Saint Paul College

“Truth and Virtue”

Español

El Príncipe Feliz

Oscar Wilde

Santiago Vargas Ramírez

11 de noviembre, 2016
 La Golondrina

Lunes 17 de diciembre, 1888

Últimamente, he estado pensando mucho acerca mi vida. Pienso que mi vida ha cambiado mucho
durante el transcurso de los días. Unos niños me han estado molestando mucho. Ellos me tiran
rocas todos los días, sin motivo alguno. Me siento ofendida; gente tiene que recordar que yo
también tengo sentimientos.
Muchas de mis amigas me consideran una golondrina de buen corazón. Sin embargo, esta
situación me molesta. Me gustaría tener unas buenas vacaciones, y poder conocer nueva gente.
Así todo volvería a la normalidad, y mi espíritu optimista volvería. Creo que debería de
compartir estas ideas con mis compañeras.
Martes 18 de diciembre, 1888
¡Buenas Noticias! Hoy mis compañeras me dijeron que estamos por iniciar nuestro viaje a
Egipto. Esto es para evitar lo frío del invierno, ya que se aproxima. Aunque no lo crean, estoy
entusiasmada de abandonar mi hogar otra vez, debido a que me gusta viajar y ya no seré
molestada de nuevo. Sin embargo, prefiero ayudar a los demás sobre viajar. Amo la sensación
cuando cumples una buena acción, nada lo puede superar.
Por otra parte, estoy emocionada por nuestro viaje. En Egipto los fuertes rayos de sol calientan
las hojas de las palmeras. Los cocodrilos se acuestan perezosamente bajo la sombra de un árbol
escuchando la suave corriente del río. Egipto suena como un lugar calmado, como el lugar de
mis sueños. No puedo esperar más por nuestro viaje de mañana.
Miércoles 19 de diciembre, 1888
Hoy me topé con un irresistible junco de tallo esbelto y fuerte. Yo le demostré mi afecto, pero él
lo rechazó, él me ofendió. Por ello, me pase la tarde buscando por un lugar donde dormir.
Afortunadamente, encontré un pequeño pueblo con una estatua de oro que parecía segura y
cómoda para pasar la noche. De repente, una gota cayó sobre mi cabecita.
Estaba muy confundida, ¿Cómo una estatua tan grande no puede protegerme de la lluvia? Miré la
cara de la estatua, y para mi sorpresa, estaba llorando. Pues la estatua estaba triste debido a la
miseria en la que vivían los habitantes de esa tierra. Él me preguntó si quería que fuera su
mensajera el día siguiente. A mí me encanta ayudar a los demás, pero en esta ocasión si me
quedaba a ayudar podría morir por el invierno. Esto es una situación de vida o muerte. ¿Qué
debería hacer?
Sábado 22 de diciembre, 1888
Decidí ayudar al Príncipe Feliz, yo no quiero dejarlo solo y triste. He estado ocupado durante
estos días, porque el Príncipe Feliz me ha pedido que ayudará los pobladores. Él pidió que
repartiera sus gemas y sus capas de oro a los niños enfermos, miserables, hambrientos, entre
otros. Sus ojos eran unos hermosos zafiros, y ya que los regaló, me quedaré con él. Espero que
respete mi decisión.
Además, me he divertido mucho con el Príncipe Feliz. Él siempre se ve muy interesado en mis
historias. Él ha sido un muy buen compañero durante las pocas noches que he estado con él. Me
encanta la consideración, respeto y admiración que él tiene por el pequeño pueblo. Me he sentido
muy honrada al poder ayudarlo, pero aún tengo que contarle acerca de mi despedida.
Domingo 23 de diciembre, 1888
Hoy será el día en el que yo le diga la verdad. No estoy muy segura si es la opción correcta. El
Príncipe Feliz parece ser muy inocente como para poder aceptarlo. Pues el invierno ya está aquí
y es demasiado tarde como para poder huir. Mis alas están congeladas, apenas la puedo mover.
Por lo tanto, tengo que despedirme de él antes que muera.
Solo espero que lo tome bien. Nosotros hemos hecho grandes amistades durante el transcurso de
unas pocas noches. Puede que muera dentro de poco tiempo, pero por lo menos antes de morir
hice mi cosa preferida, ayudar a los demás. El pueblo se ve muy feliz, y eso me hace muy
contenta. Voy a extrañar este maravilloso pueblo, especialmente al cariñoso Príncipe Feliz.

Ilustraciones
Bibliografía: Wilde, Oscar, (1888), El Príncipe Feliz, Primera Edición, Edimat, Madrid
España