismo entre los que se encuentran, por
independiente) 18, que posee sólo ejemplo, los conceptos de genoma
470 genes y 580 kpb 19. En años y de gen. Genoma significa en la
posteriores se han ido secuenciando actualidad tanto “el mapa físico de
los genomas de otras muchas espe- la localización de los genes en los

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cromosomas”, como “la secuencia o comportamiento) y la pleiotropía
completa de pares de bases del (un solo gen puede influir sobre el
ADN”; es decir, puede ser enten- desarrollo de varios rasgos físicos
dido como “material genético” o o comportamientos) 25. Por tanto,
como “información genética y con- aunque por un lado la genética
junto de genes” característico de sabe cada vez más acerca de la
una especie determinada 22. En rela- estructura genómica, ese mayor
ción con el concepto de gen, acuña- conocimiento le ha mostrado su in-
do por W. Johannsen en 1909 para esperada complejidad, en la medida
denominar a los factores hereditarios en que no hay una relación directa
investigados por G. Mendel, en la entre unidad genómica y unidad
actualidad tiene una amplia plura- fenotípica, y además no todos los
lidad de significados, de modo que genes tienen expresión funcional
“la palabra gen no significa lo mis- ni sirven como información para
mo para un genetista clásico, que la configuración fenotípica del or-
para un genetista de poblaciones, ganismo vivo. Dentro del ADN se
que para un genetista del desarrollo, dan segmentos de gen que poseen
que para un biólogo molecular. In- información y acaban representados
cluso para un genetista molecular se en una proteína (son los exones), y
presentan diferentes definiciones de otros segmentos que aparentemente
gen” 23. Pero, en definitiva, se puede no tienen utilidad de cara a la con-
reducir esa pluralidad semántica del formación de proteínas (intrones),
gen a dos aspectos bien concretos: interrumpiendo la secuencia codi-
“el gen como última unidad de ficadora. Hay, por tanto, una parte
mutación y recombinación” y “el del genoma,que se ha denominado
gen como unidad de información” por ello genes basura, o ADN in-
24
. Esta segunda acepción del gen es tragénico (viene a representar nada
el fundamento en el que se apoya menos que el 62,5 % del contenido
el denominado dogma central de total del genoma), que “no conoce-
la genética, en la medida en que se mos por ahora cuál sea la función
daba por hecho que un gen (como fisiológica de esta gran cantidad de
unidad del ADN que se convertía ADN, cerca de dos tercios a los que
en ARN) daba lugar a una proteína, no se les ve, por ahora, que conten-
que a su vez realizaba una función gan ninguna misión en el genoma o
(una enzima). en el desarrollo del organismo. Pue-
de ser que esta porción notable del
Pero este dogma se ha puesto genoma tenga una función tan sutil
en cuestión en la actualidad, en la que al presente se nos escape” 26.
medida en que se advierte que se
dan fenómenos como la poligenia Por tanto, frente a la creencia
(varios genes distintos pueden influir ingenua de la genética clásica, que
en la expresión de un mismo rasgo consideraba que en el conjunto del

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ADN estaba ya encerrada toda la 1) La ciencia todavía sabe poco y
información que se necesitaba para anda a tientas en su interesante
conformar el fenotipo morfológico y trabajo de exploración de nues-
conductual del ser vivo, en la actua- tra estructura genética y de los
lidad se advierte que esa traducción procesos a través de los cuales
del genoma al fenotipo es mucho se expresa. El trayecto que va
más complicada y abierta de lo que del genoma al fenotipo, campo
se creía. Y no sólo por los fenóme- de estudio de la biología mole-
nos ya indicados de la poligenia y cular y de la biología del desa-
la pleiotropía, lo que supone que rrollo, está lleno de interrogan-
un solo gen puede originar varias tes y de vacíos sin aclarar. Por
proteínas, sino también porque eso, como hemos visto, cada
cada proteína puede llevar a cabo vez está más clara la importan-
funciones diferentes. Por eso, en cia de ciencias como la biolo-
la actualidad va teniendo cada vez gía del desarrollo, o genética
más importancia, junto al genoma, del desarrollo, y la embriología,
el concepto de proteoma, “conjun- que estudian los fenómenos del
to de proteínas que especifican la proceso de traducción del ma-
naturaleza de todas las reacciones terial informativo del genoma
bioquímicas que una célula puede hasta su expresión fenotípica,
llevar a cabo en un momento deter- tanto en sus aspectos físicos y
minado. Así como el genoma es el morfológicos como también
mismo para todas las células diploi- conductuales, en la medida en
des, el proteoma puede variar según que la genómica ya no se redu-
el momento de la vida celular” 27. ce al análisis de la secuencia
de cada uno de los genes, sino
Como puede verse, la compleji- que abarca también la com-
dad del camino a seguir de un rasgo binación con otros elementos
genómico, a través de la traducción que los encienden, los frenan o
en el abanico proteínico, hasta que los aceleran en su función. Por
llega a expresarse en los diferentes eso, si el ámbito del genoma es
rasgos del fenotipo, es un camino complicado, todavía lo es más
largo y complejo que no tiene una el del proteoma.
única ruta, sino varias posibles, en
función de factores aleatorios que 2) La mera descripción de los
se dan en los diversos recovecos de datos científicos, como ya deja-
ese intrincado camino. mos dicho, es insuficiente para
la comprensión de lo humano.
Las conclusiones que de todo El punto de vista científico no
lo dicho podemos sacar son varias: nos indica más que el funciona-
miento de la máquina corpórea

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del ser humano, pero no nos permanente, la mano prensil,
indica en sí mismo el sentido y en definitiva una conducta
de la realidad humana. Afirmar cualitativamente diferente.
que el ser humano se reduce
a su genómica o proteómica, 4) Y aquí está la conclusión más
no es meramente una afirma- significativa: lo fundamental no
ción científica sino filosófica, y está en comparar las diferencias
como tal afirmación filosófica en el punto de origen, sino en
es errónea e insuficiente. Si sus expresiones morfológicas y
miramos sólo los datos fácti- conductuales. Y este punto de
cos, y se advierte que sólo nos vista lo que nos muestra es que
diferenciamos en un 1% de los esas pequeñas diferencias son
chimpancés, claro que se ten- más significativas de lo que pa-
dría que afirmar nuestro radical recen, puesto que son la causa
parecido con ellos, e incluso de un modo de ser y de actuar
defender las tesis de J. Diamond que sí representa una clara dife-
de incluir a los chimpancés rencia cualitativa, como vamos
dentro del mismo género en el a tener ocasión de comprobar
que los taxonomistas sitúan a la en otros aspectos que vamos a
especie humana 28.El problema analizar a continuación. Todo
está en que reducir la compara- esto nos hace ver, como indica
ción a ese dato cuantitativo es J. Ruffié, que la naturaleza inno-
insuficiente. va poco29, y con pocos cambios
en lo genético es capaz de dar
3) La complejidad que nos mani- de sí realidades fenotípicas muy
fiesta el proceso de expresión diferentes entre sí.
del genoma en el fenotipo,
es una mostración de que la De ahí que podamos concluir
naturaleza con pocos cambios que lo que nos diferencia con los
es capaz de generar realidades animales más cercanos a nosotros
extraordinariamente diferentes. no es sólo esa pequeña proporción
Es como los radios de una cir- de genes, sino también el itinerario
cunferencia: en el inicio están que siguen hasta su expresión feno-
cercanos, pero a medida que se típica, tanto morfológica como con-
prolongan crece su separación ductual. De ello tenemos que con-
y diferencia. Es decir, en el cluir que la esencia o naturaleza del
caso del ser humano se advierte ser humano no se halla encerrada
que unas pequeñas diferencias exclusivamente en su ADN, como
cuantitativas son la causa de si fuera la potencia aristotélica que
posteriores diferencias de gran se expresa y se convierte en acto en
significado, como son su cere- el fenotipo, sino que el desarrollo
bro, el lenguaje, el bipedismo del genoma desde el ADN hasta su

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expresión fenotípica es más com- producción de una sola cría por
plejo y decisivo en la configuración parto como regla común, gran cui-
de un ser humano de lo que hasta dado maternal y dominancia de los
ahora creíamos. Aunque todavía no machos adultos sobre las hembras
sepamos del todo identificar el con- e individuos jóvenes32. Pero hemos
junto de pasos que se dan en ese introducido ya en esta lista elemen-
complejo y extraordinario proceso. tos conductuales, no sólo aspectos
morfológicos y fisiológicos.
2.2.2. El punto de vista anatómico-
morfológico 30 Ahora bien, a pesar de estas
grandes similitudes, también se dan
Los parecidos anatómicos entre varias diferencias significativas que
nuestra especie y los chimpancés las vamos a sintetizar en cuatro:
son muy claros y abundantes. “El
cuerpo humano, dice F. J. Ayala, a) el bipedismo, con todos los
está construido con arreglo al mis- cambios morfológicos que su-
mo plan general que los cuerpos puso de cara a la conformación
de otros animales, siendo más se- de los huesos de las extremida-
mejante al de los antropoides, los des inferiores y la cadera, así
primates, los mamíferos y los verte- como de la columna vertebral,
brados, por este orden descendente. orientadas a poder acomodarse
La semejanza y correspondencia, correctamente a caminar ergui-
hueso a hueso, entre los esqueletos do de forma constante 33;
de un antropoide y un ser humano
son impresionantes. Algunos de los b) la mano prensil, con el dedo
huesos son tan semejantes entre sí gordo oponible a los otros
que resulta difícil identificar la es- cuatro, que es consecuencia de
pecie de procedencia” 31. cambiar su función de extre-
midad delantera para caminar,
Como es evidente, los pareci- así como también para asirse
dos con los antropoides o simios a las ramas de los árboles, a
superiores es mucho mayor que con instrumento para manipular ob-
otros animales más distantes en la jetos pequeños que exigen gran
cadena evolutiva. Así, son dignos precisión de movimientos, así
de señalarse estos parecidos entre como para manejar herramien-
los humanos y los chimpancés: la tas y construirlas 34;
visión estereoscópica y policromá-
tica, la inmovilidad de las orejas, c) la progresiva cerebralización
la reducción del olfato, la pérdida y ampliación de la cavidad
de pelos táctiles, la existencia de craneana 35. Esta diferencia es
un tiempo menstrual y ausencia un punto clave, y no se limita
de un período estacional de cría, a la mera cantidad de la masa

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encefálica, sino a su estructura mico-morfológico entre la especie
y composición. El cerebro hu- humana y los diferentes primates es
mano no se reduce a ser más menor que la que hay entre éstos y
grande que el de los simios, la inmensa mayoría de las especies
sino que posee una estructura vivas.
propia (mayor proporción de la
corteza cerebral y de los lóbu- —Ahora bien, para que la com-
los frontales y temporales, con paración sea significativa, tenemos
disminución del lóbulo occipi- que hacer referencia a la función o
tal) que lo aleja de la estructura soporte que estas diferencias indi-
propia de los primates, y más cadas suponen de cara a compor-
todavía del resto de los anima- tamientos tan importantes y especí-
les vivos. ficoscomo pensar (cerebro), hablar
(cerebro-laringe), y demás compor-
d) y la transformación del con- tamientos inteligentes y libres pro-
junto de los rasgos faciales: pios de nuestra especie. Por tanto,
disminución del hocico y de si tenemos en cuenta este aspecto,
los músculos que lo sustentan; y no podemos dejar de hacerlo, se
transformación de la dentición advierte con claridad que aspectos
36
; acortamiento de la cavidad anatómicos como el cerebro y el
bucal, con retraimiento de la conjunto del aparato fonador, por
lengua, que tendrá como efec- lo que suponen de soporte fisioló-
to la transformación del tracto gico de funciones tan importantes
vocálico y la adecuación de como pensar, hablar y actuar libre
la laringe para emitir sonidos y responsablemente, constituyen
vocálicos37. elementos suficientemente signifi-
cativos como para servir de base a
¿Qué conclusiones podemos un criterio de diferenciación cuali-
sacar de estos datos? ¿Son significa- tativa, y no sólo cuantitativa.
tivos para defender una diferencia
cualitativa entre los humanos y de- 2.2.2 La comparación desde el pro-
más animales, o no da más que para ceso embriológico
una mera diferencia cuantitativa?
Un tercer punto de compara-
De nuevo tenemos que concluir ción, que resulta muy significativo,
de forma similar que en el apartado como vamos a ver, es el referente
anterior: al proceso de ontogénesis, del que
se ocupa la embriología. Si en la
—No es suficiente la mera comparación morfológica veíamos
constatación de datos y de hechos, el enorme parecido entre el hom-
puesto que podrá decirse, con ra- bre y las especies más cercanas,
zón, que la diferencia en lo anató- lo mismo ocurre en las diferentes

454 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
fases del proceso embriológico, los peces, lagartos, ratones, caba-
según nos indica la embriología llos, etc.) irán evolucionando hasta
comparada 38. Los parecidos son situarse delante de la cara, mirando
muy significativos, atravesando todo hacia el frente, para adquirir una
el proceso las mismas tres etapas mirada estereoscópica;
fundamentales: cigoto (tres primeras
semanas), embrión (hasta el final de —El esbozo de la cola (entre
la octava semana) y feto (hasta el 8 y 9 segmentos vertebrales), que
nacimiento). luego se transformará en el cóccix.
Lo posee el embrión de alrededor
Resulta significativo resaltar que de seis semanas, y puede alcanzar
en este proceso embriológico, se da una longitud entre 14 y 16 mms.
una cierta repetición de la historia En algunos casos especiales, no se
filogenética, resultando de algún supera esta fase y nacen de vez en
modo certera la teoría de Haeckel cuando niños con cola 39;
de que la ontogénesis repite y resu-
me de cierta medida la filogénesis. —La aparición del lanugo fetal,
De este modo, el cuerpo humano que se da entre el séptimo y noveno
en su desarrollo intrauterino viene a mes, y luego desaparece, recordán-
ser una recapitulación ontogenética donos el fuerte sistema piloso de los
de la filogénesis de su propio géne- mamíferos, y nos recuerda nuestra
ro y de toda la evolución. condición de “mono desnudo” (D.
Morris);
Prueba de ello es que, en el
proceso de desarrollo de la forma —La oclusión parpebral del
total del embrión, van apareciendo embrión: hacia el tercer mes, los
de forma más o menos transitoria párpados del embrión están cerra-
estructuras embrionales y fetales dos y soldados, y así permanecen
que hacen recordar formas de es- hasta el séptimo mes. Teniendo en
pecies que se hallan situadas en el cuenta este rasgo, se suelen dividir
proceso evolutivo anterior, desde las especies animales en dos clases:
las amebas hasta los primates. Vea- nidícolas, predispuestas a alargar
mos algunos de estos fenómenos: su fase de maduración en el nido,
y nacen con los párpados cerrados
—La pasajera aparición de (es el caso del ratón, conejo, gato,
restos de branquias, recuerdo de perro y los monos inferiores), y nidí-
nuestros antepasados los peces, y fugas, orientados a una independen-
luego los anfibios; cia más rápida, naciendo con los
ojos abiertos (ternero, caballo, foca,
—El paulatino cambio de posi- elefante). El ser humano participa
ción de los ojos, desde una postura de un aspecto de ambos grupos:
lateral (es la posición de los ojos en por un lado, nace con los párpados

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 455


Revista Realidad 129, 2011
abiertos, como los nidífugas, pero que todas las especies tienen la
en cambio es la especie que alarga capacidad de traer al mundo indivi-
más su permanencia en el nido ma- duos que pueden desenvolverse con
terno, dado su extrema invalidez, relativa rapidez e independencia en
uno de los rasgos específicos de la lucha por la supervivencia.
nuestra especie.
En cambio, en el ser humano
Podíamos hacer referencia se ha roto esta lógica básica, en la
a otros rasgos menores, que nos medida en que el proceso embrio-
recuerdan la persistencia en el lógico se ha detenido, y el recién
proceso embriológico de otros as- nacido se parece al “feto de un
pectos morfológicos de las especies mono”. “Así, según Y. Coppens, en
anteriores, pero con lo dicho es más el estado adulto seríamos bastante
que suficiente para probar la tesis semejantes a fetos de mono. En
del resumen en el proceso ontoge- todo caso, más próximos al feto
nético de las fases del proceso filo- del mono que al mono mismo. Esta
genético. Con lo dicho, estaríamos persistencia de caracteres juveniles
apuntalando el aspecto de los pa- o fetales es lo que se llama neote-
recidos. Pero lo interesante es que nia” 40. La especie humana es, pues,
en este proceso embriológico es una especie que ha ralentizado su
donde se empiezan a ver mayores desarrollo, y nace antes de tiempo,
diferencias con las demás especies, de forma prematura. Formamos una
apuntándose así el especial puesto especie de prematuros, de inmadu-
del hombre en el proceso ontoge- ros biológicos. Necesitaríamos estar
nético general. ¿Dónde se hallarían doce meses más en el útero mater-
las diferencias? no (21 meses debería durar nuestra
gestación) para poder nacer con la
El proceso embriológico de madurez biológica y comportamen-
todas las especies vivas sigue una tal con la que nace el resto de las
lógica básica: los individuos de especies vivas, según Portmann 41.
cada especie nacen en el momento
en el que se ha conseguido, por Según los antropólogos, en
parte del feto, de la madurez corres- la adquisición de este rasgo se ha
pondiente, la propia de la especie, dado un proceso de coevolución
para poder luego desenvolverse con otros elementos fundamentales
con éxito en la tarea fundamental de la especie humana: la postura
de adaptarse al entorno ambiental, erguida, que estrechó las caderas y
a su nicho ecológico. Y, en función el canal pélvico, hecho fundamental
de esa lógica, durará más o menos para las mujeres por su relación de
el proceso de gestación y ontogé- cara al parto, lo que favoreció en
nesis. Y, aunque cada animal sigue el proceso evolutivo la tendencia
una lógica propia, podemos decir a acortar el tiempo de gestación,

456 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
para poder dar a luz hijos con una Por tanto, la deficiencia biológi-
capacidad craneana adecuada para ca de los seres humanos (A. Gehlen)
poder atravesar el canal pélvico le impele a ser necesariamente un
y llegar a nacer, dejando la tarea animal cultural, a ser moldeado
de ampliar la capacidad cerebral por el útero cultural con objeto de
a los años posteriores a su naci- suplir esas deficiencias biológicas. Y
miento. De ahí que el nacimiento en este proceso de maduración y de
prematuro, que supone una mayor educación cultural, intervienen tan-
dependencia de los padres y de su to las capacidades innatas recibidas
entorno cultural, se tiene que conju- en su dotación genética como su
gar y completar con un proceso de capacidad de imitar y aprender de
maduración y de dependencia más los demás compañeros de especie.
largo. Este factor, que representa
la cara negativa de la deficiencia y Si evaluamos en su globalidad
de mayor dependencia, conlleva la este rasgo comparativo, vemos que
ventaja de dotar al recién nacido de ya las diferencias con los primates
una mayor plasticidad, que redunda y demás especies animales se van
en su educación y maduración. agrandando. En los dos aspectos an-
teriores (genética y morfología), las
Son claves en este cometido diferencias eran ciertas y evidentes,
las primeras fases posteriores al pero quizás no tan significativas y
nacimiento, el denominado “año explícitas como esta curiosa y espe-
extrauterino del embrión”, en la cífica situación de nuestra especie
medida en que en esa fase primera en el proceso ontogenético. Pero
ser producen procesos como la tenemos que volver a insistir en
maduración de la vista y de los que, ateniéndonos exclusivamente
sentidos en general, la capacidad a los datos científicos, son plausi-
de caminar, la maduración de la bles y legítimas las dos posturas en
mano prensil, una primera e im- conflicto:
portante fase de cerebralización (el
recién nacido nace con el número —La que interpreta las diferen-
completo de neuronas, unos cien cias como meramente cuantitativas,
mil millones, pero la maduración se puede apoyar en el hecho de que
cerebral se va produciendo y com- hay más parecidos entre el hombre
pletando después, y sobre todo, y los simios, que entre éstos y los
a través del logro de las innume- animales más elementales; y más
rables conexiones sinápticas que todavía si tenemos en cuenta que
serán el soporte cerebral de todas también en los chimpancés pode-
las habilidades conductuales), y el mos advertir una cierta inmadurez
empezar a balbucear un lenguaje y no fijación total, en clave de ins-
elemental. tintos, de sus pautas comportamen-

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 457


Revista Realidad 129, 2011
tales. Sus presupuestos reduccio- te, aunque fuera con una fórmula
nistas no le permite a esta postura más perfecta (postura pasiva propia
conceder más; de las otras especies vivas), sino
que adopta una postura activa y
—Y la que ve ya aquí una dife- transformadora, por cuanto tiene
rencia radical y cualitativa, que se que adaptar obligatoriamente el en-
completará en el apartado siguiente, torno a sus necesidades. De nuevo
cuando hagamos referencia a la es- vemos que se ha invertido la lógica
tructura comportamental específica de la adaptación: el animal tiene
del ser humano, que se sustenta ambiente, el hombre tiene mundo,
precisamente en esta deficiencia construido artificialmente.
biológica, siendo su cara positiva.
Se advierte, pues, desde este punto Este aspecto de inmadurez
de vista, tanto la continuidad como supone ya la base fisiológica de
también la ruptura cualitativa entre la específica estructura comporta-
nuestra especie y el resto de las mental del ser humano, por lo que
especies de la biosfera. Los seres no necesitamos detenernos aquí y
humanos repetimos las mismas fases pasamos a la siguiente faceta com-
del proceso embriológico, pero de parativa.
otra manera, deteniéndose el proce-
so de maduración para empujarnos 2.3. Comparación desde la estruc-
al mundo antes de tiempo: hemos tura comportamental
dicho ya que parecemos el feto de
un mono. Así, a diferencia de la Si en el ámbito de lo genético
tesis de los estratos de M. Scheler, y morfológico, e incluso en el te-
que parte de situar al ser humano rreno del desarrollo embriológico,
en un peldaño más arriba del proce- podemos apelar a unos datos más
so de maduración evolutiva (acen- o menos objetivos, que necesitan
tuando la continuidad), la postura posteriormente su interpretación,
de Gehlen hace romper esta lógica, en el terreno del análisis del com-
viendo al ser humano no como un portamiento o estructura comporta-
animal más perfecto y maduro, sino mental el esfuerzo interpretativo se
como un animal diferente, que sigue hace necesario casi desde el primer
otra ley y estrategia de maduración: momento, porque casi no existen
suple con el aporte de aprendizaje meros datos objetivos de compa-
cultural la deficiencia biológica. ración. Todos dependen ya de una
No hay, pues, aquí una superación mirada interpretadora, deudora de
desde una fase o escalón que subsu- un trasfondo antropológico y cos-
miría evolutivamente los anteriores, movisional. Pero, al mismo tiempo,
sino que rompe y supera esa lógica constituye este aspecto el punto
a través de un salto cualitativo. No más importante y decisivo para el
persigue tanto adaptarse al ambien- tema que estamos estudiando aquí,

458 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
en la medida en que el punto don- el conductismo norteamericano,
de se diferencian más claramente de la mano de Watson y Skinner,
hombre y animales es precisamente defendía que la conducta animal y
en su estructura comportamental. humana era fruto exclusivo de las
influencias ambientales.
¿En qué se diferencia el com-
portamiento de los animales del de La mayoría de los estudiosos
los humanos? ¿Podemos establecer del comportamiento, tanto animal
una división entre los humanos y como humano, entienden que es el
el resto de los animales, o nuestro resultado de compaginar lo innato
comportamiento es sólo un poco con lo aprendido, aunque el proble-
más inteligente y complejo que el ma radica en cómo conjugar ambos
de los primates, habiendo entre componentes. Pero sigue habiendo
éstos y los animales anteriores una partidarios de las dos posturas ex-
diferencia tan grande y significativa tremas: el innatismo y el ambienta-
como la que hay entre los primates lismo. Referidas al comportamiento
y los humanos? humano, ambas posturas defienden
tesis deterministas, aunque sus pos-
El empeño por estudiar el turas suelan ser muy ambiguas en
comportamiento de los animales este punto, como vamos a ver. Nos
se puede encontrar ya en la épo- detendremos, en primer lugar, en
ca de Aristóteles. Pero el estudio analizar los planteamientos de la so-
científico se comenzó a realizar a ciobiología (determinismo genético)
partir de las teorías de Darwin. Es a y del conductismo (determinismo
partir de entonces cuando comien- ambiental), para luego ver referirnos
zan a darse dos planteamientos a las posturas que conjugan lo inna-
contrarios en la interpretación de to y lo aprendido.
los comportamientos animales: los
innatistas y los ambientalistas42. Los 2.3.1. Las tesis deterministas
primeros intentos serios sobre el
comportamiento animal dan lugar a) El determinismo genético de la
a la aparición de la etología, de la sociobiología 44
mano de tres científicos europeos,
Konrad Lorenz, Karl von Frisch y La sociobiología, nacida en los
Niko Tinbergen, que recibieron EE.UU. a partir de la obra de E. O.
conjuntamente el Premio Nobel en Wilson y otros autores, pretende
1973. La etología de estos autores explicar tanto el comportamiento
insiste en la dimensión innata de animal como el humano desde las
la conducta animal, pero entien- leyes centrales de la genética. Para
den que el componente innato hay estos autores, el sujeto de la evo-
que conjugarlo y complementarlo lución no es ni la especie (como
con el aprendizaje43. En cambio, defendía K. Lorenz) ni los indivi-

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 459


Revista Realidad 129, 2011
duos, sino los genes. El objetivo normas éticas de la lógica evolucio-
que persiguen es la supervivencia nista, cayendo de ese modo en la
y estar representados del modo falacia naturalista, Wilson pretende
más abundante en las generaciones escapar a esa falacia, pero creemos
siguientes. En definitiva, la ley que que sin conseguirlo. Así, cuando
los empuja es la del egoísmo gené- afirma que “el comportamiento hu-
tico (el gen egoísta, R. Dawkins). Y mano —con las capacidades de res-
con esta lógica pretenden explicar puesta emocional que lo impulsan
toda la conducta de los seres vivos, y lo guían— es la técnica indirecta
sintetizada en cuatro ámbitos funda- por la cual el material genético
mentales: la agresividad, la relación humano ha sido, y será, mantenido
entre sexos, la relación paternofilial, intacto. La moralidad no tiene otra
y las conductas “altruistas”45. función última demostrable”47. Pero,
como indica F. J. Ayala, es una afir-
Es importante advertir que no mación incorrecta tanto si se refiere
todos los sociobiólogos defienden a la capacidad ética (puesto que los
la extrapolación de estas pautas de humanos somos éticos por natu-
conducta al ámbito humano. Mien- raleza, y no porque esto sirva a la
tras la corriente norteamericana eficacia genética) o a los contenidos
defendería tal extrapolación, la ingle- éticos. Si se refiere a lo segundo,
sa, con Dawkins a la cabeza, sería sería defender la falacia naturalista.
partidaria de separar ambos terrenos.
Las críticas a la sociobiología
En definitiva, para los sociobió- suelen venir de tres ámbitos di-
logos, la cultura humana no es más ferentes. Desde el estrictamente
que un componente más nacido por científico, los etólogos tienen que
evolución y controlado directamen- comprobar si las tesis sociobiológi-
te por los genes, y, por tanto, tiene cas se sostienen, referidas al campo
que estar al servicio de los genes y exclusivamente del comportamiento
de su lógica de egoísmo genético. animal. Esto queda en manos de los
Y cuando decimos cultura estamos etólogos, y no todos están de acuer-
hablando de todos sus componentes, do con las tesis sociobiológicas,
también la ética y la religión. La éti- puesto que si en muchos campos
ca sería, para Wilson, una estrategia del comportamiento animal parecen
más de los genes al servicio de la comprobarse sus tesis, no ocurre así
supervivencia, al igual que a otras en todos los casos. Por ejemplo, en
especies les ha dotado de alas, bran- el terreno del altruismo, puesto que
quias o garras para sobrevivir en un no siempre las tesis egoístas se cum-
nicho ecológico determinado46. plen y son más eficaces, ni tampoco
está claro que el gen sea el sujeto
Frente a los evolucionistas clá- de la evolución48. Otro campo de
sicos, que pretendían deducir las crítica se refiere a la legitimidad o

460 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
no de extrapolar las tesis biológicas Hoy día son pocos, si es que
al área del comportamiento huma- hay alguno, que defienda el con-
no, puesto que ello supondría negar ductismo, como postura antro-
la libertad humana, y la autonomía pológica determinista, en toda su
de la cultura, con todos sus dife- crudeza, tal y como se dio en la
rentes ámbitos; así como no poder primera mitad del siglo XX en los
escapar a la ambigüedad consis- EE.UU. Sus planteamientos perdie-
tente en defender el determinismo ron apoyos como consecuencia del
y mantener planteamientos éticos progresivo triunfo de las tesis etoló-
(Wilson, en “Sobre la naturaleza hu- gicas, que reivindicaban el elemen-
mana”)49. Y en tercer lugar, mirando to innato y genético en la conducta,
el problema desde la sociología del y de las ciencias cognitivistas, que
conocimiento, se ha acusado a los supusieron el retorno del concepto
sociobiólogos de un claro sesgo de lo mental.
ideológico en sus planteamientos50.
Así, si es verdad que las cir-
b) El determinismo ambiental del cunstancias del ambiente nos influ-
conductismo yen, en la medida que sea, sin em-
bargo no nos determinan. Por otro
Se trata de un enemigo que lado, se da en el conductismo, so-
podemos considerar ya superado bre todo en el de Skinner, la misma
en su globalidad, desde mitades del ambigüedad que en sociobiólogo
siglo XX. Pero nos referimos a él Wilson a la hora de querer conju-
como un modo clásico y ejemplar gar determinismo y planteamientos
de entender la condición humana. éticos (como en su utopía Walden
Frente a la postura sociobiológica, dos), pudiendo advertirse una doble
que sitúa el motor de nuestra con- concepción del ser humano: por un
ducta en los genes, con su lógica lado, lo que podríamos denomi-
egoísta, el conductismo de Watson nar el hombre masa, sobre el que
y de Skinner da por hecho que teoriza Skinner, hombre que, por
somos hechura de nuestro entorno. hallarse dominado por el ambiente,
La estructura comportamental está necesita un salvador que le libere
configurada por la relación directa de su dominación y le trasplante
estímulo-respuesta (E-R), por más a un nuevo paraíso terrenal (Wal-
que este sencillo esquema se pueda den dos), y por el otro, el hombre
completar y complejificar por la élite, representado por el propio
retroalimentación, según Skinner, Skinner y cualquier ingeniero de la
de los refuerzos (positivos y negati- conducta, que es consciente de esa
vos), que suponen la diversa forma dominación del ambiente, no está
de responder el ambiente (natural sometido a ella, quiere liberar al
y humano) a nuestra respuesta hombre masa, y construye un arte-
al mismo. facto social para liberarlo. Si no se

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 461


Revista Realidad 129, 2011
hace esta distinción antropológica, casos de hermanos gemelos que se
difícilmente se puede aceptar como han criado por separado, para ver
coherente la teoría conductista. en qué medida han desarrollado
conductas similares o diferentes51.
2.3.2. Entre la genética y el Pero, a parte de la precariedad cien-
ambiente tífica de estas investigaciones, en
todas ellas se advierte que la con-
Los estudios sobre el compor- ducta humana no está determinada
tamiento animal y humano nos ni por los genes ni por el ambiente,
indican que, tanto en el caso de los sino que es fruto de ambos com-
animales como en el ser humano, la ponentes y de la libertad de cada
comportamiento tiene componentes individuo.
innatos y aprendidos, por lo que
hay que superar determinados mitos En la actualidad, otro modo de
del pasado, como, en primer lugar, acercarse al estudio científico de la
pensar que el comportamiento hu- conducta humana es la denominada
mano es sólo fruto del aprendizaje, Psicología evolucionista, que persi-
como defiende la denominada tesis gue “afrontar el reto de analizar la
de la tabla rasa desde J. Locke; o, conducta humana asumiendo, con
en segundo lugar, pensar que el todas sus consecuencias, el origen
comportamiento animal es fruto evolutivo de nuestra especie”52.
exclusivo de un programa innato, Los pioneros de esta disciplina han
mientras que el de los humanos sido J. H. Barkow, L. Cosmides y J.
es resultado exclusivo de la expe- Tooby, con su libro fundamental
riencia; o también creer que los as- The Adapted Mind: Evolutionary
pectos genéticos influyen antes del Psychology and the Generation of
nacimiento y los ambientales sólo Culture53. Un autor importante y
a partir del nacimiento; otra idea muy conocido de esta disciplina es
equivocada consiste en pensar que S. Pinker, discípulo de Chomsky y
hay aspectos de la conducta huma- uno de los teóricos más interesan-
na que están genéticamente deter- tes acerca del origen del lenguaje
minadas, y otras, sólo influidas por humano54. Conscientes de que la
el entorno ambiental. La realidad es conducta humana es una síntesis
que todos los aspectos de la con- de mecanismos genéticos e influen-
ducta humana son el resultado de la cias del entorno, los psicólogos
interacción entre genes y ambiente. evolucionistas intentan descubrir
Pero no es posible determinar qué los mecanismos psicológicos que
parte o porcentaje corresponde a lo se han ido conformando en nuestra
genético y qué parte a lo aprendido. especie como resultado de su his-
toria evolutiva, desde el momento
Las investigaciones actuales en que apareció la especie hace
se orientan en la línea de estudiar más de dos millones de años. Esos

462 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
mecanismos psicológicos serían tamental del ser humano y la del
los responsables de los principales resto de los animales es cualitativa-
rasgos de la conducta humana, mente diferente.
como la capacidad intelectual, la
agresividad, los comportamientos Es cierto, como hemos indica-
sexuales, la cooperación en sus do, que no es correcto generalizar
diferentes niveles, la diversidad acerca de los animales, defendiendo
cultural y otros más. Se trataría, por que su conducta se encierra dentro
tanto, de encontrar ese conjunto de de un esquema innato Estímulo-
rasgos psicológicos comunes que Respuesta (E-R). Los animales, sobre
conformarían la naturaleza huma- todo los superiores, además de sus
na, conformada fuertemente por capacidades innatas aprenden del
ingredientes genéticos. De todos entorno y les influye el ambiente.
modos, aunque Pinker se desmarca Pero sus capacidades cognitivas
claramente del determinismo gené- no pasan de un cierto nivel ni son
tico de la sociobiología, considera capaces de una conciencia de se-
que muchos de sus planteamientos gundo nivel como los seres huma-
son correctos, y se muestra, de nos, ni son capaces de romper los
modo significativo, más duro con constreñimientos biológicos como
los críticos de la sociobiología, el para poder elegir libremente entre
grupo denominado Science for the diversas posibilidades de acción.
People55, que las tesis deterministas
de los sociobiólogos. Eso muestra Si hacemos referencia a las
que en la articulación de lo inna- investigaciones con las diferentes
to y lo aprendido, Pinker tiende a especies de grandes simios (chim-
acentuar en gran medida el primer pancés, bonobos, gorilas y oran-
componente en detrimento del gutanes), hemos de reconocer que
segundo, sin ser suficientemente tienen grandes capacidades cogni-
consciente de que resulta difícil, tivas que con anterioridad se mini-
por no decir imposible, distinguir la mizaban 57. Y, aunque las primeras
aportación de cada uno de esos dos investigaciones estaban impregna-
componentes en aspectos como, das de errores metodológicos que
por ejemplo, la medición de la hacían pensar más en respuestas de
inteligencia y en otros ámbitos del amaestramiento que en respuestas
comportamiento de los individuos56. con contenido cognitivo autónomo,
investigaciones posteriores parecen
2.3.3. La singular estructura com- avalar una riqueza interior que nos
portamental de los seres humanos deslumbra y rompe muchos de
nuestros esquemas anteriores. Todas
En definitiva, tras todas estas las especies animales parecen tener
precisiones, parece que podemos su propio sistema de comunicación
concluir que la estructura compor- interna, pero eso no significa que

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 463


Revista Realidad 129, 2011
tengan lo que se denomina teoría anteriores. Pero también se da un
de la mente58, es decir, la capaci- salto cualtitativo importante. Lo
dad de ponerse en el lugar de otro que nos diferencia respecto a las
congénere. Pero es cierto que especies anteriores, incluso las más
determinados animales superiores cercanas y mejor dotadas, es muy
utilizan un modo de comunicación significativo.
a través de gestos y de gruñidos que
parece implicar un cierto contenido a) Una mayor capacidad cogni-
semántico. Incluso hay chimpan- tiva, debida a nuestro extraor-
cés que pueden llegar a utilizar el dinario desarrollo cerebral,
lenguaje de los sordomudos, o un que nos ha permitido llegar a
lenguaje en que se utilizan fichas y poseer pensamiento simbólico,
teclado de ordenador. Hasta poseen recordar el pasado, anticipar el
un incipiente grado de autoconcien- futuro, crear símbolos arbitra-
cia, pues parecen reconocerse ante rios, etc.
el espejo. Y hasta parecen capaces
de emplear lo que se ha venido a b) La capacidad lingüística, que
llamar conductas maquiavélicas, nos dota en este punto de una
puesto que tratan de engañar a otros clara diferencia cualitativa no
semejantes, percibiéndose en esas sólo en lo fonético, sino en lo
conductas un alto grado de capaci- semántico, sintáctico y prag-
dad de ponerse en el lugar del otro. mático59. La diferencia entre
el supuesto lenguaje animal y
¿Significa esto que podemos el humano no es gradual, sino
deducir que la diferencia entre la cualitativo (Bickerton y sus teo-
capacidad cognitiva y la estructura rías sobre los lenguajes criollos
comportamental entre los hombre y o pidgin 60)
los animales superiores, los grandes
simios, es sólo cuantitativa, pero de c) La autoconciencia, que no es
ningún modo cualitativa? Pensamos un simple aumento de la au-
que no. En este punto, como en los topercepción animal, sino un
anteriores aspectos de que hemos segundo nivel de conciencia.
hablado, se da una continuidad
junto con una clara ruptura cuali- d) La libertad y la capacidad mo-
tativa. Es evidente que se da una ral, por lo que podemos afirmar
continuidad: los seres humanos no que sólo los humanos somos
innovan nada, hemos indicado ya animales éticos.
con palabras de J. Ruffié, sino que
lleva hasta un nivel de perfección e) La complejidad social: nacemos
extraordinario un conjunto de ten- dotados de la capacidad de po-
dencias y cualidades que aparecen nernos en el lugar del otro (psi-
ya en diversas especies animales cólogos innatos, Humphrey61),

464 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
de modo que nuestro entorno manos descubramos esa isla y les
ecológico más cercano y es- enseñemos a volar. Si la selección
pecífico son los otros (entorno natural ha dotado a tales aves de la
social), no tanto la naturaleza. capacidad de volar, lo habrá hecho
porque esa cualidad es valiosa para
f) La apertura a la pregunta por el su supervivencia, y resulta absurdo
sentido (filosofía), la inevitabi- que estén esperando a utilizarla
lidad de la muerte, la pregunta hasta que algún ser humano les
por el fundamento y el absoluto enseñe a utilizarla. Algo así pare-
(religión), etc. cen creer algunos sobre la supuesta
capacidad intelectual y de lenguaje
Todos estos ingredientes son en los chimpancés y demás simios.
suficientemente significativos como
para que podamos afirmar que El ser humano, como conse-
la diferencia entre los hombres y cuencia del proceso evolutivo, ha
demás animales no es sólo cuan- sido configurado de un modo tal
titativa sino cualitativa. Por tanto, que posee cualidades y un modo
estamos de acuerdo con Chomsky de comportamiento radicalmente
cuando considera que, a la vista de nuevo y cualitativamente diferente
estas diferencias, no es correcto ha- al del resto de los animales. Lo
blar con idénticas palabras para las esencial está en que nuestro com-
acciones animales y las humanas, portamiento no está limitado por un
por ejemplo inteligencia o lenguaje, programa genético y biológico, sino
puesto que la diferencia es abismal que se ha producido una ruptura,
y cualitativa. Es como decir que de modo que no tenemos estructu-
los seres humanos vuelan, porque ras comportamentales cerradas sino
son capaces de dar grandes saltos abiertas. Así, entre los estímulos
y permanecer en el aire durante un que percibimos y las respuestas que
breve tiempo. Como tampoco vale tenemos que realizar, se da un hiato
creer que los simios podrán con o vacío que tenemos que llenar de
el tiempo, y con el adiestramiento modo reflexivo. Es decir, tenemos
adecuado, llegar a dominar y enten- que pensar y elegir entre diversas
der el lenguaje humano y comuni- formas de responder. Y esa es la
carse adecuadamente con nosotros. condición de posibilidad biológica
Los que así piensan, dice también de nuestra libertad y de nuestra
Chomsky, parecen imaginar que es capacidad ética. Es la expresión de
razonable esperar que haya algu- nuestra condición inmadura, como
na isla desierta y desconocida en vimos, de nacer antes de tiempo,
donde habitan aves con capacidad y de haber roto la lógica del desa-
para volar pero que no vuelan, rrollo embrionario que siguen las
pero están esperando a que los hu- demás especies.

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 465


Revista Realidad 129, 2011
Así que los seres humanos no defienden un igualamiento entre
es que seamos más inteligentes o la especie humana y los demás
más complejos o capaces de inte- animales, merece hacer referencia
ractuar con el entorno, sino que lo a quienes en la actualidad tam-
hacemos de otra manera, siguiendo bién pretenden diluir la diferencia
una lógica o una estructura compor- hombre-animales pero no tanto por
tamental radicalmente diferente. Zu- un proceso de abajamiento del ser
biri lo expresa acertadamente dicien- humano, sino por una elevación de
do que al animal se le da la realidad determinadas especies animales,
bajo la formalidad de estimulidad, las de los denominados grandes
mientras que al ser humano, bajo la simios, al nivel de lo humano. Este
formalidad de reidad o de realidad. movimiento, liderado entre otros
El ser humano está vertido a la rea- por P. Singer y T. Reagan, pretende
lidad, y no a la mera estimulidad. la liberación animal y la defensa de
No percibimos meros estímulos sino los derechos de los animales, argu-
realidades, cosas reales. Y nuestra mentando que la distinción que tra-
habitud, o modo de habérnoslas dicionalmente se hace entre la es-
con la realidad es radicalmente di- pecie humana y las de estos grandes
ferente. El animal siente, mientras simios basada en la racionalidad y
que el ser humano, consecuente con la autonomía no es pertinente, sino
su estructura psicosomática, intelige que debe hacerse desde la capaci-
sentientemente. Siente pero de modo dad para sufrir y gozar.
inteligente. E intelige, pero de modo
sentiente. Así, sus actos son com- A partir de la época moderna, la
plejos pero unitarios. Eso significa ética se ha fundamentado y justifica-
que el ser humano ha sido elevado do desde la autonomía de la razón y
a una nueva estructuración esencial, del individuo. Kant nos enseñó que
en la medida en que su animalidad la persona humana, debido a su au-
ha sido elevada o configurada por tonomía y racionalidad, es digna de
una estructura nueva dotada de in- respeto y sujeto de derechos, en la
telección. Y todos sus actos son al medida en que es un fin en sí misma
mismo tiempo sensibles e intelecti- y posee valor y no precio; esto es,
vos, dándose en unos dominancia no puede ser usada como medio
de lo sensitivo (digerir, respirar), y en para ningún otro fin o valor. Pero
otros, dominancia de lo intelectivo esta fundamentación racional fue
(pensar, decidir)62. puesta en cuestión posteriormente
por el emotivismo y el utilitarismo. El
2.4. ¿Ampliación de la” humani- emotivismo sostiene que la fuente de
dad” a los grandes simios? la moral son los sentimientos, puesto
que el ser humano actúa moralmen-
Si en los apartados anterio- te llevado por los sentimientos y
res nos hemos referido a quienes emociones, impulsado sobre todo

466 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
por la compasión. Además, el utili- de una especial sensibilidad para el
tarismo, de la mano de J. Bentham goce y el sufrimiento.
y de J. Stuart Mill, sostiene que la
bondad y maldad de los actos no se De todos modos, los plantea-
advierten en sí mismos sino por sus mientos de los dos teóricos más
consecuencias. influyentes en la defensa de los
supuestos derechos de los animales,
Por tanto, nos encontramos P. Singer y T. Reagan, son un tanto
con dos modelos de ética muy diferentes.. P. Singer, apoyado en
diferentes, apoyados cada uno en la tradición emotivista y utilitarista,
un modelo distinto de persona. considera que el mal es un mal que
Mientras la propuesta ética kantiana debe ser evitado en la medida de lo
es una propuesta formal y procedi- posible 63. En realidad, estos dere-
mental (no podemos llegar a una chos no los extiende a todos los ani-
ética material universal, sino a una males, sino a los grandes simios 64,
forma o procedimiento universali- por lo que su postura es considerada
zable: el imperativo categórico) y por los más radicales como refor-
deontológico (una ética basada en mista. Tacha a las diversas posturas
principios, obtenidos a través del humanistas, sean religiosas o laicas,
imperativo categórico, de obligado de especieísmo, puesto que defien-
cumplimiento para todos), el utilita- den un etnocentrismo humano según
rismo emotivista defiende una ética él ilegítimo, en la medida en que la
basada en sentimientos y conse- diferencia entre los humanos y los
cuencialista (los principios no valen animales superiores (los grandes si-
en sí, sino por sus consecuencias mios) no sería esencial, sino gradual,
positivas). Igualmente, sus modelos y estaría basada en la común capaci-
antropológicos son diferentes. Mien- dad de sufrir y de gozar. Ahora bien,
tras el modelo kantiano se basa en P. Singer es consciente de que en
un humanismo antropocéntrico, ba- caso de conflicto entre determinados
sado en la autonomía y en la razón derechos de los humanos y de los
(es la razón y no los sentimientos simios, los derechos de los humanos
lo que distingue y caracteriza a las pasarían por delante, pero eso no
personas), el emotivismo utilitarista supondría tener que afirmar que es
se apoya en una idea de persona preferible cualquier sufrimiento ani-
basada en la capacidad de sufrir y mal respecto al sufrimiento humano,
de gozar. Todo ser capaz de sufrir ni que se pueda legitimar cualquier
y de gozar tendrá derecho a que se sufrimiento animal para satisfacer
respeten sus sentimientos y sus in- cualquier deseo o capricho humano.
tereses, con lo que en la actualidad
hay teóricos que pretenden introdu- T. Reagan, en cambio, defiende
cir en la clase o grupo de personas los derechos de los animales apo-
a determinados animales dotados yándose en tesis principialistas y

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 467


Revista Realidad 129, 2011
deontológicas, en la medida en que animales 66. Las condiciones que,
defiende los derechos de los anima- según Dennett, debiera tener quien
les en función de su valía intrínseca aspire a ser considerado una per-
65
. Por tanto, no se trata, como en el sona serían: ser racionales, poseer
caso de P. Singer, de defender los adscripciones intencionales, ser
derechos de los animales porque sujeto de consideraciones morales,
también ellos sufren y gozan, sino capacidad para adoptar una actitud
porque los animales en general, y recíproca de respeto, usar lenguaje,
más aún los superiores, como los y disponer de autoconciencia. Estas
mamíferos, poseen una vida inte- cualidades, que cualquier huma-
rior muy compleja y evolucionada, nista aceptaría en principio, por
que les capacita para ser sujetos- parecer que son suficientemente
de-una-vida y les dota de un valor significativas como para mantener
inherente. Esta supuesta inherencia la distancia cualitativa respecto al
ontológica y ética es la que le em- resto de los animales, en el contex-
puja a Regan a pedir que se respete to de Dennett sirven para defender
la dignidad de los animales y a que una idea borrosa de persona, en
no se les haga sufrir. Esta petición la medida en que esas seis condi-
no tiene recortes ni paliativos, ciones las cumplirían también los
puesto que Reagan aplica un valor animales superiores.
inherente a todos los animales, y
en general a todos los seres vivos, y Detenerse a desmontar todos
por ello todos, hombres y animales, estos presupuestos nos llevaría
tenemos los mismos derechos mo- demasiado tiempo. Estos plantea-
rales básicos. mientos de Dennett y sus seguidores
caen en el mismo error que hemos
Estaríamos, pues, ante pro- visto en el apartado anterior referi-
puestas que defienden, aunque con do a la diferencia entre hombres y
razones diferentes, una ampliación animales en relación a su estructura
de la idea de persona, que no abar- comportamental: insisten en los pa-
caría tan sólo a la especie humana recidos y en la incipiente continui-
sino que también acogería algunas dad entre esas características huma-
especies superiores, según la línea nas, que en los animales sólo se ha-
de Singer, o la de todos los ani- llan apuntadas y en embrión. Sólo
males, como propone T. Reagan, e para quien parta de una concepción
incluso, según los ecologistas más filosófica reduccionista y naturalista
radicales, a todos lo seres vivos. podrá resultar convincente la visión
Muchos de estos teóricos se apo- de una mera diferencia cuantitativa
yan en la propuesta de D. Dennett entre hombres y animales, como les
de entender que el concepto de parecerá también una mera diferen-
persona es un concepto borroso y cia cuantitativa la existente entre el
se puede aplicar a determinados salto de una persona y el vuelo de

468 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
un pájaro, según en señalado símil características exclusivas de los
de N. Chomski. humanos a determinados animales.
De ahí que pensemos que es total-
En los animales se hallan pre- mente legítimo seguir defendiendo
sentes, como en embrión, casi todas un humanismo antropocéntrico,
las cualidades que en los seres hu- complementado con la defensa de
manos llegan a su madurez y con- una normativa que defienda un
creción, desde la conciencia y la trato respetuoso con las diferentes
comunicación, hasta la capacidad especies animales. Igualmente, nos
técnica de construir herramientas. parece también adecuado comple-
Pero de ninguna manera se pueden tar la idea tradicional de persona,
ignorar las características específi- no basándola exclusivamente en
cas del ser humano, como son la su racionalidad sino también en
libertad y la capacidad ética, el len- su sensibilidad, en la medida en
guaje articulado y la apertura a la que el ser humano es una unidad
cuestión del sentido, entre otras. Si biocultural, o lo que es lo mismo,
no queremos introducir confusiones una unidad psico-orgánica, en la
inaceptables, hemos de reconocer que no sólo cuenta lo psíquico y
que sólo los individuos que poseen racional sino también la sensibi-
estas características pueden ser con- lidad y los sentimientos. Se trata,
siderados como personas. por tanto, de acogernos a un nuevo
paradigma en la comprensión de lo
Eso no quita que no debamos humano, complementario con un
crecer en aprecio y respeto por los nuevo talante en la relación con los
animales y la naturaleza en general, animales, que recoja lo más valioso
y proponer normas de respeto y de los dos paradigmas anteriores, el
de protección de biosfera y de las racional y el emotivo 68. Este nuevo
diferentes especies animales, acep- paradigma nos permite conjugar el
tando incluso que denominemos humanismo antropocéntrico con
a eso derechos de los animales 67. una nueva praxis en relación con
Pero otra cosa es que diluyamos el los animales, basada en el respeto.
concepto de persona, atribuyendo

3. La específica y singular estructura esencial de la


especie humana
Como resultado de todo el con los que se hallan más cercanos
recorrido que hemos hecho, se en el proceso evolutivo, representa
desprende de una forma bastante una especie totalmente singular,
plausible, que el ser humano, a pe- con una diferencia no meramente
sar de los parecidos inevitables con cuantitativa sino cualitativa. Lo he-
el resto de los animales, en especial mos ido viendo en cada uno de los

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 469


Revista Realidad 129, 2011
diferentes apartados de la compa- genes es la importancia de las
ración que hemos ido analizando. consecuencias fenotípicas que
producen el correspondiente
a) En la comparación desde el porcentaje diferenciador; en
punto de vista genético, veía- concreto, está claro que ese
mos que los datos de que dis- 1% de singularidad humana
ponemos parecían favorecer es el responsable de las dife-
a la postura reduccionista, si rencias morfológicas, del es-
nos limitamos a una mirada pecial desarrollo embrionario,
meramente naturalista. Las di- y, sobre todo, de la específica
ferencias entre hombres y chim- estructura comportamental del
pancés son pocas, sólo un 1% ser humano, y este aspecto es
de su genoma. Pero ya veíamos el realmente importante. En
que teníamos que hacer sobre definitiva, lo significativo no
ello varias precisiones: en pri- es el porcentaje de parecidos y
mer lugar, las investigaciones diferencias, sino las consecuen-
sobre el genoma nos indican cias tan especiales que esas
que estamos todavía lejos de pequeñas diferencias generan
haber desentrañado todos los en el fenotipo morfológico, y
secretos de su estructura y del más aún en el conductual, en
modo como parecen funcio- la especie humana.
nar los códigos genéticos para
expresarse en el ámbito feno- b) Si hacemos referencia al as-
típico, en la medida en que se pecto anatómico-morfológico,
halla en cuestión la idea de volvemos también a encon-
gen, y se advierte que una gran trarnos con la dialéctica con-
parte del genoma no se sabe si tinuidad-ruptura: los parecidos
tiene alguna función y cuál es anatómico-morfológicos son
en concreto; en segundo lugar, muy amplios, quedando claro
cada vez está más clara la in- que la especie humana está
suficiencia del código genético entroncada evolutivamente a
para explicar la realidad de un la familia de los hominoideos;
ser vivo, cobrando progresiva pero las diferencias son tam-
importancia el trayecto epige- bién muy significativas, desde
nético que une ambos extremos la postura erguida permanente,
(genotipo y fenotipo), como nos la utilización inteligente de la
indican la biología molecular mano, y sobre todo la posesión
y del desarrollo; además, en de un cerebro extraordinaria-
tercer lugar, en el ejercicio mente grande y específicamente
comparativo de genomas, más estructurado que nos dota de
significativo que la mera com- especiales capacidades cog-
paración cuantitativa entre nitivas y de la posibilidad de

470 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
utilizar un lenguaje articulado, en el ámbito de la conducta, de
complementado con la pose- la estructura comportamental.
sión de una laringe adaptada Hemos indicado que la con-
como aparato fonador. ducta, tanto en el ser humano,
y también en la mayoría de los
c) En relación al especial modo animales superiores, es una
de desarrollo ontogenético que síntesis de genética y aprendi-
poseemos como especie, se ad- zaje. Pero la diferencia entre
vierte que aquí se halla la base la estructura comportamental
de nuestra especial estructura humana y animal es abismal:
comportamental, en la medida los animales, incluso los más
en que nacemos antes de tiem- inteligentes como los chim-
po, como animales prematuros, pancés y los bonobos, están
con el aspecto del feto de un más sometidos a su herencia
mono (neotenia) y necesitados genética, y el componente de
de una más prolongada infancia aprendizaje y de creatividad es
y proceso de aprendizaje, repre- mucho menor, no advirtiéndose
sentando esta prematuridad la en ellos ningún atisbo de liber-
base biológica de nuestra liber- tad; en cambio, en la especie
tad y la necesidad de poner en humana, la herencia genética
marcha nuestras más complejas es más abierta, no está consti-
capacidades cognitivas para do- tuida por unas pautas de com-
tarnos de cultura y construir un portamiento cerradas, sino que
mundo a nuestra medida. Los queda en manos de la propia
defensores de acortar distancias decisión del individuo. De ahí
entre hombre y animales siguen que, como indicaba Gehlen 69,
aportando supuestas evidencias entre el estímulo y la respuesta
sobre la existencia de cultu- el ser humano tiene que poner,
ras animales. Pero volvemos por necesidad, un hiato, un
a repetir que tales atisbos de paréntesis de decisión y de li-
parecido con lo humano es un bertad, característica exclusiva
aspecto más de la tendencia en de la especie humana.
las especies animales anteriores
de poseer aspectos o tendencias En definitiva, en el ser humano
embrionarias de lo que después, se da, como ya lo hemos dicho, una
en la especie humana, serán síntesis de continuidad y de ruptura
características más maduras y evolutiva en relación con el resto
complejss, de naturaleza cuali- de los animales. Y en lo que tiene
tativamente diferente. de ruptura, puede verse el aspecto
negativo, su deficiencia biológica,
d) Donde la diferencia es más am- pero también el positivo: su ex-
plia, explícita e incontestable es traordinaria capacidad cognitiva y

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 471


Revista Realidad 129, 2011
su libertad, que le obligan a decidir dos subestructuras: la psíquica y la
en cada momento entre diversas orgánica. La subestructura psíquica
posibilidades de actuación. le hace ser inteligente, esto es, su
habitud o el modo de habérselas
El ser humano es, pues, la úni- con la realidad consiste en estar
ca especie cuya estructura esencial abierto a la realidad en cuanto tal.
es una síntesis de biología y cul- En cuanto realidad psico-orgánica,
tura. La biología es la condición sus actos son de naturaleza sensible
de posibilidad de la cultura, pero e inteligente al mismo tiempo (inte-
no agota ni determina su lógica o lección sentiente).
racionalidad interna. En el ser hu-
mano, la biología se ha abierto y Así, el ser humano siente, como
ha sido subsumida por un nivel de el resto de los demás animales,
realidad nuevo: lo psíquico o espi- de tal modo que la realidad se le
ritual. De tal forma que sin dejar de da en impresión. Pero es un sentir
ser un animal, el ser humano es una inteligente, en la medida en que su
estructura esencial nueva: unidad animalidad ha sido elevada a una
psico-orgánica. estructura nueva: la psíquica, conse-
cuencia de las mutaciones genéticas
Considero que los planteamien- y la cerebralización. De ahí que el
tos metafísicos y antropológicos de ser humano es el resultado de la
Xavier Zubiri siguen siendo uno emergencia de una nueva estruc-
de los más adecuados para definir turación cerebral, que le ha dotado
la especificidad de lo humano, de una mente capaz de escapar
entendiéndolo como una realidad del constreñimiento biológico y
entroncada y situada dentro del genético, para abrirse al nivel de la
dinamismo total de la realidad 70. suidad: la realidad humana es una
La realidad es esencialmente diná- naturaleza abierta, de una compleji-
mica, está constitutivamente dando dad tal que tiene que hacerse cargo
de sí 71, configurándose diferentes de sí misma, de su propia realidad y
modos o niveles de dinamismos, cargar libre y responsablemente de
desde el dinamismo de la variación ella misma, en diálogo comunitario
hasta el de la suidad, con sus tres con las demás realidad humanas.
dimensiones: personal, social e his-
tórica. Todo surge desde la materia, En definitiva, en función de la
complejificándose sistémicamente específica estructura sustantiva de
hasta dar de sí la realidad viva, y la realidad humana, posee muchos
posteriormente el psiquismo hu- elementos comunes con los demás
mano. La realidad humana es una animales, y advertimos en ellos
conjunto sustantivo de notas, que apuntados y en embrión muchas
forma una estructura psico-orgánica de las características que en el ser
única, conformada a su vez por humano han llegado a su pleno

472 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
cumplimiento y realización. Por eso en todos los niveles de la realidad
que no nos extraña ver en los chim- de nuestro mundo. Pequeños cam-
pancés y demás especies de simios, bios acumulados llegan a desenca-
tantas similitudes genéticas, morfo- denar un salto cualitativo, que exige
lógicas e incluso conductuales. Pero un nuevo nivel de realidad, organi-
tampoco nos debería extrañar que zado con una nueva estructuración.
sigamos afirmando al mismo tiempo En estos saltos cualitativos, el nivel
la distancia cualitativa propia de la inferior es condición de posibilidad
condición humana: autoconciencia, del superior, al que subtiende diná-
libertad y responsabilidad, lenguaje micamente (Zubiri). Pero el nivel
articulado, capacidad de construc- superior no se reduce al inferior,
ción de complejas herramientas, aunque se apoye en él. De tal for-
complejo entramado social, capaci- ma que la novedad que supone la
dad de goce estético, apertura a la emergencia del nuevo nivel, es una
pregunta por el fundamento y a la novedad imprevisible e irreductible.
búsqueda del absoluto, etc. Imprevisible, porque no puede ser
prevista desde el nivel inferior, e
La unidad biocultural del ser irreductible, porque las leyes y la
humano es una expresión de su lógica con la que está configurado
unidad psico-orgánica, tal y como y constituido el nivel emergente no
la defienden los emergentismos puede ser reducido a las leyes del
sistémicos, entre cuyos defensores nivel inferior. Así, la psicología no
se sitúan M. Bunge, K. Popper, J. puede reducirse a la biología, ni
Searle, o J. Monserrat 72, o también ésta a la física.
el estructurismo dinámico de X. Zu-
biri y P. Laín Entralgo 73. Este modo En consecuencia, esta singula-
de entender las relaciones entre la ridad y especial densidad ontoló-
mente y el cuerpo permite superar gica de la realidad humana hace
tanto los materialismo o monismos que pueda ser defendido un teoría
fisicalistas y los dualismos, para en- humanista y antropocéntrica de la
tender, por el contrario, la realidad realidad humana, que nos permite
humana como una estructura o sis- defender también la centralidad
tema único, resultado de un proceso ética del ser humano frente a las
evolutivo que ha experimentado su- teorías que pretenden diluir la línea
cesivas complejificaciones, de modo divisoria de la humanidad y de la
que la mente viene a ser un modo personalidad que separa a hombres
nuevo y específico de estructuracion y al resto de los animales. Sólo la
y sistematización del cerebro y del especie humana está vertida a la
conjunto del cuerpo humano. moralidad, porque sólo ella tiene
capacidad ética y capacidad de
Esta visión dinámica y saltacio- apropiarse de posibilidades para
nista de la realidad está confirmada hacerse y realizarse. Eso no quita

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 473


Revista Realidad 129, 2011
que las demás realidades, animales, tema y a sus diferentes realidades
plantas y el resto de la materia, po- integrantes, tanto seres vivos como
sean su propia densidad ontológica, no vivos.
y, en consecuencia, el ser humano
deba comportarse frente a ellos no Pensamos, pues, que si los
como un déspota sino como un múltiples y complejos avances de
cuidador y administrador inteligente las diferentes ciencias van repre-
y responsable. Y bajo este prisma es sentando retos importantes para la
como tiene sentido la sensibilidad comprensión de nuestro ser como
ecológica y proyectos como el Gran humanos, estos mismos saberes
Simio y otros semejantes. científicos nos aportan suficientes
apoyaturas como para seguir de-
En consecuencia, el ser huma- fendiendo una visión humanista, y
no puede seguir siendo considerado también cristiana, del ser humano.
el centro de la creación, y el único Somos, está claro, una especie más
al que se le pueden pedir respon- en el conjunto de la biosfera, pero
sabilidades, tanto en relación a sí dotada de una singular naturaleza,
mismo, como también en relación que nos ha dotado de especial in-
a sus semejantes y al resto de la teligencia, libertad, responsabilidad,
creación. Y es a través de la pues- lenguaje, socialidad, y demás cua-
ta en marcha de su capacidad de lidades específicas, con ayuda de
razonar y de llegar a consensos ra- las cuales podemos ser conscientes
cionales como se podrá establecer de la acción de Dios que nos ha
cuáles son las obligaciones que nos llamado a la existencia y nos ofrece
corresponden en relación al ecosis- gratuitamente su salvación.

Notas 4 Cfr. GARCÍA BACCA, J. D., An-


tropología filosófica contemporánea,
1 Cfr. LANDMANN, M., Antropo- Caracas, UCV, 1947, cap. 2º, “El
logía filosófica. Autointerpretación del hombre como tema y como pro-
hombre en la historia y en el presente, blema” (nueva edición: Barcelona,
México, UTEHA, 1961. Anthropos, 1982.

2 Cfr. BEORLEGUI, C., Antropología 5 Cfr. DOBZHANSKKY,


filosófica. Nosotros: urdimbre solida- Th.,Genetics and the Origin of Spe-
ria y responsable, Bilbao, Universi- cies, Columbia University Press,
dad de Deusto, 1999, 2004 (2ª ed.), 1937; E. Mayr y W. Provine, The
35-37. Evolutionary Synthesis, Harvard
University Press, 1980; G. Simpson,
3 Cfr. BUBER, M., ¿Qué es el hom- The major features of evolution, Co-
bre?, México, FCE, 1976 (9ª ed.). lumbia University Press, 1953.

474 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
6 Cfr. MONOD, J., El azar y la nece- zón, Madrid, Alianza/Sociedad de
sidad, Barcelona, Barral, 1977. Estudios y Publicaciones, 1983.

7 Cfr. SINGER, P., Liberación ani- 12 Cfr. HAEFFNER, G., Antropología


mal, Madrid, Trotta, 1999; Id., filosófica, Barcelona, Herder, 1986,
Una izquierda darwiniana. Política, 20-26.
evolución y cooperación, Barcelona,
Crítica, 2000; CAVALIERI, P./ 13 Cfr. RIEDLEY, Matt, Genoma.
SINGER, P. (eds.), El proyecto Autobiografía de una especie en 23
“Gran Simio”. La igualdad más allá capítulos, Madrid, Taurus, 2000;
de la humanidad, Madrid, Trotta, DULBECCO, R., Los genes y nues-
1998; BEORLEGUI, C., “¿Hacia un tro futuro, Madrid, Alianza, 1999;
humanismo trans-antropocéntrico? SULSTON, J. y FERRY, G., El
Peter Singer y los derechos de los hilo común de la humanidad. Una
animales”, Realidad, 2001, nº 80, historia sobre la ciencia, la política,
199-236; Id., “Ética animal e idea de la ética y el genoma humano, Ma-
persona”, en GUIBERT UNCÍN, drid, Siglo XXI, 2003; NÚÑEZ DE
J.M./ORELLA UNZUÉ, J. L. CASTRO, I.,“Análisis antropológi-
(eds.), Preguntas éticas en cuestiones co del Proyecto Genoma Humano”
disputadas hoy, San Sebastián, Uni- (manuscrito sin publicar).
versidad de Deusto, 2005, 317-335. .
14 Cfr. WATSON, J. D., The double
8 Cfr. BEORLEGUI, C., “Filosofía de helix (La dobre hélice); Id., Genes,
la mente: visión panorámica y situa- chicas y laboratorios, Barcelona, Tus-
ción actual”, Realidad, 2007, nº 111, quets, 2006.
121-160; Id., “Los emergentismos
sitémicos: Un modelo fructífero 15 Cfr. bibliografía: AYALA, F. J.,
para el problema mente-cuerpo”, Origen y evolución del hombre, Ma-
Pensamiento, 62 (2006), 391-439. drid, Alianza, 1980, cap. VI; RUSE,
M., Filosofía de la biología, Alianza,
9 Cfr. MOREY, M., El hombre como 237 y ss.; BERTRANPETIR, J,/
argumento, Barcelona, Anthropos, JUNYENT, C., Viaje a nuestros orí-
1987; LORITE MENA, J., La filo- genes. Una historia biológica de la es-
sofía del hombre, o el ser inacabado, pecie humana, Barcelona, Península,
Estella, Verbo Divino, 1992; BEOR- 2000; JORDAN, B., Los impostores
LEGUI, C., Antropología filosófica. de la genética, Barcelona, Península,
Nosotros: urdimbre solidaria y res- 2000; FOX KÉLLER, E., El siglo
ponsable, o.c., caps. 2º y 4º. del gen. Cien años de pensamiento
genético, Barcelona, Península, 2002.
10 Barcelona, Tusquets, 2006.
16 Cfr. AYALA, F. J., o. c., pp. 158-
11 Cfr. ZUBIRI, X., Inteligencia y Ra- 161.

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 475


Revista Realidad 129, 2011
17 AYALA, F. J., o.c., 160-161. Cfr. en DOU, A. (ed.), Fragmentariedad
RUFFIÉ, J., De la Biologie á la Cul- de las ciencias, Bilbao, Mensajero/
ture, Paris, Flammarion, 1976 (De Biblioteca Fomento Social, 1985,
la biología a la cultura, Barcelona, 143-147; FONTANILLE, J., “Die-
Muchnik Editores, 1982, 278 y ss.). ciocho definiciones sobre el gen”, La
Recherche (Elementos?), 2003, vol.
18 Cfr. NÚÑEZ DE CASTRO, I., 10, nº 50, p. 17..
o.c., p. 3.
24 NÚÑEZ DE CASTRO, I., o.c., pp.
19 Estas letras significan: pb=pares 6-7.
de bases, refiriéndose a los em-
parejamientos de las cuatro bases 25 Cfr. MEIER, R., Comportamiento
nitrogenadas ya sabidas, mientras animal. Un enfoque evolutivo y
que k equivale a la cantidad de pares ecológico, Madrid, McGrawHill,
de bases existentes en el conjunto 2001. p. 35; NÚÑEZ DE CASTRO,
del genoma, cantidad similar a 10 I.,o.c., p. 9.
al cubo. Cuando las cantidades son
mayores, se utiliza, en vez de k, el 26 NÚÑEZ DE CASTRO, I., o.c., p.
símbolo M, equivalente a 10 a la 10.
sexta. Cfr. I. Núñez de Castro, o.c.,
p. 3. 27 Ibídem, p. 12.

20 Sobre los datos comparativos entre 28 Jared DIAMOND, en su libro The


el hombre y el chimpancé, cfr. The tirad chimpanzee: the evolution of the
chimpanzee sequencing and análisis future of the human animal, N. York,
Consortium, “Initial séquense of the Harper Perennial, 1993, propone
chimpanzee genome and comparison que al ser humano habría que situar-
with the human genome”, Nature lo dentro de las otras dos especies
437, 2005, pp. 69-87. de chimpancés, el chimpancé común
(Pan trogrodytes) y el chimpancé
21 Cfr. WATSON, James D., “The enano, llamado también bonobo
Human Genome Project: past, pre- (Pan panicus), o bien, incluir a estas
sent and future”, Science, 248. 1990, dos especies de chimpancés en el
44-48; NÚÑEZ DE CASTRO, I., género homo, y denominar a los
o.c., pp. 1-12. bonobos, Homo panicus, y al chim-
pancé común, Homo troglodytes.
22 Cfr. Ibídem, o.c., p. 5. Cfr. J. DIAMOND, “El tercer
chimpancé”, en P. CAVALIERI y P.
23 NÚÑEZ DE CASTRO, I., o.c., p. SINGER, El proyecto “Gran simio”.
6. Cfr. Id., “La indefinición funda- La igualdad más allá de la humani-
mental de las ciencias biológicas”, dad, Madrid, Trotta, 1998, 115-132.

476 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
29 Cfr. RUFFIÉ, J., De la biología a la ZABALA (ed.), Sobre el lenguaje
cultura, Barcelona, Muchnik Edito- de los antropoides, Madrid, Siglo
res, 1982. XXI, 1986, 147-203); LAITMAN,
J. T.,“El origen del lenguaje articula-
30 Cfr. AYALA, F. J., o.c., 153-158; do”, Mundo Científico, 1986, nº 64,
LAÍN ENTRALGO, P., El cuerpo 1182-1191.
humano. Teoría actual, Madrid,
Espasa-Calpe, 1989. 38 Cfr. LAÍN ENTRALGO, P., o.c.,
pp. 62-63; LACADENA, J. R.,
31 O.c., 154. Genética y Bioética, Madrid/Bilbao,
UPCO/Desclée de Brouwer, 2002,
32 Cfr. Ibídem, p. 155. 15-71..

33 Cfr. COPPENS, Y., La rodilla de 39 Cfr. CHRISTEN, Y., El hombre


Lucy. Los primeros pasos hacia la hu- biocultural, Madrid, Cátedra, 1989,
manidad, Barcelona, Tusquets, 2005. p. 57.

34 Cfr. WILSON, F. R., La mano. 40 Cfr. CHRISTEN, Y. , o.c., p. 58.


De cómo su uso configura el cerebro,
el lenguaje y la cultura, Barcelona, 41 Cfr. Die Biologie und das neue Men-
Tusquets, 2002. schenbild, Berna, 1942.

35 Cfr. MORGAN LLAMAN, J., 42 Cfr. MAIER, R., Comportamiento


El cerebro en evolución, Barcelona, animal. Un enfoque evolutivo y eco-
Ariel, 2003; Braillon, M. G., El lógico, o. c., 4-6.
sistema nervioso central, Madrid,
Alambra, 1980; GOLDBERG, E., El 43 Cfr. THORPE, W. H. , Breve his-
cerebro ejecutivo, Barcelona, Crítica, toria de la etología, Madrid, Alianza,
2002. . 1982; BEORLEGUI, C., “El reto
de la biología a la antropología: De
36 Cfr. BERMÚDEZ DE CASTRO, J. la etología a la sociobiología”, Letras
Mª, El chico de la Gran Dolina. En de Deusto, 16 (1986), nº 34, 37-69.
los orígenes de lo humano, Barcelona,
Crítica, 2002, cap. 7, “El reloj bioló- 44 Cfr. WILSON, E. O. , Sociobio-
gico de los dientes”, pp. 93-109. logía. La nueva síntesis, Barcelona,
Omega, 1980; Id., Sobre la natura-
37 Cfr. LIEBERMAN, Ph., “On the leza humana, México, FCE, 1980;
evolution of language: A unified RUSE, M. , Sociobiología, Madrid,
view”, Cognition, 1973, nº 2 (“Un Cátedra, 1983; DAWKINS, R. , El
enfoque unitario de la evolución gen egoísta, Barcelona, Labor, 1979.
humana”, en V. SÁNCHEZ DE

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 477


Revista Realidad 129, 2011
45 Cfr. RUSE, M.,Sociobiología, o.c. humano, Madrid, Siglo XXI, 2003,
130.
46 Cfr. WILSON, E. O. ,On Human
Nature, Cambridge, Massachussets, 53 New York, Oxford University
1978 (Sobre la naturaleza humana, Press, 1992.
México, FCE, 1980).
54 Cfr. PINKER, S. , The Blank Slate,
47 WILSON, E. O. , Sobre la naturale- Nueva York, Penguin, 2002 (trad.
za humana, p. 167. cast., La tabla rasa. La negación mo-
derna de la naturaleza humana, Ma-
48 Cfr. SOBER, E. y WILSON, D. S. drid, Alianza, 2003); BEORLEGUI,
, El comportamiento altruista. Evolu- C. , “A vueltas con la naturaleza
ción y psicología, Madrid, Siglo XXI, humana”, ARREGUI, J. V. (ed.),
2000. Debate sobre las antropologías”, Se-
villa, Themata, 2005, nº 35, 139-150.
49 Cfr. AYALA, F. J. , Origen y evo-
lución del hombre, Madrid, Alianza, 55 Entre ellos se sitúan Lewontin,
1980, cap. VII; BEORLEGUI, C. , Kamin, Rose y S. J. Gould. Cfr.
“El reto de la biología a la antropo- LEWONTIN/KAMIN/ROSE, No
logía. De la etología a la sociobiolo- está en los genes, o.c.; LEWONTIN,
gía”, o.c. R. C. , El futuro del genoma humano
y otras ilusiones, Barcelona, Paidós,
50 Cfr. SAHLINS, M. , Uso y abuso de 2001, cap. 1º; GOULD, S. J., La
la biología, Madrid, Siglo XXI, 1982; falsa medida del hombre, Barcelona,
R. LEWONTIN, S. ROSE y L. I. Antoni Bosch,, 1984.
KAMIN, No está en los genes. Racis-
mo, genética e ideología, Barcelona, 56 Cfr. BEORLEGUI, C., “A vueltas
Crítica, 1987. con la naturaleza humana”, o.c., pp.
Pp. 141 y ss.
51 Cfr. PLOMIN, R. , DE FRIES,
J. C. , MECCLEAM, G. E.y MC- 57 Cfr. De WAAL, Frans, La política de
GUFFIN, P. , Genética de la los chimpancés, Madrid, Alianza, 1993;
conducta, Barcelona, Airel, 2002; Id., Bien natural. Los orígenes del bien
WRIGHT, W. , Así nacemos. Genes, y del mal en los humanos y otros ani-
conducta, personalidad, Madrid, males, Barcelona, Herder, 1997; Id.,
Taurus, 2000;RIDLEY, M. , Qué nos Primates y filósofos. La evolución de la
hace humanos, Madrid, Taurus, 2004. moral del simio al hombre, Barcelona,
Paidós, 2007.
52 Cfr. CASTRO, L. , LÓPEZ-
FANJUL, C. y TORO, M. A. , A la 58 Cfr. PREMACK, D.y WOOD-
sombra de Darwin. Las aproximacio- RUFF, G. , “Does the chimpanzee
nes evolucionistas al comportamiento have a theory of mind?”, Behavioral

478 La singularidad del ser humano como animal bio-cultural


Revista Realidad 129, 2011
and Brain Sciences, 1978, nº 1, 515- 63 Cfr. SINGER, P. , Liberación ani-
526 (trad. cast.:”¿Tiene el chim- mal, Madrid, Trotta, 1999; Id., Des-
pancé una teoría de la mente?”, en acralizar la vida humana. Ensayos
MARTÍ, E. , Construir una mente, sobre ética, Madrid, Cátedra, 2003;
Barcelona, Paidós, 1997, pp. 137- BEORLEGUI, C. , “¿Hacia un
178); PREMACK, D. , “Does the humanismo trans-antropocéntrico?
chimpanzee have a theory of mind?”, Peter Singer y los “derechos” de
BYME, R, y WHITEN, A. (comps.), los animales”, Realidad (UCA, San
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GUIBERT, J. M.y ORELLA, J. L.
59 Cfr. LORENZO, G./LONGA, (eds.), Preguntas éticas en cuestio-
V. M., Homo loquens. Biología y nes disputadas hoy. In memoriam
evolución del lenguaje, Lugo, Tris de Juan Plazaola Artola, S. I., San
Tram, 2003; BEORLEGUI, C., “La Sebastián, Universidad de Deusto,
capacidad lingüística del ser humano: 2005, 317-335;TORRALBA, F. ,
una diferencia cualitativa”, Thémata. ¿Qué es la dignidad humana? Ensayo
Revista de Filosofía, 2006, nº 37, 139- sobre Peter Singer, Hugo Tristram
168. Engelhardt y John Harris, Barcelona,
Herder/Instituto Borja de Bioética,
60 Cfr. BICKERTON, D., Lenguaje y 2005.
especie, Madrid, Alianza, 1994.
64 Cfr. CAVALIERI, P.y SINGER, P.
61 Cfr. HUMPHREY, N. L., La re- (eds.), El proyecto “Gran Simio”. La
conquista de la conciencia. Desarrollo igualdad más allá de la humanidad,
de la mente humana, México, FCE, Madrid, Trotta, 1998.
1987; Id., La mirada interior, Madrid,
Alianza, 1993; Id., Una historia de la 65 Cfr. REGAN, T. , Animal Rights,
mente. La evolución y el nacimiento de Berkeley, University of California
la conciencia, Barcelona, Gedisa, 1995. Press, 1983; Id., “Poniendo a las per-
sonas en su sitio”, Teorema, XVIII/2
62 Cfr. ZUBIRI, X., Sobre la esencia, (1999), 17-37.
Sociedad de Estudios y Publicaciones,
Madrid, 1972; Id., Inteligencia sentien- 66 Cfr. DENETT, D. , “Conditions
te, 3 vols., Madrid, Alianza/Sociedad of Personhood”, en Brainstorms.
de Estudios y Publicaciones, 1980-82; Philosophical Essays on Mind and
Id., Sobre el hombre, Madrid, Alianza/ Psychology, Montgomery, Bradford
Sociedad de Estudios y Publicaciones, Books, 1976.
1986; Id., Estructura dinámica de la
realidad, Madrid, Sociedad de Estu- 67 Así lo defiende un etólogo tan cer-
dios y Publicaciones, 1989. cano a posturas antropomórficas en

La singularidad del ser humano como animal bio-cultural 479


Revista Realidad 129, 2011
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De Waal, en Primates y filósofos. La escrito; BEORLEGUI, C. , Antro-
evolcuón de la moral del simio al pología filosófica, o.c., 393-432.
hombre, Barcelona, 2007, pp. 105-
111. 70 Cfr. ZUBIRI, X. , Sobre el hombre,
Madrid, Alianza/Fundación Xavier
68 Cfr. GRACIA. D. , “Los animales Zubiri, 1986.
en la tradición occidental”, en LA-
CADENA, J. R. (eds.), Los dere- 71 Cfr. ZUBIRI, X. , Estructura diná-
chos delos animales, Madrid/Bilbao, mica de la realidad, Madrid, Alianza/
UPCO/Desclée de Brouwer, 2002, Fundación Xavier Zubiri, 1989.
134-150.,
72 Cfr. BEORLEGUI, C. , “Los emer-
69 Cfr. GEHLEN, A. , El hombre, gentismos sistémicos: un modelo
Salamanca, Sígueme, 1980; SE- fructífero para el problema mente-
QUEIROS, L. , “Arnold Gehlen cuerpo”, Pensamiento (en vías de
(1904-1976). La búsqueda de una publicación).
fundamentación biológica para la an-
tropología filosófica”, enALARCOS 73 Cfr. LAÍN ENTRALGO, P. ,
MARTÍNEZ, F. J.(ed.)., La moral Cuerpo y alma. Estructura dinámica
cristiana como propuesta. Homenaje del cuerpo humano, Madrid, Espasa-
al profesor Eduardo López Azpitarte, Calpe, 1991; Id., “El problema alma-
Madrid, San Pablo, 2004, 683-700; cuerpo en el pensamiento actual”,
Id., “Biología y conducta humana. en MORA, F. (ed.), El problema
Reflexiones desde la antropología cerebro-mente, Madrid, Alianza,
filosófica de Arnold Gehlen (1904- 1995, 17-35.

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