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Su nombre fue Salvador Dalí, uno de los principales representantes del surrealismo,
corriente artística que apuntaba hacia la libertad creativa y buscaba plasmar el
inconsciente a través de fantasías y sueños, apelando a la irracionalidad.
A los cinco años sus padres le revelaron que había tenido un hermano mayor del
mismo nombre que había fallecido nueve meses antes de que él naciera. Este suceso
marcó el pensamiento de Dalí, que juraba ser la reencarnación de su hermano muerto.
Desde los doce años mostró habilidades artísticas para la pintura. A los dieciocho años
estudiaba en la Real Academia de Bellas Artes y llamaba la atención por su aspecto
estrafalario y su extraña manera de ser.
Cuando Joanne tenía solo nueve años se fue a vivir con una
tía abuela a los límites del Reino Unido y Gales. En esa
frontera conoció toda clase de historias y mitos celtas sobre
criaturas fantásticas. Gracias a eso, se convirtió en una
apasionada lectora de libros con temas fantásticos.
—¡Se cayeron en un pozo muy hondo! ¡No podemos ayudarlas y no intenten salir
porque es imposible!
Las dos ranitas comenzaron a saltar desesperadas probando de todas las maneras
posibles para salir, pero sus saltos eran demasiado cortos.
Finalmente, una de las dos ranitas del pozo decidió rendirse. La otra, en cambio,
continuó luchando por salir a la superficie hasta que dio un gran salto y lo logró. Las
otras ranitas no lo podían creer, y una de ellas le dijo:
—¡Es increíble que hayas podido salir, a pesar de que te gritábamos que era una misión
imposible!
—¡Uf! ¡Menos mal que como estoy un poco sorda no entendía nada! Todo lo contrario,
las veía gritar y pensaba que nos estaban dando ánimo para salir.
Mientras, la ranita que seguía en el pozo, al ver que su amiga pudo salir, se puso en pie,
aspiró una gran bocanada de aire y dio un salto espectacular.
Sus amigas la vieron salir del pozo como un cohete y se quedaron pasmadas cuando
cayó a sus pies. La felicitaron y se marcharon a sus casas croando y dando brincos como
siempre.
El mapache
El mapache, o Procyon cancrivorus, es un animal del bosque. Vive cerca de los
ríos. Su pelaje es gris en el lomo, con tonalidades blancas en las patas.
Es un animal omnívoro. Por lo que se alimenta de frutos, vegetales, ranas y
pequeños insectos. Prefiere atrapar a sus presas en la noche. Porque cuenta
con una buena vista. Es también un animal solitario. Le gusta la soledad. El
mapache también tiene una corta relación con sus crías.
El trabajo de mamá
Margarita vivía con su mamá, Isabel.
Lo primero que hizo Margarita fue ponerse su vestido azul. También se puso sus
zapatos blancos. Después, se hizo una trenza y se echó colonia. Luego, la mamá la tomó
de la mano y salieron a esperar un taxi.
Cuando iban en el camino, Margarita se sintió muy feliz. Por fin, conocería el trabajo de
su mamá.
De pronto, llegaron a un hospital. Juanita entró y se dio cuenta que su mamá era
enfermera. Ella atendía a las personas y las sanaba cuando estaban enfermas. Isabel le
dio un paseo a Margarita por el hospital. La atendió como si fuera su paciente y la dejó
jugar con algunos implementos.
El ciego en el naranjal
Un ciego cuidaba un naranjal. Era una tarde de mucho calor, por lo que no se sentía
muy a gusto.
Se sorprendió al sentir unos pasos y, luego, la voz dulce de una señora que le pedía una
naranja.
A los pocos minutos, el ciego comenzó a ver. Primero el camino, después las naranjas,
después todo. Loco de alegría, preguntaba:
El sueño de Mona
A Mona le encanta bailar, por eso tomó clases de danza. Está muy entusiasmada con
todo lo que aprenderá.
Su mamá la acompañó a la primera clase y ambas salieron felices. Luego, fueron a
tomarse un helado y Mona le dijo a su mamá que sería bailarina. Su mamá le respondió
con un tierno beso en la frente.
Mona se durmió pensando en su siguiente clase. Lo único que quiere es convertirse en
una gran bailarina.
Nico, el inventor
Nico, un joven alto e inteligente, desea conocer el espacio. Un día, desde su habitación,
soñó con viajar a otro planeta en una máquina especial.
Empezó a dibujarla entusiasmado con un lápiz que le regaló su tía Paz, una fanática
lectora. Luego, se la pidió avergonzado a su papá, pero él, mientras esperaban a su
próximo paciente, le dijo que no existía algo así. Se entristeció al escuchar la respuesta,
pero rápidamente y con mucho ánimo, decidió que la inventaría. Entonces, esperanzado,
se encerró en la antigua bodega y empezó a trabajar. Lleva mucho tiempo allí,
trabajando duro e investigando, pero sin conseguir nada.
El granjero y la mula
(Cuento indio)
Un día, un granjero escuchó un espeluznante sonido al pasar junto al pozo que tenía en
el exterior de la casa. Era un pozo abandonado, que el hombre no utilizaba, y estaba
seco, sin agua. Al asomarse, descubrió que su mula se había caído al pozo, y estaba
asustada y magullada.
El hombre, sin saber muy bien qué hacer, llamó a su vecino por si podía ayudarle
rescatarla. Y éste, después de observar bien la situación, la profundidad del pozo y la
situación en la que se encontraba el animal, le dijo:
–Lo siento, amigo, creo que no se puede hacer nada por ella. Lo mejor es que la
sacrifiquemos para ahorrarle una agonía mayor.
–Oh, qué lástima -contestó el granjero-. Tenía mucho cariño a mi mula. ¡Qué desgracia!
Ambos fueron a por palas, porque pensaban enterrar al animal en el pozo y así tapar el
agujero para que no volviera a pasar aquello con ningún otro animal.
–Empecemos cuanto antes -dijo el granjero. Y, diciendo esto, ambos empezaron a tirar
tierra al pozo.
La mula, al sentir la primera pala de arena en el lomo, se extrañó. Miró hacia arriba y le
volvió a caer más arena encima. Entonces se asustó. Se dio cuenta de que su amo no la
intentaba salvar, sino que quería enterrarla.
–¡Esto es lo que tengo que hacer! Mi amo me está ayudando lanzando arena y puedo
utilizarla. Tengo que concentrarme bien…
La mula comenzó a repetir el mismo movimiento cada vez que sentía la arena sobre su
lomo. Sacudía bien el cuerpo, daba una coz y pisaba la arena. Una y otra vez. Y a pesar
del cansancio, no dejaba de repetirse:
–¡Venga, que puedes conseguirlo! ¡Lo estás haciendo muy bien! ¡Ya queda menos!
¡Vas a vivir! ¡Vas a salvarte! ¡No queda nada! ¡Un poco más!
Y así, poco a poco, la mula fue subiendo más y más. Y cuando el granjero y su vecino la
vieron aparecer por la boca del pozo, apenas podían creer lo que veían. Empezaron a dar
saltos de contentos y a felicitar a la mula por haber sido tan inteligente.
El cuervo y la vasija
Había una vez un cuervo que tenía mucha sed.
Voló mucho tiempo en busca de agua y de pronto vio una vasija. La vasija se
encontraba en el patio de una casa de campo. Esta casa era blanca y tenía un hermoso
techo rojo. A su lado, dos enormes árboles frutales y detrás, un pequeño establo donde
vivían dos caballos negros con largas crines. Se acercó y vio que contenía un poco de
agua.
Trató de beber, pero la vasija era honda y no pudo alcanzar el agua con el pico.
-Tengo demasiada sed –graznó enojado-. Debo beber esa agua para poder seguir
volando. ¿Qué haré? Ya sé. Volcaré la vasija.
Le pegó con las alas, pero era demasiada pesada. No podía moverla.
-¡Ya sé! -dijo-. La romperé y beberé el agua cuando se derrame. Estará muy rica.
Con su pico, garras y alas se arrojó contra la vasija. Pero esta era demasiado fuerte. El
pobre cuervo se tomó un descanso.
-¿Qué haré ahora? No puedo morir de sed con el agua tan cerca. Tiene que haber una
manera, solo necesito pensar hasta descubrirla.
Al cabo de un rato el cuervo tuvo una idea brillante. Había muchas piedrecitas
alrededor. Las tomó una por una y las arrojó a la vasija.
Monserrat
A Monserrat le gusta ir a la escuela. Ella es una niña ocurrente y algunas veces cuenta
chistes a la hora del recreo. Los niños se divierten al oírla. Ella también se ríe y sus rizos
se mueven al ritmo de sus carcajadas.
Alguien empezó a llamar a Monserrat la cuenta chistes. Esta niña bromista puso apodos
a varios de sus compañeros. Ella pensó en lo que sabía de ellos. Rita, la bailarina, y
José, el futbolista. Angélica, la cantante, y Luis, el músico. Pero cuando apodó a
Ricardo, cuatro ojos, algunos niños se rieron y otros se quedaron en silencio.
La cara de Ricardo estaba roja como un tomate. El niño estaba muy enojado y sentía
cómo aumentaba la temperatura de su rostro. Tenía la cara roja y caliente. Lo primero
que vino a su mente fue responder a Monserrat con un insulto.
Entonces él contestó:
—¡Monserrata!
La niña se puso muy seria. Pensó un rato. Luego se levantó y con una sonrisa expresó:
Todos los niños se pusieron a reír. Monserrat continúa bromeando con sus compañeros,
pero sin ofenderlos.
La pirata Lorena
Lorena era una pirata que usaba un pañuelo rosa. Al cumplir los seis años. Tuvo que ir
en busca de una mascota que le acompañara en sus aventuras.
Su padre, Barba Roja, tenía como mascota un pulpo rosa. Su abuelo, que no oía bien, un
loro verde.
Todo pirata que quiera una mascota debe luchar antes con un esqueleto. Para que le
entregue un mapa con una gran X azul. Esa X marca el camino hasta el animal.
Tras conseguir el mapa. Lorena viajó hasta una isla con sus tres amigos. Allí encontró a
Roberto. Un tiburón muy simpático que se convirtió en su mascota.
Juan
Juan es muy simpático.
Sus mejores amigos son Julián, un niño desordenado y Verónica, una niña muy
tranquila. Juan vive con su mamá y su abuelita, a quienes quiere mucho. Viven en un
departamento pequeño pero bonito. Él va en tercer grado y se pone muy contento
cuando juega con su vecino Pedro. Además a Juan le gusta jugar básquetbol y lo hace
feliz jugar videojuegos. Juan ama tocar el piano y su abuelita le está enseñando a tocar.
A Juan le gustaría tener un perrito, pero no puede porque vive en un departamento
El jaguar
El jaguar, o Panthera onca, es un animal que vive en el bosque.
Es un felino que se encuentra solo en los bosques del continente americano.
El cuervo vanidoso
Un día Júpiter decidió elegir un rey entre las aves. Ordenó que todas se presentaran ante
él para decidir cuál era la más bella.
Todas se reunieron en el centro del bosque. Era un lugar cubierto por una verde
alfombra de pasto y un río que corría presuroso hacia el mar.
El cuervo, que es un pájaro poco agraciado y muy vanidoso, se propuso ganar a como
diera lugar. De modo que entró a los nidos de las demás aves. Robó plumas de colores
de todas ellas y se las puso entre las suyas. Luego, dijo que le pertenecían.
Así, logró una apariencia espectacular. El día del concurso, Júpiter hizo desfilar a todos
los pájaros. Al ver el llamativo atuendo del cuervo, lo declaró rey. Decoró todo el
bosque con luces de colores y llamó al bello arcoíris para que encendiera el cielo.
Los demás pájaros se sintieron terriblemente enfadados al descubrir que el plumaje del
ganador era robado. Entonces se lanzaron sobre el cuervo y le quitaron una a una las
plumas con las que había pretendido engañar a todos.
Francisco precavido
A Carla le gusta cocinar y probar recetas. Para ella cocinar es natural.
Hoy la visita su amigo Francisco. Para el menú, Francisco le trajo una nueva receta:
tomates rellenos.
Francisco no quiere que falte nada y lee la receta antes de empezar a cocinar con Carla.
La familia de Antonia
Antonia era una niña muy inteligente. Ella vivía con su mamá Andrea y su papá
Ricardo. Vivían en un pequeño departamento en la ciudad. A Antonia le gustaba ver
televisión y jugar con sus dos perritos.
Ella los atendía y les daba su cariño. También le gustaba ir a la escuela y hacer sus
tareas. Antonia quería mucho a sus papás. Su papá era muy amoroso y su mamá muy
simpática. Antonia se sentía feliz con la familia que tenía.
Ingredientes
A Amalia le gusta cocinar y probar recetas, porque para ella es fácil y divertido.
Hoy la visita su amigo Vasco. Para el menú, Vasco le trajo una receta de su abuela:
papas con mostaza.
Vasco no quiere que falte nada en la comida y lee la receta antes de empezar:
- 4 papas.
- 4 cucharadas de yogur.
- 1 cucharadita de mostaza.
- Crema espesa.
Amalia se preocupa porque no le queda crema espesa en la casa. Vasco le dice que no se
preocupe porque con el yogur es suficiente.
Después, orgulloso, sube al palo más alto del gallinero para que todo
el mundo lo vea. Sabe que su trabajo es uno de los más importantes
de la granja: despertar con su kikiriki a todos los animales.
Laura tiene prueba de Historia hoy en la escuela, por eso ayer estuvo
estudiando toda la tarde. Está algo nerviosa, pero confía en que le irá
bien porque puso atención en todas las clases. Mañana irá a andar en
bicicleta al cerro con su familia. A ella le encanta salir a pasear y
disfruta mucho estar al aire libre, se siente feliz cuando está rodeada
de naturaleza.
El inventor de la cámara fue Joseph Nicéphore Niépce, francés,
químico, litógrafo y científico aficionado que inventó, junto a su
hermano, un motor para barcos.
Tenía un carácter dócil y fue de temprano a la universidad. Sus
cercanos sintieron que debía ser reconocido no solo por sus inventos,
también por su generosidad y sabiduría en asuntos de la vida. Se
conmovía ante la pobreza y era capaz de dar lo que no tenía a los
pobres. Joseph se sintió verdaderamente feliz y orgulloso de su gran
invento. Después de idear la estructura de la cámara, decidió elaborar
el lente y la cámara oscura. La cual tenía la función de absorber la luz
y registrar la imagen de una forma nítida. Al notar que su
aparato funcionaba muy bien, comenzó a crear copias de obras de
arte y sus primeras fotografías fueron en papel. Luego patentó su
invento y lo comenzó a comercializar. Sintió que su invento sería algo
muy ocupado en el futuro.