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Planificación o Brújula:

Brújula: Escribir con una brújula equivale a conocer un poco sobre la historia, crear los personajes,
y dejarnos llevar por el propio ritmo de la escritura, las peripecias de los protagonistas, dejándolos
que cobren vida junto con todo el relato, descubriendo lo que les pasa, lo que hacen, lo que dicen,
como el dictado de un ser que de algún lado nos va narrando la historia.

Planificando: Conocer las líneas generales de lo que va a ocurrir, los acontecimientos cruciales, los
puntos de giro, los encuentros y desencuentros, el final de la historia, como explica Poe.

Cuando leemos una historia, nos va sorprendiendo a medida que la vamos descubriendo a través
de la lectura, por las reacciones de los personajes, las sorpresas, los diálogos, los cambios de
rumbo que va tomando la historia, y a veces creemos que, así como leemos el relato, fue como se
escribió. Pero en realidad, no conocemos el trasfondo, la planificación previa.

Los grandes Autores escriben planificando. Saben la línea argumental, el carácter de los
personajes, y los hechos fundamentales que sucederán en la historia. La tienen en la cabeza. Ej.
minucioso: Flaubert.

Pero ocurre un proceso en nosotros cuando escribimos. La historia, los personajes, cobran vida.
Podemos tener toda la historia planificada de principio a fin, pero siempre, inevitablemente va a
ocurrir que luego de haberla planificado minuciosamente, a medida que la vamos escribiendo
vamos descubriendo cosas nuevas que nos van surgiendo en el proceso de escritura y que no
estaban previstas. Si ocurre esto, es porque la historia realmente se está escribiendo desde dentro.

Sin embargo, nunca se da ninguno de los dos modos (Brújula o Planificado) en estado puro.
Siempre se trabaja por medio de los dos, sólo que nos apoyamos en uno.

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