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LAS NUEVAS DINÁMICAS DE INCLUSIÓN-EXCLUSIÓN: marginación-analfabetismo.

En Argentina, el crecimiento económico de los últimos años, no significó un aumento correlativo


de demanda de mano de obra para la industria: son pocas las industrias en que hubo demanda de
mano de obra (automotriz, alimenticia). Pero aumentó la proporción de población
económicamente activa, dedicada al área de servicios, la que depende del aumento global del
consumo de la población y éste a su vez de la equidad de distribución de excedentes que se
pueden obtener por la mayor productividad, dadas las nuevas tecnologías.

Pero, no obstante la tecnología tiene un efecto expulsivo de mano de obra, de puestos poco
calificados, estos expulsados no son pocos y no tienen formación base para una conversión
profesional. Entonces surgen los casos de marginación social, violencia, más el analfabetismo,
problemáticas más graves que las que históricamente se circunscribían a los “pobres”. No se trata
de bajos salarios, sino de una marginación de jóvenes con baja calificación que buscan su primer
trabajo, de mujeres también afectadas por esta situación.

Es posible que los cambios tecnológicos estén acompañados de una segmentación del mercado de
trabajo, de aumento de los niveles de marginación y de una petrificación social, que limite su
movilidad. Pero también al activar la producción, la competencia nacional e internacional, genera
mayor igualdad, crea empleos e integra a nuevos hombres al trabajo. Actualmente no es tan
importante inventar productos nuevos (EEUU), sino fabricarlos de mejor calidad y más baratos
(Japón-Alemania), quienes generen y apliquen tecnologías pueden adueñarse de productos ya
inventados y mejorarlos y abaratarlos.

La mayor productividad redunda en las mejoras de las condiciones de trabajo. Es importante el


papel que jueguen los sindicatos en incorporar estas temáticas en reuniones colectivas de trabajo
y en los reglamentos laborales. Además esto es imprescindible para resolver urgentes problemas
de larga data: de salud, vivienda, hábitat, etc., para lograr atender acuciantes demandas de la
población. Para resolver todo esto se requiere capacitación de alta calidad, para ocupar los
espacios disponibles en la alta tecnología. El alcance de esta capacitación es difícil de proveer ya
que no hay estudios sobre el impacto actual y potencial de las transformaciones. Para el resto de
la población se requiere una educación que garantice su permanencia no conflictiva en el mercado
de trabajo informal o marginal. Destinar recursos a calificar mano de obra que no tendrá espacios
será visto como un gasto.

Por lo tanto la fragmentación del Sistema Educativo tenderá a profundizarse y acelerará los
procesos de marginación. Otro punto de vista es exigir ampliar la alta calidad del Sistema
Educativo. Las competencias que desarrolle el Sistema Educativo servirán para la participación
(inclusión) de la vida ciudadana, o desarrollar vías alternativas de inserción en el mercado de
trabajo, las competencias abarcativas y polivalentes, garantizarán la presencia de trabajadores y
profesionales que se adapten a las demandas cambiantes. Esto permitirá también elevar los
niveles de justicia social, favorecerá la integración nacional y la participación para la vida
democrática.

La educación no jugará un rol pasivo frente a escenarios futuros, la evolución del Sistema
Educativo condicionará que prevalezcan unas u otras tendencias. La educación y el desarrollo de
conocimientos son factores necesarios para generar mayores niveles de justicia social, integración,
participación y disminuirá la brecha a nivel de las naciones y dentro de cada sociedad, para
alcanzar una mejor integración.

Los cambios científicos-tecnológicos y las condiciones internacionales plantean desafíos suficientes


como para concurrir al debate contra el pesimismo pedagógico de los ´70 y ´80. En la medida que
se concreten políticas educativas de mediano y largo plazo, se potenciarán las posibilidades
democratizadoras de estos procesos (disminuir el analfabetismo, proporcionar una educación
adecuada, promover el intercambio solidario, toma decisiones, estimular el desarrollo de
capacidades, etc.).

Analfabetismo

Se considera analfabetos “a las personas mayores de 10 años que no saben leer y escribir,
incluyendo de esta manera a los que solo leen o solo escriben”.

La que presentamos es la categorización tradicional del analfabeto. Mas tarde, con el grado de
desarrollo alcanzado por las sociedades, se arriba a la definición de «analfabetismo funcional»:
lejos de constituir un fin en sí, la alfabetización debe ser concebida con miras a preparar al hombre
para desempeñar una función social, cívica y económica que rebase ampliamente los limites de
una alfabetización rudimentaria reducida a la enseñanza de la lectura y de la escritura. Debe
considerarse como funcionalmente analfabeta a la persona que no puede emprender aquellas
actividades en las que la alfabetización es necesaria para la actuación eficaz de un grupo y
comunidad y que le permiten asimismo seguir valiéndose de la lectura, la escritura y la aritmética
al servicio de su propio desarrollo y del desarrollo de la comunidad.

El número de analfabetos puede tomarse como un buen indicador del nivel de desarrollo
educativo alcanzado por una sociedad, ya que su magnitud pone en evidencia la inequidad que
presenta el sistema educativo y sus dificultades para garantizar un mínimo de educación a la
población y que se manifiesta, fundamentalmente, en la concentración de los mismos entre los
grupos mas vulnerables ya sea en términos de lugar de residencia, de nivel socio-económico, de
edad o de sexo.

De igual modo, permite evaluar las posibilidades de desarrollo de un país, en particular en el


momento actual, en que se considera al conocimiento – es decir la dotación de capital humano –
la vía para el logro de la competitividad de las naciones. Como todo bien social, la educación se
distribuye de modo desigual entre los distintos sectores sociales, encontrándose diferencias tanto
en términos de lugar de residencia rural/urbano, como de nivel socio-económico, de edad o de
género. Así se advierte que es en las zonas rurales donde se verifican tasas más altas de
analfabetismo que en las urbanas y a la vez un menor crecimiento durante el periodo considerado.

Otro dato que merecer particular atención es la magnitud de personas que habiendo asistido a la
escuela, o que se encuentran asistiendo actualmente, se aclaran como analfabetos. Es el
alfabetismo «por desuso», debido a que la exposición al sistema educativo fue demasiado breve,
y, por lo tanto, no llegaron a fijarse y consolidarse los conocimientos impartidos. En estos casos,
en que la asistencia a la escuela fue menor a 4 o 5 años, se «recae» en el analfabetismo en un
lapso relativamente breve.

Actividad de aprendizaje:

A continuación definí los siguientes conceptos:

Inclusión:
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Exclusión:
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Marginación:

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Analfabetismo:

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Te propongo que, para cerrar la actividad, busques información en relación a la tasa de


analfabetismo a nivel nacional y provincial.

Cuál es la tasa de analfabetismo?

Cuáles son las provincias que tienen mayor tasa de analfabetismo?

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