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Es cierto que se presume la existencia del libro Poética II de Aristóteles como así también se

presume que refería a la risa. No obstante, Aristóteles, y en mayor medida Platón, formaban parte
de un sector de filósofos y pensadores que a lo largo de la historia ha repudiado la risa. Es en razón
de esto que en estos breves minutos voy a exponer respecto de la comedía, específicamente, de la
comedia política y de su rol en la sociedad a la luz de los análisis de diversos pensadores respecto
tanto a este tema, como respecto a su opinión de la risa en general.

Muy lejano a la risa como un signo de la alegría, del sentirse bien, (signo que encuentra su
fundamento en relación regular de la naturaleza propia naturaleza; universo natural de Ockham)
existía una concepción platónica sobre la risa, una perspectiva de carácter negativa.

Platón, adoptando argumentos que podrían ser extraídos de un discurso de Burgos, consideraba a
la risa como la actitud de una persona carente de todo autoconocimiento que cree ser más
virtuosa o sabia de lo que realmente es. Consideraba que esa persona actúa con malicia (dolor en
el alma) al sostener que la persona que ríe, se concentra en el vicio, que al reírse ante
determinados pensamientos a la vez implica un actuar despectivo respecto de tales pensamientos.

Más tarde platón se tornaría menos riguroso adoptando una postura que reconoce la risa
perniciosa y la virtuosa.

Arístoteles adopta una postura menos extrema en lo que a la risa refiere. Aristóteles discernia
entre la risa injuriosa , y la risa adecuada, en palabras de Verena Alberti, la risa de acogida (me rio
con…) y la risa de exclusión (me río de…). Aristóteles opinaba que las comedias representan a lso
hombres peores de lo que realmente son; solo la tragedia y la epopeya son respetables.
Ironicamente no condenaba la risa despectiva cuando tenia por objeto a una persona sin virtud (es
decir, de una persona que no se ajustaba a parámetros o proyectos de bondad, justicia, verdad y
belleza que convertía a la persona en aquella que carecía de ética.
No obstante, Aristóteles Considera que la diversión y las bromas producen excesivo placer en
las personas, y que esto es una forma de ofensa que los legisladores quizás debieran prohibir.
La ironía para él es a la vez despreciable y útil —el humor y la risa tenían en la oratoria un
gran valor coercitivo.28
En la Retórica, citando a Gorgias, refiere que debe matarse la seriedad del oponente con las
bromas y sus bromas con la seriedad.

EN el propio Filebo aparecen temas referido el tema de la risa, respecto de lo que se sostiene
que con ella aparecen relacionados afectos como la envidia, la satisfacción maliciosa ante
una deformidad o minusvalía y la sensación de superioridad. Sócrates —según Platón—
define la envidia como una forma de dolor que se convierte en placer cuando nuestro propio
sentimiento de seguridad nos permite reírnos; si la persona objeto de envidia es poderosa, no
nos parecerá risible, sino detestable.28

Aristófanes fue uno de los grandes exponentes de la comedia griega, con 48 obras de las que
se conservan 11. En sus escritos, de espíritu mordaz, realizaba críticas
sociales y costumbristas de gran inventiva.28 (dedo medio en una obra)
Platón, y Sócrates a través de él, concibieron la risa como un placer mixto, es decir, que
supuestamente no debemos reírnos de la ignorancia, pero lo hacemos.
Demócrito por otro lado, decía que la risa torna sabio, el solía reir muy a menudo irónicamente
ante la marcha del mundo.

Cristianismo
El asentamiento del cristianismo modificó la concepción de lo que era oficialmente lícito y lo
que no a todos los niveles de la sociedad. El mundo pasó a ser un lugar de sufrimiento, y tal
forma de afrontar la vida perduró durante varios siglos.29
El origen de tal severidad probablemente se remonta al Antiguo Testamento. En él
encontramos pasajes que relacionan la risa con la necedad: 29
El tonto se ríe a carcajadas; el sabio, cuando mucho, sonríe suavemente. 35
Eclesiástico 21:20
Vale más oír reprensiones de sabios que alabanzas de necios. Las risas del necio se parecen al crujir
de las zarzas en el fuego, y también son vana ilusión.36
Eclesiastés 7:5-6

Ya en el rerum novarum, la primera carta papal referida a asunto terrenal como era la situación de
la clase obrera, trabajo de hoy descanso mañana (editar)

San Alberto Hurtado lo expresó brevemente:

"Hay dos lugares para el descanso: el cementerio y el


cielo".
Edad media
Las ideas sobre la interpretación de la risa en las Santas Escrituras fueron recogidas por
clérigos como, entre otros, Efrén de Siria (306-373), quien escribió en contra de las risas de
los monjes. Crisóstomo, según se cuenta, declaró a su vez que las burlas y la risa no
provenían de Dios, sino del pueblo, y condenó a los arrianistas por haber incorporado al oficio
religioso el canto, la gesticulación y la risa.

La forma más terrible y obscena de romper el silencio es la risa, si el silencio es virtud existencial y
fundamental de la vida monástica, la risa es gravísima violación. 28
Taciturnas
La Regla de San Benito aconsejaba la obediencia, el silencio, la humildad, la seriedad y el
trabajo agrícola, artesano y cultural.29

En palabras de Peter Berger, «constituye la concepción cómica del mundoen el sentido más
completo de la palabra. Es la visión del mundo al revés, burdamente distorsionado, y
precisamente por esto capaz de revelar mejor que la visión convencional, directa, algunas
verdades ocultas
Thomas Hobbes (1588-1679) —y más tarde Immanuel Kant—, en la misma línea
que Platón y Aristóteles, consideraba a la risa como exuberantemente placentera a la vez que
poderosamente maliciosa, motivo por el que temía sus potenciales propósitos más oscuros y
subversivos.17
En la primera mitad del siglo XVII, Descartes describe la risa en Les Passions de
l'âme («Pasiones del alma»), a la que califica de «fallo fisiológico» motivado por una
aceleración del flujo sanguíneo y desencadenado por el sobresalto que se produce al
encontrar un hecho sorprendente y posiblemente peligroso, hecho que él denomina «sorpresa
admirada».40
Laurent Joubert, un médico de Montpellier, escribió en 1579 una obra llamada Traité du ris
suivi d'un dialogue sur la cacographie française. En ella proponía una clasificación de la risa
en especies y epítetos. Entre las especies, distinguía entre la risa provocada por lo cómico y la
risa no relacionada con lo risible. A su vez, la risa de origen no cómico podía ser, entre otras,
de locura o delirio, convulsiva o equivocada, derivada de las cosquillas, o bien relacionada con
causas tan inusitadas como una lesión en el diafragma o la picadura de cierta araña. Por otro
lado, los epítetos eran «las diferencias accidentales observadas en una misma risa», y, según
el autor, eran casi tantos como los tipos de voz, por lo que no merecía la pena explorar sus
diferencias.

Diferencias entre la realidad y la realidad de la comedia

Las realidades cómica, estética y sexual son subversivas, potencialmente al menos. Si se permite que
emerjan con toda su fuerza, pueden llegar a contaminar con su lógica «extraña» las preocupaciones
serias de la vida cotidiana.26
Peter Berger
Moses Mendelsohn (Escritos filosóficos, 1761) postulaba que lo que provoca la risa es el
contraste entre la perfección y la imperfección, no sin resaltar que la percepción de tal
contraste es subjetiva.43
Immanuel Kant habló de la risa en el contexto de una teoría estética. Para Kant la risa aparece
cuando una tensa expectativa queda reducida a la nada. A pesar de sus reticencias, Kant no
tiene más remedio que admitir el carácter epistemológico de la risa: además de constituir un
proceso fisiológico y psicológico, implica una percepción diferente de la realidad. 43
Según Arthur Schopenhauer, la risa nace de la incongruencia repentinamente percibida entre
un concepto y el objeto real que por él es pensado. 44
Para Hegel, la comedia muestra un mundo sin sustancia y sin finalidad; constituye una
especie de mundo paralelo e ingrávido donde las acciones pueden iniciarse a la ligera e
interrumpirse con la misma ligereza. Distingue entre lo ridículo (cualquier cosa que haga reír) y
lo cómico. Como origen de lo cómico distingue varios tipos de incongruencia: entre el esfuerzo
y el resultado, entre la capacidad y la ambición y entre las decisiones y los accidentes
externos; lo cómico surge de la contradicción entre el mundo real, «pesado», y el mundo al
que aspira el espíritu humano, «ingrávido»
. Es la distracción del campesino, la licencia del borracho. Incluso la Iglesia, en su sabiduría, ha
permitido el momento de la fiesta, del carnaval, de la feria, esa polución diurna que permite
descargar los humores y evita que se ceda a otros deseos y a otras ambiciones... Pero de esta
manera la risa sigue siendo algo inferior, amparo de los simples, misterio vaciado de sacralidad
para la plebe. Ya lo decía el apóstol: en vez de arder, casaos. En vez de rebelaros contra el orden
querido por Dios, reíd y divertíos con vuestras inmundas parodias del orden... al final de la
comida, después de haber vaciado las jarras y botellas. Elegid al rey de los tontos, perdeos en la
liturgia del asno y del cerdo, jugad a representar vuestras saturnales cabeza abajo... pero aquí,
aquí —y Jorge golpeaba la mesa con el dedo, cerca del libro que Guillermo había estado
hojeando—, aquí se invierte la función de la risa, se la eleva a arte, se le abren las puertas del
mundo de los doctos, se la convierte en objeto de filosofía, y pérfida (humberto eco)
El humor y la política tienen en común el uso de la retórica, en ambos se tiene que utilizar
la palabra, las metáforas, la ironía, para defender una postura concreta, defender un
argumento, o hacer reír. La retórica se define según el filósofo Aristóteles como “la facultad de
observar, en cada situación, cuáles son los medios disponibles para la persuasión”. Esta
persuasión verbal es, tanto para el político como para el humorista, la manera de
encontrar soluciones creativas a situaciones o públicos que se resisten a aceptar una
premisa concreta.

nemos la suerte de que el humor está presente en todas las culturas, requiere del uso del
lenguaje, de la empatía y de complejos mecanismos. En la evolución de los homínidos el
reírse en grupo remplazó a lo que en otros primates era el acicalarse, como podía ser
peinarse mutuamente. La función primordial del humor es la de crear vínculos o reforzar los
existentes. Por lo tanto, la risa se utiliza como un mecanismo de reforzamiento de la unión
dentro de un grupo. El motivo que nos lleva a sentirnos más vinculados a aquellos que se ríen
con nosotros, que nos provocan una carcajada, o que se ríen de nuestras bromas son
las endorfinas. Al reírnos segregamos endorfinas, un neurotransmisor que juega un papel
clave en la creación de vínculos.

La risa es mas una señal de entendimiento con otra persona que una reacción a lo que se
considera el chiste en sí.

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La comedia política floreció en el siglo IV a.C. en Atenas y su mayor exponente fue


Arístófanes, del cual una de las obras que más se insertan en este género, una de las más
importantes además, es Las Asambleístas. El porqué, ahora lo veremos. La comedia política
se caracteriza por entrar a formar parte del pensamiento filosófico, político, económico y
social de la época en que se escriben. Su función es doble: por ser comedia su finalidad
primera es deleitar, agradar, divertir; por ser política también tiene otra finalidad, la de
poner en escena unos planteamientos e ideales políticos (también económicos y sociales)
en oposición y crítica de los planteamientos e ideales vigentes. El mecanismo que
Aristófanes utiliza para exponer ambos ideales es doble: utopía y absurdo. Como indica
Lasso de la Vega "en el desarrollo de la acción cómica este clima fantástico puede
conseguirse de dos diferentes maneras: una es la que consiste en un salto desde la
situación real a la utópica, de la cual la realidad viene a ser su contrafigura (...) Otra es la
que se logra mediante una reductio ad absurdum , alargando horizontalmente o
engrosando la defectuosidad de la realidad con el desquiciamiento y exageración grotesca
extrema".

Quizá convenga detenerse un momento en definir utopía y absurdo para entender


mejor el planteamiento anterior y el desarrollo posterior. "Utopía - indica López Eire -
significa irrealidad, falta de suelo en que apoyar los pies, mera teoría fruto del pensar
abstracto que no encuentra lugar en que realizarse sobre la faz de la tierra". Absurdo aquí
viene a indicar el disparate o escena contraria a la razón, que no tiene sentido real,
situando lo representado en la irrealidad.

La comedia política se basa en la unidad de contrarios de cuyo juego de acuerdo y


oposición resulta la armonía de la obra. Con la unión de comedia (idealidad del aliento
dionisíaco) y de realidad política del momento se crea la comedia política, donde la
antinomía realidad-fantasía pone de relieve la crítica a la situación política del momento,
transformando la realidad dentro de un plano de lo absurdo e imposible. Mediante la
sucesión de lo cómico respecto a la realidad se acentúa la gravedad de la situación social,
política y económica, es cuando la comedia más que nunca es" imitatio vitae, speculum
consuetudinis, imago veritatis", como dice la frase ciceroniana.

No obstante hay que distinguir que los dos mecanismos, utopía y absurdo, se


encaminan hacia una finalidad diferente. La utopía tiene como finalidad exponer un ideal,
en estas comedias político, donde dicha idealidad pone de manifiesto las carencias del
estado actual y plantea soluciones a éstas más o menos válidas de acuerdo con las ideas
filosóficas y políticas del momento. Por contra el absurdo se encamina hacia la finalidad
cómico-paródica de la comedia, a crear la bufonada y el chiste, que al oponerse, o mejor
dicho, al ponerse junto a la utopía, hace que ésta caiga también en el absurdo. El público
asiste a la comedia para divertirse, no para reflexionar ni pensar, y al final esto es lo que
ocurre, el absurdo contagia a la utopía. La utopía censura con ironía, el absurdo divierte
con resentimiento.
No obstante el conjunto de la obra también lleva al espectador a la catarsis, al igual
que la tragedia, pero de un modo distinto. Aquí se produce por las aspiraciones que el
personaje cómico hace surguir en el alma del espectador. Aquí la catarsis y la comedia
hacen que el espectador por un momento se ilusione con la contemplación de la distorsión
de la realidad, de la vida real, mediante la evasión del mundo de cada día. La utopía lleva a
la catarsis con la búsqueda de una razón teórica que proporcione nuevos planes de acción
distintos de los actuales.

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a legendaria novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, está


tejida alrededor de una discusión sobre la licitud, o no, de la risa.
El monje Guillermo de Baskerville representa al bando que la
defiende como necesaria. Respaldándose en Aristóteles, la define
como una fuerza “que puede tener incluso un valor cognoscitivo
cuando, a través de enigmas ingeniosos y metáforas
sorprendentes, y aunque nos muestre las cosas distintas de lo que
son… nos obliga a mirarlas mejor, y nos hace decir: Pues mira, las
cosas eran así y yo no me había dado cuenta“. Este sería nuestro
bando: el de aquellos que asumimos que una carcajada es
sanadora, como lo sugería Selecciones del Reader’s Digest en su
sección La risa, remedio infalible.

be”. Para Burgos el ciego, la prueba de que la risa es mala está a la


vista: al reír, los seres humanos parecemos monos (la risa ya
existía
en qué específicas condiciones deja de ser recomendable para
volverse pernicioso, al menos en términos políticos? en los monos
antes que en los humanos) en vez de ángeles.

Sin duda el miedo es un factor aglutinante en una sociedad. Una manera de dominar a la sociedad
(ejemplo de Estados Unidos). Sin duda una sensación de felicidad también puede serlo (un mundo
feliz o brave new world)

Que a veces los hombres les pueden hacer pito catalán y salirse con la suya. Supongamos que
reconocemos estas dos posibilidades extremas: que a veces no podemos hacer nada frente a la
omnipotencia de fuerzas que nos exceden (eso es la tragedia), y que otras veces sí podemos hacerle
pito catalán a esas fuerzas: eso es la comedia. Me parece que entre esos dos extremos, donde está el
drama, se puede pensar la política. (Eduardo rinesi)

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