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El 1921 el padre y la madrastra se mudan a Puquio y quedan los dos hermanos Arguedas
a merced de su hermano, quien continua con sus maltratos, ambos hermanos huyeron del
pueblo y se refugiaron en la Hacienda Viseca de la esposa de un tío paterno, ahí
permanecieron libres y felices y casi aislados durante 2 años, conviviendo extensamente
con los indios de la comunidad campesina, quienes eran modelo de armonía en varios
relatos posteriores. El padre los recoge de Viseca e inician un accidentado y largo
viaje, que se describe en la obra “Los ríos profundos”. En Abancay los hermanos
Arguedas fueron matriculados en la escuela Miguel Grau, donde quedan internos,
ahí José María terminó la primaria y destacó como uno de los mejores alumnos.
En las vacaciones de estos años se va a la hacienda de su tío donde en un
accidente, pierde parte de un dedo de la mano, en ese momento en la biblioteca
de su tío descubre el libro “Los miserables” y queda totalmente encantado. Luego
de terminar la primaria, junto con su hermano Arístides empezó sus estudios
secundarios en el colegio San Luis Gonzaga de Ica, en la desértica costa peruana.
Cursó allí hasta el segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el
desprecio de los costeños hacia los serranos, tanto de parte de sus profesores
como de los mismos alumnos. El director del colegio no podía suportar que un
serrano como José María fuera el primer alumno, por ello lo hostigó sin cesar y él
para darle la contra se esmeró hasta tener una fila de veintes. Se enamoró
intensamente de una muchacha a quien le dedicó unos acrósticos, pero ella lo
rechazó diciéndole que no quería tener amores con serranos, acto seguido tiró el
acróstico.
Luego tuvo unas fiebres altísimas que tuvo que venir su papá para ayudarlo y
cuando lo ve así, José María le dijo que lo lleve y dice que espere a que termine el
año, luego que termine el año lo lleva y lo matricula en el colegio Santa Isabel
donde cursó el tercero de secundaria, fue allí donde se inició formalmente como
escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha, a pesar de ser muy bueno
en el colegio creía que iba a morir de tuberculosis, lo hipocondriaco que había
heredado de su padre siempre lo acompañaba.
Cursó sus dos últimos años de secundaria (1929-1930) en La Merced, de Lima,
casi sin asistir a clases pues viajaba con frecuencia a Yauyos para estar al lado de
su padre, estuvo prácticamente como un alumno libre porque solo iba para dar
exámenes. El con su hermano Aristades describían a su padre como un alma
bondadosa, como el mejor padre del mundo, habla de el con admiración pero
también con pena.