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ABANDONO AL ADULTO MAYOR

Cuando una persona llega a los 60 años es considerada de la tercera edad y


como la vejez está acompañada de muchos desajustes físicos y mentales, la
responsabilidad de este sujeto debe ser acompañada en gran parte por sus familias.

Los adultos mayores también son vulnerables al maltrato, ya sea este de tipo
físico, sexual, psicológico, emocional, económico o material, lo son también al
abandono, a la falta de atención y a graves pérdidas de dignidad y respeto. Los
datos actuales indican que una de cada 10 personas mayores sufre maltrato. El
maltrato de las personas mayores no se limita exclusivamente a lesiones físicas sino
también a graves problemas psíquicos de carácter crónico, como la depresión y la
ansiedad. Muchos adultos mayores se ven privados de la capacidad de vivir
independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros
problemas mentales y físicos, de modo que necesitan asistencia inmediata y a largo
plazo. Además, entre los ancianos son más frecuentes experiencias como el dolor
por la muerte de un ser querido, un descenso del nivel socioeconómico como
consecuencia de la jubilación o la discapacidad. Todos estos factores pueden
ocasionarles aislamiento, pérdida de la independencia, soledad y angustia. (1)

Por las razones expuestas anteriormente, cabe pensar que un grupo familiar
en muchas ocasiones, no logra dimensionar lo que implica los cambios que da una
persona a medida que pasa el tiempo, es decir, que se hace anciana y optan en
tomar actitudes de maltrato o irrespeto sin meditar en que estos comportamientos
generan más daño al ser afectado.

El adulto mayor se convierte en una carga para sus familias porque implica
un aumento en los gastos económicos, puesto que genera nuevos cuidados en su
salud y nuevas responsabilidades para sus seres queridos, quienes piensan que la
mejor forma de desentenderse de esto, es abandonando, olvidando y aislando fuera
de sus vidas al adulto mayor, privándolo de desplazarse libremente por donde
quiera, de ver el crecimiento de su generación, de vivir experiencia nuevas que a lo
largo de sus vidas no pudieron realizar, de contar sus anécdotas a sus
descendientes, de conocer lugares, de conocer los nuevos avances tecnológicos y
científicos del mundo, de terminar sus días con las personas que aman y lo más
importante y prioritario, de sentir todo el cariño y acogimiento de quien ellos algún
día apoyaron, educaron y nunca abandonaron.

Se considera lógicamente inhumano que, solo por que el adulto mayor tiene
cambios en su cuerpo, deje de ser autosuficiente y requiera de más cuidados, sea
discriminado en su hogar. Genéticamente envejecer es el ciclo de vida de todo ser
vivo como: animales, plantas y seres humanos, se debe tener muy en cuenta que
estos alguna vez también fueron jóvenes con salud y fundamentales en la crianza de
su descendencia. Además, envejecer no significa un problema de vida, si no que,
por el contrario, es una etapa desde la cual se debe vivenciar y percibir la vida desde
otra perspectiva, es el momento preciso para cuidar, amar, apoyar y proteger al
adulto mayor.

Hay que tener muy claro que el adulto mayor que son padres, abuelos,
bisabuelos, entre otros, son ejemplo para cada generación, siendo el fundamento o
la ruta para seguir el camino por parte de la descendencia. Es en ellos en donde
reposan aquellas anécdotas que conllevan formación, valores y principios para que
las generaciones venideras sean personas de bien.

El fenómeno de abandono afecta en el ámbito socioeconómico y sociocultural,


a las familias, quienes descargan toda esta responsabilidad al estado, generando
que este tenga que buscar soluciones a la problemática que se crea, se hace
necesario tener sitios con una infraestructura adecuada y un personal capacitado
para intervenir en todos los cuidados que deben tener, tanto mentales, físicos,
morales y de acompañamiento que requiere este tipo de persona, pero estas
entidades del estado a veces son corruptas, su trabajo se torna oscuro y sin
beneficio alguno hacia el protegido. Claramente ocurren perdidas económicas que
deberían ser utilizadas precisamente para que los derechos de las personas
ancianas sean respetados. Es aquí donde la familia es de vital importancia para el
desarrollo de todos sus miembros en la sociedad y cuando esta o la entidad que se
encarga del anciano genera confianza y protección ayuda a que la autoestima y vida
sea más llevadera para el adulto mayor.

El trabajador social investiga, indaga, actúa, convirtiéndose en un factor


mediador entre sujeto y su familia, intervenido en la problemática. Por esta razón se
hace necesario y fundamental asumir el reto de que el núcleo familiar conozca la
importancia de generar tolerancia, respeto, ayuda, acogimiento y sobre todo
igualdad, sin importar el color, la raza ni la diferencia de edades para todas las
personas que convivan entre sí.

El profesional en Trabajo Social, también puede cambiar el pensamiento y las


excusas usadas frecuentemente por las familias como: no lo puedo cuidar, no tengo
tiempo, no tengo los recursos económicos, ya no vale la pena, ente otros…. A
pensamientos como: él también cuidó de mí, se merece mi amor, para el tengo todo
el tiempo del mundo, nunca lo voy a abandonar, es la alegría de mi hogar.

Está claro que el Trabajador Social no es la solución a los problemas, pero si


es alguien que ayuda a mejorar la calidad de vida y a que las problemáticas sociales
sean más llevaderas.

Hay casos en los que el sujeto no es abandonado por voluntad de alguien,


sino porque no tiene a nadie en el mundo, por muchas razones no puede valerse por
sí solo y necesita que cuiden de él. Aquí las entidades del estado juegan un papel
muy importante, ellas se convierten en el núcleo familiar del sujeto abandonado. Y
precisamente el Trabajador Social puede velar para que todos los beneficios dados
por el estado se ejecuten correctamente y sean realizados con la mayor trasparencia
y rigurosidad posibles.

El adulto mayor cree que en el mismo instante que deja de generar ingresos o
deja de hacer aquellas actividades a las que estaba acostumbrado, se vuelve inútil y
dejan de ser importante para la sociedad. Esto es lo que también puede identificar y
analizar el Trabajador Social, demostrando que eso es solo un mito y que, por el
contrario, cuando ocurre esto se está recogiendo los frutos sembrados a lo largo de
sus vidas, siendo el momento más apropiado para terminar de realizar todo lo que
un día soñó.

Desde el punto de vista personal, al adulto mayor se le debe retribuir todo el


amor y la confianza que un día brindaron a otros, con hechos que representen
importancia para ellos, que sea causa de felicidad, que los impulse a sentirse
importantes y orgullosos de aquellos que los rodean sintiéndose satisfechos y
amados, además que puedan decir con agradecimiento y orgullo que sus familias
les están dando el trato y la importancia que se merecen.

CITAS BIBLIOGRAFICAS ACERCA DEL ADULTO MAYOR

Platón y cicerón, en sus obras la república y de senectudes respectivamente,


destacan “la vejez como referente de la experiencia recogida en las etapas de vida
anteriores y de las facultades intelectuales de los ancianos”.

Vejez y envejecimiento. Año de publicación: 2001

http://www.urosario.edu.co/urosario_files/dd/dd857fc5-5a01-4355-b07a-
e2f0720b216b.pdf

Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de


fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más
rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. El
envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud
pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la
sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad
funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.

(Organización Mundial de la Salud, 2016)

“Las personas de 60 años de edad o mayores realizan aportaciones valiosas


a la sociedad como miembros activos de la familia, voluntarios y participantes
activos en la fuerza de trabajo. Aunque la mayoría de las personas mayores tienen
una buena salud mental, muchas corren el riesgo de presentar trastornos mentales,
enfermedades neurológicas o problemas de consumo de sustancias, además de
otras afecciones, como la diabetes, la hipoacusia o la artrosis. Por otra parte, a
medida que envejecemos aumentan las probabilidades de que padezcamos varias
afecciones al mismo tiempo. La salud mental y los adultos mayores”

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs381/es/
Cibergrafía

(1) OMS (septiembre del 2015) la salud mental y los adultos


mayores y recuperado de
(http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs381/es/).

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