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El Desarrollo Sensorial y Cognitivo 1
El Desarrollo Sensorial y Cognitivo 1
Desarrollo
sensorial y
cognitivo
¡Manos a la obra!.......................................................................................................................6
Comprender conceptos tan abstractos como peso, altura, densidad, longitud, color, sonido,
grosor, intensidad, textura y olor, sería muy difícil para el niño sin la mediación de los sentidos;
el niño de 0 a 3 años comprende esos conceptos abstractos por medio de la percepción
sensorial, a través de lo que la Dra. Montessori llama abstracción materializada.
Las actividades de Sensorial y Cognitiva permiten al niño realizar esa abstracción materializada
conservando en su bagaje intelectual la información que más tarde se convertirá en la
comprensión de un concepto abstracto.
la aprehensión de cualidades
la construcción de hipótesis
la resolución de problemas
la percepción de los contrastes (caliente/ frío; sonido / silencio; suave/ áspero y otros)
“Los sentidos son puntos de contacto con el ambiente…..la mente puede sacar de los sentidos,
impresiones cada vez más precisas y refinadas. Los sentidos, los exploradores del ambiente,
abren la vía al conocimiento. Los materiales para la educación de los sentidos son como una
especie de llave para abrir una puerta a la exploración de las cosas externas, como una luz que
hiciera ver más cosas y más detalles que en la oscuridad no podrían verse”. M. Montessori, en
La mente absorbente del niño, pag 166 y siguientes
C
¿ ómo desarrolla un niño de 0- 3 años su inteligencia..?
Para que un niño de 0- 3 años pueda percibir, reconocer y sacar conclusiones o hipótesis,
necesita repetir una y otra vez una actividad, observar y experimentar libremente. Por
ejemplo, probará si una varilla de madera cilíndrica pasa o no por los agujeros de un colador, si
la misma varilla entra en una ranura o pasa por los agujeros por los que pasan los corchos. Al
mismo tiempo evalúa esos materiales: su suavidad o rugosidad, temperatura, peso, olor y sus
posibilidades. Todas estas reflexiones las hace no solo con su intelecto, sino con todo el
cuerpo: es todo el cuerpo el que percibe y piensa. Por eso es necesario dejar al niño explorar
solo (recorrer, mirar desde diferentes lugares, chupar, tocar, arrojar y tantas otras actividades
que realizará con los objetos que tenga a mano); queremos que descubra por sí mismo la
Más allá de la aparente sencillez de cada actividad y de los materiales tan simples como
cotidianos, hay un universo rico de estímulos que el niño aprovecha para nutrir su desarrollo
sensorial e intelectual.
Ese entorno rico en estímulos sensoriales permite al niño percibir con su “mente
absorbente” el entorno que lo rodea, alimentando el desarrollo de su inteligencia,
generando hipótesis y conociendo materiales. Para ello, es necesario que el adulto
facilite ropa cómoda, si es posible, el niño solo en pañal y descalzo para que pueda
percibir con todos sus sentidos, especialmente con las manos y la planta de sus pies,
ricos en terminaciones nerviosas.
En este sentido, debemos tener en cuenta que cuantos más materiales naturales
podamos ofrecer al niño, más rico será su entorno, ya que en nuestra cultura, la
presencia de objetos plásticos es ya muy amplia, objetos que tienen mucha menos
riqueza sensorial que otros materiales como el mimbre, madera, vidrio, cerámica,
metal, tela, lana, etc.
Los contenedores ayudan a que el niño disponga de todo lo necesario para una actividad en
un mismo lugar; deben ser livianos, pequeños y adecuados a su contenido; los contenedores
apropiados ayudan a que el niño entienda la actividad y todos los elementos que necesita
para realizarla:
Busca en tu casa algunos de los siguientes objetos (recuerda los criterios que vimos
para la elección de los objetos) para la exploración:
- Telas de diferentes colores y texturas
- Bolsas de tela
- Objetos con mango
- Objetos cotidianos de colores primarios (rojo, azul, amarillo)
- Fragancias y aromas
- Frascos pequeños
- Espejos pequeños
- Objetos de la naturaleza
Cap. 17: Ejercicios de los sentidos y mente matemática, pags. 166 a 170