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TEMA VII

ATRAPAR LAS IDEAS

¿Dónde habitan las ideas que canalizamos en la escritura? ¿Cómo se apela a ellas?
¿Qué procedimientos empleamos?
Ideas tenemos todos, pero no todos las atrapamos a tiempo. Y si las atrapamos, cada
uno lo hace a su manera. Captar cómo lo hacemos e incrementarlo nos permite
aprovecharlo mejor. Intuición, experiencia, experimentación, juego, observación, son
algunos de los fenómenos impulsores.
Improvisación o planificación son los procedimientos generales de acopio de ideas,
Aquí vamos a encarar ambos aspectos: los impulsos y los procedimientos como vías
para la elaboración del texto.

Las ráfagas.

A veces, las ideas pasan por la mente como ráfagas y creemos que se nos escapan.
Pero las ideas vuelven como ya lo han advertido infinidad de escritores. Truman
Capote, por ejemplo, decía que cuando se le ocurría algo nunca lo apuntaba
inmediatamente, sino que lo dejaba sedimentar porque lo verdaderamente potente
siempre vuelve y si el concepto es lo suficientemente bueno, si de verdad te
pertenece, entonces puedes olvidarlo porque te perseguirá hasta que lo escribas.
Es como un tamiz: a través del colador pasa el polvillo, pero la pulpa queda y es lo que
se explota. Por eso, Capote en lugar de apuntar y llenar cuadernos de bocetos
esperaba. Mientras tanto de esas ráfagas que nos asaltan podemos rescatar la
sensación que percibimos al vuelo y las astillas generadoras de otras ideas diferentes.
Se trata de trasladar sensaciones y astillas al campo del lenguaje. Es un modo de
establecer una cita con las palabras. A veces el camino es más importante que la
meta. En este caso lo es: recoger las astillas nos permite encender el fuego y captar
las sensaciones será útil para hacerlo con energía. Por lo tanto, se trata de no intentar
apuntar la idea que nos sobreviene completa, sino sus resonancias.
Truman Capote también decía que invariablemente tenía la ilusión de que la acción de
una historia –el comienzo, el medio y el final- tenía lugar todo a la vez en su mente y
que la veía toda entera en un instante, pero que a la hora de ponerla en marcha, de
escribirla, ocurrían infinitas sorpresas y estaba con ello muy agradecido porque la
sorpresa, ese giro, la frase que llega de ninguna parte en el momento justo, era el
beneficio inesperado, un pequeño empujón regocijante que va manteniendo en pie al
escritor.

Las “astillas”.

Confeccionar una lista de sensaciones, que aunque no sirvan por sí mismas sean
aptas para caracterizar personajes, acelerar enigmas, etc., es una posibilidad. Otra es
confeccionar una lista de asociaciones, o sea, de astillas.
Lo que llamamos astillas son señales, indicadores que suceden en cualquier momento
y en cualquier lugar.

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Las llamamos astillas porque, como tales, son trozos pequeños de la totalidad.
Para ejemplarizar este caso utilizaremos el comienzo de Gansos salvajes, de Louise
Erdrich:

“Los viernes por la mañana voy a la laguna con mi hermano Eli a esperar que
las aves desciendan. Nos hemos escondido un pequeño escondrijo. Eli tiene un
sexto sentido y una puntería que yo no puedo igualar, pero es tímido y no le
gusta hablar”.

Las astillas de las que podría surgir el cuento podrían haber sido las siguientes:

 Astilla 1:
La autora leyó en el periódico la noticia de que un hombre asesino a su
hermano. La noticia le causó horror y éste le produjo la necesidad de contar lo
contrario: dos hermanos aliados.
La astilla, o sea la señal, es la visión del crimen, pero también (y aquí coincide
la astilla con una sensación) es el horror.

 Astilla 2:
Asesinar = cazar = cazar aves: esperan las aves para cazar. Es decir, podría
haber lo del asesinato leído en el periódico con la caza, y a la hora de escribir
el cuento aprovechó esa astilla para unirla a la anterior y utilizarla como nexo
entre los hermanos.

 Astilla 3:
Esta señal podría haberla recogido mucho antes o mucho después que las
anteriores, pero la registró para utilizarla cuando le conviniera.
Vio un hormiguero mientras atravesaba un parque y lo relacionó con el
pequeño escondrijo que luego incorporó a la historia.

 Astilla 4:
Recordó a un amigo de infancia que era como su hermano y hablaba poco. Un
recuerdo puede provocar una astilla. Lo aplica al personaje y de aquí podría
surgir la idea de que a Eli no le guste hablar.

Una vez apresadas las resonancias de las ideas, conviene ordenarlas para su futura
incorporación en un texto.

Improvisar o planificar.

Existen fórmulas distintas de creación, a veces complementarias. Las aglutinamos en


las dos más abarcadoras:

 Improvisar
 Planificar

Improvisar es ir a la deriva, dejándose llevar por el azar. Es dedicar demasiado tiempo


a acopiar ideas y tiene, como todo, sus ventajas y sus desventajas. La ventaja es que
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a la hora de la escritura definitiva, especialmente en los textos informativos o
argumentativos, reduce nuestra tarea y nos proporciona más pistas. La desventaja es
que puede ser un sustituto del bloqueo: nos detenemos en lo que hay alrededor del
texto en lugar de entrar en el texto. El otro peligro es que nos disperse.
Improvisar es hacer una cosa de golpe, sin preparación alguna. Lo contrario es
reflexionar.

Planificar es organizar, previamente a la escritura del texto, los materiales que lo


constituirán. Es trazar un plan, es organizar las ideas y decidir el tono en que se va a
narrar. Por lo tanto, planificar es reflexionar.
Hay quienes planifican mentalmente y esta forma les puede llevar hasta meses y años,
pero en la escritura consiguen una coherencia total donde nada sobra ni nada falta.

Pero ambas fórmulas son correctas y podemos elegir la que prefiramos. Aunque se
prefiera planificar, la improvisación es una actitud liberadora y nos puede aportar
material inesperado.

Planificar directamente

improvisar como si fuera un puzle

y después

reescribir en base a una planificación previa

improvisar directamente y que el texto


resulte coherente pues respondemos a
una organización mental en torno a la idea
fundamental y su conexión con las subsidiarias

Poner título.

Poner título es una operación contradictoria pues es imposible poner desde el inicio un
título definitivo. Pero como síntesis previa a la escritura puede funcionar y ser un
dispositivo al que recurrir durante el proceso.
Incluso, se puede trabajar con subtítulos. Hacerlo contribuye a evitar la parálisis, el
bloqueo producido cuando nos enfrentamos a una idea interminable, que no se
interrumpe nunca y que finalmente acaba agotando nuestra capacidad de asociación.
En cambio, los subtítulos actúan como una especie de corte y, en este sentido, nos
ofrecen disparadores variados para un mismo texto.

Transformar lo informativo en significante.

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Las ideas para escribir pueden conseguirse a partir de los lugares más insospechados,
por ejemplo, de las informaciones directas que nos da un periódico o cualquier
persona en su conversación.
Suele suceder que lo que recibimos por estas vías y únicamente como información lo
olvidamos en poco tiempo. La diferencia con lo organizado como hecho estético, es
decir en un cuento o en un poema, por ejemplo, es que no sólo lo recordamos, sino
que lo releemos.
Por lo tanto, en principio debemos diferenciar entre dos clases de textos:

 Informativo: Es el texto que comunica, que informa, que da noticia de algo, y


 Significativo: Es el texto que sugiere más de lo que enuncia.

Entre las dos formas de discurso no hay diferencias de significado y, por tanto, en el
texto significativo la diferencia estriba en la originalidad, la imposibilidad de previsión
respecto de un sistema de probabilidades es lo que nos da el máximo de información.

Lo ineludible, necesidad interna.

Las señales de las que hablábamos al principio, las astillas, tienen una relación directa
con la necesidad ineludible de escribir que, para la mayoría de los escritores, es la
primera condición que justifica la producción de la escritura.
Lo enfocamos según dos de sus variantes:

 Las palabras
Al respecto, Jünger dice que “cuando un vocablo produce desasosiego es que
constituye una advertencia, una señal más que un indicador de caminos, parecida
a los anillos que rodean a la piedra lanzada al agua, la señal que se propaga en
círculos. En los sitios donde la señal anuncia un peligro todo es posible”.

 La necesidad imperiosa de escribir


De esa necesidad también nos habló Heinrich Böll:

- ¿Pero usted siente la necesidad de andar por el mundo con esos


manuscritos arrugados, pasados a máquina con errores, o encomendarlos
al correo, y seguir escribiendo aunque se los devuelvan todos?
- Sí, contesté.
- ¿Y por qué lo hace? Piénselo bien, su respuesta será a la vez la respuesta
a mi primera pregunta.
Jamás me habían hecho esa pregunta, Me puse a pensar mientras el redactor
comenzaba a leer mi cuento.
- No me queda otra alternativa, dije al fin.
El redactor alzó la vista y alzó las cejas.
- Es una respuesta muy buena, una vez se la oí decir a un atracador. El juez
le preguntó por qué había proyectado y llevado a cabo el atraco. No tenía
otra alternativa, dijo.

Sin embargo, tampoco hay que descartar lo contrario, es decir, escribir a pesar de
todo, sin disparador consciente. Escribir y basta.

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Recapitulando.

1. Conocer como captamos ideas ayuda a aprovecharlas mejor.


2. Registrar sensaciones productoras de ideas.
3. Organizar las sensaciones en una lista de asociaciones; se podrán incorporar
en cualquier momento a un texto.
4. A la hora de escribir se puede planificar o improvisar.
5. Planificar es reflexionar.
6. La improvisación es más liberadora que la planificación.
7. Poner títulos o subtítulos ayuda a sintetizar la idea y ofrece disparadores para
la escritura.

TALLER DE TEXTOS

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Las ideas habitan en los lugares más insospechados. Encontrarlas y atraparlas para
transformarlas en un texto literario es la tarea a realizar si respondemos a las
siguientes propuestas.

Propuesta 1: Respuestas.

Responder a las siguientes preguntas de forma rápida, sin darse tiempo para pensar.
Registrar la primera respuesta que nos venga a la mente:

 ¿Quiénes no lloran ante la fuerza del sol?


 ¿Hacia dónde van los trenes?
 ¿Cuáles son las coincidencias elementales entre un matrimonio y una partida
de cartas?
 ¿Cuál de las antiguas profecías anhelas ver cumplida?
 ¿Cómo está estructurado el Paraíso?
 ¿Qué le dice el ratón al gato?
 ¿Por qué lleva esa insignia?

Propuesta 2: Seleccionar.
Agrupar las respuestas de la propuesta precedente, extraer de ellas lo más
significativo y construir un texto.

Propuesta 3: Recoger sensaciones.

Elaborar una lista de sensaciones a partir de la siguiente noticia:

 46 días a la deriva en pleno océano

Un pescador japonés de 67 años ha sido rescatado en perfecto estado de salud


después de permanecer durante 46 días a la deriva en pleno océano Pacífico.
Anzo Mizayato, a quien ya se daba por muerto, ha sobrevivido bebiendo agua de
lluvia y comiendo los peces que atrapaba una vez que se le terminaron los víveres
que llevaba a bordo. El pescador fue avistado por otro barco de pesca a casi 2.000
kilómetros de su puerto de partida, en Okinawa. Anzo dejó el puerto el pasado 16
de junio, y ese mismo día el motor de su embarcación se averió, con lo que quedó
a merced de las corrientes marinas. Un portavoz de los guardacostas japoneses
aseguró que el pescador ha perdido la mitad de su peso (pesaba 70 kilos), pero
que, por lo demás, “tiene realmente buen aspecto”. Eso sí, ha quedado un poco
harto del menú marino: “Odio el pescado”, ha afirmado Mizayato a un periódico
nipón. – AGENCIAS, Tokio.

Propuesta 4: Aplicar sensaciones.

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Con las sensaciones recogidas en la propuesta anterior, inventar características para
un personaje, construir una anécdota, crear un misterio, etc.

Propuesta 5: Titular.

Poner título al siguiente texto del escritor Alberto Szpunberg:

Todo el poder nace de un sueño y de la punta de una flecha y entre página y


página cabe toda la esperanza del mundo: los caballos cruzan los ríos y los
montes como si fueran capítulos de un libro y en medio del combate se abre
camino un suave prado donde el otoño, más allá de los hombres caídos, más
allá de los aceros mellados, empalidece delicadamente el pasto y ruboriza de
amor las mejillas. Todas las ramas del bosque se unen para albergar esta
pasión, todos los arroyos espejan la luz para que llegue hasta el fondo. Entre
los árboles aún está el niño que expropia y se enamora y se desangra y una
lluvia de flechas asegura la victoria, implacable como el tiempo, más terca que
la bota que ahora patea el estante.

Propuesta 6. Imaginar.

Imaginar al personaje del texto siguiente y explicar qué es lo que le pasa, por qué está
afligido, qué hay escrito en el papel, hacia dónde va, por qué llora, dónde se para el
tren, etcétera:

“Un hombre está sentado en el vagón de un tren, llora, saca un trozo de papel
del bolsillo, lo mira, llora con más fuerza. El tren se para”.

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