Iii El Misterio Del Hombre

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III

EL MISTERIO DEL HOMBRE

Introducción

Ítalo Gastaldi tituló su libro de <<Antropología Filosófica>> “El hombre un misterio”,


y no puede existir otra palabra en nuestra lengua para intentar, aunque es imposible,
acercarnos a un concepto al ser humano. A este complejo y misterioso ser no es posible
aprehenderle, pues, cuando creemos conocerle en realidad estamos mucho más lejos de
lo que pensamos.

El hombre sigue siendo para sí mismo un problema actualizado, las <<situaciones


límite>> emergentes vuelven a hacer posible y con énfasis la pregunta ¿qué es el
hombre? y, las respuestas plurales y diferentes le develan a sí mismo como un misterio.
Misterio por que todo cuanto conocemos de él, si bien es mucho, en realidad no es todo.
¿Por qué no es todo? Por dos razones: la primera, por que para conocerse el hombre a
sí mismo tendría que salir de sí y volver sobre sí, lo cual no es posible del todo y; la
segunda, por que cuanto ser llamado a trascender, es un ser a-estático, un ser siempre
deviniéndose y por ello siempre inconcluso, un pro-yecto.

Para intentar acercarnos al misterio hombre, nuestra reflexión iniciará con los
fenómenos que actualmente le siguen revelando al hombre como problema, para
seguidamente presentar las visiones antropológicas insostenibles y finalmente centrarnos
detenidamente en aquellas cuestiones que falazmente creemos que ya están
comprendidas y que pesan de forma decisiva sobre nuestra propia existencia e identidad.
Las preguntas que nos acercarán al misterio ontológico del hombre serán: 1).- ¿Qué es
el hombre?; 2).- ¿Quién es el hombre?; 3).- ¿Cómo es el hombre?

Objetivo
Presentar unas aproximaciones y criterios filosófico-teológicos de la comprensión del
misterio del hombre como problema presente, como espíritu encarnado, como persona y
como libertad, para que los sujetos puedan tener elementos de juicio con los cuales
comprenderse a sí mismos como personas así como también valorar a sus semejantes
como tales.

Sumario
1. La actualidad del hombre como problema
2. Visiones antropológicas insostenibles
3. El hombre es unidad total: espíritu corporeizado/cuerpo espiritualizado
4. El hombre es persona
5. El hombre es libertad
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1. La actualidad del hombre como problema

Las <<situaciones límite>> emergentes que hoy le


revelan al hombre como problema siempre actual,
están modificando la forma de comprenderse a sí
mismo y sus relaciones con sus semejantes, el
mundo y el Trascendente, y se enmarcan dentro
de la visión mercadológica y cibernética de las
culturas occidentales modernas. Pues, desde que
el hombre, sabiéndose autónomo se ha
comprendido como el centro (antropo-centrismo),
los éxitos y los avances tecno-científicos se han
multiplicado, pero a la par y con ello, se han
agudizado también los problemas y las crisis.

1.1. <<Situaciones límite>> que hoy le revelan


al hombre como problema
A <<grosso modo>> y, desde el horizonte del
Hoy, cuando la tecnología, la fenómeno de la globalización, exponemos los
economía, la política y la <<problemas límite>> en medio de los cuales,
cultura -que son los rostros hoy, el hombre se ha de manifestar como ser
de la globalización- conllevan humano y como persona.
a estados mejores de vida
del ser humano así como 1.1.1. En el horizonte socio-político
también a la exclusión de los En hombre habiendo llegado a concebir
débiles y a la destrucción del jurídicamente la convivencia humana en su más
planeta, tiene sentido alto grado de libertad, a la que le ha llamado
preguntarse ¿qué es el democracia, finalmente termina siendo
hombre? exclusivista e individualista, enemigo del otro.

Actualmente las sociedades occidentales se han pulverizado y cada cual forma un gueto
que está al acecho de la otra. Dentro de las sociedades particulares se han elevado los
índices de violencia y de violación a los derechos humanos. El ser humano actual vive
bajo la constante amenaza de la violencia y de la muerte. Hoy, la paz no existe; la paz
hay que construirla, pero ante la carrera armamentista, su construcción se ve
conflictuada.

Los Estados en sus propias estructuras ya no son funcionales; los gobiernos que se jactan
de democráticos no lo son, pues usan el poder para dominar; los partidos políticos son
los mismos de siempre y buscan representarse para representarse; los que se dicen
políticos son viejos politiqueros que han prostituido a la política volviéndola palestra y
vía para la corrupción; la democracia se ha reducido al día de las elecciones; la
participación de los ciudadanos está debilitada. La política como Ciencia del Bien
Común se ha pervertido. Existe una desesperanza en la vida democrática de los pueblos.

Sin embargo, y contra la pluralidad y la diferencia de los pueblos, etnias y grupos


humanos, la tendencia en el mundo es a extender un sistema de política y Estado
mundial estandarizado bajo el nombre de globalización política.
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Frente a dicha propuesta no puede faltar nuestra objeción, pues, por respeto a la
pluralidad de los pueblos y sus contextos, no puede haber un gobierno mundial en
nombre de una “democracia” globalizadora.

En este contexto y por coherencia histórica preguntémonos: ¿qué es el hombre?


Y pensemos asimismo: ¿qué respuesta daríamos a aquélla pregunta?

1.1.2. En el horizonte tecno-económico


El hombre habiendo llegado a ser el inventor de la pólvora, la rueda y la máquina en
todas sus versiones últimas y sofisticadas, por una parte, con sus inventos ha llegado
disfrutar de mejores niveles de vida, por otra parte, ha llegado a destruir
despiadadamente la naturaleza, dando lugar a la crisis ecológica. El ser humano ha
desarrollado para sí y contra sí unas costumbres anti-ecológicas.

A través de la ciencia y la tecnología el hombre, además de conquistar el mundo y el


espacio sideral, ha llegado a conquistarse y esclavizarse a sí mismo, a esta visión es lo
que llamamos tecnocracia. Detrás de todo este proyecto están los países dueños de las
patentes tecnológicas del mundo y económica y bélicamente poderosos.

Los métodos a partir de los cuales los países ricos se apoderan de los recursos
bionaturales de la tierra, son la presencia de sus organismos de poder como el Fondo
Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco
Mundial (BM) y la Organización de la Naciones Unidas (ONU) que también funciona
como una transnacional.

En este horizonte, a los pueblos que no cuentan con el capital y la tecnología se los
denomina de modo absurdo y discriminante no-progresistas y subdesarrollados, mientras
que los poseedores de estos recursos se dicen, también, de modo absurdo y prepotente,
progresistas y desarrollados.

En este contexto equívoco se promueven reglas transnacionales para la vida de las


corporaciones transnacionales o TLC (J. de Souza) que afianzadas en la tecnología, en
el y el mercado dominan, empobrecen y excluyen a los pequeños Estados, a los pueblos
y a las etnias del planeta. Esas estrategias y políticas globales que buscan atracar los
últimos recursos existentes en el mundo se enmarcan dentro de lo que se conoce como
globalización tecno-económica.

Frente a dicha propuesta no puede faltar nuestra objeción, pues, por amor a la vida en
sus plurales manifestaciones no podemos permitir que ciertos Estados ricos o el imperio,
termine explotando y predando los recursos que constituyen el sustento de nuestros
pueblos.

En este contexto y por coherencia histórica preguntémonos: ¿qué es el hombre?


Y pensemos asimismo: ¿qué respuesta daríamos a aquélla pregunta?

1.1.3. En el horizonte cultural


El hombre como ser creador de cultura, ha sido capaz de generar, para sí y para las
generaciones que se han sucedido como para las que se sucederán, una plataforma de
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conocimientos, de valores, de saberes y de representaciones de su ser y espíritu
creativos.

Esta plataforma llamada cultura ha sido y es la que orienta al hombre a ser-en-el-mundo


así como a tomar decisiones y a establecer acciones y relaciones. El hombre, así como
ha sido gestor de una cultura de la ciencia, del libro, de la palabra, de la técnica y de la
vida, ha llegado también a crear una cultura adversa a la vida en el más pleno significado
y alcance de la palabra.

Sin ser pesimistas, pero sí realistas, el hombre occidental moderno ha construido unas
civilizaciones en las que lo humano se ha venido a menos, actualmente hay una
deshumanización en todos los sectores de las culturas y de las sociedades. Por sobre el
ser humano y su dignidad prevalece una cultura del mercado, del dinero, de la
tecnología, del poder, del consumo, del individualismo y de la indiferencia; el hombre
ha generado una cultura insensible a la paz, a la justicia, a la solidaridad y a la ecología;
la <<cultura de la vida>> se ve desplazada por la <<cultura de la muerte>>.

Las culturas occidentales de hoy paren (de parir) seres inermes a la vida, pero vampiros
de sus hermanos más débiles; son culturas que al parir a sus hijos se los engullen antes
de que éstos puedan reconocerlas como madres, porque a costa de esa sangre fresca
pueden seguir manteniéndose con vida. Dichas culturas actuales borran todas las
diferencias y las estandarizan bajo el nombre de globalización cultural.

Frente a dicha propuesta no puede faltar nuestra objeción, pues, por respeto a las
diferencias y pluralidades de las sociedades, pueblos y etnias no podemos admitir que se
nos borre nuestras propias identidades que son nuestras formas de ser y de obrar en el
mundo.

Para cerrar esta reflexión, podemos sostener que, actualmente las raíces del hombre
como problema se han de encontrar en las <<situaciones límite>> como la guerra, el
genocidio, la violencia, el fratricidio, el ecocidio, el hambre, la exclusión y el sin-sentido
de la vida.

En este contexto y por coherencia histórica preguntémonos: ¿qué es el hombre?


Y pensemos asimismo: ¿qué respuesta daríamos a aquélla pregunta?

1.2. Consecuencias de las <<situaciones límite>> señaladas


Los horizontes que acabamos de mencionar, inéditos por cierto y todavía inconclusos en
su génesis, traen asimismo consecuencias también inéditas para el hombre presente,
veamos dichas consecuencias en dos perspectivas: la negativa y la positiva.

1.2.1. En perspectiva negativa


Entre las tantas consecuencias en perspectiva negativa para el ser del hombre, podemos
señalar las siguientes:

a).- El fraccionamiento del ser humano.- Tiene que ver con una compresión
empobrecida y parcializada del ser humano, estas comprensiones van desde el puro

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materialismo hasta el puro espiritualismo, entre dichas formas de comprensión están la
biologicista, la psicologicista y la espiritualista.

La comprensión biologicista, esto es, el ser humano reducido a un entramado de funciones


fisio-biológicas, exclusivamente anatomía y tejidos. Un cuerpo más destinado al
experimento del hombre por el hombre. Si el hombre es sólo corporeidad ya no tiene
sentido hablar de su dimensión espiritual y de su trascendencia.

La comprensión psicologicista, esto es, el ser humano reducido a mero comportamiento y


conducta. Si el hombre es sólo comportamiento-conducta, no se puede hablar de su libertad
y de la posibilidad de llevar una vida ética.

La comprensión espiritualista, esto es, el ser humano reducido a espíritu desencarnado de su


corporeidad y desinstalado del mundo. Si el hombre es sólo espíritu, no se puede hablar de
compromiso político, de co-responsabilidad y de una ética y política sociales.

b).- La despersonalización del sujeto.- Es una forma de comprender al hombre


como un robot, un objeto de uso y desuso, como cosa y no como persona. En un mundo
tecnologizado y mediatizado, el ser humano es visto como pieza del sistema
mecanizado, a esta comprensión ayudan también los mass media y los multi media que
con su potencial instrumental usado muchas de las veces sin ética, terminan
objetualizando a la persona.

c).- La hedonización de la vida.- Apunta a la comprensión de la vida humana


como un fin para el disfrute ilimitado del placer por el mero placer. Hoy el hombre se
empeña en usar los avances tecno-científicos para inventar no solamente nuevas formas
de conseguir placer, sino, sobre todo, nuevos placeres que le hagan sentir que aún puede
explotarse a sí mismo ya que en su estrecha visión no tiene otra manera de darle sentido
a la vida.

d).- La exaltación de la subjetividad.- Se refiere a esa actitud sobrada del hombre


quien ilusamente se ha sobrevalorado hasta el extremo de llegar a considerarse el centro
del mundo, olvidando con ello que su realización sólo es posible en las relaciones
armónicas con sus semejantes, con el mundo y sus criaturas y con el Trascendente.

e).- La pérdida del sentido de la vida.- Finalmente, en una cultura materialista,


hedonizada, mediatizada y virtual el hombre es como una nave sin rumbo; en medio de
todo este oleaje de propuestas efímeras, llega a pensar que nada ni nadie vale la pena,
que la vida es un peso y que él mismo es “pasión inútil”, llega a perder el sentido de la
vida y, desde esta perspectiva mejor es estar muerto que vivo.

1.2.2. En perspectiva positiva


Pero no sólo existen consecuencias en perspectiva negativa, sino que también existen
consecuencias en perspectiva positiva para el ser del hombre, entre ellas podemos
señalar las siguientes:

a).- Una postura crítica de-constructiva y constructiva.- Tiene que ver la actitud
de muchas sociedades, pueblos y etnias que desde la reflexión auto-crítica y la propuesta
solidaria, buscan de-construir aquellos sistemas inhumanos que a lo largo de la historia

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y hasta hoy les han impedido vivir con dignidad, para re-construir desde abajo unas
nuevas culturas, más justas, más solidarias y más humanas.

b).- El sostenimiento de la esperanza contra toda des-esperanza.- Se refiera al


trabajo y a la lucha que muchísimas sociedades, comunidades y movimientos mantienen,
a pesar de la opresión, negación y exclusión de las cuales son víctimas, precisamente,
por que aún guardan la esperanza de un mundo mejor y de unas historias mucho más
humanas, por que quieren ver surgir a un ser humano libre, más humano y persona.

c).- La lucha solidaria y justa por la vida.- Apunta a todas las iniciativas y
esfuerzos que desde las geografías empobrecidas y diferentes se emprende
cotidianamente, con el fin de sobreponerse a la muerte impuesta por el sistema
capitalista neo-liberal. Ante la globalización de la muerte impuesta por el imperio y sus
lacayos, los pueblos excluidos luchan en la propuesta de la globalización de la vida.

En este contrastado clima de propuestas, unas a favor del hombre, del mundo y de la
vida en sus plurales expresiones es donde actualmente estamos llamados a preguntarnos
¿qué es el hombre?

2. Visiones antropológicas insostenibles


SIMBOLOGÍA

= Cuerpo

= Espíritu
* El hombre es sólo cuerpo= visión monista.
* El hombre es cuerpo y espíritu= visión dualista.
* El hombre es espíritu corporeizado o cuerpo
= Espíritu corporeizado espiritualizado= visión unitaria o integral.

La primera cuestión que queremos responder aquí es: ¿qué es el hombre? Esta cuestión
se explicita en cuestiones como: ¿qué soy yo?, ¿de qué estoy hecho?, ¿cuáles son mis
ingredientes básicos? 1 Las respuestas son: el hombre es cuerpo; el hombre es espíritu, el
hombre es cuerpo espiritualizado o espíritu corporeizado.

Recordemos, brevemente, los diferentes modos de enfocar la comprensión del ser


humano, para que reconociéndolos en sus valoraciones antropológicas podamos
finalmente plantear una salida al fraccionamiento del ser humano.

1
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, “Alma”, en MORENO VILLA MARIANO (Dtr.),
Diccionario de pensamiento contemporáneo, San Pablo, Madrid 1997, p. 57; Idem., Creación, gracia,
salvación, Sal Terrae, Santander 1993, p. 51.

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2.1. Visión dualista
Existen varios dualismos 2 :

a).- El presentado por Platón quien considera que el hombre es dos realidades
distintas: cuerpo y alma, y de las cuales el alma es la realidad más importante de todas,
esta forma de ver y de comprender al hombre llegó al mundo occidental y al mundo
cristiano gracias a la traducción e interpretación de Agustín de Hipona.

b).- El presentado por Descartes que con su “cogito, ergo sum” (“pienso, luego
existo”) presenta al alma y al cuerpo, en teoría, separados y, en práctica, unidos como el
timonero (alma) a la barca (cuerpo).

c).- El presentado por Malebranche y Leibniz, quienes llevan a comprender el


cuerpo y el alma separados de forma radical sin lograr explicar el cómo de sus posturas.

De modo general, esta visión postula que el hombre es: por un lado, cuerpo, y por otro,
espíritu, es decir un ser dual, partido en dos.

Si el hombre es cuerpo por un lado y espíritu por otro y, entre contexto, lo más importante
es el espíritu y lo menos importante el cuerpo, muchos creyentes, por ejemplo, pensaban
que: “hagamos lo que más nos plazca con el cuerpo, pues, que a la final es nuestro, que del
espíritu ya se encargará Dios.”

2.2. Visión monista


Esta visión postula que en el hombre existe una sola realidad: o la pura materia o el
puro espíritu. Sin embargo, la mayor parte de pensadores monistas, no niegan
necesariamente la parte espiritual, pero al no poder explicarla terminan fusionando y
explicando todo a partir de la mera materialidad; otros, en cambio, no niegan ni aseveran
la dimensión espiritual del hombre, pero asumen que éste es pura materia sin más.

En nuestros contextos, estas posturas monistas del hombre, perviven, por ejemplo, en
aquellos materialistas, biologicistas y mecanicistas que defienden que el hombre es sólo
y exclusivamente cuerpo; éstos, directa o indirectamente niegan la trascendencia del
hombre, condenándolo a la absoluta inmanencia.

2.3. Posibles consecuencias etho-políticas de las visiones insostenibles

2.3.1. De la visión monista


El considerar al hombre sólo y nada más que materia, conlleva la reducción del mismo a
mera biología y en el extremo a la cosificación. Por extensión, esta visión aplicada al
mundo, hace comprender a éste como un mero objeto ilimitado de explotación.

Estas visiones, que han vuelto con énfasis en la modernidad y en la posmodernidad, son
la que sustentan el extremo culto a la corporalidad sin considerar que el hombre es más
que mero cuerpo.

2
Véase, GEVAERT J., El problema del hombre. Introducción a la antropología filosófica,
Sígueme, Salamanca 2005, p. 69-75.

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2.3.2. De la visión dualista
El considerar al hombre un conjunto de dos realidades diferentes, alma por un lado y
cuerpo por otro, conlleva a verle fraccionado y, más aún, muchas veces se ha llegado a
primar una dimensión sobre la otra, así por ejemplo: creer que el alma es superior al
cuerpo y como consecuencia considerar al ser humano como un ser que puede
comprenderse desencarnado del mundo. Por extensión, esta visión aplicada al mundo,
hace comprender a éste como algo no necesario para realizarse humanamente, a tal
punto que lo mejor que puede hacer el hombre es ignorarlo, desentenderse y en el
extremo, hasta huir de él.

El problema cuerpo-espíritu, si bien es un problema viejo, no ha desaparecido, hoy ha


vuelto a la mesa de discusión bajo el problema mente-cerebro, sin embargo, -sugiere
Ruiz de la Peña- tendríamos que discutir, más que el problema ontológico (el ser del
hombre) el problema axiológico (el valor del hombre). Si el hombre es más (valor), es
porque en sí mismo es más (ser). El ser revela el obrar, de ahí que el hombre no puede
ser reducido a simple biología o materia.

Como diría Ruiz de la Peña, la cuestión del espíritu, guarda tras de sí y conlleva en sí un
problema ético y político: el hombre reducido a materia queda a merced de las leyes
físicas y nada más, es un hombre sin trascendencia, un hombre cuantificable,
destructible y experimentable igual que el mundo y las cosas.

Si el hombre es sólo un mecanismo (<<todos somos miembros de la gran familia


mecano>>) o un organismo puramente biológico, es claro que estará sometido a una
legalidad cuyo control se le escapa: quedará atrapado por la inexorabilidad de las leyes
3
físicas o de las pulsiones instintivas.

A modo de conclusión de esta crítica, tenemos que decir que las visiones del hombre,
mencionadas como insostenibles no han sido del todo superadas, hoy han vuelto a la
carga debido a dos fenómenos: a).- el capitalismo neoliberal que se ha afianzado
procesualmente en el mundo occidental y que exalta unilateralmente el materialismo y la
materialización de la vida a través de la filosofía del tener y; b).- la posmodernidad que
exalta unilateralmente el culto al cuerpo a través de la filosofía de la estética que ha
degenerado en un estetismo.

Frente a estas tendencias y desde la antropología personalista y cristiana no se puede


sostener una visión dualista o una visión monista del ser humano, porque ello llevaría,
como acabamos de ver en la crítica, a una fracturación del ser y a las consecuencias
mencionadas, a menos que queramos renunciar a SER.

2.4. Hacia una visión integradora de la comprensión del hombre


Frente a la visión monista y a la visión dualista del hombre, nos planteamos como
respuesta la visión unitaria que sostiene que el hombre es cuerpo espiritualizado o
espíritu corporeizado. El hombre es dos dimensiones integradas: cuerpo animado o
espíritu encarnado.

3
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, “Alma”, en MORENO VILLA MARIANO (Dtr.), o. c., p.
59.

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La visión unitaria, al considerar al hombre una unidad total, comprende y acepta que
aquél es un ser que por sí mismo es más que todo cuanto existe en el universo. Cuanto
cuerpo espiritualizado, no puede abandonar el mundo para realizarse fuera del mundo;
cuanto espíritu corporeizado, no puede dejar de ver más allá del mundo, porque su
realización si bien empieza en el mundo no termina en el mundo de nuestra experiencia
cotidiana.

El hombre por ser lo que es, es un ser de trascendencia y su realización es un don y una
tarea; cuanto tarea su realización está en el mundo y, cuanto don su realización está más
allá del mundo pero no sin el mundo. El mundo como espacio y sus hermanos como
referentes personales, son la condición de la realización plena del ser humano, esto es, el
hombre no se salvará sin el mundo y sin sus hermanos y hermanas.

En la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, es una síntesis
del universo material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y lanza la voz
para la libre alabanza del Creador. No debe por tanto despreciar la vida corporal, sino que,
por el contrario, debe tener por bueno y honrar a su propio cuerpo, como criatura de Dios
4
que ha de resucitar en el último día.

Es esta visión unitaria la que subyace al modo de entender el origen y el fin del ser humano:
todo el hombre es creado por Dios; todo el hombre será salvado en su integridad corpóreo-
espiritual (resurrección), y no en la supervivencia fraccionaria de una de sus presuntas
5
<<partes>> (inmortalidad del alma sola).

A este punto de la reflexión, habiendo visto las antropologías insostenibles y habiendo


presentado la visión integradora e integrada del ser humano, que asume al hombre como
unidad total -cuerpo espiritualizado/espíritu corporeizado-, pasamos a comprender cada
una de sus dimensiones.

3. El hombre es unidad total: espíritu corporeizado/cuerpo espiritualizado

3.1. El hombre es cuerpo


En la experiencia personal que el hombre tiene de sí mismo, lo que primero se encuentra
es un <<yo encarnado>>, un ser corpóreo. El cuerpo permite comprenderse al individuo
como una realidad única e irrepetible, por tanto, realidad individual y no universalizable.
Desde su corporeidad individual cada quien es lo que es y no se parece a nadie.

El cuerpo es ese dato que hace que yo me sienta existiendo y en relación con todo cuanto
me rodea, en palabras de Gabriel Marcel (1889-1973), “<<esa especie de invasión
irresistible de mi cuerpo sobre mí mismo que es el fundamento de mi condición de
hombre y de criatura>>” 6 .

El rasgo primero y fundamental del ser humano es que es un ser encarnado. El yo no se


distingue del cuerpo, el cuerpo es ese yo viviente; el yo es ese cuerpo sentiente.

4
Const. Gaudium et spes, No. 14, véase también No. 15.
5
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Creación, gracia, salvación, o. c., p. 57.
6
SÁNCHEZ LÓPEZ A. M., “Cuerpo”, en MORENO VILLA MARIANO (Dtr.), o. c., p. 286.

97
Esa vital y única experiencia de la existencia corpórea a veces se ve traicionada por el
lenguaje que es incoherente, pero, sobre todo, explotada por los mass media y los multi
media y el marketing modernos. Analicemos la traición en el lenguaje y la explotación
de la dimensión corpórea:

- Acerca de la traición en el lenguaje: decir “mi cuerpo...”, hace pensar que entre yo y
mi cuerpo existe un paralelismo 7 , como que son dos realidades, y esto es equívoco.
Pensar y expresarse así es fraccionar a la persona, es aceptar que el yo tiene un cuerpo
diferente a él, cuando en realidad, uno mismo es cuerpo.

- Acerca de la explotación de la corporeidad por los mass y multi media y el marketing


modernos: expresiones como “cuida tu cuerpo” reflejan el fraccionamiento del ser
humano, asimismo los certámenes de belleza siguen siendo sospechosos de
fraccionamiento del ser: en realidad se sigue calificando el cuerpo como bello y
despistando con algunos otros elementos de calificación como son la desenvoltura en el
lenguaje y en el pensamiento, etc. En nuestra cultura presente, es evidente que los mass
y multi media y toda la cultura mediática no pueden tener <<rating>> si sus
<<spots>> no cuentan con imágenes de “cuerpos jóvenes y bellos”.

Desde una postura personalista, el cuerpo no es un instrumento que me sirve para..., el


cuerpo soy yo, yo no me sirvo de mi cuerpo ni mi cuerpo me sirve a mí, la visión
correcta es que yo soy mi cuerpo o mi cuerpo soy yo.

La corporeidad es lo que permite “Ser-en-el-mundo” (Heidegger), es la realidad por la


que el yo se revela a sí mismo y se identifica diferente a los demás y a lo otro. No existe
un yo sin corporeidad. Si las cosas se encuentran referidas al yo es porque este yo es
corpóreo.

Mounier sostenía que <<no puedo pensar sin ser, ni ser sin mi cuerpo>>. Y afirmaba: Yo
soy persona desde mi existencia más elemental; lejos de despersonalizarme mi existencia
8
encarnada es un factor esencial de mi ser personal.

La existencia corpórea del hombre permite una relación activa en el mundo, hace posible
una existencia participativa y comprometida consigo misma, con los otros, con la
naturaleza, con el trascendente.

El cuerpo es el yo mismo expresándose, el yo viviendo, el yo realizándose, el yo


haciéndose en el espacio y en el tiempo. El cuerpo es la única condición por la que el
ser humano vive, se relaciona, se realiza, muere. Por el cuerpo el ser humano está y se
siente inmerso en el mundo.

El hombre cuanto espíritu es: ser-en-el-mundo; ser en el tiempo, ser sexuado; expresión
comunicativa del yo.

7
Ibid., p. 287.
8
Ibid., p. 288.

98
3.1.1. El hombre como <<“Ser-en-el-
mundo”>>
La condición corpórea del ser humano, le
exige <<ser-en-el-mundo>> 9 . Su realización
no puede estar fuera del mundo, el mundo es
su primera realidad con la que se encuentra al
nacer, en él vive y en él muere.

1. El Hombre y la tierra.- La tierra es para el


ser humano su espacio vital, su patria, su casa
y, no el objeto de explotación. Las relaciones
del hombre para con la naturaleza han de ser
equilibradas, porque su crisis repercute en la
vida misma del ser humano. La ciencia y la El hombre por ser corporeidad
técnica han de tener una ética para que no es un ser-en-el-mundo, un ser-
sigan siendo medios de destrucción de la en-el-tiempo, un ser mortal, un
ecología. ser sexuado y, su corporeidad
misma es en sí un lenguaje que
2. El hombre y el trabajo.- Con su trabajo, el comunica de manera plural y
hombre construye el mundo que todos los diferente..
hombres esperan: un mundo justo, solidario y
de paz. A través del trabajo se dignifica y se realiza con los demás en el tiempo y las
geografías concretas. El fenómeno del trabajo es la actividad de realización humana no
de explotación, de acumulación ilimitada de riquezas y de muerte del hombre, de las
mujeres, de los niños y de la naturaleza.

3. El hombre y la sociedad.- El hombre, por ser un ser social, se considerará parte de la


sociedad e incluirá a los demás en sus proyectos. Ha de actuar con visión incluyente y,
sus esfuerzos estarán encaminados a construir identidad en una sociedad sin rostro. En
una civilización que despersonaliza y vuelve anónimos a sus hijos e hijas, rescatará al
ser humano y su humanidad, respetando las culturas y los valores de los pueblos y de las
personas. Buscará junto con los demás seres humanos la liberación de los prejuicios y
aberraciones culturales con el fin de descubrir el rostro humano del hombre y de la
mujer.

4. El hombre y la política.- Cuanto ser político, (“animal político” decía Aristóteles),


optará por el bien común, la justicia y la solidaridad. Cambiará el poder de dominio por
el servicio y, su política será la de servir a los excluidos. El punto de partida y el
objetivo de su política será la participación ciudadana en el marco de la democracia
como estilo de vida digno. Sus proyectos y sus esfuerzos han de estar encaminados a
rescatar la dignidad de los seres humanos y a hacer realidad la vivencia y la defensa de
los derechos humanos. Está llamado a realizarse participando en las cuestiones que
competen y comprometen a todos.

9
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Imagen de Dios. Antropología teológica fundamental, Sal
Terrae, Santander 1988, p. 134-135; cf., también COMBLIN JOSÉ, Antropología cristiana, T. 1, Edcs.
Paulinas, Madrid 1985, p. 115-137.

99
5. El hombre y la economía.- El hombre es un ser capaz de administrar, por eso, su
postura será la búsqueda y la praxis de una economía y administración de las riquezas
donde el valor dinamizador sea la solidaridad y la equidad. Sus políticas económicas
han de estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía. Ha de
promocionar entre los seres humanos una relación de justicia; ha de luchar, junto con los
empobrecidos de la tierra, para cambiar las estructuras económicas que hacen de los
ricos cada vez más ricos mientras las mayorías se mueren de hambre. Frente a un
capitalismo neoliberal que devora al hombre ha de proponer el rescate y la centralidad
del ser humano.

6. El hombre y la cultura.- El hombre es el único ser, hasta ahora conocido, capaz de


generar cultura a partir de su hacer en el mundo. Llamamos cultura a todo cuanto el
hombre transforma en la naturaleza, así: la agricultura, la arquitectura, las tecnologías,
las lenguas y los idiomas, los signos, los símbolos, las imágenes y los imaginarios, etc.
El hombre, es un creador nato, pero limitado, por eso, así como ha generado una cultura
que le ha permitido tener mejores posibilidades de una vida cómoda, placentera y
relajada, ha construido también a una cultura de muerte. Evidencia contundente de
aquella cultura necrófila es la crisis ecológica y la crisis de la vida en general. De ahí
que, hoy, es emergente que el hombre reflexione sobre los alcances y límites de la
cultura que ha producido para dar un giro a favor de la Vida, una cultura que hable de su
identidad humana e inteligente.

3.1.2. El hombre como <<Ser-en-el-tiempo>> 10


El hombre cuanto ser corpóreo es un ser histórico y, la historia no puede existir sin el
tiempo y, el tiempo no sería factible entenderlo si no lo historizamos, por eso, aquí el
tiempo lo abordamos como historia.

Mas la historia, así como nosotros la comprendemos, no es “la historia una y universal”
que desconoce las particularidades y el tiempo de los diferentes y plurales sucesos del
mundo, de los pueblos y de las personas; el modo cómo comprendemos la historia es la
experiencia del tiempo abierto, relacional e interdependiente, donde éste no se
comprende sino desde las diferentes y plurales historias del mundo, de los pueblos, de
las sociedad, de los grupos humanos y de las personas individuales.

Nuestra comprensión de la historia no tiene nada que ver con el tiempo, la existencia y la
vida fraccionada y relativizada de los posmodernos, sino con el tiempo, la existencia y la
vida diferenciada, relacionada y contextualizada: la historia para nosotros es plural,
asincrónica y grávida de sentido a pesar de sus sin-sentidos.

1. El tiempo como historia en singular.- Esa que el hombre llama historia universal es
una historia que los pueblos dominadores se han inventado para contar sus hazañas de
dominio. “La Historia en singular y con mayúscula, y sin indicación de complemento
determinante, ha sido y continúa siendo un concepto fascinante del experimento de los
tiempos modernos.” 11

10
Cf. Ibid., p. 135-136 y; p. 137-155, respectivamente.
11
MOLTMANN JÜRGEN, Dios en la creación, Sígueme, Salamanca 1987, p. 152.

100
En realidad no existe historia universal sino historias particulares porque cada cultura,
cada pueblo, cada etnia, han tenido y siguen teniendo su propia evolución y sus propias
características, todas contextualizadas en términos espacio-temporales. De ahí que para
comprender la historia es importante no generalizar sino adjetivar. Detrás de cada
historia adjetivada está un ser humano singular y plural, un rostro y unos rostros que
revelan ¿quién es el hombre?

2. El tiempo como historia diferenciada.- A guisa de ejemplo mencionaremos algunas


historias con la categoría tiempo.

a) El tiempo del mundo 12 .- La teoría de la <<expansión del universo>> sostiene: a) que


la gran explosión que dio origen al universo sucedió hace, aproximadamente, 14. 000
millones de años; b) que nuestro sistema solar empezó a formarse, aproximadamente,
hace 5.000 millones de años; c) que la tierra comenzó a enfriarse hace 4.600 millones de
años y; d) que los primeros vivientes de la tierra aparecieron, aproximadamente, hace
4.000 millones de años.

Nuestro mundo tiene un origen, y por tanto, tendrá también un final; nuestro mundo no
es eterno, está condicionado por el tiempo y, por eso, nuestro mundo es histórico. El
mundo entonces no es eterno y, bajo estas circunstancias, el ser humano está llamado a
cuidarlo.

b) El tiempo de las civilizaciones y de los imperios.- Desde que el ser humano empezó a
organizarse social y políticamente aparecieron los imperios y con ellos las
civilizaciones. Se calcula que los imperios aparecieron hace unos, 6.000 años a.C.,
aproximadamente, entre ellos se cuentan los de Babilonia, Egipto, Roma, Japón, China.

En América, a la llegada de los colonizadores ya estaban habitando civilizaciones


organizadas como la Azteca, la Maya y la Inca. Entre las civilizaciones que hoy
sobreviven en el planeta están la árabe, la india, la china, la occidental, etc., todas ellas
desde sus contextos aportan con diferentes concepciones de hombre y con ello a una
visión del mundo mismo, sin embargo, ninguno de los imperios y ninguna de las
civilizaciones son eternas, todas pasan en el tiempo y, sólo quedan en la memoria lo que
fueron. En la civilización occidental, el imperio yanqui (Estados Unidos de América),
por ejemplo, ya se encuentra en crisis y, aunque parece poderoso, pronto pasará.

En este contexto, lo que importa es comprender que junto con la desaparición de las
civilizaciones e imperios desaparece también el concepto y la comprensión del ser
humano imperante para re-articularse o re-significarse otro nuevo, en torno a las nuevas
realidades.

c) El tiempo de las generaciones.- Hoy las generaciones se suceden en cortos períodos


de tiempo, éstas al envejecer dejan el espacio para otras generaciones más jóvenes. Y,
detrás de cada generación hay un tipo de ser humano que cambia, en términos
antropológicos, de máscara constantemente.

12
Cf. Visión científica de la evolución (Cap. I, # 4.1.).

101
d) El tiempo de la existencia individual.- La historia humana primero que nada nunca es
única, es plural, ya lo hemos dicho; segundo, no es un sin fin (continuum), y tampoco es
la suma de los sucesos, simplemente es una experiencia con eventos que hacen que la
vida misma del ser humano sea un camino imperfecto de realización, un pro-yecto.

En esta experiencia de realización encontramos tiempos y tiempos así: el tiempo de


vivir y el tiempo de morir. Sépase que la primera vocación a la que el ser humano está
llamado es a la vida. Pero la vida se la comprende y se la experiencia con dos rostros:
como condición biológica y como situación existencial: a).- La vida como condición
biológica: apunta al hecho de estar un individuo con vida, eso no quita que el sujeto
pueda estar con algún condicionamiento que le complique la vida misma (dolor,
enfermedad, etc.), lo que importa, es que esté vivo; b).- La vida como situación
existencial: apunta a la cualificación de la vida, a la forma y al estilo del cómo se vive la
vida. A continuación, esbozamos las siguientes experiencias cualitativas de la “vida
vivida”.

- Hay quienes tienen la oportunidad de gozar de ciertos beneficios que hacen que la vida
sea vivida con holgura, deleite y con dignidad. De ellos se dice que viven dignamente.

- Hay quienes no tienen cómo ni de dónde sacar recursos para cubrir sus necesidades
más básicas, por que el sistema, las estructuras y sus lacayos ciertas personas les niegan
las oportunidades de vivir: son los empobrecidos, los excluidos (ancianos-as, niños-as,
jóvenes y mujeres; indios, afros y mestizos). De ellos se dice que viven indignamente
obligados.

- Hay quienes eligen vivir pobres y saben que la pobreza no es buena, pero si la eligen
en libertad, es porque quieren solidarizarse con los empobrecidos y excluidos de la
tierra, no para robustecer la cantidad de pobres, porque eso sería absurdo, sino para junto
con los excluidos y desde sus reales circunstancias buscar caminos de liberación que les
permita llevar una vida con dignidad. De ellos se dice que viven solidariamente.

- Hay quienes viven egoísticamente con todas las comodidades y exageraciones de lujo
que una sociedad economicista y consumista oferta, este estilo de vida es un insulto a la
miseria y el hambre de los demás. También hay pobres que despilfarran lo poco que
tienen como si fueran millonarios, y lo mismo atentan contra la dignidad suya y la de los
demás. Pues, todas, estas exageraciones ilimitadas y egolátricas, enajenan a la persona y
son reflejo de ciertas neurosis de la civilización actual. Y aunque a eso, sus autores, le
llamen, equivocadamente, vida, no deja de ser una vida enfermiza, pues, se trata de una
vida a costa de la vida de otros. De ellos se puede decir que viven de modo subjetivista
y relativo frente a la vida, a tal punto que su existir es una <<vida llena de cosas pero
vacía de sentido>>.

3.1.3. El ser humano como <<Ser mortal>> 13


El ser humano como ser corpóreo está abocado al tiempo y, también aquí, la muerte se
comprende como condición biológica y como situación existencial. Aquí, nos limitamos

13
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Imagen de Dios, o. c., p. 136; cf. también COMBLIN JOSÉ,
o. c., p. 106-113.

102
a presentar la muerte como condición biológica, y en el apartado de el hombre es
espíritu lo abordaremos cuanto situación existencial.

La muerte como condición biológica significa el fin de la vida en esos mismos términos
(biológicos). La vida puede concluir bajo circunstancias naturales (vejez) o bajo
circunstancias no naturales que son inesperadas y sorpresivas (enfermedad, accidente,
suicidio, etc.), en todos estos casos se ve truncada la existencia.

Frente a la muerte el ser humano se siente impotente, pues, es el fin a todos sus
proyectos, sueños y deseos. Con la muerte todo queda truncado y, lo que uno no ha
hecho no lo hará nadie. La muerte es la experiencia más angustiante, limita todo, echa a
perder todos los planes. Nadie está exento de la desaparición del planeta, tarde o
temprano cada quien desaparecerá del mapa como desaparecen los otros seres vivientes.

En la práctica, nadie se libra de ser mortal. Sin embargo, cuando la muerte se le encara a
una persona anciana, la misma persona acepta con serenidad por que sabe que extender
la vida en esas circunstancias resultaría indigno y, quienes están más cercanos, en un
acto de aceptación de que la vida tiene sus límites hasta podrían resignarse diciendo: “al
fin ya vivió”; pero cuando la muerte consume la vida de alguien que acaba de nacer y
del cual se espera un futuro más prolongado, se eleva el grito rasgado: “no es justo”.

Como sea, ambas situaciones mencionadas son inaceptables y ponen en conflicto al


hombre quien busca una respuesta a sus sin-sentidos y muchas veces debajo de sus pies,
ahí no está el sentido de la vida ni de la muerte. Más adelante volveremos sobre este
tema.

3.1.4. El hombre como <<Ser sexuado>> 14


El ser humano es cuerpo y, la riqueza profunda, pero no la única, es su sexualidad. La
sexualidad es una dimensión desde donde se comprende la totalidad del ser humano. En
este marco se comprende al ser humano como ser sexuado, es cuerpo sexuado. Decir
que el ser humano es cuerpo sexuado, significa decir que existe como masculino y como
femenino.

Si la sexualidad humana es una dimensión abarcante del propio ser, reducirla a sexo o
genitalidad sería fraccionar al ser humano y, en consecuencia, negarle como persona
unitaria. Lo que hace que una mujer sea mujer y que un hombre sea hombre es su
femineidad y su masculinidad, respectivamente. La masculinidad y la femineidad son el
sello personal de cada individuo y, es su riqueza que hará posible el encuentro inter-
personal y la relación inter-sujetiva.

Sin embargo, la sexualidad tiene unos significados, los mismos que dependen de las
diferentes interpretaciones que dependiendo del tiempo y del espacio de donde
proceden, empobrecen o enriquecen la comprensión de esta dimensión humana.

14
Aquí seguimos a GASTALDI ÍTALO, o. c., p. 121-141; cf. también RUIZ DE LA PEÑA
JUAN LUIS, Imagen de Dios, o. c., p. 136; cf. también COMBLIN JOSÉ, o. c., p. 93-106.

103
1. El punto de partida de comprensión del significado la sexualidad humana.- El
problema fundamental radica en cómo distinguir al varón de la mujer, pues, en el intento
de descifrar la incógnita bien se puede llegar a proporcionar o revelar una comprensión
estática y reductiva del ser humano.

Cuando buscamos establecer diferenciaciones entre el varón y mujer, dos horizontes se


sortean: a).- desde el horizonte biológico, más allá de la diferencia de la estructura
genital, se los comprende diferentes desde la estructura bioquímica (estructura
hormonal, herencia genética); b).- desde el horizonte psicológico, se asume que el varón
y la mujer en sus conductas reflejan diferentes modos de ser.

Pero más allá, se sabe que el ser humano hombre y mujer no son sólo biología y
psicología, esto es, cuerpo y conducta solamente, son también parte de la cultura y, ésta
si bien no determina sí influye en el modo de ser de la persona y su personalidad, por eso
cuando se trata de un ser humano, necesariamente tenemos que comprenderle en su
universo cultural donde las interpretaciones de la sexualidad humana son plurales.

2. Interpretaciones de la sexualidad humana.- Existen varias interpretaciones y, cada


una depende del concepto que se maneja acerca del ser humano y de los contextos
culturales y epocales, así:

a) Las interpretaciones cientista, materialista y agnóstica.- Miran la sexualidad desde


el ángulo de las ciencias positivas y, se centran, exclusivamente, en el estudio de los
mecanismos anatómico-fisiológicos de la genitalidad y en la práctica higiénica de la
función sexual.

b) La interpretación hedonista.- Mira la sexualidad como un evento propiciador de


placer y por eso, objeto de explotación y potencial comercial. Interesa, sobre manera,
las técnicas que puedan ayudar a disfrutar del sexo sin límite. El centro no es la persona,
sino la genitalidad y el placer sexual.

c) La interpretación antropológico-cultural.- Mira la sexualidad como un evento que se


comprende y se vive, dependiendo de los diferentes contextos socio-culturales. Esto es,
sostiene que en las diferentes culturas existen valores que, al margen de las expresiones
y manifestaciones naturales y primarias de la sexualidad, orientan el significado y la
praxis de misma.

d) La interpretación personalista.- Mira la sexualidad como un aspecto esencial y


fundamental del ser humano, que permite el encuentro dialogal, la comunión y la
comunicación personal y personalizantes entre las personas.

3. Dimensiones de la sexualidad humana.- Teniendo como punto de partida la


interpretación personalista de la sexualidad, y “a la luz de la persona total y del hecho
fundamental de la existencia [la intersujetividad]” buscaremos comprender “las
dimensiones humanas de la sexualidad.” 15

15
GASTALDI ÍTALO, o. c., p. 127.

104
a) Dimensión personalizante.- Se entiende que el ser humano es un ser para el
encuentro, un ser llamado a dialogar con los otros de su especie, con el mundo y con el
Otro (Dios). Este encuentro dialogal se ve enriquecido por la diferencia masculina y
femenina.

Pero aquí, nos referimos, sobre todo, al encuentro con el sexo contrario, donde la mujer
tiene como referente de relación dialogal al tú masculino y viceversa. Si este encuentro
se da dentro del proyecto pareja (matrimonio), la relación se cualifica y pasa de ser una
relación interpersonal para convertirse en comunión interpersonal donde él y ella llegan
al descubrimiento de los propios valores y terminan enriqueciéndose recíprocamente
con la integración de los mismos. Esta recíproca integración de los valores se realiza a
través del diálogo en sus diferentes niveles: la genitalidad, la afectividad y lo espiritual.

En la pareja los tres niveles de diálogo mencionados se han de integrar y, de esta manera
el amor se vuelve fecundo, deja de ser un diálogo de dos para convertirse en un diálogo
plural de un nosotros. En este diálogo plural y fecundo, el placer que la sexualidad
ofrece a la pareja en el ejercicio de su genitalidad no muere en el mero placer, sino que
se abre a la fecundidad, esto es, la presencia de los hijos, y con ellos, el amor de la pareja
evoluciona hacia un horizonte social.

b) Dimensión socializante.- El encuentro con los otros, exige desinstalarse, pues, la


sexualidad es un factor de socialización, lo que significa: que el amor no puede
quedarse encerrado en la pareja o en la familia; cada quien, hombre-mujer-hijos, han de
participar en la construcción del mundo, la cultura y la historia desde sus historias, así el
amor que ha nacido entre dos y se ha visto engrandecido en la familia, amplía su
horizonte y se vuelve amor por los otros, amor a la comunidad humana.

c) Dimensión trascendente.- Lo que el ser humano encuentra en la sexualidad y en el


placer del ejercicio de la misma es parte de la felicidad que anda buscando. Y al no
sentirse satisfecho, su realización y su búsqueda de la felicidad total, siempre será un
proyecto inconcluso, un proyecto que apunta hacia la trascendencia . Pero más allá, para
nosotros la experiencia de la trascendencia no se queda sólo en la experiencia del placer
unitivo de la pareja, creemos que la puerta hacia la trascendencia de la pareja se abre en
el preciso momento en que como criaturas pueden ser co-creadoras de vida. Así la
trascendencia deja ver su luz cuando el hombre y la mujer dan vida a otros seres y son
co-creadores con el creador.

3.1.5. La corporeidad como <<Expresión comunicativa del yo>> 16


El cuerpo es la expresión del yo, es la persona misma expresándose; el cuerpo es el
lenguaje más genial por el que el ser humano se manifiesta a sí mismo, a los demás, al
mundo y al Trascendente.

Tendríamos que decir, parafraseando a McLuhan: “el cuerpo es el mensaje”, en otras


palabras, <<la corporeidad es la presencia e identidad del hombre>>. Desde este
postulado, podemos aceptar que existen formas y formas de hablar y de comunicarse a
través de la corporeidad, por ejemplo: el alejarse o el aproximarse; el sonreír o el

16
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Imagen de Dios, o. c., p. 137-138.

105
fruncir el ceño; el estar de pie o el estar sentado; el estar despierto y activo o el estar
dormido y en descanso; el caminar recto o encorvado; el saltar, el bailar y el permanecer
de rodillas; el cantar y el danzar; etc.

La capacidad comunicativa que el ser humano ha desarrollado es plural y diferente, pues


en su comunicación y manifestación cotidiana, encontramos lenguajes cualitativamente
no sólo enigmáticos sino henchidos de misterio, así: los mitos, los ritos, las
celebraciones con sus respectivos significados y significantes, los símbolos, los signos,
los imaginarios. 17

3.2. El hombre es espíritu


En la experiencia cotidiana el hombre tiene la
certeza de que en sí mismo es diferente a
cualquier ser vivo en la tierra. Esa diferencia es,
sobre todo, cualitativa y consiste en tener
dignidad y libertad; desear vivir para siempre
como ser corpóreo; reconocer que está dotado de
una creatividad racional-estética-ética, una
creatividad económica-política-ecológica.

El hombre al no encontrar comparación de sí


frente a los otros seres vivientes infrahumanos y,
al descubrir-se un ser de <<esperanza>> (J.
Moltmann) y “futurizo” (J. Marías), concluye, no
sin algunas dificultades, que es espíritu. Ahora
El hombre por ser espíritu,
bien, cuando se dice que el hombre es espíritu se
es un ser que mira más allá
quiere precisar dos verdades:
del mundo, más allá del
tiempo y más allá de la
- Que el hombre cualitativamente es diferente
muerte.
frente a otros seres en el mundo y por eso su valor
es superlativo.

- Que el hombre tiene la capacidad de salir al encuentro no sólo de los otros de su


especie y del mundo mismo, sino del Trascendente y de establecer un diálogo con Aquél
como la forma más inteligente de realización total.

Diciendo que el hombre es alma [espíritu] -y no sólo cuerpo-, se quiere decir: a) que el
hombre vale más que cualquier otra realidad mundana (afirmación axiológica) ; b) que es
capaz de mantener un diálogo salvífico con Dios (afirmación dialógico-soteriológica;

17
El ser humano, capaz de comunicarse por su corporeidad, tiene unas riquísimas formas de
expresión y tipos de lenguaje, entre ellos:
- Verbal: expresión oral; expresión escrita; expresión análoga (ejemplo: en códigos "HORSE”)
- No verbal: proxémica (uso del espacio físico para actuar); kinésica (correlación de movimientos como
en la danza); gestual (mediante gestos o "mímica"); objetual (utensilios, "regalos",... .); gráfica (todo lo
que corresponde al dibujo y la diagramación); icónica (a través de la imagen); acústica (mediante sonidos:
como en la música o con efectos sonoros, entre éstos cuéntese también el silencio), cf. CELAM,
Comunicación, misión y desafío, 1986, p. 35.

106
significativa a este respecto es la definición de Ratzinger: con la idea de alma se expresa
18
<<la capacidad de referencia del hombre a la verdad, al amor eterno>>.

Cuando decimos que <<el hombre es espíritu>> re-conocemos dos cosas: vale más, y es
capaz de diálogo. Ésta es una concepción axiológica (valorativa), pero no ontológica
(que fundamenta el ser). El espíritu no es sólo aquello que hace que el hombre valga
más, sino que es la constitutividad misma o el ser mismo del ser humano (concepción
ontológica), de donde se concluye que: si el hombre vale más que todo cuanto existe en
el mundo, es porque, en sí mismo el hombre es más que todo en el mundo.

Y, si el espíritu es la dimensión propia del hombre, no se puede decir que el hombre


tiene espíritu, sino que el hombre es espíritu. El espíritu no se puede reducir a objeto de
comprobación, porque no es algo físico o biológico.

Así pues, por alma [espíritu] resulta ineludible entender lo que H. Thielicke llama el
<<momento óntico>> especificativo de lo humano, el co-principio transmaterial y
transorgánico del ser del hombre, irreductible a su dimensión físico-química-biológica
(aunque ineludiblemente condicionado por ella), que avala y tutela la plusvalía del individuo
humano concreto y su carácter de interlocutor de Dios, oyente y respondente de su
19
palabra.

Lo que le hace diferente, único y singular al hombre es su dimensión espiritual. El


espíritu es aquel que da vida a la estructura corpórea del hombre, en otras palabras, es
aquel que in-forma al ser humano.

El hombre cuanto espíritu es un ser para la trascendencia, un ser llamado a liberar-se


como parte del proceso y la gracia de la salvación que el Creador le ofrece, en este
horizonte es: un ser mundano que mira más allá del mundo; un ser temporal que mira
más allá del tiempo; un ser mortal que mira más allá de la muerte.

3.2.1. El hombre como ser mundano que mira más allá del mundo 20
La condición espiritual del ser humano le exige no sólo estar en el mundo, sino estar
frente al mundo. Por su dimensión espiritual, el hombre disfruta con mesura lo que
existe en el mundo, pero no se queda prendado de ello para siempre; comparte y vive los
acontecimientos del mundo pero sabe que éstos no tienen su fin en sí mismos sino que
su finalidad trasciende, es metafísica; participa en el mundo y lo hace porque está
llamado a dar sentido a los sin-sentidos del mundo: es co-responsable con el destino del
mundo.

1. El Hombre y la tierra.- El mundo y la naturaleza son más que meros objetos de


explotación, son creación de Dios. El dueño de la creación es Dios, el hombre es sólo su
embajador, su encargado, por tanto ha de reflejar en sus actitudes a quien está
representando. El mundo no ha sido creado para él, pero, ya que vive en él lo ha de
amar, porque tiene que saber que su plenificación-salvación no se dará al margen del

18
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Creación, gracia, salvación, o. c., p. 56.
19
Ibid., p. 56-57.
20
Idem., Imagen de Dios, o. c., p. 141-142.

107
mundo sino en el mundo y con el mundo. En otras palabras: <<el hombre no se salvará
sin el mundo>>.

2. El hombre y el trabajo.- El hombre cuanto <<imagen y semejanza de Dios>> es co-


creador con Dios, por eso no ha de escatimar en ser creativo y en poner a prueba su
iniciativa constructiva en el mundo. De ahí se comprende el que todas sus
preocupaciones por construir, labrar y cuidar la tierra, además de tener un significado
terrenal, tengan, sobre todo, un significado trans-terrenal. El “cielo y la tierra nuevos”
que el ser humano espera, desde una visión sociológica se concibe como “un mundo más
humano, más justo y más solidario” y, desde una visión trascendental y cristiana se
concibe como el Reino de Dios. El hombre es cons-tructor del Reino de Dios.

3. El hombre y la sociedad.- El hombre está llamado a considerar a sus semejantes


como sus hermanos puesto que son hijos e hijas de un mismo padre y madre Dios. Los
seres humanos han de testimoniar con la propia vida la comunidad y la familia de los
hijos e hijas de Dios. Han de vivir justa y solidariamente y, han de buscar su liberación
liberando a los excluidos y hambrientos que reclaman a gritos dignidad y justicia; el reto
de <<liberarse liberando>> no es sino el desafío de <<salvarse salvando>>.

4. El hombre y la política.- Los seres humanos están llamados a ser profetas y


profetisas que desde la vida y con la vida denuncian las injusticias y anuncian la llegada
del Reino de Dios. El Reino tiene como lugar político a los excluidos, porque el
<<hombre y la mujer nuevos>> re-surgirán de entre quienes han sido negados como
hombres y como mujeres. El rostro del Dios ultrajado, negado y avasallado en los
empobrecidos grita resurrección y, cada quien o es cómplice de la muerte de Dios o
solidario de la vida de Dios en los propios hermanos y hermanas, los hombres y mujeres
del mundo.

5. El hombre y la economía.- El hombre compartirá el pan con los hambrientos, será


solidario con los que no tienen, porque comprende que en un sistema y sociedad
excluyentes la salvación empieza con la solución de las necesidades más básicas de los
excluidos, así: el comer, el vestir, la salud, la educación, el trabajo digno, etc.

6. El hombre y la cultura.- Quienes habitamos en el mundo, estamos llamados como


hijos de Dios a generar una cultura donde Dios sea transparente en nuestras vidas y
acciones. Los esfuerzos del hombre han de estar dirigidos a construir una cultura
ecológica, de la vida, de la paz, de la justicia y de la fratenidad como el preámbulo del
Cielo Nuevo y la Tierra Nueva de la Nueva Creación trabajadas desde ya por el Hombre
y la Mujer Nuevos.

3.2.2. El hombre como ser temporal que mira más allá del tiempo 21
No se trata del tiempo físico fríamente calculado por el reloj, nos referimos al tiempo
experimentado humanamente: el tiempo vivido (Bergson) 22 . Ese tiempo vivido es la
misma historia personal y social del hombre, <<el hombre es tiempo.>> 23

21
Ibid., p. 142-143.
22
Citado (Ibid., p. 142).
23
Cf. HEIDEGGER MARTÍN, El concepto de tiempo, MINIMA TROTTA, Madrid 2006.

108
1. El tiempo vivido.- El hombre es un ser que ha llegado con el tiempo y pasa en el
tiempo, pero en el tiempo que pasa, experimenta y vive de manera muy singular ese
tiempo, así: con aburrimiento, con impaciencia y con esperanza.

a) El tiempo vivido con aburrimiento.- Es un tiempo que no se espera, que no tiene


movimiento. Es un tiempo vacío, un tiempo vivido sin-sentido, en otras palabras, un
tiempo perdido. Esta experiencia del tiempo vivida así por el ser humano no le
construye, le debilita y le hace comprenderse ocioso o, simplemente, sentirse inútil. En
definitiva es un tiempo no vivido.

b) El tiempo vivido con impaciencia.- Es un tiempo que se extraña hacia atrás-pasado y


hacia delante-futuro; en este horizonte, o es un tiempo que pasa y que no vuelve, o es un
tiempo que no viene a tiempo y que se espera con ansias. El tiempo experimentado así,
siempre deja insatisfecho al ser humano; lo mejor pero no coherente, es manipular para
que éste pase a prisa y entonces se puede explotarlo, aprovecharse, sacarle el jugo. Este
modo de comprender y de vivir el tiempo, también deja vacío al ser humano, porque en
realidad vive a prisa o tensionado, y en definitiva no vive.

c) El tiempo vivido con alegría y esperanza.- Es un tiempo lleno de sentido y


equilibrado en la vivencia misma. Aquí, todos los tiempos (buenos, menos buenos y
hasta desastrosos) cobran sentido profundo, cada uno de ellos no sólo que tiene un
espacio en la vida del ser humano sino que es la vida misma con sus altos y bajos. Las
circunstancias buenas como adversas hacen de la experiencia del tiempo una experiencia
que anima, fortifica, compromete y motiva al ser humano para que su historia no sea una
historia sin-sentido, sino más bien, una historia que esperanzadamente apunta desde ya
hacia un fin donde la plenitud y el gozo son totalmente nuevos en la presencia de Dios.
Es un tiempo pleno y lleno de sentido.

2. El tiempo y los tiempos.- Existe un tiempo que es de todos y en el cual todo existe,
pero existen también los tiempos del ser humano y del mundo, de las culturas y de las
generaciones, y estos tiempos son: pasado, presente y futuro.

Recordemos que el tiempo en las culturas antiguas estuvo revestido de un carácter


sagrado, este carácter es el que revela que el hombre, a pesar de vivir en el tiempo, mira
más allá del tiempo, sin alejarse del tiempo en el que vive, sino dándole un sentido más
allá de lo que cotidianamente o según el reloj significa.

El hombre vive en el tiempo y, el tiempo que vive no es un tiempo vacío, es su propia


historia que acontece en el tiempo. Este tiempo hecho historia es una “historia que
acontece” (M. Buber), esto es: un tiempo que le compromete y que le implica
definitivamente al ser humano haciendo que su vida y su presencia no pasen
desapercibidas en el tiempo y en el espacio.

En este horizonte, los tiempos profanos y los tiempos sagrados, ambos cobran sentido a
la luz del espíritu humano que trasciende y que busca mirar desde la realidad temporal
más allá del tiempo, porque sabe que nada termina aquí sino que todo se proyecta al más
allá.

109
a) El tiempo pasado.- Es aquel tiempo que ya fue, pero que constituye el soporte y la
memoria del presente. Si se tiene un recuerdo o si se re-memora, en realidad es un
pasado-presente, es un tiempo que está vivo y cuyos recuerdos le permiten al hombre
confrontarse.

b) El tiempo presente.- Tiene dos formas: el presente pasado y el presente futuro. El


presente pasado es el recuerdo y la memoria actualizada que el hombre tiene de sí
mismo, de su historia y de las historias plurales. El presente futuro es lo que el hombre
vive cada momento; este tiempo está iluminado por sus sueños y metas que espera
alcanzar en un corto o mediano plazo, es un tiempo que se espera, es un tiempo cargado
de expectativas que pueden ser buenas o malas y, ello depende de las circunstancias, las
mismas que pueden ser inéditas o elaboradas por el mismo ser humano.

c) El tiempo futuro.- Es un tiempo inédito cuanto que nadie relativamente sabe lo que
puede pasar, pero también es el único tiempo que se espera como el mejor de los
tiempos, es el tiempo en el que se espera que se cumplan los sueños y las utopías que el
hombre ha soñado y que no se han hecho realidad en el presente, es el único tiempo
seguro.

Sin embargo hoy, la historia de los seres humanos es una, en cuanto que todos
comparten el mismo destino: la muerte. Esta inminente muerte, que hoy se aproxima,
silenciosa ya sea por la guerra nuclear o por la destrucción ecológica exige al ser
humano re-visar sus historias particulares (historias de las culturas y de las
civilizaciones, historias de los pueblos y de las naciones) y, de alguna manera, re-
significarlas y re-orientarlas, para que el destino no sea un final inhumano. Esto mismo,
aplíquese a la vida personal, familiar y social.

3.2.3. El hombre como ser mortal que mira más allá de la muerte 24
El punto de partida para la comprensión de la muerte como situación existencial está
dado por la muerte biológica, sin embargo, <<la muerte más allá de la muerte>>
significa que uno, desde su libertad, corre el riesgo de perderse o de ganarse y, uno
puede perderse en el sentido de morirse estando biológicamente vivo. No se trata de una
muerte simbólica, es una muerte real, por ejemplo: si uno es corrupto, egoísta,
mentiroso, injusto, no leal, etc., equivale a decir que uno está muerto en vida; esta
misma experiencia que acabamos de mencionar, vista desde un horizonte trascendente,
equivale a decir que uno vive para la muerte y, que en el futuro sólo espera la muerte,
claro está, en el caso de no cambiar el estilo de vida en el transcurso mismo de esta vida
presente.

Los seres humanos que viven con todos los placeres y a costa del sufrimiento de los
excluidos, aunque ellos mismos confiesen ser felices, y aunque quizá a los ojos de los
empobrecidos se vea lo mismo pero en clave de injusticia, no hacen sino construir su
propio infierno aquí y ahora. Muchos de ellos saben que está mal ser vampiros de los
débiles, y sin embargo, no quieren cambiar su actitud y estilo de vida y, el mismo hecho
de saber que está mal y no querer cambiar es ya una muerte lenta y silenciosa. Esta

24
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Imagen de Dios, o. c., p. 143-144.

110
muerte iniciada en vida significa imposibilidad de realización de la persona, en otras
palabras, imposibilidad de salvación.

Al contrario, si uno vive humanamente en coherencia y más allá, buscando de verdad ser
<<imagen y semejanza>> de Dios, esto es, tratando de representar y de reflejar a Dios
desde la propia vida en la tierra, lo que hace no es sino empezar a construir el Reino de
Dios aquí y ahora, ese Reino que cuando Dios venga para quedarse para siempre en el
mundo no será sino la Nueva Creación.

El ser humano es un ser para la vida, no para la muerte y, eso lo dice Jesús el Cristo con
su propia vida, cuando después de morir su Padre Dios lo resucita. El triunfo de la vida
sobre la muerte es la esperanza más cierta del ser humano como ser corpóreo.

Sería terrible tener que pensar que el hombre, ese <<utópico ser>> (Ortega y Gasset) con su
<<actitud excéntrica>> (Plessner), su <<arriesgada constitución>> (Gehlen), a pesar de su
constitucional apertura al mundo [y a la historia], al final caiga en el vacío; que no haya un
futuro con un último sentido, sino que sólo exista un absurdo hundirse en la oscura y
25
silenciosa nada.

4. El hombre es persona

La segunda cuestión que queremos


responder aquí es: ¿quién es el
hombre? Y la respuesta es: “el
hombre no es sólo algo, es alguien;
no es sólo naturaleza, es persona.” 26

4.1. La idea de persona


Muchos sostienen que el concepto
persona deriva de la palabra griega
prósôpon = máscara.

Si tuviéramos que conceptualizar el <<persona es, el ser que dispone de sí


término persona, en primera para hacerse disponible>>.
instancia, tendríamos que empezar
aceptando que lo que podemos decir es muy poco, porque la persona es un misterio; en
segunda instancia, que lo que podemos decir está condicionado por el lenguaje que
nunca podrá decir todo lo que en sí se quiere expresar y; sólo en última instancia,
podemos decir que la persona es, el ser que dispone de sí para hacerse disponible. 27
Expliquemos los términos del concepto:

- ser que dispone de sí: quiere decir que no necesita en primer término de nada para ser
lo que es y, que cuanto ser, es dueño de sí mismo, se tiene a sí mismo; en otras palabras,
subsiste –relativamente- en sí mismo.

25
SCHOLL NORBET, Jesús ¿sólo un hombre?, Sígueme, Salamanca 1979, p. 16.
26
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Creación, gracia, salvación, o. c., p. 60.
27
Ibid., p. 61-62.

111
- para hacerse disponible: que puede salir de sí y relacionarse con. Esta salida hacia el
encuentro es el modo de expresarse y de realizarse. Entendemos entonces, que el ser
humano se expresa y se realiza en una triple dimensión: respecto de los otros, respecto
del mundo y respecto del Trascendente (Dios).

Así, cuando el hombre, desde y en su misterio, se auto-percibe como persona, se sabe a


sí mismo, en la imperiosa necesidad de abrir su ego para realizarse a través de las
plurales y diferentes formas.

4.2. Los momentos de realización de la persona


La realización de la persona constituye todo un proceso por demás complejo, ella se
realiza en un entramado de indecibles relaciones, siempre inéditas y creativas.

Así, los momentos en los que se realiza la persona son 28 :

a).- Momento de interioridad o de relación consigo mismo.- El hombre como


persona establece una relación consigo mismo en la que se percibe, más allá de un
miembro del género humano, como un sujeto de inteligibilidad, de deberes y derechos,
con autonomía moral, con libertad, con racionalidad, con iniciativa, etc.

b).- Momento exterior de alteridad o de relación con el otro.- El hombre como


persona se percibe saliendo de sí y dirigiéndose hacia el encuentro con el otro que puede
ser con mayúscula y con minúscula, singular y plural.

c).- Momento exterior de cosidad o de relación con lo otro.- El hombre como


persona mira el horizonte del mundo y encuentra que las cosas están referidas a él, y más
allá, el mundo mismo está referido a él.

d).- Momento de trascendencia o de relación con el Otro.- El hombre como


persona se comprende a sí mismo imposible de ser lo que es por sí mismo y, por
coherencia no puede sino referirse al creador, el sustento de todo, en el que se incluye
también su limitado ser y su pobre existencia con todos sus sentidos y sin-sentidos.

La persona es finalmente, tensión entre lo que se es (lo recibido en su origen), lo que se


puede ser (el proyecto vital atendiendo a las aptitudes), lo que se debe ser (mediante las
opciones que nos adhieren a los otros) y lo que se quiere llegar a ser (dando cuenta de
nuestras potencialidades) y lo que se espera llegar a ser (y en ello precisamos tanto de los
29
otros personales como del Otro Absoluto).

El ser humano, cuanto persona, es el más profundo misterio de sí mismo, que busca
realizar-se en las plurales y diferentes relaciones in-ter-relaciones e in-ter-acciones con
los otros, con lo otro y con el Trascendente, todo ello y ciertamente, encarnado en las
geo-historias y en las culturas también plurales y diferentes.

28
Cf. MORENO VILLA MARIANO, “Persona”, en Idem. (Dtr.), o. c., p. 905-906.
29
Ibid., p. 906.

112
De ahí que, para el hombre, el <<ser-persona>>, además de comprender-se y aceptar-se
ser-don-en-sí-mismo, es también un desafío que implica, entre otras tantas, acciones
libres como:

- Re-conocer-se lo que uno es en sí: persona.

- Saber-se que uno puede y debe esforzarse por ser mejor de lo que ya se está siendo.

- Trabajar-se por lo que uno espera llegar a ser sin perder el piso de lo que ya se está
siendo.

- Estar-se en constante búsqueda de crecimiento, de realización, y de evolución integral,


porque la meta es un camino que hay hacerlo caminando.

En este horizonte el hombre mismo es camino y caminante a la vez; alguien que


mientras camina haciéndose camino va cantando, meditando y re-flexionando las huellas
que Antonio Machado nos dejara en su poema que dice: /caminante no hay camino, se
hace camino al andar/

Ser persona es un don y una conquista, esto es: soy persona, es decir, soy lo que soy,
pero estoy en camino, me estoy realizando, soy pro-yecto inconcluso y, por eso, mis
esfuerzos, mis elecciones(carrera profesional, trabajo, familia; mi opción fundamental y
mi vocación), mis decisiones (éticas o no éticas, libres o no libres) y mis in-ter-retro-
eco-acciones, son los vectores y la plataforma dinámica, que en el proceso de mi
historia, me permitirán llegar a ser lo que puedo ser, lo que espero ser y lo que estoy
llamado a ser: persona.

4.3. La crisis del carácter personal del hombre


Hoy, más que nunca, el ser humano se ve a sí mismo fracturado y desidentificado; su ser
personal está devaluado y, a ello ha contribuido la propia cultura y, en ella, los Medios
de Comunicación Social (MCS), las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)
y, aunque no se crea, también los Sistemas Educativos han sido y son cómplices de la
crisis de la persona del ser humano, pues ha estado y está muchas veces al servicio del
sistema y no de las personas.

Las imágenes y los conceptos de persona se han venido a menos, por que el hombre en
su ansiedad por poseer ha terminado subastándose y negándose a sí mismo. En este
horizonte, la palabra que designa al hombre con su nombre ha sido eclipsada por la
saturación de la imagen y el color de la cyber-cultura y de la cultura mediática. El
<<eclipse de la palabra y del lenguaje>> es un hecho.

El lenguaje y la palabra que de por sí mismos ya son limitados ante la mente, el deseo y
los afectos del hombre se han visto más que nunca debilitados y distorsionados y con
ello la identidad de la persona. En este contexto, expresiones como <<ese tipo, esa
tipa>>; <<ese pelado, esa pelada>>; <<ese morro, esa morra>>; <<esa geva>>; <<ese
chaval>>; <<ese muñeco, esa muñeca>> <<ese mono, esa mona>>; <<ese veterano, esa
veterana>>; <<ese viejo, esa vieja>>; <<cucho-cucha-vegetal>> y, otras por el estilo,
son modos lingüísticos que en las jergas juveniles y en las diferentes culturas, aunque se
113
refieren a las personas, en vez de revelarlas como tales las vuelven seres fugases, sin
identidad personal, sin personeidad.

Hay pues, una ambigüedad en los modos de designar a una persona; todas las formas de
cómo se la quiera identificar a una persona resultan ser insuficientes, limitadas y hasta
confusas; estas imprecisiones se registran, sobre todo, en el lenguaje, donde aunque todo
parece apuntar a la persona nada es semejante, así por ejemplo, “cuando algunos hablan
indistintamente de hombre, de individuo, de sujeto, de yo, etc., y de persona; pero de
modo alguno son conceptos exactamente sinónimos.” 30

4.3.1. La cuestión persona e individuo


Se comprende una persona como un individuo cuando está referido a los demás, al
grupo, a la familia, a la comunidad y a la sociedad; pero desde nuestra experiencia
cotidiana, sabemos que también las cosas son individuos en medio de las cosas.

Así, sostener que el hombre es individuo es reducirle a un elemento entre los elementos,
pero sostener que el hombre es persona es aceptar que no se parece a ninguna cosa entre
las cosas, que está frente a las cosas y que no es un número más. Decir que el hombre es
persona es “...afirmar que su singularidad es única, insustituible y no intercambiable;
precisamente esto es la unidad de la persona.” 31

4.3.2. La cuestión persona y sujeto


Recordemos que para los primeros filósofos griegos el concepto sujeto también podía
ser aplicado a las cosas, mas aquí, cuando decimos que el hombre es sujeto, decimos que
se autoposee, que es dueño de sí mismo, que no necesita de otro para ser lo que es.
“Afirmar que la persona es sujeto, es sostener que se autoposee, que subsiste en sí y que
se sabe subsistiendo; y esto no podemos negarlo.” 32

El hombre sólo se re-conoce sujeto en relación con otros sujetos, pues, no existe sujeto
aislado de otros sujetos. El hombre es un ser relativo, un ser de relación, de donde se
infiere que no sólo es sujetividad sino también inter-sujetividad.

... el hombre, que es siempre sujeto, es también, siempre, intersubjetividad; y el sujeto


originario, en el fontanal de su ser y de su actuar, siempre se autopercibe cabalmente como
subjetividad, es decir, es intersubjetividad. El hombre, pues, no es sujeto si no es
33
intersujeto.

4.3.3. La cuestión persona y yo


La persona es un yo, pero ese yo no puede ser tal si no es en referencia a otros yos. El
yo, entonces, no es la pura auto-conciencia (Descartes) sino la total relación
interpersonal.

30
Cf. Ibid., p. 898-900.
31
Ibid., p. 898.
32
Ibid., p. 899.
33
Ibid.

114
La persona, incluso en su yoidad , siempre se percibe como persona, porque previamente a
su propia autoconcepción como yo, ha tenido ante sí a un tú, esto es, a otro yo; por eso la
34
palabra yo siempre se encuentra relacionada y jamás deja de aludir a un tú.

La persona cuanto yo, además de ser interioridad (auto-conciencia), es también


exterioridad, “relación interpersonal” (hétero-conciencia). Esta relación interpersonal se
entiende, por una parte y en una perspectiva personal, como relación respetuosa y
recíproca de un hombre frente a un hombre, de un yo frente a un tú (M. Buber) y; por
otra parte y en una perspectiva social, como una relación solidaria e incluyente de un
hombre frente a otros hombres, de un yo frente a el Otro (E. Levinas). 35 De ello, se
concluye que el negar o afirmar que el hombre es persona tiene directa repercusión en el
campo social, ético y político así como en el del propio proceso de humanización del ser
humano.

4.4. El valor absoluto-relativo de la persona


Ya hemos dicho lo suficiente acerca de <<la idea de persona>>. Ahora nos queda
responder a la pregunta: ¿en qué radica el valor absoluto-relativo de la persona?

Respecto a la cuestión planteada sostendremos de entrada que el valor de persona es la


persona misma. Esto quiere decir que su valor no se encuentra fuera sino en el ser
mismo personal de la persona.

¿Qué quiere decir el ser mismo personal de la persona? Quiere decir que la persona
como tal es en su ser, radicalmente, única, irremplazable, inalienable, in-enajenable e
insustituible; cada quien como identidad personal y humana no tiene copia, es el único
original y, por eso cuando ese quien o alguien desaparece del mapa nadie puede ni podrá
tomar su posta.

Ahora bien, ¿cuáles son las características ontogénicas del ser personal del hombre que
le revelan como único, irremplazable, inalienable, in-enajenable e insustituible? La
respuesta es: la auto-conciencia, la auto-determinación y la comunicación.

4.4.1. El ser humano como ser de auto-conciencia


La auto-conciencia de la cual es capaz el hombre tiene su raíz en su propia dimensión de
interioridad, desde la cual y gracias a la cual él puede in-flexionar y volver sobre sí
mismo para saber-se pensante y cognoscente. Ello le permite: por una parte, dar-se-

34
Ibid.
35
* En M. Buber, la relación yo-tú, es una relación respetuosa de dos, no así en el encuentro yo-
ello que consiste en encuentro de dominio. Para este pensador, la relación fundante de las demás
relaciones estaría en la relación del yo con Dios, la relación con el Trascendente no es una relación más
sino la relación fontal.
* En E. Levinas, la relación yo-Otro, es una relación que apunta a la relación con el plural humano. El
Otro, son las masas humanas que no pueden ser objetivables por la conciencia sino abordados a través del
diálogo y la sensibilidad. El Otro desde su situación de miseria y de injusticia, me cuestiona y me exige
una postura ética y responsable, el otro es un valor universal e incondicional. Su postura es alterocéntrica
y busca introducir como tarea urgente la igualdad en un mundo donde el juego de las libertades es injusta.
La batalla ha de librarse en la política. Cf. GASTALDI ÍTALO, o. c., p. 97-99.

115
cuenta de lo que pasa en su derredor o exterioridad y; por otra parte, de saber-que-sabe,
esto es, de conocer lo que piensa y lo que lucubra en su interioridad.

El hombre “no solamente sabe (conoce) sino que ‘sabe que sabe’ (advierte que
conoce)” 36 es una expresión que revela no sólo una capacidad sino también una cualidad
única que se ha desarrollado en el hombre a través del proceso de evolución bio-cerebral
y, que a la vez ha sido cultivada por él a través de la cultura en el tiempo y el espacio.

¿Qué significa que la cuali-capacidad de auto-


conciencia haya sido desarrollada y cultivada a
través del tiempo y el espacio en el hombre y por el
hombre? Significa: a).- que la conciencia es una
propiedad ontológica del ser humano, esto es, que
nace con él y que está biológica e intrínsecamente
configurada con su estructura corpórea y; b).- que
la conciencia evoluciona con el ritmo del proceso
de desarrollo evolutivo del ser humano, lo cual
significa que ésta es factible de moldeabilidad y
educabilidad por el propio hombre bajo las
condiciones cultu-estructurales a las cuales él se
pertenece.

4.4.2. El ser humano como ser de auto-


La auto-conciencia, la auto-
determinación
determinación y la
La capacidad de auto-determinación que el hombre
comunicación, son
tiene, también encuentra su raíz en su propia
características ontológicas
dimensión de interioridad y, tiene que ver con la
que le revelan al hombre
libertad de elección que el ser humano tiene, así
como único, irremplazable,
como con la voluntad para ejecutar o no acciones
inalienable, in-enajenable e
que hagan factible la consecución de sus
insustituible.
elecciones.

En este contexto una de la decisiones más


abarcantes que orientan la entera vida y las acciones del hombre es la Opción
Fundamental. Ésta es la gran orientación que el hombre da a su existencia optando
desde su libertad, voluntad y conciencia por la vida o por la muerte, por el bien o por el
mal.

La Opción Fundamental es como la mega-auto-pista que el hombre elige para correr con
su vida. Ella es la que orientará y pesará en las decisiones y elecciones grandes y
pequeñas que el sujeto realice, incluyendo su propia vocación.

Desde este horizonte sólo queda decir que del hombre depende en gran parte hacer el
bien o hacer el mal, trabajar por la vida o trabajar por la muerte, en otras palabras, en sus
manos está Ser o No-Ser,

36
Ibid., p. 89.

116
4.4.3. El ser humano como ser de comunicación
El hecho de que el hombre haya desarrollado en su proceso evolutivo la capacidad de
articular lenguaje y, más allá todavía haya despertado a su capacidad de comunicar-se
con sus semejantes lo revelan como un ser-dialogal y ser-para-el-encuentro, fenómeno
que no se les puede atribuir a los otros seres vivos que conocemos y que no son
humanos. Veamos a continuación el significado y el alcance del ser-dialogal y del ser-
para-el-encuentro del hombre.

1. El ser-dialogal del hombre.- Estira su raíz en su dimensión de exterioridad, gira en


torno a dos realidades como la <<palabra>> y el <<amor>> las mismas que juegan un
papel decisivo en las relaciones que el hombre efectúa desde sus plurales y diferentes
contextos, así:

La palabra, por una parte, como revelación del hombre al hombre y como movimiento y
búsqueda del hombre al Trascendente y; por otra parte, como revelación del
Trascendente al hombre y a la creación; esto es, la palabra como mediación del
encuentro entre el hombre con el hombre y, de Dios con el hombre así como del hombre
con Dios.

El amor cuanto despojo de sí mismo para salir y donar-se al otro y que no solamente
es el otro humano sino, también, el mundo y el Trascendente, re-conociendo que quien
primero ha salido/sale al encuentro del hombre y del mundo con su Palabra y por Amor
ha sido/es Dios en Jesús el Cristo.

2. El ser-para-el-encuentro del hombre.- Ahonda su raíz en su propia dimensión de


exterioridad y, revela la capacidad de salir al encuentro de el otro, lo otro y El Otro.
Esta afirmación engloba el siguiente significado, a saber:

Salir, como la actitud de romper los propios esquemas individualistas del querer
permanecer enconchado en el propio ego.

El encuentro, como el momento relacional, por una parte inter-personal en el que no


existe el yo ni el tú, sólo el nosotros y, por otra parte cosal en el que frente al yo, al tú y
al nosotros existe lo aquello.

El otro, lo otro y El Otro se entiende: lo primero, como el tú singular y plural semejante


y; lo segundo, como lo aquello referido inmanente; lo tercero como el Tú referencial
Trascendente. Todos ellos, realidades ontológicamente diferentes que revelan al yo
cuanto identidad única. Desde este horizonte, el yo no sería lo que es cuanto identidad
personal si no fuera capaz de confrontar-se en la mirada de el otro como hermano, de
estar en la presencia de El Otro como Creador y de referir-se a lo otro como mundo y
como cosas.

Por todo esto, y mucho más, la persona es lo que es ella misma: misterio insondable, es
persona y, allí radica su valor absoluto.

Cada hombre, todo hombre es algo único e irrepetible, posee el valor de lo insustituible.
Como señala un pensador de nuestros días, <<no hay del yo más que un único ejemplar

117
posible>>. El hecho de que Dios lo ha creado porque lo quiere por sí mismo, como fin y no
como medio, hace del hombre concreto singular un valor absoluto o, en expresión de Zubiri,
un <<absoluto relativo>> que no puede ser puesto en función de nada, ni de la producción,
ni de la clase o Estado, ni de la religión (<<no es el hombre para el sábado, sino el sábado
para el hombre>>) o la sociedad. <<El hombre es el ser supremo para el hombre>>, decía
Feuerbach (y repetirá luego Marx). La fe cristiana añade: <<... y para Dios>>. Tomás de
Aquino advertía que la ordenación del hombre a Dios no es la de un medio a un fin, sino la
37
de un fin a otro fin superior (Contra Gent. 3,112).”

A estas alturas, nos adentramos ya en un camino mucho más sutil y final de sentido y,
nos preguntamos: ¿de dónde el ser humano obtiene para sí como suyo el ser
ontológicamente interioridad y alteridad? La respuesta lo desbrozamos en el siguiente
tema, a continuación.

4.5. El fundamento último de la


personeidad y de la dignidad de la
persona
Después de haber intentado desvelar parte
del misterio de la persona, la encontramos
todavía desconocida, misterio por demás
grande, que no resulta fácil expresar con
palabras y, por eso nos preguntamos:
¿dónde se fundamenta en ultimidad la
personeidad y la dignidad de la persona?

Si yo pudiera darme el lujo de decir, que


todo lo que soy, me lo debo a mí mismo, El fundamento último de la
sería absurdo, porque yo sé que soy capaz personeidad y la dignidad del ser
de mucho pero no de tanta maravilla humano es Dios, quien creó al
misteriosa como mi propio ser. Alguien hombre y a la mujer a su imagen y
que no soy yo pero que es más que yo debe semejanza.
haber hecho posible y debe seguir haciendo
posible que yo sea lo que soy: un ser maravilloso.

Puedo pensar que todo se debe a la simple materia que ha evolucionado, sí, pero no es
suficiente porque la materia en sí no se crea a sí misma y por eso nunca llegará a ser más
que yo; ella sólo se transforma y, yo no soy producto de la sola transformación de la
materia, yo soy más que simple materia, yo soy un ser pensante y libre, yo me auto-
poseo, yo tengo auto-conciencia, yo me auto-determino, yo soy capaz de comunicación,
en definitiva: soy más que la compleja autoorganización de átomos.

La posibilidad de decir yo soy, nace de mi ser, se refiere a mi ser, por eso, si a un


hombre o a una mujer se le quita la posibilidad de decir <<yo soy>>, le quitamos la
posibilidad de saberse persona, y con ello, no se tendría ni siquiera a sí mismo o a sí
misma y, restándole lo último y lo único que le queda, el <<ser persona>>, ya no es
nadie. Y, si ya no posee ni siquiera de su propia persona, sino que es, como se dice

37
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Imagen de Dios, o. c., p. 178.

118
vulgarmente, un <<don nadie>>, ¿cómo podría entonces reclamar justicia?, ¿cómo
podría gritar <<yo soy>>?

Ante un sistema perverso que niega la identidad humana y personal del ser humano,
saberse persona, vivir como persona y cultivar la propia persona es un reto que hay que
emprenderlo y no en soledad, sino en comunidad, porque si yo me juego mi dignidad ha
de ser en la dignidad de los otros y con los otros así como también en el mundo y con el
mundo, sin perder el horizonte de la trascendencia, pues, el ser humano está llamado no
para la muerte sino para la vida.

Aunque hemos sostenido que <<la posibilidad de decir yo soy, nace de mi ser, se refiere
a mi ser>>, tenemos que decir también que dicha posibilidad en ultimidad <<no se
sustenta en mi ser>>, por que, ¿qué sería de los hombres y mujeres si cada quien se cree
amo y señor absoluto de sí mismo, de los demás y de todo, pretexto de que su yoidad y
con ello su dignidad se sustentan y radican en su persona misma? Cada quien y entre
ellos se darían la razón de sus propios actos y la anarquía devendría en la norma para
vivir a costa de la vida del otro, sin tener que sentir-se culpable de la muerte del
hermano, y eso no puede ser sino deshumanizante y la negación del hombre mismo.

Entonces, ¿dónde se fundamenta la persona y su dignidad? La respuesta es, <<en


Dios>>, porque el hombre es el tú de Dios. Dios crea a los hombres y a las mujeres <<a
imagen y semejanza>> suya, esto es, los crea seres libres, co-creadores, capaces de
diálogo y de encuentro, capaces de interioridad y de alteridad, capaces de acción
inteligente, éticamente y políticamente co-responsables.

Así, si el hombre es lo que es, persona de valía absoluta-relativa, es por que el Absoluto-
Absoluto, Dios, es quien le ha dignificado creándole como es, y le ha creado no por
necesidad ni por que lo merezca sino por un absoluto amor desinteresado.

Cuando Dios mira a esa criatura suya, se encuentra reflejado en ella. Cuando crea a Adán,
no crea una naturaleza entre otras, ni una cosa entre otras, sino a un <<tú>>. Y lo crea
llamándole por su nombre, poniéndolo ante sí como ser responsable (= dador de respuesta),
sujeto e interlocutor de un diálogo interpersonal. Crea en suma, no un mero objeto de su
voluntad, sino un ser co-respondiente, capaz de responder al <<tú>> divino, porque es capaz
38
de responder del propio yo; crea una persona.

Sólo el Absoluto absoluto de Dios puede hacer de la criatura contingente que el hombre es
un absoluto relativo. El hombre es valor absoluto, por que Dios se toma al hombre
absolutamente en serio. En su ser-para-Dios, se ubica la raíz de la personalidad del hombre
39
y, consiguientemente, el secreto de su inviolable dignidad y valor.

5. El hombre es libertad

La tercera cuestión que queremos responder aquí es: ¿cómo es el hombre? Y, la


respuesta es, el hombre es libertad.

38
Idem., Creación, gracia, salvación, o. c., p. 66.
39
Idem., Imagen de Dios, o. c., p. 179.

119
Libertad en general significa ‘ausencia de constricción’, estar exento de coacción. Pero la
coacción puede depender de diversas causas; por eso se pueden distinguir varios tipos
(análogos) de libertad, que se pueden reducir a dos formas principales: la libertad exterior y
40
la libertad interior.

Ciertamente, nos preguntaremos: ¿se


puede decir que somos libres cuando en
la sociedad actual por todos lados se
experiencian condicionamientos?
¿Puede decir el hombre que en realidad
ha sido y es libre? ¿Cómo saber que uno
es o no es libre? ¿Puede el hombre
hablar de su experiencia de libertad?
¿Puede el hombre decir que es
absolutamente libre? A continuación
trataremos de dilucidar estas cuestiones.

5.1. La experiencia de la libertad


El punto de partida que nos da la pauta
Libertad es la capacidad que el para hablar de la libertad será la
hombre tiene de hacer elecciones conciencia que el ser humano tiene de la
inteligentes que permitan el experiencia de su propia libertad. El
crecimiento como humano y como hecho de que el hombre tenga que elegir
persona. entre una cosa u otra, decidir entre un
evento u otro, y sea consciente de esta
elección o decisión, esto es estrictamente experiencia de la libertad.
Creemos, con Bergson, que ‘la libertad es un hecho y entre los hechos que se comprueban es
el más evidente’ es una experiencia fundamental de nuestra existencia humana. Si no
tuviésemos esa experiencia, ni siquiera se nos habría ocurrido ‘la idea’ de la libertad... Nos
41
formamos las ideas a partir de la experiencia.

El tener que elegir no es una cuestión experiencial fácil, pues implica crisis; decidir
sobre algo siempre pone en conflicto al ser humano, porque su elección no está
determinada o escrita y, eso revela que el hombre en sí mismo no está determinado, no
es un robot, el hombre es libertad. La libertad humana tiene múltiples rostros y, se
presenta bajo facetas inéditas donde el hombre tiene que resolver y, es en estas
resoluciones es donde el hombre se sabe y evoluciona como hombre.

Ahora bien las decisiones que el hombre toma tienen un doble rostro: hacia dentro y
hacia fuera. Existe entonces una liberta exterior y una libertad interior, veamos en qué
consiste cada una de aquellas libertades:

- Cuando hablamos de libertad exterior, nos referimos a la manifestación de la libertad


interior que tiene lugar hacia fuera en el mundo, ésta es la llamada libertad
fundamental. Estas posibilidades de manifestación externa de la libertad interior son

40
GASTALDI ÍTALO, o. c., p. 147.
41
Ibid., p. 150.

120
plurales, así: libertad física, libertad moral, libertad civil, libertad social, ley ascética o
“liberación”. 42

- Cuando hablamos de libertad interior, nos referimos a la libertad psicológica que


radica en el querer del ser humano; en este espacio interno de la toma de decisiones del
ser humano juega un papel importantísimo la voluntad humana, por eso, podemos
concluir diciendo que, en el ser humano, voluntad y libertad coexisten.

¿Qué es primero o segundo, la libertad interior o la libertad exterior? El modo cómo se


manifiesta la libertad (lo que uno ve) es primero exterior y luego interior, no así el
proceso mismo de la experiencia personal de la libertad (lo que uno siente) que tiene un
camino diferente, es primero interior y luego exterior, primero se quiere (libertad
psicológica) y, luego, se expresa lo que se quiere (libertad exterior). Pero lo que se
quiere y luego se expresa ¿es realmente lo correcto?, eh ahí el problema de la libertad
moral.

¿En qué presupuestos antropológicos se apoya esta experiencia de la libertad humana?


La respuesta es: en el hombre, comprendido como cuerpo espiritualizado o espíritu
corporeizado y su plural relación con los otros, con lo otro y con el Otro. Es nuestra
dimensión espiritual la que dinamiza nuestra libertad que se sustenta y se hace patente y
experiencial en nuestra dimensión corpórea.

5.1.1. La libertad fundamental


Es la apertura que el hombre tiene hacia el mundo. El ser humano es el único ser capaz
de re-conocer y tomar una postura observativa frente a todo cuanto existe en su derredor
y, más allá todavía, es capaz de imaginar, recrear, actuar y transformar las plurales
realidades puesto que es un ser creativo. Esta apertura es la que permite comprender que
el hombre es diferente a todo cuanto existe y que no es él el que está referido a las cosas,
sino al contrario, las cosas están referidas a él.

El sólo contacto y la sola relación que el hombre tiene con todo cuanto le rodea y está
referido hacia él sin que sea aún una postura discrecional es lo que comprendemos como
libertad fundamental.

Esta capacidad de horizonte y de apertura que el hombre tiene hacia lo otro esto es, las
cosas, la naturaleza, los animales y lo infrahumano es una tensión connatural al hombre

42
Exponemos las diferentes formas cómo la libertad humana se expresa desde la interioridad
personal hacia la exterioridad relacional:
- la libertad física, que consiste en no tener ataduras, barreras o impedimentos materiales.
- la libertad moral, que consiste en poder hacer y decir lo que uno decida sin tener que verse prohibido o
enjuiciado por la propia conciencia o la conciencia colectiva.
- la libertad civil, política, religiosa, etc., que consiste en poder hacer y decir lo que uno decida sin tener
que verse prohibido o enjuiciado por la ley positiva.
- la libertad social, que consiste en poder hacer y decir lo que uno decida sin tener que verse obligado a
hacer y decir lo que los otros, el grupo y la cultura interfieran u obliguen.
- la ley ascética o “liberación”, que consiste en el dominio que uno tiene de sus instintos y de sus
pasiones. (Ibid., p. 147).

121
y sobre ésta se fundamenta la libertad psicológica que es una libertad de discreción o
elección.

5.1.2. Libertad psicológica


Es la posibilidad que el hombre tiene de diferenciar las cosas de sí y éstas entre sí
(conocer) y, finalmente, luego de haber re-conocido tomando distancia y diferenciando
las cosas, darse el lujo de decir quiero esto o aquello (querer).

La libertad psicológica o libertad de opción, también es connatural al hombre, mueve al


ser humano a decidirse por algo, esto es, promueve los actos voluntarios, sin coacciones
internas.

Es cierto que las decisiones humanas se realizan ante los objetos, frente a los cuales el
hombre se asume como un yo y, diferenciándose y diferenciándolos ontológicamente
toma distancia para terminar eligiendo una cosa u otra, según su conveniencia, como un
ejercicio de su propia auto-realización, pero también es cierto que la libertad de elección
de la cual el hombre dispone es riesgosa, por
eso, a su libertad le acompaña siempre la * Libertad fundamental es la
inteligencia reflexiva. relación connatural a la que
estoy expuesto frente a todo lo
En este nivel de decisiones y elecciones que me rodea.
humanas convergen la libertad, la voluntad y la
inteligencia reflexiva, sin embargo, el riesgo * Libertad psicológica es la
contundente que el hombre corre -desde su capacidad de distinguir y
libertad- al elegir de entre muchas diferenciar las cosas entre sí y,
posibilidades una o varias, es el de equivocarse habiéndolas diferenciado tomar
o de errar en el momento mismo de la elección una actitud de querer o no
y, de lo cual él y nadie más que él es co- querer relacionarme con ellas.
responsable. En este horizonte, las
equivocaciones revelan la natural finitud del ser * Libertad moral es la elección
humano mientras que la co-responsabilidad buena o mala que hago sobre lo
revela su eticidad y que corresponde a la que quiero o no quiero.
dignidad y la felicidad mismas del ser humano.

De aquí se infiere que no basta con que el hombre tenga la capacidad de elegir, sino que
esa elección pueda ser o no ser correcta. He aquí, entonces, el paso de la libertad
psicológica a la libertad moral.

5.1.3. Libertad moral


Sólo el hombre es capaz de decidir y a la vez temer, sufrir y gozar por sus decisiones,
ello no ocurre más que con la especie conocida como humana en este ángulo del
universo y, <<el que no es hombre, o es una bestia o es un Dios>> diría el Estagirita.
La libertad moral no es connatural, se la construye a través de cada una de las elecciones
voluntarias y co-responsables que el ser humano realiza; está condicionada por la cultura
y la geohistoria. El hombre en conciencia puede elegir entre lo que le construye y entre
lo que le destruye; si elige lo primero, usa bien su libertad y, si al contrario, elige lo
segundo, abusa o hace mal uso de su libertad.

122
Nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer al hombre quizá mejor que ninguna otra
generación. ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el
ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con
paso firme musitando una oración. 43

Los aciertos y desaciertos de las decisiones y elecciones del hombre implican y


complican su existencia misma y las relaciones con los demás, con el mundo en el que
vive y con el Trascendente. Las decisiones y las elecciones aunque son personales,
tienen una proyección ética, política y social; las consecuencias de lo que el sujeto haga
o deje de hacer no le afectan solamente a él sino también a todo cuanto a él le rodea.

Esa libertad personal que es de proyección social y política, desinstala al hombre de sus
intereses egoicos para salir al encuentro del otro. La libertad es entonces un darse a los
demás y, es en ese darse, donde la libertad se plenifica y se vuelve libertad humana.
Pero también

Para que el hombre se plenifique en su libertad humana es imprescindible que salga de


su yo y se encuentre con el tú en un diálogo participativo y recíproco. “No hay libertad
humana plena que no sea la capacidad de sentir la llamada del otro, y precisamente esta
llamada del otro y la posibilidad de responderle, es lo que me hace más libre.” 44

La libertad es pues una puerta abierta al encuentro co-responsable, recíproco, alegre y


esperanzado del hombre con los hombres, del hombre con el mundo y, más allá, del
hombre con el Trascendente (Dios). La libertad es la experiencia humana y
humanizante abierta a la trascendencia y, en este sentido, con J. P. Sartre aunque no en
el sentido suyo, tendríamos que decir que estamos “condenados a la libertad”, el hombre
es libertad.

5.2. Los condicionamientos de la libertad 45


Visto que la libertad nunca puede ser experienciada como absoluta es importante saber
las razones por las que no es posible una experiencia así. Entre los fenómenos que
constituyen condicionamiento de la libertad están:

a).- El mundo material, natural y biológico.- Que con sus leyes y sus procesos de
evolución, constituye una barrera infranqueable para que el hombre pueda sobreponerse
a sus fuerzas.

b).- La condición corpórea.- Que traza barreras para la libertad humana: uno
nace con su patrimonio genético personal, único e irrepetible; se nace varón o mujer,
“(transexual)”; se es gordo o flaco, alto o bajo; etc. Esta herencia genética puede
modificarse por la educación, por el ambiente, por la ciencia y por las técnicas de
“rehabilitación corporal”.

c).- Los dinamismos involuntarios.- Que se refiere a las pulsiones instintuales


que mueven al hombre a obrar orientándose a determinados fines. Estos dinamismos,

43
FRANKL VÍKTOR, El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 199920, p. 126.
44
GORDILLO L., “Libertad”, en MORENO VILLA MARIANO (Dtr.), o. c., p. 732.
45
Aquí seguimos a GASTALDI ÍTALO, o. c., p. 152-154.

123
son connaturales al ser humano y, no siempre son ejercidos con conciencia y por ello se
les considera involuntarios (“hambre, sed, impulsos sexuales, necesidad de un espacio
vital y de movimiento libre, de distensión y de reposo, miedo, agresividad, etc.” 46 )

d).- Los condicionamientos culturales.- Que no definen, pero sí influyen en la


persona y su personalidad. Los Medios de Comunicación Social (MCS) mass media y
multi media, ejercen una influencia tal como para redefinir, orientar o problematizar el
modo de vida y la cultura de las personas y de las sociedades. Una cultura economicista,
mediática y nómade condiciona rigurosamente la posibilidad de elección de las
personas. Por eso, motivos tuvo J. P. Sartre para expresar: “yo soy yo y lo que los
demás han hecho de mí”.

e).- La historia personal.- Situación que no se repite nunca para cada individuo,
constituye una forma de ser de la persona. No es lo mismo haber vivido y tomado
opciones libres en los años de la II Guerra Mundial en los campos de concentración de
Auschwitz, que haber vivido en Latinoamérica, precisamente en Colombia y haber
tenido que tomar más de una decisión frente a la violencia de las FARC y los
paramilitares. Por eso, razón tuvo J. Ortega y Gasset para expresar: “yo soy yo, y mis
circunstancias.”

5.3. La negación de la libertad


<<Niego rotundamente que exista la libertad>>, declara el protagonista de la novela
futurista de Skinner. <<Nuestra libertad es solamente un autoengaño>>, estima E. O.
Wilson, el padre de la sociobiología. El sentimiento de la libertad <<es sólo un
47
espejismo>>, opina Ruiz de Copegui.

Así como Skinner, E. O. Wilson y Ruiz de Copegui, existen personas, grupos y


sociedades enteras que niegan abiertamente, en altavoces y a todo volumen, que exista la
libertad, de tal postura no es posible que ellos puedan aceptar que la libertad pueda ser
una experiencia humana y humanizante. Sin embargo, habría que preguntarles y con
honestidad: ¿cómo es que ellos sin creer que exista la libertad, se dan la libertad de
decir que la libertad no existe? ¿Su postura acaso no oculta una contradicción que revela
que la libertad existe?

Creemos que nuestra civilización que ha visto relevar al ser humano por la máquina,
considera, contradictoriamente, que el hombre no puede ser libre de su libertad de
ponerse a sí mismo la cuerda al cuello: la libertad mal entendida y mal usada termina
asfixiando a quien busca libertad.

Hoy más todavía, se considera que la libertad es otro de los tantos discursos subjetivos
que le niegan la libertad y la capacidad de ser y hacerse al ser humano. Es casi
generalizado que cuando se les pregunta a las generaciones jóvenes ¿como
conceptualizas la libertad?, las mayorías terminen respondiendo: “libertad es hacer lo
que uno quiere, con tal de no hacer daño a terceros”, postura totalmente errónea por

46
Ibid., p. 152.
47
RUIZ DE LA PEÑA JUAN LUIS, Creación, gracia, salvación, o. c., p. 68; Idem: Imagen de
Dios, o. c., p. 194-200.

124
cierto, por que el hecho de que uno se haga daño a sí mismo en sí ya no es libertad sino
negación de la misma.

Es paradójico que muchos jóvenes, influenciados por ciertas ideologías seudo-


anarquistas, crean, según ellos, que con “el viejo discurso de la libertad” lo que se
intenta es ejercer poder externo sobre sus libertades, privándoles de su libertad de hacer
lo que se les venga en gana. Pero habría que recordarles que casi nada de lo que a uno
se le viene en gana le construye o le hace más persona, porque eso de hacer lo que a uno
se le antoje y que, equivocadamente, llamamos libertad no es libertad sino libertinaje.

La libertad plena, en cambio, consiste en discernir y elegir de entre varias posibilidades,


aquello que a uno le va a lograr, dejando a un lado aquello que le puede con certeza mal
lograr. Nuestras elecciones humanizantes y personalizantes no siempre son placenteras,
a veces son muy dolorosas, por tanto no concuerdan necesariamente con nuestros gustos.

Así, cualquiera que fuera la cualidad de nuestras decisiones, éstas siempre tendrán una
consecuencia personal y social, ética y política. Las consecuencias no se pueden hacer
esperar nunca por que como lo afirmara Foucault la libertad es la condición de lo ético o
no-ético de nuestros actos.

5.4. Situaciones emergentes que conflictúan pero no niegan la experiencia de la


libertad
Siempre han existido y existen también hoy, situaciones que ponen en crisis la
experiencia de la libertad humana, sin embargo no ha podido negarla, puesto que el
hombre, desde su libertad, continúa tomando posturas inteligentes que le permiten seguir
en su proceso de hominización. Entre las situaciones o realidades emergentes que
conflictúan la libertad y frente a las cuales el hombre está llamado a poner a prueba su
capacidad de ser libre están:

a).- La negativa frente a la libertad.- Que supone que la libertad es una utopía
absurdamente inventada; se trata de una postura que niega de la libertad como la
expresión misma del ser humano y de su humanidad. A quienes sostienen que no existe
libertad, les preguntamos ¿con qué libertad sostienen que no existe libertad? Véase el
cuestionamiento que acabamos de hacer a Skinner, Wilson y De Copegui.

Al respecto vamos a plantear dos argumentos:

Argumento 1

Objeción: la libertad no existe, el hombre no es libre.

Respuesta: si no existe libertad de elección -que siempre es inteligente- para el hombre,


entonces el hombre no puede elegir y, si no puede elegir, entonces no tiene sentido
existir, puesto que el hombre, como todo ser, existe en su libertad como condición y
capacidad de actuar de acuerdo con su naturaleza ontológica.

125
Argumento 2

Objeción: la libertad es sin condicionamientos, como el hombre vive condicionado,


entonces, el hombre no es libre.

Respuesta: quien cree en la libertad humana sin condicionamientos se auto-engaña, por


que una libertad así no existe y, si existiera una libertad así -sin condicionamientos-
aquél que quiere probarla tendría que no existir y, sin la existencia no podría
revelárnosla. Por tanto su postura de negación de la libertad es absurda e ilógica.

b).- El individualismo y el subjetivismo.- Que sostiene que la libertad es una


cuestión optativa de cada quien. En esta perspectiva cada individuo vive a su modo su
liberad, así como “sus valores” y sin mirar a nadie más que a sí mismo. Esta postura ha
dado paso al relativismo no sólo de la libertad sino, que junto con ella, al de todos los
valores personalizantes.

c).- La mecanización y tecnocratización de la vida.- Que ha desplazado al


hombre hasta terminar decidiendo por él. El hombre, confiado de la perfección
tecnológica, se ha vuelto esclavo de su creación; la inteligencia humana se ha negado a
sí misma para ser gobernada por la inteligencia artificial. Esta postura presenta al
hombre dispuesto a hacer lo que le ordene un “cerebro” electrónico, evadiendo lo que le
sugiere su conciencia. Así, la libertad ya no es suya, se la ha confiado a la tecnología.

d).- La institucionalización de los valores.- Que consiste en legalizar y


normatizar todos y cada uno de los valores que los seres humanos han de vivirlos. Así,
la institución que hasta hace poco cooperaba con el ser humano cuanto individuo y
sociedad, velando por su libertad y sus derechos, hoy se ha tomado el derecho de mandar
por sobre aquellas conciencias personales y sociales. Las estructuras de poder le están
jugando sucio al ser humano y, terminan hundiéndole en el fango de sus intereses
politiqueros 48 . Esta postura aniquila la esencia misma de la libertad humana y propone a
su vez una gama de libertades despersonalizantes; en este contexto, juegan un papel
decisivo las TIC, las empresas, la ciencia y la tecnología, las instituciones educativas, las
iglesias, las fuerzas del orden, el Estado, los partidos políticos, etc.

Todas estas situaciones que niegan, que relegan o aniquilan la libertad humana son una
evidente forma de negación del propio ser humano. Es tan verdad que muchas de las
veces el hombre, en vez de evolucionar hacia una libertad más plena, termina siendo

48
¿Qué libertad tenía el poder de Estados Unidos de Norte América, puntualmente W. Bush y sus
aliados para matar, perseguir y torturar, en nombre de la paz y de la libertad en medio oriente a los
hombres, mujeres y niños de Afganistán e Irak, pasando por sobre el grito de quienes gritaron y clamaron
paz, así como por sobre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que, supuestamente, tiene como
primordial objetivo velar por la paz del mundo y la libertad de los pueblos? ¿Qué derecho le ampara al
Imperio Yanqui, hoy, para violentar las libertades de los estados y pueblos de Irán y de Corea del Norte?
¿Qué libertad ética tiene el mismo W.Bush para pedir la horca a Hussein o la ONU para presentar un
informe sobre los Derechos Humanos en el que acusa que en los Estados de Venezuela y Cuba se han
violado a gran escala los Derechos Humanos sin que se señale que Bush y el Imperio Yanqui son los
únicos terroristas del mundo que han dado muerte a miles de inocentes y han sembrado Europa de campos
de concentración como el de Guantánamo?

126
esclavo de sus inventos, abdicando con ello su libertad; en otras palabras, olvida que
<<la libertad no se la da, no se la impone; la libertad nace del ser humano y se la
construye>>.

Sin embargo, frente a la posibilidad de negación del hombre en la negación de su


libertad y, si el hombre quiere rescatar-se como persona digna y ética y políticamente
co-responsable de su propia evolución, ha de saber ser, como lo afirmara E. Fromm,
libre de… para… .

Y, para concluir sobre la libertad humana, sépase que una cosa nos queda muy clara:
“...al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades
humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para
decidir su propio camino.” 49

49
FRANKL VÍKTOR, o. c., p. 99.

127
CUADRO DE SÍNTESIS DE LOS CONTENIDOS
Hasta aquí hemos visto lo siguiente:

1.- Que el hombre en la actualidad sigue siendo un problema que hay que
comprenderlo dentro de la <<situaciones límite>> enmarcadas en el contexto de la
globalización. La pregunta ¿qué es el hombre? sigue estando presente.

2.- Que frente al monismo y al dualismo, visiones antropológicas insostenibles, hay


que sostener y como solución, la visión integral que considera que el hombre es cuerpo
espiritualizado o espíritu corporeizado.

3.- Que el hombre es unidad total: cuerpo espiritualizado o espíritu corporeizado. Y,


que por ser cuerpo es un “Ser-en-el-mundo”, un ser-en-el-tiempo, un ser mortal, un ser
sexuado y su corporeidad es una forma de lenguaje y; que por ser espíritu es un ser que
mira más allá del mundo, más allá del tiempo y más allá de la muerte.

4.- Que el hombre es persona que se realiza en la plural relación. Que actualmente
existe una <<crisis del carácter personal del hombre>>. Qué el hombre es capaz de
auto-conciencia, auto-determinación y de lenguaje comunicativo y, en ello radica el
valor absoluto-relativo de su persona y; finalmente, que el fundamento último de su
personeidad y dignidad es Dios.

5.- Que el hombre es libertad, pero que ésta la experiencia de forma limitada como
libertad fundamental, libertad psicológica y libertad moral y; que hoy, existen
situaciones emergentes que conflictúan pero no niegan la experiencia de la libertad.

GUIÓN DE AUTO-EVALUACIÓN
1.- ¿Cuáles son las <<situaciones límite>> en las cuales se ha de comprender actualmente al
hombre como problema?
2.- ¿Cuáles son las visiones antropológicas insostenibles y, qué postula cada una de ellas?
3.- ¿Qué postula la visión antropológica integradora de la comprensión del hombre?
4.- ¿Cuáles son las realidades con las que el hombre tiene que vérselas para sí mismo cuando
se sostiene que es cuerpo y, en qué consiste cada una de dichas realidades?
5.- ¿Cuáles son las realidades con las que el hombre tiene que vérselas para sí mismo cuando
se sostiene que es espíritu y, en qué consiste cada una de dichas realidades?
6.- ¿Cuál es el concepto de persona que se maneja en el texto?
7.- ¿Cuáles son y en qué consisten cada uno de los momentos de realización de la persona?
8.- ¿Cuáles son las razones para hablar de una crisis del carácter personal del hombre?
9.- ¿Cuáles son las características que hacen posible comprender el valor absoluto-relativo de la
persona y en qué consiste cada una de ellas?
10.- ¿Cuál es el fundamento último de la personeidad y de la dignidad de la persona? ¿Por qué?
11.- ¿Cuál es el concepto de libertad que se maneja en el texto?
12.- ¿Qué tipos de libertad experiencia el ser humano y en qué consiste cada uno de ellos?
13.- ¿Cuáles son los condicionamientos de la libertad?
14.- ¿Cuáles son las situaciones emergentes que conflictúan pero no niegan la experiencia de la
libertad humana?

128
PISTAS DE REFLEXIÓN
1.- Texto de lectura:

Se comprende al ser humano como espíritu corporeizado/cuerpo espiritualizado (unidad


total); sujeto personal, auto-consciente y libre, referido a sí mismo (persona); haciéndose en
la plurales relaciones a través del tiempo y del espacio (un ser histórico); con una mirada
que va buscando futuro guiado por la alegre esperanza (ser futurizo y de esperanza).

¾ Comenta el significado y el alcance del texto sugerido, teniendo en cuenta las


siguientes preguntas:

a).- ¿Cuáles de las características fundamentales del ser humano, que aparecen en el
texto, carecen de sentido para la gente de hoy? ¿Por qué? Argumenta tu respuesta.

b).- Si tuvieras que sugerir, el recuperar o el potenciar alguna de las características del
ser humano que el texto presenta, ¿cuál o cuáles sugerirías? ¿Por qué? Argumenta tu
propuesta y la finalidad de la misma.

2.- Texto de lectura:


<<El hijo de la Inquietud>>. Se trata de una fábula que presenta al ser humano saliendo de
las manos de un alfarero, que en este caso es la Inquietud. Se nos presenta a ésta en cierta
ocasión atravesando un río y divisando un lugar donde había barro arcilloso. Toma la
Inquietud un trozo de barro y le da forma. Al terminar, se queda reflexionando sobre lo que
ha hecho. En este momento preciso, llega Júpiter. La Inquietud le pide al dios que le
infunda espíritu a su imagen de arcilla. Júpiter accede, y enseguida la Inquietud quiere
ponerle nombre a su obra. Pero Júpiter se lo prohíbe, porque considera que el nombre tiene
que dárselo él, ya que le ha infundido el espíritu. Mientras están discutiendo, se alza Tellus,
la Tierra, y reclama que la imagen sea nombrada con su nombre, ya que había sido
elaborada con un trozo de su cuerpo. A estas alturas de la discusión, los contendientes
deciden tomar a Saturno como árbitro, y éste emite equitativamente su dictamen: <<Tú,
Júpiter, debes recuperar el espíritu tras la muerte, puesto que tú le has infundido el espíritu;
tú Tellus, puesto que has provisto el cuerpo, debes acoger de nuevo el cuerpo; la Inquietud,
sin embargo, dado que ella fue la primera a la que se le ocurrió esta imagen, debe poseerla
en tanto viva. Pero en lo que atañe a la actual discusión del nombre, debe llamarse homo,
pues del humus (tierra) fue hecho>>. (Citado por MARDÓNES J. M., La vida del símbolo,
Sal Terrae, Santander 2003, p. 77).

¾ Comenta el significado y el alcance del texto sugerido, teniendo en cuenta las


siguientes preguntas:

a).- ¿Qué dimensiones del ser humano se presentan en la fábula?

b).- ¿Qué significado le das al dictamen de Saturno sobre la relación de Inquietud con
su creación? Argumenta tu respuesta.

c).- Qué sentido encuentras en que a la <creación> de Inquietud se le haya llamado


homo (hombre) por haber sido hecho de humus (tierra)? Argumenta tu respuesta.

129
3.- Del misterio del hombre se ha sostenido tres cosas: que es cuerpo espiritualizado o
espíritu corporeizado, que es persona y que es libertad.

¾ Reflexiona y argumenta tus respuestas a las siguientes preguntas:

a).- ¿Cuál es el significado y el alcance de la comprensión del hombre como cuerpo


espiritualizado o espíritu corporeizado?

b).- ¿Cuál es el significado y el alcance de la comprensión del hombre como persona?

c).- ¿Cuál es el significado y el alcance de la comprensión del hombre como libertad?

4.- Aunque la persona es no conceptualizable, para J. L. Ruiz de la Peña “persona es, el


ser que dispone de sí para hacerse disponible”.

¾ Reflexiona y argumenta tu respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué significado y


alcance tiene el concepto que J. L. Ruiz de la Peña tiene de la persona?

5.- Texto de lectura:


Sobre la aplicación del concepto que muchas personas tienen de la libertad: “libertad es
hacer lo que uno quiere, con tal de no hacer daño a terceros”.

Yo no tengo mujer, ni hijos, vivo solo. Si un buen día me viene la “noble y digna” gana de
destaparme los sesos, ¡bien venido ese feliz día! Espero a que me paguen el último sueldo y
con ello voy al mercado de armas, adquiero una pistola calibre 38 con sus respectivas balas,
voy a una cafetería, pido un café y lo disfruto al ritmo de una de mis canciones preferidas,
pago la cuenta, salgo a la calle y con la última sonrisa de placer del deber cumplido en el
rostro, jalo el gatillo y nos vimos... ¡era mi gusto! ¿Le pedí favor a alguien? ¿Hay alguien
quien me llore? ¡Es una decisión sin daños a segundos ni a terceros, verdad! ¿Se puede
entonces levantar un telón de éxito que diga: ¡Viva la libertad!?

No, la escena que acabo de pintar no es ni justa ni libre. ¿Por qué esta escena-acción no es
ni justa ni libre? Por que la vida no me pertenece, ella me ha sido dada como don-regalo y,
en ese horizonte, yo mismo soy ese don, yo soy la vida y, mi vida a pesar de las broncas que
se me presenten vale la pena vivirla y tengo que vivirla con calidad. ¿Qué sería de la
historia, de la cultura y del mundo sin mi? Y así como el mundo reclamará por mi
existencia, lo van a reclamar mi familia, mis amigos, mis <<fans>> y hasta mis adversarios.
¿Por qué entonces negarme a estar presente con los otros y con el mundo? Soy yo el que da
sentido y embellece también a la comunidad humana y al mundo. Mi existencia
corresponde a una misión inteligente en este mundo y si yo me marcho i-responsablemente,
¿quién asumirá mi misión? Nadie.

Entonces no se puede ser, etimológicamente hablando, estúpidos ante la vida; la vida es un


reto, un desafío para todo ser viviente y más aún para el ser humano quien constituye la
inteligencia de la vida y del universo. Si alguien tiene que morir que muera de pie habiendo
vivido hasta el último segundo de su vida dando sentido a la misma; sólo quien ha vivido
bien, tiene derecho a morir y de ello se encarga la vida misma, no yo, ni otro hombre o
mujer por mí.

130
¿Por qué este discurso? Por que he escuchado a algunos-as jóvenes que dicen que la
libertad es hacer lo que uno quiere con tal de no afectar a segundos o a terceros, igualmente
han sostenido que el suicidarse es un acto de valentía y de libertad. Diré una palabra sobre
el suicidio: quien se suicida nunca es libre ni valiente; no es libre por que se trata de un
momento extremo de ofuscación y desesperación no asumido, no dialogado ni vencido, que
lleva a ejecutar acciones contra la vida no queridas por ningún ser humano que haya
asumido y dialogado sus problemas y situaciones semejantes. No es valiente pero tampoco
es cobarde, por que es un trance en el cual la conciencia se ve obnubilada y la libertad y la
voluntad extremadamente debilitadas. En el extremo, nadie sabe cuáles son las reales
razones que le han negado todas las fuerzas para vivir al suicida, pero sí sabemos con
certeza todas las razones por las cuales ningún ser humano que esté vivo y con algo de
cordura quiera irse de este mundo que es tan bello. Sépase que a este mundo nos
pertenecemos y somos co-responsables de su destino en el cual se realiza el nuestro.
(Vicente Plasencia)

¾ Reflexiona y argumenta tus respuestas a las siguientes preguntas:


a).- ¿Cuáles crees que son las razones antropológicas que el autor del texto tiene en
cuenta para rebatir el supuesto concepto ya señalado que algunas personas tienen de la
libertad?

b).- ¿Cuál es el significado y el alcance de la libertad que el autor sostiene en referencia


a la vida?

6.- Sobre las objeciones a la libertad humana se ha presentado los siguientes argumentos
(Cf. Supra. # 5.4.a.).

Argumento 1

Objeción: la libertad no existe, el hombre no es libre.

Respuesta: si no existe libertad de elección -que siempre es inteligente- para el hombre,


entonces el hombre no puede elegir y, si no puede elegir, entonces no tiene sentido existir,
puesto que el hombre, como todo ser, existe en su libertad como condición y capacidad de
actuar de acuerdo con su naturaleza ontológica.

Argumento 2

Objeción: la libertad es sin condicionamientos, como el hombre vive condicionado,


entonces, el hombre no es libre.

Respuesta: quien cree en la libertad humana sin condicionamientos se auto-engaña, por que
una libertad así no existe y, si existiera una libertad así -sin condicionamientos- aquél que
quiere probarla tendría que no existir y, sin la existencia no podría revelárnosla. Por tanto
su postura de negación de la libertad es absurda e ilógica.

¾ Comenta, ¿qué significado y alcance tiene cada uno de los argumentos


presentados?

131

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