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PERSEVERA TU MILAGRO ESTÁ CERCA

Lucas 17:11-16

Lucas 17:11-16 “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea... le salieron al encuentro diez
hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia
(ten compasión) de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que
mientras iban, fueron limpiados… uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran
voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano”.

Introducción:

Los evangelios nos muestran el poder de nuestro Señor Jesucristo, su amor y bondad, él anduvo sanando,
liberando, restaurando y salvando a todo aquel que se acercaba a él. A veces ante la adversidad o por los
obstáculos del camino, podemos pensar que aquel milagro que esperábamos no ocurrirá.

Pero estos mismos evangelios nos enseñan una y otra vez que Dios espera perseverancia de sus hijos, pues
perseverar es precisamente una evidencia de la fe. Como Moisés quien se sostuvo como viendo al Invisible, y
obtuvo la victoria…Quiero mencionarles 4 puntos importantes para poder obtener ese milagro que tanto
deseamos

En medio de tanto problema,


1) No abandones tu fe en Dios.
lucha, fracaso, debilidad no
abandones tu fe en Dios

Es vital mantener la fe en Dios en medio de la dificultad. La fe es precisamente aquella que nos impulsa a buscar
a Jesús. El pasaje nos dice: “yendo Jesús a Jerusalén… ellos le salieron al encuentro”, estos hombres se
enteraron que él pasaba y lo buscaron. La verdad es que la mayoría de las veces las angustias son las que
nos acercan a Dios.

Los leprosos tenían que lidiar con muchas dificultades, pues para la mente judía estaban bajo el juicio del Señor,
debían habitar en las afueras de las aldeas y ciudades, debían proclamar su condición si personas se les
acercaban, estaban ceremonialmente impedidos, además no podían ingresar al templo como las demás judíos, y
lo más seguro es que perdían su hogar y su trabajo. Pero vemos que desde esa condición ellos buscaron al
Señor Jesús creyendo en su poder, ellos a pesar de todo tenían fe, y clamaron a Dios su ayuda.

Frustración

Dejamos de esperar por decepción. Si intentas muchas veces lo que anhelas y no ves avances, debes insistir.
Sigue creyendo porque Dios responderá. Dice la Palabra que la esperanza no avergüenza. No prestes atención
a las críticas o burlas. Con orgullo afirma que morirás creyendo porque esa es la actitud que agrada al Señor. No
abandones tus sueños e insiste en tu fe. Debes estar dispuesto a esperar para alcanzarlos. Tomas Alva Edison,
el inventor de la bombilla eléctrica dijo: “Muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se
dan cuenta de cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por vencidos”. Muchas personas se
rinden cuando están a punto de lograr sus objetivos. Si buscas sanidad, espérala, no abandones la lucha
cuando estás tan cerca de lograrla. No desesperes, sostén tu mirada en lo invisible.

Cuestión de tiempo
Una de las razones por las que no esperamos es tiempo. La Biblia dice que la paciencia es fruto del Espíritu, o
sea que ser desesperado es producto del mundo. Una joven bonita y especial pero desesperada se casa con
quien no debe. Es decir que el peor gorgojo que come la mejor mazorca porque ésta no sabe esperar.

2da. de Pedro 3:9 dice: El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Dios no retarda sus promesas, nuestra duda y desesperación tal vez sí. Hay gente que se muere y no recibe lo
prometido porque su conducta limita la capacidad de recibir. Dios quiere bendecirte ahora pero no tiene la culpa
de que tu actitud atrase el proceso.

Romanos 8:25 recuerda: Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

Dios te reserva aquello por lo que has creído con paciencia. Como cuando quieres comprar un auto que ves en
catálogo y tienes que esperar a que esté disponible. Si alguien más lo pide, el vendedor le dirá que ya está
apartado. Dios no juega con nuestros sentimientos e ilusiones. No engaña porque quiere que alcances todo lo
que anhelas. Tu paciencia le pone un letrero con tu nombre a las promesas del Señor.
2) Persevera hasta el final.

Reflexionemos en la respuesta de Jesús. Los leprosos captaron la atención del Señor, por eso la Biblia nos
dice: “Cuando él los vio…” recordemos que el Señor Jesús iba camino a Jerusalén, pero él se detiene y los ve.
Por eso no renuencias ni te desanimes, persevera y llamarás la atención de Jesús, clama a él su bondad y
misericordia y él responderá. Lucas 18:1-5 relata: nos habla sobre la necesidad de orar

Al enfrentarnos al mundo real, la fe puede debilitarse. Cuando algo nos duele, cuando vemos dificultades
económicas, no debemos desmayar, y lo logramos al orar siempre. Cuando llegas a la iglesia, sales optimista,
con energía, pero luego, el mundo fácilmente cambia nuestra buena actitud.

Si estás desmayando, necesitas perseverar. Es decir, tener la capacidad divina para seguir adelante a pesar de
los obstáculos y los deseos de rendirte. A lo mejor ya no quieres seguir, pero es necesario hacerlo. Perseverar
es una orden del Señor. Debemos insistir hasta el fin, hasta obtener nuestra corona. Nuestro Padre celestial nos
ha dado dones y talentos para alcanzar Sus promesas, para perseverar.

La perseverancia es lo que te ayudará a obtener buenos frutos.

Vemos igualmente que el Señor Jesús demanda de ellos una acción de fe, el Señor les dijo: “id, mostraos a los
sacerdotes”, este era sin lugar a dudas un paso de obediencia y fe, pues según la ley en el Antiguo Testamento
el leproso iba a mostrarse al sacerdote para que certificará su sanidad y limpieza, por eso nos dice el texto:

“aconteció que mientras iban, fueron limpiados”, mientras caminaron creyendo en la palabra de Dios, fueron
sanados, esto es caminar con fe en la palabra de Dios, y por supuesto cuando hacemos esto veremos grandes y
poderosos resultados.

3) Muestra gratitud hacia Dios.

Un corazón agradecido honra al Señor. Vemos que el samaritano volvió para dar gracias a Dios, su corazón
quería estar con el Señor Jesús. Nos añade la Biblia: “Se postró en tierra a sus pies” esto nos enseña que le dio
adoración, él era un samaritano, los otros quizá eran judíos.

Imagina qué gozo sintieron al verse libres de esa terrible enfermedad. Sin embargo, solo uno regresó a dar
gracias, y lo hizo con la misma pasión y vehemencia con la que pidió el milagro, porque la gratitud forma parte de
la correcta e íntegra adoración.

¿Será que ese samaritano era el único agradecido? Yo creo que los diez estaban agradecidos, pero no es lo
mismo estar agradecido que serlo. Puedes estar muy feliz porque tienes comida, ropa, familia, salud, trabajo,
salario y vacaciones, pero si no expresas gratitud, te conviertes en alguien malagradecido. Entonces, el “estar”
te define y se transforma en “ser”. Hay diferencia entre estar y ser. Por ejemplo, podemos decir que somos
trabajadores si lo demostramos, de lo contrario, solamente estamos ocupando un puesto de trabajo. Para decir
que somos agradecidos, debemos expresar agradecimiento o ese sentimiento se queda guardado, sin cumplir su
función de exaltar y bendecir a quienes nos hacen bien. Y esa actitud de reserva es una expresión de orgullo y
arrogancia.

La palabra “gracias” es corta, solo tiene siete letras, pero tiene un enorme poder en nuestra relación con Dios y
con las personas. Es tan poderosa la acción de dar gracias que el samaritano recibió doble bendición, ya que
además de sanidad, recibió la salvación. La gente agradecida duplica las bendiciones que recibe. ¡Gracias,
Señor, por la salvación, por Tu paciencia, misericordia y perdón!

No permitamos que nuestro corazón se acostumbre a las bendiciones de Dios tanto que no le dé gracias, qué
triste cuando nos acostumbramos a las liberaciones, bendiciones y sanidades y no damos gracias al Señor. Éste
hombre samaritano adoró a Jesús, y el Señor lo bendijo. Todos debemos reconocer que la gloria es de
Jesucristo nuestro Señor, que todo viene de él y a él damos gracias.
4) Búscalo porque de seguro él tiene muchas bendiciones para ti.

Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que
sabe recompensar a quienes lo buscan. Hebreos 11:6

Muchas veces nosotros buscamos al señor por algo y cuando ya lo tenemos nos olvidamos de él y no es caso

No te canses de buscar a Dios el leproso lo había buscado y cuando lo encontró recibo su milagro y no le basto
eso sino que después de haber recibido su milagro siguió en busca de Jesús.

Sin duda alguna la salvación es el milagro más grande, vemos que Jesús le dijo: “tu fe te ha salvado”, es la fe en
el Señor Jesucristo la que trae salvación, sanidad, libertad, restauración. Él ya había recibido sanidad de su
lepra, pero ahora Jesús le da salvación. Dios tiene guardadas grandes bendiciones para aquel que le busca.

Conclusión

Jesucristo murió por ti, alcanzó la victoria para ti, con un corazó n agradecido
adó rale, y con fe acércate a su presencia y poderosos milagros ocurrirá n, nuestro
Dios es sobrenatural y todopoderoso. No renuncies, persevera tu milagro está
cerca.

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